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Ciclo Formativo: Imagen para el Diagnóstico y Medicina Nuclear

Módulo: Fundamentos físicos y equipos

BLOQUE TEMÁTICO II:


CARACTERIZACIÓN DE LO EQUIPOS DE
RADIOLOGÍA CONVENCIONAL

Unidad de Trabajo 6. El Haz de Rayos X

1. INTRODUCCIÓN
2. PRODUCCIÓN DE LOS RAYOS X
2.1. INTERACCIÓN ENTRE LOS ELECTRONES Y EL
BLANCO
2.2. EL ESPECTRO DE EMISIÓN
a. Espectro de rayos x característicos
b. Espectro de rayos x de bremsstrablung o
reducción de frenado
3. EMISIÓN DE LOS RAYOS X
3.1. CANTIDAD DE RAYOS X
Intensidad de corriente
Tensión
Distancia
Filtración
3.2. CALIDAD DE RAYOS X
Concepto
Filtro hemirreductor
Factores que afectan a la calidad de los rayos
4. INTERACCIÓN DE LOS RAYOS X CON LA MATERIA
4.1. ABSORCIÓN DE LOS RAYOS X
a. Dispersión coherente
b. Dispersión compton
c. Efecto fotoeléctrico
d. Producción de pares
e. Fotodesintegración
4.2. ATENUACIÓN DE LOS RAYOS X
a. Curvas de atenuación
b. CHR

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1. INTRODUCCIÓN
En este capítulo se describe dos conceptos fundamentales, la producción de los rayos
X y de cómo se producen e interaccionan estos rayos con la materia .
Antes de comenzar con ellos, se va a describir cómo funciona el tubo de rayos X.

Los rayos X se originan al colisionar electrones acelerados (con mucha energía cinética)
con la materia. Para ello, el tubo de rayos X está formado por los siguientes elementos
básicos:
 Una fuente de electrones: filamento, que se encuentra en el cátodo
 Un acelerador de electrones: tensión o diferencia de potencial (KV)
 Un lugar de choque: blanco, o zona metálica donde se produce la interacción de
los electrones, que se localiza en el ánodo

Durante el funcionamiento del tubo de rayos X se producen los siguientes


acontecimientos:

1. Cuando se conecta el tubo, el filamento recibe una intensidad de corriente (mA) a


través del generador de baja tensión y se pone incandescente, emitiendo electrones al
alcanzar una temperatura determinada (emisión termoiónica). Estos electrones se
quedan como flotando alrededor del filamento y esto se denomina nube de
electrones. Si no se aplica ninguna tensión al tubo los electrones se quedan en la
proximidad del filamento porque éste se hace ligeramente positivo debido a la perdida
de electrones y los atraerá para alcanzar un estado de equilibrio.
La intensidad de corriente (mA) determina la cantidad de electrones emitidos por el
filamento y, por tanto, la intensidad del haz de rayos X generado por el tubo.

2. Cuando se aplica una tensión (KV), o diferencia de potencial, el ánodo (que está
cargado positivamente) atrae fuertemente a los electrones y, en consecuencia, éstos
son fuertemente acelerados en el espacio cátodo-ánodo, debido al enorme voltaje
proporcionado por el generador de alta tensión.

3. El vacío que existe en el interior del tubo evita la presencia de obstáculos (no hay
moléculas gaseosas) que interceptarían el libre recorrido de los electrones hacia el
metal anódico. Estos electrones llegan a alcanzar velocidad del orden de 10 3 Km/s.

Un cuerpo en movimiento posee una energía cinética cuyo valor es: Ec = ½ · m · v 2


Siendo, en el caso de los electrones en movimiento:
Ec: energía cinética. Preguntar si es importante
m: masa del electrón.
v : velocidad alcanzada por el electrón.
Aun, cuando la masa del electrón es muy pequeña, y constante (9’1 · 10-31 Kg), la
energía cinética será muy elevada debido al valor de la velocidad alcanzada por el
electrón, que es alta y además se encuentra elevada al cuadrado en la fórmula. Esta
velocidad es consecuencia de la tensión (KV) aplicada.

La radiación X que sale del tubo depende de la energía cinética de los electrones, de
manera que a medida que aumenta esta energía, mayores serán la cantidad
(intensidad) y la calidad (energía o dureza) de los rayos X.

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La distancia cátodo-ánodo (o filamento-blanco) es de 1-3 cm, por lo que hay que


proporcionar un gran voltaje para que en tan poca distancia se consiga una gran
velocidad de los electrones, que iría desde 0 hasta 103 Km/s.

4. Cuando los electrones impactan en el metal anódico se produce una transformación


de energía: la mayor parte de la energía cinética (98-99%) se convierte en energía
térmica y el resto (1-2%) se transforma en energía electromagnética, que serán los
rayos X.

2. PRODUCCIÓN DE RAYOS X
2.1. INTERACCIÓN ENTRE LOS ELECTRONES Y EL BLANCO
Los electrones acelerados que se dirigen desde el cátodo al ánodo forman la corriente
del tubo y a veces reciben el nombre de electrones proyectil. Estos electrones
transfieren su energía cinética a los átomos metálicos del blanco al chocar con ellos,
pudiendo interaccionar con electrones corticales e incluso con el núcleo atómico o sus
proximidades, siendo esta última colisión menos frecuente.

Como consecuencia de estas interacciones se produce una transformación energética,


de manera que la energía cinética de los electrones se convierte en su mayoría (99 %)
en energía térmica, mientras que una pequeña parte (1 %) pasa a energía
electromagnética en forma de rayos X:
 Energía térmica. Este tipo de energía se origina cuando los electrones proyectiles
colisionan sobre electrones de las capas externas de los átomos de wolframio del
blanco provocando una excitación, ya que no transfieren energía suficiente para
ionizarlos: estos electrones pasan a un nivel energético superior pero vuelven
inmediatamente a su estado normal de energía mediante la emisión de radiación
IR o calor.
 Energía electromagnética: radiación X. Esta energía puede producirse mediante
dos mecanismos, que darán lugar a dos tipos de radiación:
 Radiación característica
 Radiación de frenado

RADIACIÓN CARACTERÍSTICA
La radiación característica se produce cuando un electrón proyectil interacciona con un
electrón de las capas internas de un átomo del blanco ocasionando su salida del
mismo, es decir, se produce una ionización. El átomo queda con un hueco electrónico
y éste se llena mediante la caída de un electrón de las capas exteriores, con la
consiguiente emisión de un fotón de radiación X. Esta radiación se denomina radiación
característica.

Vemos cómo se producen los rayos X característicos en el caso del wolframio.


Cuando un electrón proyectil ioniza al átomo de wolframio arrancando un electrón de
la capa K se crea un hueco electrónico temporal en esa capa. Este estado es antinatural
para el átomo del blanco y se corrige mediante la caída de electrones de cualquiera de
las capas más externas al hueco de la capa K, proceso que va acompañado de la
emisión de rayos X. El rayo X originado tiene una energía igual a la diferencia de las
energías de enlace de los correspondientes electrones orbitales.

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Cuando un electrón de la capa K del wolframio es arrancado por un electrón proyectil


su posición puede ser ocupada por electrones de cualquiera de las capas más externas:
L, M, N, O y P. Las radiaciones características producidas se denominan rayos X K, ya
que son el resultado de transiciones electrónicas hacia la capa K.
De igual modo pueden producirse rayos X característicos mediante la eliminación de
electrones de otras capas distintas de la K. Así, si un electrón proyectil arranca un
electrón de la capa L la vacante generada puede ser ocupada por un electrón de
cualquiera de las capas más externas: M, N, O y P.
Los rayos X resultantes de las transiciones electrónicas hacia la capa L se denominan
rayos X L y tienen mucha menos energía que los rayos X K, ya que la energía de enlace
de los electrones de la capa L es mucho menor que la de los electrones de la capa K. En
un blanco de wolframio además pueden producirse rayos X M, rayos X N e incluso
rayos X O.

Figura: Los rayos X característicos se


producen tras la ionización de un electrón de
la capa K. Cuando un electrón de la capa
externa ocupa la vacante de la capa K se
emite un rayo X

Aunque es posible producir muchos tipos de rayos X característicos, éstos tienen


energías específicas, que serán iguales a las diferencias de las energías de enlace de
los electrones para las diversas transiciones electrónicas.
Excepto los rayos X K, todos los rayos X característicos tienen energías muy bajas (los
electrones de la capa más interna, K, están fuertemente unidos al núcleo y esta
energía de ligadura es superior en los átomos más complejos, como es el caso del
wolframio, que tiene 74 electrones orbitales).

Para la obtención de imágenes de valor diagnóstico sólo resultan útiles los rayos X
característicos de tipo K, que tienen una energía eficaz de 69 KeV. Los rayos X L tienen
una energía eficaz de 12 KeV y apenas penetrarían unos cm en un tejido blando y, por
lo tanto, no son útiles en diagnóstico, al igual que otros rayos X característicos de baja
energía.
La energía de enlace de los electrones es distinta para cada elemento y, por tanto, la
energía de los rayos X característicos será también diferente (cada elemento produce
rayos X característicos diferentes). Al aumentar el número total de electrones en un
átomo (al aumentar el número atómico) aumenta también la energía de enlace, ya que
los electrones de los átomos grandes están más unidos al núcleo que los electrones de
los átomos más pequeños y se requiere mayor energía para ionizar a los átomos
grandes que a los pequeños. Por ejemplo, la energía de enlace de los electrones de la
capa K del wolframio es diferente de la energía de enlace de la capa K del molibdeno,

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porque éste tiene sólo 42 electrones, mientras que el wolframio tiene 74. Así, la
energía de enlace del electrón K del molibdeno es de 20’00 KeV mientras que la
energía de enlace del electrón K del wolframio es de 69’53 KeV. Por tanto, la energía
de los rayos X característicos aumenta al incrementarse el número atómico del
elemento del blanco.

RADIACIÓN DE FRENADO
Otro tipo de interacción, en la que el electrón proyectil puede perder su energía
cinética es aquella que se produce con el campo nuclear del átomo del blanco. En este
tipo de interacción la energía cinética del electrón también se convierte en energía
electromagnética.
Un electrón proyectil que evite por completo los electrones orbitales al pasar a través
de un átomo del blanco, puede aproximarse lo suficiente al núcleo como para notar la
influencia de su campo eléctrico. Debido a que el electrón tiene carga negativa y el
núcleo positiva, existe entre ellos una fuerza electrostática de atracción. Esta fuerza
(campo eléctrico del núcleo) es muy intensa debido a que el número de protones es
muy alto (Z = 74) y la distancia entre el núcleo y el electrón proyectil es muy pequeña.
Al pasar cerca del núcleo, el electrón proyectil es frenado con una gran fuerza y desvía
su trayectoria, quedando con una energía cinética menor y en una dirección distinta.
Esta pérdida de energía cinética conlleva la emisión de un fotón de rayos X.
Este tipo de rayos X se llaman radiación de frenado.

Figura: Los rayos X característicos de


bremstrahlung se producen por la interacción
entre un electrón proyectil y un núcleo del
blanco. El electrón se frena y su dirección
cambia.

Se puede decir que la radiación de frenado es una consecuencia de la ralentización


brusca o frenado de un electrón por el núcleo del átomo del blanco.
Un electrón proyectil puede perder cualquier cantidad de su energía cinética en una
interacción con el núcleo de un átomo del blanco y los rayos X de frenado asociados
con esta pérdida pueden tener los valores de energía correspondientes.

Por ejemplo, un electrón con una energía cinética de 70 KeV puede perder toda, nada
o cualquier energía intermedia en una interacción de frenado y, por tanto, los rayos X
producidos pueden tener una energía cualquiera de hasta 70 KeV. Esto es diferente a
la producción de rayos X característicos, los cuales tienen energías específicas.

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En general, es difícil obtener fotones con una energía máxima porque esto significaría
que toda la energía cinética del electrón proyectil ha pasado al fotón, y esto solamente
podría ocurrir cuando un electrón sufra un choque con el núcleo, fenómeno que
ocurre raramente. Por ello, los rayos X de frenado de energía próxima a la máxima van
a ser muy pocos.

Es posible producir rayos X de frenado con electrones proyectil de cualquier energía;


sin embargo, los rayos X característicos K van a requerir una energía aproximada de 70
KeV, debido a la energía de enlace de la capa K del wolframio. A 65 KV (65 KeV), por
ejemplo, no se producen rayos X característicos útiles y, por tanto, el haz de rayos X es
todo de frenado. A 100 KV (100 KeV) aproximadamente el 15 % del haz de rayos X es
característico y es resto es de frenado. Es decir, en su mayoría los rayos X de interés
diagnóstico se originan como producto de la radiación de frenado.

2.2. EL ESPECTRO DE EMISIÓN


El espectro de emisión de rayos X es la representación gráfica del número de rayos X
emitidos en función de la energía de cada fotón individual expresada en KeV. El
conocimiento de los espectros de emisión de rayos X sirve para comprender cómo
afectan los cambios de tensión (KV), de la corriente del tubo (mA), del tiempo y de la
filtración a la densidad óptica y el contraste de una radiografía.
La forma general de un espectro de emisión de rayos X es una representación conjunta
del espectro de rayos X característicos y el espectro de rayos X de frenado.

Figura: Forma general del


espectro de emisión de los
rayos X.

a. Espectro de rayos X característicos


Los rayos X característicos poseen energías fijas que son propias de las diferencias
entre las energías de enlace de los electrones orbitales de un elemento en particular.
Los rayos X característicos del wolframio pueden tener solamente 15 valores de
energía distintos pero nunca un valor diferente de esos 15.

Representando las energías de los rayos X característicos en abscisas y el número de


rayos X en ordenadas (número de rayos X característicos en función de su energía), se
obtiene el espectro de emisión de rayos X característicos: El espectro de emisión de
rayos X característicos es un espectro discreto puesto que las energías de los rayos X
característicos sólo pueden tomar unos determinados valores y no otros.

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En el caso del wolframio se observan cinco líneas verticales representando los rayos X
K y otras cuatro representando los rayos X L. Las líneas restantes de baja energía
representan emisiones características de capas electrónicas externas. Los rayos X K son
los únicos rayos X característicos del wolframio con energía suficiente para ser
utilizados en el diagnóstico por imagen. Aunque existen cinco tipos de rayos X K, éstos
suelen representarse como uno solo mediante una única línea vertical a 69 KeV.

Figura: El espectro de emisión de rayos


X para el wolframio.
característicos

b. Espectro de rayos x de bremsstrablung o de reducción de frenado


Los rayos X de frenado van a tener una energía con valores comprendidos entre 0 y la
energía cinética del electrón proyectil, que sería la energía máxima.
Por ejemplo, cuando un tubo de rayos X funciona a 90 KV se pueden emitir rayos X de
frenado con energías de hasta 90 KeV (la energía máxima, en KeV, de los rayos X es
numéricamente igual a los KV aplicados). Estos valores de energía corresponden a
frenados más o menos intensos de los electrones proyectil dependiendo de la mayor o
menor cercanía de los mismos al núcleo del átomo. El valor 0 y el valor máximo no se
van a dar nunca.
Representando el número de rayos X frente a la energía de los mismos obtenemos el
espectro de emisión de rayos X de frenado: Este espectro es continuo, y no lineal como
en el característico, porque las energías de estos rayos X pueden oscilar desde 0 hasta
un máximo.

Es importante recordar que el espectro característico sólo depende de las estructuras


energéticas de los átomos del blanco, es decir, de las energías de enlace y no depende
en absoluto de la energía cinética de los electrones incidentes. La única condición es
que esta energía cinética sea suficiente para romper las energías de enlace de los
electrones de las capas más internas. Por ello, la radiación característica va a tener
valores energéticos diferentes para cada elemento en función de su número atómico.

Figura: El espectro de emisión de


rayos X de frenado se extiende
desde cero hasta la energía máxima
de los electrones proyectil, donde el
mayor número de rayos X tiene,
aproximadamente, una energía de
un tercio de la energía máxima .

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3. EMISIÓN DE LOS RAYOS X


Los rayos X que se emiten a través de la ventana de la envoltura de vidrio o metal del
tubo de rayos X formando un haz de energías diversas. Este haz de rayos X se
caracteriza por la cantidad (número de rayos X del haz) y la calidad (capacidad de
penetración o penetrabilidad del haz).

3.1. CANTIDAD DE LOS RAYOS X


La cantidad de rayos X, o intensidad, es el número de rayos X que contiene el haz útil.
Otro sinónimo de cantidad de rayos X es el de exposición a la radiación.
La intensidad del haz de rayos X de un sistema de imagen se mide en roentgens (R) o
en milirroentgens (mR).

Intensidad de corriente (mA)


La intensidad de corriente (mA) determina el número de electrones que se producen
en el cátodo: la corriente que circula por el filamento eleva la temperatura del mismo
y, según sea la intensidad de dicha corriente, el filamento se calentará más o menos,
sus átomos se ionizarán más o menos y emitirá más o menos electrones.
Por consiguiente, el valor de la intensidad de corriente condiciona el número de
interacciones electrón-blanco y el número de rayos X generados como consecuencia
de las mismas.
Cuando se duplican los mA, el número de electrones que inciden sobre el blanco es el
doble y, por tanto, se duplica también el número de rayos X emitidos. Es decir, la
cantidad de rayos X es directamente proporcional a la intensidad de corriente.

La ecuación que relaciona la intensidad de radiación, en R o en mR, y la intensidad de


corriente, en mAs, es: I1 / I2 = mAs1 / mAs2
Siendo I1 e I2 las intensidades del haz de rayos X correspondientes a las intensidades de
corriente mAs1 y mAs2, respectivamente.
Los mA son el factor de exposición utilizado por el técnico para modificar la intensidad
del haz de rayos X.
Además, aunque son muchos los factores que influyen en la densidad de la imagen
radiográfica (y, por tanto, en la calidad de la imagen), el valor de mAs es la variable
técnica que se utiliza para controlar dicho parámetro. La densidad aumenta
directamente con los mAs y, por tanto, para aumentar la densidad en una radiografía
los mAs deben incrementarse en concordancia.

Factores que afectan a la cantidad de rayos


 Tensión
La cantidad de rayos varía rápidamente con los cambios en el KVp. El cambio en la
cantidad de rayos X es proporcional al cuadrado de la proporción de los kVp; en otras
palabras, si kVp se duplica, la intensidad de los rayos X aumentaría en un factor de
cuatro.

Si se duplica la tensión, la cantidad de rayos X se multiplica por cuatro. Por tanto, la


cantidad de rayos X es proporcional al cuadrado de la tensión.
La ecuación que relaciona la intensidad de radiación, en R o en mR, y la tensión, en KV,
es:
I1 / I2 = (KV1 / KV2) 2

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Siendo I1 e I2 las intensidades del haz de rayos X correspondientes a las tensiones KV 1 y


KV2, respectivamente.

En la práctica clínica no se utiliza esta relación para modificar la intensidad del haz de
rayos X ni para variar la densidad de la imagen porque al incrementarse la tensión
aumenta también la penetrabilidad (calidad) de dicho haz y son absorbidos
relativamente menos rayos X por el paciente, es decir, hay más fotones que atraviesan
al paciente y que interaccionan con el receptor de imagen. En concreto, para mantener
una exposición del receptor de imagen constante, y una densidad óptica constante, se
requiere que un aumento del 15 % en la tensión vaya acompañado de una disminución
de la intensidad de corriente a la mitad.
Al aumentar la tensión y reducir la intensidad de corriente de manera que la densidad
óptica permanezca constante, la dosis del paciente se reduce significativamente. La
desventaja de este ajuste técnico es la reducción en el contraste de la imagen.

 Distancia
La intensidad de los rayos X es inversamente proporcional al cuadrado de la distancia
al blanco del tubo.
Esta relación se conoce como ley de la inversa del cuadrado, que en términos
matemáticos se expresa de la siguiente forma: I1 / I2 = (d2 / d1) 2
Siendo I1 e I2 las intensidades del haz de rayos X a las distancias d 1 y d2,
respectivamente.

 Filtración
Como ya es sabido, la filtración disminuye la cantidad de rayos X del haz. La
disminución en la intensidad de la radiación no es proporcional al grosor del filtro sino
que está relacionada con el mismo de una forma más compleja: al aumentar el grosor
del filtro, la cantidad de rayos X disminuye de forma exponencial.
Los filtros que se colocan en el recorrido del haz útil (filtración añadida) tienen como
finalidad reducir el número de rayos X de baja energía que llegan al paciente. Estos
rayos no contribuyen en nada a la formación de la imagen radiográfica y además
aumentan la dosis de radiación que recibe el paciente de forma innecesaria, ya que
son absorbidos por los tejidos superficiales y no alcanzan la película.
Cuando se interpone un filtro en el haz de rayos X se reduce la dosis que recibe el
paciente porque hay menos rayos X de baja energía en el haz útil. La desventaja de la
filtración del haz de rayos X es la reducción en el contraste de la imagen debida al
endurecimiento del haz.
Los equipos de rayos X por lo general tienen filtros de aluminio (a veces de cobre) de
1-3 mm de espesor, interpuestos en el haz útil.
Los factores que afectan a la cantidad de rayos X y son casi los mismos que los que
controlan la densidad óptica (grado de ennegrecimiento de una imagen radiográfica):

Factores Densidad
Cantidad de rayos X
(incremento) óptica
mA Aumenta proporcionalmente Aumenta
KV Aumenta según (KV1/KV2)2 Aumenta
Distancia Disminuye según (d2/d1)2 Disminuye
Filtración Disminuye Disminuye

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3.2. CALIDAD DE RAYOS X


Al aumentar la energía del haz de rayos X, se incrementa su capacidad de penetración
o penetrabilidad. Este término se refiere a la capacidad del haz de rayos X para
atravesar la materia, es decir, al alcance de dicha radiación en los tejidos, estando
relacionado con la atenuación de los rayos X cuando interaccionan con los mismos (la
atenuación es la reducción de la intensidad de los rayos X al atravesar la materia como
consecuencia de la absorción).

La capacidad de penetración de un haz de rayos X se conoce también como calidad de


los rayos X y viene dada por la energía de los mismos; así, los rayos X de alta energía
penetran en la materia mucho más que los de baja energía. Los rayos X de elevada
capacidad de penetración se denominan rayos X de alta calidad o duros, mientras que
los de baja capacidad de penetración son llamados rayos X de baja calidad o blandos.
La calidad de un haz de rayos X se identifica numéricamente mediante el filtro
hemirreductor (FHR), que depende de la tensión (KV) y de la filtración empleados.

Filtro hemirreductor
Los rayos X de alta energía poseen un poder de penetración mucho mayor que los de
baja energía.
Por ejemplo, mientras que los rayos X de 100 KeV se atenúan a un ritmo aproximado
de un 3%/cm de tejido blando, los rayos X de 10 KeV se atenúan a un 15%/cm de dicho
tejido. Además, los rayos X de cualquier energía son más penetrantes en un material
de bajo número atómico (como es el caso de piel y músculo) que en otro de alto
número atómico (como es el hueso).
En radiología, la calidad de los rayos X se mide mediante el FHR, siendo éste una
característica del haz útil de rayos X. El filtro hemirreductor se define como el grosor
de material absorbente necesario para reducir la intensidad del haz de rayos X a la
mitad de su valor original. Un haz de rayos X de diagnóstico suele tener un FHR entre 3
y 5 mm de aluminio o entre 3 y 6 cm de tejido blando.
Para determinar el FHR del haz de rayos X se utiliza un sistema constituido por tres
elementos:
 Un tubo de rayos X con colimación.
 Un conjunto de filtros de aluminio con espesor graduado.
 Un detector de radiación (mide la cantidad de rayos X).

Figura: Sistema experimental característico para


la determinación de la capa hemirreductora.

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Los pasos a seguir para calcular el FHR son los siguientes:


1. Se realiza una medida de la intensidad de la radiación sin ningún filtro entre el
tubo y el detector.
2. Se realizan medidas sucesivas de la intensidad de la radiación con secciones de
filtro cada vez más gruesos.
3. El espesor de filtro que reduce la intensidad del haz de rayos X a la mitad es el
FHR.
Los datos obtenidos pueden ser representados en un gráfico para su interpretación.

Figura: Los datos de la tabla son


característicos para la determinación
de la capa hemirreductora.

NO

Factores que afectan a la calidad de los rayos


Los factores que afectan a la calidad del haz de rayos X también tienen efecto sobre el
contraste de la película radiográfica (diferencia de densidad, o de tono de gris, entre
estructuras anatómicas diferentes, cuya función es hacer más visible el detalle
anatómico). Algunos de los factores que afectan a la cantidad de los rayos X no tienen
ningún efecto sobre su calidad (como ocurre con la distancia y los miliamperios),
mientras que otros factores afectan tanto a la cantidad como a la calidad del haz de
rayos X.

Factores
Calidad de los rayos X Cantidad de rayos X
(incremento)
mAs No afecta Aumenta
KV Aumenta Aumenta
Distancia No afecta Disminuye
Filtración Aumenta Disminuye

 Tensión (KV)
La tensión o kilovoltaje existente entre el cátodo y el ánodo determina la velocidad y,
por tanto, la energía cinética de los electrones. Como consecuencia, aumenta la
energía de los rayos X de frenado producido.
Al aumentar la tensión, aumenta la capacidad de penetración o calidad del haz de
rayos X y, por tanto, el FHR.

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En la siguiente tabla se observa la variación en el valor del FHR a medida que se


incrementa el kilovoltaje de un tubo de rayos X de 50 KV a 150 KV, siendo la filtración
total del haz de 2’5 mm de Al.

KV FHR (mm de Al)


50 1’9
75 2’8
100 3’7
125 4’6
150 5’4

 Filtración
Como ya se ha indicado con anterioridad, el objetivo principal de la filtración añadida
es eliminar de forma selectiva los rayos X de baja energía. A medida que aumenta la
filtración mejora la calidad (capacidad de penetración) del haz, aunque disminuye la
cantidad de rayos X que lo integran.
Aumenta el Kv el filtro reductor aumenta para reducir el FHR

Figura: La filtración se usa para eliminar


selectivamente los rayos X de baja energía del haz
útil. Una filtración añadida ideal eliminaría todos los
rayos X de baja energía.

El haz de rayos X ideal obtenido tras la filtración debería estar formado por rayos X con
unos valores poco variables de energía: habría que eliminar todos los rayos X por
debajo de una determinada energía (que vendría determinada por el tipo de examen a
realizar) para reducir la dosis de radiación que recibe el paciente. Además, también
deberían eliminarse los rayos X con energías superiores a un valor concreto con el fin
de mejorar el contraste de la imagen (los rayos X duros generan más radiación dispersa
que los blandos, disminuyendo más el contraste).

FILTROS DE COMPENSACIÓN. Un problema frecuente con el que se enfrentan los


técnicos es conseguir una imagen con una densidad óptica uniforme cuando se
examinan zonas del cuerpo con importantes variaciones de grosor o de composición.
Para solucionar estos problemas se utilizan filtros de compensación, que compensan
las diferencias de radioopacidad del paciente, obteniendo así radiografías con una
densidad óptica más uniforme.
Por ejemplo, en una proyección AP de tórax en el caso de un hemitórax lleno de
líquido y el otro lleno de aire, la radiografía presentará una densidad óptica menor en
el primero que el segundo. Esta variación se puede compensar colocando un filtro con
la parte más delgada en el hemitórax lleno de líquido.

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Estos filtros pueden fabricarse para muchos procedimientos, y por tanto, existen
diferentes tamaños y formas. La mayoría están hechos de aluminio, pero también se
pueden usar materiales plásticos en su diseño.
Existen diferentes tipos de filtros de compensanción:

Filtros de cuña: se utilizan en zonas del cuerpo con grosor variable. Por ejemplo, al
radiografiar un pie se podría colocar una cuña con la parte más gruesa sobre los dedos
y la más fina hacia el tobillo.

Figura: Uso de un filtro de cuña para una


exploración del pie.

Dosis óptica homogénea

Filtros de paso, de doble cuña o de canal: se pueden utilizar en radiología de tórax. La


parte central del filtro, que es más delgada, se coloca en la zona del mediastino y las
partes gruesas, que son las laterales, en los pulmones.

Figura: Uso de un filtro de canal para una


exploración del tórax.

Filtro con escalones o de cuña escalonada: se utilizan en algunos procedimientos


especiales en los que se radiografían zonas extensas del cuerpo con dos o tres placas
radiográficas. Por ejemplo, en una medición de extremidades inferiores.
Los filtros de compensación son útiles para mantener la calidad de la imagen
radiográfica, aunque hay que señalar que no son dispositivos para proteger al paciente
de la radiación.

Figura: Configuración de un aparato que utiliza una


cuña escalonada de aluminio para una radiografía
seriada del abdomen y las extremidades inferiores.

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4. INTERACCIONES DE LOS RAYOS X CON LA MATERIA


Los rayos X interaccionan con la materia de cinco formas Únicamente la dispersión
Compton y el efecto fotoeléctrico son de importancia para obtener una imagen por
rayos X. Las condiciones que rigen estas dos interacciones controlan la absorción
diferencial la cual determina el grado de contraste de una imagen radiológica. Sin
olvidar, que la radiación electromagnética interacciona con imágenes similares en
tamaño a la longitud de onda de la radiación.

Los rayos X presentan  muy corta, de aproximadamente 10-8 a 10-9 m. Al aumentar la


energía de un rayo disminuye su longitud de onda. Por consiguiente, los rayos X de
baja energía tienden a interaccionar con átomos enteros, los cuales presentan
diámetros de aproximadamente 10-8 a 10-9 m; los rayos X de energía moderad
interaccionan, con los electrones, y los rayos X de energía elevada interaccionan con
los núcleos.

4.1. INTERACCIONES
Radiación dispersa
a. DISPERSIÓN COHERENTE (Dispersión Thompson)
Los rayos X con energía inferiores aproximadamente a 10keV interaccionan con la
materia mediante dispersión coherente.
En este fenómeno, el rayo X incidente interacciona con un átomo diana, haciendo que
éste se convierta en un átomo excitado. El átomo diana libera, de forma inmediata, su
exceso de energía en forma de rayo X dispersado con una longitud de onda igual a la
del rayo incidente. Sin embargo, la dirección del rayo X dispersado es diferente de la
del rayo X incidente y, por tanto de igual energía.
No existe transferencia de energía y, de este modo, tampoco ionización.

Figura: La dispersión coherente es una


interacción entre rayos X de baja energía y
átomos. El rayo X no pierde energía, pero
cambia de dirección. La longitud de onda de
ambos rayos es la misma.

La dispersión coherente implica, a los rayos de baja energía, los cuales apenas
contribuyen a la imagen médica. Sin embargo, representa cierta dispersión a lo largo
del intervalo diagnóstico. A 70 kVp, un pequeño porcentaje de rayos experimentan
dispersión coherente, el color grisáceo general de una radiografía que reduce el
contraste de la imagen.

b. DISPERSIÓN COMPTON
Los rayos X a lo largo del intervalo diagnóstico pueden experimentar una interacción
con los electrones de las capas externas,(que no solamente dispersan el rayo X,) sino
que reducen su energía y también ionizan al átomo. Este tipo de interacción se
denomina efecto Compton o dispersión Compton.

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En la dispersión Compton, el rayo X incidente interacciona con un electrón de una capa


externa y lo expulsa del átomo, con lo que este último queda ionizado. El electrón
expulsado se denomina electrón Compton. El rayo X continúa su camino en una
dirección diferente y con menor energía.

La energía del rayo X con dispersión es igual a la diferencia entre la energía del rayo X
incidente y la energía del electrón expulsado. La energía del electrón expulsado es
igual a la energía de enlace más la energía cinética con la cual abandona el átomo.

Figura: La dispersión Compton se produce


entre los rayos X de energía moderada y
los electrones de las capas más externas.
Relacionado
A tenido que aplicar una energia para arrancarlo y otra
para expulsarlo

Los rayos X dispersados que regresan en la dirección del haz incidente se denominan
radiación de retrodispersión. En radiología, esta radiación procede de la pared de la
mesa de exploración, no desde el paciente.
Relacionado
La probabilidad de que un rayo X dado experimente una dispersión Compton
disminuye al aumentar la energía de los rayos. La probabilidad de la dispersión es
inversamente proporcional a la energía del rayo X (1/E) e independiente del número
atómico. La dispersión Compton no depende del número atómico del átomo
implicado. Cualquier rayo tiene probabilidad de experimentar este efecto con un
átomo de tejido blando, así como con un átomo de hueso.

La dispersión Compton en el tejido puede presentarse con todos los tipos de rayos X y,
por este motivo, es de considerable importancia en la imagen radiológica. Sin
embargo, su relevancia tiene un sentido negativo. Los rayos X dispersos no
proporcionan una información útil en la radiografía. Al contrario, producen una
densidad óptica uniforme en la placa convencional y una intensidad uniforme en el
receptor de imagen digital, lo que redunda en una disminución del contraste de la
imagen. Capacidad óptica con
Analogica grados similares
c. EFECTO FOTOELÉCTRICO
Los rayos X en el rango diagnóstico también experimentan interacciones ionizantes con
los electrones de las capas internas. En este caso, el rayo X no se dispersa, sino que se
absorbe totalmente. Este proceso se denomina efecto fotoeléctrico.

El electrón extraído del átomo, que se conoce por fotoelectrón, escapa con una
energía cinética igual a la diferencia entre la energía del rayo X incidente y la energía
de enlace del electrón.

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Figura: El efecto fotoeléctrico tiene lugar


cuando un rayo X incidente es absorbido
totalmente durante la ionización de un átomo
electrón de las capas internas. El fotón
incidente desaparece y el electrón de la
capa K, denominado fotoelectrón es
expulsado del átomo.

Para los átomos con número atómico reducido, como los que se encuentran en los
tejidos blandos, incluso la energía de enlace de los electrones de la capa K es baja. Por
tanto, el fotoelectrón es liberado con una energía cinética casi igual a la energía del
rayo X incidente.
Para los átomos diana con números atómicos más elevados, las energías de enlace de
los electrones son superiores, siendo menor la energía cinética que tenga el
fotoelectrón.

Los rayos X característicos se producen posteriormente a la interacción fotoeléctrica.


La expulsión del fotoelectrón de la capa K por la acción del rayo X incidente crea un
hueco en esta capa. Este estado no natural es corregido de forma inmediata cuando un
electrón de una capa más externa, normalmente de la capa L, ocupa este hueco.
Esta transición de electrones se acompaña de la emisión de un rayo X cuya energía es
igual a la diferencia entre las energías de enlace de las capas implicadas. Estos rayos X
característicos constituyen una radiación secundaria y se comportan de forma similar a
la radiación dispersa. No contribuyen, de ningún modo, en el valor diagnóstico y, por
fortuna, su energía es lo suficientemente baja para impedirles penetrar en el receptor
de imagen.

La probabilidad de que un rayo X dado experimente una interacción fotoeléctrica


depende tanto de la energía del rayo X (1/E)3 como del número atómico del átomo
(Z3) con el que interacciona.
Una interacción fotoeléctrica no puede producirse a menos que el rayo incidente
presente una energía igual o superior a la energía de enlace del electrón.

d. FORMACIÓN DE PARES
Si un rayo X incidente posee suficiente energía, puede eludir la interacción con los
electrones y acercarse al núcleo del átomo lo suficiente como para experimentar la
influencia del campo nuclear fuerte. La interacción entre el rayo X y el campo nuclear
hace que el rayo X desaparezca y, en su lugar, aparezcan dos electrones, uno cargado
positivamente (positrón) y el otro con carga negativa. Este proceso recibe el nombre
de formación de pares.

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Figura: La producción de pares se presenta


con rayos X que tienen energías superiores a
1,02 MeV.

Un rayo X con una energía menor de 1,02 MeV no puede desencadenar la producción
de pares. La energía de los rayos X que excede los 1,02 MeV se distribuye por igual
entre los dos electrones en forma de energía cinética.
El electrón resultante de la producción de pares pierde energía por excitación e
ionización y, finalmente, ocupa un hueco en la capa orbital del átomo. El positrón se
une a un electrón libre y la masa de ambas partículas se convierte en energía en un
proceso que se denomina radiación de aniquilación.
Debido a que la producción de pares afecta únicamente a rayos X con enrgías
superiores a 1,02 MeV, no es relevante para la obtención de imágenes por rayos X
pero tiene una importancia vital para la tomografía por emisión de positrones (PET) en
medicina nuclear.

e. FOTODESINTEGRACIÓN
Los rayos X con una energía superior aproximadamente a 10 MeV pueden eludir la
interacción con los electrones y el campo nuclear y ser absorbidos directamente por el
núcleo. Cuando se presenta este fenómeno, el núcleo pasa a un estado de excitación y,
en este mismo instante, emite un nucleón u otro fragmento nuclear. Este proceso se
conoce por fotodesintegración.

Figura: La fotodesintegración no
tiene lugar en la radiología
diagnóstica.

4.2. ABSORCIÓN DIFERENCIAL Rx: Anatomía


De las cincos formas en que un rayo X puede interactuar con el tejido, únicamente dos
son importantes para la radiología: la dispersión Compton y el efecto fotoeléctrico. De
la misma forma, dos métodos de producción de rayos X, los rayos X de bremsstrahlung
y los rayos X característicos, son importantes.
e- aceleadros dentro del tubo que interacciona con el ánodo y
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emite RX 17
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Sin embargo, para constituir la imagen médica, de mayor importancia que el rayo X
que interacciona por dispersión Compton o efecto fotoeléctrico es el rayo X
transmitido a través del cuerpo sin que presente interacción alguna.

Figura: Existen tres tipos de rayos X importantes


para realizar una radiografía.

El rayo X dispersado por efecto Compton no contribuye a la obtención de una


información de utilidad para la imagen. Cuando un rayo X dispersado por efecto
Compton interacciona con el receptor de imagen, éste asume que el rayo X procede de
forma directa del blanco del tubo de rayos X.

Figura: Cuando un rayo X es dispersado por


efecto Compton, el receptor de imagen
interpreta que el rayo procede directamente
de la fuente emisora.

Estos rayos X dispersados provocan un ruido en la imagen, un velo u oscurecimiento


general de la imagen por rayos X que no constituyen una información diagnóstica. Para
reducir este tipo de ruido, se utilizan técnicas y dispositivos que pretenden reducir el
número de rayos X dispersos que llegan al receptor de imagen.

Los rayos X que experimentan una interacción fotoeléctrica proporcionan información


diagnóstica al receptor de imagen. Debido a que no alcanzan el receptor de imagen,
estos rayos X son representativos de estructuras anatómicas con característicos de una
elevada absorción de rayos X; estas estructuras son radiopacas. La absorción
fotoeléctrica de los rayos X producen las áreas claras en la radiografía, como las que
corresponden al hueso.
Otros rayos X penetran en el cuerpo y son transmitidos al receptor de imagen sin
ningún tipo de interacción. Producen las áreas oscuras de una radiografía. Las
estructuras anatomía a través de las que pasan los rayos X son radiolúcidas.

Básicamente, una imagen radiológica procede de la diferencia entre los rayos X


absorbidos fotoeléctricamente en el paciente y los rayos X transmitidos al receptor de
imagen. Esta diferencia en la interacción se la denomina absorción diferencial.

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4.3. ATENUACIÓN DE LOS RAYOS X


a. Curvas de atenuación
Cuando los rayos X inciden en cualquier tipo de tejido, pueden interaccionar con los
átomos de ese tejido mediante alguno de los cinco mecanismos vistos anteriormente.
La frecuencia relativa de la interacción para cada uno de estos mecanismos depende
principalmente de número atómico de los átomos del tejido, de la densidad de masa y
de la energía de los rayos X.

Una interacción como el efecto fotoeléctrico se denomina proceso de absorción debido


a que el rayo X desaparece. La absorción es un concepto de tipo “todo o nada” en
cuanto a la interacción con los rayos X.
Las interacciones en las que los rayos X se absorben únicamente de forma parcial,
como la dispersión Compton, son procesos de absorción parcial.
La producción de pares y la fotodesintegración son procesos de absorción.

La reducción total en el número de rayos X que permanece en un haz de rayos X


después de la penetración a través de un espesor hístico se denomina atenuación.
Cuando un haz de rayos X incide en cualquier tejido, algunos de los rayos X se
absorben y otros se dispersan. El resultado es una cifra reducida de rayos X, un
fenómeno que se denomina atenuación de los rayos X.

Los rayos X son atenuados de forma exponencial, lo que significa que no muestran un
rango fijo en los tejidos. Los rayos X son reducidos en número de forma porcentual
para cada aumento del espesor del tejido que atraviesan.
Considere la situación que se presenta en el diagrama de la siguiente figura:

Figura: La interacción de los rayos X por absorción y


dispersión se denomina atenuación.

Mil rayos X inciden en la nariz, que posee un grosor de 25 cm. La energía de los rayos X
y el número atómico del tejido muestran unas características tales que el 50 % de los
rayos X son extraídos o desplazados en los primeros 5 cm de espesor. Por tanto, en los
primeros 5 cm desaparecen 500 rayos X, y otros 500 continúan camino y penetran más
en los tejidos.
Al final de los segundos 5 cm, el 50 % de los 500 rayos X restantes, o 250 rayos X más,
han sido eliminados, con lo que solo 250 rayos siguen penetrando en los tejidos.
De forma similar, al entrar en el cuarto espesor, únicamente quedan 125 rayos X, y al
entrar en el quinto y último intervalo quedan 63 rayos X. La mitad de estos 63 serán
atenuados en los últimos 5 cm de tejido y, por tanto, únicamente 32 serán

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transmitidos para interaccionar con el receptor de imagen. El efecto total de esta


interacción es una atenuación del 97 % y una transmisión del haz de rayos X del 3 %.

En la siguiente figura se muestra un gráfico de esta hipotética atenuación del haz de


rayos X, que se asemeja mucho a la situación real.
Debe quedar claro que, al menos en teoría, el número de rayos X emergentes desde
cualquier espesor del absorbente nunca alcanzará el valor de cero. Cada espesor es
atravesado puede atenuar el haz de rayos X únicamente en una cantidad fraccionaria,
y la fracción de cualquier número positivo siempre es superior a cero.

Figura: Gráficas lineal y semilogarítmica de los datos de la


atenuación exponencial de los rayos X.

Cada espesor que es atravesado puede atenuar el haz de rayos X únicamente en una
cantidad fraccionaria, y la fracción de cualquier número positivo siempre es superior a
cero.

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