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9. Fl juego desde ta perspec nuevas posibilidade corporal y Frente a esta invitacién a construit “mirad 48 Y escuchas sensibles de t las logicas y los sentires 0s interrogantes Yreflexio- ‘otriz con nifias, nifios y ni- ologia social y mi experien- S citedras y dispositivos que Ja prim sobre el juego, Voy a tratar de compartir algun pes elaborados a partir dela clinica psicom a infancia’ en la posibilidad de abri r Es como docente universitaria en diferente promueven la “formacién corporal” de las y los estudiantes que aspiran a trabajar desde distintas disciplinas con las infancias, Me resulta sumamente interesante Pensar cémo el juego, siendo un recurso histérico en la clinica yla socializacién, necesita siempre releerse y repensarse, incluyendo nuevas perspectivas de andlisis Y profundiza- cién, en un contexto de produccién y consumo donde las pantallas y los juegos virtuales arrasan drdsticamente las Posibilidades de jugar corpo- ralmente, en contacto directo con otros cuerpos. 1 dislogo con mi formacién en antrop En particular voy a detenerme a pensar el juego desde la perspectiva de género junto con algunas necesidades inherentes a la clinica en los procesos de socializacién de nifias, nifios y niftes, Para ello voy a refe- rirme a tres cuestiones que me parecen de relevancia: 1) La formacién lidico-corporal-de los actuales -y futuros- profesio- nales dedicados al trabajo con las infancias. 2) Ladimensién politica de lo corporal y los juegos (junto a los aportes del movimiento feminista). 3) La funcién de los juegos corporales en la construccién de las iden- tidades y expresiones de género (en un contexto de desgenerizacion de los juegos). 143 Escaneado con CamScanner aso entre los terapeutas en valoray de i se ‘ Tog, gran cor ssaria formacién, le 1. Hay un gt jtivos clinicos la nece: ' qe un, teray hy positives jugar de manera profesional ; ey aiversos APT ara power juga de nit et tnt ep e tenel , acuerdo con la posibyjy: qm rendria que tent os, Podemos ¢s de acu c ; la Posibilidad dq. hi. jas, nifiosY nines. idades como material imprescindible de traba On, fas, oreida Abag. 5 tay un docente que sepa jugar, no soly que cut y recesario un (EF Jes y particulares del juego, sino que t ambidn ee acjones generale et pene Jas nociones 8° tirse ficcionalmente en ‘el objeto’ We la nig eaaavertils ne ie propio juego. _— esita para crear stl ole nifie nec saber cual es el rol asignado por el otro en in No basta Sano que es necesario poder asumirlo con d rgen de ambigiiedad. Es esta asuncién del ro] asig. me mpre que este sea beneficioso ae objetivos tr. 7 ue da cuenta de la disposicién del psicomotricista, zados) lo qi i trama vincular, (Calméls, 201 Porello, pienso que el ejercicio de ae rol profesional no Puede apren. derse desprendido de su practica, y las instancias de formacién Corporal son un espacio-tiempo interesantisimo que anuda esta experiencia, [3 escucha, la mirada, la palabra, el silencio, la actitud postural, las mane. ras de contactar, entre otras manifestaciones, tienen que disponerse en espacios y tiempos especificos para poder jugar. La formacién corporal del terapeuta o docente implica poder dispo- nerse de diversas formas al contacto con lo informe (Lesbegueris, 2015). Sabemos que la tendencia a la feminizacion entre los profesionales dedicados a las infancias no es solo natural ni estadistica, sino que se co- ae ‘on a estrategia Patriarcal-colonial-capitalista de delegacién ee : oe hacia hs mujeres. El trabajo de reproduccién (do- a familia ae lado), que emerge a partir de la concepcion ‘Buesa y la division sexual del trabajo, sostiene ly econdmica,' idad la constante explo mujeres, cimiento dela Escaneade con CamScanner ser terapeuta 0 maestra, hombre, mujer 0 transgénero tiene una in gable influencia en el campo relacional transferen jon terapeutica no tiene género, la pust es i bien la po- ‘1 del cuerpo en el terreno de sic ' go se expresa asumiendo o transgrediendo una generizacién, P jue’ _ ban ‘or lo tanto, jugar con una niita, tn nio o une nie no solo es asumir un lugar transferencial en la escena terapéutica, sino poner en juego el cuerpo y nero sentido, corpor' elge ndo gestos, actitudes, acciones y actos que ce diferencian genéricamente en la persona y de acuerdo con la subjeti- de cada terapeuta. vidad Del mismo modo, sabemos que ser terapeuta-docente-mujer no ga- rantiza una prictica terapéutica 0 educativa que promueva la equidad entre los géneros. Se acttia desde el lugar profesional, en numerosas oca- siones, desde parametros patriarcales y heterocisnormativos. El jugar, si bien es el lenguaje cotidiano de niiias y nifios, no por ello esneutral o ingenuo en lo que respecta a las relaciones de poder que alli se ponen de manifiesto. No necesitamos extendernos a la adultez para detectar una matriz asimétrica, a partir de la distribucién desigual y je- rarquica de tareas, roles y lugares en funcién del género. El jugar, como expresamos con anterioridad, no solo contiene bondades, sino que carga con inercias repetitivas (que lo llevan a su agotamiento) y pocas veces lo- gra enunciarse despojado de mandatos y miradas moralizantes. 2.Siacordamos que el juego es uno de los lenguajes-experiencias vitales en las infancias, repensar las légicas desde donde se habilita -o no- el placer, el deseo y Ia alegrfa se torna ineludible como proyecto corporal y politico. Retomando la filosofia spinoziana, el afecto no es solo un sentimiento sino la potencia corporal que impulsa a actuar ¢ interactuar. La “ética estructura econdmica y social capitalista, La revuelta hacia este tipo de trabajo y la salida al mundo de la produccién no han terminado de resolver la devaluacién existente dela Posicidn social de las mujeres. Sin embargo, la mercantilizaciGn del trabajo reproductive Produjo una desgenerizacién del trabajo (Michael Hart, Antonio Negri) en la transicién del plano ontologico al econémico, anunciando el fin de la divisién sexual del trabajo. Eltrabajo reproductivo se reconfiguré en la era posfordista volcindose en gran medida sobre las mujeres pobres e inmigrantes (Federici, 2018b). 145 Escaneade con CamScanner » ge corresponde con la posibilidad gria’ YPotencig 1 AS cap, itt Fecti a Me, Jes de encuentro afectivo con otros, y por Io tant de, Jidades ¢ n cuanto expande nuestr, Syne j tiene) Ps, formador de nuestra existencia, Cie transom , 8 enc 7 ly La psicomotric jdad se encuentra con la Perspectiyg fe ap tot i inj gunta por los cuerpos y sus subjetividades, Insiste en sta pregunta ; AMtener sn sobre sus modos de construccigy €M laa * hin, teamas sociales, discursos, desigualdades histéricas Y sabe 28 fe (Haraway, 1991). i oe "dog Pensarenlaconstruccidn de las identidades es cién de los cuerpos, pues es el cuerpo -recordemo traidentidad” (Calméls, 2019c) y el género esuno i que nos representa, no solo intersubjetivamente, sino Social, jeg culturalmente. En este sentido el género es un Manifiesto, "y Nosconstituimosa partir dela interaccién lidicay, enla rosa con otros cuerpos (en el mejor de los casos), ue representan he munidad, la sociedad y la cultura en la cual estamos inmersos, Sin embargo, es necesario advertir que estamos atravesay ceso en el cual el orden binario mujer/varén no alcanza multiplicidades de construccion de identidades. corporal des trans, en este sentido, Pensar en | sla “ingi delos rag ACOnn, Bia de, Telacionany, indo un po. Para explicarl les. Lasidentds mantienen abierta la necesidad de Seguirpen. sando el reconocimiento de otras formas de expresion de las identidades que cuestionan el binarismo de género, refutando la Sentencia queexpre- saba que “la anatomia es el destino”. No hay dos maneras de construirge néricamente os cuerpos, ni siquiera tres, El género, porlo tanto, litica y politica, quias y silenciay diferenciacién, sino tantas como personashay no es solo una categoria descriptiva sino ant Porque permite pensar las dimensiones de poder (jen imientos) sociohistéricos, que se manifiestan a partir dela sexuada deloscuerpos, Frente a argumentosqueconcibet 2 La posibilidad de articular elementos de la teoria feminista y de la teoria qu n Fina, onstrucién de cuerpose idemidadee permite advertr el relevo de one plantat Preducen y cuestionan el stems cultural sexo-género, Estas pepe i Pensar la construccién de las identidades en su multiplicidad, caren D dees en devenir constante (sostenidos por los principios filosoficos * Guattar, Derrida y Butler enna otros). 146 Escaneade con CamScanner samascinidedy a eminidad como dervadae“naturtment de Jame 7 carac- i ticas biologi as, la perspectiva de génerovaa destacaren primerté erst i Ahn of, ue ler- tert jncxistenciade unainterpretacidn simbélicade isibilidad no solo a la diversid: minola ladiferencia sexual, nt 10 8 dl cultural sino a las desigualda. les que histricamente subyacen a parte de tal diterencincgm social yamascoliniad y Ta Femina incluso ambigitedad de génern a i a ° jdencias sexo-genéricas, se encarnan a tras asd és de las diversas mani- raciones corporales: las modalidades de contactar, gesticular, construir rostros, miradas, a . emitir la a ctitudes posturales que nos Posicionan enelespacio Y el tiempo, y que portan los imaginarios sociales vincula- gos con el género acordes con cada época y contexto, Apesar de los avances en términos de derechos Y oportunidades, los jntentos de “normatizacién’” y “patologizacién” de los cuerpos que se aleian de lo inteligible contintian presentes en numerosas practicas pro- fesionales. Unas de las preguntas que comencé a formularme con vehemencia fue por qué las nifias contintian siendo minoria en los estudios las con- sultas en psicomotricidad.’ Pareciera que en nuestra sociedad la pre- gunta por las problemiticas corporales tiene més lugar para los niios varones. La habilitacién a la puesta en funcionamiento del cuerpo en el espacio de accién y sus posibilidades de autonomia se encuentran -ain hoy- mas restringidas para las nifias. No es necesario llegar a la adultez para denunciar una distribucién jerarquica de tareas y funciones dentro y fuera del hogar. 3. Trabajé en el area de psicomotricidad del servicio de psicopatologia infanto-juvenil Adel Hospital de Clinicas José de san Martin (ciudad de Buenos Aires, Argentina), di- ‘igido en ese entonces por Lucila Agnese, desde 1999 hasta 2004, Durante la crisis de 2001 comencé a interiorizarme en la problemitica del género pues fue en ese periodo Cuando comenzaron a llegar mis nifias a psicomotricidad. En el transcurso de ese aio ¢lporcentaje de atencién de nifias era del 8% sobre 92% de varones. Volvi a relevar el ‘numero de nifias durante el primer semestre de 2018 y, si bien hubo una modificacion “a nimero, continuaba siendo francamente abismal la proporcién-. la seduccidn y sus ornamentos, "Oman ticismo, Io Jugar, por lo tanto, no solo remlte aun espacio intermedia fe jar sino a una temporalidad transicional, donde la misma exper i dico-corporal deviene poniendo en tension . Pasado yel pore tradicién ya vanguardia, lo repetido ylainvencién, la Petformane ly mnativa y la creacién imaginativa.* ; Tor. Laética del cuidado, marcada por el género, Predispone e, Jas muiecas a la disponibilidad, a la reciprocidad Yalare; hacia el otro. Sus derivados son el amor al préjimo, amor roméntico, hasta el amor a una estética unifo: Nel jue ‘SPonsabil elamor Matera Le rmada que Consume nuestras existencias. Latradicion y la memoria colectiva necesitan Narraciones cuenten con Jo analégico y lo simbélico. Numerosas cancion y juegos de ronda tradicionales refuerzan esta perspectiva destinada al mundo de los afectos. Sinembargo, es también en las interacciones con las muhtecas dondees posible observar una “contrabelleza” en la que se construye un escenario dedisenso frente a aquellas tipificaciones que parecieran querer esenci atlas y reducirlas al mundo de la cosificacién y la domesticidad. Cuando las mufiecas adquieren vida en la ficcién, dejan de ser materia inertey se ‘ransmutan por sus usos, simbolizaciones ycorporizaciones, abriendoun ‘scenario dedisenso para que lo “indecoroso”, lo “horrendo’s lo “grotes0 To “indebido” tengan también lugar de expresién, sin ser sancionados Y actos que es infantiles de una nia 5.El ir di elo one lng lew y Guattari (1997), es un medio, No esaleanza anni unpreednes caer 'mitacién parédica o identificacién simplemente. he HOEMatvO noes mead anhelo. Avanza en el tiempo. Corporiza. Lo wader i a el ‘Weondcin depositor Sel devenir y de a transformacion dels Escaneade con CamScanner 1 petitora antropomérfic at ites 4 del cuerpo humane se concentra ena a. Fsutilizada enalgunosrituales de pasajey puede estar asociad: estar asociadaa rammerteoal poder de provocar algin daio, Nosololas mus nee’ Jas furerzas del amor, ni pertenecen nto a6 atraen, : al mundo de los juegos Ne partcipan de ritos funeratios y conviven en muchas commit quer ee : ina enfermedad, la supersticién y la muerte Sin querer des contexto de continuidad cultur: sino lades Ae alorizar “ ¢ ‘aly los modos en que puede participar dando cohesion aun colectivo social, es necesario advertir que “la mu- jeca” ha sido instrumento de la pedagogia del disciplinamiento y puede operat cosificando y fragilizando subjetividades en el intento de hacer elas niftas muriecas (objeto de juego y manipulacién), Eneste sentido, podemos pensar que los juegos corporales portan re- Jatos y significaciones imaginarias con efecto de verdad, que normatizan Jas condiciones de productividad de los cuerpos, para que sean funcio- nales ala sociedad a la que pertenecen. Pero también que a partir dela particularidad de cada nifia, nifio o nifie, y de cada comunidad, la prac- tica lidica se reinterpreta y encarna, tomando estas normas y procedi- mientos con posibilidades abiertas, creando otras reglas y otros procedi- mientos que movilizan ciertas convenciones tradicionales, Lo contrario a la autonomia no es la dependencia sino el someti- miento. No acompafamos a les niftes para que acaten normas 'y se some- tanaarbitrariedades, sino para que construyan legalidades que estructu- ren condiciones de emancipacién y respeto, y esto comienza a gestarse desde el vientre materno en la dependencia y necesidad corporal que como seres humanos tenemos no de otro cuerpo sino de otros cuerpos. 3.Especialmente el psicoanilisis, durante un largo recorrido, viene apor- tando la posibilidad de pensar al juego como escritura constitutiva de la subjetividad infantil, como el principal lenguaje de las infancias que posibilita la elaboracién simbdlica de conilictos, al tiempo que habili- tael despliegue de la imaginacién y la posibilidad de corporizacién. El desafio de cualquier terapia, como ha enseiiado Winnicott (1999), es llevar a esa “zona de juego” a ese nifio, nifia o nitie que no juega. Esa simple propuesta es la complejidad de la clinica de las infancias, en la cual estamos y nos aventuramos las y los psicomotricistas, pensando Escaneade con CamScanner ve que la posibilidad de jugar es la posibi entonces que an Jugi Posibilidad de jy " poreida r ia corporeidad _ do / amente no forzar, ni Pero jugar es just timular, ni ordeng esania del trabajo clinico intentars Ni o| arte Meer desde of bap Paraello, la hilidad de juego (aun en el no juego), desu singular la posi “hace” esa nina J sQué-materins de jego tiene adigposicgny a. siente, evadl, incluso se afsla 0 desconeetyy 2 We a? Qué |, e8¢ NiO, ese Nifhe que NO juega 9 ng cer hidicament se aferra, conect Puede hy sostenidos en Ta premisa de que es el deseo el que imputsa | a 19 Posi il. dad de jugar: nos preguntamos por el modo en que el jue : on 80 50 y pia corporeidad. Los “juegos de crianza” ( 7 eticar. (Cale r i 85 2019) posible recorrido, el modo en que los otros primors., * Primordia Jes,encargados dela crianza, van introduciendo amorosamente el ca fccional a través de los juegos de sostén, ocultamiento y perscucin ‘Atender a las temporalidades constitutivas de la corporeidad va 1 juego es valorar esas instancias previas al jugar auténomo como lugs estratégicos de intervenciones ltidicas corporales de niiias, niios y nie nando en la pro} nos muestran este es que no juegan. La clinica ha demostrado que el significante (es decir, la cultura, la lengua, el deseo de los padres, el ejercicio de las funciones de apego-dis- tanciamiento) inscribe sobre los cuerpos su posibilidad de funciona- miento y de juego. Esto no quita que no haya distintos tipos de resisten- cias a tal escritura. Pienso en lo que es necesario construir previamente al juego auté- nomo y en nuestras intervenciones hidicas vinculadas con Ia posibili- dad de ir instalando esos “significantes formales’, en términos de Didier Anzieu (1990), 0 “significantes de demarcacién’, como los nomina Piera Aulagnier (2001), sobre la corporeidad infantil. Esos significantes. 4° anteceden alos significantes lingiifsticos y codifican la corporeidad. i+ criben la tensién y la distensién, el placer y el displacer, el equilibrio? pa fa paula distanciamiento, la presencia ¥ lee ae tac n de maximo contacto y sostén a la progres! velar Pos; esa escritura es la que se produce a partir &° cis " . ‘én corporal entre un adulto y una nifia, un nfo o un nite “Pues” situacién lidica” aA Escaneade con CamScanner gin embargo, como venimos destacando, es necesarioadvertir que el mbalico refiere a los significantes que organizan la vida social, y onden esos sign ' je una légica decontructiva y paradojal podemos advertir que aes un discurso al servicio de una reproduccién tan ficantes son, por definicién, de naturaleza patriarcal sidesd qaviolencia simb¢ ; radical come necesaria para tener acceso al patrimonio compartido, ge- erat significantes desgenerizados de demarcacién tal vez nos permita mpl Tos cidigos establecidos por la tradiciény ls costumes. Tpesde este lugar; los juegos de crianza (Calméls, 2010) pueden leerse anticipamos en el capitulo 5- como un proyecto emancipato- so que va del osteo la transgresién-autonomia de los cuerpos. Esta ins- tancia permite ir del cuerpo familiar al espacio de juego “comtn” con otras nifias y nifios. Los roles y estereotipos asignados genéricamente por la cultura son reinterpretados desde los propios codigos y maneras de autopercibirse y constituyen una necesidad vital de expresién. Disfrazarse, parodiar, confrontar, negociar, resistir, acordar, imaginar, subvertir, crear, luchar son actos que se gestan y ensayan lidicamente en las infancias junto con como otros cuerpos. El “mundo rosa’, reproductivo, orientara mediante diversos dispositi- vos lidicos la posibilidad de jugar ala casita y ensayar lidicamente tareas domésticas y afectivas, imitar e identificarse con el rol maternal a través del uso hidico de los bebotes y las muiiecas. Corporizar princesas, hadas y Barbies, y poco de superheroinas (mucho menos atin, aquellas brujas que se rebelan frente a las convenciones sociales). Sin duda el modo de jugar ala mamé, ala casita, alas princesas es mar- cadamente particular, Pero las tematicas y los contenidos desplegados en estos juegos contienen “relatos de presentaciones-representaciones fic- cionales colectivos” (Calméls, 2018) que recrean las tradicionales temi- ticas argumentales, aggiornadas por el contexto histérico-social y por la dramatica familiar, personal, corporal generizada. Esto nos permite com- prender como la experiencia hidico-corporal se estructura apelandoa re latos existentes que se actualizan/modifican en la practica hidica misma. El imperativo actual sobre los cuerpos que los medios de comuni- cacién transmiten incansablemente apresura la adultizacion de muchas 153 Escaneade con CamScanner que stefan con exhibir sus pechos y sug fo nif TMA ante my otros. | " CNSUaligng sity, Inn por ef eerespacio dan testimonio de el, adie ay D1 di Presentadas cite samidoras Ti , 8 discipting restando posiilidades de juego y autonomga, emp 4 mencionados “cumpleaiios en spa" as fotos y los videos de niias con poses g as de una estética corporal que | mente som Tos y f siyean? a hacer y ser modelos, mientras les sinegan? Jian y las incitan a desfilar y posar. No obstante en 2018 tn comercial dela cadena deg Carrefour tuvo que sacar de circulacién una Publicidad eee, venta de juguetes desde una perspectiva sexista. En ella invitee th praapartir dela designacién de la letra cde “constructor” paren’ ; y de “coqueta” para las nitias. Esta publicidad desperté un . Os nity social, y la cadena de supermercados tuvo que disculparse yr la, tery » donde ela "do ie eC as, Ponen cremas ly Wiese 1 Las ay Magy Publicidad de Carrefour, agosto de 2018. La visibilidad de las desigualdades en torno a ciertos mandatos que reducen a las nifias al ambito doméstico y al mundo de la cosificacién estética ya no tiene la pregnancia de otros tiempos, lo que nos anuncia Que estamos atravesando, al menos en algunas regiones, una etapa de “desgenerizacion de los juegos” ligada a la crisis de la divisidn sexual éd trabajo y al progresivo ingreso de las mujeres en la fuerza labora st" riada y los ambitos piblicos y politicos. 154 Escaneade con CamScanner nistas y las luchas feministas tienen efecto Politico, no solo tas cond’ iten reestructurar las relaciones Sociales en términos mas porque Petre los géneros, sino porque presentan Pi equitativos a ynarrativas donde poder verse, nuevos ee creando huevos espacios para poner contarse, creane jibertad Ia oe experiencia misma del jugar es una oportunidad Considero a como sociedad a la reflexién en torno a los modos en FS a aay desde trabajo afectivo, con posibilidades aber. al dese de ser y hacer se manifieste y lacreacién lidica per tas para a en la pluralidad de sentidos, 7 ara las infancias imaginarse, proyectarse el cuerpo y habitar con mita it también, luchar, resistirse y rebelarse contra cualquier tipo es, 5 : jugar i6n opresiva (y esto vale tanto para un temor primario que 6 top : So | cuerpo como para el autoritarismo patriarcal y la mercan a i jonali ive, aprision Iddica), pues mientras se juega se ficcionaliza, se crea, se vi tilizacion } pus se transforma la realidad. 155 Escaneade con CamScanner

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