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Monografia H Pylori.
Monografia H Pylori.
Andrea Carolina Castilla Cassalins1, Karoll Julieth García Aguilar1, Chelsea Tatiana
Introducción
Objetivo
Métodos
Definición
Helicobacter pylori (H. pylori) es un bacilo capaz de producir diversos trastornos y
especialmente patología digestiva en la población general.
La infección por H. pylori en los niños puede dar lugar a gastritis crónica y con menos
frecuencia a úlcera gástrica y duodenal, aunque en menor proporción que en los adultos (2).
Epidemiología
Se cree que la mitad de la población mundial está infectada por H. pylori, sin embargo,
existe una amplia variación en la prevalencia de la infección, entre países, dentro de ellos
mismos y entre subgrupos de población. No obstante, la infección por H. pylori es de
aproximadamente el 60% de la población a nivel mundial de todas las edades (3).
Tiene una alta prevalencia en países que están en vía de desarrollo por sus condiciones
sanitarias inadecuadas, dado que el principal determinante de la prevalencia de esta
infección es el nivel socioeconómico en la infancia; los factores socioeconómicos reflejan
los niveles de higiene, saneamiento, densidad de individuos y nivel educativo (3,4).
En algunas regiones, los métodos de diagnóstico pueden ser menos fiables, mientras que
algunos países están mal representados porque se carece de información confiable. Por
todas estas razones, no se puede considerar que una sola cifra resuma y represente la
prevalencia de la infección en todo un país.
Microbiología
Esta bacteria posee unas adhesinas bacterianas, la principal es conocida como BabA,
podemos encontrar otras adhesinas como SabA, OMP´S, Hopo, AlpA, AlpB, Hpa, etc (3).
Las formas patógenas de la H. pylori, producen altas cantidades de ureasa, la cual cataliza
la hidrólisis de urea dando como productos finales amonio y ácido carbónico, permitiendo
la neutralización del ambiente con un aumento del pH, garantizando la supervivencia y
persistencia de esta bacteria (3).
La infección está mediada por una serie factores en los cuales se incluye la vacuolización
de las células epiteliales, un aumento de la respuesta inflamatoria y la función de los
lipopolisacáridos (3).
Vías de transmisión
De persona a persona: hay mayor incidencia de infección por H. pylori en niños cuyo
padre o madre están infectados (1).
Fecal-oral: los patrones sociales y geográficos demuestran una alta incidencia en
poblaciones en vías de desarrollo (5).
Oral-oral: se ha aislado H. pylori de la saliva y de la placa dental, lo que podría sugerir
la posibilidad de que la cavidad bucal sea un reservorio natural de la bacteria (5).
Se le conocen como posibles vías porque la vía definitiva no está aclarada hasta el
momento.
Factores de riesgo
Los factores favorecedores de la infección más frecuentemente observados son el bajo nivel
socioeconómico de la familia, el bajo nivel de formación y los hábitos de vida promiscuos
(5).
Fisiopatología
H. pylori no puede oxidar los sustratos de carbono, sino que prospera gracias a la absorción
de nutrientes de las células epiteliales degradadas, incluidos micronutrientes importantes
como el hierro. Cuando la secreción de ácido en el estómago es intacta, H. pylori
típicamente prolifera en el antro gástrico donde hay menos células parietales productoras de
ácido lo que provocará hipoclorhidria e inflamación. Habrá una respuesta de citoquinas que
suprime aún más la función de las células parietales, lo que facilita la propagación de las
bacterias. Por lo tanto, estas características adaptativas promueven la persistencia de H.
pylori en el estómago, lo que da como resultado un estado continuo de inflamación y
enfermedades clínicamente significativas como gastritis crónica, úlcera péptica y cáncer
gástrico (5).
Manifestaciones clínicas
En la edad infantil la infección por H. pylori las manifestaciones clínicas son inespecíficas
y en el 80% de los casos cursan de forma asintomática. Generalmente los signos y síntomas
se refieren a gastritis crónica antral, ya que ulceraciones y hemorragias son raras en este
grupo etario. siendo mayores las lesiones a mayor densidad de Helicobacter pylori. (3)
Diagnóstico
Esta técnica permite visualizar la mucosa gástrica, cuyo aspecto puede variar desde leve
eritema a una nodularidad intensa, característica de infección por H. pylori, mucho más
frecuente en niños que en adultos, y, además, hace posible la toma de muestras de biopsia
para diferentes estudios (8).
Test del aliento con urea marcada: Este test se basa en la capacidad del HP de
producir ureasa, una enzima extremadamente potente que hidroliza la urea marcada
con C-13 administrada liberándose CO2 marcado que se excreta en la respiración.
La prueba es muy sencilla y puede realizarse en todas las edades, incluidos los
lactantes en los que se puede obtener la muestra a través de una mascarilla, aunque
los resultados pueden ser menos fiables en niños menores de 6 años.
El paciente debe realizar esta prueba en ayunas y sin lavarse los dientes para aumentar la
sensibilidad. En caso de estar recibiendo tratamiento con omeprazol o amoxicilina deben
suspenderse al menos dos semanas el omeprazol y cuatro la amoxicilina antes de realizar la
prueba para que no dé falsos negativos. En pacientes muy sintomáticos en los que es
imposible retirar la medicación con omeprazol se podría sustituir por ranitidina. Debe
suspenderse al menos dos días antes de la prueba, para aumentar la sensibilidad del test y
reducir falsos negativos.
La prueba tiene una sensibilidad del 88%-95% y especificidad del 95%-100% para el
diagnóstico de infección por HP. Esta prueba puede repetirse a las 4 semanas después de
finalizar el tratamiento erradicador, pues es altamente fiable para el seguimiento y control
de la infección (3).
Tratamiento
Una miríada de estudios ha demostrado que quizás el mayor predictor de fracaso del
tratamiento es la presencia de resistencia a los antibióticos las guías de práctica clínica de
expertos ya no recomiendan la terapia triple estándar basada en claritromicina como
tratamiento empírico inicial de primera línea en regiones con resistencia conocida a la
claritromicina debido a tasas de erradicación insatisfactorias (10)
En muchas partes del mundo la terapia triple, que comprende un inhibidor de la bomba de
protones (IBP) con amoxicilina y claritromicina (IBP-AC), sigue siendo el tratamiento de
primera línea más utilizado. Esta combinación fue la primera terapia ampliamente
recomendada y sustituyó a las terapias triples menos eficaces. Ha sido muy bien evaluada a
lo largo de los años.
En términos de tolerabilidad, CTT puede tener una ligera ventaja sobre BQT. Un estudio de
Mantzaris et al. reveló que los grupos BQT en comparación con CTT tenían más
probabilidades de experimentar náuseas, sabor metálico, así como dolores de cabeza y
mareos. Existe una terapia cuádruple que sustituye la tetraciclina por amoxicilina (IBP-
BAM) descrita hace bastante tiempo; si bien es menos utilizada, puede lograr resultados
aceptables.
Un régimen que elimina una sal de bismuto pero incluye tres antibióticos: claritromicina,
nitroimidazol (generalmente metronidazol) y amoxicilina, junto con un PPI, este esquema
puede aumentar las tasas de erradicación si las tasas de resistencia primaria de metronidazol
(RM) son bajas o moderada pero es poco probable que sirva demasiado en muchas regiones
del mundo que tienen resistencias primarias altas al metronidazol y/o a la claritromicina
(RC) Además, es frecuente que los pacientes en los que fracasa el tratamiento presenten
una doble resistencia. Este tipo de terapia concomitante se ha estudiado en países con
buenos recursos, pero rara vez en países donde los recursos son escasos. Se administra por
un período de 10 a 14 días según el ACG y 14 días por el Consenso de Toronto y
Maastricht V/Consenso de Florencia. Este régimen tiene como objetivo superar la
resistencia individual a la claritromicina o al metronidazol, basándose en el supuesto de que
existe un menor riesgo de resistencia combinada a los antibióticos. Las desventajas notables
de este régimen incluyen costos más altos de tratamiento y una posible exposición
innecesaria a los antibióticos, lo que puede contribuir inadvertidamente al desarrollo de
resistencia a los antibióticos. Además, los estudios demuestran que los eventos adversos
leves (por ejemplo, mareos, diarrea, sabor metálico) pueden ser más probables con las
terapias concomitantes, lo que teóricamente puede afectar la adherencia al tratamiento.
Las terapias cuádruples sin suelen ser ineficaces como terapias de rescate, debido a la RC y
RM secundarias
-El régimen de terapia secuencial implica el uso inicial de amoxicilina con un IBP durante
5 días, seguido de claritromicina, un nitroimidazol y un IBP durante 5 días adicionales, un
régimen introducido inicialmente como una alternativa a la terapia con claritromicina. Los
estudios han sugerido que la terapia secuencial es inferior a otras formas de tratamiento,
incluida la terapia triple y los regímenes concomitantes.
-La terapia híbrida consiste en amoxicilina y un IBP por un período de 7 días, luego de lo
cual se toman amoxicilina, claritromicina, nitroimidazol e IBP por otros 7 días. Según el
ACG, este régimen puede considerarse en pacientes sin exposición previa a macrólidos que
viven en áreas con baja resistencia a la claritromicina. Esta recomendación, sin embargo, se
da con la advertencia de que los datos para la terapia híbrida son limitados y, en este
momento, no hay ensayos en América del Norte. Un estudio de 2014 buscó determinar si la
duración del tratamiento híbrido podría reducirse de 14 días a 10 o 12 días; los resultados
fueron satisfactorios para los grupos de duración más corta, pero quizás aún más
importante, los tres grupos lograron altas de erradicación (> 90%).
Otras terapias de rescate que se han utilizado incluyen una triple terapia basada en la
rifabutina (IBP-AR). En general, es menos eficaz y el riesgo de una neutropenia importante
puede ser de hasta el 1%, lo que tiende a limitar su uso. Suele evitarse en regiones con alta
prevalencia de tuberculosis.
-Nuevas terapias
Conclusión
Bibliografía
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