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INTRODUCCION

Se ha preparado el presente trabajo como un aporte científico con  el


cual se pretende coadyuvar al enriquecimiento de la disciplina Jurídica,
concretamente en lo que respecta a la confusión que se da cuando se usan
los términos INDICIOS Y PRESUNCIONES.

El método de la investigación fue eminentemente teórico  ya que el


uso de los indicios y presunciones dentro de la prueba se dan
exclusivamente  a la hora de hacer uso de la prueba dentro del proceso. La
investigación efectuada se baso única  y exclusivamente debido a la
confusión que se da al usar los dos términos.

En el presente trabajo se trata de hacer las consultas técnicas y


científicas necesarias para el buen desarrollo de un trabajo muy profesional
con el fin de colaborar con los intereses técnicos de los estudiosos del
derecho. Se espera que el trabajo sea bien recibido por  todos los que
estudian la Ciencia del Derecho, ya que lleva consigo el esfuerzo tesonero
de un grupo de estudiantes del Derecho que se trata de superar en el área
procesal civil, con el fin de contribuir en el desarrollo y el buen uso de las
pruebas en el Derecho Procesal Civil y la justa aplicación de la ley en
nuestro  país.
INDICIOS

La palabra INDICIO: Acción o señal que da a conocer lo oculto.


Conjetura derivada de las circunstancias de un hecho. Sospecha que algo
conocido permite sobre aquello otro hasta entonces dudoso o desconocido.
RATRO, VESTIGIO, HUELLA. El termino indicio se ha equiparado al de
circunstancia y presunción.

La Doctrina Procesal es el de distinguir entre la presunción y el indicio,


al grado de que no solo los tratadistas del Derecho Procesal confunden
ambas figuras, sino, acaso lo más grave, es que dicha perturbación haya
descendido al plano de la positividad, dado que muchos códigos procesales
y aun la jurisprudencia de no pocos países también las confunden.

El autor Mittermaier: Este autor explica que la prueba artificial se


establece por medio de las consecuencias que sucesivamente se deducen
de los hechos: los indicios o las presunciones son los medios de hacerla
funcionar.

Un indicio es un hecho que está en relación tan intima con otro hecho,
que un juez llega del uno al otro medio de una conclusión muy natural. Por
eso son menester en la causa dos hechos: el uno comprobado, el otro no
manifiesto aun y que se trata de demostrar racionando del hecho conocido al
desconocido. Aplicado el indicio al proceso criminal, es el hecho o
circunstancia accesoria que se refiere el crimen principal, y que por lo mismo
da motivo para concluir, ya que se ha cometido el crimen, ya que ha tomado
parte en él un individuo determinado, ya, por fin, que existe un crimen y que
ha sido de tal o cual modo consumado.

En una palabra, los indicios versan sobre el hecho, o sobre su agente


criminal, o sobre la manera con que se realizo. Atendida su naturaleza, y
según su nombre mismo lo expresa (índex), el indicio es, por decirlo así, el
dedo que señala un objeto, contiene en sí mismo un hecho diferente, si es
asilado, pero que al momento adquiera gran importancia cuando el juez ve
que tiene conexión con otro. 

Doring (1972:323-325) nos dice que la experiencia parte de vivencias


iguales o similares, habidas, no en ocasión del caso que se está investigando
sino anteriormente. En parte, el saber experiencial se apoyará en una
vivencia colectiva  de todo pueblo o de comunidades menores, que tanto en
el operante como en muchas otras personas, se habrá condensado en
determinados conocimientos.

El indicio está compuesto por cuatro elementos que son:

Un hecho conocido, comprobado, denominado hecho indicante,


indicador o causa.
Una inferencia lógica o juicio de razonamiento.
Un hecho desconocido.
Una regla de experiencia.

El hecho conocido o indicante

Este debe estar probado en grado de certeza y ser cierto. Este es el


punto de partida de toda inferencia indiciaria como quiera que es el hecho
que esté en principio señalando o demostrando lo que es materia de
investigación. Este hecho indicante no puede ser impreciso, ni vago, ni
susceptible de que se infieran meras conjeturas o sospechas. Únicamente
aquellos hechos indicantes plenamente establecidos y probados pueden ser
objeto de valoración.

La cosa conocida (llamada indicadora) que es útil para indicar lo


desconocido, puede presentarse tanto en su condición de causa, pudiendo
consistir esa cosa indicadora en un hecho interno de la conciencia como
hecho externo del mundo.

La inferencia lógica

También llamado juicio de razonamiento que significa que partiendo


del hecho conocido se podrá deducir con probabilidad o certeza el hecho
indiciado. La inferencia lógica es un proceso u operación mental que tiene
como fin buscar la conexión entre el hecho indicante y el hecho indicado.
Sobre éste elemento de la estructura indiciaria, hay que destacar de esta
inferencia lógica o relación de causalidad que debe existir entre la causa y el
efecto, no tanto el hecho del cual se parte (hecho indicador, que de todos
modos debe estar demostrado) sino la operación mental anexa a ese hecho
y mediante el cual se concluye de esa existencia tácita de lo que se busca
demostrar, sirviéndonos la operación mental que se va edificando sobre el
hecho indiciario.

La pieza principal del procedimiento probatorio compuesto por esos


elementos no es el hecho del cual arranca, sino el proceso mental que se
conexiona a ese hecho y en virtud del cual se deduce la existencia de la
circunstancia tácita jurídicamente relevante.

El hecho indiciario recién adquiere su importancia para el


averiguamiento por obra de la labor mental que, relacionándola con los
demás elementos necesarios, le da forma de una prueba indiciaria en la cual
pueda descansarse. La mejor manera de aclarar lo dicho es un ejemplo de lo
más simple: En una zanja es encontrado un cadáver. Se indagó cual fue la
causa del deceso. Un examen más atento revela que su piel presenta en la
cara y en las manos, lesiones de determinada índole.
Esto es la base táctica de la cual puede partirse para determinar la
causa de la muerte. Seguidamente se le anexiona con la regla experimental,
según la cual las lesiones de esa fase suelen ser provocadas por efecto de
líquidos corrosivos. De ahí que el juzgador extrae la conclusión de que el
muerto habrá sufrido contacto con algún ácido o alguna otra sustancia que
ataca gravemente la piel; si fue por propia imprudencia o por acción de un
tercero.

El hecho indicado o conclusión

Según Arburola (1995:45) la conclusión se considera débil cuando no


se produce de inmediato un razonamiento, sino que es necesario que se
produzca una cadena extensa de demostraciones. El poder de convicción de
la conclusión, que ocasiona la vinculación del hecho indicador con las reglas
de la experiencia, debe apreciarse en cada caso concreto. El investigador o
averiguador debe examinar  la estrecha conexión, según la experiencia entre
el hecho indiciario y el hecho que se va a determinar. Por ende, debe tomar
en cuenta si el ligamen de la conexión ha sido duradera, tan esa sí que se
pueda deducir  del indicio la existencia del hecho que se va a probar.

Es el que se pretende conocer o probar. Se le denomina hecho


indicado, principal o efecto, éste debe ser claro y preciso. La conclusión se
considera débil cuando no se produce de inmediato un razonamiento, sino
que es necesario que se produzca una cadena extensa de demostraciones.

El poder de convicción de la conclusión, que ocasiona la vinculación


del hecho indicador con las reglas de la experiencia, debe apreciarse en
cada caso concreto. El investigador o averiguador debe examinar la estrecha
conexión, según la experiencia entre el hecho indiciario y el hecho que se va
a determinar. Por ende, debe tomar en cuenta si el ligamen de la conexión
ha sido duradera, tan es así que se pueda deducir del indicio la existencia del
hecho que se va a probar.

La regla o máxima de la experiencia

Por medio de una constante y reiterada observación del acontecer


común por la repetición uniforme de ciertos acontecimientos, el hombre por
medio de algunos presupuestos básicos puede considerar que un fenómeno,
actitud o hecho se puede manifestar de determinada manera; por lo tanto es
posible afirmar que se ha obtenido una máxima de experiencia absoluta o de
probable validez.

NATURALEZA JURÍDICA

El indicio no es una actividad intelectual de inferir o presumir, por lo


tanto no pertenece al campo delta mente. El indicio atañe al mundo fáctico,
se refiere a hechos o actos pasados que una vez conocidos y probados
pueden ser para inferir o presumir la verdad o falsedad de otros sucesos.

En el campo de la lógica diríamos, el indicio equivale a la formación de


la premisa menor de un silogismo, la que debe ser cierta, es decir, se debe
tener por probada, porque de premisas falsas, falsas conclusiones. En el
terreno jurídico, el indicio es un factor de la presunción; es el hecho del cual
se parte para presumir.

En efecto, las cosas, los seres y hechos que nos circulan, como nadie
ignora, hallándose vinculados entre sí por relaciones diversas, de semejanza
o diferencia, de causalidad o simple sucesión, de coexistencia, de finalidad y,
cuando se trata de hechos únicos, al menos por las relaciones de lugar y de
tiempo. Todas las relaciones constituyen infinidad de leyes, que, para el
objeto de que tratamos, son utilizadas en calidad de premisa mayor de un
silogismo, cuyo término medio es el indicio o hecho conocido y cuya
conclusión será el hecho desconocido, o sea el indicado, como también se le
designa, aludiendo al indicio o hecho indicador.

VALORACIÓN DE LA PRUEBA

Libre Convicción: Es la apreciación directa e inmediata por parte del


Juez, de los medios de pruebas evacuados.

La Tarifa Legal: La ley impone al Juez que forma debe aplicar para
valorar la prueba, a través de ella, el Juez determina el poder de convicción
de acuerdo con las reglas que al efecto expresamente establece la Ley.

Artículo 508 CPC

Para la apreciación de la prueba de testigos, el Juez examinará si las


deposiciones de éstos concuerdan entre si y con las demás pruebas, y
estimará cuidadosamente los motivos de las declaraciones y la confianza
que merezcan los testigos por su edad, vida y costumbres, por la profesión
que ejerzan y demás circunstancias, desechando en la sentencia la
declaración del testigo inhábil, o del que apareciere no haber dicho la verdad,
ya por las contradicciones en que hubiere incurrido, o ya por otro motivo,
aunque no hubiese sido tachado, expresándose el fundamento de tal
determinación

La Sana Crítica: Frente a la absoluta libertad del juzgador para


apreciar y valorar las pruebas, surge el sistema intermedio y más extendido
de la sana critica, que permite al Juez formarse libremente su propia
convicción sobre las pruebas, pero obligándole a establecer los fundamentos
de la misma, fundamentándose en proposiciones lógicas correctas y en
observaciones de experiencia confirmadas por la realidad.

Artículo 507 CPC


A menos que exista una regla legal expresa para valorar el mérito de
la prueba, el Juez deberá apreciarla según las reglas de la sana crítica.

Artículo 509 CPC

Los Jueces deben analizar y juzgar todas cuantas pruebas se hayan


producido, aun aquellas que a su juicio no fueren idóneas para ofrecer algún
elemento de convicción, expresándose siempre cuál sea el criterio del Juez
respecto de ellas.

LA VALORACIÓN DE LOS INDICIOS

Artículo 510 CPC

Los Jueces apreciarán los indicios que resulten de autos en su


conjunto, teniendo en consideración su gravedad, concordancia y
convergencia entre sí, y en relación con las demás pruebas de autos, estoy
admitiendo que esos medios probatorios son válidos y se deben evacuar en
el proceso.

Francesco Carnelutti explica lo siguiente:

“...A diferencia de las fuentes de prueba, las fuentes de presunciones


o indicios no se prestan a análisis ni a clasificaciones. No se trata aquí de
hechos representativos, en los que, por su propia naturaleza, la función
probatoria es esencial, sino de hechos autónomos, cuya función probatoria
es meramente accidental y surge por la eventualidad de una relación suya,
indefinible a priori, con el hecho a probar. Por consiguiente, no cabe más que
destacar el carácter esencialmente relativo de los indicios: un hecho no es
indicio en sí, sino que se convierte en tal cuando una regla de experiencia lo
pone con el hecho a probar en una relación lógica, que permita deducir la
existencia o no existencia de éste... testimonio, documento e indicio son,
pues, hechos de los cuales el juez deduce, mediante la regla de experiencia,
el hecho a probar...”

En ese mismo orden de ideas, Luis Muñoz I Sabaté dice lo siguiente:

“... el indicio es la cosa o el suceso conocidos (probatum) de los cuales se


infiere otra cosa u otro suceso desconocidos (probandi). Jurídicamente es el
hecho-base que activa la presunción para llevarnos al hecho
consecuencia...”.

Por su parte, Hernando Devis Echandía opina que:

“...Se entiende por indicio cualquier hecho conocido (o una


circunstancia de hecho conocida), del cual se infiere, por sí solo o
conjuntamente con otros, la existencia o inexistencia de otro hecho
desconocido, mediante una operación lógica basada en normas generales de
la experiencia o en principios científicos o técnicos especiales. Sobre el
mismo punto, José Santiago Núñez Aristimuño sostiene lo siguiente:

“... El Código Civil, las define conjuntamente con las presunciones


legales, artículo 1.394 “como las consecuencias que la Ley o el Juez sacan
de un hecho conocido para establecer uno desconocido” y en el artículo
1.399 establece:

“Las presunciones que no están establecidas por la Ley quedarán a la


prudencia del Juez, quien no debe admitir sino las que sean graves, precisas
y concordantes, y solamente en los casos en que la Ley admite la prueba de
testigo”.

El Código de Procedimiento Civil, derogado, no hacía ninguna


referencia a esa prueba y el actual no las individualiza ni precisa dentro del
capítulo “De los Medios de Prueba y de su Promoción y Evacuación”, sino
que en el Capítulo X “De la Carga y Apreciación de la Prueba”, artículo final,
el 510 dice:

“Los jueces apreciarán los indicios que resulten de autos en su


conjunto, teniendo en consideración su gravedad, concordancia y
convergencia”.

Es de apreciarse, entonces, que para el legislador de 1985, el indicio


no es propiamente un medio de prueba, sino un elemento probatorio que
nace de cualquiera otro medio ordinario de prueba que curse en autos y
constituye la base para la presunción, la cual, en definitiva, es lo que se
resuelve o viene a resultar una prueba indirecta.

Entonces, es de preguntarse: ¿hay un mecanismo mental que a base


del indicio surgido de un hecho probado, establece el hecho desconocido
sustentado en el conocido? ¿Y todo ese proceso es lo que constituye
propiamente la prueba de presunción?

Pensamos que para entender ese proceso mental que hemos


insinuado es el que opera para articular la presunción como elemento
probatorio, es útil esta fórmula que hemos elaborado, utilizando los
conceptos de Alsina, Michelli y Calamandrei, antes expuestos:

Hay un elemento que el juez induce de un hecho que está en los autos
demostrado con un medio de prueba ordinaria, lo confronta prudentemente
con una regla o máxima de experiencia y de allí ahora por deducción,
establece el hecho desconocido” (Las presunciones hominis como medio de
prueba y la técnica para su impugnación en casación. Y Román J. Duque
Corredor señala lo siguiente:

“...Aunque la regulación de los indicios, o sea el artículo 510 del


Código de Procedimiento Civil, aparece en el Capítulo X del Título II del Libro
Segundo de dicho Código, bajo la denominación De la Carga y la
Apreciación de la Prueba, en mi criterio no constituye un verdadero medio
probatorio, de carácter autónomo. En efecto, dispone el artículo 510 ya
citado, lo siguiente: <<Los jueces apreciarán los indicios que resulten de
autos en su conjunto, teniendo en consideración su gravedad, concordancia
y convergencia entre sí, y, en relación con las demás pruebas de autos>>.
Puede apreciarse que en el texto referido, más que una regla de valoración,
se consagra la facultad de los jueces de utilizar los indicios para fundar sus
decisiones.

Ahora bien, los indicios en cuestión son un cúmulo de hechos que


están probados en el proceso, con diferentes pruebas, así como las mismas
conductas procesales de las partes, que por su comprobación, coincidencia y
pertinencia con el objeto del litigio, permiten llegar a los jueces, por vía de
deducción, a un convencimiento con respecto a las afirmaciones o alegatos
de las partes. El requisito de su procedencia estriba en la comprobación de
los hechos que sirven de indicios, así como en su apreciación en conjunto y
no aisladamente, de tal manera que si uno o algunos de esos hechos
divergen o contradicen los otros, el Juez no podrá basarse en ellos.

Además, no tienen límite respecto a su utilización por parte del Juez.


Esta es, a mi juicio, la diferencia con las presunciones homines a las que se
refiere el artículo 1.399 del Código Civil, que sólo pueden admitirse por el
Juez en los casos en que se admite la prueba testifical. Puede decirse
entonces, que el artículo 510 del Código de Procedimiento Civil, modificó
aquellas presunciones, que podían establecer los jueces, al ampliar su
aplicación, sin restringirlas únicamente al supuesto de admisibilidad de la
prueba de testigos.
En resumen, que los jueces venezolanos están autorizados para que,
en base a los indicios que se desprendan de los diferentes medios de
prueba, puedan extraer deducciones que les sirvan de fundamento a sus
decisiones...” (Apuntaciones sobre el procedimiento civil ordinario.

Al respecto, esta Sala en sentencia N° 00108, de fecha 3 de abril de


2003, caso: Joaquin de Oliveira c/ Ladislav Dinter Varvarigos, estableció lo
siguiente:

“...A los efectos de la decisión de la presente denuncia, estima la Sala


oportuno hacer referencia al contenido de lo preceptuado por las normas
señaladas como infringidas, a saber el artículo 1.394 del Código Civil
establece: “Las presunciones son las consecuencias que la ley o el Juez
sacan de un hecho conocido para establecer uno desconocido”, el artículo
1.399 ejusdem reza: “...Las presunciones que no estén establecidas por la
ley quedarán a la prudencia del Juez, quien no debe admitir sino las que
sean graves, precisas y concordantes, y solamente en que la ley admita la
prueba testimonial....”

El artículo 510 del Código de Procedimiento Civil, prevé: “Los Jueces


apreciarán los indicios que resulten de autos en su conjunto, teniendo en
consideración su gravedad, concordancia y convergencia entre sí, y en
relación con las demás pruebas de autos”

De la interpretación sistemática de las normas legales transcritas, se


colige que las presunciones son conclusiones; y concluir, según el
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, en una de sus
tantas acepciones, significa:“...3. Inferir, deducir una verdad de otras que se
admiten, demuestran o presuponen”. Así mismo, la palabra INDICIO significa
y de esta forma lo identifica el Diccionario Jurídico Espasa, “...Hecho que
permite deducir o inferir la existencia de otro no percibido o conocido que es
el jurídicamente relevante...” Por su parte el mismo texto citado define el
término PRESUNCIONES, como: “...Operaciones intelectuales y volitivas,
imperadas o permitidas por el Derecho positivo o consentidas por el buen
sentido de un hombre experimentado, que consisten en tener como cierto un
hecho (el hecho presunto) a partir de la fijación como cierto de otro hecho (el
hecho indicio o base)

El ad-quem al efectuar el estudio del caso y valorar el título supletorio


acompañado por el demandante, consideró que éste no podía ser apreciado
como prueba sino como indicio -hecho base- vale decir a la luz de la
definición transcrita supra, éste representó el hecho que le permitió inferir la
existencia de la posesión –el otro hecho no percibido, hecho presunto- éste
elemento lo concatenó con otras pruebas de autos, o sea realizó una
operación intelectual, (actividad no censurable en casación) que lo llevó a
concluir –deducir una verdad de otra que se presupone- que no habiendo
demostrado el demandado durante el desarrollo del proceso, la condición de
arrendatario que le endilgó al demandante y con ello que la naturaleza de la
posesión fuese precaria y no de forma pacífica y con ánimo de dueño, como
lo alegara el demandante, llegó a la conclusión de que estaban llenos los
extremos para declarar con lugar la pretendida prescripción adquisitiva
peticionada en el libelo...”.

Exp. Nº AA20-C-2002-000306 SALA DE CASACIÓN CIVIL

PRESUNCIÓN

Se denomina presunción, en Derecho, a una ficción jurídica a través


de la cual se establece un mecanismo legal automático, que considera que
un determinado hecho, o un determinado acontecimiento, se entiende
probado simplemente por darse los presupuestos para ello. La presunción de
hechos y derechos, faculta a los sujetos a cuyo favor se da, a prescindir de la
prueba de aquello que se presume cierto ope legis.

Todo esto favorece de entrada a una de las partes del juicio (el que se
beneficia de la presunción) que normalmente es el que se encuentra en una
posición defensiva, y cuya verdad formal presumida, tendrá que ser destruida
aportando para ello pruebas en contra, por quien sostenga otra verdad
distinta a la presumida. (Por ejemplo, en los hijos nacidos constante el
matrimonio, se presume la paternidad del marido, o los bienes muebles se
presume que pertenecen a aquel que los tenga en posesión).

El tratadista Rivera Morales (2009) en su obra Las Pruebas en el


Derecho Venezolano, indica que el término presunción, en principio se deriva
de la voz latina praesumere, que significa resolver de antemano, anticipar,
tomar una cosa cierta sin que esté probada.

Su evolución llevó a considerarla en la recopilación como forma de


prueba y se decía: “praesumptio iuris et de iure non admittit probationem in
contrarium”, o sea, la presunción fuerte no admite prueba en contrario. No
obstante, se verificó otro tipo presunciones y se aminoró su valoración,
diciéndose: “praesumtioni standum nisi contrarium probetur”, que significa
que la presunción ha de mantenerse hasta prueba en contrario; más tarde se
establecieron unos principios que decían “probatio vincit praesumptionem” (la
prueba vence a la presunción) y “praesumptio cedit veritati”, (la presunción
cede a la verdad). Con la reaparición del derecho romano (con los
glosadores) y su integración con el derecho canónico se incorporaron
diversos tipos de presunciones: praesumptiones iuris et de iure,
praesumptiones iuris tantum y praesumptiones facti.
DEFINICIÓN

El jurista Devis Echandía (citado en Rivera Morales, ob. cit.) arguye lo


siguiente:

La presunción es un juicio lógico del legislador o del juez, en virtud del


cual se considera como cierto o probable un hecho (lo segundo es
presunción judicial o de hombre), con fundamento en las máximas generales
de la experiencia, que le indican cuál es el modo normal como se suceden
las cosas y los hechos. Desde otro punto de vista y cuando son simples
presunciones de hombre, son principios lógicos basados en las reglas de la
experiencia, que permiten una correcta valoración de las pruebas; por
consiguiente, no son en realidad presunciones, sino reglas para el criterio del
Juez.

Se aprecia de la definición citada una clara distinción entre las


presunciones establecidas por el legislador y las que establece el hombre en
su práctica judicial. Pero, en ambas, lo fundamental es que hay una
aplicación de las máximas de experiencia, que en última instancia se opera a
través de la operación lógica inducción-deducción.

NATURALEZA JURÍDICA

El problema de la naturaleza jurídica de la presunción es muy


discutido en la doctrina. El principal tema que se discute es si son o no
medios de prueba. En todo caso, el hecho de no ser uniformes las
presunciones, distinguiéndose las llamadas: a) judiciales, de hombre o
simples; b) las legales; c) las de derecho, implicaría una naturaleza jurídica
distinta para cada una de ellas.

Acerca de las primeras se dice que no son propiamente un medio de


prueba, pues, del conjunto de indicios probados que cursan en autos, el juez
mediante una operación lógica obtiene una inferencia que le permite
presumir el hecho indicado; en este sentido se dice que estas presunciones
simples son el resultado de los razonamientos probatorios del juez.

Con relación a las segundas se dice que son reglas jurídicas


sustanciales para la aplicación del derecho objetivo a ciertos casos
concretos, cuyos efectos sustanciales se producen fuera del proceso y son
reconocidos en éste, donde además influyen en la carga de la prueba, por
ejemplo, el hijo de mujer casada es hijo del marido si nace en el lapso de 180
días después de casados a 300 días después de disolución del matrimonio.

Es un derecho sustancial del hijo reputarse hijo de su padre desde el


momento de su nacimiento, pero una vez que se discuta la legitimidad, opera
la presunción y produce un efecto procesal y fija los hechos, de manera que
no requiere probar su condición de hijo. Ese doble efecto (sustancial y
procesal), pone de manifiesto que no es un medio de prueba.

En cuanto a las terceras algunos consideran que no son verdaderas


presunciones, sino preceptos o mandatos jurídicos imperativos, actos
dispositivos del legislador que no admiten prueba en contrario. El jurista
Muñoz Sabaté (citado en Rivera Morales, ob. cit.), sostiene que:

Las mal llamadas presunciones iuris et de iure, en realidad; como afirma


GUASP, tales presunciones son ajenas por completo al derecho de la
prueba. Más aun nada tienen que ver con el concepto de presunción, pues
se trata de auténticas normas jurídicas que por un erróneo enfoque, debido
casi siempre a razones históricas, reciben esta incorrecta formulación.

CLASIFICACIÓN DE LAS PRESUNCIONES


Se han realizado diversas clasificaciones de las presunciones. Rivera
Morales (2009), siguiendo a Bello Lozano establece las siguientes
clasificaciones:

A) Por Razón del Sujeto

1- Las creadas por el legislador, que son las presunciones iuris o legales.
2- Las formadas por el juez, presunciones de hecho u hominis.
B) Atendiendo s su Contenido

1- Presunciones iuris et de iure, que se establece como verdad incontestable


la existencia legal del hecho deducido, y se rechaza toda discusión
probatoria acerca de él. Este criterio es rechazado por algunos tratadistas.

2- Las presunciones iuris tamtum, que la ley impone al juez que tenga por
verdaderos los hechos que se deducen de ciertas pruebas circunstanciales,
pero permite a los interesados demostrar la inexactitud de la inducción
fundada en dichos hechos.

C) En Razón de su Función

1- Las presunciones judiciales que se constituyen en medio de prueba


con la finalidad de averiguar la verdad. No influyen en la carga de la prueba,
pero sí en la valoración, puesto que al aplicar los principios de experiencia
pueden determinar si un hecho se encuentra o no probado. En este caso
para que las presunciones judiciales operen con base en hechos conocidos,
es indispensable que se hayan probado plenamente. Aquí el enlace entre el
hecho base y el presumido lo establece el juez en forma probable o posible.

2- Las presunciones legales iuris tantum que conllevan la finalidad de


servir de desplazamiento de la carga de la prueba. En realidad, así lo
sostiene el maestro Devis Echandía (citado en Rivera Morales, ob. cit.), no
hay propiamente un desplazamiento, sino que se libera, dispensa o alivia la
carga de probar a la parte favorecida con ellas. En este tipo de presunción el
enlace entre el hecho base y el presumido lo establece la ley en forma
provisional o relativa.

3- Las presunciones iuris et de iure que excluyen la prueba. Que no es


otra cosa que eliminar el hecho presumido del presupuesto fáctico para la
producción de los efectos jurídicos perseguidos por quien las invoca. En esta
presunción la relación de enlace entre el hecho base y el presumido,
también, lo establece la ley, pero en forma definitiva y absoluta.

De lo expuesto en los numerales 2 y 3 anteriores se puede deducir


que: quien alega una presunción legal iuris tantum o iuris et de iure, debe
probar plenamente y por los medios conducentes los hechos que sirven de
base a la presunción, es decir, aquellos que son el presupuesto para su
aplicación, por ejemplo, el matrimonio y el nacimiento, para la presunción de
paternidad del hijo de mujer casada; los actos de utilización económica para
la prueba de la posesión agrícola.

D) En Razón del Campo del Derecho

1- Presunciones que regulan situaciones jurídicas sustanciales, por ejemplo,


artículo 164 del Código Civil. 2- Presunciones que regulan situaciones
jurídicas procesales, por ejemplo, se presume convalidado un acto nulo
cuando en la primera oportunidad no se opone dicha nulidad.

LAS PRESUNCIONES LEGALES

Presunciones legales son aquellas fijadas por el legislador, teniendo


en cuenta que, según el orden normal de la naturaleza, de ciertos hechos
derivan determinados efectos, y entonces, por razones de orden público
vinculadas al régimen jurídico, impone una solución de la que le juzgador no
puede apartarse.

En estos supuestos el legislador hace el razonamiento y establece la


presunción, pero a condición de que se pruebe el hecho en que ella se
funda. Por lo tanto, constan de los mismos elementos que las presunciones
judiciales: Un hecho que sirve de antecedente, un razonamiento y un hecho
que se presume.

Las presunciones "juris et de jure" no admiten prueba en contrario.


Ellas no constituyen en esencia un medio de prueba, sino que excluyen la
prueba de un hecho considerándolo verdadero. El hecho presumido se
tendrá por cierto, cuando se acredite el que le sirve de antecedente.

Las presunciones "juris tantum" son aquellas que permiten producción


de prueba en contrario, imponiéndole esa carga a quien pretenda
desvirtuarlas, y por ello interesan al derecho procesal.

Se diferencian de las presunciones judiciales porque vinculan al juez.


Quien tiene a su favor una presunción iuris tantum, estará dispensado de
probar el hecho alegado, pero en cambio debe acreditar los hechos que
constituyen las premisas o presupuestos de la misma.

Decir que una presunción no admite prueba en contrario, no implica


que no se pueda atacar la existencia del hecho presumido, lo que no se
podrá objetar es el razonamiento.

Las presunciones se aplican sobre todo a los hechos jurídicos, y


convierten en derecho lo que no es más que una suposición fundada en lo
que generalmente ocurre (praesumptio sumitur de eo quod plerumque fit).
El fundamento lógico de las presunciones reside en que la dificultad
de la prueba podría hacer perder muchas veces un derecho, de tal manera
que la obligación de demostrar el hecho que podría destruir la presunción
recae sobre quien lo alega y no sobre el que invoca la norma que lo ampara.

Así, en los accidentes de trabajo se presumen que el obrero no ha


tenido culpa en su producción: el patrón debe acreditar una culpa grave para
eximirse de indemnizarlo. Pero en otros casos, especialmente en las
presunciones iuris et de iure, hay también motivos de orden social que
intervienen para justificar su existencia.

Estas presunciones, que se llaman legales porque derivan


necesariamente de la ley, no deben ser confundidas con las presunciones
simples o del hombre, que se admiten y utilizan frecuentemente en los juicios
para averiguar la verdad de un hecho mediante razonamientos deductivos.

PRESUNCIONES HOMINIS O JUDICIAL

Las presunciones hominis las define Chiovenda (citado en Rivera


Morales, ob. cit.) como “aquellas de las cuales el Juez como hombre se sirve
durante el pleito para formar su convicción, como la haría cualquiera que
razonase fuera del proceso”.

Por su parte Parra Quijano, señala que la presunción judicial o de


hombre, le sirve al juez para la valoración de las pruebas, pero no es un
medio de prueba ni se puede confundir con el indicio, ya que éste es un
hecho y la presunción un razonamiento.

La doctrina distingue entre inferencia y presunción, llaman inferencia a


lo que en el ordenamiento venezolano se llama presunción judicial u hominis,
al respecto dicen: “El efecto compulsivo de una inferencia, si tiene alguno,
está basado en la lógica y experiencia, no en la ley”.
En el artículo 1.399 del Código Civil venezolano se estatuye:

Las presunciones que no estén establecidas por la ley quedarán a la


prudencia del Juez, quien no debe admitir sino las que sean graves, precisas
y concordantes, y solamente en los casos en que la Ley admite la prueba
testimonial.

En el análisis que el ex-magistrado Núñez Aristimuño hace del citado


artículo confunde los conceptos de indicio y presunción, luce pues, que
acoge la tesis de Carnelutti y de Alsina. Los hechos indiciarios no pueden ser
establecidos por la ley, sino que surgen en el proceso porque son parte de lo
ocurrido (ejemplo, manchas de sangre en la camisa es un hecho, no es una
invención y no podría ser fijado por la ley).

Nótese que el artículo in comento establece una restricción a la


presunción judicial, pues, la limita sólo en los casos que es admisible la
prueba de testigos. Presupuesto legal que choca con el principio de la
verdad, de la libertad de medios y de la sana crítica, ya que éstas se
elaboran con base en lo que existe en el acervo probatorio, pues, es un
proceso de razonamiento en el momento de la valoración de las pruebas.

FUNCIÓN QUE CUMPLEN EN EL PROCESO. EFECTOS

Como todo medio de prueba tienen que estudiarse con cuidado, con
relación a lo que llamaría el magistrado Cabrera Romero “el entorno
procesal” y su relación con todo el acervo probatorio, con la finalidad de
establecer su rol e influencia en el proceso. La doctrina expresa: “Así como
las cargas de la prueba están algunas veces situadas por razones de
equidad, algunas presunciones están creadas para corregir un desequilibrio
resultante del mayor acceso que tiene a la prueba una de las partes”.
De manera que, en principio, como lo expresa el maestro Parra
Quijano las presunciones se establecen por razones de equidad, debido a la
dificultad de traer al proceso hechos de imposibilidad probatoria (no nos
referimos a hechos imposibles, sino a hechos que son normales pero no hay
medios probatorios para traerlos al proceso); también, tienen las
presunciones funciones estabilizadoras en las relaciones sociales, familiares
y patrimoniales, de suerte que se establece, por ejemplo, una presunción
legal (hijo nacido de matrimonio se reputa del marido), para no tener que
estar haciendo cada vez que nazca un niño en esa situación prueba de
sangre de ADN. Sólo si se impugna será en proceso que se podrá desvirtuar.

Las presunciones no tienen un trámite procesal, de manera que no


están sujetas a las actividades formales de la prueba, como: promoción,
evacuación y apreciación, sino que ella es en sí misma un razonamiento que
hace el juzgador tomando como base un hecho probado que existe juicio. Si
bien es cierto que no hay actividad probatoria con relación a las
presunciones como sí lo tienen los otros medios, quien se favorece debe
alegar el hecho presunto y el hecho base debe estar fijado por medio
probatorio. No debe olvidarse que se trata de la aplicación de métodos
lógicos, reglas de experiencia y análisis de concordancia. Al sujeto que
favorezca la presunción no requiere probarla, basta que muestre el hecho
base, por ejemplo, el acta de matrimonio es suficiente a la presunción que se
reputa hijo del marido el nacido en el matrimonio.

Otro problema es en cuanto a la oportunidad de la alegación. La ley no


establece ni forma ni tiempo para su proposición, pero indudablemente que
la acreditación del hecho base debe surgir, o bien de la práctica de los
medios probatorios, o aportada en los lapsos correspondientes.
El problema está que si se alega en conclusiones la parte contra quien
obra no tendrá oportunidad para desvirtuarla. Me parece evidente que si la
persona promueve el hecho base, en el razonamiento del objeto de prueba,
deberá alegar que se trata de una prueba indirecta, de manera que la parte
pueda desvirtuarla. Más complicado resulta cuando es simplemente una
valoración que hace el juez con relación al contenido del acervo probatorio,
en cuyo caso solo le quedará a la parte contra quien haya obrado hacer las
impugnaciones correspondientes en apelación.

En cuanto a los efectos, pues, se tiene la general de todo medio


probatorio, es decir, la de producir la convicción al juez sobre los hechos
alegados en el proceso. Como se ha visto el grado de convicción va a
depender, por un lado del tipo de presunción (de derecho o judicial); por otra
parte, en nuestro caso y conforme al artículo 1.398 del Código Civil, tiene un
valor absoluto la presunción legal cuando fundada en ella la ley anula ciertos
actos o niega acción en justicia; las otras admiten prueba en contrario, es
decir son desvirtuables los hechos en que se basan.

En la función de las presunciones para la valoración de las pruebas se


debe ser muy meticuloso. Una prueba no puede llegar a ser rechazada sobre
la base de un convencimiento que el juez se haya formado anticipadamente
sobre presunciones de inverosimilitud. La razón debe buscarse en la regla
fundamental de derecho probatorio que una prueba no puede ser rechazada
con base en simples presunciones sino únicamente cuando se tenga la
certeza, no la simple duda, de la inutilidad del medio, por ejemplo, probar por
testimonio un hecho ocurrido siglos atrás. O, por ejemplo, tratar de rechazar
la prueba escrita, la cual tiene una presunción de veracidad, sólo a base de
presunciones; tendría que impugnarse y tacharse de falso y demostrarse la
falsedad, lo que significaría tener la certeza.
IMPUGNACIÓN

En el Estado de derecho entre las garantías del proceso concurre la


motivación en las sentencias. El juez debe indicar cuáles son los hechos que
considera probados, de dónde devienen y en qué consisten; a su vez tiene
que explicitar razonadamente las reglas aplicadas de experiencia o lógicas
que le condujeron a establecer esa relación. Más cuando se trata de indicios
y presunciones, pues, ninguno de ellos obedece al criterio formal de
promoción y evacuación, sino aparecen en el proceso a través de otros
medios probatorios.

En el caso de las presunciones son razonamientos que hace el juez,


de manera que no ha habido posibilidad de controlar y contradecir este
proceso racional, crítico y lógico, por lo que la única manera es que esté
expresado detalladamente en la sentencia para poder ejercer su control con
los recursos que otorga la ley. La forma de valoración sólo se podrá conocer
en el momento de la sentencia, por ello, como garantía del debido proceso
debe ser motivada exhaustivamente.

El juez ha llegado a ciertas conclusiones sirviéndose de una prueba


inmediata o de una presunción. Para alcanzar ese resultado experimenta lo
que Reinchenbach denomina «una confianza inductiva», que es ese
sentimiento intuitivo que experimentamos al aceptar creencias basadas en
inducciones. Entonces, hablar de prueba de presunciones, como expresa
Muñoz Sabaté es lo mismo que si dijéramos prueba de raciocinio, lo cual no
tiene sentido ni lógica. El juez mientras presume, valora, y apenas puede
existir actividad valorativa sin que a la vez, con mayor o menor complejidad,
no se ejercite también una presunción. ¿De qué servirían unos instrumentos
falsos, unos instrumentos equívocos? Allí está, precisamente, la valoración
integral que tiene que realizar el juez.
La Sala de Casación Civil ha determinado que el error de juzgamiento
puede adoptar las siguientes formas:

El error de derecho propiamente dicho, que se verifica en la


interpretación o aplicación de las normas sustantivas o adjetivas para
resolver el asunto debatido, las cuales conforman la premisa mayor del
silogismo judicial y constituyen los motivos de derecho que soportan el
dispositivo del fallo.

El error cometido al juzgar los hechos, el cual es susceptible de


descomposición en las siguientes alternativas:

Error de derecho al juzgar los hechos, que se produce en la


interpretación o aplicación de las normas que regulan el establecimiento o
apreciación de los hechos o las pruebas, previsto en el artículo 320 del
Código de Procedimiento Civil.

Error de hecho al juzgar los hechos, que consiste en el


establecimiento de un hecho positivo y concreto que no tiene respaldo
probatorio en autos, denominado suposición falsa en el artículo 320 del
Código de Procedimiento Civil.

En la primera hipótesis -error de derecho propiamente dicho- la Sala


se limita a examinar si el derecho fue correctamente aplicado. No puede
extenderse al establecimiento o apreciación de los hechos que hayan
efectuado los jueces de instancia. Tampoco puede pronunciarse sobre el
fondo de la controversia, salvo que se trate de una casación sin reenvío. En
las otras hipótesis, la Sala puede descender a las actas del expediente y
extenderse al establecimiento y apreciación de los hechos, pues así lo
autoriza el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil:
Por esta razón, en la jurisprudencia se le denomina motivos del
recurso de casación sobre los hechos, para cuya denuncia deben cumplirse
las exigencias previstas en los ordinales 3 y 4 del artículo 317 del Código de
Procedimiento Civil, porque -como lo ha decidido la Sala de Casación Civil-
constituyen modalidades del vicio de juzgamiento.

Así, pues, que en lo específico de la impugnación de las presunciones


se considera, con base a la doctrina asentada por el Tribunal Suprema de
Justicia, se pueden presentar dos situaciones: a) infracción de la norma
jurídica expresa que regula el establecimiento o apreciación de la
presunción, como es el caso del artículo 1.399 del Código Civil, en la que se
determina inidónea cuando la Ley no admite la prueba testimonial; b) cuando
el juez ha partido de hechos falsos, o sea, la hipótesis del falso supuesto, lo
cual comprende el artículo 510 en correspondencia n el artículo 320 del
Código de Procedimiento Civil.
BIBLIOGRAFIA

Rivera M., Rodrigo (2009). Las Pruebas en el Derecho


Venezolano. Barquisimeto, Venezuela.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Gaceta Oficial de la


República de Venezuela No 36.860. Diciembre 1999.

Calvo Baca Emilio. Código de Procedimiento Civil Comentado. Editorial


Arte, S.A. Caracas 2011.
Universidad Fermín Toro

Facultad de Ciencias Jurídicas

Escuela de Derecho

Barquisimeto

INDICIOS Y PRESUNCIONES
Sección N- 655
Paredes, Carmen C.I 14.750.865
Silva, Rafael C.I 11.879.419.
Montilla, Luccibeth C.I: 17.308.065
Oviedo, Erwin C.I 15.003.969
Torres, Génesis C.I
Zambrano, Francisco C.I
Derecho Probatorio
Prof. Abg. Julio Ramírez

JUNIO, 2014

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