Texto: “El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud.
¿Qué más me falta?” Mateo 19:20. Introducción. Existen tres elementos esenciales que deben permanecer en la vida cristiana, ¿podrían mencionar cuáles son? La respuesta es: Fe, Esperanza y Amor. Pero quisiera preguntar, de estos tres ¿Todos están al mismo nivel o habrá uno superior? “Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.” 1 Corintios 13:13, la Biblia nos dice que de estos tres elementos el mayor es el amor, y hoy vamos a descubrir el porqué. ¿Qué es Amar? “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?” 1 Juan 4:20. Queridos hermanos, la Biblia es clara, y nos presenta una contradicción que el cristiano presenta en su vida, no podemos decir que amamos a Dios, cuando en nuestra vida cotidiana despreciamos a nuestro prójimo, aquella persona que hace tal afirmación es mentirosa, porque el amor a Dios se refleja en el amor a tu hermano. Hay un punto especial en el cual debemos demostrar que realmente amamos a Dios, “Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabras o de lengua, sino de hecho y en verdad.” 1 Juan 3:17-18. Todos en este mundo tenemos bienes, algunos más, algunos menos, pero también todos tenemos necesidad, hay quienes tienen más bienes y hay quienes tienen más necesidad, pero nuestro deber es servir a aquel que sabes que necesita de algo. Cerrar nuestro corazón es lo mismo que aborrecer, pues es muy diferente no poder servir a no querer servir. Amar de palabras es igual a ser mentiroso, no basta con solo hablar de servir, Cristo nos dice, hijitos míos, amén en hecho y en verdad, porque una vida al servicio del prójimo es una persona en la cual mora el amor de Dios. El joven que no amaba. Cuenta la historia que un día un joven salió al encuentro de Jesús, porque había un anhelo en su corazón, cuando se encontró con el Señor expresó lo que había en él y dijo, “maestro bueno, ¿Qué bien hare para tener la vida eterna?” Mateo 19:16. Cuando Jesús dijo que guardara los mandamientos, él dijo que todo lo guardaba desde su juventud, y era cierto, tenía una vida aparentemente intachable, luego pregunto, “¿Qué más me falta?” Mateo 19:20. ¿Será que en aquel joven había fe? Claro que sí, fue en busca del Señor Jesucristo, porque sabía que él le ´podía indicar el camino, porque solo en Cristo estaba la respuesta correcta para obtener la vida eterna. ¿Había esperanza en el joven? También, tenía esperanza, por ello fue en busca de Jesús e hizo la pregunta, tenía esperanza en las palabras que Jesús pronunciara, tenía la esperanza de poder lograr cualquier cosa que el maestro le mandara a hacer, tenía esperanza de obtener la vida eterna. Pero ahora viene la pregunta más importante, ¿permanecía el amor en este joven? “Jesús le dijo: SI quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, así tendrás tesoros en el cielo, ven y sígueme. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.” Mateo 19:21-22. ¿Qué más me falta? fue la pregunta del joven; lo que le faltaba era el amor, no tuvo el amor para servir a las personas que más necesidad tenían. No quiso alimentar al hambriento, no quiso vestir al desnudo, no quiso auxiliar a la viuda, al desamparado, no quiso compartir de las bendiciones que el poseía. Este joven tuvo la oportunidad de aprender del gran maestro, del gran líder del servicio, de aquel que atendió muchas necesidades, del que había sanado a paralíticos, devuelto la vista a los ciegos, de aquel que había alimentado a muchas personas. No quiso aprender y obedecer lo que Cristo le estaba diciendo. Conclusión. Una vida de servicio al prójimo es lo que Jesús te está invitando a tener, que compartas de lo poco o mucho que posees, y que lo hagas con alegría y gozo, y que en ti permanezca el amor. “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.” 1 Juan 4:7. Servir a los demás significa nacer de Dios y conocer a Dios. Una vida de servicio en obediencia a Dios conduce al reino de Dios y a la vida eterna. “Cuando el hijo del hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartara los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid benditos de mi padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a unos de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te SERVIMOS? Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mi lo hicisteis. E irán estos al castigo eterno y los justos a la vida eterna.” Mateo 25:31-46. No seamos como aquel joven, que aunque tenía fe y esperanza, carecía de amor por el prójimo, es decir, realmente no amaba a Dios; la fe, la esperanza y el amor son necesarios, una vida cristiana está incompleta si falta uno, pero hoy sabemos porque el amor es el mayor. Llamado. Querido hermano, hermana, joven y señorita, hoy te invito a que te hagas la siguiente pregunta, ¿qué más me falta? Será ¿una vida de servicio al prójimo?, ¿te faltará el amor? Hoy Dios te está invitando tener un liderazgo de servicio, ¿obedecerás al mandato y llamado de Jesús? Recuerda, amar es servir y servir es amar.