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Valledupar, 27 de abril de 2023.

Doctor
GUSTAVO PETRO URREGO
Presidente de la República de Colombia.
E.S.D.

Respetado Señor Presidente,

Me dirijo a usted — máxima autoridad administrativa de Colombia — en mi


condición de accionista mayoritario de DMG Grupo Holding S.A. en liquidación judicial,
para solicitarle me conceda una audiencia para exponerle las acciones que tengo previstas
tendientes a ayudar a más de 200 mil familias vinculadas a DMG.

Actualmente me encuentro privado de la libertad en el centro penitenciario la Tramacúa.

Quiero enterarlo previamente, y de manera directa, sobre las acciones judiciales


recientemente instauradas por mí, unas encaminadas a participar activamente en la
restauración de los afectados de la liquidación de DMG, y otras con miras a recuperar mi
libertad.

Solicito de manera respetuosa su atención e intervención sobre el caso de DMG,


bajo el entendido que fue el Presidente de la República en el año 2008 quien en su
condición de suprema autoridad administrativa y al amparo de sendos decretos con fuerza
de ley, valga decir, con visos de inconstitucionalidad, según la Honorable Corte
Constitucional, ordenó la intervención de DMG, cercenando de entrada mis derechos
procesales al haberme impedido de facto, participar activamente en la presentación de un
Plan de desmonte a favor de los acreedores, ya que, como es bien sabido, fui retenido
ilegalmente en la ciudad de Panamá por el comandante de la Policía colombiana de aquel
entonces, sin que mediara solicitud de extradición o al menos una orden de detención, con
el beneplácito de las autoridades panameñas, y posteriormente extraditado a los Estados
Unidos.

No es un secreto que sobre una liquidación que inició hace 15 años, pesa un manto
de dudas a los ojos de más de 200.000 familias afectadas y de la ciudadanía en general,
que señalan al Estado como responsable de la pérdida de su dinero en manos de su
liquidadora María Mercedes Perry Ferreira, cuyas actuaciones han sido avaladas por todos
los Superintendentes desde aquel entonces.

Según cifras publicadas recientemente por el Superintendente de Sociedades, Billy


Escobar Pérez, como si de un logro se tratara, desde el año 2008 tan sólo han sido
entregados $91.000 millones de pesos a los acreedores, quedando pendiente un pago de
$5.000 millones, para el cual sólo se presentaron 638 reclamantes de los más de 193.000
afectados reconocidos en la toma de posesión, ya que, los otros 192.000 acreedores
consideran que las sumas de dinero y los activos que les han sido entregados, además de
ser ínfimos, han estado representados en pequeñas cuotas partes de activos que, en lugar
de restituir o reparar, les ha generado problemas de toda índole, incluso tributarios.

Como si lo anterior fuera poco, sembrando falsas expectativas en los acreedores, el


Superintendente, el juez del concurso y la liquidadora afirman que la finalización de la
liquidación depende de la venta de bienes inmuebles de propiedad de terceros, los cuales,

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según la Superintendencia de Notariado y Registro y la Corte Suprema de Justicia, no
hacen parte de la masa.

En contraste con lo anterior, de manera preliminar se observan gastos astronómicos


de miles de millones de pesos por concepto de honorarios de la liquidadora y de su equipo,
los cuales son en la actualidad objeto de análisis por parte de mi apoderado judicial.

Fruto de una liquidación fallida, existen demandas contra la Nación -


Superintendencia de Sociedades en la jurisdicción de lo contencioso administrativo, ya
admitidas, que superan los $250.000 millones, de lo cual puede dar fe la Agencia de
Defensa Jurídica del Estado, sin contar muchas otras demandas actualmente en
elaboración por parte de centenares de afectados por parte del gobierno.

No sobra recordar, Señor Presidente, que para el día de la intervención de DMG y


de decenas de sociedades vinculadas, no existía cesación de pagos, tampoco
reclamaciones por parte de los tarjeta habientes. Fue el Presidente de la República de
aquel entonces quién generó pánico económico, y quien llamando al odio en sus
alocuciones públicas, suplantó en materia penal a la Fiscalía General de la Nación a través
de la Policía Nacional.

El día 29 de marzo de 2023, 15 años después de haberse iniciado el proceso de


liquidación de DMG GRUPO HOLDING S.A., en ejercicio de mis derechos procesales,
actualmente garantizados por el INPEC, ingresé como parte activa al proceso de
liquidación a través de apoderado judicial, con el único objetivo de contribuir a la reparación
de los afectados a raíz de la intervención estatal.

Mi intervención en la liquidación de DMG, en lo cual nunca se me ha permitido


participar, permitirá tener mayor claridad sobre el inventario aprobado de activos registrado
por la actual liquidadora del proceso y aprobado por varios jueces de la Superintendencia
de Sociedades, el cual, desde mi perspectiva, debe ser revisado y validado en un ambiente
dotado de garantías para todas las partes, aprovechando que la fallida liquidación aún no
ha terminado.

En la actualidad, el proceso de liquidación de DMG GRUPO HOLDING S.A. se


encuentra suspendido con motivo de recusación interpuesta por mi apoderado judicial
contra la juez actual del concurso, con fundamento en una denuncia penal presentada por
él contra la misma juez en el marco de otro proceso de intervención.

De entrada evidencié irregularidades y resistencia por parte de la Superintendencia,


ya que para que le fuera asignado un simple número de radicado a mi primer escrito, fue
necesario acudir a la presión de las redes sociales y esperar dos días. Es de público
conocimiento que en la Superintendencia de Sociedades primero analiza los memoriales
aportados por las partes, y dependiendo de su “conveniencia” posteriormente les asignan
el número de radicado, algo inadmisible en la administración pública y menos en procesos
judiciales regidos por el Código General del Proceso.

Mi participación para la reparación de los afectados por parte del gobierno no se


limitará solamente al esclarecimiento de las cifras del inventario de activos en el marco de
la liquidación. Con la plena convicción de que quienes algún día se presentaron a la
liquidación en calidad de acreedores, son ahora, como ellos mismos se autodenominan
“víctimas de la liquidación de DMG”, me siento con el deber moral de proponer alternativas
que generen riqueza y reparación en aquellos que algún día depositaron su confianza en
mí, para con mi concurso resarcir el daño causado por la liquidación de DMG, parq eu
puedan recuperar lo que por vía judicial les ha sido imposible.

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Si bien, mi contribución al resarcimiento de los afectados por parte del gobierno ya
es un hecho, esta será mucho más fácil y efectiva una vez recupere mi libertad en uso de
varios mecanismos judiciales recientemente activados por apoderados judiciales en la
jurisdicción penal.

En el plano de mis derechos fundamentales a la libertad y al debido proceso, la Sala


Penal de decisión de tutelas del Tribunal Superior de Valledupar admitió el pasado 19 de
abril de 2023 acción de tutela, tendiente a que se ordene al Juzgado 4 de Ejecución de
Penas y Medidas de Seguridad de Valledupar, disponer de mi libertad inmediata, al haber
este juzgado, negado recientemente la extinción de la pena a mi favor por violación al
principio del non bis in idem (nadie puede ser juzgado dos veces por los mismos hechos),
solicitada en los mismos términos que la Corte Suprema de Justicia tuvo en cuenta para
denegar la extradición de mi ex socio Daniel Ángel Rueda (Q.E.P.D) hace algo más de una
década cuando ambos fuimos requeridos por la justicia de los Estados Unidos.

La misma decisión de la Juez 4 de ejecución de penas y medidas de seguridad de


Valledupar, que negó mi libertad inmediata, se encuentra en apelación vía justicia
ordinaria, y también es objeto de estudio actualmente por el Tribunal Superior de
Valledupar.

Adicional a las dos acciones anteriores y de manera simultánea, he solicitado a la


juez de ejecución de penas, reconocer la pena de 108 meses, ya cumplida en territorio
Estadounidense, por cuenta de la justicia norteamericana, desde el 5 de enero de 2010
hasta el 25 de junio de 2019, fecha en la cual fuí deportado de los Estados Unidos y
capturado en el aeropuerto El Dorado para cumplimiento de sentencia en Colombia, lo
cual, sumado a mi buen comportamiento y otros beneficios a los que tengo derecho, me
coloca ad portas de la libertad condicional, bajo el entendido de que la Sala Penal de la
Corte Suprema de Justicia resolvió casar oficiosa y parcialmente el fallo de segunda
instancia, disminuyendo la pena a 22 años, 10 meses y 15 días, según sentencia del 3 de
febrero de 2016.

Señor Presidente, teniendo claro mi panorama en materia penitenciaria y carcelaria,


y habiéndole expresado mi intención de contribuir a la reparación de los afectados por
parte del gobierno, tanto en el marco del proceso de la nefasta liquidación de DMG, como a
través de un nuevas iniciativas, le solicito de manera respetuosa ordenar a quien
corresponda, garantizar mis derechos procesales en pro de los afectados al interior del
proceso de liquidación de DMG y de otras sociedades vinculadas, teniendo en cuenta la
falta de transparencia que ha caracterizado las actuaciones de los funcionarios de la
Superintendencia de Sociedades con facultades jurisdiccionales, que han conocido del
proceso, y el descontento que existe entre los acreedores.

Como es de público conocimiento, los funcionarios de turno se han aprovechado


para cometer todo tipo de actos irregulares en detrimento de los acreedores, no solo en
este, sino en muchos otros procesos de intervención.

Los Superintendentes de Sociedades han abusado de la facultad nominadora de la


que gozan para nombrar a dedo, y discúlpenme la expresión, tanto a los jueces que han
conocido del proceso, como a su liquidadora. En la actualidad, los procesos de liquidación
absurdamente son de única instancia, así que probablemente es esta la última
oportunidad, antes de que termine el proceso, para revisar las cuentas y el inventario. El
fenómeno de la puerta de giratoria opera en la Superintendencia de Sociedades, y el
proceso de liquidación de DMG no ha sido la excepción. Son decenas las demandas que
pesan contra la liquidación en todas las jurisdicciones.

La liquidadora María Mercedes Perry, ha intentado camuflar sin éxito sus faltas, por
decir lo menos, al tildar de falsas mis apreciaciones respecto de los millonarios gastos en
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los que ha incurrido por concepto de honorarios en la liquidación. También ha
menospreciado mi voluntad de ayudar. De forma cruel y en detrimento de quienes hoy son
víctimas de la liquidación, ha manifestado en medios de comunión que mi intención de
aportar a la verdad es extemporánea a pesar de haber permanecido “amordazado” por
más de 14 años y sin garantías. Y lo más grave, se ha referido a mí en múltiples
escenarios como un “delincuente” carente de derechos, llegando incluso a censurar de
manera pública mis reuniones con mi apoderado judicial en mi centro de reclusión, como si
no tuviera derecho a ello.

Por lo anterior, Señor Presidente, me pongo a su entera disposición en el marco de


la Paz Total, en las mismas condiciones de los gestores y los voceros de paz. La solución
del conflicto en Colombia no se debe limitar a la participación de las personas
pertenecientes a grupos armados al margen de la ley, sino que también debe involucrar la
problemática económica y a sus actores.

Le manifiesto mi deseo de ser el primer gestor de paz no perteneciente a un grupo


armado al margen de la ley.

Señor presidente, la propuesta que le quiero dar a conocer de manera directa está
basada en algunas apreciaciones que usted realizó como Senador de la República en el
año 2008 en dónde se refirió a que las personas debían pelear por una indemnización del
Estado por omisión y por haber causado una catástrofe, así como la idea de crear un
banco público con los dineros incautados en el que pudieran participar los acreedores de
DMG.

Además dijo que para usted era legal una parte de DMG que era la comercialización
de productos y el sistema multinivel dónde la gente ganaba una comisión por venta de
productos.

Entonces, esos elementos planteados por usted me han inspirado para crear una
propuesta para poder ayudarle a todas las más de 200 mil personas afectadas por la
liquidación de las empresas DMG, que si a bien tiene usted, me conceda una audiencia
para ponernos de acuerdo y comenzar un trabajo para restaurar el patrimonio de dichas
personas.

Cordialmente,

DAVID MURCIA GUZMÁN


CC. 80.086.605

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