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UN DIARIO PARA MAY LA LEJANA DESTINATARIA DEL DIARIO DE UN EXILIADO Amparo Blat Gimeno y Carmen Doménech Pujol © UN DIARIO PARA MAY. CRONICA DEL DESTIERRO EN FRANCIA Por Amparo Blat Gimeno y Carmen Doménech Pujol Herminio Almendros escribié un diario desde que atravess los Pirineos en 1939 hasta gue legs «La Habana coma refiegiado republicano, Hemos legado a La Preste, José M, Solsona, Bonilla y yo. Hemos Uegado rendidas, deshechos. Desde [Prat de] Mollé, todo el dia ne- uando, El primer intento de atravesar el pucrio, mds de dos horas basta perdernos extenuados entre la nieve de la montafia, para regre sar desilusionados. El segundo intenso, con guia hasta franguear la montaiia con 40 cms. de nieve. La caminata, bundidos los pies y 4 pasos lentas y corts la e soportado mejor pronunciando a cada paso, tuna silaba, tres silabas seguidas y un nombre. Tres horas de montatia nevada, hasta la frontera francesa, Desde allé arviba, ya anochecido hemos visto el primer pueblecit francés. Fsperamas a que x hiciena de noche, labia que pasar el vio no por la pasarela para no encontrar a los gendarmes. Hemos rodeado la orilla del rto, por fin, ya noche obscurs, nos decidimos a pasar elrio a nado. Hemos legado ala orila puesta hechos una sopa. Mii abrigo pesa muchos, muchos kilos. De todas maneras respiramos por primera vez con alegrta Con estas palabras empieza Herminio Almendlros el diatio que escribié durante los primeros tiempos de su exilio, desde el momento que atraviesa los Pirineos en 1939, hasta que se con~ vierte en un sefugiado republicano cen La Habana. Dia a dfa toma nota de forma breve, pero cuidadosa, de Jos hechos que observa, de las gen tes que conoce, de las incertidum: bres y afioranzas que le atenazan. Asi, va acumulando resefias de esas vivencias y de reflexiones cotidia- has que, protagonizadas en esos momentos, convierten a este dia rio en un documento de extraordi- nario valor, cuyo contenido vamos —Herminio Abner ys hijo Sergio, Mara Rosa y Néstor en 1935 a comentar en estas Iineas a5 Este manuscrito inddito lo ha conservado su hija Marla Rosa Almendros Cuyés;. «su valor reside en que es una crénica diaria del exilio, donde narra la angustia diaria y la incertidumbre sobre su futur... satambién nos ofvece una perspectiva nueva del personaje: su talla humana, Paralelamente contemplamos la situacién en Francia yen Europa previa a la Segunda Guerra Mundial, Siempre habfamos sabido que Almendros escribié mucho, pues asi lo atestigua la ingente obra pedagégica que publicé y el comentario de sus hijos que «siempre estaba escribienda», Pero no conoctamos la existencia de este ma nuscrito inédito, que ha conscrvado Marfa Rosa Almendros Cuyés, a quicn Je agradecemos sinceramente la confianza depositada en nosotras por permi- tirnos su leccura y su estudio. El valor de este documento no sélo reside en su caricter desconocido hasta ahora, ni en st cardcter personal e intimo, sino, y muy especialmente, en el interés piblico que suscita y trasciende al propio autor: el momento hist6ri- co del exilio después de la Guerra Civil. Hemos de tener en cuenta que pocos intelectuales republicanos, o mejor dicho més bien ninguno, nos han legado un diario que narre la erépica situacién, la angustia diaria y la incertidumbre sobre su futuro que hubieron de soportar al verse obligados al destierto. Si bien hemos podido leer las memorias de algunos de ellos recordando aquellos momentos, los afios que habfan pasado y también la lejanta, han hecho que aquellos dfas sean recordados tefiidos con otra luz. En cambio, el dia a dia, la cercania con que percibimos los problemas por los que pasa, hace de este dia rio una leccura novedosa y conmovedora Lalectura del diario nos permite dar marcha atris y recorrer con Almen- dros el camino del exilio, escuchar sus sensaciones, sus opiniones, sus planes. Redactado desde el primer dia en que cruza la frontera con Francia, vamos conociendo no sélo un momento histérico, sino la excepcional valfa de una persona que esté atravesando tan delicado trance. Se nos oftece una perspecti- va nueva en Ja valoracién de su persona, ahora més completa porque podemos afiadir a su amplia labor profesional el aspecto poco conocido de su figura humana y su perfil familias, su vida en la dimensién més personal. En suma, la lectura del diario nos descubre el talante de su autor y completa la visién que tenemos de una persona de tan extensa y variada actividad académica y profe- sional, con los aspectos ms humanos, Almendros nos acerca a hechos fundamentales de nuestra historia re- ciente y nos va ofreciendo su visién en imagenes que se van construyendo poco a poco. A través de él contemplamos la situacién en Francia y en Europa, previa a la Segunda Guerra Mundial; unos comportamientos sociales de ex cepcién, como eran las gestiones y dificultades para salir del continence y po- der cruzar a América; la inquietud que tenia por los suyos y que nos llega en forma de recuerdos y afioranzas; una gran preocupacién por la seguridad de st familia; nos llegan ecos de opinién ciudadana como son los distintos comenta- trios que le sugicren Ia situacién espafiola; sabemos de sus proyectos cuando indaga las mejores soluciones que le posibiliten rcunirse con su familia, No podemos olvidar detalles reveladores como los pormenores de su vida activa, El diario no existi sino se lo hubiera encargado su mujer Almendros, al finalizar su eseritura Jo envié a Barcelona ‘para que lo leyera su destinataria. Consta de dos cuadernillos de tapas duras (98 x 147 mm.) y 196 paginas. sus distintos estados de énimo, sus dudas, el cansancio y la desesperanza, asi como el gran interés que muestra ante la relacién con los maestros franceses la acogida de sus colegas, y otras muchas anécdoras que nos proporcionan un vivo retrato de la persona humana que fue. Antes de entrar con mds detalle en el contenido del diario, queremos seftalar que éste no exist fa sino se lo hubiera encargado su mujer, tal como lo cseribe Herminio en la dedicatoria con la que inicia la primera pagina «Para Marta Cuyds. Cortes 558, 4°, Barcelona, Estas notas las escribo por si algin dia puede leerlas May, Me dijo ella ‘que las escribiera diariamente, explicando sélo el discurvircotidiano, sin pretensin de diario intimo, sin literatura y sin mds pretension que dar cuenta de lo mds saliente de lo que me acontece. Al principio decid no escribivlas, porque la sisuacién era peligrosa incierta y no me parecia prudente declarar los sucesos y mi situavién de refugiado, Comencé a eseribir sin olvidar un dia, desde el 4 de marzo. Después he llenado a grandes rasgo el espacio de los dias primevos» ‘Al finalizar su escritura lo en- vid a Barcelona para que lo leyera su destinataria, Maria Cuyds, quien se lo devolvié cuando se reencontraron en La Habana y reanudaron la vida fa miliar, diez afios después de que lo hubiera iniciado, De hecho, en el dia- rio aparecen algunas anotaciones con distinta letra que debié hacer Maria, mientras lefa las pdginas que Herminio le habia escrito desde la lejania, Visto de cerca, el diario presen- ta un aspecto bastante diferente al de los diarios actuales. Consta de dos cuadernillos de tapas duras cubiertas por una capa plastificada -parecida al hule- de color negro brillante, del mismo tamaiio (98 x 147 mm.) y gro- sor. Aunque se trata de un documen- to de corta extensién, hay un total de 196 paginas cuadriculadas sin nume- rar de color blanco, que el tiempo ha ‘Marla Cas Ponsa («May cas com Herminio Aluendrosen 1926, Su ouyectoria vel y profso- ral discus en paralelo a lade ww marido, desde que seconaciron come esdiante na Escuela Supe ior de Magterie de Madvid basa elf del Gne- 1a Ci. Tara marcha de wu mari, fue dina camo inspectors en a provincia de Hela ss ‘ies permanecieron en Catala al cuidad de ss familiares; asta 1949 ao en gue we hic ea fta) ‘no 1 enconirarn con Herminio en Cu, El dia vio narra prciamentelavivencias deem dit en. empieza el 30 de enero de 1939 narrando el momento en que cruza los Pirineoss... el segundo cuaderno se extiende desde el 8-6-1939 al 9-9-1941 y entre otras cosas recuerda su familia de Almansa y a su pueblo, Destaca su ewidado estilo litevario y su Meida eapacidad para analizar y reflexionar sobre la situacién en la que estd inmerso}... ido cambiando por amarillo, La letza manuscrita, transmisora de intimidad, escrita en diferentes tamafios y colores de tinta -gamas del negro, azul y mora- do- nos sumergen en un mar de sensaciones que nos van envolviendo mientras leemos. Una limpia caligrafla y una perfecta exposicién nos adentran en el trans- currircotidiano, Empieza el dia 30 de enero de 1939 narrando el momento en que crwza los Pirineos y después aparecen doce paginas en blanco, que corres- ponden a los dias que van desde cl 30 de enero al 27 de febrero de 1939, cuando retoma la narracién. El contenido del primer cuaderno es variado, y, aunque escrito de forma concisa, el camino del exilio no le hace descuidar su estilo. Aqul trata de sus temas personales y de la familia, habla de las personas gue le acompafiaban por diferentes ciudades de Francia, nos pone al dia sobre Jos maestros que participaban en el movimiento francés de renovacién peda- g6gica, sabemos de las relaciones que existian con grupos de ayuda al refugia- do, conocemos su opinién sobre la sicuacién interna del gobierno republica- no, tememos con él fos peligros por los que avanzaba la preguerra en Europa, nos inquietamos con las dificultades que tropezé para conseguir un transporte hhacia un pas de acogida, respiramos con la Ilegada a Cuba y nos asombramos del contraste entre las formas de vida de ambos continentes. El segundo cuaderno se extiende desde que finaliza el primero, desde el dia 8 de junio de 1939 hasta el 9 de septiembre de 1941. Ahora no conserva esa disciplina de la escritura diaria, Adin mas, este segundo cuaderno est inacabado, y encontramos bastantes paginas en blanco después de lo tiltimo que dejé escrito. Al inicio nos habla de la incertidumbre cara al nuevo futuro que le espera, de las dificultades para encontrar trabajo, de los problemas para conseguir alojamiento, asf como de su adapracién a un nuevo clima y a una alimentacién can diferente. Mas adelante se inquicta por no recibir noticias de May, ni de sus hijos; se queja de a soledad y se acucrda desu familia de Almansa y de su pueblo. Finalmente, las clases que imparte, los articulos periodisticos, las traducciones y los cursillos de verano le dan tanto quchacer que no tiene tiempo pata escribir su diario, Hl enorme interés que suscita la leetura del diatio se debe fundamental mente al cuidadoso estilo literario de su autor y a su liicida eapacidad para analizar y reflexionar la situacidn en la que esté inmerso. Los diferentes episo- dios que forman el dfa a dfa evolucionan de manera que se entrecruzan como las acciones paralclas de una pelicula, La intriga del exilio y la salvacién. de una segura tepresidn se van ereando a partir de las diferentes opciones que Almendros valora. Un ejemplo de ello se encuentra en las posibilidades que puede tomar para salir de Francia y cémo contrasta estas salidas con las situaciones objetivas de peligro. La aparicién progresiva de situaciones de codo a8 compartimos su indignacién por la sraicién a unos ideales; suftimos con la persecucién de que ‘fue objeto. tipo -burocraticas, policiales, econémicas, sentimencales- van cteando toda una trama que nos remite a una atmdsfera més propia de una novela de accién que de un diario personal. De estas siruaciones hemos seleccionado unas citantas con las que queremos ir construyendo los aspectos més relevantes de su itine- ratio personal Ast pues, en el diario se nos van entrecruzando los temas con la misma plutalidad que el dia a dia proporciona. En este texto esponténeo y desordena- do por propia naturaleza, no podemos seguir una historia clara, sino que en continuos vaivenes vamos pasando por todo un arco de sensaciones: la preocu- pacidn por la cosa publica se torna en el sentimiento més intimo y privado Hemos escogido unos cuantos aspectos que iremos desgranando a la vez. que retomamos fragmentos del diario que acompafian estos {ntimos momentos. En definitiva, con este diario tenemos una magnifica ocasién de recupe- rar la propia voz de Almendsos, sus propias palabras en unos momentos extre- ‘madamente dificles y peligrosos para la pervivencia de sus ideas, de sus escri- tos, de su trabajo y hasta de su integridad fisica, Nos dolemos con él que la victoria de Franco convirtiera a muchas personas hontadas y trabajadoras en sujetos indeseables y culpables, «Después de toda la vida trabajando con tanta honestidad -aguellos stios de Lérida en que May adminiserd la escasex- preocupades por hacer las cosas bien, sin ambiciones bastardas, sin aspinar ni pedir ‘ds que la vida justa que hemos levado, Después de todo eso atin se nos declara indeseables, propicios a condena y en situacién en que habriamos de pedir perdin. Cuando deberlan ser ellos quienes nos pidieran perdén a nosotros por lo mal e injustamente que nos ban ‘ratado y nos enjuician» ‘Como tantos otros espafioles comprometidos con la Repiblica, Almen- dros se vio obligado a pasar a Francia, donde estuvo escondido durante unos meses. En aquellos momentos nuestro pals vecino se sentia hostigado por el cjercito alemdn del Tercer Reich, que ya habia ocupado otros paises vecinos Estas circunstancias hicieron que el gobierno francés diera étdenes para que los refugiados espafioles que llegaran a la frontera por Pott-Bou y La Jonquera, fueran internados en campos de concentraci6n, Algunos de éstos se encontra ban muy cerca de Perpifién, localidad donde se encontraba Herminio: «

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