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Panel

Rol Perspectiva/opinión

Representante de la En mi opinión, el informe presentado por la Comisión de la Verdad sobre los aspectos
comisión de la verdad culturales que han alimentado el conflicto armado interno en Colombia es sumamente
relevante y esclarecedor. La cultura de una sociedad desempeña un papel fundamental en la
configuración de comportamientos, valores y formas de relacionarse entre sus miembros. Es
preocupante ver cómo históricamente nuestra cultura ha contribuido a crear una visión
excluyente del otro, alimentando prejuicios y estigmatización hacia diferentes grupos, como
los pueblos étnicos, los campesinos pobres y los disidentes.

Es indudable que la violencia ha estado arraigada en nuestra cultura, lo que ha dado lugar a
normas, instituciones y relaciones de producción que perpetúan el conflicto armado. Estas
estructuras culturales han sido obstáculos significativos para la construcción de una sociedad
más inclusiva, pacífica y justa. Es hora de reflexionar profundamente sobre estos aspectos
culturales y abogar por un cambio real en nuestra forma de concebir al otro, así como en la
manera en que nos relacionamos y estructuramos nuestra sociedad.

La identificación de estos problemas culturales por parte de la Comisión de la Verdad nos


brinda una oportunidad invaluable para enfrentar los desafíos del pasado, reconocer las heridas
causadas por el conflicto y trabajar juntos hacia una reconciliación genuina. Solo a través de
una transformación cultural profunda podremos construir un futuro más armonioso y superar
los patrones de violencia que nos han afectado durante tanto tiempo. Es un camino difícil, pero
esencial para construir una Colombia más pacífica y próspera para todos sus habitantes.

Líder político Al momento de leer el informe de la comisión de la verdad sobre los Hallazgos y
Recomendaciones, me queda mas que claro que las personas pertenecientes al estado, y los
movimientos políticos en general, cumplimos un papel fundamental en la restauración de los
lazos sociales que fueron dañados, al igual que tenemos el deber de reintegrar a la sociedad
todas aquellas personas que fueron excluidas por la guerra.

al momento de servir o querer servir como funcionarios políticos, debemos tomarnos el tiempo
de estudiar la historia de la guerra colombiana, la cual lastimosamente ha marcado gran parte
de nuestro país de formas muy negativas, pero no solo eso, también debemos analizar el
proceso de paz y entender cómo este fue un gran paso para el país, el cual ya ha sido lo
suficiente afectado por la guerra, y así buscar juntos, que no haya cabida para una repetición, 

Por último, me gustaría resaltar como todo el proceso que realizó la comisión de la verdad fue
una forma de restauración simbólica, para todas aquellas personas y familias que fueron
afectadas por la guerra, fue una restauración que como estado le debíamos a todos ellos, es
decir, el proceso de paz también funciona como un perdón simbólico por parte del estado por
toda la desigualdad que llevó a la guerra el país

Psicólogo
especializado en Estoy convencido de que la psicología tiene un papel crucial en la construcción de paz en el
trauma y posconflicto, trabajando activamente para romper patrones de violencia y fomentando la
reconciliación confianza en las relaciones humanas. Es necesario abordar las heridas emocionales causadas
por el conflicto, y para ello, el reconocimiento de responsabilidades y la búsqueda de la verdad
son fundamentales. La reparación simbólica y el diálogo entre víctimas y victimarios pueden
ser poderosos instrumentos para sanar y avanzar hacia una reconciliación genuina.

Durante décadas, la sociedad colombiana se ha negado y ha evadido los procesos de duelo


generados por la violencia y el conflicto armado que ha fracturado y alterado el tejido social
del país. 

Colombia necesita transitar las fases de verdad, justicia y reparación de las víctimas, y para
ello necesita un Estado legítimo y que, a su vez, pueda legitimar el sufrimiento y las
experiencias de las víctimas. También es fundamental garantizar la justicia con el fin de
reubicar a quienes causaron los daños a su lugar de victimarios y reciban un castigo que pueda
ayudar a las víctimas y a la sociedad a elaborar los duelos atascados, que, de no hacerse, será
un obstáculo para la resiliencia y seguirá replicándose la violencia, reprimiendo sentimientos
de odio y retornando en forma de nuevos síntomas sociales.

Es sumamente cuestionable y doloroso que no toda pérdida humana sea objeto de duelo,
imposibilitando que se valore la pérdida de ese objeto amado. Para la elaboración del duelo es
necesario reconocer y probar las pérdidas a través de los relatos de las víctimas. Tristemente
ocurre en nuestro país y en muchos contextos que no todas las muertes merecen ser lloradas ni
ser tenidas en cuenta para ser parte del duelo colectivo, hay muertes que no son pronunciadas
ni recordadas lo cual refleja desigualdad, dado que no se protege sus vidas ni son percibidas
como valiosas 

Activista Desde que empezó a desarrollarse el proceso de paz en Colombia he estado pendiente de todo
lo relacionado con este, desde las decisiones más pequeñas, hasta las personas a cargo del
proceso, por años fueron claras las dificultades que presentaba el proceso de paz en nuestro
país, al igual que fueron claras la intenciones de muchas personas para obstaculizarlo, las
opiniones sobre la paz estaban divididas por todo el territorio colombiano, desde políticos hasta
ciudadanos, unos a favor, otros en contra, aunque suene irónico, el proceso de paz fue una
lucha de dia a dia para todos aquellos que buscábamos un futuro sin guerra.

Pero al fin se empiezan a ver los frutos de todos los años buscando la paz, con el informe de la
comisión de la verdad, este informe está cargado de hallazgos sobre la guerra, plasma parte del
dolor y sufrimiento de las víctimas, pero también el de muchos victimarios, es un informe lleno
de verdades, verdades que son dolorosas, pero que a su vez sanan a todas aquellas personas con
familiares desaparecidos, para aquellas personas a las cuales mancharon les fue manchado su
buen nombre; este informe es una gran forma de pedir perdón a todas las víctimas de la guerra,
por medio de la verdad.

Este informe para muchos no puede significar nada, pero para otros, este informe significa un
comienzo, un primer paso para un país en paz, para un país de perdón, de reconciliación y
sobre todo, un país con la esperanza de no repetir todo el daño causado por la guerra. 

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