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Trastorno Estrés Postraumático
Trastorno Estrés Postraumático
¿Qué lo ocasiona?
El TEPT afecta a las personas de manera diferente, es normal sentir miedo durante y
después de una situación traumática. El miedo desencadena una respuesta de "lucha o
huida". Esta es la forma en que el cuerpo busca protegerse de posibles peligros. Causa
cambios en el cuerpo, como la liberación de ciertas hormonas y aumenta el estado de
alerta, la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la respiración.
¿Cuál es el tratamiento?
Si tiene TEPT, debe trabajar con un profesional de salud mental para encontrar el mejor
tratamiento para sus síntomas.:
¿Cuál es el efecto?
Su género: Las mujeres tienen más probabilidades de desarrollar TEPT
Haber tenido traumas en la infancia
Sentir horror, impotencia o miedo extremo
Pasar por un evento traumático que dura mucho tiempo
Tener poco o ningún apoyo social después del evento
Sufrir estrés adicional después del evento, como la pérdida de un ser querido,
dolor y lesiones, o la pérdida del trabajo o del hogar
Tener antecedentes de enfermedades mentales o uso de sustancia
Depresión Infantil
¿Qué lo ocasiona?
Factores Genéticos:
No hay constancia alguna de que la depresión sea hereditaria, aun cuando en la mitad de
los casos de depresión infantil al menos uno de los padres sea depresivo. Lo que sí
determinan los estudios realizados es que los hijos de padres con depresión tienen entre
tres y seis veces más probabilidades de desarrollarla que los niños de padres sanos. Pero
aun así, este factor no es determinante; y a ello habrá que sumar otros factores, como el
ambiente familiar, sus relaciones sociales o sus habilidades personales.
Factores sociofamiliares:
Relaciones conflictivas entre los padres, distanciamiento entre ellos, malos tratos,
problemas de comunicación, divorcio o separación, sobreprotección (generalmente
materna) del niño, escasa implicación de uno de los progenitores (el padre, con mayor
frecuencia), actitudes agresivas o de irritabilidad, comportamientos autoritarios y
abusivos… son alguno de los factores que pueden estar en el origen de una depresión
infantil.
Factores sociales:
Aunque la relación del niño con sus padres pueda considerarse una actividad social y, al
mismo tiempo, condicionen el modo en el que éste se va a relacionar fuera del hogar
familiar, hay otros factores psicosociales ajenos al entorno familiar que pueden
aumentar el estrés emocional y favorecer la depresión infantil. Entre ellos podrían
citarse la pérdida de un ser querido, el bullying o acoso escolar, o las limitaciones
impuestas desde la propia familia para relacionarse socialmente.
Factores biológicos:
Las alteraciones en la secreción de serotonina que se producen en los pacientes con
depresión es un hecho biológico constatado, aunque no se ha podido establecer con
claridad si es una causa o una consecuencia de la depresión infantil. En cualquiera de
los casos, siempre puede tenerse como un factor facilitador y que contribuye a mantener
la depresión.
¿Cuál es el tratamiento?
Cuando los síntomas no son propios de una depresión, sino que son emociones reactivas
a acontecimientos vitales, habitualmente no precisan de un tratamiento especializado.
Los progenitores pueden enseñar a los niños a identificar, entender y gestionar dichas
emociones. Por ejemplo, los sentimientos de fracaso e irritabilidad causados por obtener
una mala nota en la escuela pueden ser una señal de la necesidad de mejorar los hábitos
de estudio y de prestar más atención en la escuela. Por otro lado, también serán una
oportunidad para que los niños aprendan a tolerar la frustración.
Por otro lado, cuando los síntomas de depresión son persistentes y más severos se debe
buscar la ayuda de un profesional (generalmente un psicólogo clínico o un psiquiatra,
aunque inicialmente se puede consultar al pediatra referente).
Estos síntomas duran 2 semanas o más y alteran la vida cotidiana o causan una intensa
aflicción
¿Cuál es el efecto?
Autoestima baja y tendencia a criticarse a sí mismo
Culpabilidad
Estabilidad familiar
Desesperación e impotencia
Pérdida de interés y tristeza
Apetito y problemas de peso
Dificultades para dormir
Agitación e inquietud
Temores excesivos
Comportamiento agresivo e ira
Dificultad para pensar y para concentrarse
Pensamientos suicidas
Trastorno Obsesivo Compulsivo
¿Qué lo ocasiona?
Los médicos y científicos no saben exactamente qué causa el TOC, aunque
investigaciones recientes han permitido comprender mejor el trastorno y sus posibles
causas. Los expertos creen que el TOC se relaciona con los niveles de un
neurotransmisor denominado "serotonina" (La serotonina es un neurotransmisor muy
relacionado con el control de las emociones y el estado de ánimo). Cuando se bloquea el
flujo de serotonina, el "sistema de alarma" del cerebro reacciona de manera exagerada e
interpreta la información de forma errónea. Estas "falsas alarmas" disparan mensajes de
peligro por error. En lugar de que el cerebro filtre estos mensajes, la mente hace
hincapié en ellos y la persona experimenta miedos y dudas para nada realistas.
¿Cuál es el tratamiento?
Los tratamientos más exitosos para los niños con TOC son la terapia conductual y la
medicación. La terapia conductual, En la terapia conductual se expone gradualmente a
los niños a sus miedos, y se acuerda que no realizarán rituales, para ayudarlos a
reconocer que su ansiedad disminuirá y que no ocurrirá nada desastroso. Por ejemplo, a
los niños que tienen miedo a la suciedad se los podría exponer a algo sucio,
comenzando por algo que les provoque una leve molestia y terminando con algo que
esté realmente sucio.
Para que esta exposición tenga éxito, se debe combinar con una prevención de la
respuesta, en la cual se bloquean los rituales del niño o los comportamientos evasivos.
Por ejemplo, un niño que teme a la suciedad no solo debe permanecer en contacto con el
objeto sucio, sino que no se le debe permitir que se lave de manera reiterada.
¿Cuál es el efecto?
Se preocupan por el orden, el perfeccionismo y el control de sí mismas y de las
situaciones. Para mantener un sentido de control, estas personas se centran en reglas,
detalles triviales, procedimientos, horarios y listas.
Comportamiento: comportamiento compulsivo, acumulación compulsiva,
agitación, aislamiento social,
comportamiento ritualista, hipervigilancia, impulsividad, movimientos
repetitivos, repetición persistente de palabras o acciones o repetición sin sentido
de palabras propias
Estado de ánimo: ansiedad, ataque de pánico, culpa o temor
Psicológicos: depresión o miedo
También comunes: análisis repetido de pensamientos, aversión a la comida o pesadillas