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Tema3 Español I
Tema3 Español I
Morfología léxica en
español
Índice
Esquema 3
Ideas clave 4
3.1. Introducción y objetivos 4
3.2. Procedimientos de formación y deformación de
palabras 5
3.3. Procesos de derivación de palabras por
sufijación 10
3.4. Procesos de prefijación de palabras 22
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A fondo 37
Test 38
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Tema 3. Esquema
Esquema
Una de las grandes ventajas de las lenguas es que, mientras existan hablantes que las
usen, funcionarán como seres vivos: algunas palabras se reproducen, evolucionan, y
otras mueren y quedan gramaticalizadas en expresiones o dichos populares. En este
tema ahondaremos precisamente en los mecanismos internos que tiene la lengua
para transformarse a través de la Morfología léxica, centrándonos en el significado
de las raíces, pero también de los morfemas léxicos o derivativos. Trataremos de
organizar el maremágnum que supone la cantidad de posibilidades y bucearemos por
ejemplos útiles para la redacción en español.
Analizar las partes que componen las palabras derivadas y el significado léxico que
desprenden sus morfemas derivativos (prefijos y sufijos).
Tener claves de redacción en lengua española en el ámbito de las fusiones de
raíces y morfemas por derivación, prefijación, parasíntesis o composición.
Figura 1. La lengua como conjunto de piezas montables. Fuente: Álvarez Mellado (2016, 153).
Como se puede apreciar en la figura 1, Álvarez Mellado (2016) define la lengua como
«ladrillos cuyo significado comparte la comunidad de hablantes» (2016, 152), una
metáfora similar a la de las piezas montables del Lego®. Y es que poco a poco vamos
pasando en la asignatura del significado gramatical —por el que hemos ido
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Como vemos, estos significados, como dice Álvarez Mellado (2016), los comparten
los hablantes. Eso quiere decir que, aunque nos pongamos creativos y creemos un
adjetivo para describir a alguien como *amorero, la comunidad de hablantes no lo
entenderá como amoroso a no ser que se desarrolle un significado diferente o que la
palabra amoroso adquiera connotaciones no recomendables a nivel social. Pero esto
no es el lugar para hablar de la evolución del eufemismo y el disfemismo o del valor
social y cultural que se les da a las palabras, en cambio, sí hablaremos de por qué
seleccionamos unos ladrillos sobre otros para expresar lo que queremos expresar.
Estamos en el campo del significado semántico, así que nos encontramos con
variaciones culturales e individuales sobre las que reflexionaremos más adelante.
Esto adquiere especial importancia para analizar y reconocer cómo se forman los
neologismos, que son «nuevas “unidades léxicas” [que utilizan] los recursos léxicos y
morfológicos propios de cada lengua, de los cuales los más importantes en la lengua
española son la derivación, la composición y la parasíntesis» (Alcaraz Varó y Martínez
Linares 1997, 371). Y aquí es donde hemos localizado las palabras clave de la unidad:
derivación, composición y parasíntesis, los tres bloques sobre los que nos basaremos
para hablar de Morfología léxica del español.
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Figura 3. Neologismo «aflamencar». Fuente: imagen cedida por M. Sánchez Ibáñez, miembro de NEOROC.
es capaz de cambiar la categoría gramatical de las raíces sobre las que influye, como
sí lo puede hacer la sufijación. Por eso, hemos decidido hablar por un lado de
derivación por sufijación (apartado «Procesos de derivación de palabras por
sufijación») o parasíntesis (apartado «Procesos de derivación de palabras por
parasíntesis»), de prefijación (apartado «Procesos de prefijación de palabras») —
Pero ¿en qué consiste la sufijación? Si, como ya vimos, la Morfología flexiva analizaba
la inclusión de morfemas flexivos tras una raíz léxica (gat- + -o- + -s = gatos), siempre
detrás, la sufijación consiste en el mismo procedimiento, pero los morfemas que se
añaden tras la raíz ya no son flexivos, sino léxicos o derivativos. Léxicos porque tienen
un significado que se puede atribuir a la realidad extralingüística (-ito = ‘más
pequeño’, por lo que gatito es un gato pequeño) y derivativos porque pueden hacer
que cambie la categoría gramatical de las palabras.
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DERIVACIÓN NOMINAL
Vamos a analizar desde el punto de vista semántico las posibilidades que tenemos de
crear sustantivos derivados. Es muy importante tener en cuenta el significado de los
sufijos, ya que le está aportando este significado al que viene «de serie» en la raíz.
Por eso canción es ‘el efecto de cantar’ y cantante es ‘la persona que canta’. Como
vemos, en ocasiones las raíces se manipulan, pero siempre con el fin de adaptar las
palabras fonéticamente a los patrones silábicos y de combinación de sonidos del
español, algo que ya veremos en Lengua A (II) (Español).
Acción y efecto
La primera de las categorías presenta diversos sufijos que aplican este significado a
sustantivos, adjetivos o verbos, aunque «no resulta fácil deslindar el sentido de
“acción” del sentido de “efecto o resultado”» (Serrano-Dolader 2019, 200). Sin
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Por cierto, las raíces verbales también contienen fósiles de sufijos que quedaron
adheridos a otras raíces o a los que se les aplicaron prefijos latinos. Uno de los más
prolíficos en español es el conjunto de verbos terminados en -ducir, como traducir.
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¿Quieres saber más de cómo se forman las palabras? Te recomendamos que acudas
a una herramienta desarrollada por el Grupo de Estructuras de Datos y Lingüística
Computacional de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria llamada Relaciones
morfoléxicas, gracias a la cual podrás encontrar el origen o las posibles derivaciones
de las palabras.
-m(i)ento: tenemos pensar > pensamiento (con -i-), y jurar > juramento (sin -i-)
donde observamos los resultados de pensar y de jurar.
-aje: como en patinar > patinaje.
-dura: presente en quemar > quemadura o en añadir > añadidura.
-a, -e y -o: en transformaciones como comprar > compra, desfilar > desfile o
tirar > tiro. Y un caso muy curioso en este sentido es que, dependiendo de la zona
hispanohablante o del sector económico, el verbo costar puede tener los tres
sufijos con el mismo significado: si hablamos de las costas («La regulación de las
costas en nuestro derecho procesal civil» [Fernández Benavides, 2017]), el coste
(«El Gobierno estudia limitar el coste de algunos productos sanitarios tras su
incremento» [Gómez, 2020]) o el costo («Bimbo no aumentará el costo de sus
productos por crisis de coronavirus» [El Universal, 2020]) de un producto.
Pero sí, sororidad fue añadida en el DLE de la RAE a finales de 2018 gracias a
esta campaña y a que su uso se popularizó y creció entre la sociedad. Y ¿de
dónde viene este neologismo? Según la RAE en su Diccionario de la Lengua
Española, del inglés sorority, aunque adaptado al español con el sufijo -dad, que
sería el equivalente, como hemos visto en el tema, de la cualidad de algún
adjetivo.
No obstante, aunque nos llega desde el inglés, este término tiene (en inglés
también) origen en el latín. Ese adjetivo que evoluciona en sustantivo con el
sufijo -dad es, previsiblemente, sóror, del latín soror, que significaba ‘hermana
carnal’, es decir, hermana de sangre, que comparte alguno de los progenitores.
Podemos vislumbrar esta palabra en el tratamiento de sor entre «hermanas
espirituales», como Sor Juana Inés de la Cruz (escritora novohispana, ahora
mexicana).
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Por ejemplo, si tomamos los adjetivos burra, estúpida, amarga y tonta (bastante
calificativos y con su cariz de negatividad impregnado) y queremos hablar de que
alguien tiene todas estas cualidades —pobre de aquella persona que le caiga todo
esto a la vez—, ¿diremos que tiene mucha *burricia, *estupidor, *amargancia o
*tontera? No, justo estos sustantivos no se dan en la lengua española, aunque serían
posibles. Hablamos de burrez, estupidez, amargor y tontería. ¿Por qué estos y no
otros?
Quizás porque -ez es seleccionado por palabras con «un fuerte carácter valorativo»
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(Serrano-Dolader 2019, 215); -or tiene una filia semántica con los sabores, como en
dulzor; y -ería se junta con muchas palabras que tiene «valor negativo o peyorativo»
(Serrano-Dolader 2019, 218). Por eso, aunque no haya patrones fijos y solo
tendencias, te recomendamos que sigas esas tendencias y así podrás tener una
intuición más fina en el análisis morfológico de las palabras.
DERIVACIÓN ADJETIVAL
Tabla 2. Ejemplos de sufijos derivativos adjetivales más productivos del español. Fuente: Adaptado de
Serrano-Dolader (2019, 234).
Al mismo tiempo, los adjetivos son la base para la derivación adverbial, que en
español tiene como sufijo más característico el acabado en -mente (que forma
adverbios de modo, es decir, responden a la forma en que se llevan a cabo las
acciones). Curiosamente, para esta creación léxica se toma siempre la forma
femenina de los adjetivos (fantástica) y se le añade el sufijo -mente
(fantásticamente), sin variaciones.
Hay que tener muy presentes los valores pragmáticos de los sufijos. Eso nos
permite mirar y analizar las palabras no solo como entes gramaticales o
léxicos, sino también como elementos lingüísticos con los que generamos
emociones en los oyentes.
Una vez que hemos analizado extensamente la derivación por sufijación, nos
centraremos en los procesos de prefijación. No hemos llamado a este apartado
«derivación por prefijación» porque algo que caracteriza a este proceso de formación
de palabras es que está a caballo entre la derivación y la composición. ¿Y esto por
qué es?
Piensa en una palabra derivada por sufijación como las que hemos visto. Por ejemplo,
traducible (‘que se puede traducir’), por lo que del verbo traducir extraemos la raíz
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traduc- y le añadimos el sufijo -ible para indicar que hablamos de algo sobre lo que
se puede aplicar la acción. La palabra ha cambiado de categoría. Sin embargo,
pensemos en la palabra traducible y añadámosle un prefijo como in-, que tiene matiz
de negación. De traducible a intraducible no hay un cambio de categoría, pero sí hay
un cambio total de significado: son antónimos.
Figura 11. «Sobremesa» como palabra intraducible del español. Fuente: Maptia.
Antes de meternos de lleno en los tipos de prefijos que tenemos en español, vamos
a dar una serie de consejos para su redacción, ya que suelen ser motivo de confusión
significativa los errores que se cometen al añadir un prefijo a una base léxica.
Los prefijos en español van unidos a las raíces. Pero muy muy unidos. Así que, si
sentimos la tentación de separar la palabra superestresante hay que saber que el
prefijo super- va unido a su base cuando la está modificando, que no es lo mismo
que ir al súper (el supermercado, por cierto). Hay algunos casos especiales en los
que la RAE (2010, 175) admite que pueden unirse a sus bases léxicas con un guion
(manifestaciones anti-OTAN) cuando esta base léxica comienza por mayúsculas
(RAE 2012, 138) o separados con un espacio (comité pro derechos humanos)
cuando hablamos de un concepto expresado en dos palabras (pro derechos
humanos, ex primer ministro).
Esta unión de prefijos a la raíz, salvo excepciones, trae uniones de vocales. La RAE
(2012, 31) recomienda unificar esas vocales pre- + estreno = prestreno, salvo que
haya una palabra preexistente que tenga otro significado —no es lo mismo
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Los prefijos que podemos rescatar del uso del español son muchísimos. Eso ha
llevado a los especialistas en la materia a generar clasificaciones exhaustivas que son
muy precisas en el significado léxico que aportan esos prefijos. Para que esto no sea
una lista extensísima de prefijos y sus significados, algo que puedes consultar en la
RAE (2010) o en Serrano-Dolader (2019), vamos a dar unas pinceladas en algunos
prefijos según la clasificación de este último autor.
En primer lugar, entre los prefijos ubicativos, es decir, los que nos ubican en el
tiempo y en el espacio, destacan los siguientes (tabla 3):
PREFIJOS UBICATIVOS
INTERIORIDAD intra-
EXTERIORIDAD extra-
INFERIORIDAD sub-
SUPERIORIDAD sobre-
DISTANCIA tele-
ANTERIORIDAD pre-
TEMPORALES
POSTERIORIDAD pos(t)-
Los prefijos anteriores son más o menos «objetivos», algo que no podemos decir de
los prefijos apreciativo-gradativos, en los que la ponderación y la subjetividad toman
el mando semántico y cargan con esta subjetividad a la base léxica. Es nuestra manera
de expresar lo que opinamos, lo que sentimos y lo que somos. Se dividen en dos
grandes grupos (Serrano-Dolader 2019, 155): aumentativos y diminutivos, casi como
sus homólogos, los sufijos apreciativos. Y dentro de estos se subdividen del siguiente
modo (figura 12):
Es lo que ocurre cuando hablamos de los «septuagésimo cuartos juegos del hambre»,
donde observamos un prefijo que trata de precisar cuantitativamente el número en
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Tras un completo repaso por los mecanismos y los ejemplos de procesos de sufijación
y prefijación para la creación de palabras, es el momento de hacer mención del
procedimiento de parasíntesis, que sería una combinación de los dos procesos. No
hay que olvidar que se deben dar a la vez; en el momento en que podamos
descomponer las palabras por su prefijo o su sufijo y tenga sentido, no estaremos
ante una palabra parasintética.
Como ya vimos en la figura 3, las palabras parasintéticas están hechas de una pasta
diferente, y podemos clasificarlas, según Serrano-Dolader (2019) de la siguiente
manera (tabla 4):
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Con unos pocos prefijos (a-, en-, re- y des-) y unos cuantos sufijos (-ar, -ear, -ecer e
– izar) podemos formar multitud de verbos parasintéticos. Los verbos parasintéticos
deadjetivales tienen un claro valor causativo: dejar sucio (ensuciar), poner triste
(entristecer), hacer blando (reblandecer), etc. Por lo tanto, no podemos decir que la
parasíntesis no aporte un significado adicional al que ya aporta solo un mecanismo
de derivación por separado.
Pero ¿qué ocurre cuando fusionamos dos palabras simples o dos raíces para formar
una tercera palabra con un significado diferente? Veámoslo.
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A estas alturas, parece fácil reconocer palabras de nueva creación, al margen de las
que proceden de lenguas como el inglés. Estas palabras se pueden crear, como
hemos analizado en los apartados anteriores, de diversas maneras, pero muchas
veces no tenemos en cuenta cuál es el medio que en la actualidad más se está
utilizando para la creación de palabras. Como muestra de ello, observemos el titular
que aparece en la figura 16.
¿Cuál dirías que es el mecanismo de creación de palabras más empleado? Sin duda
alguna, aquel que une COVID-19 con idiota, balcón con nazis y cuarentena con pena.
Con un fin claramente humorístico a la vez que descriptivo. Es posible que sean
neologismos de recientísima creación, pero tienen la potencia de que, si conoces el
contexto y el significado de las palabras individualmente, el conjunto de hablantes
va a compartir el significado léxico de estas palabras.
En primer lugar, los compuestos ortográficos o léxicos, que son aquellos que
«presentan absoluta unión gráfica entre sus formantes» (Serrano-Dolader 2019, 313)
y, por tanto, forman una palabra con un solo acento (se diferencia, por ejemplo, con
las palabras derivadas en -mente, que tienen un acento principal en la raíz y otro
secundario en el sufijo). Si tenemos esto en cuenta, el siguiente paso es analizar qué
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V+V pillapilla
N+N aguanieve
Sustantivo
N + Adjetivo (A) cejijunto
A+N librepensador
A+ A italoamericano
N+V maniatar
Verbo
Adv. + V malquerer
Como verás, las raíces de vendehúmos no llevan tilde por separado, pero al juntarse
siguen las reglas ortográficas habituales (RAE 2012) y juntar /e/ con /u/ tónica
implica un hiato que, según las normas, debe acentuarse. Tampoco tienen un guion
que separe las palabras, ya que solo se da en casos como adjetivos relacionales
(conflicto palestino-israelí) o gentilicios (guerra franco-prusiana), pero también
algunos sustantivos que quieren expresar una doble función, como director-
presentador o binomio espacio-tiempo.
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Otro tipo de palabras compuestas son los compuestos sintagmáticos, que son
bastante diferentes a los anteriores —al menos ortográficamente—, pero funcionan
de manera muy similar. ¿Recuerdas cuando hablamos en el tema «El esqueleto de la
lengua española: Morfología y Sintaxis» de definir una palabra y de que era
problemático hablar de palabras solo porque tienen un espacio entre una y otra?
Aquí se hace patente, puesto que azul claro es, efectivamente, un concepto, solo uno
(como lo es caballito de mar), compuesto por dos elementos que, sumados, obtienen
un tercer concepto. Con los colores tenemos un buen ejemplo. Intenta describir los
colores que ves en la figura 18 usando solo una palabra:
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Para que te hagas una idea, algunas de esas raíces (o prefijos/sufijos cultos, no nos
ponemos de acuerdo) serían logo- (logopedia), geo- (geotérmico), -voro (herbívoro)
o cardio- (cardiopatía). Son muchísimos los temas grecolatinos que conviven en
nuestra lengua como palabras del ámbito culto y podríamos relatar en una larga lista
todos ellos, pero su estructura organizativa no es tan regular, por lo que te invitamos
a buscarlos y reconocerlos.
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Gómez, Alberto. 2020. “El Gobierno estudia limitar el coste de algunos productos
sanitarios tras su incremento”. Diariosur, 10 de abril de 2020.
https://www.diariosur.es/malaga-capital/gobierno-estudia-limitar-
20200409225456-nt.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.google.com%2F
Méndez Santos, María del Carmen. 2011. Los neologismos morfológicos del español
en el lenguaje de la prensa: estudio de la lexicogénesis del español a través de la
prensa del español actual. Estados Unidos: Editorial Académica Española.
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Como hemos podido comprobar, esta cuenta de Twitter es tremendamente útil para
estar al día de los neologismos que se van «cazando» en la prensa escrita, lo que hace
una idea de cómo se van formando las nuevas palabras que aparecen en nuestra
información y, finalmente, en nuestras vidas y maneras de expresarnos. Os
recomendamos que la sigáis si contáis con esta red social.
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cuchillero 4
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6. Relaciona las siguientes palabras con prefijos ubicativos con el significado léxico
que aportan.
aterrizar 1 A Derivada
reciclar 2 B Parasintética
malcriar 3 C Compuesta
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derivación 4
geotérmica 5
vegetariano 6
10. Identifica qué categorías combinadas han formado los siguientes sustantivos
compuestos.
camposanto 6
aguardiente 7
ajoaceite 8
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