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TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE BOGOTA

SALA SÉPTIMA DE DECISIÓN CIVIL

Bogotá, D. C., catorce de diciembre de dos mil veinte

11001 3103 020 2011 00618 03

El suscrito Magistrado CONFIRMA el auto de 13 de diciembre de 2019


(cuya alzada se asignó por reparto, al suscrito funcionario el 9 de diciembre de
2020), mediante el cual el Juzgado 47 Civil del Circuito de Bogotá rechazó, de
plano, la solicitud de nulidad que, con aparente soporte en el numeral 8º del
artículo 133 del C.G.P, formuló la parte demandante principal (y demandada en
reconvención) en el proceso ordinario de la referencia.

1. Lo anterior obedece, de un lado, a que el sustrato fáctico en que los


incidentantes fincaron su solicitud de invalidación (esto es, que no se les
comunicó el traslado del expediente al Juzgado Primero Transitorio de Bogotá,
circunstancia que, en su criterio, les impidió concurrir a la audiencia de
instrucción y juzgamiento) no se enmarca en ninguna de las hipótesis que,
taxativamente, contempla el ordenamiento jurídico como causales de anulación.
Tal contingencia era suficiente para que, como en su momento lo dispuso el
juzgador de primera instancia, de plano se repudiara la susodicha solicitud (art.
135, C.G.P.).

No se olvide que la invalidación del proceso “sólo puede dispensarse de


cara a anormalidades respecto de las cuales la solución legal expresamente
concebida para enmendarlas sea la anulación del acto o actos procesales en los
cuales repercute, situaciones que por consecuencia, deben juzgarse con criterio
restrictivo, pues no le está dado al fallador adecuar en ellas hipótesis diversas de
las sancionadas legalmente, acudiendo a argumentos de analogía, por mayoría de
razón, o de cualquiera otra variedad, con el fin de privarlas de sus efectos
normales. Como lo tiene definido la doctrina de la Corte" (G.J. t. XCI, pág. 449).

Esa doctrina armoniza con lo que, sobre el principio de taxatividad en


materia de nulidades procesales contemplan los artículos 133 y 135 del C.G. P.

2. Ahora, si en simple gracia de discusión se aceptara que la invocada


“omisión” sí constituye una irregularidad capaz de comprometer la validez de este
litigio, a renglón seguido habría que convenirse en que esa eventual anomalía
(que solo vino a ser planteada por los hoy apelantes el 14 de enero de 2019, fl.
1, c. incidental) quedó saneada en virtud del silencio que, respecto de la misma,
asumieron dichos litigantes, para la época en que formularon un fallido recurso
de apelación contra la sentencia oral de 15 de noviembre de 2018, de forma
extemporánea (el 20 de noviembre de 2018), circunstancia que, por igual,
habilitaba el rechazo de plano de la solicitud en estudio, conforme al ya citado
artículo 135 del C.G.P.

Sobre el particular, ha precisado la Sala de Casación Civil de la Corte


Suprema de Justicia que “sólo la parte afectada puede saber y conocer el perjuicio
recibido, y de una u otra manera lo revelará con su actitud; mas hacerse patente
que si su interés está dado en aducir la nulidad, es de suponer que lo hará tan
pronto la conozca, como que de hacerlo después significa que, a la sazón, el
acto procesal, si bien viciado, no le representó agravio alguno; amén de que
reservarse esa arma para esgrimirla sólo en caso de necesidad y según lo aconseje
el vaivén de las circunstancias es abiertamente desleal”1.

Sin costas de la apelación, por no aparecer justificadas. Devuélvase la


actuación a la oficina de origen.

Notifíquese

OSCAR FERNANDO YAYA PEÑA


Magistrado

1
CSJ., sent. del 11 de marzo de 1991, citada en providencia del 25 de abril de 2005, exp.
1991 3611 02 M.P. Jaime Alberto Arrubla Paucar.

OFYP 2011 00618 03 2

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