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C o m o s e h a n d e r e s i s t i r l a s p a s i o n e s

1. Mientras vivimos en el mundo, no podemos estar sin trabajos y tentaciones.

Por esto escrito está en el libro de Job: Tentación es la vida del hombre sobre la tierra. (Job 7.1) Biblia
Septuaginta …. Debiéramos, pues, estar muy prevenidos contra las tentaciones, velando y orando para no dar
lugar a las asechanzas del demonio, que nunca duerme, más … ¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el
diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar. (1 Pedro 5.8) NTV

Nadie hay tan perfecto y santo que algunas veces no padezca tentaciones; y no podemos estar del todo libres de ellas.

2. Mas, aunque sean molestas y penosas, no dejan de ser a menudo muy útiles al hombre, porque le humillan, le purifican e
instruyen.
Todos los santos tuvieron que sufrir muchos trabajos y tentaciones, y por su medio adelantaron en la perfección.
Y los que no pudieron sostener las tentaciones, se hicieron réprobos, y desfallecieron.
No hay orden tan santo, ni lugar tan retirado donde no se encuentren tentaciones y adversidades.

3. El hombre, mientras vive, jamás está seguro de no sufrir tentaciones; porque nacidos en la concupiscencia, tenemos en
nosotros mismos el germen de ellas.
No bien ha pasado una tentación o tribulación, cuando ya sobreviene otra; y siempre tendremos algo que padecer, pues perdimos
el bien de nuestra felicidad primitiva.
Muchos procuran huir de las tentaciones, y caen más gravemente en ellas.
Para vencer no basta huir; más con la paciencia y verdadera humildad nos hacemos más fuertes que todos nuestros enemigos.

4. El que sin arrancar el mal de raíz se contenta con evitar las ocasiones exteriores, poco aprovechará; antes bien las tentaciones
le asaltarán nuevamente y con más violencia.
Más fácilmente vencerás poco a poco, con paciencia y constancia (mediante el favor divino), que obrando con obstinación y
dureza.
Toma a menudo consejo en la tentación, y no trates con aspereza al que está tentado; antes procura consolarle como desearías
que a ti te consolasen.

5. El origen de todas las tentaciones es la inconstancia de ánimo y la poca confianza en Dios.


Pues cual nave sin timón, impelida de una a otra parte por las olas, así el hombre, descuidado é inconstante en sus propósitos,
divaga a merced de las tentaciones.
El fuego prueba al hierro, y la tentación al hombre justo.
A veces ignoramos lo que podemos; más la tentación descubre lo que somos.
Debemos, pues, velar, sobre todo al principio de la tentación; porque es más fácil vencer al enemigo, si no se le deja penetrar
en el alma y si se le rechaza al punto mismo que se presenta.
Por esto dijo un autor antiguo: Procura atajar el mal desde el principio, porque si se acrecienta con largas dilaciones, tarde
llegará el remedio. (Ovidio.)
Primeramente se ofrece un simple pensamiento, después la importuna imaginación, luego la delectación, el movimiento
desordenado y el consentimiento.
Así poco a poco se introduce enteramente el maligno enemigo, cuando no se le resiste desde un principio.
Y cuanto más tarde y perezoso fuere uno en resistir, tanto más se debilitará cada día y más fuerte se hará contra él el enemigo.

6. Algunos padecen mayores tentaciones al principio de su conversión; otros al fin.


Otros empero las padecen casi toda la vida. Algunos son tentados con bastante suavidad, según el juicio y la sabiduría de Dios,
que mide el estado y los méritos de los hombres, y todo lo tiene ordenado para la salvación de sus escogidos.

7. Por eso no debemos desconfiar, cuando somos tentados; sino antes debemos rogar a Dios con mayor fervor que se digne
ayudarnos en toda tribulación, pues como dijo el Apóstol ….13 Las tentaciones que enfrentan en su vida no son distintas de
las que otros atraviesan. Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar.
Cuando sean tentados, él les mostrará una salida, para que puedan resistir.
(1 Corintios 10.13.) NTV
Humillemos, pues, nuestras almas bajo la mano de Dios en toda tentación y tribulación, porque El salvará y exaltará a los
humildes de espíritu.

8. En las tentaciones y tribulaciones se ve cuanto ha aprovechado el hombre, porque entonces es mayor el mérito y resplandece
más la virtud.
No es de admirar que el hombre sea devoto y fervoroso, cuando no sufre pesar alguno, más si se mantiene resignado al tiempo
de la adversidad, da esperanza de grande aprovechamiento.
Algunos no se rinden a las grandes tentaciones, y son vencidos a menudo por las pequeñas de cada día, para que humillados de
verse tan débiles en las menores ocasiones, no confíen en sí mismos en las mayores.

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