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ADOSESTADOïSOWEDAD Jacques Attali

Breve historia del futuro


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. UNA BREVE HISTORIA DEL CAPITALISMO

Para comprender las extraordinarias sorpresas que podría


depararnos el futuro, es conveniente conocer las del pasado: nos
ayudarán a delimitar lo posible, lo cambiante, lo que permanece in-
variable, y, sobre todo, a tomar conciencia de las increíbles poten-
cialidades de la Historia.
Doce siglos antes de nuestra era, a orillas del Mediterrá neo,
en los escasos territorios libres que quedaban entre los distintos
impe- rios, empezaron a delinearse los primeros mercados y las
primeras democracias, que, 2.000 aiios más tarde, dieron lugar al
Orden mer- cantil. Ese es el orden en el que todavía hoy vivimos;
y, sin duda, seguirá vigente aú n por mucho tiempo. He aquí su
historia y sus le- yes, que son también las del fumro.
Aunque los libros de historia han mostrado siempre má s inte-
rés por el destino de los príncipes que por el de los mercaderes, y
han preferido contar el ascenso y la decadencia de los imperios que
siguieron repartiéndose el mundo durante milenios, lo esencial del
movimiento de la Historia tendría lugar en otro lugar: en el naci-
miento de un orden individualista que erigiría los derechos del ser
humano en ideal absoluto. Un orden que, vulnerando constante-
mente su propio ideal, sería capaz de producir má s riquezas que
cualquiera de los que le habían precedido.
Al principio, este orden no era sino un diminuto pará sito en las
entrañ as de las sociedades teocrá ticas o imperiales. Luego entró en
competencia con ellas y poco a poco fue reemplazando a todos
los príncipes por mercaderes, y todos los servicios, por productos fa-
bricados en serie. En un espacio cada vez más vasto, y con tecnolo-
gías cada vez más eficaces, tanto en la violencia como en la injusticia
y el esplendor, este orden estableció el mercado y la democracia: ñ
deiiiocraci’a de »ietcado. Y, pese a mil convulsiones (que siguen, para
38 En historia del futuro

muchos, ocultando la perspectiva , acabó por instaurar el Orden dos pueblos procedentes de Asia los dorios y los Jonios
mercantil. Hizo triunfar un ideal de libertad para cada ser humano, construyeron algunas ciudades, entre ellas Esparta —ciudad ap•rí-
o, en todo caso, para los que estuvieran mejor preparados para con cola que empJeaba muchos esclavos extranjeros— y Atenas pe
quistarla. Siglo tras siglo, este orden fue depurando todas sus insti queñ o puerto comercial Nota) mente orientado al mar—. Los espar
tuciones hasta que, un dia no muy lejano, alcanzó su tanos, campesinos y sedentarios, se convirtieron en una nació n
miÍicar por miedo a )a posible reacció n dc sus propios esclavos
mient ras que los atenienses, mercaderes, letra dos, marineros, se
EL IDis A L J U DEO—Git IEGO : LO NUEVO Y LO BL LLO proveyeron de una flota formidable para defenderse de sus veci-
nos. En esa misma época, segú n la leyenda, Troya desapareció bajo
Hacia el añ o 1300 antes de nuestra era, el pensamiento cíclico los ataques de los micenios, es decir, de los cretenses: primera gue-
que por aquel entonces dominaba el mundo quedó perturbado por rra entre Europa y Asia.
algunos mediterráneos increíblemente inventivos que compartían Filó sofos, intérpretes, marineros, médicos, artistas y mercade
la pasió n r r el progreso, la mctafísica, la acció n, lo nuevo y lo be- res (griegos, fenicios y judíos, pero también niongoles, indios y per
llo: eran Jos griegos, los fenicios y los hebreos. sas) establecieron por aquel entonces circuitos comerciales entre
Para defenderse mejor de sus vecuios, los griegos revoluciona- todos Jos imperios de Eurasia. Atravesaron todas las fronteras, in
ron los barcos, las armas, la alfarería y la cosmogonía. Instalados en cluso durante las guerras, y empezaron a hacer circular ideas y pro
Siria y en la costa mediterrá neo, los fenicios inventaron el primer ductos desde la Península Ibérica hasta China. donde los Shang
que permitía transcribir las otras lenguas y, así. comerciar fueron entonces derrocados por los Zhou, primera de las dinastías
ri1e)oz con los vecinos. Exactamente en e.sa misma época, algunos cuya existencia está histó ricamente establecida y cuyos jefes adop
pastores que, para afirmar mejor su identidad, se denominaban a sí tan el título de tianzí («hijo del cielo»).
mismos «hebreos» abandonaron Mesopotamia con rumbo a Canaán, Hacia el añ o 1100 antes de nuestra era, el pueblo judío, de re-
tierra prometida por su Dios ú nico y universal. greso a su tierra después de su estancia en Egipto, eligió a
Para estos tres pueblos, lo que priniaba era la vida humana: to- algunos jueces para que le dirigieran. Sin embargo, en el añ o 1000.
dos los seres humanos eran para ellos iguales a los demá s se desig- nó con gran pesar a establecer una monarquía (Saú l, luego
(excepto los esclavos y los «metecos») ; la pobreza era una David y después Salomó n) para defenderse de los fú isteos y, en el
maldició n; el mundo tenía que domesticarse, mejorarse, construirse, 931, se escindió en dos reinos.
a la espera de la llegada de un Salvador que cambiaría sus leyes. Poco después, los mercaderes de Atenas hicieron valer sus de-
Por primera vez se empezó a pensar que el futuro del ser humano rechos contra los propietarios de las campíiias circundantes e in-
sobre la Tie- rra podía —y debía— set mejor que su pasado. Y se ventaron, para su exclusivo beneficio, los rudinientos de lo que he
consideró , también por primera vez, que el enriquecimiento garía a ser la democracia y la
material era un modo de acercarse a Dios o a los dioses. É ste es el La primera dio al traste con los imperios dinásticos; la segunda
ideal que se es- tableció , e) ideal que se convertiría luego en el de permitió expresar el valor de todo objeto segú n un patró n ü nico. Y
Occidente, y, fi- nalmente, en el del Orden mercantil que ha la pretensió n de una y otra era retirarles el poder a religiosos y mi-
reinado hasta nuestros días: el ideal ju‹leo-griego. litares y confiá rselo a los mercaderes. Los esclavos, imprescindibles
Un siglo después, hacia el año 1200 antes de nuestra era, los fe- para el buen funcionamiento de los dor ó rdenes anteriores, sigu‹e-
nicios fundaron Tiro, Sidó n, Ú tica, Cartago y Gades Los ron siendo durante mucho tiempo necesarios para el de este nuevo
hebreos abandonaron Canaán por Iígipto. lin el Peloponeso, otros orden.
40 Bre've historia dH íururo Una bre *e hiscoria dcl capitalismo 41

El ideal juleo-griego se fue pzecisanóo: la libertad era un fin en tad es la que nos permite no depender de nuestros deseos. En la
sí; el respeto de un có digo moral, un requisito para sobrevivir; la ri- In- dia, un príncipe acaudalado, Gautama, se negó a suceder a su
queza, Im don del cielo; y In pobreza, una amenaza. La libertad in- pa- dre, se convirtió en «el Despertado» —Buda— e infundió nueva
dividual y el Orden mercantil iban a ser inseparables en Jo sucesivo vida en la antigua doctrina de la regió n, el hinduismo. Poco des-
y han avanzado juntos hasta nuestros días. pués, en China, otro letrado, Confucio, explicó que la felicidad exi-
Hacia el añ o 850 antes de nuestra era, los fenicios mejoraron su ge el respeto de la cortesía, de la familia, de las tradiciones, de la je-
alfabeto, y aú n seguimos utilizá ndolo. Los arameos se establecieron rarquía y de los Antiguos.
en Siria, mientras que, justo al lado, en Israel, Amó s, Isaías y Oseas Allí se sitíia el extraordinario giro del que seguimos siendo he-
profetizaban. rederos y que marcaria el futuro durante mucho tiempo: Asia pre-
Un poco después, en el 753 —mientras la diminuta Atenas es- tende liberar al ser horario de sus deseos, mientras gu.e
taba a punto de convertirse en una de las potencias má s influyentes desea que sea libre de realizarlos. La una escoge considerar el mun-
del mundo, no tanto por sus ejércitos, sino por sus ideas y obras de do como una ilusió n; el otro, hacer de éJ el ú nico lugar de la acció n
arte-, en China, con mucho la mayor potencia demográ fica del y de la felicidad. La una habla de la transmigració n de las almas, el
momento, los Zhou se desgarraron mutuamente en rei’nos comba- otro, de su salvació n.
tientes ; entretanto, al otro lado del Mediterrá neo, se fundó , en me- Eri el Mediterráneo (donde, en el añ o 510, Roma se había con-
dio de la indiferencia general, otra pequeñ a població n: Roma. vertido en una repú blica para algunos ciudadanos libres), la dimi-
Situada en el punto de encuentro entre Asia y Occidente, Me- nuta Atenas resistió ante la sorpresa general a los ataques de las for-
sopotamia era entonces el lugar donde se producían todas las in- inidables tropas del Imperio persa, que habían ido conquistando,
vasiones y los grandes movimientos de poblaciones: en el añ o 722 una tras otra, todas las ciudades griegas de Asia Menor . Más aú n:
antes de nuestra era, los asirios de Sargó n tomaron Samaria y man- con la ayuda de Esparta, Atenas consiguió derrotar a los ejércitos
daron el pueblo judío al exilio, a Asiria; en el añ o 630, no obstante, persas; Darío, rey de los persas, admirador del mayor filó sofo grie-
los medos enviaron a los judíos de regreso a su tierra y expulsaron go de la época, Herá clito, cayó en Marató n, en el añ o 490; su suce-
a los asirios de la suya. sor, Jerjes, fue aplastado diez añ os mas tarde en Salamina gracias al
Los dos siglos siguientes fueron vertiginosos: los principios del ingenio ateniense. Por primera vez, una ciudad minú scula ofrecía
individualismo se fueron precisando al ritmo de acontecimientos resistencia a los imperios. No sería la ííltima.
cuyas consecuencias darían que hablar durante mucho tiempo. En El pequeñ o mundo mercantil, que nadie tomaba aú n en serio,
594, Soló n impuso a Jos atenienses la primera Constitució n demo- estaba por tanto demostrando que albergaba en su seno una gran
crá tica de la Historia; en J86, el reino babiló nico Nabucodonosor fuerza interior, unas ansias salvajes de vivir en libertad, y que era
destruyó Jerusalén y Reportó de nuevo a los judíos, esta vez a Babi- capaz de resistir a potencias mayores que él. Por otra parte, Occi-
lonia; en el 538, unos recién llegados que habían descendido de las dente había ofrecido por primera vez resistencia a unos invasores
montaíías, los persas, se dirigieron también hacia las llanuras férti- procedentes de Oriente. El Orden mercantJ stiscitaba entonces el
les de Mesopotamia bajo el mando de Ciro. Tomaron Babilonia y, interés de muchos pueblos. Se estaba reforzando, y, poco a poco,
antes de invadir la regió n entera —desde Mesopotamia hastn Egip- sus valores se iban precisando.
to y poner fin para siempre al bimilenario Imperio egipcio (en el Mientras que en Israel las profecías anunciaban los desastres
525 antes de nuestra era), mandaron una vez más a los judíos de re- venideros, en el añ o 444, Pericles, jefe indiscutido de Atenas, había
greso a Israel. Por aquella misma época, un letrado chino, Lao Tse, hecho de la metró polis helénica una gran potencia militar, econó -
afirmó que la felicidad está en el no-obrar y que la auténtica liber- mica y cultural; veinte añ os, se desarrollaron en ella )a es-
42 Breve historia del futuro
Una breve historia del capitalismo, 43

cultura, la poesía, el teatro, la filosofía y el ideal democrá tico, hasta tíoco IV saqueó el templo de Jerusalén; en el ano125, la Galia del
que, en el aito 420, una guerra absurda contra Esparta conduce a sur pasaba a ser territorio romano. La pax romana estaba en su apo-
la victoria de un vecino occidental: Filipo, rey de los macedonios. geo cuando, en el 44 a. C., Julio César, un general que acababa de
Lecció n universal: cuando una superpotencia es atacada por un , , regresar triunfante del norte de la Galia, puso de rodillas al Senado
rival, el vencedor es con frecuencia un tercero. Una lecció n má s: el de la Repú blica, consiguió que admitierarl como miembros a re-
vencedor adopta a menudo como suya la cultura del vencido. Una , presentantes de los pueblos vencidos, intentó hacerse proclamar
ú ltima lecció n: el poder sobre el mundo sigue desplazá ndose hacia ’’ emperador y persiguió a sus rivales hasta Egipto, de donde regresó
el oeste, aunque las principales riquezas continú en estando en el este. , para ser asesinado. En el 27 a. C., su sucesor, Octavio, se convirtió
Por otra parte, después de que FJipo se hiciera con el control en César Augusto, el primer emperador. Pendientes de evitar cual-
del Peloponeso (y mientras Plató n daba forma al pensamiento de quier revuelta en las fronteras, sus sucesores reprimieron la suble-
Só crates), su hijo Alejandro, alumno de Aristó teles só lo codiciaba vació n egipcia y silenciaron a todos los disidentes, entre ellos, a un
una cosa: la India, a la que llegó en el aito 327. Dos añ os má s tarde rabino de Jerusalén llamado Jesú s (en el añ o 30) y a otros judíos su-
la abandonó para morir, en el añ o 323, en la capital persa. Su im- blevados, antes de destruir Jerusalén en el 70 y de masacrar una vez
perio se desgarró entonces en tres pedazos —griego, persa y egip- má s a todos los judíos. Había nacido el cristianismo.
cio y fue progresivamente perdiendo su esplendor. Los tiempos Durante el primer concú io, celebrado en Jerusalén en el añ o 48,
de Grecia habían pasado. el cristianismo (primero aliado de los romanos contra los judíos,
La riqueza seguía estando en el esté. En la India florecieron un luego también objeto de su odio) anuncia a los paganos e) mensaje
sinnú mero de pequeñ os reinos arios. En China, a partir del aito 220 /* del judaísmo transformado: todos los seres humanos están unidos
antes de nuestra y a lo largo de once añ os de un reinado asom- ' en Jesucristo; puesto que el Mesías esperado ha llegado, el pueblo
broso, el emperador Quin Tshin Huangdi unificó el país mediante : .*.’ judío, que había anunciado su llegada, no tiene ya razó n de ser y
la construcció n de una capital, Xianyang, la uniformació n de la es- ' debe convertirse; la Iglesia será el nuevo pueblo elegido; la pobre-
critura y la construcció n de la Gran Muralla; a su muerte, se le en- .., za y la no-violencia será n los ú nicos caminos hacia la salvació n; el
terró con cuatro ejércitos de piedra, tal como había ordenado. Al amor es el ú nico requisito de la eternidad; la creació n de riquezas
comienzo de nuestra era, una nueva dinastía, la de los Han, adop-
; ya no es una bendició n ; el progreso carece ya de iritcrés. El ideal ju-
tó el confucianismo, plantó cara a los invasores llamados «xiong- , deo-griego queda así profundamente modificado.
nu» y abrió la ruta de la Seda, primera vía comercial con Occidente. Se creó entonces una perspectiva sincretista a partir de los pen-
En el oeste, Roma se convirtió en heredera de la cultura de los samientos cristiano, romano, griego y judío: el amor de Dios es el
griegos sin haber llegado re£mente a combatir con ellos; levantó : mas preciado de los valores; ú nicamente la Iglesia —y, en segundo
un nuevo imperio, el primero con centro en Occidente. Roma, que término, los príncipes a ella sometidos— puede acumular riquezas,
adoptó los valores judeo-griegos, llevá ndolos aú n má s lejos, se veía .' t¡ue se utilizaran exclusivamente para ayudar a cada uno de los fie-
a sí misma como una imitació n grandiosa de Atenas, incluso en lo l les a preparar su salvació n.
referente a su panteó n religioso y su sistema político. Tras haber : El cristianismo, por la mera fuerza de su filosofía; fue
aprendido la lecció n de la derrota de Atenas frente a los macedo- ganando entonces un nú mero cada vez mayor de adeptos en el
nios, y de la suya propia frente a los galos de Brennus, Roma se lmperio ro- mano. En ese momento habría podido llevar a un
dotó de un ejército de tierra muy poderoso. La ciudad no tardó en retroceso del Or- den mercantil, de la libertad y el individualismo,
controlar toda Ectropa occidental, Africa del Norte y el Mediterrá - en pro de la fra- ternidad, la igualdad, la no-violencia, la
neo, y parte del norte de Europa y los Balcanes. En et añ o 170, An- frugalidad y la humildad; pero no fue así. Lecció n para el futuro:
una doctrina religiosa, por
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influyente que sea, no consigue ralentizar la marcha de la libertad empujahan hacia Roma a los visigodos, que retrocedieroii en el mo-
individual. De hecho, hasta la fecha, ninguna fuerza, ni religiosa ni mento de dar la estocada final.
laica, ha conseguido frenarla de manera duradera. A pesar de ello, el final estaba cerca: en el añ o 47a, el ííltimo
A diferencia de los imperios anteriores, Roma carecía de rivales emperador de Occidente, Augú stulo, fue sustituido por un rey vi-
en esa época. Só lo tenía enemigos: tribus procedentes del este, de- sigodo, Odoacro: el Imperio romano de Occidente había desapa-
seosas de disfrutar de las riquezas y el clima mediterraneos, la hos- recido. Por primera vez, un imPerio era vencido sin que otro le su-
tigaban por todas partes. cediera. No sería la ú ltima.
Roma se veía, pues, obligada a establecer ejércitos cada vez más El Imperio romano de Oriente y su capital, Constantinopla, se-
costosos en sus fronteras. Tenía que hacer frente a la diversidad de guíanprá cticamente intactos. En Europa occidental, sin embargo,
lenguas y creencias de sus soldados, a lo grasoso de la logística, a los obispos, los príncipes, las poblaciones con mercado se organi-
la dificultad de conseguir la financiació n. El emperador Marco zaban en pequeñ as potencias autó nomas. En el aito 496, como
Aure- lio llegó incluso a pasarse veinte aííos en las fronteras del otros muchos príncipes de Occidente, Clodoveo, rey de los fran-
Imperio, entre el añ o 160 y el 150. cos, recibió el bautismo cristiano y se desprendió de los ííltimos ji-
Peto todos esos esfuerzos fracasaron; bajo los ataques de gei - rones del Imperio romano. Toda Europa, recorrida por bandoleros
manos y eslavos, empujados a su por los turcos y los mongoJes, y partidas de campesinos arruinados, se estructuró en torno a rei-
Roma fue retrocediendo y debtlitandose, y muy pronto otras ciu- nos en miniatura, villas. galorromanas y conventos, raros espacios
dades del “Lmpetio, comO Bizancio eri Asia Menor, entraron en com- protegidos.
petencia con ella. Durante ese tiempo, en Asia, América y Á frica, algunos impe-
En el añ o 254, el emperador Diocleciano intentó , de nuevo, re- rios desaparecían cuando sus dirigentes —como en el caso de Pa-
caudar má s impuestos, cada vez menos aceptados. Fue en vano. El lenque, en México— no conseguían evitar que los recursos natu-
imperio no poseía ya los medios para financiar su defensa. En el rales se agotasen, mientras otros cuyos príncipes organizaban a
aito 313, su sucesor, Majencio, concedió la libertad de culto a los tiempo el traslado de la capital —como ocurriría más adelante con
cristianos, cada vez má s numerosos, con la esperanza de recon- la ciudad de Amber, en Rajastá n, desplazada a Jaipur— sobrevi-
quistar el apoyo del pueblo y la nobleza; también fue en vano: en el vían. En China, las dinastías se sucedían también sin restaurar la uni-
añ o 320, Constantino, vencedor de Majencio, se convirtió al cris- dad del territorio, desmembrado desde el final de la dinastía Han,
tianismo; en el añ o 395, tras la muerte del emperador Teodosio, el a principios del siglo in, hasta que en el añ o 618 la dinastía Tang le-
Imperio romano, imposible de gobernar desde un ú nico centro, se vantó de nuevo el país: el budismo se convirtió entonces en la
escindió definitivamente en dos partes, en tomo a dos capitales: reli- gió n del Estado; Xi’an, la capital, siguió siendo con gran
Roma y Bizancio, convertida en Constantinopla. Comienza el lm- diferencia la ciudad mas poblada del mundo. Luego los Tang
perio romano de Oriente. Europa se aleja de Asia. desaparecieron a su vez durante un período caó tico, llamado de
Mú ltiples tribus indoeuropeas (godos, francos, vá ndalos, esla- las cinco dinastías y de los diez reinos. En todo el mundo, los
vos, alamanes, lombardos, vénetos, teutones, vikingos, hurtos y imperios eran cada vez mas frá giles, mas difíciles de gobernar.
mongoles) se unieron entonces para atacar lo que quedaba del Im- Al mismo tiempo, en el añ o 622, en Arabia, Mahoma, que se
convertiría en el Profeta, huía de La Meca a Medina; su mensaje se
perio romano de Occidente. El sueño de estos invasores era llegar
a ser romanos —es decir, cristianos y judeo-griegos—, formar par- había endurecido y había adquirido un cariz conquistador; poco a
poco, el Corá n se iba elaborando; comenzaba el islam. En menos
te de su cultura y su estilo de vida. En el año 406, masas nómadas
de un siglo, esta fuerza religiosa, política y militar trastornó las an-
cruzaron el Rin y se adentraron en el Imperio romano; los hunos
Um brevc ł isco Ja del cag'caJîïino 47

tiguas estructuras, como lo había hecho el cristianismo en su mo- Esta historia sigue siendo la nuestca; todavÍa hoy, Francia, Ru
mento. Por la fuerza de las armas, puso fin a imperios milenarios en sia, Italia, Españ a e Inglaterra llevan el nombre de uno de sus inva-
el nombre de una nueva forma de monoteísmo; en menos de un si- sores de esta época; Alemania lJeva e1 de tres de ellos, segú n la len-
glo, las tropas de los sucesores del Profeta levantaron un nuevo im- gua en que se nombre. Y, entre los fundadores de los puebJo
perio, ligero, volátil, casi nómada. Para financiar sus ejércitos, estos danés, francés, islandés, inglés, ruso e italiano, encontramos a los
primeros califas, instalados primero en Darnasco y posteriormente vikingos, nó madas procedentes del norte.
en Bagdad. utilizaron por primera vez a los banqueros, todos elJos En China, en el añ o 960,1os Song restauraron la unidad del sur
judíos, ya que eran los únicos cuya religión los autorizaba a comer- del país, y luego, en 1115, los Jin, que se organizaban sobre todo
ciar con el dinero. Las tropas del islam conquistaron rápidamente bajo la presió n militar de los principados del norte, acabaron de
Oriente Próximo, Mesopotamia, Egipto, el norte de África y Espa- consolidarla.
ña —convirtiendo a la mayoría de los pueblos por la fuerza—, has- En eI Mediterraneo, el islam encabezaba aú n lo que iba a con-
ta que, en el año 732, las tropas francas detuvieron su avance en vertirse en el Orden mercantil. En Có rdoba, la capital del califato,
Poitiers. la ciudad mas grande de Europa, se hablaba en á rabe, se pensaba
El Imperio musulmån, el califato, se organizaba en torno a ins- en griego y se rezaba en latin, en á rabe o en Las riquezas le
tituciones ligeras, mas eficaces que las de los ńnperios anteriores, llegaban de todas partes: el oro de Á frica, las especias de Asia, el
cuyos saberes y riqDezas utílizaba. Convertido en una de las dos trigo del resto de Europa. En la biblioteca del califa había mźs li
mayores potencies del naundo, jug to con China, el califato fijó sus bros que en todas las demá s bibliotecas europeas juntas.
capitales en Bagdad y en Córdoba. En ellas se encontrabari todos El otro gran imperio del mundo, el Imperio chino, controlaba
los productos, todas las religiones, todos los saberes, que coexistían todos los mares de Asia; organizaba, en embarcaciones impresio-
con un cierto recelo jalonado de escaramuzas. Las carreteras se vol- nantes equipadas con timó n y brú jula, el envío de especias a Euro-
vieron mås seguras. Los mercados de Europa y Asia se reacrivaron. pa para intercambiarlas por productos agrícolas y artesanaJes. A
Así, mercaderes, financieros, letrados, músicos y poetas circtdaban mediados del siglo xıi, el islam de Europa seguía siendo la primera
de ciudad en ciudad, de feria en feria. potencia del Mediterrá neo. En Có rdoba, capital de un Imperio
musulmà n que se extendía desde Andalucía hasta Libia, se con
centraba una élite creativa excepcional: banqueros, poetas, sabios,
FsRiA5, Cl U DCD EŞ Y N ACIOÜ ES mercaderes, desde Omar Khayyâ m hasta Ibn Gabirol, desde Mai-
mó nides hasta Avertoes. En el Mediterrśneo, las flotas y los ejérci-
En el siglo ix, má s al norte, en el antiguo Imperio romano de tos musulmanes empezaban a enfrentarse a las nuevas fuerzas de
Occidcnte, surgieron las primeras ciudades-feria de la cristiandad, los príncipes cristianos, que partían en cruzada para recupetar los
reproducció n de las del islam; en ellas se formó el embrió n de fu- Lugares Santos y abrir una vÍa comercial hacia Asia.
turos Estados. El añ o 800, el Imperio romano de Occidente, con A mediados del siglo xn, Xi’an seguía siendo la ciudad má s gran-
mas apariencia que realidad, renació en Germania, primero con de de Asia; en época, París, capital del reino má s poblado de
Carlomagno, luego con Otó n y Federico. A su lado empezaron a Europa, só lo desempeiiaba un papel econó mico y cultural marginal;
organizarse dos naciones (Francia, doniinada por los francos, y Ru- la ciudad mas poderosa de Europa seguía siendo Có rdoba.
sia, dominada potatos vikirigos) e innumerables principados: en Fs- Hasta que en 1148, los nuevos amos de Có rdoba, los almohades,
pafia dominados -por los visigodos, en Alemania y Flandes por los doctores de la fe procedentes del sur de Marruecos, prohibieron a
sajones, y en ItaJia por Jos lombardos. los nsusulmanes el estudio del griego y expulsaron a ju-
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díos y cristianos de su imperio. En esas mismas fechas, al otro lado En estas primeras poblaciones con mercado, la libertad de pen-
del Mediterrá neo, otros jefes musulmanes partían a la reconquista samiento era mayor que en otras partes; en ellas, los poderes reli-
de los Lugares Santos que acababan de ocupar los cruzados. giosos y militares iban perdiendo poco a poco el control de la
Durante ese añ o crucial, el islam triunfó en Oriente, pero per- eco- nomía y la política; una nueva clase dirigente, compuesta por
dió todos los medios para vencer en Occidente. Al cerrarse a la mercaderes y financieros, erigía sus propias libertades en valor su-
ciencia, rechazó toda posibilidad de seguir dirigiendo el Orden premo; esta clase nueva explotaba a esclavos, campesinos, asalaria-
mercantd y empezó a decaer. Lo mismo ocurrió con China en esa dos y artesanos; hacía del control de las herramientas de trabajo el
misma época. instrumento de su poder. Esta nueva élite se alió también con la
El mundo cambió , pues, de forma radical: los dos grandes im- Iglesia, cuyas prevenciones respecto a los oficios que trabajaban
perios, el chino y el musulmá n, le dieron la espalda a la competen- con el dinero fue disminuyendo al tiempo que aumentaban las res-
cia que imponía el Orden mercantil. La India, fragmentada en de- tricciones que imponía a la sexualidad.
masiados reinos deslumbrantes, no mostraba ningú n interés por el Estas élites mercantiles reforzaron entonces el ideal judeo-grie-
resto del mundo, excepto a la hora de intercambiar con él las rique- go, organizando la libertad de circular, de crear, de transmitir, de
zas necesarias para mantener el esplendor de algunos de sus prínci- saber, de hacer fortuna. Eludieron la apología cristiana de la po-
pes. Amenazada por el islam, Bizancio no poseía ya agilidad ni fuer- breza y empezaron a utilizar en sus talleres, almacenes, barcos o
za suficientes para convertirse en una gran potencia mercantil. bancos, una mano de obra un poco má s libre que los esclavos o los
Esos acontecimientos de mediados del siglo xii hari repercuti- siervos: los asalariados. Las élites no eran ni pacifistas ni liberales:
do muy profundamente en nuestro presente, y, como veremos, el mercado requería un Estado fuerte para instaurar y defender el
aú n derecho de propiedad. Los derechos y los intereses de los merca-
má s en nuestro futuro. deres los defendían los mercenarios y con el tiempo acabaron dele-
El corazó n del poder mundial se desplazó entonces hacia la gando la gestió n de sus asuntos comunes en representantes de su
Europa cristiana, sin llegar por ello a instalarse en ninguno de los grupo: unos se encargaban de hacer la ley y otros, de aplicarla, a ve-
grandes reinos en formació n: la administració n de Francia, Inglate- ces bajo el control de los legisladores.
rra, Rusia seguía basá ndose, como la de los imperios má s antiguos, En el á mbito privado, la libertad de cada miembro de la nueva
en el s stema feudal; en esos reinos, la mayor parte de la produc- élite tendría en lo sucesivo como ú nico límite lo que poseía; en la
ció n dependía aú n de trabajo no remunerado, gratuito o forzado, y esfera pú blica, dicha libertad quedaba limitada por la decisió n ma-
la nobleza se mantenía en el poder protegiendo a los siervos contra yoritaria de los demá s. Todos estaban convencidos de que la si-
todos los que se movían por sus tierras (mercenarios, bandoleros, multaneidad de sus decisiones libres conduciría a la má xima satis-
mercaderes, marineros, médicos, peregrinos, juglares, mú sicos, ex- facció n colectiva.
ploradores, filó sofos y mendigos). Incluso en Francia, con mucho La libertad, mercantú y política, era má s que nunca el motor de
el país mias poblado y má s prometedor, el imperio era la ley: el mar la Historia.
no era el horizonte; el mercader no era el amo; la tierra seguía es-
tando en el poder.
Sin embargo, en algunas escasas ferias del continente, el nuevo DE UN «connzóo› AOTRO
orden, todavía insignificante, pará sito, desapercibtdo, pero revolu-
cionario, se insinuaba en las zonas limítrofes entre estos reinos: el A diferencia de los dos órdenes anteriores, en los que en todo
Orden mercanti) seguía presente en estos días, mfis fuerte que nun- momento coexistían sobre el planeta mil tribus, reinos o imperios,
ca, y sin duda todavía por mucho tiempo.
50 Breve historia del futuro Una breve historia del capitalismo 5l

que veneraban a mil jefes, adoraban a mil dioses, hablaban mil len- Alrededor ‹le este «corazó n» hay un entorno , constituido por ri-
guas, se ignoraban o combatían unos con otros, el Orden mercan- vales antiguos o futuros en decadencia o en expansió n. El resto del
til habla la lengua única del dinero. En todo momento se organiza mundo, reinos e ímperios, forma la en parte gobernada
en una forma única, en torno a un solo centro, un corazón iónico, por los ó rdenes anteriores, que vende sus materias primas y su mano
en el cual se reúne una c/uJe creativa (armadores, industriales,
de obra, en general como esclavos, al «corazó n» y al «entorno».
merca- deres, técnicos, financieros), caracterizada por su gusto por
Una forma mercantil perdura mientras e1 «corazó n» es capaz
lo nue- vo y su pasión por el descubrimiento. Hasta que una crisis de reunir las riquezas suficientes para dominar el «entorno» y la
o guerra conduce a la sustitución de un «corazón» por otro. «periferia»; se ahoga cuando el «corazó n» debe consagrar dema-
Esto se explica por la naturaleza misma de este nuevo orden: el siados recursos para mantener la paz interior o para protegerse de
mercado y la democracia se basan en la organización de la compe- uno o varios enernigos exteriores.
tencia, que lleva a la exigencia de lo nuevo y a la selección de una En una sucesió n de formas, cada «corazó n», arruinado por sus
élite. Ademas, a muy largo plazo, la acumulació n de capital no se gastos, cede su puesto a un rivaJ. En general, no a uno de los que le
puede realizar ni en tina empresa, ni en una familia, yà que ambas atacan, sino a otra potencia que durante la lucha se ha ocupado de
cosas son demasiado precarias; se realiza en nua ciudad, un «cora- generar otra cultura, otra dinamica de crecimiento, en torno a otra
zón», que se convierte en el centro del capitalismo y lo organiza. clase creativa, a una nueva Jibertad, a una nueva fuente de exce-
Fi- nalmente, la competencia implica batalha; de ahí que haya
dentes, a nua nueva tecnología de la energía o de la informació n, a
conti- nuidad entre mercado, democracia y violencia. la sustitució n de un antiguo servicio por un objeto nuevo produci-
Todos los «corazones» deben disponer necesariamente de un do en serie.
amplio territorio interior en el que desarrollar la agricultura, así
En una sucesió n de formas se industrializa la producció n de los
como de un gran puerto para exportar sus productos. Todos los bienes agrícolas, y luego la de los artesanales. En una sucesiõ n de
«corazones» responden a una carencia que, de otro modo, OS formas desaparece el estamento de los esclavos y se desarrolla el de
destruiría; to”dos utilizan estrategias voluntaristas para superar a los asalariados. En nua sucesió n de formas, se automatizar las pro-
los demás: la imitación, el rigor, la fuerza, el intervencionismo, el
ducciones de energía y de informació n. En una sucesió n de formas
proteccionismo y el control de los cambios son las principales de
si su clase crea- se desplazan ingenieros, mercaderes, banqueros, armadores, horn-
sus armas. Una ciudad se convierte en
bres de armas, artistas, íntelectuales. En una sucesió n de formas se
tiva es la más capaCitada para reunir los medios necesarios para
extiende el campo de la libertad individual, e1 mercado y la demo-
transformar un nuevo servicio en producto industrial. Para ello cracia. En una sucesió n de formas, los campesinos, los artesanos,
debe dominar el capital, fijar los precios, acumular los beneficios, Jos trabajadores independientes se ven transformados en asalaria-
controlar los salarios, desplegar un ejército, financiar a los ex- dos precarios; las riquezas se concentran en un nú mero reducido
ploradores, fomentar el desarrollo de la ideología que asegura de manos; aparecen mayores libertades para los consumidores y
su
poder. ciudadanos, y mayores alienaciones para los trabajadores.
Cada «corazón» toma entonces el control, tanto en el interior Por nua extraída ironía, este giro del Orden imperial hacia el
como en el exterior, de los recursos energéticos más eficaces y de Orden mercantd genera así un regreso al nomadismo, un cambio
los medios de comunicación más rápidos. Banqueros, artistas, inte- del campesino al viajero. De ahí la importancia de la larga historia
lectuales, innovadores, acuden allí a aportar su dinero, a construir del nomadismo, base de la cultura humana que resurge en nuestro
palacios y sepulcros, a pintar los retratos de los nuevos amos del presente y que, corno veremos, iesurgirá todavia má s en nuestro fu-
mundo, a dirigir sus ejércitos. turo.
J2 Breve historia deJ fututo
Una breve h‹sroria del capitalismo J3

Hasi« fecha, el Orden mercantil ha conocido nueve forme


alimentos. Luego llegó la irn•enció n fundamental dN timó n de co-
sucesivas. Como veremos, podemos designarlas por el nombre de la
daste: los barcos ya podían remontar el viento y, al cabo de un
ciudad-«corazó n» (Brujas, Venecia, Amberes, Génova, Amsterdam,
tiempo, las primeras atmas de fuego pudieron cargarse a bordo de
Londres, Boston, Nueva York, Los Á ngeles), por el del servicio pro- los barcos. Todas estas innovaciones proporcionaban a esas pobla-
gresivamente convertido en bien de consumo de masas (los alimen- ciones con mercado —que eran a la vez puertos, arsenales y fe-
tos, las prendas de vestir, los libros, las finanzas, los medios de trans- rias— los medios para dominar el comercio marítimo. En las re-
porte, los electrodomésticos, los instrumentos de comunicació n y de giones que estaban bajo su control, el dinero ganaba por la mano a
entretenimiento), por la tecnología que permite extendef el campo la fuerza, los asalariados a los siervos, la inversió n a la construcció n
' de la mercancía (el timó n de codaste, la carabela, la imprenta, la con- monumental, el comercio a la policía. La divisió n del trabajo au-
tabilidad, la urca, la má quina de vapor, el motor de explosió n, el mentaba, la productividad agrícola se incrementada, el precio del
moto.r eléctrico, el microprocesador), o, finalmente, por el nombre trigo, pronto producido en gran cantidad, bajaba; cada vez era ma-
de la moneda dominante (gros, ducado, genovino, florín, libra ester- yor el nú mero de ciudadanos que podían consumirlo y adquirir
lina, dó lat). Incluso tal vez, como veremos también, por el nombre prendas de lana con tinturas nuevas; aparecieron las primeras má -
de un artista o „eM filó sofo representativos del «corazó n». quinas de tejer; se despertó la necesidad del crédito; las minú sculas
La mayor parte de la historia econó mica, técnica, cultural, po- comunidades judías, dispersos por el continente europeo desde ha-
lítica y militar de los siete ú ltimos siglos se explica por las estrate- cía má s de trece siglos, seguían siendo las ú nicas teoló gicamente
gias empleadas por las potencias para convertirse en el «corazó n», autorizadas a prestar dinero a y, como ya les había sucedido
para seguir siéndolo, para huir de la «periferia» o para salir del Or- en el islam, se vieron obligadas a prestar dinero a príncipes, merca-
den mercantn. Lo que esta historia pone de manifiesto no son tan- deres y campesinos, a cambio de un refugio precario, y a crear sis-
to las leyes del pasado, sino las del futuro. temas bancarios. Y como las estaciones no bastaban ya para marcar
el ritmo del tiempo urbano, las campanas, tras haber sonado en los
conventos durante seis siglos cada vez que llegada la hora de la ora-
Bit UJAS i z oo- i O: LOS COMlEb4ZOS DEL ORD EN MERCAN7’IL ció n, empezaron a colgar de los campanarios; el tiempo pertenecía
a los nuevos amos.
A finales del siglo xn, algtmos puertos de Flandes y de la Tos- A finales del siglo xH, Brujas era el má s din‹amico de esos pe-
cana, cuyos territorios interiores eran las mejores tierras agrícolas queñ os puertos. Todavía no era mias que una gran població n con
del continente, reunían a mercaderes que hacían allí escala, a escla- mercado, dotada de un vasto territorio agrícola interior. Sus mer-
vos rebeldes, a siervos expulsados de sus tierras. En estas poblacio- caderes ya viajaban —por tierra y por mar— a Escocia, Inglaterra,
nes con mercado situadas al margen del sistema feudal, ningú n mo- Alemania, Polonia, Francia y Españ a, e incluso los había que, ha-
narca absoluto se llevaba los excedentes; los siervos no constituían ciendo pequenas escalas, llegaban hasta Persia y la India. Su rada,
la totalidad de la fuerzn laboral; una nueva clase creativa, la bur- que, en peligro constante de encenagarse, dragado sin cesar, se
guesía, ponía en prá ctica un saber técnico nuevo, que ahorraba tra- convirtió en una de las escalas má s importantes del conjunto de las
bajo, para apropiarse del beneficio. ferias flamencas. A partir de 1227 empezaron a atracar en ella los
En primer lugar, empezaron a emplearse, en las campiñ as cir- barcos genoveses; luego, a panir de 13 14, los barcos venecianos. Se
cundantes, la rotació n trienal de cultivos, el arnés delantero, el mo- instáaron allí mercaderes italianos interesados en participar en el
lino de agua, Ja mecanizació n de la pisa de las uvas; estos progresos intercambio de las especias de Oriente, la lndia y China, por el ace-
técnicos permitieron comenzar a industrializar la producció n de ro, la lana, el cristal y las joyas de Flandes.
54 Breve historia del íuturo
Una breve historia del capitalismo 55

Las diferencias de nivel de vida entre los artesanos y los merca-


de la obra de arte. La ciudad continuó siendo durante otro siglo
deres (los «patricios» que dirigían la ciudad) eran considerables;
la mayor potencia mercantil del norte de Europa, pero ya no el
las insurrecciones se sucedían; en 1302, los artesanos tomaron par-
«co- razó n» del Orden mercantil.
tido por el conde de Flandes y sometleron provisionaJmerite a Nos
Mientras Francia e lnglaterra se desgarraban mutuamente en
patricios, apoyados por el rey de Francia. La vida democrá tica se
una guerra que duraría un siglo, empezó a constituirse uria segtin-
amplió . Ęa vida intelecrual y artística, aunque todavía bajo el con-
da forma mercantil en torno a una ciudad todavÍa insignificante, un
trol de la Iglesia,‘era allí un poco mas fibre que en otros lugares.
nuevo «corazó n», tan improf›able como el primero: Venecia.
A principios del siglo xiv, Brujas se convirtió en el «corazó n»
de la primera forma del orden nuevo. Un «corazó n» exiguo: en
1340, en el apogeo de su poder, la ciudad no contaba con mas de v e n ec to, 13 §O-i 5oo: c» CONQUISTA DE ORI ENTL
35.000 habitantes.
En eJ «entorno» de esta forma, se encontraban las ferias de la Como Brujas en su tieinpo, Venecia era un puerto aislado con
ldansa, de Alemania, de Francia y de ltalia. En la «periferia», Jas un amplio territorio agrícola interior, a la exparisió n o
del resto de Europa, dominada por grandes hacendados. El «cora- a la inexistencia. Como en eJ caso de Brujas, su fuerza nacía de la
zó n» y el «entorno» mandaban vino, pañ os, dinero, cristal y joyas a carencia, mantenía su prestigio gracias a1 desafio, y el lujo que la en-
la «períferia», y a los imperios; a cambio, recibían trigo, madera, volvía se Jo debía a su insolencia. Lecció n para el futuro: después
pieles y centeno. En los grandes reinos, nadie parecía darle la me- de Venecia, todos los demá s «corazones» también será n truto de
nor importancia a la agitació n que vivían estas ciudades. uria superació n.
En Asia, donde aú n se encontraba la mayor parte de las rique- Venecia era por aquel entonces un lugar encajado en el extremo
zas del mundo, seguían sucediéndose los imperios: el mongol Gen- norte del mar Adriatico, con una ubicació n ideal para recibir la PU -
gis Khan y luego el turco Tamerlan edificaron reinos inmensos que ta recién descubierta en las minas alemanas. Pero con la necesidad
se extendían desde el Pacífico hasta los arrabales de Viena. Los di- no bastaba; todavía faJtaba el azar: a Venecia le llegó su oportuni-
rigían at estilo nó mada, por la fuerza y el miedo, dorninando de- dad con las Cruzadas, a finales del siglo xI. Para armar los barcos de
inográ fica y econó micaniente el mundo, y aterrorizando a los euro- los caballeros, financiados con el dinero robado a las comunidades
peos, que vivían esperando ver aparecer en el horizonte esos judías masacradas a su paso, la Serenísima construía astilleros.
inmensos ejércitos. Aunque, a principios del siglo min, eJ sà queo de Constantinople
Al cabo de un tiempo, no obstante, esta primera forma mer- por parte de los cruzados y su partida de Venecia interrumpieron
cantil vaciló : ante la inseguridad que dominaba los territorios de temporalinente ese trá fico, la Serenísima siguió siendo, durante
Asia, los intercambios a muy larga distancia dismiriuyeron; por todo ese siglo, la ú nica protecció n de Europa frente a la amenaza
otro lado, se produjo un erifriamiento climá tico que redujo tarn- turca, y punto obligado de paso de los productos de Oriente hacia
bién la tendencia a viajar. En 1348, llegó a Europa una Gran Peste el norte de Europa. Ademá s, un puente audaz tendido sobre el
a través de Turquía y el Mediterrá neo: murieron un tercio de los Brenner abría la vía del San Gotardo y comunicnba directamente
europeos, los circuitos de intercambio se interrumpieron, y los las minas de plata alemanas con el mar Adriå tico; dicho puente
puertos de la Llansa y las ferias de Champañ a se arruinaron. permitía que Jas ciudades del norte recibieran los productos proce-
Brujas ya no tenía medios para mantener su puerto, que quedó dentes de los imperios de Oriente sin tener ya que utilizar los puer-
definitix amente encenagado. A finales del siglo xiv, este primer tos ßamencos amenazados ni las arrogantes casas de comercio del
«corazó n» fue cayendo lentamente, por su belleza, en la eternidad norte de Europa. Alemania todavía no era mas que un lugar de
5ó Breve historia del futuro
Una bree e historia del capitalismo 57

paso, y los puertos del mar del Norte, desde Altona hasta Tallin, no Venecia, una ciudad m uy modesta COiTlparada cOn esos VílStOS
llegarían nunca a ser capaces de alcanzar el rango de «corazó n» y im perios, se convirtió entonces en el centro del mundo mercantd.
apenas el de «entorno». Los venecianos fijaban los precios de las principales mercancías,
Cuando, a mediados del siglo xiv, tras el final de la Gran Peste, manipulaban la cotizació n de su moneda, acumulaban beneficios y
Brujas entró bruscamente en decadencia, Europa experimentó un determinaban los cá nones estéticos, arquitectó nicos, pictó ricos y
hambre voraz de vida y de placeres. Durante un siglo, Venecia se musicales. Escritores, filó sofos, arquitectos —cuyo maestro sería
convirtió en el «corazó n» del Orden mezcan‹d. A la sombra de kis un poco m3s tarde Palladi acudían a Venecia para escribir y te-
turcos, la ciudad tomó el control dc1 comercio de Europa con orizar sobre la libertad, antes de difundir sus ideas por toda
Oriente. Euro- pa. La ciudad, que era cató lica, se distanció de Roma y no
Como BruJas, Venecia estaba por aquel cntonces gobernada dejó que se le impusiera moral alguna. Venecia dominaba Eutopa: fi
con mano de hief io por príncipes q ue eran a la vez mercaderes y finales del siglo xiv, cambistas venecianos controlaban todos los
soldados. El dos («duque»), jefe del ejecutivo, en teoría elegido de mercados financieros del continente, desde Francia hasta Flandes,
por vida, podía verse obligado a dimitir bajo la presió n de )os oli- desde Castilla hasta Alemania. Su poder era inmenso: por aquel
garcas. La ciudad estableció por su propia cuenta las instituciones entonces, el nivel de vida veneciano era quince veces mas alto que el
financieras y )os talleres necesarios para los armadores, banqueros de París, Madrid, Amberes, Amsterdam o Londres.
y mercaderes que en lo sucesivo acudirían a ella desde el mundo Venecia era una ciudad compleja. gobemada por una limitada
entero. En esta ciudad, todavía má s que en Brujas, reinaba una for- aristocracia y varios miles de estrategas de alta categoría. Bajo su
midable libertad intelectual, artística y humana, apropiada para fa- direcció n, los cien mil miembros de los gremios, asalariados prote-
vorecer todas las aventuras. Librando una guerra jamá s ganada, ja- gidos con ingresos elevados, se encargaban del buen funciona-
má s perdida, con el lmperio romano de Oriente, y mas adelante miento de los talleres. Por debajo de ellos, se afanaba el «proleta-
con el Imperio turco, los dirigentes venecianos negociabao há bdes riado del mar», es decir, cincuenta mil marineros sometidos a las
compromisos sin cesar, cambiando a menudo gloria por riquezas. leyes de un despiadado mercado de trabajo. Y muchos otros, pre-
Durante ese período, la guerra de los Cien Aíios agotó al resto de carros y de paso, mercenarios y cortesanas, religiosos, artistas o mé-
Europa. dicos.
En el Imperio chino, los golpes de Estado se sucedían: la dinas- La ciudad se dotó entonces de una flota de bai cos comerciales
tía Jin dejó el puesto a los mongoles, y luego, en 1368, a los Ming. de trescientas toneladas, que navegaban a la vez el remo y la vela:
]?ese a míos desó rdenes poJíticos, un excepciona! dominio de Ja eran las galere da mercado, embarcaciones muy seguras $ bien de-
producció n agrícola y una formidable organizació n bu rocrá tica fendidas por mercenarios. Venecia las alqutlaba a carteles de mer-
permitieron que China realizara grandes progresos técnicos (como caderes constantemente cuestionados: las necesidades mditares,
los caracteres mó viles de la imprenta). produjera má s de diez tone- tina vez mas, se mezclan con )as exigencias del comercio.
ladas de hierro al aito y financiera un ejército de un mil)ó n de hom- Como Brujas y los demas «corazones» posteriores a ella, Vene-
bres. La flota imperial, orientada de nuevo hacia el exterior, llegó cia no era el centro de la innovació n tecnoló gica: el «corazó n» no
hasta Á frica y, bajo el mando de un tal Zheng He, alcanzó Austra- inventa; simplemente detecta, copia, pone en practica las ideas de
lia y quizá s incluso las Américas, sin dominar por ello las rutas co- los demá s. Lo mismo se podrá decir de todos fox «corazones» que
merciales, ni desear conquistar los mercados, ni tampoco difundir le seguirá n. Así, en ese momento, Génova acuñ ó las primeras mo-
saber alguno. Otros imperios —el indio, el ruso, el mongol, el tur- nedas de oro (el genovi‘noÍ $ Florencia inventó el cheque y el Hol-
co y el griego- seguían separando a China de Europa. ding, pero fue Venecia la primera que los dispuso en un sofisticado
58 Breve historia del futuro Una breve historia del capitalismo 59

sistema de bolsas, casas de comercio, bancos y sociedades de segu- vuelto al poder: la ciudad seguía siendo poderosa; atraía a artistas y
ros. Y fue también en Venecia, donde, por primera vez, fletaron mercaderes; Jan Van Eyck pintó allí, en 1434, el primer retrato de
navíos sociedades de accionistas, financiadas por un gran nú mero mercaderes de la historia de la ptntura, el de dos fJorentinos estable-
de pequeñ os ahorradores. cidos en Brujas, los Amolfini, marcando así la entrada del individuo
El mundo se convirtió en un campo de aventuras para los ma- laico en el arte. Pero en 1482 la prosperidad de la ciudad fianienca se
rineros, los descubridores y los exploradores al servicio de los ve- desvaneció para siempre tras la muerte de María de Borgoñ a, que
necianos, civilizadores a filo de espada. El resto de Europa forma- puso punto final al esplendor borgoñ ó n del que dependía Brujas.
ba el «entorno». La abarcaba toda Europa del Este, el En aquella misma época, la China de los Ming les prohibió a
norte de Á frica, las costas africanas y eJ Imperio bizantino. sus sú bditos construir navíos de alta mar y abandonar el país; la
Luego, hacia el añ o 1450, la Serenísima empezó a necesitar di- primera potencia del mundo decidía una vez má s dejar de mirar
nero, como toda Europa. Para encontrarlo, buscó medios para lle- hacia el exterior. Con ello se excluía así de nuevo, y esta vez por
gar a esas tierras desconocidas que se describían en las leYendas, rríucho tiempo, del Orden mercantil.
reinos maravillosos donde, segú n se decía, el oro se exhibía en can- Ningú n puerto de Francia, Inglaterra o Rusia poseía en ese mo-
tidades ilimitados. Por desgracia, los marineros venecianos regresa- mento los medios necesarios para sustituir a Venecia. En dichos
ron con las manos vacías. países, los príncipes despilfarraban sus recursos en monumentos y
Venecia, que no estaba amenazada ni por Francia, ni por Espa- se agotaban en vanos conibares, mientras la burocracia se afanaba
ñ a, ni tampoco por Inglaterra, se convirtió entonces en una amena- por controlables los gastos.
za para sí misma. Su organizació n resultaba cada vez má s costosa; Fue entonces cuando apareció la carabela: un foque, dos velas
sus gremios eran cada vez má s rígidos; sus cá rteles de galeras y sus cuadradas y una vela latina hacían de ella una estructura con una
ejércitos no tenían ya ni talla ni armamento suficientes para defen- movilidad perfecto. Acabaron de ponerla a punto hacia el añ o
der las rutns; los metales preciosos procedentes de las minas ale- 1430, en Portugal, y podría haber dado el poder a los reyes portu-
manas eran cada vez má s escasos y má s costosos. Sofocada por la gueses, situados en un emplazamiento ideal para explorar las cos-
presió n turca, esta ciudad que se había enriquecido ya demasiado, tas africanas y unir Flandes con el Mediterrá neo; pero al rey Enri-
en la que se amontonabari 100.000 habitantes, y en la que se vivía que y a sus sucesores les preocupaban iiiá s la gloria y la salvació n
demasiado bien, empezó a adormecerse. que el comercio.
Esta sú bita fragilidad hizo caer sobre Venecia enemigos que su Sevilla también podría haberse convertido en el tercer «cora-
poder había mantenido alejados. En 1453, los turcos, que prá ctica- zó n»: Castilla y Aragó n, en lo sucesivo unidas bajo una misma coro-
mente ocupaban ya la totalidad del antiguo lmperio romano de na, contaban con una ubicació n ideal para recorrer todos los mares,
Oriente, tomaron Bizancio, sitiada desde hacía medio siglo, y cues- desde Flandes al Mediterrá neo oriental. Cuando, en 1492, el geno-
tionaron el dominio de Venecia sobre el mar Adriá tico. El Imperio vés Cristó bal Coló n salió en busca de oro por cuenta del rey de Es-
romano de Oriente llegaba a su fin. Señ al de los tiempos: los grie- pañ a y descubrió por casualidad un nuevo continente Ileno de pro-
gos expulsados de Bizancio por los turcos no se refugiaron en Ve- mesas, Españ a aú n podría haberse corn ertido en primera potencia
necia, sino en Florencia. El momento de Venecia había pasado. del mundo, y Sevilla en el «corazó n» del Orden mercantil. Pero el
¿Quién podía entonces convertirse en el tercer «corazó n»2 puerto (con Cadiz río abajo) carecía de un territorio agrí-
Florencia no podía serlo porque no era un puerto; y el puerto cola interior y no tenía confianza en sus propios banqueros y tam-
que utilizaba para vender sus magníficas telas, Génova, aú n no esta- poco armadores con pericia; la ciudad confiaba demasiado en sus
ba listo para tomar el relevo de la Serenísinia. BrUJas podría haber militares. Los lteyes Cató licos y su corte no pensaban má s que en
60 Breve historia del futuro
Una breve historia del capitalismo El

consumir perezosamente lo que iban robá ndoles a los indígenas que


Amberes fue también —como lo serían más adelante otros «co-
exterminaban en América. No desarrollaban nt tecnología, ni in-
' razones» el primer usuario industrial de una innovació n tecnoló -
dustria, ni red mercantil alguna. Peor aú n: al expulsar a los judíos y
" gica muy importante procedente de otro lugar: los caracteres móvi-
moriscos, desalentaron a sus propias clases creativas, dejando el
" les de la i“mprenta, invenció n china redescubierta en 1455 en
«corazó n» sucesivamente a dos puertos, convertidos por los azares , Alemania y que al principio quedó reservada para los poseedores
diná sticos en provincias del Imperio de los Habsburgo y a la vez en ' del saber religioso.
colonias españ olas: Arnberes y luego Génova. Se trataba del primero de una larga serie de avances encamina-
Hacia 1500, tras un siglo y medio de reinado de Venecia, estas ,’ dos a incrementar la velocidad de transmisió n de los datos. La es-
dos ciudades, una detrá s de otra, le tomaron, en efecto, el relevo. "¡ critura se convirtió así en la primera riqueza cuyo coste marginal de
«Corazones» de dos formas breves, se reparten el siglo xvi. Lec-
, :ü reproducció n era casi nulo. No sería la ííltima. El libro se convirtió
ció n para el futuro: la apertura a las élites extranjeras es una de
“ también en el primer objeto nó mada producido en serie. Tampoco
las condiciones del éxito. “ sería el ú ltimo.
*” El éxito de la imprenta fue fulminante, por cuanto las nuevas
"*! clases dirigentes necesitaban lo que este nuevo invento favorecía: la
Jibertad de expresión, el avance del individualismo y de la razón,
la difusión del ideal judeo-griego.
Hacia I50O , llegó )a hora de Amberes. Dotada de un amplio te-
Hacia 1490, es decir, apenas cuarenta anos después de su in-
rritorio interior donde se criaban las ovejas cuya lana tejía la ciudad,
. .. troducció n en Europa, ya había prensas en funcionamiento en 110
Amberes intercambiaba, desde hacía ya dos siglos, telas flamencas,
’-"!" cJudades de Europa. Venecia ocupaba el primer lugar; la seguía
sal zelandesa, cuchillería inglesa, cristal flamenco y metales alema-
luego Amberes, que, con los talleres de Christophe Plantin, de-
nes, por.productos de Oriente. La ciudad no tenía má s que 20.000
,•/ sempeñ aba un papel clave. En 1500 se habían impreso ya en Euro-
habitantes cuando, hacia 1450, se convinió en el principal lugar de ,'- . pa 20 millones de ejemplares. Desde Florencia, Marsilio Ficino
intercambio de productos del norte de Europa por las especias que ! y Pico de la Mirá ndola permitían redescubrir, a través de sus li-
los navíos portugueses y españoles traían en ese momento de Áfri-
bros, la herencia judeo-griega y á rabe que la Iglesia había cui-
ca y de Asia: pimienta, malagueta, canela, azú car. Todos, incluso
d dosainente censurado hasta entonces. Los nuevos lectores des-
los ingleses y los franceses, acudían a Amberes para que les tiñ eran
cubrieron entonces que la Biblia no decía exactamente lo que
sus tejidos con técnicas celosamente mantenidas en secreto. La
‘/ ptedicabari los sacerdotes; que existían tarn bién ensayos fdosó fi-
Bolsa de Amberes se convirtió en el primer centro financiero de
- - cos, incluso novelas, donde se hablaba de razó n y de amor¡ que un
Europa en materia de seguros, apuestas y loterías; allí empezó a
saher —judío, griego, romano, á rabe, persa— se les había estado
bosquejsrse una sofisticada red bancaria que utilizaba nuevas mo-
i ’ ocultando hasta ese momento. Muchos de ellos deseaban leer esos
nedas de plata cuya cotizació n se controlaba estrictamente para fi-
i textos en un idioma distinto al latín, que ya no uti1izaf›an; las len-
nanciar el comercio exterior. Desprovista de ejército, Amberes do-
guas verná culas desplazaron entonces a la lengua de la Iglesia, que
minaba la forma —como lo hicieron y harían en el futuro los demas
«corazones por su capacidad de manejar los mercados finan. “ eh poco tiempo quedó reducida a la lengua oficial de algunas can-
t cillerías.
cieros y de ponerlos a su servicio. Lecció n para el futuro: finanzas
De hecho, en só lo unos decenios, la imprenta acabó con el sue-
y seguros, estrechamente vinculados, constituyen una dimensió n
ñ o del Vaticano y el Imperio romano germánico de homogeneizar
esencial de la potencia mercantil.
Europa en torno al latín y a la Iglesia.
62 Breve historia del futuro Una breve historia del capitalisino 63

Lecció n para el futuro: una tiueva tecnología de comunicació n, del capitalismo. Su nivel de vida aumentaba; su marina, mejoraba.
que se consideraba centralizadora, resulta ser el enemigo despiada- En 1524, Jean de Verrazzano, un genovés naturalizado frances, tras
do de los podcres establecidos. partir de Honßeur por orden de Francisco I, fue el prirnero en pe-
En 1517, Lutero instó a sus fieles a que leyeran la Biblía, se en- netrar en la bahía de Hudson. Sin embargo, at carecer de burgue-
frentó a la corrupció n del papado y se a)ió con los príncipes alema- sía, de marina mercante y de un gran puerto en el Mediterrá neo o
nes contra la Iglesia y el emperador ; el protestantismo se puso en- en e1 mac del Norte, Francia no consiguió ubicarse en el «corazó n».
tonces a1 servicio del nacionAismo para anidar en él. Ya estaba Ademá s, su tamañ o jugaba en su contra: su mercado interior era
todo listo para que empezara el tiempo de las naciones. tan amplio que no necesitaba intentar exportar los productos de su
Carlos V, sucesor de los Reyes Cató licos y los Habsburgo, que industria o su agricultura, ni siquiera producir objetos de alto valor
reinaba desde Madrid y Flandes, tuvo entonces que enfrentarse a la añ adido.
reivindicació n indcpendentista de los Países Bajos, sostenidos por En otros lugares, en Alemania y Polonia, el sistema feudal y la
Inglaterra, unos y otra convertidos at protestantismo. En vano in- servidumbre persistían; la nobleza, inquieta por la aparició n de
tentó prohibir la presencia en Amberes de extranjeros, que seguían la burguesía nacional, se contentaba con acoger a algunos mercade-
pese a todo afluyendo allí, acelerando el progreso y el dínainismo res extranjeros que acudían allí a comprar trigo para eJ resto de Eu-
de la ciudad. Los principales banqueros alemanes —los Hö scliste- ropa. Finalmente, pese at fascinante dinamismo mercantil de algu-
fler, los Fugger, los Welser— se estabJecieron en la ciudad. Los nos puertos del Báltico, el norte de Europa permaneció at margen.
barcos de America llegaban cargados de plata, que, a partir de en- También Españ a tuvo entonces una segunda oportunidad cie
tonces, fue la base del comercio de la ciudad. En 1550, en sus añ os alzarse a to mas alto: la plata y luego el oro de Amćrtca, que en ese
de apogeo, Amberes contaba con 100.000 habitantes: el tamañ o de momento llegaban en grandes cantidades, le garantizaban una ren-
los «corazones» oumentaba. ta inmensa que podría haberle ayudado a convertirse finalmente en
Transcurrido un tiempo, esta tercera forma del Orden mercan- un Pero la cultura de imperio reinaba en ese país må s
ml empezó a debditarse: una vez mas, al igua) que les había sucedi- que nunca: los seiiores dominaban a los mercaderes; los soldados
do a las dos ciudades anteriores, Amberes dejó de tener ya medios españ oles recibían sueldos cada vez mas altos, pero Españ a no pro-
para mantener sus redes. La explotació n masiva de las minas de ducía los textiles, las joyas, las armas con las que soñ aban ; era, por
plata de América hizo bajar el valor del metal sobre el que se fun- tanto, preciso importarlos de los Países Bajos y de Italia. Se desen-
damentaba la red comercial de Amberes. El oro, encarecido y cuyo cadenó entonces la in(lació n: CastilJa se endeudó , su moneda se
comercio no controlaba la ciudad, se volvió mucho má s tentador desmoronó , y los banqueros abandonaron las plazas financieras de
para los especuladores. Ademá s, las guerras de religió n rompieron Madrid y Sevilla, que quebraron en 1557 ; luego, en 1560, le llegó ct
los marítirnos entre los Países Bajos y Españ a, y desconec- turno a la de Lisboa.
taron a Amberes, que carecía de marina militar, de sus redes co- Amberes se vio entorices arrastrada por la caída españ ola. El
merciales; la p1ata de América no podía ya subir hacia el norte y debía Atlá ntico no era ya lo bastante seguro para que el mu-
permanecer en Sevilla o partir hacia el Mediterrá neo. Amberes se dial transitara por e1.
encontró entonces a merced de la menor crisis comercial y, en 1550, El ú nico puerto mediterraneo disponible, Génova, donde se
alcanzada por una especulació n bursú til desencadenada en Sevi- encontraba el primer mercado del oro, se convertiría, hacia 1560,
11a, acabó por eclipsarse. en ct nuevo «corazó n» y seguiría siéndolo durante poco má s de
Francia, 1a”nació n má s extensa y poblada de Europa, tenía en- un siglo. Era como si el Orden mercantil no acabara todavía de
tonces una segunda oportunidad de convertirse en el «corazó n» deci- dirse a abandonar el Mediterráneo que le había visto nacer.
64 Breve historia del futuro

Puesto que ningú n puerto podía llegar a ser un «corazó n» sin


controlar también la agricultura y la industria, el territorio interior
A partir del siglo xiiI, IOS hombres de negocios genoveses com- de Génova, que se extendía mucho mas alla de la riquísima Tosca-
prendieron que el poder poJítico era fuente de dificultades. Para
na, se convirtió en una gran potencia industrial, lanera y metalú rgi-
ejercerlo recurrieron a dos familias, los Visconti y los Sforza, y se
ca. Génova dio entonces el ú ltimo coletazo del mundo mediterra-
concentraron en el comercio y las finanzas. En el siglo xiv —es de- neo, el ú ltimo eco del sueñ o de Atenas, de Roma, de Florencia, de
cir, desde que la Iglesia les autorizó a ella algunos de esos lom- Carlos V y de Felipe II.
bardos se convirtieron en banqueros y, finalmente, prestaron dinero
Luego el Atlá ntico volvió a convertirse en un mar tranquilo: en
a cambio de un interés; entre ellos había numerosos judíos conver- 1579 —o sea, ocho aíios después de )a inú til victoria que el hijo se-
sos. Estos banqueros empezaron por financiar —con plata y oro a creto de Carlos V, al mando de las flotas de Venecia y de Esparta,
la mayoría de los príncipes de Europa, y luego prestaron sus servi- obtuvo en Lepanto contra los turcos de Selim II— los españ oles
cios a la mayor parte del comercio y de la industria textil florentina. fueron expulsados de los Países Bajos, acontecimiento que, aunque
Su poder se f›asaba en una formidable capacidad de organiza- mucho menos célebre que el anterior, tuvo sin duda mayor alcan-
ció n contable. De hecho, la contaf›i1idad fue para Génova lo que ce. Lu Vota inglesa recién llegada a los mares y bajo el mnnbo de
había sido la imprenta para Amberes, o las galere da mercado para
grandes capitanes como Francis Drake y Thomas Cavendish, iba a
Venecia: una importante innovació n estratégica que le garantizaba
robar el oro españ ol que seguía llegando de América. En 1588, la
el poder sobre e) conJurito de las redes mercantiles. Ademas, fue en
Armada Invencible espaiiola, pesada y mal armada, naufragó fren-
Génova donde Patini y luego Massari inventaron las cuentas de
te a las costas de Inglaterra; dos tercios de sus marinos y de sus bar-
pérdidas y ganancias, que se propagaron enseguida gracias a los li- cos desaparecieron ante las naves inglesas, armadas con cañ ones
bros del genovés Lucas Pacioli. Fue una revolució n en el ámbito de mucho má s precisos. El Atlá ntico se abrió entonces de nuevo a los
la economía y la filosofía. navíos mercantes, en particular genoveses, holandeses, ingleses,
La contabilidad, en efecto, también es, como la fJosofía, el arte franceses, y se convirtió en el nuevo lugar del comercio.
de sopesar los pros y los contras; y la razó n progresaba en Génova Mientras que en 1598 China derrotaba a los japoneses en Co-
en torno a la figura del banquero que asumía riesgos, que especu- rea, aunque sin ocuparía (esto volvería a producirse tres veces mas
laba sof›re el futuro y que, por tanto, tenía que intentar pteverlo. y fijaría reglas esenciales para el futuro), Génova empezaba a ago-
En Génova, como en otras partes, esta clase creativa estaba enton- tarse: la ciudad ya no poseía recursos humanos ni financieros sufi-
ces particularmente influida por los escritos de judíos exíliados de cientes para resistir a sus competidores en todos los frentes. Des-
Españ a, comoJs’aac Abravanel, y por los de Jean Bodin, que (ue en provista de ejército, no podía impedir que los holandeses, libres
Francia el primero en teorizar el concepto de soberanía y en pro- por fin, tomaran el control de las nuevas rutas del Atlá ntico y atra-
pugnpr )a tolerancia religiosa. jeran el oro y la plata de América que un siglo antes Amberes había
A comienzos de) siglo xvi, tras pasar a estar bajo dominació n codiciado en vano. Génova, como ya le había sucedido a Amberes,
espaíiola, Génova se convirtió , hacia 1560, en el primer mercado quedó entonces quebrantada por una nueva recesió n general pro-
fi- nanciero de Europa, en el «corazó n» del capitalismo de la cedente de Españ a.
época. Dueñ os de los mercados del oro, los banqueros genoveses Nacida de un golpe bursá til que había debilitado a Amberes,
fijaban los tipos de cambio de todas las divisas y financiaban las Génova, hacia 1620, se eclipsó , pues, por un golpe de fuerza que
operacio- nes de los reyes de Españ a y Francia, de los príncipes consolidó a Amsterdam. Y, con Génova, el Mediterrá neo se aleja-
italianos, ale- manes y polacos. ba para siempre.
Ó6 Breve historia del futurO

Así, hacia 1620, el centro del capitalismo se desplazaba por se- industrializar la produccion de un barco excepcional, inventado en
gunda vez hacia el Atlántico. No habría vuelta atras: el Mediterra- 1970: la urca. Era mucho má s rentable que los anteriores, ya que se
neo se convirtió definitivamente en un mar secundario. Los países podía fabricar en serie y funcionaba con una quinta parte de la tri-
que lo rodeaban —el reino de España, los principados italianos, el pulació n habitual.
sur de Francia— se debilitaron. lncluso perdieron para siempre A principios del siglo xvii, Amsterdam se transformó en un in-
el contacto con el «corazón». Su nivel de vida sería desde entonces menso astillero de producció n, venta y mantenimiento de barcos.
inferior al de las nuevas potencias. Sus talleres utilizaban grú as y sierras movidas con el viento. Su flo-
Los Países Bajos realizaron un avance considerable: el nivel de ta llegó a ser enorme, excepcionalmente bien armada, incompara-
vida de las P rovincias Unidas superaba en ese momento al de Gé- f›le con la de los demá s países: barcos de 2.000 toneladas, con 800
nova y Venecia. Era cinco veces superior al de los reinos de Fran- personas a bordo. transportaban seis veces mas mercancías que to-
cia, Españ a e Inglaterra.
das las ílotas europeas juntas, es decir, la tercera parte de los gra-
La lógica que está en movimiento es siempre la misma: la de la nos, de la sal y la madera, y la mitad de los metales y los textiles de
progresiva expansión del espacio mercantil, del campo de la indus-
toda Europa. Y, puesto que la guerra siempre favorece el comer
tria, de las finanzas y de la tecnologia. Y esta.lógica puso en el po-
cio, la marina militar holandesa asumió el dominio de los mares,
der a una nueva clase creativa, dirigista y libre a la vez, en un puer-
desde el Báltico hasta América Latina: incluso recuperó el control
to moderno, dotado de un amplio territorio agrícola interior, de
comercial de Sevilla, que seguía siendo el puerto de llegada de los
una industria naval, de una marina militar y mercante, que acogía
a financieros, armadores, comerciantes, innovadores y aventureros. metales de América. La Compañ ía de las Indias, y luego la Bolsa y
el Banco de Amsterdam, transforinaroh entonces esta potencia na-
Esta lógica amplió poco a poco los derechos de los asalariados e
val en dom mació n financiera, comercial e industrial; fue también
hizo desaparecer el trabajo forzado, y asunfió en todo el planeta el en Amsterdam donde se tuvo la idea, en 1ú 04, de financiar opera-
control de las-(uentes de materia prima y de los mercados. ciones industri£es terrestres mediante socio dades por acciones.
El Adantico se convirtió así, por casi cuatro siglos, en el primer
mar del mundo. Esta forma, como las precedentes, sustituyó nuevos servicios
por productos industriales, y nuevos trabajadores forzados por asa-
lariados; cada vez concentró má s las riquezas en un nú mero redu-
AnsvEnosu, i 6 - 7 8: EL Ai tv E DE LA URCA cido de manos, y concedió mayores libertades a los ciudadanos y
los consumidores, generando al mismo tiempo mayores alienacio-
Después de Amberes y Génova, fue Amsterdam la que nes para los trabajadores.
recons- Para financiar la importación de Este quinto «corazó n» ya no era só lo una ciudad, sino toda una
truyó las redes de un
sus alimentos, Amsterdam , en su territorio interior, cultivaba pro- regió n; la industria estaba en Leiden, y los astil)eros, en Rotterdam.
Los regentes burgueses de Amsterdam dominaban la provincia y
ductos agrícolas SOfiSticados (lino, cá íiamo, colza, lú pulo), criaba
controlaban los excedentes, pese a los conflictos entre el gran go-
ovejas, y desarrolló la industria de los colorantes y la mecanización bernador de Holanda j el stadhouder de las Provincias Unidas.
del hilado. Esto le permitió, una vez industrializada la producción Aunque la esclavitud había desaparecido por completo, al menos
de alimentos, empezar a industrializar la producción de ropa. Ams-
en las Provincias Unidas, el pueblo trabajaba duro y en ocasiones
terdam teñía los tejidos de lana virgen de toda Europa, incluso los
incluso pasaf›a hambre. El protestantismo liberaba también de
de Inglaterra, pese a las prohibiciones proteccionistas del gobier
toda culpabilidad con respecto a la riqueza: La Iglesia ya no estaba
no de Londres. Con los excedentes asÍ obtenidos, la ciudad podía
allí para monopolizar las fortunas. La vida pú blica era fastuosa, la
Ú›8 Breve historia dci futuro
ins breve historia del capitsJisn›o 69

vida intelectual, intensa: sociedades científicas intercambiaban ide- }3O£tá dt3$ Of ortugucscs, espaiioles, holandeses, ingleses y france-
as; universidades ccelotes acogían a los extranjeros, como por ses hacia las diversas colonias. Co iTlo desde el inicio deJ Orden
ejemplo a Descartes, y, antes que éJ, a judíos expulsados de Espa- mercantil, la geopolítica evO)UCionaba mas con Cl COMCrcio y la
ñ a; uno de sus descendien ces, Baruch Spínozn, se ati ó , hacia economía que con las dlnastías.
1550, a pensar en un mundo en el que Dios se confundiría con la El siglo xviii volvió a ser para los PaíseS Bajos, la primera cua- si-
Naturaleza, sin imponer moral alguna a los seres humanos, decidi- democracia, un siglo de triunfos; y, para sus rivales, un tiempo de
damente solos y )ibres. fracasos. Gon sres Casi 300.000 habitoritCs, AmStG’dam di rigía con
‹ E resto del mundo asistía, fascinado, a este triunfo que duraría mario maestra la QOÍitiCa de Europa. Su marina controlaba todos
casi dos siglos: sería la forma mercantil más larga de todos los tiempos. los maros; sus banqueros rcinaban sobre los tipos de cambio; sus
Sin embargo, los libros de historia, al contar este período, ha- COITiercíantes fijab,n los precios de todos Jos productos. Pese a su
blan má s del destino de los monarcas que del de las riquezas: en aparente poderío, 1°rancia, el país mas poblado de Europa, sufría
1G44, cuando los nó madas manchú es derrocar la dinastía de los un revés tras otro: FáCílSO rrit)itar en los mares; fracaso diplomático
Ming y fundang1a-dinastía Qing, esta vez con Pekín como capital, el en las Indias, en Luisiana, en Can adá ; fracaso financiero con la
imperio del Centro era todavía la primera potencia econó mica quiebra de Law. Aunque en 1714 la ncibleza financiera pudo final-
mundial. Los Qing permanecerían en el poder durante dos siglos y mente comenzar a comerciar sin transgredir las leyes. la minùscula
medio. Ese mismo añ o, cn Francia, el rey Luis XfV subió al trono no parecía interesarse ni por la marina, ni por la
y, en 1G48, puso fin a la guerra de los Treinta Aires que estaba de- industria moderna; la economía francesa se content aba con vegetal
sangrando a Europa; pese a su aparente esplendor, el Rey Sol no en las industrias obsoletas del capitalism o agrícola (la alimentación,
poseía los medios necesarios para rivalizar con las Provincias Uni- el cuero, la lana) que los audaces comerciantes de las Provincias
das: en 1685, fecha de revocació n del edicto de Nantes,la renta per UniClaS es rrivieron encantados de cedeile.
repito de los habitantes de Amsterdam era ya cuatro veces superior Durante esta época, en China, la triple cosecha anual de arroz
a la de los parisinos; y la diferencia se incrementó todavía má s permitió que la población aumentase de 180 a 400 millones, y se si-
cuando los protestantes abandonaron tuase muy por delante de todos los demás países del mundo. El em-
El mundo había cambiado: Brujas ya no era mas que una ciu- perador no reaccion ó ante la llegad a de comerciantes holandeses
dad de segundo orden; Amberes, un suburbio de Amsterdam; Gé- que habían acudido al país ¡rara establecerse en el océano Índico y
nova, como toda la Lombardía, se iba debilitando poco a poco, ex- comerciar en Cantón.
cluida de los principales circuitos comerciales. Venecia ya só lo era Y. sin embargo, haCÍó 1775, ljfj siglo y medio después dc hal-›¢r
un magnífico punto de escala del comercio con Oriente; Espafia es- tomado el poder, esta quinta forma ni ercantd declinó cono sus an-
taba confinada detras de los Piríneos. China empezaba a dirigir un tecesoras y por las mismas razones: los buques de guerra holande-
poco mas la mirada hacia el exterior: En 1G83, el emperador ocupó ses habían dejado dc 5Cf kms más poderosos; los mares ya no
la isla de Taiwao. Aparecieron potencias nuevas: Austria se plantó eran
seguros pata cios; la defensa de las rutas comerciales resultaba
como una muralla frente a los turcos; en 1689, Rusia entró en el
cada vez mas costosa para los Países Bajos; la energía que sus in-
concierto internacional con Pedro el Grande; Prusia siguió sus pa-
dustrias utilizaban —la iTladi•ra de los bosques que servía también
sos en 1740, con Federico de Hohenzollem. En 1720, la China de
para construir los barcos— se estaba agotando; sus tecnologías de
los Ming tomó el Tibet, luego A)tai —el Xirijiang actual—, una re-
colorantes y de armamento naval ya no progresaban; los conflictos
sociales se exacerbaban. los salarios aumentaban; las prendas de
' gió n musulmana. Durante esa é sa, decenas de millones de afri-
lana de Amsterdam empezaron a encurecerse.
canos, vendidos cnmo escJavos por metcaderes 3rabes, fueron de-
70Breve historia dcl futurci ’’ Una breve hircoriJ d«I «apii aJismo7 I

' Lección para el futuro: ningún imperio, por muy eterno quc 'ii! ’ la costa del nc›roestc de la lndia. Un poco irás adelante, la
British parezca, puede durar siempre. ' test India Company, que administraba Csos territorios pata su clni-
En otras partes de Europa, las burguesías mostraban su des- - co y exclusix o beneficio, estableció factorías comerciales pcrma
contento y reclamaban libertades; empezó a desarrollarse el necio- ’;q nentes en Madras. Bombay y Calcuta. Los ejércitos ingleses hicieron
nalismo. Una señal precursora que no engaña: los príncipes de to- ›’s .• otro tanto en América del Norte. Inglaterra importaba entonces de
das las cortes- Mc Europa ex igían ahora a sus músicos que eligieran , , aus colonias tcdcs los prucluctos posibles (lara, algodón, seda, cur-
para sus operas libretos escritos en su )engua nacional y no en ita • ro, estaño, tabaco, arroz, indigo) a muy bajo precio y, a continua-
liano, como había sido costumbre hanta ese momento. La m(isÍCa, cióti, los devolvía, a alto precio. en forma de prendas de vestir y ob-
anunciadora del futuro. ’ jetos preciosos.
En 1776, las colonias británicas me América se dec1arat'on inde- . En 1689, htibo un terremoto ¡Político en Londres: los príncipes
pendientes; en 1781. la marina francesa. por una vez eficaz. petmi- " .- .i reales, María v €iiiJlermo de Orange (educados ptir el Parlamento
tió que los insurrectos americanos ganaran la batalla de Á’orktoivn. ' ” tres el asesinato de su abuelo, Carlos 1, y, más tarde, de su madre,
En Europa, los pueblos hambrientos mostraban su descontento. EL :* * ,.. María Estuardo, )' devueltos al trono tras la dictadura de Crom-
el continente, la guerra amenazaba por doquier. Los armadores, se- . : iwll), otorgaron al Parlamento, libremente elegido por la burpuc-
guidos por los financieros holandeses más importantes, abandona- ats, el derecho de fisca1izacié›n en los asuntos públicos. Quedaba
ron entonces los Países Bajos para establecerse en Londres, que se' *-' así promulgada, tras los primeros esbozos holandeses, el acta de
había convertido en la ciudad mas seyura y mas dinamica. *- nacimiento de la democracia moderna: el Parlamento votaba las le-
Como siempre, el declive de un «corazón» queda ratificado bor ' , garantizaba las libertades individuales y autorizaba al rey a re-
una crisis financiera. En 1755, los bancos de los Países Bajos quebra- d.’ Pintar tropas y a hacer la guerra. Inglaterra es la primera detnocra-
ron; en vísperas de la Revolución Francesa, el «corazón» del capita- de mercado.
lismo cruzó definitivamente el mar dcl Norte para instalarse en Lon- Ese mismo año, en Londres, John Locke pubficó un Tratado so-
dres, donde democracia y mercado progrcsaban al mismo ritmo. .. bre el gobi’Prno, donde ex ponía esa teoría del gobicrno democráti-
_éo y presentada la libertad individual como un derecho natural e
.. inalienable. Ese mismo aito, en Francia, nace Montesquieu, que
: " elaboiaría la teoría sobre la separación de los poderes y la libertad
” • política. A partir de entonces, las naciones se construirían en torno
Desde el siglo Xvi. Inglaterra dominaba las tecnologías del teji-” " .:: á’ un ideal de igualdad. las diferencias, sin embargo, aunque mal
do de la lana, la cxtracción del carbíín y la fabricación del cristal. vistas por la democracia, seguirían siendo necesarias pata el merea-
La abundancia che ríos, que servían principalmente dc fuentes de „ . , Jo. EL ideal judcu-griego continuaba cxtendicndo su imperio.
energía, favorecía, en cl Lancashire, la mecanización del hJado "’ .- '- En el siglo xvi ii, la riqueza de Gran Bretaña fue aumentando y
de una nueva materia textil, rival de la lana: el algodón, cono- ”,, se pm}'ectó en el naundoi sus intercambios exteriores se multiplica-
cido desde hacía ya mucho tiempo en F.uropa y redcscubierto Jx›r los ron ¡x›r seis: la J›articipacicin de las exportaciones sobre su renta
1flg)CfiCS Cn la Jndia. Para disponer de esta fibra vegeta), en lo suce- nscicn:il se triplicó , liberando un excedente c)ue financió la moder-
sivo tan estratégica como el oro y la [Plata del Perú, la Compañía in- iiizació n de su industria y desarrolló una nueva clase creativa, bur-
pJesa de las Indias se hizo con el control de la India, de América del ' guesa e industrial.
Norte y del sur de Asia, tierras algodoneras. El primer puesto in- ’° -., ’t Como en el caso de los «corazones» anteriores, esta toma del
Jés de avanzada en el sur de Asia se estableció en 1f›19 en Surat, en : pr›der mundial por parte de los comei ciantes bi itá nicos era tre-
72 Breve histor‹, del fururo
Una btevc historia del 73

mendamente voluntarista. En 1754, a raíz de sin concurso organi-


zado por el Parlamento, un carpintero-relojero inglés, John Harri- cino y a la quinta parte de la de los Países Bajos, poseía entonces
son, paso a punto el primer cronó metro de marina; pesaba 32,5 na marina de guerra igual a la de Francia.
kilos. Esta importante invenció n, muy deseada por el poder políti- Al finalizar el siglo xviit, la mayor parte de la lana inglesa se se-
guía tiñ endo en Flandes y en las Provincias Unidas y el comercio de
co, mejoró notablemente la localizació n de los barcos y, por tanto,
IOS ]9foductos f›ritá nicos estaba todavía parcialmente controlado
permitió reducir la duració n de los viajes transoceá nicos. El cro-
nó metro le concedió pues a Gran Bretañ a el dominio del mar por los holandeses.
Y, sin embargo, a lo largo de veinte arios, entre 1790 y 1810,
abierto y facilitó una explotació n sistemá tica del resto del mundo.
mientras el continente se veía asolado, Londres fue haciéndose con
En 1757, las tropas de la Compañ ía inglesa de las Indias Orienta-
el dominio del mundo. Una vez más, mientras un país intenta de-
les tomaron el control cie Bengala e impusieron a los artesanos
rribar a otro, el mercado le otorga el poder a un tercero. Una vez
bengalíes unos precios tan bajos por su algodó n que e) hambre
mas, un COnf)Jcto determina brutalmente una sucesió n que se con-
mató a casi 10 millones de personas. Tras tres guerras con Holan-
sideraba imposible. Una vez má s, al igual que en las cinco mutacio-
da, los ingleses se hicieron por fin con el control total de los mares;
nes precedentes, esta transmisió n del poder entre dos puertos em-
en particular, el del comercio de los metales preciosos de Améri-
pieza en el á mbito rura).
ca, que los holandeses habían arrebatado a los españ oles hacía ya Pues la tierra seguía proporcionandolo todo: alimentos, ropas,
150 añ os. herramientas, madera para producir energia y construir barcos. Es
En 1776, añ o en que Adam Smith publicó el primer libro de re- ahí también donde se producía la renta territorial que la
ferencia sobre la economía de mercado ‹Investigación sobre la na- industria y generaba los primeros beneficios. En 1768, una nuev’a
tur‹ileza y c‹su.ret de fr riqueza de las ) , Inglaterra tuvo que máquina de tejer, inventada por Richard Arkwright y que funcio-
renunciar a su soberanía sobre una parte de América del Norte y naba con la energía de la corriente de los ríos, mejoró aíín má s es-
conservó ú nicamente lo que le importaba de verdad: el algodó n pectaculnrmen te la productividad de la industria textil.
—y los esclavos que aseguraban su producció n a bajo coste—. E) Sin embargo, en lnglaterra la falta de energía era todavía mó s
gobierno de William Pitt enderezó la situació n econó mica del país penosa que en los Países Bajos: los pocos bosques de los que dis-
aplicando la doctrina de Adam Smith; en 1786, firmó incluso un ponía debía conservarlos como oro en pañ o para el armamento na-
tratado de libre cambio con su mayor rival, Francia. Val, absolutamente estratégico; y, como no tenía alta montañ a, no
Inglaterra, en apariencia inmutable, estaba en realidad soterra- disponía de torrentes.
damente conmocionada: los caropos empezaban a aiiimarse con la Para encontrar la energía que le faltaba, la genlry recurrió a la
privatizació n de las tierras comunales; las carreteras, gracias a las innovación tecnológica aportada por Denis Papin, un francés al
nuevas leyes sobre los pobres, eran cada vez má s seguras; las anti- que, debido a la abundancia de los bosques franceses, no escucha-
guas élites se venían abajo; una nueva clase creativa, la gentry, inte- ron en París: era la máquina de vapor. Patentada por el inglés Ja-
grada por nobles sin tierras, tomó las riendas, y una aristocracia mi- mes Watt, en un principio permitió a los ingleses extraer el carbó n
nú scula acabó controlando la totalidacl de la renta territorial. Todo de su suelo y utilizarlo para alimentar las nuevas maquinas de tejer
inglés empezó a pagar entonces el impuesto indirecto, mientras que Edmund Cartwright inventó en 1789. En diez añ os, la produc-
que, en Francia, la talla, un irripuesto directo, só lo lo pagaba el ter- tividad del hilado del algodó n se multiplicó por diez. La idea de la
cer Estado. má quina había triunfado; hasta el punto de que, en 1812, Ifiglnte-
Inglaterra, pese a que su població n era tres veces inferior a la de rra llegó a declarar teo de muerte a qulen destruyera una maquina
Fran.cia y su renta per capi!a no llegaba a la mitad de la del país ve- industrial.
,.. ’

74Breve historia del hJturo •..,* Una brcve historia clef capitalismo7§

Lecció n para el futuro: la carencia es to que fuerza a ir en bus- Durante esta época, los nuevos Estados Unidos de America
ca de una nueva riqueza. Para los ambiciosos, la escasez es una ben- , . -' acogicron a rrúllones de inmigrantes que huían de una Europa en
dición. Otra lección: no importa quién invente una tecnología, lo \'' - ü!-ț..ğtÍërra hacia una tierra sin memoria que, poco a poco, iba desem-
importante es estar en situación —cultural y política— para poder \- ' bärazándose de sus indígenas: una situación ideal para construir
desarrö l)ar1a. . ‘ ; allí una democracia de mercado, sin rentistas ni señ ores, entera-
Y Francia habría podido, una vez mas, convertirse en el rival de * ' mćnte al servicio de los comerciantes.
Inglaterra. Hacia 1780 tenía los ingenieros, los mercados, las tecni- - ’’ . En 1803, mientras se preparaba el desembarco francés en In-
cas, y la libertad intelectual necesarios para ello. Pero, aun cuando jJaterra, Napoleón transformó Francia en una economía de guerra y-
le hablaba al mundo de libertades, no poseía ni un puerto impor- ’. vendió Luisiana a Estados Unidos por 15 millones de dólares; ese
tante, ni una marina eficaz, ni apetencia por las elites extranjeras, ni " “ 'miimo año, el emperador rechazó un invento que le presentó un
tampoco curiosidad por las má quinas industriales. Pese a los idea- " ífiecánico americano, Robert Fulton: el uso del vapor para mover
les de la Ilustració n, Francia siguió dominada por una casta territo- iiiiã rueda de barco. Napoleón no vio en ello posibilidades de uso
rial y burocrática que monopolizaba la renta agrícola sin orientarls iitllitar. En 1807, mientras se desarrollabari las batallas dc EyJau
y
hacia la innovación. En lugar de dedicar sus escasos recursos a )a . I de FtiedJand, Fulton, de nuevo en Estados Unidos, construyó allí
construcció n de una industria, la monarquía francesa prefirió pet- . ' 'ț,. el primer Varco de vapor, e1 Clermont. Los ingleses se apoderaron
judicar a la inglesa respaldando la iridependencia de una parte de : .” de inrnediato del invert to. En 1814, en plena guerra contra el ago-
las colour as americanas. En 1778, cuando Francia estaba ya agota- ' , , ”dizante Imperio francés, Stephenson construyó en Londres la pri-
da por las guerras, y a punto de enfrentarse a un período de seq(iía, , íòefa locomotora. Ironía de la historia: la primera potencia naval
estallaron en París primero una crisis financiera y, a continuación, - w del luundo iba a revolucionar los transportes terrestres.
una crisis alimentaria. -. : ,: - '“El final de Jas guerras napoleónicas abrió de nuevo el contirien-
A partir de 1789, con la Revolució n Francesa, dedicada pot;“ ; - fè europeo a los productos ingleses. Londres ya era entonces una
completo a liberar a Europa de los emperadores, los pocos comer- ' -. tiudad muy grande, en la que habitaba la cuarta parte de la pobla-
ciantes del país huyeron al extranjero. En 1798, el último de los ”. ..’.’ ón del país. Fue allí donde, en 1815, el banco de los Rothschild,
ciento veinte due de la historia de Venecia abdicó por orden del ge- '’’'::*. la. primera estructura financiera multinacional, procedente de
neral Bonaparte y los ííltimos financieros franceses se establecieron ÿ;. :.;.Trã0cfort, impuso su arte de los mercados y, en virtud deJ ahorro
en Londres. ,.europeo, bizo posible (inanciar la siderurgia, el ferrocarril y los bar-
También en este caso la adversidad fue, para eJ futuro : dos de metal ingleses.
zõn», una oportunidad: la Revolución Francesa, que dejó a Ingla- i- En 1821 se pone en funcionamiento en los aledań os de Londres ''-
terra fuera del mercado continental, incitó a los comerciantes bri : ' */-' İd primera Jínea de ferrocarril.
tánicos a ampliar su horizonte. Y este pequeiio país, entonces casi ”. . ',:{,i En 1825 , en Gran Bretañ a, el valor añ adido industria) de un
tan poco poblado y tan pobre como Irlanda, totalmente volcado en „ ' ‘país siiperó por primera Vez en la Historia e1 de su agriculrura (en
un ambicioso proyecto, como todos los «corazones» anteriores, y Prusia, este giro no tendría lugar hasta 1865; en Estados Unidos,
equipado con la mayor flota del mundo, se puso a producir para to- ł869; y en Francia, en 18751. Mientras que, a comienzos del si-
dos los mercados del mundo En lo sucesivo, la mayoría de los '
pita[es europeos se manejarían desde Londres, a cubierto de POS
conflictos: en veinte años, la libra sustituyó at florín holandés y se
convirtió en la primera moneda del comercio mundial.
'.. ğJo xix, la aJńnentación representaba mas del 90 % de los gastos de
eöniumo de los britanicos, en 1855 no llegaba a los dos tercios, y la
cántidad que se destinaba a la vestimenta, en cambio, se había du-
”” Țj)J¢adn en ese medio sigJo.
Breve historia del futuro
fina breve historia Jel cagita!Jsmo 77

Entre 1800 y 1855, el precio de coste de los tejidos de algodon E) progreso todavía pasaba por la aceleració n de los vi ej es: en
inglés se dividió por cinco, mientras que la producció n se 1850, el vapor empezó a reemplazar )a vela en el transporte de via-
mult1pli- có por cincuenta. Las cotonadas, que en 1800 no jtros,mercancias e información. El telégrafo se encargó de agilizar
representaban má s que un tercio de las exportaciones inglesas, en la transmisió n de esta ííltima. Ambos inventos aceleraron la mun-
lS55 consti- tuían ya el 50 %.
en marcha desde el inicio del Orden mercantil; la vuel-
El empleo industrial, sin embargo, seguía siendo una actividad ta al mundo estaría en lo sucesivo al alcance de los ejércitos, de los
marginal: en 1855, los obreros no representaban mfis que el tercer comerciantes e incluso de los primeros turistas.
grupo de los ingleses, por detrá s de los campesinos y La democracia progresaba con el mezcaóo: en Gran Bretaíia, al
los empleados domésticos. Aun cuando las tres cuartas partes de igual que en Francia y en algunos escasos países de Europa y Amé-
los obreros de la textil inglesa eran mujeres y niilos, la ma- rica, cl nú mero de burgueses autorizados a votar fue aumentando
yor parte de las mujeres no petcibían salario alguno y seguían en- pOCo a poco. Lecció n para el futuro: el Estado autoritario crea el
cargá ndose de las tareas del hogar, contribuyendo con ello a man- mercado, que a su vez crea la democracia.
tener en la ciudad un cierto modo de vida rural. Encargarse del Por vez primera, el «corazó n» del Orden mercantil era también
hogar: funció n muy importante, estratégica, con peso en la rentabi- la capital del imperio que dominaba política y mílitarmente. Los
lidad de la economía, y que un siglo más tarde será parcialmente k- Países Bajos habían empezado su cleclive; Francia y Alemania se
dusttializada. quedaron en el «entorno», donde se instaló también Estados Uni-
En ese momento, la eficacia del «corazó n» era tal que los im- dos después del descubrimiento de las minas de oro de Cali(ornia.
puestos britá nicos pudieron bajar hasta el punto de que, mientras El Ordc'n mercantil penetró aú n má s en Asia: a partir de 1857, los
en 1820 representaban un tercio de la renta nacional, en 18ú 0, no ejércitos britá nicos sustituyeron la Compañ ía de las Indias Orien-
eran mds que la décima parte. tales y asumieron así directamente el control de la India. En 1860,
Esta sexta forma del Orden mercantil, como las cinco prece- los ejércitos ingleses asolaron China para vender alh opio, y consi-
dentes, transforma servicios nuevos en productos industriales, y guieron Hong Kong y otras «concesiones». Ocho añ os má s tarcle,
nuevos camPesinos en asalariados precarios; concentra cada vez Japó n, que no quería sufrir la misma suerte, decidió imitar a Occi-
mas riquezas en cada vez menos manos; y suscita mayores liberta- dente y, de la noche a la mañ ana, transformó a los siervos en obre-
des para los ciudadanos y los consumidores, y mayores alienaciones ros urbanos.
para los trabajadores. A partir del aito siguiente, con la apertura del canal de Suez, los
La proletarizació n de los campesinos. lniciada con la privatiza- soldados y, má s adelante, también los comerciantes britá nicos pu-
ció n de la tierra comunal, se aceleró . Para vigilar y controlar los dieron trasladarse a Oriente aú n con mayor rapidez, para así des-
movimientos de obreros y revolucionarios aparecieron los docu- truir, también con mayor rapidez, la industria textil india e impo-
mentos de identidad: quienes trabajaban se voJvieron en lo sucesivo ner, en nombre de la libertad comercial y la democracia, lo que era
tan peligrosos como los desempleados. Las condiciones de trabajo bueno para la industria ritanica.
de los obreros eran peores que las de los campesinos y artesanos: en Como todos los «corazones» precedentes, Londres.se convirtió
la ciudad, mas de uno de cada tres niiios moría de hambre o vícti- en el lugar donde se daban cita todos los innovadores, creadores,
ma de alguna enfermedad antes de cumplir los 5 aíios; ése fue el industriales, exploradores, financieros, intelectuales y artistas del
caso de tres de los seis hijos de un refugiado político aleman mundo, desde Dickens hasta Marx, desde Darwin hasta Turner.
recién desembarcado en Londres tras el fracaso de la Revolució n de Pero Londres se cansó de su propia dominació n; primero, el
1848: país pareció asustarse de la velocidad terrestre: en 1865, la Loco-
arl Ma
Una breve hisroris clel capitalismo 79
¿:.•. ;‘’
motive Act redujo la velocidad autorizada de los trenes a 2 uu‘lla.s “ „ El modo de transporte de la energía y de la información, cuyas
por hora en la ciudad y a 4 zzziJñ i por hora en campo abierto. Pero , • • mutaciones ya habían acelerado varias veces el curso de la Historia,
no era eso lo má s grave: en Estados Unidos, tras la guerra de Sece- Eoston. '

*’ sió n, se liberó a los esclavos y el precio del algodó n que los ingleses "
compraban a los Estados del Sur subió . La City, centro financiero
del mundo desde 1790, se rio también amenazada por el nacimien-
to de nuevos bancos en Estados Unidos. La misma amenaza ex-
perimentó la libra ante el dó lar. Para mantener su poder, la banca ".
d tuvo que recurrir a la especulación para mantener su renta-
br
A partir de 1880, los rivales prusianos, franceses y norteameri-
canos empezaron a ser mas insistentes: nuevas tecnologías y nota-
i! bles descubrimientos desencadenaron en Londres una
especulación bursátil
‹burbuja» se la hiunk que, en 1882, provocó quiebta-á
bancarias en )a City. Lección para el futuro: una vez más, la quiebra
del lugar financiero dominante ratifica el final de un «corazón». :
Por primera vez, no había ningún puerto, ninguna nación de
Europa que estuviera en situación de tomar el relevo de Londres, .
aun cuando Prusia, que reunía toda Alemania a su alrededor, se ha-.
bía convertido en una gran potencia, y aun cuando Francia conti-°’
nuaba aspirando a serlo. '“
El «corazón» prosiguió el periplo que en el siglo xiii había ini-
ciado hacia el oeste, y atravesó el Adantico: tras un siglo de domi-
nación, Londres cedió su lugar a Boston.

El caballo le dio a Asia central el poder frente a Mesopotatnia;


el timó n de codaste llevó dicho poder a Europa; la galera permitió
que Venecia supcrara a Brujas; la imprenta fue para Amberes la.'
clave del triunfo; la carabela posibilitó el descubrimiento de Amé- .
rica; la maquina de vapor le dio el éxito a Londres. Una nui
fuente de energía (el petró leo), un nuevo motor (de explosió n) y un
nuevo objeto industrial (el automó vil) conferirían el poder a la
Costa Este de Estados Unidos y a su ciudad entonces dominante,
' te presentaría de ahora en adelante como una maquina, como un p xlucto
industrial de masas para uso privado, sustituto del caba-
cho, 1s carroza, la diligencia e incluso el ferrocaii J.
“-Francia. por tanto, parecía tener, por tercera vez, la ocasió n de
dvertirse en el «corazón»: disponía, en efecto, de una excelente
. féd viaria heredada de la monarquía; y, sobre todo, estaba en la ”,If4bgoardia
de la innos›ación técnica: había sido un francés, Alphonse jim de Rochas. quien
en 1862 había inventado el vehículo auto-
, lRóVil equipado con un motor de explosión.
!Sin embargo, fue en Estados Unidos donde se instaló el nuevo
\-Jcorazún»: mientras que Europa, y, en particular, Francia, no veía automóvil
mas que un vago sustituto de la carroza, los colo- americanos,
acosnimbrados a ir sobre ruedas desde los inicios
-: e la conquista del Oeste, obsesionados por reducir la duración de es,trayectos
interiores, de naturaleza emprendedora y caracter in- ‘ddualista, e incapaces
por tanto de aceptar el tren, eran los que
.- ejor situados estaban para hacer del vehículo automó vil un pro- ' íl ticto
fabricado en serie. Por lo demá s, la ausencia de tradició n ar- naJ les permitía
aceptar con mayor facilidad eJ trabajo en cade-
* a›que requería la producció n masiva.
•Boston sería el primer centro de ese capitalismo estadounidense.
- En el siglo xvii, un grupo de puritanos procedentes de Inglate-
d. flecretaron que tener éxito materia) nos demuestra que forma-
-blues parte de los elegidos de Dios, y que, por tanto, tenemos acce- @ at
paraíso. En otras palabras, hacer fortuna era noble; y era
' .. t1ricliJso mor&lmente respetable alardear de ser rico.
.Boston se convirtió entonces en el primer puerto de América; portaba
ron. pescado. sa) y tabaco. A principios del siglo xix, la ' noreste de
Estados Unidos era el mayor centro mariufactu- O del continente: allí se
fabricaban prendas de vestir, se trabaja-
r Il cuero, se producían maquinas; era también ahí donde se con-
: 'fitraba la industria pesquera; en 1855 empezó a extenderse la ióquietud
por la desaparición de las ballenas y, por tanto, por el de escasez de
aceite. Por aquel entonces se instaló en la re-
d ión toto lo que un «corazón» necesita: la banca en Nueva York, y
80 Breve historia del futuro ' Una breve historia del capitalismo 81

la marina y la industria entre Boston y Chicago, pasando por Balti- . -’ El motor de explosión empezó a utilizarse en EstadOs UrlidOS
more, Detroit y Filadelfia. Allí se desarrollaron un sinnúmero de :° en 1880 (trece años después de su invención en Francia) en maqui-
importantes inventos —en su mayoría llegados de Europa—, entre Ú' nas-herramienta. Luego, hacia 1890, se empleó en lo que llegaría a
ellos la lámpara eléctrica y el gramófono de Thomas Edison, y el te- . ' ter el automóvil, y en los primeros aeroplanos. En 1897, se inaugu-
léfono, inventado por un inmigrante italiano y explotado comercial' . -!/ tó en Boston el primer metro de América del Norte. En 1898, en
mente en Estados Unidos en 1877, dos anos antes que en Francia. Estados Unidos existían ya cincuenta marcas de automóviles. Entre
A diferencia de todas las detras posibles grandes potencias y de 1904 y 1908 se crearon otras 241 marcas, entre ellas la de Henry
todos los «corazones» precedentes, Estados Unidos no tenía en su //: Ford, en junio de 1903, en Detroit. Este ingeniero, antiguo emple-
propio continente ningún rival creíble. Podía, por tanto, intervenir ., - ado de la compañía de alumbrado de Thomas Edison, vendería
libremente a nivel mundial, sin riesgos ni amenazas para su propio ., /. 1.700 vehículos el primer año.
territorio. No tardó en controlar toda América Latina y parte de {* La industr.ia del automóvil el conjunto del país: fo-
Asia, desde Filipinas hasta Corea. ’ mentó , hacia arriba, el desarrollo de acerías, minas, vidrierías y
Allí, además, esta evolución conectaba perfectamente con la compañ ías petroleras, y, hacia abajo, la expansió n de las carreteras,
historia del Orden mercantil, que siempre se extiende allí dotide de la banca y del comercio. También empezó a esbozarse una nue-
un pasado sedentario no frena la movilidad que dicho Orden exi- va forma de alienación en el trabajo en cadena.
ge; allí donde una burguesía puede tomar el poder sin guillotinar a“ ;‹ ' • Sin embargo, en 1907,1os fabricantes franceses de automóviles
una nobleza '” " se8uían dominando el mercado mundial: ese nio produjeron 25.000
A partir de 1880, coincidiendo con la decadencia de Gran Bie- - (es decir, tantos como Estados Unidos y diez veces m.as que Ingla-
tañ a, una terrible recesió n hizo estragos en el norte de Europa, , : terra); dos tercios de los automóviles exportados en el mundo se-
desde Islandia hasta Polonia, y provocó el movimiento de pobla guían siendo franceses.
ción mias formidable de la Historia desde los inicios de la vida se- • /.Í Todo cambió de manera muy brusca entre 1908 y 1914: en Es-
dentaria: entre 1880 y 1914, 15 millones de europeos, es decit, td ':, tados Unidos, la fabricació n en cadena del modelo «T» redujo e)
quinta parte de la població n del continente y un tercio de lo, s aho- ’.,Aprecio del vehículo a la mitad. En Francia, aún fascinada Or los
rros del mundos, emigran hacia el continente americano. ¡ Algo así , - , ideales del Antiguo Régimen, la industria del automó vil seguía con-
como si, actualmente, toda la població n de Francia, Bélgica y los .‹ " liderando los coches como objetos de lujo, y los diseñaba como ca-
Países Bajos abandonaran Europa en un período de treinta y cine , rrozas. Por otra parte, cuando apareció en París el primer mercado
co añ os! \' de masas, el de los taxis, LouiS Renault y sus obreros, antiguos em-
Gracias a largas y violentas luchas sociales, la nueva clase obre-
pleados de la industria de los coches de caballos, se negaron a fa-
ra estadounidense consiguió tener salarios menos miserables, lo bricarlos en serie.
cual le adquirir bienes bá sicos, alimentarios y textiles, y, En 1914, Francia producía ya once veces menos que Estados
por tanto, enriquecer a la burguesía, que se convirtió en cliente de . Unidos: hacía sólo siete años, en cambio, fabricaba el mismo nú-
la naciente industria automovilística. ttú to de automó viics. Ford producía 250.000 coches y poseía
Por lo demas, todo en lo sucesivo en torno a esta nuevo :i"' aproximadamente la mitad del mercado estadounidense; Inglate-
industria, instrumento de una nueva libertad individtia). Y todo›se
_y rra, en redada en su imperio, incapaz de superar su propia crisis
estructuraría en torno a una nueva burguesía bostoniana, tan bien ñfinanciera, rio producía más que 34.000 vehículos; Alemania,
descrita por Herí ry James, y cuyos valores retrata perfectamente.la
23.000, Francia, 45.000 y Estados Unidos, 485.000. La suerte esta-
pintura de James Whisder. .‹'„.
82 Breve historia clel futuro Una breve historia cd 1 apitalismi 85

El motor del crecimiento iba a ser en lo sucesivo claramente es- Pero tanto en Estados Unidos como en Eui‘opa aumentaban los
tadounidense: automovilístico y petrolero. El mercado mundial se costes de producció n, los salarios se elevaban, los uidices de rentabiii
abrió cada vez mas, y la democracia progresaba en todas partes con dad bajaban; la visió n del futuro se enturbiaba, la demanda se venía aba-
el mercado. En 1912, má s del 12 % del PIB mundial provenía del jo, las inversiones se estancaban, aparecía el desempleo, se endurecía la
comercio exterior. Ese mismo aito, la ííltima dinastía china, los protecció n, la libertad retrocedia. La mnstitució n, en 1928, de un cártel
Qing, desapareció y fue reemplazada por una repú blica. de las grandes compañ ías petroleras, las «siete hermanas», aumentó el
En ocasiones, estos fuertes crecimientos crean tensiones y riva- precio de la gasolina y, como consecuencia, la producció n de auto
lidades por el control de los mercados y de las fuentes de abasteci- móviles se vino abajo y se desencadenó la «Gran Crisis»: la for
miento. En 1914, una guerra que parecía salida de otro tiempo ce- ma tocaba a su fin mientras la octava empezaba ya a levantar e) vuelo.
rró de nuevo las fronteras. Era como si los comerciantes ingleses,
franceses y alemanes se estuvieran disputando un poder que de he-
cho ya no les pertenecía. El petró leo condicionaba la suerte de las NUEVA OltK, 1929-1980: LA VtCTORIA ELECTR ICA
armas y moldeaba la posguerra: mientras millones de hombres mo-
rían en las trincheras, el acuerdo Picot-Sykes de mayo de 1916 pre- El nacimiento de una octava forma, conto el de las siete ante
tendía dividir Oriente Pró ximo, propiedad del Imperio otomano, riores, requería la reunió n de las condiciones culturales, politicas,
aliado de los alemanes, entre las dos grandes potencias europeas; sociales y econó micas necesarias para reemplazar servicios. de
Estados Unidof .entró en el conflicto para poder participar en el pago o gratuitos, por má quinas nuevas producidas en serie: tras la
reparto de las reservas de Oriente Pró ximo. industrializació n de la producció n agrícola, de la ropa y del trans-
Cuando el conflicto terminó con una epidemia de gripe y una porte, el motor eléctrico vino a sustituir, mediante aparatos elec-
revolució n comunista en Rusia y Alemania, la Primera Guerra trodomésticos, los servicios domésticos prestados por las amas de
Mundial había acelerado el desplazamiento del poder hacia Esta- casa y las empleadas de hogar.
dos Unidos, del mismo modo que las guerras napoleó nicas habían Como en cada mutació n anterior, la octava crisis del Orden
asegurado la victoria de Gran Bretañ a. Lecció n de la Historia: el mercantil se resolvió mucho antes, incluso, que su desencadena-
vencedor de toda guerra es quien no la libra o, en todo caso, quien miento: la victoria de la electricidad había empezado ya a ganat’se a
no lucha en su propio territorio. finales del siglo xix. Lecció n para el futuro: el tiempo que separa
E agotamiento de los europeos asentó así el poderío de la Costa una innovació n, incluso socialmente necesaria, de su generaliza-
Este de Estados Unidos, desde Washington hasta Chicago, desde ció n, gira siempre en torno a medio siglo.
Nueva York hasta Boston. Fottalecida por la guerra, la industria del Gracias al pequeñ o motor eléctrico que Nicolas Tesla inventó
automó vil triunfó . Aparecieron nuevas tecnologías, como la radio y el en 1889, empezó a utilizarse la energía eléctrica para mejorar la
motor eléctrico. En 1919, el tratado de Versalles, cuyo apartado eco- productividad de las máquinas anteriores, como las máquinas agrí-
nó mico fue redactado en su mayor parte por financieros norteameri- colas e industriales y el automó vil. Con Thomas Edison llegó la se-
canos, redibujó el mapa europeo. Dividió el Imperio otomano en pe- gunda aplicació n de esa energía: el alumbrado. A finales del siglo
’dazos imposibles de manejar, aprobó la creació n de la Unió n Soviética xix, las principales ciudades estadounidenses estaban ya alumbra-
e impuso una carga insuperable a la Alemania vencida. El todopode- das y se volvieron más seguras; a partir de 1906, el Estado federal
roso presidente estadounidense podía incluso intentar hnponer reglas se encargó de la creació n de una red eléctrica nacional.
para evitar otra guerra, mediante la creació n de una «Sociedad de Na- El motor eléctrico posibilitó mas adelante la instalació n de as-
ciones», primer embrió n de un É usorio gobierno mundial. censores y, por tanto, la construcció n de rascacielos, favoreciendo
84 Breve historia ctel futuro
Una bre v< histeria del ‘:opir.\lisn1o 8J

con ello el urbanismo vertical, cuyo gran arquitecto sería Frank


titujendo progresivamente a los empleados del hogar, en su mayo-
Lloyd Wright. El motor eléctrico participó así indirectamente en la
ría de color, herederos de los esclavos recientemente emancipados:
emigració n rural y en la reducció n del tamañ o de la familia, crean- su nú mero cayó en picado, de 4 millones en 1920 a 300.000 en
do un mercado para las má quinas que permitirían reemplazar, en 1940; los demá s pasaron a engrosar las cifras del paro. En 1935. el
unos apartamentos que se habían vuelto exiguos, una parte del Congreso votó la Public Utility Holding Company Act, cuyo obje-
tra- bajo doméstico (limpieza, conservació n, cocina y distracció n) tivo era permitir a las ciudades el acceso a una energía eléctrica de
por objetos fabricados en serie (baíiera, lavabo, lavadora, bajo coste para poder utilizar esas nuevas máquinas.
frigorífico, cocina, radio y, má s adelante, televisió n). Esta octava reorganizació n de la forma mercantil, esta vez en
Carente de tradició n rural, Estados Unidos se encontraba par- torno a la familia má s cercana, se adaptó particularmente a la ló gi-
ticularmente bien situado para lograr esta mutació n hacia la ciudad ca social estadounidense; llegó también a Europa coincidiendo con
gigante. Los perió dicos femeninos y el movimiento feminista pre- las crispaciones dictatoriales de Italia, Españ a y Alemania: la fami-
pasaban también allí —y mejor que en otras partes— a las mujeres lia estaba también en el corazó n del proyecto fascista y nazi. En
para la aceptació n de su condició n de consumidoras. Ademá s, la 1935, la producció n industrial de Alemania era netamente superior
publicidad, incipiente, recordaba sin cesar a la mujer, a veces de incluso a la de Francia, Bretaíia y Estados Unidos. Entre
manera muy explícita, su supuesta «relació n particular» con las ta- 1933 y 1938, su producció n de acero, cemento y aluminio se tri-
reas de limpieza: con el pretexto de «liberar» a la mujer, el merca- plicó . Pero, como Alemania necesitaba mano de obra, petró leo,
do procJamaba su alteració n. materias primas y tierras agrícolas, y el comercio no podía propor-
Como las precedentes, esta octava forma transforma a nuevos cionarselos en cantidades suficientes, la guerra le resultaba indis-
campesinos y artesanos en asalariados precarios ; concentra cada pensable. El modelo soviético, que tenía al lado, parecía asimismo
vez má s las riquezas en un nú mero reducido de manos; revolucio- conseguir organizarse como una economía de guerra sin que nadie
na la condició n femenina; hace surgir grandes ltbertades para los pudiera verificar las estadísticas publicadas por su propaganda.
consumidores y los ciudadanos, y nuevas alienaciones para los tra- La guerra, deseada también esta segunda vez por Alemania,
bajadores. ayudó de nuevo a Estados Unidos, a salvo en su propio territorio, a
En 1910, el motor eléctrico sirvió primero para accionar venti- controlar las tecnologías y las producciones necesarias para la in-
ladores y, luego, aparatos de radio, al principio de uso militar. En dustria y las finanzas, en lo sucesivo asentadas en Nueva York.
1920, aparecieron las primeras lavadoras y los primeros frigorífi- Una vez má s, la energía desempeñ ó un papel clave: Hitler se di-
cos. La mitad de los hogares estadounidenses estaban electrifica- rigió hacia Stalingrado, una vez roto el pacto germano-soviético
dos y disponían de agtia corriente. y a veces incluso de gas; el cuar- que le había asegurado el petró leo necesario para sus primeras vic-
to de bañ o se convirtió en un elemento del confort de la clase torias, con el fin de llegar hasta las reservas de petró leo del Caucaso.
media. Por aquel entonces, el Federal Water Power Act estableció Japó n atacó Pearl Harbor en diciembre de 1941 por el embargo
un control de las fuentes de energía hidrá ulica. En 1921, la indus-
que pesaba sobre sus abastecimientos petrolííeros. Y, finalmente,
tria estadounidense produjo 2,5 millones de aparatos sanitarios; en al volver de Yalta en febrero de 1945, Roosevelt recuperó de las ma-
1925, el doble. En 1930, el 80 % de los hogares norteamericanos nos de Gran Bretañ a Arabia Saudita, donde se encontraban las pri-
estaban electrificados. La producció n de aparatos sanitarios, ape- meras reservas mundiales del oro negro.
nas ralentizada por la crisis de 1929, alcanzó los 3,5 millones de Cuando concluyó esta nueva guerra mundial que causó
unidades en 1941, y la venta de aparatos de televisió n y frigoríficos, alrede- dor de 50 millones de muertos, es decir, cinco veces más que
pese a la Gran Crisis, se disparó . Los electrodomésticos fueron sus- Ja pri- mera, el mundo estaba totalmente transformado: había
aparecido
8G Breve historia del futuro
Una breve hisc ›ria del mo 87

el arma nuclear; había tenido lugar la Shoah ; Orîente Pró xirno ha- anual, Gran Bretañ a, Francía y Alemania, exangü es desde la Se-
bía quedado dÍvidido en diez Estados; el coinunismo estaba triun- gunda Guerra Mundial, intentabari rehacer el camino perdido, en
tando. Se creó entonces de nuevo una octava forma mercantil en parte gracias a la ayuda estadounidense. El PIB de Japó n pasó de
una mitad del mundo, en la que se incluyeron las antiguas dictadu- 300 dó lares per Capita erl 1956, a 12.000 dó lares en 1980. Fuera
ras fascistas y nazis, mientras la otra mitad, desde Budapest hasta de Europa, el mundo parecía estar perfectamente controlado, bien
Pekín, entraba en la ó rbita de la Unió n Soviética. Comenzó enton- por la URSS, bien por Estados Unidos: por ejemplo, cuando, en
ces la «guerra fría» entre los antiguos aliados. 1954, el Primer ministro iraní Mohammed Mossadegh nacionalizó
Esta vez, la nueva forma mercantJ se centró en torno a Nueva el petró leo persa, fue destituido de inmediato por un golpe de Es-
York y la electricidad. Era la segunda forma cuyo «corazó n» se si- tado alentado por la CIA; un consorcio internacional, compuesto
tuaba en Estados Uriidos. No sería la ííltima. por compañ ías francesas, holandesas, britá nicas y estadounidenses,
La electrificació n, los subsidios familiares y las ayudas para la tomó el control de la producció n petrolífera de ese país. Ex 195ó ,
vivienda produjeron, a partir de 1945, una demanda masiva de los Nikita Kruschev envió a Budapest los carros de combate del pacto de
electrodomésticos que se habían inventado en la década de 1920, Varsovia sin que nadie en Occidente reaccionara. Reiriaba el orden.
lo cual relanzó la economía mundial m ucho må s eficazmente que Luego, como en los demá s casos, el «corazó n» se agotó inten-
las grandes obras pú blicas. tando cubrir los gastos militares en el extranjero y los gastos poli-
En veinte añ os, entre 1945 y 1965, gracias at motor eléctrico, ciales en sus propios guetos. En Vietnam, después de Corea, el en-
Nueva York se conviníó en la metró polis más grande del mundo. En frentamiento de Estados Unidos con ct mundo comunista demostró
ese período, ct precio de los electrodomésticos se dividió por cinco y que la superpotencia capitalista era militarmente falible y financie-
su producció n se multip)icó por diez. 'uevos objetos de consumo
ramente frá gi).
aceleraron a(in mas la evolució n de la economía de mercado hacia el
En todo Occidente, las actividades de servicios, pú blicos y pri-
nomadismo, otro apelativo de la libertad individual: en 1947, dos in-
vados, que no se podían automatizar, absorbían rna parte cada vez
ventos capitales, la pila eléctrica y el transistor, permitieron a partir
mayor de los excedentes: ante la falta de automatizació n de los ser-
de entonces transportar la radio y el tocadiscos. Fue una revolució n vicios prestados por el «personal de oficina» en la industria, la pro-
trascendental: los jó venes ya podían bailar fuera de los banes, y, por ductividad del trabajo y la del capital se estancaron, que
tanto, lejos de la mirada de sus padres, lo cual liberó la sexualidad, los gastos militares y sociales no dejaban de aiimentar. La rentabi-
abrió la puerta a nuevos estilos de mú sica, desde el jazz hasta el rock, lidad del capital disminuyó ; los circuitos financieros preferían con
y la entraba de los jó venes en el universo del consumo, del ceder sus préstamos a las industrias tradicionales que a las empre-
deseo y de la rebelió n. Lecció n para el futuro: el vínculo entre tecno- sas înnovadoras, a los prestatarios pú blicos extranjeros que a los
logía y sexualidad estructura la dinâinica del Orden mercantil. prestatarios privados nacionales, a las grandes compañ ías que a las
Mientras que los estadounidenses más pobrcs se sublevaban en pequeñ as empresas; la siderurgia no invertía ya mas que la mitad de
los guetos, la clase media ahorraba en lugar de consumit. Aumentó lo que habría necesitado para competir con Japó n o Corea.
entonces el nú mero de personas cuya profesió n consiste en incitar En 1973, la subida de los precios de las materias primas, sobre
a gnstar: bancos, compañ ías de seguros, publicidad, marketing, todo del petró leo, redujeron aux mas la renta disponible de los asa-
medios de comunicació n. Entre 1954 y 1973, los préstamos de los lariados sin que aumentara ni la producció n ni la demanda. El aho-
bancos a los hogares estadounidenses se quintuplicaron. rro disminuyó y las deudas, en cambio, aumentaron. Luego llegó la
El resto del mundo se instalaba en el «entorno»: mientras que,
inßació n, que, al reducir el valor de las deudas, redujo el peso del
entre 1959 y 1973, el PIB de Estados Unidos aumentaba un 3 So
endeudamiento, lo cua1 a su vez relanzó y aceleró la inflació n. El in-
88 Mr ! i ;‹ori•. del future

cremento del desempleo y la pauperizaciòn dt• una parte de la po- T.1 centro económico geopolítico dcl mun do siguio su viaje de
blación agravaron entonces la inseguridad.
este a oeste. Tras haber partido de China cinco ml años atras, ha-
En 1980, Estados Unidos parecía estar al borde de la decaden- ber llegado a Mesopotamia, luego al Mediterráneo y al mar del
cia: perdió su primer puesto mundial en exportaciön de automóvi Norte, y haber cruzado a continuación el Atlantico. to encontra-
les; su participación en el mercado mundial de la mźquina herra- mos en to sucesivo instalado de nuevo a del Pacífico.
mienta cayö del 25 % en 1950 at 5 % en 1980, mientras que la de
Japón, nueva potencia, pasaba de 0 at 22 La deuda exterior de Es-
tados Unidos aumentó enormemente, superando sus haberes en Los UGLLLS, i KL NOM Dlsuo cnLironNi no
el extranjero; para financiarla, los dirigentes estadounidenses tote-
raron el uso creciente de) dó lar por parte de los acreedores extran- Por not erm vez —la íìltiiTla hasta la fecha- , el Orden mercan
jeros. Nueva York había dejado de ser el ú nico lugar donde se or- til se reorganizó en torno a un lugar, una cultura y unos recursos ti-
ganizaban las finanzas del mundo; la City de Londres (donde un nancieros que permitían que una clase creativa transformara una
inmigrante alemá n, Sigmund Warburg, lanzó los prń iaeros présta- revolució n técnica en un mercado comercial de masas. Por novena
mos en eurodó lares y la primera OPA) parecía encontrar de nuevo vez, esta mutació n amplió el espacio del Orden mercantil y el de la
ellugar que había creído perdido para siempre. Japó n se convirtió democracia. Siguió aumentando el nú mero de democracias de
en el principa) acreedor de Estados Unidos, donde compró un gran mercado.
nú mero de empresas simbó licas y bienes inmobiJiarios. Estados Esta nueva forma, en la que todavía nos encontramos, constitu-
Unidos parecía estar a un paso de convertirse simplemente en el ye la base de )a Historia en march a. Por esta razó n debemos Yes-
granero de trigo de un Japó n floreciente, como Polonia to había cribirla con un poco má s de detalle que las otras ocho.
sido de Flandes en el siglo xviii. Es alíí, en California, en ese Estado del tamań o de Italia, en e)
Muchos —entre ellos yo- creyeron entonces que Tokio sería que viven 35 niillones de personas (es decir, urio de cada ocho
capaz de convertirse un día en «corazó n». Japó n poseía en ese es- tadounidenses, de San Francisco a Los Angeles, de Hollywood
mento la fuerza financiera, el dirigismo, el miedo a la carencia, la at Silicon Valley, donde, hacia 1980, se el nuevo «corazó n».
tecnología, la potencia industrial necesarios para ello. Pero, de he- No es un lugar casual: es allí donde se descubrieron antañ o minas
cho, este país no tardó en mostrarse incapaz de resolver las difictil- de oro, allí donde se originaron la industria del petroleo y la del
tades estructurales de su sistema bancario, de dominar la burbuja cine, donde se reagruparon los estadounidenses má s aventureros.
financiera, de evitar una revalorizació n masiva de su divisa, de cre- donde se estableció la industria de la electró nica y de la aeronśuti-
ar movilidad sus trabajadores, de mejorar )a productividad de ca; es allí donde se encuentran algunas de las mejores universida-
los servicios y del traf›ajo de su «personal de oficina». Sobre todo, des, algunos de los centros mas importantes de investigació n y al-
no atrajo hasta su suelo a las elites del mundo entero, no promovió gunos de los mejores viñ edos; tarnbién se reunieron allí los talentos
el individualismo tan necesario para el ‹ccorazó n», ni consiguió es- de la industria del enttetenimiento, los mejores mü sicos y, má s ade-
capar de la ó rbita de su vencedor estadounidense. lante, los inventores de todas las tecnologías de la informació n. Y
Fue entonces cuando, especialniente en California, surgió iina allí, desde la frontera mexicana hasta la canadiense, trna constante
nueva ola tecnoló gica que permitió 1)evar a cabo una automatizació n amenaza de temblor de tierra provoca una vibració n intensa, unica,
masiva de las activid8des administradvas en las grandes empresas, es un (abuloso deseo de vivir y un gusto por Jo nuevo.
decir, exactamente to que planteaba problemas en la octava forma. Se Como ocurrió en las crisis anteriores del Orden mercantd, las
inició entonces un extraordiriario crecirniento de la productividad. tecnolop•ías necesarias para )a novena forma mercantîl preexisten a
90 Breve historia del futuro
Una breve historia del cayitaJismo fi1

su uso: al tener las actividades de oficina de los bancos y de las em-


presió n que introduje en 1985, mucho antes de que aparecieron, y
presas un peso cada vez más grasoso sobre la productividad global,
que desde entonces se ha instalado en numerosas lenguas), má qui-
la automatizació n del manejo de la informació n se convirtió en un
nas miniaturizadas capaces de retener, almacenar ; tratar y transmi-
problema de gran importancia. Primero, en la década de 1920,
tir la informació n —sonidos, imagenes, datos— a gran velocidad y,
aparecieron má quinas eléctricas de tarjetas perforadas; luego, en la
en esta nueva forma, desempeñ an el papel que en las dos formas an-
década de 1940, los primeros ordenadores de uso militar utilizaban
teriores les al automó vd y a los electrodomésticos.
el transistor ; en 1971 vio la luz un importante heredero del transis- ¿Por qué «objetos nó madas» ? Como hemos visto, los nó madas
tor: el microprocesador, que una empresa nueva, Intel, cofundada han transportado siempre objetos que pueden servirles de ayuda
en aquel entonces por Gordon Moore, puso en el mercado: se tra- en sus constantes desplazamientos; los primeros fueron sin duda
taba de un diminuto cuadrado de silicio en el que se apiñ aban pri- las piedras talladas y los talismanes, y luego vinieron el fuego, las
mero miles, luego m iJlones, y después miles de millones de unidades prendas de vestir, el calzado, las herramientas, las armas, las joyas,
elementales de almacenamiento y tratamiento de la informació n. las reliquias, los instrumentos de mü sica, los caballos, los papiros.
al microprocesador, nació el ordenador en serie, a su vez Y con el tiempo hegó el libro, primer objeto nó mada producido eri
heredero de una larga sucesió n de innovaciones iniciadas en el si- serie; mas adelante, objetos que permitían miniaturizar instrumen-
glo xvii, en Francia, por Blaise Pascal. tos sedentarios para poder transportarlos: reloj, cá mara de fotos,
A partir de 1973, el ordenador comenzó a sustituir en las ofici- radio, tocadiscos, tomavistas, lector de casetes. Finalmente, se crea-
nas a las má quinas eléctricas de tarjetas perforadas e incrementó es- ron otros para tratar la informació n.
pectacularmente la productividad de los servicios y de la industria. En 1976, Steve Jobs, un joven principiante también california-
Aparece la «ofimá tica». no, creó el Apple 1, un ordenador individual utilizable por todos,
Nuevas empresas, californianas en su mayoría, permitieron en- con interfaces simples. En 1979, unos japoneses comercializaron el
tonces reducir el coste de los servicios comerciales y de las adminis- primer objeto nó mada con nombre casi nó mada: el walleman, lec-
traciones. Gracias a estas tecnologías fue posible industrializar los tor de casetes inventado por un alemá n llamado Andreas Pavel.
servicios de las finanzas, permitiendo a los bancos una explotació n A) mismo tiempo se fue desarrollando el gusto por otros
automática de las imperfecciones del mercado, relacionando millo- obje- tos nó madas, por los animales de compartía de todas las
nes de transacciones, suprimiendo todos los límites en el crecimiento especies, que ofrecían a los sedentarios la oportunidad de vivir
de los instrumentos financieros y en el de los mecanismos de cober- una vida de cuasipastores, de nó madas y jinetes de imitació n, sin
tura de riesgos: las finanzas y los seguros se convienen en industrias. ninguno de los riesgos asociados con los viajes, y les brindaban
Una vez má s, por tanto, un «corazó n» se hace con el poder me- una compañ ía fiel y duradera, en medio de un océano de
diante la industrializació n de servicios —en este caso financieros y
precariedad y desleaJtad. En 1981, mientras en Francia aparecía el
administrativos—. Y, una vez más, contrariamente a lo que anuncia-
Minitel, el gigante es- tadounidense de la informá tica industrial,
ban los futuró logos, no estamos ante el advenimiento de una socie-
I)3M lanzaba también su primer ordenador portá til, el IBM 5150,
dad de servicios, de una sociedad postindustrial, sino exactamente
sin demasiadas espe- ranzas. La maquina estaba dotada de un
de lo contrario: se trata de los comienzos de una indiisWializació n de
microprocesador de Intel y de un programa MS-DOS producido
los servicios encaminada a transformarlos en nuevos productos in-
por otra modesta empresa de la Costa Oeste de Estados Unidos,
dustriales.
Microsoft; pesaba 12 kilos y era 32.000 veces menos potente y 12
Con esta revolució n, como con las anteriores, se incorporan al
veces mas caro que los PC me- nos sofisticados del añ o 200G. Sin
mercado nuevos objetos de consumo: son los objetos nómadas (ex-
embargo, fue un éxito: en lugar de las 2.000 unidades previstas,
IBM vendió 1 milló n. Diez aíios
má s tarde, Microsoft se había convertido en una de las cinco pri-
traba en fuiicii inamiento el primer servidor que adicinistraba n.orn
meras empresas del mundo. En 2006 se vendieron 250 millones de
bres de sitios. En 1984 había conectados 1.000 ordenadores; en
microordenadores, y había má s de 1.000 millones en servicio por
1989 Internet se abrió al gran pú blico y se crearon las primeras
todo el mundo.
cuentas de correo electró nico. En 1991, Tim Bernes-Lee, un in es-
Aparecieron al mismo tiempo otras dos herramientas trascen-
tigador britá nico qi:e trabajaba en un centro de investigació n nu-
dentales del nuevo nomadismo: el teléfono mó vil e Internet. Se
clear eutop‹•o en Ginebra, el CERN. in-zentó una lengua comú n
abrieron camino tan lentamente como el ordenador, pero triunfa
para todos los usuarios conectados a esta red el html organizó la
ron al conectarse entre si. Para los sedentarios etan como suceda
comunidad de quienes la utilizaban, que él denominó el WorfJ
neos de los viajes; para los nó madas, maneras de mantener relacio-
Pide W‹'h , y cuya primera direcció n <http: info.cern.ch > puso
nes con los sedentarios y otros nó madas. Ambos permitían que
en línea el 6 de agosto de 1991.
cada individuo tuviera, por vez primera, una direcció n no territo-
Lecció n para el futuro: muchos de los inventos importantes son
rial (nú mero de teléfono mó vil o direcció n de correo electró nico). el resultado del trabajo de investigadores a los que se pagaba con
El primer teléfono mó vil no militar apareció en Inglaterra a fi-
fondos publicos para que buscaron algo m uy distinto.
nales de la dtcada de 1970. Al principio, necesitaba la asignació n Aparecen entonces numerosas aplicaciones de la infonratica
de una frecuencia y una batería portá til muy voluminosa, pero conectada; también ellas está n destinadas a mejorar la productivi
poco a poco las redes celulares aumentaron sus capacidades de dad de los servicios: programas de gestió n comercial, de correo
transmisió n y las baterías se miniaturizaron. En treinta aíios, el mó -
electró nico, de comercio electronico, de intercambios de datos fi-
vil se volvió planetario y hacer circular voz y datos. Hoy en nancieros. En 1992 había conectados 1 milló n de ordenadores; en
día es el mayor éxito comercial de todos los tiempos: en 2006, má s 1996, eran 10 millones; en 2006, 1.000 millones.
de 2.000 millones de individuos, es decir, un tercio de la humani- ¡ Internet aparece entonces como una especie de nuevo conti-
dad, disponía de uno. nente, esta vez virtual, por descubrir, por poblar, por organizar
Al mismo tiempo, se consiguió conectar dos ordenadores por con un campo infinito para la realizació n de actividades mercanti-
teléfono. También en este caso, la generali7ació n de una nueva tec- les. Ciertas empresas de programas informá ticos han llegado a es-
nología llevaría treinta añ os: Internet. Su evolució n es muy intere- tar entre las primeras de mundo: Microsoft, AOL, Oracle, Google,
sante. En agosto de 1962, el MIT, prestigiosa universidad situada todas ellas californianas. En 1998, la cifra de negocios de la econo-
cerca de Boston, publicó los primeros textos que describían las in- mía de Internet superaba la de las telecomunicaciones y las compa-
teracciones posibles dentro de una red de ordenadores conectados ñ ías aéreas. Más aú n: Internet potencia también los medios del te-
por teléfono: en 1965 se ponía a prueba la primera conexió n infor léfono portá td, que se va progresivamente convirtiendo en lector
má tica a larga distancia entre un ordenador situado en Massachu- de vídeo, camara fotográ fica, receptor de televisió n, editor de blogs.
setts y otro situado en California. En 1969, algunos centros neurá l- En 2004, Apple comprende que el beneficio se consigue con el ob
icos de la US Army la red Arpanet para intercambiar jeto nó mada y no con los datos que circulan por él, la mayoría gra
informaciones electró nicas con toda confidencialidad. En 1979, un tuitos: el Ipod sustituye al walleinari, también con ventas de cente-
grupo de estudiantes estadounidenses creó los primeros news nares de millones de unidades.
groups para comunicar datos civiles mediante los escasos centena Al mismo tiempo se desarrollan también los juegos de vídeo,
res de ordenado és conectados en los centros de investigació n y las que me7clan curiosidad Y aventura; al principio, aparecen en forma
universidades. En 1981, A rpanet llegaba a Europa. Ese mismo añ o de programas informativos para jugar en solitario, pero al cabo de
aparecía el protocolo TCP/IP y la palabra «Internet». En 1983 en- un tiempo se conectan a Internet y se convierten en juegos de múl-

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