You are on page 1of 6
Anales de ta Facultad de Medicina Universidad Nacional Mayor de San Marcos Copyright © 1999 ISSN 1025 - 5583 Vol. 60, NP 4 - 1999 Pags. 298 - 303 AVICENA: Médico 4rabe medioeval JOAQUIN OCAMPO Departamento de Historia y Filosofia de la Medicina. Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Auténoma de México RESUMEN En este trabajo se hace una resefia de la vida y obra del médico Arabe medioeval Avicena, uno de los mas importantes de su cultura y época. Previa justificacién del articulo, se hace refe- rencia al contexto, el hombre y su obra, seguida de un comentario. Palabras clave: Avicena; Historia de la Medicina Medieval; Ciencia, Historia; Medicina Ardbica. AVICENA : Arabian Physician of Middle Ages. SUMMARY Avicena, a physician and philosopher of the Middle Ages, is considered one of the most important thinkers of Arabian me ine. After a paper justification, the author appoints the context, life and work of Avicena. Later he appoints a commentary on particular. Key words: Avicena, History of Medicine, Medieval; Science, History; Medicine, Arabic. INTRODUCCION En ocasiones la investigacién biomédica 0 médico- clinica limita que el investigador vaya mds alld de la informacién que fundamente su estudio, pruebe sus hi potesis 0 estructure sus conclusiones. No permite ha- cer un alto y reflexionar acerca de 1a forma cémo el hombre se ha explicado su entorno. A pesar de uno mismo, la investigacién absorbe de tal manera la atencién que con frecuencia se pasa por alto que los conocimientos que hoy se desea am- pliar y profundizar no surgieron de la nada, sino que constituyen el resultado de la evolucién del pensa- Correspondencia: Dr. Joaguin Ocampo Martinez Calle Orleans Num. 14 Lomas Estrella C. P. 09890. México D. F miento, desde que se manifesté como una caracteris- tica especificamente humana (") La medicina, por ejemplo, no siempre tuvo un ca- ricter cientifico, y no por ello carecié de nociones y estrategias para tratar a los enfermos, logrando benefi- cios incuestionables que permitieron la superviven de la humanidad durante miles de afios antes de la apa- ricién de la préctica médica cientifica ("). Como fue esto posible? La historia de la ciencia, de la filosofia y de la medicina, da la respuesta de versas formas, Una de ellas es el conocimiento de la vida y aporta- ciones de aquellos que sin tener la aureola de la santi- dad 0 el herofsmo, trataron a los enfermos a través de la cosmovisi6n propia de su época, herencia ancestral asimilada y transformada que fructifies en diversas concepciones sobre el fenémeno salud-enfermedad y en nuevos enfoques para el diagnéstico y el tratamien- to de los pacientes ("). 298 Anales de la Facultad de Medicina Esos médicos a la par que procuraban la salud de los enfermes, reflexionaban sobre sus éxitos y fracasos, asen- tando sus ideas y experiencias en obras ya clisicas. afor- tunadamente conservadas en el idioma original o en tra- ducciones, en muchas bibliotecas del mundo. Como es de suponer, este tipo de informacién am- plia la visién y la cultura del investigador. El estudio de la vida y obra de los médicos antiguos no tiene ob- viamente el propésito de poner en practica procedimien- tos y métodos ya superados en su mayoria, orendir culto a su personalidad ('). La meta es enriquecer, a través, de nuestra reflexién, la dimensién humanistica que subyace en toda investigacién de la realidad, porque en el grado en que se conoce y se analiza cada aportacién del pasado, se valora y ubica cada logro de! presente como parte de una secuencia interminabie de ideas y explicaciones que ha sido el sustento de la practica médica cientifica y no cientifica ("). Entre un sinnimero de médicos del medioevo, for- ma parte de la memoria historica el célebre médico 4ra- be Abu Ali al-Husscin ibn Abdallah ibn Sina, mas co- nocido como Avicena cuya obra médica fue difundida durante més de ochocientos afios en muchas escuelas del mundo. La educacién médica espafiola, por ejemplo, se ini- cid en la Universidad de Salamanca el afio de 1252. En ella se establecié la ensefianza de la obra médica de Avicena, porque se consideraba que era mas consisten- te que la de Galeno (*). Esta universidad sirvi6 de mo- delo para la formacidn de los médicos en las colonias espafiolas. En 1551, Carlos V fundé la Universidad de San Mar- cos de Lima, Peri, y la Real y Pontificia Universidad de México). La primera continua como la actual Univer sidad Nacional Mayor de San Marcos de la Repiiblica del Pers, y la segunda es el mas antiguo antecedente de la Universidad Nacional Aut6noma de México, EL CONTEXTO El pensamiento del pueblo érabe se enriqueci6e in- tegré a] saber universal a partir de la expansién del Is- lam en el siglo VIT de nuestra era. Un mercader lama- do Mahoma (570-630 d. C.) funds la religidn islimica (slam significa “sumisin a Ald"). Segin sus prédi- cas, habia sido escogido por Ala (Dios), para difundir 299 Vol. 60, N’ 4 1999 su palabra al pueblo arabe y al mundo. Estas ideas reli- giosas quedaron contenidas en el texto sagrado -ain vigente- de los musulmanes o islamicos (los someti- dos), Namado Coran (**), A la muerte de Mahoma, los adeptos a la nueva re- ligién organizaron la llamada “guerra santa" (Jihad), que tuvo como principal objetivo divulgar el Islam a todo el mundo conocido en esa época. De esta manera, dominaron todo el territorio que hoy corresponde a los paises de Arabia, Siria, Irdn, Irak, él norte del Magreb (Ténez, Marruecos y Argelia), asf como el sur de Es- pafia y toda el Asia central hasta el rio Indo (*) Su sdlido gobierno y su fuerte convicci6n religiosa lograron esta expansién, que se caracteriz6 por una actitud moderada hacia los pueblos conquistados y su tolerancia con las miiltiples corrientes dentro de sus comunidades, abriendo el camino hacia [a integracién de pueblos y culturas, Asi, el Islam empez6 a modifi car la antigua estructura social de Asia occidental y Egipto, y en las antiguas culturas de tradicién griega y persa fueron incorporindose elementos srabes (*) A su vez, los drabes quedaron asombrados con la forma de pensar y ver el mundo de los pueblos somet dos. La asimilacién de estas nuevas concepciones po- sibilite la introducci6n del sistema y el método en el pensamiento érabe, gracias a su marcado interés por traducir los textos grecolatinos antiguos sobre diversas Areas como astronomia, matematicas, teologta, derecho, filosofia y medicina (’) Con relacign al médico-fildsofo Avicena, a este con- texto histérico-social debe agregarse el que existia par- icularmente en Persia (Irn), de donde era originario, y que se vio ampliamente in‘luido por la tradicién grie- gay drabe antes que él naciera. Enel siglo V de nues- tra era ocurrié que una secta de cristianos heréticos conocida como nestorianos, fue desterrada de diversas ciudades por el cuestionamiento que hacfa al cristia~ nismo, siendo acepiada finaimente en la ciudad persa de Gundishapur (**) Esta secta tenia amplios conocimientos de los tex- tos neoplaténicos, aristotélicos y de Ja medicina hipocratico-galénica. En esta ciudad establecieron un, centro para la ensefanza de la medicina que inicis una tradicin en la antigua Persia y que fue enriquecida con la fundaci6n, en el sigio VII, de una academia hipocratica en esa ciudad (*) Anales de la Facultad de Medicina Cabe recordar, por otra parte, que la Persia del siglo X, en que nace Avicena, se caracterizé por un fendme- no aacional al que se ha denominado Renacimiento persa y que consistié basicamente en la accién de algu- nas dinastias locales que revivieron el sentimiento y Ja cultura, contribuyendo a una independencia cultural de Persia con respecto al resto del mundo érabe, sin apar- tarse totalmente del contexto islamico. Algunos gobernantes de estas dinastias determina- ron muchos acontecimientos en la vida social y pol cade Avicena, sobre todo Ald el Dawleh quien fue pro- tector de intelectuales asf como de tedlogos y juristas Por otra parte, la efervescencia intelectual arabe que durante mucho tiempo tuvo como centro a Bagdad, se desplaz6 durante el siglo X hacia Persia y otras zonas orientales, debido a que en aquella ciudad habia dismi- nuido el interés por Io extranjero y, por lo tanto, por el pensamiento grecolatino ("). En esce clima intelectual y social se desarrolla Avicena, uno de los médicos mas importantes de] mun- do frabe medioeval EL HOMBRE Se sabe de la vida de este personaje, gracias a la autobiografia que se enriquecié con los testimonios escritos de su amigo y discipulo Al-Juzjani Conforme a esta informacién, Avicena nacié en agosto del aiio 980 d. C. en la villa persa de Kharmaitan o bien en Afsina, ambas cercanas a Ja importante ciu- dad de Bukhara, Era hijo del gobernador de su pueblo natal y desde pequeiio dio muestras de su gran talento. A los diez afios ya conocfa él Cordn, que ademés de su contenido religioso, menciona algunas reglas para una vida hi- gignica e indicaciones dietéticas. A Mahoma, funda- dordel Islam, se le atribuyen frases como: ‘si un enfer- mo pide una cosa hay que darsela”; “slo hay dos cien- cias, la teologta para la salvaci6n del alma y la medici- na para la salvacién del cuerpo”. El primer contacto de Avicena con el saber ocei- dental fue la lectura de las obras de Porfirio, uno de los m4s importantes filésofos neoplaténicos (el neoplatonismo plantea la existencia de la inmortalidad del alma y la creencia de que uno es el mundo de las Vol. 60, N°4- 1999 ideas y otro el mundo de los objetos). También influye- ron de manera importante Euclides, el célebre geéme- tra, y Claudio Ptolomeo, astrénomo y geégrafo que afir- maba que la Tierra era el centro del universo. A los diecinueve afios leys muchas obras de medicina, 4rea que siempre se fe facilité. Estudié también el pensamiento aristotélico, base de (odo el pensamiento occidental de nuestro tiempo, influyendo notablemente en su obra, Sirvié como con- sejero y médico de varios gobernantes persas, lo cual le dio acceso a numerosos textos de medicina y filoso- fia griega y latina traducidas al drabe, existentes en sus bibliotecas (”) Era hombre de buena presencia y en cuanto a sus habitos, era muy activo, se dice que ademas de su in- quietud intelectual, era afecto al buen vino y a las rela- ciones sexuales frecuentes y, aunque en sus textos reco- mienda la moderacién para llevar una vida sana y dura- dera, se menciona que en una ocasisn se le hizo un co- mentario acerca de sus pasiones excesivas, a lo que res- pondid diciendo que preferia vivir intensamente pocos afios, que llevar una vida aburrida por mucho tiempo (), Dado que kablaba el persa, su conocimiento de! éra- bbe no era profundo. Al respecto, en una ocasién mani- fest6 su punto de vista sobre un problema lingufstico Gificil. Uno de los eruditos allf presente, lo criticé di- ciendo que a pesar de ser un sabio y un filésofo, no conocia el érabe como para acaparar Ia atencién de la concurrencia. Este comentario lastimé el amor propio, de Avicena pero lo estimulé a profundizar sobre litera- tura y gramatica érabe (*) A los tres afios de aquel suceso, escribié un volu- men con poemas y ensayos tratando de imitar el estilo de algunos poetas y literatos arabes famosos. Mostré el volumen a quien le habfa hecho aqueila critica, instandolo a que manifestara quign era el autor, a lo que cl sabio respondié que seguramente correspondia a.una de las glorias de fa literatura arabe. Esta respues- ta causé una gran satisfaccién a Avicena y mucha gra- cia a los allf presemes. Avicena nunca salié de Persia aunque constante- mente cambiaba de residencia, 1o cual ha sido motivo de intriga para sus bidgrafos puesto que en sti auto- biografia no da las razones de ello, quizd de una ma- nera intencional. En Gurgan, abrid una escuela puibli- ca donde comenz6 la redaceién de su texto mas famo- 300 Anales de la Facultad de Medicina so, el Canon de Medicina. Ahf también escribié una obra de Logica Enel ultimo viaje que hizo en su vida, acompafiando a su mecenas el gobernante Ald el Dawleh ya mencionado, sufti6 un e6lico severo. Por la necesidad de una répida cura- cin, se administré varias dosis de los medicamentos que exis- tia para el caso. Siguié atendiéndose é1 mismo, pero cada vez que aleanzaba alguna mejoria volvia a recaer debido a que continuaba con sus exce- sos habituales. Llegé a tal estado de gra- vedad que, segtin se dice, afir- m6: “el administrador que me administraba, es incapaz de administrarme, asf que no tie~ ne sentido curar mi enferme- dad”, Esta expresién, sefiala su acuerdo con el viejo precepto hipocratico de no intervenir mas al enfermo cuando ya no exista la posibilidad de su re- cuperacién. Asi. afirma en una de sus obras que el cuerpo del hombre debe llegar al fin na tural de la vida, es decir, la muerte natural. Finalmente, ef Namado “principe de los médicos” mu- ri6 en la ciudad de Hamadhan, donde fue sepultado, a media- dos del ato 1037 d. C. a los cincuenta y siete anos de edad yen plena madurez de sus fa- cultades intelectuales (’). LA OBRA Avicena tuvo cierto gusto por la poesta y la misica, de las que dej6 algunos escritos. Sus vastos conoci- mientos en diversas disciplinas lo llevaron a escribir innumerables obras. Al-Mahdavi cita que escribis cien- to cuarenta y dos ritulos, entre ellos una enciclopedia que incluye astronomia, matematicas, filosofia, etc. 301 Pagina de un manuscrito hebreo del siglo XV del Canon de Avicena (Cédice 2.197, fol. 492. a - 38 b) que se encuentra en la Biblioteca Universitaria de Bolonia. Vol. 60. N°4- 1999 pero la obra que le dio renombre universal fue el Ca- non de Medicina, que como ya se mencioné, sirvid de texto en muchas escuelas de oriente y occidente duran- te varios sighos (). El Canon es una obra que contiene todo el saber médico de su tiempo, incluyendo las tesis hipocrdtico-galénicas, jun- to con las observaciones y ex- periencias del propio Avicena y de otros médicos arabes. El Canon utiliza un sistema de cla- sificaci6n que revela el interés del autor por presentar una obra facil de asimilar. Esté constituide por cinco libros. En el primero, se hace una descripeién general del cuerpo humano, sus tempera- mentos y facultades, causas y complicaciones de las enfer- medades mas comunes, higie- ne general, y el tema de la “ne- cesidad de la muerte”. El segundo Libro, es una revision de la “Materia médi- ca” de Dioscérides, un médi- co griego cuya obra fue, duran- te quince siglos, la autoridad méxima en botdnica aplicada a la medicina. Eltercer Libro contiene di- ferentes enfermedades regio- nales y el cuarto, enfermeda- des que afectan a todo el orga- nismo. El quinto es una farmacopea muy completa que se refiese a la administracin y composicién de medica- mentos, incluyendo muchos tratamientos originales de la medicina islimica que, segiin algunos autores, per- duré en Europa hasta principios del siglo XIX. Para Avicena la medicina es una teor‘a y una précti ca donde ambas estén en perfecto equilibrio. En el Ca- non, se desarrolla una cirugia paralela a una medicina ‘Anales de la Facultad de Medicina sistemitica. Establece que los desequilibrios humorales én los ventriculos causan enfermedad mental, que va- ria segéin su localizacién e intensidad. Hay trastornos parcinles de [a imaginaciGn y la memoria, asi como tras- tornos generales como a imbecilidad y la manfa, las cuales tienen una génesis somatica. Afirma que los pro- blemas médicos son problemas de la ciencia natural ya gue el objeto material de la medicina es el cuerpo hu- ‘mano y como sujeto formal fa salud Dice que los procesos fisiolégicos influyen en los procesos patolégicos, por lo que no se puede estable- cer un limite claro entre }o normal y lo patolégico, en- tre la salud y la enfermedad. Para demostrar su tesis, desarrolla el ejemplo de las repercusiones en el orga- nismo de Ia actividad sexual nula o excesiva. EI médico, sefiala Avicena, “no es el que da la salud al enfermo, sino que solamente dispone, dejando ac- tuar por sf sofas a las materias y los érganos”. Aconse~ jaba beber aguas minerales y que se hicieran observa ‘ciones en animales para un mejor entendimiento de los fendmenos. Parece haberse dado cuenta de las propie- dades antisépticas del alcohol, porque recomienda que las hetidas primero se laven con vino (*#"), Enel drea de la quimica, quiz4 su mayor aportacion fue desacreditar a la alquimia, préctica con cierto arrai- go en el mundo islimico. Al respecto, sefiala que “Su posibilidad noes para mi evidente. La encuentro remo- ta porque no hay una manera de separar una combina- cin de otra... cvando la diferencia es desconocida. Y si una cosa es desconocida, ,c6mo puede ser posible tratar de producirla o destruirla™” Para el manejo quirirgico del céncer, Avicena reco- mienda combatitlo en sus primeras etapas y extirpar t0- dos los tejidos enfermos, como tinica esperanza de cura, También escribié el *Foema diddctico” que contiene mil lrescientos trece versos que facilitaban el aprendizaje de la medicina. Asi, et alumno podia aprender por un ado Ia teoria médica y, por otro, la practica con el escal- pelo, el medicamento 0 el consejo dietético. No menos interesantes resultan las tesis de Avicena para la explicacién causal de los fésiles animales y ve~ getales. Decia que la materia es inmutable y eterna. por lo mismo las especies ni nacen nj mueren. son iamuta- bles. Los fésiles son el resultado de una “fuerza plisti~ ca” que por medio de los efectos de Ia “conglutinacién y congelacién” originan formas caprichosas semejan- Vol. 60, N° 4- 1999 tes plantas y animales. Llamaba conglutinacién al proceso de transformacién de la arcilla fina de las ribe- tas en piedra blanda y congelaci6n a la “solidificacién del agua” en la formacién de estatactitas y estalagmitas en las cavernas (’) En el terreno de la filosofia, sobresale en su pensa- miento la influencia del neoplatonismo y del aristotelismo. Crefa que la verdad de las cosas no era asequible al hombre sélo con la raz6n, niega la resu- rrecci6n corporal de los muertos como establece el Cordn. En sus concepciones metafisicas (mas alld del, mundo fisico), plantea que la existencia es sélo un ac~ cidente que se agrega a la esencia, es decir, que lo que percibimos de un objeto es algo secundario a lo que en realidad es (*). Habla det “ser necesario” y del “ser posible”. Al primero lo identifica con la divinidad al considerar que puede existir por si mismo y es necesario en tanto que s6lo él puede ser la causa de la existencia de los otras seres, los seres posibles, quienes, por Io tanto, no po- seen en si mismos Ja razén de su existir sino que la reciben del “ser necesario” Un problema central de la metaética de Avicena. lo constituye Ia existencia de! mal en el mundo. creado pore! "ser necesario”. Sin ser un moralista escribié una obra de ética “La buena obra y el mal” (’). Su ovientaci6n no difiere de la de Aristoteles; sin embargo, tuvo interés de abordar el tema del mal. El mal tiene diversas formas -sostiene- es el resultado de un acto que provaca dolor 0 defecto que proviene de fa, ignorancia 6 de la deformacién del cuerpo. También se deriva de aquello con que nos ha dotado 1a naturaleza para lograr la perfeccidn. Sin embargo dice que Ia interaccién entre el bien y el mal no es det todo instil porque nos puede ser provechosa. El bien y e? mal son relativos porque cambian segin el punto de vista con que se les juzga. Son interesantes sus conceptos sobre la muerte. Sus- tenta que es la separacién del alma de sus relaciones con el cuerpo -difiriendo de Aristételes y acerciindose mas al neoplatonismo-, cree que el cuerpo es mortal pero el alma ao. Observa que es la ignorancia lo que hace sentir te- mor por Ia muerte. No hay que condolerse por ella. porque si los hombres fueran inmortales, no podrian 302 Anales de la Facultad de Medicina caber en el mundo. Por ello, segtin él, hay que conside- rar que la muerte es un acto de sabiduria divina (*). Para Avicena la Logica es un recurso para la inteli- gencia, que evita el error en lo que se afirma y se cree, conduciendo a la certeza cuando se dan razones y mé- todos para aleanzarla. COMENTARIO FINAL Las obras de Avicena fueron traducidas del érabe por Domingo Gundisalvo en la ciudad de Toledo, Es- paiia, alrededor del afio 1180 d. C., con excepcién del Canon de medicina que fue traducido por Gerardo de Cremona en ese mismo siglo. Hay que sefialar que algunos estudiosos de Avicena, principalmente anglo-sajones. han criticado su obra diciendo que el discurso del médico fildsofo esta lleno de clasificaciones innecesarias. Dicen ademas que su status de autoridad académica limité el progreso de ta educacién y de la prdctica médica dentro del Islam du- rante mucho tiempo, de ahf que los médicos tuvieran menos libertad para pensar e interpretar sus propias observaciones, mutilando asi su originalidad y creati vidad (') ‘Mas que calificar una caracteristica o consecuencia de la obra de un autor aisladamente, hay que analizar en principio, el contexto en el que se dio, es decir, las circunstancias espacio-temporates ¢ histéricas en que esa obra se produjo. Desde mi punto de vista, coincidirfa con Vasoli, en el sentido de aceptar que la obra de Avicena constituye “la primera gran sintesis especulativa florecida en el 303 Vol. 60, N°4- 1999 mbito de la cultura clasica” (°) y cuya influencia con- tribuy6 a la conservaci6n y difusin de una buena parte del pensamiento grecolatino, fundamentalmente en fi- losofia y medicina. Por otra parte, la obra de Avicena es un ejemplo de lo que fueron los médicos durante muchos siglos des- pués de surgida Ia medicina hipocratica hace dos mil quinientos aftos, una amalgama entre él que cura las en- fermedades tratando de explicar los problemas de salud y el que reflexiona acerca de su entorno natural y social, como ser pensante. En suma, el médico-filésofo que nuestra sociedad actual debe rescatar y formar en sus universidades. BIBLIOGRAFIA }) Ocampo MJ. El por qué de la Historia de la Medicina en la investigacién médica (ensayo inédito) 1995. 2) Guerra F. Iberia and Latin America in The History of Medical Education. University of California Press. London. 1970. 3) Gibb AH. £1 Mahometismo. 2" Edicién. Fondo de Cultura Eco némica, México. 1966. 4) Martinez J, Persia-tslam. £1 Mundo Antiguo. Tomo V. SEP. México, 1984 3) Lain-Entralgo P. Historia de la Medicina, Salvat, Barcelona 1970. 6) Magner LA. A History of Medicine, Marcel Deckel. Inc. New York. 1992. 7) Atnan FS. Avicena, his life and his works. George Allen &Unwin Lid, Londres. 1958. 8) Parain B. Del mundo romano al Islam medigeval. Historia de la Filosofia. Tomo 3.8" Edicin. Siglo XXI. Mexico. 1990 9) Reale G, Antiseri D. Historia del pensamientofilos6fico y cien- Uitico, Herder. Barcelona, 1988 10) Hamarneh S. Medieal Education and Practice in Medieval Is Jamin The History of Medical Education. University of California. Press, London. 1970

You might also like