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Ciencias de la Tierra y Recursos Naturales del NOA

Relatorio del XX Congreso Geológico Argentino - Tucumán 2017

VOLCANISMO MONOGENÉTICO MÁFICO


CENOZOICO DE LA PUNA
Guadalupe MARO1,2, Pablo J. CAFFE1,2 , Walter BÁEZ3
1
Instituto de Ecorregiones Andinas, CONICET – Universidad Nacional de Jujuy.
2
Instituto de Geología y Minería – Universidad Nacional de Jujuy.
Emails: maroguadalupe@gmail.com; pabcaffe@idgym.unju.edu.ar
3
Unidad de recursos geológicos y geotérmicos — INENCO,
CONICET – Universidad Nacional de Salta. Email: focobaez@hotmail.com

RESUMEN
El volcanismo neógeno de retroarco de la Puna incluye entre sus representantes una serie de volcanes monogenéti-
cos máficos (basalto a andesita) de pequeño tamaño e historia eruptiva relativamente sencilla. La ocurrencia de este
tipo de edificios, ya sea como centros aislados o como agrupaciones de varios aparatos amalgamados en campos
volcánicos mayores, es más común en Puna Austral que en Puna Norte, en donde son algo más antiguos (Mioceno
superior-Plioceno inferior vs. Plioceno-Holoceno, respectivamente) y están más erosionados. Los campos volcánicos
mayores tienen un estrecho vínculo con estructuras compresivas de rumbo ~N-S. Fallas extensionales o de rumbo,
transversales al orógeno (NO-SE, E-O y NE-SO), fueron más importantes en la erupción de volcanes pequeños o
aislados en Puna Austral. Aparentemente, este control preferencial tiene un correlato directo con la posición de los
centros eruptivos respecto a grandes bloques delaminados de la litósfera (central vs. marginal, respectivamente).
El volcanismo máfico produjo eyectos que se agrupan en diez litofacies que principalmente constituyen conos de
escoria y campos de lavas asociados, aunque maares, anillos de tobas y domos máficos también son comunes. Estos
edificios son producto de erupciones estrombolianas y hawaianas (y sus transiciones) poco energéticas, así como de
episodios estrombolianos violentos de columnas bien desarrolladas. La prevalencia de uno u otro estilo dependió de
la tasa de descarga, velocidad de ascenso y contenido de volátiles magmáticos. La actividad hidrovolcánica fue gene-
ralmente escasa y concentrada al inicio o final de la historia eruptiva. La emisión de piroclastos fue acompañada por
la erupción de lavas a favor de conductos laterales. La construcción de los aparatos alternó con su colapso durante la
efusión de lavas desde los flancos, aunque la actividad piroclástica re-edificó los mismos por completo. La mayoría
de los volcanes máficos estudiados se ajustan a la definición de volcán monogenético sensu stricto, es decir, fueron
construidos en un corto lapso de tiempo y sin interrupciones en su historia eruptiva. Algunos de ellos (Puna Austral),
en cambio, tuvieron desarrollo más complejo, por lo que se los clasifica como volcanes monogenéticos policíclicos.
Los productos del volcanismo máfico clasifican principalmente como andesitas basálticas y andesitas ricas en Mg
de la serie calcoalcalina, aunque términos basálticos y shoshoníticos también pueden reconocerse. La variabilidad
composicional de algunos volcanes a veces es importante, lo cual es indicio del carácter polimagmático de los mis-
mos. Las características geoquímicas e isotópicas sugieren que los magmas más primitivos representan la fusión de
astenósfera enriquecida por material cortical incorporado a la misma por erosión tectónica y en menor proporción
por aportes litosféricos. Su petrología sugiere que el contexto geodinámico más probable fue de delaminación litosfé-
rica tipo “piecemeal” desarrollada desde el Mioceno superior-Plioceno en Puna Norte, y más recientemente en Puna
Austral. Una vez generados, los magmas se diferenciaron principalmente asimilando corteza a distinta profundidad.
El mecanismo más factible involucró un proceso selectivo, vinculado al ascenso veloz y turbulento de los magmas
en ruta a la superficie.
Palabras clave: Puna, volcanismo monogenético, mecanismos de erupción, polimagmatismo, andesitas ricas en Mg,
delaminación.

ABSTRACT
Cenozoic mafic monogenetic volcanism of the Puna. The Neogene backarc volcanism from the Puna region includes a
series of mafic (basalt to andesite) monogenetic volcanoes of small size and relatively simple eruptive history. The
occurrence of this type of edifices, either as isolated centers or ammalgamated clusters which form larger volca-
nic fields, is more common in the Southern Puna than in the Northern Puna, region where this kind of volcanoes
are somewhat older (Upper Miocene-Lower Pliocene vs. Pliocene-Holocene, respectively) and more eroded. Larger
volcanic fields are linked to ~N-S oriented, compressive structures. Distensive and strike-slip, orogen transversal

Maro, G., Caffe, P.J. y Báez, W. 2017. Volcanismo monogenético máfico cenozoico de la Puna. En: Muruaga,
C.M. y Grosse, P. (Eds.), Ciencias de la Tierra y Recursos Naturales del NOA. Relatorio del XX Congreso Geo- 548
lógico Argentino, San Miguel de Tucumán: 548-577. ISBN 978-987-42-6666-8
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(NW-SE, E-W y NE-SW), faults seem to be related to the eruption of small or isolated volcanoes in the Southern
Puna. Apparently, the structural control is correlated to the position of different eruptive centers with respect to large
delaminated lithospheric blocks imaged by seismic tomographic studies (central vs. marginal, respectively).
This mafic volcanism produced ejecta that can be separated into 10 different litofacies, that mainly built scoria cones
and associated lava fields, although maars, tuff rings and mafic domes are also usual. These edifices resulted from
Strombolian and Hawaiian eruptions (and transitions between them) of low energy, as well as from violent Strom-
bolian episodes with well-developed eruptive columns. The prevalence of a particular style depended essentially on
the discharge rate, ascent speed and magmatic volatile contents. Hydrovolcanic activity was scarce and focused at
the beggining or final stages of eruptions. Pyroclastic emission was accompanied by concomitant lava eruptions from
lateral conduits. Edifice construction alternated with collapse events as lavas erupted vigorously from their flanks, al-
though continuous pyroclast deposition re-built the volcanoes completely. Most mafic centers included in this paper
fit well with the definition of a monogenetic volcano sensu stricto, i.e., edifices that were built during a short time and
without significant interruptions in the eruptive activity. Some of them (specially in the Southern Puna) however,
had punctuated and longer eruptive histories, and classify as polycyclic monogenetic centers.
The products of Puna mafic volcanism classify as calc-alkaline basaltic andesites and high-MgO andesites; basaltic and
shoshonitic rocks are less common. The compositional variability in some volcanoes is evident, suggesting the poly-
magmatic character of many centers. Geochemical and isotopic compositions suggest that primary magmas represent
the melting of asthenosphere enriched through the incorporation of crust via tectonic erosion and minor lithospheric
material. Petrogenetic characteristics suggest that the most likely geodynamic context was of piecemeal lithosphere
delamination during the Upper Miocene-Lower Pliocene in the north, and of Pliocene to recent ages in the southern
segment of the Puna. Once formed, magmas mainly evolved through contamination of crust at different depths, most
probably due to a selective assimilation process linked to fast and turbulent ascent of magmas in route to the surface.
Keywords: Puna, monogenetic volcanism, eruptive mechanisms, polymagmatism, high-MgO andesites, delamination.

INTRODUCCIÓN al. 2015) en el que el volcanismo máfico de la Puna


pudo haberse generado.
Los volcanes monogenéticos constituyen las es- A pesar de su escaso volumen, el estudio de los
tructuras eruptivas subaéreas más abundantes de productos del volcanismo máfico brinda la posibi-
la Tierra (Valentine y Gregg 2008), con presencia lidad de comprender de manera cabal el contexto
en casi todos los ambientes geotectónicos del glo- geodinámico y estructural en el que se desarrolló
bo. Individualmente, la edificación de un volcán la provincia magmática andina de la Puna, una de
monogenético incluye variables estilos eruptivos las mayores del planeta, durante el Cenozoico. Per-
(estromboliano, hawaiano, estromboliano violento, mite además comprender los procesos de génesis
freatomagmático) que se desarrollan en una historia de magmas mantélicos primarios en este segmen-
volcánica generalmente corta (años a décadas). Sin to de los Andes centrales, evaluar los mecanismos
embargo, importantes desviaciones de ese patrón de diferenciación que operaban sobre ellos a me-
de comportamiento han sido reconocidas a lo lar- dida que atravesaban una corteza muy gruesa en
go y ancho del planeta, como también en la región camino a la superficie, así como aportar elementos
andina (Németh y Kereszturi 2015, Báez et al. 2017). muy valiosos para develar su rol en la génesis de
La Provincia Volcánica Cenozoica de la Puna las voluminosas ignimbritas dacíticas de origen
(Coira et al. 1993), desarrollada principalmente caldérico típicas de esta región. En este trabajo pre-
durante el Neógeno, alberga una importante can- sentamos los aportes más significativos alcanzados
tidad de volcanes que eruptaron productos lávicos durante los últimos 25 años acerca del volcanismo
y piroclásticos máficos (basalto a andesita) y cuyo monogenético máfico de la Puna. Se discuten ade-
comportamiento no se aparta del típico estilo del más el encuadre geotectónico en el que ocurrió esta
volcanismo monogenético en otros ambientes de actividad, así como los procesos magmáticos y vol-
arco y retroarco. Su distribución espacial (Figu- cánicos involucrados en sus productos eruptivos.
ras 1 y 2), abundancia, edad (Tabla 1) y algunas
características petrológicas y geoquímicas son, en GEOLOGÍA Y MORFOMETRÍA DEL
cambio, muy particulares, exhibiendo variaciones VOLCANISMO MÁFICO DE LA PUNA
importantes en los dos segmentos principales de la
región (Puna Norte y Puna Austral). Estas particu- Distribución espacio-temporal
laridades geológicas y composicionales motivaron
numerosos trabajos, que a su vez dieron lugar a Dentro de la región de la Puna la distribución
un profuso debate acerca del contexto geodinámi- espacio-temporal del volcanismo máfico monoge-
co (e.g. Kay et al. 1994, Risse et al. 2013, Ducea et nético no es homogénea, existiendo importantes
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diferencias entre la Puna Norte y la Puna Austral en algunos casos con un evidente carácter poli-
(Figuras 1 y 2). Dentro del ámbito de la Puna Nor- magmático, edificadas durante erupciones estrom-
te la presencia de este tipo de actividad eruptiva bolianas que registran la ocurrencia esporádica de
se reduce a 11 centros principales y algunos aflo- actividad freatomagmática y hawaiana (Caffe et al.
ramientos más aislados (Maro y Caffe 2017), en- 2012, Presta y Caffe 2014, Maro 2015, Maro y Caffe
contrándose los mismos subordinados respecto a 2016, 2017). Estos conos de escorias se distribuyen
la gran abundancia de ignimbritas y lavas de com- de manera aislada, formando agrupaciones dis-
posición félsica a intermedia vinculadas a calderas persas con baja densidad de centros o formando
y estratovolcanes (Figura 1). Los centros volcánicos campos volcánicos de pequeñas dimensiones (Fi-
máficos de la Puna Norte son todos conos de esco- gura 4). Los volcanes que forman las agrupaciones
rias con coladas de lavas asociadas (Figura 3; Caffe dispersas muestran una marcada alineación NNE-
et al. 2012, Maro y Caffe 2017). En general se trata SSO coincidente con la orientación de los corri-
de estructuras volcánicas relativamente simples, mientos andinos principales (Maro y Caffe 2017).

Figura 1. Mapa geológico de la Puna Norte mostrando la ubicación de los centros volcánicos monogénicos (modificado de
Maro y Caffe 2017). 1, Cauchari; 2, Cerro Negro de Olaroz; 3, Cerro Tropapete; 4, Cerros Negros de Jama; 5, El Toro; 6, Cam-
po Negro; 7, Patahuasi; 8, Cerro Morado; 9, Cerro Bitiche; 10, Cerro Barro Negro; 11, Mina Pabellón. Se indica la ubicación
de la Figura 4a, b.
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Figura 2. Distribución espacial del volcanismo máfico monogenético de la Puna Austral. Se


indica la ubicación de la Figura 6a y b.

Esta orientación preferencial también es evidente centros volcánicos, los cuales reflejan una impor-
en la morfología de los campos volcánicos. tante gama de estructuras volcánicas incluyendo
Si bien existen pocas edades absolutas para el conos de escorias, maares, anillos de tobas, domos
volcanismo máfico de la Puna Norte (Tabla 1) los y flujos de lavas fisurales (Figuras 2 y 5). También
trabajos de cartografía de detalle de estos centros se reconoce una mayor diversidad en el tamaño y
han permitido ajustar el lapso de tiempo de su ocu- complejidad de las estructuras volcánicas indivi-
rrencia en función de su edad relativa definida fun- duales respecto a los volcanes máficos de la Puna
damentalmente por sus relaciones estratigráficas. Norte. Por un lado, existen estructuras volcánicas
En este sentido es posible acotar el desarrollo del de pequeño volumen (~0,02 a 0,001 km3) y estrati-
volcanismo máfico de la Puna Norte al Mioceno grafía interna relativamente simple, las cuales po-
superior-Plioceno temprano (Maro y Caffe 2017). drían ser definidas como volcanes monogenéticos
En contraste, su contraparte en la Puna Austral sensu stricto (e.g. región de Pasto Ventura; Filipovich
está ampliamente representada por más de 250 et al. 2014). Por otro lado, se desarrollan estructuras
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Figura 3. Ejemplos de conos de escorias y lavas asociadas en la región de la Puna Norte. a) Cerro Bitiche. b) Cerros
Negros de Jama.

Figura 4. Ejemplos de las diferentes asociaciones espaciales de los centros volcánicos monogenéticos de com-
posición máfica de la Puna Norte. a) Cerros Negros de Jama (agrupaciones dispersas). b) Cerro Morado (campo
volcánico máfico).

volcánicas de mayor volumen (~0,4 a 0,2 km3) que que podrían definirse como volcanes monogenéti-
presentan una estratigrafía compleja que incluye cos policíclicos y polimagmáticos (ver más abajo).
hiatos de tiempo internos significativos y variacio- Dentro de estos dos miembros finales se reconocen
nes geoquímicas internas (e.g. Báez et al. 2017), las muchas estructuras volcánicas transicionales en
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función del volumen total y complejidad interna. asociación espacial de los centros volcánicos máfi-
Al igual que en la Puna Norte, los volcanes mo- cos de la Puna Norte con los corrimientos andinos
nogenéticos máficos se distribuyen espacialmente principales orientados NNE-SSO como evidencia
formando agrupaciones dispersas con baja densi- de que este magmatismo se desarrolló en un am-
dad de centros o formando campos volcánicos con biente compresivo resultante de la convergencia de
una alta densidad de centros (Figura 6). En algunos la placa de Nazca por debajo de la placa Sudameri-
casos puntuales los centros monogenéticos se ubi- cana. En este contexto geodinámico los corrimien-
can en el flanco de estratovolcanes (e.g. región del tos regionales actuaron como vías preferenciales
paso San Francisco; Seggiaro et al. 2000, Grosse et para el ascenso del magma, posiblemente en coin-
al. 2014). Para el caso de la Puna Austral el núme- cidencia con zonas transtensivas locales asociadas
ro de centros volcánicos, volumen total emitido y a componentes de rumbo en la cinemática de las
área ocupada, tanto por las agrupaciones dispersas estructuras principales. Este modelo también fue
como por los campos volcánicos, es mucho mayor utilizado para explicar las relaciones volcano-tec-
que en el norte (Figura 6). tónicas de la expresión más oriental del volcanis-
En el caso de las agrupaciones dispersas, los mo monogenético máfico localizada en el límite
centros volcánicos son monogenéticos sensu stricto Puna-Cordillera Oriental, más precisamente en el
y se encuentran alineados a lo largo de estructuras extremo norte del valle Calchaquí (Guzmán et al.
regionales orientadas NNE-SSO. En contraste, los 2006). Por otro lado, Maro y Caffe (2017) sugirieron
campos volcánicos están constituidos por centros la participación de lineamientos regionales trans-
emisores con un amplio rango de volúmenes y versales al rumbo andino en el emplazamiento de
complejidad, y su asociación espacial con las es- algunos de los centros volcánicos de Puna Nor-
tructuras andinas regionales es más compleja. Si te. La asociación del volcanismo monogenético
bien la morfología general de los campos volcáni- máfico con este tipo de sistema de fallas ha sido
cos es elongada N-S, dentro de los mismos algunos documentada en detalle y con abundantes datos
centros volcánicos se alinean con las estructuras estructurales para el sector central del lineamien-
regionales y otros presentan una alineación en ge- to Calama-Olacapato-El Toro (COT) (Petrinovic et
neral ONO-ESE que no coincide con el rumbo de al. 2006). El lineamiento COT representa una zona
las estructuras andinas principales, pero si coinci- de deformación transversal al rumbo andino don-
den aproximadamente con la posición del esfuerzo de se desarrollan fallas principales transcurrentes
principal regional de la Puna Austral (Báez et al. orientadas NO-SE con cinemáticas sinestrales, a
2017). Además del mayor número y variedad de las que se asocian fallas secundarias normales y
estructuras volcánicas monogenéticas de la Puna transcurrentes orientadas NE-SO. Petrinovic et al.
Austral, la edad de este volcanismo máfico varía (2006) definieron, a partir de estudios estructura-
respecto a su equivalente de la Puna Norte. La Ta- les y volcanológicos, que durante el Cuaternario la
bla 1 resume todas las edades absolutas disponi- actividad tectónica del sistema COT fue coetánea
bles para el volcanismo máfico de la Puna Austral, con un volcanismo bimodal representado por un
la mayoría de ellas aportadas por Risse et al. (2008). miembro riolítico (Centro volcánico Tocomar) y
Estos autores sugieren que el volcanismo máfico un miembro monogenético máfico (volcanes San
en esta región se inició en el Mioceno superior (~7 Jerónimo y Negro de Chorrillos). La ocurrencia de
Ma) y se mantuvo activo hasta el Pleistoceno, con una u otra tipología dentro de este sector se corre-
un pico en la actividad durante el Plioceno inferior. laciona directamente con la cinemática de las fallas
Sin embargo, algunos centros han sido considera- dentro del sistema COT (Petrinovic et al. 2006). En
dos holocenos en función de su grado de preserva- este esquema, los centros riolíticos están asociados
ción utilizando criterios morfoestratigráficos (e.g. a las fallas normales donde la dilatación horizon-
Arizaro, Viramonte et al. 1984; Antofagasta de la tal favorece el ascenso de magmas muy viscosos,
Sierra, de Silva y Francis 1991, Russo 2010, Báez et mientras que el emplazamiento de los centros má-
al. 2017). Los más antiguos (> 4 Ma) se concentran ficos, asociados a magmas más calientes y menos
en las regiones del salar de Antofalla y Antofagasta viscosos, está controlado por fallas transcurrentes
de la Sierra y los centros con edades Plioceno supe- subverticales (Petrinovic et al. 2006). Por otro lado,
rior y más jóvenes se distribuyen indistintamente se ha inferido un importante rol de los pulsos tectó-
por toda la Puna Austral (Risse et al. 2008). nicos y eventos sísmicos puntuales como dispara-
dores de las erupciones en la región del lineamien-
Relaciones volcano-tectónicas to COT (Petrinovic et al. 2006, Seggiaro et al. 2016).
En el caso de la Puna Austral, además del con-
Desde el punto de vista de las relaciones volca- texto compresivo general debido a la convergencia
no-tectónicas, Maro y Caffe (2017) interpretaron la de la placa de Nazca por debajo de la placa Sud-
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Tabla 1. Compilación de edades para el volcanismo monogenético de la Puna.

Latitud Longitud Edad Error


Región Agrupación Método Referencia
(°S) (°O) (Ma) (1σ)
Puna Norte Cerro Tropapete 23,619 66,972 7,2 0,4 K/Ar Schwab y Lippolt (1974)
Puna Norte Cerro Morado 22,829 66,712 6,7 0,4 K/Ar Coira et al. (1996)
Puna Norte Pululus 22,562 66,783 7,3 0,5 K/Ar Fracchia (2009)
Puna Austral Antofalla 25,144 67,624 <0,1 ? K/Ar (roca total) González (1983)
Puna Austral Antofalla 25,386 67,745 6,07 1,06 Ar/Ar (biotita) Richards et al. (2006)
Puna Austral Antofalla 25,464 67,341 5,3 0,3 K/Ar (roca total) Voss (2002)
Puna Austral Antofalla 25,529 67,588 4,8 0,5 Ar/Ar (plagioclasa) Adelmann (2001)
Puna Austral Antofalla 25,58 67,92 4,8 0,3 K/Ar (Biotita) Coira et al. (1993)
Puna Austral Antofalla 25,6 68,4 2 1 K/Ar Coira y Pezzutti (1976)
Puna Austral Antofalla 25,62 67,54 4,6 0,2 Ar/Ar (matriz) Risse et al. (2008)
Puna Austral Antofalla 25,738 67,709 7 0,3 K/Ar (roca total) Kraemer et al. (1999)
Puna Austral Antofalla 25,75 67,66 4,9 0,2 Ar/Ar Marrett et al. (1994)
Puna Austral Antofalla 25,8 67,8 1,5 0,4 K/Ar Kay et al.. (1997)
Puna Austral Antofalla ca, 25,8 67,7 4,97 0,07 Ar/Ar (matriz + plag) Marrett et al. (1994)
Puna Austral Antofalla ca, 25,8 67,7 5,03 0,08 Ar/Ar (matriz + plag) Marrett et al. (1994)
Puna Austral Antofalla ca, 25,8 67,7 4,3 0,5 Ar/Ar (matriz) Marrett et al. (1994)
Puna Austral Antofalla ca, 25,8 67,7 6,64 0,07 Ar/Ar (matriz + plag) Marrett et al. (1994)
Puna Austral Antofalla 25,812 67,585 4,68 0,08 Ar/Ar (vidrio) Kraemer et al. (1999)
Puna Austral Antofalla 25,83 67,67 4,97 0,07 ? Singer et al. (1994)
Puna Austral Antofalla 25,83 67,67 5,3 0,08 ? Singer et al. (1994)
Puna Austral Antofalla 25,87 67,67 4,8 0,05 Ar/Ar (matriz) Risse et al. (2008)
Schoenbohm y Carrapa
Puna Austral Antofalla 25,923 67,709 8,7 0,4 Ar/Ar (roca total)
(2015)
Puna Austral Antofalla 25,93 67,822 5,2 0,3 K/Ar (roca total) Kraemer et al. (1999)
Puna Austral Antofalla 25,93 67,76 4,3 0,2 Ar/Ar (matriz) Risse et al. (2008)
Puna Austral Antofalla 25,992 67,867 4,6 0,2 K/Ar (roca total) Kraemer et al. (1999)
Puna Austral Antofalla 26,032 67,863 5,6 0,3 K/Ar (roca total) Adelmann (2001)
Schoenbohm y Carrapa
Puna Austral Arizaro 24,562 67,906 0,2 0,02 Ar/Ar (roca total)
(2015)
Schoenbohm y Carrapa
Puna Austral Arizaro 24,7 67,982 0,08 0,06 Ar/Ar (roca total)
(2015)
Schoenbohm y Carrapa
Puna Austral Arizaro 24,705 67,93 0,22 0,07 Ar/Ar (roca total)
(2015)
Maisonnave y Poma
Puna Austral Arizaro 24,744 68,055 2,1 0,3 K/Ar (roca total)
(2016)
Maisonnave y Poma
Puna Austral Arizaro 24,748 68,041 3,4 0,1 Ar/Ar (vidrio)
(2016)
Schoenbohm y Carrapa
Puna Austral Arizaro 24,759 68,035 2,52 0,05 Ar/Ar (roca total)
(2015)
Schoenbohm y Carrapa
Puna Austral Arizaro 24,813 68,051 0,13 0,01 Ar/Ar (roca total)
(2015)
Schoenbohm y Carrapa
Puna Austral Arizaro 25,142 67,609 0,02 0,03 Ar/Ar (roca total)
(2015)
Puna Austral Carachipampa 26,471 67,416 0,8 0,08 Ar/Ar (matriz) Risse et al. (2008)
Puna Austral El Jote 26,3 67,41 4,5 0,3 Ar/Ar (matriz) Risse et al. (2008)
Puna Austral El Jote 26,306 67,39 3,2 0,2 Ar/Ar (matriz) Risse et al. (2008)

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Tabla 1. Compilación de edades para el volcanismo monogenético de la Puna. (Continuación)

Latitud Longitud Edad Error


Región Agrupación Método Referencia
(°S) (°O) (Ma) (1σ)
Schoenbohm y Carrapa
Puna Austral Hombre Muerto 25,197 67,007 2,99 0,13 Ar/Ar (roca total)
(2015)
Schoenbohm y Carrapa
Puna Austral Hombre Muerto 25,197 67,007 2,48 0,05 Ar/Ar (roca total)
(2015)
Puna Austral Hombre Muerto 25,2 67,1 0,75 0,03 K/Ar (roca total) Alonso et al. (1984)
Schoenbohm y Carrapa
Puna Austral Hombre Muerto 25,264 67,068 0,87 0,06 Ar/Ar (roca total)
(2015)
Schoenbohm y Carrapa
Puna Austral Hombre Muerto 25,264 67,068 0,97 0,07 Ar/Ar (roca total)
(2015)
Puna Austral Hombre Muerto 25,508 67,029 4,6 0,04 Ar/Ar (matriz) Risse et al. (2008)
Puna Austral Hombre Muerto 25,53 67 0,8 0,1 Ar/Ar (matriz) Risse et al. (2008)
Puna Austral Hombre Muerto 26,306 67,39 2,4 0,07 Ar/Ar (matriz) Risse et al. (2008)
Puna Austral Pasto Ventura 26,702 67,248 0,68 0,06 Ar/Ar (matriz) Zhou y Schoenbohm (2015)
Puna Austral Pasto Ventura 26,705 67,249 0,27 0,04 Ar/Ar (matriz) Zhou et al. (2013)
Puna Austral Pasto Ventura 26,729 67,205 0,47 0,03 Ar/Ar (matriz) Zhou et al. (2013)
Puna Austral Pasto Ventura 26,732 67,211 0,76 0,16 Ar/Ar (matriz) Zhou et al. (2013)
Puna Austral Pasto Ventura 26,8 67,4 1,3 0,6 Ar/Ar (roca total) Kraemer et al. (1999)
Puna Austral Pasto Ventura 26,84 67,322 0,57 0,04 Ar/Ar (matriz) Zhou y Schoenbohm (2015)
Puna Austral Pasto Ventura 26,86 67,31 0,45 0,02 Ar/Ar (matriz) Zhou y Schoenbohm (2015)
Puna Austral Pasto Ventura 26,865 67,255 0,42 0,05 Ar/Ar (matriz) Zhou y Schoenbohm (2015)
Puna Austral Pasto Ventura 26,9 67,275 0,43 0,07 Ar/Ar (matriz) Zhou y Schoenbohm (2015)
Puna Austral Peinado 26,181 68,038 3,61 0,02 Ar/Ar (plagioclasa) Voss (2002)
Puna Austral Peinado 26,372 68,071 0,6 0,09 Ar/Ar (matriz) Risse et al. (2008)
Puna Austral Peinado 26,408 68,079 0,2 0,09 Ar/Ar (matriz) Kraemer et al. (1999)
Puna Austral Peinado 26,65 67,87 0,8 0,1 Ar/Ar (matriz) Risse et al. (2008)
Valle de
Puna Austral 25,83 67,3 2,5 0,06 Ar/Ar (matriz) Risse et al. (2008)
Antofagasta
Valle de
Puna Austral 25,853 67,31 2,4 0,1 Ar/Ar (matriz) Risse et al. (2008)
Antofagasta
Valle de
Puna Austral 25,87 67,436 2,8 0,2 Ar/Ar (matriz) Risse et al. (2008)
Antofagasta
Valle de
Puna Austral 25,872 67,393 2,5 0,06 Ar/Ar (matriz) Risse et al. (2008)
Antofagasta
Valle de
Puna Austral 25,9 67,44 1,5 0,8 Ar/Ar (matriz) Risse et al. (2008)
Antofagasta
Valle de
Puna Austral 25,992 67543 <0,1 Ar/Ar (matriz) Risse et al. (2008)
Antofagasta
Valle de
Puna Austral 26,03 67,46 7,1 0,08 Ar/Ar (matriz) Risse et al. (2008)
Antofagasta
Valle de
Puna Austral 26,07 67,55 7 0,08 Ar/Ar (matriz) Risse et al. (2008)
Antofagasta
Valle de
Puna Austral 26,12 67,36 4,2 0,2 Ar/Ar (matriz) Risse et al. (2008)
Antofagasta
Valle de
Puna Austral 26,13 67,428 7,3 0,04 Ar/Ar (matriz) Risse et al. (2008)
Antofagasta
Valle de
Puna Austral 26,14 67,44 0,3 0,06 Ar/Ar (matriz) Risse et al. (2008)
Antofagasta

555
Relatorio - XX CGA - Tucumán 2017
Maro et al. – Ciencias de la Tierra y Recursos Naturales del NOA

americana, se desarrolló desde el Mioceno supe- riaciones en la distribución espacial y volumen de


rior una extensión subhorizontal caracterizada los centros volcánicos monogenéticos de la Puna
por bajas tasas de deformación que invirtió fallas Austral (Báez et al. 2017). Las estructuras orienta-
inversas previas o generó pequeñas fallas norma- das NE-SO o NO-SE, de manera oblicua al σ1 re-
les (Montero López et al. 2010, Zhou et al. 2013). El gional, serían favorables para el rápido ascenso de
origen de esta tectónica extensional es muy discu- pequeños volúmenes de magma dando lugar a las
tido y actualmente existen diferentes modelos que agrupaciones dispersas de volcanes monogenéti-
explican su posible génesis (e.g. Molnar y Lyon- cos pequeños y fuertemente alineados a las estruc-
Caen 1988, Marrett et al. 1994, Riller y Oncken 2003, turas regionales (e.g. regiones de Pasto Ventura y
Schoenbohm y Strecker 2009, Montero López 2009, Arizaro; Boltshauser 2012, Báez et al. 2017). Estas
Beck et al. 2015, Schoenbohm y Carrapa 2015). In- zonas se caracterizan por un limitado flujo de mag-
dependientemente de su origen, esta componente ma desde la fuente profunda debido posiblemente
horizontal extensional del campo de esfuerzos re- a su posición marginal respecto a las zonas afec-
gional probablemente favoreció el ascenso de los tadas por la delaminación de grandes bloques de
magmas máficos a través de la corteza continental la litosfera (Kay et al. 1994, Risse et al. 2013) o a su
(Marrett y Emerman 1992). Sin embargo, cerca de posición sobre zonas afectadas por la delaminación
la superficie, donde el comportamiento reológico de pequeños bloques litosféricos (Drew et al. 2009,
de la corteza es frágil, el ascenso de los magmas Ducea et al. 2013, Murray et al. 2015). Por esta razón,
máficos está controlado fundamentalmente por se podrían definir a las agrupaciones dispersas de
la presencia de estructuras tectónicas pre-existen- volcanes monogenéticos como “campos volcánicos
tes y en menor medida por el campo de esfuerzos controlados por tectónica” (sensu Németh 2010). En
regional (e.g. Alaniz-Alvarez et al. 1998). En este contraste, las estructuras orientadas N-S en una
sentido, la orientación de las estructuras tectónicas posición perpendicular al σ1 regional requieren un
principales respecto al σ1 regional podría ser uno volumen mayor de magma y mayor presión inter-
de los factores fundamentales que controla las va- na del dique en propagación para poder ser utili-

Figura 5. Ejemplos de estructuras volcánicas monogenéticas de composición máfica de la Puna Austral. a) Conos de
escorias y lavas asociadas con diferentes grados de erosión, región de El Jote. b) Maar generado por actividad freato-
magmática, región de Pasto Ventura. c) Domo de composición máfica, región de Carachipampa.

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Relatorio - XX CGA - Tucumán 2017
Maro et al. – Ciencias de la Tierra y Recursos Naturales del NOA

Figura 6. Ejemplos de las diferentes asociaciones espaciales de los centros volcánicos monogenéticos de
composición máfica de la Puna Austral. a) Región de Pasto Ventura (agrupaciones dispersas). b) Región de
Antofagasta de la Sierra (campo volcánico).

zadas como vías de ascenso y podrían favorecer el miento COT (Petrinovic et al. 2006). Por otro lado,
desarrollo de reservorios magmáticos incipientes es importante mencionar que algunas agrupacio-
dentro de la corteza superior (e.g. región de Anto- nes de volcanes monogenéticos máficos con un
fagasta de la Sierra; Báez et al. 2017). Estas regiones fuerte control de las estructuras regionales orienta-
se caracterizan por la ocurrencia de campos volcá- das N-S se ubican en zonas en las cuales el proceso
nicos con alta densidad de centros y relativamente de delaminación listosférica no ha sido propuesto
elevado volumen total de magma eruptado. Am- hasta el momento (e.g. región del volcán Peinado;
bos aspectos reflejan un importante flujo de mag- Grosse et al. 2014). Por esta razón, y en función del
ma desde la fuente profunda probablemente rela- estado del conocimiento actual sobre el volcanis-
cionado a la posición de estos campos volcánicos mo monogenético de la Puna Austral, es evidente
en coincidencia con sectores afectados por la dela- la necesidad de estudios estructurales y petrológi-
minación de grandes bloques litosféricos (Kay et al. cos de mayor detalle para evaluar la validez de las
1994, Risse et al. 2013, Murray et al. 2015). En este diferentes propuestas mencionadas anteriormente.
sentido los campos volcánicos con alta concentra-
ción de centros y mayor volumen de magma emi- Morfometría
tido podrían ser definidos como “campos volcánicos
controlados por magmatismo” (sensu Nemeth 2010). El estudio morfométrico de conos de escoria y
De forma alternativa, el desarrollo de los campos otras estructuras volcánicas monogenéticas (do-
volcánicos más grandes y de más larga vida en las mos, maares, etc.) alrededor del mundo ha sido uti-
regiones de Antofalla y Antofagasta de la Sierra, lizado como una herramienta para inferir sus me-
se podría interpretar como resultado de un fuerte canismos de crecimiento y degradación, así como
control estructural debido a la intersección entre el sus edades relativas (e.g. Wood 1980a, b, Martin
lineamiento Archibarca-Galán orientado NO-SE y Németh 2006, Inbar et al. 2011). En este sentido
y los corrimientos andinos principales orientados Maro y Caffe (2017) utilizaron el análisis morfomé-
NNE-SSO (Risse et al. 2008). Sin embargo, el con- trico de los centros volcánicos máficos de la Puna
trol de los lineamientos regionales transversales al Norte para validar el rango temporal en el cual se
rumbo andino (NO-SE) en el emplazamiento del desarrolló este magmatismo previamente definido
volcanismo máfico de la Puna sólo ha sido docu- en base a relaciones estratigráficas y dataciones ab-
mentado en detalle en el sector central del linea- solutas. Estos autores asumieron que debido a las
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Relatorio - XX CGA - Tucumán 2017
Maro et al. – Ciencias de la Tierra y Recursos Naturales del NOA

similitudes geográficas (gran altitud) y climáticas nil sin aglutinación, crudamente gradado, princi-
(gran amplitud térmica y aridez) de la Puna Nor- palmente clasto-soportado y de fábrica abierta. En
te y la Puna Austral, el análisis de los parámetros las paredes externas de los conos forman estratos
morfométricos que reflejen el grado de erosión de de hasta 2 m de potencia inclinados hacia fuera del
los centros volcánicos de ambas regiones (relación cráter (Figura 7a), de donde también provienen por
entre altura del cono Ho y el diámetro de la base del erosión los depósitos sueltos de talud. En la base de
cono Wo, y máxima pendiente del cono) van a tener los conos, esta litofacies cubre al sustrato pre-erup-
un correlato directo con su edad. Dichos autores tivo, a depósitos de la litofacies B (e.g. El Toro;
pusieron de manifiesto el mayor grado de erosión Presta y Caffe 2014) o de la litofacies S (e.g. Pasto
de los centros volcánicos de la Puna Norte constitu- Ventura; Filipovich 2015), con pasajes netos o tran-
yendo una evidencia adicional del rango temporal siciones graduales a una u otra. Hacia la cima de
más reducido para el magmatismo máfico de este los edificios se observa su transición a la litofacies
sector (Mioceno superior-Plioceno inferior). S, al aumentar la aglutinación y el aplastamiento
Por otro lado, el análisis morfométrico de cen- de los fragmentos juveniles (e.g. Cerros Negros de
tros volcánicos monogenéticos puede ser utilizado Jama, El Toro).
para reconstruir la geometría del sistema alimen- La litofacies A está formada esencialmente por
tador (e.g. Tibaldi 1995, Corazzato y Tibaldi 2006, lapilli escoriáceo medio a grueso de formas irregu-
Lesti et al. 2008). Siguiendo esta metodología, Fi- lares, así como fragmentos más densos y de ma-
lipovich et al. (2014) y Báez et al. (2017) utilizaron yor tamaño (hasta 50 cm) con formas fluidales (de
algunos parámetros morfométricos (orientación huso y cintas) o irregulares, más abundantes hacia
de fisuras eruptivas, grado de elipticidad de base la cima. El color de los depósitos también suele
y cráter, azimut de puntos deprimidos del borde cambiar de rojo a negro en la misma dirección. Las
del cráter, grado de elipticidad de domos) para in- bombas están generalmente inmersas en la matriz
ferir la geometría de los sistemas de alimentación lapillítica, reposando paralelamente a base y techo
en agrupaciones dispersas (Pasto Ventura) y cam- de las capas (Figura 7b). En los conos más moder-
pos volcánicos (Antofagasta de la Sierra), respecti- nos de Puna Austral (e.g. Báez et al. 2017) las bom-
vamente. Estos autores concluyeron en reconocer bas pueden aparecer sueltas en sectores cercanos
un fuerte control tectónico para agrupaciones dis- al cráter. Estos eyectos frecuentemente grandes (>
persas de centros monogenéticos, así como la pre- 1 m) muestran una amplia diversidad de morfolo-
sencia de sistemas de alimentación más comple- gías, de fluidales a blocosas (Figura 7b-c). El pri-
jos para el caso de los campos volcánicos con alta mer tipo, el más común, presenta bordes vítreos
densidad de centros. Finalmente, algunos trabajos delgados (mm a cm), estriados o con estructuras
exploraron la relación entre las diferentes morfo- en corteza de pan e interiores muy vesiculados. El
logías reconocidas y las propiedades físicas de los segundo tipo despliega formas globulares o irre-
magmas (Boltshauser 2012, Filipovich et al. 2014). gulares y aunque tienen idéntica composición que
Estos autores coinciden en la interpretación de que las bombas fluidales, exhiben menor vesiculación,
las coladas con alta relación de aspecto y domos bordes densos más gruesos (cm a dm) y diaclasa-
se asocian a la efusión de lavas con una elevada miento prismático.
viscosidad, aunque su composición química glo- La litofacies A es interpretada como depósitos
bal no difiera significativamente respecto al resto de erupciones estrombolianas, que generaron eyec-
de estructuras volcánicas asociadas al volcanismo tos fluidales gruesos emplazados balísticamente y
máfico monogenético de la Puna Austral. depósitos de caída más finos desde columnas de
reducidas dimensiones. Las bombas densas corres-
VOLCANOLOGIA DE LOS CENTROS ponden a porciones desgasificadas y frías del mag-
MÁFICOS DE LA PUNA ma (Guzmán et al. 2006, Presta y Caffe 2014).

Litofacies volcánicas Litofacies A’. Capas de lapilli a ceniza gruesa con bom-
bas fluidales. Es una variante de la litofacies anterior
Los productos volcánicos eruptados por centros que ha sido hallada en centros eruptivos de la Puna
monogenéticos máficos de la Puna han sido organi- Austral (Pasto Ventura y Antofagasta de la Sierra;
zados en 10 litofacies principales en función de las Filipovich 2015, Báez et al. 2017). En Puna Norte
características de campo más típicas de cada depósi- aparece con poco desarrollo únicamente en los Ce-
to (geometría, estructura, textura y litología), a saber: rros Negros de Jama (Maro y Caffe 2012). Los de-
pósitos (Figura 7d) se caracterizan por una mayor
Litofacies A. Capas de lapilli y bombas sin soldamiento. selección y menor granulometría general (lapilli
Son depósitos mal seleccionados de material juve- medio). Se disponen o bien como capas inclinadas
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Relatorio - XX CGA - Tucumán 2017
Maro et al. – Ciencias de la Tierra y Recursos Naturales del NOA

Figura 7. a) Lapillita brechosa de litofacies A, inclinando hacia fuera del cráter en los sectores externos de un cono. b) Bomba
fluidal vesiculada. c) Bomba densa tipo bloque irregular. d) Lapilli medio a fino de litofacies A’ depositado por caída.

(individualmente hasta 50 cm) en las paredes ex- o al sustrato. Los fragmentos vítreos del depósito
ternas de los conos, o bien como mantos dispuestos están usualmente decolorados por alteración. For-
alrededor de los mismos. Su potencia varía de 1,5 man acumulaciones de ceniza media/gruesa a la-
m en sectores proximales hasta pocos centímetros pilli grueso moderadamente seleccionadas y fábri-
en posiciones distales (3,5-15 km). Es una litofacies ca tipo clasto-sostén (Figura 8a-b). Las facies más
con escaso potencial de preservación, razón por la gruesas son masivas o con gradaciones frecuentes,
cual se halla en los volcanes más modernos. Se la presentando estructuras de corte y relleno, mien-
interpreta como depositada por la caída de piro- tras que las tobáceas despliegan laminación para-
clastos a partir de columnas eruptivas bien desa- lela (Figura 8a) o entrecruzada de bajo ángulo. Los
rrolladas, producto de erupciones estrombolianas clastos juveniles están poco vesiculados, tienen for-
violentas o subplinianas (Valentine y Gregg 2008). mas ecuantes con superficies planas, o bien forman
agregados de partículas tipo esponja (Figura 8c). Es
Lithofacies B. Capas de lapilli y ceniza masivos y lami- común la presencia de pellets de ceniza, bombas
nados. Esta litofacies se encuentra en la base de al- coliflor sin hundimientos basales y abundancia de
gunos conos de escoria de Puna Norte (e.g. El Toro, clastos accidentales (Figura 8d).
Bitiche, Cerro Morado), mientras que en Puna Aus- Se interpreta que la litofacies B fue depositada
tral puede conformar su parte cuspidal (e.g. Antofa- por corrientes de densidad piroclástica diluidas
gasta de la Sierra), ubicarse hacia la base de domos (oleadas), durante eventos freatomagmáticos ex-
máficos, o bien constituir productos vinculados a plosivos ocurridos hacia el comienzo (Cabrera y
maares y anillos de tobas (e.g. Pasto Ventura). Caffe 2009) o final de la actividad de los volcanes
Los depósitos tienen poco espesor (1-4 m), máficos (Báez et al. 2017).
aunque excepcionalmente (Cerro Morado) alcan-
zan potencias > 30 m. Forma capas más o menos Litofacies Asf. Brechas masivas ricas en fragmentos
bien estratificadas con desarrollo lateral limitado, accidentales. Son depósitos masivos, mal seleccio-
gradando hacia la litofacies A si la subyace, o bien nados, matriz sostenidos, con fragmentos (acci-
cubriendo en discontinuidad neta a la litofacies A’ dentales y juveniles) de hasta 50 cm de diámetro
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Relatorio - XX CGA - Tucumán 2017
Maro et al. – Ciencias de la Tierra y Recursos Naturales del NOA

Figura 8. a) Depósitos de lapilli y ceniza laminados de litofacies B. b) Lapillita tobácea masiva (litofacies B). c) Imagen en
microscopio electrónico de fragmentos juveniles de litofacies B. d) Bomba tipo coliflor en tobas con estratificación cruzada y
lapillitas ricas en clastos accidentales. e) Brechas de explosión ricas en fragmentos accidentales del basamento (litofacies Asf).

dispuestos en una matriz tamaño lapilli grueso/ taxítica (Figura 9a). Los fragmentos mayores (> 3 m
medio. Los clastos accidentales corresponden a ro- de largo) pueden presentar relaciones de aspecto
cas del basamento cristalino (e.g. Pasto Ventura) o de hasta > 10:1. En algunos casos, la aglutinación
bien leptometamorfitas ordovícicas (e.g. Porvenir, progresiva lleva a la pérdida total de vesiculación
Cerros Negros de Jama) que forman el sustrato y coalescencia de fragmentos, resultando en depó-
(Figura 8e). Los fragmentos juveniles son densos, sitos de aspecto lávico en los que los contornos de
semejantes a los de la litofacies B, aunque en Puna clastos pueden ser todavía distinguidos. En los co-
Norte están subordinados frente a fragmentos es- nos más disectados (Puna Norte), se aprecia que la
coriáceos. Las brechas ocupan sectores proximales litofacies S alterna o se interdigita con las litofacies
de maares (Figura 5b) y anillos tobáceos (Filipovich A o Cl (ver más abajo), pasando gradualmente de
2015), o bien la base de algunos conos de escoria una a otras. Esta facies aparece preferencialmente
(Maro y Caffe 2017). Se interpretan como brechas hacia los sectores altos e internos de los edificios
de explosión de erupciones freatomagmáticas que tipo cono de escoria (e.g. Alumbrera, Tropapete,
afectaron al sustrato rocoso pre-eruptivo (Lorenz et Cerro Morado, Negro de Chorrillos), pero también
al. 2002) y a depósitos inconsolidados (litofacies A) subyace a lavas de domos máficos o bien a la litofa-
cercanos al conducto (Rossel et al. 2006). cies A en algunos conos de escoria (Pasto Ventura).
La litofacies S se interpreta como el producto de
Litofacies S. Capas de lapilli aglutinados y spatter. Com- erupciones de estilo hawaiano. Las características
prende acumulaciones de hasta 6 m de potencia de de los depósitos suponen una tasa de acumulación
fragmentos juveniles moderada a altamente agluti- elevada desde fontanas de lava de poca altura, que
nados, ubicados comúnmente en sectores cercanos permitió que el calor de los eyectos se conserve lo
al conducto emisor. Los piroclastos se presentan suficiente como para producir coalescencia y sol-
aplastados de forma sub-paralela a la base, llegan- damiento luego de su depositación.
do en casos extremos a desarrollar una textura eu-
560
Relatorio - XX CGA - Tucumán 2017
Maro et al. – Ciencias de la Tierra y Recursos Naturales del NOA

Figura 9. a) Textura eutaxítica en depósitos aglutinados de litofacies S. b) Textura anastomosada en litofacies Cl. c) Lóbulo de
flujo de colada clastogénica a favor de la pendiente.

Lithofacies Cl. Lavas clastogénicas. Esta litofacies co- neo, comprendiendo componentes ígneos y sedi-
rresponde a flujos lávicos de aspecto coherente mentarios/volcaniclásticos (Figura 10a) mezclados.
(hasta 2 m de potencia individual) que presentan Los contactos entre los dominios ígneos y sedimen-
dominios anastomosados con idéntica mineralo- tarios se resuelven como delgados bordes negros
gía, pero de color y textura variados, uno rojo y vítreos de enfriamiento en los fragmentos juveniles
denso y otro más oscuro y ligeramente escoriáceo. de formas fluidales o globulares (Figura 10a); estos
Dichos dominios corresponden a piroclastos de- últimos pueden mostrar mutua interconexión. Las
formados con un alto grado de aglutinación: los porciones sedimentarias forman una matriz areno-
más oscuros, de geometría lentiforme, representan sa/volcaniclástica inconsolidada con vesiculación
eyectos de gran tamaño muy aplastados; los rojos, interna (Figura 10b) y/o evidencias de fusión, así
depósitos aglutinados y coalescentes de material como disrupción de la estructura original por flui-
originalmente más fino (Figura 9b). Los lentes son dización. Las características mencionadas permiten
paralelos a la base del flujo, lo que junto a la pre- clasificar estos depósitos como peperitas (Skilling
sencia de algunos fragmentos de cristales y clas- et al. 2002) formadas por fragmentación autoclásti-
tos (Presta y Caffe 2014) con menor aplastamiento ca del magma al intruir depósitos inconsolidados y
(fríos), permiten interpretar esta litofacies como húmedos en su camino a la superficie.
lavas clastogénicas (Sumner 1998). Se distingue de
la litofacies S, hacia la cual grada, por su continui- Litofacies D. Diques. Los conos están usualmente
dad lateral y desarrollo de lóbulos de flujo (Figura atravesados por diques lávicos que cortan las fa-
9c) a favor de la pendiente (e.g. Cerro Tropapete). cies piroclásticas (Figura 11) comúnmente hacia el
Ambas litofacies tienen origen semejante, pero la tope o costado de los edificios, a veces continuán-
Cl representaría un caso de aglutinación y coales- dose lateralmente con coladas de lava a las que
cencia extremas. alimentan. Generalmente tienen < 2 m de potencia
(excepcionalmente hasta 8 m), orientándose según
Litofacies P. Peperitas. Esta litofacies, hallada sólo en el patrón de dirección de algunas fallas regionales,
los Cerros Negros de Jama (Maro y Caffe 2017) y aunque no siempre en concordancia con los esfuer-
en las andesitas de Patahuasi (Caffe et al. 2007) en zos principales (ver más arriba). La mayoría mues-
Puna Norte, tiene un aspecto brechoso y heterogé- tra foliación y plegamientos de flujo internos. En
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Relatorio - XX CGA - Tucumán 2017
Maro et al. – Ciencias de la Tierra y Recursos Naturales del NOA

Figura 10. a) Litofacies P. Los fragmentos juveniles están interconectados y tienen borde negro vítreo de enfriamiento (fle-
cha); los dominios sedimentarios preservan parte de la laminación original. b) Microfotografía de los sedimentos exhibien-
do vesiculación.

los edificios más disectados se observa que cons- Alumbrera (Figura 6) de ~7 km de largo (Russo 2010,
tituyen una red anastomosada (Figura 11a) entre Báez et al. 2017). Los espesores medios son modera-
septos piroclásticos muy indurados (Maro y Caffe dos o bajos (< 1 m a 8 m) aunque algunos frentes de
2017). Las composiciones de los diques pueden o flujo pueden ser muy prominentes (hasta 40 m). En
no coincidir con las de flujos de lavas o piroclas- algunos casos (volcanes Tropapete, Cerros Negros
tos presentes. Las rocas que forman los diques son de Jama, Negro de Chorrillos, Alumbrera), la varia-
densas a moderadamente vesiculadas, de color gris ción de espesor de una misma colada en extremos
oscuro o negras, con escasos microfenocristales (< opuestos es muy importante, lo que sugiere un em-
5%) esqueletales y pasta afanítica con abundantes plazamiento gobernado por la inclinación original
microlitos de plagioclasa orientados por flujo. del sustrato. El apilamiento de flujos (Figura 12a)
es un rasgo común de muchos centros. Las coladas
Litofacies L. Lavas. Las lavas representan los produc- pueden ser distinguidas unas de otras por su mor-
tos de mayor volumen en la mayoría de los vol- fología, aspectos texturales, composición y/o nivel
canes monogenéticos de la Puna. Ocurren ya sea de degradación erosiva. Su variabilidad composi-
como coladas o como domos. cional revela el carácter polimagmático (e.g. Presta y
-Coladas: las coladas fueron comúnmente erupta- Caffe 2014, Maro y Caffe 2016) y policíclico (Urqui-
das desde “boccas” ubicadas en las bases de los co- zo Furlán 2012, Báez et al. 2017) de muchos volcanes
nos de escoria, en concordancia con la posición de monogenéticos de la Puna.
las principales fisuras eruptivas identificadas. Rara- Las coladas de los centros volcánicos más viejos
mente, algunas lavas de pequeño desarrollo fueron (Puna Norte) no preservan rasgos superficiales, sal-
extruidas desde porciones altas del edificio (Cerro vo donde los flujos fueron rápidamente cubiertos
Morado). La máxima extensión de las coladas no (Figura 12a). En tales casos se trata de lavas tipo aa o
supera comúnmente los 3 km; la excepción queda en bloque, con núcleos masivos y diferentes grados
representada por la colada más extensa del volcán de vesiculación y foliación por flujo. Los frentes de

Figura 11. Litofacies D. a) Diques anastomosados entre septos piroclásticos del cono cercano a una salida de lavas. b) Dique
rectilíneo NO-SE en sector alto de un cono.
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Relatorio - XX CGA - Tucumán 2017
Maro et al. – Ciencias de la Tierra y Recursos Naturales del NOA

flujo erodados (Figura 12b) exhiben plegamientos llo de canal y albardón (Urquizo Furlán 2012, Báez
internos de flujo tipo “vaina” (Cabrera y Caffe 2009, et al. 2017), e incluso estructuras como túneles (Figu-
Maro y Caffe 2012). Albardones y pliegues compre- ra 12f; Urquizo Furlán 2012) y cráteres de colapso
sionales, así como diaclasamiento columnar (Figura (Russo 2010, Urquizo Furlán 2012, Báez et al. 2017).
12c) son reconocidos incluso en coladas muy anti- Las rocas son andesitas a basaltos afaníticos
guas (e.g. Cerro Tropapete, Jama, Diego de Almagro, (ver más abajo) con vesiculación variable y colores
de ~7 Ma). En Puna Austral, donde las geoformas oscuros. La mineralogía comprende escasos crista-
están mejor preservadas, existe predominancia de les (< 5% a 20%) de olivino, piroxenos, plagioclasa,
estructuras superficiales de tipo aa (Figura 12d) y en anfíbol y escasa biotita/flogopita, frecuentemente
bloque (e.g. Guzmán et al. 2006, Russo 2010, Filipo- esqueletales, inmersos en pastas intersertales a pi-
vich 2015, Báez et al. 2012). También son frecuentes lotáxicas ricas en microlitos de plagioclasa. Xeno-
las lavas tipo “toothpaste” (Figura 12e) con desarro- cristales de cuarzo y xenolitos del sustrato o del

Figura 12. Litofacies L. a) Apilamiento de coladas. b) Plegamiento en vaina en un frente de flujo. c) Diaclasamiento colum-
nar en frente de colada. d) Estructura brechosa en coladas tipo aa. e) Estructura de lava “toothpaste”. f) Túneles lávicos en
colada “toothpaste”.
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encajante profundo son muy comunes. Xenolitos culos tienen una base o intercalaciones de depósi-
ultramáficos (Gioncada et al. 2006, Maro et al. 2016) tos aglutinados muy aplastados y con textura eu-
o enclaves máficos basálticos (Presta y Caffe 2014) taxítica (El Toro, Pasto Ventura). A veces (El Toro,
ocurren raramente. Jama) son intruidos por diques (Figura 13b) que
-Domos: se trata de lavas máficas coherentes que provienen de lavas coherentes o clastogénicas sub-
forman el cuerpo principal de algunas estructuras yacentes (“squeeze-up structures”; Sumner 1998).
dómicas (Figura 5c) que aparecen principalmente Los montículos son interpretados como porcio-
en Pasto Ventura (Filipovich et al. 2014) y Cara- nes del cono que colapsaron durante la extrusión
chipampa. Se presentan en soledad, directamente de lavas desde su base y que fueron transportados
apoyando sobre el sustrato pre-eruptivo o bien so- por las mismas (“rafts” piroclásticos; Holm 1987).
bre depósitos piroclásticos de las litofacies S o B. Un factor crucial para su formación es la inestabili-
Son rocas porfíricas con fenocristales de olivino, dad del edificio a partir de la presencia de material
piroxeno o anfíbol en matriz más rica en microlitos dúctil de las litofacies Cl y/o S (Presta y Caffe 2014).
(> 40-50% vs. < 30%) y de mayor tamaño que los Los montículos se correlacionan con el aportilla-
de las coladas. Xenocristales de cuarzo y xenolitos miento de conos (Riggs y Duffield 2008), propie-
del basamento son comunes. Se distinguen dos ti- dad poco frecuente en los edificios de la Puna, su-
pos de dominios, uno rojo, vesiculado y oxidado, giriendo una completa reconstrucción de éstos una
y otro negro más denso y fresco. Cada dominio se vez que las estructuras primigenias colapsaran.
presenta claramente separado por superficies ne- Otro tipo de montículos piroclásticos corres-
tas, ocupando un volumen importante del domo, ponde a depósitos con morfología tipo domo y
o bien como bandas de escala centi- a decimétrica. cuenca (“hummocky”), compuestos por las litofa-
cies A, A’ y S, así como por fragmentos de lavas
Montículos piroclásticos y depósitos de avalancha de (Figura 13c). En estos casos su presencia se vincula
detritos. Son depósitos fragmentarios con o sin es- con conos inestables de laderas empinadas y gran
tratificación que aparecen en el tope de algunas co- tamaño (Alumbrera; Báez et al. 2017), o bien apara-
ladas con disposición caótica o arreglo monoclinal. tos volcánicos instalados sobre pendientes topográ-
En Cerros Negros de Jama y El Toro llegan a tener ficas abruptas (Negro de Chorrillos; Urquizo Fur-
hasta 20 m de largo y 10 m de espesor (Figura 13a), lán 2012). Su morfología y composición, así como la
aunque comúnmente forman bloques desagre- nula interacción con flujos de lava activos, permite
gados menores (1-2 m) alineados por flujo y leve- interpretarlos como depósitos de avalanchas de de-
mente hundidos en la lava. La mayoría comprende tritos originados por la inestabilidad gravitacional
piroclastos de litofacies A, aunque muchos montí- post- o inter-eruptiva del edificio volcánico.

Figura 13. a) Montículo piroclástico con capas en disposición monoclinal. b) Intrusión de diques (“squeeze up”) en el
montículo piroclástico desde lava subyacente. c) Estructuras de deslizamiento (avalanchas de detritos) afectando al
cono del volcán Negro de Chorrillos.
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Relatorio - XX CGA - Tucumán 2017
Maro et al. – Ciencias de la Tierra y Recursos Naturales del NOA

Arquitectura de los edificios. sicional hawaiano, registradas en las litofacies S y


Mecanismos de erupción Cl, representaron lapsos de tiempo más cortos en
la historia eruptiva (Figura 14). Tasas de descarga
El análisis litofacial y arquitectural de los cen- moderadas y escaso contenido de volátiles expli-
tros monogenéticos de Puna Norte y varios de la can esta dinámica eruptiva, que condujo al desa-
Puna Austral sugiere ausencia de hiatos entre o rrollo de fontanas de lava y acumulación de piro-
dentro de las distintas litofacies, así como de inte- clastos calientes (dúctiles) generalmente cerca del
rrupciones claras en la depositación (paleosuelos). conducto eruptivo.
Este aspecto es coincidente con la definición de En algunos edificios, en cambio, predominó un
“volcán monogenético sensu stricto” (Németh y Ke- estilo estromboliano violento (subpliniano), con
reszturi 2015): “Edificio volcánico de pequeño vo- desarrollo de columnas eruptivas bien desarrolla-
lumen (≤ 1km3) construido a partir de una erupción das y estables (Figura 14), con emplazamiento de
continua, o varias discontinuas desarrolladas en un los piroclastos por caída (lluvia de lapilli y ceniza)
corto tiempo (típicamente ≤ 10 años) y alimentada más que balístico. Sus productos (litofacies A’) son
desde uno o más pulsos de magma a través de un semejantes -composicional y texturalmente- a los
sistema sencillo de diques (y sills) alimentadores, eyectos estrombolianos típicos, excepto por su ma-
sin asociación a una cámara magmática bien desa- yor vesiculación y menor granulometría (fragmen-
rrollada”. En la Puna, el ejemplo más claro de la tación magmática más eficiente). Esta dinámica
continuidad eruptiva es el pasaje transicional de eruptiva, común en varios centros de Puna Austral
depósitos de las litofacies B o Asf (freatomagmáti- (Báez et al. 2017), fue relacionada con altas veloci-
cas) a la litofacies A (estromboliana) predominante. dades de ascenso y tasas de descarga de magmas
La brusca variación en el estilo eruptivo sin inte- muy ricos en volátiles, en contraposición a los ci-
rrupción en el registro volcánico sugiere evolución clos estrombolianos y hawaianos, cuyo comporta-
rápida y continua, consistente con el concepto más miento en el conducto favoreció una desgasifica-
aceptado de volcán monogenético. ción más pasiva del magma (Pioli et al. 2008). Este
Algunos volcanes de la región de Antofagasta tipo de mecanismo debió ser importante también
de la Sierra (e.g. volcanes Alumbrera, de la Laguna), en Puna Norte, ya que hay indicios de su existencia
sin embargo, exhiben una complejidad mayor. Ésta (Caffe et al. 2012). La razón de su poca frecuencia en
incluye no sólo variaciones composicionales (poli- el registro radica en: a) el mayor grado de erosión
magmatismo, en el sentido de Brenna et al. 2010), de los conos, más viejos que los de Puna Austral; b)
que son muy comunes en el volcanismo monoge- la escasa capacidad de preservación de los produc-
nético de la Puna, sino también interrupciones en tos de caída generados en esas fases.
la actividad eruptiva de incluso miles de años de Los registros hidrovolcánicos (interacción
duración, detectadas a partir de importantes dife- agua-magma) son raros en Puna Norte. Las lito-
rencias en el grado de erosión de los productos emi- facies más representativas (B, Asf y P) son gene-
tidos por cada volcán (Báez et al. 2017). Este tipo de ralmente halladas en la base de algunos conos de
edificios, denominados “volcanes monogenéticos escoria (e.g. Cerro Bitiche, Cerro Morado, El Toro,
policíclicos” (Németh y Kereszturi 2015), constitu- Cerros Negros de Jama), sugiriendo su vinculación
yen una transición del volcanismo monogenético a episodios de apertura de conductos (Figura 14).
sensu stricto hacia aparatos poligenéticos complejos. En dichos casos la erupción aconteció en bajos to-
Independientemente del carácter monogenéti- pográficos con poca disponibilidad de agua (no hay
co sensu stricto o policíclico de los centros máficos verdaderos anillos de tobas ni maares). Así también,
de Puna, del análisis litofacial queda claro que su sugiere que la tasa de descarga de magma era lo
construcción involucró estilos dominantemente suficientemente baja como para favorecer interac-
estrombolianos, hawaianos y transiciones entre ciones termohidráulicas explosivas o autoclásticas.
ambos, así como fases explosivas más violentas Una vez que el flujo de magma en el conducto fue
(estrombolianas violentas/subplinianas o freato- más o menos constante, el sistema pasó en continui-
magmáticas). dad a una dinámica estromboliana (Presta y Caffe
La predominancia de la litofacies A en la arqui- 2014, Maro y Caffe 2017). En Puna Austral en cam-
tectura de los conos es resultado de una fuerte con- bio, la presencia de litofacies y estructuras (maares,
tribución de una dinámica estromboliana (Figura anillos de tobas, domos) de origen freatomagmáti-
14), producto de una tasa de aporte y velocidad co es mucho más común. Los productos hidrovol-
de ascenso magmáticas relativamente bajas (Pioli cánicos aparecen tanto hacia la base como hacia el
et al. 2008). Los productos tienen gruesa granulo- tope (Figura 14) de los conos, dependiendo de si la
metría y fueron emplazados siguiendo trayectorias tasa de descarga magmática fue progresivamente
balísticas. Las descargas de estilo hawaiano o tran- creciente (Pasto Ventura; Filipovich 2015) o decre-
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Relatorio - XX CGA - Tucumán 2017
Maro et al. – Ciencias de la Tierra y Recursos Naturales del NOA

Figura 14. Historia eruptiva del volcanismo monogenético. Los conductos representados con diferente grosor señalan
distintas tasas de descarga y ascenso (más grueso, mayores tasas); mrg: magma rico en volátiles; mpg: magma pobre
en volátiles. Salvo en las etapas iniciales, la erupción de lavas y piroclastos fue concomitante.

ciente (Antofagasta de la Sierra; Báez et al. 2017) en incluyen uno o más pulsos de emisión de coladas
el tiempo. Algunas regiones de Puna Austral donde de lava (Figura 14) desde la base de los conos, o la
las estructuras eruptivas freatomagmáticas son par- construcción de domos (Figura 14). La ocurrencia
ticularmente abundantes (e.g. Pasto Ventura) han de montículos piroclásticos (Figura 14) y la esca-
sido correlacionados con su posición estructural sez de conos aportillados son evidencia clara de
(graben tectónicos), así como condiciones paleocli- contemporaneidad o alternancia de erupciones
máticas particulares (Filipovich et al. 2014). piroclásticas y lávicas desde un mismo centro (Va-
A excepción de unas pocas localidades, el vol- lentine y Gregg 2008, Riggs y Duffield 2008). Otra
canismo monogenético estuvo dominado en fre- evidencia de este mismo fenómeno es la interdigi-
cuencia y volumen por erupciones efusivas, que tación de algunas lavas con depósitos de caída y de
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Relatorio - XX CGA - Tucumán 2017
Maro et al. – Ciencias de la Tierra y Recursos Naturales del NOA

oleadas piroclásticas (litofacies A’ y B), o cobertura en Mg (Fool > 80; #Mgpx > 80, respectivamente), con
de lavas por depósitos piroclásticos (Figura 14) a leve zonación normal y frecuente desarrollo es-
distancias muy lejanas del centro eruptivo (Maro y quelético.
Caffe 2017, Báez et al. 2017). Es característica la presencia de xenocristales de
El desarrollo de campos volcánicos máficos (e.g. cuarzo con diversos grados de desarrollo de coro-
Cerro Morado, Cerro Bitiche, Antofagasta) se debe nas de reacción de clinopiroxeno, o clinopiroxeno y
al agrupamiento de varios centros cercanos cuyos ortopiroxeno, con o sin vidrio intersticial. También
productos, principalmente efusivos, son coalescen- son distintivos los agregados de microlitos acicu-
tes o están yuxtapuestos. Las emisiones repetidas lares de clinopiroxeno y/u ortopiroxeno ± vidrio
de lavas causaron el apilamiento de coladas emiti- intersticial. Estos últimos han sido interpretados
das desde uno o varios centros eruptivos, que fue- como un estadio final de reacción de los xenocris-
ron llenando el espacio y amalgamándose en un tales de cuarzo, que han sido íntegramente reem-
mismo campo. plazados (Maro y Caffe 2012, 2016).
Algunos conos de escoria posdatan a los flujos Diversos trabajos (Ducea et al. 2013, Risse et al.
de lavas (e.g. Alumbrera, Cerro Bitiche), sugiriendo 2013, Maro 2015, Maro y Caffe 2016) han aporta-
que la actividad explosiva pudo desplegarse con do valiosa información sobre las condiciones de
posterioridad a la efusiva. Sin embargo, la situa- cristalización de las principales fases que compo-
ción más común fue la concomitancia de erupcio- nen las rocas más máficas (con #Mg > 60) de la
nes efusivas y explosivas de diferente intensidad y Puna mediante la aplicación de una variedad de
naturaleza (hawaiana, estromboliana, estrombolia- termobarómetros (e.g. Herzberg y O’Hara 2002,
na violenta y freatomagmática). Esta característica Putirka et al. 2003, Putirka 2008) y cálculos de fO2
ha sido explicada a partir de estilos de desgasifica- (e.g. Kress y Carmichael 1991, Poustovetov 2000).
ción contrastantes (e.g. Hammer et al. 1999, Pioli et El conjunto de resultados indica elevadas tempe-
al. 2008) en un sistema alimentador de geometría raturas de formación del olivino, superiores a los
compleja. Así, bajas tasas de ascenso magmático 1.200°C, y de 50 a 100°C menos para la del clino-
resultan en magmas más “permeables” que se des- piroxeno. Considerando el rango de error (± 30°C)
gasifican más pasivamente, a su vez conduciendo de los métodos de calibración, dichas temperatu-
a erupciones efusivas por lo general desde bifur- ras sugieren una cristalización simultánea o leve-
caciones del conducto principal (Figura 14). Mayo- mente posterior del clinopiroxeno. Cabe destacar
res velocidad de ascenso y tasa de descarga en el que las máximas temperaturas de cristalización
conducto central, por su parte, propenden a la frag- de olivino (muy próximas a los 1.300°C) han sido
mentación explosiva del magma, cuya intensidad registradas en la Puna Austral (Risse et al. 2013),
y eficiencia dependió del contenido de volátiles o probablemente en correspondencia con la com-
reología magmática en cada momento eruptivo. posición más primitiva de los magmas eruptados.
Por otro lado, los geobarómetros revelan una pre-
PETROLOGÍA DEL VOLCANISMO sión máxima de 10 kbar para el inicio de la crista-
MÁFICO DEL PLATEAU DE LA PUNA lización del clinopiroxeno (mínimo 5 kbar), con-
sistente con una profundidad máxima de ~35 km.
Petrografía y condiciones de cristalización Finalmente, tanto en Puna Norte como en Puna
Austral se han registrado bajas fO2 en las rocas oli-
La mineralogía de las lavas máficas de la Puna vínicas más primitivas, entre 0 y -2 unidades por
es variada (Figura 15), presentando las siguientes debajo del QFM (Risse et al. 2013, Maro 2015).
asociaciones minerales: ortopiroxeno; ortopiroxe-
no y plagioclasa; olivino y anfíbol; anfíbol, clino- Caracterización geoquímica
piroxeno y plagioclasa; ortopiroxeno, plagioclasa y
anfíbol; clinopiroxeno, ortopiroxeno y plagioclasa; La mayoría de las rocas volcánicas máficas de la
flogopita es un típico mineral accesorio sólo en la- Puna clasifican (Figura 16) como andesitas basálti-
vas de la serie shoshonítica (e.g. Negro de Chorri- cas, andesitas, traquiandesitas basálticas y traquian-
llos). Sin embargo, las rocas más conspicuas tienen desitas que pertenecen a la serie calcoalcalina con
microfenocristales de olivino (< 10%), con bajas alto K, y sólo algunas lavas (Kay et al. 1994, Guzmán
proporciones (< 5%) de clinopiroxeno, ambas fa- et al. 2006, Maro y Caffe 2015) tienen afinidad shos-
ses con típica inclusión de espinelo rico en cromo. honítica. Los basaltos y traquibasaltos subalcalinos
La plagioclasa se encuentra principalmente como no son muy abundantes y se presentan casi única-
microlito en la pasta. Tanto el olivino como los pi- mente en centros de la Puna Austral (e.g. Drew et al.
roxenos se caracterizan por ser mayormente ricos 2009, Filipovich 2015, Báez et al. 2017).

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Relatorio - XX CGA - Tucumán 2017
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Figura 15. Petrografía de las volcanitas máficas de la Puna. Ol: Olivino. Cpx: clinopiroxeno. Opx: ortopiroxeno. Pl:
plagioclasa. Hbl: anfíbol.

Figura 16. Clasificación de las rocas volcánicas máficas del volcanismo neógeno de la
Puna Norte y Austral en el diagrama de Peccerillo y Taylor (1976). Los datos proyectados
corresponden a Maro (2015) y referencias allí citadas.
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Maro et al. – Ciencias de la Tierra y Recursos Naturales del NOA

Las rocas más máficas (MgO% > 6) se caracteri- lizados en la Puna Austral (Risse et al. 2013), mien-
zan por altos #Mg (60-70) y contenidos de Ni (> 100 tras que los más elevados han sido registrados en
ppm) y Cr (> 400 ppm), valores que se aproximan a la Puna Norte (Maro et al. 2014). No se observa un
la composición de magmas primarios (e.g. Kelemen comportamiento particular de las rocas shoshoní-
2003). En contraste, su elevada concentración de ticas como ha sido sugerido en estudios previos
SiO2 (generalmente > 53%) conduce a la clasificación (Kay et al. 1994), pudiendo resultar tanto en altos
de la mayoría de las rocas más máficas de la Puna (> 0,707) como en bajos (< 0,707) valores de 87Sr/86Sr.
como andesitas de alto Mg (Wood y Turner 2009). Asimismo, es característico el solapamiento que se
Cabe destacar que las composiciones más magne- produce entre la mayor parte del rango de compo-
sianas (> 8% de MgO) se encuentran en la Puna Aus- sición de las lavas máficas de la Puna y las rocas
tral, mientras que en la Puna Norte han sido halla- silícicas del Complejo volcánico Altiplano-Puna
dos basaltos únicamente como enclaves contenidos (APVC) (Caffe et al. 2002, Kay et al. 2010) y de la
en andesitas basálticas (Presta y Caffe 2014). Puna Austral (Kay et al. 2010, Guzmán et al. 2011).
Los diagramas multielemento muestran patro- Finalmente, cabe destacar la formación de dos
nes de diseño semejante para las rocas calcoalcali- tendencias de variación isotópica (Figura 18), tanto
nas más primitivas de la Puna. Al igual de lo que en Sr como en Nd, respecto de índices de diferen-
sucede con la SiO2, la concentración de elementos ciación como el MgO o la SiO2 (Maro 2015). Así es
traza incompatibles (como Sr, Ba, Th, Zr) es ele- como se distingue un tren principal que agrupa to-
vada para el alto contenido de elementos compa- das las muestras de centros de la Puna Austral y la
tibles (Ni y Cr). Las shoshonitas exhiben un claro mayor parte de las de Puna Norte y un segundo
enriquecimiento en algunos elementos traza, en grupo, de menor representación, que diverge del
especial litófilos de radio iónico grande (Ba, Rb, anterior y que está formado exclusivamente por ro-
Sr). Respecto a las tierras raras, también se observa cas de algunos centros de la Puna Norte. Este ras-
un solapamiento general de los patrones, con un go, de gran relevancia petrogenética, es discutido
enriquecimiento de estos elementos respecto del en la siguiente sección.
condrito y presencia de anomalía negativa del Eu,
a pesar de la ausencia de otros indicadores de frac- Significado geodinámico del volcanismo
cionamiento de plagioclasa. máfico neógeno del plateau de la Puna
Las lavas máficas neógenas de la Puna presen-
tan, aún entre las rocas más primitivas (e.g. Drew La existencia de determinados atributos geofí-
et al. 2009), altas relaciones 87Sr/86Sr (0,7053-0,7096) sicos, geoquímicos y petrológicos han llevado a
que forman una buena correlación con 143Nd/144Nd interpretar que un proceso de delaminación litos-
(Figura 17). Los valores más bajos de Sr radiogé- férica dominó la evolución geodinámica de varios
nico corresponden a centros monogenéticos loca-

Figura 17. Comparación de los isótopos de Nd y Sr de las lavas máficas de la Puna Norte y
Austral con los de magmas silícicos contemporáneos de los Andes Centrales. Los análisis
de domos y lavas silícicos neógenos son de Caffe et al. (2002) y los de ignimbritas corres-
ponden a Kay et al. (2010). Los símbolos se corresponden con los de la Figura 16.
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Relatorio - XX CGA - Tucumán 2017
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Figura 18. Tendencias isotópicas del magmatismo de Puna Norte. CC: contaminación cortical;
CF: cristalización fraccionada. La correlación I se asemeja al comportamiento de las volcanitas
de Puna Austral, proyectando hacia un miembro final equivalente al basalto más primitivo de
la región (P07-SUR101; Drew et al. 2009). La tendencia II es exclusiva de Puna Norte y agrupa
una evolución a valores isotópicos de Sr y Nd más evolucionados. Ver discusión en el texto.

segmentos del plateau de los Andes Centrales. Este el voluminoso volcanismo silícico del retroarco
concepto, ampliamente aceptado en la actualidad neógeno, en conjunto con el hallazgo en la región
para la Puna, se basa en la observación de variacio- de rocas máficas con señal geoquímica afín a mag-
nes complejas en la velocidad de las ondas sísmicas matismo de intraplaca (Kay et al. 1994) han dado
en el manto superior subcortical de la región (Beck soporte a este modelo geodinámico. Sin embargo,
et al. 2015, entre otros), con dominios de alta velo- aún existe un intenso debate acerca de cómo la de-
cidad de las ondas S (interpretados como litósfera laminación ha operado en la génesis de magmas en
densa y fría) rodeados por dominios de baja velo- el manto de la Puna. En primer lugar, Kay y Kay
cidad (interpretados como astenósfera). Asimismo, (1993) propusieron que la delaminación y hundi-
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Relatorio - XX CGA - Tucumán 2017
Maro et al. – Ciencias de la Tierra y Recursos Naturales del NOA

miento de litósfera densa habría sido la responsa- Por otro lado, en caso de fusión parcial de pi-
ble de un ascenso de manto astenosférico y, en con- roxenitas en la fuente, son previsibles muy altas
secuencia, de su fusión parcial por descompresión. concentraciones de Ni en el líquido y en el olivi-
Este modelo, planteado específicamente para la no (> 2.500 ppm) resultante de su cristalización
Puna Austral, es apoyado por estudios posteriores (Straub et al. 2008). Sin embargo, el contenido de
en base a la presencia de señales de elementos traza Ni en el olivino de las rocas máficas del plateau de
tipo intraplaca (Kay et al. 1994) y alta temperatu- la Puna es en promedio inferior a las 1.500 ppm,
ra potencial del manto (1.470°C) en dicha región lo que por lo tanto también contradice lo sugeri-
(Risse et al. 2013). En ese contexto, las relaciones do por la relacion Zn/Fe. En resumen, la distinción
isotópicas enriquecidas de Sr y Nd resultarían de geoquímica entre las dos posibles fuentes del man-
la contaminación cortical in situ de la fuente man- to en el magmatismo de retroarco de la Puna es
télica por erosión tectónica en el antearco. Por otro bastante ambigua.
lado, el modelo de Drew et al. (2009) desconoce un Una señal más consistente de la heterogeneidad
componente principal astenosférico en la fusión. del manto en la Puna se reconoce a partir de la ocu-
En su lugar explica la señal enriquecida como con- rrencia de dos tendencias de correlación de las re-
secuencia de la fusión parcial de litósfera subconti- laciones isotópicas de Sr y Nd respecto de la SiO2 y
nental que no fue perturbada por la delaminación. el MgO, las cuales se extrapolan hacia dos compo-
Más recientemente, Ducea et al. (2013) y Murray et siciones isotópicas diferentes al considerar un mag-
al. (2015) han propuesto que el principal aporte al ma primario con 10% de MgO. El tren que agrupa
magmatismo proviene de los bloques litosféricos a la totalidad de las rocas analizadas de la Puna
delaminados, los cuales se fundirían parcialmente Austral, así como a la mayor parte de las muestras
en su hundimiento a medida que atraviesan la as- de la Puna Norte, sugiere una relación 87Sr/86Sr ini-
tenósfera caliente. En este caso, nuevamente el ca- cial de alrededor de 0,705, similar a la composición
rácter enriquecido corresponde al aporte dominan- del basalto más primitivo hallado en la Puna Aus-
te de litósfera como fuente de los magmas máficos. tral (P07-SUR101 de Drew et al. 2009). El segundo
Ducea et al. (2013) y Murray et al. (2015) sos- tren parece sólo estar presente en la Puna Norte y
tienen un rol importante de los bloques piroxení- su extrapolación a un magma con 10% de MgO su-
ticos delaminados en la fusión, principalmente a giere una relación de 87Sr/86Sr inicial de alrededor
partir del registro de elevados valores de la rela- de 0,708 (Figura 18). Es notable que muestras pro-
ción Zn/Fe (Zn/Fe*104 > 13) en rocas máficas de la pias de un mismo centro forman parte de ambas
Puna Austral. En particular, la hipótesis de que tendencias (e.g. Cerro Morado), pero la definición
la fusión de bloques de litósfera que contienen de una secuencia en el orden de influencia de los
eclogita y/o piroxenita puede ser identificada a dos tipos de fuentes en la actividad volcánica re-
partir de la relación entre elementos de transi- quiere información geocronológica de detalle que
ción (también Mn/Fe y Ga/Sc) se basa en los ba- es aún inexistente.
jos KdZn/Fecpx/líq y KdZn/Fegte/líq (< 1). La fusión parcial Los dos componentes del manto identificados
de una fuente rica en clinopiroxeno y/o granate por estas tendencias divergentes son interpretados
resultará en altos valores de la relación Zn/Fe en como el producto de una contribución variable de
el magma (Le Roux et al. 2010), en contraste con astenósfera y litósfera. En este contexto, la tenden-
fundidos derivados de una fuente peridotítica cia principal revela la presencia de un componente
tipo MORB (Zn/Fe*104 entre 8 y 10). mantélico levemente enriquecido y con prevalen-
Maro (2015) reconoció que altos valores de Zn/ cia regional. De acuerdo a la extensión geográfica
Fe son también característicos de las rocas del vol- de esta composición de base y a su ocurrencia en
canismo máfico neógeno de la Puna Norte, pero magmas de diferentes edades (Mioceno a reciente),
a la vez notó que la distinción del tipo de fuente el enriquecimiento no habría sido originado por la
por medio de este índice resulta problemática bá- adición de bloques litosféricos a la astenósfera por
sicamente por dos razones. La primera, porque delaminación, esencialmente teniendo en cuenta
la aplicación de otras relaciones de elementos de que esta última fue probablemente tipo “piece-
transición, como Fe/Mn, contradice lo indicado por meal” (Ducea et al. 2013). Un excelente candidato
la relación Zn/Fe al revelar valores típicos de la fu- para el enriquecimiento de la astenósfera a gran
sión de una peridotita. La segunda razón radica en escala es la incorporación de corteza inferior por
que las andesitas de la Puna describen una clara co- erosión cortical, proceso característico del sistema
rrelación del Zn/Fe con índices de fraccionamiento, de subducción de los Andes Centrales (Stern 1991)
como el porcentaje de MgO, y con indicadores de y que ha sido previamente propuesto como causa
adición de fluidos derivados de la subducción y/o de contaminación de la fuente de los magmas de
contaminación cortical, como la relación Ba/Nb. arco (Goss et al. 2013).
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Relatorio - XX CGA - Tucumán 2017
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En contraste, el componente más enriquecido, magmatic body” o APMB y el “Southern Puna


asociado al tren con menos representatividad en la magmatic body” o SPMB; Beck et al. 2015) que
Puna, es atribuido a la fusión parcial y asimilación casi inevitablemente habrían ejercido un rol sig-
de litósfera antigua con altas relaciones de Rb/Sr y nificativo en la contaminación cortical y mezcla
Sm/Nd, como en principio fuera propuesto por Ro- con magmas félsicos.
gers y Hawkesworth (1989). De ser así, la distribu- El principal proceso de evolución que ha sido
ción localizada de esta tendencia en el plateau de la considerado por muchos autores (e.g. Kay et al.
Puna evidencia que el proceso que ha generado la 1994, Risse et al. 2013) es la mezcla con fundidos
fusión de litósfera también ha sido limitado espa- silícicos asociados a las ignimbritas regional-
cialmente. La propuesta de la adición de litósfera a mente extensas de los Andes Centrales. Sin em-
la fusión parcial (e.g. Murray et al. 2015) sería válida bargo, se observa que, si bien en algunos casos
únicamente para este caso. No obstante, con los da- concretos los modelos de mezcla binaria simple
tos actuales no se puede distinguir si el componen- se ajustan bien (Risse et al. 2013, Maro y Caffe
te litosférico corresponde a material delaminado o 2016), su aplicación a la mayor parte de las rocas
a la simple fusión de la base de la litósfera, puesto de la Puna reproduce sólo la concentración de
que ambos procesos tendrían la misma impronta. unos pocos elementos.
El hecho de que esta característica sólo haya sido Por otro lado, la aplicación del modelo clásico
observada en la Puna Norte, donde la correlación de asimilación y cristalización fraccionada (AFC)
espacio-temporal del magmatismo máfico con las tampoco permite reflejar la composición de los
extensas ignimbritas del APVC es muy clara (Maro magmas más primitivos. Este modelo no puede
y Caffe 2017), es consistente con la hipótesis de que reproducir de manera equivalente los volúme-
el fenómeno de delaminación habría operado du- nes de asimilación para el conjunto de elementos
rante mayor tiempo e intensidad en esta región. traza (los elementos LIL requieren mayor con-
taminación que los HS). Así mismo, el máximo
Evolución química de los magmas grado de contaminación requerido por AFC es
muy elevado (> 25-30%, cercano a los valores cal-
Si bien gran parte de la composición de las culados para algunos magmas dacíticos de la re-
rocas más primitivas del volcanismo neógeno de gión; Caffe et al. 2002) y difícil de compatibilizar
la Puna se aproxima a la de los magmas prima- con el alto contenido de elementos compatibles.
rios, los efectos de la evolución del magma en su En síntesis, tanto la mezcla simple como el
trayecto por la corteza son evidentes. Por ello, se modelo de AFC fracasan al explicar la compo-
espera una superposición entre las consecuen- sición del conjunto de rocas máficas de la Puna
cias de este fenómeno y la heterogeneidad de la debido a que el proceso que dominó la diferen-
fuente en la cuña del manto. La complejidad del ciación de los magmas fue un proceso selectivo.
análisis de la contribución de la diferenciación Esto último implica que ciertos parámetros sean
magmática en la composición de los magmas de intensamente modificados mientras otros se
la Puna radica en la identificación de los diversos mantienen prácticamente invariables.
procesos involucrados. Por un lado, la formación Los magmas máficos que ascienden por la
de patrones regulares de disminución del conte- corteza a alta velocidad como flujos turbulentos
nido de CaO, FeO, Cr y Ni con el aumento de resultan ser muy eficaces para asimilar fundidos
la concentración de sílice evidencian la cristali- y xenolitos de la corteza. En la Puna, la textura
zación fraccionada de olivino, piroxeno y espi- fina de las rocas máficas y la común morfología
nelo rico en cromo, fases principales de las rocas esquelética de los cristales indican un rápido
máficas de la Puna. No obstante, este fenómeno enfriamiento y, por lo tanto, un veloz transpor-
por sí solo no permite explicar en su totalidad te desde un reservorio profundo. Así mismo,
las características geoquímicas y petrográficas los magmas máficos han sido capaces, especial-
observadas: marcado y dispar enriquecimiento mente en la Puna Norte, de atravesar una zona
en ciertos elementos traza; la buena correlación de baja densidad y alta viscosidad en la corteza
entre la relación de isótopos de Sr con la sílice; media/superior como el APMB, preservando las
la ubicua presencia de xenocristales y xenolitos; relativamente altas concentraciones de MgO y
etc. Muchos de estos aspectos más bien sugieren elevadas temperaturas. En ocasiones incluso han
la evolución de los magmas en un sistema abier- llegado a transportar xenolitos ultramáficos casi
to. Esto es previsible ante la presencia de zonas sin modificación a superficie (Maro et al. 2016).
de fusión parcial en la corteza media a superior Conjuntamente, estas características requieren
del plateau Altiplano-Puna (el “Altiplano-Puna de un ascenso magmático veloz. Finalmente, la
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Relatorio - XX CGA - Tucumán 2017
Maro et al. – Ciencias de la Tierra y Recursos Naturales del NOA

ubicua presencia de xenocristales de cuarzo en más elevados de Ba, Rb, Th, Rb/Sr y Ba/Nb que las
variable estado de reacción y de fragmentos de rocas calcoalcalinas de la Puna Austral, así como
la roca de caja es compatible con la hipótesis de también alcanzan superiores valores de la relación
un régimen de flujo turbulento. 87
Sr/86Sr. Estos contrastes pueden, en principio, ser
El proceso de asimilación que ocurre durante explicados mediante dos hipótesis: 1) los contras-
un ascenso turbulento del magma (comúnmente tes reflejan diferencias en la fuente del manto, o 2)
denominado ATA, por su acrónimo en inglés; Kerr existen distinciones en la cantidad y/o composición
et al. 1995) consiste, en esencia, en un mecanismo de la contaminación cortical entre las dos regiones.
selectivo de contaminación. Éste se produce en un Preferimos la segunda explicación, ya que estos
periodo relativamente corto de contacto del mag- contrastes composicionales se incrementan en las
ma con la roca de caja, lo que favorece el enrique- rocas máficas más evolucionadas (más ricas en síli-
cimiento preferencial en aquellos elementos pre- ce). Discrepancias similares fueron observadas en-
sentes en las fases de fusión temprana. Además, tre las ignimbritas de la Puna Norte y Austral (Kay
ocurre una alta relación asimilación/cristalización et al. 2010), a su vez atribuidas a heterogeneidades
(Reiners et al. 1995). Los elevados contenidos de sí- del basamento: metasedimentos al norte y rocas
lice y el enriquecimiento en Sr radiogénico sin una metaígneas al sur. El contraste en la composición
gran variación en #Mg de los magmas más primi- de la corteza se suma probablemente a un mayor
tivos de la Puna pueden ser explicados por estas grado de asimilación de los magmas máficos de
últimas propiedades. En concordancia, la asimila- Puna Norte, como resultado de la presencia de
ción a través del proceso ATA explicaría el enrique- una zona de fusión parcial en la corteza media/su-
cimiento similar en elementos traza incompatibles perior (APMB) más extensa. Esto último también
y Sr radiogénico entre la “suite” máfica de la Puna permite explicar el porqué del menor volumen de
y las ignimbritas de la región. rocas volcánicas máficas en la Puna Norte en com-
La turbulencia, en tanto, favorece la contamina- paración con el sur, dado que el APMB actuó como
ción a diferentes profundidades (y con más de un una efectiva barrera de densidad al ascenso de los
componente cortical; Risse et al. 2013) sin necesidad magmas derivados del manto (Maro y Caffe 2017).
de altas tasas de cristalización en cámara magmá-
tica, como las requeridas por un proceso de AFC. Agradecimientos
Cabe destacar que a pesar de que el volcanis- Esta contribución se vio enriquecida con las discusiones
mo monogenético de la Puna Norte y Austral pre- acerca del volcanismo monogenético de la Puna y tra-
senta características comunes (la textura de las ro- bajos llevados por largos años con varios colegas, entre
cas y sus minerales, la termobarometría), existen ellos S. Kay, B. Coira, M. Arnosio, I. Petrinovic, S. Guz-
diferencias significativas entre sus productos en mán, J. Viramonte, J. Presta, A. Cabrera, R. Trumbull, R.
volumen, edad y geoquímica. Como se dijo más Romer, G. Giordano, R. Filipovich y G. Carrasco Núñez.
arriba, la Puna Norte presenta una menor cantidad El arbitraje de G. Bertotto y los comentarios editoria-
les de P. Grosse ayudaron a mejorar la calidad de este
de centros monogenéticos así como registra un
artículo. Agradecemos el financiamiento de ANPCyT
clímax de actividad aparentemente más antiguo
(PICT 2012-1302), CONICET (PIP 2010-2012 N°204, PIO
que la Puna Austral. Respecto de la composición
14020140100010CO), SeCTER-UNJu (08/E034, E/0030, E/
química, una de las principales divergencias es
B004) e IPGH (Proyecto IPGH-GEOF 04 2014).
la ausencia de una evidente señal tipo intraplaca
(La/Ta < 25, Ba/Ta < 300) en la Puna Norte como
REFERENCIAS
la que existe en una estrecha región al oeste de la
caldera del Cerro Galán, en la Puna Austral (Kay Adelmann, D. 2001. Känozoische Beckenentwicklung
et al. 1994). No obstante, no se descarta la posibi- des zentralandinen Puna - Plateaus (NW Argenti-
lidad de que este rasgo se encuentre enmascarado nien) – Das Gebiet um den Salar de Antofalla und
por las altas concentraciones de La y Ba de las ro- ein Vergleich zur nördlichen Puna. Tesis Doctoral,
cas de la Puna Norte que resultan, como ha sido Freie Universität Berlin (inédita), Berliner Geowis-
descripto anteriormente, de un enriquecimiento senschafliche Abhandlungen Reihe A, 210 pp.
Alaniz-Alvarez, S.A., Nieto-Samaniego, Á.F. y Ferra-
durante la evolución cortical de los magmas. Esto
ri, L. 1998. Effect of strain rate in the distribution
último es principalmente soportado por los conte- of monogenetic and polygenetic volcanism in the
nidos de Ta y Nb que presentan algunas muestras Transmexican volcanic belt. Geology 26(7): 591-594.
halladas en la región y que son equivalentes a los Alonso, R., Viramonte, J.G. y Gutiérrez, R. 1984. Puna
que caracterizan a los ejemplares con firmas tipo Austral - Bases para el subprovincialismo gelógi-
OIB de la Puna Austral. Además, se observa que las co de la Puna Argentina. IX Congreso Geológico
lavas máficas de la Puna Norte presentan valores Argentino, Actas 1: 43-63, San Carlos de Bariloche.

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Relatorio - XX CGA - Tucumán 2017
Maro et al. – Ciencias de la Tierra y Recursos Naturales del NOA

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