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Jeffrey C. Alexander LAS TEORIAS SOCIOLOGICAS DESDE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Serle CLA‘DE*MA, Editorial Gedisa ofrece los siguientes titulos sobre CIENCIAS DE LA COMUNICACION Y SOCIOLOGIA pertenecientes a sus diferentes colecciones y series (Grupo “Ciencias Sociales”) JEFFREY C. ALEXANDER GREGORY Y MARY CATHERINE BATESON ISAAC JOSEPH PAUL WATZLAWICK YOTROS PIERRE BOURDIEU ELISEO VERON PAUL YONNET Marc AuGE Marc AuGE ELISEO VERON ALAIN BERRENDONNER GEORGES LAPASSADE. NORBERT ELIAS. Las teorfas sociolbgicas desde Ja Segunda Guerra Mundial El temor de tos éngeles El transetinte y el espacio urbano La realidad inventada Cosas dichas Construir el acontecimiento Juegos, modas y masas El viajero subterrineo Travesia por los jardines de Luxemburgo La semiosis social Elementos de pragmdtica Ungaistica Socioandisis y potenciat ‘humano ‘Sociologta fundamental LAS TEORIAS SOCIOLOGICAS DESDE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Anélisis multidimensional por Jeffrey C. Alexander gedisa La clencla nunca ¢%. por clerto, una actividad puramente local. y he tenido la suerte de contar con la ayuda de muchos estudiantes de aqui y del extranjero. Bernard Barber ley6 atentamente los primeroa capitulos de este libro y me dio atinados consejos. Steven Seldman ha side un importante in- terlocutor y erftico. Richard Manch leyé extensos fragmentos del manuscrt- to y me dio sus reflexivas opinones. Nicholas Dirks y Ron Eyerman me cuestionaron y me instruyeron sobre diversos aapectos de la teorizacion contemporanea. Nancy Chodorow y Lewts Coser hicieron algunas sugeren- cias especificas y decistvas. Huelga decir que ninguno de estos pensadores nl de mis colegas de la UCLA es responsable por las interpretaciones que constan en las paginas siguientes. Mi eaposa, Ruth Bloch, me brind6 la lectura final y mas atenta de es- tas conferencias, Acepto con gratitud sus penetrantes criicas. ‘Tengo un vivido recuerdo de mi primer encuentro con las conferencias de Raymond Aron sobre teorta sociologica, traducidas al inglés como Matn Currents in Sociological Thought. Era el verano de 1071 en Palo Alto, California. y yo estaba leyendo al caer la tarde en el patio del hogar de los padres de iii esposa. Las Ideas de Aron eran claras y eatimulantes, y me pa recié que Ia intimidad de su conferencias permitia comunicarlas de un mo- do muy eficaz. La imitarién ca la forma mda clevada de adulacion. Estas conferencias son un sincero homenaje a la memoria de cae gran frances. Sin embargo. me gustaria dedicarias a la memoria viva de otro gran hombre que murié ese mismo afo, Felix Bloch, en cuya casa lel por primera vez las conferencias de Aron y cuyo conocimiento y amistad me brindaron tantas cosas, Los Angeles 0 1 Qué es la teoria Para la gente interesada en el murdo real —y supongo que la mayoria de ustedes estan aqui por esa razén— un curse acerca de la teoria sociolégl- ca puede parecer carente de sentido. Lz sociologia eata bien, desde luego. ‘Trata sobre la sociedad, y por eso estén ustedes aqui. ¢Pero a qué viene la “teoria’? Tiene un aire demasiado flos6f.co, el de las ideas por si mismas. El estudio de la teorta parece ser tan drido como el polvo. ‘Sin embargo, quiero sefalar que un curso sobre teorta no es tan arido Inf abstracto como se puede creer. Desde luego, las teorias abstraen a partir de los datos particulares de un tlempo y un lugar determinados, asl que a menudo hablamos abstractamente cuando las analizamos. Pero hay un contrapeso importante para este tmpulso hacia la abstraccién. Las teorias { son propuestas por personas, algo que nunca debemos olvidar. Al estudiar teortas no examinames abstracciones floiantes sino obras de personas. Para conocer las teorias, pues, debemos saber un poco acerca de laa personas que las eseribieron: cudndo y cbmo vivieron. dénde trabajaron y, lo mas im- Portante, como pensaban. Tenemos que saber estas cosas para entender por qué decian lo que decian, por qué ne decian otra cosa. por qué cambia~ ban de parecer. En general procuraré hallar respuesta a estas preguntas dentro de las teorias mismas, pero tralaré de no olvidar que detras de estoa textos tedricos estan las personas y sus mentes. Ms aun, este curso no trata sobre cualquler teoria sociolégica, sino sobre la teorta en Ja actualidad. Uno de los atractivos de un curso sobre teo- fa contemporanea es que nos obliga a kablar de nueatra época: hablamos de la vida contemporanea porque ha ejercide una gran influencia en la teo- ria contemporanea. Duran‘e el curso yo insinuart, por elemplo, que la Gran Depresion de la década de 1930 y la guerra mundial que eatailé desputs | afectaron decisivamente la teoria eociolsgica del periado contemporaneo. Las operantn plat de reconstruc ol minds de poner | fueron vitales para modelar la naturaleza de la teorfa que emergio al princl plo. Estas esperanzas se frustraron en la década de 1960. La furia y la de- ‘cepeién desempefiaron un papel decisive en el trabajo teérico subsiguiente, Pues estimularon nuevas teorias que desaflaron laa que predominaban en la Posguerra. Sin embargo, hablar¢ de la sociedad contemporinea no sélo porque ha ‘afectado la teoria contempordnea sino tanibién porque la teoria contempord- ea, a fin de cuentas, trata sobre la sociedad contemporénes. Hay aspectos uw de la teorta que son atemporales. que generalizan a pariir de elementos par- ticulares para establecer “leyes" o "modelos" que pretenden ser valides para siempre. Pero, precisamente porque quienes crean las teorias sufren la in- fluencia de su época, podemos leer sus teorias como dirtgidas hacia ella. Al comentar estas teorias, me desplazaré continuamente de las abstracciones tebricas a las concreciones empiricas, a la sociedad norteamericana que co- nocemos hoy. a los conflictos que nos amenazen y nos inspiran, a las realt- dades mundanas de nuestra vida cotidiana. S{ mi curso no brinda un est- mulo para pensar en cosas empiricas ~en todo, desde lo sublime hasta lo ridiculo— de maneras nuevas y fascinantes, habré fracasado. Pero antes de abordar ei aspecto “sociologico" de la teoria sociolbgica, debemos ingresar en el mundo de la “teoria” misma. Por lo menos una clase tendra que ser bastante seca y abstracta, y ¢s natural que ésta sea la pri- mera. Para iniclar un curso debemos ir primero a lo primero. Y en un curso sobre teoria, lo primero es preguntarnos qué es la teoria. Comenzaré con una definicién sencilla. La teoria es una generalizacion separada de los par- ticulares, una abstraccién separada de un caso conereto. Dart algunos | ‘efemploe de este proceso de abstracci6n. Los actores econémicos son parti- ‘culares concretos. Por ejemplo, el presidente de Chrysler, la compania auto- motriz, ¢s una persona specifica, Lee lacoca. Si quisiéramos describir la actividad de Lee lacoca en la Chrysler Corporation, no hariamos teoria. Por otra parte, los “presidentes de compafiias automotrices* conatituyen una clase de personas. Ahora estamos abstrayendo a partir de un caso concreto. ‘St quisiéramos pensar acerca de las actividades de los “presidentes” de com- pafias automotrices, tendriamos que generalizar a partir de indtviduos par- ticulares: estartamos elaborando teortas acerca de la conducta administral- va en las compafias automotrices. Si quisiéramos estudlar a los “presiden- tes de las empresas norteamericanas’, tendriamos un nuevo nivel de abs- traccion. Tomemos un ejemplo maa cercano. Si miramos a un nifio que inte- racttia con sus padres, estudiamos un caso concreto. Si quisiéramos mirar muchos casos de nifios interactuando con sus padres, estarlamos generall- zando a partir de casos concretos para claborar teorias sobre la interaccion padre /hijo. Estariamos teortzando sobre la socializacion. Empero, en este curso no me interesa s6lo la teoria. sino la teoria ge- neral. En sociologia abundan las teorias especiales. por eemplo teorias 30- bre la estratificacion, la socializacion, la politica y la administracion. Se ias| puede estudiar en cursos més especializados. Las teorias generales toman| estas teorias especiales y las unen. Las teorias generales son teorias acerca, de todo, acerea de las “sociedades* en cuanto tales, acerca de Ia modernt- dad mas que acerca de una sociedad moderna en particular, acerca de la “interaccion” mas que acerca de una forma particular de interaccién. Hay teorias especiales sobre las clases econémicas en la sociedad, sobre la clase media, la clase trabajadora y la clase alta, Pero una teoria general de las clases, como la teoria mandsta. combina todas estas teorias especiales s0- bre las clases en una sola teoria sobre el desarrollo econémico y las relacio- nea de clase en cuanto tales. ‘Ahora que he definido muy provisionalmente qué es la teorfa, hablaré 12 acerca de su significacion. Hoy existe un gran debate acerca del papel de la tcoria en las clencas, y sabre fod en ls lencias socalen. La posieion que amumo aqui, deciiva para cae curso esque la tcora es crucial, Maa aun, 8 teora eal corazon de la clenca. Aungu la teortas slmpre se relaclo ,/ Ban estrechamente con la “realidad” fictica, en la practica de las clencias ‘sociales son las teorias mismas las que generan los experimentos que veril- can lo datos; la teortan oon laa que satructuran la fealldad toe datas 0 “hechos’— que eatudian los cientifcos. Dart un efemplo, Las ciencias sociales dedican hoy muchos trabajos al intento de hallar explicaciones de éxito econémico del Japén, En estos ©3- tudios los cientifices sociales a menudo descubren que los jovenea catudian- tes Japoneses otorgan gran valor al logo, a la “socializacion para el logro”, ue eventualmente se traduce en trabae duro y disciplina en el mundo eco- ‘nOmico adulto. {Pero cOmo se descubre el "dato" de tal socializacion? cES Porque la realidad de esta socializacton para el logro ve impone sobre el ob- servador ctentifico? Pues no, Se publican eatudios sobre socializacion por- ‘que muchos clentificos sociales estén imbuldos, antes de llegar al Japon. de Ja Idea tebrica de que Ia socializacion en la infanca ea decisiva para deter- ‘nar el eat laboral de lo» adultos, fantinuemos con otro ejemplo Japones. En Eu oe Estados Unidos have furor el debate actrea de as razoneshistricas et rapido der sarrollo economico del Japon. Aigunos estudiosos arguyen que la situactén militar protegida de que ha gozado el Japén desde la Segunda Guerra Mundial le ha permitid prosperar; otros. en una vena similar, han citado las politicas proteccioniatas del goblerm japonés. Sin embargo, otros estu- Pero hay ejemplos mas cereanos de la significacién de la teoria. La s0- cledad norteamericana ha sufrido la revolucién econémica llamada ‘Reaganomics 0 “reagonomla". Es un programa prictico en el mas practico de los mundos, el mercado. Pero esta politica prictica se genero simple- mente como solucién cientifica para problemas econémicos contemporine- ‘08? En absoluto, La *reagonomla” se basa en ideas, en primer lugar las de ‘Milton Friedman, pero, en un marco temporal més amplio, en ideas que s¢ Temontan a doscientoa afios atras, a las teortas de Adam Smith. y antes de 41, @ John Locke. Fue John Maynard Keynes, el gran economista que s¢ 13 ‘oponia a las teortas del mercado libre. quien dijo que las ideas constituyen la fuerza econdmica mas poderosa. ‘Como se generan las teorias? Muchos clentlicos admiten que las teo- ras son mas generales que los hechos y son igualmente importantes para la ‘generacién de Ideas ctentificas. Pero es0 no responde a la pregunta mas de- cisiva: zeomo se producen las teorias? La teoria se induce a partir de datos empiricos? Segin esta idea, ten- driamos que estudiar muchos casos especificos y hacer generalizaciones graduales basadas en sus rasgos comunes. Una teoria asi generada, una “ley abarcadora", luego desempefiaria un papel deciswo en nuevos trabajos ‘emptricos. Esta idea de induceion suena convincente, pero no es clerta. Lay teorta no se puede construir sin datos. pero tampoco $e puede construi 96- Jo con datos, Algunos filosofos de la ciencia reconocen que la teoria | cualquler intento de generallzacién — que salimos al mundo de los hechos | ‘munidos con teortas— pero sostienen que usamos datos ate6ricos para ver! ficar la verdad o falsedad de nuestros conceptos tebricos generales. Pero cs- ta posicién es tan poco atinada como la anterior, eapecialmente para las cla- 08 de teorias generales que trataremos aqui. Tales teorias no se pueden s0- meter a una verifleacion definitiva y coneluyente por medio de datos, aun- ‘que una referencia a los datos 9 parte vital de toda verificacton de una teo- Fa, Los datos pueden poner en Jaque algunas proposiciones eapecficas de ‘una teoria, pero un cuestlonamiento puramente factico ene dos limitacio- nes. Primero, los datos que usamos para cuestionar una teorta eatan infor- ‘mados a la ver por teorias que no estamos vertficando en eata oportunidad. Segundo, aunque admitamos la falsedad de tna proposicion especifiea,rara vez abandonaremos la teoria general de la cual forma parte. En cambio, ha- Femos una revision de la teoria general para alinear sus proposiciones con estos nuevos datos “faeticos”. zCémo se generan. pues, las teorias? Convengo, por clerto, en que el mundo real pone limites muy estrictos a nuestra leortzactén. Por ejemplo, ara un clentifico social resultaria difiell sostener que la sociedad norteame- Hicana até sufriendo una revolucién politica, ast como la “realidad” difcul- taria proponer la teoria de que la sociedad sovietiea ce capitalista y no co- munista. Sin embargo, algunos cientificos han afirmado que la sociedad norteamertcans. est4 sufriendo una revolucion politica, y otros han intenta- do demostrar que Rusia es un pais capltalista y no comunista. Estos ejem- plos extremos revelan que el razonamiento teorico tene una relativa atito- nomia respecto del “mundo real”. De hecho, me he visto en la obligacion de oner esta expresion entre comias. Como los limites que la realidad Impo-, ne a la clencia siempre sufren la mediacion de compromisos anteriores, noe, Diagrama 1.1 El continue det peneamiante clentiicc Medio _—_—— Medio teérlce | omic “nedttetico” > © Petco 14 sutta imposible saber, en cualquier momento especifico.. qué es exacta- mente la realidad. > Las teorfas, pues, son generadas tanto por los procesos no facticos ‘no empiricos que preceden al contacto clentiico con cl mundo real como por‘ estructura de este “mundo rea: Con procenoe no lictices mie reflera a cosas tales como los dogmas univeratarice, la socializacion intelectual Y Ja especulacion imaginativa del cientilce, que esta basada tanto en su fat ‘asia personal como en la realidad externa. En la construccion de las teorias lentifcas, el mundo real modifica estos procesos, pero nunca loa eiimina. Exite. pues, una relacion doble ene las tcorias y los hechoa {amare elemento apriorisico ala parte no empirica dela clenca. Este elemento no depende de las observactones sino de las tradiciones, Es'a afir- macion puede parecer exirafia. La ciencia. protolipe de racionalided y mo- demidad, pareceria opuesta a la tradiciOn. Ara juicio. sin embargo. la cien- ‘la ~aunque sea racional= depende vitaimente de la tradieion. bx sociolo. sa cs una clencia social empiriea. comprometida con la verfeacion Hgure- 3a, con los datos, con la disciplina de la veriicacién. No obstante, estan act Vidades clentiicas se desarrollan, a mi entender, dentro de tradiciones que se dan por sentadas y no est&n aometidas a una evaluacion ealrclamente empirica. 2Qué son estas tradiciones clentificas? Podemos convenir, sin lugar a ddudaa, en que estan integradas por los components basicos de la ciencia social. El problema es que laa personas conceptualizan estas componentes Dislcos de diversos moos. Eo Justo decit que eatoa modes aiversoa. @ Me- ‘nude antitétcos, de conceptualizar los componentes bisicoe de las Cen clas sociales aon el nicieo del debate tedrico Contempordneo, Aun aa Ge- Demos identificar los componentes basicos, pues sélo aal podremos Ment flcar las tradiciones basicas que informan la base ne empires de una dia. ciplina. La tarea es mas ardua de lo que parece, pues en las ciencias scciales hay una importante gama de elementos no empiric. El legado de cada Ee- Aeracion de socidlogos a la sigulente no conslte sole en las creencias acer- Diagrama 1.2 seca memes 7 i ce . | I Mewes conapen Stokes Catccene ony Prepon ainiona sipsoaen Oharacanes Prenuposidens peer entcleoe Heligies snp conpoes 1s, ca de cudles son dichos elementos, sino en cusles son entre ellos loe més importantes. Me gusta considerar estos elementos como parte de un cont: uo del pensamiento clentiflco (véase el diagrama 1.2). Las diversas tradiciones de la teoria social sueien enfatizar un nivel de este continuo més que otros. A menudo soatienen que tal o cual nivel es de importancia extrema. En consecuencia, las diversas comprensiones teéricas del componente que se considera decisive constituyen la base de las princt- pales tradiciones sociologicas. , ‘Muchos teoricos arguyen. por ejemplo. que el nivel ideolbgico es decist-| vo. Soatienen que las creencias politicas de los centificos constituyen el ele- mento no empirico que determina la sustancia de los hallazgoe de las cien- clas sociales. Consideran pues que la sociologia est dividida entre tradiclo- nea conservadoras, liberales y radicales. Aunque esta perspectiva de la teo- Hla soctolégica — asl como las demas que luego comentaré— nos ha acompa- ‘ado durante sigios, resurgié en el periodo de posguerra con los conilictos sociales de la década de 1960. Los soctdlogos criticos legaron a encarar la sociologia académica como una disciplina “sacerdotal”, propia del establish- ‘ment, una teoria deoligica cuestionada por la sociologia revolucionaria 0 proftica de la Nueva lzquterda, ‘Otros cientificos sociales sostienen, con igual vehemencia, que el mo-; dela determina la naturaleza fundamental del pensamiento sociolégico. Lod! modelos son imagenes deliberadamente simplistas y muy abstractas del. mundo. Hay modelos, por ejemplo. que describen la sociedad como un siste- ma en funcionamlento, como el sistema Nsiologico del cuerpo o el sistema mecinico de un motor de combustin interna, Otros modelos consideran ‘que la sociedad esta compuesta por instituciones separadas ein ninguna re- lacion integral y sietémica entre ellas. Para quienes enfatizan el nivel del modelo, la opeién entre modelos funcionales ¢ institucionales es responsa- ble det tono de una teoria social. El enfoque ideologico sostlene que las dec! ‘stones politicas del cientifico generan modelos. pero este segundo grupo de teoricos argumenta que la opcién entre modelos funcionales e instituciona- Jes genera compromisce ideologicos. A menudo han sostenido. por ejemplo. que los modelos funcionallstas llevan a una kdeologia conservadora. Los te¢- loos ideolégicos, en cambio, a menudo han sostenida lo inverso, es decir, que las creencias politicas conservadoras conducen a la adopcion de mode- Jos funetonales. (Otro nivel del continuo socioldgico que a menudo se considera decisive ‘es el metodologico. Se soatiene que la opeién entre técnicas cuantitativas y cualitativas. o entre el analisis comparado y los eatudios de casos, son cru- tecnico, las controversias metodaldgicas se concentran en el papel de la teo- rizcion abstracta en contraste con la compllacion de datos empiricos. Se ‘trata, por clerto, de la disputa en la que yo mismo acabo de embarcarme. Quicnes adhieren a diversos bandos de estos debates metodologicos suelen| compartir la creenela, a la cual yo no me adhiero, de que los compromisos| ‘con determinados modelos ¢ deologias surgen de estas opciones metodolo- eas. y no al contrario. 16 4, _ Por altimo, muchos cientificos soctales de la actualidad sostienen que [19 mas determinante para un sociologo conaiste en decidir ai el mundo est " en equiltbrio 0 en conflicto. La “teoria del conflicto”, por efemplo, afirma que ssi damos por sentado que la sociedad es consensual, adoptaremoe modelos funcionales. tomaremos posiciones Ideol6gicas sistémicas conservadcras, ¥ ‘emplearemoa metodologias empiristas y antiteéricas, Ustedes habran notado una pizca de esceplicisme en mi exposicién. Pero, no quiero sugerir que estas discustones me parecen irrelevantes. A mi Juleto, cada uno de estos supuestos no empiricos es vital para la teortzacton ‘Soctologica. Ya tendré ocasién de concentrarme en cada uno de estos niveles ‘Al mismo lempo, seftalart que cada una de estas vehementes poalcio- nes teoricas es reduccionista. Aunque todos estos niveles son relevantes. nninguno de ellos tlene el poder que a menudo se le atribuye. La ideologia es importante, pero es erréneo tratar de reducir la teorfa a la influencia de los stpuestos politicos. De hecho, no ea inusitado que tedricos con ideas politi cas muy diferentes produzcan teorias que son significativamente sunlares. ‘Asimismo, es erréneo pensar que los modelos son tan decisivoe. Loa mode- los son importantes, pero no pueden determinar los otros saupuestos de los {eértcos. Los modelos funcionales, por ejemplo, cuentan hoy con la aproba- clon de radicales marxistas asi como de conservadores. Algunos funcionalls- tas consideran que los requertmientos del sistema son contradictorios y en lllima instancia autodestructivos: otros consideran que son complementa- ‘los y autorreguladores. De la misma manera, hay funcionalistas empiistas y funcionalistas que aprecian la independencia del aspecto no empirico de la teoria. Por tomar otra reduccion pica, parece tremendamente obstinado atribuir poder decisive a los compromisos metodolégicoe. la sociologia, la misma metodologia ha respaldado las posiciones mas en- contradas. Por ejemplo, hay teorias cuantitativas marxistas acerca de la for- macién de clases y teorias lberales cuantitativas que reemplazan la clase por el status. Los compromisos metodolégicos son los mismoe, pero las teo- Hlas 9on muy diferentes. Por allumo, la poaicion de un teérico acerca del conflicto no puede, en mi opinion, determinar las otras caracteristicas de su teoria, Marx consideraba que la sociedad estaba en conflicte, y tambien Hegel, pero pocos pondrian ambes teortas en el mismo campo. Pero el problema de estos debates contempordneos no radica atio en ‘su reduccionismo, sino en la mezcia de niveles relativamente independien- tes. Ademas, la mayoria de estos debates con! ignoran el nivel ‘no empirico mas general de todos. Lo Uamart el nivel de isa “preeupoalcio- nes". En la segunda parte de esta clase, deacribir¢ cstas presuposicioncs. ¥ Sugertré que forman las tradiciones predominantes en el pensaimiento 20- clal. En mi conclustén, regresaré al t6pico de la teoria sociologica contempo- . tanea, Llevaré este comentario abstracto acerca de las tradiciones a un pla- ‘no més concreto comentando las fuerzas intelectuales y sociales que traje- Fon el centro del debate teérico a los Estados Unidos en el pertode inmedia- tamente posterior a la Segunda Guerra Mundial. 7 Con presuposiciones me reflero a los supuestos mas generales de cada sociblogo en ou enifentamiento con fa realidad. Creo que es obvie que Jo prt- ‘hero que un estudiante-de la vida social presupone es la naturaleza de la sion" Cuando pensamos cémo es la accién, habltualmente nos pregunta- see al cx radonal o no. Ef problema de la aecién’, pues, consiste en dar oot sentado que los actores son racionales © no racionales. Aqui no me re- Fero al uso habitual que identifica racional con bueno y listo, y no racional Gon malo y eatapido. No quiero decir, en otras palabras, que tin acto no ra- Sfonal aes “rracional’, Ba la teoria social, cata dicotomia alude a af las per- Sites son efotstas (racionales) o idealistas (no racionales), of son normatl- $eEy morales (no racioneles) en su enfoque del mundo o puramente tnatru- mentales (racionales). si al actuar les interesa aumentar la eficiencia iracio- Mlmente)o af catin regidas por emociones y deseos inconscentes (no racio- Ralmente), Todas estas dicotomlas se relacionan con la vital cuestion de la Teferencia interna o externa de la accton. Los enfoques racionalisias de Ia Soca consideran que el actor recibe Impulso de fuerzas externas, mientras que los enfoques no racionales implican que la accion esté motivada desde dentro. "Al hablar de presupostctones, suglero que cada teoria soctal y cada, trabajo empirico toma una poaicion aprioristica sobre el problema de la ac Clon Sin embargo, ello no signiioa que tenga que adoptar una actitud ex. Sleyente, Se puede considerar —aungque no es lo habitual que la accién tiene elementos racionales y no ractonales. Peco no basta con responder la pregunta central acerca de la accion, Existen presupesiciones acerea de una segunda cuestion relevant la que cater Ere el problesm del orden”. Low socsiog non socilogos portue creen que la sociedad respeta patrones, estructuras independientes de los / individos que la componen. Pero, aunque todos los sociblogos creen eto. a menudo Uenen grandes desacuerdos accrea del modo en que se genera este Srden, Dire que se trata de una controversia entre los enfoques individualls~, tas y colectiviatas del orden. 7 Si ioe pensadores presuponen una posicion colectivista, entlenden que los patrones sociales son previos a todo acto individual especifico, y ‘son, en certo sentido, producto de la historia. El orden social es un dato SStineno® que enfrenta al Individuo recién nacido. ahora bien, sl excriben sobre: los adultos, los colectivistas pueden reconocer que el orden social ‘existe tanto dentro como fuera del individuo: de hecho, es un punto impor- {ante al cual retornaremoe. Lo que aqut importa es que la perspectiva co- lectivista, ya conceptuallce el orden social como Interior o exterior a un ac- tor, no considera que sea producto de consideraciones de este momento. ‘Todo acto individual, segan la teoria colectivista, va impulsado en la direc- clon de la estructura preexistente, aunque esta direccién sea sélo una pro- Sablldad para los colectivistas que Teconocen que la accién tlene un elemento de libertad. Asi, para la teoria colectivista, la economia determina {a direccion de loe actores econémicos Individuales, y no son loe empress- ‘Hoe quienes erean la economia: el sistema religoso determina la conducta de un ereyente individual, y no es la fe la que permite surgir una Igleata; Jas organizaciones partidartas producen politicos, y no son los politicos ‘quienes constituyen los partidos. Loe tedricos tndividualistas a menudo reconocen que parecen existir tales estructuras extraindividuales en la sociedad. y por clerto reconocen ‘que hay patrones inteligibles. Pero aun asi inaisten en que estos patrones son producto de la negoctacién individual y consecuencia de la opeién indl- vidual. No sélo creen que los individuos son “portadores” de las eatructuras sino que los actores producen las estructuras en los procesos coneretos de Ja interaccion individual. Para ellos, no es eéio que los individuos tengan un elemento de libertad, sino que pueden altcrar los fundamentos del orden s0- lal en cada punto sucesivo del tiempo histérico. Los individuce, sequin esta perapectiva, no portan el orden dentro de sf mismos. En cambio, siguen el ‘orden social o se rebelan contra él —e incluso contra sus propios valores— segun sus deseos individuales. No creo que los problemas de la accion y el orden sean ‘opcionales". Creo que cada teorla toma alguna poaicion sobre ambos. Pero no insistiré sobre esto. Quiero senalar que las permutaciones ligicas entre las presupo- sictones integran las tradiciones fundamentales de la soctologia. Hay teorias Tactonal-individualistas y teorias racional-colectivistas. Hay teorias normatt- vo-Individualistas y normativo-colectivistas. La historia del pensamiento s0- cial también regsira algunos intentos ~ muy pocoe y espaciados— de tras- cender estas dicotomias de manera multidimensional. Estas presuposiciones trascienden la mera inquietud académica. En cualquler posicion que se adopte. hay en Juego valores fundamentales. £1 cetudio de la sociedad gira alrededor de las cuestiones de la libertad y el orden. y toda teoria sufre la atraccion de ambos polos. A mi entender. ¢@ un dlema Upicamente occidental o. mejor dicho, tipieamente moderno. Como hombres y mujeres modernos, creemos que los individuos tienen libre albe- drio —en terminos religiosos, que cada ser humano tiene un alma tnvicla~ ble y por ello creemos que cada persona tlene capacidad para actuar de manera responsable, En mayor o menor grado, cata creenciae cultural © {inatituctonalizado en cada sociedad occidental. El individuo constituye ‘una unidad especial. Se han realizado complejos eafuerzos legales para pro- tegerlo del grupo, del Estado y de otros organiamos culturalmente “coercitt- vos", como la igleala. Loe teéricos de la sociologia han tomado catos desarrollos muy en s¢- so. y al igual que otros cludadanoe dela sociedad occidental han procurato proteger esta libertad individual. De hecho. la sociologia surgio como disc!- plina a partir de esta diferenciacion del individuo en la sociedad, pues Ia in- dependencia del individuo, el crecimiento de sui capacidad para pensar U- ‘bremente averea de la sociedad, permilié que la soctedad miama fuera con- ceblda como objeto de estudio. La independencia del individu vuelve pro- Dlematico el “orden’, y esta problematizacion del orden vuelve posible la 80- clologia. Al mismo tiempo, los sociéloges admiten que hay patrones aun en eate orden moderno y que la vida cotidiana de los individuos esta profunda- mente estructurada. Esto es precisamente lo que vuelve tan precioeos los valores de “Ubertad” ¢ “Individualidad’. La tensién entre la libertad y el or- 19 den brinda una Justificacién intelectual y moral a la soctologia: la soctologia ‘explora la naturaleza del orden social en gran medida porque le interesan ‘us implicaciones para la lbertad individual. Las teorlas individualistas son atractivas y poderosas porque preservan la Ubertad individual de manera ablerta. expiicita y total Sus postulados aprioristicos dan por sentada la integridad del indtviduo racional 0 moral. y ‘entienden que el actor es libre de su situacién, ya se la defina como coerelén ‘material o tnfluencta moral. Pero, a mi juicto, ia poaicién individualleta paga ‘un alto precio tebrico por esta libertad. Otorga un voluntartsmo poco realista, y artificial al actor em la sociedad. En este sentido, la teorfa indtvidualista no reata un verdadero servicio a Ia libertad. Ignora las amenazaa reales que la estructura social plantea a menudo a la libertad, y también el gran sosten de la libertad que pueden brindar las estructuras sociales. A mi entender, el di- ‘seho moral de la teorta individualista allenta la tlusién de que los individuoe ‘no necesttan de otros ni de la sociedad en su conjunto. La teorla colectivista, por otra parte, reconace que les controles socta- Jes qxisten, y en consecuencia puede someter dichos controles a un andllsts ‘explicite, En este sentido el pensamiento colectivista tlene ventajas sobre el pensamlento Individualtsta, tanto en lo moral como en lo teérico. Deede lue- 0, debemos pregumtarnos si no pagamos un precio inaceptable por esta ventaja. Qué pierde la teortzacion colectivista? {Cémo se relactona la fuer- za colectiva que ella postula con la voluntad individual. el voluntarismo y el autocontrol? Antes de responder esta pregunta decistva, debemos ser claros acerea de un hecho vital: las presuposiciones sobre el orden no implican ‘ninguna preauposicion especifica acerca de la accién. Dada esta indetermi- nacién, hay muchas clases de teorta colectivista, ‘A mi Julelo, el crucial interrogante de si la teorta colectivista vale su Precio gira alrededor de la presuposicion de que la accién sea instrumental © moral. Muchas teorias colectivistas entlenden que las acciones son moti- vadas por una forma estrecha de racionalidad que solo atiende a la eficacia teeniea. Cuando ello ocurre, se describen las estructuras colectivas como al fueran externas a los individuos en un sentido faico. Se dice que estan es- tructuras aparentemente externas y materiales, como los sistemas pollticos © econdmicos, controlan a los actores desde fuera, les guste o no. Lo hacen disponiendo sanciones punitivas y recompensas positivas para un actor que se limita a calcular ef placer y el dolor. Como se entiende que el actor res Ponde abjetivamente a influencias externas, los “motives” desaparecen co. ‘mo preocupacion teGrica. La eubjetividad queda cxciuida del analleis colee- tivista cuando éste adopta una forma racionalista, pues se entiende que la respuesta del actor se puede predecir a partir del andlisis de su ambito ex- terno, Lo cructal es dicho ambito, no la naturaleza del actor ni el grado 0 Ia Indole del compromise del actor. Aflrmo, pues. que laa teortas racional-co- lectivistas explican ef orden s6lo a expensas del sujeto, eliminando la nocién de yo [self En la soctologia clasica. las formas reduccionistas de la teoria marxista representan el efemplo mas contundente de este desarrollo, pero también impregnan Ia sociologia de Weber y la teoria uttlitarista, En camblo, ai ta teoria colectivista concede que la accién puede ser no 20 racional, percibe a los actores como guiados por los ideales y la emocién. Los ideales y emociones estan sttuados dentro y no fuera. Desde iuego, eate Feino interno de la subjetividad eta estructurado inicialmente por enzuen- tros con objetos “externos”: padres, profesores. hermanos, libros, toda la va- Hledad de portadores culturales y apegos objetales enfrentados por ke pe- quefice “inictadoe sociales”. Pero, segtin la teoria colectiva no racional, tales estructuras extraindividuales se internalizan con el proceso de socializa- cfén. La subjetividad y la motivacién se vuelven tépicos fundamentales para la teorta social s6lo sl reconocemos este proceso de internalizacion. pues si aceptamos la internalizacion entendemos que existe alguna relacion vital entre el “interior” y el “exterior” de cualquier acto. La volicion individual se convierte en parte del orden social. y la vida soctal real implica negocacto- nes no entre ef individuo asocial y'su mundo sino entre el yo social y el mundo social. Tal pensamiento lleva a_lo que Talcott Parsons llam6 un en- foque voluntartsta del orden, aunque debo advertir que esto no es volunta- rismo en un sentido ndividualista. Por el contrario, se puede decir que el voluntariamo esta ejempiificado por teortas que ven a los individuos some soctalizados por los sistemas culturales. Loe peligros de este tipo de teorizacion son opuestos a los que encuen- tran las teorias colectivistas de tipo més racionalista. Laa teorlas morailstas ¢ Idealistas a menudo subestiman la constante tenaién entre volicion indtvi- dual y orden colectivo. Hay una fuerte tendencia a dar por sentado una complementariedad innata entre el yo social y el mundo de ese yo: en termi- os religiosos, entre el alma individual y la voluntad de Dios: en térmainos politicos, entre la voluntad individual y la colectiva. Espero que este breve comentario acerca de las virtudes y flaquezaa de las formas instrumentals y morales de la teorla colectivista dé alguna Idea de cuan importante seria una sintesis de ambas. Aunque cada cual tlene ‘sus méritos, ambas tlenden hacia una peligrosa untdimensionalidad que pasa por alto aspectos vitales de 1a condicin humana. Por razones lanto morales como clentifieas, creo que la teoria deberia entrelazar los elementos Internoa y externos del control colectivo. No intentar¢ explicar, a cataa altu- as. cmo podria lucir tal teoria multidimensional. El objetivo de este curso 8 delinear una teorta de ese tipo. Lo hart mediante una reconstruccion cri- tea de la teoria soctolégica desde la Segunda Guerra Mundial. )___Las presuposiciones acerca de la accién y el orden son las “pistas” / Por donde corre la sociologia. Sean tedricos 0 ne. loa sociélogos optan por { clertaa presuposiciones y deben convivir con las consecuenciaa. Dichas | Presuposiciones y sus consecuencias seran mi punto de partida durante ‘este curso. La cleceion de clertas presuposiciones determina no sélo las poalbill- dades teéricas en un sentido positive, sino también las restricciones y vul- nerabilidades, Cada presuposicién cierra clertos caminos aunque abra otros. Los teéricos a menudo se arreplenten de excluir clertas posibilidades, ¥ en eate sentido sus presuposiciones son chalecos de fuerza de los que in- tentan escapar. El problema es que si escapan demasiado sus teorias se al- teran radicalmente. De hecho, a menudo hay “brechas” decisivas en el tra- 2 bajo de un tebrice. Loe trabajos tempranos y tardioe de Marx constituyen el ‘ejemplo mis famoso, y més adelante hablaré de rupturas similares en las teortas de Garfinkel y Geertz. Pero los tebricos rara vez desean cambiar tan abruptamenté sus ideas. Con mayor frecuencia, quieren mantener e! impul- ‘30 predominante de ‘sus ideas aunque evitando algunas de sus consecuen- clas, El resultado es que introducen revisiones ad hoc. Los nuevos concep- tos se vuelven ambiguos, de modo que atin pueden sostener la “Vieja” teoria. Llamare “categorias residuales” a estos conceptos ad hoc. porque estan fue ra de la linea de argumentacién explicita y sistemitica del tedrico. Las cate- foriaa residuales son como arrepentimientos tebricos: el tebrico las inventa | Porque teme haber pasado por alto un punto crucial. Durante este curso veremos que aun los tetricos mis destacadoo se mueven Incémodamente entre las revisiones ambiguas y la reafirmacion de ‘sus presuposiciones originales “en ultima instancia". Sugjero que estas op- clones configuran los polos de un dilema dei que los teéricos no pueden es- capar factimente, Creo que toda posicion tedrica produce su propio dilema. A menudo, los seguidores de un maestro son los mas senaibles a loa dile- mas que él enfrento. Quieren defenderse de la eritica. pero también quieren ser fleles a la ortodada. En consecuencia, escogen las calegorias residuales de una tradicion y tratan de elaborarlas de manera mda sistematica. Aun ‘ai, no han escapado del dilema teérico original. Si desean permanecer fle- Jes a la tradicion del maestro, pueden reelaborar sus categorias residuales: ‘s6lo ttasta determinado punto. Al final, deben aceptar que son residuales, ‘Pues sélo asi pueden preservar los elementos “tipicos” de la teorta original. ‘Asi corno en este curso me concentrart en laa presuposiciones que de- terminan laa pistas por donde ctreulan las diversas teortaa, también inten- tart mostrar que cada posicién presuposicional genera tenslones que pue- den descarrilaria. Deacribirt las categorias residuales que invariablemente aparecen y los dilemas tedricos que son tipicos de la teoria sociologica en el pertodo contemporaneo. Asi podré explorar no solo las estructuras basicas de la teoria contempordnes, sino también su dinamica interna, las tensio- nes y conllictos que conducen a subtradictones. antitradiciones y a cambios ‘tedrico8. ‘No obstante, no me concentraré solo en las presuposiciones. En algiin ‘punto de este curse cada nivel del continuo socioldgico surgir& como impor- ‘expliear el mundo sino esfuerzos para evaluario, para comprender mia am- pline cuestiones de sentide, Como von formulaciones existenciales y no sélo ‘fentifices, invariablemente tienen enormes implicaciones poilticas. Por esta razin, slempre se las debe comparar con la politica de su Uempo. El modo ‘en que un tedrico resueive la tension presuposicional entre la libertad y el control esta relacionado con —aunque no determinado por— su reaccion Sdeologica ante dicha tensién tal como se manifesta, por elemplo, en el con- {Mleto pobtico entre capitalismo y soctalismo. No pasaré por alto el enorme impacto que los cambios en la organiza- ‘lon de mundo empirico surten sobre supueatos mas generales. Si una teo- 22 i fia no e9 util para el andlisis empirico concreto, fracasa. Si se entiende que tuna teorta depende de proposiciones empiricas erréneaa, cae en descrédito, Por ello el camblante ambito empirico de la teoria soctoligica — el flujo y re- flujo de la guerra y la paz. la creciente diferenciacion y racionalizacion de la politica y la economia, la confianza o la frustracion de la vida pablica~ han producido un enorme impacto en el desarrollo de la teotia social contempo- ines. Hasta ahora he dedicado mucho tlempo a algunos problemas teoricos extremadamente abstractos. Aqui finaliza la “Arida” introduecion que era necesarla para continuar. Ea hora de regresar a la terra. La transicién es facil, pues las “postbilidades logicas" que describi estén concretadas en la historia del pensamiento social mediante tradiciones intelectuales eapecifi ‘cas. Cada posicion logica fue de hecho articulada por una de las tradiciones socioldgicas que definieron el periodo “clsico" de la socidlogia entre 1850 y 1920. Estas encarnaciones concretas de las postbilidades analiticas forma- ron los recursos que ha explotado la teoria soctologica contemporanea. ‘Karl Marx daba por sentado que la economia explotadora de la socie~ dad capitalista producia hombres y mujeres allenados, instrumentalmente motivades. que no tenlan acceso a sentimientos ¢ ideales no racionales. Oprimidas por las aplastantes estructuras de la economia capital. estas ‘estructuras colectivas los gulaban, recompensaban y castigaban, incitando- los a la revuelta contra el capttalismo y hacia la reconstruceion socialists, Emile Durkhelm razonaba de modo opuesto. Encaraba la sociedad como un reino cultural y simbélico donde los lazos sociales mas reveladores son la solidaridad y el afecto. En vez de un mundo de explotacion, deseribla una suerte de mundo religioso secularizado donde la vollcion soctalmente ¢s- tructurada era la verdadera estofa de la vida social. Max Weber intent0 com Dinar estas posictones materialista ¢ idealista. Creia, por ejemplo, que los origenes historicoe de la racionalidad moderna se remontaban a creencias tlcas y religiosas no racionales. Pero su teoria de la sociedad moderna ter- mind por desarrollar una veraién politica de la teoria racional-colectivista. Encaré no sélo la economia — aqui se distancié empirtcamente de Marx— si- no el Estado, la ley y la burocracia como estructuras que dominaban a Joe individues modernos desde fuera. ‘A ni julcio, éatas eon las vetas principales, las tradiciones dominantes que constiiuyen el legado de la teoria sociologica contemporénea. Pero hay también otras tradiciones clisicas, y debemos tenerias en cuenta ai deses ‘mos comprender toda la gama de recursos que dieron origen a la teoria con- tempordnea. Adam Smith escribié mucho antes que los principales exponen- tes de la disciplina sociologica moderna, pero su “teoria econémica cliaica de la racionalidad del mercado y 1a maximizacién de costes continua siendo ‘un importante punto de referencia para todos los intentos de teoria social que buscan una forma individualiata y racionallsta. Las teorlas de Simmel, Mead y Freud también tenian elementos individualistas, aunque formulados de manera mucho mAs ambigua que los de Smith. A mi julcio, debemoe ver ‘us teorias desde el punto de vista del énfasis empirico en lo microecépico © Jo macrosctpico, y no desde el punto de vista de las presuposicionee indi 23 duallatas o colectivistas. Estudiaron indivduos y grupos, elementos “micro’, ‘en vez de cosas “macro” como las instltuciones y las sociedades, Pero las tra- diciones que fitndaron contentan elementos individualistas, los cuales brin- daron importantes puntos de referencia para los esfuerzos contemporanneos tendientes a mantender dicha postura presuposicional. La teoria sociologica. pues. existe en el tiempo y el espacio y no sélo en, un continuo ctentifico abstracto. Se perpetia mediante tradiciones y es obra de seres humanos reales, En eata aliima parte de mi charia, hablaré un po-_> co acerca del tempo y el lugar en que comenz6 la teoria sociolégica contem- Portes tradiclones clisicas dela socloga se formaron hacia fines de la Primera Guerra Mundial. Este primer periodo de guerra mundial, y el inte- rregno que la separa de la siguiente guerra, afectaron decistvamente el ca- acter del pensamiento contemporaneo, Pero si esto establece la referencia temporal de la teorta, ,qué hay acerca del “espacio”? Al principio, estas tra- diciones clasicas eran, con excepcion de Mead y el pragmatismo, totalmente curopeas. En la segunda posguerra, la teoria sufrié un cambio de mareas y se desplaz6 hacia toa Estados Unidos. ¢Por qué las tradiciones europeas de la teoria sociolégica no continua ron en la segunda posguerra? Sus creadores produjeron grandes ideas. Por que este hlato temporal y este desplazamiento geogrifico? La sociologia europea sufrié mucho en el periodo de entreguerra. La historta de este Interludio nunca se ha contade de modo satisfactorio, pero creo que clertos elementos basicos sen clares. Ante todo, hubo problemas intelectuales ¢ institucionales, Existlan enormes obsticulos organizativos para la sociologia en las untversidades europeas, que eran instituciones vie- Jas y vencrables consagradas a la crudicion cldsica y las humanidades. Durkheim, por ejemplo, demoré mucho en obtener una catedra de soctolo- a, y al fin s6lo consiguié un profesorado en sociologia y educacion. Simmel ‘no pudo obtener un puesto importante hasta el final de su carrera. aunque esto tena que ver con el antisemitismo como oposicién institucional. ‘Aunque hay razones particulares para que Weber no lograra obtener un puesto universitarto importante, no es accidental que durante gran parte de ‘su vida Jo consideraran no sélo un ‘aino un economista histérico. En cuanto a los obstéculos intelectuales para la soclologia europea. ‘exietlan en Europa pocas tradiciones sélidas de investigacién empirtea que Jegitimaran y dieran concrecién a la teoria social. En parte ello se debia a la hegemonia intelectual dei clasiciamo y el humanismo, pero también al radi- cal antagonisme cultural ¢ intelectual de muchos intelectuales europeos an ‘te la sociedad contemporsnea. La alternativa europea ante la soctologia cra cl marxisino, y aunque el marxiamo por clerto foreci6, a menudo cobré una forma préctica y politizada que se oponia a las enrarecidas discusiones de la “alta” vida intelectual. Mas aun, los intelectuales marxistas mas tmportan- tes y sagaces a menudo estaban excluidos o distanciados, por razones poll- ticas. de la sociologia como disciplina académica. ‘También habia fuerzas sociales ¢ ideoldgicas que atentaban contra la soctologia europea en el periodo de entreguerra. Podemos describirlas. melo- ery dramaticamente, como la crisis de la civillzacién europea. Ente loe aftos 1914 y 1945 Europea fue hostil a la continuldad de toda tradicion intelec- tual, Mas aun, laa teoriae sociologicas no eran tradiciones cualesquiera sino tradiciones muy especiales. La teorla soctologica clasica se insptraba en la fe optimista de que se podian hallar soluciones razonables para los problemas. de la sociedad industrial secular. Partia de la premisa de que, a pess: de los. disturbios sociales, se podian preservar importantes elementos de la indivi dualidad y la razon. Claro que algunos teéricos clastcos eran mda pesimis- las que otros acerca de la posibilidad de reforma: Marx exigia una recons- truccton total para clmentar esta eeperanza. Otros teéricos cldsicos pare- clan — desde la perspectiva actual— demasiado optimistas acerca de 4 pos!- bilidad de aleanzar la ractonalidad y la libertad en su propio Uempo. Aqui plenso en Mead, y a veces en Durkheim. Pero sélo Weber era un hombre ge- ‘uinamente peaimleta. Aun asl, era un liberal, aunque un liberal desespe- rado, La teorfa cléstca ae excribié no s6lo con la esperanza sino con el anhe- lo de que la gente obtuviera control sobre la sociedad y tambien conservara 4a Ubertad, Estce cambios inminentes —reforma o revolucion— combinarian Ja razon con el control social. En la Europa de entreguerra. sin embargo, laa esperanzas de los fun- dadores de la soctologia se frustraron. Los principales miembroe de la es- cuela de Durkheim murteron en la Primera Guerra Mundial. Durkhelm y Weber murteron a edad relativamente temprana por catusae relacionadas con la guerra. También en este periodo, las ceperanzaa del mandamo, Pro- plas de la llustracion, sufiteron un serio revés. Con el estallido de la guerra. Joe movimientos obreros europeos abandonaron el internacionalismo y el pacifiame para abrazar el patriotismo militante de sus respectivas luchas ‘nacionales. En la década de 1930, la civilizacion europea fue absorbida por la creciente marejada de irracionalismo ¢ inestabllidad. Loe intelectuales eu- ropece no siempre vieron la magnitud del problema. Cuando legaban a ver- 4o, se sentian impotentes para resolverio. Muchos de loe principales discipu- los de los grandes fundadores de la sociologia terminaron por hulr de Europa para recalar en loa Estados Unidoe. En loo Estados Unidos ta situacton era muy distinta, y la soctologia lle- 0 ccupar un lugar muy distino, Tanto intelectual como institucional: mente, Ia sociologia nerteamericana pudo soslayar las fuerzas que hablan debilitado la soclologia europea. Como las untversidades norteamertcanas eran relativamente nuevas y carecian de grupos irremediablemente conilict- ‘vo y nticleoe institucionales consolidados, esta nueva disciplina conto con més oportunidades. A menudo se la recibla con los brazos abiertos. Politicamente, la soctologia no estaba asociada con una tradielén radical at- Ro con una tradicion mas integradora y reformista. El caricter relativamen- ‘te progreaista y liberal de la sociedad norteamerteana volvia mis improbable 1 surgimiento de movimientos intelectuales “antisociolégicos" como a mar- xismo. Mas aun, soctologiea e ideolégicamente, los Estados Unidos sulfrian re- lativamente poco la creciente crisis de la cfvilizacion europea. La vida inte- Jeetual norteamertcana, bajo la decistva influen:ia del pragmatismo, conser- 25 vaba el optimismo y la conflanza en cuanto a las posibilidades de recons- truir el mundo occidental. La “soclologia de Chicago”. que florecié en el Medio Oeste desde comienzos de siglo, produjo un sinfin de estudios empiri- cos ortentados hacia el control liberal y la reforma del conflicto social. ‘Aun asi, ta sociologia norteamericana de entreguerra, aunque mis aflanzada que la europea. también sufrié perturbaciones. La sociologia nor- teamericana en general, y la soctologia de Chicago en particular, eran pell- grosamente ateéricas y profundamente empiristas. Sufftan la influencia de las teorias “instintivistas”, los vestigios del darwinismo social y las formas individualistas de pragmatismo, y adolecian de una tendencia antifosética que obstaculizaba la creacion de una teoria soctologica sistematica. A fines de la década de 1930, la sttuaeion de la sociologia era Ia st- guiente: por una parte, tradiciones tesricas sin nacion: por ia otra, una na- cion sin teorta. Esta paradoja permitis el surgimiento de Talcott Parsons, la Agura que a mi julcio creé el marco para el debate contemporsneo. El legado te6rico de! pensamiento clisico y la situacién institucional y cultural del primer tercio del siglo veinte brindan el marco temporal y eepa- cial para el surgimiento de Parsons como figura reievante. Como teérico. le Interesaba reconstruir la sociologia europea brindando una sintesis quic el minara las escuelas conflictivas que la habian dividido. Como norteamerica- no, conflaba en que asi encontraria una senda para devolver la razon a la cultura y el control individual a la sociedad. El hecho de que no haya logra- do del todo ninguna de ambas cosas no disminuye la grandeza de su eafuer- zp, aunque por clerto explica el éxito de los movimientos “antiparsonianos* que eventualmente le sucedieron. 26 2 La primera sintesis de Parsons En 1937 se publicd un libro extraordinarto. Aunque pas6 cast inadver- {do en su época, llegaria a convertirse en la publicacién mas importante ¢ Influyente de un sociologo desde la aparicién de Economia y sociedad de Weber a mediados de la década de 1920. Este libro era La estructura de la accién social! ‘Aunque Parsons se deseribié una vez como un teérico “incurable”. hay que entender la ambieién ideologica y secial de su primera gran obra. En laa Primeras paginas de Estructura Parsons seftala que sabe muy bien que su ‘esfuerzo intelectual para elaborar un nuevo sistema de teoria abstracta for- ma parte de la intensa crisis social de sus Uempos. Presenta la obra sugi- endo un dilema critice. La sociedad occidental depoaita una gran fe en la integridad del indtviduo y en su capacidad para el raciocinio, pero ambos objetos de cata fe tradicional han suffido un duro reves durante los aconte- cimientos de la entreguerra. Aunque Parsons reconoce que hay obvias razo- nes sociales para esta amenaza al individualismo y la racionalidad, esta es- eniblendo una obra terica. y atrtbuye parte de la crisis contemporanea @ desartollos intelectuales internos. Al menos en parte. la simplista ideologia. del progreso y la evolucién ha vuelto vulnerables cfertas ideas caras a la s0- cledad occidental. Esta ideologla refleja el anticuado liberalismo decimoné- nico que. a juicio de Parsons, permanece omnipresente en el mundo anglé- fono. Identftea esta ideologia con la teoria del capitalismo laissez-faire, y en. otra parte la denomina la teorta de la ctvilizactén de los negocios; insiste en ‘que la teorta laissez-faire (inletada por Adam Smith) niega un papel al bien colectivo y niega la postbilidad de la autoexpresion ética y emocional. En otras palabras, se trata no sélo de una Keologia simplista sino de una teoria simplista, La teorta liberal eldsiea supone que st los individuos se limitan a ac- tuar naturalmente seran ractonales. y que si sirven a sus intereses egotstas como individuoe la sociedad sera “automaticamente” estable y se satisfaran todas las necesidades individuales. Parsons llama a esto un “mecanismo de autorregulacion automatica”. Pero, sefala, es maniflesto que esta autorre- gulacion automatica no se ha producide. El Occidente de la década de 1930 estaba sumtdo en un estado de conilict> rayano en el caos. La autonomia 4 Talcott Parsons, The Structure of Soclal Action (Nueva York: Free Press, 1937) 27

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