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Silvia Jaquenod de Zs6g6n. 15 1.1. NATURALEZA Y AMBIENTE La influencia ejercida por la Naturaleza en el comportamiento y, por tanto, en el desarrollo de las diferentes actividades de todos los seres humanos, ha afectado profundamente la sensibilidad de éstos, El ser humano ha experimentado distintas y contradictorias sensaciones frente a los sorprendentes fenémenos naturales, reac- cionando algunas veces con cierto temor, como en caso de tormen- tas, rayos y truenos, otras con asombro y estupor, ante las bené- volas 0 catastroficas fuerzas de la Naturaleza, y también con fasci- nacién por los colores del arco iris, los copos de nieve, la estrellada cipula celeste, |a exuberancia de las selvas, los creptsculos, la au- rora boreal. La palabra "Naturaleza” etimolégicamente deriva de natural, y significa ‘la propiedad y esencia que caracteriza a una cosa’. Existen_numerosas acepciones de este vocablo desde distin- tos puntos de vista, siendo de interés aquella concepcion que hace referencia @ la Naturaleza como organismo vivo y omnipresente en lalietra, ssane oo a0 SG También se ha entendido por Naturaleza, aquel "sistema que, sin dejar de ser parcial y finito, formando, como no puede menos de formar, parte de otro sistema superior, comprende, sin embar- go, la totalidad 2 su manera, exterior y realmente, en la esfera de los hechos, de las cosas determinadas y constituldas en virtud de su incesante determinacién y constitucién, que suponen perelela- mente mayor determinabilidad. [....] La Naturaleza es todo, reali- dad e idea, pasién y accién (natura naturata, natura naturans), espacio y tiempo, cantidad y calidad, causa y efecto;” * En latin, Natura es “principium motus et quietis ejus in quo est, per se primo, et non secundum accidens" (principio ultimo de toda energia, intrinseco al ser de que se trata y que es en él algo sustancial y no un mero accidente). SSS + Serrano M.N. (1884) — Filosofia de la Naturaleza — P9.28 — imprenta E. Teodoro ~ Maid. 2 Enciclopedia Universal lustrade Europea Americana (1828) - Ed. Espasa Caipe ~ Madrid. 16 Derecho ambiental Hacia el afio 500 a.C., Pitagores y su escuela en Crotona, de- sarrollaron la idea acerca de una Naturaleza viva, de una Tierra vi viente. Esta idea influencié a Platén, al punto que en su obra Ti- meo, deciaraba que es la propia Tierra la que anima toda la vida del planeta, por ello el mundo representa y es "...el Ser Vivo del cual todos los demas seres vivos son individual y genéricamente porciones”. En ‘La Republica’, Platén vuelve a mencionar el caracter de madre, "Ahora, como si tu tlerra fuera tu madre y nodriza, de- berias pensar en ella”. Técito entendié que la Tierra, la Madre Tierra, era la divinidad que lo gobierna y rige todo, y por ello todo lo demas obedece y se somete a ella. Cicerén, por su parte, interpreté que el mundo, la Naturaleza, es un ser inteligente y, por tanto, un ser sabio. Desde el punto de vista mitolégico, Naturaleza es la divinidad adorada por algunos pueblos antiguos, a |2 que unos consideraban madre, otros hija y otros esposa de Jupiter. Mientras que los egip- cios la llamaron Ammon, los Asirios Belo, los fenicios la denomina- ron Moloch y los arcadios Pan. La divinizacién de la Naturaleza (la Tierra) ha recibido diver- sos tratamientos desde la intuicién mas remota del mundo arcaico, Grecia, Roma, a las Islas del Caribe y el pie de los Andes. En la regién helénica, tiene designacién de Isis, Atargatis, Cl- bele, Magna Mater, entre otros nombres con que era invocada en el culto minoico, en los misterios de origen minorasiatico. En Egipto se la denominaba Eleusis. A la tierra sacralizade se llamé Tellus en la arcaica latinidad, de fuerte influencia en la reli- Giosidad romana (San Agustin, Ciudad de Dios, 7,23-26; in Geor- gicas, 1,21). La Madre Tierra, le Pacha Mama en los pueblos incaicos, esta presente como divinidad suprema y venerada por casi todas las tribus y grupos humanos agricolas. El ser humano primitivo no sé- lo adord el seno fecundo de la tierra sino que, y especialmente, se maravillé frente al inesperado y fructifero despertar de la simiente y la floracion. Asi pues, la concepcion originaria de la Naturaleze deviene de la actitud de los pueblos frente ésta y al conjunto de fendmenos naturales, como: ia Sentinie rouse deve elentie facta: [osvpedares superiores, y de la necesidad que tuvieron de conocer él origen de esa mezcla de temor_y de esperanza, de espanto y de admiracién qué le producian. Silvia Jaquenod de Zsdgon. 17 El ser humano primigenio sintié la necesidad, casi permanen- te, de explicarse el acontecer de los fenémenos naturales; es decir, el por qué sopla el viento y empuja su barca, 0 por qué a veces es- ta furioso y arranca los arboles o derriba su choza, 0 por qué ger- minan las semillas y dan lugar a plantas o hermosos arboles que, a su vez, proporcionan una variedad sorprendente de frutos con los que se aliments; por qué el agua calma la sed, brilla el Sol y el fuego calienta y quema. Este Ultimo represento una importante herramienta que el ser humano utiliz6 pare las mas variadas actividades; entre los diversos usos del fuego, en las Reflexiones sobre la Naturaleza, “El fuego es en alglin modo el instrumento universal de todas las artes, y de to- das nuestres necesidades. [Asi lo confirman muchos filésofos anti- guos, quienes han reputado en el fuego como el principio de todas las cosas. M.Baume, uno de los mas célebres quimicos de nuestros dias, juzga que en la Naturaleza no hay mas sustancia activa que el fuego, y que por e! se comunica a todos los demas cuerpos]. Y para que el hombre pudiese hacer uso de este elemento, le puso el Cria~ dor no solo en el ayre, y en el agua, sino que le encerré también en todos los cuerpos cleosos, y crasos. iPero de quanta utilidad nos sir- ven las materias combustibles, que proveen al fuego del cebo que necesita!... sin el fuego que nos alumbra, una gran parte del tiempo se pasaria en una obscuridad insufrible, ... que poco saludables y nu- tritives serian la mayor parte de los alimentos que produce la tierra, si no se ablandaran, se disolvieran,... no podriamos llegar 4 derretir los metales, a convertir arena en vidrio, 4 cacer arcilla...”> Los puebles primitivos vieron, concibieron y representaron los astros, la tierra, el Sol, ia luna, los vientos y las aguas, como seres animados empujados por algtin espiritu; por ello, el Sol y la luna ocupan sitio privilegiado. Entre los Hotentotes, por ejemplo, pueblos de raza khoisan que viven en la parte meridional del sureste de Africa, la luna o Tsui es contemplada como el jefe de los espiritus; los Bosquimanes honran al Sol y a las estrellas, y durante la luna llena celebran dis- tintas ceremonias religiosas. En este sentido, el origen de la reli- gion deberia buscarse en racion de los fendmenos celestes. > Garcia, 8, (1803) Reflexiones sobre |a Naturaleza ~ Madrid. 18 Derecho ambiental Los habitantes de Gabén vieron en el Sol y a luna un ma- trimonio cuyos descendientes eran las estrellas que brillan pues es el fuego su alimento. “En cierta ocasion, la luna veleidose abandono la casa com gal, y entonces el Sol, frenético y celoso, se lanz6 a le persecucion de su esposa de una manera tan furiosa, que los hijos asustados también huyeron desparramandose por el cielo, siendo ésta la cau- sa de que el Sol, la luna y las estrellas no aparezcan nunca juntos en la béveda celeste. Cuando el astro del dia ha recorrido la parte de! mundo opuesta y asoma su faz por e| Oriente (aurora), la luna y las estrellas se esconden, pero por la noche la madre se reine con sus hijos”. * Casi todos los fenémenos naturales y elementos de la Na- turaleza fueron considerados y valoredos como seres vivos; asi por ejemplo, en Africa central se atribuye al cielo, a quien llaman Lu- bari, la categoria de dios de la lluvia; a la luna se la identificaba con la vaca, representando en sus cuernos la faz creciente. El mar, los lagos, los rios y los arboles del bosque reciben frecuentes y dis- tintas ofrendas para que les sirvan de alimento y, en Akra, la ce- remonia de ruego para transmitir agua fecundante es una vasija llena que se vierte en una fuente sagrada, l cual representa todas las corrientes hidricas. Entre los grupos mongoloides algonquines, distribuidos por el centro de América de! Norte desde la Peninsula del Labrador hasta Carolina del Norte, se considera @ la luna y al Sol como esposos. Preguntado un hechicero de estos grupos por el contenido de sus oraciones al curar los enfermos, éste respondié que hablaba a los rios, a los péjaros, a los arboles, a las rocas y al cielo, para que le ayuden. En Egipto, mediante el desarrollo de un movimiento que ini- cié en a dinastia XXVI (600 a.C.) y que progresé hasta llegar a la época romana, se les did a los animales un tratamiento de seres sagrados, siendo embalsamados, momificados e inhumados con honores divinos; asi, tanto cocodrilos, pajaros, carneros, serpien- tes y otros animales, llegaron a ser tan veneredos y respetados como las estatuas de Osiris 0 de Amén Ra. La zoolatria se apoderd de los egipcios, quienes se habian convertido en servidores de los animales, al extremo de no poder defenderse de sus ataques para impedir causaries el menor dafio. * Enciclopedia Universal lusirade Europeo Americana (1926) - Ed. Espasa Caipe ~ Madr. Silvia Jaquenod de Zsdg6n 19 Los arabes preisiémicos habian conservado el culto a las pie- dras y 2 los Arboles, y a falta de piedras, el beduino se prosternaba frente a una bola de arena amasada con la leche de su camella. Estos cultos fueron decayendo progresivamente a partir de la proclamacién del Islam. Seguin una leyenda Islémica, el yerno del Profeta, Ali, se representa residiendo en las nubes y desde alli pre- side y gobierna los rayos y los truenos; esto constituye una mezcolanza de politeismo grecorromano y antigua mitologia se- mitic2y.mbién cabe hacer referencia al concepto de Gaia -que con- sidera la Tierra como organismo vivo-, introducido y desarrollado por James E. Lovelock a finales de los aflos 60. El punto de vista centrado en Gaia es uno de los mas influyentes del siglo veinte; ésta vision obliga 2 la cosmologia, biologia, geologia, geografia, a ocuparse del mundo en términos holisticos, globales ¢ integrados, no de manera aislada, sino como parte de un complejo sisterna ga- ldctico. Respecto al moderno concepto de ambiente, se pueden con- siderar los puntos de vista técnico y juridico. Desde el enfoque cientifico técnico, por ‘medio’ se entiende el "Sustrato qUe soporta y condiciona fendmenos naturales que tie- nen lugar en su seno”*; y por ‘ambiente’, el "Conjunto de las con- diciones externas que afectan al comportamiento de un sistema. En particular, conjunto de las condiciones climdticas, edafi- cas, bidticas, etc., en las que se desarrollan las actividades de los seres vivos”, © Desde el punto de vista juridico, es posible diferenciar, segtin opinién de distintos autores, tres versiones del concepto 'ambien- te’: 1.) el ambiente en cuanto normativa relacionado con la de- fensa del suelo, del aire y del agua; 2.) el ambiente en cuanto objeto de la disciplina urbanistica; 3.) el ambiente como dmbito fisico de diversas acciones humanas, en el cual subsisten sistemas de equilibrio, y que 5 Vocabulario cientiico y técrico - Real Acaderria de Ciencias Exactas, Fisicas y Naturales (1990) ~ Editorial Espasa Calpe S.A. ~ Madi Vocatuiano cientifco y técnico - Real Academia de Ciencias Exacias, Fisicas y Naturales (1980) - Ecitoral Espasa Cave S.A. - Madd. Ces aunstale 20 Derecho ambiental puede ser modificado, pero sdlo a costa de reconstituir otros sistemas. Este concepto da lugar a la elaboracién de dos drdenes dis- tintos de estrateaias juridicas: 2) gestion del territorio, (que se ajusta dentro del ambito de la normativa urbanistica); b) gestion de los elementos o factores del ambiente (recursos naturales). Se descarta el ambiente como territorio 0 espacio objeto de ordenacién y gestion, aunque, cuando la ordenacion del territorio \ se efecta desde amplias bases, las conexiones con la problemati- ca ambiental estricta son mas tangibles. Tampoco es conceptualmente correcto identificar medio, o ambiente, con Naturaleza. Lamarque sefiala, al objetar un concep- to de ambiente en el que cabria practicamente todo, que existe no obstante una doble relacién entre ambos, en cuanto la proteccién del ambiente viene determinada precisamente por la amenaza de algun elemento natural y, por otra parte, proteger los elementos del ambiente es, en definitiva, proteger la Naturaleza. Se parte del ambiente como conjunto de elementos natura- A les, objeto de ordenacién juridica. Asi, el meollo de |a problematica ambiental moderna esta en la defense de unos factores, que ini- | cielmente podrian haber sido calificados como “res nullius", sus~ ceptibles de utilizacién sin limite, pero posteriormente se transfor- maron en blenes comunes sobre los cuales una mayor intensidad de utilizacién, consecuencia de la civilizacién industrial y urbana, amenaza las condiciones indispensables para su aprovechamiento. El Rey Alfonso X El Sabio, en la Ley 1118, del Titulo XXVIII, de la Partida Tercera, alude a que "...comunalmente pertenecen @ to- das las criaturas que viven en este mundo..., el aire y las aguas de Ja Iluvia, la mar, sus riberas’. Algunos de éstos, mas adelante, re- cibieron e/ tratamiento de bienes de dominio publico y dominio na- tural, mientras que otros, como el aire, mantuvieron su condicién de "res nullius”. El concepto medio-media y ambiente alude a “igual a la mi- tad de algo”, “que esta entre dos extremos, en el centro de algo o entre dos cosas”, “que esta intermedio en lugar y tiempo’, y en la acepcién 372 del Diccionario de la lengua espafiola (2001), colo- quial, aquello que “modifica a ciertos adjetivos que expresan cuali- dades negativas para suavizar falsamente su significado [este chi- co es medio tonto]” Por medio ambiente, se entiende “conjunto de circunstancias culturales, econdmicas y sociales en que vive una persona”; en la redundancie de este binomio se sefiala sélo @ la Silvia Jaquenod de Zsdg6n 21 persona, éy los demés seres vivos y elementos inertes? Por el con- trario, define el concepto “ambiente” con toda la amplitud y flexibi- lidad de la interpretacién, al entender por éste en tercera acep- cién, “condiciones fisicas, sociales, econdmicas, etc., de un lugar, de una reunion, de una colectividad o de una época.” ’ Brinda en este concepto una visién generosa del ambiente, dejando incluso la posibilidad de extender su espectro al incluir un etcétera al final. to general de entendido éste como el bien o valor juridi- co @ proteger por las normas de caracter ambiental. En conse- cuencia, se considerafarmbrente]entoro © medio) en sentido am- plio, al sistema de diferentes elementos, fenomenos, procesos na- turales y agentes socio-econémicos y culturales, que interactuan condicionando, en un momento y espacio determinados, la vida y el desarrollo de los organismos y el estado de los Componentes inertes, en_una conjuncién integradora, sistémica y dialéctica de relaciones de intercambio. Para el anélisis, estudio cientifico y proteccién juridica especi- fica, el ambiente, en razén de su particular complejidad y conside- randolo como sistema integrado, se divide en factores 0 compo- nentes sectoriales agrupados bajo los conceptos de medio fisico (agua, suelo, aire, paisaje, flora, fauna) y medio socio-econémico- cultural (poblacién, actividades, patrimonio). 1.1.1. Concepcién, dinamica y dimension La concepcién de la preocupacién ambiental no ha sido asu- mida de igual modo por todos los pueblos, como tampoco ha teni- do lugar en periodos idénticos. La preocupacién por proteger los bienes naturales ha sido progresiva, evolucionando de forma casi paralela al desarrollo de las civilizaciones. Por ello, en los primeros tiempos la inquietud Se centra, qui- 24s con mayor fuerza, en la curiosidad por la presencia de ciertos fenémenos naturales y en la necesidad de encontrar explicacién 2 los mismos. 7 Diccionario de la lengua espatioia (2001) - Real Academia Espaviola - Pag. 1001 — Madrid ® Jaquenod de Zsdgén, S. (1991) - E] Derecho ambiental y sus principios rectores ~ Editorial Dykinson SIL —3* Edicién ~ Pg, 30— Mac 22 Derecho ambiental A medida que las culturas evolucionaron, y aunque la priori dad era encontrar los bienes necesarios para subsistir, no se aban- doné el temor por las consecuencias producidas por las fuerzas de la Natureleza. Igualmente, tanto el carécter como la magnitud de las situaciones de ansiedad con respecto a las riquezas naturales han ido variando a través de los tiempos, siendo particulares en cada region. En las sociedades tradicionales que, en mas o menos guar- dan cierto grado de armonia y de equilibrio con su entorno, las al- teraciones causadas no se tracucen en verdaderos dafios, recupe- randose el medio de forma natural. Asi pues, la lefia que se corta para construccién o lumbre, vuelve a crecer al cabo de cierto tiem- po. De igual forma, el agua que se extrae de los rios se repone con las lluvias, y las tierras de labranza se van regenerando con la ayuda de los restos de las cosechas y la incorporacion de estiércol. Existe, por tanto, un grado de educacién basico, implicito, intuitivo, puesto que la informacion es tomada directamente de la relacién con la Naturaleza, entremezcléndose los conocimientos con sentimientos de inquietud y respeto por el bien natural. Los pueblos tienden 2 modificar su comportamiento seguin los vaivenes sociales y las presiones a las que se encuentran someti- dos. Evaluando comparativamente los efectos de la actividad humana sobre su entorno por un lado, y por otro, la escala tempo- ral de evolucién de la especie humana, resulta evidente el cambio global producido. “Las condiciones de vida de! hombre moderno han cambiado tan radicalmente en sus aspectos social y cultural, que hoy se puede ya hablar de una nueva era de la historia huma- na. De ahi el que estén abiertos nuevos caminos para perfeccionar este estado de civilizacién y darle una expansion mayor. Caminos que han sido preparados por un avance ingente de las ciencias na- turales y humanas e incluso sociales, por el progreso de la técnica y por el incremento de la organizacién de los medios que ponen al hombre en comunicacién con sus semejantes.” ° “De ahi provienen estas caracteristicas de la cultura moder- na: las llamadas clencias exactas cultivan enormemente el juicio critico; los mas avanzados estudios psicolégicos explicen més pro- fundamente la actividad humana; las disciplinas histéricas contri- > Encicica Gauduim et Spes. Sobre ia iglesia y #! mundo de hoy (1987) ~ Enciclopedia conciliar ~ Edi torial Regina ~ Pag 63 - Barcelona ee? Silvia Jaquenod de Zsdg6n 23 buyen mucho @ que sepamos ver las cosas en lo que tienen de mudable y evolutivo; los modos de vida y las costumbres se van uniformando cada dia mas; la industrializacion, urbanizacién y otros fenémenos que impulsan la vida comunitarla dan lugar a nuevas formas de cultura (cultura de masas), de las que proceden nuevos modos de pensar, de obrar, de descansar, y al mismo tiem- po, el creciente intercambio entre las diversas naciones y grupos humanos, descubre cada vez més a todos y a cada uno de los te- soros de diferentes civilizaciones, desarrollando asi una cultura més universal, capaz de promover y expresar tanto mejor la uni- dad del género humano, cuanto mas respeta las peculiaridades de las diversas culturas.” *° A lo largo de la historia de las civilizaciones, casi todos los pueblos y tribus han tenido una diosa tierra o una madre tierra a la que adoraban y en quien confiaban. Esta era considerada fuente eterna de vida, de fertilidad y de fructiferas cosechas. Lo que para los incas fue la Pacha Mama, aztecas Coatlicue, navajos Mujer cambiante, salish Tacoma, esquimales Nuna, en Grecia fue Cibeles, en Hawaii Pele, en Africa Mawu, en Babilonia Hepat, en Mesopotamia Mami, en Egipto Hathor o Isis, en Creta Rhea, en Tracia Semele y en Turquia Kubaba. Las representaciones mas antiguas de la madre tierra se en- cuentran en el alto Paleolitico “correspondientes a la antigua Euro- pa, en el sur de Francia...las figurillas con vulva més antiguas que se conocen...datan aproximadamente del periodo 33.000-35.000 a.c. (...) Hay que hacer hincapié, sin embargo, en que las diosas paleoliticas y neoliticas de la antigua Europa (la Europa preindoeu- ropea del periodo 6500-3500 a.C.) no son tnicamente divinidades de [a fertilidad... eran creadoras de vida que cumplian tres funcio- nes importantes: dar vida, dar muerte y regenerar. La vida, la muerte y la regeneracién son los procesos eternos que también co- tresponden a las tres fases de la luna: creciente, llena y menguan- te.” La relacion entre el ser humano y la Naturaleza, tantas veces reafirmada mediante la adoracién de la diosa Madre Tierra, a la que se le otorgan también poderes o cualidades de conciencia co- 2° Encicica Gauduim et Spes. Sobre la iglesia y el mundo de hoy (1967) ~ Enciciopedia conciliar - Ed} torial Regina ~ Pég,53 - Barcelona. “Devereux, P. (1989) - Gaia, later inteigente — Pag.28 - Ed. Nueva Era — Barcelona. 24 Derecho ambiental lectiva, ilustra con suficiente claridad el siguiente texto: “La Tierra Madre escucha las peticiones, resuelve problemas y castiga a to- Gos los que la engafian o no la respetan. No tolera 2 los ladrones, los mentirosos o las personas vanidosas y orgullosas. En leyendas y Cuentos la tierra devora a los pecadores. La tierra se cierra sobre ellos.” Recomendaba Plinio El Viejo, en el Libro II de Historia Natu- ral, “Sigue la tierre, que es le Unica parte de la Naturaleza a la que con todes los merecimientos le hemos concedido el atributo de madre amorosa. Ella es de los hombres, igual que el cielo de Dios: la que nos recoge al nacer, nos alimenta desde que nacemos y Cuando estamos criados atin nos sigue sustentando siempre, abra- Zandonos al final en su regazo cuando ya somos un desecho de la Naturaleza, tapandonos entonces mas que nunca, como una ma- Gre, que es sagrada sobre todo por el don de hacernos a nosotros también sagrados, sosteniendo nuestras sepulturas y epitafios, haciendo perdurar nuestro nombre y prolongando nuestra memo- ria frente @ la brevedad del tiempo.” El entramado de la vida se encuentra en permanente movi- miento, dinamica que genera cambios, grandes o pequefios, que van modificando los diferentes entornos. A medida que cada ser cambia en el mundo, y condiciona a los demas con sus transfor- maciones, todo el sistema en alguna medida también se va modifi- cando. De esta manera, los vinculos se multiplican y se vuelven mas complejos: En toda esta treme de relaciones, los recursos na- turales constituyen el sustento diario que es necesario cuidar, para que la “despensa” mantenga siempre una cantidad y calidad mini- ma necesaria de provisiones. ‘También hay que considerar los intereses de los pueblos, se- gun los cuales la repercusién de su dinamismo sobre la Natursleza ha sido diferente. Incluso es fundamental incorporer el factor cli- matico, fuerte determinante de las caracteristicas y singularidades de las Poblaciones, como asi también condicionante de los ritmos y tipos de actividades que se deserrollaron. Otro factor @ tener en cuenta para abarcar lo més exacta- mente posible la concepcion, dinamica y dimensién de la preocu- Pacién por la proteccion y cuidado de los bienes ambientales, es la Capacidad de asimilacién de los pueblos respecto a la variedad, ca- lidad y distribucién de los recursos naturales. Gimbutas, M, (1985)~ The earth fetity goddes old Europe ~ Caltomia. Silvia Jaquenod de Zségén 25 Esta ha sido una cuestién determinante en la relacién con la Naturaleza, puesto que el ser humano ha ido adoptando diferentes estrategias a fin de alejar la mayor parte de las limitaciones de re- cursos, bien sea por falta de éstos o por su escasa disponibilidad (escasez-esencialidad). Por ello, los ritmos de desplazamiento de las distintas cultu- ras han sido muchas veces condicionados o determinados por la existencia de recursos naturales que permitieran un desarrollo a- corde a sus necesidades. Pero también el innato sentido de proteccién de algunas cul- turas y la percepcién de los valores naturales, han representado un factor decisivo en la gestacién, desarrollo y consolidacion de la Preocupacion ambiental. No resulta dificil establecer y detallar la relacién en el pasado del ser humano con su medio, aunque sea solamente partiendo de los datos que se obtienen desde la arqueologia Igualmente, las referencias de apoyo pueden resultar autén- ticas fuentes de ciaridad, pero parcieles y no representativas de la realidad general, con lo cual se distorsiona el periodo histérico de la relacion ser humano-entorno. El contexto espacial en el que el ser humano realizaba sus distintas actividades en los primeros tiempos, ha variado de forma sustancial debido, especialmente, a su actitud de progresivo domi- nio sobre el medio. Esta estrategia he conllevado a la evidente modificacion del sistema natural. En caso alguno hay que perder la visién holistica en este tan delicado vinculo pues y, como lo comentara San Francisco de Asis, aunque fuera el ser humano el vértice de la Creacién, esto no sig- nifica que los demas seres estuvieran a su disposicidn, uso y d frute. Se trata mas bien de convivir en armonia con el conjunto de seres manteniendo, en la medida de lo posible, la capacidad de re- generacién y de recuperacién de los recursos naturales. El ser humano debe esforzarse por mirar y comprender al sistema natural, a la maravillosa “despensa” de recursos, no como algo diferente y separado, sino como un todo global e interconec- tado del cual forma parte. 26 Derecho ambiental 1.1.2, Proteccién de la Naturaleza en las culturas aborigenes A lo largo de la historia de la humanidad, en diferentes gru- Pos sociales ha existido particular vocacion por el cuidado de los recursos naturales. Esta inclinacién hacia un uso prudente de la Naturaleza queda reflejada con mayor claridad en las culturas abo- rigenes. El respeto por la tierra, las aguas, los bosques y los anima- les, asi como el reconocimiento expreso o tacito de la dependencia hacia la Naturaleza, se encuentra en el uso racional que hicieron de los recursos naturales distintas cultures. En los pueblos primitivos Ja tierra es fuente de vida, todo un regalo que mantiene, alimenta y ensefia. La “Madre Tierra” es el centro de sus actividades, de su cultura, y por ello no comprenden su posesién EI estudio de la proteccién de la Naturaleza en las culturas aborigenes puede enfocarse desde dos puntos de vista principales: * distribucién geogréfica de las diferentes tribus, * aprovechamiento de recursos especificos tales como aguas, suelos, flora y fauna. Asi, por ejemplo, los primitivos habitantes de la costa No- roeste de Estados Unidos de Norte América, solian estar asentados cerca del mar o de rios. Del mar, importante medio de desplaza- miento, obtenian alimentos y materia prima para confeccionar ves- timenta y utensilios, puesto que aprovechaban casi todo de los mamiferos marinos: carne, vejiga, tendones, piel y huesos. De los érboles, especialmente del cedro, aprovechaban la madera necesaria para fabricar sus canoas, herramientas, y cons- truir sus casas. La corteza y raices de los cedros era utilizada por las mujeres para tejer esterillas, sombreros, capas y cestas de tex- tura tan apelmazada que podian servir para transportar agua. También tejian mantas de lana, utilizando el pelo de los perrillos domesticados mezclado con el de las cabras montesas y fibras ve- getales. Los indios de la regién del Subartico no practicaban la agri- cultura, puesto que todos eran cazadores y recolectores. Sencilla- mente se adaptaban @ las migraciones anuales y a los alimentos de recoleccién de cada estaci6n. Originariamente los pueblos Cree, Silvia Jaquenod de Zségén 27 por ejemplo, cubrian sus viviendas con léminas de corteza de abe- dul, en cambio los Kutchin, que no tenian acceso a los bosques de abedul, protegian sus refugios con pieles de animales. Caribues, aices y algunos bisontes eran los principales recursos. También ca- zaban con pequefias trampas castores, conejos, liebres y ardillas Conservaban los alimentos ahuméndolos 0 secndolos al sol. Las casas de los Aleutianos, Indios del Artico, se cavaban en el suelo a unos dos metros de profundidad y se cubrian con un te- jado de huesos de ballena, madera flotante y algunas hierbas. El mar y la tierra les proporcionaban los recursos suficientes, puesto que contaban con abundante flora y fauna marina, gran cantidad de aves, brotes y otras plantas. Recolectaban hierbas pa- ra preparer medicinas y recogian bayas que consumian en el mo- mento, 0 bien almacenaban para el invierno en balsas hechas con tripa de leones marinos 0 focas. La actividad tradicional de |os Inuit del Canada esta determi- nada desde hace generaciones por el ciclo de vida animal. En primavera cazan focas y pajaros que anidan, en verano mamiferos marinos como morsas, en otofio caribUes, y la pesca tiene lugar durante todo el afio, Se adaptan al medio, no se imponen. La Estrategia Innuit de Conservacién Regional (1986), por ejemplo, que forma parte de la Estrategia Mundial para la Conser- vaci6n, desarrolla proyectos basados en el uso ecolégico de los re- cursos, realiza investigaciones sobre el aprovechamiento comparti- do de los recursos, mantiene una lista de expertos Innuit en temas ambientales, difunde informacion en todos los niveles sobre el de- sarrollo ecolégico del Artico, declara areas protegidas para caribu- es, y areas protegidas en lugares con relevancia y significado cul- tural. La forma de subsistencia de los Iroqueses del norte de Amé- rica se basaba en el ciclo anual de la caza y de la pesca Cazaban nutrias, caribues, castores, alces y osos; pescaban salmones, bacalaos, arenques y esturiones, y en los islotes reco- lectaban huevos de patos. Aprovechaban de los animales su carne, piel y plumas. la corteza de abedul era materia fundamental para sus embarcaciones, viviendas y demds utensilios. £i modelo de agricultura se apoyaba en el maiz, los frijoles y las calabazas, sus tres cultives principales. A éstos los llamaban “as tres hermanas’ y tenian importante papel en las ceremonias tradicionales que celebraban. 28 Derecho ambiental Los Chippewa, de lengua algonquina, utilizaron la madera del abedul, sabian cuanto se podia quitar la corteza sin dafar el arbol. El grosor de le corteza determinaba el uso que se hacia de elia; hasta nueve capas era adecuada para hacer canoas, 0 finas y flexibles utilizadas como papel, o duras y resistentes para envolver, 0 segun las capas, pare hacer bandejas o pare las viviendas de ve- rano. Dependian bastante menos del cultivo del maiz, sustituyén- dolo por el arroz silvestre que crecia en abundancia en rios y la- gos. Este constituia el alimento principal y tenia alto valor nutriti- vo; también la recogida del aziicar de arce representaba una acti- vidad fundamental para |e comunidad. El estrecho vinculo entre Naturaleza y los seres humanos a través de los tiempos ha oscilado entre las manifestaciones mas fervorosas de adoracién, y la mas sorprendente indiferencia. Sin embargo, puede decirse que en les comunidades indigenas ha pre- valecido la idea de compartir sin dafiar, porque todo forma parte de un mismo organismo. Sin duda, la mas sentida expresién de proteccién y respeto del ser humano con la Naturaleza, se recoge en la Carta del jefe Indio piel roja Noah Seattle, firme amigo de los blancos, jefe de los Suquamish y tribus aliadas. En la Carta de respuesta 2 las autoridades de Washington (1854), con motivo de la propuesta de crear una “reservacién” pa- ra el pueblo indigena a cambio de una gran extensién de tierras indias, desarrolla una perfecta conjuncién de los recursos natura- les, de las aguas, el aire, el suelo, el ruido,.... A ja propuesta delen- tonces Gobierno el jefe piel roja contests, "éCémo se puede com- prar 0 vender el firmamento, ni aun el calor de la tierra? Dicha idea nos es desconacida. Si no somos duefios de la frescura del ai- re ni del fulgor de las aguas, écémo podrén ustedes comprarios?” Al final de la Carta, y en el supuesto de entregar las tierras, impone una condicién: *Y si les vendemos nuestras tierras, uste- des deben conservarlas como cosa aparte y sagrada, como un lu- gar donde hasta el hombre blanco pueda saborear el viento per- fumado por las flores de las praderas. Por ello consideraremos su oferta de comprar nuestras tierras. Si decidimos aceptarla, yo pondré una condicién: el hombre blanco debe tratar a los animales de esta tierra como a sus hermanos.” En la época prehispanica, y segtin se conoce a través de co- mentatios de cronistas, las autoridades del Imperio Inca asegura- Silvia Jaquenod de Zs6g6n 29 ban la conservacion de aves productoras de guano mediante la im- posicién de severas penas. No permitian pisar los sitios en las épo- tas en que estas aves criaban, bajo pena de muerte, y se castiga- ba con la misma pena al que en cualquier estacién matase deter- minados pajaros. Ademés, esta cultura dejo claras muestras de su ingenio en e| disefio y la construccién de acueductos, en la instalacién de fa- bulosos sistemas de riego y en los inteligentes planes para incor- porar cultives en las zonas montajiosas del Imperio Sobre la base del respeto @ los recursos naturales, experi- mentaron y desarrollaron diferentes € ingeniosas técnicas para aumentar la efectividad o rendimiento de la produccién, prospe- rando en la produccion y procesamiento de diferentes raices y tu- bérculos practicando, incluso, modificaciones en el proceso natural de reproduccién de algunas especies vegetales. El agricultor prehispanico contaba con una gran variedad de especies, riqueza natural que queda reflejada en el diario de Colén en cuanto al esplendor del ambiente natural con que se encontra- ron: “Martes 16 de octubre de 1492. Y vide muchos drboles muy diferentes de los nuestros, y de ellos muchos que tenian los ramos de muchas maneras y todo en un pie. Y un ramito es de una ma- nera y otro, de otra; y tan diferente, que es la mayor maravilla del mundo cuanta es la diversidad de la una manera a /a otra... Aqui los peces son tan diformes de los nuestros, que es maravilla. Viernes 19 de octubre de 1492. Ni me se cansar fos ojos de ver tan hermosas verduras y tan diversas de las nuestras. Y atin creo que ha en ellas muchas hierbas y muchos érboles que valen mu- cho en Espatia para tinturas y para medicinas de especeria. Do- mingo 21 de Octubre de 1492. Que si /as otras ya vistas son muy hermosas y verdes y fértiles, esta es mucho mas y més grandes arboledas y muy verdes... y el cantar de jos pajaritos, que parece que el hombre nunca se querria partir de aqui, y las manadas de los papagayos que oscurecen el Sol; y aves y pajaritos de tantas maneras y tan diversas de las nuestras que es maravilla. Y des- pués hay Arboles de mil maneras y todos de su manera fruto, y todos huelen que es maravilla...” Esta maravillosa diversidad biolégica le permitio a las cultu- ras prehispanicas cultivar ciertas plantas desde periodes muy tem- pranos, y muy pronto intervino conscientemente en sus ciclos re- productives, perfeccionande sus concimientos sobre el manejo, 30 Derecho ambiental seleccion y reproduccién controlada de las gramineas y otras plan- tas, @ fin de evitar el inneceserio y prematuro agotamiento del suelo y para obtener especies més productivas y de alta potencia- lidad energética Se dictaron diferentes medidas para ia proteccién agricola. Asi, legalmente se establecia la cantidad de agua correspondiente @ cada agricultor, y los inspectores reales controlaban la distribu- cién y destino del recurso. Los Mayas, por su parte, practicaron la roza y la quema aso- ciada con una agriculture combinada de cultivos, a fin de mantener la armonia del sistema natural, Algunos grupos desarrollaron el sistema de la agricultura de granos, en tanto que otros optaron por la vegecultura como base de la produccién agraria y de subsistencia. En ambos casos se ex. tremaba el respeto por la Naturaleza y sus ciclos naturales La utilizacién de le “coa” (instrumento de labranza) permitié el desarrollo de la agricultura segun las necesidades del grupo y en armonia con la tierra. Junto a la coa, la azada, el hacha litica y excelentes sistemas de terrazas para el cultivo en laderas, canales y diques para Irrigacién, asi como silos para almacenar las cose. Chas, dieron al vinculo con la Naturaleza una relacién particular- mente arménica y equilibrada, aunque ciertamente primitiva a la vista de las actuales técnices. Las cultures prehispanicas conocieron casi a la perfeccién di- ferentes clases de abonos naturales. El fondo de grandes superfi- cles excavadas, a las cuales los conquistadores llamaron “hoyes’, era abonado con una especie de sardina que se pescaba en la cos. ta, y Iuego se sembraban los cereales o legumbres segun la esta- cién. Igualmente’ utilizé como abono el excremento de las aves marinas el “guano”, que regularmente era recogido en los islotes de l2 costa, donde se encontraba en grandes cantidades formando Pequefias colinas cubiertas por un ligero manto blanco, por lo que dieron a la zona el nombre de Sierra Nevada. El grupo agricultor indigena prehispénico sembraba y planta- ba segtin lo mas conveniente a la naturaleze del suelo, consultan- do en todo momento el carécter peculiar y la capacidad agricola de la tlerra. Le utilizacion de la Naturaleza se basaba en principios agricolas razonados, con un especial sentido de respeto y actitud general de solidaridad. Silvia Jaquenod de Zségn 31 E| empobrecimiento de los suelos ere controlado a través del aprovechamiento de factores naturales, del abono orgénico y del desarrollo de técnicas que preservaban la humedad de y en los te- rrenos. La renovacién de los nutrientes del suelo era realizada de forma natural, mediante el aporte dejado por las crecidas anuales de los rios, 0 bien a través de la incorporacién de ingeniosas técni- cas que permitian preparar y aprovechar areas pantanosas o ane- gadizas y, al mismo tiempo, conservar la humedad de los suelos en aquellos casos en los que la capa fredtica se encontraba cerca de la superficie. Las técnicas més utilizadas consistian en la construc- cién de campos de cepellanes, 0 de montones o monticulos artifi- ciales de tierra, que permitian mantener las raices cerca de la humedad, pero por encima de! nivel de las aguas. Los agricultores prehispanicos desarrollaron formas de mejo: ramiento de los cultives y suelos que no requerian irrigacion; asi con los “montones” los que, si bien exigian gran cantidad de horas de trabajo para acondicionar Ia tierra (desbrozar, quitar raices y malas hierbas, aflojaria, excavaria, acumularla en forma de monti- culo), al utilizar plantas vegetativas esta técnica simplificaba con- siderablemente el trabajo. Los grupos indigenas de las zonas deltaicas, con un régimen anual de inundaciones més o menos regular, enriquecian periddi- camente los suelos con el aporte de sustancias minerales y compuestos organicos que acarreaban las aguas. Sin embargo, este sistema podria resultar bastante vuinera- ble, porque la actividad agricola dependia en gran medida de la in- tensidad y regularidad de los periodos de inundacién. Si los perio- dos se prolongaban en exceso podrian impedir la cosecha en tiem- po pero, contrariamente, si sobrevenia un largo periodo de sequia, los suelos quedarian expuestos a los diferentes tipos de erosién. La construccién de terrazas en éreas anegadizas, fue otre practica agraria que, de manera general, influyo en la formacion de ciertas variantes de sociedades indigenas vegecultoras. Para canalizar el exceso de agua aportada durante la estacién lluviosa, y mantener los cultivos por encima de la cota de inundacién, re- servaron una cuota de agua o humedad para cubrir las necesida- des de las plantas durante las épocas de sequia. La ampliacién y mejora de las antiguas técnicas de prepara- cién de suelos fue debida, fundamentalmente, a la puesta en prac- tica de la agriculture de regadio puesto que, en aiguna medida, se 32 Derecho ambiental quebré la fuerte dependencia con el régimen de las lluvias. La practica de la agricultura con irrigacién a través de canales y di- ques, tuvo en los Andes centrales y en Mesoamerica mayor desa- rrollo que en otros lugares de la América prehispanica. En la alti- planicie de los Andes se combinaron técnicas de construccién de terrazas en las pendientes de las montafias con sistemas de irriga~ cidn que utilizaban pozos excavados “pukios”, @ fin de extraer el agua destinada al riego de las plantas. El control que se ejercia sobre los recursos hidricos fue caracteristico de la semicultura practicada en las regiones dridas, organizéndose bajo complejas formas sociopoliticas y con rigurosos ordenamientos de las superfi- cies cultivables. Muchas colinas si bien contaban con suelos muy fértiles teni- an la dificultad de presencia de pendientes muy marcadas que en- torpecian considerablemente el trabajo del agricultor. Para paliar este obstaculo las tierras se dividian en terrados, lo que daba lugar al cultivo en andenes o catafos, acondicionados con revestimiento de guijarros que contenian la masa de tierra y evitaban posibles desmoronamientos. Estos andenes o catafés iban disminuyendo gradualmente, hasta llegar @ la cima de la montafia. De esta ma- nera, en tanto la terraza de la base o parte inferior podia albergar centenas de hectéreas, este centenar iba reduciéndose a medida que las terrazas o andenes se acercaban a la cumbre, pudiéndose sembrar algunos pufiados de trigo en los andenes o catafés supe- riores. Las superficies compuestas por masas rocosas muy com- pactas eran cubiertas por abundante capa de tierra a fin de con- vertirlas en aptas para el cultivo. La adecuada combinacién y las practicas armoniosas de culti- vo permitia aprovechar la capacidad de los suelos de baja fertili- dad, no sobrecargar la demanda de los nutrientes edaficos y obte- ner una cantidad suficiente de frutos que daban a estos grupos los carbohhidratos y proteinas que requeria su nutricién. El alto conocimiento que los actuales pueblos de culturas aborigenes conservan de la Naturaleza, basado en la armonia con el mundo natural, ha permitido asegurar la supervivencia en habi- tats especialmente fragiles. Utilizan los recursos disponibles sin agotarlos. La vida de estas comunidades se organiza sobre la co- ‘operacién, no en la competencia, porque sdlo es posible la super- vivencia si el grupo trabaja en conjunto y a favor del medio que le alimenta. El Acuerdo sobre identidad y derechos de los pueblos indige- nas (México-1995), establece que se adoptarén o promoveran, en- Silvia Jaquenod de Zsdgin 33 tre otras, medidas para reconocer y garantizar el derecho de las comunidades de participar en el uso, administracién y conserva- cién de los recursos naturales existentes en sus tlerras. Igualmente, estas medidas iran orientadas a obtener la opi- nién favorable de las comunidades indigenas previa la realizacién de cualquier proyecto de explotacién de recursos naturales que pueda afectar la subsistencia y el modo de vida de las comunida- des, y 2 adoptar, en cooperacién con las comunidades, las medidas necesarias para proteger y preservar el ambiente. 1.2, COMPORTAMIENTO HUMANO Las particularidades de los comportamientos humanos res- pecto a la conservacion de ia Naturaleza, determinan que las con- ductas con mayor incidencia negativa sobre el conjunto de recur- sos naturales, sean aquelias que responden a una menor variedad de estrategias, o actitudes, respecto al su uso y aprovechamiento. El comportamiento del ser humano ante la Naturaleza y sus elementos ha ido evolucionando progresivamente y, segin hayan sido las condiciones y circunstancias de cada momento y lugar, se han adoptado distintas conductas y estrategias. Asi pues, en los albores de la civilizacién, el comportamiento humano se centraba en actividades de supervivencia basada en recoleccién de frutos, pesca y caza, adaptandose en la mayoria de los casos a las fuentes de alimentos mas Inmediatas. Esta situacién de armonia con la Naturaleza no tardé en ver- se alterada. De aquella fase de simple recoleccién de frutos, se fue evolucionando rapidamente hacia niveles més agresivos de apro- vechamiento de los recursos naturales. Civilizaciones existentes antes de la llegada de los conquista- dores a América, desarrollaron una cultura extraordinaria y de respeto generalizado hacia los distintos recursos. Edificaban ciudades en la jungla y planificaban sus vidas se- gin ‘dictaban’ los cielos. Cubiertos por més de mil afios de un es- peso manto de vegetacién tropical, se esparcen a lo largo y ancho de cientos de kilémetros, monumentos y templos en ruinas, el ma- ravilloso centro arquitecténico de Tikal (Guatemala), por ejemplo. 34 Derecho ambiental En los Cédices detallaban .cuantiosa Informacion astrolégica Y, Sobre la base de unas matematicas sofisticadas, calculaban jos Ses de Sol. Cultivaban el maiz, riglendo tous su vida por el ritmo natural, siembras y cosechas, nacimientos Y Muertes. Los sacerdo- tes bendecian los campos y cosechas, y honraban a los dioses de Gue permitiese que saliera el Sol y legaran las lluvias a tiempo pa- ra favorecer una cosecha abundante, ne destruimos todo. No agitamos violentannes los arboles para obtener las beliotas o las pifias. No utlisamen mas que el bosque srbaree, En cambio el hombre blanco revuelve ef suelo, abate los arboles, destruye todo”, " Este nexo se refleja también en la frase de un anciano Gagudju, “Tierra nuestre madre, dguila nuestra pri- Gende eOl: él estar bombeando nuestra sangre, Hierba estar cre- Giendo. Y agua. Y todos somos uno” La actitud primaria fue de recoleccién intercembio, no de apropiacién, dominio o trensformacién, forma ésta de vincularse actualmente con la Naturaleza en la ue han tenido fuerte influen- cla las orientaciones filos6ficas y religiosas. 1.2.1, Necesidades humanas Todos los seres vivos del planeta necesitan de alimentos co- mo fuente de energia. Sin embargo, el ser humano, a diferencia de los demas seres, separa el consumo necesario para mantener el eusanismo (necesidades metabdlicas), del que se orienta a satisfa- Ser SUS Gustos 0 deseos (necesidades socio” culturales), Las necesidades, tanto metabdlicas como culturales, van va- rlando segun sean los distintos factores gue intervienen, Asi pues, no serdn las mismas, ni en cantidad ni en calidad, entre personas * Traducido por Fuentes 8, F. de a obre Pies desmudos sobre le tierra descaiza, Silvia Jaquenod de Zs6g6n 35 de diferentes tamafios, edades, tines de actividades que desarro- |lan 0 intereses individuales y profesionales. & lo largo de la historia de la civilizacién, las comunidades humanas han dependido para su supervivencia de una serie de re- cursos basicos, sean éstos recursos vivos, como los suelos, los bosques, las especies animales, 0 no vives, como las aguas, los minerales o los combustibles fosiles: Las preculturas y culturas arcaicas del Paleglitico inferior, asociadas @ los restos del Pithecanthropus erectus, hace unos 500.000 afos, dedicaron sus esfuerzos casi Unicamente a las ne- cesidades basicas que les permitieran sobrevivir. Las culturas prehistéricas se caracterizaban por su actividad pdsica agricola 0 no. Las cultures no agricolas palecliticas inferio- res, subsistieron gracias a la caza menor, la pesca, y a trabajos de recoleccién de semillas y de frutos silvestres; llevaron a cabo ta- reas mediante la utilizacion de herramientas liticas, de madera o de hueso. Las sociedades paleoliticas avanzadas, que aparecen con el Homo sapiens sapiens hacia el final del Plelstoceno -35.000 2.).C.- desarrollaron sistemas de caza y pesca més especializados, asi como sorprendentes manifestaciones artisticas y habitats aven- zados. Los grupes humanos agricolas del Mesolitico, basaron la sa- tisfaccién de necesidades en cultivos primitivos y en la domestica- cién de algunos animales; en tanto que los del Neolitico, realizaron actividades de ganaderia y agricultura con la incorporacién de al- gunas técnicas y herramientas de cultivo, como la irrigacién, abono, la coa o bastén para hacer surcos, la utilizacién de anima- les de tiro y el almacenamiento de frutos y semillas. Mientras algunas areas septentrionales de Europa estaban entrando paulatinamente en e! Neolitico, surgian en Oriente unos 9.000 afos a.C. las culturas histéricas, fase que encuentra sus I mites en el siglo XVII. Con esta civilizacién, se comienza @ intensi- ficar el uso, conocimiento y “dominio” de los diferentes recursos naturales. Asi pues, se progresa en la utilizacion de corrientes ma- rinas y del aire para los molinos y la navegacién, la actividad agri- cola se vuelve més compieja y, consiguientemente, las necesida- des a satisfacer se van tornando mas compiejas, en un entramado que tiene sus bases inmediatas en la explotacion de los recursos disponibles. 36 Derecho ambiental Hacia finales del siglo XVIII irrumpe la Revolucion Industrial, iniciandose una vertiginosa carrera hacia metas materiales, de consumo ilimitado, y de increible desplifarro de bienes naturales. Los profundos, rapidds e intensos cambios en todas las ramas cientificas, han repercutido indudablemente sobre el sistema natu- ral, y aguellas primeras necesidades humanas que permitian la subsistencia, han adquirido formas y contenidos espectaculares. Las necesidades humanas son muy dificiles de agrupar, pues dependen siempre de las inquietudes, situacién y/o intereses de cada persona. Es posible diferenciar aquellas como comer, beber, descansar, comodidad, trenquilidad, sexo, relaciones y aprobacion social, prestigio y posicién social, éxito personal y profesional,... de otras, como la cultura, curiosidad, higiene, belleza. Pero este conjunto de diferentes necesidades, esté sujeto al tipo de grupo que pertenezcan los seres humanos, puesto que no son comparables, ni menos agrupables, las necesidades que pueda tener un miembro de la sociedad actual en puntos geograficos tan diferentes como son Groeniandia 0 Sudan, o igualmente, las exi- gencias de las culturas paleoliticas inferiores 2 un ciudadano de Japén. Existe un sinnuimero de necesidades, porque cada vez se exi- gen mayores niveles de comodidades y facilidades en el marco del desarrollo econémico. Esto no siempre se traduce en mayor ca- lidad de vida. Los tipos de requerimientos han ido variando y respondiendo al avance de la civilizacion y a las caracteristicas de diferentes cul- turas. Lo insignificante para algunos grupos sociales puede ser trascendental para otros. Por ello, no es comparable aquella nece- sidad basica de sustento, cobijo y defensa en la antiadedad, a las necesidades del siglo XVII 0 del XXI. También los tipos de necesidades varian segUn sean las ex- pectativas, inquietudes y clase social que las demanda. Asi pues, las clases sociales menos ricas precisan prioritariamente satisfacer necesidades minimas de alimento, siendo para ellas las demas su- perfluas y de cardcter secundario 0 complementario. En tanto que las clases mas poderosas, con mayor capacidad adquisitiva, re- quieren satisfacer todo tipo de necesidades. Ir a la dpera, teatro o @ un concierto, por ejemplo, es una necesidad secundaria o super- flue en el primer caso, pero puede convertirse en principal para el segundo grupo. Silvia Jaquenod de Zségén 37 Las necesidades primarias o imprescindibles se enmarcan, basicamente, en la esencialided de presencia de aire puro, agua potable; alimentacién adecuada, acceso @ ecucacién basica, sani- dad, trabajo e informacion. Pero la dindmica de la sociedad mo- derna genera nuevos modelos o formas de necesidades primarias o indispensables, sobre todo, para determinados grupos o comuni- dades. Deben pues redescubrirse las necesidades bdsicas, como derecho humano a un ambiente sano y agradable. Al filo de lo politico, social y del desarrollo permanente de las sociedades, surgen también necesidades, y algunas de éstas se convierten en primarias, indispensables para ciertos grupos, mien- tras que para otros sectores pasan inadvertidas y son indiferentes. Es el caso del asilo politico, condicién de desplazado o refugiado, sea por motivos ambientales 0 no. En cuanto a las secundarias o complementarias, son aquellas necesidades que no pueden considerarse esenciales de satisfacer. Compiementan en algunos casos las necesidades principales y, en ocasiones, adquieren la misma importancia que aquelias. Pero en modo alguno pueden ser entendidas como fundamentales para la subsistencia y el desarrollo de las personas. Evidentemente, este tipo de necesidades suelen aumentar su consideracién y estima en algunos estratos sociales, convirtiéndose en principales o ineludi- bles. Segtn las circunstancias pueden llegar a ser imprescindibles y atendidas elevan el nivel de vida de las personas. EI exceso de consumo de articulos realmente no necesarios en los periodos vacacionales fuera de la residencia habitual, coche cuando existen medios de transporte publico adecuados, o mas de un coche en caso de no ser preciso, pueden considerarse como as- pectos complementarios en la vida de una persona. Las necesidades terciarias 0 superfluas, son aquellas innece- sarias de atender. Van més alld de lo secundario o complementa- rio. No son indispensables. Si no se atienden nada se altera ni mo- difica. En este aspecto, puede considerarse como superfiuo duplicar 0 triplicar la compra de un mismo objeto -pequefios electrodomés- ticos-, adornos personales y domésticos, coleccién de pinturas, jo- yas 0 coches. Se incluyen los habitos de consumo desmedido de comprar por comprar sin que medie auténtica necesidad, atin cuando paraddjicamente se incentive el consumo para favorecer la dinémica del mercado. Esta conducta del consumidor se traduce en 38 Derecho ambiental En el progresivo desarrollo de la conciencia ambiental, tam- bién es preciso tener en cuenta calidad y Nivel de vida. Asi pues, calidad de vida ha sido definida por el Instituto Argentino para ia Calidad de Vida como "el conjunto de Condiciones espirituales, éti- cas y materiales en que se desenvuelve una comunidad, en un es- Pacio y en un tiempo dados, condiciones que hacen posible para (202 uno de sus integrantes una existencia sana, feliz, trascenden- te, solidaria y libre en optimicidad creciente,” 1 En sentido amplio significa vivir plenamente en libertad y alsno @ cualquier forma de violencia, Es decir loc tipos de conta- minacién y de degradacién ambiental en sus diferentes modos, re- een aatan sin lugar a duda manifestaciones agresivac que provo- gan Menoscabo de las libertades. Son formas de desérdenes difu- See Ue entorpecen el normal desarrolio y desenvolvimiento de la actividad de las poblaciones. Calidad, asociada a satisfaccién de necesidades basicas y al- gunas secundarias o complementarias; nivel (cantidad), asociado a Satisfaccién de necesidades superfluas, primarias o basicas. Salidad y nivel de vida. Si bien en ocasiones estas pueden solapar- fr £1 incluso, complementarse, las caracteristicas Propias de cada una las hacen sustancialmente distintas, Evidentemente, es también posible que calidad de vida y ni- rel de vida coincidan, pero esta situacién tara vee ne presenta de- finida. Por lo general existe preponderancia de un aspecto sobre el otro, es decir, situaciones en las cuales es importante el nivel de vida y, por el contrario, insignificante la Calidad de vida. Sin em- bargo, cuando la calidad de vida es alta cucre haber coincidencia nS ** Pret, E. (1862) - Derecho de os recursos naturales. — Editorial La Ley Pg.50- Buenos Aires, Silvia Jaquenod de Zsogon 39 con modelos que representan altos niveles de vida, aunque esto no es regia. Segiin el concepto de calidad de vida, creado en 1958 por 3.K. Galbraith, ésta “reivindica una visién diferente en la valoracién y efectos de los objetivos econdémicos de tipo cuantitativo. Las me- tas politico-econémicas y sociales no deberian ser tanto de creci- miento econémico cuantitativo y de crecimiento material de nivel de vida humano. Ello seria posible gracias a un mejor desarrollo de la infraestructura social, unido a la supresin de disparidades tanto espaciales como sociales, a la conservacién del medio ambiente, etter “al considerar un problema como la degradacién del ambien- te global es facil sentirse abrumado, completamente indefenso an- te los efectos de cualquier tipo de cambio. Pero debemos resistir- nos a una respuesta asi, porque la crisis se resolvera sdlo si acep- tames nuestra responsabilidad en ella: educéndonos a nosotros mismos y a los demas, haciendo lo posible por reducir al minimo el consumo y el despilfarro de los recursos, adoptando una actitud politica mas activa y exigiendo el cambio. Y quiza lo mas importan- te: es necesario que juzguemos nuestra relacién con el mundo na- tural y renovemos, en el nivel més profundo de la integridad per- sonal, la conexién con él. Esto sdlo sera posible si renovamos lo que es auténtico y verdadero en todos los aspectos de nuestra vi- da.” En definitiva, y cualquiera sea el caso, dependiendo siempre del contexto espacial y temporal, l2 repercusion de la actividad humana ha sido directa 0 indirecta sobre el conjunto de recursos naturales. Y, aunque la concepcién y entendimiento acerca de éstos, la dinamica de las distintas culturas en su explotacién y la magnitud de la incidencia de las actividades a través de los siglos ha ido va- riando y dando especiales caracteristicas a cada periodo, puede entenderse que la vocacién creadora del ser humano le ha permiti- do, en la mayoria de los casos, ganar y ocupar sitio preferente en la Naturaleza, 'S Enciclopedia Plaza y Janes. Enciclopedia afabética (1988) - Vol.21 ~ Pag. 854 ~ Barcsiona *© Gore, A, (1993) ~La Tierra en juego ~ Emece Editores ~ Pg.321 - Barcetona. 40 Derecho ambiental 1.2.2. Evolucién y estado actual viéndose las migraciones poblacionales en busca de més recursos ue satisfagan las necesidades primarias, En los Ultimos afios la evolucién y Gesarrollo de la preocupa- ién por el cuidado y preservacion de la Naturaleza ha sido relati- vamente lenta e ininterrumpida, Esta Inquietud que se gests hace Waris décadas ha llegado progresivamente « casi todos los estra- tos sociales. Y aunque aun el grado de informacion y de educacién £n esta materia no es suficiente, se van Orientando importantes acclones proteccionistas y conservacionistas, Tanto las estructuras sociales como la Gindmica de éstas, es- tan en relacién permanente con los entramados de los diferentes Ecosistemas naturales. En ocasiones el ser humano suele quebrar, Conciente © inconscientemente, la evolucion de la dindmica natu- fl, y esto conlleva una alteracién en e| desarrollo regular de las estructuras Sociales, Silvia Jaquenod de Zségsn 41 abarcando en tal entendimiento y al mismo tiempo el conjunto de jnteracciones que enlazan los sistemas. Todos los organismos, inciuido el ser humano, comparten una misma gran casa, tendiendo a constituir una relacién simbidtica dentro de una comunidad integral plena de riquezas y de comple- jas mutuas interrelaciones. A través de éstas es posible mantener viva la dindmica de la Tierra. Por ello, la aportacién de cada orga- nismo, de cada microorganismo, es importante, Util e imprescindi- ble para el mantenimiento armonico de la vica. El deterioro ambiental y la progresiva presién sobre los re~ cursos naturales, puede hacer peligrar no sélo los limites internos, és decir, los limites minimos de explotacién de los recursos del planeta para la satisfaccién de las necesidades humanas basicas, Pueden incluso peligrar hasta los externos, los limites maximos de explotacién del planeta, que pudieran causar efectos irreversibles, colocando la existencia de la vida sobre la Tierra en situacién de riesgo grave. Los sistemas naturales se autoregulan constantemente, man- teniendo un equilibrio ecolégico, siempre inestable, dentro de unos limites; pero esta capacidad podria estar siendo alterada de mane- ra imprevisible. En muchas ocasiones la pobreza en la que se encuentran di- versas regiones del planeta, obligan a sus poblaciones a cultivar tierras marginales, lo cual conlleva la amenaza de procesos de erosion y degradacién de suelos, o el refugio en grandes urbes hacinadas y sobrecargadas de miseria. La poblacién maya en la América prehispanica, por ejemplo, fue aumentando de forma progresiva y puede decirse que, basi- camente, fueron victimas de su propio éxito. A medida que las ciu- dades se desarrollaron, haciéndose mas atractivas y complejas, el valle tan fértil se vio cubierto de cientos de casas, llegando a pri- varse a si mismos de sus propias fuentes de alimentos. De esta manera y con el paso del tiempo, la jungla desapare- cid ocasionando en todo el valle una erosién a gran escala. Mas adelante se produjo una considerable disminucién en el régimen de las lluvias, y las gentes se vieron imposibilitadas para poder se- guir viviendo en esas condiciones. Escasez de alimentos, enfermedades y hembre comenzaron a ser algo corriente. Lentamente las grandes ciudades fueron que- 42 Derecho ambiental Gando despobladas, posteriormente se abandonaron, y sélo algu- nas del sur perduraron hasta poco mas alla del siglo X. El desarrollo de las civilizaciones es un fenémeno muy com- plejo y extremadamente delicado; por ignorancia o desconocimien- to se pueden cometer grandes errores Cuyas consecuencias deri- van en auténticas catastrofes globales. Los puntos de partida para el desarrollo van variando consi- derablemente entre unos y otros paises. Las razones de la diferen- cia en la evolucién del desarrollo son especialmente de tipo histori- co y cultural. No obstante estas diferencias en el proceso de desarrollo de las distintas regiones, existe una forma de desarrollo de sobrecon- sumo que atenta contra los limites interiores del ser humano y co- ntra los limites exteriores de la Naturaleza. Surge asi un marcado desequilibrio entre las reas que de- mandan una redefinicién de las metas, nuevas estrategias de de- sarrollo y, fundamentalmente, nuevos estilos de vida, disefios y Pautas de comportamiento en el consumo que tiendan a lograr pa- ra todos formas de vida mas humanas y menos expoliadoras de los recursos naturales, La Estrategia para el Futuro de la Vida (1990) es clara cuan- do sefiala que, “Le finalidad del desarrollo es mejorar la calidad de Vida humana. Este debe permitir que las personas alcancen su po- tencial y puedan llevar una vida de dignidad y realizacion. El cre- cimiento econdmico es parte de ese desarrollo, pero no puede ser un fin en si mismo, pues no puede prolongarse indefinidamente.” ‘Tras la mejora de la calidad de vida humana debe seguir un uso mas respetuoso de los recursos naturales que la estan permi- tiendo, Esto conforma un proceso ciclico y de autoalimentacion, Puesto que a mejor tratamiento de los recursos mayor disponibili- dad de diversidac y vitalidad de los sistemas sustentadores de vida y, Consecuentemente, mejor situacién para el mantenimiento de la calidad de vida de las poblaciones. La humanidad vive de y en un patrimonio comun universal, Pero hoy ese caracter comun dista mucho de serlo. Por ello, se de- be tender a una forma de desarrollo equitativa sobre la base de nuevas concepciones de utilizacion de los recursos naturales; pau- tas alternativas de consumo; reduccién del volumen de residuos: tecnologias mas acordes a las necesidades ambientales; procesos industriales més limpios; mejores tecnologias para el uso de la tie Silvia Jaquenod de Zség6n 43 rra, entre otras medidas y, ademas, distribuidas de forma igualita- ria entre Jas poblaciones. . La Estrategia Mundial para la Conservacién (1980) sefiala, 20.2. Buena parte de la destruccién de los habitats vitales y de la explotacidn abusiva de los recursos vivos por los individuos, las comunidades y las naciones en el mundo en desarrollo, es una re- accién ante una pobreza relativa, causada 0 exacerbada por una combinacién del crecimiento demagrafico y de las desigualdades dentro de las naciones y entre las naciones.” En realidad, la supervivencia y el porvenir de los pobres y de los grupos que sin ser pobres estan empobrecidos, va a depender directamente de la conciencia y conservacién que de los recursos naturales realicen los mds ricos. Pero, especialmente, se subordi- naré a la voluntad de estos ultimos de compartir solidariamente el patrimonio que es de todos. Evidentemente, es indispensable al- canzar, entre otros objetivos, aceptable nivel de salud para todos, mayor crecimiento en la produccién de alimentos, prevencidn y re- duccién de la desertificacién, desarrollo, aplicacién efectiva de energias menos contaminantes, y utilizacién eficaz de las materias primas. La conservacién de los recursos naturales es compatible con las exigencias del desarrollo, siempre y cuando la distribucién lle- gue a todas las poblaciones y de forma global. Es decir, mejor nu- tricién, salud, educacién, pleno empleo, bienestar general y, desde luego, proteccién contra la degradacién ambiental, basado en una actitud de respeto frente al patrimonio comun. Una adecuada estrategia para el desarrollo se orienta al es- tablecimiento de una economia mundial menos vulnerable y més dindmica, y a estimular y fortalecer el crecimiento de aquellos pai- ses mds pobres o empobrecidos. En este sentido, la Estrategia pa- ra el Futuro de la Vida (1990) sefiala, “El fundamento de la vida sostenible es una ética basada en el respeto y la consideracién por cada uno de los otros y por la Tierra. El desarrollo no debe lograrse a expensas de otros grupos o de las generaciones futuras, ni ame- nazar la supervivencia de otras especies.” Es urgente, en los paises menos desarrollados, procurar una notable mejora de la calidad de vida, reduciendo el numero de afectados per mal nutricién, desnutricién y por enfermedades in- fecciosas. En este aspecto, es vital la distribucién de agua potable, Puesto que mds de la mitad de las enfermedades que se padecen 44 Derecho ambiental en paises con regiones desfavorecidas, son transmitidas a través de aguas contaminadas. El Cuarto Convenio ACP-CEE (1989) -acuerdo de cooperacion global entre la Unién Europea y setenta paises de Africa, Caribe y Pacifico- , reconoce la importancia de la proteccién de los bienes naturales en relacién 2 un desarrollo justo y equilibrado, sefalando en el articulo 6, que “1. Con objeto de conseguir un desarrollo eco- ndémico mas equilibrada y mas auténomo de los Estados ACP, en el presente Convenio se procura promover el desarrollo rural, la seguridad alimentaria de las poblaciones, la gestion racional de los recursos naturales y la salvaguardia, el restablecimiento y e| re- fuerzo del potencial agricola de los Estados ACP. 2. Las Partes con- tratantes reconocen la prioridad que hay que dar a la proteccién del ambiente y a la conservacién de los recursos naturales, condi- ciones esenciales para un desarrollo duradero y equilibrado tanto en el plano econémico como en el plano humano.” E| mismo Convenio, en el articulo 34, insiste en la necesidad de implementar modos de desarrollo coherentes, que respeten los recursos naturales y el mantenimiento del equilibrio ecolgico. “Los Estados ACP y la Comunidad reconocen que algunos Estados ACP estén amenazados en su existencia 2 causa de una répida degra- dacién de su ambiente que contrasta todo esfuerzo de desarrollo y se opone en particular a la realizacién de los objetivos prioritarios de autosuficiencia y seguridad alimentarias. La lucha contra esta degradacién del ambiente y en favor de la conservacidn de los re- cursos naturales, constituye para muchos Estados ACP un acucian- te imperative que requiere la concepcién y puesta en préctica de modos de desarrollo coherentes, que respeten los equilibrios eco \égicos.” En este sentido M.Gorbachov sefiald, “Hoy dia, lo més impor- tante es determinar cémo y a costa de qué puede el pais conseguir que el desarrollo econémico se active. La tarea de aumentar esen- cialmente la produccién es totalmente realizable si centramos to- dos nuestros esfuerzos en la intensificacién de la economia, en la aceleracién del proceso cientifico tecnolégico, en la reforma de los métodos de gestion y de planificacién;... Otro aspecto de la cues- tién al que debemos hacer frente con toda energia es la lucha co- ntra el despilfarro y la baja calidad de produccién.” *” ¥ Gorbachov, M. (1983) ~ Memoria de os aftos dacisivos ~ Editorial Acento ~ Pag. 206 ~ Machi. Silvia Jaquenod de Zs6g6n 45 1.2.3. Conciencia ambiental Es necesario que las sociedades en conjunto tomen concien- cla acerca de la importancia de proteger y cuidar los recursos na- turales, especialmente aquellas que dependen directamente de ellos. Por eso es preciso que se entienda el valor de la conserva- cién de aguas, suelos, flora, fauna porque conforman un todo que encierra vida y es esa misma vida la que es capaz de desarrollar nueva vida, y asi sucesivamente. Pero esta conciencia no podré alcanzarse sin que existan campafias integrales y sistematicas de informacion ambiental ge- neral. A su vez, esta informacion, que es la susceptible de generar conciencia mediante el conocimiento de los comportamientos de los recursos naturales, es la que permitiré que se asuma la cues- tidn ambiental de forma espontanea y, consecuentemente, favore- cer una mejor y mayor proteccién de los recursos naturales. Un enfoque global con amplia base interdisciplinaria es con- veniente para que nazca y se desarrolle debidamente la conciencia ambiental, dando paso a comportamientos positives y fructiferos en todos los niveles, desde el educando al gestor, y tanto en edu- cadores como en decisores, comprendiendo los problemas ambien- tales en su totalidad. De esta manera, tras la adopcién de actitudes honestas y po- sitivas desde el punto de vista ambiental, se podran comprender y utilizar mejor los recursos que proporciona la Naturaleza. La con- ciencia ambiental apoya cualquier decision que de alguna manera pueda afectar el entorno, y promueve la mejora del ambiente ele- vando, al mismo tiempo, la calidad de vida y la preservacién de los sistemas ecoldaicos. En este sentido, la Conferencia de Tbilisi (1977) recomenda- ba “...2 los Estados Miembros que la educacién ambiental tenga por finalidad crear una conciencia, comportamientos y valores con miras 2 conservar la biosfera, mejorar la calidad de vida en todas partes y salvaguerdar los valores éticos, asi como el patrimonio cultural y natural.” La adopcién y puesta en practica de conductas conscientes constituye una tarea ardua y progresiva. Es un trabajo conjunto y totalmente interrelacionado no sdlo entre todas las clencias, sino también en todos los niveles y para todos los grupos sociales. 46 Derecho ambiental Por ello es tan necesario emprender, proseguir y fortalecer permanentemente la informacion y formacion ambiental adecuada, Pues solamente el conocimiento es capaz de Iniciar y desarrollar conciencia ambiental én cada persona. Una vez que se asume con conciencia y responsabilidad la problematica ambiental, se esté en condiciones de adoptar actitu- des conservacionistas y protectoras, que enriquecen de forma con- tinua el ambiente en el cual se realizan las actividades. Incluso, nace el germen de le comprensién ambiental transfronteriza, 4 través de la toma de conciencia gradual de la problematica am- biental local, regional e internacional o global. “La conciencia de! publico puede incluso modificar la politica de las compafiies més poderosas; y muchas de ellas han descu- bierto, al hacerlo, que su productividad y sus beneficios se incre- mentaban insospechadamente. La multinacional 3M, por ejemplo, responsable del programa Compensa Contener la Conteminacion, ha constatado un significative aumento de beneficios como conse- cuencia de su sistematica busqueda y correccién de sus procesos Contaminantes. Lo que han de entender ciertas empresas podero- sas es que, al cambiar de mentalidad respecto de las consecuen- cias ambientales de sus procesos industriales, cambiaré también Su apreciacién de las restantes consecuencias de los mismos. Un contro! de calidad eficaz, que reduzca, por ejemplo, la incidencia de defectos, requiere una minuciosa supervision de los detalles e interrelaciones de todas las fecetas productivas, exactamente igual que cualquier iniciativa de reduccién de la polucién. Por ello mu- chas compafias empiezan a encontrar alicientes econdmicos en la asuncién de responsabilidades ambientales. Algunes, como Du Pont, han puesto en marcha un programa piloto de bonificaciones y compensaciones que tome en cuenta el compromiso ecolégico de sus ejecutivos,” #® 1.2.4, Naturaleza y cultura Con la palabra cultura “se indica, en general, todo aquelio con que el hombre afina o desarrolla, en formas variadisimas, las facultades de su espiritu y de su cuerpo; pretende someter a su dominio, con su conocimiento y trabajo, el mismo orbe terréqueo; + Gorbachov, M. (1993) ~ Memoria de los afios decisivos ~ Editorial Acento - Pag, 301 ~ Madrid Silvia Jaquenod de Zségén 47 logra hacer més humana, mediante el progreso de costumbres e instituciones, la vida social,...” °° : Segiin M. Reale (1989) cultura “es el conjunto de todo aque- llo que, en los planos material y espiritual, el hombre construye sobre la base de la Naturaleza, ya sea para modificaria, ya sea pa- ta modificarse a si mismo. De esta suerte, es el conjunto de los utensilios instrumentos, de las obras y servicios, asi como de las actitudes espirituales y formas de comportamiento que el hombre va formando y perfeccionando a través de la historia como caudal 0 patrimonio de la especie humana.” *° Dificilmente podré alcanzar el ser humano el sentido de res- ponsabilidad frente a los recursos naturales, si las condiciones generales de la vida Impiden ser consciente de su propia dignidad. Y es en ésta donde la cultura de los pueblos desempefia un papel fundamental. La Naturaleza ha ejercido, ejerce y, presumiblemente, ejerce- ra influencia directa y permanente sobre la cultura en todas las ci- vilizaciones y a lo largo de la historia de la humanidad, El nivel 0 grado de desarrollo de la cultura de un pueblo es especialmente importante, desde el mismo momento que se pro- duce la evolucién de la percepcién primitiva de un recurso natural al conocimiento acerca de la existencia del recurso. Es este momento en el cual el recurso adquiere calidad de tal, pues ha tomado entidad a través de la cultura. El resultado de la eleccién acerca de un recurso, va a depen- der directamente del grado de complejidad de la sociedad. Asi pues, para aquellas cultures de subsistencia y de entre- mado social muy simple, de la gestién y eleccién del recurso natu- ral dependeré la vida. En tanto que en aquellos grupos sociales, con caracteristicas de marcada sofisticacién, el resultado tras la opcién de un recurso por otro, determinard el nivel de beneficios o pérdidas, de comodi- dad 0 de incomodidad. °9 Encicica Gauduim et Spes. Sobre la iglesia y el mundo de hoy (1987) - Enciclopedia conciiar ~ Edi- torial Regina — Pa0.53 - Barcelona. *° Reale, M. (1989) Introduccion al Derecho - Editorial Pirémide - Pag. 39 ~ Madrid.

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