Professional Documents
Culture Documents
#1 - Laurelin Paige - Sierra Simone - Porn Star
#1 - Laurelin Paige - Sierra Simone - Porn Star
P*rn Star #1
Traducido por LizC
e conoces.
1
Porno vainilla: utilizado en las diversas culturas y subculturas al sexo convencional.
—Ah.
Con un suspiro, troto de vuelta hacia las chicas.
—Entonces, estaba pensando que después de terminar el besuqueo, la parte
donde las hago besarse entre sí, nos moveremos a mi habitación.
—Deberías arrastrarnos por el cabello —sugiere Ginger, bajando su teléfono
y entrecerrando sus ojos más allá de mi hombro hacia la puerta de la habitación,
como si estuviera imaginado la escena en su mente—. Eso sería caliente.
—Tan caliente —repite Lexi, sin molestarse en levantar la vista de su
Instagram.
Esa es una cosa sobre este negocio. En aproximadamente una hora, tendré mi
pene en sus culos, pero en este momento ninguna de las dos me mirará a los ojos.
No es que estén avergonzadas de estar aquí. Sino más bien, es como si no existo
para ellas a menos que estemos follando.
Lo cual es en cierto modo un pensamiento solitario.
De hecho, es un pensamiento realmente solitario.
Y quiero golpearme por eso. Estoy a punto de follar a dos mujeres que me
encanta follar, y todos vamos a ganar dinero con ello. ¿Cuándo me volví tan
jodidamente melancólico por todo?
Raven. Ahí es cuándo.
Hoy es un buen día. También será un día sobrio. Así que me niego a dejar
que Raven infecte mis pensamientos, pasando a pensar en la manera agradable en
que el culo de Lexi se curva en sus caderas femeninas, la forma en que su rubio
cabello liso ruega ser enredado en mi mano y tironeado.
Tanner nos da un pulgar en alto y nos movemos a mi sofá. Los teléfonos
desaparecen, las pantimedias de Ginger son ajustadas, y volvemos a los besos, que
es una de mis partes favoritas de mi línea de trabajo.
Bueno, todas las partes son mi parte favorita, pero ésta especialmente. Ginger
(pelirroja, tatuada, una veterana de diez años en la industria como yo) se arrastra a
cuatro patas sobre mí, sus tetas abundantes amenazando con derramarse fuera de su
sujetador, su bonita cara excesivamente maquillada poniendo un puchero
convincente. Lexi, pequeña y delgada, se sitúa en mi otro costado, acariciando mi
polla a través de mis pantalones, persuadiéndola a una longitud entera mientras
agarro a Ginger impacientemente y la acerco a mí.
—Ven aquí —gruño, encantado con el chillido que da a medida que la atraigo
de un tirón a mi regazo. Ginger es una profesional endurecida, así que he hecho un
objetivo particular mío el sacarle reacciones genuinas de sorpresa cada vez que
puedo. Me gusta lo genuino. Me gusta lo crudo.
Me gusta real.
Lexi pasa sin problemas a acariciar el culo de Ginger ahora, tirando del tanga
de Ginger y dándole nalgadas para beneficio de la segunda cámara de Tanner
directamente al otro lado del sofá. Él se queda detrás de la que graba desde el lateral,
de modo que pueda cambiar los ángulos o acercarse cuando lo necesita; más tarde
mezclaremos el rodaje entre las dos cámaras para maximizar todos los elementos de
la escena. Pero la razón por la que tengo a Tanner es para no tener que pensar mucho
en esta mierda cuando de hecho estoy en la escena; le digo lo que quiero, discutimos
todo de antemano. Después de terminar, editaremos la escena juntos, pero ahora solo
puedo concentrarme en la única cosa en la que quiero concentrarme, que es probar el
interior de la boca de Ginger.
Aplasto mis labios contra los de ella, y sabe, convenientemente, como un
chicle Big Red. Nos besamos unas cuantas veces más antes de envolver mi mano
alrededor de su nuca y sostener su cara fuertemente contra la mía mientras abro sus
labios con los míos y lamo el interior. Intenta alejarse, dado que, como a la mayoría
de las chicas, le gustan los besos de escenario. Pero a mí no. Profundizo el beso,
acariciando mi lengua contra la suya y luego tirando su labio inferior entre mis
dientes. Ella hace un pequeño ruido (de protesta o reafirmación, no estoy seguro
cuál) pero sigo adelante. De acuerdo con nuestra discusión previa, ella estirará un
brazo y tocará la parte exterior de mi brazo sutilmente si se siente emocionalmente o
físicamente incómoda y pararé al segundo en que pase, pero hasta entonces es mía.
Sin toque, no hay piedad.
Una vez que tengo a Ginger jadeando, vuelvo mi cara hacia Lexi. Decido de
inmediato que voy a reservar más de un millón de escenas con ella tan pronto como
hayamos terminado hoy, porque no tiene miedo a un poco de lengua, en absoluto, y
cuando me estiro hacia abajo para jugar con su coño, lo encuentro completamente
empapado.
—Buena chica —murmuro contra su boca. Ella se retuerce contra mi mano, y
le sonrío—. ¿Hay algo que quieras?
—Quiero que me folles —gime.
Lo dice con la entonación de una artista experimentada, y presiono la yema
de mi dedo contra su clítoris, frotando un estrecho y pequeño círculo que la hace
jadear.
—No te creo —le informo en voz baja, moviendo mi mano para azotar su
culo. Ella deja escapar un jadeo en verdadera sorpresa—. Es mejor que me
convenzas o tal vez no te folle después de todo —continúo—. Tal vez no dejaré que
te corras. ¿Cómo te sientes al respecto?
Parpadea hacia mí, su boca abierta a medida que encuentro su clítoris una vez
más, ahora acariciándola en serio. Gime y ahora puedo sentir su humedad por todas
partes en mi mano.
—Por favor —murmura.
Y entonces ahí está, ese momento que me encanta, cuando el espectáculo
empieza a ser real, cuando su cuerpo está diciendo sí, sí, sí, quieres follártelo, y se
convierte en algo más que en dinero o espectáculo. Se trata de aliviar el dolor que
acabo de crear dentro de ella. (Me gusta despachar a mis chicas felices. Es un
negocio bueno, y soy increíblemente adicto a la sensación de una chica corriéndose
en mi polla).
Le doy a Lexi un beso final prolongado, y luego guio a mis chicas la una
hacia la otra. Empiezan a besarse, Ginger frotándose sobre mi erección, Lexi
pasando sus pequeñas manos sobre las tetas de Ginger, y cuando miro hacia abajo,
veo que Ginger está dejando una mancha húmeda en el frente de mis jeans.
—Maldición —gimo—. Demonios, eso es.
Lamen y mordisquean la boca de la otra, Ginger tomando el control cuando
desliza su mano detrás del cuello de Lexi y se mueve hacia abajo para besar su
garganta, luego de vuelta a los labios de Lexi. Puedo ver un atisbo de lenguas
rosadas y dientes blancos, y mi polla se vería tan bien entre sus caras en este
momento, deslizándose entre esos labios y lenguas. Puedo verla deslizándose en la
boca de una chica, y luego en la de la otra, y oh Dios mío, si Ginger no deja de frotar
su coño contra mí, voy a darle la vuelta y follar su culo ahora mismo.
Ese pensamiento convoca otro, un recuerdo de verdad, de un lugar y tiempo
diferente, de dos chicas diferentes. Lo hago a un lado, lo empujo, porque es un
pensamiento de Raven… excepto que en realidad no, porque, aunque Raven estuvo
allí, quiero pensar en la otra chica, es la otra chica con la que me he estado
masturbando secretamente los últimos tres años.
Es en Devi Dave en quien Logan O'Toole piensa cuando quiere correrse.
Y entonces por el rabillo de mi ojo, veo a Tanner levantar un dedo, nuestra
señal de que tenemos suficiente de los preliminares y es hora de seguir adelante.
Estoy tan reacio a detener todo esto cuando tengo a las dos chicas besándose y
frotándose tan bien encima de mí, con Devi y su culo perfectamente regordete en mi
mente…
Con un gruñido bajo, cierro la mano en el cabello rojo de Ginger y la otra en
los sedosos cabellos rubios de Lexi, y me levanto, arrastrándolas a ambas conmigo,
obligándolas a arrastrarse de manos y rodillas detrás de mí como las pequeñas
descaradas que son.
Suelto sus cabellos y camino de espaldas a mi dormitorio, yendo lo
suficientemente lento como para que Tanner pueda unirse a mi marcha de espaldas
con una cámara y de ese modo las chicas no se lastiman las rodillas gateando a
través de mi suelo de madera.
Ni a Ginger ni a Lexi les gusta una sumisión tan obvia, pero está bien porque
lo están fingiendo de maravilla para la cámara, balanceando sus culos y agitando sus
pestañas a medida que gatean hacia la puerta de mi dormitorio como gatas. También
está bien porque he intentado mantenerme alejado de las escenas de sumisión
hardcore durante un tiempo (tres meses) por una gran cantidad de razones (Raven,
Raven, Raven) y una juguetona y falsa dominación es exactamente el tipo de trabajo
fácil y sin complicaciones en el que me he estado enterrando últimamente.
—De acuerdo, eso está bien. ¿Me dan unos quince minutos para prepararme?
—Tanner no espera una respuesta cuando regresa a la sala de estar en busca de su
equipo. Entro en mi habitación para asegurarme no tener ninguna vergonzosa por
todo el lugar, cosa que no sucede, solo lavandería y pilas interminables de discos
duros externos y algunos papeles que empujé al azar en una carpeta. Estiro las
mantas aún más firmes a través de mi cama ya hecha (hago mi cama cada mañana,
tal y como mi madre me enseñó) y casi piso una pila de estuches de DVD yaciendo
en el piso. Recojo la película que hay en la parte superior.
A esta altura, casi puedo leer el nombre de Raven sin estremecerme. Raven’s
Real Playdate fue una película de largometraje que hicimos cerca del comienzo de
nuestra relación, a solo un par de meses, y aunque por lo general doy todos los DVD
que obtengo de mis películas como premios e incentivos de concurso, mantuve éste.
Doy la vuelta al estuche para mirar el reverso, ante la imagen de Raven acostada de
espaldas mientras lamen su coño. La lamida está siendo hecha por una chica
sonriente sobre sus manos y rodillas, una chica con largo cabello color canela y piel
trigueña.
Ya estoy duro, pero ver a Devi Dare con su culo desnudo al aire es suficiente
para volver a un hombre loco. Especialmente cuando ese hombre recuerda muy bien
lo que se sintió tocarla, lo que se sintió empujar su polla en esa boca sonriente.
—¿Estás bien? —pregunté, justo antes de comenzar la filmación y ella,
Raven y yo subiéramos a la cama.
—Sí —susurró—. Aunque, es mi primera escena real…
—¿Tómalo con calma?
Una risa alegre.
—Iba a decir que sea memorable.
Fue memorable para mí, al menos. Me he masturbado tanto con el recuerdo
de esa escena y la cosa real en DVD las suficientes veces como para tener cada
jadeo y gemido memorizado. E incluso estoy a punto de correrme con solo pensar en
ello.
Necesito follarme a alguien. ¿Dónde está Tanner con las cámaras?
Para el momento en que he pateado mi bóxer sucio y los estuches de DVD de
Criterion Collection bajo mi cama y he regresado a la puerta, Tanner todavía está
desarmando el equipo y las chicas ya están detrás de sus teléfonos. Al parecer,
Ginger tuiteando selfies de sus tetas, mientras Lexi ríe de algo que está leyendo.
Acepto el hecho de que follar aún está muy lejos y reajusto mi erección
rabiosa mientras ayudo a Tanner a traer sus soportes de la cámara fotográfica y los
tableros de iluminación.
—¿Vas a la fiesta de Vida esta noche? —pregunta Tanner a medida que
trabajamos—. Deberías ir, ya sabes. Conexiones y toda esa mierda.
—Honestamente no he pensado en ello —digo, lo cual es una mentira. Lo he
pensado mucho. Vida Gines es la gran-experta de la escena porno en este momento,
una ex estrella convertida en productora, y en su fiesta de esta noche está celebrando
la adquisición de su compañía de Lelie, un popular estudio de pornografía feminista
holandés. Y eso hace que esta fiesta sea un problema para mí.
No me malinterpreten, me encanta el porno feminista. La autenticidad, las
mujeres reales, los orgasmos reales, y estoy un poco obsesionado con lo creativo y
visual que son los directores. Por no mencionar que mi hada-de-erecciones, Devi
Dare, solo ha hecho proyectos de intercambio equitativo de cosas chica-chica ideal
para mujeres desde Raven’s Real Playdate, y me he asegurado de ver cada uno de
ellos.
Además, la fiesta de Vida va a ser enorme, y aunque a O'Toole Films está
yéndole bien, nunca duele codearse con managers afiliados, distribuidores y talentos
nuevos.
No, el problema es que la fiesta tendrá a la multitud porno feminista allí. Y a
la multitud del porno artístico, y a la multitud del prono alternativo, y en todo el
epicentro en medio de esos tres grupos…
Raven.
Mi cerebro se detiene en seco, y parpadeo ante el tablero de iluminación que
acabo de poner en el suelo.
Tanner me lee la mente.
—Puede que ella no esté allí, ¿sabes?
—Lo sé —digo defensivamente, como si mi cerebro no acabara de quedar
inmolado por miles de recuerdos terribles y maravillosos.
—E incluso si lo está, tal vez sea hora que le demuestres que has superado…
lo que sea que haya sucedido. Eres uno de los nombres más importantes de la
industria en este momento… este también es tu campo de juego. No puedes
esconderte de todo para siempre.
Me tomo mi tiempo respondiendo, jugando con el tablero de iluminación ya
en su lugar mucho más tiempo del necesario. Pero cuando respondo, son solo dos
palabras:
—Tienes razón.
Esto satisface a Tanner.
—Por supuesto que tengo razón. Siempre tengo razón. Tuve razón con los
tacos para el desayuno esta mañana y tengo razón con la fiesta de Vida. Vas,
impresionas a todos con tu sonrisa y tu polla, y haces que Raven se arrepienta del
día que te dejó.
Tanner hace que suene tan fácil, tan directo, y por un momento, veo en mi
cabeza cómo lo filmaría. Un plano general de la mansión modernista de Vida,
ricamente iluminada, instrumentado por algo bajo pero pegadizo. Yo, riendo,
haciendo reír a la gente. Raven, sola y mirando furiosamente una copa de vino
blanco. Habría un instante, seguido de cerca, cuidadosamente marcado, donde la
pasaría en el camino a algún lugar, quizás al balcón. Y ella levantaría sus ojos hacia
los míos, y vería la confianza despreocupada por la que soy famoso, y nada más. No
vería las botellas vacías de whisky o aquella noche que vi Goldfinger tres veces
seguidas en un cine clásico porque no podía soportar la idea de ir a una casa vacía.
No, ella vería al verdadero Logan, al nuevo Logan. El Logan que estaba a punto de
patear el culo de todo el mundo (y luego venirme sobre todos esos culos después).
La adrenalina bombea a través de mí. Durante tres meses, mi vida ha sido un
ciclo de follar, filmar y editar. Solo he visto a mis amigos si pasaban a formar parte
de mi ciclo de filmar y follar. Pero esta noche, todo eso va a cambiar. Esta noche,
voy a recuperar mi antigua vida.
—Trae a las chicas —le digo a Tanner con una sonrisa mientras me
desabrocho los jeans—. Estoy listo.
Esta noche, Logan O'Toole finalmente regresará de la tierra de los corazones
rotos.
Traducido por -queen-ari- y Brisamar58
o puedo.
2
UCLA: siglas de University of California, Los Angeles, en español Universidad de California, los Ángeles.
3
Mâmân: mamá.
—De hecho, lo que necesita sanar es mi cuenta bancaria.
—”La satisfacción es la mayor riqueza” —dice mi padre, llegando desde la
cocina, las perlas de bambú en la puerta chocando entre sí mientras caen detrás de
él.
Intento no poner mis ojos en blanco.
—Apuesto a que Buda habría pensado lo contrario si hubiera tenido
préstamos estudiantiles —murmuro.
—¿Préstamos estudiantiles? —pregunta mi madre a medida que pone el jugo
de cúrcuma delante de mí, su voz aumentando con un toque de esperanza.
—¿Vas a inscribirte en la universidad otra vez? —El tono de mi padre es
igual al de mi madre.
Estoy tentada a enojarme; sé que solo quieren lo mejor para mí.
Pero si estoy molesta con alguien, es conmigo misma. No debería ser tan
jodidamente difícil decidir una especialización, pero de alguna manera lo es. No es
que no tenga ningún interés académico; en realidad estoy intrigada en muchas cosas.
Simplemente, comprometerse con un tema y elegirlo como carrera es, bueno,
desalentador.
—Todavía no, bâbâ4. Pronto. Pero todavía no. —Pronto. Espero que no sea
una mentira.
—Lo averiguarás —dice con una sonrisa tranquilizadora que casi me hace
olvidar la terribilidad del papel delante de mí—. Tienes toda tu vida para decidir.
Una de las cosas más increíblemente impresionante de mis padres es cómo
apoyan completamente todo lo que hago. Incluso cuando no están de acuerdo con
mis decisiones, me sonríen y me animan de todo corazón. Mientras esté haciendo lo
que me hace feliz, aceptan todo.
Mi madre me insta a sentarme en la mesa de la cocina, luego se mueve detrás
de mí, y aunque no puedo verla, sé que está acariciando el aire sobre mí, limpiando
la energía negativa de mi aura. Mientras tanto, mi padre pone una mano en mi
hombro, canalizando energía positiva en mi cuerpo.
4
Bâbâ: papá.
Respiro hondo y suspiro. Esto no es lo que necesito ahora mismo, pero así es
cómo demuestran su amor, y es la única manera de mantener su atención.
—Otra respiración profunda, y luego nos dices lo que te pasa. —El acento de
mi padre resbala como lo hace a menudo cuando está practicando la medicina
holística, a pesar de que no ha vivido en Irán desde que tenía diez años. Me encanta
escucharlo así como me encantan todos los fragmentos de la herencia persa que me
ha transmitido, incluyendo su cabello oscuro, ojos color ámbar, y piel oliva. El
“aspecto étnico”, como mi agente lo llama, me ha conseguido una cantidad decente
de trabajo en el negocio de modelaje erótico. Bueno, eso y mi disposición a
despojarme de la ropa delante de una cámara como si no fuera gran cosa, otro
atributo que agradezco a mis padres. Desde que puedo recordar, me han inculcado la
noción de que los cuerpos son más hermosos en su estado natural. Aunque soy más
conservadora que ellos, puedo estar desnuda sin la menor cohibición.
Hago lo que mi padre ha pedido y lleno mis pulmones de aire. Después, lo
suelto.
—Son mis préstamos estudiantiles. Mi aplazamiento ha expirado.
—Ah —dicen mis padres al unísono.
Otra cosa increíble de mis padres es lo sincronizados que están. Tal vez sea
un efecto secundario de hacer todo juntos, y me refiero a todo. Trabajan juntos,
cocinan juntos, limpian juntos. Si mi padre no estuviera recuperándose de una
distensión inguinal, habría estado junto a mi madre haciendo su yoga au naturel.
Aunque a menudo me burlo de ellos por eso, algún día espero tener una relación
como la suya. Tal vez con más ropa involucrada.
Mi padre mueve su mano a la base de mi cuello.
—Si regresas a la universidad, ¿no volverá a ponerse en marcha el
aplazamiento?
—Sí. Pero todavía no tengo ni idea de lo que estudiaría. Tampoco puedo
permitirme un pago como éste… —Agito la factura en el aire—. No, además de mi
apartamento. —Apenas pude permitirme mudarme de allí hace seis meses. Mis
trabajos de modelaje pagan bien, pero no tan bien como para financiarme-a-mí-
misma-en-California.
—Sabes que tu habitación siempre te está esperando. —Mi madre sería feliz
si viviera con ella por siempre. Pero, por más que ame a mis padres, una tiene que
extender sus alas.
—Realmente no creo que regresar a casa sea la respuesta. —Además, vivir
con ellos supuso un grave impedimento en mi vida social. Cada vez que traía a un
chico a casa para una copa, mis padres nos emboscarían con té de hongos, brownies
de marihuana, y consejos sin fin sobre cómo lograr el mejor clímax. Se consideran a
sí mismos expertos en el sexo tántrico y no son nada tímidos en cuanto a compartir
sus experiencias personales. Es incómodo, por decirlo de alguna manera.
No es que haya habido un chico que haya querido traer a casa en mucho
tiempo. La mayoría de mis orgasmos en el último año han llegado manualmente
mientras veía porno de Logan O'Toole. Me imagino por un momento cómo
reaccionaría al conocer a mis padres. Seguramente, él es la única persona que no
vacilaría con sus historias carnales. Dios sabe que podría superar cualquier historia
que le contaran.
¿Es extraño cuán seguido pienso en Logan? Hicimos una escena juntos, una
vez, un trío en el que interpreté a la “extra”. Fue hace más de tres años, y todavía
fantaseo con él regularmente. Esa probablemente es una señal de que no estoy
preparada para hacer pornografía en toda regla. Una escena frente a la cámara con
un hombre, incluso sin relaciones sexuales, y ya estoy enganchada. Desde entonces
he rechazado cualquier trabajo que se desvíe de mi habitual chica-con-chica.
Sería bueno si tuviera más de ese trabajo por venir. Eso podría hacer mella en
los préstamos estudiantiles.
—Mudarse a casa podría ser la respuesta —insiste mi madre suavemente—.
¿Qué te hace rechazar tan rápido esa opción?
—¿Es el orgullo, Devi? —Hay un filo de sermón en la voz de mi padre. Que
es lo más cerca a lo que en realidad llega a sermonearme—. Sabes lo que Buda dice
acerca del orgullo. “Deja ir la ira. Deja ir…”
—”… el orgullo. Cuando no estás atado a nada, vas más allá del dolor” —
termino con él—. Sí, sí, lo sé y es muy amable de tu parte ofrecérmelo. No se trata
de orgullo. —Es absolutamente por orgullo—. Solo necesito resolver esto.
Mâmân está visiblemente decepcionada con mi respuesta. Soy su única hija y
me echa de menos en casa.
—¿Sabes qué? Veamos el Tarot —dice—. El universo te puede decir qué
hacer. —Con ansiedad, le pide a mi padre que saque las cartas del Tarot de la
panera, porque ¿quién no guarda unas cartas de Tarot en su despensa?, y toma
asiento en la silla junto a mí.
Suelto una bocanada de aire caliente, rehusándome a permitir que se note mi
irritación. Aunque he sido criada con las cartas como un elemento básico en mi vida,
estoy menos convencida de sus propiedades de adivinación y más convencida de que
mis padres las utilizan para transmitir cualquier sermón que creen que necesito oír.
A medida que mi madre presenta la primera carta, me preparo para que su
interpretación sea: “Regresa a casa, vuelve a la universidad, sé feliz”.
Y hará que suene tan simple. Si tan solo fuera así como en realidad funciona
la vida.
—Solamente vamos a sacar tres cartas —dice, probablemente sintiendo mi
renuencia a darle credibilidad a la lectura—. Este es tu camino, La Rueda de la
Fortuna.
Mi padre hace una mueca ligeramente por encima del hombro de ella.
—No es mi carta favorita del mazo.
—No escuches a tu bâbâ. Es una carta fantástica. Te está diciendo que
recuerdes que las cosas suceden en ciclos. Puede que estés abajo en este momento,
pero la rueda siempre gira. No estás condenada a quedarte en el fondo.
—Y entonces, cuando regrese a la cima, todo lo que tiene que hacer es mirar
hacia delante al viaje de regreso hacia abajo. —Es un punto de vista extrañamente
pesimista viniendo de mi padre, pero es algo que he escuchado antes. De hecho,
cada vez que esta carta ha aparecido en una lectura durante los últimos veintiún
años.
Pongo una mano en alto antes de que se enzarcen en la discusión posterior
sobre los aspectos negativos o positivos de La Rueda de la Fortuna y en su lugar
pregunto:
—Pero ¿cómo ayuda eso en mi camino? ¿Solo debería prepararme y saber
que la vida mejorará eventualmente?
Mi madre sacude la cabeza.
—No, claro que no. Es una carta que sugiere que hagas exactamente lo
contrario. No te quedes quieta y dejes que la rueda te empuje hacia abajo. Puedes
trabajar activamente para subir al lado bueno otra vez.
Asiento, fingiendo aceptarlo.
—Algo así como pensar en una manera de ganar más dinero. —Como dije
antes de que salieran las cartas—. Lo entiendo.
—Sí. Así como si regresaras a casa. Temporalmente. —Y ahí está, las
palabras que quiere que escuche.
Me quejo internamente.
—La siguiente carta, por favor.
—El obstáculo mayor —dice, sacando otra carta del mazo—. Oh, son Los
Amantes.
—Jesús —murmuro—. Una relación definitivamente sería un obstáculo. —
En serio, es lo último que necesito ahora mismo.
—Los Amantes no solo representan una relación romántica —dice mi padre—
. Puede representar algo más básico, un indicador de que es hora de desarrollar tu
propia filosofía y sistema de creencias. Es hora de decidir quién eres. En qué crees.
—Lo que quieres hacer por el resto de tu vida…
—¡Madre! —me quejo.
—No te enojes conmigo. Soy solo una mensajera del Universo. —Parece
interpretar mi escepticismo correctamente—. Continuando. La conclusión. —
Comienza a sacar otra carta, pero se detiene cuando el teléfono de mi padre suena
con Peter Griffin de Family Guy gritando: “¿Quién me está enviando mensajes?”
Sonrío como siempre lo hago con el tono de notificación que fijé para él, y
luego me rio para mis adentros cuando pienso en que sin duda no tiene idea cómo
cambiarlo. Mis padres anti-tecnología solo tienen un teléfono celular para ser
notificado cuando una de sus clientes ha entrado en trabajo de parto, por lo que
ambos se animan ansiosamente mientras él lee el mensaje.
—Es Astrid —dice, con los ojos brillantes—. Las contracciones están a solo
seis minutos de diferencia. Tengo que apresurarme.
Mi madre chilla de emoción.
—¡Ni siquiera estoy vestida! —Salta, abandonando el mazo sobre la mesa y
se apresura a ponerse su atuendo de comadrona.
La observo, preguntándome qué se siente amar un trabajo tanto como ella.
Mi padre se detiene detrás de mí, poniendo sus manos firmemente en mis
brazos, y sé que está dirigiendo su energía hacia mí.
—Aguanta, pequeña. Lo averiguarás. Y tienes razón, la respuesta no está en
volver a casa.
Estoy un poco sorprendida que no esté del lado de mi madre. Y agradecida.
Es bueno no tener esa presión de por lo menos uno de ellos.
Me besa en lo alto de la cabeza, y absorbo su afecto, enviando el mío de
vuelta a él. Puede que sea una tontería, pero lo hace sentir bien, y él me hace sentir
bien.
—Gracias, bâbâ. Asheghtam —digo, usando las palabras persas para decir te
amo.
Me aprieta los brazos y me lo dice de vuelta. Entonces mi madre ha
regresado, vestida con su traje de baño. Debe ser un nacimiento en agua.
—¡Buena suerte! —Los despido con la mano, prometiendo poner seguro
cuando haya terminado.
Mientras recojo el correo, una tarjeta del tamaño de una invitación dirigida a
mí atrae mi atención. Abro el sobre y encuentro una invitación a una fiesta de la
industria organizada por Vida Gines. La fecha dice que está teniendo lugar esta
noche. Lo considero por un momento. No es el tipo de cosas a las que normalmente
asisto (sus fiestas están dirigidas a su grupo: a los fabricantes de pornografía serios)
pero si quiero más trabajos, incluso porno de la variedad femenina, este podría ser el
lugar para hacer conexiones nuevas.
¿No era eso lo que la Rueda de la Fortuna me estaba diciendo que haga? Que
busque oportunidades nuevas y cosas por el estilo. No es que crea en esas cosas de
adivinación. Bueno, no del todo.
Es simplemente por curiosidad que doy la vuelta a la siguiente carta de Tarot,
la que habría sido la respuesta a mi situación. Es La Estrella, mi carta favorita en
todo el mazo. Cuando era niña, me encantaba porque adoraba las estrellas. No me
importaba lo que dijeran los videntes, para mí siempre representaba las joyas
relucientes que iluminaban el cielo nocturno. Durante horas y horas miraba
fijamente los puntos brillantes a través del telescopio que me dieron en mi décimo
cumpleaños, escuchando a medida que mis padres recitaban historias de los dioses
griegos que residían en forma de constelación sobre nosotros. Incluso entonces me
preguntaba qué había más allá de sus historias, me preguntaba qué elementos
conformaban las bolas de fuego, qué las hacía arder, brillar y caer.
Por supuesto que no es el mensaje que la lectura me está dando ahora mismo.
En ausencia de mis padres, intento evocar el significado deseado en su lugar.
Esperanza, creo. Sí, eso es.
Es un mensaje universal que puede aplicarse a cualquier persona en cualquier
momento. Pero a medida que recojo mi factura del préstamo estudiantil y la
invitación de Vida y me dirijo a casa para prepararme para su fiesta, la esperanza
zumba dentro de mí, y no puedo evitar pensar que la carta era bastante apropiada.
Traducido por VckyFer y Genevieve
5 BDSM: siglas que combina Bondage y Disciplina; Dominación y Sumisión; Sadismo y Masoquismo.
Tiene razón en cuanto a esta multitud siendo más progresiva que la mayoría,
aunque aún no sea ideal.
—Vamos a hacer que todas las fiestas sean como esta, e incluso mejores —le
digo. Cuando contraté a Tanner hace dos años, fue franco con todos los problemas
que vio en la industria; incluyendo el racismo inherente apostado en las bases del
porno tradicional. Así que le dije que si él venía a trabajar conmigo, lo
arreglaríamos; cultivaríamos diversidad sin todos los tabús extraños y los fetiches
que se presentaban normalmente en el sexo interracial en el trabajo. Y así, logré
atraer a un increíblemente talentoso artista recién salido de la escuela de arte, y él
logró hacerme un creyente.
Se encogió de hombros.
—Es Los Ángeles —dice, como si esa es toda la explicación requerida.
Voy a decir algo más pero me detengo cuando la veo a ella.
Está aquí.
Mis dedos se aprietan alrededor de mi vaso, y mi estómago comienza a
retorcerse como un gimnasta en las barras asimétricas, swoop, swoop, voletereta,
giro…
—Respira —instruye Tanner—. Todos tienen que toparse con su ex novia por
primera vez desde su ruptura. Solo lo estás quitando fuera del camino ahora.
Pero no es a Raven a quien veo riéndose junto a la piscina. No es Raven con
el vaso de escocés, el largo cabello color caramelo y la sonrisa que podría iluminar a
todo el maldito Valle si quisiera.
Es Devi Dare.
El balcón está iluminado contra la noche, y la piscina envía destellos azules y
blancos danzando a través de su rostro. Lleva alguna clase de top dorado atado
detrás de la nuca que cae bajo, exponiendo la piel bronceada en su esternón y
tentándome con la curvatura oculta de sus tetas, dejando prácticamente su espalda al
descubierto.
Con sus pantalones cortos negros y sus sandalias estilo gladiador hasta el
tobillo, no solo se ve follable, se ve hermosa, y deseo tener una cámara en este
preciso instante. Quiero filmarla aquí, riéndose y dorada con los brillos de la ciudad
detrás de ella, luego quiero llevarla a la playa y ver cómo se ve contra un fondo de
océano negro. Quizás podríamos manejar al norte, encontrar un estrecho vacío en la
carretera, y podría grabarla mientras camina por el asfalto oscuro. Con ese top
brillando dorado y esos tacones de fóllame, el contraste de ella en una carretera
desértica sería tan marcado, tan hermoso y sobre todo provocador. El tipo de cosas
que ves como un gif en Tumblr.
Y entonces se gira y me ve a través del ventanal. Hay un momento en que sus
ojos se estrechan, como si intentara discernir mi rostro en el interior de la sala de
Vida, y luego su rostro florece con el tipo de sonrisa que hace que quiera darle todo
lo que tengo en mi billetera. Si mi estómago estaba retorcido antes, ahora es un
tornado, agitando mi embrollo emocional, la lujuria y todas las fantasías que he
tenido desde siempre con esta mujer, y apenas recuerdo a tiempo que se supone que
soy el Logan Parlanchín y Zen y le doy una sonrisa coqueta en respuesta.
Cuando se gira hacia sus amigos, me doy cuenta que mi filmación en la
carretera estaría completamente mal. Devi es la viva antítesis del asfalto. Devi es
energía, salud y vibración. Es la luz del sol, una flor de pétalos amarillos y el dulce
olor terroso de canela y tréboles. Antes tenía razón, con la idea del océano, o quizás
el desierto en la oscuridad, cuando las flores nocturnas están floreciendo…
—¿Pesando en quién te vas a follar?
Una voz aguda me saca de mi ensimismamiento de director, y parpadeo para
encontrar que Tanner ya no está y Vida Gines está de pie junto a mí, con una bebida
rosa y brillante en su mano. Arquea una ceja hacia mí a medida que sacude su
cabeza hacia las ventanas gigantescas, indicando el balcón de afuera.
—Te vi haciéndole ojos a Devi.
Parlanchín y Zen, me recordé. Vida no necesita saber que estoy comparando
a Devi mentalmente con las flores nocturnas del desierto. Actúa casual.
—Devi es jodidamente caliente —digo, cuidando mantener mi voz casual—.
Hay muchas chicas calientes por aquí. —Y luego por si acaso, tomo un trago y miro
alrededor de la habitación casualmente. El Logan Casual, ese soy yo.
Vida toma de su propia bebida, pero esa ceja se mantiene arqueada y sé que
no la estoy engañando ni un poco.
—Gran fiesta —ofrezco, intentando desviar la atención lejos de mí y mis
miradas desvergonzadas hacia Devi. Lo último que necesito después de mi absurdo
rompimiento público con Raven son rumores de una aventura nueva—. Por cierto,
felicitaciones por adquirir Lelie.
Vida asiente.
—Lelie es un estudio asombroso. Gran visión, gran filosofía. Mucho
potencial para ganancias. Razón por la cual deberíamos hablar.
La escucho, pero por un momento, me enfoco en la forma en que sus uñas
están pintadas del mismo tono exacto que su bebida. Uñas rosas, bebida rosa, labios
rosas; el tipo de cosa que orquestaría un director deliberadamente. Hago una nota
mental para jugar con este tipo de juego visual alguna vez en mis escenas.
Seguramente, a las chicas no les importaría que escoja por ellas el color de su lápiz
labial, ¿verdad? ¿Si era por arte?
—¿Logan?
Regreso abruptamente a ella.
—Lo siento, ¿qué?
Su ceja ahora prácticamente está tocando su cuero cabelludo.
—Dije que deberíamos hablar.
—Siempre estoy feliz de escuchar lo que una mujer inteligente tiene que
decir. —Y luego encuentro la parte baja de su espalda con mi palma, inclinándome
para susurrarle—: ¿Quieres encontrar un lugar menos ruidoso?
A pesar de nuestra diferencia de edad, y a pesar del hecho de que ella solo
quiere hablar de negocios, mi proximidad la afecta. Se estremece y luego ríe,
empujándome lejos juguetonamente.
—Sabes cómo hacer que una mujer se sienta joven, Logan. Por aquí.
—Sí, señora —digo en una voz burlona y sumisa, y pone los ojos en blanco,
pero una sonrisa contenida tira de sus labios a medida que camina conmigo. Bebo lo
que me queda de mi whisky, dejo el vaso en una mesa cercana, y la sigo.
Bajamos por una escalera abierta, toda de metal toscamente soldado y
tablones de madera oscura, y luego llegamos al corazón de las operaciones de
filmación de Vida. Mientras avanzamos por un pasillo oscuro hacia su oficina, veo
habitaciones llenas de cruces de San Andrés, habitaciones amuebladas como salones
de clases de escuela secundaria, habitaciones llenas de nada más que paredes y
camas blancas desnudas. Y no todas estas habitaciones están vacías; al pasar por la
última a la derecha, veo que un pequeño grupo de personas han aprovechado para
usar una de las camas. Hay mucha piel, bocas y bebidas derramándose, y sin pensar,
agarro el pomo y cierro su puerta lentamente antes de entrar en la oficina de Vida.
Cuando llegué a este negocio, habría estado allí con ellos, pero tal vez sea el trío que
tuve esta mañana o el hecho de que realmente quiero escuchar lo que Vida tiene que
decir, pero no me interesa en absoluto todo ese escenario.
Ahora, si Devi estuviera ahí…
Me dejo caer en una silla del escritorio de Vida, cruzando mis largas piernas a
medida que ella se sienta. Me evalúa, y me remuevo un poco. Su mirada es
demasiado perceptiva… demasiado amable. Hay comprensión en sus ojos azules
descoloridos, y recuerdo que ha estado divorciada dos veces, que ha estado en este
negocio durante veinticinco años. Recuerdo que el estudio de Vida fue uno de los
involucrados en la Gran Ruptura Logan-Raven.
—Está bien que necesites tiempo —dice, mirando hacia la puerta que acabo
de cerrar en el pasillo—. Todos hemos pasado por eso.
—Estoy bien —miento, tal vez un poco demasiado convincente, porque se
encoge de hombros como si estuviera lista para seguir adelante, y entonces, una
pequeña parte tonta en mí desea que siguiera preguntando sobre eso. He mantenido
este dolor en secreto durante tanto tiempo, lo he sostenido dentro de mí, y de repente
me pregunto si me dolería menos si simplemente hablara de ello. En su lugar, he
atrapado el dolor en mi interior, un lobo hambriento que desde hace mucho tiempo
devoró mi corazón y ahora está royendo mis costillas, gruñendo y aullando en el
espacio vacío donde solía estar mi corazón.
Pero el momento se ha ido, y Vida vuelve a los negocios una vez más.
—Sinfully Vida ha resistido el último año tanto como se puede esperar —
dice, refiriéndose a su compañía de producción—. Pero decaímos con las escenas de
violación. No voy a mentir. Fue un gran golpe, y dejó un gran vacío en nuestro
contenido.
Violación. A todos los golpeó con bastante fuerza aquí en la costa oeste, las
acusaciones de que una de las estrellas más grandes del porno era un violador, y
luego por supuesto, las alegaciones siguientes de que el porno había fomentado una
cultura de violación. Los estudios habían rediseñado apresuradamente los acuerdos
de los artistas intérpretes o ejecutantes, eliminando el contenido del acusado y
emitiendo descargos de responsabilidades en todos sus sitios web. Incluso yo me vi
afectado, al recibir toneladas de correos de odio de personas en todo el mundo,
aunque apenas conocía al tipo que había sido acusado, e hice del consentimiento una
gran parte de mi trabajo.
Apestaba. Todavía lo hace.
—Sinfully Vida tenía más contenido con él que cualquier otro estudio —dice
Vida, y hay una nota de traición en su voz—. Y así, no solo tenemos un vacío de
contenido, tenemos que hacer algo para recuperar nuestra imagen.
—Como comprar Lelie —termino por ella.
Asiente, dando golpecitos con sus uñas falsas en el escritorio.
—Sí. Comprarlo es bueno para los negocios. Necesitamos más pornografía
“feminista”, y la necesitamos ya. —Dice feminista con comillas en el aire, como si
fuera un concepto ridículo e imaginario, y si Tanner estuviera aquí, enloquecería con
su progresismo. Ahogo una sonrisa al imaginarlo, y Vida confunde mi expresión—.
Entonces, ¿estás a bordo?
Eh, ¿qué?
—¿Perdón? —pregunto cortésmente.
—Logan, tú eres el favorito para ocupar… sus… zapatos en Sinfully Vida. —
Noto que no dice el nombre del otro tipo, como si se tratara de Voldemort o
Rumpelstiltskin o algo así—. Eres muy atractivo, increíblemente popular, y tienes
toda esa vibra pro-mujer.
—¿Quieres que filme una escena para Lelie?
Se inclina hacia delante.
—Más que una escena. Te quiero a ti. Podemos asociarnos con O'Toole
Films, por supuesto, encontrar un acuerdo mutuamente rentable, pero lo quiero a
largo plazo. Y quiero que sea algo grande, algo que nadie más esté haciendo ahora,
algo que involucre a muchos de los espectadores suscriptores que perdimos el año
pasado.
Me gusta la idea de grande, nuevo y diferente, me gusta la involucración,
pero no sé si a largo plazo. La última cosa a largo plazo que hice terminó conmigo
llorando desnudo en la ducha mientras mi exnovia se follaba a un italiano a medio
mundo de distancia.
Por otro lado, ¿no me prometí esta mañana que no dejaría que Raven dictara
más en mi vida? ¿Que es hora de que Logan O'Toole comience a patear traseros y
escoger nombres?
—¿Qué tenías en mente? —pregunto.
Vida suspira, girando la silla para mirar por la ventana de la oficina. Afuera,
el cielo brilla de color púrpura por encima de la ciudad, y las luces se extienden por
kilómetros y kilómetros. De repente me siento solo otra vez, aunque no puedo
precisar exactamente por qué, ya sea la ciudad tan grande, llena de gente y absorta
en sí misma, o la vista de Vida Gines, Su Majestad Real del Porno, pareciendo tan
sola.
¿Así estaré en quince años? ¿Solo? ¿Con mi negocio como única compañía?
—No estoy segura —admite, y puedo notar que le duele admitirlo—. La
pornografía está cambiando. Y estoy acostumbrada a adaptarme a cómo la gente la
ve, cómo pagan y cómo roban, pero adaptarme a estas cosas más grandes…
Deja la frase inconclusa, con los ojos clavados en el paisaje de la ciudad.
—Necesitamos algo nuevo —dice finalmente, y se vuelve hacia mí—. Algo
fresco. No sé qué será, y por eso te necesito. Eres joven, sexy y más importante aún,
tanto hombres como mujeres conectan con tus escenas. No se limitan a solo
masturbarse y follar, miran la escena entera, y luego regresan y miran de nuevo.
Tienen favoritos. Tus índices de suscripción están por las nubes y los medios te
aman. Logan, Lelie te necesita si esto se va a convertir en algo más que en una casa
de video porno. Te necesito.
Lo pienso por un minuto. Lelie tiene visión. Asociarme con ellos me llevaría
más cerca de mi meta de crear películas únicas y artísticamente impulsadas. Y
parece que Vida está básicamente dándome carta blanca para hacer lo que quiera,
siempre y cuando refuerce la reputación femenina de Sinfully Vida y en última
instancia haga dinero. No hay razón para decir que no, excepto…
—Vida, me encantaría trabajar con Lelie.
Ella sonríe.
—Pero no tengo ni idea de qué hacer.
Agita una mano, esas uñas como rayos de luz rosa atraviesan el aire.
—No necesitas saberlo ahora. Solo prométeme que lo pensarás. Y cuando
estés listo —alcanza su teléfono y toca la pantalla unas cuantas veces—, te
comunicas con Marieke de Vries. Es la jefa de Lelie, y te dará lo que sea que
necesites.
Mi teléfono se ilumina con el mensaje de Vida.
—Gracias, Vida.
—No veo la hora de empezar —dice—. Ahora sube y bébete todo mi licor.
6 Casiopea: en la mitología griega, Casiopea era hija de Arabio. Considerada esposa del rey Cefeo de Etiopía y madre
con él de Andrómeda, cuya belleza ella ensalzaba por encima de la de las Nereidas.
—Sabes mucho sobre esta mierda —le digo, devolviendo completamente mi
mirada a su rostro.
Y ahora se ruboriza de verdad.
—En realidad me gusta la astronomía. Estrellas, galaxias y cosas así. Hace
que la vida se sienta tan… grande… ¿sabes?
La cosa es que, lo sé. Quiero decir, conozco esa sensación de grandeza. La
capto cada vez que veo una película increíble, cada vez que imagino mis propias
películas con el ajuste correcto y la dirección de fotografía correcta y simplemente el
resultado correcto.
—Nunca he conocido a un artista que me haya dicho algo así —digo. Y es
verdad. Ni una sola vez he estado cerca de otra estrella de cine para adultos y me
han confesado una fascinación claramente poco práctica. Un llamado hacia algo que
los haga sentir como que la vida es mágica.
Ella parpadea, y la forma en que sus largas y gruesas pestañas rozan contra
sus mejillas húmedas es sorprendente.
—¿En serio?
—En serio. Devi Dare, creo que eres mi primera.
—No creo que ningún hombre me haya dicho eso antes —bromea, cuando
doy un paso más cerca de ella. No estoy seguro por qué lo hago; ya estamos muy
cerca. Pero el agua es tan linda y transparente, y el mundo es tan tenue por el
whisky, y lo único que quiero en esta tierra justo ahora es contar las gotas de agua
que hay en sus pestañas.
Devi se mueve un poco y su top se abre casi completamente, exponiendo esos
senos dulces suyos y sus pezones incluso aún más dulces. De repente, estoy muy
agradecido por la piscina, escondiendo mi erección dolorosa. Sin embargo, no
esconde la forma en que ahora estoy mirando fijamente hacia sus tetas, ni la forma
en que me muerdo el labio para no inclinarme hacia delante y chupar una punta
perfecta en mi boca.
Sus labios se separan, y no se molesta en cerrar su top. Ahora estamos tan
cerca que siento los dedos de sus pies desnudos rozando contra el frente de mis
zapatos. Sus ojos son del color del ámbar puro, oro líquido y cálido, y ahora
estudian los míos. Algo ha cambiado con mi paso más cerca, y siento que voy a
explotar, una columna de fuego en medio de esta piscina brillante.
Quiero besarla.
Lo quiero como no he querido nada más en mi vida.
Verás, aquí está el problema. Sé lo suave y húmeda que es su lengua, lo
cálidos y carnosos que se sienten sus labios, y puedo recordar cada jadeo sin aliento
que me dio cuando nos besábamos en el set años atrás. Sé exactamente lo delicioso y
gratificante que será su beso. Y ahora su cara está inclinada completamente hacia la
mía, y su expresión es abierta y seductora, y sus manos se deslizan hacia arriba por
mi pecho, apretándose en puños en mi empapada camisa mojada. Dejé que la botella
de whisky tapada y en su mayoría vacía se alejara de nosotros en el agua.
—Logan —susurra, sus ojos todavía escrutadores, sus dedos contraídos
firmemente en mi camisa.
¡Bésala, idiota! ¿Qué estás esperando?
Pero todo está hecho añicos dentro de mí (mi enojo por Raven, mi
determinación a seguir adelante, mi deseo por Devi, la oferta de Vida) todo está
enredado y retorcido, y no puedo aclarar mis pensamientos, no puedo separar dónde
termina mi deseo de venganza contra Raven y comienza mi necesidad de besar a
Devi. Los negocios se están mezclando con el placer, el placer está fusionándose
con el dolor, y por un instante, deseo que Raven estuviera justo aquí, ahora mismo.
Deseo que estuviera observándonos. Deseo que pudiera vernos a Devi y a mí y
sienta incluso un diezmo de los celos y la rabia que sentí cuando la encontré a ella.
Y Dios, quiero ver su jodido rostro cuando nos vea…
Soy tan imbécil. ¿Cómo puedo besar a esta chica que me ha gustado por
años, a esta chica que he idolatrado y con la que he fantaseado, cómo puedo tocarla
con incluso un indicio de Raven en mi mente? Más aún, ¿realmente quiero que
Raven corrompa algo que he querido durante tanto tiempo? ¿Darle el control del
primer beso que Devi y yo compartiremos alguna vez fuera de pantalla?
No. Cuando bese a Devi… o si la beso, pienso tristemente… será sin el
fantasma de la traición de Raven cerniéndose sobre nosotros. Y además, si beso a
Devi ahora, todo cambiará. Podríamos tontear o podríamos follar, y entonces esta no
será la noche en que estuve en una piscina y ella me mostró las estrellas, será la
noche en que hicimos lo que todo el mundo hace en estas fiestas. Será la noche en
que transformamos la química entre nosotros en algo meramente físico, e incluso
pensar en esa transformación es suficiente para herirme.
Quiero que esta sea nuestra noche de estrellas. Y tal vez, si tengo suerte y si
logro recobrar la maldita compostura, habrá una noche de besos después.
Pronto, exige mi polla.
—¿Logan? —repite Devi, y ahora es más implorante, casi suplicante, así que
me acerco y sostengo sus codos en mis manos. No quiero contarle las cosas de
Raven; no quiero que se sienta usada o piense que he estado comparándola
mentalmente toda la noche. Y no puedo expresar mi miedo en cuanto a besarla sin
revelar mi gigantesco y épico flechazo por ella y sonar como un asqueroso acosador.
—Creo que debería irme ahora —respondo en su lugar.
Su frente se arruga adorablemente.
—¿Deberías?
—Sí —murmuro, alejándome y dirigiéndome hacia el borde de la piscina. La
pérdida de su piel, de esos grandes ojos castaño dorado, me hace sentir más vacío
que cualquier otra cosa que ha pasado esta noche, y casi me doy la vuelta y lo hago.
Casi me giro para agarrarla y plantar mi boca sobre la suya y dejar que toda la
mierda oscura y enmarañada en mi corazón se vaya.
Pero no lo hago.
Rescato el whisky del agua y salgo de la piscina, luego me vuelvo y le
ofrezco mi mano, la cual ella ignora, los músculos esbeltos de sus brazos trabajando
fácilmente para sacar su cuerpo al hormigón. Sus mejillas están sonrojadas una vez
más, y no se encuentra con mis ojos, y entonces cuando digo:
—Devi… —Sin saber lo que quiero decir, lo que quiero en realidad o cómo
explicar algo, ella sacude su cabeza. Pero igual suelto abruptamente—: Yo…
¿puedo tener tu número?
Mierda. Bueno, ¿de dónde vino eso?
Vacila, aún sin mirarme a los ojos. Después de un momento, se agacha y
agarra mi teléfono junto a la piscina, y se envía un mensaje en blanco a sí misma.
—Ahí tienes —dice, y hay tanto en su voz que araña mi conciencia; oigo su
orgullo, la lujuria frustrada y la confusión. Pero ¿cómo puedo explicarle todo a ella
cuando ni siquiera puedo explicármelo a mí?
Dios, soy un maldito desastre.
—Gracias —respondo con torpeza, y ella me da un asentimiento breve, otra
vez sin mirarme.
—Buenas noches, Logan —dice, y recoge sus zapatos y sus pantalones
cortos. Sin molestarse en volver a ponérselos, camina con los pies mojados y
visiblemente molesta hacia la casa.
Mierda.
Traducido por LizC y Magnie
7
Episcopal: Iglesia nacional estadounidense de la Comunión anglicana.
Fue una serie de accidentes los que alteraron mi trayectoria, que me enviaron
girando fuera de órbita y hacia la inequívoca gravedad pesada del mundo del porno.
Comenzó cuando mi profesor de teatro se acercó a mí después de clases en la
primavera de mi último año. Tenía un amigo que estaba filmando un comercial para
una universidad local, y me preguntó si me gustaría hacerle una llamada. Sería un
trabajo fácil y la primera línea no minorista en mi frágil currículum, y a pesar de que
quería ser un director o un cinematógrafo, no hacía daño explorar la actuación
también, ¿verdad?
Hice el comercial. Y luego hice otro, esta vez para un sitio web de citas
dirigido a chicos universitarios, lo que llevó a un comercial para una línea telefónica
de “compañía”, un servicio moribundo en 2005, pero al parecer lo suficientemente
fuerte como para pagar por un anuncio de televisión. Nunca les mentí a mis padres
en cuanto a lo que estaba haciendo, y para su crédito, nunca intentaron disuadirme
de ello, aunque debe haber sido difícil para ellos ver mis anuncios de sexo telefónico
mientras trataban de ver las repeticiones de CSI.
Y así es cómo llegué accidentalmente al negocio comercial.
Esto duró unos tres meses, y el día después de la graduación, mientras
entrecerraba los ojos ante la pantalla de mi computadora, intentando analizar mi
correo electrónico de orientación de la UCLA, recibí una llamada del director del
anuncio de la línea caliente.
—Oye chico, tengo un amigo a quien le gusta tu cara, y necesita un extra para
una película pequeña que va a filmar la próxima semana. Ganarías cincuenta dólares
al día, además del almuerzo. ¿Te unes?
La única cosa que había planeado para mi verano era un trabajo a tiempo
parcial en Best Buy, y honestamente, ser pagado por estar pasando el rato en un set
de película sonaba como una oportunidad mucho mejor. Dejé mi trabajo en Best
Buy y conduje hasta el set la semana siguiente, asumiendo que una “película
pequeña” significaba una película independiente o tal vez un festival barato hecho
para cable.
Estaba equivocado en ambos casos. Después de reunirme con el director de
casting, quien también era el supervisor de guiones, me llevaron a una piscina en la
parte de atrás, donde una mujer yacía de espaldas gimiendo, su mano enterrada
dentro de sus bragas de encaje. Recuerdo haberme quedado observando,
hipnotizado, como el director gritaba instrucciones de vez en cuando, más sobre la
mecánica de su masturbación que sobre su actuación.
—Abre las piernas un poco más, Tara, tenemos una sombra.
—Bien, ahora utiliza las dos manos.
—Tócate el pecho un poco, por favor. Bien.
Eché un vistazo atrás al delgado guion que me habían entregado. Aún no lo
había leído, porque sabía que no tenía un papel que hable, pero ahora leía las líneas
con ávida fascinación. Ama de casa solitaria. Jardinero seductor. Y yo, “Invitado a
la Fiesta en la Piscina #2”, que estaba programado para permanecer en el fondo solo
con un vaso rojo y apariencia de fiestero alegre.
Y así es cómo entré accidentalmente en el negocio del porno vainilla.
De ahí en adelante, fueron una serie de pasos graduales hacia delante… o
hacia bajo, dependiendo de tu punto de vista. Le agradé al director, y volví la
semana siguiente para una película sobre una traviesa animadora universitaria que se
enamora de su profesor. Hice el papel de su novio despechado, un papel que requirió
una escena donde recibí una mamada, algo sobre lo que inicialmente tenía
sentimientos encontrados. Por un lado, ningún hombre de dieciocho años de edad se
ha sentido desdichado ante la perspectiva de una mamada, pero por otro lado, se
sentía extraño que te la chuparan y luego te entregaran un cheque.
No necesariamente algo malo. Sino extraño.
No recuerdo mucho de esa escena, mi primera, pero sí recuerdo a la actriz,
Traci Aliss, quien ahora está casada con un podólogo y vive en algún lugar en
Arizona. Era de origen Asiático-Americano, con brillante cabello liso y una piel
perfecta, e incluso con todo el maquillaje innecesario, la mujer más hermosa que
había visto en mi vida. Nunca había sido tocado frente a una audiencia, y por eso
había estado preocupado por permanecer duro con todos esos ojos sobre mí. Pero
cuando Traci enfocó sus ojos en mi cara, lamiendo sus labios a medida que bajaba la
cremallera de mis pantalones, todos mis temores se desvanecieron. Sentí algo que
nunca antes había sentido, algo más profundo que lujuria, algo esencial, algo
parecido a lo que sentía cuando veía mis películas favoritas.
Supongo que Devi lo llamaría grandeza. Por un momento, sentí toda la rica
grandeza del mundo, de la piel reluciente de Traci, de la luz solar entrando por la
ventana, intensa y brillante, de la sutil dinámica de poder corriendo entre nosotros.
No me sentí como un chico que no tuviera su futuro resuelto, ni como un chico que
ya se sentía limitado por un camino que apenas había pisado.
Me sentí como un hombre. Y pasando mis manos por el cabello de Traci,
murmuré todo lo que sentía hacia ella, le dije lo que quería que me hiciera y lo que
quería hacer con ella, y por un momento, me di cuenta que estaba tan perdida en la
escena como yo lo estaba. Que a pesar de las cámaras, o quizás gracias a ellas, estas
sensaciones se galvanizaron en algo estimulante y embriagador, y ambos
terminamos la escena repletos de una sensación de felicidad mágica.
El director estaba tan contento con mi actuación que me pidió hacer otra
película, y otra, y otra, y para el final del verano, había ganado cinco mil dólares por
tener sexo frente a la cámara, con la promesa de que podría hacer más si estaba
dispuesto a seguir en el porno duro.
Lo estaba.
Después de firmar con una agencia de talentos, cancelé mis clases en la
UCLA, se lo dije a mis sorprendidos pero tolerantes padres, y alquilé un
apartamento en Burbank.
Y así es cómo me hice accidentalmente una estrella porno.
8
Family Feud: programa de juegos que conduce a dos equipos, cada uno compuesto por cinco miembros de
la familia, quien tienen la oportunidad de ganar miles de dólares al responder las preguntas.
Pero incluso pensar en esas palabras envía unos escalofríos extraños por mi
espina dorsal, sensaciones súbitas calientes y frías de lujuria y excitación, y también
miedo. ¿Y si no siente lo mismo que yo? ¿Y si solo soy ese tipo amable con quien
hizo una escena una vez?
O peor aún, ¿el tipo que rechazó sus avances en una fiesta?
Mierda.
¿Verdad que te di un gran consejo?, respondo a Devi, todavía acostado en la
cama. No puedo creer que me despidieran de escribir mensajes para la fábrica de
galletas de la suerte.
No responde. Y no por primera vez esta semana, me pregunto si la estoy
molestando con mis mensajes, invadiendo lo que imagino deber ser su vida bien
ordenada, saludable y llena de playas. Tal vez solo me está tolerando porque no
quiere ser grosera. Tal vez de hecho piensa que soy patético, demasiado marica para
besarla en la fiesta de Vida y ahora escribiéndole mensajes como un niño de
secundaria.
Dejo caer el teléfono en el edredón y gimo. Debería dejarla en paz, debería
embotellar este enamoramiento que he tenido por años hacia ella y darle espacio.
Pero entonces me responde y estoy saltando hacia el teléfono una vez más.
Entonces, dime, oh Gran Sabio. Estoy pensando en tal vez hacer algunas
escenas principales. Ya sabes, con chicos en lugar de chicas. ¿Qué piensas de
eso?
¿Qué pienso? ¡Pienso que quiero correr a su casa ahora mismo y asegurarme
ser el primer actor masculino en su lista! Pero no, tengo que pensar como un amigo
y mentor, no como un tipo que se masturba pensando en ella todas las noches.
¿Porno duro?, pregunto. Mucha gente escucha duro y piensa en el porno
extremo: BDSM, sexo duro y todo eso; pero en realidad todo lo que significa es
explícito. En el porno duro, puedes ver todo lo bueno en escena, sexo oral,
eyaculación y folladas propiamente dichas. Una gran cantidad de escenas lésbicas de
Devi podrían considerarse duro, ya que existe sexo oral entre ellas.
Sí, responde. Pero nada demasiado intenso. Sin perversiones, ni sexo en
grupo. Estoy en la valla9 sobre el anal.
¿“En” la valla? No, no, no, se supone que tienes que estar inclinada sobre
la valla. No puedo evitarlo. Solo soy humano.
Ja, Ja, Ja. No tengo nada en contra, pero en realidad no sé si podría
hacerlo con cualquier actor, ¿sabes? Me gustaría que sea con alguien en quien
confíe.
Gimo de nuevo, girando mi rostro hacia la almohada. Mi pene se está
despertando por toda esta charla Devi-sexo-anal, y Dios, me gustaría poder ser el
actor en quien confíe. Haría que disfrutara tanto, iría lento, la haría entrar en calor
con todos los orgasmos que necesitaría para relajarse, y luego la haría sentir como
una diosa reluciente. Primero usaría mis dedos, explorando mientras beso y lamo su
coño, después trabajaría lentamente en su entrada, chupando su clítoris hasta que sus
dedos se curvaran por la excitación. La haría correrse con mi polla en su coño, y
mientras está recuperándose, la rodaría hasta ponerla de lado, me pondría de rodillas
y presionaría suavemente en su interior. Y entonces la haría correrse con mi polla en
su culo.
Me estás poniendo demasiado difícil pensar con claridad, Cass10.
Muy gracioso, Logan. Pero en serio, ¿qué debería hacer?
¿Honestamente piensa que estoy bromeando sobre estar duro? ¿No se da
cuenta del impacto que tiene sobre mí?
Por supuesto que no, Capitán Marica. Todo lo que tiene como pista es cómo
te alejaste en la piscina.
Me obligo a concentrarme en su pregunta.
Me conoces, mi reina de los camellos. Siempre voy a decir que hagas más
porno. Pero asegúrate que sean cosas con las que te sientas cómoda, segura y feliz
de hacer. Trabaja con personas de tu confianza.
Esto es inesperadamente serio para mí, y me siento un poco cohibido
presionando Enviar. No responde, y espero que sea porque está dándole vueltas a lo
9 En inglés, on the fence se refiere a sentirse indecisa, pero está haciendo un juego de palabras al responder.
10
En inglés, too hard también traducible como “demasiado duro” en referencia a su excitación, siendo otro
juego de palabras.
que he dicho y no porque esté poniendo los ojos en blanco a lo pretencioso y
paternalista que he sonado de repente.
Sin embargo, esto no soluciona el problema de mí estando duro. Duro y
muriendo por probar a Devi; su piel, sus labios, su coño. Bajo mi mano y rodeo mi
erección con ella, usando mi otra mano para cubrir mis bolas, que se sienten pesadas
y ansiosas por liberarse.
Echo un vistazo a mi reloj: ocho de la mañana. Ginger estará aquí dentro de
unas horas para rodar una escena, y por muy bien que se sentiría correrme en este
momento, podría sentirse aún mejor usando el coño húmedo de Ginger para
correrme. Aprieto mi pene suavemente, imaginando ahora a Ginger atada e
indefensa mientras me impulso dentro y fuera.
Sin embargo, lo daría todo para que sea Devi.
Con un gemido de restricción extrema, me levanto de la cama. Me baño con
un poco de agua fría para matar mi erección y luego me lavo los dientes. Una vez
que estoy todo limpio y fresco, me meto en la cocina solo con unos jeans para
prepararme una taza de café y esperar a Tanner. Él y yo necesitamos hacer un
cambio extenso para la escena de hoy porque Ginger ha decidido que quiere probar
algo más duro, más excéntrico, así que vamos a tener usar utilerías y algunas señales
que mencionaré en mi monólogo cuando lo grabemos después de la escena.
Mientras espero a que la cafetera se encienda, abro mi computadora portátil
para crear un nuevo documento Word. Escribo el nombre de Ginger en la parte
superior, junto con la fecha y el estilo de escena que vamos a filmar.
Filmo todo tipo de escenas: dulces, sucias, públicas, de guion; y trato de
hacer que todo el monólogo coincida con el tono del sexo. Me he vuelto un poco
famoso por estos monólogos, lo que fue una sorpresa para todos cuando empecé a
hacerlos hace unos años. ¿Quién quiere sentarse y escuchar a un tipo hablar durante
diez minutos antes de que empiecen a follar? ¿Quién quiere esperar a que el pene
entre en la vagina, el P-en-V, solo para escuchar al tipo hablar de la chica y lo que le
gusta de sus relaciones sexuales?
De hecho, mucha gente.
Un montón.
Y disfruto haciéndolo. Honestamente. Lo que me excita, lo que excita a la
chica, lo que hace sexy y sucio al porno; podría hablar de eso todo el día.
Pero me limito a diez minutos.
No redactaré el guion entero del monólogo hasta después de la escena, pero
me adelanto y hago en esquema de las cosas que sé que quiero decir. Por ahora, la
novedad de Ginger de aumentar lo perverso me inspira a ser más brusco de lo
normal. Que sus fantasías de sumisión y mis fantasías de dominación encajen
perfectamente, y que cuando estemos follando, llegue a imaginar cosas sucias, cosas
obscenas.
No diré que me imagino a Devi cuando estoy follando a Ginger, o que todas
estas fantasías sucias y obscenas vienen a mi mente cuando estoy solo en mi cama
con mi mano debajo de las sábanas y una de las escenas de chica/chica de Devi en la
computadora portátil junto a mí. Eso disiparía la fantasía que estoy intentando crear
con mis monólogos, la fantasía de que en cierto modo estoy sexualmente enamorado
de cada chica con la que filmo. Pero de todos modos, es Devi en quien estoy
pensando mientras arrastro la cama de bondage11 de su rincón habitual en el sótano y
la muevo hacia el centro de la sala de juegos con suelo de cemento que había
construido aquí para filmar escenas.
No es ni de cerca tan elaborada como la de Vida, pero funciona. Suelo vacío
(fácil de limpiar, además de añadir más a ese ambiente de mazmorra que a la gente
le gusta), estantes de juguetes y restricciones, cadenas y ganchos colgando del techo.
Dios, Devi se vería muy bien aquí, atada y esperando por mí. O tal vez con
esos tonificados brazos amarrados y estirados hacia el techo…
Para cuando Tanner y Ginger llegan, mi erección está de vuelta y estoy más
que listo para empezar a follar.
Treinta minutos más tarde, tras repasar verbalmente los límites de Ginger y
asegurarnos que está de acuerdo con lo que Tanner y yo hemos ideado para la
11
Bondage: práctica erótica basada en la inmovilización del cuerpo de una persona.
escena, está acostada sobre su espalda en la cama de bondage y estoy abrochando las
esposas alrededor de sus muñecas, comprobándolas sutilmente para asegurarme que
no están cortando el flujo de sangre de sus manos y dedos. Es algo que he hecho
cientos de veces, y sonrío afectuosamente hacia ella. ¿Hay algo mejor que un gran
día, en un gran trabajo, con una vieja amiga? Y luego, por el rabillo del ojo, veo mi
teléfono iluminarse sobre la mesa detrás de Tanner, y mi corazón late con un
estremecimiento eléctrico, sabiendo que podría ser otro mensaje de Devi.
En serio es un día fantástico.
—Ahora, vamos a divertirnos —le digo a Ginger, prácticamente tarareando a
medida que me muevo hacia sus pies para esposarle los tobillos.
Tanner está filmando detrás de nosotros, y hoy hay un par de otros tipos del
equipo aquí para ayudar, y aun así Ginger está excitada, inclinando la cabeza para
que la cámara no pase por alto su sonrisa seductora cuando responde:
—Lo sé. No puedo esperar a que me folles.
Esta es la parte en la que debo responder del mismo modo, tal vez gruñir algo
duro y pervertido, pero todavía estoy en esta burbuja de buenas intenciones y
felicidad, y mi mente está repleta de Devi y sus estrellas, así que en su lugar digo:
—Hoy voy a hacerte sentir tan hermosa como Casiopea. —Ginger me lanza
una mirada que no es solo inexpresiva. Está vacía con sorpresa e ignorancia y un
ligero soplo fugaz de humillación. No tiene ni idea a qué me refiero, pienso. Así que
agrego—: Casiopea fue una antigua reina griega.
Luce un poco desconcertada por esto, como si todavía no supiera cómo
responder, como si la mitología griega no tuviera lugar en una escena porno BDSM,
y después de un par de segundos, arquea la espalda y ronronea:
—Pero no puedes hacerme sentir como una reina, porque he sido una niña
muy mala. —Y luego se retuerce en sus ataduras, su boca formando un pequeño
mohín de decepción—. Deja de hablar y castígame, amo.
Y mi burbuja feliz comienza a derrumbarse sobre sí misma.
Porque por supuesto la mitología griega no tiene lugar en un set porno. Por
supuesto Ginger no quiere hablar ni coquetear o escuchar mis estúpidos
pensamientos. Está aquí para ser azotada y follada, y por más amistosos que
podríamos ser, no somos amigos en el sentido normal de la palabra. Somos
compañeros de trabajo, colegas, y Ginger es como la chica en el cubículo de al lado
en una oficina. Tan sociables como podríamos ser en una reunión, nunca seremos
algo más.
Y no es solo Ginger. ¿Puedo decir honestamente que cualquiera de las otras
chicas con las que trabajo son algo más que amistosas compañeras de trabajo? ¿Que
no se impacientarían conmigo si quisiera hablar de constelaciones en lugar de
simplemente seguir con la escena para que así todos podamos recibir la paga y
volver a nuestra vida real?
Pero, Devi no sería así.
¿O sí?, se pregunta una preocupada voz en mi cabeza.
Tanner se mueve detrás de mí, y salgo de mi fantasía explotando como una
burbuja. Concéntrate, Logan. Ahora no es el momento para preocuparse por
pequeñeces existenciales.
Regreso toda mi atención a Ginger y recorro con una mano experimentada su
estómago desnudo. Se estremece, y camino de vuelta a la pared y vuelvo con un
látigo.
—¿Así que has sido una niña mala? —digo con una amenaza ensayada.
Ella asiente, mordiéndose el labio. Uno de los chicos de iluminación sigue a
Tanner cuando se mueve alrededor de la mesa, y veo la sombra del látigo reflejada
en su estómago. Y a pesar de todas mis quejas internas, mi polla está respondiendo
exactamente de la manera que debe hacerlo, todavía una vara dura en mis
pantalones.
—Entonces, comencemos.
Ginger se retuerce cuando empiezo a azotarla, ligeramente. Puesto que ésta es
una de las primeras escenas reales de bondage que ha hecho, intento que vaya menos
sobre el dolor y más sobre la sutil humillación, más sobre la dinámica de poder entre
ella y yo. No tiene muchos límites, pero nombró el dolor extremo como uno, y estoy
haciendo todo lo posible para que siga sintiéndose segura y cómoda, como le dije a
Devi esta mañana.
Así que mantengo ligera la fusta, dando pequeños y suaves golpes contra su
piel, lo suficientemente fuertes como para enrojecer un poco su pecosa piel. Luego
me estiro para tomar la punta de sus pezones y deslizo mis dedos en su boca, y
después de diez o quince minutos de esto, me coloco entre sus piernas y la encuentro
hinchada y húmeda.
—Mírame —le digo, y ella lo hace, con los ojos vidriosos de lujuria y las
caderas moviéndose sobre la mesa. Hace un pequeño ruido de frustración cuando
levanto mi mano de su coño, y sé que hemos cruzado el límite entre fingir y la
realidad, donde las cámaras y los contratos están empezando a difuminarse en el
fondo mientras el zumbido de necesidad en su núcleo se convierte en algo
devastador.
Lo cual es perfecto, porque estoy duro como una puta piedra y tengo ganas de
hundirme en ella, en cualquier mujer, si soy honesto, para aliviarme.
Quiero decir, hay otras cosas que podría hacer ahora mismo. Podría sacar un
látigo diferente, podría darle la vuelta y usar la tabla para azotarla, podría follar su
boca hasta que sus ojos se llenen de lágrimas. Pero Jesús, estoy tan atrapado en mi
deseo por Devi, en ansiarla, que no tengo paciencia para esperar más. Esa necesidad
cruda y apremiante de correrme me está arañando, y Ginger se ve tan encantadora
ahora mismo, con sus miembros pecosos, su boca jadeante, y su húmedo y rosado
coño.
Desabrocho las esposas con rapidez y facilidad, entonando en mi voz más
firme que no debe moverse hasta que le haya dado permiso, y luego agarro la barra
separadora de la pared. Hay un centenar de cosas creativas que podría hacer ahora
mismo, y debería hacerlo, dado que se trata de una escena más grande de lo habitual,
pero apenas tengo la suficiente concentración más que para darle la vuelta sobre sus
manos y rodillas y sujetar la barra separadora a sus tobillos. También sujeto sus
muñecas al separador, lo cual tiene el efecto de forzar su cabeza hacia delante sobre
la mesa mientras sus brazos se estiran debajo de ella hasta la barra, y luego rodeo la
mesa. Parece que estoy admirando mi obra, y lo hago, hasta cierto punto, pasando
una mano sobre su culo levantado, mordiéndome el labio una vez que veo lo mucho
que brilla su entrepierna bajo la tenue luz de interior. Pero también estoy haciendo
una revisión final para asegurarme que puede respirar con facilidad, que su peso está
distribuido cómodamente y, para darle una fácil oportunidad de chasquear los dedos
(nuestra señal preestablecida) si necesita un descanso o necesita que retroceda.
Está cómoda y no hay chasquidos; incluso me da un coqueto guiño cuando
camino por el lado en que está mirando. Le doy un azote en el culo, me subo a la
mesa de rodillas, y estoy tan emocionado como un adolescente cuando me
desabrocho mis pantalones y los bajo lo suficiente para liberar mi erección, que ha
estado empujando contra la mezclilla todo este tiempo.
Después de colocarme un condón, alineo la cabeza de mi polla con su
abertura y empujo hacia dentro, dándole a su culo unos cuantos azotes mientras lo
hago. Está húmeda, cálida y dispuesta, todo lo que necesito ahora mismo, y no
puedo evitar que mi mente divague hacia Devi, a la fantasía de Devi sujeta debajo de
mí a medida que meto un dedo en su culo y follo su coño.
Es obsceno, pero bueno, soy un tipo obsceno.
Me pongo en marcha, realmente en marcha, enterrándome profundamente en
el canal de Ginger e impulsándome hacia fuera otra vez. Sí, eso se siente bien. Tan
bien.
—Te sientes increíble en mi polla, nena —le digo, inclinándome hacia
delante para susurrarle al oído. No sé si la cámara nos puede oír, pero no me
importa, porque siempre hablo con mis chicas, especialmente cuando están
bordeando el abismo como Ginger—. Te sientes como si hubieras sido creada para
albergar una gran polla en este coño, ¿verdad? ¿Acaso una polla tan grande como la
mía no necesita de este cuidado?
Ella asiente y gime cuando encuentro su clítoris con una mano y la trabajo sin
misericordia, frotándola hasta que no tiene más remedio que correrse, y lo hace, tan
fuerte que los músculos de sus piernas se estremecen y deja escapar un pequeño
chillido.
—Otro —gruño, ahora follándola duro y le provoco otro clímax a medida que
me impulso toscamente en su coño, haciéndola gritar de placer.
Y mi visión se divide y se funde y se divide de nuevo, a veces el pálido culo
de Ginger en el aire, a veces el cuerpo de bronce de Devi retorciéndose bajo el mío,
a veces ambos. Y luego estoy gruñendo fuerte, sacándola justo a tiempo para
quitarme el condón y bombear chorros de semen por todo el culo de Ginger. Me
ordeño con largos y tensos golpes, pero el orgasmo sigue corriendo a través de mí, y
para cuando termino finalmente, apenas puedo mantenerme erguido.
Caigo sobre mis talones, agotado y también un poco agradecido de no
haberme masturbado esta mañana, guardándome todo para esto. Valió la pena.
Incluso aunque hubiera deseado que fuera Devi todo el tiempo.
—Um… —dice Ginger con una débil risa post-orgásmica—. Creo que
necesitaré unas toallitas para bebés por aquí.
La risa es contagiosa, afectándonos de mí a Tanner y luego a todo el equipo,
así que me muevo para ayudarla a quitarse los grilletes y limpiarse.
Para el momento que llega la media tarde, mi casa está vacía y estoy en la
oficina, editando mi monólogo.
La versión digital de mi persona mira fuera de la pantalla, pasando sus dedos
a través de su cabello castaño claro y sonriendo mientras habla de Ginger.
—… siempre una fantasía nueva —dice mi versión en pantalla—. Hoy,
quería fingir que nos acabábamos de conocer en un club de BDSM, y que era una
nueva sumisa que tenía que domar, al principio suavemente, y después no tan
suavemente. —El Logan de la pantalla continúa desarrollando la fantasía; siendo un
Maestro experto en un club, la emoción de conocer a una sumisa nueva, la
satisfacción de sentir a una extraña corriéndose sobre mi polla.
Por primera vez, de una manera muy real y concreta, deseo que la escena
haya sido un espejo de mi monólogo. Normalmente, mis palabras complementan la
escena, actúan como un adyuvante estimulante, y el sexo sigue siendo el principal
placer para mí. Pero algo está apagado hoy, y cuando termino de editar la escena y
guardarla, siento una sensación de nostalgia, una ligera punzada amarga de pérdida;
ambas emociones tan repentinas e inesperadas que me siento en auténtico estado de
shock una vez que me doy cuenta que son lo que estoy sintiendo.
Desde el momento en que Traci Aliss envolvió sus labios alrededor de mi
polla, supe que había encontrado mi vocación. Sabía que me encantaba follar, y lo
que es más, sabía que me encantaba follar alrededor de otras personas. Nunca olvido
mientras estoy filmando que miles de hombres y mujeres me verán en casa; las
mujeres deseando que estuviera entre sus piernas en lugar de su vibrador, los
hombres deseando ser yo, follando un coño dulce, una boca húmeda o un culo
apretado. Y la idea de todo ese deseo y esos celos apuntados en mí, es más que
excitante. Es una raison d’etre12.
Entonces, ¿qué pasa hoy? ¿Por qué no tengo esa euforia post-escena? Quiero
decir, por supuesto ha habido días en los que el sexo fue menos que mágico, donde
sinceramente se sentía como trabajo, donde la chica y yo no podíamos conectar, o tal
vez estaba cansado, desmotivado o lo que sea. Pero nunca me he sentido así. Nunca
he sentido este vacío peculiar, esta decepción extraña, sobre todo no después de una
escena tan increíble.
Entonces, ¿de qué estoy decepcionado?
No tengo ni idea.
Doy vueltas en mi silla unas cuantas veces, frotando mis pies descalzos
contra la alfombra mullida en el suelo de la oficina, la que compré aunque Raven la
había odiado cuando la vimos en la tienda. Golpeteo mis dedos sobre mis rodillas,
jugueteando con un clip en mi escritorio y finalmente, jodidamente frustrado, me
levanto y salgo al ático que domina mi sala de estar.
Aparte de unas cuantas sillas bajas y las cascadas de sol dorado vertiéndose a
través de los tragaluces, la habitación está vacía. Una sala vacía, en una casa vacía.
Mentalmente, dirijo la escena a otra parte. Recuerdo el sonido de las patas de
Prior arañando por los suelos de madera mientras trotaba alrededor de la casa
buscando su juguete chillón. Recuerdo la música neo-punk que Raven ponía cada
vez que estaba aquí, y recuerdo a Raven en sí, vestida con algo negro y ceñido, su
teléfono encajado entre su cabeza y hombro a medida que mezclaba con un
cucharón el contenido de una olla de repollo o algo igualmente repugnante en la
estufa.
Por primera vez en tres meses, considero, realmente considero, que tal vez no
estaba tan enamorado de Raven como lo estaba con la idea de tener una relación en
primer lugar. Que no era ella a quien deseaba en esos días sombríos en la sala de
cine o en el suelo de mi cocina, era esa vida. Esa vida con ruido, afecto y conexión.
La comprensión me golpea como un tren de carga, liberándome y
aterrándome a la vez. Amaba a Raven, sé que lo hice, pero mucho de ese amor era
porque ella estaba llenando un vacío en mi interior, un vacío que no había sabido
12
Raison d’etre: en español “razón de ser”.
que estaba allí hasta tres meses después de abrirse de golpe y dejarme vacío otra vez.
Ella me dio una fantasía, la fantasía, y poco a poco empiezo a entender que es la
fantasía en la que baso todas las que filmo para mis escenas.
La fantasía de estar enamorado.
Jesús.
Froto mi cara con mis manos, sintiéndome liberado y también sintiéndome
patético. ¿Quién en esta ciudad egoísta, indulgente, falsa, podría adivinar que Logan
O'Toole tiene un centro de caramelo masticable? ¿Que bajo su fachada de me-follo-
cualquier-cosa-que-se-mueva, hay un hombre que solo quiere amar a alguien?
Es ridículo. Y malo para el negocio. Soy el tipo que piensa con su pene, no
con su corazón, y tal vez mi marca es ser un poco de ambos, pero no puedo ceder a
esta canción interna de banda de chicos. Tal vez los hombres como yo no llegan a
tener amor. No la clase de amor profundo, real, crudo que quiero. Tenemos folladas
casuales y amistades junto con la ocasional mamada bajo los efectos de las drogas y
si realmente tenemos suerte, tal vez conozcamos a una chica cuya vida viajará por
caminos paralelos al nuestro por un tiempo. Pero esos caminos siempre divergen, y
luego nos quedamos solos. De nuevo.
Esta mierda del amor no es solo malo para los negocios, Logan, es malo
para ti, me dice una voz. Y estoy de acuerdo.
Dejo que la imagen de mi vida con Raven desaparezca, hasta que vuelvo a
estar una vez más en mi suelo, cada rincón, cada tabla y cada esquina del techo
altísimo gritando el vacío en mi casa. Mis manos agarran más fuerte la repisa y
después se aflojan mientras dejo ir los recuerdos de una vida con amor, dejo ir la
fantasía.
Pero todo sigue dando vueltas en mi mente, retorciéndose libremente por allí
como ropa en una secadora, enredados con los mensajes de Devi que sigo releyendo,
enredándose con mi decepción extraña por mi escena con Ginger. Y todo ello
enredado con la propuesta de negocio de Vida, hasta que un pensamiento nuevo
emerge, sin forma y sin previo aviso como lo son todas las ideas nuevas. Pero al
momento en que mi mente se apodera de ella, no puedo dejarla ir.
Me quedo allí un momento más, parpadeando, y luego regreso corriendo a mi
oficina para encontrar la tarjeta que Vida me dio en su fiesta. Marco el número que
hay en ella, aliviado al oír la voz de acento holandés que dice ¿Holla? después de
solo dos repiques.
—Marieke —digo—. Soy Logan. Tengo una idea para mí y Lelie, y me
gustaría hablarte de ella.
Traducido por Kalired y âmenoire
14
O`Toole en este caso es un juego de palabras, porque “tool” en inglés significa herramientas y termina
diciendo que tiene un montón de herramientas.
—Están más que bien con eso. Me apoyan en todo lo que hago “siempre y
cuando esté feliz y satisfecha”. Lo cual es bueno. —Me doy cuenta de lo contrario
que es mi tono, y me siento obligada a explicarme—. Simplemente, a veces pienso
que sería mejor si fueran más padres normales y me dijeran qué hacer en su lugar.
La ceja de Logan se levanta a medida que se sienta frente a mí y coloca
nuestras bebidas en la mesa entre nosotros.
—¿Qué hacer con qué?
—No lo sé. Cualquier cosa. Todo. Mi carrera. La universidad. Mi vida. —Al
escucharme, me doy cuenta de lo joven que soy o lo mayor que es Logan, y de
repente me siento incómoda e inmadura—. Tal vez no soy muy buena en la adultez.
—Oh, la adultez es terrible. Recomiendo solo hacerlo cuando sea
absolutamente necesario. Así como, cuando estás sin ropa limpia o cuando estás
intentando decidir si ponerte o no un condón. Más allá de eso, deja la adultez a los
adultos.
Sonrío mientras inclino la cabeza para estudiarlo.
—Es extraño que alguien con esa filosofía opte por entrar en el negocio de las
películas para adultos.
—Pero ese es un término equivocado. El porno es la línea de trabajo menos
adulta que existe, a excepción de quizás, por ejemplo, ser payaso.
—Tanto respeto por tu trabajo —comento riendo—. ¿Siquiera te gusta lo que
haces?
—¿Me estás tomando el pelo? Lo amo jodidamente. Con juego de palabras y
todo.
Tomo un sorbo de mi café, disfrutando de lo fácil que es la conversación. He
visto casi todos los videos de Logan O'Toole, entrevistas y conversaciones sinceras,
así como sus películas porno. Y mientras ya me di cuenta que era encantador, es
muy diferente tener su encanto dirigido a mí. Se siente extrañamente íntimo, más
íntimo que tener sus labios en mis partes privadas, y quiero explorar esta intimidad
tanto como me permita.
—¿Qué es lo que amas de ello? Además de follar, quiero decir.
Su frente se arruga como si estuviera pensando, pero su respuesta llega con
bastante rapidez.
—Las horas son buenas. El dinero es decente. Las fiestas posteriores son el
mejor momento que hay, y hay de-poco-a-ningún-estigma por dormir con tus
compañeras de trabajo.
Mi corazón da un giro debido al guiño que me da y cualquier respuesta que
tenía se me escapa.
Afortunadamente, él todavía es capaz de conversar.
—¿Que pasa contigo? Solo te he visto en la pornografía lesbiana, a excepción
de la película que hicimos juntos. —Evita el contacto visual, mientras menciona
nuestra escena, y me pregunto si piensa que es amable o si es porque está pensando
en Raven. No ha pasado mucho tiempo desde que rompieron, y tengo una fuerte
sospecha de que ella es la culpable de su extraño comportamiento en la fiesta de
Vida.
No quiero a Raven en sus pensamientos, así que decido esquivar la referencia
a esa escena, y en el momento en que lo hago me doy cuenta que dijo que había
visto mi trabajo. Lo que no debería ser una sorpresa, dado que mucha gente ha visto
mi trabajo, y él está muy en sintonía con lo que está pasando en la industria.
Pero, oh Dios mío. Ha visto mi trabajo. ¿Cómo es que esa posibilidad nunca
ha pasado por mi mente, y por qué encuentro eso tan jodidamente caliente?
Sonríe, sabiendo que me ha hecho perder el equilibrio.
—Entonces, mencionaste tal vez hacer algo más corriente. ¿Te has decidido?
¿Vas a ampliar horizontes? —pregunta, una diabólica chispa en sus ojos. Otra vez,
juego de palabras.
—Tal vez. Si tuviera la oferta correcta. —Insinuación intencionada.
Se inclina y apoya sus codos sobre la mesa entre nosotros.
—¿Cómo luciría la oferta correcta? Tengo curiosidad.
Luciría como tú. Estamos flirteando, y si fuera realmente valiente, eso es lo
que diría. O, si quisiera un toque más recatado, podría decir: Haz tu oferta y te diré
si estás cerca. No es un caso de no tener réplicas rápidas, porque las tengo.
Pero incluso con la charla provocadora, no tengo una idea de lo que está
pasando entre nosotros, o lo que pretende que suceda, ni por qué me ha invitado a
salir, y la incertidumbre me lleva a ser cautelosa.
—Todavía no he decidido si estoy buscando oportunidad de un P o de una V.
Tenías razón acerca de una cosa, incluso aparte del anal, me gustaría sentirme
segura. Eso es importante para mí. No tengo ningún problema en quitarme la ropa y
follar a un extraño, pero tengo que poder opinar sobre todo lo que ocurre con mi
cuerpo tanto dentro como fuera del set.
—Por supuesto.
Relajo músculos que no sabía que estaban tensos cuando Logan no se pone
automáticamente a la defensiva con mi insinuación sobre que hay sets en el negocio
que no son seguros, especialmente para las mujeres. Demasiadas veces el
consentimiento se borra cuando la cámara se apaga y un hombre excitado no se
comporta nada diferente que cuando la luz de grabación estaba encendida. No es un
lado bonito de la industria, pero tampoco es nada nuevo, y, de hecho, hay muchos
profesionales dando pasos para cambiarlo.
—Aparte de eso… —considero—. Supongo que me gustaría sentir que estoy
haciendo algo importante o innovador. El trabajo de chica con chica que hago es
importante porque los productores con los que he elegido rodar son muy pro-
feministas y étnicamente diversos. Son audaces. Son progresistas.
Asiente.
—Eso no siempre es tan fácil de encontrar en el ambiente heterosexual.
—No, definitivamente no. —Me encojo interiormente cuando me doy cuenta
que aventurarme en la política en una primera cita no es el más sexy de los
movimientos. No voy a tener indulgencia o minimizar mis convicciones para
impresionar a un tipo, pero tengo que ser sensible al hecho de que estoy hablando de
su mundo—. Quiero decir, está mejorando. Creo. Espero.
—Creo que lo hace. Todavía hay trabajo por hacer —dice, y me siento
aliviada de que parezca sincero—. Siempre hay trabajo por hacer, pero me gustaría
decir que he visto un cambio, incluso en la década que llevo trabajando en la
industria. Me gustaría decir que he sido parte del cambio, y quiero ayudar a avanzar
aún más. No solo en términos de diversidad y seguridad, sino también en términos
de calidad artística.
Calidad artística no es una palabra de moda que haya escuchado en muchos
de los productores con los que he trabajado, y me sorprende que, aunque cuando las
películas de Logan siempre son tendencia, también tienen un nivel más profundo en
ellas y un montón de atractivo visual.
—¿Eres una de esas personas que echan de menos los largometrajes de la
vieja escuela?
—Sí. Y no. Es frustrante que cualquier persona con una computadora de
mano pueda hacer un porno ahora. Hay tantas escenas de sexo casero de mierda,
¿cómo puede una persona normal encontrar algo con calidad? Pero el gozo no es
completamente terrible —dice, refiriéndose al estilo de rodaje que pone al
cinematógrafo en la producción—. Hay tantas cosas buenas al respecto. Los ángulos
de la cámara, la intimidad, la espontaneidad, todas son cualidades que han avanzado
la industria y la han hecho más accesible al suscriptor de Internet promedio.
Entonces ¿qué es lo que le falta al porno de hoy en día que debería ser traído de
vuelta? No los costos de producción. O la mala actuación. ¿Historias? John
Stagliano insiste en que sus películas, a pesar de que son estilo gonzo, tienen una
historia. Y lo hacen, pero son como las películas del pasado. Los argumentos son
débiles e increíbles, y sí, sé que se supone que son fantasías, pero dime, ¿conoces a
alguien cuya fantasía sea Debbie lo hace con Dallas?
Hace una pausa lo suficientemente larga para que sacuda mi cabeza.
—Exactamente. Así que tenemos que mantener las técnicas de cámara, la
íntima calidad de filmación y el presupuesto ajustado, y luego obtener mejores
actores y argumentos.
Estoy anonadada mientras habla sobre esta cosa de la que es obviamente tan
apasionado, y mientras estoy pendiente de cada palabra, también estoy en algún
lugar fuera de mí, observando a este hombre que es tan ñoño y sexy y nada en
absoluto como la “típica” estrella porno. Ni siquiera tiene la apariencia tradicional
de protagonista de película. Está tonificado, pero es delgado, nada corpulento como
Rocco Siffredi o Bruce Venture, o híper masculino como Manuel Ferrara. Logan
tiene un porte limpio y está libre de tatuajes con su encantador rostro juvenil (y
guapo), y tal vez es por eso que es una fuerza de esta magnitud en este momento,
porque es fresco, diferente y real.
Bueno, eso, y también, es un dador.
Caigo en la cuenta que de todo lo que atrae de Logan, ésta es su parte más
sexy, esta parte de él que estoy viendo ahora. Esta parte de él que se preocupa por su
trabajo más allá del sexo. Esta parte de él que no es solo física, sino también
emocional y de corazón.
—Entonces, ¿preferirías que más del trabajo que haces sea bajo un guion? —
pregunto. Las películas que produce Logan ya trabajan sobre la línea entre lo
improvisado y lo trazado. Aunque las escenas en sí mismas, parecen ser orgánicas,
siempre comienzan con un monólogo que él mismo escribe. Es otro aspecto original
de su trabajo.
—Contratar a un buen guionista cuesta mucho, así que no es el camino a
seguir. Pero la realidad televisiva ha demostrado que las historias pueden ser
interesantes cuando no están escritas.
—Pero esas situaciones no son realmente “reales.” —Me pregunto si ésta es
una conversación extraña para una primera cita. Nunca he salido con otra persona
del negocio, así que mi experiencia es limitada—. Todos esos reality shows están
escenificados. Incentivados.
Se inclina hacia delante, ansioso.
—¡Correcto! Los productores unen a los personajes con la química que
requieren, porque saben que, basados simplemente en la psicología y en la conducta
humana, los “actores” reaccionarán entre ellos de una manera que es entretenida de
observar.
Se reclina hacia atrás en su silla de nuevo.
—Quiero decir, mira a The Bachelor y The Bachelorette. La gente enloquece
mirando los hombres y las mujeres “enamorarse entre ellos” en tiempo real. —Usa
comillas al aire cuando dice enamorarse entre ellos sugiriendo que cree, como yo,
que muy poco de lo que sucede en los reality shows es genuino—. Imagínate si
pudiéramos capturar esa esencia.
Entrecierro mis ojos, mientras sigo su línea de pensamiento.
—Entonces, ¿estás sugiriendo que la pornografía haga como The Bachelor?
—No un juego. Pero sí. Una cámara siguiendo a un hombre y a una mujer en
una serie de citas. La actividad sexual sería animada a progresar a un ritmo natural y
sería completamente a puerta abierta. Explícita. Caliente. Pero todo ocurre
orgánicamente, y si los sentimientos se desarrollan entre ellos, incluso mejor.
—En realidad, esa es una idea brillante. —Nunca he pasado mucho tiempo
pensando en dónde podría o debería ir el porno, pero escuchar a Logan hablar de
ello es realmente inspirador—. Es de vanguardia y, sin embargo, en la misma línea
hacia donde se dirigen las tendencias.
—Eso es lo que pienso. —Encuentra mis ojos, y tengo que concentrarme para
no retorcerme en mi silla. Su mirada es tan caliente, intensa y exigente. Es como si
quisiera algo de mí, y si yo supiera lo que es, tengo la sensación de que se lo
entregaría, sin vacilar.
—Entonces, ¿qué dices? —pregunta después de un momento.
—¿Qué digo sobre…? Espera. —Todo empieza a hacer clic en su lugar—.
¿Realmente me estás proponiendo este proyecto?
—Sí.
—¿A mí?
—Sí. Lo hago.
Entonces esto no es una cita.
Y la conversación no era sincera y real; era el preámbulo de esta propuesta.
Estoy atónita. Y sin habla. Principalmente porque estoy decepcionada.
Pero entonces dice:
—Te estoy preguntando si te gustaría ser parte de una revolución que asalte la
industria. —Y no puedo estar tan decepcionada como lo estaba, porque, aunque esto
no sea una cita, es una oportunidad. Una oportunidad para entrar en el mundo
heterosexual. Para ganar más dinero. Para trabajar más con Logan.
Tener más sexo con Logan.
Asaltar a la industria. ¿Es el destino que usara las mismas palabras que
utilizó LaRue Hagen?
Estoy halagada y nerviosa. Todo esto es surrealista, y no sé qué decir.
—¿Devi? ¿Qué estás pensando?
Antes que pueda responder, tengo que saberlo.
—¿Por qué no le preguntaste a alguien con más experiencia? Ni siquiera he
hecho ningún porno heterosexual desde la escena que hicimos. ¿Por qué yo?
Espero que sea por mi inexperiencia. Un proyecto como este es mejor con
una novata que podría ser preparada a lo largo del camino. Mi origen étnico también
ayuda. Si está tratando de ser innovador, un elenco étnicamente diverso es el camino
a seguir. Y si LaRue Hagen tiene razón, mi carrera está lista para “despegar”.
Naturalmente otros directores se darían cuenta.
Pero no da ninguna de esas respuestas como sus razones. En lugar de eso sus
rasgos se vuelven sombríos y sus ojos serios, y dice:
—Quiero que se sienta auténtico.
—¿Qué? —Estoy tan sorprendida que la palabra cae, entrecortada y
sorprendida.
—Quiero que sea real —dice con timidez—. Tan real como sea posible. Así
que…
No sé qué decir. No quiero decir nada y arruinar este momento increíble,
impresionante, extraño y surrealista. Quiero decir, me interesa. ¿Cómo puedo no
estarlo? Pero todavía estoy tan asombrada que no puedo responder de inmediato.
Entonces sonríe con esa encantadora sonrisa torcida suya, la que hace temblar
mis rodillas, incluso cuando estoy sentada.
—Vamos, Devi Dare —dice, y es como si estuviera ronroneando—. Haz
porno conmigo.
Y así es como paso de una carrera estable de chica con chica a hacer un show
de realidad artístico y sucio, con una estrella porno.
Traducido por VckyFer y LizC
T siguiente también.
Al día siguiente, juro que mis labios todavía están hinchados, y
mis piernas se sienten como si fueran a ceder cada vez que pienso en
la boca de Logan invadiendo la mía, mientras su cuerpo se presiona contra mí con
un deseo tan obvio y crudo. Lo habría invitado a entrar, demonios, lo habría dejado
follarme contra mi puerta, y casi lo hice.
Pero. El programa.
Hay un contrato, y aunque no dice nada que prohíba follar contra mi puerta
después de filmar el primer episodio, hay estipulaciones que sugieren que no sería
en el mejor interés del proyecto. Y este proyecto es tan importante para Logan. Él
pasó varios días discutiendo los detalles a través de mi agente, y estoy contenta con
el arreglo resultante. Habrá siete episodios en total, cada uno aproximadamente de
cuarenta a sesenta minutos de duración, y progresando en la actividad sexual y
romántica.
La historia de una joven pareja de Los Ángeles será improvisada y
espontánea, pero el director/guionista/camarógrafo (también conocido como Logan)
explicará brevemente dónde y hasta cuánto le gustaría que cada escena fuese al
principio de cada rodaje. Y si tengo alguna objeción, debo decirlas entonces.
La serie, que será filmada en su totalidad antes de ser transmitida en el sitio
web de Vida Gine, finalmente ganará la etiqueta de porno hardcore, a menos que las
escenas no lleguen naturalmente a eso. Y lo harán, si Logan o yo tenemos algo que
decir al respecto. Habrá poco o nada de perversión o fetiche, y toda actividad sexual
debe ser exclusivamente entre nosotros dos. Las cláusulas habituales de seguridad
fueron escritas para protegernos a ambos (pero en su mayoría, las mujeres de la
industria son generalmente víctimas de agresión no consensual), y cada uno de
nosotros presentó y aprobó las listas de límites de cada uno. La mía detallaba los
fluidos que consideraba aceptables, la suya especificó no hacer cosquillas, sobre
todo en sus pies. Al parecer, cuando se le hace cosquillas, Logan O'Toole llora.
Cuando leí ese último fragmento de información, inmediatamente tuve que enviarle
un mensaje de texto. Nunca he fantaseado con hacerte cosquillas. Y ahora es todo
en lo que puedo pensar.
Su respuesta había sido: Al menos estás pensando en mí.
¿Alguna vez no lo hago?
Así que, con el coqueteo y los mensajes de texto, y la forma en que me miró a
lo largo de nuestra cita con ojos hambrientos, ya estaba bastante segura que él me
deseaba. Incluso cuando casi me dejó marchar, sabía que él atravesaría el camino.
Y entonces, ese beso…
Maldición, ese beso. Fue increíble porque era tan real. No estaba actuando, ni
fingiendo. No era un espectáculo de ninguna clase, aunque el resto de la noche
hubiera sido todo sobre la serie, todo sobre la cámara.
Nuestra dinámica y diálogo en el parque dictado por esa pequeña luz roja.
Pero entonces salí del auto y me fui, y él me persiguió sin la cámara en la mano. La
escena había terminado, pero él quería mis labios tanto como yo quería los suyos, y
así él había dejado la cámara detrás y me reclamó para sí mismo. No por Vida, Lelie
o por el arte, sino por Logan.
Mierda, me pone mojada solo pensar en ello.
Tal vez podría haberle pedido que se quedara. Tal vez no habría
obstaculizado la historia del programa. Podríamos haber pasado la noche juntos,
fuera de pantalla, y luego simplemente fingir que no había ocurrido cuando
filmáramos el próximo episodio. Después de todo, eso es lo que tendría que pasar
con este beso; ya que no fue filmado, aún tendríamos que filmar un primer beso
falso para el proyecto.
Pero a pesar del contratiempo de este primer beso, estuvimos de acuerdo en
que el programa estaría mejor si dejáramos que la relación progresara frente a la
audiencia. Y estoy emocionada con el concepto. Estoy emocionada con el deseo de
Logan de crear algo auténtico.
Estoy incluso, posiblemente, probablemente, un poco emocionada con el
propio Logan. O mucho más.
Por eso le dejé decir buenas noches. Lo dejé marchar. Dejé que me dejara con
la promesa de que nos veríamos de nuevo pronto, y no he dejado de pensar en él
desde entonces.
Así que cuando envía una edición en bruto de las imágenes dos días después
de que me dejó en mi puerta, no necesito verlas para recordar lo increíble que es él y
lo increíble que fue nuestra cita, pero me apresuro a reproducir todo.
Y guau. Es fantástico. Más que fantástico, es impresionante. Es arte.
Demasiado ansiosa para esperar hasta que estoy en mi computadora para
verlo, miro fijamente en la pantalla de mi iPhone y reproduzco todo de nuevo. Es
bueno. Muy, muy bueno. Sé que soy parcial porque personalmente he
experimentado lo que él ha capturado, pero es más que eso. Los ángulos que eligió
para las tomas, la forma en que cortó el material entre sí… es hermoso, cautivador y
diferente de todo lo que he visto dentro y fuera de la industria. Sabía que iba a ser
bueno, pero me sorprende por lo absolutamente bueno que es.
También me sorprende lo bien que capturó la tensión sexual entre nosotros.
Es tan espesa que es palpable, y estoy segura que si fuera un extraño viendo a estas
dos personas en la pantalla, estaría muriéndome porque se enrollaran. Al igual que
estoy muriéndome porque nosotros nos enrollemos. Estoy muriéndome por eso tanto
que estoy agonizando.
Pero también estoy entusiasmada, por lo bien que ha resultado la grabación,
por ser parte de este arte increíble e innovador, por lo que está sucediendo entre
Logan y yo a nivel personal. Tan emocionada que mis mejillas duelen de sonreír
para el momento en que llego a la parte del video donde salgo del auto.
La parte que se supone que es el final.
Pero no termina ahí. Sigue y pronto estoy viendo a Logan correr detrás de mí,
no una vez, sino dos veces, y luego me está presionando contra mi puerta en lo que
estoy segura que tiene que ser el beso más caliente jamás capturado por una cámara.
Mi corazón se hunde con decepción, no con la velocidad de un cometa o una
estrella cayendo, sino con el lento descenso de un globo de aire caliente. Me tomo
un minuto para procesar que el momento más emocionante de mi vida hasta ahora,
ha sido mancillado para su preservación. Porque ahora no estoy segura si él corrió
detrás de mí por mí… o por esto.
Me desplomo en una silla del comedor. No pudo fingir ese beso. Es
imposible. ¿Cierto? Definitivamente estaba excitado, lo sé con certeza. Su pene se
sintió como una vara de acero a través de su ropa.
Pero este es su trabajo. Él sabe cómo dar un beso. También tiene a su polla
entrenada para responder.
¿Y qué importa si no fue real? Parecía real. Eso es lo importante. Nada más.
Logan debe haber asumido que vería el clip tan pronto como él lo enviara, y
debe haber vigilado el reloj, porque dos minutos después de que he terminado, me
está enviando mensajes de texto.
¿¿¿¿Y bien????
No me he recuperado completamente, y todo lo que puedo pensar es contestar
honestamente. No me di cuenta que filmaste el beso.
Dejé la cámara encendida en el auto. Podría haber tenido un resultado de
mierda al grabar a través de la ventana, pero ¿no es jodidamente fantástico?
Está contento con el resultado, y debería estarlo. ¡Es bueno! Acabo de olvidar
por un momento que esto no es una relación; es un programa. Cualquier otra cosa
que pensé que podría ser, era solo un malentendido por mi parte. Le escribo lo que
debería haber dicho para empezar. Es increíble, Logan. Todo. Eres tan talentoso.
Incluso yo me estaba creyendo la historia.
Luego reproduzco Halsey en Spotify, enciendo mis altavoces para que la
música suene a través del Bluetooth, y volteo mi teléfono al revés para que la
pantalla quede bocabajo en la mesa y no pueda ver que se ilumina con llamadas o
textos. Es posible que Logan quiera más comentarios o quiera conversar, pero tendrá
que esperar.
Tengo que guardar la ropa de la lavandería, fregar los platos y hay un montón
de cosas “reales” más que necesitan mi atención.
Esta noche, intentemos hacer la parte oral.
Releo el texto varias veces, mientras me preparo para mi próxima cita con
Logan. Mi estómago revolotea como si estuviera en un avión que está despegando, y
tengo la piel de gallina en anticipación. Probablemente no debería estar tan
emocionada, pero he estado ansiando darle a Logan una felación de nuevo desde,
bueno, desde la última vez que le di una felación. A pesar de mi decepción por las
imágenes de la última cita, estoy extasiada.
Sin embargo, cuando salgo de la ducha y envuelvo la toalla en mi cabello,
una voz dentro de mí pregunta: ¿Estás segura que estar excitada es una buena idea?
Limpio el vapor del espejo y miro mi reflejo.
—No hay nada de malo en ansiar ir a trabajar —me digo. Especialmente
cuando el trabajo es sexo—. Solo tienes que controlar tus expectativas.
Esta noche, tengo claro que todo quedará filmado, todo lo que sucede será por
el programa, y mientras lo recuerde, será divertido.
Satisfecha con mi charla, uso la agenda de la noche para planificar mi
vestuario. Ya que hace demasiado calor para usar pantalones, elijo una falda corta
negra para usar en conjunto a una blusa suelta con tirantes finos y un escote bajo. Mi
escote se verá impresionante cuando Logan me mire y se incline ante él.
Es probable que mis rodillas se raspen o que mis muslos se acalambren por
estar en cuclillas, pero está bien, es parte del trabajo.
No es hasta que empiezo a aplicar mi maquillaje, y me doy cuenta que he
estado sonriendo durante casi una hora, que empiezo a reevaluar mi expectación. La
cosa es que, no es solo sexo lo que estoy ansiando. Y no es solo el trabajo. Es
Logan, estoy deseando verlo. Estoy deseando verlo mucho.
Y tal vez eso es un problema después de todo.
—Está bien —le digo a la Devi en el espejo—. Probablemente es
completamente normal tener un flechazo con el primer hombre que tuviste
relaciones sexuales en cámara. —El único hombre. Y tal vez ese es el problema,
necesito más experiencia de la corriente principal porno.
El proyecto de Logan me pagó un avance decente, pero es una buena idea
tener algo más programado.
Así que cuando mi agente llama unos minutos más tarde con detalles sobre
una toma lesbiana que tengo, le digo que estoy lista para reservar más. Estoy lista
para dar el siguiente paso y comprometerme a una escena hetero con Hagen.
—¿Puedes por favor asegurarte que él es consciente de todos mis límites y
restricciones?
—¿Quieres que le dé las mismas directrices que le diste a Logan?
La respuesta honesta es no. Quiero cosas con él que no quiero con nadie más.
Por eso le digo:
—Sí. —Porque necesito tratar el trabajo de Logan como cualquier otro, y eso
significa tratar a cada otro trabajo como si fuera una escena con Logan.
Logan ya tiene la cámara encendida cuando abro la puerta del auto, veinte
minutos después. Está apoyada en su tablero de mandos, y para el momento en que
me deslizo en el interior, pasa su mano detrás de mi cuello y me empuja hacia él. Su
beso es fuego y sal, y estoy mareada cuando se aparta.
—Hola —dice, su boca todavía contra la mía—. Creo que esta noche
necesitaré hacer mucho eso. —Es para el programa, pero me derrito—. ¿Di hola?
Él sonríe y asiente y luego presiona sus labios sobre mi labio inferior.
—Hola —digo, sin aliento cuando nos separamos de nuevo, y de repente no
me importa si es solo para la cámara porque tiene el mismo efecto en mí de
cualquier manera. Y maldita sea, el efecto es increíble.
—He traído un picnic otra vez. —Suena arrepentido—. Es tan difícil obtener
permisos para la mayoría de los lugares públicos. Especialmente cuando no tengo
ninguna intención de comportarme.
—Suena bien para mí. —Él es lo único que me interesa meterme en la boca
de todos modos.
Se mete en el tráfico y luego se estira para enlazar sus dedos con los míos.
—¿El picnic? ¿O no comportarse?
Me encojo de hombros y sonrío tímidamente, en parte por la cámara, pero
sobre todo porque me temo que si hablo, lo único que quiero decir es “hola” un par
de veces más, o mil.
Logan no me dice a dónde vamos, salvo que saldremos de la ciudad, pero
merece la pena; conduce hacia el norte y hacia el este, y dos horas más tarde
estamos saliendo de la autopista Templin, hacia el Bosque Nacional de Los Ángeles,
sobre un ancho arcén de gravilla.
—Bueno. Estamos solos. —Él me da un ligero beso rápido antes de apagar el
motor y gesticular para que salga del auto.
Logan establece nuestro picnic en el capó de su auto, e incluso con su cámara
de mano como una presencia distintiva, nuestra comida de sushi y tsukemono
emparejado con vino tinto es la perfección absoluta. Entre los rollos California en
nuestras bocas, nos besamos y hacemos como dos personas normales que se sienten
atraídas el uno al otro y que están saliendo nuevamente.
Eso es lo que somos… ¿personas normales? Cuando estoy con él de esta
manera, y él me está tocando, y mi sangre está hirviendo en mis venas, de hecho
creo que podría ser.
Cuando el sol se ha puesto y hemos terminado la cena y la botella de vino, me
doy cuenta de por qué me trajo a este lugar.
—Las estrellas —jadeo—. Se ven tan claras aquí.
—¿Impresionada? Sugerencia: deberías decir que sí.
Mi sonrisa es tan amplia, estoy segura que parezco una idiota.
—Sí. —Me pierdo a mí misma en el cielo que tengo sobre mí, buscando los
patrones que conozco mejor, identificando sus puntos en silencio en mi cabeza.
Polaris, Orión, Rigel, Betelgeuse, Antares…
—Quédate aquí. —Logan se desliza fuera del capó y desaparece detrás del
auto. Oigo el sonido del maletero y un minuto después vuelve con un trípode.
Después de extender las piernas, lo pone en el suelo, mirando hacia el capó del auto,
y juro que mi temperatura sube un grado entero en anticipación de lo que planea
filmar a continuación.
Me incorporo, apoyándome sobre los codos y lo observo.
Puede sentir mi mirada. Estoy segura de ello. Pero él no reacciona a eso, y
cuando comienza a sujetar la cámara al trípode, mira detrás de él en el horizonte y
asiente.
—¿Qué estrellas son esas?
Sigo la línea para encontrar las dos luces más brillantes al final de la misma.
—En realidad no son para nada estrellas. Ese es Júpiter —digo y apunto a
uno más alto en el cielo, luego en el inferior—, y ese es Venus.
—Entonces, planetas. ¿Están siempre tan cerca el uno del otro?
—No. Y en realidad no están muy cerca. Es una ilusión. Venus es nuestro
vecino más cercano y es aproximadamente del mismo tamaño que la Tierra. Júpiter
está muy lejos, pero como es tan grande, tiene el mismo tamaño a esta distancia. A
medida que la Tierra gira, pueden verse como si estuvieran más cerca o más
separados dependiendo de cómo se alinee el horizonte.
Me doy cuenta que mi explicación científica probablemente suena seria y
directa, así que agrego:
—Mi padre dice que son los amantes Layla y Majnun, inmortalizados para
siempre en el cielo. Los dos han estado bailando más cerca el uno del otro durante
todo el mes. Más tarde, se pondrán tan cerca que parecerán besarse.
Aparentemente termina de juguetear con la cámara, así que se endereza y se
mueve hacia mí.
—Los besos son agradables —dice. Luego se inclina para besar el interior de
mi rodilla.
La electricidad brota a través de mi cuerpo como un relámpago.
—Sí. —¿Mi voz suena tan delgada para él como para mí?—. Especialmente
porque Layla y Majnun en realidad nunca tocaron la Tierra.
—Eso es trágico. —Sus dedos vagan por el lugar que besó y luego comienzan
a dejar un rastro por mi pierna.
Me estremezco.
—Mucho.
—Háblame de ellos.
—Bueno. —Tomo aire, usando el cielo para concentrarme, para enfocarme
en lo que estoy diciendo en lugar del abrasador ardor de su toque—. La historia se
remonta a la Persia del siglo VII con Qays, el hijo de un rico y poderoso
descendiente de Mahoma conocido como Sayyid. Cuando solo es un niño, Qays se
encuentra con Layla en la escuela y de inmediato se enamoran.
—Como hacen los chicos.
—Como hacen los chicos. —La piel de gallina estalla por mis brazos incluso
cuando intento ignorar lo que este chico está haciendo.
Es difícil pensar mientras sus manos, las dos ahora, acarician un sendero por
el interior de mis muslos.
Pero él me insta a seguir adelante, así que lo hago.
—Qays está tan inspirado por su amor que le escribe cartas sin fin, poemas,
canciones y luego las recita en las esquinas de las calles para que cualquier persona
que pase por delante las escuche. Pronto, la comunidad comienza a referirse a él
como Majnun, que significa loco, porque su pasión por Layla es tan grande que se
confunde con locura.
En este momento, estoy a punto de confundir mi propia pasión por locura,
porque el viaje de Logan ha llegado a mis bragas y la cercanía de sus caricias en la
parte de mi cuerpo más necesitada, me está volviendo loca. Sus dedos se envuelven
alrededor de la cinturilla, y levanto mis caderas de modo que pueda deslizar la
prenda fina por mis piernas y por mis sandalias.
Con una sonrisa maliciosa, pone mi ropa interior en el bolsillo de sus
pantalones.
—¿Está loco de deseo?
—Sí —digo en un siseo.
—Creo que podría saber algo sobre eso. —Él empuja mi falda hacia arriba, y
mis piernas se separan automáticamente para desnudar mi coño para él. Su mirada es
intensa a medida que sus dedos se deslizan sobre mis rizos recortados, la lujuria
ardiendo en su expresión—. Continúa —dice, trazando de arriba hacia abajo a lo
largo de mi hendidura.
—Uh. —Estoy tan mojada, tan excitada—. Mm. Majnun tiene el coraje de
presentarse ante el padre de Layla. Y le pide su mano en matrimonio, pero él se
niega. ¿Cómo podría cualquier padre permitir una unión entre su hija y un loco? Se
arruinaría la reputación de la familia. En cambio, es casada con un hombre mayor de
un pueblo vecino.
—¿Se casa con otra persona? Eso es terrible. —Logan se sumerge dentro de
mi agujero y saca mi humedad para pintar mi clítoris con ella.
—Devastador —gemí.
—¿Y qué hace Majnun?
—Él se, eh… —Mi cuerpo ya se está tensando de placer, mientras Logan
dibuja constelaciones en mi clítoris con las yemas de sus dedos—… queda
devastado. Lleno de pena. Se pasa el resto de su vida luchando por su amor.
Vagando por el desierto en la soledad. Componiendo poemas para Layla. Si no
había estado loco antes, seguramente lo está ahora. Llevado a la locura por un
corazón roto.
Logan también me está volviendo loca, tocándome tan precisamente suave
que me obliga a retorcerme y mecerme contra él, rogándole por más con mi cuerpo.
Él responde reduciendo aún más su presión.
—¿Y qué hace Layla por el corazón roto de Majnun? —pregunta—. ¿A ella
siquiera le importa?
—Sí, a ella le importa —susurro—. Ella lo ama. En secreto. —Hablo tan bajo
que él tiene que ser muy silencioso para escucharme; su único movimiento ahora es
el ascenso y la caída de su pecho y la exploración de sus dedos—. Así que vive
“entre el agua de sus lágrimas y el fuego de su amor”. Escucha las canciones y los
poemas que él ha escrito para ella porque están en todas partes ahora.
Sus ojos se fijan en los míos. Está fascinado y puedo decir que se siente tan
torturado como yo.
—Un día —mi voz es baja y temblorosa como mis piernas, pero todavía atrae
su atención—, ella se encuentra con un anciano que, eh, mm —(¡Jesús, me voy a
correr!)—, quiere ayudarlos. Ayudarlos a intercambiar cartas. Luego, durante una
sola noche, los ayuda a encontrarse. Pero tienen que permanecer a tres metros uno
del otro.
—Él ni siquiera puede tocarla a tres metros de distancia. —La voz de Logan
es tan tranquila como la mía, tan poco convincente.
—No, no puede. —Mis palmas están sudorosas contra el capó del auto, y
estoy perdiendo el control. Estoy tan cerca que sé que mi liberación va a ser
tumultuosa.
—Qué triste. —Con las palmas de las manos apoyadas en mis muslos
internos, Logan se inclina hacia abajo y apresando mi clítoris con su boca.
Esto… esto definitivamente no es triste.
—Oh Dios, oh Dios, oh Dios.
Él lame y chupa, y me deshago, corriéndome en una súbita avalancha que es
inesperada y un alivio a la vez. Con un gemido, me curvo hacia arriba en mi clímax
y me agarro a su cabello en busca de apoyo.
Pensé que recordaba lo que se sentía: cómo su boca en mi zona más erógena
me convierte en pudín y cortocircuita mis sentidos.
Estaba equivocada. Esto es mucho más de lo que recuerdo. Mucho más
increíble/excitante/abrumador/perfecto de lo que recuerdo. Es un sentimiento que es
demasiado intenso para poder invocarlo, me doy cuenta, y los fragmentos que puedo
conservar son recuerdos débiles. No era de extrañar que Majnun fuera tan prolífico
en lo que se refería a Layla: quería recordar todo, cada parte de su tiempo juntos
como yo quisiera recordar cada vez más de este tiempo con Logan.
Cuando los músculos de mi estómago se relajan, cuando finalmente puedo
llevar aire a mis pulmones otra vez, me recuesto en el capó, saciada y agotada.
Pero Logan no ha terminado.
Sopla una corriente caliente de aire sobre mi coño húmedo.
—¿Qué sucede después, Devi? —Traza una línea alrededor de mi hendidura
con su dedo—. Dime, qué pasa con Majnun y Layla cuando se encuentran, pero no
pueden tocarse. ¿Qué hace él en su lugar? —Sopla de nuevo, esta vez hundiendo dos
largos dedos dentro de mí.
Y, mierda, ya estoy comenzando a sentirlo de nuevo.
Empiezo a retorcerme, pero Logan me mantiene en su lugar.
—¿Qué hace, Devi?
—Él le dice lo que quiere hacer con ella —jadeo. Así no es exactamente
cómo va la historia. En las versiones tradicionales, Majnun derrama su corazón en la
poesía, y nunca había asumido que se trataba de algún lenguaje sexual.
Pero ahora estoy segura que eso era lo que él le decía: ¿cómo podía
finalmente estar tan cerca de ella y no dejarla saber todas las maneras en que la
quería?
—¿Qué cosas? —Logan curva sus dedos, frotando el área que me gusta
llamar el Panel de Control porque una vez que me tocan allí, pierdo todo control.
En un apuro de palabras, digo:
—Él le cuenta todo: cómo quiere ponerle las manos encima, cómo quiere
lamerla y besarla y estar dentro de ella y darle la vuelta y hundirse en su interior. Él
se lo dice con tan vívida descripción que ella se corre solo con sus palabras.
—Sí —dice Logan antes de rodear su lengua alrededor de mi clítoris.
—Le cuenta todo, en cada palabra, en todos los sentidos. Luego, al amanecer,
se van por caminos separados.
—¿Y entonces? —Él continúa tentándome con sus dedos y boca.
—Y luego Layla muere, y Majnun muere de pena junto a su tumba. La
leyenda dice que se encuentran en el paraíso y pasan la eternidad juntos.
—Eso no es donde tú piensas que termina. —Los labios de Logan cosquillean
contra mí cuando habla, y me estremezco.
—No. No lo es. Mi padre dice que es un final tonto, contado solo como una
lección moral para los que temen la lujuria mundana. Insiste en cambio en que los
amantes permanecieron reunidos en las estrellas, incluso en la muerte, y que ahora
existen como Venus y Júpiter, lejos, muy separados en los cielos nocturnos. Pero de
vez en cuando, se reúnen y pasan una noche de amor y pasión juntos, antes de
separarse de nuevo al amanecer. Como esta noche.
Logan se levanta, pero solo el tiempo suficiente para llevar mis piernas hacia
mi estómago. Sus ojos explorando hambrientos sobre mi coño.
—Continúa. —Sus palabras están maceradas de un intenso deseo—. Si te
detienes, yo me detengo.
—La historia ha terminado. —Sueno desesperada porque lo estoy. No creo
que pueda soportar más de su tortura, pero estoy segura que no podré soportarlo si él
se detiene.
—Entonces cuéntame otra —dice, y así lo hago. Le digo otra y otra y otra,
arrastrando cada mito que alguna vez me han dicho sobre las constelaciones, los
planetas y las bolas de fuego que parpadean y flamean por encima de nosotros hasta
que vuelve a liberarme. Y luego otra vez. Y ya no puedo hablar, ebria del clímax.
Ebria de Logan y esta noche y la poesía que ha escrito en mis partes más íntimas.
Sin embargo, no cede.
Estoy acostada inerte y empapada de sudor cuando se endereza y me levanta
hacia arriba para encontrarme con él. Con los dedos todavía enterrados dentro de mí,
su boca encuentra la mía, sus labios llenos con mi humedad y su lengua espesa con
mi gusto, y el beso que me da me pone del revés.
Pronto se aleja y murmura en mi oído, tan suavemente que me pregunto si ha
olvidado que está filmando o si solo está demasiado atrapado en el momento para
preocuparse, porque no hay manera de que la cámara esté captando estas palabras.
—Me estás poniendo tan duro, Devi. —Él se frota contra la curva de mi culo,
demostrando su punto—. Mi polla está como el jodido plomo por ti.
Increíblemente, esto me excita aún más. Me tenso alrededor de su dedo, y él
gime.
—Deberías pagar por esto. Por ser tan deliciosa. Por dejarme tan jodidamente
excitado.
Cierro los ojos cuando otro clímax se alza, pero él alza mi barbilla hacia él.
—Mírame —dice, y lo hago. Sus rasgos lucen tensos como si él fuera el que
está cerca del orgasmo en vez de mí. Como si darme placer es tan intenso para él
como lo es para mí recibirlo. Es impactante, emocionante, perfecto y no puedo
apartar la mirada, porque me ha dicho que no lo haga y porque es demasiado
hermoso para no mirarlo. Especialmente con su rostro enmarcado por la noche
detrás de él, los puntos diminutos de las estrellas centelleando como las velas que él
encendió antes para mí. Pero las luces más brillantes delante de mí son las chispas
gemelas en sus ojos cuando insiste—: Dámelo. Dámelo.
Y entonces las estrellas están cayendo, disparándose a través de su cara, a
través de mi visión, y entiendo por qué Julieta comparó sus pensamientos del
orgasmo con Romeo con las estrellas y los preservó para siempre como
constelaciones. Porque ahora compararé para siempre esta felicidad con Logan y los
cuerpos celestiales sobre mí en este momento.
Estoy jadeando contra su boca, las lágrimas están derramándose de mis ojos,
y cada músculo de mi cuerpo está vibrando con esta liberación, este orgasmo tan
violento, tan intenso, que estoy segura que mi corazón ha estallado.
—¡Jesús, Devi! ¡Sí! Sí. —Está contento. Excitado por la potencia de mi
clímax—. Más. Dámelo. Dámelo todo.
Me rompo a su alrededor, hasta que no soy nada, nada, nada.
También estoy desesperada por hacerle lo que él me ha hecho, así que cuando
puedo mover mis extremidades de nuevo, me siento, lo beso, y busco meterme a
tientas en sus pantalones. Con ansiedad, él busca mi seno, medio subiendo encima
de mí a medida que tantea contra mis manos, murmurando para que me apresure con
mi tarea.
Pero antes de deshacerme de su cinturón, unas luces rojas y azules atraviesan
la noche negra, y los faros de una patrulla policial aterrizan en la carretera junto a
nosotros.
—Mierdaaaaaaa —dice Logan, deslizándose fuera de mí. Se vuelve hacia la
cámara y un segundo después veo que la luz roja desaparece.
Me siento y aliso mi falda sobre mis muslos y luego paso mis dedos a través
de mi cabello, así que, espero, verme presentable cuando el policía sale de su auto y
se acerca.
—Buenas noches —dice, a modo de saludo.
—Hola, oficial. —Le doy mi sonrisa más coqueta. En mi periferia, veo a
Logan bajando su camisa para cubrir su erección.
El policía estrecha los ojos, examinando la escena frente a él.
—¿Qué están haciendo aquí esta noche?
—Solo mirando las estrellas —dice Logan, volviéndose para unirse a la
conversación. Señala el cielo—. Ahí están Júpiter y Venus. ¿Quiere ver mi Pase del
Desierto?
—No es necesario. —El oficial nunca nos quita los ojos. No hay manera de
que se deje engañar. El aroma del sexo se aferra fuertemente a mí, y estoy segura
que mi cabello está aún más desordenado que el de Logan.
—Probablemente será mejor que se muevan ahora —dice el policía,
sacudiendo la cabeza.
—Sí. En seguida. —Logan ya está cargando la cámara y el trípode. Limpio
los restos de nuestra cena, y en cuestión de unos minutos, estamos en el Mustang,
conduciendo por la carretera hacia las luces de la ciudad.
Y luego otro minuto después, y nos echamos a reír. Me río tan fuerte que mis
ojos se llenan de lágrimas y mis costados me duelen para el momento en que puedo
hablar.
—Guau. Esa fue una primera vez. —Limpio las lágrimas que corren por mis
mejillas.
—La policía me ha echado de otros lugares antes, pero siempre porque tengo
dificultades para recordar llevar un permiso. O para conseguir uno en primer lugar.
Otro ataque de risitas me desgarra.
—Aunque, estoy muy seguro que esta es la primera vez que mi verga no se
muere al momento en que vi las luces. —Él levanta sus caderas para ajustarse, y una
punzada de culpa me atraviesa, silenciando mis risas. Me hizo venir tantas veces, y
él sigue estando tan duro.
La culpa se ha ido en un instante y es sustituida por un anhelo tan profundo,
tan intenso, que nunca he sentido nada parecido. Mi boca se hace agua, y de repente
tengo que tenerlo en mi boca. No porque sienta lástima por las pelotas azules que
está luciendo, sino porque tengo que complacerlo. Necesito acariciar su polla y
chuparlo y verlo caer en pedazos delante de mí.
O tal vez, no tan lejos. Él está conduciendo, después de todo.
Sin ningún preámbulo, deshago mi cinturón de seguridad y me inclino a
través de la consola para trabajar en sus pantalones. Su polla salta cuando mi palma
roza su erección de granito. Maldita sea, él está duro. Mi pecho revolotea con
anticipación.
Pero aunque Logan gime con mi toque, dice:
—No tienes que hacer eso, Devi.
—Quiero hacerlo. —Traducción: Me muero por hacerlo—. No puedo dejarte
así. —Traducción: no me puedo quedar así.
—No te preocupes por mí. —Entonces, cuando todavía estoy tanteando su
cremallera, pone una mano en mi hombro y me empuja suavemente. Me aparta.
Me siento, lentamente. La confusión sigue a la sorpresa, y lo estudio con
incredulidad.
Él me mira, y mi expresión debe ser transparente, porque añade:
—Creo que este episodio tendrá más impacto si no correspondes esta vez.
Sabes, es más un gesto romántico de esta manera. Es mejor. Para el programa.
—Cierto. El programa. —Esta sensación de hundimiento del día anterior
regresa, pero luego miro el perfil de Logan, y me golpea: él está tan confundido
sobre todo esto como yo. Está escrito en toda su cara. Él también lo desea. Está en
conflicto. Es más noble de lo que se da cuenta.
Es posible que esté imaginándome todo, que esté viendo cosas que no están
ahí. Pero la cámara está apagada. Esa expresión en su rostro es genuina, y conozco
esa expresión. Es la misma que me encontré en el espejo cuando me preparé para
esta noche.
Me acomodo en mi asiento, y con mi codo apoyado en la puerta, me muerdo
mi nudillo e intento diseccionar el extraño descontento que se ha deslizado sobre mí.
Sí, me gusta el chico. No hay dudas en cuanto a ese hecho. Pero, ¿qué hay de él?
¿Por qué me aparta cuando su lenguaje corporal y las partes de su cuerpo me están
diciendo que me quiere, quiere, y quiere más?
¿Soy yo? ¿Es mi edad? ¿Sigue colgado de su ex? ¿La industria le ha cansado
de las relaciones en general?
La verdad es que, no lo conozco lo suficiente como para empezar a dar una
respuesta real. Lo que sé es que no importa cuán real sea esta química entre
nosotros, él está cerrado a la idea. Sin importar lo que revele en la cámara, no me
deja entrar más allá de eso.
—Star-crossed15 —digo rompiendo el silencio que se extiende entre
nosotros—. Creo que así es como deberías llamar el programa.
—¿Star-crossed?
—Sí.
—Es bueno. Me gusta.
No me pregunto por qué acepta mi sugerencia tan fácilmente. Estoy segura
que es porque él se da cuenta tan bien como yo de lo apropiado que es el título para
describirnos: dos amantes nunca destinados a estar juntos que se encuentran de vez
en cuando en la noche.
D seguro de qué decir. No estoy seguro que pueda decir nada, porque
todavía estoy duro como una roca, y cada vez que respiro, respiro su
olor. Su olor persiste en todas partes (mis manos, sus muslos, mis labios) y me está
volviendo jodidamente loco. Cuando se inclinó hacia mí antes, sus manos
desabrochando con impaciencia mi cremallera, casi me corrí en ese momento y
lugar. Puede que sea un hombre conocido por su control, y por lo general mis
escenas resaltan esto de mí, pero con Devi, no tengo nada. Nada. Ni pizca de
paciencia o restricción, y comerle el coño sobre el capó de mi Mustang ya me había
conducido a un jodido frenesí. (¿Por qué, qué hombre no fantasea con eso en algún
punto; una mujer hermosa extendida en el capó de un auto grande, con su coño
expuesto, su cabello como cascadas y alborotado sobre el metal liso?)
Y maldición, si el hecho de que nos atrapasen no me había puesto más duro,
enviando a mi mente en espiral a las más sucias y depravadas fantasías posibles;
viendo a Devi tratar de “convencer” a los oficiales de que nos dejaran ir, primero
con su boca y después con su coño, el tipo de fantasías que nunca admitiría a nadie
más. Y entonces llegamos a la autopista y ella se inclina sobre mi polla como una
loca, y espero que Dios estuviera viendo que caballero fui, porque apartarla fue la
cosa más difícil que he hecho en mi vida.
Excepto que ahora estoy en su camino de entrada diciéndole adiós y estoy
palpitando en mi miseria y puedo decir que está un poco herida, y mierda. ¿Por qué
la aparté?
No estaba mintiendo cuando le dije que pensaba que sería mejor para el show
que ella no me correspondiera esta noche. De verdad pienso eso, y también me
gustaría planear otro lugar visualmente dinámico para la mamada, no solo el interior
de mi maldito auto (a pesar de que es el mejor auto del mundo).
Pero esa no es la verdadera razón, y la verdadera razón es tan frágil, incluso
en mi propia mente, que sé que no tengo esperanzas de explicársela. Debido a esos
treinta minutos con ella en mi capó, cuando la llevé al orgasmo con mi lengua una y
otra vez, mientras me contaba fábulas persas y griegas con esa voz entrecortada, la
gran sensación había llegado, y estaba borracho de ella. Vino con mi boca sobre la
piel sedosa de Devi, con sus palabras dejándose llevar en el desierto, y fue más
poderosa de lo que jamás había sentido con nadie, nunca. Más que mi primera
escena, mis películas favoritas, o mis ideas más elaboradas y creativas.
No, esto estaba más allá de lo que alguna vez he sentido, tan poderoso y
elemental que podía sentir como recorría mi cuerpo y bajaba hacia el suelo rocoso
bajo mis pies y se extendía hacia el cielo estrellado y brillante por encima de mi
cabeza, y el mundo se disolvió en pura magia celeste.
Centelleante.
Atómico.
Sagrado.
Y entonces el mundo se unió de nuevo, normal una vez más, pero todavía
cargado con el recuerdo ionizado de nuestra magia, y aceleramos en la oscuridad,
riéndonos de que casi nos pillaran.
Entonces, ¿por qué la aparté?
Porque no podía soportar la idea de algo tan insoportablemente sexy, tan
indeleblemente perfecto, siendo tirado por tierra como algo mercenario y trillado
como obligarla a chupármela en mi auto. Es decir, sé que en ese momento no la
estaba forzando a nada, que ella habría estado feliz de hacerlo, pero al final, habría
sido yo el que llevó la transición de las estrellas a una mamada, y se sentía mal.
Todavía se siente mal. Elegí lo correcto, lo sé, incluso mientras estoy aquí
sentado escuchando a Devi recoger sus cosas y desabrocharse el cinturón.
—Te acompaño adentro —digo de repente, desabrochándome el cinturón
también.
—Está bien —dice. Su voz no traiciona nada, y esta es una de las cosas más
extrañas que he aprendido sobre Devi en las últimas semanas. Puede ser tan amable,
tan sencilla, tan adorablemente joven, que sería tentador pensar que es un libro
abierto. Pero no lo es siempre, solo cuando elige serlo, y hay momentos en los que
es tan indescifrable como las estrellas. Más Reina Casiopea que Layla.
Salimos y la sigo por el camino, hasta la puerta principal. El momento es
embarazoso mientras la abre, mientras ambos recordamos nuestro primer beso
abrasador aquí, y me pregunto cómo lo recuerda ella. Lo deseaba, lo sé, como
realmente quería chupármela esta noche en mi auto. Devi es una chica moderna,
positiva en cuanto al sexo; le gusta tener relaciones sexuales y le gusto como amigo.
Y ha habido algunos momentos en que he pensado que he vislumbrado algo más,
anhelo en su voz, una mordedura de su labio o un parpadeo rápido mientras aleja su
mirada.
Pero aun así creo que podría haber sido solo un beso caliente para ella y nada
más. No la revelación que fue para mí.
El momento pasa y entonces estamos subiendo las viejas escaleras de madera
a la planta superior y abriendo otra puerta allí.
Ella enciende una luz, y una lámpara fluorescente compacta y amarilla
ilumina una acogedora sala llena de estanterías y dominada por el sofá más feo que
he visto en mi vida, una cosa descomunal de terciopelo naranja. Es, o bien el tipo de
sofá que encuentras en el sótano de tu tía abuela o bien el tipo de sofá por el que
pagas demasiado dinero en un lugar como Anthropologie.
Me acerco para investigarlo más a fondo, y entonces escucho a Devi aclararse
la garganta como si fuera a hablar, como si fuera más fácil para ella hablar cuando
no nos estamos mirando. Me preparo para lo que sea que va a decir.
—¿Por qué no me dejaste chupártela en el auto? —pregunta en voz baja.
Maldita sea. La única pregunta por la que pagaría dinero real estadounidense
para que no me la preguntase.
Me giro hacia ella, mi cerebro de director de cine teniendo pequeñas
convulsiones cuando veo cómo de dulce y vulnerable parece enmarcada en contra de
sus flácidas y llenas estanterías.
—Devi, es solo por el espectáculo, no es porque yo no…
—Mentira. —No hay amenaza o calor en su voz en este momento, solo la voz
clara que usaría para hablarme sobre la formación de las estrellas.
Dudo por un momento. Ella inclina su cabeza hacia mí.
Hablo después de un largo momento, tratando de buscar a tientas mi camino
hacia la verdad sin exponer cuán profundamente, locamente y ridículamente estoy
atrapado por ella.
—No quería usarte, Devi. No quería abaratar lo que compartimos en el
desierto.
Levanta una ceja, y me doy cuenta de repente que he dicho algo malo.
—Primero —dice, usando sus dedos para marcar la casilla correspondiente a
sus palabras, de repente no pareciendo una chica en absoluto, sino una mujer
confiada… e irritada—. No hay nada barato en cuanto a mi elección de hacer
cualquier acto sexual contigo. Yo tomo la decisión… decido usar mi cuerpo, ya sea
por trabajo o por placer, y esta noche estaba eligiendo chupártela, a pesar de que
sabía que las cámaras estaban apagadas. Cuando llamas a esa elección barata, me
haces sentir barata.
Mierda, mierda, mierda.
—Eso no es en absoluto lo que quería decir —me apresuro a explicar—. Solo
quería decir…
—Y segundo —continúa, como si no hubiera hablado—. Me siento como si
te estuvieras reteniendo conmigo, y no lo entiendo en absoluto. Logan, tu cuerpo no
es una máquina, y no espero que lo sea; no espero que te apagues como un
interruptor cuando las cámaras se apagan. Eres humano, continuarás necesitando y
queriendo, incluso después de que la escena se termine. Por supuesto, no deseas
utilizar a las mujeres, y por supuesto no eres el tipo de persona que intenta follar con
las chicas del plató cuando las cámaras no están rodando. Es una de las cosas que
más me gusta de ti.
No sé qué decir a esto, porque estoy tan sorprendido y agradecido con que se
haya dado cuenta de esas cosas sobre mí, pero también sé que no ha terminado de
hablar y que todavía estoy en problemas.
—Pero Logan… —da un paso hacia adelante—… me ofrecí. Me estaba
ofreciendo porque quería. Quería y lo escogí, y no me habrías manipulando o
incluso persuadido a que lo hiciera. Por favor… a medida que avancemos… por
favor ábrete más a mí. Soy tu amiga y creo que estoy… —Se rompe, tragando con
fuerza y alejando la mirada—. Estoy tan excitada por ti todo el tiempo —termina, y
eso hace que mi polla duela y mi corazón lata con fuerza, incluso cuando mi mente
reconoce que ella cambió de rumbo en el último momento.
Ella cambió de rumbo… ¿por qué? Mi corazón late más fuerte y rápido. ¿Qué
iba a decir? ¿Porque qué pasaría si fuera a decir que está enamorándose de mí? ¿Qué
siente algo por mí? ¿Qué le diría?
La respuesta llega a mis labios de inmediato: Yo también, yo también, yo
también.
Aleja mi mente de esos pensamientos con un suave suspiro, el tipo de suspiro
que me hace recordar los ruidos que hizo en el capó de mi auto. Algo se rompe
dentro de mí, algo grande.
—Siéntate en el sofá —le ordeno. Mi voz es firme, fuerte y un poco dura en
el espacio pequeño y cálido. Alguna parte distante de mí se pregunta si he cruzado
una línea.
Pero se sienta.
Me acerco a ella.
—En el borde —digo, y obedece, y luego bajo a abrir sus piernas, por lo que
no solo está sentada en el borde, sino que tiene sus piernas abiertas a lo ancho. Su
falda va hacia arriba, dejando al descubierto su coño.
Se levanta la mirada hacia mí, con esos ojos dorados, al mismo tiempo que
huelo su perfume de nuevo. Mi pulso late en mi cuello, mis muñecas y mi ingle, y la
comprensión me golpea.
No solo estoy atrapado por Devi. Estoy realmente y honestamente enamorado
de ella. Tengo sentimientos.
Sentimientos con S mayúscula.
De alguna manera mi enamoramiento ha pasado de “casualmente
obsesionado con” a “ven a vivir conmigo”, y no tengo ni idea de qué diablos hacer
con eso, y mucho menos qué haría Devi con ello si lo supiera. Obviamente se siente
atraída por mí, pero eso de ninguna manera equivale a romance, especialmente en
nuestra línea de trabajo. Es demasiado pronto para que me sienta de esta manera, y
no es adecuado arrastrar eso en medio de un proyecto. Y si estoy siendo honesto,
estoy asustado. No es un poco de miedo, sino mucho miedo, porque la última vez
que tuve de sentimientos con S mayúscula, perdí a mi perro, mi corazón y mi
sobriedad de un solo golpe.
Pero no puedo ignorar esto, y claramente, no puedo ocultárselo a Devi, ni
quiero.
Tiene que haber un término medio, ¿verdad? ¿Entre pretender y proponer
matrimonio?
Caigo de rodillas entre sus piernas, sin perderme su pequeño escalofrío
mientras lo hago.
—¿Estás excitada por mí todo el tiempo? —le pregunto—. Bueno, estoy
peor. Soy jodidamente miserable por la necesidad de tocarte y saborearte. Estoy
obsesionado con ello. Estoy obsesionado contigo. —Me encuentro con sus ojos—.
Tienes que decirme si eso te hace sentir incómoda. Porque la forma en que pienso en
ti, la forma en que te deseo, no es solo como dos artistas. No es como dos amigos.
—Mis manos encuentran sus tobillos y se envuelven alrededor de ellos, más para
evitar tocarla en lugares más interesantes mientras contesta. Puedo ver su pulso
latiendo en su garganta mientras traga—. ¿Entiendes lo que estoy diciendo? —
pregunto tentativamente.
—Sí —susurra.
—¿Y estás de acuerdo con esto?
Una pausa. Y entonces un asentimiento.
Bueno, no es la respuesta más entusiasta que podría haber esperado, pero
¿qué esperaba? Incluso evitando ir de Romeo con ella, todavía es mucho para dejar
caer sobre una chica, que pienso en ella todo el tiempo, y no de una manera solo de
amigos. Empiezo a levantarme sobre mis rodillas, pero ella me detiene con una
mano sobre mi hombro. La lleva a mi garganta, donde su pulgar acaricia ligeramente
mi nuez de Adán.
Es mi turno de temblar.
—Lo siento —murmura—. Solo me tomaste por sorpresa. Lo que quiero
decir es que está más que bien conmigo. Estoy… estoy un poco obsesionada
contigo, también.
Siento que mi pecho va a explotar.
—¿En serio?
Ella sonríe.
—En serio.
—Pero también entiendes por qué quiero reprimir algunos de… sea lo que
sea esto… y usarlo para el espectáculo, ¿verdad?
Ella asiente, pero su sonrisa se desvanece.
—Entiendo. Queremos que se sienta real.
—Porque es real. El calor entre nosotros, es especial, Cass, y si jugamos bien
nuestras cartas, todo aquel que nos miré lo sentirá.
—Lo entiendo.
Pero algo se nota apagado en su voz, y no sé cómo solucionarlo. Salvo hacer
lo que había planeado hacer originalmente cuando la hice sentarse: inclinarme y
enterrar mi cara entre sus piernas.
Ella deja escapar un bajo sonido (medio gemido, medio suspiro) y soy gentil
con ella, sabiendo que probablemente esté un poco dolorida por todas las veces que
la hice venirse en el desierto. Voy suave y constante, movimientos largos de mi
lengua y ligeras pasadas sobre su clítoris, y su orgasmo es lento pero inexorable
mientras se retuerce delante de mí, con sus dedos entrelazados en mi cabello y
tirando con fuerza. Y cuando se corre, grita mi nombre, y casi pierdo toda mi
resolución y la follo allí mismo.
—Solo necesitaba saborearte de nuevo antes de irme a casa —explico, a
medida que me enderezo, limpiándome la boca.
—Me gusta eso —murmura aturdida—. Me gusta cuando sucede sin las
cámaras… me hace sentir como si me quisieras.
—Jesús, mujer. Puedo demostrarte que te quiero cada segundo del día, si lo
deseas. Pero por esta noche, estaré feliz con mi degustación.
Cae de nuevo contra el sofá, con una risa cansada.
—Puedes tener todas las degustaciones que quieras.
—Puede que te tome la palabra, Cass.
Y más tarde esa noche, cuando me estoy desvistiendo, descubro que todavía
tengo en mi bolsillo sus bragas: rosas, de seda, bragas del sueño húmedo de un
adolescente. Y así finalmente, finalmente alivio el dolor, acaricio mi polla
abandonada con la seda hasta que estalla en densos hilos de esperma. Grabo todo
con mi teléfono y se lo envío a Devi.
Te dije que estaba obsesionado, escribo justo después de enviarlo.
No puedo escribir, mis dedos están demasiado ocupados, responde
después de algunos minutos.
Me quedo dormido con la imagen de su masturbación con un video de mí
masturbándome con sus bragas, y tal vez mi depravado corazón porno nunca ha
estado más feliz de lo que está ahora.
—No creo que puedas manejarlo —le digo dudosamente, una hora después.
Después de que Devi se vistiera y yo empacara el auto, decidí que necesitaba
comida para la resaca, así que la llevé a un bar en el límite de los suburbios. Sin
restauración, poco glamoroso, incluso sin la sensación acogedora y cálida de un
garito de mala muerte. No, este lugar es tan barato como si no tuviera alma, y es por
eso que me gusta. Sin colegas abogados almorzando, sin hípsters disfrutando de una
“vibra genuina”. Russell's abastece a una clientela y a una clientela solamente: gente
dispuesta a soportar un servicio hosco y un panel de yeso rayado por cerveza fría y
las mejores alitas en la ciudad.
En este momento, Devi Dare, en su inocencia ingenua, piensa que puede
manejar una docena de alitas por su cuenta.
—¿Por qué no empiezas con media docena? —sugiero diplomáticamente.
Levanta la vista del menú laminado.
—Este no es mi primer rodeo de alitas, hijo.
—Devi, solo me gusta decirles a las mujeres qué hacer en la cama. Pero te lo
digo, una docena es demasiado.
Me sonríe.
—¿Quieres apostar tu dinero?
—Puedo pensar en cosas más interesantes que el dinero.
—¿Como qué? —Sus ojos brillan.
—De acuerdo, si no puedes comerte todas las alitas, entonces ahora mismo te
llevo a la película más exquisita, dolorosamente subtitulada que estén dando.
—¿Y si puedo comérmelas todas?
Me encojo de hombros.
—No lo sé. ¿Qué tal algo que fuera totalmente nuevo para mí?
Piensa por un momento, mirando el techo y golpeando lentamente su boca
con un delgado dedo…
…Y así es como termino en Venice Beach dos horas más tarde caminando
hacia una pequeña tienda psíquica.
Devi lidera el camino por el paseo marítimo, con los dedos entrelazados a
través de los míos mientras ella me atrae hacia delante.
—No puedo creer que hayas dudado de mi habilidad para comer alitas —
resopla, la respiración atrapada en su garganta de la misma manera que me gustaría
que estuviera cuando la esté follando.
Incluso su mofa es sexy. Jesús, me ha dado fuerte.
—Pareces muy saludable —argumento—. Como el tipo de chica que solo
come semillas de chia y ese tipo de mierda.
Se ríe, mientras una ráfaga de viento sopla su cabello alrededor de su cara, y
mierda, es tan joven. Sé que ocho años no es la mayor diferencia en el gran esquema
de las cosas, pero se siente grande en este momento. Se siente importante.
Peor aún… es excitante.
—Como bastante saludable la mayor parte del tiempo —admite—. Sobre
todo porque mis padres siempre me están dejando cosas por sorpresa. Un lote fresco
de kombucha o restos de col rizada de su cooperativa o cualquier otra cosa. Pero al
menos una o dos veces a la semana, como algo terrible y sorprendente. Como una
hamburguesa de queso triple. O una docena de alitas. Después de todo, este culo no
permanecerá lleno por sí solo.
Le da a su culo un golpe juguetón. Casi perezco en el acto.
—De todos modos —continúa—, creo que el equilibrio es importante,
¿verdad? Un poco de mal espolvoreado sobre el bien hace todo mucho más
interesante.
—Tienes que dejar de hablar así o no voy a estar en forma para conocer al
psíquico.
Se ríe de nuevo, y luego estamos en la puerta cubierta de cuentas de Madame
Psuka, Psíquica Extraordinaria. Las lunas y estrellas de neón intentan en vano
competir con la brillante luz del sol de la playa.
—Somos muy afortunados —dice Devi en voz baja—. Pasa la mitad del año
en Michigan. Siempre que vuelve a L.A., suele estar demasiado desbordada con sus
clientes que repiten, como para ver a alguien más.
Un rayo de esperanza florece dentro de mí.
—Entonces, ¿tal vez no será capaz de vernos hoy? —pregunto, tratando de no
sonar demasiado aliviado.
Devi solo señala el letrero colgado en la ventana. Entren. Bienvenidos Hoy.
—Mierda —murmuro.
Devi golpea mi brazo.
—Perdiste de manera justa y limpia. Sé un buen perdedor.
—No puedes realmente creer en todo esto, ¿verdad? Es muy tonto. Y tú eres
tan… científica.
Me empuja al interior, lleno de un aire denso y oscuro. A medida que mis
ojos se adaptan, oigo a Devi rebuscar en su gran bolso de hombro, y cuando
finalmente puedo ver de nuevo, me doy cuenta que tiene mi cámara. Se la di a ella
por si acaso queríamos capturar cualquier momento para Star-Crossed.
La enciende.
—Creo que vale la pena filmarlo. ¡Es como si estuviéramos en una cita falsa
otra vez! Alitas y ahora médiums.
—Sabes, cuando te di eso, en realidad estaba imaginándonos que
encontraríamos un lugar para enrollarnos o algo así.
Me chasquea la lengua y sacude su mano, indicando que debería sentarme en
una de las sillas colocadas en la pequeña sala de espera donde estamos ahora.
—Huele a hierba —observo, dando unos cuantos olisqueos experimentales—.
Un montón de hierba.
Devi sonríe.
—Es salvia. La gente lo quema para limpiar de energía negativa un espacio.
—¿Esto se considera purificado? Creo que es una excelente manera de
ocultar la marihuana. “Oh, no, oficial, no fumaba marihuana, estaba purificando mi
auto de energía negativa”.
Devi se ríe, y luego oigo a una mujer mayor decir:
—¡Boombalee!
No es precisamente inglés (ni cualquier otro idioma que conozca) y me
pregunto si es algún tipo de idioma psíquico para algo importante, o si tal vez esta
mujer está hablando en otra lengua o teniendo un accidente cerebrovascular, pero
luego empuja más allá de las bolas que separan el espacio interior de la sala de
espera y corre hacia Devi, con los brazos extendidos.
—Oh, mierda —murmura Devi, mirándome con algo parecido al pánico—.
Lo siento mucho por esto.
—¿Lo sientes por qué?
Pero no puede hablar ahora porque la mujer la ha sacado de su silla y la ha
envuelto en un enorme abrazo. Está a finales de los cuarenta, con su espeso cabello
rubio grisáceo atado detrás en una práctica trenza, y pequeña pero constituida
esbeltamente. Lleva una falda larga y una blusa que tienen un inconfundible rollo
“Sedona, Arizona”. Durante un minuto, creo que es la psíquica, pero luego retrocede
y digo en voz alta:
—Santa mierda. —Ambas se vuelven para mirarme rebosantes de alegría, y
es tan evidente ahora que me siento retroactivamente estúpido por no haberlo visto
antes. La mujer se ve exactamente como Devi, pero sin el tono persa.
Los mismos pómulos altos y la barbilla puntiaguda, las mismas caras en
forma de corazón con idénticas y hermosas sonrisas.
Es la mamá de Devi.
Levanto la mano.
—Logan O'Toole. Encantado de conocerte.
—Sue Jones-Daryani. ¿Qué te trae a la señora Psuka hoy? ¿Y por qué no te
he visto en más de una semana, Boombalee? Te echo de menos.
—Mamá —dice Devi, un poco avergonzada—. He estado ocupada. ¡Y no me
llames así en público!
—¿Boombalee? Devi, estuve en labor de parto durante veintisiete horas sin
medicación para traerte a este mundo, y cuando saliste, me rasgaste…
—¡Mamá! —Devi ahora parece seriamente alarmada—. ¿Puedes no hacerlo
delante de mi compañero?
—Mi punto es, te llamaré lo que quiera. —Sus ojos grises se vuelven hacia
mí y se suavizan—. Es un placer conocerte, Logan. ¿Estás haciendo pornografía con
mi hija?
No puedo hacer otra cosa que reírme.
—Sí, señora. Lo hago.
—Me alegra oír eso. Tienes una energía muy viril, ¿sabes? Puedo sentir el
pulsar de tu chakra sacro desde aquí.
—Uh… ¿es algo que debo hacerme revisar por un médico?
Sue chasquea la lengua de la misma manera que Devi hizo antes y extiende
su mano detrás de mí, presionando su palma contra la parte más alta de mi culo.
Junto a mí, Devi hace el tipo de gemido que alguien haría si estuvieran dispuestos a
morir, y cuando la miro, ella tiene su rostro enterrado en sus manos a modo de
mortificación.
Yo, sin embargo, estoy teniendo un gran momento.
—Señora Jones-Dayrani, está tratando de seducirme, ¿verdad? —me burlo,
mientras le da a mi chakra unas cuantas palmadas adicionales, por si acaso.
—Joven, nunca he tenido que seducir a una sola pareja sexual en mi vida, y
estoy segura que tú nunca lo has necesitado tampoco.
Doy un modesto encogimiento de hombros.
—Mamá, ¿puedes sacar tu mano del culo de Logan, ahora?
Sue suspira, como si su hija fuera la más grande mojigata del mundo.
—Devi, tu chakra sacra, por otra parte, está completamente bloqueado. Y
algo está pasando con tu chakra del corazón. —Frunce el ceño—. Necesitamos hacer
algo de Reiki, o tal vez deberías ver al doctor Tammaro para algo de acupuntura.
Pero mientras tanto, recomiendo algo de meditación y tal vez algo de sexo vigoroso
para desbloquear ese chakra.
—Estaría encantado de ayudar a su hija con eso, señora —digo con una
amplia sonrisa.
Las manos de Devi todavía están en su cara.
—¿No hay una conferencia de partería o algo en lo que necesitas estar?
—En realidad, tu padre y yo tenemos clases de yoga al desnudo, así que
debería irme. Pero necesitas venir esta semana para cenar alguna vez. Recibimos una
caja de raíces de mandioca de nuestra cooperativa y necesitaremos ayuda para
comerlas todas.
—De acuerdo —dice Devi, con el nivel exacto de entusiasmo que esperarías
de alguien que estuviera de acuerdo en comer raíz de mandioca—. Te llamaré.
Sue le da un gran abrazo, y luego se inclina para besar mi mejilla.
—Hónrala —es la firme entonación que me dice al oído, pero la severidad
queda atenuada por la cariñosa caricia que da a mi chakra sacro.
Y entonces abre la puerta y sale de la tienda.
—Lo lamento tanto —dice Devi a medida que se deja caer en una silla
cercana—. Sabía de este lugar porque mi madre viene aquí, pero no tenía ni idea de
que estaría hoy, y estoy tan, tan avergonzada en este momento.
—¿Por qué? —No me siento. Me quedo parado frente a ella y soy un
empujoncito a sus rodillas con la mía—. Me pareció genial. Más que genial; es
asombrosa. Igual que tú.
Devi levanta sus ojos hacia los míos.
—¿En serio? ¿No me odias ahora que has conocido a mi excéntrica madre?
—Exactamente lo contrario. Cuanto más aprendo de ti, más quiero saber.
Más me enamoro de ti.
No digo eso, obviamente.
Se muerde el labio para no sonreír demasiado y mi pulso se acelera. De
repente, me siento dolorosamente consciente de cómo sus rodillas desnudas rozan
mis pantalones, la forma en que el delgado corpiño de algodón de su mini vestido se
aleja de su piel, revelando de forma explícita que no lleva nada debajo.
Me inclino hacia abajo. La cámara todavía está colgando en su mano, la luz
en espera parpadea, pero la ignoro y uso mi pulgar e índice para guiar su cara hasta
la mía.
Ella parpadea esas largas y oscuras pestañas una vez, dos veces, y luego llevo
mis labios a los suyos. Es toda suave calidez, sol y canela, e inhalo su olor incluso
mientras la beso, mientras me pregunto vertiginosamente si así es como sucede para
otras personas. ¿Comen alitas y visitan a psíquicos y tienen momentos incómodos
con los padres? ¿Pasan el día lleno de aventuras al azar, atesorando cada segundo
pasado en la compañía del otro?
Esta no es una cita falsa en absoluto… me doy cuenta. Esta es ahora una cita
real.
—Esto no es un salón de besos —nos informa una voz con brusquedad.
Nos enderezamos y me doy la vuelta para ver a una mujer con el cabello
rubio, viéndose irritada y con más collares de cuentas de lo que hubiera creído
posible.
—¿Madame Psuka? —pregunta Devi, levantándose de la silla y
enderezándose la ropa—. Hola. Soy la hija de Sue.
—Sí, sé quién eres —dice la médium con impaciencia. Su acento es de origen
aleatorio (definidamente del antiguo bloque soviético) y cuando agita su mano,
huelo a Aqua-Net y al tipo de perfume que compras en un supermercado.
—En realidad estamos aquí por mi amigo Logan —explica Devi—. Quería
que consiguiera una lectura.
—¿Qué tipo de lectura?
Ambas se me quedan mirando.
—¿Yo, uh, no lo sé?
La señora entrecierra sus ojos hacia mí.
—Ninguna lectura de la palma hoy, creo. Sin horóscopo ni piedras rúnicas.
Necesitas Tarot. Una carta.
Devi prácticamente salta arriba y abajo.
—¡El Tarot es mi favorito!
—Esto será rápido —dice la señora de una manera que me parece
extrañamente ominosa, y luego desaparece en su sala interior y regresa con una cesta
de mimbre llena de bolsas de terciopelo—. Escoge una carta —ordena con su acento
recortado.
Recojo una bolsa de terciopelo al azar, allí mismo, en el vestíbulo, y luego la
señora asiente, como si esa fuera la carta que esperaba que escogiera todo el tiempo.
Hay un mostrador de cristal en la esquina con una antigua caja registradora en la
parte superior y unos folletos para las ferias psíquicas y conferencias de la Nueva
Era fijadas en las paredes de toda la sala, y camina hacia allí ahora, poniendo la
bolsa en la parte superior.
Saca las cartas e indica que debo venir a su lado.
—Corta una vez, luego mézclala con la pregunta en tu corazón. Después de
eso, dame la carta. —Ella me da las cartas, y miro a Devi, que asiente, y pienso,
¿por qué diablos no? Estoy en este tipo de cita accidentalmente real con una chica
de la que estoy enamorado, ¿por qué no ver dónde me lleva esto?
Así que golpeo en la cubierta con los nudillos y luego recojo las cartas para
barajarlas. Son más grandes que las cartas normales, pero mis manos son lo
suficientemente grandes para que funcione. (Eso es lo que ella dijo).
A medida que barajo, me doy cuenta de las imágenes que hay en las cartas,
que parece estar compuesto por montones de gente desnuda. Adecuado, supongo,
pero tal vez un poco demasiado apropiado, a juzgar por la sonrisa de Madame
cuando se da cuenta que soy consciente de las cartas.
Solo una coincidencia. No creo en esta mierda, y Devi tampoco. ¿Cierto?
—Piensa en ello como una meditación enfocada —dice, como si supiera lo
que estoy pensando—. Te dará un nuevo marco de referencia para tu pregunta.
Oh, mierda. La pregunta. Me lanzo a todo lo que quiero preguntar, pero en
realidad mi vida es realmente sólida en este momento. Buen dinero, trabajo
constante que disfruto. Pasar página con Raven (no tanto con mi perro). En realidad
la única cosa en el aire es Devi, y ella no es tanto una pregunta sino más bien una…
¿Una qué? ¿Una esperanza? ¿Una posibilidad?
No sé qué preguntar, así que en vez de eso solo pienso en Devi. Pienso en
Devi y pienso en Star-Crossed y pienso en todas las veces que he sentido ese gran
sentimiento mágico con ella. Y espero que la carta del Tarot pueda dar sentido a
todo eso.
Termino de barajar y entrego la cubierta a la señora Psuka, que rápidamente
corta la cubierta en tres montones.
—Señala un montón.
—Um…
—Quiere decir que tienes que escoger un montón para continuar —me
explica Devi en susurros.
Señalo el montón del centro, y de nuevo Madame da ese asentimiento, como
si eso es lo que ella esperara todo el tiempo. Junta la baraja, con el montón que
escogí en la parte superior, y luego desliza la carta de la parte superior y con un
además ostentoso la pone en el mostrador.
—El Colgado —anuncia dramáticamente, como si se supone que debo saber
lo que eso significa. Miro a Devi, pero su rostro no revela nada.
No sé mucho (o nada de nada) sobre las cartas del Tarot, pero una tarjeta
llamada “El Colgado” realmente no me infunde confianza. Prefiero obtener una
tarjeta llamada El Hombre Al Que Frecuentemente Le Hacen Felaciones o quizás El
Hombre Increíblemente Rico y Asombrosamente Dotado. Pero supongo que no hay
ayuda ahora. Con un suspiro resignado, me inclino para examinarlo.
Es una hermosa pero inquietante ilustración de un hombre desnudo colgado
boca abajo de un árbol, con unas cuerdas envueltas en estilo shibari alrededor de su
cuerpo. Se cuelga principalmente por una pierna, la otra pierna se sujeta en una
posición doblada de modo que su tobillo izquierdo está detrás de su rodilla derecha.
Sus brazos están amarrados detrás de su espalda, y una cuerda cruza su cuerpo en
patrones de franjas, cortando los músculos firmes de su estómago y piernas.
Lo más sorprendente de todo es su rostro. Si yo fuera a estar colgado boca
abajo de un árbol, creo que estaría considerablemente molesto, pero él parece estar
soportando su destino en silencio. Pensativamente, incluso. Mira fijamente hacia
delante con una expresión clara, casi curiosa, y las esquinas de su boca están
inclinadas en lo que parece ser una pequeña sonrisa, sabiendo, como si él supiera
algo que yo no.
—Está en paz porque se colgó del árbol —me dice Madame Psuka, su voz me
sorprende—. Él eligió este camino. Como Odín o Dioniso, se ha sacrificado por una
causa mayor.
—No tengo grandes causas en mi vida —señalo—. Ciertamente no cualquier
cosa que me obligue a colgarme de un árbol.
Madame Psuka cierra brevemente los ojos, como si mi ignorancia la doliera.
—Es una metáfora —dice, un poco a la defensiva, su acento se espesa—. No
es literal.
—Entonces, ¿tengo que colgarme metafóricamente de un árbol?
Palmea la carta.
—Esta carta significa que estás a punto de tomar una gran elección. Se te
pedirá sacrificar algo intensamente personal e importante.
Hmm. No me gusta la forma en que suena.
—¿Al menos tengo algo impresionante a cambio?
Madame Psuka me da un encogimiento de hombros que es muy, muy
europeo.
—¿Quién puede saberlo? No es trabajo de El Colgado saberlo. Solo sabe que
debe tener fe. Pero él también sabe que puede perecer en su lugar, sin haber ganado
nada en absoluto.
Toda esta charla de perecer, sacrificio y muerte es un poco estremecedora.
Me doy la vuelta para mirar fijamente a Devi.
—¡Me dijiste que sería divertido!
—¡No dije tal cosa! —exclama—. Solo dije que era mi favorito.
—¿Obtener cartas espeluznantes es lo que prefieres?
—No son todas espeluznantes —dice, frunciendo su labio inferior de una
manera que me hace querer morderlo—. Solo reflejan diferentes etapas de un viaje.
Eso es todo.
—Tiene razón —afirma la señora—. Esta carta no es para asustarte. Si estás
perturbado, es solo porque sientes, dentro de ti, que es verdad. Toma —dice
bruscamente, empujando la carta a través del mostrador—. Tienes que llevarte esto
contigo. Ahora está bajo tu cuidado.
¿La carta de dolor y sacrificio? No, gracias.
—Es muy amable de su parte, Madame, pero yo…
Devi me da un codazo y me doy cuenta que debería callarme.
—¿Cuánto te debemos por la lectura? —pregunta dulcemente.
La señora me mira.
—Nada —pronuncia, su d sonando como una k—. Es un favor para Sue.
—Gracias —dice Devi, dando un abrazo a Madame Psuka—. Vamos, Logan.
Madame Psuka toma la carta y la sostiene hacia mí. No hay manera de
rechazarla sin parecer grosero, así que la tomo de sus dedos a regañadientes.
—Sacrificio es solo otra palabra para cambio —me dice, frunciendo sus cejas
gruesas—. Cambio que requiere dejar ir algo.
Le doy un gesto de asentimiento y luego dejo que Devi me saque una vez más
hacia la luz del sol que brilla en el exterior.
Traducido por Kalired, LizC, Camii, VckyFer y Genevieve
16
Valhalla: en la mitología nórdica, es un enorme y majestuoso salón ubicado en la ciudad de Asgard
gobernada por Odín.
Extiendo mi mano hacia atrás para atrapar una de sus manos y luego la
muevo al frente para que esté apoyada contra mi cadera y ella pueda fácilmente
detenerme si voy demasiado profundo. Y luego acuno su cara con una mano a
medida que le doy de comer mi polla con la otra, empujando más allá de sus labios,
dientes y lengua hasta que le golpeo la parte posterior de su garganta, y que me
jodan pero es tan perfecta, incluso más perfecta de lo que yo recuerdo de Real
Playdates. Me toma tan voluntariamente, tan fácilmente, y siento que las placas
blindadas de mi control comienzan a abrirse y desmoronarse.
Me retiro, dándole un minuto para respirar, y luego empujo de nuevo, un
poco más áspero esta vez. Estar de rodillas no es la forma más fácil de llegar a la
garganta profunda, y no quiero lastimarla ni hacer que se atragante. Pero a pesar de
que sus ojos lagrimean un poco, me traga sin problema, sus pestañas incluso
aleteándome coquetamente. Confiando en que ella me detendrá con su mano o
chasqueando sus dedos para señalarme si necesita ralentizar o detenerse, recupero el
ritmo, conduciéndome más profundo y más rápido ahora. Mis manos se ven tan
grandes envueltas alrededor de su cabeza de esta forma, grandes y poderosas, y yo
estaría mintiendo si no digo que esto alimenta mi lujuria aún más. El intercambio de
poder, esta jovencita arrodillada frente a mí mientras me follo su cara, me vuelve
loco, y el hecho de que es una mujer joven a la que amo y respeto, eso hace que la
degradación fingida sea aún más sexy.
Me impulso de nuevo, esta vez tan profundamente que siento su nariz
presionarse en mi estómago, sus labios y lengua reflexivamente tragando y
apretándose alrededor de mi base, y podría venirme así, justo así, sintiendo esa nariz
contra mi estómago, su cabeza en mis manos, y mi punta siendo apretada tan
firmemente.
Mis bolas se preparan con anticipación, pero todavía no estoy listo para
venirme. Quiero que esto dure para siempre.
A pesar de que ella no está chasqueando o empujando, siento que necesita un
respiro y me retiro, dejándola respirar, y lo hace con un jadeo, las lágrimas
acumulándose en las esquinas de sus ojos y manchando su maquillaje. Se ve tan
hermosa ahora, su maquillaje borroso y su cabello increíblemente enredado, y tomo
algo de ese cabello en mi puño ahora y la empujo hacia arriba, no fuerte, pero lo
suficientemente fuerte para que ella se levante.
Mi boca cae sobre la suya y siento rastros de mí mismo, sal y jabón, y su boca
está húmeda y jadeante. Me besa de vuelta desordenadamente, desesperadamente,
como si estuviera luchando contra su propia necesidad de respirar, y estoy
prácticamente desgarrando el cordón en sus caderas para tirar su tanga hacia abajo.
Finalmente me las arreglo para bajarlo por sus rodillas y luego mis dedos están allí
en su lugar secreto, el cual está imposiblemente mojado ahora. Está tan mojada que
su entrepierna está lisa, y es puro instinto el que me hace dar un paso adelante y
mover mi polla contra ella. Siento la piel de su estómago, los sedosos rizos entre sus
piernas, y luego sus manos se están deslizando entre mis jeans y mi trasero de
nuevo, jalándome aún más cerca.
Es un accidente, o al menos pienso que lo es, la primera vez que ella se
levanta sobre los dedos de sus pies y mi polla se desliza en su entrepierna. Un
segundo, me estoy acomodando contra ella como un adolescente caliente, y al
siguiente segundo, mi polla está apretada entre su entrepierna mojada, las cuales
están tan resbaladizas que me puedo deslizar dentro y fuera de ellas fácilmente.
—Maldición —balbuceo, porque se siente bien, porque quiero que siga
sintiéndose así de bien, pero la fricción entre muslos no es exactamente la categoría
sexual más caliente en mi web, y tampoco es peligrosamente cercano a lo real y ese
no es el plan para la noche.
Pero luego sucede de nuevo, y deja de importarme. Mis manos están por
todos lados dentro de su vestido, en su trasero, tocando sus pezones, y se siente tan
jodidamente bien empujar entre sus piernas, especialmente con ese coño mojado
moviéndose contra mi miembro. Sin que yo diga nada, ella junta sus pies y cruza sus
tobillos, haciéndolo más ajustado para mí.
Siseo una sarta de maldiciones, y ella se ríe, y yo decido que quiero ver cómo
es cuando sus risas se convierten en gemidos. Así que tomo una mano que está
alrededor de su muslo y la jalo hacia mi cintura, levantándola lo suficiente para que
pueda inclinar mi cabeza y tomar un pezón en mi boca a través de la tela de su
vestido.
Empieza a gemir, y yo estoy succionando la punta de su pecho tan fuerte
como puedo, y ambos, inconscientemente, estamos retorciéndonos y presionándonos
entre nosotros, y luego de repente sucede. Siento mi hinchada corona pasar sus
paredes, y durante el más mínimo de los segundos, empujo en su interior.
—Mierda —susurro, levantando mi cabeza para mirarla.
—Mierda —concuerda en un gemido, y su rostro está enmascarando la
desesperación, deseándolo frenéticamente.
Parece que no puedo sacarla, incluso aunque esté apenas dentro, y luego ella
dice:
—¿Y si lo hicieras solo una vez? ¿Sentir mi interior solo una vez y luego
salirte? Eso no contaría, ¿cierto?
—Cass… —digo, mi voz tensa hasta el punto de quiebre. Puedo sentir cuan
húmeda está ella contra mi punta, como si su coño estuviera besando mi corona, y
estoy a punto de ignorar todo lo que sé que debería hacer (como detenerme y
apartarme, realmente, detenerme) y tan solo empujarme hasta el fondo. Pero no
puedo, y las razones son legionarias: el show, además de que aún no hemos
discutido sobre sexo aún, además incluso si vamos a hacer esto, necesito conseguir
un condón.
—Solo una vez —ruega—. Luego podemos detenernos. Pero no puedo… no
me puedo detenerme ahora. Solo una vez, Logan, por favor.
Y luego está empujando más cerca y murmurando esas peligrosas palabras,
solo una vez por favor, por favor, por favor. Y no hay forma en el infierno en que
pueda ganar esta batalla, incluso si quisiera.
Lo cual no quiero.
Nunca abogo por no pensar cuando se trata de filmar pornografía, nunca
abogo por cambiar una escena de un acto que está fuera de la lista acordada
previamente, pero estoy tan lejos y estoy tan fuera de lo que constituye una escena
normal ahora que quizás Dios y el condado de Los Ángeles me puedan perdonar por
lo que estoy a punto de hacer.
Envuelvo un brazo con fuerza alrededor de su cintura, presiono mi mano
contra su mejilla, y me encuentro con su mirada mientras muevo mis caderas y
luego lentamente, tan lentamente que se siente como si casi no me estuviera
moviendo para nada, presiono hacia dentro. Al momento en el que realmente la
penetro, ella suelta un fuerte jadeo, y yo presiono una mano contra su boca para
mantenerla en silencio.
Su cabeza cae hacia delante para inclinarse contra mi hombro y yo continuo
moviéndome. Tengo que doblar mis rodillas y colocarme en ángulo por mí mismo,
inclinándome hacia abajo y alzar su pierna de nuevo, pero se siente tan jodidamente
bien que me pregunto cuan enojada estaría ella si me corro justo ahora.
Su coño es apretado, más apretado de lo que pude imaginar, y tan mojado que
incluso con la presión de su canal me puedo deslizar casi sin resistencia. La
acampanada orilla de mi punta se arrastra contra su punto G y ella gime y se sacude
contra mi mano, y luego estoy impulsándome una y otra vez hacia arriba, cada vez
más profundo, hasta que su coño está abierto ampliamente alrededor de mi base, su
pelvis nivelada con la mía. Tomo su otra pierna y la empujo hacia arriba para que
sus piernas estén alrededor de mi cintura y soportando todo su peso con mis manos
bajo su trasero. Me inclino hacia atrás un poco para poder ver en donde estamos
unidos, y entonces levanto la mirada hacia ella.
—¿Cass?
Su boca se abre y sus pupilas son grandes y negras.
—Muévete dentro de mí —me ruega—. Solo por un minuto.
Jesús, mierda. Cierro firmemente mis ojos por un minuto para mantener a
raya todas las ondas de calor que sus palabras encienden en mí.
—Está bien —murmuro, mis ojos aún cerrados—. Solo por un minuto.
La empujo contra la pared y me muevo, movimientos profundos y
ondulantes, del tipo que esas cámaras no capturan bien, pero maldición, mi cuerpo
puede sentirlo perfectamente, y el de ella también, juzgando por la cantidad de ruido
que mi mano está bloqueando. Puedo sentir mi punta trazando círculos, líneas y
ángulos en las partes más profundas de su interior; puedo sentir cuan apretada se
vuelve alrededor de mí, y cada vez que me muevo dentro de ella, gime contra mi
palma.
Me muevo, tan ligeramente, moviendo mi pelvis contra la de ella para que
mis abdominales bajos presionen su clítoris mientras me aprisiono contra ella. El
efecto es instantáneo; sus gemidos amortiguados se elevan en volumen y en
frecuencia y su entrepierna se aprieta alrededor de mi cintura.
—¿Te vas a correr, Cass? —susurro en su oreja.
Ella asiente.
—Porque… porque no sé si pueda contenerme contigo corriéndote —
confieso—. Si te corres, entonces me correré rápidamente… —Decirlo en voz alta
me ayuda a pensar, me ayuda a pensar en lo que voy a hacer. No puedo venirme
dentro de ella. Esto está tan fuera de las restricciones de filmar pornografía y de lo
que yo considero que está personalmente bien, y asumo que ella está tomando
anticonceptivos, pero ¿qué pasa si no? Esa sería una conjetura muy idiota, cuando
tengo tanto poder para ser cuidadoso como ella.
Por otro lado, ahora que he sentido su coño, estoy hambriento por hacer que
se corra, deseoso por sentirla apretarse y estremecerse alrededor de mí. Y la idea de
sostenerla tan cerca mientras me estimulo mi propio camino al clímax… atrayente
no es si quiera una palabra que sirva para definirlo.
Más como necesario.
Por suerte para los dos, soy bueno resolviendo problemas.
Levanto mi mano de la boca de Devi, y luego me separo de la pared y nos
maniobro para que nos separemos y pueda colocarla sobre sus pies. Es la tercera vez
que le he negado un orgasmo en el espacio de veinte minutos, y sus ojos salvajes y
su puchero me dicen todo lo que necesito saber.
—No te muevas —le digo, y luego alcanzo mi billetera en el bolsillo trasero
de mis pantalones. Localizo un condón y lo saco, dejando caer mi billetera en el
suelo, donde aterriza con un golpe sordo. Mi paciencia es tan fina que mi mano está
temblando mientras elevo la envoltura a mis dientes y lo abro. Los ojos feroces de
Devi están fijos en mí todo el tiempo, a medida que ruedo el condón sobre mi polla,
la cual está tan dura en este momento que la punta está hinchada y de un color
granate caliente. Me la sacudo un par de veces mientras me observa, y siento como
lo último de mi control se desvanece, desintegrándose por completo.
—Gírate hacia la pared, como antes —dije. Mis palabras son cortas, una
estocada raspada, y espero que ella me perdone por ser brusco, porque no puedo ser
nada más ahora. No, con ese coño mojado a mi alcance. No, sabiendo que puedo
follarla sin ninguna preocupación ni reserva.
Para el momento en que se gira y separa sus piernas, estoy detrás de ella y
solo me toma medio segundo para que mi polla encuentre lo que necesita. Me
introduzco de golpe, dejando salir un siseo bajo al mismo tiempo en que ella suelta
un gemido gutural, y creo que escucho a alguien preguntar:
—¿Escuchaste eso?
Pero no hay forma de detenerse ahora. Envuelvo su largo cabello de color
café alrededor de mi mano y la tiro hacia mí.
—Si quieres correrte, tienes que estar callada. ¿Puedes hacer eso?
—Sí —suspira—. Oh Logan, estoy tan cerca, haz que me venga, haz que me
venga, haz que me venga.
Uso mi otra mano para encontrar su clítoris y comienzo a masajear ese punto.
Estoy follándola duro ahora, las mejillas de su trasero sacudiéndose, los mojados y
dulces sonidos de su coño volviéndose más fuertes y distintivos contra el fondo de la
música y la conversación.
Mantengo mi agarre en su cabello, forzándola a arquear su espalda y
manteniendo su trasero en un delicioso ángulo hacia mí, y masajeo su clítoris más
duro y más rápido, hasta que puedo sentir cada músculo de su cuerpo tensarse. Sus
piernas, hombros y estómago, todo ella tensándose cada vez más como la cuerda de
una guitarra. Y yo estoy tan cerca ahora, tan cerca de explotar dentro de la chica que
he deseado por tanto tiempo, y siento los años de tensión, los años en que
secretamente me masturbaba pensando en Devi cuando Raven estaba dormida,
retorciéndose en la base de mi espalda.
—Tú coño se siente tan bien —le digo en voz baja —. Voy a correrme tan
duro por ti, voy a correrme tan jodidamente duro…
—Logan —jadea—. Oh maldición, Logan, eso, eso es, oh Dios…
Siento su clímax, un segundo antes de que toda la tensión se desenmarañe, y
luego se está corriendo a mi alrededor, tensándose y liberándose, y presionándose de
nuevo, y bajo la mirada hacia donde mi polla desaparece dentro y fuera de ella, y
recuerdo lo tierna que ella se sentía y pienso en como de bueno se sentiría correrme
dentro de ella sin condón, como de satisfactorio sería ver mi semen derramándose
fuera de ella, y entonces mis bolas se tensan en anticipación y me estoy corriendo
tan jodidamente fuerte que mi visión se vuelve borrosa y mi oído se atenúa y solo
existe el calor ceñido de su coño y el placer que surge mientras me muevo tan fuerte
y tan hasta el fondo como puedo.
Mi polla convulsiona, y estoy gruñendo, aun penetrando mi camino a través
del orgasmo, y siento como ella llega al clímax una vez más, sus manos volando
hacia arriba para agarrar el estante de ladrillo a medida que intenta mantenerse sobre
sus pies, pero sus rodillas están temblando y va a colapsar. Envuelvo un brazo
alrededor de su estómago, sosteniéndola erguida mientras ella resiste sus temblores,
mientras yo termino de liberar mi lujuria acumulada dentro de ella, y nos
desmoronamos gradualmente a la vez, jadeando y sudando y me doy cuenta que no
estoy seguro de cómo de ruidoso fue todo eso.
No me importa. Mereció la pena.
Una vez que estoy seguro que puede mantenerse de pie por su cuenta, atrapo
la base del condón con mis dedos y lentamente me salgo de su coño. Todo está
mojado (ella, el condón, yo dentro del condón) y este es uno de los momentos que,
normalmente, amo menos en una escena, el sacarla con todo mi semen aún
contenido. Lo sé, es probablemente dominante y malo por mi parte, pero hay algo
tan gratificante sobre este nivel tan profundo y primitivo de ver mi semen en el coño
de una mujer o en sus pechos o en su trasero. El condón hace las cosas seguras, y yo
respeto eso, pero al mismo tiempo, hace las cosas estériles, y Devi Dare es con la
última mujer en la tierra con la que quiero ser estéril.
Pero a pesar de todo eso, a pesar de la esterilidad, mientras la saco,
mayormente solo siento este intenso sentimiento de gratitud y maravilla. Conseguí
estar dentro de Devi, pude sentirla correrse en mi polla, logré tocarla y hacer que lo
sintiera de la forma más íntima posible, y es como si follarla hubiera tomado la
antorcha que llevaba por Devi y la hubiera avivado como un jodido incendio.
Estoy tan duro que ni siquiera voy a perder la erección que tengo justo ahora.
Podría ponerme un condón nuevo y comenzar de nuevo… y probablemente unas
cuantas veces más después de eso.
Aún estoy con la mirada gacha hacia mi polla y Devi aún está aferrada contra
la pared tratando de recuperar su respiración normal, cuando unas pisadas se
aproximan, y no hay tiempo, no hay nada de tiempo, y entonces una pequeña mujer
de cabello blanco (con gafas y viéndose perdida) rodea la esquina con su bastón.
Nos congelamos y ella sigue caminando, murmurando algo para sí misma mientras
lo hace, y luego de repente, nos ve, y su cabeza se mueve sobre nosotros y sus ojos
se amplían como monedas de dólar.
—Um —digo, mi mano alrededor de mi polla cubierta por el condón lleno de
semen y mis jeans alrededor de mis tobillos—. Hola.
—Hola —repite Devi, todavía inclinada hacia delante con su vestido subido
por encima de su culo.
Durante unos segundos que parecen estirarse hasta el infinito, la señora
mayor parpadea hacia nosotros, demasiado atónita para hablar. Y entonces hace una
rápida retirada, moviéndose entre los lienzos, por donde había venido, hasta que está
fuera de la vista.
Devi explota entre resoplidos y risitas nerviosas, y yo comienzo a reírme
como un maníaco, mientras frenéticamente me quito el condón e intento levantar
mis pantalones hacia arriba de mis piernas y agarrar todas mis cosas al mismo
tiempo. Mis pantalones están abrochados pero no abotonados y mi bolsa colgada
sobre mi hombro, mientras tomo la mano de Devi y la empujo hacia la puerta de la
salida de incendios, por donde emergemos hacia la noche de California, respirando
con dificultad, con jadeos de risa típicos de la gente que ha sido atrapada teniendo
sexo en público y atrevido por una abuela bajita.
Y luego dejo caer todo en el suelo y atraigo a Devi para darle el beso más
feroz y largo que he dado jamás, deseando que sea capaz de sentir con cada trazo de
mi lengua y cada roce de mis labios cómo de enamorado estoy de ella.
18
Test de Bechdel: una sencilla prueba que mide la presencia de la mujer respecto a la del hombre en los
productos culturales, y en especial, en la industria del cine.
—Hmm. —Arrastra el mmm, y es seductor y sexy y entiendo por qué es tan
famosa. Porque Raven no solo es hermosa, es cautivadora. Y glamurosa. Y
sofisticada.
Y yo soy la chica que lleva su ropa interior de algodón al set en una bolsa de
Ralph’s.
—¿Sobre qué es el programa, de todas formas? —Está indagando, lo que
significa que Logan no ha entrado en detales con ella, y hay varias razones para esto.
Las que llegan primero a mi mente son sobre las que me molesto en pensar.
Cualesquiera que fueran sus razones, si Logan permaneció vago, también
tengo que hacerlo yo.
—En realidad, todavía está tomando forma. Un montón de improvisación.
Probablemente no se sabrá hasta que esté terminado.
Detrás de ella, el director llama mi atención.
—Disculpa, Raven, si no te importa, tengo que…
Ignora mi señal de despedida.
—Si Tanner no está en el set contigo, deberías llevar una EpiPen19. Logan
nunca se acordará de traer uno.
Parpadeo.
—¿EpiPen?
—Para su alergia. ¿Sabes cómo usarlo, verdad?
—Yo… —No sabía que Logan tenía alguna alergia. No sabía que necesitaba
un Epipen. No sabía que no era del tipo de tratar sus propias condiciones médicas
serias.
Estoy segura que Raven puede leer la ignorancia en mi rostro, pero trato de
permanecer tranquila.
—Me aseguraré que tenga uno en el set —digo—. Ahora, fue muy bueno
verte de nuevo, pero voy tarde.
19 EpiPen: auto inyector de epinefrina, utilizado para contrarrestar reacciones alérgicas que requieren
atención inmediata.
La rozo al pasar, pero ella me detiene con sus siguientes palabras.
—Normalmente no haces escenas heterosexuales, ¿verdad? ¿Tomaste este
trabajo por Logan? Si esperas hacerle sentir celos…
Mis uñas se hunden en la bolsa de Ralph mientras la abrazo contra mi pecho.
Respiraciones profundas, respiraciones profundas.
Me giro hacia ella y elevo mi barbilla.
—Acepté el trabajo por mí.
Pero no sueno muy convincente porque ni siquiera estoy segura de por qué
acepté el trabajo, y hay una buena posibilidad de que fuera por Logan, al igual que
las razones por las que no quiero hacer el trabajo ahora son por Logan.
Raven se echa a reír, luego se cubre la boca con la mano, como si realmente
no hubiera querido reírse en voz alta.
—Oh. Eres realmente adorable, Devi. —Me mira de nuevo y esta vez su
mirada es simpática, la clase de mirada que dice, Eres tan joven; eres tan ingenua;
aprenderás cuando seas mayor.
Desesperadamente quiero saber qué es lo que ella sabe que yo no, y no quiero
saberlo, todo al mismo tiempo. Porque ser joven no significa necesariamente que sea
ignorante. Pero no significa tampoco necesariamente que no lo sea, y lo peor sobre
mi edad y falta de experiencia de vida es que no hay manera de saber qué es verdad
en este momento.
Me siento desequilibrada, y estoy segura que Raven lo sabe.
Da un paso hacia mí.
—¿Un consejo? —Lo plantea como una pregunta, pero no deja espacio para
que responda—. A Logan no le importa dónde duermes. De hecho, él es más feliz
cuando sabe que te estás follando a otras personas porque entonces supone que no
tendrá que lidiar con ninguna mierda sobre él follando con otras personas. Y,
escucha lo que te digo… siempre está follando a otras personas.
Es un cuchillo en mis entrañas. Lo cual no tiene sentido porque esto no es
ningún tipo de revelación. Por supuesto que Logan siempre está follando con otras
personas… es su trabajo.
Pero lo dijo de tal manera que me hace pensar que está insinuando que Logan
folló a otras chicas fuera del set cuando ella estaba con él. Y tal vez lo hizo. Pero no
puedo saberlo a menos que se lo pregunte a Logan. Y de repente soy dolorosamente
consciente de todas las cosas que nunca le he preguntado a Logan, todas las cosas
que no sé de él o sobre nosotros, cosas que no estoy segura de tener el derecho de
preguntar. Cosas de las que no estoy segura de querer saber la respuesta.
Alguien grita desde el set detrás de mí.
—¿Devi Dare?
—¿Yo? —giro la cabeza y veo al Director y a Bruce mirándome—. Sí.
—Tengo que irme —dice Raven, y se ha ido antes de que pueda decir adiós.
Por mucho que no quiera una confrontación con ella, estoy casi decepcionada
de que se haya ido. O, más bien, estoy decepcionada de que se haya ido y yo todavía
esté agitada.
—Quiero rodar en cinco —dice el director en un tono que sugiere que quiere
grabar ahora, pero sabe que no estoy lista—. ¿Sabes lo que tienes que usar?
Con la partida de Raven, no tengo nada que me mantenga en la entrada. Me
dirijo hacia él. Mis rodillas se sientes débiles, y me siento distraída, y desearía poder
concéntrame en las cosas que me distraen, en lugar de en lo que debería estar usando
antes de que no esté usando nada.
Pero no puedo.
Cuando alcanzo al director, extiendo mi bolsa de Ralph.
—Tengo otras opciones.
Sin mirar mi ropa, aleja la bolsa de su camino.
—No es necesario. Ya estamos gastando mucho tiempo en otras escenas.
Esta tiene que ser concisa.
—¿Qué estás pensando? —La forma conspiratoria en que Bruce delibera con
el director me pone de inmediato en guardia.
Por primera vez desde que llegué, escaneo la habitación. Todo el equipo está
enteramente compuesto por hombres.
Hombres blancos de mediana edad, para ser precisos. La ayudante del
director es una rubia con una falda corta. La camiseta del hombre de las luces de
barba gris dice: “No se chupará a sí misma”. El camarógrafo está mirando a las
chicas vestirse en la habitación del lado: la cocina, que parece ser el vestuario
improvisado. No hay puerta, así que todo el mundo puede ver a las artistas vestirse,
lo que puede no parecer un gran problema ya que estamos rodando porno, pero es un
gran problema. Para mí lo es. Este set es un total club de machos; el tipo de set que
he logrado evitar en mis tres años de carrera.
—Creo que olvidaremos la ropa —le dice el director a Bruce—. Reduciremos
el tiempo que tomara desnudarla. Vamos a colocarle una bata y quizás ella está
limpiando después de la cena y luego tú entras y te la follas sobre la mesa.
—Ooh, eso me gusta —dice Bruce, sus pupilas se dilatan mientras se inclina
hacia mí.
—Debs, mira si hay algunos platos en los armarios de la cocina que podamos
usar para esta escena.
—¿Cómo suena eso para ti, Devi? —LaRue Hagen coloca su mano en mi
brazo, sorprendiéndome con su toque y su presencia. No lo había visto hasta ahora y
ni siquiera estaba segura que él estuviera en el set hoy.
Estoy agradecida de que él esté; no solo es una cara amistosa, sino que es la
única persona que parece importarle cuál es mi opinión sobre los cambios
propuestos para la escena.
—Eso suena… —ridículo, poco realista y groseramente centrado en los
hombres. Los platos que la asistente del director ya está colocando sobre la mesa no
están sucios, ¿por qué los limpiaría? Sí, lo sé, el porno no tiene sentido, pero
simplemente…
Agh.
Pero, honestamente, si reduce la escena, estoy dispuesta.
—Suena bien para mí. Gracias por preguntar. ¿Hay otra habitación donde
pueda desvestirme? ¿Una habitación con una puerta?
El director no oculta sus ojos en blanco, pero LaRue sonríe
tranquilizadoramente.
—Seguro. ¿Por qué no usas la oficina? Creo que hay un espejo sobre el mini
bar. Sin embargo, estamos retrasados, así que cámbiate y regresa aquí rápidamente.
—Por supuesto.
Subo corriendo a la oficina y cierro la puerta, la cual no tiene seguro, pero no
tengo tiempo para sentirme molesta. Solo me toma un minuto desnudarme y
ponerme la bata. Luego me tomo otro minuto para centrarme en mi misma. Mi
mente está descentrada, y necesito estar enfocada para hacer mi trabajo.
Inhala, y exhala, me digo, concentrándome en el aire mientras éste llena mis
pulmones y lo dejo salir. La respiración entra, la respiración sale. Inhala, y exhala.
Apuesto a que Raven sabe el verdadero nombre de Logan.
El pensamiento es súbito y paralizante, pero antes de que pueda recuperarme
hay un golpe en la puerta.
—¿Devi? —dice LaRue a través de la puerta de manera—. Estamos listos
para ti.
No estoy lista para ellos. No estoy lista para nada de esto.
Abro la puerta, a punto de dar una excusa para aplazarlo, pero antes de que
pueda decir algo, LaRue me lleva de regreso al set.
—¿Todo bien, Dev?
No estoy segura que esté realmente interesado en mi respuesta, y lo entiendo.
Es su dinero el que estamos quemando con cada minuto que la cámara no está
rodando. Él es un buen tipo, sin embargo, y creo que él realmente querría saber que
estoy teniendo problemas.
Así que decido decírselo.
—En realidad… —y luego el teléfono de LaRue comienza a zumbar en su
bolsillo.
—Disculpen —dice, a medida que lo saca para mirar la pantalla. Hace clic en
el botón de contestar diciendo—: Lo siento, tengo que atender esto. ¡Jerry, hola! —
Con el celular en su oído, LaRue hace su camino a través de las mujeres desnudas en
la cocina y sale hacia la terraza cubierta en la parte de atrás, cerrando la puerta
corredera detrás de él.
Con su jefe desaparecido, el director, que aún no se ha presentado, se vuelve
más autoritario.
—De acuerdo, Devi, nena. Deja caer la bata, ya, así podemos fijar los niveles
de luz. Debs intentó hacerlo por ti, pero tú eres más morena que ella.
No es un comentario racista, pero suena como un idiota cuando lo dice.
Posiblemente porque me está diciendo que me quite la ropa al mismo tiempo. Sí, me
siento cómoda desnuda, pero normalmente los directores con los que trabajo aun
respetan que soy una persona, no solo un cuerpo. Son corteses, educados y
conscientes de lo que necesito para sentirme segura mientras actuó.
Aunque tal vez esta es solo la forma en que funciona la pornografía
convencional. Tal vez realmente soy tan ingenua como Raven sugirió que era.
Al pensar en la ultra experimentada Raven, desato mi cinturón y me quito la
bata.
—Bien —dice el director con un guiño. Continúa hablando conmigo mientras
que el tipo barbudo comprueba los niveles de luz contra mi piel—. Cuando la
cámara comience a rodar, estarás recogiendo estos platos. Bruce vendrá detrás de ti
y te quitará la bata. Los platos son de plástico, así que está bien si los dejas caer.
Bruce y yo hemos trabajado en la coreografía, así que solo déjate llevar.
Lanzo una mirada hacia Bruce que me está mirando, mientras Debs está
masturbando su polla. Así que estará duro cuando la escena comience. Eso significa
que no necesitará tiempo para excitarse, y ya que hemos rechazado el proceso de
desvestir, me temo que los juegos preliminares también van a ser eliminados del
todo.
La idea me hace sentir incómoda.
—Prefiero conocer la secuencia. ¿Podrías repetirla, por favor?
El director sacude la cabeza bruscamente.
—Sí querías conocer la secuencia, deberías haber llegado al set a tiempo.
Muy bien, todos estamos listos para rodar.
Cuando cierro el cinturón de mi bata otra vez, Bruce abrocha sus jeans y me
dirige una sonrisa depredadora.
—Adelante y hazlo difícil, cariño. No me voy a detener.
Y entonces me doy cuenta… No puedo.
No puedo hacer esto.
No puedo apagar las campanas de advertencia en mi cabeza. No puedo
desestimar este ambiente sexista. No puedo fingir que me siento segura en este set.
Y no puedo tener sexo con Bruce Madden.
E incluso si Logan siempre estará follando a otras personas, e incluso aunque
no sé si puedo manejar eso, sé con certeza que una buena parte de la razón por la
que no puedo tener sexo con este hombre alfa de las cavernas frente a mí es Logan.
Así que cuando el director nos llama a nuestros lugares, sacudo la cabeza, y
sin ninguna disculpa, renuncio.
Traducido por Lyla y âmenoire
E habitación.
—¡No puedes marcharte! Ya estás aquí. Ya estás desnuda. Solo haz
la maldita…
Llego a la oficina y cierro la puerta. La voz del director se convierte en ruido
amortiguado, y dejo escapar un suspiro de alivio.
No suelo tomar decisiones emocionales o sin pensar, pero me siento
justificada. La lista de razones por las que no puedo hacer esta escena es
comprensible y racional:
1. No me siento cómoda en este set.
2. No me siento segura en este set.
3. El director se negó a explicar lo que mi compañero de actuación me haría
en la escena.
4. No confío en mi compañero.
Pero tan lógica y sensata como soy sobre esto, tan claramente cómo puedo
expresar mis quejas, me miento a mí misma si no admito que la razón más grande
para marcharme es Logan. Las otras razones simplemente hacen que sea más fácil
seguir adelante con mi corazón en este caso.
Pisadas fuera de la oficina me impulsan a la acción. Eventualmente alguien
vendrá detrás de mí, y prefiero estar vestida y lista para salir cuando lo hagan. Me
dirijo al escritorio donde apilé mis pertenencias cuando me desnudé más temprano.
La puerta se abre tan pronto como me muevo de ella. Miro por encima de mi
hombro para encontrar a Bruce. Apretando mis dientes, finjo que su presencia me
irrita más que ponerme nerviosa.
—Me estoy vistiendo aquí.
Ignorando la indirecta, entra en la habitación.
—Es una pena.
—Te estoy pidiendo que no entres aquí. —Doy un paso dentro de mis bragas
y las hago subir bajo mi bata, deseando desesperadamente estar vestida.
Bruce se me acerca.
—Cálmate, dulzura. Solo vine aquí para asegurarme que estás bien. —
Extiende una mano y la apoya en mi brazo—. ¿Estás bien?
Dejo escapar un suspiro, deseando que mis hombros se relajen. Tal vez estoy
siendo paranoica en lo que a él respecta. De lo único que Bruce es culpable en este
punto es ser un hombre en un negocio de hombres. Solo quiere hacer su trabajo, y
aquí estoy jodiendo con eso.
—Sí. Lo siento. Simplemente no tengo la mentalidad adecuada para esto. Las
cosas no me fueron presentadas con bastante precisión.
Tiro del nudo en mi cintura y accidentalmente lo hago más apretado.
—Jesucristo —murmuro, frustrada.
—Ven. Déjame ayudarte. —Agarra los extremos de mi cinturón y me arrastra
hacia él. Inmediatamente me tenso, no estoy segura si debo ser cautelosa o no.
Apenas respiro, mientras trabaja en el nudo. Cuando se afloja, empiezo a alejarme,
pero él me empuja hacia atrás, abriendo mi bata completamente. Sus labios se
curvan en una sonrisa diabólica.
—Te dije que esto no me impediría desnudarte.
Tiro de la bata, intentado cerrarla, pero Bruce envuelve cada extremo de mi
cinturón alrededor de sus manos, acercándome aún más a él.
Mi corazón está martilleando tan fuerte en mi pecho que, me pregunto si él
puede oírlo.
—Detente. —Mi voz es tranquila y tensa—. Por favor. Quiero que te vayas.
—Oye, solo estoy jugando. —Suelta el cinturón, pero antes de que pueda
alejarme, sus manos agarran mis caderas desnudas.
—No me toques. —Trato de alejarme nuevamente, pero sus uñas penetran en
mi piel.
Sus ojos son oscuros y están llenos de avaricia, mientras sonríe.
—Dios, eres una jodida provocadora. En serio no es agradable cuando
provocas como lo haces.
—No soy una provocadora. —Una vez más, intento alejarlo, pero Bruce es
más fuerte que yo.
—Lo haces. Te quitaste la ropa y me hiciste desearte. —Se inclina contra el
escritorio y se coloca de modo que mis piernas quedan atrapadas en las suyas. Ahora
tiene más libertad para mover sus manos sobre mí. Me empuja hacia delante para
que mi pelvis choque contra su polla. Se presiona contra mí—. Siente eso. Tú hiciste
eso.
Mi garganta se seca cuando de pronto me doy cuenta de la gravedad de la
situación. Si no empiezo seriamente a luchar, hay una buena posibilidad de que esto
pueda terminar conmigo inclinada y Bruce consiguiendo hacer conmigo la misma
cosa que estaba tratando de evitar cuando dejé el set.
Ahora lucho en serio.
—Creo que deberías lamerlo.
—No voy a lamer nada. Déjame ir.
—Vamos, Dev. Solo una pequeña probada. Lámeme. —Con su pierna
enrollada alrededor de mí y una mano enroscada alrededor de mi cintura, intenta
empujar mi cabeza hacia su entrepierna—. ¿Vas a hacer esto fácil? ¿O vas a hacer
esto divertido?
Mis ojos están llenos de lágrimas ahora. Tengo la garganta cerrada.
—Voy a gritar.
—Divertido entonces. —Bruce empuja mi cabeza de nuevo, esta vez con más
fuerza. No puedo luchar contra él, es demasiado fuerte, pero lo intento de todos
modos, agitándome y dando patadas.
Reúno mi voz para soltar un grito cuando hay un golpe en la puerta.
—¿Devi?
Bruce se congela, y antes de que él pueda pensar en impedírmelo, grito:
—¡Adelante!
La puerta se abre, y LaRue entra. Bruce todavía tiene sus manos sobre mí,
pero esta vez cuando me retiro de su agarre, él me deja ir. Me envuelvo la bata
alrededor de mí, sujetándola firmemente en mi cuello y cintura.
El productor pasa su mirada de mí a Bruce y de vuelta a mí.
—¿Todo está bien aquí?
Mierda. No. No está bien para nada.
Bruce es quien responde primero.
—Pensé que podría ponerla un poco más cómoda antes de filmar. Eso es
todo. —Levanta su mano para trazar dos dedos por mi mejilla—. Nos vemos en el
set, Devi.
Me estremezco y envuelvo mis brazos más firmemente a mi alrededor. Mis
labios están temblando y no puedo decir si estoy a punto de llorar o vomitar. Quiero
salir de aquí más que nunca, pero no puedo moverme. No puedo hablar. Si LaRue no
hubiera venido detrás de mí, si él no hubiera interrumpido….
—Oye, ¿qué es esto que oigo sobre tú renunciando?
Apenas registro lo que dice, prácticamente llorando, mientras dejo escapar un
trémulo suspiro.
—Gracias. Por venir cuando lo hiciste. Bruce… él… él acaba de…
Preocupado, LaRue da un paso hacia mí. Pero me estremezco cuando él
extiende su mano.
—¿Qué pasa? —pregunta.
—Intentó sobrepasarse conmigo. No se iba a detener. —Estoy agitada,
completamente inestable, y es difícil crear oraciones con mis pensamientos
dispersos, así que me repito—. No se iba a detener. No se iba a detener.
Mi piel arde donde Bruce me tocó, como si sus dedos estuvieran empapados
en ácido, y siento la necesidad urgente de bañarme y restregarme, aunque tampoco
quiero quitarme la ropa otra vez.
LaRue deja caer las manos a los lados, y la mirada en su cara es cautelosa y
perpleja.
—¿Bruce Madden acaba de intentar sobrepasarse contigo? —pregunta
lentamente.
—¡Sí! —Maldición, ¿no dije eso?—. ¡Después de que dije que no!
—Bueno, Devi. —Hace una pausa, como si estuviera a punto de dar noticias
que piensa que no quiero oír, y ya puedo decir que tiene razón—. Estás aquí para
hacer pornografía. ¿Qué esperabas que pasara?
Mi corazón se siente como si estuviera en mi garganta, y estaba golpeando
tan fuerte que estaba segura que me magullaría las entrañas. Parpadeo ante LaRue
varias veces.
—Jesús, ¿me estás tomando el pelo?
LaRue apoya su cadera contra el escritorio.
—Te iba a preguntar lo mismo a ti. Firmaste un contrato para hacer un cierto
tipo de trabajo para mí, y ahora no solo te estás saliendo de ese contrato, ¿sino que
estás quejándote cuando otras personas en mi set esperan que cumplas con lo que
acordaste? No es así como funciona este negocio.
Su tono es sereno y razonable, y por una fracción de segundo creo que puede
tener razón, que obviamente soy la que está equivocada, que son mis decisiones las
que me han puesto en esta situación, que estoy siendo demasiado sensible. ¿Qué
había hecho Bruce Madden, de todos modos? ¿Tocó mi piel? Hoy vine aquí con la
intención de dejarle hacer mucho más.
Pero entonces pasa el momento de la duda y toda una vida de lecciones de
auto-respeto y derechos personales se apodera de mis emociones, convirtiéndolas en
rabia ciega.
—Primero que nada —canalizo mi rabia en puntos de conversación—, me
marcho porque los términos que acepté no fueron cumplidos. En segundo lugar, esta
habitación no es tu set. En tercer lugar, incluso si lo fuera, todavía tengo el derecho a
decidir lo que me pasa. El hecho de que haya firmado un contrato, no significa que
renuncie al consentimiento. No es así como mi cuerpo, o la ley, funciona.
LaRue sacude la cabeza, incrédulo.
—Maldita sea, sabía que eras joven, pero no pensé que fueras tan ingenua.
¿Te das cuenta de lo que me has costado hoy? Ya he tenido que pagar al equipo por
treinta minutos de holgazaneo porque llegabas tarde y ahora debido a tus dudas. Si
no tienes cuidado, vas a tener una reputación de ser una diva, y esa no es manera de
lanzar la siguiente parte de tu carrera.
Todavía estoy enojada, todavía indignada, pero LaRue es un eco de las
palabras de Raven más temprano, y mi baja autoestima me obliga a una disculpa que
no quiero decir.
—Siento haber malgastado tu dinero. Esa no era mi intención.
—No importa cuál era tu intención. He perdido dinero y espero que ayudes a
recuperar mis gastos.
Giro la cabeza bruscamente en su dirección y aprieto mis brazos alrededor de
mi pecho, instantáneamente desconfiada de lo que él espera en forma de retribución.
Agita su mano, pareciendo entender lo que supongo que está sugiriendo.
—Estoy seguro que das buenas folladas, pero incluso si tienes un coño de
oro, eso no va a traducirse en dinero en efectivo a menos que seques tus ojos, te
recompongas, y salgas a rodar esta escena. Dame una actuación sensacional, y
olvidaré que tuvimos un comienzo difícil.
Se da la vuelta como si la conversación hubiera terminado, como si el asunto
estuviera resuelto.
Estoy asombrada.
—Como el infierno voy a filmar cualquier cosa contigo. No me importa lo
que te cueste. Me voy de aquí.
Aunque preferiría vestirme sin él en la habitación, ese deseo es secundario a
la necesidad de irme. Me pongo los pantalones cortos y luego me alejo de él para
quitarme la bata y ponerme mi camiseta, dejando atrás el sujetador a favor de
vestirme rápido.
Por primera vez desde que entró en la habitación, la voz de LaRue se
endurece.
—Sales de aquí sin hacer esa escena, y despídete de tu carrera.
Meto mis pies en mis chancletas y recojo mi bolsa de Ralph.
—Bueno, veamos qué pasa cuando le cuente a la gente lo que pasó hoy aquí.
—¿Decirle qué? ¿Quién, si quiera alguna vez, va a preocuparse de lo que
tengas que decir? Ingenua, Devi. —Sus palabras golpean mi espalda, mientras me
apresuro a salir de la habitación—. Tu agente estará escuchando de mí —grita detrás
de mí.
Me las arreglo para salir de la casa y llegar a mi auto sin que nadie me
detenga o me moleste, pero estoy en la carretera antes de que finalmente pueda
respirar de verdad. Y entonces rompo a llorar. No sé a dónde ir. No sé qué hacer. No
sé qué quiero o qué pensar, así que conduzco sin rumbo mientras el sol se va
poniendo en el cielo, tratando de recomponer mis pensamientos. He pasado tres años
en la industria erótica y nunca me había sentido tan violada. He escuchado historias
de otras artistas, historias de abuso y acoso, y, aun así, siempre se sentía muy lejano
a mí. Y estaba lejos de mí, porque había escogido cuidadosamente mis proyectos y
productores, porque me había asegurado de que los trabajos que había tomado
hubieran sido revisados por gente en quien confiaba.
Hasta ahora.
¿Y por qué? ¿Por qué tomé este trabajo sin hacer más investigación?
Logan.
Porque quería demostrarme que mis emociones por Logan no afectarían a mi
trabajo.
En cambio, he demostrado todo lo contrario. He demostrado que me hace
sentir lo suficientemente aterrorizada para ocasionar que ignore mis generalmente
rigurosos estándares. He demostrado que estos sentimientos son fuertes,
probablemente, lo suficientemente fuertes como para darles una etiqueta. Lo
suficientemente fuertes como para llamarlos amor.
Todavía estoy demasiado aturdida por todo lo que acaba de suceder para
sentir por completo el impacto de esta comprensión, pero quiero sentirla. Quiero
sentir algo que no sea este sentimiento sucio, terrible y de transgresión.
Así que digo las palabras en voz alta, viendo si hace una diferencia.
—Amo a Logan. Estoy enamorada de Logan.
El reconocimiento ayuda. Todavía estoy fría y entumecida, pero hay una luz
ahora, algo de esperanza, como la primera estrella en el cielo nocturno. Algo a lo
que me puedo sostener para evitar hundirme en la oscuridad.
Mi teléfono empieza a sonar con el tono que le he asignado a mi agente, y
gracia a Dios estoy parada en un semáforo con luz roja, así que puedo buscar dentro
de mi bolso para encontrarlo.
—Mierda, gracias —digo, saltándome un saludo formal—. ¿La filmación con
LaRue? Jodidamente terrible. Era arriesgada, sin buenos términos para las mujeres.
El director, todavía no sé ni su maldito nombre, me trató como alguien inferior. El
vestidor no tenía cerrojo. Bruce Madden entró directamente y quiso sobrepasarse
conmigo. Juro que me hubiera violado si LaRue no hubiera entrado. —Hablar sobre
ello renueva mi enojo. Estoy temblando para el momento en que termino de contarlo
todo—. Solo… estoy tan enojada, Lucy, estoy sin palabras.
—Respira profundamente —dice Lucy tranquilamente—. Ahora, ¿estás
conduciendo? Estás enojada. ¿No deberías estacionar en un lado?
—Probablemente. Pero necesito seguir conduciendo. No estoy segura de
dónde estoy. Hay lugares en los que podría estacionarme, una gasolinera, el
estacionamiento de un McDonald’s, pero la idea de detenerme me asusta, como si
Bruce pudiera estar justo detrás de mí, solo esperando a que baje la guardia.
Lucy no intenta discutir.
—Entendido. Ten cuidado, ¿de acuerdo?
—Está bien.
—Ahora, primero que nada, ¿estás herida?
Sacudo mi cabeza antes de darme cuenta que no puede verme.
—No. Solo estoy alterada.
—¿Preferirías que te devuelva la llamada?
—¡No cuelgues! —No me di cuenta cómo de desesperada estaba por hablar
con alguien hasta ahora—. Yo solo… puede que no sea muy coherente. Pero quiero
hablar. Por favor.
—No me iré a ninguna parte. ¿Quieres contarme que sucedió con Bruce?
—Me acosó. Me asustó. —Le cuento todo con tanto detalle cómo puedo
reunir. Me escucho, mientras estoy hablando y sé que sueno melodramática.
Empiezo a dudar de mí de nuevo.
Pero Lucy es comprensiva y reconfortante, tratando cada una de mis
emociones como válidas y legítimas.
—¿Y Bruce es la razón por la que renunciaste a la escena? —pregunta
finalmente.
—No… espera. ¿Cómo sabes que…? —Intento recordar si mencioné lo de
renunciar, pero no lo recuerdo.
—Acabo de colgar de hablar con LaRue —explica.
Por supuesto que la llamó de inmediato. Probablemente ni siquiera había
salido de la casa antes que hubiera marcado su número.
—Lo que sea que te dijera, son puras mierdas. Esa situación era cien por
ciento inapropiada.
—Lo entiendo, y lo siento. —Pasa un momento antes que continúe—. Pero
me dejaste un mensaje antes que siquiera llegaras al set, ¿cierto? ¿Diciendo que no
podías hacer la escena?
—Oh, genial. También piensas que estoy siendo ridícula.
—No dije eso, Devi. Estoy intentando obtener una imagen clara de la
situación así puedo sacarte de esto lo mejor que pueda.
—¿Sacarme de qué? No soy la que hizo algo de lo que necesita ser sacada.
¿LaRue está intentando demandarme o…? —Me quedó callada, abrumada por la
perspectiva de una batalla legal.
—Sí, quiere ser compensado por la pérdida de dinero. —Bueno, mierda. Ahí
va mi apartamento—. Pero estoy bastante segura que puedo hacer que olvide eso,
Devi. Estoy más preocupada por lo que hará con tu reputación en lo sucesivo.
—Puede joder mi reputación todo lo que quiera. No haré porno hetero. Pensé
que podría, pero estaba equivocada. —Sé que no es justo asumir que todos esos sets
son iguales, pero no estoy dispuesta a tomar una oportunidad de repetir la
experiencia de esta tarde.
Y está la otra razón por la que no consideraré hacer porno hetero otra vez en
un tiempo cercano. La razón que no tiene nada que ver con Bruce o LaRue y todo
que ver con Logan.
Lucy se queda en silencio por un segundo.
—No solo son las escenas entre hombre y mujer sobre lo que estoy
preocupada. Hagen tiene mucha influencia en la industria. Me temo que también vas
a ver efectos segundarios en tus trabajos regulares.
Mierda.
Mierda, mierda, mierda.
Muerdo el interior de mi mejilla y peleo con un nuevo flujo de lágrimas que
amenazan con caer.
—¿Crees que hice lo incorrecto al salirme del set?
—No. —Deja salir un pesado suspiro—. Pero hay reglas en esta industria.
Reglas con las que no estoy de acuerdo, pero están ahí a pesar de todo. Incluso son
poco éticas e ilegales, pero poca gente toma en serio a los trabajadores sexuales. Si
no vas a hacer ninguna alegación formal, entonces tenemos una mejor oportunidad
de salir de ello, pero será difícil no señalar con el dedo hacia algo si estamos
tratando de evadir tu obligación contractual con la compañía de LaRue Hagen.
Muerdo el interior de mi mejilla más fuerte, asimilando lo que está diciendo.
Nada aquí es una revelación. Conozco el tipo de mundo del que soy parte. No soy
así de ignorante.
—La jodí en serio, ¿cierto? —Y no me refiero a abandonar el trabajo sino a
presionar para obtenerlo en primer lugar. Al quedarme en este negocio, en lugar de
resolver lo que realmente quiero hacer con mi vida. Porque, ¿en realidad esto es lo
que quiero estar haciendo dentro de cinco años? ¿En diez? ¿El porno es mi pasión?
¿Todas estas tonterías valen la pena?
¿Y no fue esta mañana durante mi filmación con Lynne que pensé que podría
hacer esto para siempre?
Bueno, tal vez podría haberlo hecho si no la hubiera jodido.
—Oye. No te culpes a ti misma por esto. Deberíamos ser capaces de rescatar
tu carrera, aunque podría ser buena idea enfocarte solamente en los trabajos
impresos por un rato.
—Lo que creas que es lo mejor. —Yo no estoy tan segura. Ya no estoy tan
segura de nada.
—Por curiosidad, ¿hubo una razón en particular por la que estabas recelosa
antes de llegar al set? —Hay una parte de mí que quiere contarle sobre Logan, sobre
cómo me he enamorado de él, sobre cómo en este momento solo quiero tener sexo
con él.
Pero si pensé que sonaba ingenua quejándome sobre Bruce, solo puedo
imaginarme cuán ingenuo sonará declarar que estoy enamorada de una estrella
porno.
Así que digo:
—Solo tenía un mal presentimiento. Eso es todo.
Si Lucy siente que estoy reteniendo algo, no lo dice.
—Suena como que tienes muy buenos instintos. Pero probablemente sea
mejor que no mencionemos que tenías algunos problemas antes de que llegaras.
Debilita el argumento del inapropiado ambiente de trabajo. Encontrémonos la
próxima semana, y podemos preparar un registro formal de queja como refutación
contra la acusación de incumplimiento de contrato de LaRue.
—Está bien. Pero, ¿Lucy? Si Hagen intenta negociar… como, incluso
contratar a un nuevo equipo o cambiar las reglas del comportamiento en el set, no
quiero hacer una reprogramación.
—Entiendo. —Y aunque puedo decir que en realidad lo hace, también puedo
decir que esto sería mucho más fácil si solamente acordara hacer otra filmación.
Afortunadamente, no dice eso—. No pienses demasiado en esto, esta noche, Dev.
Estate orgullosa por pelear por tus ideales. Se necesita valor. Muchas mujeres no
hubieran sido capaces de hacer eso.
Le digo que intentaré enfocarme en lo positivo y acuerdo que la llamaré en
uno o dos días. Colgamos y estoy de vuelta a donde estaba antes de su llamada,
perdida y a la deriva. Necesito una ducha. Pero no quiero ir a casa, necesito no estar
sola. Necesito estar en algún lugar donde me sienta segura y apoyada.
No estoy segura cuándo o si de hecho decido a dónde voy, pero en algún
punto mi conducción se vuelve de sin dirección a tener un propósito, y no mucho
tiempo más tarde estoy estacionándome en su entrada y usando la llave debajo de la
planta suculenta para dejarme entrar en su casa.
Logan está extendido en el sofá de su sala de estar. No lleva nada más que
jeans; sus pies desnudos están cruzados a la altura de los tobillos frente a él,
mientras edita algo de material en su laptop.
Se endereza, sorprendido, cuando entro en la habitación, pero entonces creo
que debe verme bien, y sus rasgos rápidamente se arrugan con preocupación. Al
instante, está de pie.
—¿Qué pasó?
En lugar de contestarle, caigo entre sus brazos abiertos y dejo salir un ronco:
—Te necesito.
Porque la verdad es que, en este momento, envuelta en el capullo de su calor,
su aroma, su toque y su persona, la respuesta a su pregunta es “nada”.
Traducido por ZoeAngelikal, Magnie, Kalired y LizC
e despierto por la luz del sol entrando a través de las cortinas, con un
i teléfono está muerto, así que lo enchufo tan pronto como arranco mi
20
Muumuu: Vestido hawaiano holgado.
perfecto que hace que los defectos de nuestra relación sean tan evidentes e
insoportables.
—Alguien se despertó del lado equivocado de chi. —Mi madre me mira con
los ojos entornados—. ¡Te lo digo, Devi, eres una nube de energía enloquecida! Ven
a sentarte, y veré si puedo enderezarte por completo.
Cruzo mis brazos sobre mi pecho y no me muevo.
—No en este momento, gracias.
Mi padre mueve una pieza en su juego y luego se recuesta en su silla.
—Por lo menos dinos qué es tan imperfecto y terrible en este mundo. —Tiene
buenas intenciones, pero ya puedo decir que está preparando un argumento
filosófico.
No quiero participar en ese debate, pero sí quiero hablar. Es por eso que he
venido aquí, para descargar mis cargas, para encontrar quizás algo de claridad.
—Está bien. Te lo diré. —Cruzo la cocina y me reclino contra el arco que
lleva a la sala de estar para poder mirarlos a ambos mientras hablo.
Entonces se lo cuento. Todo. Les cuento sobre Logan y el programa, sobre mi
enamoramiento, sobre mi idea de hacer más pornografía para pagar mis préstamos
estudiantiles. Les hablo del día en que me sentí abrumada mirando el catálogo de la
escuela y sobre otro día cuando me volví un poco loca y apliqué a un montón de
universidades de todo el país antes de que recordara que no tener un título era un
problema real. Les cuento sobre LaRue Hagen y Bruce Madden, y el probable golpe
que tendrá en mi carrera. Les cuento sobre Logan estando allí para mí cuando lo
necesité y sobre los celos, sobre como odio cómo me siento cuando Logan está
tocando a otras mujeres. Sobre no saber quién soy o qué quiero.
—Puaj. Celos. “Mantente lejos de la envidia; porque te come y se lleva tus
buenas acciones, como un fuego que consume y quema la madera”. —Con eso, mi
padre se vuelve hacia su juego.
Frustrada, me clavo las uñas en la palma de mi mano.
—Por lo menos la cita vino de Muhammad esta vez —murmuro.
Bâbâ inclina la cabeza y me estudia.
—¿Qué se supone que significa eso?
—Es agradable saber que hay personas inspiradoras que no son Buda. —
Estoy siendo injusta. Mis padres encuentran inspiración en prácticamente todo.
Nunca se han identificado con una religión más que con otra. Ellos aman partes de
tantas religiones y filosofías: musulmanes, budistas, cristianos, agnósticos. Son
socialistas, comunistas, demócratas, y cada idea hippie por el medio. Básicamente
viven de una mezcolanza de buenas ideas. Y mierda, los amo por eso. Amo que me
criaran para ser así también.
Pero hoy no parece que pueda ver a través de las mismas lentes de color de
rosa por los que miran ellos, como si alguien hubiera pasado un puñado de lodo por
encima de ellos, tal vez Raven, o Bruce Madden. Porque todas las nociones
inspiraciones que tienen parecen triviales e imposibles de asumir.
—“La paz viene desde el interior. No la busques en el exterior”. —Esta vez
soy yo la que cita a Buda, y lo hago en mi cabeza, luego lo acompaño con un par de
respiraciones profundas.
No parece ayudar.
Paso una mano por mi cabello.
—Lo siento. Pensé que ayudaría hablar sobre todo, pero creo que solo
necesito algo de tiempo a solas.
Mi madre me ofrece una cálida sonrisa.
—Pasará al olvido, boombalee. Mientras tanto, el tiempo a solas es bueno.
Relájate y quita tu mente de esta energía mala. Haz algo de tai chi y un vapor ioni.
Solo espera, el universo te dará las respuestas.
Sé que su corazón está en el lugar correcto, pero mi corazón está
desperdigado por todos lados. He alcanzado mi límite. Me pongo a gritar.
—Maldita sea, mâmân. No. no quiero hacer vapor ioni o tai chi o tener una
sesión de Reiki o una lectura del Tarot. No quiero consejo de Buda o de Susan B.
Anthony o William Faulkner o el universo. ¡Quiero un consejo tuyo!
Pincho el puente de mi nariz y cierro mis ojos y cuento hasta diez en voz bajo
en Farsi, en un intento de tranquilizarme. Yek, do, se, char, pang…
Mi explosión es seguida por silencio, y cuando me obligo a mirar hacia mis
padres, las expresiones en sus rostros reflejan sorpresa y alarma. Posiblemente un
poco de dolor, también. Ese pensamiento me rompe. Lo último que quiero hacer es
hacerlos sentir mal. Los amo con ferocidad y acabo de atacar todo lo que son,
simplemente porque mi inmaduro trasero no puede manejar mi mierda.
Me inclino contra la pared y me deslizo hasta el suelo, deseando poder
desaparecer en la afelpada alfombra verde limón de la sala de estar. Una vez ahí
abajo, decido que bien puedo derrumbarme por completo. Me muevo y me estiro por
completo sobre el suelo. Con mi brazo lanzado sobre mis ojos, muerdo mi mejilla
para evitar llorar en pleno, pero no puedo prevenir las lágrimas que se derraman por
mis mejillas. En solo unos minutos, estoy perdida en mi propia miseria, así que me
toma más tiempo de lo normal notar el cambio en la energía a mi alrededor.
Levanto mi brazo ligeramente, echo un vistazo y encuentro tanto a mi madre
como a mi padre parados por encima de mí. El dolor que pensé que había visto en
sus ojos un momento atrás, todavía está ahí, pero ahora que están más cerca, puedo
ver que no están dolidos por mi culpa, sino que están heridos en mi nombre.
Cualquiera que fuera la resolución que tuviera, desaparece, y un sollozo se
escapa de entre mis labios.
Mâmân se agacha junto a mí, y como un niño herido que desesperadamente
necesito el abrazo de su madre, me enderezo y caigo en sus brazos.
—He sido El Tonto —digo, como si me estuviera confesando. Es una
referencia a la primera carta del mazo de Tarot. O la última carta, dependiendo de
cómo lo mires, dado que cada viaje termina en donde comenzó. El Tonto es
exactamente lo que suena, tonto. Es el demente, el bufón, el mendigo. El Majnun—.
Me he estado tambaleando alrededor, tranquila, tomando riesgos sin preocuparme
por las consecuencias. Y no sé si estoy al principio o en el final de este viaje en
particular. Simplemente me siento perdida, sin una guía, y no sé cuánto más vaya a
aguantar mi fe.
Algunas veces, con Logan, me había convencido a mí misma que estaba
siendo una adulta, que teníamos una relación madura. Y con la ingenuidad de un
niño, me dejé enamorarme ciegamente.
Y había sido maravilloso.
Pero ahora ya no lo es. Ahora estoy enredada y retorcida por dentro. Ahora
estoy perdida en la oscuridad, temerosa de dar un paso por miedo a caerme por la
ladera de la montaña.
—No sé qué hacer. —Mis palabras son amortiguadas en la tela de la túnica de
cáñamo de mi madre, pero de alguna manera sé que entiende el punto esencial—.
Dime qué hacer.
Mâmân me mece gentilmente, su mano acariciando mi cabello.
—Oh, cariño. Sé que duele, y desearía poder decirte que…
Sé hacia dónde va este discurso. Desearía poder decirte que hacer, pero no
puedo porque bla, bla, bla, viaje personal de vida, madurez. Toda es basura.
Pero antes que pueda terminar, mi padre, quien todavía está cernido sobre
nosotras, la interrumpe.
—¿Quieres nuestro consejo, Devi? Déjame darte algo de consejo. —Es firme
y hay suficiente impaciencia en su tono como para ocasionar que mi madre detenga
su balanceo.
Sostengo mi respiración y me sostengo de su vestido. Él tiene toda mi
atención, aunque estoy demasiado asustada para mirarlo directamente.
—Regresa a la universidad. Eres una principiante. Tienes la mente de una
persona que piensa mucho. Ve a la universidad.
—Pero… —empiezo a decir todas mis protestas habituales, ¿qué estudiaré?
¿Y si no elijo la especialidad correcta?
Parece leer mi mente.
—Solo elije una especialidad, Devi. Si es la incorrecta, te cambiarás a otra. Y
si esa es la incorrecta, te cambiarás de nuevo. ¿Qué es lo peor que puede pasar?
¿Altos préstamos estudiantiles? ¿Realmente vas a dejar que el miedo te aleje de la
felicidad?
Lo dice como si el dinero no debiera ser un factor en mi decisión, lo que es
completamente poco realista.
Excepto que en realidad no puedo discutir con él porque, al mismo tiempo,
¿en serio quiero dejar que mis sueños sean decididos por el saldo actual de mi
cuenta de banco?
Bâbâ se agacha más cerca de mí y su tono es más suave cuando habla de
nuevo.
—No puedes saber si tu camino es el correcto hasta que te hayas convertido
por completo en El Tonto. Tienes que dar ese paso a ciegas para ver si estás
caminando sobre terreno sólido o si estás cayendo por una cornisa. “Eso es lo que se
supone que tienes que hacer”. Crees que no estás segura de ti misma. Se supone que
tienes que atreverte, no quedarte quieta. Arriésgate. Toma las oportunidades.
Resolverás cómo vivir, viviendo.
Trago para pasar el nudo en mi garganta.
—¿Quieres decir: “No puedes recorrer el camino hasta que te hayas
convertido en el camino en sí mismo”? —pregunté, dándole a Buda un
agradecimiento por las palabras tan perfectas que mi padre me había entregado.
—Sí, algo así. —Golpea mi nariz ligeramente con su dedo antes de ponerse
de pie de nuevo—. Y si no es la escuela lo que te interesa, eso también está bien.
Solo que… ¿lo que estás haciendo ahora es lo que quieres estar haciendo para
siempre?
Sacudo mi cabeza.
Levanta una ceja.
—¿Te está llevando más cerca de cualquiera que sea ese lugar?
Esta vez no digo o señalo nada porque no sé la respuesta.
—Bueno, entonces —dice, como si todo hubiera sido resuelto. Entonces se
desliza de vuelta a su juego de backgammon, y sé que no es porque no esté
interesado en lo que está pasando conmigo. Solo reconoce que cada tonto tiene que
hacer el viaje solo. Estoy agradecida de que haya señalado el camino que piensa es
el correcto para mí. Puede que aun así, no sea el que elija, pero se siente como que
me dio un lugar para empezar.
Mi madre limpia una lágrima de mi mejilla con la almohadilla de su pulgar.
—Mira. Todo se ha resuelto solo.
Dejo salir una corta risa.
—No lo diría como tal.
—¿Por qué no? Tu padre te digo que regreses a la escuela. Así que regresarás
a la universidad.
—Mamá, ¿quieres que regrese a la universidad? —Sé que sí. Es lo que dice a
través de cada lectura del Tarot que me hace, pero se sintió bien escuchar a mi padre
decirme lo que pensaba y también quiero escuchar consejo de parte de ella.
—Lo hago —responde con confianza, pero entonces añade—. Si eso es lo
que quieres.
Contengo mi diversión. Es lo más cerca que estará de decirme qué hacer,
demasiado preocupada de interferir en quién se supone que soy.
La amo por eso. Muchísimo.
—Gracias, mamá. Es bueno escucharte decir eso. —Pero todavía hay otro
tema en que estoy completamente perdida—. ¿Y qué hago con Logan?
Mi madre se echa para atrás para mirarme, su expresión ligeramente perpleja.
—Parece que ya has resuelto que hacer con eso, ¿cierto?
—No, no lo he hecho. —Ni en lo más mínimo.
Sacude su cabeza, desechando mi respuesta.
—Lo has hecho. Cuando realmente quieras verla en tu mente consiente, lo
harás.
Sé que ella ya ha resuelto algo que yo todavía no, ya sea porque es más
grande y más sabia, o simplemente porque es más sabia en general. O tal vez porque
es mi madre y me conoce mejor de lo que me conozco yo, o porque realmente está
más a tono con el universo que yo. Es frustrante que pueda ver una respuesta que
todavía está oculta para mí, pero no la presiono. Porque confío en ella cuando dice
que lo veré cuando esté lista.
Entender eso no aligera mi actual angustia.
Echo un vistazo hacia ella, repentinamente sintiéndome de la mitad de mi
edad y muy vulnerable. Mi voz es temblorosa cuando pregunto:
—¿Cómo puedo siquiera esperar ver algo cuando todo a mí alrededor está tan
oscuro?
—No tan oscuro. —Me aprieta más en su abrazo—. Solo tienes que encontrar
a tu estrella del norte. Deja que eso sea lo que te guíe.
Hay una aguda perspicacia en sus palabras y un consuelo en la energía que
da, y aunque todavía no estoy segura de qué, o quién, es mi estrella del norte, me
acuerdo de la lectura de Tarot que me hizo no hace mucho tiempo y la carta estrella
que se mostró en mi futuro, esperanza.
Y con nada exactamente resuelto, me aferro de nuevo a esa esperanza,
confiando en que el universo pronto me dará la respuesta.
Traducido por Jeyly Carstairs, Camii, LizC y Paaau
asi lo hago. Casi le permito alejarse de mí. Porque estoy tan aturdido.
C
alejarse?
Porque estoy tan herido. Porque todavía puedo saborear el fuego y el
calor de su beso, y ¿cómo puede besarme así y luego simplemente
Pero mis pies se mueven antes que mi mente, y estoy pasando la puerta del
garaje justo cuando ella cierra la puerta de su viejo VW Bug. Arranca el motor, pero
deja el auto en espera cuando corro hacia ella.
Baja la ventana, y en su joven rostro hay una expresión de dolor tan
conmovedora que apenas puedo mirarla.
—Estás dolida —digo, poniendo mis manos encima del marco de la ventana
para poder inclinarme y verla mejor—. Y yo estoy dolido. Devi, no tiene que ser así;
no tenemos que estar dolidos en este momento. Entra conmigo, y hablemos.
Resolvamos esto.
—No hay nada más que resolver —dice en voz baja—. No puedo estar
contigo cuando tú no puedes estar solo conmigo.
Golpeo las manos contra el marco de la ventana, agitando el diminuto auto y
haciéndola saltar. La ira como ácido caliente llena mis palabras cuando hablo:
—¡Sabes que no es así! Mi corazón estaría solo contigo, entonces, ¿por qué
demonios importa dónde está mi polla?
—A mí me importa —responde, su voz tiembla ligeramente.
Todavía estoy furioso, mis manos se cierran sobre el marco ahora, y quiero
despedazar este auto, remache a remache, hasta que acepte quedarse.
—Sabías en lo que te estabas metiendo —la acuso—. Sabías exactamente lo
que significaría salir con una estrella porno. ¡No está bien que ahora cambies de
parecer!
Lágrimas se quedan atrapadas en sus pestañas cuando niega con la cabeza.
—Ya no puedo estar en este mundo del porno, Logan. No puedo estar en tu
mundo.
—Es nuestro mundo —insisto, sus lágrimas están derritiendo mi ira en un
desordenado y culpable arrepentimiento—. Ambos vivimos en él, y a ambos
amamos hacer porno.
—No, tú amas hacer porno. —Toma aliento—. Y ese es el por qué nunca te
pediría que lo dejes. Te quiero tal y como eres, y parte de quién eres es el porno.
Hacer lo que amas. ¿Crees que soy tan cruel como para pedirte que lo dejes?
—Pero…
Sin embargo, no tengo nada que siga a esa palabra. Solo sé que tengo que
luchar contra esto, pelear por esto, salvar algo, lo que sea, porque Devi es lo que no
me puedo permitir perder…
Salvo que tiene razón. Tampoco puedo permitirme perder lo que amo. Si no
soy Logan O'Toole, Estrella del Porno de Fama Mundial, entonces ¿quién soy?
—Nunca se me ocurrió —termino patéticamente—, que alguien quisiera que
dejase el porno. Que el porno sería un problema. Pensé que ambos estábamos en la
misma página. Pensé que ambos nos amábamos.
Finalmente, una lágrima corre por su mejilla, un destello descendiendo por su
rostro.
—Yo te amo. Más de lo que tú me amas, y es por eso que me tengo que ir y
el por qué me estoy yendo sin pedirte que vengas conmigo. Adiós, Logan.
Pone el auto marcha atrás, y tengo que retroceder para que no me pise los
pies. Y no es hasta que sus luces traseras desaparecen por la esquina al final de la
calle que consigo susurrar:
—Adiós.
Destrozado.
Estoy jodidamente destrozado.
El ángel bueno sobre mi hombro me dice que no la llame, que le dé espacio y
tiempo, porque lo necesita y lo ha pedido, y si invado su espacio mental y
emocional, entonces estoy violando su consentimiento de algún modo, y no quiero
hacer eso.
Por otro lado, Devi Dare acaba de romper conmigo, y estoy prácticamente
histérico con miseria traicionada. Consigo aguantar hasta las dos de la madrugada
antes de llamarla, pero la llamada va directamente al buzón de voz. Como si el
teléfono estuviese apagado.
La llamo tres veces más para asegurarme, y luego dejo un mensaje.
—Devi —digo, aclarándome la garganta porque su nombre es la primera
palabra que he dicho en horas y mi voz está ronca por haber llorado—. Por favor
devuélveme la llamada. Por favor.
Después de eso, finalmente salgo de mi cama y busco mi colección de whisky
escocés. Pero después de servirme un vaso, apenas puedo forzarme a dar un trago.
No quiero estar borracho ahora mismo. Puede que no quiera volver a estar borracho
nunca más, porque significaría adormecerme de la realidad, y no puedo engañar ni
un segundo a este dolor. No quiero; si este dolor es todo lo que me queda de Devi,
me aferraré a él tan fuerte como me sea posible. No deshonraré el recuerdo de la
perfección de lo que teníamos al ahogarme a mí mismo en la amnesia.
Así que bajo la bebida y saco mi teléfono, no para llamar otra vez a Devi,
aunque quiero, sino para ver el video que le hice en mi piscina hace unas semanas. Y
la veo nadando una y otra vez, su cabello y su cuerpo en el agua, y me quedo
dormido en el sofá de ese modo.
Solo. Con el teléfono en la mano y el corazón en la garganta.
Me despierto, no resacoso, no exhausto, sino aturdido a pesar de todo. Está
ese extraño, momento a la deriva entre abrir los ojos y recordar, un momento en que
siento como si algo malo ha pasado, pero no puedo recordar qué. Cuando finalmente
recuerdo las lágrimas de Devi y sus terribles e inciertas (¿se da cuenta cuán
inciertas?) palabras, Te amo, más de lo que tú me amas, y es por eso que debo irme,
me siento destruido otra vez.
La vuelvo a llamar más veces, y le mando textos y más textos, porque, ¿cómo
puede pensar que me ama más de lo que yo la amo? Pero también, ¿cómo puede
pensar en dejar el porno? Le escribo largos monólogos internos de pensamientos,
acerca de cuánto la amo, cuánto la extraño ya, todas las cosas que haría para
demostrárselo, pero nunca me responde.
Por suerte, no tengo ninguna escena programada para hoy, así que conduzco
todo el camino hacia El Segundo para verla. No debería estar sorprendido cuando no
la encuentro allí, pero de todos modos me siento devastado, y me quedo esperando
en el porche para cuando venga a casa. El sol de otoño se alza con fuerza y fervor, y
me pongo sudoroso e incómodo, pero no me importa. Quiero sufrir. Quiero sufrir
por ella.
Aunque nunca viene a casa. Somos solamente mis pensamientos desdichados
y yo, hasta que el sol se oculta en el océano, y el cielo se atenúa en naranjas y rosas.
Y ahí es cuando el antiguo Volvo aparece por el camino. Un bajo y fornido
hombre mayor con un bigote negro y una cabeza llena de grueso cabello negro sale
del auto y rodea el auto para abrirle la puerta a la mujer que hay en el interior. La
reconozco enseguida.
Es la madre de Devi.
La pareja viene hacia la puerta y yo me pongo de pie, frotando mis manos
sudorosas en mis jeans y tendiéndole la mano a la señora Jones-Daryani. La ignora y
me empuja en un abrazo, uno fuerte. Por algún motivo eso me hace querer volver a
llorar, pero me las arreglo para mantenerme firme.
—Hola Logan —dice y se aleja—. Es muy bueno volver a verte. Este es mi
marido, Davud Daryani.
—Hola señora Jones-Daryani. Es un gusto conocerle señor Daryani —saludo
en respuesta. Miro hacia el auto esperanzado, incluso cuando sé que está vacío—.
¿Devi va a venir o…?
Sue me da una sonrisa apenada.
—Hemos venido a por algo de ropa para ella. Se va a quedar con nosotros por
un tiempo.
Quiero preguntarles dónde viven, si puedo ir con ellos, pero incluso en mi
estado desesperado, sé que sería cruzar la línea. Así que no lo hago. Solo miro al
suelo e intento no llorar en frente de los padres de Devi.
—Davud —dice Sue suavemente—, ¿por qué no entras y agarras un par de
cosas para nuestra boombalee? Quiero hablar con Logan un minuto.
Davud asiente, y antes de entrar, apoya una mano en mi hombro. Debería
sentirse extraño, el padre de la chica que me acaba de dejar tocándome así, pero no
lo hace. En su lugar, me siento un poco más fuerte, con la cabeza un poco más
despejada, como si me hubiese transmitido perspectiva y sabiduría a través de la
piel. Y entonces me da unos golpecitos en el hombro y abre la puerta del
apartamento, entrando y dejándonos a Sue y a mí en el porche.
Y entonces la comprensión me golpea, me golpea con fuerza.
Esta es la vida real. Estos son los padres de Devi recogiendo sus cosas y esta
es Devi contestando a su teléfono, y este soy yo con el corazón roto por segunda vez
este año, salvo que esta vez es jodidamente peor.
Devi y yo realmente hemos terminado.
Me vuelvo a sentar en el porche y pongo la cabeza entre las manos, y siento a
Sue sentándose a mi lado, unos sonidos musicales viniendo de sus brazaletes y
tobilleras cuando lo hace.
—Logan —dice, poniendo una mano en mi espalda. Y de nuevo, debería
sentirse raro ser confortado por los padres de mi ex novia, pero por algún motivo no
lo es—. Va a estar bien.
—Lo jodí —digo con tristeza—. Lo jodí todo.
—Devi nos contó que tú no hiciste nada mal —me consuela Sue—. Para ella
el porno no es lo correcto. Hay una diferencia.
—Pensé que estaba haciendo lo correcto —digo, todavía mirando al suelo—.
Lo correcto para ambos. Estaba intentando ser más como ella, más lógico y
cuidadoso, pensé que podíamos hacer que funcionara. Tenernos al otro y tener el
porno al mismo tiempo.
—Déjame preguntarte algo —dice Sue—. En el fondo, ¿es eso lo que quieres
en realidad? ¿Tenerlos a ambos?
—El porno es toda mi vida —digo a la defensiva—. Pagó ese auto y mi casa
y mi 401k. Es lo único que conozco.
—Eso no es lo que pregunté —contraataca Sue gentilmente—. Pregunté lo
que querías. Suponte que Devi hubiese estado dispuesta a quedarse, dispuesta a
seguir haciendo porno. ¿Es eso lo que te habría hecho feliz al final?
Sí, por supuesto, quiero soltar en respuesta, pero la respuesta es automática y
practicada. Porque el porno era mi vida entera, hasta que conocí a Devi, y ahora
quiero que mi vida sea más que mi trabajo, sin importar lo increíble que sea mi
trabajo. Y también sé que la razón por la que estoy ahora mismo a la defensiva es
porque finalmente tengo que enfrentarme a todas esas preguntas agobiantes de
frente, después de estarlas evitando durante semanas, mirar a esas preguntas y luego
mirar a las respuestas que en el fondo ya sé. Las respuestas que empecé a
comprender la primera vez que Devi y yo hicimos el amor sin la cámara.
Que tal vez podría solo querer a Devi.
Que la quiero de un modo en el que nunca antes he amado a nadie.
Que quiero entregarme a ella por completo. Yo, al completo. Queriendo
decir que no me entrego a nadie más.
Sue me vuelve a dar unos golpecitos en el hombro.
—Tu chakra corazón y cabeza ahora son más fuertes que antes, Logan, lo que
significa que estás creciendo y aprendiendo. Pero no hay crecimiento que no venga
sin sacrificio.
Y entonces besa mi mejilla y se mete en el apartamento.
Sé que quieres oír que dejé de hacer porno el mismo día, que lo dejé y me
dediqué al celibato de inmediato, pero eso no es lo que pasó. En su lugar, las
palabras que Sue me dijo solo se liberaron gradualmente en una epifanía. Y mientras
se liberaban, continué mi vida como antes sin pensar e insensible.
Bueno, no completamente como antes.
Renuncio a beber por completo, enviando a Tanner a casa con mi magnífica
colección de whisky una tarde. Dejo de publicar en las redes sociales, porque estoy
cansado de fingir una jovial felicidad que nunca volveré a tener, y también todo lo
que quiero hacer es mirar fijamente las intervenciones de Devi, esperando un solo
post, un solo tweet, una selfie. Cualquier cosa para sacarle sentido a algo. Pero no
hay nada, ni de ella ni sobre ella. Cuando Raven me dejó, Twitter y Tumblr
explotaron con gente charlando sobre ello, lamentándose, y sin embargo después de
que Devi me dejara, el maldito amor de mi vida, hay un completo silencio sobre eso
en Internet, porque nadie lo sabía. Solo fueron dos meses. Y fueron los mejores dos
meses de mi vida.
Dejo de salir, dejo de hablar con amigos. Paso mi tiempo libre leyendo mi
colección de poesía y leyendo La Guía Completa del Idiota a la Astronomía, porque
leer sobre el espacio y las estrellas hace que me sienta más cerca de Devi.
Dejo de enviarle mensajes de texto y de llamarla, pero no dejo de esperar que
el teléfono suene. Aunque nunca lo hace.
Filmo dos escenas más después de que Devi rompa conmigo. La primera es
con una actriz llamada Candi Hart y la segunda es con Ginger. Me siento ansioso y
vacío después de ambas, a pesar de que Tanner me dice que son algunas de las
mejores escenas que jamás he filmado.
—Estás tan jodidamente concentrado últimamente —dice él, mientras Ginger
y yo nos limpiamos después de nuestra escena—. Maldición, fuiste intenso.
Me encojo de hombros, porque ¿qué puedo decir? ¿Qué tengo que disociarme
completamente de toda emoción y pensamiento para hacer las escenas? ¿Qué estoy
disgustado conmigo mismo mientras me follo a otras mujeres, mientras me corro por
ellas, porque Devi es la única mujer a la que quiero tocar ahora?
Después de que Tanner se vaya, subo a mi despacho. Ha pasado una semana
desde que Devi me dejó, y me he convertido en una versión hueca de mí mismo.
Incluso editar y escribir mis monólogos es una tarea terrible, y la peor tarea de todas
es terminar las ediciones de la última escena de Star-Crossed porque todo lo que
hace es recordarme la angustia que vino después de que la cámara se apagara. Cada
imagen suya en la escena, cada tirón de su boca, puedo ver su confusión y dolor tan
claramente ahora. ¿Qué tan jodido egoísta y arrogante fui que no lo había visto
antes?
Solo puedo ver algunos minutos de las escenas antes de que el dolor y la
culpa amenacen con engullirme, y tenga que apagarlo. Editaré mi escena con Ginger
de hoy, en su lugar.
Excepto que no puedo.
Conecto el disco duro externo en el que Tanner guardó la filmación, y al
minuto en que la abro, sé que no puedo hacerlo. Incluso solo la imagen fija de mí
acunando la cara de Ginger del principio me hace encoger, porque es algo que solía
hacer con Devi.
No. Es más que eso. Lo hice con Devi porque lo hago con casi todas las
chicas con las que trabajo. Ese movimiento nunca perteneció solo a Devi y a mí,
siempre perteneció a mí y a los cientos de otras chicas con las que he trabajado.
No puedo explicarme exactamente por qué esto me molesta tanto en este
momento, pero lo hace. Intento obligarme a mirar más allá y presionar play, pero la
escena en movimiento es aún peor, incluso cuando trato de avanzar rápidamente
hacia las partes menos personales. Pero viendo mi cuerpo presionado contra el de
Ginger, mis manos ásperas en sus tetas a medida que la follo, hace que se me
revuelva el estómago con vergüenza. No vergüenza puritana y anti-sexo, no estoy
avergonzado de tener sexo o hacer pornografía, sino una vergüenza profundamente
personal, como si hubiera traicionado mucho más que a Devi filmando esas dos
escenas después de que ella se fuera. Como si me hubiera traicionado a mí mismo.
Lo que debería ser un pensamiento ridículo. ¿Cómo podría estar traicionando
cualquier cosa o a alguien simplemente haciendo mi trabajo? Intento recordar todas
las cosas que he dicho antes. Es solo un trabajo. Es solo sexo. Pero ya no se sienten
auténticas.
Cierro las filmaciones y camino nervioso alrededor de mi oficina, pasando
mis manos por mi cabello. No tiene ningún sentido para mí, ninguna parte de mi
vida en este momento. Estoy arruinado, emocionalmente, mentalmente y
espiritualmente, pero todavía puedo endurecerme por otras mujeres, todavía puedo
correrme por ellas. ¿Cómo es eso? ¿Es porque, como le dije a Tanner todas esas
semanas atrás, las estrellas porno tienen un concepto más evolucionado del amor y
pueden separarlo del sexo? ¿O es porque soy un hombre, y los hombres están
conectados a follar indiscriminadamente?
No, no creo que sea eso tampoco, y no solo porque Tanner despotricaría
durante horas sobre el esencialismo de género, si le dijera que había considerado eso
último como una razón.
No, lo que creo es que tal vez me he estado haciendo la pregunta equivocada
a mí mismo, no cómo todavía puedo follar a otras mujeres, sino por qué.
Tal vez hombres y mujeres no están naturalmente conectados para ser
monógamos, tal vez cualquier persona puede apagar su cerebro y su corazón, y dejar
que sus cuerpos respondan a los estímulos presentados. Pero tal vez eso es lo que
hace que las relaciones sean diferentes. Y especiales. Quizás es por eso que la gente
ha renunciado a sus libertades sexuales durante los últimos milenios para unirse a
otra persona. Porque es el sacrificio, la continua y repetida elección de una persona
sobre todas las demás en el mundo, lo que hace que una relación se mantenga aparte,
lo que hace a una relación significativa, rara y única.
Así que la verdadera pregunta es: ¿por qué decido compartirme con otras
mujeres cuando solo quiero compartirme con Devi? ¿Por qué hago este trabajo
cuando significa luchar contra un corazón que solo quiere dedicarse a una mujer y
solo a una mujer?
No sé si es correcto cambiar por alguien que amas, pero sé que es correcto
cambiar por ti mismo, si eso es lo que quieres. Pero ¿es lo que realmente quiero?
Devi es tan joven, todavía tan llena de energía y oportunidades, y es fácil para ella
cambiar de dirección y comenzar una nueva vida. Pero ¿cómo puedo alejarme de
algo en lo que soy bueno, que me hace ganar mucho dinero, sin tener nada seguro en
mi futuro? ¿Y si renuncio a todo por ella y ya no me quiere?
Me siento de nuevo en mi silla de oficina y miro al tablón de anuncios de mi
escritorio. Está principalmente cubierto con recibos de impuestos y notas Post-It,
pero he colocado algo más en el medio, la carta de Tarot El Colgado de mi lectura
con Madame Psuka. Lo puse allí como un recuerdo de mi primera cita real con Devi,
pero ahora parece más que un recordatorio. Es un llamado a la acción.
No hay crecimiento sin sacrificio, dijo Sue, y ¿no es eso exactamente lo que
Devi y la psíquica intentaron explicarme de la carta? ¿Que El Colgado representaba
el sacrificio y el sufrimiento sin la garantía de una recompensa, porque la sabiduría
adquirida a través de la experiencia sería su propia recompensa?
¿Qué sacrificaría? ¿Y qué ganaría?
Podría dejar el porno, pienso.
Es la primera vez que he permitido que el pensamiento tome forma, que se
establezca en palabras, a pesar de que ha estado arrastrándose por los márgenes de
mi conciencia durante semanas.
Me permito decirlo en voz alta, solo para probarlo.
—Podría dejar el porno.
Nada dramático sucede. No es como si un halo descendiera del cielo y me
coronara, no es como si mi oficina estuviera inundada de luz dorada y el sonido de
ángeles cantando. Y no me siento como si estuviera colgando de un árbol al estilo El
Colgado, ciertamente.
Pero las palabras están dichas ahora y la idea es real, y ahora está flotando en
la oficina como una niebla invisible, haciendo el aire grueso y frío. Nunca lo sentí
como una opción real antes, ni siquiera parecía un camino posible, porque me
encantaba hacerlo, porque era toda mi vida. Pero ahora está ahí, haciéndome señas,
desplegándose como las nuevas hojas de la primavera. Podría dejar de hacer
pornografía. Podría dejar de ser Logan O'Toole, estrella porno, y volver a mi
nombre de nacimiento, volver a los sueños que solía tener. Ir a la universidad, hacer
películas.
No es tan fácil, me doy cuenta sintiendo mi estómago hundiéndose y echando
una mirada alrededor de mi oficina. El equipamiento de la cámara se esparce por la
habitación, los contratos inacabados se acumulan en mi escritorio, los viejos
formularios de impuestos se amontonan contra la pared del fondo como un montón
de hojas rojas y blancas. En mi bandeja de entrada del correo electrónico hay
prácticamente miles de correos electrónicos sin contestar, proyectos y escenas que
están en todas las etapas imaginables, paneles de convenciones en las que he
accedido a estar, artículos en los que he acordado entrevistarme. Vivo tan
profundamente dentro de mi propia vida, y hay demasiados hilos que pasan a través
de ella. Amarrar cada extremo suelto llevaría meses, y la idea de todo ese trabajo me
hace sentirme agotado y exhausto. Sería más fácil cortar y correr… o simplemente
quedarse. Quedarse y no cambiar nada.
Me levanto y salgo de mi oficina, tratando de alejarme de mis pensamientos.
Me doy un baño en la piscina, arreglo mi cocina. Conduzco a la casa de mis padres y
les ayudo a empacar algunas cosas para su mudanza a Portland, y mientras lo hago,
las cosas empiezan lentamente a ponerse en su lugar.
Su embalaje no es fácil, y hay momentos en que atrapamos a mamá mirando
el patio trasero con una mirada en su rostro que sugiere que está repitiendo
mentalmente todos esos momentos sensibleros de mi infancia a los que a los padres
les gusta aferrarse. Hay momentos en los que atrapo a papá frotando su mandíbula y
quedándose parado en el medio de una habitación, solo mirando. Ellos están dejando
tanto atrás, una vida entera de recuerdos y momentos que nos convirtieron en una
familia, pero todavía lo están haciendo y hacen estos grandes cambios porque tienen
fe. Al igual que El Colgado, saben que el sacrificio valdrá la pena.
Cuando llego a casa esa noche, lo primero que hago es llamar a Tanner y
contarle todo, desde el momento en que Devi y yo saltamos en una piscina juntos en
lo de Vida hasta ella dejándome la semana pasada, y le cuento lo que he estado
pensando sobre hoy. En su mayor parte escucha en silencio, solo hablando cuando
mis divagaciones finalmente llegan a su fin.
—Entonces, ¿ahora piensas que es malo hacer pornografía? —pregunta. No
hay juicio o expectativa en su tono, pero todavía me apresuro a contestar para que no
tenga la idea equivocada.
—No creo que esté mal. Estoy bastante seguro que nunca lo pensaré… aún
me encanta, y no me arrepiento de haberlo hecho ni por un minuto. Pero creo que tal
vez aunque no está mal, ya no es correcto para mí. Creo que quiero algo más.
Tanner se queda callado por un momento.
—¿Y qué es lo siguiente?
—No lo sé. —Uso la palma de mi mano para frotarme la frente—. Supongo
que la primera cosa es decidir si realmente quiero hacer esto. Si en serio quiero dejar
el porno.
—Porque no hay ninguna garantía de que Devi te acepte de vuelta —señala
Tanner—. Así que si haces esto, entonces necesitas estar bien con ese resultado.
Pienso en todos esos momentos de mi vida en los que he sentido ese gran
sentimiento, donde he sentido una sensación de visión, propósito y voluntad
creativa. Como un niño y como un adulto, por mí mismo y con Devi.
—Estaría mintiendo si dijera que no estoy haciendo esto por ella —admito—,
pero también lo estoy haciendo por mí. Cuando me pregunto lo que realmente quiero
para mi vida, ya no puedo encontrar una respuesta real, y creo que eso, en sí mismo
es razón suficiente para cambiar.
—Solo dime lo que necesitas y haré todo lo posible para ayudar —dice
Tanner, y me gustaría poder darle un abrazo gigante por teléfono. Pero no puedo, así
que me aclaro la garganta, encuentro un lápiz y un poco de papel, y empezamos a
planear el final de Logan O'Toole, estrella porno.
Al final, me lleva un par de meses. Hacerlo bien (terminando todos mis
proyectos y contratos profesionalmente y amistosamente) es mucho más difícil que
solo hacer las maletas y dejar la ciudad. Pero dejarlo a medias habría sido algo que
una versión más vieja de mí mismo habría hecho: el impulsivo y emotivo Logan que
solo quería amor, romance y conexión. Habría perseguido implacablemente a Devi,
habría estado colmándola con orgasmos, regalos y diciendo jódete a todo lo demás.
Y en un momento, pensé que tenía que dejar a ese tipo emocional detrás para
ser el mejor novio que podía para Devi, que necesitaba ser analítico y lógico e
incluso un poco insensible para mantener nuestra relación fuerte. Pero ahora sé lo
que Devi ya sabía: que no es la emoción versus el intelecto o la cabeza contra el
corazón. Son ambas, complementando y equilibrando y todo al mismo tiempo. Devi,
mi Devi, era la más sabia de nosotros dos, a pesar de su inexperiencia y edad.
No puedo cambiar lo que, o quién, he sido. Pero puedo cambiar lo que voy a
hacer. Y así, en vez de apagar mis sentimientos o hacer una serie de precipitadas e
impetuosas decisiones, estoy decidido a que la próxima vez que vea a mi Cass, habré
usado mi amor por ella para tomar inteligentes y decididos pasos hacia adelante a
una vida diferente y mejor.
Voy a demostrarle que el hombre que conocía ha vuelto por ella, y esta vez
no va a ir a ninguna parte.
Traducido por LizC y Jeyly Carstairs
Después de una mañana de ida y vuelta entre clases, tengo cuatro programas
para repasar, cinco capítulos de lectura, un ensayo para escribir y una página de
problemas matemáticos.
Es abrumador e impresionante.
No he sido tan feliz desde… bueno, desde Logan.
La universidad, decido, es la mejor cura para un corazón roto. Eso y un
horario ocupado. A pesar de que estoy ansiosa de sumergirme en mi tarea, también
estoy agradecida de tener mi trabajo a tiempo parcial en la oficina del administrador
para mantenerme verdaderamente ocupada. Solo estoy programada para tres horas
los lunes, miércoles y viernes, pero con mi curso lleno de clases de matemáticas y
ciencias, estoy segura que será todo lo que pueda manejar.
El trabajo es fácil, afortunadamente, y aunque es mi primer día en el
mostrador, solo me lleva la mitad de mi turno antes de que mi supervisor diga:
—Realmente le has pillado el truco a esto, Devi. ¿Crees que puedes manejar a
algunos estudiantes por tu cuenta, mientras empiezo a trabajar en el depósito de mi
cajón?
—Sí. Estoy bien. —Como dije, el trabajo es sencillo, y Jake es un gran
maestro.
También es increíblemente atractivo, alto, cabello oscuro, muy guapo,
fornido y totalmente gay. Es ingenioso e inteligente y le gusta bromear, y como no
hay tensión sexual, es fácil reírse con él. Solo nos conocemos dos días, y ya es mi
amigo.
—Estupendo. Estaré en la parte de atrás. Grita si necesitas algo, estaré aquí
en un instante.
No necesito nada, pero doy la espalda al mostrador y lo llamo.
—¡Oye, Jake! —Cuando él corre de vuelta, añado—: Solo estoy probando.
Él ríe.
—Eres una chica tan mala. —Si él supiera. Su expresión se torna sobria
rápidamente—. Oh, lo siento. No te vi entrar —le dice a alguien detrás de mí—.
Devi se encargará de ti.
Jake se aleja, y plasmo una sonrisa amistosa y me giro para hacer frente a la
persona frente a mí.
—¿Cómo puedo…? —empiezo, y entonces mi voz se interrumpe con un
jadeo fuerte.
Porque el chico delante de mí es Logan.
Mi cuerpo reacciona al instante, agitándose y hormigueando en el momento
justo. Como si estuviéramos en la producción de Campus Porn y nuestro guion nos
hiciera encontrarnos y follarnos en menos dos minutos. Estoy lista para empezar a
quitarme la ropa y a punto de subirme al mostrador.
Pero no estamos listos para nada. Esta es la vida real, y aunque estoy
emocionada de verlo, también siento los alfileres y las agujas.
Fija sus ojos en los míos, una serie de emociones familiares presentes en su
intensa mirada.
—¿Llego demasiado tarde? —pregunta.
—¿Qué? —pregunto, aunque lo oí bien. Incluso podría saber lo que él está
preguntando, pero aun así estoy tan sorprendida de verlo que he olvidado cómo usar
las palabras.
—¿Llego demasiado tarde? —Mira hacia la oficina por donde Jake
desapareció hace un momento.
Maldición, ¡en serio está preguntando lo que creo que está preguntando!
Y en serio está aquí. Frente a mí.
Mi estómago revolotea con un regocijo nervioso, y tengo que tragar antes de
que pueda responder.
—¿Quieres decir, si llegas demasiado tarde para mí? ¿Que en el corto tiempo
que he estado en Austin, podría haberme enamorado locamente de mi supervisor?
Porque, número uno, es gay.
—¿Es gay? —Logan intenta fingir estar sorprendido, pero sobre todo suena
aliviado.
—Mmmm. —Me inclino contra el mostrador para estar más cerca de él, pero
también porque estoy temblando como una hoja.
—Eh… —También se inclina hacia delante, con los codos sobre el
mostrador, y está tan cerca que puedo oler el aroma familiar y limpio de su piel—.
¿Cuál es la número dos?
Número dos, todavía estoy locamente enamorada de ti.
Casi lo digo. Estamos coqueteando, es fácil y natural y como si nunca
hubiéramos estado separados. Pero estoy intentando ser cautelosa, porque, ¿qué está
haciendo él aquí?
—Número dos, no entrego mi corazón a cualquier persona con la que trabajo.
—Hablando de mi corazón, está latiendo tan fuerte que estoy segura que puede
oírlo.
Sus ojos están una vez más en los míos, su mirada profunda y penetrante.
—Sé eso de ti. Es una de mis cualidades favoritas de ti.
Es curioso cómo, de las cientos de cosas increíbles que ha dicho y hecho, una
simple declaración como ésta todavía puede estremecerme con nudos deliciosos. Tal
vez porque una parte de mí temía que me odiara después de haberme ido. Que nunca
habría algo sobre mí que él pensara de nuevo como su cosa favorita.
Pero no me odia. Y está aquí. Y lo he extrañado tanto que solo verlo me hace
sentir completamente loca de felicidad. Pero si nada ha cambiado desde la última
vez que lo vi…
—¿Qué estás haciendo aquí, Logan? —Mi tono es exigente y no intento
ocultar el filo de desesperación—. Has venido hasta Austin solo así, y eso va a
empezar a despertar mis esperanzas. ¿Hay alguna razón por la que tal vez debería
tener esperanza?
Sus ojos caen… nervios quizás. Busca en su bolsillo trasero.
—No sé si vale la pena para despertar tus esperanzas. Pero en cuanto a lo que
estoy haciendo —saca su billetera y la abre—, vine a pagar la cuota de la matrícula.
La comprensión se instala y mi corazón se hunde literalmente.
—No necesito que pagues mi matrícula, gracias. Estoy bien por mi cuenta.
Me pregunto si habló con mi madre o si simplemente decidió venir a hacer
esto por un capricho propio. No estoy segura de cómo tuvo la noción de que yo
querría esto, como si me lo debiera. Como si fuera su puta.
Estoy enojada y me escuecen los ojos, y ¿cómo diablos es posible que todavía
me lastime de esta forma?
Pero entonces dice:
—No tu matrícula, Reina Cass. La mía.
Mi garganta se seca.
—¿Qué?
—Sí, mira. —Se pasa una mano por su cabello, y tengo que morderme el
labio para evitar hacer algo precipitado como… abusar sexualmente de él en un
espacio público—. Me tomó un poco de tiempo lograr resolver todos los detalles,
pero he terminado todas mis obligaciones anteriores y he vendido una parte de mis
estudios de producción a Vida. Y desde hace como unos tres días, soy oficialmente
un estudiante de la UT Austin. —Su expresión es de alguna manera audaz y
juvenil—. En otras palabras, estás mirando a un hombre que ya no es estrella porno.
En un abrir y cerrar de ojos, todo el sentido del decoro sale por la ventana y
estoy trepando sobre el mostrador para saltar a los brazos de Logan.
Y entonces nos estamos besando, con avidez, desesperadamente, nuestras
bocas chocando torpemente con ansiedad.
Mi culo aún está en el mostrador, pero envuelvo mis piernas alrededor de su
cintura y sus manos se enredan de forma posesiva a través de mi cuello, y no puedo
ni pensar, porque mis sentimientos son tan grandes e irreprimibles.
—Estás llorando —susurra, cuando me alejo para recuperar el aliento.
—No puedo evitarlo. Te inscribiste en la universidad por mí. —Miro mi
pulgar moviéndose a través de su mandíbula, demasiado abrumada para mirarlo a
los ojos.
—Oye. —Con dos dedos, Logan levanta mi barbilla para encontrar su
mirada—. Me matriculé en la universidad por mí. Alquilé mi casa y estoy viviendo
en un estudio de una habitación en Texas por ti. ¿Lo entiendes?
Aún mejor. Estoy sonriendo, pero lo controlo para darle una mirada de
seriedad fingida.
—Lo entiendo.
Seca mis lágrimas con la yema de su dedo, luego envuelve una mano detrás
de mi cuello.
—Extremadamente conveniente que la misma universidad que elegiste tenga
un programa de cine bastante decente, ¿no?
—Sí. Conveniente. Eso es lo que es. Me gusta la idea del destino y todo eso,
pero no soy de confiar en eso solamente. Así que empujé un poco al universo.
¿Puedes culparme? Sabías que te seguiría aquí, ¿no?
En mi mente destella esa carta de La Estrella del Tarot, la carta que he
mantenido cerca durante todos estos meses.
—No lo sabía. Tenía la esperanza.
Logan retrocede para estudiarme.
—¿Por qué no dijiste que eso era lo que querías?
—No podía pedirte que abandonaras tu mundo por mí. Te hubieras sentido
resentido conmigo por siempre. Tenías que elegir eso por ti mismo. —Estoy tan
orgullosa de que lo haya hecho, que pensara en esto y se haya mantenido fiel a sus
sentimientos, mientras tomaba pasos planificados y lógicos que son buenos para él y
su futuro.
—El Colgado tiene que colgarse a sí mismo, ¿no?
Dios, lo amo.
—Lo entendiste. —Entonces, porque parece que tal vez debería estar segura
que realmente ha elegido lo que creo que hizo, que realmente está bien con ello, le
pregunto—: Entonces, ¿estás completamente fuera del negocio del porno?
—No completamente. —Sigue buscando algo en mi rostro a medida que
habla, tal vez buscando mi aprobación—.Todavía estoy produciendo a larga
distancia. Tanner mantiene el fuerte. Probablemente dirigiré algunas cosas de vez en
cuando.
—¿Pero no más actuación?
Sacude la cabeza, y suena como una promesa cuando dice:
—No más actuación.
Me siento aliviada. Y, extrañamente un poco de algo más.
—No más películas de Logan O'Toole. Eso es casi decepcionante.
Se ríe y el sonido reverbera en mi interior.
—Tal vez, podría salir de mi retiro para hacer una película o dos. Pero solo
voy a actuar con una mujer. —Su voz se vuelve baja y grave—. Solo volveré a
actuar contigo, Devi.
Me acerco para capturar su boca con la mía, besándolo con aprobación.
Pero se aleja después de unos segundos, retrocediendo con una expresión
sombría.
—Lo siento, nena. En serio lo siento. Siento no haberlo dejado antes. Sé que
te lastimó… —Se va apagando, creo, porque esta disculpa es difícil para él.
Sé que necesita decir esto, pero necesito que sepa que ya lo sé.
—Lo entiendo. No querías hacerme daño. Estabas haciendo tu trabajo. Un
trabajo que amabas.
—En realidad, dejé de amarlo cuando no te tuve. —En serio, mis ovarios
simplemente implosionaron. El Logan sensible es tan jodidamente caliente. Sostiene
mi rostro contra su mano—. Y, además de lastimarte, me dolió. Estaba enamorado
de ti. Incluso antes de que te fueras, sabía que amarte cambiaría las cosas. Que
debería cambiar las cosas. Sabía que cada vez que estaba con alguien que no eras tú,
traicionaba esa emoción, degradando los momentos que compartimos con estas
imitaciones falsas. Te prometo que lo descubrí bastante rápido después de que te
fueras. Solo siento que no fuera antes.
Y pensé que había terminado con las lágrimas.
—No voy a mentir —sollozo—. Me he sentido miserable sin ti. Pero creo que
probablemente por ti, mereció la pena la espera.
Responde con otro beso, uno que puedo sentir entre mis muslos, y nuestras
manos comienzan a vagar, y si no fuera por el cortés aclaramiento de una garganta
detrás de mí, es muy posible que nuestro despliegue de afecto hubiera pasado de una
clasificación PG-13 a R.
¿A quién estoy engañando? La clasificación R sería sosa para nosotros.
Como lo hicimos cuando fuimos atrapados en la galería de arte, Logan y yo
nos congelamos cuando Jake, quien se aclara la garganta una vez más, abre un cajón
al otro lado del mostrador.
—No se preocupen por mí. Solo vine por un comprobante.
Me giro y le dirijo una sonrisa de disculpa. La devuelve con una mirada que
dice “estamos-bien-pero-que-sepas-que-voy-a-pedir-detalles”, antes de volver a su
libro de bolsillo.
Nos reímos al unísono.
Luego, a regañadientes, le digo:
—Aunque me gustaría seguir enrollándome contigo, estoy trabajando. Y mi
nuevo trabajo no incentiva las caricias obscenas como el último lo hacía.
—Bueno. Estaría ferozmente celoso si lo hiciera. —Me besa una vez más,
castamente, luego me da una palmada juguetona en el trasero—. Ahora regresa a tu
lado del mostrador para poder calmarme antes de salir de aquí. Aún necesito pagar
mi matrícula.
—Oh, sí. Vamos a hacer eso. —Desenvuelvo mis piernas de él y regresó a mi
lugar—. ¿Tienes factura?
—No la traje conmigo. ¿Puedes buscarla?
—Por supuesto. —Me giro hacia la pantalla de mi computadora, a punto de
escribir su nombre cuando recuerdo que no lo sé. No su verdadero nombre.
Él va un paso delante de mí.
—Apellido, Johnson.
—¿Johnson? Pero ese es… —un gran nombre porno, comienzo a decir, pero
me interrumpe.
—Primer nombre, Dwayne.
Siempre supe que se avergonzaba de su verdadero nombre, y siempre pensé
que yo sería considerada y respetuosa cuando finalmente supiera cuál era, pero no
puedo evitarlo. Me rio.
—¿Tu nombre es Dwayne Johnson? ¿Como, La Roca?
—Voy a cambiarlo legalmente, lo juro.
—¿Ahora tengo que llamarte Dwayne? —Todavía estoy riéndome mientras
saco su cuenta—. Porque no sé si puedo… —Tengo que hacer una pausa hasta que
puedo calmarme—. Lo siento, lo siento. —En realidad no lo siento. De ningún
modo. —Me acostumbraré. Lo prometo.
—Puedes seguir llamándome Logan, muchísimas gracias.
—Ajá. Ya veremos. —Es demasiado bueno para no usarlo, mientras sea
entretenido. Y tengo la sensación de que va a ser entretenido durante bastante
tiempo, al menos para mí.
Pasan solo unos minutos antes de que pase la tarjeta de crédito de Logan,
aplique el pago a su cuenta, y selle su recibo pagado en su totalidad. Rozo mis dedos
contra los suyos intencionalmente cuando le doy la copia. Me estremezco por las
chispas de electricidad que pasan a través de nosotros.
Puede que ya no seamos artistas pornográficos, pero eso no significa que ya
no tengamos la química.
Logan dobla su recibo y lo mete en el bolsillo con su cartera.
—¿A qué hora sales de aquí?
—Cuatro y media. —Miro el reloj en la pared. Dentro de una hora.
Logan/Dwayne asiente.
Pasa un segundo, y puedo decir que está tan inseguro de lo que sucederá
después como yo. Tan reacio a irse como yo estoy de dejarlo ir.
Después de un minuto, hace la pregunta.
—¿Cena más tarde?
—Ambos sabemos lo que realmente estás preguntando. Y la respuesta es sí.
Se aleja del mostrador, con los ojos fijos en mí.
—Espero que tengas hambre. Porque tengo bastante apetito.
—Lo recuerdo. En realidad, pienso mucho en eso.
Gime.
—Me estás matando, Cass. —Se detiene en la puerta para acomodarse—. Te
amo —dice.
Y sé que lo hace. Tal vez, tanto como yo lo amo. Pero ahora no soy Cass. No
soy Layla, y él no es Majnun. No somos amantes de estrellas diferentes que se
desean el uno al otro a través del cielo. Soy Devi, y él es Logan (eh, Dwayne) y lo
que tenemos es real y sólido.
Le lanzo un beso, y aunque me gustaría que no se fuera, estoy segura que
tendremos mucho tiempo para compensar el tiempo que pasamos separados.
Cuando se va, Jake aparece casi al instante.
—¿Quién en la tierra era esa fina pieza de virilidad?
—Mi novio —respondo, como si no fuera gran cosa que estoy saliendo con el
tipo más increíble del mundo—. Su nombre es Dwayne. —De alguna manera me las
arreglo para no reírme esta vez.
—Mira que chica más afortunada. —Jake suelta un suspiro soñador. Luego se
inclina y susurra—. Espero que no te importe que te diga esto, pero Dwayne se ve
exactamente igual a esta, no me juzgues por saber esto, estrella porno. Logan
O'Toole. Es excesivamente sexy. Totalmente para morirse.
Reprimo mi sonrisa.
—Oh, ¿en serio?
—¿Te imaginas cómo sería? ¿Salir con un tipo que hace porno para ganarse
la vida? —Jake prácticamente se desmaya ante la idea—. ¡Las cosas que un hombre
así podría hacer!
Me encojo de hombros con desdén.
—Un montón, estoy segura.
No le digo que estoy más que segura de lo que puede hacer un hombre así. O
que no tengo que imaginar cómo sería. No le digo que un novio estrella porno solo
está excitado durante unos cinco minutos. No le digo que Logan O'Toole es mucho
más que un símbolo sexual o un estado o una “fina pieza de virilidad”.
Dejo que Jake conserve su fantasía. Él y el resto del mundo pueden tener a
Logan O'Toole. Yo consigo tener lo real.
Traducido por âmenoire y LizC
Fin
Este libro de 7.000 palabras contiene material adicional para el libro P*rn
Star de Laurelin Paige y Sierra Simone. Incluye:
* Post del Blog de Logan O'Toole.
* Herramientas de Logan O'Toole del comercio: una guía para el buen sexo.
* Escenas adicionales de Devi y Logan.
Está destinado a ser leído después de P*rn Star y no es una novela autónoma.
âmenoire
Brisamar58
Camii.beelen
Genevieve
Jeyly Carstairs
Kalired
LizC
Lyla
Magnie
Paaau
-queen-ari-
Smile.8
VckyFer
ZoeAngelikal
Beatrix85
Bella’
Flochi
LizC
Masi
Taywong
LizC y Masi
Genevieve