You are on page 1of 71

MÁSTER : EL MALTRATO INFANTIL:

ASPECTOS CLÍNICOS, PREVENCIÓN


Y TRATAMIENTO
Pruebas de Evaluación MÓDULO I

Curso de Máster. UNED


2022

Programa de Postgrado

FRANCISCO MIGUEL RODRIGUEZ RODRIGUEZ .


Abogado. NOMBRE RODRIGUEZ RODRIGUEZ
FRANCISCO MIGUEL - NIF 45270346K
Firmado digitalmente por NOMBRE RODRIGUEZ
RODRIGUEZ FRANCISCO MIGUEL - NIF 45270346K
Fecha: 2023.02.07 13:41:36 +01'00'

CÓMO CITAR:
Rodríguez Rodríguez, F. M. . (2022). “Prueba Evaluación Final. Máster “EL MALTRATO
INFANTIL: ASPECTOS CLÍNICOS, PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO”. MÓDULO I (Unidades
Didácticas 1-8). Pag 1–71. https://uned-es.academia.edu/FRODRIGUEZ.
MÓDULO I (Unidades Didácticas 1-8)
EL MALTRATO INFANTIL:
CONSIDERACIONES GENERALES

Unidad Didáctica 1
CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL
MALTRATO INFANTIL Y TIPOS DE MALTRATO
Cuestionario de Evaluación

NOTA IMPORTANTE: PARA CUMPLIMENTAR LAS CUESTIONES


INCLUIDAS EN ESTE MÓDULO I RECOMENDAMOS AL ALUMNO EL
ACCESO Y LECTURA A LOS SIGUIENTES ENLACES:
https://www.serviciossocialescantabria.org/uploads/documentos%20e%2
0informes/Intervencion%20en%20casos%20de%20maltrato%20infantil.
%20Noviembre%202009.pdf
https://www.fapmi.es/imagenes/subsecciones1/SOIC_Guia%20Ciudadan
o_Maquetada_30-03-11.pdf
https://www.sintesis.com/data/indices/9788491710325.pdf

2
1.- Exponga las características más relevantes de los diferentes tipos de
maltrato infantil.

El maltrato infantil es un problema heterogéneo y complejo. Existen muy diversos


tipos de maltrato infantil que se clasifican siguiendo distintos criterios:
a) Según el momento en el que se produce, puede ser: prenatal (antes del
nacimiento), neonatal (durante el nacimiento) y posnatal (después del nacimiento).
b) Según los autores puede ser: familiar (cuando los autores están integrados en
la familia); extrafamiliar (cuando los autores no son familiares del menor),
institucional (cuando están implicadas las instituciones, ya sean educativas,
sanitarias, etc.) y social (cuando las circunstancias imposibilitan una atención
adecuada al niño).
c) Según las acciones que lo constituyen: cada una de los cuales tiene su propia
definición, etiología y consecuencias. A continuación, se describirán algunas de
ellas y los indicadores asociados que permiten identificarlas:

MALTRATO FÍSICO
Se define como toda acción intencionada por parte de los progenitores o
cuidadores que provoque daño físico o enfermedad en el niño o lo ponga en riesgo
de padecerlos.
ŶIndicadores: “ Lesiones de distinta índole (moratones, quemaduras, fracturas,
torceduras, heridas, mordeduras; cortes, lesiones internas, etc.) en distintas
partes del cuerpo y diferentes fases de cicatrización que pueden estar agrupados
o dispersos, a veces en lugares no visibles, con la forma del objeto con el que se
produjo la agresión”. Para su identificación como maltrato físico, se deben cumplir
las siguientes condiciones:” Intensidad fuera de los rangos previsibles por la edad
y características del niño. Falta de coherencia en las explicaciones de los padres
y el menor sobre la presencia de lesiones en el cuerpo del niño. Ocultamiento de
las lesiones por parte del menor o familia y respuestas evasivas. Reacción de
tensión emocional no justificada: llora, se muestra aprensivo cuando otros lloran,
no espera a ser consolado. Baja autoestima, comportamientos autodestructivos,
se siente rechazado y no querido; muestra sentimientos de culpa y se considera
merecedor de las agresiones. El menor no quiere volver a casa”.

MALTRATO EMOCIONAL O PSICOLÓGICO


Se refiere a formas de hostilidad verbal recurrente, como desprecios, insultos,
críticas o amenazas de abandono o de cualquier situación que le provoque miedo
al menor: humillar públicamente, avergonzar, ridiculizar, así como el bloqueo
reiterado de las iniciativas infantiles de interacción (desde la evitación hasta el
aislamiento), hacer presenciar al niño situaciones de violencia contra personas,
animales u objetos por parte de cualquier miembro del grupo familiar.
ŶIndicadores: “ Retraso en el crecimiento, desarrollo físico, intelectual, motor, del
lenguaje y emocional. Trastornos de la alimentación, el sueño, psicosomáticos y
de conducta. Reacciones de ansiedad y miedo. Dificultades en la interacción
social: apatía, inhibición, agresividad, complacencia, negativismo, falta de
habilidades de gestión de conflictos y relaciones sociales escasas o conflictivas.
Dificultades en el proceso de aprendizaje, disminución en la capacidad de
atención y cambios en el rendimiento escolar. Baja autoestima, conductas
autolesivas. Conductas de riesgo y antisociales”.

3
NEGLIGENCIA
En este caso se puede diferenciar entre la negligencia física, la que atañe al
cuerpo, y la relativa al plano psíquico y afectivo.
A) Negligencia física
Consiste en la desatención temporal o permanente de las necesidades de
alimentación, vestido, higiene, protección, educación, estimulación cognitiva o
atenciones y cuidados médicos, así como de la vigilancia en situaciones
potencialmente peligrosas.
Ŷ Indicadores: “ Manifestación de hambre y sueño. Vestimenta inadecuada al
clima y época del año. Presencia de heridas sin curar, falta de tratamiento si
padecen enfermedades y falta de seguimiento de cuidados médicos rutinarios
como vacunas, revisiones preventivas, etc. Faltas y retrasos injustificados al
centro educativo. Alta permisividad ante conductas desadaptativas del menor y
falta de límites. Presencia de cansancio y apatía en el niño. Retraso en el
desarrollo físico y psicomotor. Accidentes frecuentes por falta de supervisión.
Ausencia de estimulación cognitiva o estimulación insuficiente”.
B) Negligencia emocional
Se refiere a la falta de respuesta constante por parte del adulto referencial a las
iniciativas del niño para interactuar, que se manifiesta en ignorar las señales,
expresiones emocionales y conductas procuradoras de proximidad iniciadas por
el niño.
Incluye el desapego, la falta de implicación, y la ausencia de expresión de afecto
y cuidado hacia el menor, incluyendo la atención psicológica si este la requiere.
Ŷ Indicadores: “ Tristeza sin motivo del menor. Desconfianza hacia los adultos, de
sus compromisos y actitudes positivas. Conductas de agresividad, pasividad o
complacencia. Falta de participación de los adultos responsables del menor en
sus actividades diarias, despreocupación por sus problemas o evolución, y falta
de asunción del rol parental”.
ABUSO SEXUAL
Se refiere a cualquier clase de contacto sexual de un adulto o de un menor en
situación de poder con un niño o adolescente cuando el abusador se sirva de su
posición de autoridad, confianza o influencia sobre el menor para su estimulación
sexual o la de otra persona. El abuso puede darse con o sin contacto físico, y
según la relación que exista entre la víctima y el agraviador, puede hablarse de
abuso intrafamiliar o extrafamiliar. Se incluyen las situaciones de turismo sexual,
tráfico sexual, explotación, pornografía y prostitución infantil.
ŶIndicadores: “ Presencia de lesiones físicas especialmente en la zona genital
(contusiones, sangrado, irritaciones, hinchazón, dolor y picor). Presencia de
enfermedades venéreas. Dificultad para andar o sentarse. Sexualización de las
relaciones afectivas con muestras de sometimiento o complacencia. Verbalización
de agresiones sexuales. Conocimiento y afirmaciones sexuales impropias de la
edad del menor. Comportamiento sexual inapropiado para la edad del menor.
Ropa interior rasgada o manchada. Desconfianza hacia el adulto. Reticencia a
cambiarse de ropa en presencia de adultos. Trastornos de sueño, alimentación y
psicosomáticos. Dificultades en el desarrollo cognitivo y social. Presencia de
fobias. Retraimiento, rechazo y reserva en el contacto social. Depresión e
ideaciones suicidas. Conductas agresivas e impulsivas. Disminución brusca del
rendimiento, la concentración y la participación en la escuela”.

4
OTRAS SITUACIONES DE MALTRATO
En este grupo se engloban otros contextos de maltrato como puede ser la
explotación sexual, el abandono por parte de las instituciones:
A) Maltrato institucional
Se refiere a un procedimiento, legislación o programa que llevan a cabo
organizaciones o instituciones públicas o privadas, o a la conducta de un
profesional que conlleve por acción u omisión situaciones que vulneren los
derechos de los menores, entre las que se pueden encontrar: el maltrato físico, el
maltrato psicológico, el abuso sexual, la negligencia o cualquier otra conducta que
provoque menoscabo de la salud, del desarrollo o de la seguridad, o que viole los
derechos básicos de los menores.
La expresión de este tipo de maltrato puede ser muy variada y afectar a diversas
necesidades infantiles. Por ello, los indicadores que permiten detectarlo pueden
coincidir con los expuestos anteriormente para los distintos tipos de maltrato.
Los criterios que deberán analizarse para valorar su gravedad se relacionan con
las consecuencias que han ocasionado en los menores afectados y la continuidad
y persistencia de los sucesos.
B) Síndrome de Münchhausen por poderes
Se refiere a una situación reiterada en la que los padres o cuidadores someten al
menor a continuos ingresos hospitalarios, exámenes médicos y pruebas
diagnósticas, alegando síntomas patológicos ficticios o generados por ellos
mismos; pueden llegar a administrar sustancias, y es una situación nociva para la
salud mental y física del menor.
ŶIndicadores:” Aparición repetida de patologías y síntomas sin causa justificada
y de carácter inespecífico y agudo cuyos exámenes médicos no llevan a
diagnóstico. Aparecen solo en presencia del cuidador y no cuando este está
ausente. Tiene hermanos con antecedentes médicos similares (patologías raras,
inexplicables).Manifiesta síntomas psicológicos y emocionales (ansiedad,
síntomas depresivos, etc.). Manifiesta trastornos de conducta. Puede conspirar
con el progenitor para confirmar los síntomas o historia médica. No contradice la
explicación del progenitor. Ausencias escolares reiteradas. Fracaso escolar.
Atención o protección excesivas hacia el menor por parte de sus progenitores”.

5
2.- Analice los datos epidemiológicos del maltrato infantil en España:

a) Estructure dichos datos en función de las categorías de maltrato.


Según Saldaña, Jiménez y Oliva (1995), su estudio a nivel nacional arroja datos
que detectaron 8.565 casos de malos tratos; con un 79,1% respecto a la
negligencia; un 42,5% de maltrato emocional; y un 30,1% maltrato físico.
Dándose la circunstancia que el 55,2% de los niños maltratados lo fueron por
varios tipos de maltrato.

El Centro Reina Sofía realizó un estudio epidemiológico a escala nacional sobre


los expedientes de menores incoados por los Servicios Sociales entre 1997 y
1998 (cerca de 33.000). Esta investigación, titulada “Maltrato infantil en la familia.
España (1997/1998)”, confirmó la existencia de 11.148 menores víctimas de
maltrato en el ámbito familiar. El 86,37% de estos menores sufría negligencia,
el 35,38% maltrato psicológico, el 19,91% maltrato físico y el 3,55% abuso
sexual. Los niños menores de un año eran quienes presentaban un mayor riesgo
de sufrir maltrato. En cuanto al sexo de las víctimas, el 53% eran chicos y el 47%
chicas.

Distribución de las notificaciones en RUMI según tipo de maltrato.


España, 2020

Negligencia 44,8%
Maltrato emocional 32,7%
Maltrato físico 16,1%
Abuso sexual 6,4%

Fuente: Boletín de datos estadísticos de medidas de protección a la infancia.


Boletín número 23. Datos 2020. Ministerio de Derechos Sociales y Agenda
2030, 2022.

La evolución temporal de las notificaciones ha experimentado desde 2016 un


ascenso hasta 2019, año en el que se registra un descenso del 18,3% respecto
al año anterior. En el año 2020 se ha registrado un incremento del 2% el número
de notificaciones.
Según los datos recogidos en el Sistema Estadístico de Criminalidad (Ministerio
del Interior), que computa datos provenientes de la Policía Nacional, Guardia
Civil, Policía Foral de Navarra y policías locales , en España se contabilizaron
5.851 víctimas, menores de edad, de malos tratos intrafamiliar en 2020. Un
81,9% fueron víctimas por malos tratos en el ámbito familiar (4.791) y un 18,1%
por malos tratos habituales en el ámbito familiar (1.060). Este tipo de maltrato
intrafamiliar supuso un 16,4% del total de infracciones registradas. Supone un
descenso respecto a 2019 del 8,8% (6.413 víctimas menores de edad).

6
Según edad. España 2020
0-13 años 14-17 años Total 0-17 años
Malos tratos ámbito 2.283 2.508 4.791
familiar
Malos tratos habituales en el 597 463 1.060
ámbito familiar
Total 2.880 2.971 5.851

b) Compare la epidemiología del maltrato en España con países de


la Comunidad Europea y Estados Unidos.

EUROPA: De los 204 millones de niños y jóvenes que hay en Europa,


casi un 10% sufre abusos sexuales, un 23% violencia física y un 29%
abusos emocionales. Alrededor de 700 son asesinados cada año. El
trauma infantil tiene un costo terrible, no sólo para los niños y los adultos en
los que se convierten, cuyas vidas destroza, sino también para el bienestar
y la economía de todos los países; según confirma las Naciones Unidas
(fuente: https://news.un.org/es/story/2020/01/1467892).

Según las mismas fuentes de la ONU, anualmente se registran en


Europa unos 55 millones de casos de niños que experimentan algún tipo de
violencia, ya sea física, sexual, emocional o psicológica, aunque está
demostrado que la mayoría de ellos no se denuncia, por lo que las cifras
podrían ser más altas, afirma la sección regional europea de la Organización
Mundial de la Salud.

ESTADOS UNIDOS, según Sedlak(1990) la incidencia anual en USA,


de maltrato físico en niños es de 4,3%, y el abandono físico de un 2,7%;
sin embargo, al utilizar el criterio de “poner en peligro” las tasas fueron del
4,9% para el maltrato; y del 8,1% para el abandono. Asimismo 440 niños
sufren maltrato físico, abuso sexual o abandono físico; poniendo en peligro
el desarrollo normal de 820.000 niños.
De Paul, Milner y Múgica(1995), en el estudio comparativo
España/USA, arrojaron datos de abuso físico infantil muy similares 93,8%
España y 91,2 USA; sin embargo, en las secuelas del maltrato físico, sí
existen diferencias notables del 15,2% en España versus 21,1% en USA.

Con datos actuales y según Children’s Bureau, 678.000 niños, o casi


9,2 de cada 1.000 niños, sufrieron abusos en 2018.

La negligencia es la forma más común de abuso infantil que afecta a


alrededor del 60% de las víctimas de abuso infantil. La negligencia se define
como que un padre o tutor no satisface las necesidades básicas de su hijo.
Las formas de negligencia incluyen negligencia médica, educativa, física y
emocional.
Otro 10,7% fue maltratado físicamente; 7% fueron abusados
sexualmente; más del 15% fueron víctimas de dos o más tipos de maltrato.

7
En 2018, aproximadamente 1.770 niños murieron como resultado del
abuso o negligencia infantil.
En los Estados Unidos en el año 2020 (últimos datos estadísticos),
hubo 618.399 víctimas de abuso infantil. La mayoría de los casos fueron
entre niños pequeños, con 136.600 víctimas de un año o menos, y otras
150.673 víctimas entre las edades de dos y cinco años.
Los datos citados están basados en presentaciones de los Estados
de Estados Unidos, al Sistema Nacional de Datos sobre Abuso y Negligencia
Infantil (NCANDS) de presunto abuso y negligencia infantil.

8
3.- Indique cuáles serían, a su juicio, los criterios operativos que
llevan a considerar un caso como maltrato infantil.

Los criterios e indicadores que llevan a considerar un caso como


maltrato infantil, entre otros, que se pueden dar son:

En el NIÑO:
¾ Señales físicas repetidas (moratones, magulladuras,
quemaduras...).
¾ Falta de higiene (suciedad, malolientes, con ropa inadecuada,
etc. ).
¾ Cansancio o apatía permanente (se suele dormir en el aula).
¾ Cambio significativo en la conducta escolar sin motivo aparente.
¾ Conductas agresivas y/o rabietas severas y persistentes.
¾ Relaciones hostiles y distantes.
¾ Actitud hipervigilante (en estado de alerta, receloso,...).
¾ Conducta sexual explícita, juego y conocimientos inapropiados
para su edad.
¾ Conducta de masturbación en público.
¾ Niño que evita ir a casa (permanece más tiempo de lo habitual
en el colegio, patio o alrededores).
¾ Tiene pocos amigos en la escuela.
¾ Muestra poco interés y motivación por las tareas escolares.
¾ Después del fin de semana vuelve peor al colegio (triste, sucio,
etc...).
¾ Presenta dolores frecuentes sin causa aparente.
¾ Problemas alimenticios (niño muy glotón o con pérdida de
apetito).
¾ Falta a clase de forma reiterada sin justificación.
¾ Retrasos en el desarrollo físico, emocional e intelectual.
¾ Presenta conductas antisociales: fugas, vandalismo, pequeños
hurtos, etc.
¾ Intento de suicidio y sintomatología depresiva.
¾ Regresiones conductuales (conductas muy infantiles para su
edad).
¾ Relaciones entre niño y adulto secreta, reservada y excluyente.
¾ Falta de cuidados médicos básicos.

9
En los PADRES y/o CUIDADORES:

9 Despreocupación y pasividad por el niño.


9 No acuden nunca a las citas y reuniones del colegio.
9 Desprecian y desvalorizan al niño en público.
9 Los padres/ tutores no proporcionan o buscan ayuda psicológica para
resolver una alteración emocional.
9 Sienten a su hijo como una "propiedad" ("puedo hacer con mi hijo lo que
quiero porque es mío").
9 Expresan dificultades en su matrimonio.
9 Recogen y llevan al niño al colegio sin permitirle contactos sociales.
9 Están siempre fuera de casa (nunca tienen tiempo para...).
9 Compensan con bienes materiales la escasa relación personal afectiva
que mantiene con sus hijos.
9 Abusan de substancias tóxicas (alcohol y/o drogas).
9 Trato desigual entre los hermanos.
9 No justifican las ausencias de clase de sus hijos.
9 Justifican la disciplina rígida y autoritaria.
9 Ven al niño como malvado.
9 Ofrecen explicaciones ilógicas, contradictorias no convincentes o bien no
tienen explicación.
9 Habitualmente utilizan una disciplina inapropiada para la edad del
niño.
9 Son celosos y protegen desmesuradamente al niño.

Debemos tener presente que los criterios anteriormente expuestos nos


pueden ayudar en nuestra observación, sin embargo, hay que tener en
cuenta que éstos por sí solos no son suficientes para demostrar la
existencia de maltrato, sino que además debemos considerar la
frecuencia de las manifestaciones: ”cómo, dónde y con quién se
producen”.

10
4.- Desarrolle un posible perfil del maltratador infantil

Perfil de un padre maltratador:

Los padres maltratadores tienen una clara personalidad violenta,


que suelen ejercerla con las personas más cercanas y vulnerables, como
son los hijos o su pareja. No suelen tener una percepción de sí mismos, y
se frustran con mucha facilidad. Toda esa rabia e ira que generan la
gestionan proyectándola en sus hijos. Es decir, su violencia irá destinada
a las personas más indefensas como son sus propios hijos.

Tiene un modo de pensar rígido. Los padres maltratadores suelen


ser personas conservadoras, que no soportan las novedades. Por ese
motivo, su modo de pensar y actuar es muy rígido, siguiendo unos
esquemas mentales conocidos y muy asimilados.

No gestionan bien la frustración. Cuando algo no le sale bien o no


como esperaba, suelen experimentar emociones como la rabia o la ira, y
toda esa agresividad suele exteriorizarla con su propia familia.

Son egoístas. Esta clase de padres agresores son personas


sumamente egoístas. Solo miran por ellos mismos, y son incapaces de
ponerse en el lugar de los demás. Es por ello que son capaces de dañar
a sus propios hijos sin remordimiento ni sentimientos de culpa.

Son controladores y posesivos. Los padres que maltratan a sus


hijos los perciben como algo propio, y necesitan tenerlos controlados.
Solamente de ese modo pueden evitar sentirse ansiosos. La necesidad
de control es una de las características más comunes de este tipo de
personas.

Son autoritarios. Necesitan ejercer su poder, y para ello no dudarán


en someter a las personas que tiene alrededor. Utilizan su fuerza física y
su forma de actuar para implantar el miedo en sus víctimas, y poder
someterlas.

No son empáticos. Son personas incapaces de ponerse en el lugar


de los demás. Por ese motivo son capaces de destruir emocionalmente y

11
físicamente a sus propios hijos a través del maltrato. No les importa lo más
mínimo, los demás.

Autoestima baja. En el fondo son personas miserables, con una


autoestima baja, y una percepción de ellos mismos negativa. Saben de
sus limitaciones, y saben de sus incapacidades personales.

Cómo actúan los padres maltratadores:

Tenemos que entender que un padre que maltrata a sus hijos


probablemente también maltratará a su pareja, o a quien tenga al lado.

Son personas que solo conocen la violencia, y gracias a ella


pueden someter a los demás. Gracias al miedo y al daño que generan
pueden tener controlado a sus parejas e hijos.

Al final se trata de personas con un gran deseo de poder, y con


ese poder pueden controlarlo todo. Y eso les hace sentirse bien.

En el fondo, estos monstruos son personas emocionalmente


débiles, y muy cobardes.

Solamente serán violentos con aquellas personas que son


vulnerables, como pueden ser sus propios hijos. Y esas agresiones
pueden servirle para poder desahogar sus frustraciones, para ejercer su
poder, o para someter a sus víctimas. La violencia se convierte en una
herramienta esencial para poder conseguir aquello que el maltratador
desea.

Son personas que ejercerán su maltrato en la intimidad. Son


personas cobardes, y saben muy bien que están cometiendo un delito al
agredir a sus víctimas.

Por ese motivo, el maltrato se efectúa de puertas para adentro, y


es por eso por lo que es muy difícil detectar las agresiones, al no ser que
las heridas físicas y emocionales sean detectadas por profesionales que
puede dictaminar que existe un maltrato.

Saber cómo son los padres maltratadores siempre nos ayudará a


poder defender y proteger a las víctimas.

12
5.- Defina los siguientes términos:

x Desprotección infantil por imposibilidad de cuidados.

La situación de desprotección infantil no va asociada a ningún tipo


de maltrato y se deriva exclusivamente de las carencias o insuficiencia de
recursos del medio familiar.

Se presenta asociada a carencias puntuales que afectan a toda la


familia y la producción de estas en ningún caso es consecuencia de una
situación de maltrato generada por acción u omisión de los padres o
responsables del cuidado del niño/a.

Acontecimientos que provocan estas situaciones de necesidad


familiar pueden ser: nacimiento de un nuevo hijo, pérdida de empleo,
enfermedad, etc.

Asimismo, la imposibilidad temporal o definitiva de los padres,


madres y personas que ejercen la tutela para ejercer los deberes de
protección por fallecimiento, encarcelamiento, enfermedad física, mental o
toxicomanía incapacitantes o causa de naturaleza similar.

x Desprotección infantil por incumplimiento de deberes.

Incumplimiento de los deberes de protección. Se referirán a los


casos en los que las figuras cuidadoras han abandonado el cuidado del
menor de edad, desaparecen físicamente.

Incumplimiento de los padres, madres y personas que ejercen la


tutela de los deberes de protección: renuncia/no reconocimiento de
maternidad/paternidad, parentalidad, abandono total del cuidado, o causa
de naturaleza similar.

x Desprotección infantil por inadecuado cumplimiento de


deberes.

El inadecuado cumplimiento de los deberes de protección tiene lugar


cuando el/la padre/madre o tutor/a realiza un inapropiado ejercicio de los
deberes de protección.

13
Inadecuado ejercicio por parte de los padres, madres y personas que
ejercen la tutela bien por acción u omisión de los deberes de protección:

Maltrato físico: Acción no accidental por parte de los padres que


provoque daño físico o enfermedad en el niño, niña o adolescente o lo
coloque en grave riesgo de padecerlo.

Negligencia necesidades físicas( alimentación, cuidado de la salud


física, vestido, higiene personal, condiciones higiénicas de la vivienda).

Negligencia necesidades de seguridad (supervisión, protección ante


desprotección grave perpetrada por otras personas).

Negligencia necesidades formativas.

Negligencia a necesidades psíquicas (interacción, afecto, normas,


límites y trasmisión de valores).

Maltrato y Abandono emocional: rechazo, insultos, amenazas de


abandono, aislamiento, ignorar, falta de estímulos, presencia de violencia
doméstica, incitación o permisión de conductas inadaptadas,
sobreprotección grave etc.

Abuso sexual.

Abandono, etc.

14
6.- El menor en España:

A partir del acceso al enlace del Observatorio de la Infancia


http://www.observatoriodelainfancia.msssi.gob.es/productos/home.htm.
complete una ficha técnica sobre el Observatorio de la Infancia. Debe recoger los
siguientes apartados: objetivos, funciones, integrantes, grupos actuales de trabajo
y principales productos. Si su Comunidad Autónoma cuenta con observatorio de
la infancia propio, complete también dicha ficha técnica; en caso contrario realice
esta actividad, centrándose en el observatorio de infancia que posea cualquier
comunidad autónoma.

OBSERVATORIO DE LA INFANCIA ESTATAL - FICHA TÉCNICA


Conocer el estado de la calidad de vida de la población infantil, así como los cambios que acontecen en esta
situación en nuestro país.
Realizar el seguimiento de las políticas sociales que afectan a la infancia y adolescencia.
Hacer recomendaciones con relación a las políticas públicas que afectan a los niños, niñas y adolescentes.
OBJETIVOS Estimular la investigación y el conocimiento de la infancia y la adolescencia para prevenir situaciones
problemáticas.
Publicar estudios y hacer informes periódicos que contribuyan a una mejor aplicación de los derechos de la
infancia y adolescencia, así como al conocimiento de sus necesidades.
Actuar como órgano permanente de recogida y análisis de la información disponible en diferentes fuentes
nacionales e internacionales sobre infancia.
Formular recomendaciones y propuestas tendentes a mejorar los indicadores y sistemas de información.
Participar y mantener relaciones con instituciones autonómicas, municipales e internacionales similares.
Recibir información sobre medidas y actividades que pongan en marcha las Administraciones Públicas en esta
materia.
FUNCIONES Evaluar el impacto en la sociedad de las políticas y medidas que afecten a la población infantil y juvenil.
Constituir un foro de intercambio y comunicación permanente y abierto entre los organismos públicos y la
sociedad.
Proponer iniciativas tendentes a realizar el seguimiento del tratamiento de la infancia en los medios de
comunicación.
Proponer la realización de estudios e informes técnicos de diagnóstico de la situación de la infancia en
España.
Realizar el seguimiento informativo de las políticas sociales que afectan a este sector.
Difundir todo tipo de información sobre diversos aspectos relacionados con la infancia y la adolescencia.
Presidente/a: Secretaria de Estado de Servicios Sociales del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar
Social. Vicepresidente/a 1º/ª: Director General de Servicios para las Familias y la Infancia del Ministerio de
Sanidad, Consumo y Bienestar Social . Vicepresidente/a 2º/ª: un Director General de Comunidad Autónoma,
de los Vocales del Pleno, en régimen de rotación anual, según el orden de antigüedad de sus respectivos
Estatutos de Autonomía.
Cuarenta y cinco vocales: Un representante de cada una de las Comunidades Autónomas con rango mínimo
de Director General designado por el Consejero responsable de la protección a la infancia.
Un representante por cada una de las Ciudades de Ceuta y Melilla, designado por su respectivo Presidente.
INTEGRANTES Cuatro representantes de la Asociación de Entidades Locales de ámbito estatal con mayor implantación.
Un representante del Comité Español de UNICEF; designado por su Presidente.
Representantes de cinco ONGs de Infancia propuestas por el Presidente del Observatorio. Los
representantes de cada una de las ONGs serán designados a su vez por sus respectivos Presidentes.
Un representante del Consejo de la Juventud de España, designado por su Presidente.
Director/a General de Migraciones. Director/a General de Políticas de Apoyo a la Discapacidad. Director/a
del Instituto de la Juventud . Directora General del Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades
. Subdirector/a General de Infancia de la Dirección General de Servicios para las Familias y la Infancia. Un
representante con rango mínimo de Subdirector General o equivalente de los siguientes Organismos: “
Inspección de Trabajo y Seguridad Social. Instituto Nacional de Estadística. Centro de Investigaciones
Sociológicas”. Un representante con rango de Subdirector General o equivalente de los siguientes
Departamentos Ministeriales:” Ministerio de Educación y Formación Profesional. Ministerio de Sanidad,
Consumo y Bienestar Social. Ministerio de Hacienda. Ministerio de Justicia. Ministerio del Interior. Ministerio
de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.”

15
GRUPOS Grupos de trabajo: "Plan Estratégico Nacional de Infancia y Adolescencia"; "Estudio del borrador de Ley de
ACTUALES DE Protección Integral frente a la violencia contra la Infancia"; "Menores migrantes"; "Elaboración de materiales
de protección a la infancia en TIC para profesionales de servicios de protección a la infancia"
TRABAJO

PRINCIPALES x Medición de la inversión presupuestaria en la infancia. - Propuesta metodológica y


PRODUCTOS primeros resultados en España (Unicef Comité Español- URJC)
x Guía de buenas prácticas para la prevención y protección del abuso de la explotación sexual
infantil.
x Maltrato infantil en la familia en España.

OBSERVATORIO DE LA INFANCIA DE CATALUÑA - FICHA TÉCNICA


OBJETIVOS Contribuir al fomento y respeto de los derechos reconocidos a la infancia por el ordenamiento jurídico
interno y por las normas internacionales, y velar por la garantía y el cumplimiento de estos derechos y
normas.
Promover la adopción de las medidas necesarias para conseguir el máximo grado de divulgación de los
derechos reconocidos a niños y adolescentes, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 42 de la Convención
de las Naciones Unidas sobre los Derechos del 'Infant, de 20 de noviembre de 1989, y con lo que establecen
los artículos 3, 4 y 16 de la Ley 14/2010, de 27 de mayo, de los derechos y las oportunidades en la infancia y
FUNCIONES la adolescencia”.

La presidencia la ejerce la persona titular del departamento competente en materia de infancia y


adolescencia. La vicepresidencia la ejerce la persona titular de la Dirección General de Atención a la Infancia
y la Adolescencia. Son vocales las siguientes personas:” a) La persona titular de la Dirección General de
Familias. b) La persona titular de la Subdirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia. c) La
persona titular de la Dirección del Instituto Catalán del Acogimiento y la Adopción. d) Una persona designada
y en representación del Consejo del Audiovisual de Cataluña. e) La persona responsable del Área de Apoyo a
los Jóvenes Tutelados y Extutelados. f) Una persona en representación de los organismos, departamentos y
unidades directivas siguientes, designada por la persona titular del órgano respectivo: “ Dirección General de
Protección Social. Instituto Catalán de las Mujeres. Departamento competente en materia de educación.
Departamento competente en materia de justicia. Departamento competente en materia de salud.
Departamento competente en materia de trabajo. Departamento competente en materia de participación.
Dirección General de Juventud. Secretaría de Igualdad, Migraciones y Ciudadanía”. Una persona designada
y en representación de cada una de las siguientes entidades y órganos: “ Colegio de Educadoras y
Educadores Sociales de Cataluña. Colegio de Pedagogos de Cataluña. Colegio Oficial de Psicología de
Cataluña. Colegio Oficial de Trabajo Social de Cataluña. Consejo de los Ilustres Colegios de Abogados de
INTEGRANTES Cataluña. Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña. Sociedad Catalana de Medicina Familiar y
Comunitaria. Sociedad Catalana de Pediatría. Consejo Nacional de las Mujeres de Cataluña. Colegio de
Terapeutas Ocupacionales de Cataluña. Colegio de Dietistas-Nutricionistas de Cataluña. Colegio de
Logopedas de Cataluña”. Dos personas designadas y en representación de dos asociaciones de madres y
padres de alumnos, escogidas, entre las que forman parte del Consejo Escolar de Cataluña, por la persona
titular del Departamento competente en materia de infancia y adolescencia. Hasta diez personas en
representación de entidades públicas o privadas, cuya actuación social esté relacionada con cualquier
aspecto que incida en el ámbito de la infancia. Estas entidades serán designadas por la persona que ejerce la
presidencia, a propuesta de la persona que ejerce la vicepresidencia. Hasta un máximo de catorce personas
expertas en el ámbito de infancia, designadas por la persona que ejerce la presidencia, a propuesta de la
persona que ejerce la vicepresidencia, buscando un equilibrio en la procedencia para garantizar la pluralidad
, diversidad, paridad de género y diferentes realidades territoriales. Dos representantes del Consejo
Nacional de Niños y Adolescentes de Cataluña. Una persona en representación del colectivo de jóvenes
extutelados/as. Un coordinador o coordinadora del Observatorio, que será quien designe a la persona
titular del departamento competente en materia de infancia y adolescencia, y que tiene como función
principal garantizar el apoyo técnico a las tareas del Observatorio, así como auxiliar al presidente o presidenta
en aquellas funciones que le sean encomendadas, sin que implique la creación de ningún nuevo puesto de
trabajo.

GRUPOS Mesa Nacional de la Infancia de Cataluña.


ACTUALES DE
TRABAJO

PRINCIPALES Plan de atención integral a la infancia y la adolescencia de Cataluña (P de IIAC).


PRODUCTOS PACTO PARA LA INFANCIA. Plan de atención integral a la infancia y la adolescencia 2015 – 2018.

16
7.- Medidas de protección al menor:

http://www.msssi.gob.es/ssi/familiasInfancia/adopciones/pdf/Boletin_Infa
ncia_14 Consulte el siguiente informe del Observatorio de la Infancia y
reflexione sobre la evolución de las diferentes medidas de atención al
menor en los últimos años. Boletín de Datos Estadísticos de Medidas de
Protección a la Infancia (Datos 2011). Complételo con datos recientes.
¿Como ha sido esa evolución en su Comunidad Autónoma?. La idea es que
el alumno elabore un análisis histórico acerca de cómo ha sido la evolución
histórica de la atención al menor y cuáles son las medidas y respuestas
más significativas desde los servicios de la administración del estado y de
la administración de su Comunidad Autónoma.
El volumen total de expedientes que, derivados de medidas de protección,
se abrieron a menores en España durante el año 2011 se situaba en 41.236
expedientes. Dicha cifra nos indica que casi 500 niños por cada cien mil, se
encontraban bajo alguna medida de protección. Las tasas más elevadas se
dieron en Melilla y Ceuta, mientras que las comunidades con las tasas más bajas
fueron Castilla-La Mancha, Extremadura y Castilla y León.
En Andalucía, Asturias, Canarias, Castilla La Mancha, Cataluña,
Comunidad Valenciana, Extremadura y la Región de Murcia la suma de
expedientes de Tutelas y Guardas coincidieron con el número total de
expedientes abiertos, sin embargo, esto no fue óbice para que se aplicaran otras
medidas.
En el resto de comunidades se implementan otro tipo de medidas además
de Tutelas o Guardas. Sobre todo, en Aragón, Galicia, La Rioja y Melilla donde
la suma de expedientes de Tutelas y Guardas representaron como mucho el
50% del total de medidas.
Antes de 2012 no todas las CCAA utilizaban la base de datos RUMI
(Registro Unificado de Maltrato Infantil), aunque desde 2014 la totalidad de las
CC.AA. aportan datos al RUMI.
La Ley 26/2015, de modificación del sistema de protección a la infancia y
a la adolescencia reflejaba el necesario desarrollo y mantenimiento de esta
operación estadística. Ley Orgánica 8/2021, de protección contra la violencia
hacia la infancia y la adolescencia, viene a impulsar y reforzar la necesidad de
disponer de la información estadística de casos de violencia sobre la infancia y
la adolescencia, con la desagregación establecida en el Registro Unificado de
Maltrato Infantil. Esto supone el desarrollo de una nueva aplicación online sobre
la base de la actual.
En el año 2020 (últimas estadísticas encontradas) el número de niñas,
niños y adolescentes atendidos por el sistema público de protección a la Infancia
ha disminuido respecto a 2019, pasando de 50.272 en 2019 a 49.171 en 2020
(49.985 en 2018).
Tanto el número de tutelas como el de guardas disminuyen respecto al
año anterior, pasando las tutelas de 33.208 en 2019 a 31.738 en el año 2020, y
las guardas de 5.803 guardas en 2019 a 3.870 guardas en 2020.
El total de acogimientos residenciales a 31 de diciembre rompe la
tendencia ascendente iniciada en 2018, pasando de 21.283 en 2018 a 23.209 en
2019 y 16.991 en 2020.
Por otra parte, los acogimientos familiares continúan descendiendo,
pasando de 19.545 en 2018, a 19.320 en 2019 y a 18.892 en 2020.

17
Como en años anteriores, las diferencias por sexo más notables se dan
en el acogimiento residencial, con un claro predominio de los varones en los
grupos de edad de 11 – 14 y 15 – 17. Por otra parte, en el caso de los
acogimientos familiares se mantiene el predominio del grupo de edad de 11-14,
sin que existan diferencias relevantes entre el número de niñas y el de niños.

Menores de edad atendidos por el sistema de protección


El número de niños, niñas y adolescentes atendidos en el sistema de protección
ha tenido una pequeña bajada del 2,19%, pasando de la cifra de 50.272 a
49.171. En el caso de las altas durante el año, sí que hay una sustancial
diferencia entre el año 2019 y 2020, dado que en el año 2019 fueron 34.110 y
en 2020 fueron 22.612, lo que supone una bajada del 33,71% respecto al año
anterior.
Comparativa de comunidades autónomas
La información contenida en las estadísticas presentadas no es completa, ya
que, aunque todas las CC.AA. utilizan la base de datos RUMI, no se
cumplimentan todos los registros de notificación. Esto significa que no es
posible presentar, en absoluto, conclusiones certeras sobre datos
comparados entre variables, ni mucho menos entre diferentes territorios. Por
tanto, todos los comentarios que aparecen a continuación corresponden
estrictamente a los datos del año 2020, pero en ningún caso se trata de
conclusiones rigurosas sobre la situación del maltrato infantil en la zona de
referencia, sino al grado de utilización del sistema de información RUMI.
Con respecto a los datos de 2019, en el año 2020 se ha producido un incremento
en el número total de notificaciones del 2.1%. El aumento en el número de
notificaciones registradas en relación con el año 2019, se ha producido en las
CCAA de Andalucía (68%), Cantabria (40%) y Comunitat Valenciana (41%). En
las Ciudades de Ceuta y Melilla y respecto al año 2019 se ha producido un
descenso en el número de notificaciones registradas del 65% y 52%,
respectivamente.
Relacionando el número de notificaciones con la tasa de población menor de 18
años en cada CCAA, se repite la posición de Baleares, Extremadura y Canarias
con mayor número de notificaciones en relación con la tasa de población objeto,
con un significativo aumento de la relación en la CA de Andalucía, frente a un
acusado descenso en las Ciudades de Ceuta y Melilla.

Tabla Comparativa CCAA - Total de notificaciones

CCAA NOTIFICACION %
Andalucía 6.183 390,5
Aragón 212 95,1
Asturias 131 99,2
Baleares 2.641 1.246,5
Canarias 1.375 394,5
Cantabria 224 245,5
Castilla y León 714 209,1
Castilla-La Mancha 56 15,2
Cataluña SD ---
C. Valenciana 1.170 132,2
Extremadura 733 425,4

18
Galicia SD ---
Madrid 966 79,3
Murcia 513 168,1
Navarra 175 144,7
País Vasco 554 152,9
La Rioja 19 34,8
Ceuta 6 30,6
Melilla 16 69,7
Total NACIONAL 15.688 242,9

19
Unidades Didácticas 2 y 3
EL MALTRATO AL MENOR DESDE EL
CONTEXTO LEGAL. DETECCIÓN Y
NOTIFICACIÓN DEL MALTRATO INFANTIL
Cuestionario de Evaluación

1.- Comente las ventajas e inconvenientes del procedimiento de adopción


en los casos de maltrato infantil.

Cuando los menores sufren abandono, negligencia u otros malos tratos


(físicos o psicológicos). Si su familia no es capaz de recibir ayuda y mejorar,
la ley obliga a tomar medidas de protección infantil, separando a esos menores
de sus familias, a veces de forma temporal y otras para siempre.

Cuando se dan esas negativas circunstancias, se procede a una declaración de


desamparo por la que el sistema de protección a la infancia suspende la patria
potestad y asume la tutela del menor o la menor, adoptando la medida de
adopción (que es el supuesto de la pregunta).

Los inconvenientes de la adopción de estos menores maltratados se


materializan: En que las administraciones disponen de datos y experiencia
suficiente que indican que quienes han sufrido adversidad, falta de estimulación,
experiencias de abandono, maltrato... presentan con frecuencia dificultades
de adaptación, de atención, de autocontrol, problemas de autoestima, de
rendimiento escolar... situaciones ante las cuales, en ocasiones se requiere de
actuaciones diferentes.

Las ventajas para los menores maltratados dados en adopción, se materializa


en la oportunidad de rehacer sus vidas, y salir del infierno de maltrato en el que
se encontraban.
La adopción es una medida de separación definitiva de su familia de origen, con
integración del niño o la niña en una nueva familia como hijo o hija a todos los
efectos.
Las medidas las toman o bien los jueces o bien la Consejería de Salud y
Bienestar Social de la Comunidad Autónoma pertinente.
Cuando hay una adopción nacional o internacional de un niño o una niña, sus
adoptantes asumen para siempre la patria potestad.

20
2.- En relación con caso real y/o hipotético de maltrato físico:

a) Diseñe un protocolo de recogida de información para situaciones de


acogimiento familiar como medida de protección infantil.

El acogimiento de urgencia es una medida cautelar para utilizar de


manera inmediata y urgente por el menor tiempo posible, pasando la persona
menor a la modalidad de acogimiento temporal si hay que continuar realizando
el diagnóstico sobre la situación de la persona menor de edad o la menor o la
de su familia, de cara a proponer la reunificación con su familia de origen o la
medida de protección más adecuada y estable.

A) OBJETIVOS:
Proteger al niño o la niña de manera inmediata situándolo en un
contexto seguro y por el tiempo mínimo imprescindible para el tránsito a otra
medida de integración familiar temporal o estable.
Evitar su ingreso en un centro de acogida inmediata.

B) REQUISITOS ESPECIALES DE LAS FAMILIAS:

Cumplir con los criterios generales de idoneidad del Decreto 282/2002,


de 12 de noviembre, sobre Acogimiento Familiar y Adopción.

Capacidad y aptitud personal suficiente para proporcionar la atención y


cuidados necesarios a los menores.

Al menos uno de los miembros de la pareja acogedora o el propio


acogedor o acogedora, si se trata de una sola persona, deberá disponer de la
suficiente dedicación para la atención de las necesidades de la persona
menor.
El hogar debe permitir la incorporación inmediata de la persona menor.
C) TIEMPO DEL ACOGIMIENTO:

Se debe utilizar por un tiempo mínimo, debiendo pasar la persona


menor a un acogimiento temporal en cuanto se sepa que es necesario más
tiempo para seguir elaborando el diagnóstico de su situación sociofamiliar.

D) EDAD DE LAS PERSONAS MENORES:

Para niños o niñas con edad inferior a los 13 años, pero puede estar
indicado para menores de mayor edad.

21
b) Diseñe un protocolo para evaluar el riesgo a dicho maltrato.

PROTOCOLO DE INTERVENCIÓN EN SITUACIONES DE MALTRATO

Prevención Detección: PRIMARIA


SECUNDARIA
TERCIARIA
Notificación

Valoración

Intervención

Seguimiento

Actuaciones: resiliencia en el maltrato:


Intervención en el ámbito Educativo.
Intervención en el ámbito terapéutico

22
3.- Desarrolle un posible plan jurídico a seguir una vez detectado un caso
de maltrato infantil.

Procedimiento ordinario: cualquiera que sea la vía de detección se


debe poner en conocimiento de los Servicios Sociales la información de que
se dispone sobre el caso.
Los profesionales de los servicios sociales están capacitados para
valorar inicialmente estos casos y decidir si la intervención se realizara desde
dichos servicios o deberá ser derivado el caso al Servicio de Protección de
Menores.
Procedimiento urgente: cuando existe la sospecha o indicios
razonables de que la salud y/o seguridad del menor se encuentran o
pudieran encontrarse en grave riesgo o directamente amenazada y no hay
figura familiar o de apego que pueda hacerse cargo del menor, se pondrá los
hechos en conocimiento de la correspondiente Oficina de Atención a la
Víctima en caso de existir para que, dentro de sus atribuciones auxilie,
acompañe y apoye desde el primer momento al menor y a su familia.
Como regla general, en los casos en los que el menor esté tutelado,
habrá de ser el educador del centro quien acompañe al menor en los trámites
judiciales.
• Pondrá los hechos en conocimiento de la Entidad Pública de
Protección de Menores competente, en caso de que el menor pudiera
encontrarse en situación de riesgo o de desamparo, al tiempo que recabará,
de ser pertinente para la causa, la información de que disponga dicha
Entidad Pública sobre el menor.
Se adoptarán las medidas de protección del menor que en cada caso
procedan.
• Cuando los hechos investigados exijan la realización de exámenes
médicos al menor, éstos se practicarán procurando siempre evitar
duplicidades.

23
4.- Refiera los procedimientos que, a su juicio, podrían
consolidar la validez de un testimonio de maltrato.

El procedimiento de análisis de la credibilidad de las declaraciones


propuesto por Steller (1989; Steller y Koehnken, 1989) consta de dos
técnicas. La técnica CBCA, de análisis del contenido de las declaraciones
basadas en criterios, que permite la valoración de la credibilidad de las
declaraciones emitidas por menores víctimas de abusos sexuales. Y la
técnica SVA, de evaluación de la validez de la declaración, que consta de 11
criterios incluidos en 4 categorías, y que consiste en un procedimiento de
diagnóstico global, incluyendo los resultados del CBCA así como la
evaluación de otros datos como información biográfica, puntuaciones de
tests, indicadores conductuales, información del tipo de origen de la
declaración y la relación entre el testigo y el acusado.

Los citados criterios, se desglosan en las siguientes categorías:

Características Psicológicas: 1.- Adecuación de lenguaje y


conocimiento. 2.- Adecuación de afecto. 3.- Susceptibilidad a la sugestión.

Características de la Entrevista: 4.- Preguntas sugestivas, directivas


o coactivas. 5.- Adecuación global de la entrevista.

Motivación: 6.- Motivos para informar. 7.- Contexto de la revelación o


informe original. 8.- Presiones para informar en falso.

Cuestiones de la Investigación: 9.-Consistencia con las leyes de la


naturaleza. 10.- Consistencia con otras declaraciones. 11.- Consistencia con
otra evidencia.

La evaluación de la validez de la declaración comprende cinco


categorías: características psicológicas del menor, características de la
entrevista mantenida con él, aspectos motivacionales que informan acerca
de la posibilidad de que el menor tenga interés en proporcionar una
declaración falsa, y cuestiones relacionadas con la investigación policial,
médica, judicial, etc. que podrían apoyar o rebatir la presencia de los criterios
de realidad y la credibilidad global de la declaración.

24
Los factores que hay que considerar en la evaluación global de la
validez de una denuncia son más subjetivos y menos formalizados que el
CBCA, y no hay todavía ningún intento de traducir el resultado final a
porcentajes o números.

La técnica más utilizada en España en el contexto forense para valorar


la credibilidad del testimonio de menores presuntas víctimas de maltrato
infantil es el Sistema de Análisis de la Validez de las declaraciones
(Statement Validity Assessment; Steller y Köhnken, 1989; Raskin y Esplín,
1991).

Esta técnica se compone de tres elementos principales: una entrevista


al menor dirigida a obtener un testimonio lo más extenso y preciso posible;
análisis del relato del niño bajo los criterios de realidad (CBCA); y aplicación
de la Lista de Validez que pondera factores externos al relato.

En general, todos los procedimientos propuestos para el análisis de


credibilidad emplean un conjunto de criterios para discriminar si la
declaración es producto de un hecho experimentado por el menor, de la
fantasía o de la sugestión.

Al informe final deberían añadirse comentarios especiales para


especificar la evaluación de credibilidad global. En casos forenses, a menudo
es necesaria una diferenciación entre el grado de credibilidad global de una
denuncia y el grado de exactitud de la descripción del testigo para ciertos
detalles. La utilidad forense de una declaración está restringida si contiene
numerosas inexactitudes, aunque se juzgue como básicamente verdadera.
Se deben considerar las discrepancias entre la credibilidad global y la
exactitud de detalles si la CBCA y la SVA indican que existen.

Una vez analizado el contenido de la declaración del menor y valorada


su validez, y habiendo considerado otras fuentes suplementarias de
información relevante, se procede a la valoración global de credibilidad.
Generalmente se consideran los resultados de la valoración en términos de
probabilidad, no de certeza, y se considera respecto a cinco categorías: “muy
probablemente increíble”, “probablemente increíble”, “indeterminada”,
“probablemente creíble” y “muy probablemente creíble”.

25
5.- En relación con el “Plan de Caso” en las situaciones de
protección al menor:

a) Indique cuáles serían las principales decisiones que se deberían


incluir.

El Plan de caso es un documento que recoge las principales decisiones


adoptadas para proteger a un niño/a hasta su integración definitiva. Debe
incluir las medidas de carácter administrativo con los criterios y actuaciones
técnicas: objetivos, recursos, tiempos y figuras jurídicas de protección. Se
debe estructurar en una serie ordenada de decisiones que faciliten el trabajo
analítico y la visión de conjunto, permitiendo que unas decisiones se apoyen
en otras.

El Plan de Caso Inicial debe recoger información sobre los siguientes


aspectos:

1. Datos de identificación del niño/a y su familia.

2. Antecedentes del caso.

• Antecedentes de la historia familiar.

• Intervenciones anteriores con la familia (recursos asignados y medidas


legales de protección adoptadas con anterioridad).

3. Finalidad de la Intervención.

4. Finalidad del Programa en que se incluye al niño/a.

5. Objetivos generales a conseguir con el niño/a y con la familia y plazos de


tiempo para su consecución.

6. Medida legal de protección propuesta desde los servicios especializados


y condiciones para su aplicación.

7. Otras intervenciones necesarias (servicios especializados y comunitarios.

8. Acuerdos y compromisos establecidos.

9. Responsable técnico de caso y equipo en el que trabaja.

10. Plazo de tiempo para la revisión del caso.

26
b) Analice algunas de las cuestiones a tomar en consideración
cuando se aplique un programa de intervención centrado en la
separación provisional.

Programas de intervención familiar (PIF) Son programas específicos


de apoyo a familias cuyo objetivo es preservar la integridad de la familia
evitando una separación de ella de los niños o procurar el regreso del hijo/a
a su casa si está separado de sus padres.

En dicho programa de intervención se implementarán seis etapas:

¾ Identificación del problema.

¾ Formulación y el análisis de factibilidad.

¾ Negociación y el financiamiento.

¾ Ejecución.

¾ Fase de operación o funcionamiento.

¾ Seguimiento y la evaluación.

27
¾ 6.- En relación con el Registro Unificado de Maltrato Infantil
(RUMI):

a) Describa en que consiste y sus características principales.

El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad gestiona el


Registro Unificado de Maltrato Infantil (RUMI) a nivel nacional.

El RUMI dado que es un registro de ámbito estatal, el mismo aporta


datos sobre las notificaciones de maltrato confirmadas y sin confirmar, y
sobre las modalidades de maltrato en cada Comunidad Autónoma; este
registro recoge las estadísticas correspondientes a los casos de maltrato
intrafamiliar.

Los objetivos básicos del Registro Unificado del Maltrato Infantil


(RUMI) se pueden resumir en:
• Llegar a un consenso sobre el concepto de maltrato y su tipología.
• Implicar y sensibilizar directamente a los profesionales de distintos
ámbitos.
• Incrementar las fuentes de notificación.
• Facilitar la notificación de profesionales sin formación inicial.
• Unificar el material de notificación.
• Integrar las distintas fuentes de notificación en un sistema de
registro.
Este Registro Unificado, con los datos suministrados por las distintas
Comunidades Autónomas, permitirá una estimación de la incidencia de
riesgo, el estudio de perfiles y de otras variables susceptibles de ser
analizadas para así poder diseñar programas efectivos de prevención y
protección a la infancia, de implementación nacional.

b) Acceda a algunos de los RUMI correspondientes a alguna


Comunidad Autónoma y coméntelo

En la Comunidad de Madrid, es la Entidad Pública de Protección de


Menores la que tiene competencias legales para iniciar un procedimiento de
protección de menores, ante el conocimiento de una posible situación de
desamparo infantil, sin perjuicio de adoptar todas aquellas medidas
inmediatas de atención que el menor de edad pueda requerir.

Es por ello que, estos casos citados en el párrafo que antecede,


quedan recogidos en el registro de ámbito estatal RUMI, que la entidad
pública de protección de menores aporta (datos sobre las notificaciones de
maltrato confirmadas y sin confirmar y sobre las modalidades de maltrato en
la Comunidad Autónoma); este registro recoge las estadísticas
correspondientes a los casos de maltrato intrafamiliar, en base al análisis de
todos los expedientes de desprotección abiertos en el Instituto Madrileño de
Familia y Menor.

28
Unidad Didáctica 4
FACTORES DE RIESGO DEL MALTRATO
INFANTIL
Cuestionario de Evaluación

1.- Según lo estudiado en los materiales, ¿cuáles son los factores de riesgo
asociados al maltrato infantil que tienen más apoyo empírico?

Los factores empíricos, asociados al maltrato infantil , se han centrado


en cinco áreas de investigación que incluyen “la personalidad, el alcoholismo
y drogadicción, la transmisión intergeneracional del abuso, la cognición
social y el estilo interactivo y prácticas de crianza”.
El acervo psicológico de los progenitores (personalidad), Belsky
(1993) habla de dos variables: la hiperreactividad negativa y el estilo
atribucional, como atribuciones internas y estables sobre la conducta
negativa de los niños, y externas e inestables sobre el comportamiento
positivo.
La correlación entre el consumo de sustancias tóxicas y el maltrato
físico en general, con todas las formas de maltrato infantil. Estos estudios
ofrecen cifras que oscilan desde 43% (Murphy, Jellinek, Quinn y cols., 1991)
hasta 67% (Famularo, Kinscherff y Fenton, 1992), en los casos de maltrato
que implicaban a padres con problemas de consumo de drogas y alcohol.
Otras investigaciones se centran en la transmisión intergeneracional
(Caliso y Milner, 1994; Milner, 1995). Parece haber cierta tendencia en las
víctimas de maltrato infantil a convertirse en padres maltratadores, aunque
la relación no es directa.
La cognición social plantea que los padres maltratadores —
generalmente las madres— muestran dificultad para expresar y reconocer
emociones (Camras, Ribordy, Hill y cols., 1988; Kropp y Haynes, 1987) y
pueden tener expectativas inadecuadas en cuanto a las capacidades de sus
hijos.
Algunas investigaciones señalan que una causa importante del
maltrato son las expectativas irrealistas de los padres al esperar de sus hijos
conductas maduras, que son obviamente inapropiadas para la edad de estos
(Oliva, Moreno, Palacios y Saldaña, 1995). Otros autores (Cerezo y D’Ocon,
1995; Gaudin, Polansky, Kilpatrick y Shilton, 1996; Kavanagh, Youngblade,
Reid y Fagot, 1988; Trickett y Susman, 1988; Whipple y Webster-Stratton,
1991) plantean que la conducta de maltrato es consecuencia del estilo
interactivo y las prácticas de crianza de estas familias.

29
2.- Haga una descripción de los factores asociados al niño.

Desde este planteamiento teórico, se considera que un niño


maltratado muestra ciertos rasgos que provocan rechazo, frustración y
estrés en los cuidadores (Azar, 1991). La conducta del niño, el estado de
salud y la edad son tres factores de riesgo. De hecho, Trickett y Kuczynski
(1986) señalan que los niños maltratados físicamente exhiben más
conductas disruptivas; sin embargo, no está claro, a partir de las
investigaciones realizadas, si la conducta del niño es una causa o un efecto
del maltrato (Whipple y Webster-Stratton, 1991). Lo que sí parece estar claro
es la relación que hay entre discapacidad y mala salud física y maltrato físico
(Flaherty y Weiss, 1990; Knutson, 1995; Sherrod, O’Connor, Vietze y
Altemeier, 1984). En cuanto a la edad del niño, Belsky (1993) afirma que hay
una mayor vulnerabilidad, sobre todo para las lesiones graves, en los
PHQRUHVGHDxRVʊHVSHFLDOPHQWHHQWRUQRDORVyDxRVʊSRUTXHHV
cuando dan comienzo algunos intentos de asertividad.

Factores de riesgo respecto al niño:

Tienen más riesgo de padecer maltrato los niños que presentan


problemas de conducta (incluida la hiperactividad), trastornos psicológicos
que comportan dificultades en el procesamiento cognitivo, lo que provoca, a
su vez, problemas en la manera en que interpretan las señales sociales que
provienen de su entorno; como el trastorno de Asperger,( que pertenece a la
categoría de trastornos generalizados del desarrollo. Consiste en una
alteración cualitativa de la interacción social y en la presencia de patrones
de comportamiento repetitivos y estereotipados. A diferencia del autismo, no
hay alteración cualitativa de la comunicación ni retraso general del lenguaje
clínicamente significativo); y el autismo, así como de problemas de salud, o
alguna discapacidad (física, intelectual o sensorial).

Veamos cuales pueden ser las características que pueden presentar


los factores que afectan a los niños maltratados, tanto físicamente como de
personalidad y conducta:

30
1. CARACTERÍSTICAS FÍSICAS

– Niños no deseados.

- Menores de 3 años.

- Hiperkinéticos.

– Niños prematuros y/ o con bajo peso, o con hospitalización


prolongada.

– Niños con defecto congénito.

– Niños con minusvalía física y/ o psíquica, o cualquier otra


discapacidad. Síndrome de Dawn.

– Niños con patrones alimenticios o de sueño defectuosos (“niños


difíciles”).

– Niños con problemas médicos crónicos, alteraciones en el desarrollo


psicomotor; incluidas dificultades evolutivas y alimentación que requieren de
especial atención.

– Historia reciente de enfermedades serias o fallecimiento de hermanos


u otros familiares significativos.

– Características físicas de los niños que cumplen las expectativas de


los padres.

2. PERSONALIDAD Y /O CONDUCTA

– Temperamento difícil

– Hiperactividad/ apatía

– Desobediencia/oposicionista

– Baja responsabilidad

– Fracaso escolar

31
3.- Haga una descripción de los factores asociados al adulto.

Los factores de riesgo familiares considerados son la edad de los


padres, su estatus laboral, la existencia de un vínculo familiar negativo
(ambiente caracterizado por presencia de conflicto entre los miembros de la
familia), ser parte de una familia numerosa, el consumo de drogas en la
familia y la presencia de problemas con la justicia (ejem. algún miembro con
penas de cárcel).

El modelo sociológico explica como las condiciones familiares y


aspectos culturales son determinantes del maltrato infantil (Chaffin, Kellerher
y Hollenberg, 1996). Este modelo se basa en cuatro aspectos: el estrés
familiar que aumenta la probabilidad de maltrato físico, como la penuria
económica, familias monoparentales o el elevado número de hijos (Hashima
y Amato, 1994; Hillson y Kuiper, 1994; Zuravin, 1989); el aislamiento social
de la familia (Belsky, 1993; Tzeng, Jackson y Karlson, 1992); la aceptación
social de la violencia como medida de disciplina (Corral et al., 1995; Fry,
1993); y finalmente las formas de organización de la comunidad (mayor
concentración de población marginal en zonas excluidas) (Bursik y
Grasmick, 1993; Garbarino y Kostelny, 1992).

Factores asociados a los padres:

1. Características demográficas, antropológicas y sociales


– Edad.

– Sexo.

– Estatus socioeconómico.

– Nivel educativo bajo (analfabetismo).

– Etnia: pertenencia a grupos étnicos marginados.

2. Historia de crianza

– Malos tratos.
– Carencia afectiva o maltrato emocional.
– Desatención.

32
– Desestructuración y ruptura familiar.
– Paso por instituciones de acogida.

3. Características del rol parental

– Falta de experiencia en cuidar niños (desconocimiento necesidades


alimenticias, horarios,…)
– Paternidad temprana (falta de conocimiento sobre las necesidades
evolutivas y psicológicas, actitudes inadecuadas, exceso de actividades
sociales y profesionales, etc.).

4. Personalidad

– Aislamiento, soledad.
– Impulsividad.
– Falta de autocontrol.
– Baja tolerancia al estrés.
– Escasa capacidad empática.
– Trastornos psicopatológicos y/ o depresivos.
– Escasa tolerancia a la frustración.
– Desconfianza hacia el futuro.
– Fanatismo fundamentalista(sectarismo, filosofía y morales
extremas, …).

5. Conductas desadaptativas

– Prostitución.
– Delincuencia.
– Alcoholismo.
–Drogodependencia.

33
4.- Haga una descripción de los factores asociados al entorno social.
Factores de riesgo socioculturales que posibilitan el maltrato infantil,
están relacionados con la falta de redes de apoyo social, la inestabilidad
laboral, el bajo nivel educativo, las condiciones de vivienda precarias o un
estatus socioeconómico bajo, son factores de riesgo sociales que
correlacionan positivamente con las situaciones de maltrato infantil en la
familia.

A continuación, se describen factores familiares ( estructura familiar,


interacción y dinámica familiar).

ESTRUCTURA FAMILIAR:

– Familia numerosa.

– Escasa diferencia de edad entre los hermanos.

– Varios niños pequeños en el hogar.

– Padres adolescentes.

– Hijos no deseados.

– El maltrato comienza ya en el embarazo por el rechazo y la falta de


cuidado materno (maltrato prenatal).

– Familia monoparental.

– Ausencia de uno de los progenitores.

– Padrastros.

– Padres separados o divorciados.

– Convivencia inestable con el compañero (no padre biológico).

Escaso apoyo por la familia extensa (abuelos, tíos,…).

INTERACCIÓN Y DINÁMICA FAMILIAR

1. Relaciones familiares

– Escasa integración familiar (discusiones, agresiones,…)

– Escaso ajuste de la pareja conyugal.

– Estrés permanente.

34
– Mala comunicación.

– Inadecuación en los límites o reglas familiares.

– Rupturas repetidas en la estructura familiar.

– Ausencias prolongadas del domicilio familiar.

2. Interacción padres-hijos

– Separación padres-hijos.
– Estilo disciplinario punitivo.
– Escasa habilidad para distinguir sentimientos.
– Carencia de vínculos afectivos.
– Baja cantidad y calidad de las interacciones.
– Bajas expectativas y/ o exageración de las mismas por parte de los
padres sobre el rendimiento académico del menor
A continuación, se describen factores ambientales (clase social, trabajo,
nivel socioeconómico y cultural, vivienda, red social, movilidad geográfica
familiar). Factores socioculturales ( desarrollo económico-social, ideología
social).

FACTORES AMBIENTALES
CLASE SOCIAL, MOVILIDAD
TRABAJO, NIVEL VIVIENDA RED SOCIAL
GEOGRÁFICA
SOCIOECONÓMIC
FAMILIAR
O Y CULTURAL
– Desempleo. Ausencia de Aislamiento. – Emigración.
– Baja vivencia. Escaso soporte o – Nomadismo.
autoestima Falta de apoyo social. – Cambios
profesional. habitabilidad. Rechazo social. frecuentes de
– Insatisfacción laboral Hacinamiento. domicilio.
– Trabajo de la mujer
fuera del hogar
(sobre todo en los
casos de abusos
sexuales
intrafamiliares).
– Ingresos insuficientes
– Estrés laboral.

FACTORES SOCIOCULTURALES

DESARROLLO ECONÓMICO-SOCIAL IDEOLOGÍA SOCIAL

– Crisis económica. Actitudes hacia la infancia, mujer, familia y


– Bienestar social. paternidad.
– Movilidad social Actitudes hacia la marginación.
Actitudes hacia la violencia.

35
5.- Desarrolle un programa de prevención basado en los factores
anteriormente expuestos.

La prevención del maltrato infantil se establece en tres niveles:

1. Prevención primaria

Dirigida a la población general con el objetivo de evitar la presencia


de factores estresores o de riesgo y potenciar los factores protectores del
maltrato infantil. Se incluyen:

x Sensibilización y formación de profesionales de atención al menor.

x Intervenir en la psicoprofilaxis obstétrica (preparación al parto).

x Intervenir en las escuelas para padres, promoviendo valores de

estima hacia la infancia, la mujer y la paternidad.

x Prevenir el embarazo no deseado, principalmente, en mujeres

jóvenes, mediante la educación sexual en centros escolares y asistenciales.

x Búsqueda sistemática de factores de riesgo en las consultas de

niño sano, así como evaluar la calidad del vínculo afectivo padres-hijos, los
cuidados del niño, actitud de los padres en la aplicación del binomio
autoridad-afecto.

x Intervenir en las consultas y exponer los derechos de los niños y la

inconveniencia de los castigos físicos. Ofrecer la alternativa de la aplicación


del castigo conductual.

x Identificar los valores y fortalezas de los padres, reforzando su

autoestima.

2. Prevención secundaria

Dirigida a la población de riesgo con el objetivo de realizar un


diagnóstico temprano de la violencia infantil y un tratamiento inmediato.
Atenuar los factores de riesgo presentes y potenciar los factores protectores.
Se incluyen:

x Reconocer situaciones de maltrato infantil, estableciendo


estrategias de tratamiento.

36
x Reconocer situaciones de violencia infantil, doméstica o de abuso

a la mujer y buscar soluciones.

x Reconocer las conductas paternas de maltrato físico o emocional,

considerando la remisión de la familia a una ayuda especializada en el


manejo de la ira y la frustración.

x Remitir a centros de salud mental a padres con adicción a alcohol

y drogas.

3. Prevención terciaria

Consiste en la rehabilitación del maltrato infantil, tanto para los


menores víctimas como para los maltratadores. Para ello, se debe disponer
de un equipo interdisciplinario (pediatras, psiquiatras, psicólogos,
trabajadores sociales, orientadores familiares, terapeutas, jueces de
menores, cuerpos policiales, etc.).

37
Unidad Didáctica 5
ETIOLOGÍA DEL MALTRATO INFANTIL
Cuestionario de Evaluación

1.- Analice la implicación del afrontamiento y el apoyo social en el inicio


del maltrato infantil.

La importancia del apoyo social en el funcionamiento familiar y su


relevancia en el contexto de las estrategias de intervención dirigidas a la
prevención de los malos tratos en la infancia.

APOYO SOCIAL

El aislamiento social de las familias ha sido repetidamente señalado


como un significativo factor de riesgo estrechamente asociado con el
maltrato infantil. Con frecuencia, las familias en las que tiene lugar el maltrato
infantil se encuentran aisladas no sólo de instituciones y sistemas formales
de apoyo social, sino también de redes informales de apoyo social tales
como familiares, vecinos y amigos. Los estudios que han confirmado la
estrecha relación existente entre el aislamiento social y el maltrato infantil
son muy numerosos (ver Gracia y Musitu, 1993, para una revisión). La
ausencia de contactos sociales, la escasa o nula participación en grupos y
organizaciones, así como factores actitudinales hacia el vecindario y la
comunidad, han sido variables claramente asociadas con el maltrato infantil
(Gracia y Musitu, 1990; Gracia et al., 1994). Como ponen de manifiesto estos
estudios, los padres que maltratan a sus hijos prefieren resolver sus
problemas por su cuenta, establecen pocas relaciones fuera del hogar,
evitan actividades que implican el contacto con otros adultos e incluso
desalientan el desarrollo de vínculos sociales de sus hijos (Garbarino y
Stocking, 1980).

Efectos positivos del apoyo social en la prevención del maltrato


infantil.

38
Como indican numerosos estudios el apoyo social puede influir de
forma positiva en el funcionamiento familiar. Así, por ejemplo, se han
observado efectos positivos del apoyo social en las actitudes paternales en
evitación del maltrato infantil (por ejemplo. Crockenberg, 198 1; Crnic et al.,
1983; Cochran, 1993); en las prácticas de socialización y estilos parentales
de interacción con los hijos (por ejemplo, Crnic et al., 1983; Colletta, 1981;
Crockenberg, 1988; Cochran et al., 1990; Gracia et al., 199 1; Jennings et
al., 1991; Gracia y Musitu, 1993; Cochran, 1993); en las actitudes,
expectativas y aspiraciones que los padres tienen acerca de los hijos (por
ejemplo, Olds y Henderson, 1989; Cochran y Henderson, 1990); en la
adaptación familiar al estrés (por ejemplo, Unger y Powell, 1980; McCubbin
y Figley, 1983; Telleen et al., 1989); y en la conducta, ajuste y desarrollo
infantil (por ejemplo, Cochran y Brassard, 1979; Seitz et al., 1985; Unger y
Wandersman, 1985; Crnic et al., 1986; Homel et al., 1987).

Además, la investigación realizada desde los años 70 en el ámbito


del apoyo social ha documentado ampliamente la asociación positiva entre
la integración social y la disponibilidad de recursos sociales de apoyo y la
salud física y mental (ver Gracia, 1993; Gracia et al., 1995, para una
revisión). Estos resultados tienen, sin duda, importantes implicaciones para
el diseño de programas de intervención en el ámbito familiar, puesto que
sugieren que diversos aspectos de la conducta y funcionamiento familiar
(bienestar, actitudes, estilos de interacción, manejo del estrés, etc.) pueden
ser afectados o alterados de forma positiva mediante la provisión de apoyo
social (Dunst y Trivette, 1988). En este sentido, el apoyo social se convierte
en un elemento de gran importancia en el contexto de los programas de
intervención social dirigidos a la familia en prevención de la violencia infantil.
Los programas de apoyo a la familia reconocen los efectos positivos del
apoyo social en el funcionamiento de la familia, siendo éste, por tanto, el
elemento central alrededor del cual se construyen (Weissbourd y Kagan,
1989).

39
2.- Relaciones entre el estatus socioeconómico y el maltrato infantil.

El maltrato infantil está relacionado con una amplia gama de variables


socioeconómicas, partiendo de aquellas de tipo microeconómico, pasando
por variables de tipo institucional y terminando en variables
macroeconómicas. En muchos casos, las variables identificadas están
relacionadas a diferentes estados de desarrollo económico.

El maltrato físico, el maltrato emocional y el descuido se asocian con


la pobreza y el bajo nivel socioeconómico. Sin embargo, todos los tipos de
maltrato, incluido el abuso sexual, se producen en todo el espectro de grupos
socioeconómicos.

Bajos niveles de desarrollo económico se reflejan en los


principales determinantes del maltrato infantil, pero a su vez, vía capital
humano, el maltrato infantil afecta negativamente el desarrollo económico.

De Lucas (1988) el aumento en el stock de capital humano puede ser


suficiente para un crecimiento económico sostenido. A su vez, se incorporará
en el modelo de crecimiento endógeno con acumulación de capital humano
una externalidad asociada al maltrato infantil.

Wilkinson et al (2003) señalan que las ventajas o desventajas


materiales correspondientes al gradiente social en el cual se ubica un
individuo están relacionadas con la salud que este presenta en la vida juvenil
y adulta, a estratos sociales más bajos se asocia crecimiento deficiente y
falta de apoyo emocional aumento del riesgo de por vida de tener una mala
salud física, reducción en el funcionamiento físico, cognoscitivo y emocional
en años posteriores. Las malas condiciones sociales y económicas (la
pobreza) plantean la amenaza más grande al crecimiento infantil (por
alimentación inadecuada e insuficiente, depresión y cansancio mental de los
padres que dificultan brindar estimulación adecuada y apego emocional,
iniciando una cadena de riesgos sociales de marginalidad), esto traza una
trayectoria social y educacional deficiente que afecta adversamente al
desarrollo cognoscitivo, ocasionando menor disposición para el estudio,
aceptación de la escuela, pocos logros escolares, trabajos de bajo nivel
social y poca responsabilidad en la edad adulta, riesgo de desempleo.

Calla et al. (2005) realizaron una investigación de tipo cualitativo,


acerca de la situación de violencia sexual que viven niñas y niños en las
escuelas rurales, para identificar y analizar las concepciones en los ámbitos
jurídicos, sociales y culturales articulados y contrastados con las
condicionantes de género, los escenarios que las favorecen o encubren, y el
papel de la justicia, en la identificación, procesos y sanciones.

El reporte llama la atención acerca de una tendencia general


migratoria en busca de ingresos económicos, con implicaciones en procesos
de feminización laboral, riesgos de desestructuración familiar, ausencia de

40
mecanismos de control social para niños y adolescentes, estimulando
conductas de maduración precoz, trabajo infantil y a largo plazo conductas
“inmanejables”.

Pinto y Losantos (2011) relacionaron las características


sociodemográficas de una población de niños y adolescentes, en alto riesgo
social (tipificado por las características de pobreza, marginalidad, bajos
niveles educativos, violencia intrafamiliar, maltrato infantil estructural), y la
percepción de factores familiares de riesgo de maltrato infantil, el instrumento
empleado fue la Escala de Percepción de Maltrato Infantil (EPMI); Las
conclusiones destacan la conexión pobreza-maltrato, familias de sectores
económicamente desfavorecidos (insuficiente acceso a recursos materiales
y sociales, insatisfacción de necesidades básicas), tienden a tener muchos
hijos, a la acumulación de tensiones que llevan a situaciones de conflicto,
violencia conyugal y maltrato infantil.

Zunzunegui et al. (1997) consideran que el maltrato infantil un


problema psicosocial de Salud Pública posee fuertes raíces
socioculturales y económicas.

La evidencia procede de un estudio que Identifica asociaciones entre


características del ámbito ecológico de la familia y maltrato infantil
empleando un diseño de 45 casos víctimas de maltrato infantil y 90 controles
apareados (1 caso 2 controles) según edad, sexo y distrito de residencia
familiar, las entrevistas domiciliarias a la cuidadora, generalmente madres
dan como resultado diferencias muy significativas (p < 0,001) en edad y nivel
cultural de las mujeres entrevistadas, tamaño de la fratría y mono
parentalidad, percepción de salud, sintomatología depresiva y de ansiedad,
situación financiera y percepción de apoyo social.

En el análisis multivariado, la mono parentalidad, el nivel de


instrucción y el tamaño de la fratría, los problemas económicos y la
sintomatología depresiva y de ansiedad son factores independientemente
asociados al maltrato infantil, entre familias biparentales, los problemas de
estrés económico están positivamente asociados al maltrato. la
existencia de apoyo social tiene un papel protector.

El maltrato infantil puede ser incorporado en los modelos de


crecimiento como una externalidad negativa a la acumulación de capital
humano. Esta aproximación es plenamente compatible con las
formulaciones sociológicas y psicológicas que abordaron con mayor detalle
el tema del maltrato.

Esta externalidad es sin embargo endógena al propio crecimiento


puesto que muchos de los determinantes del maltrato infantil también
están asociados a bajos niveles de ingresos, altos niveles de
desigualdad y al círculo de la pobreza.

41
Precisamente se ha mostrado que el maltrato infantil inicia un
círculo vicioso maltrato – depredación del capital humano – bajo
crecimiento – mayor maltrato.

42
3.- ¿En qué medida la falta de control de impulsos (básicamente, ira y/o
agresión) del agresor podría ser un predictor de maltrato infantil?

Por lo general, el maltrato puede atribuirse a una falla del control de


los impulsos del padre o el cuidador.
El estrés derivado de algunas situaciones puede precipitar el maltrato,
en particular cuando no se cuenta con el apoyo de familiares, amigos,
vecinos o compañeros.
Contribuyen varios factores:
Las características y los rasgos de personalidad de los progenitores
pueden desempeñar un papel importante en el comportamiento agresivo
hacia los hijos. Su propia infancia puede haber carecido de afecto y calidez,
puede no haber llevado al desarrollo de una autoestima o madurez
emocional adecuadas, y en muchos casos, también incluyó otras formas de
maltrato. Los padres maltratadores pueden ver a sus hijos como una fuente
de afecto ilimitado e incondicional, y buscan en ellos el apoyo que nunca
recibieron.
En consecuencia, pueden tener expectativas no realistas respecto de
lo que sus hijos pueden aportarles; se frustran fácilmente y tienen escaso
control de los impulsos y pueden ser incapaces de dar lo que nunca
recibieron.
El consumo de drogas o alcohol puede provocar comportamientos
impulsivos y descontrolados hacia sus hijos.
Los trastornos mentales de los padres también aumentan el riesgo de
maltrato.
Los niños irritables, exigentes o hiperactivos pueden exasperar a los
padres, al igual que los niños con discapacidad del desarrollo o discapacidad
física, que suelen ser más dependientes que un niño con desarrollo normal.
A veces fuertes lazos emocionales no se desarrollan entre padres e
hijos. Esta falta de lazos emocionales ocurre más comúnmente con los
lactantes prematuros o enfermos separados de los progenitores en etapas
tempranas de la lactancia, o con hijos no biológicos (p. ej., hijastros), lo que
aumenta el riesgo de maltrato.

43
4.- ¿Considera válida la afirmación “Las víctimas de abuso infantil serán
maltratadores en el futuro”? Razone la respuesta.

Dicha afirmación hay que acogerla con cautela, dado que no todos
los niños maltratados, serán maltratadores en el futuro, no obstante,
tiene bastante validez dicha afirmación, paso a razonarlo brevemente.

(Yang, Font, Ketchum y Kim, 2018).; afirman que, respecto a la


perpetración futura del maltrato por parte de las víctimas de abuso infantil,
hay que matizar: “Aunque la mayoría de las personas que han sufrido
abusos y negligencia durante la niñez, no llegan a abusar o descuidar a sus
propios hijos, aunque las investigaciones sugieren que es más probable que
lo hagan en comparación con personas que no fueron maltratadas”.

El ciclo de maltrato intergeneracional puede ser el resultado de que


los niños aprendan desde temprano que el abuso físico o la negligencia es
una forma adecuada de crianza (Child Welfare Information Gateway,
2018).

La mayoría de los niños que sufren maltrato no se convierten en


adultos que abusan o descuidan a sus propios hijos. Los patrones
intergeneracionales de abuso y negligencia infantil son mucho más
complejos y matizados de lo que se entendió originalmente; hay que tener
una comprensión precisa del problema. Las conclusiones incorrectas sobre
la existencia, el alcance y las causas del maltrato intergeneracional (IGM)
podrían conducir a herramientas de creación ineficaces, políticas sociales
dañinas, prejuicios de los trabajadores y malos resultados para los niños y
las familias.
(Thornberry & Henry, 2013); citan varias teorías para mejorar
nuestra comprensión de los patrones intergeneracionales de maltrato. Los
más frecuentes incluyen los siguientes: La teoría del aprendizaje social:
propone que el comportamiento de los individuos se forma a través de la
observación y la imitación. Por lo tanto, esta teoría sugiere que la crianza de
los adultos estará influenciada por las experiencias infantiles de los
comportamientos de sus propios padres. Si las personas experimentan una
crianza abusiva o negativa, entonces pueden desarrollar creencias de que
estos comportamientos son aceptables y / o efectivos y replicarlos con sus
propios hijos. La teoría del apego: enfatiza la importancia de un apego
temprano de calidad con un cuidador. Si un cuidador no es cuidadoso y
sensible a las necesidades de un bebé (como es el caso cuando ocurre el
maltrato temprano), el individuo afectado lucha por formar vínculos
saludables en la edad adulta. Esto se teoriza para aumentar la probabilidad
de comportamiento abusivo como adulto. Los modelos basados en el
trauma: sugieren que el maltrato, al igual que otras formas de violencia,
produce síntomas de trauma. Si no se tratan ni se resuelven, estos síntomas
pueden aumentar la probabilidad de que el individuo participe en un
comportamiento violento, incluida la retención de mala infantil, como adulto.
Las teorías ecológicas o transaccionales: ven el maltrato infantil como el
resultado de múltiples influencias y sistemas, incluidos los factores
familiares, comunitarios y sociales. La investigación basada en estas teorías

44
busca factores de riesgo específicos o vías para explicar mejor los patrones
intergeneracionales.

Dada la variedad de enfoques para investigar este tema, es


importante entender cómo evaluar la solidez y aplicabilidad de los estudios
individuales.
(Thornberry, Knight y Lovegrove, 2012). Una revisión de la
investigación identificó 11 criterios para su uso en la evaluación de estudios
de patrones intergeneracionales de maltrato. El examen de los autores
de estos estudios reveló que ninguno cumplía todos estos criterios, pocos
satisfacían la mayoría, y la mayoría de los estudios no cumplían ni siquiera
la mitad de ellos. Entre los estudios más sólidos, los hallazgos con respecto
a la MGI generalmente fueron modestos; un estudio no encontró evidencia
de una conexión intergeneracional.

Los siguientes son criterios a considerar al revisar la evidencia de


IGM:
Ŷ Selección de muestras. Los resultados de los estudios realizados
en poblaciones pequeñas o no aleatorias (p.ej., grupos económicamente
desfavorecidos) deben interpretarse con cuidado.
Ŷ Uso de un grupo de control. Los hallazgos sobre el comportamiento
de los individuos maltratados deben compararse con los hallazgos de
individuos similares que no fueron maltratados. Estos grupos deben estar
estrechamente emparejados en tantos factores como sea posible (incluidos,
entre otros, el género, la raza y el estado socioeconómico).
Ŷ Recogida de datos. Pedir a las personas que recuerden eventos
que sucedieron hace mucho tiempo puede llevar a un subregistro.
Es probable que los estudios que revisan los resultados que ocurren
durante el período de estudio conduzcan a estimaciones más precisas.
Ŷ Período estudiado. Los estudios con períodos de seguimiento más
cortos probablemente subestimarán las tasas de maltrato. Un grupo de
investigadores sugiere un mínimo de 5 años para el seguimiento
(Thornberry et al., 2012).
Ŷ Medición. Un estudio bien construido no utilizará informes de un
solo individuo para medir el maltrato en dos generaciones diferentes.
Las personas pueden tener razones para reportar en exceso el maltrato
que experimentaron o subestiman su propio comportamiento violento.
Los estudios bien construidos, por lo tanto, utilizan múltiples medidas
de maltrato, como una combinación de autoinformes, encuestas y registros
oficiales.
Ŷ Definiciones de la destilación de malta. Algunos estudios utilizan
una definición muy amplia de maltrato, que incluso puede incluir términos como
"crianza dura" o "disciplina dura " que no necesariamente se definirían como
maltrato en todas las jurisdicciones de distintos países. Otros estudios solo
analizan tipos específicos de maltrato. Los estudios deben aclarar sus
definiciones (p. ej., frecuencia, gravedad, tipo de maltrato) y aplicarlas
consistentemente para cada generación estudiada.

45
5.- Señale algún factor etiológico diferencial del abandono y del maltrato
físico.
Herrenkohl y cols. (1983), Según estos autores, dado que en los casos
de abandono físico se evidencia una ausencia de habilidades en el cuidado
de los niños y un desconocimiento de sus necesidades, etc,… Plantearon la
hipótesis de un “síndrome de apatía” o de falta de motivación en los progenitores,
que se manifiesta en un rechazo por satisfacer las necesidades de la familia, en la
inadecuada supervisión de los niños, en la ausencia de cuidados médicos, etc. Se
puede pensar que en los casos de abandono físico el niño, aunque actúe, no
“participa” en la interacción y, haga lo que haga, no estimula ni motiva ningún tipo
de comportamiento en los padres.
Estos planteamientos correlacionan con algunos resultados de
investigaciones basadas en hipótesis de tipo cognitivo. Según estas, parece
ser que los padres negligentes no manifiestan el mismo tipo de reacciones
de irritación ante estímulos estresantes que los padres maltratadores físicos
y, sin embargo, se acercan a las puntuaciones del grupo comparación de la
población general (Bauer y Twentyman, 1985).
Larrance y Twentyman (1983) en un estudio detectan que las madres
negligentes presentan distorsiones cognitivas similares a las de las madres
maltratadoras físicas, pero mucho menos intensas, que se centran en una
percepción negativa del niño y en atribuciones internas y estables de sus
comportamientos negativos. En el caso de las madres negligentes se trata
de atribuciones y distorsiones más crónicas que provocan un “único patrón
de respuesta” independiente del tipo de comportamiento del niño.
Los padres negligentes no responden socialmente a las situaciones
ambientales. Que los hijos se comporten de manera positiva o negativa, con
éxito o con fracaso no afecta a las atribuciones que los padres hacen de tales
conductas. El comportamiento de los padres negligentes a la hora de afrontar
los problemas no es la irritabilidad ni la agresión, sino la evitación
(Wolfe,1985).
Autores como Factor y Wolfe (1990) consideran que en los casos de
abandono físico es muy importante el grado de psicopatología parental.
Pero los estudios al respecto sólo confirman esta hipótesis sobre el
abandono, en los casos que existe presencia de retraso mental y no en
cuanto a la presencia y severidad de otro tipo de síntomas psicopatológicos.

46
No se observa ningún patrón de personalidad en los padres
maltratadores (Chaffin, Kelleher y Hollenberg, 1996; Pianta, Egeland y
Erickson, 1989). Aunque algunas investigaciones relacionan el maltrato
infantil con la depresión y ansiedad en los padres (Zuravin, 1988; Éthier,
Lacharité y Couture, 1995).
La toxicomanía no es una variable predictora del abandono físico
infantil, información que contrasta con las investigaciones de Kelleher y cols.
(1994), que informa de unas tasas elevadas de desórdenes de consumo de
drogas en padres negligentes.
La negligencia es una falta de responsabilidad parental que ocasiona
una omisión ante aquellas necesidades de los niños para su supervivencia y
que no son satisfechas temporal o permanentemente por los padres,
cuidadores o tutores. Comprende una vigilancia deficiente, descuido,
privación de alimentos, incumplimiento de tratamiento médico, impedimento
a la educación, etc.
El maltrato físico.- Este tipo de maltrato abarca una serie de actos
perpetrados utilizando la fuerza física de modo inapropiado y excesivo. Es decir, es
aquel conjunto de acciones no accidentales ocasionados por adultos (padres,
tutores, maestros, etc.) que originan en el niño un daño físico o enfermedad
manifiesta. Aquí se incluyen golpes, arañazos, fracturas, pinchazos, quemaduras,
mordeduras, sacudidas violentas, etc.
Existen diferencias significativas entre el abandono físico, y la de maltrato
físico, puesto que en el maltrato físico observamos el consumo actual de drogas y/o
alcohol por parte del/os cuidador/es (principalmente, el consumo de alcohol por
parte del padre/cuidador), aspecto que supone un grave riesgo para el cuidado y
atención del/os menor/es.
Existen diferencias significativas entre las tipología de abandono emocional
y la de maltrato físico, puesto que al igual que en el abandono físico, en el abandono
emocional no existe consumo drogas y/o alcohol ni historia previa de
abuso/dependencia en los padres/cuidadores.
Chaffin, Kelleher y Hollenberg, en un estudio realizado en el año 1996 no
hallaron diferencias significativas entre el abandono físico y el maltrato físico. Sus
resultados demostraron que el consumo de drogas predice a un nivel
estadísticamente significativo tanto los malos tratos físicos como el abandono físico
infantil.

47
Unidad Didáctica 6
ALTERACIONES PSICOPATOLÓGICAS
ASOCIADAS AL MALTRATO INFANTIL
Cuestionario de Evaluación

1.- ¿Podría existir algún tipo de relación entre el estrés y la ocurrencia de


maltrato al menor? Razone la respuesta.

La teoría del estrés y del afrontamiento de Hillson y Kuiper (1994): explica


cómo los diversos niveles de estrés en los tutores o padres pueden
incrementar el trato coercitivo hacia su hijo.
Parte de la premisa de que todo sujeto se enfrenta permanentemente
a situaciones difíciles derivadas de su propio comportamiento, del
comportamiento de las personas con quienes interactúan y del ambiente en
que se desarrolla, poniendo especial énfasis en las formas en las que
enfrentan el estrés.
Los elementos que componen esta teoría son los posibles factores
de estrés, de los padres, del niño y situacionales; la evaluación cognitiva
primaria, que determina la naturaleza estresante o no de los factores
antecedentes, y secundaria, que establece los recursos internos y externos
de que dispone el cuidador para afrontar el estrés; los componentes del
afrontamientos- tendencias disposicionales y respuestas-, y la conducta del
cuidador: adaptativa, negligentes o abusiva.
Según estos autores, las evaluaciones y estrategias de
afrontamientos basadas en las emociones y su desahogo pueden ser
desadaptativas y conducir al maltrato físico.
Con la teoría del estrés y del afrontamiento de Hillson y Kuiper, citada,
podemos agregar los factores de estrés que tiene el padre considerando los
recursos internos y externos que dispone el padre para afrontar el estrés,
que en el caso de no afrontarlos de la manera adecuada, puede reaccionar
el padre de manera violenta.

48
El modelo de Hillson y Kuiper estable que las estrategias de
enfrentamiento, que utilizan generalmente los padres, desempeñan un papel
fundamental en la determinación de los malos tratos físicos y abandono de
sus hijos.
La teoría la componen cuatro elementos principales, entre los que se
incluyen los posibles factores de estrés (parentales, del niño y ecológicos),
las evaluaciones cognitivas (primaria y secundaria), los componentes del
afrontamiento (disposiciones y respuestas) y las conductas del cuidador
(facilitativa, negligente y abusiva).
Hillson y Kuiper reconocen la naturaleza multi determinada del
maltrato infantil y su teoría propone que muchos de los factores parentales,
del niño y ecológicos identificados como antecedentes del maltrato (por
ejemplo, desempleo, psicopatología parental o temperamento difícil del niño)
se pueden considerar como factores posibles de estrés.
Sin embargo, los factores antecedentes no son clasificados como
compensadores o potenciadores, sino que será su evaluación cognitiva por
parte del cuidador la que determine, en gran medida, su estatus positivo o
negativo.
Por consiguiente, un mismo factor puede ser evaluado de formas muy
diferentes, provocando interacciones muy distintas entre los cuidadores y
sus hijos.
Este modelo sugiere que es importante tener en cuenta tanto la
evaluación primaria de los posibles factores de estrés como la evaluación
secundaria de los recursos con que se cuenta para afrontar dichos factores.
La evaluación cognitiva primaria determina la naturaleza, estresante o no
estresante, de los factores antecedentes.
Cuando la disfunción se produce a unos niveles moderados el
maltrato puede adoptar la forma de abandono, mientras que unos niveles
más severos de disfuncionalidad probablemente implicarán malos tratos
físicos.

49
2.- Refiera algunos problemas metodológicos vinculados con la
investigación psicopatológica desarrollada en el contexto del maltrato
infantil.

Problemas metodológico vinculado a la hipótesis de maltrato


intergeneracional.
Hay estudios basados en su gran mayoría en historias de casos
clínicos, que se reducían notablemente debido a los numerosos problemas
metodológicos que presentaban, entre los que se incluían el uso de
muestras no representativas, la ausencia de grupos de comparación y
la carencia de criterios formales para términos como "historia de maltrato"
y "maltrato actual".
El estudio llevado a cabo por Steele y Pollock (1968) nos proporciona
un buen ejemplo de ello.
Este informe se encuentra entre los más ampliamente citados, a pesar
de la advertencia de los autores de que el "estudio del grupo de padres
utilizado no debe considerarse como una prueba estadística útil de ningún
concepto".
En este estudio, los autores señalan que todos los padres, en
observación psiquiátrica por las lesiones no accidentales que causaron a sus
hijos, recrearon las prácticas que experimentaron en su propia infancia.
Sin embargo, , también se señala que algunos padres afirmaron que
"nunca le habían puesto la mano encima al hijo", lo que deja un amplio
margen de incertidumbre acerca de lo que se entiende por las prácticas
educativas experimentadas que estaban siendo recreadas.
Posteriormente, Steele y Pollock amplían este punto afirmando que
"todos los padres habían experimentado en su infancia un sentimiento
generalizado de continuas e intensas exigencias de sus padres", lo que aleja
notablemente esta definición lo que implica habitualmente la hipótesis
intergeneracional.

50
3.- Mediante la utilización de un cuadro sinóptico, indique la interrelación
existente entre los subtipos de maltrato y las alteraciones
psicopatológicas asociadas a estos.

Abuso físico:
-Daño directo al cuerpo de un niño
Alteración psicopatológica
¾ Niño temeroso y siempre a la defensiva.
Abuso emocional (maltrato psicológico)
- incluye restricción del movimiento, rechazo, amenaza, degradación
y humillación o tratamiento hostil y patrones de menosprecio- origina culpa,
miedo, discriminación o ridiculización, provoca una dimensión narcisista de
odio y amenaza al sentido del yo.
-Alteración psicopatológica
¾ Operan sobre el sentido de valor o bienestar del niño y
también encarnan las experiencias de pérdidas repetidas en
las relaciones primarias, depresión, estrés postraumático y
fobia social
Abandono emocional
- padres no proporcionan sentimientos de ser amados, queridos, seguros
y dignos.
Alteración psicopatológica
¾ Relaciones sexuales tempranas, vulnerabilidad para desarrollar
una depresión mayor, distimia y/o fobia social en edad adulta.
Negligencia
- Maltrato más común, no dar al niño alimentos, ropa o refugio, higiene…
Alteración psicopatológica
¾ -Traumas y factores de estrés, Trastorno de Apego Reactivo:
comportamiento inhibido, donde el niño raramente, o muy pocas
veces, busca consuelo o se deja consolar, alteración social y
emocional con episodios de irritabilidad, tristeza o miedo.
Abuso sexual:
acto sexual con un niño, inducir o coaccionar a un niño a un acto sexual.
Alteración psicopatológica
¾ temores, fobias y ansiedad, trastornos del estado de ánimo y de
alimentación, rendimiento escolar alterado, trastornos del sueño o
pesadillas, enuresis o encopresis, comportamiento sexual de riesgo.
Violencia parental
Violencia del padre hacía la madre que consecuencias psicológicas muy
negativas en el bienestar y desarrollo psicológico del menor.
Alteración psicopatológica
¾ La violencia doméstica se asociaba con un retraso significativo en el
desarrollo intelectual del niño, así como problemas de ansiedad,
depresión y somatizaciones.

4.- ¿Considera que las situaciones de maltrato podrían inducir efectos


negativos sobre la salud física del niño? Razone la respuesta.

51
El maltrato infantil es un comportamiento que está fuera de las normas
de conducta e implica riesgo sustancial de causar daño físico o emocional a
un niño.

Independientemente de las secuelas físicas que desencadena


directamente la agresión producida por el abuso físico o sexual, todos los
tipos de maltrato infantil dan lugar a trastornos conductuales,
emocionales y sociales.

En los primeros momentos del desarrollo evolutivo, se observan


repercusiones negativas en las capacidades relacionales de apego y en
la autoestima del niño, así como pesadillas y problemas del sueño,
cambios de hábitos de comida, pérdidas del control de esfínteres,
deficiencias psicomotoras y trastornos psicosomáticos.

En escolares y adolescentes encontramos: fugas del hogar,


conductas autolesivas, hiperactividad o aislamiento, bajo rendimiento
académico, deficiencias intelectuales, fracaso escolar, trastorno
disociativo de identidad, delincuencia juvenil, consumo de drogas y
alcohol, miedo generalizado, depresión, rechazo al propio cuerpo,
culpa y vergüenza, agresividad, problemas de relación interpersonal.

Por lo general, se reconocen 4 tipos de maltrato: maltrato físico, abuso


sexual, maltrato emocional (abuso psicológico) y descuido.

Las causas del maltrato infantil son variadas, a menudo, el maltrato y


el descuido se asocian con lesiones físicas, retraso del crecimiento y el
desarrollo y problemas mentales.

El diagnóstico se basa en los antecedentes, el examen físico y a veces


las pruebas de laboratorio y el diagnóstico por la imagen.

El tratamiento incluye el registro y el tratamiento de cualquier lesión y


trastornos físicos y mentales urgentes, notificación obligatoria a organismos
estatales apropiados y, a veces, hospitalización o guarda sustituta, para
mantener seguro al niño.

52
5.- ¿De qué modo cree que el maltrato en la infancia determina la aparición
de la conducta psicopática en el adulto?

El Maltrato Infantil y sus consecuencias


Ante la dificultad de encontrar estudios que hayan establecido una
relación directa entre el maltrato infantil y la psicopatía, hemos optado por
recurrir a los muy diversos trabajos que han evidenciado las diferentes
consecuencias que el maltrato infantil puede tener sobre la personalidad y la
conducta, lo que nos permitirá extraer algunas conclusiones al respecto de
su relación con el trastorno antisocial psicopático o psicopatía.
Consecuencias psicopatológicas
Encontramos un buen número de estudios que evidencian como el
maltrato infantil puede tener consecuencias irreversibles, ya que a edades
tempranas el cerebro humano está en un proceso de desarrollo y las
experiencias traumáticas pueden afectar al menor tanto a nivel físico como
cognitivo.
En este sentido se pueden observar secuelas cognitivas, altos niveles
de estrés psicosocial, dificultades conductuales y problemas sociales que se
pueden asociar con distintas psicopatologías: conducta antisocial, trastorno
de estrés postraumático, aislamiento social, trastornos de personalidad,
esquizofrenia, consumo de drogas y delincuencia, conductas suicidas y
trastornos de ansiedad y depresión.
Consecuencias según el tipo de maltrato
El maltrato físico, emocional o sexual parece tener repercusiones más
graves que el maltrato por negligencia o abandono, ya que las acciones más
directas de maltrato podrían ejercer una mayor influencia que la falta de
atenciones o la no satisfacción de necesidades básicas.
Otros estudios afirman una peor salud mental en víctimas de abuso
sexual infantil que en otros tipos de maltrato, aumentándose hasta cuatro
veces la probabilidad de desarrollar trastornos de personalidad en estas
víctimas que en el resto.
Para Johnson y cols. (1999), es destacable la asociación de riesgo de
trastorno límite en víctimas de abuso sexual y de trastorno antisocial en el
maltrato físico.
Por otra parte trabajos como los de Tricket y cols. (2001), establecen
una relación directa entre la experiencia del abuso y sus consecuencias.
Factores como la duración del abuso, el grado de violencia, la figura paterna
como maltratador, o la precocidad en el abuso, determinan la gravedad del
diagnóstico.
Otros estudios relevantes
Para Cleckley (1976), las características de una persona con una
conducta psicopática, como pueden ser la ausencia de remordimientos, la
incapacidad de amar, la ausencia de reacciones afectivas básicas y el
comportamiento irresponsable, son las mismas características que se

53
pueden encontrar en una persona que ha sido maltratada durante su
infancia.

Otras conclusiones interesantes son las extraídas por Adrian Raine


(2000), quien establece cómo el conflicto familiar puede convertirse en
predictor del comportamiento delictivo y del carácter agresivo y antisocial.
También lo son las de Chapman y Scott. (2001), que evidenciaron
cómo las experiencias de abusos infantiles incrementan en un 30% el riesgo
de ser maltratador en la edad adulta, convirtiendo así el abuso en una
conducta aprendida.
La mediación genética
De una especial relevancia es el estudio realizado por Caspi A, et al.
(2002) en relación a la predisposición genética relacionada con la conducta
antisocial. Estos autores encontraron un polimorfismo funcional en el gen
que codifica una enzima cerebral implicada en la respuesta a situaciones
aversivas y vinculada al comportamiento violento.
Esta enzima podría ejercer un efecto moderador sobre los efectos
ambientales del maltrato, ya que los niños maltratados con altos niveles de
esa enzima eran menos propensos a desarrollar una conducta antisocial en
su vida adulta.

El Maltrato Infantil como predictor de la Psicopatía adulta


Tras todo lo analizado anteriormente, parece evidente que el
ambiente socio-familiar conflictivo y el maltrato en la infancia son factores
determinantes en la conducta antisocial adulta, incrementando de
manera notable el riesgo de padecer en el futuro un trastorno de la
personalidad, y en particular un trastorno psicopático.

Cabe también destacar que es el maltrato físico y el de carácter sexual


el que se percibe como un mayor predictor para el desarrollo posterior de
este tipo de trastornos.

En cualquier caso, es igualmente evidente que no puede establecerse


una relación estable de tipo causa-efecto entre las situaciones de maltrato
en la infancia y el trastorno antisocial/psicopático.

Esta variabilidad podría ser explicada en gran parte (aunque no en su


totalidad) por la existencia de una predisposición genética vinculada al
genotipo que podría actuar como factor modulador entre ambas variables.

54
6.- Lleve a cabo un resumen de los factores de riesgo asociados a los
trastornos mentales en niños y adolescentes abusados y establezca los
más determinantes en base a los estudios analizados.

Diversas investigaciones de tipo clínico sobre las consecuencias


estructurales y funcionales del maltrato infantil sobre el sistema nervioso
central describen cambios intrínsecos, que afectan principalmente a
neurotransmisores, hormonas neuroendocrinas y indicadores neurotrópicos,
muy implicados en el desarrollo normal del cerebro.
Los principales cambios observados son la pérdida acelerada de
neuronas, retrasos en el proceso de mielinización, anormalidades en el
desarrollo apropiado de la poda neuronal, inhibición en la neurogénesis o
estrés inducido por indicadores de crecimiento cerebral.
A pesar de la probabilidad de estos problemas y modificaciones
cerebrales no todos los menores maltratados desarrollan este tipo de
dificultades, siendo moduladas por diversas variables (tipo de maltrato, sexo
del menor, recurrencia,…).
Los efectos del maltrato infantil sobre las diversas estructuras
cerebrales no son claros, ya que no se describen en todas las
investigaciones, y cuando aparecen son en muchas ocasiones, sutiles y
matizables 1.
Lansford y colaboradores 2 realizaron un estudio prospectivo a lo largo
de 12 años, observando que el 74% de los adolescentes que habían sufrido
maltrato físico presentaron algún problema de conducta frente al 43 % de los
chicos que no habían sufrido maltrato físico.
Además, presentaron más de tres problemas de conducta el 21% de
los niños con maltrato frente al 7% del grupo que no recibió abuso físico.
Las chicas que sufrieron abuso físico o sexual más probablemente
podían presentar conductas agresivas (Odds ratio (OR) 7,1), depresión (OR
7,2), ansiedad (OR 9,3) o estrés postraumático (OR 9,8) 3.
Otra consecuencia a largo plazo es la violencia transgeneracional, un
niño maltratado tiene alto riesgo de ser perpetrador de maltrato en la etapa
adulta a su pareja o a sus hijos. Un metaanálisis publicado en Lancet (2000)
encuentra evidencia de que existe continuidad intergeneracional del abuso
infantil, el Riesgo Relativo de transmisión del abuso de una generación a otra
es de 12,6 (95% IC: 1,82 - 87,2) 4.
.

1
Mesa-Gresa P, Moya-Albiol L. Neurobiología del maltrato infantil: el “ciclo de la
violencia”. Rev Neurol. 2011;52:489-503.
2
. Lansford J, Dodge KA, PettetGS, et al. A 12-year prospective study of the long-
term effects of early child physical maltreatment of psychological, behavioural,
and academic problems in adolescence. Arch Pediatr Adolesc Med
2002;156:824-30.
3
Wolfe DA, Scott K, Wekerle C, et al. Child maltreatment: risk of adjustment
problems and dating violence in adolescence. J Am Acad Child Adolesc
Psychiatry 2001;40:282-9.
4
Ertem IO, Leventhal JM, Dobbs S. Intergenerational continuity of child physical
abuse. How good is the evidence? Lancet 2000;356(9232):814-9.

55
7.- Describa de forma amplia un caso clínico real o hipotético
correspondiente a la categoría de “Trastornos relacionados con traumas
y estresores” (DSM-5), que haya ocurrido en un contexto de abusos a
menores, y desarrolle las siguientes cuestiones centrándose en el caso
descrito y tomándolo como referencia:
a) Diagnóstico (tipo de trastorno) y características clínicas del caso

CASO CLÍNICO Se describe el caso clínico de un paciente de 18 años


de edad, quien acudió a consulta por presentar convulsiones y dificultad para
caminar (se arrastraba). Cabe destacar que este adolescente fue víctima de
abuso sexual a los 14 años de edad y a partir de entonces comenzó a
sentirse abatido, irritable y con llanto fácil. Ocultó lo ocurrido a su familia y a
los 2 meses del suceso hizo una crisis convulsiva, por lo cual comenzó a ser
atendido por el neurólogo, quien le indicó los estudios neurofisiológicos
pertinentes, cuyos resultados fueron negativos. Posteriormente fue valorado
por los especialistas en psiquiatría infantil, quienes le diagnosticaron crisis
convulsivas disociativas. Realizó múltiples intentos suicidas mediante varios
métodos, como la ingestión de tabletas y el ahorcamiento. Por otra parte,
amenazaba constantemente a la madre con quitarse la vida y, desde
entonces, era atendido por dichos especialistas. Comenzó a observarse una
mejoría notable y a manifestarle a la madre que tenía un secreto y que en
cualquier momento se lo comunicaría. Ante el reencuentro con el agresor un
día en la calle, entonces le contó a su progenitora que había sido violado y
agredido por ese hombre bajo amenaza de muerte y que por esa causa era
que se sentía mal. Luego de esto continuó haciendo crisis caracterizadas por
autorreproches, ideación suicida, sentimientos de inferioridad, ya que creía
ser señalado por los demás, con afectación de los intereses y atrofia muscular,
pues dejó de caminar y refería que era un reptil y que no valía nada. Su
retraimiento se acentuó, dejó de ir a la escuela y abandonó sus hábitos
higiénicos, no quería bañarse ni cepillarse los dientes, de modo que fue
ingresada en el Hospital para realizar estudio, indicar tratamiento, así como
caracterizar el efecto de esta experiencia traumática en su personalidad.

b) Factores etiológicos y de riesgo asociados.

-Esfera personal: se caracterizaba por ser sociable, comunicativo y


optimista. Vinculado a estas características subyacía una autovaloración
inadecuada, pues manifestaba sentimientos de culpa, dependencia emocional
y marcados rasgos de inseguridad producto al conflicto.
En su relación consigo mismo presentaba baja autoestima, minusvalía
y autorreproche; con los demás, retraimiento y hostilidad; con las cosas,
reducción de sus intereses habituales y se interesaba por todo lo relacionado
con la cultura satánica.

c) Evaluación del caso. Indique y describa los instrumentos más


adecuados.
Estudio psicológico
- Esfera familiar: en aquel momento convivía con su madre y su
padrastro. Las relaciones familiares eran buenas y la dinámica familiar
funcional. Contaba con red de apoyo familiar.

56
- Esfera escolar: comenzó el círculo infantil a los 5 años de edad, con
buen desarrollo en el aprendizaje. Sus relaciones con compañeros y
profesores eran adecuadas. Terminó el décimo grado con dificultad (período
donde ocurre la noxa). Comenzó a estudiar técnico medio en gestión
ambiental y obtuvo buenas calificaciones.
-Esfera sexual: tuvo su primera relación sexual a los 12 años y fue
satisfactoria. Sus relaciones de pareja eran inestables hasta los 14 años (edad
en la que ocurrió el trauma) y luego hizo rechazo a cualquier tipo de relación.
- Esfera de las relaciones interpersonales: desde pequeño tuvo muchos
amigos con quienes le gustaba escuchar música y conversar. Después del
trauma se aisló por completo y rechazaba a sus amistades. Comenzó a oír
música rock, a tatuarse todo su cuerpo con figuras satánicas, a pintar todas
las paredes de su cuarto con figuras que representan al diablo y a manifestar
apatía total ante las cosas.
Diagnóstico psicodinámico. Coeficiente intelectual normal bajo, gran
desequilibrio emocional e insuficiente desarrollo de los recursos
personológicos; asimismo, presentaba una percepción conflictiva de la
realidad, manifestaba rasgos de inestabilidad emocional, baja tolerancia a
frustraciones y una autovaloración inadecuada por subvaloración, ligada a
rasgos de inmadurez e impulsividad.
Examen psiquiátrico al ingreso Aparentaba la edad cronológica y se
observaron en él las características siguientes: descuido evidente de los
hábitos higiénicos y estéticos, cooperación durante la entrevista, lentificación
del pensamiento, marcada ideación suicida y de persecución, amnesia
lagunar, hipotimia, ansiedad, disforia, insomnio global, anorexia, intentos
suicidas, gestos suicidas, aversión al sexo, hipobulia, dificultad para caminar.
Datos positivo al examen físico: ligera atrofia muscular

d) Tratamiento psicológico de elección. Justifique y razone la


necesidad o no de un tratamiento farmacológico

Como parte de la intervención psicológica recibió psicoterapia de


apoyo, psicoterapia breve de actitudes, hipnoterapia y se le aplicaron
técnicas de relajación, intervención social, rehabilitación física y
reincorporación al medio.

El paciente se encontraba descompensado debido a la noxa, (factores


o elementos, tanto del medio exterior como del propio organismo, cuya
presencia altera la Homeostasis y puede causar alteración o una
enfermedad.
Las noxas pueden identificarse según su origen en biológicas,
químicas, físicas, sociales y psicológicas) de manera que resultan
insuficientes las herramientas psicológicas que posee. Todo ello se debe a
la presencia de una personalidad patológica de afecto.

Se indicó cloropromacina de 50 mg (cada 8 horas por vía parenteral


durante 5 días) y luego tioridazina de 25 mg (cada 8 horas) hasta el alta.

Se mantuvo con este tratamiento de forma ambulatoria.

57
Unidad Didáctica 7
EVALUACIÓN Y TRATAMIENTO DEL
ABUSO INFANTIL
Cuestionario de Evaluación

1.- Analice la eficacia de los programas de intervención centrados en el


hogar para reducir la ocurrencia y evolución del abuso infantil.

La implicación de la familia es fundamental para reducir la ocurrencia


y evolución del abuso infantil, y los resultados de los estudios realizados han
demostrado que los padres son un instrumento eficaz para la prevención del
abuso infantil.

Wurtele (1991),aplicó un programa de prevención contra el abuso


sexual infantil, con padres de clase media, demostrando que los padres
pueden ser unos instructores eficaces, cuando se utiliza un programa
apropiado desde un punto de vista evolutivo.

Cuando se utiliza un programa conductual los padres pueden enseñar


habilidades preventivas a sus hijos; así la interacción padre-niño puede
ayudarles a dominar y conservar la habilidad para la revelación respecto a
las señales de abuso.

Los niños que participan en programas aplicados por los propios


padres (hogar), reconocen mejor las peticiones de tocamientos inadecuados
y presentan unas habilidades superiores de afrontamiento que los niños que
asisten a programas dirigidos en el aula por el profesor.

La intervención centrada en el hogar contra el maltrato infantil adecúa


su contenido a las circunstancias de los que conviven en entornos donde se
produce violencia de género y a algunas de las formas de violencia sobre las
niñas (mutilación genital femenina y matrimonios forzados) que tienden a
producirse en el ámbito familiar, implicando para ello a las diferentes

58
Administraciones, instituciones, organismos y entidades que trabajan con la
infancia.

Un protocolo de actuación en casos de maltrato infantil debe englobar


medidas que garanticen la coordinación de las actuaciones de las
instituciones competentes respecto a la atención global a las víctimas en las
siguientes áreas básicas de intervención social:

1. Detección.
2. Notificación
3. Valoración
4. Intervención y tratamiento
5. Evaluación y seguimiento del caso

La especial situación de vulnerabilidad en la que se encuentran los


niños, niñas y adolescentes que conviven en un entorno donde existe
violencia de género hace necesaria una atención específica también con los
propios padres en el ámbito familiar, ya que son víctimas de maltrato en
cualquiera de sus tipologías, por considerar que son nocivas para su
bienestar y desarrollo.

En este punto es importante destacar que la atención especializada


que precisan los hijos e hijas de las mujeres víctimas de violencia de género,
si bien requiere de un tratamiento adecuado a sus circunstancias personales,
también ha de realizarse junto al proceso de recuperación de sus
madres, lo que exige como condición necesaria y prioritaria la coordinación
entre los servicios de atención a la infancia y los servicios de atención a las
mujeres víctimas de violencia de género.

El objetivo de estos protocolos de intervención en el ámbito familiar


es también garantizar unos estándares mínimos en la atención e intervención
a los niños víctimas de maltrato, independientemente de su sexo, raza,
discapacidad, condición social o ubicación territorial.

59
2.- Si aplicamos una intervención psicológica basada en el modelo
ecológico sobre maltrato:

a) Establezca los objetivos de la intervención.

El MODELO ECOLÓGICO propuesto por J. Belsky (1980) representa


un enfoque completo, y que refleja con exactitud el complejo entramado de
factores (y sus interconexiones) que se encuentran en el origen y evolución
del problema el cual tiene en cuenta diferentes factores de riesgo
psicosociales (familia, comunidad, factores culturales e interacciones del
individuo) para explicar el maltrato (Wilson, Hayes, Bylund, Rack & Herman,
2006, citado en Bolívar & Convers, 2012; Belsky, 1993).

Los objetivos se establecerían mediante la implementación de un


programa de resiliencia como un proceso multifacético, en el que la persona
estaría presente de forma activa y comprometida en un contexto social y
relacional, y que ésta se constituye a través de su habilidad para construir
un sentido resiliente de sí mismo en relación con las dinámicas violentas y
controladoras de su vida familiar.

Siguiendo esta perspectiva, los objetivos de la intervención se


centrarían principalmente en apoyar al menor mediante diferentes
actividades creativas y emocionales, en mejorar las fortalezas que se
construyen cuando la violencia está presente, en entender sus efectos en su
vida cotidiana, sus implicaciones relacionales y las habilidades y estrategias
de afrontamiento.

Se intenta trabajar estas fortalezas y superaciones para que lleguen


a ser útiles para ellos, además de comprender cómo podrían adaptarse para
facilitar el manejo de conflictos y desafíos en contextos no violentos.

60
b) Indique el programa de tratamiento que llevaría a cabo.

Programa de resiliencia con diferentes sesiones como tratamiento que


tendrían como objetivo permitir a los jóvenes crear seguridad y confianza
(tanto en sí mismos como en los demás), explorar, compartir y desarrollar
estrategias de afrontamiento, cuestionar los mitos y profecías autocumplidas
sobre la violencia doméstica y abordar los temores de la transmisión
intergeneracional de la violencia, crear una autoidentidad positiva y prever
un futuro potencial positivo, fomentar las relaciones de cuidado y el apoyo
social, y afrontar los finales y las experiencias de pérdida.

El programa de tratamiento se diseñaría en base a los siguientes


puntos:

1º) Dar sentido a la violencia y a la adaptación, al objeto de identificar


y aumentar la capacidad de afrontamiento y resiliencia, con el fin final de
entender mejor el sentido de las respuestas de los menores a situaciones de
violencia.

2ª) La violencia ocurre en un entorno físico y relacional, en este punto


se pretende hacer entender que las respuestas a la violencia siempre deben
ubicarse y entenderse dentro de múltiples niveles contextuales, desde una
perspectiva relacional, contextual y personificada, que se consigue a través
de enfoques terapéuticos sistémicos, creativos y narrativos.

3ª) Afrontamiento, la resistencia y la resiliencia como experiencias


creativas, se enfatiza la capacidad de los sujetos vulnerables a adaptarse de
manera creativa a las experiencias adversas, y se trabajaría a través de
técnicas como bailes, música, dibujo, actuaciones, etc., que permiten
explorar las emociones y relaciones como experiencias encarnadas.

4ª) Enfoque centrado en los recursos, tiene como objetivo destacar


los recursos, habilidades y capacidades del grupo vulnerable, evitando
adoptar un enfoque patológico, de esta manera, se les permite hablar de sí
mismos, reposicionar su sentido del yo, de las relaciones y los sistemas
familiares.

61
5ª) Enfoque relacional y centrado en la emoción, se centraría en cómo
se habían experimentado las emociones en el pasado y cómo se vivían, en
vez de utilizar técnicas de entrenamiento de la emoción.

62
3.- ¿Cuáles son las principales técnicas de tratamiento para padres en los
casos de abandono (negligencia)?

Como señalan Graziano y Mills (1992), la intervención en los casos


de abandono se ha centrado casi exclusivamente en los padres, partiendo
del supuesto general de que los padres son los responsables de los malos
tratos, y consiguientemente, son quienes deben cambiar. Por tanto, si la
intervención tiene éxito, mejorará la calidad de vida del niño.

El tipo de tratamiento que se lleva a cabo con familias negligentes


depende de varios factores:

a) Si se trata de un problema crónico o es fruto de una crisis.


b) Si se producen simultáneamente conductas de maltrato físico o no.
c) Si los factores que provocan la negligencia son de índole individual
y familiar, o de carácter psicosocial o contextual.
En general, los objetivos de los programas de tratamiento en relación
con los padres negligentes se centran en:

Proporcionar apoyo emocional y hacer de «padre de los padres». Los


padres negligentes suelen ser psicológicamente inmaduros, en general
como consecuencia de la falta de cuidados, estimulación y afecto que
recibieron en su propia infancia. Por ello, necesitan primero tener la
experiencia de sentirse cuidados y queridos, para poder ser capaces de
cuidar y dar afecto a sus propios hijos.

Reforzar la percepción de sus propias capacidades y su autoestima.

Modelar habilidades para enfrentarse de manera eficaz a los


problemas cotidianos y a las dificultades en la relación con sus hijos.

Enseñarles habilidades para el control y el manejo de la conducta


infantil.

Enseñarles habilidades de manejo del hogar, incluyendo la economía


doméstica.

Enseñarles habilidades para el cuidado físico de los niños.

Conseguir un funcionamiento familiar sano: reasignación de roles,


establecimiento de límites intergeneracionales claros, fomento de la
comunicación entre los miembros de la familia, corrección de las

63
percepciones disfuncionales de los padres en relación a sí mismos y a sus
hijos, y ayudar a los padres a adquirir un rol de mayor autoridad en la familia.

Enseñarles habilidades sociales.

Lograr un máximo aprovechamiento por parte de la familia de los


recursos comunitarios y de las redes informales de apoyo.

Uno de los objetivos de los programas de tratamiento en relación a los


padres negligentes es enseñar a educar a los niños. El tratamiento suele
iniciarse intentando que aumenten las interacciones positivas y las
experiencias gratificantes entre los padres y los hijos. A través de la
utilización de modelos, es posible mostrarles a los padres cómo han de
desempeñar su papel, cómo han de participar en las actividades cotidianas
y cómo pueden fomentar una conducta adaptativa. También hay que
enseñar a los padres cómo expresar la frustración y el enfado sin llegar al
maltrato y la amenaza. La finalidad es que poco a poco los padres vayan
sustituyendo la apatía o el castigo físico por actitudes más positivas. En el
inicio del tratamiento, también en conveniente, enseñar a los padres
métodos de disciplina efectivos, analizando con ellos, el objetivo de estos
métodos, sus límites, sus formas y sus problemas.

Las estrategias cognitivas también son útiles en el tratamiento para


padres negligentes. Es importante que sepan cómo sus ideas acerca de
otras personas y situaciones pueden influir en su comportamiento. Hay que
lograr que los padres sustituyan sus creencias e ideas erróneas por otras
más adecuadas, lo cual es un gran desafío.

Para finalizar, las intervenciones en el entramado social o


intervenciones de apoyo social pretenden movilizar o modificar el apoyo
disponible para las personas que lo necesitan y/o alterar la naturaleza y
estructura del entramado social. El objetivo es remediar la negligencia o
abandono de los hijos mediante el fortalecimiento de los sistemas informales
de apoyo a la familia (por ejemplo, grupos de ayuda mutua o vecinos),
mediante el entrenamiento en habilidades sociales.

64
4.- A partir de un caso real o hipotético de maltrato físico, establezca un
protocolo de evaluación del problema.

Un protocolo de actuación en casos de maltrato infantil debe englobar


medidas que garanticen la coordinación de las actuaciones de las
instituciones competentes respecto a la atención global a las víctimas en las
siguientes áreas básicas de intervención social:
1. Detección. “reconocer o identificar la existencia de una posible
situación de maltrato infantil”. La detección debe ser lo más precoz posible y
tiene que incluir aquellas situaciones donde existe maltrato y también
aquellas situaciones de riesgo en las que pueda llegar a producirse.
Ante cualquier sospecha de maltrato infantil los profesionales de los
distintos ámbitos actuarán de acuerdo con lo establecido en las guías de
detección y notificación del maltrato infantil, sin perjuicio del deber de
denunciar ante la autoridad judicial o el Ministerio Fiscal los hechos, si el
maltrato detectado pudiera ser constitutivo de delito.
2. Notificación. El uso de hojas de notificación promueve la
coordinación interinstitucional, la recogida sistemática de la información y
aumenta la eficacia en la toma de decisiones.
Cada hoja de notificación debe consta de tres copias, que deben
dirigirse a: 1. Una copia para el expediente del menor del ámbito específico
del que se trate. 2. Otra para la intervención social: dirigida a los servicios
sociales de atención primaria en el procedimiento de actuación ordinario y a
la entidad competente en materia de protección de menores en el
procedimiento de actuación urgente. 3. Otra para el centro de registro de
datos de maltrato infantil de la Comunidad Autónoma, a efectos estadísticos.
3. Valoración. La valoración debe realizarse de forma coordinada con
los equipos de orientación psicopedagógica, la policía local y los equipos de
salud, con la recogida de toda la información disponible sobre ese niño y el
análisis interdisciplinar del caso y con el apoyo, en caso necesario, del
Servicio de Protección de Menores y de los servicios de atención a las
mujeres víctimas de violencia de género de la Comunidad Autónoma
correspondiente.
En caso de no constatar el maltrato en la valoración:
• Si no existe otro factor de riesgo, se archivará el caso, comunicando
a la persona o institución que lo notificó los motivos del cierre del mismo.
• Si existen otros factores de riesgo, se adoptará la medida de
protección que más convenga. Esta intervención psicopedagógica se hará
de forma coordinada con los equipos y/o departamentos de orientación y el
pediatra de atención primaria, así como con el médico general o, en su caso,
especialista.
En caso de constatar un maltrato en la valoración, la intervención y su
seguimiento variarán en función del grado de su gravedad y del ámbito de
actuación.
4. Intervención y tratamiento.
5. Evaluación y seguimiento del caso.

65
5.- En relación con las estrategias de intervención centradas en las familias
maltratadoras:

a) Señale los objetivos terapéuticos.


Los objetivos terapéuticos tanto en el trabajo individual o grupal -
psicoterapéutico- con las víctimas permite:
¾ Tratar las situaciones personales que podrían estar
desencadenando las situaciones de violencia (niños/as con
problemas y/o comportamientos que requieren más atención,
más cuidados, más paciencia).
¾ Reparar las consecuencias que la situación de desprotección
crónica ha provocado, prestando especial atención a los
mecanismos disociativos.
¾ Promover la resiliencia (mayormente a través de actividades
normalizadas).
Los objetivos psicoterapéutico- se enfocan en abordar:

¾ La toma de conciencia del problema que representa la


desprotección
¾ infantil para la familia.
¾ Los aspectos del funcionamiento familiar que deben
modificarse para disminuir los factores de riesgo y reforzar los
factores de protección hacia los/as hijos/as
¾ La búsqueda de recursos y la solución de situaciones críticas
que hayan desencadenado o sostenido en el tiempo la
desprotección.
¾ El reconocimiento por parte de los/as adultos/as de las
necesidades básicas.
b) Indique brevemente en qué consisten los programas de
intervención cognitivo-conductual aplicados a dicho contexto.
Las intervenciones terapéuticas de intervención cognitivo-conductual
con niños/as y adolescentes, sean individuales o grupales, permiten
trabajar entre otras las siguientes:
¾ Problemas de límites.
¾ Habilidades sociales.
¾ Comportamientos en los que la persona menor resulta víctima o
agresor/a en las relaciones interpersonales.
¾ La reparación de vínculos intrafamiliares.
¾ La adquisición de habilidades y conductas para calmarse a sí
mismos/as (para autoapaciguarse, autorrelajarse).
¾ Síntomas somáticos.
¾ Problemas escolares de la atención, la concentración,
hiperactividad.
¾ El desarrollo de habilidades relacionadas con el control de sí
mismos/as.
¾ La recuperación de una percepción adecuada de sí mismos/as.

Asimismo, reseñar que la terapia cognitivo conductual es un


tratamiento psicológico a corto plazo que ayuda a modificar los
pensamientos, sentimientos y comportamientos negativos.

66
La TCC suele usarse para tratar la ansiedad y la depresión. La
disponibilidad y los detalles exactos de esta terapia pueden variar de un
país a otro.

Los tratamientos cognitivos-conductuales para niños,


adolescentes y familias deben incluir:
¾ entrevistas a padres, entrevistas familiares o vinculares,
terapia para el niño, individual o grupal, orientación a
padres, trabajo con la escuela y, en algunos casos, el
trabajo conjunto con psicopedagogos, pediatras.
Con estas se busca promover que los pensamientos puedan tener
mayor claridad para así responder de forma efectiva y positiva y se
llevan a cabo mediante sesiones que buscan ayudar a tomar conciencia
de uno mismo y sus pensamientos, sean estos últimos precisos,
imprecisos y/o negativos.

67
Unidad Didáctica 8
PREVENCIÓN DEL MALTRATO INFANTIL
Cuestionario de Evaluación

1.- Defina los siguientes términos clave referidos al abuso y al abandono


infantil:

x Prevención primaria

Se trataría de evitar la existencia de una serie de situaciones sociales,


de promover cambios de actitudes, de modificar algunas formas de relación
social, familiar y económica, etc. que se supone que provocan la aparición
de otra serie de problemas más concretos y específicos, que, a su vez,
provocarían el que determinados sujetos se situaran en una situación de
riesgo concreto para el maltrato infantil. Algunos ejemplos concretos de
actuación los encontraríamos en la reducción de aquellas situaciones que
favorecen el alcoholismo y las toxicomanías, la erradicación de situaciones
de pobreza, la disminución de los embarazos no deseados, la disminución
de situaciones de aislamiento social, la puesta en marcha de programas de
protección social general, etc. Otro tipo de objetivos más centrados en el
ámbito de la protección infantil son la modificación, si es que fuera necesario,
de las actitudes existentes en cada grupo social hacia el castigo físico, la
reducción de las relaciones de violencia en la vida familiar, el conocimiento
de las necesidades de los niños, etc.
x Prevención secundaria

Se centra en el reconocimiento de la existencia de una serie de grupos


sociales, familias o individuos con características que les hace ser
catalogados como "alto riesgo" para desarrollar el problema del maltrato.
La estrategia de prevención secundaria en protección infantil tendría
como objetivo (1) identificar "comunidades" en mayor riesgo y proporcionar
los servicios preventivos a toda la comunidad y/o (2) identificar individuos o
familias en mayor riesgo y promover que tengan acceso a los servicios
preventivos (Oids, Henderson, Chamberlin y Tatelbaum, 1988; Duggan,
Fuddy, Burrell, Higman, McFarlane, Windham y Sia, 2004).
Identificar familias en riesgo implica manejar y aplicar el concepto de
"alto riesgo" que supone asumir la pertinencia de predecir que algunas
personas o familias tienen más probabilidad de tener problemas de
desprotección infantil. Deben tenerse en cuenta dos conceptos claves:
Sensibilidad: la capacidad de seleccionar a todas las personas o
familias que van a desarrollar el problema en el futuro.

68
Especificidad: la capacidad de seleccionar sólo a las personas o
familias que van a desarrollar el problema en el futuro.
x Prevención terciaria

La prevención terciaria, está focalizada en la prevención de las


consecuencias y/o su reducción ante casos ya diagnosticados. Estaría ligada
con el concepto de rehabilitación intentando reducir la duración y la gravedad
de las secuelas que conllevan los actos violentos sobre las víctimas, al igual
que evitar las posibles reincidencias del caso.
En el ámbito del maltrato infantil, la prevención terciaria se encuadra
dentro de los servicios de protección infantil ante un caso investigado y
diagnosticado de desprotección con la finalidad de intervenir bajo el principio
del mejor interés del niño y de garantizar su seguridad e integridad
biopsicosocial reduciendo tanto las secuelas producidas por los malos tratos
como evitar aquellas situaciones potenciales que supongan la reincidencia
de éstos.
La prevención terciaria y el tratamiento a las víctimas de la violencia
tiene una especial importancia para paliar los efectos y secuelas de ésta, sin
embargo, son las estrategias de prevención primaria y secundaria las más
pertinentes para afrontar de manera significativa este fenómeno (Browne y
Saqi, 1988; Costa, Morales y Juste, 1995; Costa y Morales, 1997).
En primer lugar, existe un importante porcentaje de niños y
adolescentes que, aún estando bajo la vigilancia de los servicios de
protección y, por tanto, bajo tratamiento y programas de prevención terciaria,
continúan sufriendo malos tratos por parte de sus cuidadores, algunos de los
cuales alimentan las cifras de mortalidad de la población infantil (Sabotta y
Davis, 1992; Browne, 1988; Browne y Lynch, 1994).
En segundo lugar, gran parte de las consecuencias derivadas de la
violencia y el maltrato al igual que la severidad de los posibles casos pueden
ser paliadas a través de intervenciones más tempranas y con un seguimiento
más cuidadoso y más vinculado a los escenarios de la vida del niño.

69
2.- Refiera las principales aportaciones de los programas de prevención
centrados en el inicio de la conducta abusiva.

Los programas de prevención conllevan a la interacción con las victimas


futuras, y la prevención en los posibles abusadores.

Con los niños hay que llevar a cabo acciones preventivas como las que
siguen:
¾ Hablar con claridad a los niños acerca de los riesgos que los
rodean.
¾ Conversa con los hijos y bríndales confianza.
¾ Los padres deben estar pendiente de las salidas al parque o a
la casa de amigos.
¾ Los niños deben conocer los teléfonos de las personas de
confianza.
¾ Enséñarle a tu hijo que existen partes del cuerpo íntimas y
fortalece su autoestima.
¾ No envíes a tus hijos a hacer mandados solos.
¾ Enséñale a tu hijo la diferencia entre secretos malos y buenos.
¾ Supervisa los sitios web que visitan tus hijos.
¾ Enséñales a tus hijos a no aceptar ‘regalos’ a cambio de
favores.
Los programas están enfocados a que los padres detecten conductas que
pudieran significar el inicio de conductas abusivas hacia el menor, como las
siguientes:
¾ Pesadillas y problemas de sueño.
¾ Desórdenes alimentarios.
¾ Ideas e intentos suicidas.
¾ Cambios en el rendimiento escolar.
¾ Alteraciones del lenguaje y la motricidad.
¾ Aislamiento.
¾ Agresividad.
¾ Miedo generalizado o ante la presencia de determinadas
personas.
¾ Dificultad para expresar sentimientos
¾ Conocimiento y términos sexuales inapropiados para la
edad.

70
3.- Diseñe un programa de prevención secundaria para ser aplicado en
algún caso de maltrato hacia los menores.

PROGRAMA PREVENCION SECUNDARIA

Objetivos.-

¾ Identificación de familias de riesgo.


¾ Reconocer e intervenir en casos de violencia domestica entre
adultos.
¾ Remitir a Salud Mental padres con toxicomanías o trastornos
psiquiátricos.
¾ Información sobre redes de apoyo institucional o no
gubernamental.
¾ Coordinación con trabajador social.
¾ Visita domiciliaria prenatal y hasta los dos años.
¾ Aumentar el número de visitas de seguimiento.
¾ Incrementar capacidades y habilidades en los padres.
¾ Guía Anticipadora
¾ Promocionar las capacidades innatas de los padres.
Promover la estimulación del niño.

71

You might also like