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Exclusion Social
Exclusion Social
BILINGÜE
EXCLUCION SOCIAL
ELABORADO POR:
INTRODUCCION
En el Perú, la exclusión social puede ser particularmente evidente en las zonas rurales, donde
las personas pueden tener dificultades para acceder a servicios básicos como la salud y la
educación. Además, la discriminación por motivos de género, raza y orientación sexual también
puede ser una forma de exclusión social en el país.
Es importante reconocer que la exclusión social no solo afecta a las personas que la
experimentan directamente, sino que también puede tener efectos negativos en la sociedad en
su conjunto. Por ejemplo, la exclusión social puede contribuir a la violencia y la delincuencia, así
como a la polarización política.
En última instancia, la exclusión social es un problema que afecta a toda la sociedad. Al trabajar
juntos para abordarlo, podemos crear un futuro más justo y equitativo para todos en el Perú y
más allá.
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TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCION……………………………………………………………………………. PAG. 03
Ingreso…………………………………………………………………………... PAG. 16
Área……………………………………………………………………………… PAG. 16
Origen étnico……………………………………………………………………. PAG. 16
Genero…………………………………………………………………………... PAG. 16
Edad……………………………………………………………………………... PAG. 16
Desplazamiento………………………………………………………………… PAG. 16
Educación……………………………………………………………………….. PAG. 17
Discapacidad……………………………………………………………………. PAG. 17
Brecha digital……………………………………………………………………. PAG. 17
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Conclusión………………………………………………………………………………. PAG. 20
Carencia de derechos………………………………………………….PAG 24
Falta de representatividad……………………………………………. PAG 24
CAPITULO I
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RESEÑA HISTORICA
1. ORÍGENES
Si nos referimos a cuáles son los orígenes del término exclusión social señalamos que gran
parte de las aportaciones teóricas de la expresión ya han sido desarrolladas en épocas
anteriores por clásicas figuras de la Sociología tales como Marx, Engels, Durkheim, Tonnies,
Bourdieu y Parkin, haciendo especial incidencia en el alineamiento dual de la "clase social" y en
la dinámica "dentro-fuera". Sin embargo, las atribuciones más recientes del concepto exclusión
social se le atribuyen generalmente a Rene Lenoir (1974), en su obra pionera Les exclus: Un
Frangaise sur dix, entendiendo como tal que en la actualidad el fenómeno de la exclusión social
presenta rasgos y características singulares (Tezanos 1999: 13; Rubio y Monteros 2002: 21).
Silver (1994) realiza una descripción bastante clarificadora sobre la evolución del término.
Argumenta que el discurso de la exclusión comenzó a debatirse en Francia durante el decenio
de 1960 para formular referencias vagas e ideológicas a los pobres, hablando de los excluidos
(v.g. Klanfer, cit. en Silver, ibid) y cómo el concepto de exclusión no llegó a difundirse mientras
no sobrevino la crisis económica. También describe cómo durante el decenio de 1980 el
concepto fue aplicándose gradualmente a un número cada vez mayor de categorías de
desventaja social (Paugam 1993; Nasse 1992, cit. en ibid.), dando lugar a diversas definiciones
para ir abarcando nuevos grupos y nuevos problemas sociales, lo cual dio lugar a sus difusas
connotaciones.
La autora postula que, a partir del caso de Francia, el discurso de la exclusión social se
difundió rápidamente por el resto de Europa. Así, podemos encontrar sucesivos informes
europeos que aportan resoluciones sobre el asunto de la exclusión social. Concretamente, fue
en 1989 cuando el Consejo de Ministros de Asuntos Sociales de la entonces Comunidad
Europea adoptó una resolución con el fin de combatir la "exclusión social" y de promover la
integración y una "Europa solidaria". La Resolución del 29 de septiembre de 1989 introduce por
primera vez en un texto comunitario la referencia a la noción de exclusión social. Sobre todo,
subraya el carácter multidimensional y diverso de la realidad designada por esta noción: "los
procesos de exclusión social se desarrollan en diversos ámbitos y desembocan en situaciones
de naturaleza varia..." (Comisión de las Comunidades Europeas 1992: 31). Además, dicha
Resolución comprueba que "las causas de dichos procesos se encuentran en las evoluciones
estructurales y socioculturales de nuestras sociedades, y en particular, la evolución del
empleo".
Por tanto, se han otorgado diferentes matices y significados al vocablo exclusión social, lo
que implica la circunscripción del término a un mayor número de categorías y sectores sociales,
pero, sobre todo, acentuando aspectos como el desempleo, el trabajo precario y con escasa
remuneración, la dificultad de acceso a la vivienda y las transformaciones sociales a las que
tiene que hacer frente el sistema educativo.
características que lo definen, así como la existencia de distintos factores de riesgo que pueden
conducir a situaciones de exclusión social.
“Proceso mediante el cual los individuos o grupos son total o parcialmente excluidos de una
participación plena en la sociedad en la que viven” (EuropeanFoundation, 1995). Pudiendo
afirmar bajo esta definición que son personas que no tienen una representación dentro de la
sociedad. La exclusión significa que hay grupos que tienen limitado el disfrute de las
oportunidades económicas, sociales, culturales y políticas existentes en la sociedad (ONU,
1998 citado en Red Papaz), afecta a grupos culturalmente definidos y se encuentra inmersa en
las interacciones sociales (BID, 2004 citado en Red Papaz). Estas limitaciones se deben en
ocasiones a falta de formación y capacitación para el trabajo, poca participación en
agrupaciones sociales que contribuye a su desarrollo personal y social, etc. Es un proceso,
pues ocurren una serie de eventos que conducen a que una persona, familia o grupo social
llegue a vivir situaciones que les impiden participar y realizar el ejercicio pleno de su ciudadanía,
en términos de sus derechos y deberes, tiene múltiples causas y se presenta en muy diversas
dimensiones (Fabre, 2000). Es necesario por eso, contar con instituciones públicas y
organizaciones sociales que informen sobre los derechos y deberes que tienen los ciudadanos
y donde recurrir frente a un atropello de la dignidad de la persona. “La exclusión social, ha de
ser entendida como la etapa final de un itinerario exclusión de género en el que inciden
procesos subyacentes bastante complejos, de los que nadie puede quedar totalmente
prevenido en una sociedad de riesgo”.(Tezanos, 1999). Siguiendo a Tezanos (1999) se define
el concepto de exclusión social como situaciones o modos de “estar apartado” o “ser apartado”
del núcleo central de una sociedad o grupo, tales como segregación o marginación (en el
ámbito cultural y de las vivencias sociales) pobreza (en el plano económico) y alienación social
(consecuencia de procesos económico-sociales concretos que dificultan o niegan a los
individuos la posibilidad de desarrollar las capacidades productivas o creativas del ser
humano). Lo anteriormente dicho, conlleva a una situación de discriminación de los diferentes
grupos sociales, tan solo por el hecho de ser diferentes o tener condiciones pocas ventajosas
que les impide salir adelante por las barreras que impone la sociedad donde viven. En sentido
similar habla Robert Castel (2004) cuando, refiriéndose a la aparición de la expresión “nueva
pobreza” o “nuevos pobres”, dice que se trata de “una pobreza que aparece a consecuencia de
una degradación con respeto a una situación anterior”. Por tanto, la definición, el análisis y la
comprensión de la noción de exclusión social ha de plantearse en base a aquello de lo que el
individuo/colectivo ha sido desposeído (desarrollo laboral y social, recursos económicos y
personales, participación) lo que supone concebir la exclusión como concepto antagónico al de
ciudadanía social. Castel coincide con Tezanos en entender la realidad de la exclusión como
parte de un proceso en el que pueden encontrarse distintos estadios que van desde un alto
grado de integración social a una completa exclusión. El camino que cada individuo realiza
entre ambas posiciones varía en función de un número indeterminado de variables (laborales,
económicas, culturales, personales y sociales), con múltiples combinaciones entre ellas,
obteniendo como resultado trayectorias bien distintas en individuos que han partido inicialmente
de condiciones iguales. En conclusión, se puede definir la exclusión social como el proceso que
segmenta y aísla a una parte de las personas de la sociedad, impidiendo su pleno desarrollo y
ejercicio de sus derechos, debido a características particulares diferenciadoras que poseen,
tales como sexo, raza, creencias religiosas, costumbres, discapacidad, edad, etc.
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CAPITULO II
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distancia respecto del mundo del empleo, la disolución de los vínculos, la ruptura de los
sentidos de pertenencia. Así, el quiebre es graficado a partir de metáforas geométricas que
refieren a la “caída” de las clases medias; es entonces cuando surgiría el “excluido”, un
nuevo sujeto que poco tendría que ver con los “pobres tradicionales”. A su vez, estas
versiones rupturistas se identifican con un alejamiento respecto de una supuesta
“normalidad”, así como una discontinuidad con el pasado. Desde la historia podemos
iniciar una crítica a estos supuestos. El pasado ligado con el Estado de Bienestar es la
etapa que sirve como elemento de contraste y que determina la representación del
presente en términos de “exclusión social”; en tal caracterización un tanto idílica, se olvida
que la sociología de la época reflexionaba en términos de alienación de las clases
proletarias. Del mismo modo, la definición de los actuales “excluidos” surge del contraste
con las clases trabajadoras del pasado, las cuales de manera un tanto estereotipada son
retratadas como combativas, organizadas, solidarias, explotadas pero integradas en el
sistema -es entonces cuando surgen otros supuestos de menor entidad, como por ejemplo
aquel que afirma que la singularidad de los “excluidos” reside en su pasividad o en su
capacidad para organizarse. La segunda crítica surge de la observación etnográfica: estas
visiones que equiparan a la exclusión con el aislamiento social, y que se materializan en
conceptos como los de “desafiliación”, ha tenido tanto éxito que orientaron los estudios
sobre los procesos de desventajas sociales hacia las rupturas, omitiendo las continuidades
-ciertos vínculos persisten pese al contexto de exclusión y la composición de nuevas
sociabilidades -los procesos de reafiliación que se entablan como consecuencia de dicho
entorno. El énfasis en el aislamiento nos ha impedido indagar en las redes que se generan
en el contexto de exclusión, en las relaciones sociales que permiten la subsistencia
material cotidiana, así como encontrar un sentido de “normalidad” en el contexto de
penurias. Difícilmente podamos entender a la exclusión y pensar en posibles
intervenciones sociales si no tenemos en cuenta las redes de subsistencia que se elaboran
en un entorno marcado por la precariedad.
Estos estudios destacan que Estado de Bienestar e YPF estatal se confunden, pues
además de generar empleo, YPF cumplió una función social que se cristalizaba a través de
clubes, centros educativos y de salud, etc. (Salvia, 1999). En la región, el pleno empleo y el
empleo por contrato indefinido habrían sido fundamentales. Sin embargo, esta situación
convulsionó en los 1990´; las políticas neoliberales, junto con la privatización de YPF,
fueron descritas como equivalentes al derrumbe de la sociedad salarial. En la zona, los
primeros años del proceso privatizador implicaron el incremento de los índices de
desocupación; no obstante, ya en 1995 la tasa de empleo se recuperó hasta alcanzar el
mismo nivel que tuvo en los inicios de la privatización (Cicciari 1999). Pero si lo planteado
por estas teorías en cuanto al desempleo no es aplicable en la zona, distinto es lo que
ocurre respecto de la exclusión como sinónimo de inestabilidad laboral. Efectivamente, la
privatización de YPF supuso el fin del contrato indefinido y la expansión de la informalidad,
inestabilidad y precarización de las relaciones laborales. En consonancia con las teorías
sobre la exclusión social, en la zona asistimos a la proliferación de procesos de dualización
social. Me refiero a un modelo de crecimiento económico y concentración de la riqueza sin
la consiguiente distribución del trabajo y el ingreso a escala social y regional (Salvia 1999).
De tal modo, se constata una tendencia en el trabajo asalariado: la escisión entre un
segmento de trabajadores con una fuerte capacidad adquisitiva producto del empleo en el
sector petrolífero, y otro sector cuyos magros ingresos no logran afrontar los precios de una
ciudad moldeada por la producción de hidrocarburos (Cabral Márques,1999). De más está
decir que los recolectores ocupan las posiciones más relegadas del segundo sector. Ahora
bien, ¿es útil la noción de “nuevos pobres” -tan importante para las teorías francesas sobre
la exclusión- en el caso de los recolectores? De estas teorías, ante dicho interrogante se
torna posible criticar un excesivo énfasis en las clases medias caídas en desgracia. De tal
modo, se obtura el análisis de quienes padecen una pobreza histórica, que se transmite de
generación en generación -este es el caso de la mayoría de quienes toman al basural como
eje de subsistencia. La vulnerabilidad social de estas personas no es una esencia
inmutable, sino que es fundamental analizar cómo la misma ha evolucionado a lo largo del
tiempo. Por otra parte, hay gente que acude al basural en momentos puntuales de su
biografía laboral, en fases de desempleo. En un primer momento, parecería que la noción
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CAPITULO III
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Existen varias teorías que intentan explicar los factores asociados a la exclusión social,
propuesto por diferentes autores, los cuales se pasa a detallar los más conocidos a
continuación.
b) La privación social: ruptura de los lazos sociales o familiares que son fuentes de
capital social y de mecanismos de solidaridad comunitaria, marginación de la comunidad,
alteración de los comportamientos sociales e incapacidad de participar en las actividades
sociales (por ejemplo, las personas con escasos ingresos se ven obligadas a disminuir sus
relaciones sociales), deterioro de la salud, etc.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2000), los factores de
riesgo de exclusión se relacionan principalmente con tres aspectos básicos en la vida de
los seres humanos: acceso a los recursos, derechos y relaciones sociales.
b) Área: dependiendo del entorno en el que habiten (rural o urbano), las posibilidades de
acceso a los recursos, participación y relaciones sociales cambian, siendo los habitantes de
las áreas rurales más excluidos, pues es allí en donde se evidencia mayor falta de acceso a
servicios básicos, empleo digno o vivienda apropiada. Se ha mostrado que los niños de
áreas rurales tienen el doble de probabilidad de no terminar la escuela primaria que los
niños que viven en áreas urbanas.
d) Género: según el informe de la ONU las niñas del 20% de los hogares más pobres
tienen una probabilidad más baja de tener educación. En el aspecto laboral, las mujeres
suelen recibir una menor remuneración por su trabajo y se les suele relegar a las formas de
empleo más vulnerables. La falta de una perspectiva de identidad de género, del
reconocimiento y respeto de las minorías, así como las relaciones de poder, contribuyen a
profundizar la exclusión social a partir de continuas discriminaciones en personas que se
consideran diferentes, que no se ajustan a las formas de pensar de la mayoría o no se
acomodan a sus lenguajes. Además, el machismo que sigue rigiendo en algunas
sociedades, limita el crecimiento y aspiración de desarrollo de las mujeres.
e) Edad: la niñez, los adultos mayores y los jóvenes son grupos particularmente
excluidos, debido a la frecuente dependencia económica de estos hacia los adultos; lo cual
conduce a la falta de reconocimiento de derechos propios, diferentes según la etapa del
ciclo vital y en el caso de los adultos mayores, el debilitamiento de sus capacidades físicas
reduce su posibilidad de autonomía. Es más, hoy en día debido al alza de la longevidad en
todo el mundo, se ha encontrado que la sociedad no estaba preparada para brindar el
soporte y asistencia a este grupo etario, poniendo su bienestar en riesgo.
CAPITULO IV
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CONCLUSIONES
En este apartado de conclusiones señalamos las cuestiones más importantes que han
constituido el desarrollo argumental de la delimitación conceptual del término exclusión social.
Iniciamos el artículo justificando la importancia que socialmente está adquiriendo dicho
fenómeno en la actualidad. Seguidamente, hemos realizado una breve aportación acerca de
sus orígenes, así como la descripción de una serie de características que ayudan a delimitar
con mayor precisión el concepto, tales como su multidimensionalidad y el caracterizarse por ser
un proceso dinámico, estructural y relativo. A partir de esas características, hemos deducido
que la exclusión social hay que analizarla más allá de la perspectiva clásica, entendiendo como
tal que se produce una identificación de la exclusión social con la dimensión económica,
asociada a la pobreza. Además, hemos tomado de la literatura algunas definiciones que de la
exclusión social realizan distintos estudiosos del tema.
Siguiendo con la temática, hemos especificado los pilares fundamentales que constituyen la
integración en la sociedad, apostillando la dimensión central del trabajo en los procesos de
inclusión social, las redes familiares y sociales junto con la importancia trascendental de la
formación y el papel que tiene la educación. Si nos centramos en el sistema escolar,
encontramos determinados componentes del proceso educativo -ya sea la problemática del
fracaso escolar, el abandono del sistema escolar sin obtener la titulación requerida, la transición
que realizan los alumnos entre la escolaridad obligatoria y la postobligatoria, entre otros- que
pueden contribuir y conducir a la aparición de una zona de vulnerabilidad que, en muchas
ocasiones, desembocan en el desarrollo del fenómeno de la exclusión social. Por tanto, el
sistema educativo puede incidir de alguna forma en la aparición de ese espacio de
vulnerabilidad social que, con posterioridad, puede conducir a la exclusión social de otros
derechos de ciudadanía garantizados a través del Estado de bienestar.
Sirvan estas líneas como el inicio de una necesaria reflexión sobre una problemática
emergente y en expansión creciente en el contexto neoliberal actual que necesita también de su
toma de conciencia y de actuaciones pertinentes o adecuadas, no solamente dentro del ámbito
social sino, más concretamente, del ámbito educativo.
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CAPITULO V
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1. EXCLUCION ECONIMICA:
Obviamente una de las principales causas que generan una brecha en la sociedad es el
dinero o, mejor dicho, la falta de este. esto a su vez puede estar ocasionado por una
serie de factores diferentes que sería lo que estaría generando este tipo de exclusión
a) Escases de ingresos
uno de las problemáticas mas frecuentes hoy en dia es la precariedad laboral y es que si ya
es difícil encontrar empleo, muchas bveses las opciones disponibles implican condiciones que
no cumplen con las legislaciones, obligando atrabajar horas que no figuran en el contrato (si es
que este existe, puesto que en muchas ocaciones ni siquiera se hace a nivel legal y por lo tanto
no existe las cotizaciones y coberturas sociales.)
por supuesto en la myaoria de estos casos los salarios son indignos, por lo que, a pesar de
dedicar al trabajo una cantidad ingente de horas, la retribución apenas da para cubrir la
necesidad básica de la vida de las personas.
b) Empleo inestable:
Otros factos que puede desencadenar la exclucion social es la inestabilidad laboral. Igual de
difícil que encontrar un empleo puede resultar el mantenerlo en el tiempo. Y es que, debido a
las circunstancias tan duras del mercado actual lo más común es ofender contratos temporales
que se van encargando pero que difícilmente se acaban convirtiendo en un contrato indefinido.
Además, muchas veces estos contratos ni siquiera están destinados a contribuir una jornada
completa (al menos sobre el papel) pero lo que se unirían al factor anterior y ni siquiera estarían
c) Falta de empleo:
Por supuesto, la diferencia para encontrar un trabajo se puede alargar y las personas pueden
pasar meses e incluso años sin recibir una retribución, muchas veces con familias a cargo, con
obligaciones económicas (alquiler, una hipoteca) y con deudas que aumentan deudas que
aumentan más y más que a veces hacen insalvable la recuperación y reintegración
Aun que el estado de bienestar garantiza una serie de coberturas a los ciudadanos en caso de
necesidad, como la presentación por desempleo, la renta mínima de inserción o el ingreso
mínimo vital, en muchas ocasiones no se puede acceder a ellas por no cumplir las condiciones,
por haber agotado los plazos máximos de disfrute o por otros motivos
Esta falta de respaldo puede ahorrar en la mala situación que está pasando el ciudadano y
hacer que estas se ajusten, dificultando su recuperación económica y pudiendo desembocar en
una exclusión social
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2. Exclusión social: La exclusión también puede venir desde factores meramente sociales,
de aquellos que nos hacen relacionarnos con las otras personas del entorno y las
dificultades que pueden darse para que esto ocurra.
No todo el mundo cuenta con los factores de protección que suponen las redes familiares y
de amistades a la hora de sentirse amparado en caso de necesidad, ya sea de forma puntual o
como una necesidad.
Un ejemplo muy habitual es el de las madres solteras, que tienen problemas a la hora de
conciliar su vida familiar y laboral, muy especialmente si se encuentran lejos de su lugar de
procedencia y por lo tanto no tienen a nadie conocido que pueda hacerse cargo de los
pequeños mientras ella trabaja.
En algunas sociedades también se da una falta de apoyo desde los propios servicios
sociales, al tener estos unos recursos muy limitados o directamente al no existir, por lo que
sería otra causa que facilitaría la exclusión social.
Autoexclusión
Por diferentes circunstancias puede ser la propia persona la que decida renunciar a su vida
en sociedad, evitando cualquier tipo de relación con sus semejantes y viviendo en aislamiento
en todos los ámbitos de su vida
Dificultades de comportamiento
También puede darse por causas culturales, en casos donde el individuo se ha criado bajo
unas creencias, unos estándares morales y unas leyes que resultan difíciles de encajar o
directamente incompatibles con los de otra sociedad, en la que se encuentra ahora.
A lo largo de la historia se han ido equiparando los derechos de todos los ciudadanos de
manera que su voto en las urnas valga exactamente en las urnas independientemente de su
sexo, raza, orientación sexual, color de piel, etc. En las siciedades de otros países
desarrollados todos tienen los mismos derechos y las mismas obligaciones.
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Pero esto no es así en todas partes. En muchos países, a día de hoy, se sigue discriminando
y por tanto excluyendo a determinados grupos, muchas veces minorías, pero en otras
ocasiones directamente a la mitad de la población, por razón de sexo, por poner un ejemplo. La
falta de derechos políticos sería, por lo tanto, una vía de exclusión social muy poderosa.
CAPITULO VI
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Factores religiosos. La segregación por motivos religiosos es, probablemente, una de las
más antiguas que existen. Ocurre cuando se condena, persigue o expulsa a una minoría
practicante de una religión diferente a la mayoritaria, sobre todo en naciones
fundamentalistas o dotadas de una religión oficial. Dado que casi todas las religiones
proclaman tener la fe “verdadera”, las demás quedan relegadas a ser cultos nocivos,
desviados o pervertidos, y sus practicantes, por ese mismo motivo, pasan a ser personas no
gratas.
Factores étnicos. Otra forma muy antigua de segregación es la que distingue entre los
individuos de acuerdo a su etnia, nacionalidad u origen, y discrimina a las minorías. En
algunos casos, pueden incluso ser mayorías oprimidas (como en el caso
del apartheid sudafricano). El racismo y el rechazo son los principales factores étnicos que
existen.
Factores de clase. La distinción entre las clases sociales es propia de la sociedad
capitalista industrial. De este modo, se discrimina a los estratos bajos, obligándolos a
consumir productos y servicios de baja calidad, o directamente a prescindir de algunos de
ellos, lo cual no solo desmejora su calidad de vida, sino que los condena a reproducir la
pobreza padecida y a estancarse en su clase social.
Factores sexuales. En diferentes grados de severidad, la diferenciación a partir de
sexo, identidad de género y orientación sexual ha servido también para segregar a distintos
colectivos. La persecución de la homosexualidad, por ejemplo, o el sexismo contra el cual
los colectivos feministas han luchado durante siglos, son ejemplos de esto. Incluso hoy en
día muchas religiones condenan la homosexualidad y sentencian a la mujer a un lugar
subordinado, como ocurre en los gobiernos fundamentalistas islámicos.
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CAPITULO VII
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Inclusión social
La inclusión social es el proceso contrario y reverso a la exclusión, que busca
reintegrar a los individuos segregados a la sociedad, a través de iniciativas de impulso
económico, educativo y cultural de diversa naturaleza.
Numerosas organizaciones internacionales, con ayuda de los gobiernos locales, se
dedican a combatir la exclusión social en el mundo y a fomentar un panorama social
diferente, que resulte más inclusivo para las minorías, las clases bajas y las mujeres. No
se trata de una labor sencilla, ya que a menudo implica enfrentarse con tradiciones muy
arraigadas que suelen ser defendidas por sectores conservadores de la sociedad.