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5.

SANTA REGLA
Hoy en día el sacerdote debe “fomentar con diligencia y paciencia la
educación litúrgica y la participación activa de los fieles, interna y
externa, conforme a su edad.” (SC 19), por medio de estos, Cristo llama a
los niños para que realicen este servicio tan importante, por ello la tarea
de ser monaguillo es un encargo que hay que realizar lo mejor posible. El
monaguillo ha de tener siempre presente que es a Dios a quien sirve al
ayudar al Sacerdote en el Altar.

Josué 24, 14: “Respetad al Señor y servidle con perfección y fidelidad,


alejad los dioses a los que sirvieron vuestros padres al otro lado del río y
en Egipto, y servid al Señor”

Para este fin los niños deben prepararse individual y grupalmente


considerando las siguientes reglas y parámetros:

a)REGLAMENTO DEL MONAGUILLO


La principal actividad de los monaguillos es ayudar en las funciones
sagradas de la Iglesia.

I. La edad ideal para que el niño pertenezca al grupo de monaguillos es


entre los 4 a 12 años. De los 12 años en adelante, pueden ingresar al
grupo pre juvenil o al grupo juvenil según sea el caso.
II. Deberán presentarse 60 a 40 minutos antes de cualquier actividad
de la Iglesia.
III. Cuando requieran revestirse para cualquier función de la Iglesia, lo
harán sin fomentar desorden junto con sus compañeros y sin hablar.
IV. El Monaguillo cuidará del aseo de su persona, como la cara, el
cabello, las manos, antes de salir de la sacristía.
V. Se cuidará del buen aseo de los zapatos y procurará no llevar tenis.
VI. Comprenderá que su comportamiento en el altar debe ser bueno y
ordenado, pensando que está sirviendo a Dios.
VII. En el Altar guardará absoluto silencio.
VIII. Cuidará del buen aseo de su alba, escapulario y demás utensilios
litúrgicos.
IX. No llevará los puños, ni el cuello de la camisa, fuera del alba.
X. Conocerá todos los vasos sagrados con los que se viven las
celebraciones litúrgicas.
XI. Servir con eficacia.

XII. Es puntual en todos los actos: reuniones y celebraciones litúrgicas.


XIII. Se presentara siempre aseado, tanto en la propia persona como en
el vestido y en el calzado. Un monaguillo se lava las manos antes de
la celebración, no se presenta al altar despeinado, ni sucio.
XIV. Es amable y cortes con todos.
XV. Guarda orden riguroso respecto a los objetos del culto.
XVI. Hace silencio en el templo. Evita risas y bromas en todos los lugares
y momentos de silencio durante la misa.
XVII. Mantiene limpia su alba y la guarda ordenadamente.
XVIII. No descuida la oración diaria, la Misa Dominical, la Comunión
frecuente y el Sacramento de la Reconciliación.
XIX. Presta bien su servicio, con atención, concentración y devoción: no
curiosea en el templo, ni mira hacia los lados; es prudente y
cuidadoso con los utensilios; no hace ruido innecesario con vinajeras
u otros objetos y está siempre atento a lo que necesita el sacerdote
que preside la Eucaristía.
XX. Estudia y conoce la liturgia de la iglesia: sus signos, ritos y
significado. Y asi se da cuenta de donde y cuando lo necesitan.
XXI. Es humilde y sobrio y evita toda forma de ostentación (Exhibición
que se hace de una cosa con vanidad o presunción)
XXII. Debe ser defensor del Papa y de la Iglesia.
XXIII. Debe ser responsable y constante en sus deberes tanto en la iglesia
como en su casa y escuela.
XXIV. Debe ser cariñoso y obediente con sus padres.
XXV. Debe ser enemigo de la pereza
XXVI. Debe ser alegre, entusiasta y servicial.
XXVII. Debe ser APÓSTOL DE CRISTO.

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