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LA VIDA EN LA TIERRA CAMBIARÁ PARA BIEN

Rosanna Biglia

Hoy abordaremos un tema muy esperanzador, porque si te encuentras recorriendo este


camino, muy probablemente te ha propuesto alcanzar tu propia ascensión. Ha
adquirido un conocimiento importante, pero a veces pueden surgir en ti preguntas tales
como: «¿Por qué estoy tan solo y por qué soy tan distinto a los demás?».

No te preocupes, porque esto ocurre cada vez menos. Hoy en día mucha gente se acerca a
nosotros, y cada vez somos más los que hablamos el mismo idioma. Hemos entendido el
proceso evolutivo que debe atravesar la humanidad y todo es más fluido. Los que
vieron ese cambio como algo distante lo percibieron cada vez más cerca.

Antes era casi imposible hablar de estos temas, y ahora me dicen: «A ver, cuéntame un
poquito más acerca de tu visión del Universo». Sin duda, todavía existe resistencia en
algunos de los seres con los que conviven, pero recuerda que el mundo que habita es el que
ha construido. Puedes hacer muchas cosas dentro de él.

Ahora te compartiré una información muy hermosa, que te hará comprender por qué eres tú
quien se ha adelantado a los demás. Entenderás ahora por qué juegas un papel
importante en este punto del ahora en este planeta Tierra. No obstante, recuerda que
somos, como dice Carl Sagan, un grano de arena en medio del Universo.

Te relataré algo de lo que va a suceder en un tiempo futuro, pero también de lo que en


breve ocurrirá en este planeta Tierra, en cual de un momento a otra la humanidad
ascenderá. Te diré qué es lo que va a pasar con esa ascensión masiva, en la que las
personas se despertarán sintiéndose diferentes.

Puedes decir: «¡Por fin alguien habla de cosas positivas y no del apocalipsis!». En
primer lugar, resulta imposible la destrucción de toda la humanidad. Existe una única
verdad en todo el Universo, y esa única verdad es el amor. Es omnipresente, omnipotente y
omnisciente. Es tan inconmensurable que nada puede vencerlo.

Olvida las teorías conspiratorias que apuntan a la destrucción, porque es imposible


que eso suceda. La potencia del Amor infinito hará que en muy poco tiempo se logre un
cambio radical en el planeta Tierra. La humanidad se daría cuenta de que hay algo más en
la vida, así como un día tú despertaste y dijiste: «¡Esto se acabó!».

¿Y cuando te sucedió eso? Cuando creíste que debía haber algo más. Esa sensación que
tuviste será experimentada por todos en forma conjunta y al mismo tiempo. Experimentarán
el deseo de un verdadero cambio y el deseo de disfrutar de la verdad de la vida.

Seguramente no te levantaste de la cama flotando y lleno de amor. Te sentiste tan humano


como antes, pero con un enorme deseo de cambio.
Este proceso se dará de forma armónica e imperceptible
Todos pensarán que su cambio es normal, como cuando a ti te sucedió. ¿Y por qué te
sucedió antes que a gran parte de la humanidad? Porque ese era tu plan. Debes despertar
antes, y eso es muy bello. Ha llegado en el momento justo. Lo que debes hacer ahora es
sostener el amor al que los demás llegarán.

Con el paso de las eras, la humanidad se fue volviendo egoísta y egocéntrica, siempre
resguardando personas y
cosas. Mi mujer, mi esposo, mis hijos, mi casa, mi trabajo… Siempre cuidando
posesiones, agobiados día y noche ante el temor a que otro se las quite. Siempre
aplastados por un conjunto de miedos inculcados e inoculados.

Todo eso va a desaparecer. Incluso cambiarán las personas de una generación anterior a la
nuestra y que son más de la Era de Piscis que de Acuario. En sus estructuras de
pensamiento el miedo es quien reina. Siempre dicen: «Cuídate, porque te puede pasar de
todo. Te vas a enfermar. Te van a robar y te van a engañar».

Eran los grandes inoculadores del miedo, pero ahora la gente va a volverse empática y
compasiva. La consciencia de la humanidad se habrá elevado energéticamente por encima
de los miedos. Este proceso de ascensión no será reflexivo, sino sensitivo, porque en
ella el amor aniquilará al miedo.

El estado natural de la humanidad es la ascensión


Un día, de pronto las personas harán cosas que antes no habrán hecho, cuentos como dar
desinteresadamente, o el sentir afecto por alguien que antes no podrá ni ver. Dentro de no
mucho tiempo, iniciará de golpe en los otros el mismo proceso que ha iniciado en ti.

Vamos a poner el ejemplo de ese vecino odioso que todos hemos tenido. De esa persona
que tira su basura en cualquier parte, no te deja dormir y daña tu coche. Un buen día, ese
vecino necesita tu ayuda y tú se la das. Hay un cambio energético entre ustedes, y de
pronto descubres que no era tan malo ni tan desconsiderado.

Hasta pueden llegar a hacerse amigos. A mí me ha pasado eso. Lo qué ha ocurrido es que el
amor ha aplastado todos los prejuicios que tenían y que eran sostenidos por los
miedos, tanto los tuyos como los del vecino. Ahora imagina una humanidad que se
arrepiente de haber ascendido y descubre que sus supuestos enemigos son ilusorios.

Un ser que ha ascendido puede cambiar su propio mundo de forma extremadamente


fácil. No será un cambio muy meditado. No dirá: «Algo pasa; me siento muy extraño».

Te has adelantado a los demás


Has despertado para sostener este momento, pero cuando lo hiciste no pensaste: «Que rara
me siento». En realidad, lo raro es estar siempre limitado por los miedos, y al ascender
te sientes en casa de nuevo. Es donde tienes que haber estado siempre, y de donde no
deberías haber salido.

Raros éramos antes, pero ahora estamos de vuelta. Por ejemplo, estás en tu casa
calientito ya gusto, y de pronto debes salir a la calle en medio de un aguacero y un viento
helado. No es algo tan malo, porque estás protegido y no corres peligro, pero estás
desesperado por volver a tu hogar.

Incluso puedes empezar a sentir miedo. Puedes pensar: «Me voy a resbalar. Me voy a
enfermar». Pues bien, eso es lo que nos pasó a toda la humanidad. Estábamos calentitos en
casa, en un hogar hermoso, y de pronto aparecimos en medio de una tormenta. Por eso lo
raro es sentirte incómodo soportando los rigores de la Tierra.

El cambio será una progresión natural


A todos nos gusta volver a casita y sentirnos naturalmente cómodos. Dices: «Por fin
llegué», mientras te pones ropa seca y te desplomas en un sofá. Eso es lo que va a pasarle a
toda la humanidad. El cambio es posible porque la frecuencia en la cual se encontrará
será equivalente a estar en casa, calentitos y con olor a comidita.

¿Por qué? Porque es la frecuencia del amor, y siempre estará por encima de los miedos. Ya
en casa, la humanidad se volverá confiada y no va a sobreprotegerse ante el embate de
todos los miedos inoculados que tenía. Si estás en medio de una tempestad, buscas
protegerte del aguacero sin caerte y lastimarte.

Desconfías de todo. Piensas: «¡Uy! A ver si este techo no se viene abajo; a ver si no me
inundo o me fulmina un rayo. A ver si no paso hambre o me muero de frío durante la
noche». ¿Qué sucede allí? Te estás sobreprotegiendo, y eso es lo que le sucede a la
humanidad entera.

Esa humanidad estaba llena de amor y compañía hermosa, y de pronto se encontró en


medio de la selva bajo el diluvio. Entonces vino el miedo, desconfió y sobreprotegió. Esa
sobreprotección ha hecho que se generen celos, odios y venganzas. Fíjate toda la que se
armó por metros en este juego de la ilusión de la inconsciencia.

Entrar a este juego implica viajar a un lugar inhóspito y peligroso. Solo existe el amor en
todo el Universo, pero si te alejas de él los miedos empiezan a dirigirte.

Jugarás un papel muy importante dentro de este proceso


Ahora puedes ver por qué al haberte anticipado te has sentido muy sola o solo. Llegas a un
punto en el que te sientes incomprendida. Nos tachan de soñadores, pero lo que me parece
más absurdo es que los mismos que nos consideran ilusos son quienes viven sumidos
en la ilusión más profunda.

Nosotros estamos ya palpando la realidad. Nos tocó despertar antes para preparar el
camino, por lo que tienes un papel importantísimo en tu núcleo de influencia: En tu
trabajo, en tu familia y en tu círculo de amistades, porque vas a saber acompañar a todos
aquellos que se han vuelto más solidarios, empáticos y compasivos.

Sabes el camino por donde tienen que ir, y entonces puedes dirigirlos y
acompañarlos. Ese es tu gran papel, para el cual te has preparado. Como parte de esta
importante misión, tu cambio ascensional ha sido más duro, porque ha sido paulatino, a
contracorriente y salvando las piedras que te han puesto en el camino.

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