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MT 10) lari, jueves 29 de junio de 2000 Las inquietantes cifras de la pobreza en la Argentina £137 por ciento de la poblacin urbana de la Argentina, que vive en ciudades de més de 5.000 personas, es pobre. ‘Asi sobre 32,7 millones de argentinos, 12 millones de ellos no tienen el ingreso suficiente para comprar una canasta bdsica de bienesy servicios. En la Capital ‘sa canasta para una familia tipo -matrimonio y dos hijos- es de 490 pesos ‘mensuales, Estas cifras oficiales.) indican que la cantidad de argentinos pobres es mucho més elevada que la que se etimaba hasta ahora, tanto a nivel oficial como privado, Fl Banco Mundial la habia calculado en el 29%. Este crecimiento de la pobreza se explica por el alto desempleo, la subocupacién, os propios planes oficiales de empleo transitorio con ayudas de 160 pesos, la cre- ciente pauperizacin de las clases medias y una distribucion de la riqueza cada vee més desigual. Si se incluye la poblacién rural y urbana de ciudades més chicas, la pobreza superaria los 13 millones de personas, porque se considera que en las zonas rrurales la pobreza es, en proporcién, superior a la urbana, En las zonas rurales 5 muy alta la cantidad de familias con necesidades bdsicas insatisfochas, porgue viven en viviendas precarias, carecen de agua potable o tienen un acceso limi~ tado a la educacién, Estas cifras oficiales corresponden a mayo de 1999. Como desde entonces crecié al desempleo y el subempleo, hubo cesantias en muchas provincias y una caida de los ingresos, se estima que abora la pobreza podria acercarse al 40 por cien- to de la poblacién urbana. El norte argentino es la regién con mayores indices de pobreza. En Jujuy, Gran Resistencia, Formosa y Corrientes, supera el 60 por ciento de la poblacién. El re- gistro mds bajo corresponde a Ushuaia y Réo Grande, con el 17,3% de pobres. En la Capital Federal y el conurbano es del 29,8 por ciento, lo que equivale a més de 3,5 millones de personas. En el Gran Buenos Aires ascend al 32,5 por ciento, ‘Ademés, dentro de los pobres, casi la tercera parte -cerca de 4 millones- es indi- gente, lo que significa que no tienen ingresos para comprar apenas la canasta basica de alimentos, sin considerar ningsin otro bien o servicio. La canasta indi- gente en la Capital para una familia tipo es de 220 pesos por mes. En el norte argentino la indigencia tiene cifras alarmantes. En Formosa, alean- za al 27,6 por ciento, en Corrientes al 24,5 por ciento, en Jujuy al 24 por cien- to y en Resistencia al 23,5 por ciento. Si se mide por hogares, el 27,7 por ciento o un poco mas de uno de cada 4 ho- -gares es pobre, Como en los viviendas pobres habitan mds cantidad de personas, el miimero de gente que vive por debajo de la linea de pobreza trepa al 37%. Con més de la mitad de los hogares pobres estin Jujuy (55 por ciento), Resistencia (52,4 por ciento), Formosa (52 por ciento) y Corrientes (50,29). Diario Clarin > EDUCACION ADULTOS 2000 + Edueacion Civea (Clarin, Miéroles 27 de setemsbre de 2000 ‘TRIBUNA ABIERTA Los pobres son prioridad HECTOR VALLE. Economista, presidente de la Fundacién de Investigacion para el Desarrollo, Quizd parezca provocador enunciarlo, pero en las actuales circunstancias no deberta exisir otra prioridad en el uso de los recursos publicos que fortalecer los ingresos de ls pobres, Exe tema, que implica reovientar estructuralmente el gasto del Gobierno, deberta convertirse en cuestion de Estado, Pero no se pueden modificar el contenido y la direccién del gasto piblico desen- tendiéndose del tipo de modelo en el que se articula la sociedad. Si, como ocurre en nuestro pais, el funcionamiento de la economia provoca creciente exclusin social y la condicién salarial se convierte en una entelequia, entre otras causas se advierte que la gestién del gasto ptiblico resulta funcional a esa tendencia, En consecuencia, la gestién del Estado en el plano social no tiene capacidad inte- gradora alguna y termina fosilizando la exclusién. Por ello pensamos, desde siempre, que wna alternativa genuinamente progresista en la gestién del Estado impone la necesidad de una salida ordenada de este modelo, El impactante crecimiento que ha experimentado la pobreza durante el timo quinguenio constituye la obvia contrapartida de la no menos espectacular con- centracién de la riqueza ocurrida en igual lapso. Analizado el tema en perspee- tiva, se advierte que a lo largo de los tltimos cinco aitas el nsimero de pobres en el GBA pasb de 2,5 a 3,54 millones de personas, con un pico notable en el sti- ‘mo aito. Correlativamente, el ingreso del decil superior aumenté en el mismo periodo casi un 10% a costa de una caida superior al 119% en el tramo mds bajo. El eslabin entre ambos fendmenos estd constituido por las politicas econémicas desenvueltas en el contexto de la convertibilidad. Con la estrategia que adopts la Argentina a partir de 1991 -cuyo ee central es el tipo de cambio fijo-, durante las fases en que la economia crece (como en 1996 / 98) dicho crecimiento es siempre acompafiado por una mayor concen- tracién de ingresos y slo por mejoras marginales en materia de empleo. Pero cuando se ingresa en una fase recesiva (como la actual) la depresiin se torna interminable y provoca una fuerte contraccién de los salarios, mayor desempleo estructural y creciente exclusion social. Como algunas de las desdichadas mani- Jfestaciones de la exclusion social, que pueden advertirse en todas las areas surbanas del pats, no silo viene aumentando la pobreza, sino que todavia avan- 2a mds rpido la indigencia. Ambas son resulzantes de fondmenos que se han extendido durante la tltima década: el desempleo de larguisima data en los jefes de hogares; las remunera- ciones que no alcanzan a la mitad de lo necesario para alimentar a una fami- [Edueacion Civica + Nivel A+ PRESENTACION —& 2h lias la evidencia de que en ciertas éreas -como el segundo cordén del GBA- cada vee son mas las familias donde se suceden las generaciones excluidas del empleo formal: el fracaso del Estado en atender adecuadamente la emergencia social. En ese ida y vuelta entre recesin y exclusion que se repite en el ciclo argentino, se provoca un creciente deteriora en las personas y en el proyecto de vida del aiicleo familiar. Es imposible despegar estos problemas de las consecuencias acumuladas por la politica econémica de los 90 que, en lineas generales, el actual gobierno ha hecho suya. Sin embargo, los dignatarios del modelo, a falta de mejores argu- ‘mentos, efalan que el retroceso de los iltimos aitos es consecuencia de no haber realizado las famosas "reformas pendientes’, un lejano espejismo que munca se aleanza por mds presion que se ponga en los ajustes. Desde nuestro punto de vista, a lo que estamos asistiendo desde hace ya un quinguenio es a la conse- cuencia previsible de las “grandes transformaciones” del primer gobierno ‘Menem, 89195, empecando por la ya secular sobrevaluacién del peso y la pér- ida de soberanta monetaria, pero siguiendo por las privatizaciones y la flexi- bilizacién laboral de hecho, entre otras perturbaciones que sofocan cualquier posibilidad de ingresar en el crecimiento sostenido y la distribucién del ingreso. A favor del tejido social Lo cierto es que la interaccién entre endeudamiento, concentracién del ingreso 3 pobreza extrema, en el marco de la convertibilidad, no sélo profundiza la exclusion social sino que, por la via de la restricién externa y ls cada vez ma- ‘yores pags por servicios de la denda, dejan al Etado maniatado para acudir sficazmente en ayuda de los pobres. Entre otras consecuencias, todos estos fac- tores terminan achicando el mercado interno, con lo cual las condiciones rece- sivas dan otra vuelta de tuerca y amplian los desequilibrios. Se provoca ast una persstente anemia por el lado de la demanda que si no se cura con wrgencia ‘puede terminar matando a la economda, que ya leva 28 meses de recesién. La opcién pasa entonces por el ejerccio de politicas de ingreso dirigidas a reva- lorizar a los excluidos actuales y potenciales. En tal direccién, una propuesta como la de establecer un seguro de empleo y formacién para los jefes de familia desocupados, al estilo de la elevada por la CTA, puede ser a condicién necesaria ‘para empezar a reconstruir el tejido social. Pero la garantia del éxito, la condi- itn suficiente, requiere la superacién del actual modelo provocando un shock productive, tornando rentable tanto a la produccién primaria como al objetivo de reindustrializar al pais, Nada puede reemplazar al desarrollo de la produc- cién manufacturera -como una fuente de oferta exportable de mayor valor agre- gado pero asentada ademds en un mercado interno en expansién- en su capaci- dad de corregirestructuralmente la actual situacin critica en el plano social En sintess, para reconstruir el tejido social hay que eliminar la exclusion, que ‘ya estd constituyendo un condicionante de hierro que inhibe la posibilidad de > EDUCACION ADULTOS 2000 + Edueacion Civea lL ll eI iniciar un proceso de desarrollo econémico y social. Para ello es imprescindible partir de una légica alternativa a la del modelo actual, que privilegia la va- lorizacién financiera, déndole la prioridad a instalar un nuevo régimen de acumulacién que estimule la valorizaciin de la produccién y el trabajo nacional. Este es un prerrequisto ineludible para recrear la condicién salarial como forma privilegiada de reinsercién social. Pero no es menos necesaria la apariviin de una nueva burguesia nacional que cumpla su rol histévico de un Estado cuyo modelo y su orden de prioridades sean acordes con las necesidades de la hora. Pensamos que este enfogue le aporta un sentido mds vigoroso al creciente con- senso que en nuestra sociedad existe a favor de un proyecto de cardcter trans- versal para construir un pais con destino, a. {Cémo influye el desempleo en la organizacién familiar y en sus conflictos, seguin los autores? b. El primer articulo nos presenta cifras sobre la pobreza en las distintas zonas de nuestro pais. Qué relacién puede establecer entre estos datos y la migracion interna hacia la Capital Federal y el Gran Buenos Aires? ©. El trabajo es un derecho garantizado por la Constitucién Nacional y por tratados inter- nacionales sobre derechos esenciales del Hombre (derechos humanos).

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