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CONSIDERACIONES SOBRE LOS SIGNIFICANTES:

SUPERVISIÒN, CONTROL, Y ANÀLISIS DE CONTROL


Por Eduardo Garcìa Dupont
(eduardogdupont@gmail.com)

Según Jones, Steckel que era paciente de Freud, cuando termina su anàlisis, es quien le pide
hablar de sus pacientes, y a partir de ahí Freud descubre que ese era un camino válido para la
formación del analista.

Es conocido por el ambiente Psicoanalìtico de diversas orientaciones, que se haya acuñado,


al trabajo que un analista realiza con otro al que le supone un saber y experiencia, como la
revisiòn de su clinica, el tèrmino ‘Supervisiòn’. Tambièn conocemos que a ese dispositivo se
lo ha denominado: ‘Control’. A su vez sabemos que Lacan lo denominò: ‘Análisis de
Control’.
Vamos a pensar sus diferencias lògicas, ya que seguramente tendràn consecuencias clìnicas.
¿Que supone el tèrmino: ‘Supervisiòn’? En principio podemos realizar una escansión con el
significante: Super – visiòn., una visiòn super. Sostenemos que la experiencia analìtica tiene
que ver con la escucha, no con la mirada. La pulsiòn escòpica, sostiene Lacan, es la mayor
defensa contra la angustia. Por ejemplo, si bien la filosofìa oriental, como el Budismo, està
advertida de las trampas del Narcisismo, es decir del Imaginario Narcisìstico, del Yo, y de la
Lògica Fàlica, del deseo como engaño, si sòlo lo pensamos como ‘metonimia de la falta en
ser’, cual burros detràs de inalcanzables zanahorias, en su propuesta de contemplación, se
detienen en un punto de fuga en el horizonte, que produce fascinación, y es el ùltimo reducto
defensivo del sujeto contra la angustia, en su encuentro con Lo Real. Por lo tanto si la
pulsiòn escòpica vela la castración, mal podemos llamar a este dispositivo ‘Super – visiòn’,
ya que la ètica de un análisis es la de la transmisión del S(Ⱥ), es decir de la castración en el
Otro, lo que tendrà consecuencias sobre el sujeto: $. La otra particularidad es el tèrmino
‘Super’. Como si se tratara de un Otro a quien se va a consultar con una ‘visiòn’ ‘super’,
como una suerte de ‘super hèroe’. Armando una suerte de ficciòn de existencia de un Otro
del Otro. Lacan nos enseñò y transmitiò dos ideas contrarias a esta suerte de ilusiòn: ‘El
analista sòlo se autoriza de sì mismo’, … agregamos ‘con otros’, … y ‘No hay
metalenguaje’, es decir ‘No hay Otro del Otro’. Lejos podrà estar de transmitir la castración
un analista que no se autoriza de sì mismo, y que bajo esa ilusiòn de consultar a una ‘visiòn
super’, desmiente èl mismo, asì la castración.
Analicemos el tèrmino ‘Control’. El analista està sentado estructuralmente en el lugar de la
angustia. Es decir si el

Discurso Analìtico: Discurso del Amo


a ------>$ Es el Envès, (el reverso) del S1 ---------->S2
S2 S1 $ a

El goce producido por el Discurso del Amo (a), va a parar al lugar del analista (a). La idea es
hacer operar ese objeto ‘a’ en tanto plus de goce, como ‘a’ causa de deseo. Es decir que el
analista no serà espectador pasivo, cual ‘cloaquista de almas’, del goce de sus analizantes, lo
que serìa sùmamente iatrogènico para ambos polos de la experiencia: analista y analizante,
sino que semblantearà el objeto ‘a’, para hacerlo operar en su otra faceta de consistencia
lògica, es decir como causa del deseo. Ahora bièn Freud ya habìa advertido que: ‘No
podemos convocar a los Dioses del Averno, y despedirlos atemorizados sin interrogarlos.’.
El analista ademàs de estar situado en un lugar en el que es depositario de las miserias de sus
analizantes, es decir de lo màs pulsional y demonìaco que los habita, està sentado en el lugar
de la angustia. Ya que es como si cada vez que invita a asociar a sus pacientes, frotara una
làmpara de Aladino, y en vez de emerger un Genio, como en los cuentos de ‘Las Mil y una
Noches’, esclavo de sus deseos, aparece un Genio deseante. Es decir que dicho Genio
presentifica lo enigmàtico del deseo del Otro.
Esta es la razòn estructural de porquè los post-freudianos obsesivizaron el dispositivo,
estableciendo encuadres fijos para ‘controlar’ el deseo del Otro, creyendo que un análisis
pasa por respetar ciertas reglas tècnicas inamovibles: Cantidad fija de sesiones; tiempo
cronològico de las mismas, (cincuenta minutos, extraìdo este criterio del campo de la
Pedagogía); frustrar todo pedido por considerarlo un boicot al encuadre, etc. etc. etc. El
etcétera es de estructura, porque nunca alcanzarìan los consejos y recetas para ‘controlar’ el
deseo. Entonces el famoso ‘setting’, fue correlativo a la estrategia del obsesivo que rebaja el
deseo del Otro a la demanda. ‘Ser analista’ pasò por el cumplimiento ritual con esos consejos
que se respetaron cuàl Tablas de la Ley, olvidando o forcluyendo que Freud en ‘Consejos el
Mèdico, …’ sostuvo que esos consejos le fueron útiles a èl en su praxis, otro analista, con
diferente disposición psìquica podrà utilizar otros. Entonces la palabra ‘control’, deriva de la
quimera de pretender ‘controlar’ el deseo del Otro. Se trata de la aspiraciòn obsesiva de
‘controlarlo todo’. Como suele versar el lugar comùn ante el encuentro entre dos amigos, en
el que uno le pregunta al otro: - ¿Què tal, còmo estas?, y el otro responde automáticamente,
casi sin pensarlo: - Bièn, todo en orden. Es conocido el caso que se presenta en el libro de
Josè Blejer: ‘Psicoanálisis del Encuadre Psicoanalìtico’ en el que sostiene que lo màs
esencial del paciente apareciò cuando se ‘rompiò el encuadre’ ante lo que se hace la pregunta
correcta, sin la enseñanza de Lacan: ¿Què sostenemos entonces cuando pretendemos hacer
pasar un análisis por el cumplimiento del encuadre, si lo mas importante surge cuando se
rompe el mismo?
Por ùltimo tenemos la propuesta de Lacan para denominar el dispositivo: ‘Anàlisis de
control’. En principio observamos que utiliza la misma palabra: ‘análisis’, para el análisis
clàsico, (didàctico), y para el análisis de control, ya que asemeja una experiencia a la otra. En
este espacio la idea no es la de hablar del paciente, o analizante solamente, sino de lo que el
analista relata del mismo. Para detectar no solo los ‘puntos ciegos’ del analista, ya que, como
sostuvimos, no se trata de una clìnica de la mirada, sino de lo que, propongo denominar, los
‘puntos sordos’ del mismo. Dicho de otra manera, se trata de poder escuchar como el
fantasma del analista obtura la escucha del analizante. Su subjetividad le impide ocupar el
lugar de objeto causa del deseo del analizante. Su deseo en tanto sujeto obtura el ejercicio de
la funciòn deseo del analista. Para enunciarlo de otros modos: Sus Ideales, su Novela
Familiar, su Neuròsis Infantil, Su Narcisismo, su relaciòn a la Lògica Fàlica, y a la
Castración. Su `Furor Curandis’, su querer el Bièn de sus analizantes, le pueden jugar malas
pasadas a la hora del acto analìtico. Su pasiòn por la Verdad, y el Sentido. Su no soportar el
silencio y el sinsentido. Su no autorizarse a producir escansiones, cortes que causen el deseo
ponièndole lìmite al goce. Su pensar y no escuchar en atención flotante. Su no poder estar a
la altura de la regla de abstinencia, condiciòn y causa de la regla de asociación libre del lado
del analizante. Sus mùltiples formas de situar el agalma, (la causa del deseo) en el analizante,
bajo formas burdas como mezclar el dispositivo con intereses personales, o màs sutiles,
depender económicamente de los analizantes para solventar sus gastos cotidianos. Todas
estas cuestiones nos hacen comprender lo que Lacan sostuvo cuando dijo que ‘el analista
tiene que estar màs allà de la comùn medida fàlica’. Y que ‘està menos seguro de su acto,
cuanto màs interesado està en su ser’. Lo que ocurre es que vivimos en este mundo donde
impera el Discurso Capitalista, y en el que pareciera que el tener define el ser. Por lo menos
hay que poder estar advertido de cómo estas trampas Narcicistas, Fàlicas y Fantasmàticas
puede obturar la escucha. Entonces repensemos el sintagma: ‘Anàlisis de Control’, ya no es
lo mismo que ‘Control’, sino que la propuesta es la de poner en cuestión, es decir en análisis,
todas las formas de ‘control fantasmàtico que obturan al analista estar a la altura de la
funciòn deseo del analista. Serà por todas estas razones, que Lacan irònicamente, y para
dejarnos pensando, alguna vez sostuvo que el lugar del analista es ‘a-humano’.
Con los años me he preguntado ¿què pasa con haber olvidado la importancia de este
dispositivo como uno de los tres pilares màs importantes de la formación del analista, a
saber: el análisis personal, el estudio de la teoría y el análisis de control? Advertimos que los
analistas nòveles suelen recurrir a este espacio cuando ‘las papas queman’, es decir cuando
se complica la transferencia con sus analizantes, o ante situaciones de emergencia, o
patologías del acto: acting out, pasajes al acto de los analizantes, e inhibiciones (del analista),
impulsiones, momentos de locura dentro de las neurosis etc. y les cuesta hacer un serio
seguimiento de los anàlisis que conducen, cuando ‘las aguas estan tranquilas’ y parece estar
todo bien. Pues sostengo que si bien esos momentos llaman a la consulta para poder
tramitarlos y relanzar el proceso, tambièn tenemos que preguntarnos de què se trata cuando
creemos que todo marcha. Si no se estarà jugando tambièn allì un ‘punto sordo’ del analista.
Sino se habrà producido, en esos tratamientos, algo parecido a la funciòn del sueño que,
gobernado por el principio de placer, es ‘guardiàn del dormir’, quiero decir, si no se trata de
tratamientos en los que hay una suerte de pactos implìcitos entre analista y analizante, en los
que se estancan en la ‘comodidad’ del goce preservando que no surja la ‘incomodidad’ del
deseo. Una de las formas de ‘reacciòn terapèutica negativa’ del analizante y de ‘resistencia
del analista’. Si esto es asì, hay que revisarlo, porque serìan tambièn tratamientos ‘guardianes
del dormir’. La clìnica analìtica apunta al despertar, para que ‘dònde Ello era el sujeto pueda
advenir’. Para decirlo de otro modo, el deseo del analista es deseo de sujeto, deseo del
advenimiento del sujeto del inconsciente en primera instancia, lo que obedece a la fòrmula
de la causación simbòlica del mismo: ‘el sujeto es lo que un significante representa para otro
significante: S1 ---------->S2
$a
para que, en el horizonte, advenga el sujeto responsable, que obedecerà a su causación Real,
como efecto del encuentro con lo Real, es decir con el objeto ‘a’: a ------>$, semblanteado
por el analista.
Otra de las argumentaciones que suelen escucharse para justificar estos espacios de análisis
de control ‘golondrina’, es la difìcil situación econòmica, que impide apostar seriamente a
los dispositivos de formación que mencionamos. Por ejemplo se estandardizàron los
tratamientos con frecuencia de una vez semanal. Se recurre a los análisis de control, como
sostuvimos, muy esporádicamente, sin darle la continuidad que amerita la direcciòn de la
cura. Por ùltimo se suele recurrir a charlas, conferencias y seminarios breves, generalmente
gratuitos, en raras ocasiones se realiza un Posgrado de formación sistemàtica, la figura de los
Grupos de Estudio, en los que se trabajaba en profundidad los textos, està tendiendo a
desaparecer, en fin habitamos tiempos de ‘amores lìquidos’, es decir de ‘transferencias
lìquidas’, como creativamente diagnosticara el sociólogo polaco Zygmunt Bauman.
La palabra ‘seriedad’ viene de lo que ‘hace serie’, de lo que se sostiene a lo largo del tiempo.
En estos tiempos, no hay tiempo para dedicarse a una formación `seria’, lo que tendrà
inevitables consecuencias sobre el destino de los tratamientos que se conduzcan, y con el
futuro de ese profesional que abandonò un gerundio inventado por el Psicoanalista Roberto
Harari para desmitificar lo supuestamente ‘acabado de la formación del analista’, se trata,
segùn èl, de un permanente ‘analisiendo’, lo que hace contrapunto èticamente, con lo que se
espera como posición comprometida del paciente, la asunciòn de una posición ‘analizante’.
Coincido con la asertiva afirmación del Psicoanalista Isidoro Vegh: ‘Que el análisis de
control no sea obligatorio no quiere decir que no sea necesario’.
Lacan plantea cuatro categorías de la lògica modal:
• LO NECESARIO: ‘LO QUE NO CESA DE ESCRIBIRSE’
• LO POSIBLE: ‘LO QUE CESA DE ESCRIBIRSE’
• LO CONTINGENTE: ‘LO QUE CESA DE NO ESCRIBIRSE’
• LO IMPOSIBLE: ‘LO QUE NO CESA DE NO ESCRIBIRSE’
Si bien Freud planteò que hay tres profesiones imposibles: Educar. Gobernar y Psicoanalizar,
en tanto en todas hay un Real que, por estructura se escabulle de lo Simbòlico, es decir ‘no
cesa de no escribirse’, de todas maneras en todas se insiste en apostar a su praxis, advertidos
que siempre habrà un resto, y esas apuestas tienen verificables consecuencias.
La praxis del Anàlisis de Control, tambièn tiene un costado estructuralmente imposible, en el
mismo sentido, pero su praxis tendrà la consecuencia de poder trabajar la resistencia del
analista para dirigir la cura de sus analizantes, despejando, como sostuvimos, sus
interferencias estructurales, a la hora de su acto.
En los comienzos del Psicoanálisis, en los tiempos de su invenciòn, el Análisis de Control
era IMPOSIBLE: ‘no cesaba de no escribirse’, hasta que un encuentro CONTINGENTE,
como lo fue el de Freud con Steckel, hizo que ese dispositivo ‘cesara de no escribirse’.
Luego la Asociación Psicoanalìtica Internacional lo propuso como NECESARIO, para la
formación del analista, respetando los tres pilares propuestos por el maestro vienès, y ‘no
cesò de escribirse’. En la Orientación Lacaniana no se acordò con obligatoriedades
institucionales que regulen el deseo del analista. La Asociación Mundial del Psicoanálisis,
propone como dispositivos de formación y pertenencia para que una Instituciòn tenga
categoría de Escuela Psicoanalìtica: el Cartel y el Pase. Pero ambos dispositivos solo
consideran dos de los tres pilares freudianos; El Cartel, la constante lectura, investigaciòn y
trabajo de los textos, y El Pase: el análisis del analista, conducido hasta su singular final, con
su correlativo testimonio. Pero ¿què ha ocurrido con el Anàlisis de Control? Ha quedado
librado a encuentros CONTINGENTES, ‘golondrina’, como sostuvimos arriba, dirìa que
hasta lìquidos, como el amor en estos tiempos, cuando apremia la urgencia de tener que
decidir y lo que se espera del analista es su acto.
Quiero con este escrito advertir la importancia de revalorizar el dispositivo del Análisis de
Control, porque, siguiendo la afirmación de Isidoro Vegh: ‘Que el análisis de control no sea
obligatorio no quiere decir que no sea necesario’, utilizando el significante NECESARIO, en
su sentido estrictamente lògico de que ‘no cese de escribirse’, incluso dando una
argumentación estructural, ya que posibilita al analista saber hacer con su síntoma, su
fantasma, y agregarìa con lo que se juega en el vìnculo transferencial con cada analizante, a
la manera de un ‘saber hacer ahì con lo que hay’.
Lo preocupante, pensamos, es que, la oposición a las reglamentaciones institucionales de
cierto lacanismo, haya producido, al no reglar ese dispositivo, la consecuencia de que se
vaya extinguiendo el deseo de ponerlo en pràctica, y esto produzca, que el Análisis de
Control, permute, ese sentido lògico de ‘NECESARIO’, en la categorìa lògica de ‘LO
POSIBLE’, con lo cual triste y paradojalmente presenciemos que algún dìa ‘cese de
escribirse’.

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