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SERPIENTE
SERPIENTE
Los ofidios en general se reproducen una vez al año. La hembra tiene un período
de celo (apto para reproducción) que puede abarcar entre dos y cinco meses . En
el particular caso venezolano, dicha etapa suele presentarse entre los meses de
septiembre a enero, dependiendo de la especie. Algunas serpientes son ovíparas
(ponen huevos) y otras son vivíparas u ovovivíparas; es decir, paren a sus crías en
una membrana o pseudoplacenta. El tiempo comprendido entre el momento de la
cópula, la puesta del huevo y su eclosión, es de unos seis meses
aproximadamente, en el caso de las especies ovíparas. Suele pasar un período
que abarca desde dos meses y medio hasta tres meses y medio, para el caso de
las especies ovíparas. Las vivíparas, también tienen lapsos reproductivos
similares.
Sus hábitos alimenticios son muy específicos; incluso existe un grupo, el de las
serpientes conocidas como caracoleras, que se especializan en alimentarse
solamente de moluscos terrestres. También encontramos otros grupos con una
gama alimenticia más amplia, tal es el caso de algunas mapanares que se
alimentan de mamíferos: lagartos, ranas, aves, invertebrados, inclusive de otras
serpientes (en ciertas ocasiones). Igualmente, existen especies de ofidios los
cuales, se alimentarse otras serpientes casi exclusivamente. Este es,
precisamente, el caso de la Clelia sp. (especie ofiófaga) conocida popularmente
en Venezuela como tuquí o ratonera negra y del Drymarchon sp. llamada
comúnmente serpiente raboamarillo y rabonegro.
Las serpientes son organismos muy bien adaptados, ocupando casi todos los
nichos ecológicos existentes. Ellas pueden ser encontradas en los árboles
(especies arbóreas), sobre la tierra (especies terrestres), bajo la tierra (especies
hipogeas) y en el agua (especies acuáticas). Asimismo, las serpientes poseen
hábitos diurnos o nocturnos, aunque la gran parte de las especies en Venezuela
son de hábitos crepusculares.
Estas áreas, ya de por sí, son una referencia en cuanto a la distribución geográfica
de algunas especies, debido a que las condiciones ecológicas de cada región son
particulares y, en algunos casos, únicas. Otra característica importante para ubicar
tipos de serpientes, tanto en diversidad como en cantidad, son los pisos o
distribución altitudinal. Por ser organismos ectodermos, su presencia es menos
frecuente en las tierras altas, donde las temperaturas suelen ser bajas. Mientras
que en las tierras de menor altitud, por ser regiones cálidas, su frecuencia,
diversidad y abundancia se incrementan. Las serpientes venenosas son más
frecuentes en este tipo de territorio, especialmente por debajo de los 1000 metros
de altura sobre el nivel del mar. En esas áreas se encuentran los
géneros Crotalus, Porthidium, Bothrops, y con menor frecuencia algunas especies
de los géneros Bothriopsis y Micrurus. En las tierras altas, es decir, por encima de
los 1000 metros, se encuentran los
géneros Bothriechis, Bothtiopsis, Bothrops y Micrurus y con menor frecuencia,
algunas especies del género Crotalus.
Las serpientes, como todo ser vivo, tienen el derecho per se de coexistir en el
planeta. Son organismos irremplazables en los ecosistemas, pues se trata de
animales ubicados en el tope de la cadena trófica. Por esta razón, debemos
intentar reconocer las especies venenosas, evitar los encuentros con ellas y, en
todo caso, cederles el paso cuando estemos en el campo; al fin y al cabo ése es
su hogar y son los seres humanos quienes lo invaden; de esta manera, ninguna
de las partes saldrá afectada.
Por otro lado, es de vital importancia velar por la protección de los ecosistemas o
nichos ecológicos habitados por esta clase de reptil (por la vía legal) y al mismo
tiempo crear conciencia en las población sobre la importancia de conservar estos
ambientes en los cuales habitan las serpientes. Sólo así se podrá asegurar la
perpetuidad de la oftofauna y, por consiguiente, del resto de los organismos que
ocupan este planeta.
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