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Declaración del Foro Permanente de Política Exterior acerca del cumplimiento y

aplicación de los Tratados Internacionales

Ante el debate producido en torno a los tratados internacionales y la Constitución Política


de la República, expresamos la opinión de nuestro Foro:
Chile se ha caracterizado por el respeto al derecho internacional y las fuentes que
contempla. A ellas los Estados, en ejercicio de su soberanía, voluntariamente se vinculan
y aceptan como obligatorias.
Los tratados internacionales son un pilar de la estructura jurídica internacional y deben
estar dotados de certeza jurídica en cuanto a su cumplimiento y aplicación. Por ello Chile
ha asumido los principios básicos que cumplen este objetivo. Primero, que los tratados
deben ser cumplidos de buena fe (pacta sunt servanda) y que los Estados no pueden
justificar el incumplimiento de un tratado invocando disposiciones de su derecho interno.
Estos principios están recogidos en los artículos 26 y 27 de la Convención de Viena sobre
el Derecho de los Tratados de 1969, de la cual Chile es parte. Por tanto, no respetar
estas disposiciones expone al país a que se haga efectiva su responsabilidad
internacional.
Nuestro país ha perfeccionado paulatinamente su normativa constitucional para dar
certeza de cumplimiento de los tratados internacionales. En la reforma plebiscitada en el
año 1989 se modificó el artículo 5°, inciso segundo, referido a que los derechos
fundamentales de las personas son un límite al ejercicio de la soberanía y se agregó que
es deber de los órganos del Estado respetar y promover tales derechos, garantizados en
la Constitución, así como por los tratados internacionales ratificados por Chile y que se
encuentren vigentes. Este precepto es asumido en el artículo 154, N° 3 de la
Constitución, al fijar los denominados “bordes” para el actual Nuevo Procedimiento para
elaborar una Constitución Política de la República.
Como se puede apreciar, el señalado art. 5° prevé el rango constitucional de los tratados
de derechos humanos. No obstante, como al respecto han existido algunas
interpretaciones en sentido distinto, este Foro considera que un nuevo texto
constitucional debiera despejar esta situación, dando rango constitucional de manera
expresa a los tratados sobre aquellos derechos. Por cierto, sería inexplicable que ello no
se hiciera o que hubiera un retroceso respecto a lo preceptuado en 1989.
También se deben consignar otras normas constitucionales destinadas a dar certeza al
cumplimiento y aplicación de los tratados internacionales. Las reformas introducidas en
2005 están orientadas a este propósito. El artículo 54, N° 1, en sus incisos primero y
quinto están en esa dirección para dar cumplimiento a los artículos 26 y 27 de la
Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, ya señalados. El inciso primero
para no asimilar a los tratados a normas legales internas y, el inciso quinto, para evitar
acciones unilaterales del Estado para derogar, modificar o suspenderlos, toda vez, que
ello solo podrá efectuarse en la forma prevista en los propios tratados o de acuerdo a las
normas generales de derecho internacional. El tratado puede establecer, entre otras,
preceptos sobre denuncia o plazo de vigencia.
A partir de estos avances se debiera también resolver expresamente el tema de jerarquía
de tratados sobre materias distintas a las de derechos humanos, dándole rango supra
legal y evitar de esta manera que se pudiera pensar que por ley interna se pudiera dejar
sin efecto o modificar un tratado internacional, cuestión que no solo afectaría nuestra
imagen internacional como Estado cumplidor de sus compromisos internacionales, sino
que comprometería también su responsabilidad internacional.
Se debe tener presente que lo señalado no afecta ni la soberanía ni el principio de
supremacía constitucional. El derecho internacional se construye a partir de la voluntad
soberana de los Estados, de tal forma estos solo se vinculan a las fuentes y, por cierto,
a los tratados, que estimen conveniente y adecuado a sus intereses, por ello están
sujetos a procedimientos especiales para otorgar el consentimiento para obligarse. De
tal forma, no podría nuestro país ratificar un tratado que sea contrario a su Constitución.
Esto ha ocurrido, al respeto se puede recordar que Chile no pudo ratificar, en su
momento, el Estatuto de la Corte Penal Internacional, porque un grupo de diputados
legitimados para ello, recurrió al Tribunal Constitucional, el cual, por mayoría de votos
acogió el recurso y declaró inconstitucional dicho Estatuto. Después de diez años, solo
una vez modificada la Constitución, paradojalmente a través de la disposición vigésima
cuarta transitoria, se pudo ratificar el Estatuto del mencionado tribunal internacional.
Llamamos a los integrantes del Consejo Constitucional a tener en vista el interés nacional
y la imagen internacional positiva, construida en democracia. Para ello, reiteramos que
es esencial mantener la conducta de cumplimiento de nuestros compromisos y del
derecho internacional, en lo cual juega un papel esencial la aplicación de los tratados.

17 de julio de 2023

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