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TEMA 2

PSICOPATOLOGÍA DE LA PERCEPCIÓN
El paciente verbaliza una serie de síntoma y hay otros que nosotros recogemos. Los síntomas
se agrupan en síndromes => conjunto de síntomas. Un conjunto de síndromes con una
evolución determinada en el tiempo, va a dar una enfermedad concreta.
Diagnóstico nosológico: de los síntomas.
Sintomatología psíquica en relación a una función determinada.
Psicopatología: síntomas psíquicos que puede tener el sujeto.
SENSOPERCEPCIÓN
CONCEPTO Sensación => es lo recogido de forma pasiva por los sentidos.
Aparte de los cinco sentidos: gusto, tacto, olfato, vista y oído, están:
Equilibrio
Cinestésico (sentido del movimiento)
Cenestésico (movimiento de las vísceras), sensación interna.
Una vez que llega la información por los sentidos, el sujeto tiene que elaborar activamente
lo que recoge por los sentidos: Percepción => elaboración que el sujeto realiza de las
sensaciones y que está sujeta a muchas otras funciones y situaciones.
Ante un hecho, una persona percibe las cosas de una forma y otra persona lo percibe de otra,
por la afectividad, memoria..., la percepción es distinta, aunque las sensaciones sean las
mismas. No hay percepción sin sensación.

BASES NEUROFISIOLÓGICAS
Las sensaciones se recogen por órganos receptores específicos y especiales, después esa
información va a ir a través de mecanismos transmisores al sistema nervioso central y luego
va a haber una respuesta (dependiendo del sujeto) a través de órganos efectores.
*TIPOS DE PERCEPCIONES
Simples, complejas.
* FACTORES QUE INFLUYEN EN LA PERCECCIÓN
1.- Estado de ánimo
2.- Motivación, el aprendizaje es mayor con buena motivación
3.- Organización de las sensaciones, si llegan sensaciones diversas que se confunden,
influyen en la percepción.
4.- Aspecto social, no es lo mismo la percepción en grupo (visiones, fenómenos
paranormales...), es más fácil que de forma aislada.
5.- Estructuración del campo externo
6.- Conciencia, no llegan igual cuando la persona está medio dormida.
7.- Leyes, Ley de Rubin: figura-fondo
* ANÁLISIS DE LA IMAGEN PERCEPTIVA
Jaspers hace un análisis de la imagen perceptiva y hace un análisis de las características de
la imagen real y de la imagen imaginada:
Real Corporeidad: en el espacio externo del sujeto, tiene volumen.
Objetiva: porque tiene cuerpo y está en el espacio exterior del sujeto
Autónoma: surge sin la voluntad del sujeto
Fija: es constante Imaginada
Imaginada: no tiene volumen
Subjetiva: aparece en el espacio interno del sujeto
Fluctuante: está en función de la voluntad del sujeto
Plástica: es cambiante
Esto es importante para ver luego la psicopatología, trastornos que pueda tener de la imagen
real o imaginaria.
PSICOPATOLOGÍA DE LA SENSOPERCEPCIÓN
Se divide en cuatro apartados: intensidad, integración, incorporación y fidelidad.
Intensidad
HIPERESTESIA: aumento de la sensopercepción, se puede distribuir en función de la
etiopatogenia (origen, causa de la enfermedad):
• Sensorial u orgánica: aumento de la capacidad sensoperceptiva en base a una etiopatogenia
sensorial u orgánica. Ej.: en una jaqueca (vasodilatación, vasoconstricción), molesta la luz y
el ruido => hay hiperestesia.
• Funcional: de forma psicológica o psíquica. Ej.: en un cuadro depresivo, molesta el ruido.
HIPOESTESIA: disminución en la intensidad de los estímulos en base a la percepción.
También puede ser:
• Sensorial u orgánica: Ej.: percepción táctil: disminuyen las sensaciones, puede ser por una
paresia facial del nervio auditivo...
• Funcional: de tipo psicógeno. Ej.: depresivo, escucha de lejos.
Los síntomas no están adscritos a la fuerza a una enfermedad determinada.
2.- Integración. Al sujeto le llegan todo tipo de percepciones, el sujeto hace una integración
de todas las sensaciones que le llegan; una alteración en esta integración, puede dar tres tipos
de síntomas:
DISTORSIÓN PERCEPTIVA FORMAL: consiste en una alteración en la integración de las
formas y de las figuras, lo percibe distorsionado. Lo más característico, sería en psicosis
exotóxicas (por drogas) o por intoxicación de algún tipo de droga (LSD).
Le llegan las sensaciones y las integra mal, alteradas, puede ver o escuchar cosas deformadas.
El sujeto lo percibe alterado en cuanto a intensidad, forma..., esto es por una mala integración
de las sensaciones. A veces está tan deformado que no tiene nada que ver con la realidad.
ESCISIÓN: destrucción, ruptura, bien de las formas o las figuras (morfolisis); o bien de los
colores (metacromía). Es un grado mayor, no conserva la idea original. También ocurre en
la psicosis exotóxicas y en las intoxicaciones por LSD (psicodisléptica).
AGLUTINACIÓN – SINESTECIA: la reunión de sensaciones de diferente área perceptiva,
con una mayor frecuencia se da en varios tipos de trastornos, uno de ellos, la esquizofrenia.
En algún caso se puede dar en niños y en algunas situaciones normales en adultos, pero
generalmente es patológico. Ej.: al escuchar el sonido de un pájaro, ve al pájaro. Un paciente
dice: suena la cisterna y oigo que se meten conmigo.
3.- Incorporación, componente afectivo que se presenta junto con la percepción. =>
Alteración del componente afectivo que presenta la percepción. Ej.: Ir por un bosque oscuro,
al tener sensación de miedo, la percepción no es la misma si se oye algún ruido, voces,
movimiento, forma... Las percepciones llevan aparejadas un componente afectivo. Los tres
tipos de trastornos, son:
EXTRAÑABILIDAD, consiste en una alteración en la incorporación de la imagen perceptiva
(no tiene porqué ser visual) por una disminución del componente afectivo, esto va a dar lugar
a una disminución en la resonancia afectiva (notar todo lo de fuera como extraño, raro).
• Desrealización: consiste en una alteración en la percepción en cuanto a lo externo al sujeto,
su mundo circundante. Puede ocurrir en situaciones normales de tensión intensa, cansancio,
no dormir... (se ve raro). En un inicio de esquizofrenia, puede haber desrealización.
• Despersonalización: se refiere a él mismo, se encuentra raro, como si no fuera él mismo.
Puede ocurrir en situaciones normales, en la pubertad, como una situación madurativa. En
situaciones patológicas, se da también en la esquizofrenia, sobre todo al comienzo y también
en otros cuadros de tipo psicótico.
ENTRAÑABILIDAD, sería un trastorno en la incorporación de las sensaciones por un
aumento del componente afectivo. Se suele dar en la primera etapa en las intoxicaciones
alcohólicas y de cannabis. Se puede dar también en la fase maníaca de los trastornos
bipolares.
SENTIMIENTOS SENSORIALES ANORMALES, distorsión del componente afectivo de
las percepciones o sensaciones. Ej.: “siento la mano de hierro”, “mi imagen en el espejo
irradia fuego”. El sentimiento que tiene de esa percepción está alterado. Es raros que se de
en otros cuadros diferentes a la esquizofrenia, aunque algunas veces, se da en psicosis por
drogas.
4.-Fidelidad (de la imagen) Consiste en una alteración en la fiabilidad de la sensación y del
objeto percibido. Hay dos tipos:
ILUSIONES, consisten en una transformación de la percepción, la imagen no es fiel a la
realidad. Se da por diferentes motivos:
• Por falta de atención: no es patológico.
• De tipo afectivo (catatímica), deformación de imágenes exteriores, ante una situación de
angustia intensa se puede dar. Ej.: queremos que venga una persona y esto nos lleva a
deformar la imagen. En un bosque, ver figuras en lugar de árboles. Los espejismos serían una
ilusión catatímica.
• Por la propia imaginación (pareidólica), es muy frecuente en niños. (no suele ser
patológica).
PSEUDOPERCEPCIONES, son percepciones sin objeto, pueden ser:
• Pseudoalucinaciones, es una percepción sin objeto, en el espacio interno.
Las características son:
 puede ser corpórea o no corpórea.
 subjetiva, porque se da en el espacio interno
 autónoma
 fija
Las funciones que estarían implicadas, son: vista (se suele dar en la esquizofrenia) y oído,
lo son, oír o ver voces o figuras dentro de sí mismo.
• Alucinaciones, es una percepción sin objeto en el espacio externo.
Las características de las alucinaciones son las mismas que una imagen para el sujeto, pero
en la realidad no existe:
: corpórea
: objetiva
: autónoma No hay diferencia con la
imagen real.
: fija

Las alucinaciones pueden ser:


• Auditivas: escucha voces y ruidos.
En la esquizofrenia, se dan voces en segunda persona; en el alcoholismo son en tercera
persona. En la histeria, voces dialogantes, el paciente dialoga.
• Visuales: ve imágenes

• Gustativas: sabores extraños Se suelen dar juntas, en la


esquizofrenia
• Olfatorias: olores en psicosis orgánicas (epilepsia),
drogas.

 Táctiles: de forma activa o pasiva; toca en el delirium tremens y le tocan en la


esquizofrenia.
• Cinestésicas: percepción de moverse, en la esquizofrenia y en psicosis por drogas
. • Cenestésicas: percepción de partes del cuerpo que ocupan más espacio.
• Fisiológicas: son un tipo de alucinaciones que se dan en situaciones normales, ocurren bien
al dormir, en la primera fase del sueño, son las llamadas alucinaciones hipnagógicas
(presueño), o hipnopómpicas al despertar, cuando el sujeto no es consciente plenamente de
la realidad.
Estas son frecuentes tras situaciones de duelo, puede ver o escuchar a la persona, por la
tensión y por la pérdida de conciencia durante el sueño.

Psicopatología de la percepción y de la imaginación


Introducción
Las psicopatologías de la percepción y de la imaginación constituyen temas centrales para la
investigación psicopatológica por varias razones. Por un lado, porque los fenómenos que
abarcan suelen ser muy llamativos y extraños. Por otro, porque en muchos casos estos
fenómenos conllevan anomalías en la imaginación. Y finalmente, porque se imbrican
también con uno de los procesos mentales más importantes para la supervivencia y la
adaptación: la percepción.
La percepción no implica una mera copia de la realidad, sino un proceso constructivo
mediante el que se interpretan los datos sensoriales. La percepción es un proceso
fundamentalmente psicológico, entendiendo por tal la interpretación activa que hace el
individuo de aquello que están captando sus sentidos, y que se fundamenta en las experiencias
previas, las expectativas y las predisposiciones personales. La ilusión es un ej de que la
percepción no está determinada solamente por las características físicas del estímulo: el
contexto nos proporciona las reglas en las que se basan nuestras percepciones a la vez que
guía nuestras interpretaciones.
El interés de la investigación psicopatológica por las imágenes mentales ha atravesado fases
desiguales. Frente al rechazo por psicometristas como Galton o de los conductistas, Tolman
afirmó que los mapas cognitivos constituían la guía fundamental del comportamiento. Desde
entonces, existen 2 opciones teóricas antagónicas sobre el modo de abordar el estudio de las
imágenes mentales. Una de naturaleza dualista defiende la existencia de un código
representacional específico para el procesamiento de imágenes mentales y otro para el
procesamiento proposicional. La otra es de naturaleza reduccionista o uniforme, que aboga
por la existencia de un único formato para las representaciones mentales, que subyace tanto
a "las palabras" como a “las imágenes", y cuya naturaleza es proposicional y abstracta.
Clasificación de los trastornos perceptivos y de la imaginación
Los trastornos de la percepción y de la imaginación se suelen clasificar en dos grupos:
distorsiones y engaños perceptivos. Las distorsiones solamente son posibles mediante el
concurso de los órganos de los sentidos (muchas veces se les llama sensoriales), es decir, se
producen cuando un estímulo que existe fuera de nosotros, es percibido de un modo distinto
a como cabría esperar dadas las características formales del propio estímulo.
Las características físicas del mundo estimular se perciben de manera distorsionada,
entendiendo por tal distorsión:
 Una percepción distinta a la habitual y/o probable teniendo en cuenta las experiencias
previas, características contextuales, y el modo en que otras personas perciben ese
estímulo, cono sucede en las distorsiones relativas al tamaño, forma, intensidad,
distancia…, o
 Una percepción diferente de la que se derivaría en caso de tener solamente en cuenta
las características físicas del estímulo, como sucede en las ilusiones. La anomalía
reside en los órganos de los sentidos, sino en la percepción que la persona elabora a
partir de un determinado estímulo, es decir, la construcción psicológica que el
individuo realiza acerca del mismo.

De todos modos, en algunos casos las distorsiones tienen su origen en trastornos de naturaleza
orgánica, que suelen ser transitorios y que pueden afectar tanto a la recepción sensorial como
a su interpretación. Pese a ello, es más correcto calificarlas como perceptivas que como
sensoriales porque es la construcción que el individuo hace la que está primariamente
alterada. Así, las distorsiones serían el resultado final de una interacción defectuosa entre las
características del estímulo, las del contexto y las del receptor. A excepción de las ilusiones,
las distorsiones perceptivas suelen afectar a una o más modalidades sensoriales y pueden
involucrar todos los estímulos de mundo sensorial que se halle afectado.
Sin embargo, en el caso de los engaños perceptivos se produce una experiencia perceptiva
nueva que:
 Suele convivir con el resto de las percepciones normales.
 No se fundamenta en estímulos realmente existentes fuera del individuo.
 Se activa a pesar de que el estímulo que produjo la percepción inicial ya no se halla
físicamente presente. Se han denominado también percepciones falsas, aberraciones
perceptivas y errores perceptivos.

En definitiva, en los engaños perceptivos el estímulo es mayoritariamente sólo un supuesto


(alucinaciones). Sin embargo, en las distorsiones perceptivas los estímulos son un punto de
partida necesario (aunque no suficiente). Lo común a los engaños y distorsiones es que la
persona tiene una experiencia perceptiva, tanto si ésta se fundamenta como si no en una
“percepción auténtica”.
Clasificación de las psicopatologías de la percepción y la imaginación:
 Distorsiones perceptivas
o Hiperestesias versus hipoestesias: anomalías en percepción de la intensidad
 Hiperalgesias versus hipoalgesias: anomalías en la percepción del
dolor (anestesias, analgesias...)
o Anomalías en la percepción de la cualidad
o Metamorfopsias: anomalías en la percepción del tamaño y/o la forma
 Dismegalopsias anomalías en la percepción del tamaño: micropsias y
macropsias.
 Dismorfopsias: anomalías en la percepción de la forma
 Autometamorfopsias: referidas al propio cuerpo.
o Anomalías en la integración perceptiva: aglutinación y sinestesia versus
escisión
o Ilusiones: una imagen que surge por la imaginación o a través de un engaño de los sentidos, pero
que no tiene verdadera realidad. Vinculada a los sentidos, una ilusión es una distorsión de la percepción.
 Sentido de presencia La sensación de presencia es una distorsión perceptiva en la que la
persona siente que no está sola aunque no exista ningún estímulo externo que apoye esa sensación; siendo
el caso más representativo el de una persona que siente una presencia a su espalda, lo cual puede resultar
bastante inquietante.
 Pareidolias (es un fenómeno psicológico donde un estímulo vago y aleatorio
(habitualmente una imagen) es percibido erróneamente como una forma reconocible. )
 Engaños perceptivos
o Alucinaciones.
 Variantes de la experiencia alucinatoria:
 Pseudoalucinaciones Alucinación que se produce preferentemente en las
modalidades visual y/o auditiva, en las que no existe convicción clara acerca de la realidad
perceptiva de la experiencia, por lo que la persona las califica como imágenes o experiencias
producidas por su propia mente.
 Alucinaciones funcionales cuando la alucinación aparece
acompañada se una percepción real. Se llama funcional porque está en
función de los estímulos externos, apareciendo y desapareciendo con ellos.
Alucinaciones reflejas Término acuñado por Eugen Bleuler. En ellas
se produce el fenómeno en el que una percepción normal anormal se une a una accesoria en el mismo campo
sensorial o en otro. Así el sujeto puede sentir que cuando se le toca una mano comienza a sentir dolor en la
otra o a experimentar alucinaciones auditivas.

 Autoscopia consiste en una experiencia mental subjetiva.


Concretamente, hace referencia a una serie de experiencias sensoriales en
las cuales la persona tiene la sensación de estar viendo su propio cuerpo
desde una perspectiva extracorpórea. Cuando nos percibimos desde
afuera.
 Alucinaciones extracampinas. se da en los casos en que la falsa
percepción se da fuera del campo perceptivo del individuo. Es decir, se
percibe algo más allá de lo que podría percibirse. Un ejemplo es ver a
alguien detrás de una pared, sin otros datos que pudiesen hacer pensar de
su existencia.
o Pseudopercepciones o imágenes anómalas:
 Imágenes hipnagógicas o hipnopómpicas Las imágenes
hipnagógicas aparecen durante el adormecimiento, en sus fases iniciales. Mientras que
las imágenes hipnopómpicas tienen lugar en los momentos previos al despertar completo.
Estas experiencias no son patológicas, es decir, no son signo ni síntoma de tener ninguna
enfermedad mental.
 Imágenes mnémicas Son imágenes que aparecen con escasa viveza, y un tipo de estas
son las imágenes eidéticas, representaciones exactas de impresiones sensoriales, desde las
modalidades visual o auditiva, que quedan "fijadas" en la mente del sujeto. Pueden aparecer
de forma voluntaria o involuntaria.
 Imágenes eidéticas Sinónimo: imágenes gráficas. Son visiones de objetos vistos
anteriormente o audiciones de sonidos escuchados con anterioridad, que se provocan
voluntariamente en sujetos predispuestos. Suelen ser frecuentes en la infancia y en la
juventud, persistiendo en la edad adulta en algunas personas. Existe un experimento para
demostrar esta capacidad eidética. Durante tres o cuatro minutos se le muestra al sujeto
una lámina en la que está dibujada una escena. Una vez retirada se le hace preguntas
sobre detalles de la lámina, por ejemplo: ¿Cuántos árboles aparecían en la escena?.

 Imágenes consecutivas Uno de los ejemplos de las pseudopercepciones son las


imágenes consecutivas. Se producen como consecuencia de un estímulo sensorial inmediatamente anterior,
por lo que se han llamado también posimágenes. Se diferencian, así, de las imágenes eidéticas que perduran
solamente unos segundos tras la estimulación y es por tanto difícil evocarlas voluntariamente al cabo del tiempo.
Además, tienen las características opuestas a las de la estimulación recibida anteriormente, por lo que han recibido el
nombre de imágenes negativas. No indican la presencia de signos patológicos.

 Imágenes parásitas Se producen como consecuencia de una


estimulación ya inexistente, por lo que son autónomas y con carácter subjetivo.
Cuando el sujeto no fija su atención en ellas aparecen y desaparecen cuando se
concentra en la experiencia. Una excepción son las imágenes obsesivas que a
diferencia de las descritas persisten aunque el sujeto focalice su atención sobre
ellas. Suelen aparecer en estados de cansancio o fatiga extremos.
 Imágenes alucinoides Se producen en ausencia de estimulo que las
desencadene, y el sujeto no les otorga valor de realidad. Pueden producirse por
intoxicación por drogas o en el espacio negro de los ojos cerrados.
Distorsiones perceptivas o sensoriales
Anomalías en la percepción de la intensidad de los estímulos
En este grupo se incluyen las anomalías que se producen en la intensidad con la que solemos
percibir los estímulos. Pueden producirse tanto por exceso (hiperestesias), como por defecto
(hipoestesias). La ausencia absoluta de percepción de la intensidad estimular se denomina
anestesia. Una modalidad especial es la percepción de la intensidad de los estímulos que
causan dolor: en este caso se habla de hiperalgesias vs hipoalgesias, en donde la ausencia
total de percepción de dolor se llama analgesia.
La intensidad con la que percibimos los estímulos no sólo depende del propio estímulo, sino
también de otros factores como el cansancio, habituación, nivel o intensidad estimular
previa… Puede hablarse de un continuo de percepción de la intensidad de los estímulos que
varía como consecuencia de las características del estímulo a percibir, el contexto el
momento en que se produce la percepción y el sujeto que percibe (receptor).
Pero existen ciertas situaciones en las que podemos hablar de anomalías, especialmente
cuando una persona califica como exagerada o mínima la intensidad de un estímulo que está
al alcance de sus sentidos, a pesar de que otras personas que se hallan en la misma situación
dicen percibirlo con una intensidad normal. Por tanto, son las características del receptor las
que se hallen aquí alteradas. La anomalía puede tener origen neurológico, o guardar relación
con una alteración transitoria de los órganos sensoriales o puede ser de origen funcional. En
este último caso, la alteración sería claramente de naturaleza perceptiva, ya que tanto los
receptores neurales como los sensoriales funcionan correctamente.
Así, la intensidad de las percepciones puede verse alterada en trastornos mentales complejos
como las depresiones, y se manifiesta en quejas sobre la incapacidad para sentir o notar los
sabores, olores, sonidos. Otros pueden presentar hiperacusia, es decir, quejarse de que todos
los sonidos que escuchan son exageradamente altos. Esta alteración también puede aparecer
asociada a un trastorno de ansiedad, a migrañas o en estados tóxicos (ingestión aguda de
alcohol). También en algunas esquizofrenias, en los estados maníacos y en éxtasis por drogas
(hiperestesias visuales: los colores parecen mucho más intensos).
Otro ej son las histerias de conversión o disociativas, donde la persona no da muestras de
sentir dolor a pesar de que se le aplique algún estímulo que lo produzca. Pero también pueden
presentar síntomas opuestos como hiperalgesias o hiperestesias referidas al dolor, cuyo
carácter suele ser discontinuo y cambiante, lo que sirve para distinguirlas de otras
hiperalgesias de origen orgánico.
Anomalías en la percepción de la cualidad
Van asociadas en muchas ocasiones a las anteriores y hacen referencia a visiones coloreadas,
cambios en la percepción del color de los objetos y a la menor o mayor nitidez de las
imágenes. Por lo general están provocadas por el uso de ciertas drogas como la mescalina
y/o de ciertos medicamentos, así como por lesiones de naturaleza neurológica. Pero también
pueden aparecer en trastornos mentales como las esquizofrenias o depresiones.
Metamorfopsias: anomalías en la percepción del tamaño y/o forma
Son distorsiones en la percepción visual de la forma (dismorfopsias) y/o del tamaño
(dismegalopsias) de los objetos. Dentro de estas últimas están las micropsias y las macropsias
(o megalopsias), en la que los objetos reales se perciben, respectivamente, a escala reducida
(o muy lejanos) o a escala aumentada (o muy cercanos). Cuando estas distorsiones se refieren
al propio cuerpo reciben el nombre de autometamorfopsias. La persona suele ser consciente
de su anomalía, y sus reacciones emocionales varían desde el agrado al terror y la ira. En la
mayoría de los casos las metamorfopsias se asocian a distorsiones en la percepción de la
distancia (ver los pies muchos más grandes y a una distancia mucho mayor). Estas anomalías
se presentan en una amplia gama de situaciones: desde los trastornos neurológicos hasta
como consecuencias de los efectos de determinadas drogas. Sin embargo son muy poco
frecuentes en los episodios agudos de esquizofrenia y en los trastornos neuróticos.
Anomalías en la integración perceptiva
Son anomalías poco frecuentes que a veces aparecen en los estados orgánicos y en la
esquizofrenia. El paciente parece incapaz de establecer los nexos existentes entre dos o más
percepciones procedentes de modalidades sensoriales diferentes.
Ej: un paciente que está viendo la TV experimenta la sensación de que existe una especie de
“competición” entre lo que oye y lo que ve, como si ambas sensaciones no tuvieran nada que
ver entre sí y lucharan por atraer su atención. Las conexiones entre ambas modalidades
sensoriales fracasan. Se tiene la sensación de que provienen de fuentes diferentes y de que
atraen al mismo tiempo sus recursos atencionales. Esto se denomina escisión perceptiva, en
la que el objeto percibido se desintegra en fragmentos o elementos. Además, las escisiones
pueden ceñirse sólo a las formas (morfolisis) o a la disociación entre el color y la forma
(metacromías).
El fenómeno opuesto a la escisión es la aglutinación: distintas cualidades sensoriales se
funden en una única experiencia perceptiva, produciendo incapacidad para distinguir entre
diferentes sensaciones. Una forma especial es la sinestesia, una asociación anormal de las
sensaciones en la que una sensación se asocia a una imagen que pertenece a un órgano
sensorial diferente. Ej: la audición coloreada (ver colores cuando se escucha música).
Anomalías en la estructuración de estímulos ambiguos: las ilusiones
La ilusión es una percepción equivocada de un objeto concreto. Desde una perspectiva
psicológica clásica, las ilusiones son el resultado de la tendencia de las personas a organizar
en un todo significativo, elementos más o menos aislados entre sí o con respecto a un fondo.
Por su parte, la vida cotidiana nos ofrece ej de experiencias ilusorias. Ej: alguna vez hemos
escuchado pasos detrás de uno al caminar por una oscura calle o hemos creído ver a un amigo
que no era tal. En estos casos hay elementos comunes: por un lado, una predisposición
personal a interpretar la estimulación en un sentido y no en cualquiera de los otros posibles;
y por otro, la ambigüedad o falta de definición clara de esa estimulación y/o de la situación
en que se produce.
Un tipo especial de ilusión es la pareidolia, en la cual el individuo proporciona una
organización y significado a un estímulo ambiguo o poco estructurado. Ej: caras que vemos
en el perfil de una montaña. No son patológicas, y son un ej de experiencia mental anómala,
en la que el término anómala no implica patología. Otro tipo es el sentido de presencia, una
especie de sexto sentido que conlleva una experiencia senso-perceptiva en la que la persona
tiene la sensación de que no se está solo aunque no haya nadie ni ningún estímulo que apoye
esa sensación. Este fenómeno es frecuente en ciertas situaciones como el cansancio físico
extremo o la soledad con disminución drástica de estimulación ambiental, pero también
puede aparecer asociado a estados de ansiedad y miedo patológicos, esquizofrenia, histeria y
trastornos mentales de origen orgánico.
Según Hamilton, las ilusiones tienen importancia diagnóstica por 3 motivos:
1. Por su probable asociación con otros signos o síntomas.
2. Porque son indicativas de un estado emocional elevado.
3. Porque pueden alertar al clínico acerca de la existencia de una base etiológica para la
falta de claridad perceptiva.
Las ilusiones son el resultado de una combinación entre predisposiciones internas o
subjetivas (deseos, motivos, emociones…) y predisposiciones externas (características
físicas del estímulo, contexto…). En gran medida se pueden concebir como identificaciones
y/o interpretaciones nuevas de estímulos que se hallen presentes y al alcance de los estímulos.
Engaños perceptivos
Alucinaciones
Las alucinaciones constituyen los trastornos más característicos de la psicopatología de la
percepción y la imaginación, y es uno de los síntomas de trastorno mental por excelencia.
Sin embargo, no siempre indican la presencia de un trastorno mental: algunas personas sanas
pueden experimentarlas en ciertas situaciones o pueden ser provocadas bajo condiciones
estimulares especiales. Históricamente han constituido incluso un objeto de deseo.
Concepto de alucinación
Una de las características más evidentes de la alucinación es una de las más difíciles de
entender y explicar: lo que el clínico llama alucinación es una experiencia sensorial normal
para el paciente. La primera definición se atribuye a Esquirol en 1832: "En las alucinaciones
todo sucede en el cerebro (….) imágenes que la memoria recuerda sin la intervención de los
sentidos". En 1890, Ball las definió como percepciones sin objeto. Esta definición sigue
manteniéndose hoy en muchos textos. A su amparo surgieron muchos modelos y teorías
explicativas que tienen en común la insistencia en los aspectos perceptivos de la alucinación
("falsa percepción"). Constituyen la postura perceptualista, con 3 acercamientos:
1. Las alucinaciones son imágenes intensas, por tanto, serían más bien un trastorno de
la imaginación. El sujeto percibe la imagen con tanta intensidad que cree que ha
adquirido un carácter perceptivo. La alucinación sería considerada como una
representación exteriorizada. Psiquiatras de la escuela francesa como Falret son
representantes.
2. Las alucinaciones son un fenómeno más sensorial que perceptivo. El matiz se sitúa
en las estimulaciones externas, tan intensas que harían que el sujeto tuviera un
recuerdo y las experimentara como si la estimulación estuviera realmente presente.
Representantes son Baillarger y Glodstein.
3. Las características fundamentales de las alucinaciones son corporeidad (tienen
cualidades objetivas) y espacialidad (aparecen en el espacio objetivo exterior y no en
el espacio subjetivo), y por tanto se pueden concebir como percepciones corpóreas
vivenciadas en el espacio externo. Jaspers es representante.
Los planteamientos perceptualistas han recibido críticas, fundamentalmente porque el
paciente que alucina distingue perfectamente entre su imaginación y sus experiencias
alucinatorias, las cuales conviven con el resto de sus percepciones normales. Otras críticas
aluden a que se trata de una conceptualización incompleta: no hace referencia al trastorno de
la conciencia que casi siempre acompaña a las alucinaciones, que altera el juicio de la realidad
y hace que la persona que alucina acepte esas imágenes como reales. Por otra parte, la
definición de Ball es inexacta y contradictoria, puestos que las condiciones necesarias de la
percepción son la presencia de un objeto además de una estimulación sensorial adecuada.
Las alucinaciones, al no reunir estas dos condiciones no pueden ser clasificadas como
percepciones.
El DSM-IV-TR las define como una “percepción sensorial sin estímulo externo del receptor
correspondiente”.
Frente a este tipo de planteamientos se encuentra un segundo grupo de definiciones que
subraya la importancia de la convicción íntima frente a los componentes sensoriales. La
alucinación sería un fenómeno de creencia, de juicio, y por tanto debería ser considerada
como un trastorno de naturaleza intelectual. Este grupo de definiciones se ha denominado
"postura intelectualista". Se enfatizan dos aspectos de la creencia alucinatoria: por un lado,
la creencia de que se percibe algo (juicio psicológico), y por otro, la creencia de que lo que
se percibe es real (juicio de realidad).
Admitir este principio permite distinguir entre alucinación psicopatológica y alucinación
experimental, ya que en esta última el sujeto tiene alterado el juicio perceptivo o psicológico
pero no el de realidad, es decir, no está convencido de que lo que está percibiendo es real.
Este enfoque choca con la constatación de que el sujeto, cuando recuerda su alucinación, la
recuerda siempre con carácter perceptivo ("yo escuchaba", "yo veía").
Un tercer grupo lo constituyen los autores que consideran, siguiendo a Esquirol, que la
alucinación es una alteración tanto de pensamiento como de percepción. Ésta es la postura
mixta. Uno de sus representantes es Marchais, que conceptualizaba las alucinaciones como
percepciones sin objeto que implican la convicción del paciente.
Todos estos planteamientos se enmarcan dentro de la psicopatología de corte psiquiátrico
tradicional. La investigación psicológica se ha interesado muy poco por las alucinaciones.
Horowitz fue de los primeros en ofrecer una visión diferente de la tradicional al adoptar un
esquema típico del modelo del PI intenta estructurar los aspectos involucrados en el
fenómeno alucinatorio sobre la base de anomalías en 3 procesos de conocimiento:
codificación, evaluación y transformación. Horowitz afirma que las alucinaciones son
imágenes mentales que:
1. Se producen en forma de imágenes.
2. Proceden de fuentes internas de información.
3. Son evaluadas, incorrectamente, como procedentes de fuentes externas de
información.
4. Habitualmente se producen como una intrusión.
Slade y Bentall proponen una conceptualización comprehensiva de las alucinaciones según
las cuales se definen como una experiencia similar a la percepción que:
 Ocurre en ausencia de un estímulo apropiado,
 Tiene toda la fuerza e impacto de la correspondiente percepción real, y
 No es susceptible de ser dirigida ni controlada voluntariamente por quien la
experimenta.
Estos 3 criterios permiten establecer diferencias entre las alucinaciones y otras experiencias
similares. El primer criterio es útil para diferenciar entre ilusión y alucinación. Incide en la
ausencia del estímulo apropiado. La persona que experimenta una alucinación se encuentra
en un mundo pleno de estímulos sensoriales, pero entre ellos no se encuentra el que da origen
a la alucinación. El segundo criterio es tenido en cuenta para diferenciar entre alucinación y
pseudoalucinación. Indica que el sujeto que experimenta una alucinación otorga a ésta todas
las características de una percepción real. Bentall cataloga esta convicción como ilusión de
realidad.
El tercer criterio intenta distinguir entre alucinación y otra clase de imágenes mentales
vívidas, y se refiere a la imposibilidad de alterar o disminuir la experiencia por el simple
deseo o voluntad de la persona. Esta incapacidad es una de las cosas que hace que el sujeto
vivencie casi siempre sus alucinaciones con miedo y angustia. De todos modos, se trata de
un criterio que no es exclusivo de las alucinaciones (delirios, ideas obsesivas, imágenes
parásitas).
Clasificación de las alucinaciones
Complejidad vs Simplicidad
Por un lado están las elementales, que son impresiones difusas, sencillas e indiferenciadas
como ruidos, luces, zumbidos… Por otro, las complejas o formadas, que consiste en la
percepción de cosas concretas como voces, personas, animales… La mayoría de las
alucinaciones se sitúan en el extremo menos complejo del continuo.
Temas o contenidos
Pueden versar sobre cualquier temor, emoción, expectativa, deseo, sensación, recuerdo o
experiencia vivenciadas anteriormente por el individuo. Además reflejan características
culturales propias del medio en que la persona se ha desarrollado. Por otro lado, hay
situaciones vitales extremas que predisponen a alucinar sobre contenidos específicos.
Ej: la persona que permanece cerrada en una celda puede tener alucinaciones relacionadas.
La mayoría de las veces el tema alucinatorio está ligado al contenido del delirio, pues en
muchos casos ambos trastornos aparecen conjuntamente.
Ej: la persona que se siente perseguida probablemente tendrá alucinaciones auditivas en
forma de voces que le amenazan.
Modalidad sensorial
Las dos modalidades sensoriales en las que con más frecuencia se experimentan fenómenos
alucinatorios son la auditiva y la visual, pero también pueden darse en las restantes
modalidades. Además, las alucinaciones pueden presentarse en una sola modalidad sensorial
o en más de una (alucinaciones multimodales o mixtas). Las alucinaciones visuales suelen
alertar de un síndrome orgánico cerebral, mientras que las auditivas son más comunes en la
esquizofrenia.
Modalidades sensoriales de alucinación que aparecen más frecuente en distintos trastornos:
Modalidad sensorial
Audio Visual Táctil Gustat olfat Mixta
Tipo de trastorno
Auras epilépticas F F O O O O
Delirium F F F R R F
Alucinosis alcohólica F O O R R R
Tumor cerebral F F R R O O
Trastorno paranoide F O R R R R
Esquizofrenia F F O O O F
Manía F O O R R O
Depresión mayor F O R R O O
Drogas R F O R R O
Histeria (Tr de F F O R R
conversión)
F: frecuente, O: ocasional, R: raro
Alucinaciones auditivas:
Son las más frecuentes, y las más comunes son las verbales. Pueden ir desde las alucinaciones
más elementales o acoasmas (pitidos, ruidos, cuchicheos), hasta alucinaciones más
estructuradas o fonemas (palabras con significado). El paciente puede que no manifieste
ninguna preocupación. En otras, como en la esquizofrenia, explica el origen de las voces de
diversas maneras: telepatía, ondas de radio… otras aseguran que provienen del interior de su
cuerpo: sus piernas, su estómago… Y otros son capaces de describir claramente la
procedencia, el sexo y el idioma de las voces. Una forma especial es el eco del pensamiento,
en el que el paciente oye sus propios pensamientos expresados en voz alta a medida que los
piensa. Similar a este fenómeno es el eco de la lectura, donde el sujeto oye la repetición de
lo que está leyendo.En algunas circunstancias, en especial cuando el paciente presenta
delirios las voces dan órdenes y se habla de alucinaciones imperativas. Tienen una gran
fuerza sobre la persona, que se siente obligada a ejecutar lo que ordena la voz. Suele aparecer
en la depresión mayor, psicosis exógenas y estados orgánicos. También se dan alucinaciones
en segunda persona (vas a morir, eres un cobarde), que son típicas de la depresión cuando
hacen comentarios desdeñosos sobre el paciente. También están las alucinaciones en tercera
persona (es homosexual), que se dan en la esquizofrenia. El esquizofrénico a veces protesta
contra las voces, lo que no ocurre con el depresivo, especialmente si hace comentarios
despectivos sobre él.
También pueden aparecer en estados orgánicos agudos como la alucinosis alcohólica. Aquí
se suelen describir sonidos pobremente estructurados e incluso inconexos, son alucinaciones
que se vivencian como desagradables o elementales.

Alucinaciones visuales:
Son muy variadas. A veces son imágenes elementales o fotopsias o fotomas, que son
destellos, llamas… inmóviles o en movimiento, con carácter geométrico, colores vivos o
incoloras. Otras veces son complejas (figuras humanas, escenas de animales...) y pueden
tener un tamaño natural, reducido (liliputienses), o gigantesco (gulliverianas). No hay que
confundirlas con las macropsias y micropsias, ya que en éstas el campo perceptivo real se ve
a escala reducida o aumentada, y no se trata de alucinar objetos, personas o animales dentro
del marco perceptivo normal.Las alucinaciones visuales poseen cierta perspectiva, por lo que
se experimentan con mayor realismo, aunque pueden aparecer superpuestas a objetos,
paredes… Cuando están intensamente coloreadas, se acompañan de un tono afectivo de
exaltación o euforia (en delirios místicos en estado de éxtasis) o pueden tener un tono afectivo
pasional (en delirios eróticos). Estas alucinaciones aparecen en forma de visiones escénicas,
similares a las imágenes de los sueños, como sucede en estados confusionales y en los delirios
tóxicos.
Ej: visiones religiosas del infierno.Una variedad de experiencia alucinatoria visual poco usual
es la autoscopia, que consiste en verse a sí mismo como un doble reflejado en un cristal, a
menudo con una consistencia gelatinosa y transparente. También se le conoce como “imagen
del espejo fantasma”. En la autoscopia negativa ocurre lo contrario: el paciente no se ve a sí
mismo cuando se refleja su imagen en un espejo. Puede darse en estados orgánicos como la
epilepsia del lóbulo temporal y en esquizofrenia, que suelen ser pseudoalucinaciones.En
nuestra cultura, las alucinaciones visuales son más características de los estados orgánicos
agudos con pérdida de conciencia como el delirium tremens, en el que la alucinación más
frecuente es la de ver toda clase de animales repugnantes, vivenciándolo con terror, y por
supuestos en los estados producidos por los alucinógenos. En cambio son poco comunes en
la esquizofrenia.

Alucinaciones olfativas:
Son poco frecuentes, de ahí que para estar seguros de su presencia es importante observar al
paciente en el momento en que está experimentando la alucinación. Pueden darse en la
depresión, en la esquizofrenia, en la epilepsia (aura) y en otros estados orgánicos. Los sujetos
que las sufren dicen "oler" algo extraño, casi siempre desagradable, y con un significado
especial, como ser envenenado con gas. Pueden atribuir la procedencia de los olores al mundo
exterior (los juzgan como una agresión o persecución). Otros, mantienen que los producen
ellos mismos. Lo más común es que aparezcan conjuntamente con alucinaciones gustativas.
Alucinaciones gustativas:
Las personas que las tienen perciben gustos desagradables (podrido, excrementos) y las
pueden atribuir tanto a una fuente exterior como a su propio cuerpo. Aunque son poco
frecuentes, pueden darse en diversos trastornos (histeria, alcoholismo crónico, epilepsia del
lóbulo temporal…), aunque son más típicas de la esquizofrenia (acompañadas del delirio de
ser envenenados), las depresiones severas y los estados delirantes crónicos. Además, suelen
ir acompañadas de alucinaciones olfativas.

Alucinaciones tactiles o hapticas:


Pueden manifestarse en cualquier parte del cuerpo. Los pacientes se sienten tocados,
pellizcados, manoseados… o pueden sentir calambres por supuestas corrientes eléctricas, o
que se les está quemando una parte del cuerpo. Unas son activas, en las que el sujeto cree
que ha tocado un objeto inexistente. Son poco frecuentes, observándose especialmente en
delirios tóxicos. Otras son pasivas, en las que el paciente cree que alguien o algo le agarra, le
toca, le quema… y pueden acompañarse o no de dolor.
Hay diferentes modalidades. Las alucinaciones térmicas, en las que hay una percepción
anormal y extrema de calor o frío, hídricas o percepción de fluidos (“tengo el pecho lleno de
agua”), parestesias o sensaciones de hormigueo, y aquellas en las que el paciente tiene la
falsa sensación de haber sido tocado por algo, incluida la estimulación genital. Con
frecuencia se dan en la esquizofrenia. Una forma específica es la fornicación, sensación de
que pequeños animales o insectos reptan por debajo o encima de la piel. También se han
catalogado como delirios dermatozoicos, zoopáticos o enterozoicos. Característicos de
estados orgánicos como la abstinencia del alcohol o la psicosis cocaínica.
Alucinaciones sobre sensaciones procedentes del propio cuerpo (corporales, somaticas,
cenestésicas o viscerales. Son alucinaciones que remiten a sensaciones que el paciente
considera procedentes del propio cuerpo o que afectan a sus órganos internos y externos
(genitales), o a sus miembros distales (brazos, piernas). Ej: un paciente que siente que por
dentro es de oro. Suelen estar presentes en la esquizofrenia. Una variante es la que se asocia
a los delirios zoopáticos. Estas alteraciones están relacionadas con una alteración de la
conciencia del Yo en su vertiente somática o "Yo corporal" (el propio cuerpo se percibe de
una manera especial).

Alucinaciones cinestèsicas
Hacen referencia a percepciones de movimiento de ciertas partes del cuerpo que realmente
no se están moviendo. Aunque se pueden presentar en la esquizofrenia, se dan con mayor
frecuencia en trastornos neurológicos como la enfermedad de Parkinson, en la que antes de
que se manifieste el temblor característico experimentan la sensación de que están temblando
interiormente. También se dan ante la retirada de tratamientos psicofarmacológicos con
benzodiacepinas.
Variantes de la experiencia alucinatoria
Pseudoalucinación. Fueron descritas por Griesinger como alucinaciones pálidas. Están a
medio camino entre las imágenes y las alucinaciones, puesto que comparten características
de ambos tipos, es decir, tienen un reconocimiento de subjetividad por parte del que las
experimenta (ocurren en el espacio subjetivo interno), los mismos elementos sensoriales que
las alucinaciones (viveza, frescura sensorial), y no dependen de la voluntad de la persona
para ser experimentadas.
Se producen normalmente en las modalidades auditiva y visual, y se asocian a estados
hipnagógicos e hipnopómpicos, trance, deprivación sensorial, drogas, etc, es decir, están
ligadas a situaciones en las que se produce una disminución de la claridad de consciencia o
del estado de alerta. La nota más característica es la ausencia de la convicción de la realidad
por parte de la persona, que las describe como visiones o imaginaciones. Pueden darse en
personas sanas en momentos de crisis, como las alucinaciones de viudedad (oír la voz del
marido muerto), aunque sería mejor clasificarlas como pseudoalucinaciones, pues la persona
que las sufre no las considera reales.
Según Jaspers, las pseudoalucinaciones son una clase de imágenes mentales que, aunque
claras y vívidas, no poseen la sustancialidad de las percepciones. Sedman confirmó la
existencia de pseudoalucinaciones al modo jasperiano, pero también encontró pacientes que
sufrían alucinaciones pero luego las definían como experiencia subjetivas y no como
percepciones auténticas. Según Sedman, la cuestión estribaría en la cualidad de realidad de
la experiencia, es decir, a menos que el sujeto informe de que su experiencia es tan vívida y
convincente como una percepción real, se ha de hablar de pseudoalucinación.
Kräupl-Taylor señala que el término de pseudoalucinación se ha utilizado de dos maneras:
para hacer referencia a alucinaciones que un sujeto reconoce como percepciones no reales
(pseudoalucinaciones percibidas) y para referirse a imágenes introspectivas de gran viveza y
nitidez (pseudolaucinaciones imaginadas). Hare señalaba que la diferencia entre alucinación
y pseudoalucinación depende de la ausencia o presencia de insight. Dado que el insight es un
fenómeno fluctuante y parcial, no debería ser considerado como una cuestión de todo o nada,
sino de grado. En términos actuales se podría explicar como un continuo o dimensión de
convicción de la realidad de la experiencia alucinatoria. El concepto de pseudoalucinación
es superfluo. Es más útil calificar las experiencias alucinatorias según criterios dimensionales
de claridad perceptiva, convicción, juicio de realidad, duración, etc.
Slade y Bentall han señalado el problema de los pacientes que han presentado en repetidas
ocasiones alucinaciones (crónicos). Aprenden que lo que están experimentando es una
alucinación. Las pseudoalucinaciones son verdaderas alucinaciones que aparecen en
personas con una larga historia de experiencias alucinatorias. Señalan que para que una
experiencia sea calificada como alucinación es estos casos, sólo se requiere que la
experiencia se parezca en todos los aspectos a la percepción real correspondiente, pero sin
exigir que el sujeto crea que pertenece al mundo exterior.
Alucinación funcional. Un estímulo desencadena la alucinación, pero este estímulo es
percibido al mismo tiempo que la alucinación y en la misma modalidad sensorial. Ej: oír la
voz de Dios al tiempo que oye las campanadas del reloj, cuando cesan las campanadas cesan
deja de oír la voz. Lo que ocurre es que la percepción correcta del estímulo se superpone a la
alucinación. Se denomina funcional porque la aparición de la falsa percepción está en función
de estímulos externos. Es frecuente en la esquizofrenia crónica.
Alucinación refleja.Es una variedad mórbida de la sinestesia en la cual una imagen basada
en una modalidad sensorial específica (ej: un rostro humano), se asocia con una imagen
alucinatoria basada en otra modalidad sensorial diferente (ej: sentir una punzada en el
corazón).
Alucinacón negativa. Lo contrario a la alucinación: el sujeto no percibe algo que existe. La
experiencia que más se parece es la contrasugestión hipnótica, en la que se le dice al sujeto,
p. ej, que no lleva ropa encima, y se comporta como si fuera cierto. El que experimenta
alucinaciones negativas no percibe el objeto, pero tampoco se comporta como si su ausencia
fuera real. Ej: dice que no ve a una persona, pero hace ademán de esquivarla. Tiene aspectos
comunes con la sugestión. Kihlstrom y Hoyt señalan que el estímulo ha de ser procesado
hasta algún punto antes de que la persona pueda construir una alucinación negativa.
Autoscopia. El fenómeno del doble. El paciente se ve a sí mismo y sabe que es él, por lo que
se denomina también la “imagen fantasma en el espejo”. Suele estar acompañada de
sensaciones cinestésicas y somáticas que confirman a al sujeto que la persona que está viendo
es él mismo. También puede darse la autoscopia negativa (no ver la propia imagen cuando
se refleja en el espejo). Se presenta en pacientes con estado delirantes, en algunos
esquizofrénicos, es estados histéricos, en lesiones cerebrales… También pueden darse en
sujetos normales alterados emocionalmente, exhaustos o muy deprimidos.
Alucinación extracampina. Son alucinaciones que se experimentan fuera del campo visual
(ver a alguien sentado detrás de él cuando está mirando de frente). Hay que distinguirlas de
la experiencia de "sentido de presencia", ya que en ésta el sujeto tiene la sensación de que
hay alguien presente, aunque no lo pueda oír ni ver.

Guías para el diagnóstico de las experiencias alucinatorias


Existen problemas para asegurar que se está ante un caso de alucinación o de otro engaño
perceptivo. Según Ludwig, para asegurar la fiabilidad del informe verbal es necesario tener
en cuenta aspectos como la consistencia de dicho informe, el grado en que la conducta se ve
afectada por la experiencia alucinatoria, el grado de convicción de la misma, su concordancia
con otros signos o síntomas. También señala una serie de indicios y consejos:
Claridad del informe verbal del paciente. Cuanto más vaga es la experiencia, más borroso es
el informe. A veces es difícil determinar si lo que es poco claro es la experiencia en sí o su
descripción. Hay menos dudas en las alucinaciones visuales o auditivas.
No presuponer que un paciente que presenta delirios también presentará alucinaciones.
Cuando se sufre una alucinación se intenta buscar algún tipo de explicación, que es en lo que
consisten los delirios que se producen como consecuencia de una alucinación.
En el 20% de los pacientes las alucinaciones son mezcla de distintas modalidades sensoriales,
por lo que deberemos preguntar por posibles "sensaciones" en otras modalidades.
Hay que tener en cuenta la cronicidad de la enfermedad. Cuanto más crónica, menos
perturbadoras suelen ser las alucinaciones y es más probable que no informe sobre ellas
espontáneamente.
Cuanto menos formadas estén las alucinaciones, más probable es que se deban a causas
bioquímicas, neurofisiológicas o neurológicas. Y cuanto más complejas y formadas, más
probable que se trate de síntomas nucleares de trastornos como la esquizofrenia.
Los distintos trastornos tienen diferentes probabilidades de presentar uno o más de los
diversos tipos de alucinaciones.

Según Soreff la gama de respuestas emocionales que un paciente puede desarrollar ante sus
experiencias alucinatorias, son:
 Terror. Es típico especialmente de los estados orgánicos y de la esquizofrenia aguda.
En muchos casos se acompaña de agitación motora.
 Desagrado. Ciertos pacientes describen sus alucinaciones como algo desagradable e
incómodo. Los deprimidos consideran sus voces como un castigo merecido.
 Agrado. Especialmente bajo los efectos de drogas, fármacos o episodios psicóticos
de naturaleza exógena pueden experimentar un sentimiento de alegría, bienestar o
satisfacción.
 Indiferencia. Se da mucho en los pacientes crónicos. Las reconocen como su
síntoma, su problema. Algunos llegan a negar que las tengan por miedo al
tratamiento.
 Curiosidad. Son las personas que quieren saber la causa, el significado y el curso de
la sensación.

Respecto a las respuestas conductuales:


 Retirada: el paciente se encierra en su propio mundo, en sus pensamientos, visiones
y creaciones. Puede deberse tanto a que le produzcan placer y alegría, como dolor y
molestia.
 Huida: escapa de voces acusadoras, de las imágenes amenazantes. Están en un estado
de gran agitación motora: corren, se tapan los oídos.
 Violencia: luchar con enemigos imaginarios, atacar a otros siguiendo las indicaciones
de una orden (alucinaciones imperativas).

Por último, las respuestas fisiológicas dependen del tipo de trastorno que presente el paciente.
En síndromes de abstinencia alcohólica las alucinaciones suelen ir acompañadas de
taquicardia e incremento de la temperatura. En otros casos nos podemos encontrar con los
componentes típicos de ansiedad, como pulso acelerado, incremento de la presión arterial…
Cómo y donde aparecen las experiencias alucinatorias
Esquizofrenia
Los pacientes esquizofrénicos presentan una amplia variedad de trastornos perceptivos:
ilusiones, alteraciones en la intensidad y calidad de la percepción, pseudoalucinaciones y
alucinaciones parcial y/o totalmente formadas. Ludwig estima que el 75% de los pacientes
en su primer ingreso informan de alucinaciones en más de una modalidad: las auditivas son
las más frecuentes, seguidas de las visuales, somáticas, olfativas, táctiles y gustativas.
Durante los episodios agudos, las alucinaciones auditivas suelen ser acusadoras,
demandantes o imperativas. Cuando el trastorno está en remisión pueden adoptar un
contenido más positivo.
Kurt Schneider propuso una "guía diagnóstica práctica para la esquizofrenia". Los síntomas
específicamente alucinatorios son: 1) el paciente oye comentarios continuos sobre sus
propias acciones, 2) las voces hablan sobre el paciente en tercera persona, y 3) el paciente
oye sus propios pensamientos (eco de pensamiento). Los dos primeros tipos son suficientes
para el diagnóstico de esquizofrenia o de trastorno psicótico no especificado según el DSM-
IV.
Las voces que escuchan suelen ser la suya propia, alguien de su familia, de Dios… el paciente
puede que no sepa si las voces provienen de ellos o de objetos como televisores, radios…, en
caso de que además presente experiencias delirantes de pasividad (trastorno que consiste en
que la persona no atribuye a sí misma las cosa que hace, dice o experimenta).
Si las alucinaciones son visuales se suelen diferenciar de las que se presentan en las psicosis
orgánicas en dos aspectos: en que suelen ir acompañadas de alucinaciones en otras
modalidades y en que tienden a presentarse casi continuamente, excepto durante el sueño (en
las psicosis orgánicas se presentan con mayor frecuencia durante la noche).
Trastornos afectivos mayores
El tipo de experiencia alucinatoria más frecuente suele ser la auditiva. Su presencia es uno
de los criterios más importantes para calificarlos como severos o para añadirles la
connotación de episodios con características psicóticas.
Episodio depresivo
En la depresión mayor, los pacientes pueden experimentar diversas alteraciones perceptivas:
ilusiones, cambios en la imagen corporal y alucinaciones. Las alucinaciones no suelen ser
frecuentes (25%), y normalmente son auditivas y, frecuentemente, en consonancia con su
estado de ánimo. En la modalidad visual se pueden presentar escenas de cementerios,
infiernos… También pueden aparecer alucinaciones olfativas, en las que el paciente huele, o
se huele a sí mismo a cadáver, a cementerio o se queja de que todo huele igual. Junto a éstas
pueden aparecer alucinaciones gustativas con los mismos contenidos.
Episodio maniaco
Sólo se da en un 25% de los pacientes. Normalmente en la modalidad auditiva (las voces le
comunican una misión o status especial), o visual (visiones inspiradoras o panorámicas). Al
contrario que en las de la esquizofrenia, las alucinaciones suelen ser más breves en su
duración y no de naturaleza imperativa. Una vez que el episodio ha remitido es frecuente que
el propio paciente ya no considere sus alucinaciones como reales, sino como visiones.
Síndrome orgánico del estado de ánimo
Las alucinaciones aquí son similares a las que se presentan en trastornos del estado de ánimo.
Son más frecuentes en la forma maníaca que en la depresiva. Las causas de este síndrome
son sustancias como la reserpina, metildopa, alucinógenos; alteraciones endocrinas
(hipo/hipertiroidismo, hipo/hiperadrenocorticalismo)…
Deficiencias sensoriales
Las alucinaciones pueden aparecer sobre todo en reducciones de la agudeza visual o auditiva,
especialmente en la vejez. Respecto a la sordera, se han dado casos de alucinaciones después
de varios años de sordera progresiva que incluyen componentes formados o no formados. Se
producen sobre todo en situaciones y/o periodos de bajo ruido ambiental y pueden llegar a
controlarse con entrenamiento en concentración o en subvocalización. Ninguno de los sujetos
en los que se han descrito esta experiencia eran sordos totales. Los intentos de reducirlas con
fármacos antipsicóticos son poco eficaces, de hecho, una vez que la alucinación ha sido
experimentada es muy probable que los pacientes la sigan experimentando en el futuro.
También se han dado alucinaciones en la ceguera progresiva y en la pérdida visual por
lesiones de quiasma óptico. Destaca el síndrome de Charles Bonnet, trastorno alucinatorio
que se da en ancianos con patología orgánica central o periférica, cuya característica es la
presencia de alucinaciones liliputienses, frecuentemente al anochecer, con ausencia de
delirios y de alucinaciones de otras modalidades.
Han intentado explicarse a partir de estudios de deprivación sensorial: los bajos niveles de
estimulación causan la desinhibición de los circuitos relacionados con la percepción, lo que
tiene como resultado que los trazos perceptivos de acontecimientos previamente
experimentados son "liberados" hacia la conciencia. Por eso también se le conocen como
alucinaciones liberadas o emitidas. Pero los datos no son concluyentes, pues en condiciones
de alta estimulación también pueden producirse.
Variaciones fisiológicas
Una temperatura corporal anormal, alta o baja, puede llevar a alucinaciones. La deprivación
de alimento y bebida también, al igual que su exceso. También la hiperventilación.
Enfermedades del SNC
Existe una amplia gama de condiciones que afectan al SNC y que producen alucinaciones:
síndrome postcontusional (golpe violento en la cabeza), migrañas, meningiomas, encefalitis
vírica… Las experiencias alucinatorias variarán en función de la localización del tumor o del
daño.
Lesiones focales del cerebro. Para que se produzcan alucinaciones debe estar intacto el
córtex temporal. Las alucinaciones que se producen como consecuencia de un tumor cerebral
suelen ser de gran viveza. Normalmente no son atemorizantes y surgen súbitamente sin que
se pueda predecir su aparición. La modalidad variará en función del área afectada. Las
lesiones en el lóbulo temporal pueden producir el fenómeno del doble y alucinaciones
negativas, olfativas, auditivas o visuales. Las lesiones en el lóbulo occipital pueden dar lugar
a alucinaciones visuales como flashes de luz. Y las lesiones del hipocampo provocan
distorsiones liliputienses, cambios en la imagen corporal y olores desagradables.
Epilepsia del lobulo temporal. Los episodios comienzan con una experiencia alucinatoria
elemental, normalmente en la modalidad olfativa o gustativa, aunque también pueden
aparecer visuales y auditivas.
Complicaciones quirúrgicas
Quetamina. Es un anestésico general que produce alucinaciones, normalmente visuales.
También se han descrito experiencia de flash-backs transcurridas varias semanas tras su
utilización.
Miembro fantasmaI. Es una experiencia que aparece inmediatamente después de la
amputación. Se han descrito alucinaciones cinestésicas. Suelen producirse en los miembros
más distales (dedos).
Dolor fantasma. Consiste en sentir dolor en el miembro que ha sido extirpado. Solo se da en
los casos en los que ya existía alguna patología (infrecuente en amputaciones debidas a
accidentes).

Pseudopercepciones o imágenes anómalas


Las pseudopercepciones son anomalías mentales que pueden concebirse como imágenes,
esto es, como procesos mentales similares a los perceptivos que, o se producen en ausencia
de estímulos concretos (imágenes hipnopómpicas e hipnagógicas y alucinoides) o se
mantienen y/o activan después de que el estímulo que las produjo ya no se encuentre presente
(imágenes mnémicas, consecutivas o postimágenes y parásitas).
Imágenes hipnopómpicas e hipnagógicas
Son imágenes que aparecen en estados de semiconsciencia entre la vigilia y el sueño:
hipnagógica (en el adormecimiento) e hipnopómpicas (en el despertar). Se caracterizan por
su autonomía, ya que aparecen y se transforman sin control alguno por parte del individuo.
Son vívidas y realistas, aunque su contenido puede carecer de significado. Se pueden dar en
todas las modalidades sensoriales, aunque las más frecuentes son las auditivas y visuales.
Se dan tanto en población normal como clínica: fiebres agudas, episodios depresivos,
ansiedad… Se diferencian de las alucinaciones por el contexto de fluctuación de conciencia
en que se producen y porque el individuo que las padece es consciente de lo irreal de esas
imágenes. Son difíciles de detectar (se atribuyen al soñar). Por lo general se trata de
impresiones sensoriales poco elaboradas: destellos, luces, sonido brusco…
Imágenes alucinoides
Se producen en ausencia de estímulos que las activen. Se caracterizan porque son subjetivas
y autónomas y poseen un claro carácter de imagen y plasticidad. Se dan en el "espacio negro
de los ojos cerrados" (fenómeno de Müller o imágenes de la fiebre), o en el espacio físico
externo a causa de intoxicaciones o uso de drogas (fantasiopsias). También se pueden dar en
la modalidad auditiva. El individuo no les otorga juicio de realidad.
Imágenes mnémicas
Son imágenes de nuestros recuerdos que pueden presentarse de un modo transformado (a
veces la persona puede recombinarlas en función de sus deseos). Si no se mantienen
voluntariamente, comienzan a desvanecerse hasta su desaparición. Su naturaleza es subjetiva
y son experimentadas con poca nitidez o viveza. Un tipo especial son las imágenes eidéticas
("recordar sensorial"): representaciones exactas de impresiones sensoriales que quedan
fijadas en la mente de la persona. Pueden provocarse voluntariamente o irrumpir
involuntariamente. Según Jaspers, estas imágenes son imaginadas (no corpóreas) y tienen
determinación espacial (objetivas), pero el sujeto no las vivencia como reales. Son más
habituales en la infancia y en culturas primitivas.
Imágenes consecutivas o postimágenes
Se dan como consecuencia de un exceso de estimulación sensorial inmediatamente antes de
la experiencia, por lo que se diferencian del eidetismo en que solamente duran unos segundos
(las eidéticas pueden ser evocadas transcurrido mucho tiempo). La imagen que se produce
tiene las propiedades opuestas a la original, por lo que a veces se llaman negativas. Ej:
después de mirar un color intenso oscuro, se ve uno claro. El individuo no las considera como
reales y rara vez revisten características patológicas.
Imágenes parásitas
Se diferencian de las mnémicas por su autonomía, y de las consecutivas por su subjetividad,
pero al igual que ellas son consecuentes a un estímulo que ya ha desaparecido. Se denominan
parásitas porque "aparecen" cuando el individuo no fija su atención en ellas y desaparecen
cuando se concentra en la experiencia. Suelen aparecer en estados de cansancio o fatiga
extremos.

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