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16 CTO Neumología - Cirugía Torácica
16 CTO Neumología - Cirugía Torácica
Capítulo 5: Asma.
Concepto: el asma es una enfermedad inflamatoria crónica de la vía aérea, en cuya patogenia intervienen diferentes
células y mediadores inflamatorios, condicionada parcialmente por factores genéticos, que cursa con hiperreactividad
de la vía aérea a una gran variedad de estímulos y una obstrucción reversible al flujo aéreo.
Esta inflamación causa episodios recurrentes de sibilancias, disnea, opresión torácica y tos. La reversibilidad consiste en
un aumento del FEV1 de al menos un 12% su valor basal tras la administración de un B2-adrenérgico de acción corta. La
hiperreactividad consiste en disminución del FEV1 de al menos un 20% sobre su valor basal tras la realización de una
prueba de bronco provocación inespecífica (histamina, metacolina, ejercicio físico).
Epidemiología: la prevalencia global del asma varía entre el 1-18% según países. En la edad infantil, es más frecuente en
varones. En todo el mundo se producen unas 250,000 muertes al año por asma.
Patogenia: el asma es un trastorno inflamatorio crónico de las vías aéreas. La inflamación crónica se asocia con
hiperreactividad bronquial y a obstrucción reversible. El proceso inflamatorio es bastante consistente entre todos los
fenotipos de asma. La inflamación en el asma es similar a la de otros procesos alérgicos.
Células inflamatorias:
a. Linfocitos T: está aumentados en la vía aérea, sobre todo los TH2 y aumento de NK.
b. Mastocitos: aumentados tanto en la vía aérea como en el músculo liso bronquial, se relaciona con hiperreactividad
bronquial. Su activación da lugar a liberación de broncoconstrictores y proinflamatorios.
c. Eosinófilos: están elevados en la vía aérea de la mayoría de los asmáticos.
d. Neutrófilos: aparecen en cantidad aumentada en la vía aérea.
e. Células dendríticas: son CPA que estimulan el desarrollo de linfocitos a Th2.
f. Macrófagos: contienen receptores de baja afinidad para la IgE cuando son estimulados por alérgenos liberan
mediadores que amplifican la respuesta inflamatoria.
Células y elementos estructurales de la vía aérea:
a. Epitelio bronquial: el daño en la vía aérea es una característica del asma no controlada, con pérdida de células
ciliadas y secretoras. El proceso de reparación de las lesiones es anómalo, dando lugar a un componente de
obstrucción irreversible, que en ocasiones aparece en el asma, en un proceso conocido como remodelado de la vía
aérea.
b. Músculo liso bronquial: contribuye a la obstrucción al flujo aéreo por su hipertrofia, contracción aumentada e
incluso liberación de mediadores inflamatorios.
c. Células endoteliales: aumenta la expresión de moléculas de adhesión.
d. Fibroblastos: estimulados por factores inflamatorios y de crecimiento contribuyen al remodelado de la vía aérea.
Moléculas solubles:
a. Quimiocinas: expresadas por las células epiteliales, actúan reclutando células inflamatorias en la vía aérea.
b. Leucotrienos: sustancias liberadas por mastocitos y eosinófilos con fuerte efecto broncoconstrictor.
c. Citocinas: producidas por linfocitos y macrófagos, controlan el proceso inflamatorio en el asma y probablemente
determinan su gravedad. Las más importantes son las derivadas de los linfocitos Th2: IL-5, IL-4 e IL-3.
d. IgE: anticuerpo responsable de los fenómenos alérgicos, se une a receptores de alta afinidad en mastocitos,
basófilos, eosinófilos y células dendríticas.
e. Óxido nítrico: vasodilatador producido en el epitelio bronquial por la NO-sintetasa. Su determinación en el aire
espirado puede servir de prueba diagnóstica.
Factores etiológicos:
Factores del huésped:
a. Genéticos: el asma tiene un componente hereditario complejo. En el que múltiples genes están implicados e
interactúan entre ellos y con fenómenos ambientales. Los genes implicados en el desarrollo de atopia y de
hiperreactividad bronquial no están bien identificados, pero se sabe que se ubican en el cromosoma 5, por lo que
tienden a heredarse de manera conjunta. El asma se divide en intrínseca (no atopia) y extrínseca (si atopia). Los
genes también tienen importancia en la respuesta al tratamiento.
b. Obesidad: se ha demostrado que es un factor de riesgo para el desarrollo de asma.
c. Sexo: en la edad infantil es de mayor predominio en varones, se iguala en pubertad y en adultos es mayor en
mujeres.
Factores ambientales:
a. Alérgenos: su papel como factor causante del asma no está definitivamente aclarado. Se ha indicado que la
exposición a ácaros, epitelio de perro/gato y aspergillus se asocia a desarrollo de asma en sujetos susceptibles.
b. Infecciones: el virus sincitial respiratorio y parainfluenza causan un patrón similar al fenotipo asmático. La infección
por VSR se asocia con diagnóstico de asma en la niñez.
La teoría de la higiene sugiere que la exposición temprana a infecciones virales protege del desarrollo de asma,
modulando la maduración del sistema inmunitario hacia un perfil Th1.
c. Sensibilizantes ocupacionales: más de 300 sustancias se han asociado al asma profesional, que se define como
aquella que se produce como consecuencia de la exposición a un agente encontrado en el medio laboral.
d. Tabaco: los asmáticos fumadores tienen peor función pulmonar, mayor frecuencia de síntomas y peor respuesta al
tratamiento.
e. Contaminación: la relación entre contaminación y asma parece poco clara en cuanto a crisis, pero si se asocia como
agente causal y la peor función pulmonar.
f. Dieta: los niños alimentados con fórmulas a base de leche de vaca o proteínas de soja tienen mayor incidencia de
asma.
Factores implicados en las exacerbaciones: entre los agentes que provocan crisis asmática están los alérgenos (los más
frecuentes), el ejercicio, los gases irritantes, los contaminantes ambientales, los agentes ocupacionales, los cambios de
temperatura y las emociones extremas.
Las infecciones víricas pueden exacerbar el asma, sobre todo, en los niños. El rinovirus es el más frecuente, otros como
VSR, influenza y parainfluenza también se han asociado.
También originan exacerbaciones ciertos conservadores y colorantes, fármacos, estrés emocional, episodios de sinusitis
y reflujo.
Fisiopatología: la disminución del calibre de la vía aérea es el evento final común que explica los síntomas y las
alteraciones funcionales. Los factores que contribuyen a su aparición son: 1) Contracción de músculo liso de la vía aérea,
2) Edema de la vía aérea por la inflamación bronquial, 3) Engrosamiento de la vía aérea por remodelado y 4)
Hipersecreción de moco.
La otra característica del asma es la hiperreactividad bronquial que provoca obstrucción de la vía aérea en respuesta a
estímulos que en sujetos sanos no desencadenarían respuesta. Es consecuencia de la inflamación crónica y se produce
por: 1) Contractilidad aumentada del músculo liso, 2) Desacoplamiento de la contracción de la vía aérea por la
inflamación, 3) Engrosamiento de la pared bronquial y 4) Terminaciones nerviosas sensibilizadas por la inflamación.
El remodelado de la vía aérea incluye:
- Fibrosis subepitelial por aumento de fibras colágenas por debajo de la membrana basal.
- Hipertrofia e hiperplasia del músculo liso bronquial.
- Proliferación de vasos sanguíneos.
- Hipersecreción de moco.
Cuadro clínico: la tríada clásica es la disnea, sibilancias y tos, y a veces se presenta opresión torácica. Existen pacientes
cuya única manifestación es la tos escasamente productiva (equivalente asmático).
Es típico en el asma de adultos la aparición de los síntomas de madrugada o por la mañana temprano. Suelen ocurrir de
modo paroxístico. En la exploración física las sibilancias, generalmente espiratorias, son el dato más característico. El uso
de los músculos accesorios y el pulso paradójico se encuentra en los casos graves.
Diagnóstico: se basa en la clínica, de donde parte la sospecha, junto con la demostración de obstrucción reversible,
hiperreactividad bronquial o variabilidad de la función pulmonar:
1. Función pulmonar: sirve para confirmar el diagnóstico, establecer la gravedad y monitorizar el tratamiento. El
diagnóstico se confirma mediante espirometría, evidenciando un patrón obstructivo y una mejoría del FEV1 mayor o
igual al 12% (reversibilidad) tras la prueba broncodilatadora.
2. Hiperreactividad bronquial: se diagnostica con el test de provocación bronquial inespecífica con histamina,
metacolina o ejercicio. La disminución del FEV1 de más de un 20% al valor basal hace que este test sea positivo.
3. Variabilidad: se define como la fluctuación excesiva de la función pulmonar a lo largo del tiempo. Se emplean
mediciones seriadas del pico de flujo espiratorio PEF.
4. Fracción de óxido nítrico exhalado (FeNO): es un marcador no invasivo de inflamación eosinofílica en la vía aérea.
Los pacientes asmáticos tienen valores elevados de FeNO comparados con sujetos sanos.
5. Otras exploraciones: gasometría (establecer gravedad de agudizaciones), radiografía de tórax (en crisis puede haber
hiperinsuflación torácica), test sanguíneos (eosinofilia es característica en asma) y test alérgicos en caso de
sospechar atopia.
Clasificación: según la clínica, la enfermedad se puede clasificar en cuatro grupos dependiendo varios parámetros:
a. Asma intermitente: crisis de disnea breves (<1 por semana), menos de dos crisis nocturnas al mes, período
intercrítico asintomático y con función normal, variabilidad < 20%, asma por ejercicio.
b. Asma persistente leve: más de una crisis semanal, más de dos crisis nocturnas al mes, a veces hay limitación en
actividad o sueño, situación basal con PEF > 80% del teórico y variabilidad en 20-30%.
c. Asma persistente moderada: síntomas continuos, más de una crisis nocturna por semana, limitación de actividad y
sueño, PEF 60-80% y variabilidad 20-30%.
d. Asma persistente grave: síntomas continuos, exacerbaciones y crisis nocturnas frecuentes y graves, ingresos
hospitalarios recurrentes, limitación de actividad y del sueño, situación basal con PEF < 60% y variabilidad > 30%.
Esta clasificación es útil solo en pacientes no tratados.
Tratamiento:
Fármacos: existen dos grupos de fármacos que se emplean en el tratamiento del asma:
1. Fármacos de rescate/aliviadores: usados en agudizaciones, alivan rápidamente los síntomas. Incluyen: b-
adrenérgicos, corticoesteroides sistémicos, anticolinérgicos y teofilinas.
2. Fármacos controladores de la enfermedad: usados de forma regular, mantienen controlada al asma. Incluyen los
esteroides inhalados y sistémicos, cromonas, teofilinas retardadas, b-adrenérgicos, fármacos anti-IgE y
antileucotrienos.
Esteroides: los esteroides inhalados son los fármacos antiinflamatorios más eficaces de los que se dispone, son los
controladores de elección en todos los escalones terapéuticos del asma (excepto en asma intermitente). Los esteroides
reducen los síntomas, las exacerbaciones y la hiperreactividad bronquial, tienen función protectora en pérdida de
receptores beta.
La vía inhalada ha puesto gran avance, permitido el control de la enfermedad sin supresión adrenal y disminución de
efectos sistémicos. Los preparados son: budesónida, beclometasona y fluticasona. La vía oral se utiliza cuando la
enfermedad no se controla con pautas habituales y en agudizaciones moderadas-graves. La vía parenteral está indicada
en las exacerbaciones graves.
Los efectos colaterales son: supresión adrenal y otros efectos sistémicos. A nivel local puede haber disfonía, tos,
irritación de garganta y candidiasis orofaríngea.
Cromonas: cromoglicato y nedocromil sódico. Son medicamentos estabilizadores de los mastocitos, actúan sobre otras
células inflamatorias e intervienen con nervios sensoriales. El tratamiento prolongado reduce la hiperreactividad
bronquial.
Teofilinas: son fármacos broncodilatadores con discreta actividad antiinflamatoria.
B-adrenérgicos de acción prolongada: nunca se debe utilizar en monoterapia.
Broncodilatadores: descritos en capítulo de EPOC.
Anticuerpos monoclonales: el anticuerpo anti-IgE omalizumab se administra por vía subcutánea. Es opción para
pacientes con asma alérgica.
Antagonistas de los leucotrienos: montelukast, zafrilukast. Además de su acción antiinflamatoria, bloquean la respuesta
aguda broncoconstrictor, siendo útiles en el asma inducida por esfuerzo. Se administran por vía oral y están indicados en
asma persistente moderada-grave para reducir dosis de esteroide inhalado.
Tratamiento del asma crónica: el objetivo es estabilizar al paciente con la menor medicación posible. Se considera que
la enfermedad está controlada si hay escasa sintomatología, incluida la nocturna, pocas exacerbaciones, poca necesidad
de b-agonistas, no hay limitación y los valores de espirometría son normales o casi normales.
1. Escalón 1: se emplean b-adrenérgicos inhalados de acción corta a demanda.
2. Escalón 2: esteroides inhalados en dosis bajas y un b-adrenérgico de acción corta a demanda si aparecen síntomas.
Es el tratamiento inicial más adecuado en asma persistente no tratada. Se puede sustituir esteroide por
antileucotrieno (útil en niños y rinitis asociada).
3. Escalón 3: el tratamiento de elección consiste en asociación de esteroide inhalado a dosis bajas junto con b-
adrenérgico de acción prolongada. Además, se asocia un b-adrenérgico de acción corta de rescate. Como
alternativa: se puede añadir antileucotrienos.
NOTA: si se elige budesónida/formoterol se puede emplear como mantenimiento y rescate, dado que el formoterol
posee inicio de acción rápido -> terapia SMART.
4. Escalón 4: el tratamiento de elección es esteroide inhalado a dosis media asociado a b-agonista de acción
prolongada.
5. Escalón 5: el tratamiento de elección es esteroide inhalado a dosis altas asociado a b-agonista de acción prolongada,
añadiendo otros fármacos controladores (teofilinas o antileucotrienos). Se puede recurrir a omalizumab.
6. Escalón 6: consiste en asociar esteroides orales al escalón 5.
Tratamiento de las exacerbaciones: el método más eficaz para valorar las exacerbaciones de una crisis asmática es la
realización del PEF (se utiliza para clasificar la gravedad -> leve PEF > 80 y moderada-grave < 80).
Existen unos signos llamados de extrema gravedad o riesgo vital inmediato: disminución del estado de alerta,
bradicardia, respiración paradójica y silencio auscultatorio -> paro cardíaco inminente.
Manejo según gravedad:
a. Crisis leve: el tratamiento de elección son los b-agonistas de acción corta por vía inhalada. Salbutamol 2-4
pulsaciones cada 20 minutos. Se evalúa la respuesta y si mejora se da de alta con prednisona vía oral + esteroide
inhalado con agonista de acción larga, plan de acción y cita de control.
b. Crisis moderada-grave: el tratamiento de elección consiste en administración de b-agonistas de acción corta por vía
inhalada junto con esteroides sistémicos (oral e IV son útiles, depende del estado del paciente) -> aceleran la
recuperación de la crisis y están indicados en todos los casos excepto las leves.
El empleo de ipratropio inhalado junto con el b-agonistas produce una mejor respuesta. Si saturación <92% se debe
dar oxígeno al 40% por vía mascarilla o puntas nasales para mantener saturación aceptable.
El sulfato de magnesio intravenoso ha demostrado beneficio en manejo de crisis graves que no mejoran con
tratamiento inicial. Se debe considerar la VM en casos de insuficiencia respiratoria, deterioro del nivel de
consciencia o signos de fatiga muscular respiratoria.
c. Parada cardíaca inminente: administrar oxígeno + salbutamol/ipratropio 10-20 pulsaciones por minuto, considerar
VMNI y considerar IOT+VMI. Se debe ingresar a UCI si: necesidad de VMI o insuficiencia respiratoria a pesar del
tratamiento con oxígeno en altas concentraciones.
Capítulo 6: Bronquiectasias.
Concepto: las bronquiectasias son dilataciones anormales e irreversibles de los bronquios proximales de mediano calibre
(> 2 mm de diámetro) debidas a la destrucción de los componentes elástico y muscular de la pared. En la actualidad los
principales causantes son el adenovirus y el virus de la influenza.
Anatomía patológica: la inflamación de las paredes bronquiales conduce a la destrucción de los componentes elástico y
muscular, que son reemplazados por tejido fibroso. EL tejido pulmonar circundante ejerce tracción que ocasiona
distensión bronquial crónica, provocando una contracción del tejido muscular que se hipertrofia e hiperplasia.
Todo esto conduce a un deterioro del aclaramiento mucociliar, que predisponen a colonización e infecciones
bacterianas. La inflamación causa hipervascularización que conlleva la aparición de anastomosis entre arterias
bronquiales y pulmonares.
La clasificación anatómica más utilizada es la de Reid:
a. Bronquiectasias cilíndricas o fusiformes: la dilatación es uniforme. Son consecuencia de taponamiento por
secreciones de los bronquiolos y bronquios de menor tamaño.
b. Bronquiectasias varicosas: la dilatación es irregular, como un rosario.
c. Bronquiectasias saculares o quísticas: la dilatación se acentúa distalmente, terminan en fondo de saco.
Patogenia: la teoría más aceptada es la de la inflamación que sigue a la colonización bacteriana. Los microorganismos
producen sustancias como proteasas y otras toxinas que ocasionan lesión tisular y alteran aclaramiento
mucociliar.
La infección persistente causa una inflamación crónica con migración de neutrófilos que liberan enzimas proteolíticas; se
produce así un circulo vicioso que lleva a mayor deterioro del aclaramiento mucociliar y mayor colonización.
Etiología:
Bronquiectasias localizadas:
a. Infecciones: los virus implicados son adenovirus, influenza, sarampión y rubéola. Las bacterias destacan
estafilococos, klebsiella, anaerobios y tuberculosis.
b. Obstrucción endobronquial: la causa más frecuente en adultos es el carcinoma pulmonar. Los tumores benignos
como carcinoides se asocian mayormente a bronquiectasias.
c. Otras causas: pulmón hipertrasparente unilateral (síndrome de McLeod-Swyer).
Bronquiectasias difusas:
a. De origen pulmonar: algunas sustancias tóxicas producen respuesta inflamatoria intensa que puede originar
bronquiectasias. Como inhalación de amoniáco, contenido gástrico o la heroína.
b. De origen extrapulmonar:
1. Aspergilosis broncopulmonar alérgica: si aparecen bronquiectasias centrales en asma refractaria.
2. Inmunodeficiencias congénitas/adquiridas.
3. Infección por VIH.
4. Fibrosis quística: por la colonización crónica y persistente por Pseudomona, Burkholderia, S. aureus, etc.
5. Discinesia ciliar primaria: entidades en las que se produce una alteración en la estructura y función de los cilios.
Los pacientes suelen tener sinusitis, bronquiectasias e incluso otitis. La mitad de los pacientes presentan situs
inversus -> Síndrome de Kartagener.
6. Otros como síndrome de Young, déficit de AAT, síndrome de uñas amarillas y defectos del cartílago.
Clínica y diagnóstico: la característica clínica por excelencia es la tos productiva crónica o la broncorrea purulenta.
Algunos pacientes expectoran más de 150 ml/día (la secreción bronquial normal es < 100 ml/día). La tos es intermitente
y empeora al levantarse por la mañana. A veces, la tos no es productiva, generalmente por bronquiectasias secas en
lóbulos superiores.
La hemoptisis aparece en más del 50% de los pacientes y predomina en bronquiectasias secas. A veces es masiva por
sangrado de arterias bronquiales hipertróficas.
Las complicaciones más frecuentes son la neumonía recurrente, empiema, neumotórax y absceso de pulmón. Si hay
enfermedad grave y difusa puede aparecer hipoxemia y cor pulmonale.
A la exploración hay crepitantes inspiratorios y espiratorios en bases y puede haber roncus y sibilancias. El paciente
suele tener sinusitis crónica y pólipos nasales. SI es grave puede haber acropaquias.
En la radiografía de tórax puede ser normal o presentar imágenes en nido de golondrina, riel de tranvía o anillo de sello;
son poco específicas y se observan de mejor manera en la TCAR. Para confirmar el diagnóstico se utiliza la TCAR que
aporta sensibilidad y especificidad de 100%.
La fibrobroncoscopia está indicada si hay hemoptisis, cuando las bronquiectasias están localizadas o existe sospecha de
obstrucción endobronquial.
Tratamiento: el tratamiento se basa en tres pilares.
1. Eliminar, si existe, la obstrucción bronquial.
2. Mejorar la eliminación de las secreciones: hidratación, fisioterapia respiratoria y drenaje postural mantenido.
3. Controlar las infecciones con el uso de antibióticos en las agudizaciones durante 10-15 días. Generalmente se usa
tratamiento de amplio espectro, en ocasiones, el ciclo debe durar 4 semanas para que el esputo deje de ser
purulento.
Se establece indicación quirúrgica en caso de bronquiectasias localizadas en uno o dos lóbulos contiguos, cuando el
tratamiento médico intensivo durante un año no es eficaz y en difusas con hemoptisis no controlable por embolización.
Se debe realizar broncografía para planear la cirugía.
Anticoagulación oral: inhiben la activación de factores de coagulación dependientes de la vitamina K. El más utilizado es
la Warfarina. Generalmente, se administra desde el día siguiente del inicio de la heparina y se mantiene la
administración simultánea durante al menos 5 días (evitar efecto rebote). El mantenimiento una INR 2-3.
Dada la teratogenia de los dicumarínicos en el embarazo son de elección las heparinas.
Trombolíticos: se consideran de elección en el TEP masivo y en la TVP iliofemoral masiva o de cava inferior. Debe
realizarse de forma precoz. Su objetivo es la rápida lisis del trombo, acortando la fase de alto riesgo y reduciendo la
mortalidad. Los más empleados son la estreptocinasa y el activador del plasminógeno tisular (r-TPA).
Tratamiento invasivo: consiste en la colocación de filtros en la cava inferior, embolectomía (si hay compromiso
hemodinámico grave) o trombo endartercetomía (en casos de hipertensión pulmonar crónica secundaria a TEP).
Duración del tratamiento: en la actualidad, se recomienda una duración de 3-6 meses cuando es el primer episodio en
pacientes con factores de riesgo reversibles.
En caso contrario, se recomienda mantenerlo indefinidamente, valorando periódicamente si el riesgo de sangrado
supera al beneficio de la anticoagulación.
Profilaxis primaria: existen varias opciones: movilización frecuente y precoz en encamados, medias de compresión
gradual, compresión mecánica intermitente, HNF, HBPM, anticoagulantes orales, filtros de vena cava y combinación de
varios de estos métodos.