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Adolescencia
Adolescencia
Departamento de Psiquiatría
Asignatura:
Psicología Médica I
Catedrática:
Adolescencia
Presentado por:
Sección:
1101
Marzo, 2020
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Introducción
Al ser una etapa tan cambiante y hasta cierto punto considerada difícil, es importante
brindarle al futuro profesional de salud las bases teóricas sobre esta, que la estudie y
sobre todo comprenda y relacione muchas situaciones que suceden durante ella para
abordar de la mejor manera al futuro paciente adolescente que atenderá y dado que
muchas de las personas a quienes va dirigido el presente trabajo la están atravesando
se espera que sea de ayuda para ellos.
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Introducción _____________________ ii
Índice _____________________ iii
Objetivos _____________________ 1
Concepto adolescencia y _____________________ 2
cambios físicos
Desarrollo sexual _____________________ 3-5
Desarrollo social y de la _____________________ 6-8
personalidad
Formación de la identidad _____________________ 9-12
Problemas en la _____________________ 13-18
adolescencia
Conclusiones _____________________ 19
Referencias bibliográficas _____________________ 20
Índice página
iii
Objetivo General
Objetivos Específicos
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Adolescencia
Cambios Físicos
Los adolescentes tienen una aguda conciencia de los cambios de los cambios que
tienen la forma o tamaño correctos y se comparan obsesivamente con los modelos y
actores que ven en la televisión.
Como muy pocos adolecentes pueden igualar esos ideales, no es sorprende que
cuando se les pregunta qué les disgusta más de sí mismos, la apariencia física se
menciona más a menudo que cualquier otra cosa. Estas preocupaciones pueden dar
lugar a graves trastornos alimentarios.
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Desarrollo Sexual
En las mujeres, el inicio del estirón de crecimiento suele ser el primer signo de la
cercana pubertad. Poco después, los pechos empiezan a desarrollarse y
aproximadamente al mismo tiempo aparece el vello púbico. La Menarquia, el primer
periodo menstrual, ocurre alrededor de un año después, entre los 12 ½ y 13 años.
Los psicólogos solían creer que los inicios de atracción sexual y el deseo en los jóvenes
coincidan con los cambios físicos en la pubertad, pero la investigación reciente está
cambiando esta opinión. Porque las investigaciones lanzan a los primeros indicios del
interés sexuales en cuarto y quinto grado, antes del inicio de la pubertad. Se cree que la
causa podría ser el incremento en una hormona sexual suprarrenal que empieza a los 6
años y alcanza un nivel crítico alrededor de los 10 años. De ser así, el inicio de los
cambios físicos evidentes que ahora llamamos pubertad en realidad sería más bien el
final y no el principio de un proceso.
Algunas niñas de 12 años y varones de 14 siguen pareciendo niños, mientras que otros
de su edad se ven como mujeres y hombres jóvenes, entre los varones, la maduración
temprana tiene ventajas psicológicas. Los niños que maduran temprano se
desempeñan mejor en deportes y actividades sociales, al tiempo que reciben mayor
respeto de sus pares. Para las niñas, la maduración temprana parece implicar ventajas
y desventajas. Una niña que madura temprano quizá sea admirada por otras niñas,
pero es probable que sea sometida por los niños a un trato embarazoso como objeto
sexual.
Los adolescentes empiezan su actividad sexual a edades muy diferentes, ya sea por
medio de la masturbación o por el coito con otra persona. Según estadísticas, antes de
la adolescencia uno de cada tres ya tiene experiencia de masturbación, mientras a la
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actividad sexual coital acceden aproximadamente en torno al 10-11% antes de los
catorce años y la mitad de ellos entre los 15 y 18 años. El despertar sexual inicia
dependiendo de la cultura, del acceso información, características generacionales,
prácticas religiosas, tipo de familia, estilo de vida, la edad, de las influencias y las
relaciones con iguales.
En el pasado las relaciones sexuales recomendaban hasta que las dos personas fueran
adultas y responsables de preferencia que estuvieran comprometidas o casadas. En la
presente basta con que ambos quieran llevar a cabo la relación. Tres cuartas partes de
los hombres y más de la mitad de las mujeres entre 15 y 18 años han tenido ya
relaciones sexuales, la edad promedio en la que estimula que un joven pierde su
virginidad está entre 16 para hombres y 17 para mujeres.
En Honduras uno de cada cuatro partos en los hospitales es de una mujer menor, es el
segundo país de Centroamérica con más embarazos adolescentes, según el Fondo de
Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
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psicológicos por sus dificultades económicas o por el rechazo que pueden tener en su
casa o dentro de su comunidad, por tener que abandonar sus estudios. Muchos de los
embarazos que llegan a término de madres precoces son propensos a sufrir durante el
parto o pueden tener bajo peso al nacer lo cual se puede asociar con discapacidad de
aprendizaje y problemas posteriores en la escuela, enfermedades infantiles y
problemas neurológicos. Además, los hijos de madres adolescentes tienen la
probabilidad de sufrir negligencia maternal y abuso de los hijos de madres mayores.
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5. Miedo a llevar un embarazo futuro.
6. Pérdida irreparable de un hijo.
Durante la adolescencia las personas tienen muchas tareas importantes frente a ellos y
muchas decisiones importantes que tomar. Sobre todo, en una sociedad
tecnológicamente avanzada como la nuestra, este periodo supone cierto estrés ya que
la persona está en una encrucijada uno de los problemas internos más grandes que
vive el adolescente es que está ansioso por independizarse, pero al mismo tiempo teme
las responsabilidades de la vida adulta.
Al principio del siglo XX se veía a la adolescencia como una época de gran inestabilidad
y fuertes emociones. G Stanley Hall, uno de los primeros psicólogos del desarrollo,
describía la adolescencia como un período de “tormenta y estrés”, cargado de
sufrimiento, pasión y rebeldía contra la autoridad adulta. Sin embargo, investigación
reciente sugiere que la visión de “tormenta y estrés” exagera mucho las experiencias de
la mayoría de adolescentes según Arnett en 1999.
Según el autor Eccles en su obra del año 1993 la gran mayoría de adolescentes no
describen su vida como llena de agitación y caos. Casi todos se las arreglan para
mantener el estrés bajo control, experimentan poca perturbación en su vida cotidiana y
por lo general tienen un desarrollo más positivo de lo que suele creerse
(Bronfenbrenner, 1986; Galambos y Leadbeater 2002). Por ejemplo, un estudio
transcultural que muestreó a adolescentes de 10 países, incluido Estados Unidos,
encontró que más del 75% de ellos tenían autoimágenes saludables, eran por lo
general felices y valoraban el tiempo que pasaban en la escuela y el trabajo (Offer,
Ostrov, Howard y Atkinson, 1988).
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y capaces de superar grandes obstáculos, en parte por una fuerte creencia en su propia
capacidad para mejorar las cosas (Werner, 1995). En contraste aquellos cuyo
desarrollo previo ha sido estresante son propensos a experimentar mayor estrés
durante la adolescencia. De esta forma, el grado de lucha durante el crecimiento que
debe enfrentar cualquier adolescente es resultado de una interacción de los retos del
desarrollo, por un lado, y factores que promueven la resilencia por otro (Compas,
Hinden y Gerhardt, 1995).
Todas las opiniones anteriores son extraídas de investigaciones elaboradas antes del
año 2000 y si bien la sociedad cambia constantemente y en esa época ya había
avanzado considerablemente, en los últimos 20 años lo ha hecho aún más, a gran
velocidad dejando a su paso cambios inmensurables y que afectan sobre todo a los
adolescentes. Es por eso que, en la actualidad para muchos investigadores, lo más
llamativo de esta etapa es la relación con la sociedad, hasta el punto de que se ha
desarrollado todo un sistema para entender esta etapa desde un modelo sociológico.
Este modelo atribuye mucho valor a la influencia que ejerce la sociedad sobre los
adolescentes: la pérdida del papel educativo de los padres, la oferta de un consumo sin
límites, la falta de horizontes de futuro capaces de ilusionarles, la sobre estimulación
sensorial y la sobreexcitación sobre una personalidad aún inmadura, la ausencia de
servicios asistenciales de tipo sanitario o social que atienda sus demandas, etc.
Los adolescentes se hacen especialmente críticos con los diferentes contextos en que
viven. El problema que se plantea con mayor intensidad en el adolescente, es el de
encontrar bases sólidas sobre las que fundamentar su identidad. Aparece la conciencia
de poseer un cuerpo sexuado, la altura y la fuerza física varían constantemente, vive
íntimamente ligado a la madurez e independencia y pasa de comportamientos
extravertidos a momentos de radical inhibición y enclaustramiento. La oposición a las
normas sociales y familiares aparece como un modo de construir y afianzar dicha
identidad.
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necesidades del desarrollo y la adaptación del adolescente, para formar una
personalidad sólida en adolescentes es importante que este tenga educación valores
Una formación que corresponde, sobre todo, a la familia, pero también a la escuela, a
los medios de comunicación, al espacio público en todas sus manifestaciones. Urge,
por tanto, volver a valores como: el respeto, la convivencia, el esfuerzo, la equidad o la
utilización razonable de la libertad
Los amigos en la adolescencia tienen una influencia relevante. Suponen el inicio del
distanciamiento de la familia y la incipiente independencia y la búsqueda de nuevos
vínculos que sustituyan a la familia. La necesidad de ser aceptado en el grupo de
iguales pone a prueba las habilidades personales, familiares y sociales aprendidas en la
infancia. Los amigos pueden influir positiva o negativamente en aspectos académicos,
morales y de salud, dependiendo de la autoestima y la propia seguridad. Se puede
decir que, si la aceptación por los amigos es satisfactoria, la competencia social en la
edad adulta será la misma. Según Maslow, los adolescentes necesitan una red social
de apoyo que facilite la superación de la familia como unidad de convivencia y les
ayude a ser independientes, tanto por la amistad como por proyectos afines culturales,
políticos, religiosos.
El tiempo escolar es la tercera parte del tiempo del adolescente (un tercio para
descansar, un tercio para el ocio y un tercio en la escuela). La importancia no radica en
el tiempo, que es mucho, sino en los importantes factores de socialización que allí
suceden. Es la continuación de la familia en la enseñanza de mecanismos de
adaptación social y en muchos casos, cuando la familia no funciona, constituye el
elemento de integración social de más valor. En la escuela no deberían enseñarse
solamente conocimientos, sino también habilidades, técnicas y mecanismos de
aprendizaje social que potencien la personalidad del alumno.
Sin embargo, hay adolescentes que se están desarrollando lejos de una escuela, de
una familia, de amigos y sus personalidades no se forman de la misma manera, es en
estas situaciones cuando el adolescente está más susceptible a hacer propias
conductas incorrectas, tales como la drogadicción, embarazos precoces, formar partes
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de grupos antisociales, entre otros y esta es la realidad que se vive en sociedades de
muchos países, como Honduras, por ejemplo.
Formación de la Identidad
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drogas. Por supuesto, el estado de identidad de cualquier adolescente puede cambiar a
lo largo del tiempo conforme la persona madura o tiene regresiones.
Ambos sexos difieren en su lucha para definir la identidad. Las mujeres se juzgan
según sus responsabilidades y su capacidad para cuidar de sí mismas y de otros. Ellas
tienden a alcanzar su identidad más a través de la cooperación que de la competencia.
Las niñas adolescentes parecen madurar más deprisa que los varones. Estas
diferencias surgen hacia el final de la niñez, aumentan alrededor de los 13 años y son
bastante amplias durante la adolescencia. Cuando los chicos son aún egocéntricos, las
chicas han pasado hacia la conformidad social; y cuando los chicos comienzan a ser
conformistas, ellas se vuelven más autoconscientes. Resulta curioso ver como a
menudo se les concede más libertad e independencia a los chicos que a las chicas a
una edad en la que ellas son mucho más maduras.
Estas diferencias parecen estar relacionadas con las diferentes experiencias sociales
de chicos y chicas, como las diferencias en su forma de jugar o relacionarse entre ellos.
En el juego, las chicas utilizan una estructura más flexible, menos apegada a reglas
rígidas que el juego de los varones; esto puede favorecer el desarrollo del razonamiento
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moral. Las chicas suelen formar grupos de interacción pequeños, que ofrecen más
oportunidades para conversar e imitar las relaciones de los adultos que los grupos
grandes de juego que suelen formar los chicos. Los chicos suelen ser también más
competitivos, lo cual puede estimular la impulsividad.
Por el contrario, aquellas que siguen siendo honestas consigo mismas y con los demás
al reconocer sus verdaderos sentimientos y expresarlos de manera apropiada, pueden
mantener una relación saludable con ellas mismas y los demás. Estas chicas tienen
una autoestima alta, se consideran competentes y es más probable que no se dediquen
a profesiones tradicionales.
Los grupos de pares ayudan a los adolescentes a desarrollar su identidad lejos de las
influencias familiares. Las pandillas son pequeños grupos de amigos que ofrecen
cercanía pero que también ejercen un control significativo sobre la vida de los
adolescentes. Estas relaciones con los pares cambian durante los años de
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adolescencia, los grupos de amigos en la adolescencia temprana tienden a ser
pequeños de un solo sexo (las pandillas), que constan de tres a nueve miembros.
Especialmente entre las niñas, esas amistades del mismo sexo van consolidándose y
se convierten en un espacio para la confidencialidad mutua a medida que los
adolescentes desarrollan las capacidades cognoscitivas para entenderse mejor ellos
mismos y los demás (Holmbeck, 1994). Luego en la adolescencia intermedia las
pandillas de un solo sexo por lo general terminan y dan lugar a grupos mixtos. A su vez,
estos últimos son reemplazados por los grupos que constan de parejas. Entre los 16 y
19 años, la mayoría de los adolescentes inician patrones de noviazgo más estables. Al
dejar de estar orientados hacia el grupo y tener mayor confianza en su madurez sexual,
comienzan a ganar competencia en las relaciones de largo plazo. Algunos deciden
incluso casarse antes de los 20. Pero estos matrimonios prematuros tienen una tasa
muy alta de fracaso en comparación con los matrimonios de personas entre sus 20 a
30. Cabe destacar, que, en la sociedad actual, estos patrones han cambiado, la
influencia de las redes sociales tiene sobre los adolescentes los han hecho pensar de
manera diferente y aunque se sigue teniendo los patrones de noviazgo es casi nulo el
porcentaje de adolescentes contrayendo matrimonio antes de los 20 años.
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Algunos problemas de la adolescencia
La adolescencia es una época en que surgen ciertos tipos de problemas del desarrollo,
en especial problemas que tienen que ver con la autopercepción, los sentimientos
acerca del yo y las emociones negativas en general.
De igual forma, hay que respetar su espacio y sus ritmos, sin que se sientan invadidos y
cuestionados. Solo así, el adolescente se sentirá cómodo y podrá expresarse. Todo
esto, tendrá repercusiones positivas en el clima familiar.
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la de los muchachos, para quienes existe poco o ningún deterioro de la autoestima
durante la adolescencia (Kling, Hyde, Showers y Buswell, 1999).
A su vez, estos problemas de autoestima traen consigo otros como los Trastornos
Alimenticios, problemas con la alimentación que pueden acabar convirtiéndose en una
patología como son los Trastornos de la Conducta Alimentaria.
Son cada vez más comunes los casos de anorexia y bulimia en jóvenes, tanto en chicos
como en chicas. Estos problemas están estrechamente relacionados con la baja
autoestima y cómo los adolescentes perciben su imagen corporal.
Para evitarlo, es importante crear una rutina en torno a la hora de comer y que los
alimentos sean ricos y variados. También, no lanzar mensajes negativos a los
adolescentes sobre su imagen corporal y enseñarles a que se quieran por cómo son.
En los casos en los que la familia detecte una conducta inadecuada o tengan
sospechas sobre si pudieran sufrir un Trastorno de la Conducta Alimentaria, es
importante hablar de este tema y acudir al médico de atención primaria que nos
derivará al especialista adecuado.
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estudio de más de 1,700 adolescentes reveló que un conjunto de factores relacionados
ponen a un adolescente es un riesgo mayor que el promedio de intentar el suicidio.
Entre esos factores se encuentran ser mujer, pensar en el suicidio, tener un trastorno
mental (como la depresión) y el hecho de que el padre tenga escasa educación y esté
ausente en el hogar. También se relacionan con el suicidio y los intentos de suicidio las
historias de abuso físico o sexual y malas habilidades de comunicación en la familia.
Aunque esos datos nos permiten identificar a la gente en riesgo, es difícil decir qué
adolescentes con un riesgo mayor que el promedio intentarán suicidarse.
Por ejemplo, la depresión en sí misma rara vez conduce al suicidio. Al parecer, una
combinación de depresión y otros factores de riesgo hace más probable el suicidio,
pero aún no queda claro exactamente qué factores son los más importantes, ni
tampoco qué tipos de intervención pueden reducir los suicidios entre los adolescentes
(Wagner, 1997).
Cada vez, los adolescentes experimentan antes las relaciones sexuales y en muchas
ocasiones no usan ningún tipo de protección, lo cual se traduce en una alta probabilidad
de ocasionar un embarazo no deseado y en la posibilidad de desarrollar alguna
enfermedad de transmisión sexual.
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según algunos estudios, que ronda los 13 años. De hecho, existe una hipótesis que
establece que el desarrollo del consumo se produce de una manera escalonada.
Primero, se inician en el consumo de drogas accesibles y que son legales (para los
adultos) como son el alcohol y el tabaco y, a medida que pasa el tiempo, toman otras
drogas como la marihuana y el hachís, acabando con otras como las anfetaminas, el
speed, etc.
Bajo rendimiento académico: Pueden ser múltiples las causas que conducen al bajo
rendimiento académico y, también, variarán en cada adolescente. Entre ellas
encontramos: falta de motivación, problemas de atención, falta de hábito o
desconocimiento de técnicas de estudio, problemas emocionales, etc.
Este es un problema que afecta a toda la comunidad educativa y, por lo tanto, los
padres y los profesores deben trabajar conjuntamente por el bien de los alumnos.
Adicciones sin sustancia: Vivimos en una sociedad en la que cada vez dependemos
más de los teléfonos móviles y otros aparatos tecnológicos en nuestro día a día. Esto
no iba a ser menos en los adolescentes y cada vez más de ellos sufren problemas de
adicción a las redes sociales, a los videojuegos y a navegar por internet.
Internet es una herramienta muy poderosa y nos ofrece un sinfín de posibilidades. Por
eso, es importante hacer conscientes a nuestros jóvenes de un uso responsable. Desde
pequeños, y antes del inicio de la adolescencia, hemos de alertar a nuestros menores
de todos los peligros que existen dentro de la red y promover el uso adecuado.
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Para evitar la adicción y que entren en páginas webs que fomenten algún tipo de
comportamiento ilegal o perjudicial para ellos mismos (sectas, pandillas, trastornos de
la conducta alimentaria, pornografía, etc.) hemos de marcar una serie de hábitos y
consumo responsable.
Violencia juvenil: ¿Existen señales de advertencia que puedan alertar a la familia y los
amigos sobre la violencia potencial? De hecho, las hay. La falta de conexión, el
enmascaramiento de las emociones, el retraimiento (ser habitualmente reservado y
antisocial), el silencio, la ira, las mentiras crecientes, problemas con los amigos,
hipervigilancia, crueldad hacia otros niños y animales, todos esos deberían ser causa
de preocupación. Esto es especialmente cierto si se presentan en un muchacho que
proviene de una familia con una historia de violencia delictiva, que ha sufrido abuso,
que pertenece a una pandilla, que abusa de las drogas o el alcohol, que ha sido
arrestado antes o que ha experimentado problemas en la escuela (Leschied y
Cummings, 2002).
Ejemplos
-Lindsay Lohan: La actriz y cantante confesó a la revista Vanity Fair que la agitada vida
que llevó durante la adolescencia, la presión y el estrés de Hollywood, así como el
rompimiento con su primer amor, la causaron bulimia y le hicieron recurrir a
estupefacientes. Ha sido internada en varios centros de rehabilitación por orden judicial
tras problemas con las autoridades, pero sin buenos resultados hasta ahora. 3
-Johnny Depp: Tuvo que lidiar con graves problemas económicos durante su infancia y
adolescencia. Su padre se quedó en paro y obligó a la familia a vivir en siete años en
más de 20 lugares distintos, incluyendo moteles. Después del divorcio de sus padres, a
los 15 años se volvió drogadicto hasta que consiguió entrar en el mundo de la
interpretación después de haber trabajado como vendedor cobrando 25 dólares a la
semana. Hoy en día es uno de los actores con más relevancia.
-Macaulay Culkin: Después de los éxitos cinematográficos que tuvo a tan corta edad,
cuando Culkin cumplió catorce años enfrentó varios problemas con su custodia por
parte de sus avariciosos padres.
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A pesar de que su padre y mánager, Kit Culkin, intentó retener el éxito en la carrera de
su hijo, esto fue imposible. Y sin un apoyo adecuado, el actor entró en el mundo de las
drogas, el alcohol y las adicciones. Incluso fue detenido por posesión de drogas,
abundantes antidepresivos sin receta y demás sustancias poco apropiadas para un
joven.
Además, a los 18 años se casó con la actriz Rachel Miner, pero el matrimonio falló dos
años después terminando en divorcio. 4
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Conclusiones
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Referencias bibliográficas
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