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Traduccién de ADA SOLAR! TAQUIGRAFIANDO LO SOCIAL por Renato Ortiz >) ‘Siglo veintiuno editores Argentina s. a. Siglo veintiuno editores, s.a. de c.v. 301 Onis Remaso ~ Bo eiaBe losin = 1° ed. Buenoe Aree BiB ps Sixia con 1 Metmortons) ssp 9071108738 1. Socologla Tho, Porada de Peter Tedder © 2004, Renato Ont (© 2004 Sigto XX Falvores Argentina S.A. {SBN 967.1108-784 Impreso en Artes Gras Delior “Ave Soler 2450, Avelaneda fen el mes de junio de 2004 Hecho el depésito que marca ey 11.788 Impreso en Argensina~ Made in Argentina ‘Taquigrafiando lo soct [La Escuela de Frankfurt y Ia cuestion de a cultara Durkheim: arquitectoy héroe fundador Durkhetm: un trayecto xocolégico [La porosidad de ls fronterat en las clencias sociales (@ propésito de Pierre Bourdieu) [Notas sobre as ciencias sociales en el Brasil Estudios culturales, fronterasy traspasos Homenaje a Octévio Tana indice un as 109 as 167 11 203 Taquigrafiando lo social Las ciencias sociales viven de los conceptos. Tallarlos es un. arte, No necesariamente en el sentido artistico de la palabra, sino en cuanto artesania, un hacer, como decia Wright Mills. No pueden ser producidos en serie, segiin Ia vieja ortodoxia fordista; es necesario tomarlos, uno a uno, en su idiosincrasia cen su integridad. No digo esto de modo nostilgico, como silos tiempos pasados hubiesen sido mejores que los actuales, No to- do lo industrial es malo, y lo inverso también es verdadero. Ti ne poco sentido buscar una edad de oro que nunca existié y contraponerla idealmente a una dominacién de la técnica, ya sea mecénica, surgida con la revoluci6n industrial, ya sea infor- mitica, como en los dias de hoy. Soy de los que tienen nostal- gia del futuro, no del pasado. Pero si hablo de artesania es por- aque el objeto sociologico es un artefacto hecho pieza por pieza, de alli su dimension de totalidad. Al formularlo, estoy obliga. doa redondearlo, pulirlo, a tomar el detalle que contribuye 8 Ja explicitacién del todo. Cada investigacién plantea cuestiones diferentes de las otras, incluso cuando trata la misma prable- matica, el mismo tema, Esto nos obliga siempre @ “comencar de cero", esto es, arehacer los pasos iniciales de toda préctica sociolégica: investigacion empirica y bibliografica, empleo de las fuentes primarias,lecruras, nota, seleccion del material que ‘era utlzado, elaboracién de los conceptos y, por fi, la esr tura, Por es0, el esfuerzo metodologico ex continuo, constan- te. Por cierto, el conocimiento anterior, de la tradicién inte- lectual, del repertorio tedrico, es fundamental, pero el planteo Ge los términos del problema ee algo particular, eepecifico. Loe procedimientos metodol6gicos pueden variar testimonios, d0- cumentos, textos periodisticos, entrevisias, otros libros, foto sraffas, imagenes, datos estadisticos, etcétera. No hay que pen: Sar que los nuimeros son necesariamente “frios", “mecanicor’, ‘industrales", en contraposicin al detalle del trabajo intelec- tual, Aplicadas alos soportes técnicos 0 a los procedimientos analiticos, las dicotomias frio/caliente, racional/emocional, particularmente exploradas por McLuhan (é1 afirmaba que la radio era “caliente” respecto de la “trialdad” de la television). sélo llevan a confundir las cosas, Es como si la cantidad fuese estructuralmente antagénica a la calidad (Hegel decia que [a calidad sélo puede manifestarse como eantidad). Las eéenicas festadisticas no tienen un valor en si, no constituyen una teo- ria independiente de la mirada analitica que Ias emplea; lo tienen sentido como procedimientos metodologicos, Al igual que otros procedimientos, a pesar de su complejidad matemé tica, tales técnicas se materializan en un elemento particular cesta investigacion y no aquella, esta reflexion y no cualquier ‘ora. Los niimeros son téenicas en Ia construccién del abjero sociol6gico, El oficio intelectsal puede ser comparado con un tipo e+ pecifico de quehacer doméstico: la costura, Coser requiere habilidad y certo conocimiento, Yes s6lo con la practies, seu mulada a lo largo de los aos, como se Ilega a confeccionar, saUsfactoriamente, tina prenda, una toalla, un adorno. Poner elhilo en Ia aguja, combinar lar telasy efectuar el corte son ope raciones delicadas que exigen paciencia y concentracién. En teste sentido, la expresién “hilvanar las ideas” revela algo inhe- rente al wahajo intelectual. Se dice que un texto esta “deshilve- nado” de la misma manera que te sigiere que una prenda esti ‘mal ajustada, inacabada. Weber, en su eritica al detencanta- miento de! mundo, decia que incluso los grandes institutos cientificos endian a funcionar como empresas capitalista,alie- nando al trabajador de los medios de produccién. Para él, los libros poco a poco dejaban de ser propiedades individuales pa ra acumularse en depéaitos colectivos, las grandes bibliotecas, El trabajo individual cederia asi lugar #la racionalidad genera: lizada en la sociedad. Creo que #4 peslmismo era en parte in- fundado. Es cierto que autores como Lazarsfeld tofiaban con insticutos de investigacién en los cuales existirfa una gran dive sign del trabajo, una organizacion jerérquica, cacional y fica, una estandarizacién de los conceptos y de lar tnicas. Ens a0 twbiogeafia,ét confiesa ser un politico frustrado, ya que, al no tener la posibilidad de dirgir un aparato partidario, tuvo que contentarse con la direccion de institutos de investigacion en. los Estados Unidos. Sin embargo, la presencia dela teenicay de la organizacion burocratica ene limites. La computadora es tun buen ejemplo de esto, Cuando uilizo “cortar y pegar”, sepa rando un pedazo de mi texto para insertarlo en otra poticion, retomo las operaciones de corte y cortura, Con una venta ahora puedo deshacer la tela inntimerables veces y rearmaria de acuerdo con mis nclinaciones, teérieas 0 estéticas. El hacer artesanal ve asi sus fronteras ampliadas. A cada momento, ree sito en la pantalla la pigina eserita, la corto infinitamente, la util, corrigiendo ¢ hilvanando las ideas. Los cientificos socis- les insisten en decir que la construccién del abjero sociologico fs fundamental en el movimiento de comprension de Ia socie- dad. Tienen razén, pero se olvidan a veces de afiadir: ella e rea liza en el texto. La eseritura es el soporte y la concretizacion del recorte conceptual. Las mismas informaciones, los mismos da tos, pueden ser cosidos de manera diferente. No hay objeto fue Fadel texto y sa contenido, para exist, debe formalizarse. Buc na parte de la exposiciGn argumentativa es una cuestion de ‘composicion. Las informaciones primarias son previamente es timadae, fitradas, antes de figurar en la pagina en blanco 0 en In pantalla de la computadora. Composicién, elemento defini- torie de Ia artesania intelectual. Incluso en las realizaciones mis simples, estandarizadas, como ocurre generalmente en los in- formes de investigaciones, Un texto se elabora con una mara: ‘ha de hios. Es iruto de lecturas anteriores y de a investigacion, Puedo tejer con pocos hilos: mi tela quedara entonees algo em- pobrecida, monocromatica. Cuando junto colores y espesores diferentes, altero su granulado, su matiz. Una tela rica pose tonalidades y sombras, su superficie es irregular y rugosa. Los hhilos, © mejor, su enteelazamiento, hacen el resultado final. Cuando eseribimos, trabajamos con un conjunto de ovilos a nuestra disposicin, Esté claro que siempre existe el riesgo de perderse en Ia bisqueda de esas referencias textiles. Por es0 se impone una seleccién juiciosa, se tabaja con ua nimero limi- tado de ovillos. La eseritura es el resultado de una costura, de Iaconjuncién entre la aguja y los hilos, la problematica tedriea y los datos, ‘Todo pensamiento opera con conceptos, incluso el lengua Jje mas simple del dia a dia. Lo que diferencia a las ciencias so ciales es que ellas deben liberarse de las nociones del sentido comin, deben depurarias para tansformarlas en abstraccio- nes mas complejas, capaces de funcionar como categorias ana liticas del pensamiento, La ruptura con el sentido comin es fundamental para el razonamiento cientifico, Es un paso dif Gil, pues el lenguaje, al operar con conceptos abstractos, tien- dde a confundirlos, a pesar de sus origenes e intenciones dife- rentes. Con anterioridad al acto de pensar, es necesaria una operacién abstracta preliminar: la definicién y el esclareci- miento de las eategorias por medio de las cuales se piensa. Fs preciso diferenciarlas, epararlas del sentido usual en el que se las emplea comiinmente. La sociologia no tiene, y nunca tuvo, el monopolio de la interpretacién del mundo. Por el contrario, ella nace como un esfuerzo constance de diferenciacién respec to de otros discursos. Al instituirse como espacio autonome de conocimiento, la sociologia se separa del periodismo, de laf Tosofla, de la politica, de la religion, en fin, de otros textos y del sentido comiin, pero sin anularios. Estos discursos permanecen intactos come formas de conocimiento, vilidas y distineas y mu. c’chas veces, en oposici6n al razonamiento sociolégico. Todo el problema consiste en saber qué constituye el caracter diferen- Cial de las ciencias sociales, emo se define, El sentido comun representa el contrapunto necesario en relaciGn con el cual se labora el pensamiento sociolégico. £1 es au palo negativo, el desaffo que permanentemente se quiere superar. Por un mo- ‘mento, entre el final del siglo XIX y comienzos del XX, los antrop6logos pudieron imaginar que su diseiplina, de cierta for ma, escaparia a ese dilema que echa sombras sobresla sociolo- fa. Alfin de cuentas, la Hamada antropologia clisica se inicid con el estudio de los pueblos indigenas. El antropbloge debia, al desplazarse hacia un territorio distante, comprender una rea lidad extratia a los ojos del mundo industrial. Los mitos, los + ‘ales y las relaciones de parentesco pudieron entonces ter ex- plicados analiticamente sin la competencia incémoda de ningtin otro tipo de interpretacién. Los indigenas eran consideradios apenas como informantes, esto es, relataban algo que debia ser decodificado por el especialista, pero, como pertenecian a una cultura iletrada, difcilmente podrian ser considerados interlo- cutores seriosy legitimos. Corresponidia ala comunidad antro. polégica, y séio a ella, con sus acuerdos y disputas, dar la ti- ‘ma palabra acerca de esas sociedades distantes. El panorama, cambié con las guerras de descolonizacién, la alfabetizacion de los lideres indigenas, 1x conquista de la escritura y, final. mente, el surgimiento de los movimientos politicos, en cuyo. interior aparece la figura del intelectual indigena, vineulado orgénicamente ala lucha de comunidad, En exte contest, th palabra oficial de in darplin, In sntropologin cs comers puesta a ots dscuros, incuido tm sentige comin indigen hors ovpanicamentearticulado on teow escrito, conferen- tins, enctontror internacionales Antropélogory socilogor se allan aa ante un problema andlogor como distancarse de To inmediatamente dade, de Is experiencia comprendiday peck ‘ida por las personas, Por exo, las cencias sociales son sna te thtiva permanente de dstaneiamiento dela realidad inmedia 2 Part uaa una expresion cara los frankSsrianoy, son una “hlienacion® necesara al pensammiento, x eta capacidad lie nadora, similar ala del arc, la que le perme separare del mundo y aprehenderlo con otro ojo. La mejor metdfora pa expresar tal condicion quid sean del viaje, No un viaje real nel que efecuvamente se produce un desplazamiento espa ial den lugar ou. Se rata més bien de un desplazaree ima finario, en el cual el cienulico socal, sn salir del lugar, cons Tuye otra espacatidad spate de a siwacion presente. Bl viaja cn cos teritorilidad imaginada a aves de los conceptog, las Shsraccionee que le hacen tascender wu condiinexpeciicn Para comprender a realidad’ o:mejon pars cataract laciones de elementos de In realidad, cs necenaioalearse de tila Solo act es pouble revels To que se encuentra “oculto", ir Conociente"/en fin le que permanece mas ac&y ms all de las conciencias indiidusles, Boe el austato al que Durkheim lamas hecho social, cr deci sige que enaelve ala conde tsindividval pero que ae leexcapa en cuanto significado, Silos fombres hacen la historia pero.no tenen contiencia de ello, Como deca Mare, es pone ls expicacionesdadas por lor a. tores sociales son ineliclentes para comprender lor aconteck mmientos Esto elo que diferencia als chenciasocales del ie luo politico, religioso 0 mediatic. Ellas consideran a lo inmediatamence dado como algo sospechoso y no como la prucn defo que “realmente paso" para usar un cermin del Felina tele. Las ciencias sociales no viven s6lo de abstracciones, Cuan- do asistia a las clases de Roger Bastide, recuerdo que i decia, con cierta ironia, que hasta los mismos dioses necesitan la ma- teria para vivir. Su ejemplo preferido era el candomblé. Los ne- gros que legaban al Brasil rafan consigo los trazos de una me- ‘moria colectiva africana. En ella residia la fuerza de su cultura Pero ninguna memoria es capaz de resistir al tempo, y en par ‘icular # las wansformaciones impuestas por tna sociedad e+ clavista, como pura abstraccién. Para realizarse, en su lucha constante contra el olvido, tavo que encarnarse en un espacio especifico, en “nichos" de celebraciones, los candomblés, Ali, a través de los rituales, los hombres pudieron revivir los gestos, Ja danza y las costumbres de sus antepasadas. Algo semejante sucede con las diseiplinas cientificas. Los conceptos y las teo- ras, por mas abstractos que sean, deben encarnarse en instita- ciones, universidades, centros de investigacién, departamentos, pues sin todo ello dificilmente Hegarian a realizarse. Dicho de otro modo, la autonomia del pensamiento presupone la aito- snomia de las instituciones que le brindan soporte. Bourdieu tiene razén cuando dice que Ia historia de las ideas no se limi ta s6lo alas ideas; es necesario, ademas, comprender cémo son twabajadas por la comunidad académica, por el “campo” cien: Lifico, Este es el nicho en el que se actualizan las abstracciones. Durante el siglo XX, las ciencias sociales se desarrollaron y se ‘expandieron de forma excepcional. Su movimiento de autono- mizacion, antes restringido a algunos lugares de Francia, Ale mania, Inglaterra y los Estados Unidos, se fue generalizando y abarcé los continentes y paises mas diversos. Pero gqué se en Uende por “autonomizacién"? Ya dije que, para existir como pensamiento original, Is ciencias sociales necesitan separarse del sentido comtin y de los otros saberes; deben, por lo tanto, trazar los limites de su competencia. Lo que llamamos instir. cionalizacién no es otra cosa que Ia delimitacién de una terri torialidad en cuyo interior son vilidas las “reglae del método s0- ciolégico™. Como los artistas, los cientificos sociales, al escribir para sus pares, se encierran dentro de las fronteras de su disci- plina. Esto s6lo es posible cuando los conceptos, los procedi- mientos tecnicos, el objeto construido, forman parte de una institucién, de una materialidad. Las ciencias sociales han sido ‘capaces dle progresar no apenas a causa de las buenas ideas, s- no taunbién debido al desarrollo de centros de investigaci6n, la creacién de bibliotecas, In edicién de revistas académicas, 10s congresos de expecialisis, en fin, a un conjunto de pricticas {que les dan soporte, “Autonomia” signifies, pues, Ia capacidad de decidir de acuerdo con las reglas del juego sociol6gico, co- mo caminar en esta 0 aquella direccién. La universidad y los institutes de investigacién tal vez sean algunos de los pocos li gares de la sociedad actual donde este grado relativo de liber- tad puede expresarse. La empresa, cl sindicato, el partido, los Srganos de gobierno, la prensa exigen de sus miembros una ac tind practiea dirigida a objetivos precisos. No se puede “per- der tiempo” en otras cosas, La universidad, al postalar como su fundamento el saber cientifico, libera a sus participantes de Ia presién de los objetivos de corto plazo. Su temporalidad es de tra naturaleza. Sin embargo, incluso alli se hacen sentir ten siones contradictorias, debidas principalmente la presencia de una légica mercantil ajena al trabajo académico y a las exi- fgencias del mundo mediatico. En este caso tenemos tn contlic: to abierto, que pone en cuestién Ia. propia independencia no s6lo de las institueiones, sino también del acto de pensat libre: ‘mente, En realidad, en este comienzo del siglo XXI, las ciencias sociales se encuentran en una posicion bastante diferente dela que ocupaban con anterioridad, en el momento en que con- Guistaron sa autonomia. Ya no se trata de separarse de otros sa- betes, de delimitar un territorio, sino que es la misma logica de alguaios saberes, hegeménicos en la sociedad, la que penetra y Feestructura ¢] campo académico, alejindolo de sus raices. La relacién sociologia/periodismo, ciencias sociales/empresa, no constituye simplemente una contraposicién de précticas distin- {as e] texto socioligico se torna muchas veces periodistico, 0 luna mera descripeién administrativa, Pierde asi en compren: sién, en densidad analitica, [Lar cienciae sociales han progresado; investigaciones, mor nografias, andliss estadisicos y reflexiones te6rieas han torna- do mis denso el horizonte de su conocimiento. Pero st inst ficionalizaciéa teajo también problemas. Hubo, primero, un intenso proceso de fragmentacién. Las especialidades —socio- logis, antropologfa, ciencias politicas—, que en cierto momen- to parecian impulsar una mejor comprensién de los fenéme- nos sociales, se han multiplicado en pedazos desconectados, Cada subtema se torné una minidiseiplina: sindicalismo, parti- dos, gobierno, cultura popular, arte, rural, urbano, etnia, ge nero, etcétera, De alguna manera, el campo autonome da la idea de un conjunto heteréclito de pracuicas. No creo que el avance del conocimiento sea necesariamente la causa de todo festo; este argumento revela, en el fondo, una tentativa de au tojustiticacién interesada. La razén del estado actual reside mis, cen las reglas y en los procedimientos institucionales que aca ban privilegiando el corporativiemo de pequetios grupos. Se e=- ‘imulan las redes de investigaci6n, los intereambios académi cos, ye olvidaa menudo el contenida que debera ser tatado, La forma predomina sobre lo esencial. Un ejemplo: larelacion, ‘cada vez mis dependiente, de la reflexién sociologica con las fuentes de fnanciamiento, El problema no reside tanto en los recursos que se movilizan; reside en que el tema de Ia investi- gacién no nace de la maduracién de una problemdtica an For, sino que es propuesto desde aftera, exo es, desde el im bito de las institueiones financiadoras, La construccién det ‘objeto debe por ello ajustarse a las demands externas ya la 16 gica del campo intelectual. Se llega asi a una paradoja. Cusn- do se erearon las ciencias cociales, la intenciGn primera era comprender la sociedad en su totalidad. De ali la necesidad de autonomizarse. Sin embargo, Ia hiperespecializacién acaba por contradecir los propésitos anteriores, ya que s6lo se aproxima una parcela de aquello que deberia ser aprehendido, Sucede como sila parte sustiruyese al todo. Silos acontecimientos son fenémenos sociales totales, como decia Mauss, que articulan diversos niveles —el politico, ef econémico, el social, el eulea- ral el enfoque parcial, parcelado, tiende a empobrecer su. comprensién. Buena parte del debate actual sobre el enfoque ‘mult o twansdisciplinario tiene que ver con una profunda insa- tisfaccién ante este cuadro, El fordismo intelectual nos hace perder la perspectiva de una comprensién mas abarcadora de las cosas, Existen ademés problemas de ota naturaleza. Las ciencias sociales han constituido una tradici6n. Las referencias ‘existentes ya no se remontan apenas a los fandadores, Weber ‘0 Durkheim. Ellas se multiplican: Parsons, Merton, Mauss, Ma- linoweky, Radcliffe Brown, Mills, Pritchard, Turner, Geertz, Ha- bermas, Bourdieu, etcétera, En cada lugar en que se desarro- Ilan, Ia bibliografia aumenta: Gilberto. Freyre, Florestan Fernandes, Costa Pinto, Maria Isaura Pereira de Queiroz, Octé- vio Ianni, Junto a este movimiento de regionalizacién —socio- Jogfa brasilefia, japonesa, argentina, norteamericana; antropo- Joga briténica, francesa, alemana, mexicana—, las generaciones suman nombres, investigaciones, inclinaciones tedricas, Pero to- a tradicign es ambigua. Por un lado, es fuente de identidad, el suelo al cual pertenecemos; por otro, las raices, que son de- masiado profundas, impiden que surjan otros movimientos. E] campo cientifico, al reproducir las razones de su existencia, ‘consagra determinadas maneras de ver y de proceder que, al legitimarse, foncionan como obstéculos para cualquier aper tura hacia lo nuevo. En este sentido, hay mucho conservadu rismo. La dificultad para innovar es resultado de una extrac: ‘ura que privilegia la fijeza en detrimento del riesgo. Simmel asociaba la préctica sociol6giea con la aventura, con el ejerci= cio constante de la duda. Los nichos del "candomblé académi- co" actian en la direccién opuesta: como en los rituales reli- ffi0s08, se celebra Ia memoria de lo que se conoce desde tempo atris. Italo Calvino, en un capitulo de Seis propuestas pa- 12 e prézimo milenio, “Levedad”, decia que la tarea delescritor a cera luchar contra lo pesado. En el mundo en el que impera la fuerza de gravedad, el lenguaje utilizado para nombrar los ob- Jjetos est siempre envuelto por el peso de Ias cosas. Su ganga, ‘esiduo mineral, aumenta su densidad material. Escribir seria una manera de depurarios de su condici6n natural, Puedo de- cit Io mismo de las ciencias sociales, No solo pesa la realidad, sino también los conceptos, que a medida que se sacralizan se tornan cada vez més arraigados, inméviles. Ellos forman parte de un mobiliario consensuado, de un sentido comin académ co, cuya faneién principal es Ia ritualizacién de las reglas inst ‘ucionales. ‘Las ciencias sociales son histéricas, La afirmacién, en sf, es banal, pero es preciso extraer de ella sus consecuenciae, La his toricidad, en un primer momento, significa la restriecién 2 cualquier pretensién de universalidad total de la explicacion cientifica (no tengo dudas de que ellas poseen una universali- dad parcial). Como el objeto sociolégico se encuentra histiri- camente delimitado, las categorias de interpretacién de lo real no pueden constituirse en leyes genéricas cuya validez seria, atemporal. La interpretacién se encuentra asi sujeta a las reali- dades concretas. Por ejemplo, el concepto de trabajo dificil. mente se aplique a la comprension de las sociedades indigenas, en las cuales ia propia nocién, al como la entendemos, no exis te. Si Weber fue capaz de interpretar la sociedad occidental en términos de racionalizacion se debe a que ese trazo especifico, aque para él se articula conceptualmente, Ie permite distinguit tales sociedades de las otras, en las cuales su existencia es pre~ «aria, Esto no sucede sélo con relacién al pasado; el presente también viene cargado de historia. De cierta manera, las cien- cias sociales, para utilizar una imagen de Octivio Fanni, ron una especie de taquigrafia de lo social. El lenguaje taquigrifico es por cierto menos extenso, mas abstracto que el lenguaje co rriente, es un cédigo simplificado con un ntmero de palabras as reducido. En este sentido, se aleja de lo real, buscando ci- frarlo por medio de sus notaciones més genéricas. Pero su uni versalidad, para dar cuenta de lo que pasa, remite a la situacion, (que intenta deseribir. La taquigrafia es siempre Ja traduccion de alguna cosa determinadat “esta frase”, aqjuella eentencia” El contexto del enunciado nunca desaparece, es una releren- cia obligatoria, sin Ia cual la propia idea de lenguaje taquigr’- fico no prevaleceria, Por es0 Ia historia de las ideas es simul eamente historia conceptual de los contextos en los cuales se producen las eategorias analiticas. Una nocién como la de rnacion no Gene nada de universal, e aplies apenas a un deter- minade tipo de formacién social que surge con la revolucion, industrial y los cambios politicos de los siglos XVIII y XIX. El ‘objeto sociolégico, al ser historico, significa ademas que se transforma en el curto de los procesos sociales, El pensamien- to debe por tanto estar atento' los cambios. Primero, de las si- tuaciones, de los contextos; segundo, de las eategorias que los aprehenden. Fl tema de Ia globalizacién es un buen ejemplo, [No se trata de un nuevo paradigma, de una aueva teoria, sino de una situaciéa que redefine los marcos en los cuales se ma: nifiestan los fenémenos sociales, En este sentido, para com- prenderla, es necesario inventar 0 redefinis los elementos teo- Ficos tradicionalmente disponibles. La imaginacion sociologica ‘consiste en pereibir los cambios y forjar instrumentos concep tuales capaces de analizarlos, El presente, en cuanto histor, desafia al pensamiento. ‘Habia dicho que la reflexién sociologica, para comprender Ja realidad, deberia alejarse de ella, Puedo ahora corregir mi sfirmacién, pero digo corregir en el sentido de orientaria me- Jjor, no de anularla, Las ciencias sociales se alimentan del mur do, ése es el material de su existencia. El observador, aquel que Toanaliza,esté inmerso en los problemas de ese mundo. Su sen- sibilidad histérica funciona por tanto como vn estimulo inte lectual. La creatvidad sociolégica supone, al mismo tiempo, un corte con el sentido comin y una elaboracién permanente y audar de nuevas hipétesis. Como observa Pierre Ansar las cereaciones de los grandes socislogos no se reducen “nial grito ‘nauigratiande to soc a de la rebelion’ (la simple ideologfa), “ni al rigor de tas cons- trucciones cientficas”. Evidentemente, en el interior de la obra de un autor existe, para usar una expresion de Gurviteh, un grado diversficado de coeficiente ideologico. El Manifesto ce ‘unista no posee la misma complejidad que Fl capital De la mismna manera, los excritos de Durkheim sobre el divorcia no retoman, con la misma profundidad, los temas analizados en El suicidio Los elementos ideologicos ee insinuan a todo mo mento y deben ser controlados mediante tna vigilancia episte- molégica permanente. Pero es imposible no reconocer ate e= JJustamente ese aspecto el que permite el avance de las ciencias sociales.

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