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Las modas intelectuales. Apuntes para una historia de las ideas en América Latina MARTIN TRAINE 1 Introduccién Atraccién y rechazo de bienes culturales ajenos representan los momentos opuestos Y complementarios que impulsan la historia de toda civilizacién. El progreso histérico se asemeja a un complejo juego de fascinacién y busqueda, aprensién y temor entre los espacios de diversidad cultural, étnica y social. La tensién entre la necesidad de identidad y la conciencia de la alteridad es inherente al género humano. Si la historiografia cultural, la antropologfa ola filosoffa de la historia fueron originalmente presas de un etnocentrismo congénito; amas tardar desde el relativismo cultural qued6 claro que la visién del ‘otro’ no es menos productiva en ese proceso de transformacién cultural. No slo quien influye, sino también quien recibe escribe la historia. Los grados de violencia acarreados, la profundidad de los cambios producidos, o la impermeabilidad de determinadas tradiciones constituyen en cada caso capitulos largamente analizados por todas las ciencias humanas y sociales, El estudio de recepciones 0 influencias ocupa en ellas entre tanto un lugar de privilegio. Este interés vale igualmente para el fenémeno de la moda, que ha despertado la atencién de diversas disciplinas desde lasociologia y la psicologia hasta la critica literaria, pasando por las distintas formas de critica cultural. En casi todos los casos es perceptible sin embargo una generalizada valorizaci6n negativa de la moda, como si se tratara de un género menor o perversi6n de Ia cultura. No deja de ser Hamativo no obstante que una situacién tan extensa, comin y corriente como la répida divulgacién de ideas o formas culturales, que ocasionalmente incluso ha dado lugar a que se hable de ‘contagio’, y que de nuestros dias marca con seguridad la forma de correspondencia espiritual més extensa entre grupos sociales diversos y en todos los rincones del planeta, no se le conceda la dignidad que merece. Antes de buscar una explicacién aesta deuda te6rica, desearfa apuntar hacia otro aspecto descuidado. La tentacién por decretar el fin de la historia es un motivo que notoriamente persigue a la especulaci6n humana desde siempre. En la cultura occidental expresa una figura estilizada por poco menos que toda la metafisica, y con seguridad desde el romanticismo alemén una de las preocupaciones centrales de Ia filosoffa. Si la critica postmoderna la habia casi confinado al ridiculo, el debate sobre la globalizacién la ha actualizado una vez més. Adn 640 (Martin TRAINE cui ando todo corra més a cuenta d de analistas empiricos, el d .elnuevoestadio histéreg nee del mercado mundial vo store aparece gos de escenarios fantdsticos que la desterttorializacién ae inexorable depedeon at hho slo por la definitiva ‘unificacion nivel planetari le la nacié lacién simbdlica " i6 lica del e sobre 1000! planetario. Justamente en la viclene ella por la completa esta aio cultural @ ini venta de los fundamentalismo: en las desesPe™ crecientes fricciones étnicas pcion, la Intercambi Intercambio, i sociales, obedeoyimfluencia, delas éli leciendo en cad Tecepcién i nh Son fend ae jan tes intelectual fenémenos que se despliegan e” distin cot , Enlasin ic08 recho vi < “0 Vincul etacién qe ee Reulo enty debige eS dels te Feacién ydesconennee nacional e institucion CO" x10 =. es Cultura izacién simulta e conte? les con los sistem simultanea Enes ‘al ¥ cultu! as de integracion SOCM 4 -4qd08 pido metcado univer i Universi Btiend alizante n° los me de evolugignem® los ©. Todo indies woos de asignaci 6 4 . S! 6) Ss lucién de Jo, Mecanismos den también que Sea de benefits ena ‘adigmas’ oj Produccién y coi ste desplazam) a de lamodaqueainc Las ee de saber. ¥ : ee ea eldias’ tedricas S° rc Piss neas que signe myo alsrevolcons cients origina ee i intelectuales, y jieuen inten noha ial no indica que no haya cam 10 Y Sei cae dar cuen ‘é primero ant embargo todavia est ado p10 de de ting," all menos par ay una ‘mirada sobre oop Fal fe de los proc’ un espaci lexion pi 'AClO impreg} tOneras go) ler frdoi iso bre la tendencia ne e2Y transition ™oda, Simi / : Obs. . Simm a hacia la Oto. La mrs Psicoldgieacy deplaza para oe and? a, Mra Your ic presenta Sern aquel comp ict . a - : ‘ tOal tiempo mare tee? Tor tas deren no” vidual y grupal, y pore!” Las Me 10DAS ni IINTELECTUALES. APUNTES PARA UNA HISTORIA DELAS IDEASEN AMERICALATING 641 pitidad, mas un permanente devenit ‘Simmel omite robablemente apesar suyo sit. la me oda no conoce un punto de estal .co-filos6fica, recurte P exy oem tuna especulacién histori Sumonente calvin hegeliana para explicar la esencia de Fr moda, argumentando que en vida eterna ° culminanie se haya contenido en ellayael germen des . ds reek elevada pO on eonquista a precio dela mer acign deo efimero. En un como totalidady ala; positivistaentiende aquel “antagonismoquecorsti *biolégica’ ad y ala personalidad como su pieza Tjemental en! Sa cia esde el undamental que aspira a Ta copia, y otra artificial que se nina ale ia. simultineamen de vista de una psicologéa del in engyaneamente ansioss de soberanta, pero de pro} niga Proveccion sociolégica se rasgo se realizaen a Tasgticamente una propensién aS pr a imitaciony lab je ronnie altos imedia Esta es quien precisamente, destacdndose vadurismo Y bajos, muestra el mayor dinamismo gnterés por 1200 eel verdadero destinatario de la moda. ssi i i i ofreci6 ¥4 ator tun trabajo sumamentericoen gpservaciones y UBER René eel moa desPués de aquel ensayo ionero de Sime ne Bests ss a Tue Sefiala Entre los aspectos més destacables de SY ‘ensayo cuenta I ONS por ut Ss Tebe el cardcter profundamente contr .dictorio y am bivalente Ce Si aad Signin 1 porel otroes ssometimiento sies esi on. ad iene ere ee oe emma repeucion & mismo; 5 un ont ataneidad, eS e121 fondo ac 1 aren er bertad ques tas Jograncumplir Slesry sous ruptura, es continuidad: sib ccs aoa ‘conformismo; jae exis: 0 disconformidad que taney zaciGn que es ocultamiento;° a palabra, POC la mode smente tantas funciones so les de soc l ones Kénig destaca una y 0l"2 VE caso ig espacio puilico, de 641g we comuricacion preeaPectativas, esto es, iGrp sociedad Org reacisn paibica y de Ae pnomia prvad 79 de] 20S Politicos de la sociedad: la moda Fr ‘decadenct ole la, perder tantoapogeo como ¥ repype cos sobre los que ‘difica a mode Tag enpSiones erdticas: ent ows verBie® progareaen un cuadr istéric0, S800 so civilizatorit Stic ilizatorio de occ! alos ‘Sun; ’@ manera por la paulatina inet istoria de my; tie Enon i SO le cla tion de Ia estética publica terasentre]® et ees, sexos, Todo es 0 9. Yano psitles tt " ismo y el clasicismo- sented qciacion 00 ryolucion © no habria impedido Be Oy ib! ustame eS: SOM ls Ovacién const, s como los ensayos 0 cio Por expe de lachserva ites intlect onstante de los escenarios de P sent As bien de S°°Mdentes acién que la hes. La sospecha que alimen'@ est esti at ink FOces0s de vai Paradigms oriaintelectual de una culturanes? > que % pe? lectuale’ “5 €D una alae” formal. igrmados y ‘revolucionables + sgico es 98 Ta de procesos -fureciones y rech20§ rf com? SS sujetos a lo que aqui desié Critica 16n fi que abi lOS6fic, ri a de | Na estan 2 hes Stéticg qa eeneutica ji ¥ ni a ‘utica ini 0 menos de j retin nciads por Gade ¥en i n ofrecido lineas de Te Nitidez, Constat Con I; tar si in una inf te seg Embargg cence i al 4 luencia o definen | TO que Y cambio culturales. Quie? se ege © et re de! ye concern; ts que un : itech eS en git cambign s limites a de las dificultades mayOFes ed? Ge gh! Podriz ‘ion * La incert €se proceso: ; donde y com? se PU nO de vio impact Usalidad og tdumbre comien: X10 mn el he ape a ie Posicion obj; 'Merosog A mecan peores testigos, si 2a no S610 a dot oa io ligatoria 5 ) Cedif rio no s6lo |go” por una reacct 108 es nj ral, antes qo Yoperan lusion del son por locomén os quem aturalmenns aan distanc} comomedi aber, sino que ome i i ners. ocurre far Sun sttansformario,el pan si, | iacién entre ambos ext ial? Pueda habla caso dete mde cambio parver incl yel vulgo tiende? 4 cose enesa di larde losin ere ecto asim y avant electual emerge! d jose nte le Snes direceis los impur ndas de mismo que < ce, gi Te ula muna yop SS esr Vestir tue sibier 0 queuneng tee rdaders noo result: n las modas i _ cot moda, guy 0 er ra indugnene cre ado de ‘di dasineleole ep responde =o nh MD ae ~aciones’ oe “eemporad, oe ler: si es Iti ,apesar de: ies Tecordar mAs aaquel embar, 7b, sobre todo mereed al up que sé semejan algunos 4 ellalogie oY cibe sg merced al 5 las nalogias Cy, de zade las le los tey ade |g «ne SOl0 d mismo c ipo de consume ev? OScilacioy om noe’ g lentto de la ‘commun vereacion’ Pa, mes tego inan >quea ‘comunidad ci ific® i te los ci nidad cient i 6ricascon en los s ciclos para ddigmaticos . 2s modes nes aos Pare estat mp vestir, para menci ed . para mencion! 36 LAS IDEAS EN AMERICA LATINA 645 Las Mi lODAS INTELES eLECTUALES. APUNTES PARA UN. le HISTORIA DE teorii Paraf fern los alia, dec I afemalia. constructi , las teorfas dela i ca se podrfan eel smo y constru ,y las' i on ® delrema para nciona deste struc piers, sinoiusors opis g sd os ones ays eat 2b " a. ino comoel de ‘mejor enelcu sin Novi Vendido’ (hes alcaso aqui ae acne nr . ria + |, pudo' i inne ena le excelencia era. 14 ice nes aso Praiterara, ente Frente aun 3 ema, O bien niega de PAN i posiion comers ilasociedad, Obien ae riesgo con ello de perdet cde vista la verdad realidad cultural Sen: de politicas amit pace eco pasivode Jos mecanism trol de Ja opini6n’ publica ase dilema qu itoriales y estategic® fo, cediendocon e505 eardctereitic0- nla rie filo. Ella ae oe inserta la moda intelectual, ¥ POF cierto como U jigrosa arma {ule Una nesta capaz de coqueteat COR«, hy Figo’, sufidelidad teoricaesemper? lametifor abi cae ectiva que favorece sie 5 Fidei end else ensBresora por ica — de ‘corrientes’ espirituales. Ens {interior se Smostrado, por un ado, con una de tiv tun de aco st jc socig Constitutiv vai expuesto, a a moda no es UP especifici ‘pistica, S00 UFR en I que 1; anvo a ie la condicion humana. SE trata con todo de una forma de Zz enesde cons ‘su esplendor con 1a modernidad- vida urban raproducciot rmasiva de icativa die imo, las enormes 1a formacionese® ics J BOP ron rienda suelta 2 !a ‘circulacion V" jnosa de idea ‘om 0 resc; Ue se scat Konig bacon io diferenciar entre © ‘pios de 1are ys nece’ 44) méri g tas Latina, una pasion moderna = favoreido una tn mi taclandlisisd oreci incion de Jos limite: yntael an jel recido una tendencies flexibilizae acl este ‘built a jamod: zee ie tne 0, eon ain, ata de na icndahistoriografica Pet ode! Bar 0 Y scl ea recepeine ‘de ta moda, que oe fesa manera cuenta vot jer ie oan se hier ene pantalén en !2 ‘ndumentatid Femenin®s ‘a ~ ci ing ° ieitepocal, con una larg? fase de preparacion cons i ba 5 ae ora linarse rrumpida de actual ciones pesado rere por el veredicto qe design como ‘moda 2s mbit PsecitY ris 3 eo, orras S° caracterian po! ‘i onde mo HN osterions sce y asivo SF lentisi duos P ‘Ome 10 algunas son de esa ‘Saparici innumescti Y en cada caso jes variables- sores ae -cponioerafia as i jo m™! pistoriog ie gine ot a - nos fo vrienteS ;ntelectuales tac big Et el ta case latinoamerican la pon lacvolu Tas periodizacione conceit ee : tica, Ne, lucion espiritu: conta inci 60 i Sucedidae Oe ent ores tes ces entncon ae recur vot sspirtuales¥ 105 canst Bi ee nu tempor ‘col ere ote 8 fambioses atrevido aqut y ala Sor Eee Pues 2 ated nabs , caer ine tas, sino que no logt™ geo 646 MARTIN TRAINE establecer vinculos causales entre los procesos socio-econémicos y la evolucién cultural. La historia de la literatura ofrece con seguridad, a pesar de sus limites. la mejor plataforma paraconcebir el desarrollo espiritual del continente. Sobre todo en virtud de la funcién social de relevancia desempefiada por la literatura a Jo largo de su historia. También aqui podria resultar muy provechoso trabajar con una metodologia historiogriifica flexible, que permita incluir las variables de cambio y continuidad en un mismo anillisis. De modo tal vez abusivamente general mi tesis es que uno de los aspectos constitutivos de Ja historia cultural latinoamericana es su decidido impulso modernizante. Desde luego que no se pueden ignorar sus fuerzas conservadoras. Cube afiadir sin embargo que tales tenden- cias no sdlo son inmanentes a toda cultura, sino que en América Latina el autoritarismo politico = proyectado irénicamente en muchos casos en doctrinas de “seguridad nacional’ - cumplia a funcién de garantia de los procesos de modernizacién acelerada. y no de conservacién. Distintivo del proceso cultural latinoamericano — descripto de manera indiferenciada — es Por eso su anhelo moderno. Corrientes literarias y estéticas, ideologias politicas y visiones Sociales parecen haber estado marcadas por una desesperada busqueda por la modernidad. Como una carrera por recuperar tiempos y espacios perdidos luego de una fractura original. Unas tras otras, resultantes de una percepcién primaria de la propia historia como atraso crénico. La génesis cultural de América Latina se presenta asi como un movimiento unitario en dos Pasos; uno de biisqueda e ingreso en la modernidad. seguido de otro, de salida y ruptura. De modo ideal el primero encontré una primera sintesis en el modernismo; el segundo en su continuacién natural, el postmodemnismo. No es casual que el término mismo ‘postmodernismo’ Si bien con un significado diferente al otorgado luego por Lyotard, y la discusién que le sigui6 — fue introducido originalmente por la critica literaria latinoamericana. Si el modernismo asumi6 el anhelo renovador del romanticismo, las corrientes que lo siguieron con todas sus Proclamas y manifiestos no hicieron mas que desarrollar cada vez mas ese espiritu. Con ello se produjo en América Latina una situacién tan propia como paraddjica: las *vanguardias’ enel fondo s6lo reprodujeron la ‘tradicién de ruptura’. No innovaron. Continuaron esa ansiedad Por lo novedoso. Precisamente por ello el ‘post’-modernismo latinoamericano no ha sido més que una radicalizacién modemnista del modernismo, y asi también, su fractura y continua- cién. Es desde esa perspectiva que me atrevo a sugerir que la conducta de las vanguardias Jatinoamericanas parece haber estado marcada por la dinamica propia de la moda antes apuntada. Admitiendo el riesgo que esta afirmacién exige, agregaria todavia una observacin més © menos trivial. Aquel espfritu de simulténea exaltacién y critica de la modernidad, se tradujo en América Latina dentro del movimiento modernista-postmodernista con una elasticidad peculiar, abrigando a la vez dos tendencias opuestas en su interior, que marcaron el ritmo cultural del nuevo mundo: nacionalismo y europefsmo. En un caso, como una fuerza centripeta de busqueda de identidad ‘hacia adentro’ ; en otro, como una centrifuga que dirige su mirada ‘hacia afuera’. Mas allé del balance que se pueda extraer de ese movimiento pendular, uno de los resultados més notorios es la inversion de los roles que con frecuencia produjo: quienes crefan descubrir la propia identidad, reproducian valores ajenos; mientras que quienes suponian importar ideas modernas de Europa, las deformaban irremediablemente. De esas mezclas surgieron también algunos productos latinoamericanos de exportacién tales como el ‘boom’ literario, las teologfas de la liberacién o las teorfas de la dependencia, que lograron desatar verdaderas modas en Europa y América del Norte. LAS MODAS INTELECTUALES. APUNTES PARA UNA HISTORIA DE LAS IDEAS EN AMERICA LATINA 647 Nocabe duda que el contexto histérico de consolidacién del estado modemoyy de irrupcién de la sociedad de masas encuadraron las condiciones de surgimiento del modernismo, y tras él, las ‘vanguardias’ . Como corriente espiritual se inscribié sin embargo en un horizonte de expectativas que clava sus raices en una prehistoria cultural anterior. América Latina nacié, ~osiguiendoa E. O° Gorman’ fue ‘inventada’ bajoel signo de lo ‘nuevo’. En la inestabilidad estética de los (post)-modernismos se len esa pasi6n de busqueda insaciable no menos que la modernidad incompleta resultante de la complejidad de variables reunidas. Este impulso modemista-postmodernista, espejo de la modemidad ‘periférica’, precoz y malograda, organiz6 la comunicacion social como verdaderas modas intelectuales. En expresiones colectivas de rebeldia politica o en caminos individuales de biisqueda de la diferencia, los sectores medios definieron los contornos de la estética latinoamericana con una completa infidelidad canénica. Como para el principio rector de la moda, la recuperacién del pasado y la construccién del futuro tienen valor unicamente como conquista del presente. Una reconstruccién sociolégico-hist6rica de las instituciones educativas en América Latina permitirfa indiscutiblemente desmenuzar mejor los mecanismos que regularon la alocacién de recursos intelectuales en la sociedad del nuevo mundo. La edificacién del estado moderno, acompajiada por el advenimiento de la ‘sociedad de masas’ trajo consigo cambios estructurales profundos en las formas de produccién y consumo de saber. Silas oligarquias—con principios religiosos o laicos — habfan monopolizado la ensefianza, a més tardar en el perfodo de entre guerras, la masificacién de la educacién media y terciaria modificé radicalmente el perfil intelectual y académico latinoamericano. Los sectores medios encontraron en muchos casos, © esperaron hacerlo, invirtiendo para ello sus mayores energias, en la promocién intelectual la lave que abria la puerta al ascenso social. Un terreno que las élites cedfan tnicamente tras demarcar las zonas reservadas a la nobleza intelectual. El espacio cultural devino en pocas décadas un campo de batalla. Mientras que desde arriba se buscaba ahi la diferenciacién de las capas advenedizas; en el mismo terreno se percibfa desde abajo por primera veZ sentimiento de identidad nacional y de orgullo por la inclusién individual. No est4 de més apuntar de paso que el incumplimiento del estado, que a partir de los sesenta fue cada vez més visible, o cada vez mayor la brecha entre sus capacidades y las expectativas abiertas, no se haya podido resolver més que de modo violento. Los movimientos estudiantiles de los sesenta y las formas radicales adoptadas a continuacién por un lado, y el autoritarismo: militar con su gesto brutal para disciplinar esta desobediencia intelectual y estética porel otro fueron la consecuencia inevitable de esta mudanza acelerada al interior de sociedades desprovistas todavia por su juventud de mecanismos consensuales de asignacién de dominios intelectuales. Enel contexto de universidades masivas, limitaciones crecientes en el sostén financicro, y fascinancién constante por la novedad, los nuevos grupos intelectuales, que ahora salfan a competir el dominio con las élites, impusieron una légica de comunicaci6n y contacto culturales andlogo al que la sociologfa ha atribuido al fenémeno de la moda. En las revistas de cultura que comenzaron a abundar en esos afios, cuya esperanza de vida no diferia de las prendas de moda, se testimonié esa lucha por el dictado de normas de valoracién intelectual. Una disputa que no sélo se traz6 conforme a las ideologias dominantes de la época, y a las tendencias euro- 0 etnocéntricas en cada caso, sino ante todo por la tensiGn entre las aspiraciones de los sectores medios emergentes y las clases altas amenazadas y en decadencia. Por supuesto que la extravagancia, el esnobismo y la coqueterfa no fueron los rasgos tnicos ni salientes 2 OGorman 1951 648 MARTIN TRAINE de la nueva conducta intelectual. Pero la economia de accién seguié inconfundiblemente un lenguaje cifrado en los términos de la moda. Los estudios empiricos disponibles de las décadas pasadas y las investigaciones hist6ricas recientes permiten suponer que estas reflexiones no se apoyan en el vacfo. No es mi propésito aqué criticar ese desarrollo ni proponer antidotos en contra de esta debilidad latinoamericana por lo nuevo, sino destacar tan s6lo que en ese temperamento infiel y elocuente se puede encontrar también la fuente de su creatividad. Bibliografia: Barthes, Roland (1967): Systéme de la mode. Paris, Du Seuil. Konig, René (1985): Menschheit aufdem Laufsteg. Die Mode im Zivilisationsproz Kuhn, Thomas (1962): The Structure of Scientific Revolutions. Chicago, University of Chicago Press. B. Miinchen, Hanser. O'Gorman Edmundo (1951): La idea del descubrimiento de América. Historia de su interpretacion y critica de su fundamento. México, Universidad Nacional Aut6noma. Schwarz, Jorge (1991): Las vanguardias latinoamericanas. Textos programdticos y criticos. Madrid, ra. ‘Schwarz, Udo (1982): Das Modische. Zur Struktur sozialen Wandels der Moderne. Berlin, Duncker und Humbiot. Simmel, Georg (1895): “Zur Psychologie der Mode. Soziologische Studie”. En: Simmel, Georg (1992): Gesamtausgabe, Hrsg. Otthein Rammstedt. Bd. 5: Aufsditze und Abhandlungen 1984-1900, Hrsg. Heinz-Jirgen Dahme und David P. Frisby. Frankfur/M. Suhrkamp, S. 105-114. Steinmetz, S. Rudolf (1935): Gesammelte kleinere Schriften zur Ethnologie und Soziologie, t. 3. Groningen, Noordhoff.

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