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AL2G:DG:A:DU. VM. 00.:HH, LAICISMO: EL art. 2 de nuestra Constitucion Nacional establece claramente que “EL gobierno federal sostiene el alto catélico apostélico romano”, sin embargo fuerza es decir que de una interpretacion armeénica de todo su cuerpo normativo se desprende de manera indubitable la libertad de cultos y con ella la laicidad. Ast, vemos como su art 14 reconoce para todos los habitantes de la Nacién el derecho de “profes libremente su culto”. Una particular mencién merece el art.19, origen del principio de reserva que proclama que “Las cciones privadas de los hombres que de ningim modo ofendan al orden y a la moral pablica, ni Perjudiquen a un teroero, estén séfo reservadas a Dios, y exentas de fa autoridad de fos magistrados”. Primeramente se podria afirmar que se subyugan las aociones de los hombres a Dios, quedando cettidas ‘a su ley, enmarcadas on los Iimites de la ética y 1a moral religiosa. Mis esta conclusion es tan ‘apresurada como errénea, Si prestamos especial atencién al enunciado constitucional, vemos como el legistador se ha cvidado de decir que quedan “reservadas a Dios" y no a la Iglesia y mucho menos a ‘una Igfesa en particular, haciendo directa alust6n a que dichos actos slo pesaran en la conciencia del ‘hombre y no podrin ser juzgados por otros hombres. En segundo Iugar, no se hace referencia a un culto fn particular ya que la palabra “Dios’ es absolutamente insuficiente para determinarlo, quedando ‘comprendidias todas las religioncs. Asi vemos como ta Constitucién no puede intervenir en las conciencias sino reglar et culto exterior, ‘Tampoco puede establecer gue la religién catélica cs la inica verdadora, porque este e8 un punto de dogma, cuya decision no compete a un Congreso Constituyente que debe respetar la libertad de juicio ‘cn matcrias religiosas y a libertad de cults segimn las inspiraciones de la conciencia. En este sentido, la obligacién que establece et art. 2, de sostener el culto catélico, es muy diferente del dereche a obligar la cconciencia de fos hombres a adorar a Dios, por lo que la religion no puede ser protegida ni regularizada por ningiin poder ni por ninguna norma, (Queda ahora por dilucidar cual debe ser la postura del Estado frente a las religiones. entendldas en tn pie de igualdad, ya que al ser todas profesiones dogmiticas de fe no pueden establocerse prelaciones 0 prioridades. Surgen en esta ocasion, dos posturas que pueden prestarse a confusién. Por un lado nos cncontramos con la “indeferencia®, como sinénimo de la falta de respeto hacia las religiones, ddesmerecienclo su valor como elemento rector de Ia vida y la moral social, profesando una especial ‘epugnancfa a toda prctica retigiosa sin importar su origen. O, por otro lado, fa “indiferencia”, como la falta de interés en la condicién religiosa o no de los habitantes, siendo este el sentido que debe darse sin ser necesasia una mayor explicacion, Ahora bien, dentro del laicismo merece una especial mencién la cuestiOn de la educacién. Educar, es cultivar fa naturaleza humana, distribuir fa vida en el organismo, abrir en el corazén las fuentes del -timiento, Hvar luz al espiritu Para un pueblo republicano educar es todavia mas: es desarrollar las facultades del educando en armonia con su destino futuro cn la vida piblica. Y es aqui donde se ha pretendido combatir el laicismo, afirmando ,que al suprimir fa ensefianza religiosa, se abolia la ensefianza de la moral, ,Cémo ¢s posible que afin hoy en dia se atrevan a identificar la moral con la religiéu? La educacidn laiea no abandona la formacién moral del alummo. Obliga a pensar seriamente en esa clase de problemas, ya que antes los maestros se refugiaban cémodamente en et simulacro de la ensedanza diving, El laicismo ‘no ¢s otra religion. Es sencillamente la conctusién légica de un proceso evolutivo. La vida, la ciencia y cl Estado se han ido independizando de la Religién en el curso dal tiempo, y el conacimiento ha hecho Jo mismo, Pero, gcémo no han de ser opuestes ¢! conocimicnio y la religién en sus afirmaciones, cuando la misma ciencia esti en contradiccién consige misma? ¢Cémo se pretende que una religién, creada hace miles de afi, pudiera preveer, adivinar lo que iba a suceder en la ciencia de estas tiempos? Como puede cexigirse de una religién dogmatica que proclame principios y haga alirmaciones contrarias a las cereencias de fos hombres que vivian en e! tiempo en que ella nacié y que tenian como verdaderas las nociones de su época?, Qué eran la astronomia, 1a fisica, la geografia, la quimica, 1a historia natural, la medicina y la ley, no hhace miles, sino hace cientos de afios? El ciclo de hoy no es el ciclo de Copémico, y mucho menos el cielo de los egipcios; y también QQ.:HH.: el ciclo de esta noche dista iaconmensurablemente del cielo verdadero, porque nos faltan aun elementos de investigacién. ‘Y lo propio ha ocurtido con la moral. Se han secularizado. Se han independiado. La moral laica no es ‘un producto medio, ni un dogma. Asi como la civilizacién contemporinea se enriquece con el pasado, Ia moral Iaica se note de fas experiencias humanas, expresadas en instituciones y costumbres que la educacién se encargara de conservar, enriquecer y perfeccionar. La moral Iaica se mueve y evohiciona dentro de to hnumano, no quiere justificar sus valores con referencia a ningtin absofuto, sea el que fuere, ni asigna a su actividad fin trascendente alguno, ni acomoda o somete su accién a ninguna obligacién 0 sancién misteriosa. Este humanismo integral de la moral Iaica offece perspectivas tan dilatadas para el porvenir, que desborda los limites conservadores ¥, bajo el signo de la Verda y de la Justicia, se eleva a conciencia comin de la Humanidad. Este humanismo que se nutre del pasado, que aspire aun porvenir nuis justo, puede y debe ser fecundo en la formaciéa moral de los hombres, La cducacién laica, libre de prejuicios, sin dogmatismas de ningiin género, sera al mismo tiempo conservadora del pasado y preparadora del porvenir. Defendamos na educacién que ne esclavice, sino «que liberte. Que ilumine en vez de oscurecer y que desafie en ver de comtener. Leido en el valle de Santa Fe, el Jueves 19 de Agosto de 2010 ev

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