Presentacion
EI objetivo principal de este manual que ahora se
presenta es el de servir como guia y libro de consulta y
apoyo para todos aquellos lectores interesados en la gra-
matica del espafiol y, en concreto, en su sintaxis. El lector
podrd encontrar aqui un repaso por los principales aspec-
tos que caracterizan la sintaxis de la lengua espafiola.
Un manual sobre sintaxis, no importa de qué len-
gua sea, no puede reducirse a una lista mas o menos
detallada de estructuras sintacticas. Hoy en dia, con el
bagaje de conocimientos lingiiisticos de que disponemos,
no debe cabernos ninguna duda acerca del tratamiento
de la lingiiistica como una ciencia capaz de desarrollar
sus propios instrumentes y con un objeto de estudio tan
definido y, sin embargo, tan impreciso en ocasiones como
es la lengua, nuestra lengua y el lenguaje. Las lenguas
particulares no son sino una manifestacién de una pro-
piedad mas general, comin al ser humano como especie
y, de acuerdo con las mas recientes investigaciones en el
campo de la biologia, con una base genética.
Un equipo dirigido por el genetista Anthony Mo-
naco realiz6 inicialmente una busqueda gendmica entre
los miembros de una familia, algunos de los cuales pre-
sentaban trastornos gramaticales, En el desarrollo de su
investigacion detectd que los afectados por alteraciones
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lingiiisticas presentaban una regidn en el cromosoma 7, denominada SPCH
1, con una composici6n diferente a la de los miembros no afectados y a la
del total de la poblacién sin alteraciones (Lorenzo y Longa 2003). Mas
recientemente, ha sido posible delimitar con precisin la localizacion del
gen que parece implicado en este trastorno, bautizado con el nombre de
FOXP2. No debemos perder de vista que los genes aportan instrucciones
para la especializacidn celular. Si hay un gen vinculado con el lenguaje, esto
significa que dicho gen es el responsable del desarrollo de circuitos neuro-
nales que subyacen a componentes especificos de la gramatica (Pinker
1994).
Es posible afirmar, a la luz de estos descubrimientos, que podemos
hablar cada uno en nuestra lengua materna por el simple y sencillo hecho
de poseer una dotacién genética o facultad del lenguaje que nos permite
hacerlo, al igual que nos permite andar sobre dos piernas, ver y formular
juicios sobre lo que vemos o utilizar nuestras manos para fabricar y mane-
jar los més diversos artilugios.
Por supuesto que son muchos los debates que surgen a la luz de
estas nuevas evidencias cientificas. Por ejemplo, todas las lenguas siguen
unos principios comunes derivados de las propiedades del lenguaje huma-
no: poseen unas unidades minimas o fonemas capaces de combinarse
entre si de manera recurrente para formar unidades mayores o palabras
tal vez nunca antes dichas ni escritas; al mismo tiempo, estas unidades
mayores poseen signos que permiten referirse a cualquier entidad 0
evento real o imaginario; estos signos se agrupan y organizan siempre
siguiendo un orden determinado, distinto para cada lengua, pero regular.
La relacién entre estos principios y la localizacién y estructura de los
sistemas neuronales especializados del cerebro humano es una pregunta
pendiente de respuesta.
El componente genético que nos permite hablar no sélo nos rela-
ciona con las personas con las que convivimos en una misma época, sino
que también nos conecta con nuestros antepasados mas remotos. El
origen del lenguaje sigue siendo todavia un tema de estudio de especial
interés. Por desgracia, no tenemos ningin tipo de documento que nos
permita datar con precision el momento en que el primer ser humano
comienza a hablar utilizando un lenguaje articulado. Lo unico con que
cuentan los paleontélogos es el estudio de la anatomia de los restos de
los primitivos humanos. Dos parecen ser los aspectos de especial relevan-
cia para determinar cuando el hombre empieza a hablar: por un lado, elPresentacién
desarrollo del cerebro y, por otro, la posicién de los érganos articulato-
rios y, en concreto, de la faringe. En cuanto al primero, los restos fésiles
han revelado que dos de las regiones cerebrales responsables del lengua-
je, el area de Broca y el area de Wernicke, estaban ya bien desarrolladas
en los primeros representantes de nuestro género, el homo ergaster y el
homo habilis. Pero los datos mas interesantes son los que se refieren a la
disposicion de nuestros érganos articulatorios, fundamental para la posi-
bilidad de producir un lenguaje como el nuestro. A este respecto, las
investigaciones parecen sugerir que las dos especies que acabamos de citar
poseian un aparato fonador parecido, si bien no idéntico, al que posee-
mos en la actualidad, lo que les podria haber permitido producir un
repertorio limitado de consonantes (Arsuaga y Martinez 2004). El estu-
dio de estos dos factores y de su interrelacién todavia hoy sigue siendo
objeto de debate y discusién, pero sobre lo que no parece existir ninguna
duda es sobre que la aparicién del lenguaje estuvo unida a un cambio
cerebral y fisioldgico que también se reflej6 en el desarrollo de todo un
conjunto de habilidades sociales y tecnoldgicas. El lenguaje, por consi-
guiente, tiene mucho que decirnos acerca de nosotros mismos, de nues-
tro origen como especie y de nuestra propia evolucién.
Al relacionar una lengua particular con una propiedad general de la
especie, vemos que el estudio de cualquier lengua conlleva mucho mas que
la mera descripcién a la que aludiamos en el segundo pérrafo de esta pre-
sentacién; supone, ante todo, una referencia continua a esta propiedad que
nos permite usar y conocer una lengua. En el estudio de la sintaxis del
espafiol debemos siempre tener en cuenta que los fenémenos que ocurren
en una lengua particular no son sucesos aislados, pues siguen unas pautas,
obedecen a unas reglas que dependen en ultima instancia de principios mas
generales que configuran el lenguaje humano. Pero, ademis, el estudio de
cualquier lengua también implica una comparacién constante con otras
lenguas e incluso con otras variedades dialectales dentro de la lengua estu-
diada, puesto que todas estas formas de expresién lingiiistica también son
manifestaciones de la misma facultad del lenguaje. Comparemos por unos
momentos la variedad lingiiistica con la variedad existente entre los seres
humanos.
Todos pertenecemos a la raza humana. Estamos dotados biolégica-
mente de unas caracteristicas que nos permiten ademas reconocernos entre
nosotros como miembros de la misma especie. Sin embargo, es indudable
que también somos muy diferentes: existen razas distintas, adaptadas de
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manera diferente al medio en que se desarrollaron; incluso dentro de una
misma raza, hay individuos distintos seguin el color del pelo, de los ojos, la
forma de la cara, de los labios, la estatura, el peso, etc. Existe, por tanto,
variedad dentro de unas caracteristicas comunes. Algo similar ocurre con
las lenguas: hablamos de lenguas diferentes y de variedades lingiisticas;
incluso dentro de una misma lengua existen también diferencias significa-
tivas entre dialectos: no es lo mismo, por ejemplo, el espafol hablado en
Madrid que el que se habla en la ciudad de Buenos Aires, y no me refiero
tinicamente a diferencias de pronunciacién —desde luego, muy eviden-
tes— sino también a pequefias variaciones a nivel sintdctico. Pero, de
nuevo, por encima de la variaci6n existe un vinculo comin entre todas las
manifestaciones lingiisticas del ser humano, pues, de hecho, cualquier len-
gua puede ser traducida a otra y toda persona puede, con empefio y dedi-
caci6n, aprender cualquier otra lengua por dificil que sea.
Al identificar a un nuevo individuo como miembro de una especie,
partimos de las caracteristicas 0 principios generales que definen a dicha
especie. En el caso de las lenguas, toda descripcin particular tiene que
tener como meta iiltima relacionar dicha lengua con el conjunto de estruc-
turas lingiiisticas existentes, con el fin de ofrecer una explicacin de los
hechos analizados y no una mera lista descriptiva de estructuras. Por este
motivo, los fenémenos de los que vamos a tratar no sdlo aparecen descri-
tos y caracterizados, sino también explicados a partir de hipétesis o pre-
misas que sirven también para explicar hechos similares o relacionados en
otras lenguas o en otras estructuras. La impresion a la que llegar el lector
es que ningin fenomeno del espafiol puede estudiarse aislado, pues cual-
quier estructura que queramos analizar establece conexiones con otras
similares presentes tanto en espafiol como en otras lenguas. Por desgracia,
no siempre estamos en condiciones de poder ofrecer una solucién adecua-
da que dé cuenta de un fenémeno o de un grupo de construcciones sintac-
ticas. A veces, contamos tan sélo con unas primeras hipétesis que deben
ser contrastadas con los datos que nos proporcionan las lenguas. Pero,
como sabemos, la ciencia en general no dispone tampoco de respuestas
adecuadas a todos los interrogantes que se le plantean. Trabaja también
con hipotesis que cada vez se aproximan més a la realidad del objeto
estudiado y que se perfeccionan con su verificacion empirica. La linguistica
trabaja de igual modo, con la diferencia de que sus herramientas e instru-
mentos de comprobacién residen en la propia lengua, objeto a la vez de
estudio.Presentacién
En nuestros dias, es dificil encontrar una persona que no tenga co-
nocimientos de alguna otra lengua, aparte de la materna, Casi todos sabe-
mos algo de inglés, es posible que de francés, italiano o portugués, nuestras
lenguas mas proximas. Tampoco resulta extrafio encontrar personas que se
aventuran a estudiar, por diferentes razones, lenguas como el ruso, el chino
o el japonés. Por supuesto, convivimos ademas con hablantes que son
capaces de comunicarse no sélo en espafiol, sino también en sus otras
lenguas maternas: catalan, vasco y gallego.
Por todos los motivos revisados, y siempre con la intencién de dar
cuenta lo més precisa posible de la sintaxis del espafiol, el lector encontra-
ré a Io largo de este manual un conjunto de referencias a otras lenguas,
realizadas con el seguro convencimiento de que la comparacién entre di-
ferentes maneras de realizar una estructura aportar4 luz sobre los hechos
del espafiol. Con el objetivo de que estas llamadas de comparacién no
interrumpan la lectura del manual aparecen escritas en un cuerpo de letra
més pequefio, separadas del resto del texto y, normalmente, al final de las
secciones, como cierre.
Me he referido hace unos instantes a la existencia de variacién sin-
tactica dentro de una misma lengua. Una lengua no es, desde luego, una
estructura homogénea, sino que presenta miltiples aspectos tan variados
como pueden ser los hablantes que la usan. Existen diferencias geograficas,
dependientes de la region o zona, y sociales, definidas en funcién de la
educacién, clase social, edad 0 sexo. Todos hablamos en una variedad
concreta y somos capaces de identificar la procedencia de un hablante
tanto geografica como socialmente, segin su habla. Junto a esta realidad,
existe una convencién llamada espafiol normativo, codificada en la gramé-
tica normativa. Esta es un compendio de reglas restrictivas prescritas por
las Academias de la Lengua, a las cuales se les reconoce autoridad para
dictar los criterios sobre lo que es considerado correcto o incorrecto en los
usos de una lengua dada. Esta gramatica del buen hablar toma como base
Ia lengua estandar, variedad que se utiliza normalmente en los medios de
comunicacién, en la que se escribe, la que se ensefia en los colegios y la que
se suele también ensefiar a los que desean aprender nuestra lengua.
No hay que confundir, por tanto, correcci6n lingiistica con correc-
cién normativa. La correccién lingiiistica determina, por ejemplo, que una
oracién como *Fuan entrego sea agramatical en el espafiol —lo que se indica
mediante la presencia de un asterisco (*) delante de la oracién—. La razén
estriba en que no se construye de acuerdo con los principios de nuestra
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lengua, pues sabemos que el verbo entregar requiere aparecer acompafiado
de otras categorias para completar su significado. Cualquier hablante de
espafiol, no importa de donde proceda, reconoce algo extrafio en esta
oracién, si es que alguna vez la escucha pronunciar. Por otro lado, norma-
tivamente hablando, sabemos que los nombres propios se deben construir
sin articulo en espafiol. Sin embargo, en el uso vulgar se dicen cosas como
La Juana me ba dicho que boy no viene, que estd mala; Mira qué vestido se ba
comprado la Felisa. Estas oraciones no son correctas desde el punto de vista
de la gramética académica; ello no impide que no sea posible documentar-
las en espafol, basta con salir a la calle y empezar a escuchar a la gente.
Los oyentes que entran en contacto con estas secuencias son capaces
ademas de ubicar al hablante en un grupo social o nivel determinado.
implemente por el hecho de que sea posible documentarlas en espafiol
merecen nuestra atencién y estudio. El interés aumenta, sin duda, al cono-
cer que en otras lenguas, como el cataldn o el italiano, los nombres propios
se deben construir con articulo.
En el manual he optado por incluir distintas variedades del espafol,
dejando la descripcién normativa para otras obras. La opcién elegida con-
sidero que esté en consonancia con el propésito de ofrecer una sintaxis
explicativa que permita al lector no s6lo darse cuenta de cémo parece
funcionar el espafol, sino también de las otras opciones disponibles tanto
en lenguas diferentes como dentro de la propia gramética de la lengua
espafola.
Queda claro, por consiguiente, que este no es un manual normativo,
ni lo pretende ser. Se podria pensar, entonces, que es un manual teérico,
pero tampoco tiene esa ambicién, si bien es cierto que en ocasiones se
utilizan instrumentos desarrollados por la teoria, siempre con el inico
objetivo de poner luz sobre los hechos particulares analizados. Esta acla-
racién parece necesaria porque a menudo se produce una reaccién contra-
ja a ciertos procedimientos tedricos asociados a un modelo gramatical
concreto, el llamado generativo. Hay que tener en cuenta que la teoria
resulta tan necesaria para la lingiiistica como lo es para la fisica, la quimica
0 las mateméticas. El uso de unos principios tedricos minimos es consus-
tancial a cualquier disciplina cientifica y la Lingiiistica, como ciencia que
es, no puede ser ajena a ello. Conceptos tales como estructura, jerarquia,
dominio, dependencia, aun siendo términos especializados, forman parte
de nuestro vocabulario y son habituales en la explicacién de cualquier
hecho de cardcter biolégico o social. La teoria ademés nos va a proporcio-Presentacion
nar los instrumentos minimos necesarios para conseguir nuestro intento de
explicar los hechos lingiisticos y no sélo de describirlos. Nos suministra,
por otra parte, las premisas sobre las que poder apoyar nuestros andlisis y
conforme a las cuales estudiar los fenémenos sintacticos de cualquier
lengua.
A todo lo dicho hay que afiadir que un modelo explicativo como el
que aqui voy a seguir no es algo sin finalidad practica, todo lo contrario:
tiene la ventaja afiadida de poder ser aplicado en diferentes campos, como,
por ejemplo, en la ensefianza de espafol a estudiantes no nativos. Por ello,
en la organizacién y disposicién de este manual he tenido en cuenta que
las reglas y principios propuestos puedan ser aplicados provechosamente
en la ensefianza del espafiol como segunda lengua.
En resumidas cuentas, nuestra sintaxis del espafiol pretende ser un
manual explicativo del espafol y sus variedades, cuya meta —espero que
conseguida— ha sido la de combinar de la manera mas adecuada posible la
descripcién de los fenémenos con su explicacién. Por ello, su unico obje-
tivo consiste en explicar el uso mas alla de las convenciones normativas. La
teoria se utiliza unicamente como medio necesario para llegar al objetivo
de explicacién de los hechos descritos.
Los capitulos del libro estan dedicados a cada una de las facetas que
intervienen en el proceso de configuracién sintactica de una oracién. Se
comenzara con un capitulo de introduccién a la sintaxis, que sirve para
repasar los conceptos € instrumentos propios del estudio sintactico que se
utilizaran a lo largo del manual, asi como para ubicar la sintaxis dentro de
los estudios gramaticales en relacin con otras disciplinas tales como la
semantica, la morfologia, la fonologia y la pragmatica. El capitulo segundo
versard acerca del nombre y en él se hablar asimismo de los constituyen-
tes que coaparecen con un nombre en una secuencia: los diversos articulos,
los adjetivos, las oraciones, etc. Algo similar ocurrira en el capitulo tercero,
con la diferencia de que ahora nuestro objetivo se centraré en el verbo y
en los constituyentes que coaparecen con esta categoria formando estruc-
curas mayores: sus diferentes complementos, objetos directos, indirectos,
de régimen, asi como los circunstanciales: adverbios, construcciones adver-
biales y oraciones subordinadas. Los siguientes capitulos, del cuarto al
séptimo, estén dedicados al estudio de las Hamadas categorias menores 0,
mas recientemente, funcionales: el tiempo, la concordancia, el aspecto y el
modo. Veremos que son muchos los fenémenos que pueden estudiarse en
relacién con estos contenidos 0 marcas funcionales. Por ejemplo, en el
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capitulo cuarto, se tratard del tiempo, el aspecto y la concordancia de
sujeto, asi como de diversos fenémenos y construcciones que se relacionan
con la presencia en la oracién de los contenidos funcionales mencionados:
adverbios temporales y aspectuales, perifrasis aspectuales, verbos auxilia-
res, pronombres dtonos o no acentuados y clases de sujetos. El capitulo
quinto estara dedicado al andlisis de un conjunto de estructuras sintacticas:
copulativas, pasivas perifrasticas, pasivas con se, oraciones medias, reflexi-
vas y reciprocas, que tienen en comtn la pérdida, en unos casos, y la
transformacién, en otros, de su objeto. Veremos que en todas las construc-
ciones mencionadas interviene la concordancia como factor desencadenan-
te de diversos procesos. El capitulo sexto, por su parte, se centrard en el
estudio de la modalidad. Aqui analizaré los rasgos principales que caracte-
rizan a las estructuras con marcas de afirmacion y negacién. También
trataré de las oraciones interrogativas, exclamativas y de su relacion con las
relativas; de las imperativas, asi como de los indices 0 marcas modales que
aparecen en una oraci6n. El capitulo séptimo versard sobre el orden en que
se disponen los constituyentes oracionales segiin lo que el hablante consi-
dere mas relevante desde un punto de vista informativo; es decir, de los
mecanismos sintacticos vinculados con la manera de organizar un texto
informativamente hablando. Cada capitulo se cerrara con una propuesta de
ejercicios basada en los ejemplos y explicaciones desarrollados a lo largo
del propio capitulo y con un breve comentario a la bibliografia basica
recomendada. Terminaré el manual con un Apéndice dedicado a repasar
las semejanzas y diferencias entre coordinacién y subordinacion.
Esta es una obra que, como el resto de manuales que integran la
coleccién, busca ante todo ser ttil tanto a un estudiante de lingiiistica que
comienza a adentrarse en el tema, como a un profano en la materia inte-
resado en el estudio del lenguaje, como a un lector avezado en la lingiiistica
que busque informacién sobre un determinado asunto. Por todo ello, el
libro puede ser consultado segin el orden que se ofrece en el indice o por
temas, dependiendo del gusto del lector. Para facilitar esta segunda op-
cién, al final del libro y antes de la bibliografia se incluye un indice basico
de materias, cuyo objetivo es el de ayudar al lector a localizar lo mas
répidamente posible el tema o aspecto que desee consultar. La seccién o
secciones en que se trata una materia concreta apareceran indicadas entre
corchetes { ]. Este mismo criterio de cita se utilizard a lo largo de todo el
manual, como medio para remitir a otras secciones en las que también se
tratan relaciones o aspectos colaterales sobre un mismo tema. El objetivoPresentacion
es que el lector, gracias a estas llamadas, pueda tener acceso, si esta inte-
resado y el libro lo seduce lo suficiente, a la informacion mas completa
posible sobre el aspecto que desea estudiar.
A lo largo del texto, el lector también podra encontrar referencias a
autores, marcadas en el texto mediante paréntesis (). Estas llamadas con-
tienen el apellido del autor, asi como la fecha de las publicaciones més
relevantes para el estudio de un tema. El lector podr4 consultar la infor-
macién bibliografica completa en la lista de Referencias bibliograficas con
la que se cierra el manual.
No quiero terminar esta presentacion sin agradecer a todos los que,
desde el principio, no solo han tenido la confianza suficiente en mi, sino
que me han apoyado y animado en esta dificil y nueva tarea, asi como a
todas las personas que han colaborado en la revision del original. Deseo
agradecer especialmente a Aranzazu Rodriguez Ramalle su participacién
en la correccion de las primeras versiones del libro.
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