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Pieza Unica MILORAD Pavié Cea ol ML CORT ita - El inspector superior Eugen Stross se enfrenta a una serie de misteriosos asesinatos y sus principales pistas para resalverlos son los suefias. Suefios futuros, propias y ajenos, reveladores de la muerte, vendidos por el andrdgino comerciante Aleksandar Klozevits, cuyo negocio, Symptom House, permite las personas sofiar unos segundos de sus ensofiaciones futuras, a cambio de un peligroso precio cuyas consecuencias pueden ser funestas. Pavic nos demuestra su destreza come escritor entrelazando los destinos del cantante de opera Distelli, que suefia su muerte mediante la vida y obra de Pushkin, de su hermosisima mujer, la xbomba sexual» Marquesina Lempitksa, de la rival de amores de ésta, lady Heth, y del amante de ambas, el apuesto Maurice Erlangen. Alrededor de todos ellos acecha la figura de Klozevits y su doble, la sefiorita Sandra, como alegoria de las consecuen- cias de ceder a la tentacién del anhelo de conocer el futuro yla propia muerte, asi sea en un lenguaje que a menudo nos resulta enigmatico e indescifrable: el lenguaje de los suerios. Ala tradicional usanza de Pavi¢, el lector acaba siendo parti- cipe del texto. En esta ocasién, se convierte en el responsable de desentrafiar el misterio de los crimenes con la ayuda del «Cua- demo azul», la libreta de apuntes sobre el caso del inspector superior Stross, narrativa sextopiso MILORAD PAVIC (Hielgrado 1929-2009) fue uno de los escritores | internacional en las dltimas déca mas importantes a n das. En 1984 obtuvo el Premio wiv, maximo galardén de las letras serbias, por su Diccionario jdzaro, considerado una de las obras maestras de la literatura posmoderna. Sus obras han. sido traducidas a ras de veinte idiomas. Entre elles destacan: 0 <0 té, La cara interna del viento, Et ditinro aisaje pintac amor en Constantinopla, Novela-Tarot, asi camo Siete pecados capitales y su iltima novela, Segundo cuerpo, ambas publica- das por Sexto Pisa. Fotoorafis cores cal aucot Una M ‘Tranvcexdy nx Ins seerdoe, pede ser ead, mis previnledive Copyright © Milorad Pavie.2006 Primers edicibmsaooy Segands cain aon Trees icin: 3003 Curt edieiéns aoi5 Fotografie porate ‘Fo (Mis M Kee Cert le -19, Pars Man Oca Photo (© use dO. Dit RMN-Crand Ping Bsa Coprsin Korrancar Sarva Pisa, $A. ex CX", 01g Paria i Golanis del Garmea. Coyeacn 490, Bésien DF, Merion Serve Piso Benak §.L (Us Madcseo gy teint baie slong, Madea, Sapa us ‘we seep Diseaa Esrunio Jaxasin Gannee Formato outa we Actua Roucioxs ISBN: g8-Gor-ry8i-ay 6 Inprouaen Mésico INDICE Primer capitulo LA SONRISA DE CINCURNTA DOLARES 1, Kenzo 2, Old Spice 3. Poison Sound capitulo Ei EVO DE ORG FARA ZL RAPE CON COCAENA 1, Hugo Boss 12, Addict Dior 3. Magnum Tereer capitulo La séernia nate, 1. Mast dle Cartier Pour fomme 5 Aneraeite 3. Bnwengure Pour Homme 4. Addict Dior + Dolce & Gabbana § Addict Dior + Dolce & Gabbana + Poison Cuarto capitulo Los veREmicTos Anexo La primers parte del informe presentado a peticion del tribunal por Aleksandar Klezevits (Cinta) a 13 wy 19 El suefio del difunto senor Matheus Distelli, fantante de épera, sobre la muerte de Pushkin 9 Post Scriptum 99 La segunda parte del informe presentado a peticién del tribunal por Aleksandar Klozevits (Cinta II) tor Elsuefio de la difunta sefiora Marquesina Andrésovich Lempitska sobre los pasos 103 Erfuoco 135 Pieza dnica SIUVIOT VINANONIO Fd VSTUNOS VT OTALIdV9 YEW Id 1, KENZO Aleksandar es-un andrégine, Unos pronuncian su nombre como Alcksa, otros como Sandra, Es decir, en este momento Aleksa Klozevits (alias Sandra Klozevits) est4 sentado enel ca~ fe Fi Tercer Gatoy le pide un eafé com leche yuna medialuna a na hermosa mesera negra. Aleksa tiene un arete en una ceja, y viste camisa azul y pantalén de mezclilla. Calza mocasines hegros poco profundos, sin caleetines. Lleva un hermoso bi- ote prendido no a su labio superior, sino directamente a su ponrisa aQuées la que lev puesto hoy? le pregunta la negra Su sonrisa no tiene bigotes, Su sonrisa esté en verso. Augusta, Augusta, desde la puerta he notade que te has eambiaco hoy. Veamos..... Destle luego, hoy llevas una gota de dmnslerencel pulso. ¥ en alguna otra parte también. No est mal. fear Luc Amsler! : Aleksa interrumpe sus conjeturas a media palabra, porque por detris entran dos varanes jévenes, bien vestidos. Los dos visten trajes de quinicntos délares que les quedan como si les hubicran costado mil, Antes de notazlos en el espejo frente isla pucria, el olfato de Aleksa reconoce sus aromas. Uno tiene pleorte de pelo como luchador de sumo, que cuesta lo mismo que los caros aapatos en sus pies; como perfume lleva un Kenzo. F/ otro es un negro con una sonrisa que vale por lo menos ireinia délares cada picza, y en ver.de camisa tiene una cadena ile oro, Huele a la fragancia de Catvin Klein, Al instante, Aleksa le grita ala meser ;Otra medialuna, por favor! —¥ ee eseabulle por la puer- que dive we, Los dos tipos intercambian las miradas y toman, siento sin quitarle la vista a esa puerta, Adentro, Aleksa se quita répidamente la camisa azul, se queda enuna blusita toja de mujer eon senos postizos incorparados. de su bolsa saea 8e pone una peluca negra, vuelve el bolso al revésy éste es aho- ta una cartera femenina de charol en la que empaca sus moca~ ines, Se queda descalzo con las unas pintadas de color chillén, Se quita el bigote pegado y el arete de la ceja, se pone el labial ojo en los labios y sale deprisa. De paso lanza un billete sobre 4a barra gritanda con un alvo profundo de mujer: «;Augusta, corazén, quédate con el cambio!» y de un salto sale del local con el brazo levantado llamando un taxi... Dos jévenes observan confundidos esa escena. Sélo des- pués de que Augusta estalla en risa, que es de nuevo versifiea 4a. ellos pegan un brineo como si se estuvieran quemando y se eehan a correr tras Aleksa, quien es ahora Sandra, Luego de una perseeneién sumamente corta, el negro lo atrapa, lo des- poja dela peluea y le dice ~iNo vayas a ocasionarnos problemas. te daré dos bo~ fetadas! Una bofetada negra y otra amarilla, ,0.K.? Ahora escuchal Alguien quicre verte. Ti sabes quién y sabes por qué Sera mejor que te calmes, Lo conducema una tienda de libros viejas. En la trastienda huele a cigarros. Dentro de ese aroma esta sentado un sefior ‘enorme qué juega con un cortapuros. En la penumbra alrede~ dor de él destellan los titulos darados en los lomos de los libros sobre las repisas. Todos en la ciudad lo llaman «SirWinston> yesfamoso por saber siempre por anticipado quién sera age- sinade y euindo. —Usted no ae ve bien, sefior Klozevits ~dice con vor calmada, Con los dedos sin ufias saca un habano de un tubo _ transparemte y relueiente con la etiqueta Partagas, corta una buena parte de su punta gorda, deposita el tuba cuidado- samente sobre la mesay prende el cigarro, »Mirese, por favor —agrega con un ademn de la mano dirigido a Aleksa, que estd de pie frente a él, despeinado, sin peluca. can los pies desealzos enlodados y el rostra manchado de polvos y arrebol 4 ®Ademis, debe hasta lo que no tiene. y tados los plazos yo pagarme ya-han veneido, ;Cusl es su profesién, en rea~ lac? Say comereiante —Ie responsle Aleksa cobibidamente, shea de la cartera sus mocasines y se los calza—. Después de jo afade— en su eapejo se ve loque hago. ~Yel se acerca eapejogrande que cuelga sobre las repisas de libros. ‘Todos, coma por una orden, se vuelven en esadirecciGn. | el vidrio azogado refleja, en lugar de-la imagen despeinada Aleksa, el0stto denna mujerhermosisima, perfectamente ilada, en un vestida blanco. De aquellas que calientan es- fs conssa coraz6n. En su mofo lleva desplegado un abanico vicado de estrellas de la constelacién Cincer, Después de un instante de asombro-e indecision, es <1 defor con el puro quien se recobra primero. Quiere sonretr, vez de eso, estornuda y dice: oa que clusoniamo-e une bible hil noBor its. Pero cualquicra que sea la cosa con la que 0 ‘ eae eeeege tae jarme la deuda. Tendremos que acordar otra cosa, si no. ¢ Jrnunco no pinta muy bien. ,Esta dispuesto? Aleksa asiente eon la caheza, y el seftar eon el puro saca ihe un cajén-dos fotos y una lave, Se los tiende a Aleksa por made la mesa. Luego dice: oct chetac eget Hay dos personas agi en las fotas— que nos estor'san mucho, Una damay un sefor. Usted debe eliminarlos. Para siempre, Aqui tiene ous hombresy direcciones, A propésito, ésta.s la lave del elevador privado de ese senor enau trabajo. ,0.K.? ,Nos hemos en londido? Es mejor que usted los climine a ellos que nosotros usted, senor Klozevits, Para que no haya confusiones, ahora 1 gustaria ensetiarle algo... TERE Ene oi aio ieee a pregunta: ee srcteerecrasc pacpesAresh —Conlladerecha. Con la iequierda lanzo la navaja. % 4¥ ti, Ishiguni? La cara de Ishigumi se ve inundada por la maravillosa son- risa de cincuenta délares. EI dice: ~Y¥o disparo con la derecha, jefe. ¥ 10 necesito hacerlo dos veces. Tampoco necesito hacerlo con la izquierda —Entonces, tiende la mano izquierda, para que na sutra el trabajo Apenas Ishigumi tiende su mano izquierda, el jefe, como de rayo, le corca con el cortapuros la itima falange del me~ ‘Aique izquierdo y lo levanta al aire, ain sangrando, Ishigumi s¢ dobla oliendo un poco mas fuerte a Kenzo, mete de prisa el resto del sneiique en la boca y sale corriendo del cuarto. Bil jefe ahora deposita con euidado el mehique de Ishigumi en el tubo transparente eon la etiqueia Partagas, lo cierra con el tapén y s¢lo pasa a Aleksa —Fs un recordatoria, sefior Klozevits. Dentro, como pue- de verlo. atin queda lugar para susdos mehiques, 0 algo pare- ae ie Ishigumi empacaré en este tuho, si usted no leva a abo el asunto que nos interes... Ahor in ee ra puede ise, Qe tenga Aleksa sale a la calle enceguecido por el sol, avanza unos pasos. da vuelta a la esquina, por fin Hama aun taxi, toma asiento y abre el tuba com el menique de Ishigumi. Olfatea el dedo con ascoy lo tira porla ventana de! taxi murmurande —Un simple dedo de goma. Y sc supone que yo deberia caer en esa trampa. Como ai no tuviera olfato 6 2 OLD SPICE En a foto hay un hombre de edad mediana; su rosiro ge asoma por la camisa Armani como si dijera: «No hay que pensar. No hicm empieza uno a pensar, se da cuenta de que es estipido>, Fl reverso de la foto reza: Teaias Cruz, Gerente deta Casa de Apuestas, Hipadromo de la Ciudad. Aleksa guarda la foto y la pequetiallave en el bolsillo, calza los ya mencionados mocasines poco profundos, cuelga los irre sistibles bigotes en su sonriza y ge va al hipédromo. Para echar un vistazo al terreno. Porque sabe que el tipo del puro se tragé la hbroma. ¥ que tendra que obedecerle, l menos par un tiempo El edificio de la direceién tiene cuatro pisas; desde el ‘cuarto se puede entrar directamente a la ofteina del director En el elevador se pueden oprimir libremente trea botones, el cuarto se puede usar Gnicamente con lave, Aleksa introduce Ia llave en Ja cerradura junto al mimero IV. Encaja perfecta~ mente, pero Aleksa no quiere dar vuelta ala llave porque es0 Jo llevaria arriba y lo arrojaria justo a la habitacién del sefor de la foto. Y es demasiado pronto para ello, Regresa la Have al holsillo y sale a las gradas. Norhay carreras. Unos euantos caballas trotan parla pista, Huele a sudor macho de sementales y ala penetrante transpi~ racion de yeguas javenes. Aleksa voltea a su alrededardecidido a seguir buscando al senior Cruzy, de ser posible, echarle un vistazo, En esa hisqueda ahora esti en la pista del candédromo, Yathay mucha gente ahi, Estan compitiendo los galgosingle Coren como enajenados tras wn conejo eléetrico, Alekea ee mete entre las gradas y luego sale al pasto junto ‘ula pista, Nota un enorme borroi regio hajouna sombrilla. El algo, completamente blanco, esta parado junto.a la mesa del famoso cantante de épera Matheus Distelli, reclinado en una Boltrona de mimbre. La dorada melena de Distelli brilla en el #0] como una aureola y él luce irresistible, incluso mejor que en cl escenario. Frente a él, sabre la mesa, hay un huevo de ara para el rapé. Una dama decdad mediana que lo acompaha en la mesa acaba de comerse un pastel, Luego tiende la palma de su, ‘mano al galga, que recnesta su cabeza sobre ella, y la dama de dal mediana retoca el color de gus labios usando los ojos del galgo como espejo. Sus labios parecen ahora una fresa, Enese instante, Aleksa Klozcvits es aleanzado por la bisa que trac el aroma del rapé acompafiado de algo que huele a co. caina; junto con él, viene el tufo de la piel del galgo empapada ‘de perfume Bulgari y el nombre de la dama de edad medisna Pronuneisdo por el galin a su lado: Lempitska! :Ponte el calzado! Justo cuando Alekea concluye que Distellino tiene esa vor en la éperay que, tal ver, de momento esté un poco roneo, el mismo viento le trae el olor a galgos inglescs corriendo y tun aroma de agua de colonia inereiblemente anticuada para después de afeitarse, Old Spice, Aleksa se da la vuelta, casi al ‘Yuelo, capta la imagen del hambre de la foto, Isaias Cruz es mis bajo de lo que se podia suponer, Su camisa en cara, pera le ‘queda come si fuera rabada... Aleksa se da cuenta de que su csfuerzo de ese dia ha ren~ dido frutos. A la salida, voltea a su alrededor y con la mirada buses alos tres: Matheus, Lempitska y el galyo ruso, Este ulti ‘mo calienta su hocico alargado como una botella de champana tre los pies desu amo, Lernpitska vuelve a quitarse el calzado y bajo la mesa se frotaun pie contrael otra, No mira la carrera snabsohto. En ese momento esté eiega como el tiempo. 18 ), POISGN Iota mafana Aleks Kloveitswuelvea enfrentar as wuale dif futdes para rasutare, Su imager ese, ames San, Jeocasiona problemas de mevo. Como tnda imagen en el espe~ Jp-siene que reproducir todos sus movimientos. de modo gue fuando empieza a raparse la cabeza, la imagen comicnra a ce pillars maroville cabello ar marino,y mientras ee: jphons, ellase empolva las mejillas, Por elo, Aleks no ve mada nel espejo y acaba rasurandose a ciegas. Ella le dice entonces: —;Realmente vas a hacerlo? Como ya sabes, no tengo eleceidn: nuestros proyectos lemasiado caros —contesta él secas. : —Esto no te justifica, Yo no quiero participar en eso. Ta ci ntraer ezadeuda, no yo. ae ie dpe adAE Ud eae anel bout taupe somos un solo ser andrégino. Se sctanentaporcentaabsnmcy biealeiquesnycapta is jeerte ei quiero echarte el mal de ojo. = ia ee Geel feces eh cabeza. Tas jones se me van a resbaler cn salir, él se rocia con Envengure de la mares pari- ina Bourjois sobre el pulso y detras de la breja, mientras que Sandra, imitando sus gestos en el espejo, hare la mismo con me Antracite. 4 = ‘Aleksa se pone sus bigotes.y sale. La foto que hoy llevan el bolsillo muestraa wna mujer en la flor de lawida con wna sonrisa irresistible. Esa sonrisa pentora) los — Bs jie yenra enon ars de rw pendent, Se lamai- Ma ifht taj nel dso octero pin del bane Pangan city, Es la presidenta de la junta dircetiva de esa instituci6n. ton ‘Un Mereerdes la leva al hanco y antes de que entre apurada al vestiiulo del templo bancario, Aleksa logra captar algunos detalles en ella, La sonriaa de lady Livia Heht siempre se acaba antes del final coma cortada por un mordiseo; el resto de esa Sonrisa se queda enu rostro comaun pescado destripado, Los ojos violeta de lady Heht imponen aquel indecible «sigan mi mirada» y traducen su rostro alemn al francés, mientras en su perfume Paison lleva el rastro de otra fragancia que impide 1a plena expresién de la primera. Aleksa se ve foreado a correr al vestibula, que parece el caseo voleado de un hareo enorme, para ospirar una ver més la huella fragante de lady Heht a fin de comprender te qué se trata, Ahora lo sabe. El perfume fe~ menino de esta dama se mercla con una fragancia para caba- Hero, Una fragancia bastante vulgar: Dolee & Cabtana. Es decir, por encima de su Poison, lady Heht lleva el per- fame maseulino Dolce & Gabbana, ¥ ahora hay que encontrar al dueno de ese otro perfume. Aleksa Klozevits se pasa dias husmeando por el vestibulo ylos pisos del banco Plusquam city. En una de las ealas ante la caja. se topa con el rastro olaraso del Dolce & Gabbana, pero lo Heva una dama de edad que esa maiiana habia agarrado el frasco de su esposo en lugar del snyo propio, En otra ocasién, enel elevador, Alcksa Klozevits queda impregnado por el Dolce & Cabbana de un seftor que resollaba como un eabrito. Por Ultimo, Aloksa visita de paso el departamento de cajas de se= guridad. Ahi, mientras platiea con una oficinista, advierte enel cuarto contiguo a un galan de ojos verdes, el jefe del de~ ‘parlamento especial para cajas de maxima seguridad, que tiene una mirada de goma, Aleksa esta tentado de cortejarlo, pero se controls a tiempo al percibir que el alin cuya nombre, Maurice Erlangen, que figura en la plaquita de la entrada, usa el perfume Dolce & Gabbana. Por la puerta de vidrio se ve que en la oficina del sefiar Erlangen trabaja también eu asis- ‘ente, una mulata eon la nuea egipeia que logra dormirse con el cuello apoyado sobre una medialuna de metal en ver de almohada. 20 En ese momento suena el teléfono y la oficinista le pasa al senor Erlangen el mensaje de que se reporte arriba con la senorita Heht. Necesita consultarlo. El caballera de ojos verdes sale de su aficina y pasa junta 4 Alcksa con paso apresurado, Erlangenesunhambre apuesto, ‘ona cabeza de una estatua femenina de marmol sobre un ‘querpo museuloso. El Deice & Cabbena en la piel del caballera de la plaquita deja un aroma fascinante tras él que casi noquea 4 Alcksa Klozevits. Pero por encima de ese aroma se percibe Algo mas, Porque sobre su perfume masculino, el sefior Erlan- gen lleva uno femenino. Aleksa concluye con sorpresa que no se trata del Poison de la senorita Heht. que lama al sefior Erlangen a su oficina para una «consulta» y, a su vez, usa el porlume de éste sobre el suyo. El perfume del sefior asesor jira las cajas de maxima seguridad es Dune, luego entonces, In fraganciade otra mujer. Aleksa Klozevits sale frotandose las manos. La combi- nacién de las fragancias dio un resultada matemiticamente ‘acto, La sefiorita Heht tiene un gusto perfecto para escoger amantes, ¥ el sefior Erlangen tiene mas de una amante, Aparte de lady Heht con su perfume Poison, otra que usa Dune. Afuera del banco, Aleksa Klazevits sube al piso sin techo del transporte piiblicoy toma asiento, Poneunade sus manos nie los ojosy se fija en el dedo meniique. Con suma concen: tracién se imagina el dolor provacado por la mutilacién de ese eda, Cuando el dolor imaginario se vuelve auficientemente fuerte, empieza a cambiarlodelugar. Del mefique lo pasa a su ido, luego a la radilla, después al ojo izquierdo, la concentra en la lengua y por tiltimo, lo escupe con toda su fuerza ala-calle como si fuera'una goma de masear. Luego, aliviado, comienza a canturrear un aria de la pera Boris Godunov de Mussorgsky. SEGUNDO CAPITULO EL HUEVO DE ORO PARA EL RAPE CON GOCAINA 1. HUGO BOSS Después de la fancién, Matheus Distelli regresa a casa des~ concertado y cansado de la preocupacién por su-ver ahuecada y cascada, aun cuando €60 no se pudo oir en el escenario. Pera en el departamento, el galgo que entra con él empieza agrunir. Algo parecido a un tronido llega desde las profundidades del enorme pecho del animal. Después todo acurre en una suce- sign tan répida como el vertiginoso devenir de los afios duran- tela creacion de la Tierra. Antes de que ¢l cantante logre emprender algo, el galgo ataca.a la-persona desconocida que merodcaba por el cuarte en la penumbra, Para defenderse de la bestia, esa persona se aferra al cucllo de Distelli gritando «;Protégeme! |Protége- mel ®,y éste vuelve la eepalda al perra para salvaguardarla, En- tre sus brazos sostiene a una bella ladrona. En agradecimiento, sus ojos amales lo miran deslumbra~ los, sus brazas rodean con ternura el euello de Distelli y lo Miracn ann bese suave: su labio superior caliente, el inferior vio, entre ellos. una lengua dulee, Ese heso inhala cual opio el perfume del cantante, Hugo Boss. Pero los cantantes cono~ ven cl sabor de la lengua de una soprano 9 de wna alto, Lo:mis~ no que el de un baritono o de un bajo. De mado que en 40 beso apasionado, Distelli percihe la lengua masculina de ntenor. Fl interrumpe el beso y, con un ademan enérgica, quita i peluca de la cabera dela ladrona, Aparece la calva rapada de ‘tin hombre. {Quién diablos es usted y qué hace en mi departa~ mento? {Que quién soy? Say uno desus admairadares, ~—Cualquiera podria decir eso. Pero esto no justifica el robo, Esto no es un robo, Escricheme, Yel desconocido empieza a ejecutar a la perfeccién un aria que Distelli canta en la pera precisamente este invierno, Con todas las peeuliaridades, incluso, de su interpretacién de Mussorgsky. Sélo que el ladrén desconocido es un tenor, no un hajo. Esto resulta un poeo ridieulo, pero Distelli es inmu- no ala habilidad ajena de cantar y el eanto le hace enojar. En mediodel aria, arrchata.el holso femenino del deseonocidlo, lo abre yde ahi saca su hueva de oro para el rape. Xo es un robo? ;¥qué-es esto? —Soy fetichista —contesta el hombre—, tengo que tener de amuleto algiin objeto que le ha pertenecido. Eslo primero que agareé. Déme otra cosa sino quiere darme esto. Cualeuier objeto de su propiedad, No tiene que ser costoso. No obstante, el galgo sigue gratienda, y Distelli se aproxi- ana al teléfono diciendo que va a llamar a la policia, No lo haga, por favor. Tengo algo para ofrecesle a cambio. = {Coma qué? —Un nimero telefénico, {Para qué lo quiero? Est tuimero vale oroy cualquiera quisiera tenerlo. Eel ntimero de un vendedor de futuro. El puede venderle. algunos minutos de su fururo trasladdndolos a su presente... Qué le cuesta probarlo? De todos modos no conseguira nada de le po liséa porque yo no soy un pez gordo, aunque tiene que admitir que ;soy un pez bastante bueno! Con esas palabras el desconocido sc pone lapeluca negra y. con una sonrisa eneantadors, dicta a Distelli un nimero de teléfono celulary se va. Elmimera es: 0889-430-23001 26 2. ADDICT DIOR Alpalco de la opera entra una ola de perfume Addict Dior y, tras lla, madame Marquesina Andrésovich Lempitska en persona. Lieva el polvo . cae De repente, Pushkin grita un no: — ai mbré que casi me dese ~jArina Radiénovna! ;Dada! deen RaTeCe UNA Anciana ala que ordena tracrle tres munecas trapo; ella le acerca tres eriaturas bien casidas de faldas an- chas que s¢ usan en la mesa como cubiertas para una tetera. un plato de galletas o una cesta de huevos cocidasa fin de preser- varel calor de los alimentos... Es el lugar donde el sueita se interrumpe, y siempre se inte= Frumpe exictamente en el septuayésimo priser segundo del suena ae yo no lamento despertar. porque es mejor que ‘mi suefio se vea interrumpido por un vende le que por el dolor. oe Es por ese dolor que te escriba esta carta. Puede suceder que el dolor pronto se wuelva insoportable, en euyo caso nece- Ghré ta ayuda. Ve a mi departamenca (tienes la lave) y toma el cajén del bas para bebidas lo que esté envuelto en un pa- ‘Auelo morado. ¥ trécmelo. Esperemos crue no sea necesario, Pero al fin yal cabo es mejor tenerio ala mano para terminay con mis dolores, Arreglé con mi médico para salir pasado ma~ ana por una hora, asi que nos encontraremos alrededor de las cinco de Ja tarde en Ia cafeteria La felicidad empieza eon una T, donde soliamos tomar té. Alli me dards esa cosa en el panuelo morado y yo te revclaré la gran noticia que te tengo esde hace varios dias. Por fin, jes una buena noticia y. frere a mi salud! : adc Teamo, Visita a Tamazar. Estien la casa de la muda Selina, Tu Distelli 34, A (Gon una sensacion de que el tiempo podria atorarse y luego empezar a carrer hacia donde nunca habia corrido, madame Marquesina Andrésovieh Lempitska se va el dia acordado al Uepartamento de Distelli, de paso visita la casa vecina de Ia ‘ennuda> dof Selina para darle un beso a Tamazar, lnega, eo~ no si fuera una eueva desconocida, entra en el dormitario del eantante en el que antafo habia pasado bellos momentos. So~ Iyre la mesa encuentra ¢! libro Du bor usage de fa lenterr abier~ jo, se sienta sobre cl barrilito de eristal que sirve de sillay en ol fondo del cajén del basil para bebidas encuentra algo que le quita elaliento, Un costoso revolver Combat Magnum, ade~ nis cargado. Adentro estan las seis balas, Esti'envuctio en un pafiuclo morade. Ella entra esa tarde en el oseura y semivaeto café La {olicidad empieza con una T con sus medias lenas de vellos rizados y un enorme sombrero negro repleto de cabello y miedo, ordena un capuchino y echa una mirada a su reloj de inarea Chopard, pero por alguna raz6n no sabe leer sus mime 10s y nocomprende para quésirven. ~ {Qué ae hace con esto? —se pregunta fijandose sorpren- didaen la carétula, al tiempo que siente bajo su mano el asiento ide madera y, al tacto, acierta infaliblemente que esti hecho de Jojo. Lucgo, al posar su mano al lado de la taza, deseubre que ‘babe que la mesa esté heeha de fresno blanco. A primera vista ‘ye que las paredes estén revestidas con tablitas de picea. Hasta tienen su aroma... No llega a sorprenderse de que su alfato se haya agudizado repentinamente, porque en ese instante Distelli ‘entra en In sala. Deprisa la abraza y besa en una y luego en la ‘(ra sien, mientras susurra con una vox cambiada y ronca: jlo trajiste? Ella Ie tiende el bulto en el pafuelo marado y los dos to~ manasiento. -,Quieres tomar algo? —le pregunta ella, pero él niega con la cabeza, Esta pilido, la miraa través de tres oscuridades, a5 [pero estd hermoso, tal ver mis hermoso que nunca, tnicamente 8U8 orejas se-ven transparentes y traslucen su eabello darado, ~Te hace falta dormir. Otra wea te atormentan aquellos suenos? Elasiente con ls cabeza. —Por favor, no te apresures con el Magnum, Ni siquiera en el easode los peores resultados... zAcaso lo son? —Madame Lempitska se interrumpe a si misma, a lo que Distelli se le aproxima por campleta y le susurra ~Tengo una noticia importante que decirte. El «vendedor de futuro® me dio una parte del suetto que soflaria en tres se mamas apenas. Y yo yala sané. También trata de Pushkin, a quien un demonio femenino de ese sueno contesta a su pre- gunta de-edmo morisia, de modo queahora yotambién sé eémo voy a morir. {Lo mas importante es que no yoy.a morir de la gargantal ;Me voy a curar de la enfermedad que ahora padenco ¥ me tiene ¢nel hospital! Porque la prediecion que me trajo el suefo de mi futuro dice que voy a morir del estimago, no dela garganta! Ahora debo regresar, Vena visitarme al hos pital pasado manana. ;Tal vez para entonces ya sabré cuin- do saldré! ~Yo te levaré al hospital —intenta Lempiteka, pero en vano. Disteli la lleva hasta su hermana, la deja alli, y se va solo, Afuera destella una caspa de estrellas, mientras Distelli sonduce hacia el hipédromo y se detiene alls. Al salirdel coche pereibe que la sabiduria de otono se puede easi respiray, por un momento observa Ios érboles que ya se cubrieron de eanas, luego, usando la lave del elevador particular, sube ala oficina del directorde la casa de apuestas del hipédromo, sefiar lsaias Cruz, Lo encuentra desvelindose encima de sus enentas y lo mata dispardndole con su Magnum tres balas al cuello. Des. pués regresa por el mismo camino. Al hajar el ascensor, Dis telli saca de la chapa la Have especial para el piso IVy la tira al suelo del elevador. A.esa hora de Ia tarde no hay personal en ¢l ‘hipédromo, pero en la salida Distelli se topa con una morena 36 ‘enblusa rojay pantalém de mezelilla. El sale deprisa, y ella le~ vanta la Ilave del suelo y sube al piso IV, : Distelli esta de nuevo en el hospital. Colaca el revdlver ‘on las tres balas restantes en el tember en cee Ee ite tal yae acuesta, Mientras espera que Ios suena: Seiya eee ec ier ‘lfondo, en el que el resto del vino ya se evapord. se seed y se ‘onyirtié en el vidrio pintado... En el munda quedan tras éL yunerimen perfecto, | TEy Mlcieyptere atc ‘sina Andrésovich Lempitska llega al hospital para visitar a su ‘amante, apenas la dejan pasar. Se quedan solos brevemente. fil se ve mal, madame Lempitska concluye com asombro que Distelli ahorza las miradas como si fueran dinero y pudieran e. Bs once, de alguna parte desde arriba, a través de ‘nr sombrero, Ie azota un pensamiento terrible: «Las miradas nf mn gastarse™. co sien tro efor Die ea dlesu Magnum envuelta en el patuelo morado, Ellalo guarda ripidamente en su mochila, casi alegre, pero enseguida com- pprende que esa cosa ya no tiene ninguna importancia en la vida le Distelli, Ni en su muerte, Aterrada, llama al personal del hospital. Le comuniean que Distelli tiene una metistasis que rnvadido el estmago. Emtonces, Distelli abrelosojos por iltima vex y muere con w siguientes palabras : Vsti ie aquel suefo, Estaba én el futuro, En el fa luro dentro de cuatro meses que no voy a vivir para ver. Era irresistible. Setentay un segundos de la eternidad...;QQué:ilw mminacién! ;Al final de ta saledad erapieza ln muerte! Ya muerto, Distelli tiene el ceo fruncide como si en el nds alld se hubiera topada con algo reprabable. Mueve los re mos de sus cejas varias veces y se desplaza inesperadamente en la cama del hospital como si a su lado hiciera lugar para alguien te a7 TERCER CAPITULO LA SEPTIMA BALA ‘MUST DE CARTIER POUR HOMME imbre que apareci6 en el departamento de asesinatos ante sehora Marquesina Andrésovieh Lempitska, es de estatu- ‘hyja, lleva una camisa rociada con agua de colonia Must de ler y tiene un ojo mas veloz que el otro. Mirindolo fi- nntea través de la sombra de su sombrero pesado, la seno- Lempitska deduce: para éate, ningin agua es himeda, Seftor inspector superior, queria verln porque no me. da todo claro con respecto ala muerte de mi querido se flor {elli, cantante de Opera. que coma usted sabe por los pe~ licos, fue recientemente sepultado. “Interesante—halbuceael seior inspector superior a tra~ de su barba hicolor.y le pide ala dama tomar asiento, Esta ‘nseiguida saca todolo que sabe: “Tengo eonceimiento de que Distelli tuvo un robo en su, partamento unos meses antes de morir; me comté que habia hecho untrato con el ladrén bajo extras eircunstancias y que fale, a cambio, Ie proporcions el nimero de un «vendedor de juro® a quien Distelli posteriarmente frecuentsba. Incluso sus suefos estaban influidos por esa persona. de quien Distelli ne habia dicho que no era una mujer. Dedo que tengo lallave idol departamento del sefior Distelli paraalimentar asu perro, alli encontré su teléfono celular y en él, el nGmero que le habia ilietado el ladrén. Es éste: 0389-430-23001... Para concluir: {yo creo que por ahi podria averiguarse algo. porque no creo quel muerte del seftor Distelli se deba solamente al cincer, as cosas son mucho mis complejas.,, Pero, sefiora Lempitska, el informe médieo es indiscu- ‘ible: el senor Distelli murida causade canoer de esofago con, ‘metastasis em la regién abdominal. No, esto no es una iglesia, es una empresa mercantil. ~Ah, entiendo. Esti bien, ,Seria usted tan amable de ayu- dharnos con algunas dudas en relacién con el difunte sear Distelli, cantante de épera? Pera voy muy deprisa, Primero, digame, porque no lo tengo muy claro, ;con quién tenemos el posto de hablar? ~Sandra. Sandra Klozevits. Propictaria de la empresa ‘bymptom House, Soy astréloge, registrada, El difunto Distelli fue su cliente? Jovean personalmente? En el rostro del sefior inspector superior aparece entom ees su farnosa sonrisa femenina y él sc levanta ‘Qué le vendié? Un fragmenta breve de su futuro, pero no creo que se Pueda morir del futuro, —2¥ de qué murié Distelli en su opinién? Su diagm6stico fue céncer. —Tiene razdn, sefiorita Klorevits —contesta Stross en tono sonciliador justoen el momento en que madame Lempitska se eniromete en la conversacién, Con qué eomercia usted en realidad? Vendo suefios. Un pan hien amasado y un suefo bien masado valen oro. ¥ se venden hien. {Es como decit que vende nicbla? —Lo que acaba de decir, sefora Lempitska, es mucho més Serio delo que usted se imagins. Hay mucha niebla en los sue- fhos, deste luego, pero hay muchos mis sueftos en la niebla. 1¥ cémoes esto? El aire, desde siempre, ha estade leno de suevos, En Healidad, los suefios estan por todas partes a nuestro alrededor. Nos6lo los nuestros, humanos, sino también os de animales, plantas y picdras; 0 los sucfios del agua que son eternos, por~ ve cl agua nunca alyida nada, recuerda todo para siempre, "Todo alrededor nuestro esta leno de suerios ya sofiados y afin sin sonar. En estado de vigilia inhalamos los suefos sin no- {urlos, como tampoco notamos el airc, cuando lo hay, y durante Jy noche nos habitan por un rato alimentando lo que nuestros pensamientos y nuestra comida y bebida no son capaces de 8 muy hermosa, de grandes ajos soitolient 08 que a cada r Jeet ct do un suet aenoal suo, Leva desplognds oy cabello un abanico de laca negra, salpic sab esac ds ‘gra, salpicado de estrellas de madame Lempitska, Tilted et paricnte de pintora del mismo apellido? =No. Yo i i Lempinean 124 Patient del difamo senor Distelli—miente Esto os una iglesia? —prey i regunta el inspector superior, Aburtacillas, mientras ls dos damas estaban ecupadas en vy 4B “es decir, para no hacer el cuento largo, desde hace tiem ia rsuefias “en una rama" : hay gente que sabe captar y atrapar sue ce wnat decirlo. Después los saean al mercado y los vendes. Yo foy una de esas personas. Y pago mis impuestos regularments, Funes todo... Pero tengo mis compromises, ¥ ahora les pido ne permitan atenderlos. : si Mientras ee van, el inspector superior, sefior Eugen Stross. Wp parece a madame Lempitéka manos cefiude, mas agralabis inwer por el cansaneio después de la Jeccion metafisica) significativamente mas feo. Al despedirse de él, amadame impitska le viene a la mente lo siguiente: 3 Por Dios santo, éste tiene que pagar cada vex la misma jyujer cien délares mas care. alimentar, Hay un libro en el que se puede leer que todos e suefios que Henan Ia atmésfera de la Tierra y las tormens as magnéticas arriba de ésta, hasta el Universo, forman eontorno reconocible, un cuerpo enorme inclusive, pete ps nosotros, vendedores de sueiios, #80 no tiene importancl Nosotros somos una especie pretérita de mercaderes, aunt poco conocida. Casi una casta. No somos una secta religios: sino un gremio mercantil que se ocupa de la venia de suet y su mercado en general... Mientras la seforita Klozevits habla, el inspector superi Stross calla de tal modo que sus pensamientos pueden escu: charse tres metros detraa de él. Estos son sus pensamient — Donde consigue su mereaneia? —En la parte aremporal de] Universo, donde los suefto sofiados y sin soar floten juntos desde siempre como en pastizal. Los suefios de todos dentro de un signo particular de todiaco. —;Los suenos sonadas y sin sohar? —queda extraiado sefior Stross, —Si, justamente asi. Los swertos sontados, por ejemplo, tie: nen un gran papel histérieo, aunque carecen del valor mer= cantil que se merecen, Flotan en su atemporalided y esti disponibles para los que saben eanjearlos por efectivo. Le pon- dré un ejemplo: sSupongamos que una mujer hublera sonado en of Punjab una operacion matematica, un teorema, doscientos o treseientoy ants despues del siglo en que vivid el subio griego Pitdgoras. Era analfabetay no comprendié su sueio, de mado que Lo olvidd ense- uida, Ese sicenio, al igual que todas las demas suenos, siguas jlo: tando en el wniversa atemparal. Unos anos antes de que Pitdgoras ideara su teorema posteriormente famosn, un mercader de suetias adquirié por caswalidad y duego trunsmitid, cedis, canjeds 0 quite sabe, tal vez le-vendié a Pitdgoras el sueria de aquella mujer (que vivid siglos despues de Pitdyoras) y-ast éste obtuve en el suena Ta “iltuminacisin”, ia clave para ta solueion y “leyo" y “descubria™ su teorema. 4s vointitrés de julio a las 14 horas y 35 minutos, sim saber la «nila hora, una senorade edad mediana, en la entrada de salificio de ladrilla rojo, oprime impacientemente la pla- en la que esta eserit SYMPTOM HOUSE A. &S. K.-Venta de bienes muebles Mientras espera a que se abra la puerta, su sombrero cubre ojos con sombraabigarrada y éstos.s¢ tornan multicolores. nitos, de modo que cualquiera los compraria hasta por pieza, jm huevos en nn mereado. Sus senos huelen. Unoa mem Jo, el otro pera. La sefora disfruta que se los pellizquen Ja calle, Jo cual ocurre rara ver, aunque todos descan hacer- | A veces, incluso las transeiintes, Por la noche, ellase pone mascara purpura para dormir y deseansa bajo la frase que Janzaron una ver: «Una mujer esi no necesita nombre! =2Qnién es? —pregunta la vor que sale de la plaquita ‘ogra. — Marquesina Andrésovich Lempitska. Usted de mmevo? ; También trae a la polieia? No. Esta ver vengo sola. —2Y qué es lo que quiere? Ya le dije que esta no es una Iglesia. Hoy vengo como-cliente ‘Asi que madame Lempitska subeal «templo» donde en- ‘uentra ala seforita Sandra y mientras toma asienta en el ban- 0 le dice: Qué 8 lo que realmente tiene para venderme? La sefiorita Sandra s¢ arrodilla a su lado. Emana de ella el. perfume Antracite. ailmitamoslo, vale la pena obtener, hoy mismo, una parte que sofiaria en tres afiaso cuando tenga cincuenta —,Bs caro? —Si, pero naen dinero. Como tampoco la mereancia tiene Jina forma real, No se trata de un dia de sua futuro, sino de una noche, ademas, una noche futura que habré dormido. Voy A repetinlo. Ia mercancia es en realidad un suefio suyo que \cheria sofiar en el futuro, trasladado a su presente. — {Gules son las condiciones para hacer un trato con tisted? i Solo hay tres condiciones que hay que satisfaver. Ean- jpecemos por las mis files, Primera, me pagaré mil délares Segundo, tendra que abrir una caja de seguridad a su nombre ‘onun bance, Le daré la tarjeta de ese bancoy el nombre de la persona a ln que debe dirigirse, Tiene que haver una cita por {eléfono, En cuanto a la caja de acguridad. no importa lo que eoloque en ella, Puede ser incluso un patuelo. Lo que impor {oes que obtenga un namero de caja registrada a su nombre y fon eso vendré commigo para que le diga la tercera eondicién, mas dificil. . Y la senorita Sandratiende amadame Lempitska una tar~ jeta azul y dorada, Esta la toma, la inspecciona y. confundida, I baja hasta su sombrilla, provista de un pequefio bolsillo na orilla Al despedirse, la senorita Sandra agrega: a cam Porcierta, tiene que decirme en nee acid. A oe jortante que lo sepa porque sus suefios, safiades y no sofa lcs fac el ogi atemporal de la constelacién de su ssignos dado que hoy esta despejado, esta noche se pueden lo- ra simple vista, r faa stiende su tarjeta en la que en ves del naribrey iniimero de su calle estan dibujadas las estrellas de la conste- Jacion de Acuario, bajo euyo signo habia nacido. ~Puedo venderle la retrospectiva de sus suchos mas nitos © mis espantosos del siglo pasado; Ios volveria a sol porun precio muy moderado. Pero para qué los quiere? los viay sono todos. Tengo algo mejor para usted. i Qué seria eso, senorita Sandra? —Nuesira experiencia milenaria y varios milenios oferta y detnanda de mercado muestran que son pocos compradores interesados, como Freud Jung, en los su ‘ios ya sofados; 1a mayoria, en realidad, no quiere lama canola desegunda mano» y compra los sueiias futuros atin softados, ya sean propios a ajenos, que son una esp Cie de ventana ablerta al porvenir, porque a través de ell éste puede verse sin la mediacién de brujos, adivinos médicas. * Esos sucfios, atin no sonados, de una persona en pal ticular, son los mais dificiles de detectary cazar, y por cor guiente, on més caros, Parala persona que a a sofiarlos, suetios tienen un valor enorme, mientras que para los de compradores apenas tienen importancia, Pero al comprar de e808 suctios usted, en realidad, eompra un fragmento de vida futura, ~é¥ como saben ustedes, entre tantos sueftos que met clona, eudl es de cada quien? —Lo sahemos porque su sueno es una pieea tinéca. No e te ningin suena ajeno que sea idéntica al suyo, Para recon. un suefto de usted, séla debo tomar algo suyo, como cuan Es una parte muy dificil de nuestra trabajo. Es como si ust fuera ala caza de tigres para atrapar un sole tigre en particu que vive en wna zona delimitada, en donde tiene wn nomi ‘conocido por todos los aborigenes y en donde se recuerda e qué Ingar despedaxé a qué persona, Me ha contado tantas eosas que ahora sigo sin saber 8 lo que ofrece venderme. ~Su futuro. Le puedo vender un fragmento de su futuro, Nomis de un minuto. Tal vex unos diex segundos mis Pera, 48 49 Jo captar qué se escribié para ua lector-hembray qué para Jeclor-macho,,. ;Yusted? ;Su nombrees, me parece, sehor Helangen? Si, seftora Lempitska, Maurice Erlangen. A mi me gusta Whar musica aqui, porla tarde. Esto es una dpeta de Mo: Ha flauto magica... ;También le gusta la musiea? Gh. si. Me gusta la de Gotan Project; amenudo escucho isco llamado £1 camino jazaro o la compilacidn de Buddha -Quiere decir queen eso somos «espiritus alines>. 2 tal las peliculas? ;Qué género le gusta? “No lo sé con exactitud. Las hay demasiadas y yo no sé ygerlas ni ubicarme entre ellas. Jamas logro dar con una sna, y por lo mismo, me pierdo las mejores, Pero, querida sefiora Lempitska, al menos las peliculas un asunto facil. El pasado y el futuro son dos eternidades sy mndas detras y delante de nosotros, Desde que se in faron las peliculas, Jas grabaciones sonaras y de video son Gnicas exeepeiones que preservan esa mitad de la etermidad detrhs de nosotros. De modo que nose puede perder las peli~ Wulas. Alguna vee venir a mi casa para ver en pantalla de cris Wp) liquide las mejores peliculas que existen. Las tengo todas Ai después de la tereera no admite que es asf. jamas vuelva & ‘yoruna pelicula... Pero yo hablo demasiado y no le deja eseu- thar a Mozart... El seftor Erlangen se levanta para servir mas café yenton- ‘ees madame Lempitska ve bajo su saco algo que siempre le Ju erizada la piel: un Combat Magnum, el mismo objeto cos ‘oso que poseia su difunto amante, Matheus Distelli. Ella sujeta ‘enérgicamente su mochila y pregunta ~ Yau trabajo nose ve afeetade por el tiempo que pasa ‘ayjui con misica? Al contrario, sefiora Lempitska, esto es una parte im portante de mi trabajo, En realidad, nosotros hora estamos enperando a quese abra nuestra sala con cajas de maxima se~ guridad, Aldia siguiente, una emplesda del banco Plusquam ma a madame Lempitska: ~El sefior Erlangen la recibira enseguida Erlangen ticnde la mano-a madame Lempitska sin quit de ella su mirada de goma, Ella lleva cl vestido exdtica nica de piel sedosa, diseniado por Mona, las medias curat Sanpellogrini que huelena algas con té, y un reloj que Inundéndola con su vox y su andar con un toque de Dolew Gabbana, Erlangen la conduce a un salén con dos poltro revestidas de piel color rosa donde s¢ sicntan. Entre ellos e el delgado chorro de agua de una fuente encerrada en un cris Yuna lueazul marino, que se asemeja a un rama de gladialas Erlangen Ie ofrece un eafé de El Cairo que ¢l mismo pre enuna hornilla eolocada junto a una pared negra. Luego sienta y pone magica. Es Mozart. Al fondo del salén esta puerta redonda de plata de Ia enorme sala con eajas de seguri- dad, La puerta esti cerrada, ~{ Cuil es la bella ocupacién dela senora Marquesina An= drosavich Lempitska, si puedo preguntar? Asi, enel ocio. Por favor, no tome esto como una pregunta oficial, Aqui no tene- mos derecho a ese tipo de cosas. Como decirle, nada en particular. Me gustaba leer bros. Pero desde que hemos entrado en el siglo xxr, mejor dicho, en la era de Acuario, no puedo lecr los libros del siglo xx, Como si todos los héroes de esos libros hubiesen emigra~ doa alguna parte y las hubieran dejado vacios. Ademis, no se 5. ~Si lo he entendido bien, estamos esperando la lave esa sala yde esta puerta redonda. —No, Le que estamos escuchando es la lave de esta pms ta. Se tienen que escuchar exaciamente los determinados e: No? No. Enema ‘caso, hay otra razn, mucho mis importante ue cualquier plano erétieo. Esa tiniea manera de comprobar shel sueno que pienso venderte es tuya 0 no. ~ ;Distelli también tuvo que pasar como yo por todo esto. 14 obtener su suetia? {Claro que no! —rie la seforita Sandra—, sus pruebas ‘{ivieron que ser totalmente diferentes. Yona invento las prue~ las imponeel sueno en cuestion. Si acepta, ze6mo seré ese sexo oral? Na tengo idea de é es lo que realmente tienes entre las piernas. —Lee a Jung, ahi se explica bien que no hay que confundir jun andrégino con un hemafrodita. Pero dejemas la ciencia, Manana vendras aqui a cenar. Y todo se dara entonces y en la mesa. Cémo se va a dar, depende de ti, Sino vienes, no pasa ‘fran cosa, Tu suefio seguird colgado de una rama estrella y te jeguird esperando en alguno de tus futuros. No lo olvides: ho trato de persuadirte de mada, Viniste sola y decides sala. Poro si vienes de muevoy la cosa se da, al dia siguiente sofiarés lin fragmento de tu futura, mas precisamente, sofarés ahara el suefio que habrfas de sofar en unos meses, sonora y escojo un nuevo compositor... Ahi est, se nos de abrir: Adentro le ayudaré personalmente a tomar sweaja: seguridad ¥ luego la dejaré sola con sus objetos de valor... ‘Madame Lempitska por fin esté «dentro», solay cor fundida. Mira por todo el euarto como si buseara donde Angel perdié su botén. Luego se espabilay de su mochila a deprisa el rewlver Combat Magnum del difunto Matheus telli, envuelto en.un pantuelo morado,yla coloca en su caja seguridad. Partiendo con cl ntimero de la caja en su mochila, pese dolor por su cantante favorito, dalor que le oprime como sostén apretado, macame Lempitska siente una especie de ‘vio. un relajamiento desvergonzado de que su amante ysu p ‘cupacién por él se hayan ido de este mundo... 4 a {Cuil ela tereera condieién? —Lempitska hace la inevit Pregunta en su nuevo encuentro con la seforita Sendra, —Sexo oral, Lempitska rie. Por qué cree que lo aceptaria? No soy una lesbiana, —Tampoco yo soy una mujer —contesta con vox gélida seftorita Sandra, —¢Noeres mujer? ,¥ qué eres entonces? —Madame Lem- pitska pasa al tutea, —Soy androgino. 2Y quées eso? —Puedo-éer las dos cosas. Pero pueda decinte que eréti- camente no me atracs en abscluto.. 52 |. ENVERGURE POUR HOMME fondo dela habitaci6n, junto ala pared, hay un armario alto isenada al estilo burgués alemin Bidermeier, del aiglo-x1x; ine siete cajones, por lo que lo Haman usualmente El Siete ss, ya. que dispone de un cajén por cada dia de la semana te él hay uma mesa puesta y en ella la cena para una perso- . Sélo hay una sillaen la habitacién, Cuando madame Mar- “quesina Androsovich Lempitska entra, la senorita Sandra est ‘pentada en esa sillay leva tiempo cenando. El menti cansiste ‘en sushi con jengibre, una ensalada de algas marinas y té ver- ». El reflejo del té verde esti temblando en el techo. ‘La senorita Sandra no interrumpe su cena aunque ne ‘quita su mirada de la invitada. Su cabello brilla, sus dedos lescansan suavemente sobre los palitos de marfil con los que syarra bocados de arroz, Pero esos dedos estan enfundados on guantes. Ademas, no en cualquier tipo de guantes. Un puante tiene siete decos. el otro cinco. juagar por sus guan- ps, la sefiorita Sandra tiene una docena de dedos. Justamen- ‘el mismo. niimero que los meses del afto, Un dedo por ada mes No hay ningiin saludo, ninguna sefta que indique lo que |i invitada deberia hacer. Lempitska espera un tierapo, eam- bidndose de un pie al otro, luego, lanza inopinadamente su sombrero con Ja sombra abigarrada a un rineén del cuarto, ¥ ‘wesacude primero uno, y después el otro zapato con tacones de cristal Swarowsky, Con eso, le vienen a la memoria las palabras de Distelli: Marquésina, jponte el calzadol». Sus ojos corren a tada velocidad, su minifalda de vidrio no le estorbara, se pone acuaten patas y se mete debajo de la ‘mesa. Alli queda asombrada par dos cosas: ahora la fragancia yanno es Antracife, que habia sentido desde el primer dia en Ja senorita Sandra, sino Envengure, un perfume para caballe= os. Lo otro que casi 1a hace desmayar es el miembro viril de mas de veinte centimetros que encuentra entre las piernas dela setiorita Sandra, Emese momento, Sandra deja de tomar el1éy con su mano de siete dedos enciende un cigarro, La sos tiene entre el septiembre y el octubre, Asi, las dos estan fumando. La sefic debajo de ella. Alterminar la sesign, madame Lempitska se endereza mira estupelacia el bellisimo rostro de la sefiorita Sandra ledice: “Maniana porla noche sonaris un suefo que ihasa saniar censiete meses, por marzo del afto que viene. Al principio, no. Jo reconoeeris. Te parecera como cualquier otro suctin, P no te preocupes, Te convenceris cuando suenes la continua cidn el siguiente ano, porque yo, como ya lo hemas dicho, pue- do proporeionarte s6lo una parte muy breve de tu suefo futura. Addemis, te daré un consejo. Cuando suefies los suefios del futuro no deberias pasar la noche en el lecho en el que duer= ‘mes normalmente. Duérmete en algsin otro lugar. Yno vuelvas lacabera en la misma direccién como en tu cama a Al dia siguiente, madame Lempitska eompre para su ¢suehio del furura una gondola, Una verdadera lancha flatante vex neciana en laca negra. El vendedor laenelga con cadenas del techo de su dormitorio, y Lempitska avienta adentro alma= hadones de distintos colores, Al anochecer, toms un banio de burbujas, se pone un camisén nuevo y su perfume Addict Dior, quedealgan modo le huele a sandia, lo cual no le agrada pars ‘icalarmente, y se mete en'su nido «flotante». Todo lo que en su vida habia escuchada sobre los sueiios se redujo a una sola cosa y mientras se va hundiendo en el sueho repite una frases 56 Sandra a la mesa, y madame Lempitska, No hay que ser sordo en el sueno. Hay que reeordar lo que sedice enél,,.> «En cuanto se durmié, madame Lempitska se yolvié un niflo, Pi nifto vivia en la gran casa de sus padres. Dormia en el piso de arriba, cnn cuarto que estaba dentro de otra habitacién inds grande; el comedor. Es decir, era un euarto dentro del \arto, Tenia dos ventanas con bonitas cartinas: a través de Jas cuales se podia vera los demas inquilinos y visitantes cuan- {lo entrahan en el comedor, y por la noche, la madre, a su vez, podia asomarse para ver si el nifia se habia dormido. »Pero averes el nifio na dormia. Mantenia los ojos ce- rradosy escuchaba. Siempre lo-mismo. En la pared sin venta~ tus. habia un enorme armario, Coma un tercer cuarto dentro del euarto. A veces, de ahi se podian escuchar pasas. Alguien aminaba dentro del armario del euarto del nina... Eso no pa~ aba siempre, Pero podia escucharse muy bien. .. Aveers, esns pasos decris de La puerta de dos hojas del gigante de madera pran frecuentes ¢ inquietos, pero en una oeasién se alejaron dlespacio, y luego, yalejos, emprendieron una carrera. El nifto fe asustd yse irguid en la cama...» Enese momento, el suefo de madame Lempitska se interram- pe. Porla mafiana va decepcianada con su evendedar de fu~ furo® para preguntar qué signifies todo esto, En el que cambia de color segtin suhe o baja su temperatura interior. Asi arreglada, se va « El Cairo con su nuevo aman- {,e1 sehor Meuriee Erlangen, Al.aterrizar, sus uitas moradas dquieren el color de rosas blaneas, y el seiior Exlangen la xe iistra en cl hotel Mena House. En cuanto abren la puerta de Ja terraza, la enorme pirémide de Keops parece tocar su cama. La pirdmide color arena roja esté ahi. al aleance de la mano. (Gon el olor de la pirimide se mezcla el aroma de sus ewerpas, Jos perfumes Addict Dior y el Dolce & Gabbana maseulino, Qué tan viejo es ese monstruo que fisgonea por debajo e nuestro cobertor? pregunta Lempitska. En realidad, la pirdmide esta desollada y nosotros s6lo vomnos su earne, Unmillén de noches después de haber nacido poo se veia asi, Nobabia adquirida ese color ni siquiera después de dice millones de noches. Pero luego, sobrevinieron varios pentenares de millones de noches y tras diversos golpes de en- vejecimiento, empex6 a adquirir su aspecto y color actuales. De ese mado vaenvejeciendoy encanecicnda, 4 Me asustas —dice madame Lempitska. Para consolarla, eloeitor Erlangen Ia abraza y le promete llevarla al antiguo suk de EL Cairino, donde se toma el té arabe tastada... Erlangen es un seductor irresistible y los des sc besan apasionadamente entre las beduinos con camellos cuyas ani- radas se desdibujan ex ellos. Por la noche, él eachetea sus tenosy lame su espina dorval, yen el dia, ella por fin tiene a Allguien que le pellizque los pechos en la calle, entre las cabras yy las eanastas eon panes egipcios, En el barrio copto, al senor 58 Erlangen le encienden narguiles y él fuma a través del agua tahaco oloroso Bos Manzanas, mientras una anciana adomna con varitas los ojos de Lempitska al estilo de los antiguos egips) cios: Lempitska adquiere la vista del dios egipeio Ra y 108 ojo del ano 1350 antes de Cristo, Sus ojos son ahora la regié oriental yla occidental del alma... El ojo derecho represent el Soly adquiere la ceja y el delineado de eolor negro, con los pérpados de color verde claro. El ojo izquierdo teprescuta la Luna. y la eejny el delineado llevan el arul marina, eon los pir pados ocres como arena, Es el ojo de la lux nocturna Cuando eltrabajo esté terminado, laanciana dice. ~Ahora escucha. mi nifta, lo quete va a decir la vieja Zoix. da. Ta tienes las pupilas rojas como una diosa. Pidéle atu hom= bre que te compre una piedra roja para ponértela en el ombligo, Es lo que llevan las diosas. Erlingen esta encantado, y en la primera joyeria compra un rubi que Lempitska se cuelga en el ombligo, Erlangen la toma en los lugares mas incretbles. en piiblica. En el taxi, en el aseensor. medio muerta de miedo en una de las pirimides Pequetias, cm-l sanitario de hombres del museo egipcio, en el antiguo cementerio de El Caira que habitan los vivos. En el desayuno, Lempitska dice a su amante, ~iLos dos nos vemos mejor en Africa que en Europal —No te fies de los espejos —contesta él, los eapejoa arabes estin hechos para que luzeas més delgada de lo que res —Noes verdad: Aqui las flores que conozeo de Europa son, cnormes, més.ltas que yo. y su aroma es tres veces mis fuerte, En Egipto, tanto la gente como los burros y las cabras estdn expuestosa los beneficios de la fitotezspia yde los vapores me= dicinales. Aqui, ala sombraes marzo, yal sol e3 julio Enel viejo suk, apenas encuentran lngaren la calle repleta de mesasy sillas con gente eyada desde los cuatro puntos ear~ ‘tinales, que se rie ala ver en un centenar de distintas longuas yYoma cl té. Lin belga se sube ala mesa y desde mis de dos mes ‘tros de altura vierte el ¢éinfaliblemente de la tetcraa sw vasito 60 abajo on Inacera, Marquesina y Erlangen le aplauden, 61 toma 1 vaso y se sienta en la caluada asus pies. Se presenta como Wim van de Kocbus y les pregunta: ~,Hlan aido Ia historia de le hierba? Sino, se las-voy a contar. ;No deben irse de El Cairo hasta que la eseuchen! Lempitska, sentads en el regaro de Exlangen, toma el 16 tostado, dormita, y con el dedo de Erlangen dentro de ella, es- tha lo que el belga susurra... cairo ad alrededor de Lempitska y Erlangen, ex- pandiendo y encogiende su enorme pecho, adquitiende dos millones de nuevos habitantes exda noche y perdiendo el mis~ mo nimero cada manana, Los ojos en sombra de Lempitska no ven dénde esté el norve y dénde el sur, cudl esa iequierda yeudl la derecha, Marco es una €poea maravillosa en esa re- {#i6n, pero madame Lempitska no sabe la fecha ytampoco mira su reloj. Hasta que una noche, abi en El Cairo, Hega a tener unsueno. De hecho, noes un sueno. Es la eontimaciéi de un sucfio bien recardado. EL sun8a camo ne LAse8ons Leseprrsea «En cuanto se sumerge en los suefios, madame Lempirska se convierte en el nifio que esta sentado en su cuarto-y escucha Jos misteriosos pasos dentro del armario. En una palabra, aun dormida reconoce que ya habia softada este suefe y que éste se est repitiendo. Pero cuando el nino asustada quiere des~ pertar, jel suefto contimtial > En esa continuacidn del suetio, el nitio esta sentado ala mesa, detrés de su espalda esta el armario del cual a veces se egeucha el murmullo del agua, y su prima, Hojarasca, entra al cuarto, Ella tiene eatorce anos, él aproximadamente la mitad, pero c! nifio ignora la edad de ambos. Esuna tarde, el tiempo fluye deteniéndose a veces, como en las estaciones de trenes, ‘Todos en la casa de los padres del nino disfrutan de la siesta despues de la comida, mientras Hojarasca trae en una charola un vaso con jugode frambuesay un tazén con papilla, Ella mis~ o ma la hace yantes de bajar el vasoy el taz6n ala altura del ni sus labios se estiran en una sonrisaamplia, Hena de die ylengua. EL nifio comprende muy bien la que significa esa sont ygrita horrorizadh »=/No, no, no! —Pero no se mueve de la silla como si tuviers hechizado, Enese momenta, Lempitska, que suena’ el nifio, experimenta por primera ver una ereccién, Ho} le ordenaentone Come! >>Asustado. el nifto apura una eucharada de Ia papillaa boca yensesuida empieraa heber el juga, y Hojarasea se debajo de le mesa, con la cabeza le separa las piernas, lo de abrocha y lo toma en su boca chupindolo como un dulce, ese instante, 1 deja de beber lo que esta bebienda, y ella, mienza a beber lo que recibe de bebida... »Enel momento en que algo espeso y dulce quiere bi del nido, el suefio se interrumpe y madame Lempitska de: pierta gritando, , Cotto... Tenias razént ;Quién carajo eres? —Lempitaka itn desde la puertay sin rodeos le pide al evendedor desuc~ ‘hos comprar el siguiente fragmento de su vida futura El bigote de Aleksa Klozevits esboza una sonrisay extien- Melos brazos, Después de verel sueno, se dio cuenta de que yo no ten= por qué engatar a nadie, y tampoen la hice con usted. Si lla noche se hubiera acercado ala mesa con la ena de otro wo, digamos desde algin otro costado de la mesa, habria do que el suetio no era suyo. Pero, debo decirsela de una . sivamos por un nuevo trata, lo que tengo para ofrecerle aver sera més caro. Qué obtendria esta vee y por qué habria de ser més caro? Esta yea obtendria wn pedacita de la eternidad. Por eso. {4 mas eostoso e implica cierto peligro. Pero es mejor que ‘juse meta en eso porque es un avispera y no estay segura de ele vaya agustar lo que debo cormunicarle a ese respecto, si ‘fs que proseguimos con el trata, —Digilo con tada libertad. Say temerosa, pero s6lo para jonas pequenas. :Qué me esta tramando? Ee el suento que softariaa sus 37 afos. Es decir en dos ‘thos. Exactamente setenta y un segundos de su futuro que ja~ ‘nits habra de tener. ‘Donde esti la diferencia con el anterior sueno? Yo puedo proporcionarle cualquier suefio que sofara en ualquier momento de su vida. Pero éste no es ese tipo de sue~ ho. Es un suefio que no vaa sofiar nunca, porque no Ilegard a Vivir3z aftos, Es un suedo dela eternidad, Un suefio del mis alli, Pero suyo. Siento tener que decirselo, pero sin ese dato no podriamos proceder al acuerdo de compraventa. —,Cémo sabe que no voy a llegara la edad de 37 aitos? Querida seaora Lempitska, yo puedo calcular esas eosas. Si yosé con exactitud el dia en que yo mimo voy a morir. {por qué no habia de saber el suyo? Usted no va a llegar a vivir su {rigésimo séptimo ano, De-ese afio le pueda proporcionar s6lo un pedacito del suefio que sottaria si estuvicra viva La impresién del sueno es tal que Lempitska saeude a Erlan gendormidoy le dice: —Debo regeesar a Europa de inmediato. Ella mira con su mirada de gornay rie sin palabras. Fi nalmente la besa y dice: —Hermosura, manana de tados modos thamos a regresar. Mis vacaciones se han acabado y deho volver al banco... A ‘La matana resulta un poeo ciega, Ia primavera no se ha he~ ‘cho ni un poquito més sabia ese dia en que madame Lempits- ka oprime por enésima ver la plaquita negra en la que esta escrito: SYMPTOM HOUSE A.&8.K.-Venta de bienes muebles 6a 63 —j/caso es posible hacer eso?, ;como? —Cuando usted atrapa un pajaro, nunca atrapa sélo w mitad de él. o una euarta parte de él, sino el pajare compl sin importar si es grande pequefio. Lo mismo ocurre con. suefing: yo puedo atrapar ya sea su euefo completa o nada, importar si su suefio es largo oeorto. Par eso, ena atempar lidad flota también aquella parte desu suetio, su continuact que jamds llegaré a sofiar, pero que ya esta abide la mit manera en que en un pijaro estan, digamos, sus patas cela. Ole day oto ejemplo: al igual que el cabello y las wi crecen aun después de la muerte, las suefos continiian. mamente aunque nose bubiesen terminada de sofar dun lavida. —jHubo algun aviso en el suefio de Distelli de como ‘morir? En otras palabras, zyo podria ver el resto del suelo Distelli no terming de sonar, el eual usted habia atrapada pi él, peranose lo vendié porque él habia muerto antes de suefio terminara? —Eso no se puede realizar. Primero, porque él reeibid do el suetio y cermin de sonarlo. Incluso, la parte pést ‘Ademis, las condiciones de compra paral fueron compl mente diferentes. Lo que si'puedo decirle es que el suciio usted que he logrado atrapar es cien aflos mas joven que suefio de su difunto amante, el seflor Distelli. El de él data: principios del siglo xrx, y el de usted ocurre a principios siglo xx. =i Qué significa esto? —Eso tiene que preguntarselo a algin alumno de Fr no ami, No soy un médico para curar, tampeco un maga; vaticino el futuro. Ne soy politico para prometerle una jor vida, ni representante del ciber-capital para proteger porvenir de los grandes del porvenir de los pequeftos, soy comereiante ¥ le vende su futuro tal ¥ como aera... 4, ADDICT DIOR + DOLCE & GABBANA + POISON Madame Lempitska esta sentada en el «templo» llamado Symptom House, escucha lo que le esta contando el «vende~ dor de future sobrelos suefios de Disielli y sus propiossue~ Tos, pensativa, dices -Signifiea que usted distingue los suefios de sus lientes ‘eomo aquellas mujeres que distinguen la picadura de una pulga We la picadura de un mosquito... Sie refiere aque las suciios pueden picar, es eorrecto. Pero, regresemos a nuestro trato sobre la compra de futuro en el mas alld, ;Bajo qué términos podria comprar otras sotentay un segundos del futuro que nunca voy a vivir? .Cuan= 4p cuesta su cucharadita de futuro? Usted dice que las con- diciones son mas dificiles. ;Acaso esos sucios del mas alld pcan? Mis que eso. —eQné quiere decir con e40? —pregunta madame Lem- ‘itska, Como siempre que espera una respuesta importante, i lengua transparenie se asoma enire los labios. Esta callada {y60n los ojos cerrados. Tendri que matara alguien. Lempitska abre las ojos y dice: sa es la condicién? Si. Pero dado que no va a vivir hasta los 37 affos, eso no ‘yeuulta especialmente preacupante para usted. Porque, téngalo presente, yono.sé cuando usted va a morir, pero sé que seré antes del ato mencionado Fis decir, podria oeurrir incluso antes... ¢Cuinto antes? Nosé decirselo. No pude caleularlo, Usted es un.amable ¥ muy educado pedazo de mierda, 64,

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