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Las redes sociales te están arruinando

Edgar Calisaya Chipana


La humanidad vive en la economía de la información, han propiciado el crecimiento de las
redes sociales a través de internet en esta economía de la atención que tiene gran influencia
en los jóvenes usuarios universitarios , así mismo, las redes sociales están hechas para hacernos
adictos, están hechas para aprovechar debilidades biológicas para mantenernos pegados a
la pantalla el mayor tiempo posible, así pues, hay que saber dosificar y administrar el uso que
le damos pues esto es de vital importancia para los jóvenes usuarios universitarios (Giraldo-
Luque & Fernández-Rovira, 2020). Las redes sociales llegaron para quedarse y es importante
preguntarnos: ¿Las redes sociales serán nocivas o positivas al ser usadas por jóvenes usuarios
universitarios? Considero que las redes sociales, consumidas por jóvenes usuarios universitarios,
tienen inclinación a generan una necesidad social de estar conectados y una consecuencia
nociva en el rendimiento académico.

Las redes sociales son adictivas y próximas a una necesidad en la economía de la atención.
Resultados sugieren que el uso de Internet aísla los individuos de sus amigos y familia, así mismo,
tiene un impacto negativo en el bienestar psicológico (Valkenburg y Peter, 2009). O sea, se
esta perdiendo interacciones familiares y cercanas con gente del aquí y ahora.
Otro autor ah afirmado lo siguiente:
La mayoría de las notificaciones instantáneas son sólo distracciones que nos sacan del
presente. Nos obligan a sacar el móvil y a perdernos en una descarga de información
que podría esperar para más tarde o que ni siquiera es relevante. (Rosenstein en
Morgans, 2017)
James Williams señala que industria tecnológica de la información es la más estandarizada,
efectiva y más centralizada forma de control de la atención en la historia de la humanidad
(Williams en Lewis, 2017). Además, El estudio realizado por Giraldo-Luque y Fernández-Rovira
señala que su grupo de estudio, que fueron estudiantes de ciencias de la en la Universitat
Autònoma de Barcelona (UAB) comentan en las encuestas lo siguiente: “puedo estar cada
cinco minutos mirando si hay alguna novedad en el Instagram” “Siempre tienes la necesidad
de estar conectado, saber qué está pasando. Es como una necesidad vital. En las redes
sociales te sientes como si fueras parte de algo, si te vas es como si dejaras de ser parte de
ello”. Así pues, podemos observar un hábito, el individuo cae en los cebos definidos por los
algoritmos sofisticados, que casi siempre son distracciones intrascendentes (Giraldo-Luque &
Fernández-Rovira, 2020). Los jóvenes universitarios en su uso redes sociales generaron una
adicción por estar en el ciber espacio por el simple hecho de distraerse y evitar el aburrimiento.
Además, su uso por casi todos origino un mundo de competencia, un juego de estatus y están
atrapados en ese mundo por la emotividad que les genera la atención.
Las redes sociales perjudican la atención y concentración lo que provoca un déficit en el
rendimiento académico de los jóvenes usuarios universitarios. Según un estudio de la
Universidad de California, cada vez que nos distraemos, miramos las redes sociales o
consultamos el email, nuestro cerebro necesita 23 minutos y 15 segundos en volver a
concentrarse. Además, el estudio realizado por Giraldo-Luque y Fernández-Rovira señala un
promedio de un consumo diario de 4 horas y 26 minutos en usuarios jóvenes universitarios y
muchos de los estudiantes revisan sus redes cada 5, 10 o 20 minutos (Giraldo-Luque &
Fernández-Rovira, 2020). Así mismo, la inteligencia y el rendimiento académico tiene dos
cualidades en la perseverancia y la espontaneidad. El auge del rendimiento académico en
un joven usuario universitario es anulado por la distracción y el bombardeo de información y
estímulos que le dan las redes sociales.

Muchos consideran que las redes sociales son importantes para mantenernos informados
como lo menciona Lagla y su equipo en su artículo de 2017, sin embargo, no considera que
ocurre fenómeno de desinformación por la gran cantidad de noticias basura y exageradas,
lo que provoca ansiedad y otros males en los jóvenes usuarios universitarios. La dinámica
actual, relacionada con el exceso de información, va más allá de la presencia de las nuevas
tecnologías de la información y los múltiples canales de comunicación que se generan y que
coadyuvan a un flujo superabundante de recursos de información, que por su naturaleza
originan angustia y ansiedad. Así pues, esto lleva a cuestionarnos si verdaderamente estamos
recibiendo beneficios o no al respecto. Además, hay que considerar la dinámica en el
crecimiento de la información digital, cae en el riesgo de enfrentar malos hábitos en cuanto
a los patrones de consumo de información, los cuales incluso son adquiridos desde edades
tempranas causando desinformación. Incluso, es fácil ser crédulo en las redes sociales sino se
es conciente de los peligros añadiendo problemas en los usuarios universitarios como
trastornos de alimentación (Tarango, Gonzalez & Machin-Mastromatteo, J. D. 2021). No se
puede sostener que informarse por las redes sociales sea sano ya que las fake news abundan
en estas plataformas, y no se podría usar de manera cotidiana por la ansiedad y malos hábitos
que pueden provocar estos foros. Es cierto que la velocidad al compartir información por
redes sociales no tiene punto de comparación, pero el problema radica en que no se hace
una selección apropiada ni confirmación si la información es verídica lo que lleva a una
desinformación peor de la que se empezó.

En conclusión, se ha comprobado que las redes sociales generan adicción y deterioro en las
capacidades académicas de los jóvenes usuarios universitarios Ya que, las redes sociales son
adictivas y próximas a una necesidad en la economía de la atención, perjudican la atención
y concentración lo que provoca un déficit en el rendimiento académico de los jóvenes
usuarios universitarios, y que no son un buen medio de comunicación. La tecnología llego para
quedarse y sería estúpido intentar eliminar las plataformas virtuales, además, debemos
cambiar la forma en la que usamos, reducir su uso y usar fuentes más formales de información.

REFERENCIAS:
Giraldo-Luque, S., & Fernández-Rovira, C. (2020, November 3). Redes sociales y consumo
digital en jóvenes universitarios: economía de la atención y oligopolios de la comunicación
en el siglo XXI. El Profesional De La Información. https://doi.org/10.3145/epi.2020.sep.28

Lagla, G. A. F., Chisag, J. C. C., Moreano, J. A. C., Pico, O. A. G., & Pulloquinga, R. H. M.
(2017). La influencia de las redes sociales en los estudiantes universitarios. Boletín Redipe, 6(4),
56-65. Recopilado de: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6119348

Morgans, Julian (2017). “The secret ways social media is built for addiction”, Vice, 21 May.
https://www.vice.com/en_uk/article/vv5jkb/the-secret-ways-social-media-is-built-for-
addiction

Lewis, Paul (2017). “Our minds can be hijacked: The tech insiders who fear a smartphone
dystopia”. The guardian,6 October.
https://www.theguardian.com/technology/2017/oct/05/smartphone-addiction-silicon-valley-
dystopia

Tarango, J., Gonzalez Quiñones, F., & Machin-Mastromatteo, J. D. (2021). Generación y uso
inadecuado de información en ámbitos académicos y su influencia en entornos sociales:
Desinformación, sobreinformación y misinformación. Universidad Autónoma de Chihuahua.
Recopilado de:
http://ru.iibi.unam.mx/jspui/bitstream/IIBI_UNAM/138/1/13_informacion_desinformacion_javier
_tarango_fidel_gonz%C3%A1lez_qui%C3%B1ones_juan_machin_mastromatteo.pdf

Rubio Gil, Ángeles (2010). “Generación digital: patrones de consumo de Internet, cultura
juvenil y cambio social”. Revista de Estudios de Juventud 88: 201-221.
Recopilado de:
https://ru.iibi.unam.mx/jspui/bitstream/IIBI_UNAM/138/1/13_informacion_desinformacion_javie
r_tarango_fidel_gonz%C3%A1lez_qui%C3%B1ones_juan_machin_mastromatteo.pdf

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