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Yyao aqy4 Bata Unidad Didtea stave a ‘tia del Prodacar Reade: ie: Dagoberto Nes ice COMPRA ¢ acted de City ops: “ie Pedro Ramires’ Po sf 20.24 Digtacin yates nae: "Rofl Varges Brew Diseo de portad ‘Garsina Garis Herrera PRIMERA EDICION i al veri Etat Dist ‘Sno, Cont NA HOUS wien voa.ongig maze Se sm on rae sna stata te Voinnet simran: ‘eit Varad Etta Dita Sie, owe a8 ISBN: 9977.64-875-1 a 3s Mars Les, Ante “hed cea /Anenio Mane SRS rae 1 ISN 77st ; 1. fice 2 tern. Ltte i pen Cota Ren ‘los Taller Geifees de I Bitrial ; eserate tite deen ONE. ; Pechiid la epreducin eal o pail, esol depo de ly, a D Sontenido INTRODUCCION .. Capitulo, ?PIAETICA: CONCEPTOS GENERALES ......-. Objetioos L. Origen histérico de la ética AA SLactica como moral vivids B. La ética como saber teérico «+ IL. Fitica, cultura y cosmovisisn filoséfica IML Definicién de la dtica y su relacién con las ciencias IV. Eitica,y disciplinas afines ........ A Bhs yeopologs a Bic y dere CC. Flica y religion | Ve Elmétodo de a tc El método de la ica como saber te6rico . B._ Elmétodo de la Etica como saber prictico ‘Vif: personal y tin social . ‘A’ Elhombre como ser individual: BL El hombre como ser social ‘VIL. La profesion y la ética profesional A Trabajo y profesion .. B._Dimensi6n ética dela pro a) Resumen del Capitulo i : B Bercios de Sufbevalua cs 57 ibiografia Basica ...... 61 tuto I PP MENSIONES ETICAS DEL OBRAR HUMANO . Objetioos =. on om "Naturaleza humana y actos humanos . ‘Acto humano, acto voluntario y acto moral A {os impedimentos dl ate vountario 1. Laignorancia . 2 Laspasiones 3. La violencia 8 Division del volun CC. Criterios de la moralidad 1 Hlobjeto............ 2 Lascireunstanc 3° Ta intencionalidad” La libertad humana: sus limites y condicionamientos . A afncin de ibertad B. Clases de libertad Libera isin Lista Sic atmo Libertad de y libertad i Indias ator den [Erconcenda dea autndeterminacign La responsabilidad e imputacion 1G Tbetad como supuesto da orden ico y socal. ‘ {a voluad como faculad orentads al en limit D. Limits condicionaienias del ibetad Laconciencia moral . A. Naturaleza de la. . |. Conciencia psicol6gica | 2. Conciencia moral B. _Evolucion de la conciencia mor Tera sobre a genesis dea 2 Teor weseml D. La conciencia ,voz de Dios? Resumen del Capitulo... wvaluacién Capitulo HL NATURALEZA DE LOS VALORES MORA] PRINCIPALES TEORIAS Y CRISIS DE LA Otjetcos Principals teorias éticas ..... A ElPogitivismo co 2 Pri anes 3 3. Evaluecin entica FL Naturalism Etco Caracterizacién general 21 : z Princpaestendencis de ia ica de benes a) M0 3 b) Elestoicismo )_ Eleudemonismo |.) 3. Principios éticos funidamentales| 4. Consecuencias 0 corolarios Bleualee Etico Introduccion general . . .. z Formulacion de. fe la ética kantiana a) Punto de pastida In existencia de la ley moral 'b) Los imperativos morales rages dela die sarin Existencia y naturaleza de los valores Caracteristcas de los valores . Inherencia ...... Los valores morales en Ta escalaaxioldgica, Valores infrahumanos . Valores humanos inframorales ae messes see e les eis Laespecificidad de los valores of eon 8 pe c) Intersubj Jerwo vce 414 Ech “4B Ta Md 5. : 46 2 Lables Arai) ae . LaAccleracién dela Historia... 8 Polos ee 18 Il, Btica y Postmoderidad: Los Desafios Bticos Actuales ....... 151 TVs Conds | se carats gulag eey ee 215 Resumen del Capitulo .. ltcicios de Aufoevaliac iografia Basica Introduccion ala Etica Introduccion \+0 N34 i 6226 444 hablar, con Federico Nietzsche, de “Ia muerte de Dios”. Recientemente, Michel Foucault nos hablaba también de “la muerte del hombre”. Si estos sertificados de defuncion ‘fueran ciertos, pareciera que, varalelamente, la literatura teolégica y vilosefict ; ic aproximadamente un siglo se comenz6 a deberian correr la misma suerte. Evideritemente las cosas no son asi, y a los autores mencionados tal vez habria que responderles con Ia frase del dramaturgo: “los muertos que vos matdis gozan de buena salud”. En cualquier caso, Ia ética que, en un pasado no uy lejano, por no alcanzar, segitn decfan, status cien- tifico, parecia condenada a la desaparicion o a Ia inanidad, viene recobrando en las iilttmas décadas un renovado vigor y vitalidad. Es un hecho: dentro y fuera de Costa Rica se publican libros sobre cuestiones éticas y se estan implantando o reimplantando cursos de ética an las universidades mas prestigiosas. Frente a lo que suele llamarse vacio moral, crisis de valores 0 corrup- cién rampante en todos los drdenes de la vida social, se oyen voces autorizadas postulando no sdlo una mayor jeer ‘formacién moral en el seno familiar, sino tam- ién una discusion y un andlisis tedrico, serio y pro- Lmmocucesan as Enc 8 fundo, sobre los fundamentos y las raices del fendmeno ioral Y a esto es precisamente a lo que suele llamarse elica, Por cierto que esta disciplina filoséfica no tiene nada de novedosa. Es tan ee y venerable como la misma filosofia. La reflexién ética comienza ya con los presocriticos, adquiere una importancia capital y deci- siva con Sécrates, el padre de la ética, y, desde Phitin y Aristoteles, es parte imprescindible de cualquier sis- tema filoséfico que se respete. Sin olvidar a hs escue- las filosdficas de Ia época helenistica (escepticismo, epi- cureismo, estoicismo) en las que la reflexién ética adquiere preeminencia, baste recordar los aportes a la ética -elaboraciones, criticas 0 defensas apasionadas de la misma- de pensadores tan cimeros y tan disimiles como Spinoza, Rousseau, Kant, Hegel, Stuart Mill, Kierkegaard, etc. Mas cerca de nosotros tenemos a los “maestros de In sospecha” (Marx, Nietzsche, Freud, Sartre) que, desde diferentes perspectivas, han denun- ciado las falsas morales, los enmascaramientos a que recurren las pseudovirtudes y los antivalores. __ Por todo ello, es inaceptable de antemano que la ética sea una cuestién baladi, algo asi como un pasatiempo inofensivo y una palareria superflua. Adviértase también que Ia ética no es algo exclusivo de [a llamada cultura occidental. También se ha cultivado en otros pueblos y en otras culturas, En China te- nemos a Confucio y a Lao-Tse, en la India a Buda, en Israel a los grandes profetas del antiguo testamento, por citar solo algunos ejemplos. Aeron Masses Laz En Ia actualidad, ya es un lugar comin Ia cons- tatacion y la denuncia que inauguré Juan Jacobo Roussenti, de que a los adelantos cientifico-tecnolégicos no ha correspondido paralelamente un progreso moral. También se ha derrumbado la creencia ingenua del po- sitivismo de que la ciencia, con su progreso incon- tenible, iba a solucionar i faatnette los grandes proble- mas humanos que, en el fondo, no son sino problemas morales. La tragica experiencia de la segunda guerra mundial ha probado con creces ae Ia ciencia y Ia tec- nologia pueden volverse contra el hombre. Y los desas- tres ecoldgicos que se han sucedido en las iiltimas décadas han confirmado que no todo lo técnicamente posible es éticamente deseable ni permisible. En cualquier caso no serdn las ciencia y Ia tecnologia solas y abandonadas a si mismas las que salvaran al hombre y solucionaran todos los problemas humanos. Como ya se ha dicho, es necesaria una ciencia con conciencia. Una ciencia sin conciencia puede llevarnos a Ia autodestruccién. Lo que quiere decir, entre otras cosas, que la ética no es ‘go superfluo y advenedizo. Nos es tan necesaria como el aire que respiramos para vivir una vida digna de ser humano. Como ya decia Sécrates, “una vida sin examen no vale la pena”. Las paginas que siguen pretenden simplemente introducir, meter al lector dentro de la problemdtica ética. Sélo constituyen una primera aproximacién, que él podra profundizar, por su parte, si el tema le intere- sa. De antemano declaramos que de ninguna manera hemos pretendido ser originales en los temas que pre- sentamos y en el enfoque it desarrollo que les damos. Mas bien, como se trata de un manual introductorio Itronucciow a4 Erica 1s para estudiantes de Ia UNED, hemos procurado ate- nernos a lo tradicional y hemos renunciado a cualquier posible originalidad en aras de la claridad pedagégica. En principio, este texto constituye la parte intro- ductoria de las éticas 0 deontol fas pr fesionales de las diversas carreras que imparte Ia D. Por ello se supone que cada carrera en particular ( Servicios de Salud, Turismo, Educacién Civica, Ciencias Crimino- Idgicas, etc.) debe ofrecer una segunda parte de este curso de ética donde se discutan y analicen en concreto los temas y problemas propios de cada carrera cientifi- ca. Pero para ello se necesita tener previamente un panorama general de la temética ética. Esto es precisa- mente lo que intentamos en las paginas que siguen. El lector juzgari si lo hemos conseguido, CAPITULO 1 La Erica: CONCEPTOS GENERALES Sumario ORIGEN HISTORICO DE LA ETICA. ETICA, CULTURA ¥ COSMOVISION FILOSOFICA. DEFINICION DE LA ETICA Y SU RELACION CON LAS CIENCIAS, STICA Y DISCIPLINAS AFINES, ELMETODO DE LA ETICA. ETICA PERSONAL Y ETICA SOCIAL. LAPROFESION Y LA ETICA PROFESIONAL. OBJETIVOS Al finalizar el estudio det presente capitulo el estudiante serd cape de: 1. Distinguir entre la ética como moral vivida y practi- cada y la ética como saber tesrico: como reflexién sobre la moral vivida. 2. Contextualizar la ética como una manifestacién de la cultura, a la par de la ciencia, el arte y la religisn. 3. _Distinguir la ética como un saber racional y como un saber normative. 4. Entender la relacién de la ética con disciplinas afines ‘como el derecho, la religién y la antropologia. 5. Comprender el método de la ética, en cuanto disci- plina teérica, que utiliza la induccién y deduccién, y, fen cuanto disciplina préctica, que se sirve de la habituacién o adiestramiento. 6. Poder distinguir entre el nivel o dimension personal de la ética y el nivel o dimensién social de la misma: 7. Reconocer la dimensién ética en la actividad profe- sional. 18 Asoo Manasce Loree . ORIGEN HISTORICO DE LA ETICA Los conceptos 0 categorias epistemoligicas nos des- cubren casi siempre su significado fundamental al analizar su origen y principio, Pues bien, el tétmino ética ~que provisionalmente ‘vamos a entender como una disciplina que nos ensefia cudl debe ser el comportamiento correcto del ser humano- se ha entendido histéricamente de dos maneras, légicamente relacionadas entre si, pero que se pueden distinguir clara- ‘mente. A. LAETICA COMO MORAL VIVIDA Aqui se desarrolla el tema de la Etica entendida como moral vivida, ejercida, practicada. Es conocida en la termi- nologia escolar como ethica utens. Asi entendida la ética es simplemente el conjunto de reglas, normas, mandatos, tabues y prohibiciones que regulan y guian la conducta y el comportamiento humanos dentro & una determinada colectividad histérica. En este sentido la ética es tan antigua como el hombre, prescindiendo de cuél sea concretamente el origen del mismo (evolucién biol6gica, creacién divina, etc.). En efec- rroouccon au Ect » to, desde que aparecieron los primeros grupos o colectivi- dades humanas sobre la tierra, ahi estaban ya ciertas reglas © pautas ~por muy elementales y simples que fuesen- que prescribian un deferminado comportamiento que se juzga- ba adecuado o ajustado. Una colectividad totalmente per- misiva y carente de toda normatividad, por muy atrayente que nos parezca, es algo totalmente utépico y que pertenece al mundo de los deseos y de las fantasias, pero que no tiene ninguin asidero hist6rico. Historicamente no se conoce ninguna sociedad, por muy “primitiva” que la que- ramos suponer, que no tenga sus normas y pautas de con- ducta. El lema que figura en la abadia Theleme : “haz lo que quieras”, es una humorada del humorista Rabelais. En otras palabras, no hay -al parecer, no puede haber~ ningu- na sociedad sin moral (vivida, practicada). B. LA EticA coMo SABER TEORICO La Etica como saber te6rico es entendida en termi- nologia escolar como Ethica docens. Esta segunda manera de entender la ética viene a set como una teorizacién, reflexién, justificacién y critica de la moral vivida y practi- cada. El origen de este tipo de ética es relativamente reciente, si comparamos su origen con la enorme cantidad de afios que tiene el ser humano de vivir sobre la tierra. En efecto, se suele situar el origen y comienzo de esta ética en Jo que el filosofo aleman K. Jaspers ha llamado “tiempo-eje de la historia”; a saber, el siglo sexto antes de Cristo. En torno a este siglo, segtin este pensador, se dan una serie de acontecimientos culturales en distintas latitudes geograficas (descubrimientos matematicos en Egipto, el mazdeismo* en Persia, el budismo en la India, los grandes 1. Laspelabrasoexpesiones qu est acompasads por un asterisea vienen explondas al na deli cr un goa. i _ Avromo Masusea Lovee profetas en Israel, la “aurora de la raz6n” en Grecia, etc), que, por asi decir, sefalan un nuevo rambo, una nueva ori- entaci6n a la humanidad. Algo asf como sila historia cam- Diara de sentido y de direccion. Este cambio trascendental se suele llamar también el paso del mito al logos, del pen- samiento magico al pensamiento cientifico, del fabular al zazonat. Y se dio, de una forma paradigmética, en Grecia Evidentemente, no es que tal cambio se diera de una forma znilagrosa e instanténea. Tal transformacién acaecié de una forma paulatina, con sus avances y retrocesos. Hasta tal Dunto ello es asi que atin en nuestro siglo XX que suele con- siderarse como el triunfo pleno de la razon y de la ciencia, vivimos también en mayor o en menor grado dentro del anundo mitico y magico. Por lo que se refiere a la ética, el paso de una moral vivida a una ética tedrica lo dan una serie de pensadores que suelen englobarse bajo el movimiento de la Soffstica*. Los sofistas -literalmente, los maestros del saber cuestionan, problematizan, critican todas las normas y valores tradi- cionales de la sociedad griega y los someten a crisis, a exa- men. Podemos recordar, entre otros, a Protégoras con su famosa frase “el hombre es la medida de todas las cosas”; a Trasimaco que ensefta que la justicia, a fin de cuentas, no es sino la ley del més fuerte; y a Sdcrates, el Tibano de Atenas*, que cuestiona los valores y la moralidad tradicional de la sociedad ateniense y que, como resultado de este cuestio- namiento, es condenado a beber la cicuta. Tengamos en cuenta que Socrates es considerado como el padre y fun- dador de la ética tedrica y que Erasmo de Rotterdam, en el siglo XVI, veneraba a Sécrates como un santo y a las ‘etanfas consabidas agregaba una més: “Santo Socrates, ruega por nosotros”, Por lo demas, el movimiento de la sofistica coincide més o menos con la colonizacién, por parte de Atenas, de gran parte de la tierras riberefias del Mediterraneo, y asf Dwrronuceraw 4 ta Eck 2 pudieron comparar sus normas, sus leyes, su religién, sus costumbres con las de los pueblos con que establecieron relaciones comerciales y coloniales. Asi, de la comparacién surge la reflexiGn y la critica sobre sus propias costumbres y normas. Y asi se origina la ética como disciplina teérica y no ya como mera moral vivida, practicada y cansinamente reiterativa y repetitiva. Il. Erica, CULTURA Y COSMOVISION FILOSOFICA La ética no es algo aislado, sino que forma parte de una totalidad que solemos llamar cultura, Cultura se con- trapone a natura, naturaleza. En efecto, cultura es lo que hace 0 produce el ser humano, en oposicién a lo que, en forma bruta, nos ofrece la naturaleza, Dialécticamente, el hombre hace la cultura y la cultura hace al hombre. Y toda cultura gira basicamente en torno a cuatro grandes ejes cul- turales: ciencia, bellas artes, religién y normas morales. En primer Tugar, la ciencia (embrionaria o muy desa- rrollada) que es un intento por conocer el mundo en que estamos inmersos, las leyes que lo rigen, los elementos que lo conforman, etc. Y el conocimiento cientifico gira en toro a la siguiente polaridad: lo verdadero como valor positivo y lo falso como valor negativo o contravalor. En segundo lugar, esté el mundo de las bellas artes, de las bellas’ letras (las artes plasticas, la literatura, la mitologia, la erdtica, la musica, et.) que giran en tornoa la polaridad bello, como valor positivo, y feo como valor ne- gativo o contravalor. En tercer lugar, toda cultura -al menos las culturas occidentales-, produce y crea una religién, que es un inten- to por religar al ser humano, criatura contingente y tempo- 2 Axro%e Manas Love ral, con lo absoluto y etemo, con Jo que le trasciende, y gira en torno a la polaridad de lo santo 0 sagrado, como valor positivo, y lo profano, como valor negativo o contravalor. Y en cuarto y tiltimo lugar, toda cultura necesita de una serie de pautas, de valores que orienten y den sentido al actuar humano. ‘Tenemos asi el mundo de las normas, leyes, costumbres (ética y derecho) que prescriben ciertas conductas y proscriben otras. Este mundo de la moral en sentido amiplio, gira en torno al valor positivo de lo bueno yal valor negativo o contravalor de lo malo. No hay ningtin pueblo, por muy primitivo que sea, que no haya desarrollado su cultura en torno a esos cuatro sjes o segmentos culturales, que hemos seftalado. Y lo que 5 més importante para nosotros: la ética, como deciamos, 10 es algo separado y aislado del mundo en que vivimos, si no que es una parte esencial de toda cultura y de toda vida social. Desde otro punto de vista se puede decir que la ética es una parte de la filosofia o de la cosmavisién filoséfica Sin entrar en mayores disquisiciones, entendemos por filosofia (etimolégicamente: amor o aspiracién a. la sabidurfa) un saber racional, met6dico y sistematico que intenta dar una explicacién fundamental, radical, de la realidad en la que estamos inmersos. Histéricamente se ha discutido mucho si la filosofia se identifica 0 no con las siencias. En aras de la brevedad se puede decir lo siguien- te: ciencia y filosofia nacieron juntas y juntas se desarro- llaron durarite muchos siglos, hasta que progresiva y pau- latinamente las ciencias, al llegar a la edad adulta 0 a su mayoria de edad, han ido abandonando la casa matriz -la filosoffa-, y han levantado casa aparte. O, segtin la meté- fora de Descartes, las ciencias serian los brotes 0 las ramas que han ido naciendo y creciendo del afejo tronco de la filosofia. erronvccan 4 Erict 2 En la actualidad es comin distinguir las ciencias de la filosofia. Las diferencias son varias: las ciencias acotan analizan un sector, una parte de la realidad; la filosofia estudia toda Ja realidad. ‘Las ciencias, se dice, buscan las causas proximas e inmediatas de los fenémenos que estu- dian; en tanto, la filosoffa aspira a descubrir las causas ti mas y radicales. Las ciencias normalmente son experimen- tales, buscan fines utilitarios, ete; mientras que la filosofia no es experimental ni persigue, de por si, ningiin fin prac- tico: se ordena a la verdad como fin en si mismo. Debe quedar claro, sin embargo, que las ciencias no agotan el conocimiento que se puede tener sobre la reali- dad. Como gustaba decir Ortega y Gasset, “donde acaba la fisica (y en general la ciencia) no acaba el problema: el hom- bre que hay detrés del cientifico necesita una verdad inte- gral, y, quiera o no, por la constitucién misma de su vida, se forja una concepcién enteriza del universo” (Ortega y Gasset, ¢Qué es filosofia? Madrid, 1958, pég. 82) Pues bien, la filosofia tiene una parte tedrica consti- tuida por la epistemologia, la antropologia, la metatisica, etc. y una parte practica, que es la filosofia aplicada a la accion, al actuar humano. Esta parte practica de la filosofia esta constituida bésicamente por la ética; y toda filosofia 0 sistema filos6fico que se respete termina siempre en una teoria ética, en una teoria sobre la accién humana. Es importante sefialar, desde ahora, que la filosofia en general, y la ética en particular, abordan el tema de los. valores, del sentido de la vida humana; y parten, llamé- ‘moslo asi, del postulado de la libertad. Por el contrario, las ciencias son reduccionistas: abstraen de los valores y, de por si, pretenden no tener acceso a ese mundo de los valo- res morales. Ademés, las ciencias son deterministas: a diferencia de la filosofia que, como queda dicho, parte de la experiencia de la libertad, las ciencias se basan en la apli- “ Anro%no Mascascs Lovt2 caciGn irrestricta del principio de causalidad y en ellas no parece tener cabida la libertad humana. En las tiltimas décadas se ha puesto de moda el térmi- no “cosmovisiGn”. Es la traduccién literal de la palabra ale- mana Wellanschauung que significa exactamente eso: una visiGn del cosmos, una concepcién del mundo en general, y de la vida humana en particular. En sentido amplio, pues, cosmovisiGn viene a significar lo mismo que filosofia: “ana visién general del mundo, una especie de esqueleto o estructura intelectual en la cual quedan montados los prin- cipales conceptos e intuiciones acerca del hombre, del mundo y de la vida’ (R. Gutiérrez, Introduccién a la Etica, Esfinge, México, 1993, pag.45). En este sentido, se puede afirmar que todo ser hu- mano tiene su propia cosmovisién, su propia filosofia a partir de la cual capta y valora los acontecimientos cotidia- nos, los sucesos ordinarios o extraordinarios. La cosmo- visin vendria a ser el color del cristal con que miramos las cosas. Légicamente hay muchas cosmovisiones (lo mismo que filosofias): pesimistas y optimistas; materialistas e ‘dealistas; teocéntricas (que giran en torno a Dios) y antro- pocéntricas (que giran en torno al ser humano), etc. Y den- tro de cada cosmovisién hay una parte con la que valo- ramos las acciones humanas, con la que regulamos la con- ducta humana, por la que ensalzamos ciertos actos y estigmatizamos otros. Y a esa parte de la cosmovisién que norma el actuar humano la llamamos precisamente la ética, que, una vez mas, es un segmento de un todo mayor: la cosmovisin filoséfica. Ivrroouccen ata Erica 2 Ill. DEFINICION DE LA ETICA Y SU RELACION CON LAS CIENCIAS Btimolégicamente, ética deriva del término griego Ethos que significa costumbre, morada del hombre, lugar donde habita o reside el hombre. En este sentido la ética seria simplemente la ciencia que estudia las costumbres humanas, el modo de ser del hombre. Hay otro vocablo, esta vez de origen latino, para desig- nar también el corecto comportamiento humano: moral. Moral deriva del sustantivo latino mos-moris y significa igual- mente las costumbres, las mores humanas. Asi pues, en cuan- toa su etimologia (griega en el caso de la ética, latina en el caso de moral) ética y moral significan lo mismo y pueden considerarse como sinénimos. Perfectamente puede hablarse de ética profesional o de moral profesional. No obstante, en la actualidad es frecuente distinguir entre moral y ética. Moral seria lo que hemos llamado anteriormente moral vivida, ejer- ida, practicada, las costumbres, las normas, los valores, las mores, que, de hecho, tiene una colectividad historica. Etica corresponderia a lo que hemos denominado un saber teérico, es deci, seria una reflexién, una teorfa, una critica, una valo- raciGn sobre la moral féctica de una determinada sociedad. En otras palabras, la ética es la disciplina (te6rica) que tiene como objeto el estudio de la moral (factica). Lo que suele llamarse definicién real de la ética, en una concepcién tradicional, puede formularse asi: la ética es un saber normativo de la rectitud de los actos humanos segiin principios racionales. Explicamos someramente la definicién transcrita. Generalmente los tratadistas de ética en lugar de decir que es un saber, con toda la imprecision de este vocablo, pre- fieren utilizar el término ciencia. Es frecuente leer: “Ja ética es una ciencia normativa...". Asi puede leerse en R. % Anerosio Manas Lone Simon: “La ética es la ciencia normativa de la conducta humana a la luz de la raz6n” (Morale, Beauchesne, Paris 1961, pag.24). También explica J.R. Sanabria: “La ética es la ciencia normativa de la actividad humana en orden al bien” (Etica, Porrtia, México, 1978, pag. 20). Igualmente R. Gutiérrez cuando afirma: “La ética es una ciencia prictica y normativa que estudia racionalmente la ondad y mal- dad de los actos humanos” (Etica, Esfinge, México, 1993, g.23). Esto se explica porqué la palabra ciencia tiene en la actualidad un inmenso prestigio, un estatuto especial, La ciencia es uno de los idolos de nuestro tiempo. Cualquier saber que aspire a ser respetado tiene que llamarse ciencia, Hay, por lo visto y ofdo, hasta academias que, al término de sus cursos para futuras amas o amos de casa, dan diplomas en ciencias domésticas. Pero la ciencia, en sentido preciso, positivista, comptiano, tiene y exige unas caracteristicas, una rigurosidad, que difieren en mucho de las posibili- dades de la ética. La ciencia, en sentido positivo, es un saber demostrativo, empirico, exacto, verificable, etc. Y no parece que la ética, por més vueltas que se le dé y por muchos malabarismos que se hagan pueda alcanzar a tener esas caracteristicas. Son muchos los intentos realizados para dar a la ética estatuto cientifico, y tales intentos, hasta ahora, han fracasado. La prueba mas obvia -aunque no la més importante de que la ética no es ciencia es la consta- tacién de la pluralidad de éticas 0 morales existentes en nuestro mundo. Exagerando poco o mucho, en este aso, podriamos decir que cada persona aspira a elaborarse una ética a su medida. No sucede lo mismo con la matemitica, fisica, quimica, etc. La matematica es valida y lo mismo para el capitalista, para el comunista, el centroamericano, el australiano y el japonés. Por ello, en lugar de ciencia, al referirnos a la ética, preferimos usar, mas modesta e imprecisamente, el térmi- no saber. Obviamente, debe ser un saber racional, metédico, Ixrmauccion ata Erca coherente, sistemético. En nuestra concepcién, a pesar de las relaciones evidentes, hay una distincién entre ciencia y filosofia, y la ética es una disciplina filos6fica, no cientifica. Aceptar tal distincién entre filosofia y ciencia no implica una desvalorizacién o infravaloracién de la primera. Hay muchas cosas importantes en el mundo y sumamente valiosas (por ejemplo, una poesia de J. Debravo, un cuadro de P. Picasso, una sinfonia de L. Beethoven, una vida al estilo de Teresa de Calcuta y un amor como el de Romeo y Julieta) que no tienen nada que ver con la ciencia y siguen teniendo valor. Lo mismo podria decirse de la filosofia en general y de la ética y de los valores éticos en particular. Lo caracteristico de este saber es ser normativo, vale decir, vinculante, obligatorio. En este sentido la ética coi cide con el derecho que también es una disciplina normat va pues da pautas de obligado acatamiento para la con- vivencia humana. A este respecto cabe recordar que todas Jas demés disciplinas cientificas utilizan, en sus respectivos discursos, un lenguaje explicativo o descriptivo. Asi, elf co cuando dice que el agua hierve a cien gradus ventigra- dos de temperatura a cero grados de altitud, no manda al agua que hierva; se limita a describir o explicar cémo acaece el fenémeno de la ebullicién del elemento liquido. Precisamente, para que la ética se asemeje a las demas cien- cias ~y como consecuencia alcance verdadero estatuto cien- tifico-, muchos autores modernos (sobre todo los pertenecientes a la escuela sociolégica francesa: E. Durkheim, Lucien Lévy-Bruhl, Cl. Lévy-Strauss), han indi cado que la ética definitivamente, debe renunciar a esa pre~ tensin (que, por lo demés, dicen, ella misma se ha arroga- do) de intentar normar la conducta humana y, modesta- mente, como las demas ciencias humanas, deberd limitarse a describir y explicar el comportamiento humano. a Avrosio Masuascs Loe {Qué respuesta podriamos dar a este tipo de propues- tas? Cabe perfectamente una ciencia o unas disciplinas que efectivamente se limiten a describir la conducta, las cos- tumbres, las mores humanas. Pero entonces ya no se trata de la ética, sino de otras disciplinas perfectamente identifi- cadas y reconocidas: emologia, etnografia, antropologia cultural, sociologia, historia o prehistoria, psicologia, etc. La ética, tal como se la ha entendido desde hace ya més de dos milenios, no puede renunciar a normar la conducta sin destruirse a s{ misma. Una ética puramente descriptiva es tuna contradicti in adjecto (contradiccién en los mismos tér- minos). En conereto, la ética norma o regula los actos htumanos, En la terminologia escolar, los actos humanos —la conducta humana- constituye el objeto material de nuestra disciplina, Ya veremos, en su momento, que no cualquier acto que tealice el hombre o que se realice en el hombre pueden ser llamados propiamente actos humanos. Provisionalmente entenderemos por actos humanos aquellas acciones que gjecula el hombre de una forma voluntaria, libre y consciente, Sucede, empero, como lo acabamos de decir, que muchas de las lamadas ciencias humanas (psicologia, antropologta, etc.) también estudian y analizan los actos y costumbres humanas. Es decir, estas disciplinas tienen el mismo objeto material que la ética. Se distinguen sin embargo unas de otras en la formalidad, en la perspectiva en que cada una de ellas estudian y analizan los actos y cos- tumbres humanas. En el caso de la ética, su perspectiva o formalidad -su objeto formal en la terminologia escolar-, es la rectitud, la correccién, el ajustamiento de estos actos 0 costumbres a una norma previa, al dictamen de la concien- cia personal. Es decir, la ética considera los actos humanos en cuanto son correctos o incorrectos, buenos 0 malos, jus- tos 0 injustos, morales o inmorales, debidos o indebidos. Irmoovecan a Bret ca Esta es la perspectiva concreta en que se coloca la ética al estudiar los actos humanos. La pregunta obvia que surge de lo hasta aqui expuesto es la siguiente: gen qué se basa la ética para pretender nor- ‘mar, regular, imperar los actos humanos? La respuesta a este interrogante es, ala vez, muy sencilla y muy compleja. Sencilla, porque bastaria con responder: la ética se basa simplemente en la razén para regular la conducta humana. Compleja, porque es tremendamente complicado y dificil explicar qué es exactamente la raz6n, hasta dénde llega el poder de la misma, cudles son sus limites, qué es racional y qué es irracional, etc. Baste recordar que una de las obras més famosas y abstrusas del pensamiento humano (la Critica de la Razén Pura, de Manuel Kant) tiene por objeto concretamente precisar qué es exactamente la razén humana y cuéles son los alcances y limites de la misma. Para ver que no es tan facil dictaminar qué es racional y qué no es racional, qué es conforme a la razén y qué no fo es, bastaria con preguntar: jEs racional que una quinceafiera violada y, a consecuencia de ello, embarazada, decida abortar*? Es racional que un enfermo, en estado terminal, ya desahuciado, y a quien nadie quiere ni atiende, decida acortar sus sufrimientos y su vida por medio de la eutanasia*? Las respuestas presumiblemente seran multiples. Ello basta para ver que no es tan facil decidir qué es y qué no es racional. En cualquier caso, y a pesar de todas las dificultades y complejidades, la ética Se basa en la razén para normar la conducta. Bueno serd lo que esta conforme con la razén humana, Malo seré lo que contrarfa las exigencias de la misma, Por supuesto, no se trata de una razén ahist6rica, abstracta, puramente tedrica. Se trata de una razén ubicada histéricamente, contextualizada segtin determinadas coor- denadas espacio-temporales, en suma culturizada. Precisamente por ello hay una pluralidad de éticas: porque 0 Avrosto Manusscs Lance hay muchas maneras de entender y de vivir la raz6n y la racionalidad humanas. También por este motivo la ética se distingue de la religién, 0 més exactamente de las morales religiosas. En efecto, las normas derivadas de las morales religiosas no acuden usualmente a la racionalidad para justificar sus ‘mandatos, sino a otras instancias preterracionales o supra- rracionales (al margen o por encima de la raz6n), como puede ser en el caso de la moral cristiana, un mandato de Dios contenido en la Biblia, el ejemplo de Cristo, etc. Como ejemplos de mandatos religiosos al margen o por encima de la raz6n, pueden proponerse los siguientes: la orden, supuestamente dada por Dios a Abraham, para que sacri ficara a su hijo Isaac; el mandamiento neotestamentario* de devolver bien por mal y de amar incluso a los enemigos. Estos mandatos, prescindiendo de si los cristianos los cumplen o no ;son racionales o no? En caso negativo son iracionales 0 suprarracionales? Que el lector juzgue y razone por si mismo. IV. Erica Y DISCIPLINAS AFINES La ética no es algo quimicamente puro. Es un seg- mento e ingrediente fundamental -junto con la ciencia, el arte y la religién— de toda cultura, bien sea ésta muy pri- mitiva ya postmodema. En este sentido, la ética esta interrelacionada con los demas segmentos y productos cul- turales. No es sino por necesidad de orden practico y pedagégico que hablamos de la ¢tica como algo distinto y sepatado. Pero, en concreto, la ética tiene especiales afinidades y semejanzas con otras disciplinas que por diversas razones, estan mas proximas entre si. Ast la ética tiene estrechas relaciones con el derecho, la religién, la psi- cologia, la sociologia, la antropologfa, la politica, etc. Por razones de espacio, s6lo vamos a exponer someramente las Ivtmaouccxn awa Enea at relaciones de la ética con la antropologia, el derecho, y la religion. A. Erica y ANTROPOLOGIA La ética, como en parte ya queda dicho, es una disci- plina filosofica que no sélo explica y describe las costum- bres y acciones humanas, sino que pretende regularlas y normarlas; en otras palabras, intenta sefialar e indicar la recta conducta humana, De ahi que la ética, para poder re- gular esa conducta, presuponga e implique necesariamente ina determinada concepcién 0 idea del hombre y de la na- turaleza humana, de donde brotan tales costumbres y acciones. Es decir, la ética -que en el fondo es simplemente una teoria sobre la accién del hombre- remite e implica necesariamente una antropologia filosGfica ~que no es otra cosa sino una teoria sobre el hombre y el sentido de la vida humana-. De un modo més simple: una teoria sobre la accién del hombre supone una teoria sobre el mismo hom- bre. De alti que la ética remite siempre a una antropologia previa. Hasta tal punto esto es asi que a una determinada antropologia correspondera punt Imente una determina- da ética. Y asi se explica perfectamente el pluralismo ético existente en nuestro mundo. Vale decir, hay pluralidad de éticas porque hay previamente una pluralidad de antropologias 0 de formas de concebir al hombre. Y abr ogicamente una ética tinica y universal cuando se impon- ga lo que hoy parece estar muy lejano- una sola antro- logia, una forma tinica de concebir al hombre. Como prueba de lo dicho podriamos aducir los siguientes ejem- plos hist6ricos. La antropologia platdnica es, por una parte, dualista: el hombre es la unin accidental y pasajera de dos sustan- cias opuestas, e| cuerpo y el alma. Por otra parte, es pe- simista: la existencia humana actual es el resultado de una “aida” de un estado feliz anterior, Esto Vogicamente con una ética dualista el alma ha de ce el cuerpo; hay virtudes que tienen que ver con el alma, por ejemplo, la sabiduria, y virtudes que tienen que ver con el cuerpo, por ejemplo, la templanza, También corresponde a luna ética pesimista: bésicamente la existencia humana ha de consistir en reducir al minimo la exigencias del cuerpo en prepararse para la muerte donde el alma el vendaters hombre se separaré del i racidn para la Te) cuerpo (la filosofia es una prepa- A una antropologia aristotélica mas realista, ma turalista, més centrada en este mundo responde coherent. mente una ética eudemonista, naturalista, tertenal, que busca la felicidad en este mundo material y no ya en un mundo ideal como el platénico (Ver la obra clésica de Arist6teles a este respecto: Etica a Nicémaco). A una antropologia marxista, de cufio materialista dialéctico, co. rresponde una ética basada en el materialismo hist6rico, donde “no es la consciencia la que determina el ser social, sino el ser suvial el que determina la consciencia” ( Marx. Engels, La Ideologia Alemane, Cultura Popular, México 199, pig. 38). A una antropologiaexstencial donde no y naturaleza humana sino donde el hombre es siempre un proyecto inconcuso,responde una étcacentraa el libertad: “..estamos condenados a ser libres.” (.PSartre El Existenciatismo es un Humanismo, Sur, Buenos Aires, 197 pég27) A una antropologia cristina que concibe isto como modelo y paradigma de lo humano respon. deré una ética basada en la imitacion y seguimiento de Cristo: “yo soy el camino, la verdad y la vida"()n14,6). En luna palabra la ética remite a la antropologta y hay muchas éticas porque hay muchas antropologias. Irwoovccn au Ec B. ETICAY DERECHO isciplinas coinciden en el sentido de que ambas son eee Y regulan las relaciones humanas. sin embargo, son més las diferencias que las semejanzas ent ‘las. Conviene, no obstante, aftadir que las diferencias gue vamos a sefialar no son absolutas, sino mas bien de wade de énfasis. En concreto, las diferencias mas notables serian las siguientes: ae imer lugar, la interioridad de la ética frente a la ek del derecho Esto quiere decir que las ae morals remiten a la intencionalidad, que se cumplen por al convencimiento interno, mientras que las normas juridi cas no exigen este convencimiento interno, basta gue se cumplan externamente. Sin embargo, en ocasiones a me cho también le interesan aspectos internos del aco humano: por ejemplo, en el caso del dolo, del homis bo calificado, cuando hay “animus nocendi’ (intencién de hacer dafio), etc. ; do lugar, otra diferencia radica en la coac- svgad def draco frente ala nocoactvidad de aa. Fsto significa que el derecho tiene tas s{ todo un aparato coercitivo externo (la policfa, el sistema judicial, bos cast os a los deltos) para hacer que las leyes se cumplan por s buenas 0 por las malas; mientras que la Ginia sancion frente al incumplimiento de una norma moral seria ¢ remordimiento de la propia conciencia. Conviene, sin embargo, afiadir que también las normes morales tienen una cierta coactividad externa a través de la llamada La sién social” , que, a veces, es mas efectiva y severa que ismas sanciones jurfdicas. ‘odificacién del En tercer lugar, podemos oponer a cc derecho frente a la no-codificacion de la ética. Las leyes 0 normas juridicas estan estrictamente detalladas, los posi- bles delitos asimismo claramente tipificados, las sanciones wre Manas Lovee a correspondientes perfectamente determinadas, etc. Por el contrario las normas morales son mucho més difusas, elds- ticas e indeterminadas. No obstante, hay intents, mas 0 menos fructiferos de codificar las normas morales: por ejemplo, los diez mandamientos que, en el antiguo testa- mento, se atribuyen a Moisés; los diversos cédigos de ética de los Colegios Profesionales, etc. Seria interesante analizar el caso no infrecuente de una posible colisién o colusién entre la ética y el derecho. En tal caso, ,quién debe prevalecer? En aras de la brevedad. podemos decir lo siguiente: no parece viable ninguna sociedad donde se diera una confrontacién palmaria y constante entre las normas morales y juridicas. Debe haber una cierta armonfa entre ambas, lo cual no excluye una cierta tensién entre la ética y el derecho. Esta tensién, frente al estancamiento en que tienden a caer los sistemas éticos y juridicos establecidos, es més bien un factor de progreso. En cualquier caso, un buen legislador debe evitar, en lo posible, colocar a los ciudadanos frente a la disyuntiva de cumplir la ley en contra de su conciencia personal, o vice- versa, seguir el dictamen de su conciencia quebrantando abiertamente la ley. Para evitar esto, debe ofrecer otras alternativas viables, como por ejemplo, admitir la llamada objecién de conciencia® que, en general, ya es norma comuin en los paises democraticos. Si, a pesar de todo, sigue habiendo choque entre la ética y el derecho, los autores suelen estar de acuerdo en que debe prevalecer la moral “la conciencia moral personal- frente a la ley positi- va. Al fin y al cabo, el Estado no es creador de moralidad y pareciera que el objetivo juridico de la seguridad que per- sigue el Estado, esta subordinado al ideal ético de la justi- cia, que es mas englobante que el primero, y que es, al mismo tiempo, una categoria juridica y un ideal ético. Por supuesto, para obrar en contra de la ley positiva, hacen falta razones muy poderosas: no se trata, en este caso, de Ivrsopuccio ata Erica = una conciencia personal arbitraria, sino de una conciencia tevlarecida e ilustrada. En conclusion: el derecho no parece Gque pueda fundamentarse y justifcarse en sf msm! Seite a algo ms alla, un algo que procura hacer posible a vida moral y virtuosa ©. Eticay RELIGION Las relaciones entre ambas son evidentes. Parafra- seando a Marx, quien decia que “la ideologia dominante es Ia ideologia de Ia clase dominante”, en nuestro c2°0 podemos afirmar que la moral dominante 6s la moral de la religion dominante. Para confirmar esto basta echar una cjeada a la geogratia. En Costa Rica, cuya religiGn oficial es reatélica, prevalece, al menos en teoria, con el apoyo ¥ al ra edo de las leyes, la moral catdlica. En Arabia Sauita, cuya religion oficial es la musulmana, prevalece légica~ ‘monte la moral iskimica. Esta union o colusién entre ética y religién viene de muchos siglos atras. Como acabamos de Ten también se da en la actualidad. Fue un pensador Francés, elcalvinista Pierre Bayle, el primero que en el siglo XVIl ge atrevio a proponer una moral separada de la religion. Incluso lleg6 a sostener, escandalizando asus con- temporaneos, en su obra "Pensamientos Diversos sobre la Aparicion de un Cometa”, que era perfectamente viable, desde el punto de vista moral, una sociedad de ateos. En general, sin embargo, ha prevalecido una cieria unién o confusién entre ética y religion, a pesar de que Hatoricamente se han dado muchas religiones inmorales (las que han adorado a dioses crueles y sangyinario™, las que han justificado sacrificios humanos) ¥ ‘muchas morales ho religiosas (todas las que, en el pasado y en el presente, recaban plena autonomia frente a la religion). No obstante, como explica el profesor Aranguren, hay no pocas diferen- Glas ent ética y religion, incluso a nivel de actitudes. La crouse Mansasca Lor o as actitud ética implica el esfuerzo activo del hombre por ser justo, por realizar la justicia, La actitud religiosa supone, ‘més bien, la entrega amorosa y confiada del creyente a la gracia de Dios. La actitud ética se basa en un sentimiento de autosuficiencia para practicar las virtudes, para cumplit el deber; la actitud religiosa reposa, en tiltimo término, en un sentimiento de indigencia y menesterosidad total. Mis en concreto, las formas de concebit las relaciones tedricas entre ética y religién han sido muy diversas. Por ejemplo, el reformador Lutero infravalora el valor de la moral y acentia el valor de la fe y de la religién, en el sen- tido de que niega valor meritorio a cualquier accion humana. Segiin él, la naturaleza humana esta tan corrom- pida que, por si misma, no puede realizar ninguna obra buena. Una postura opuesta sostiene la filosofia kantiana, ya que Kant, en el fondo, subordina la religion a la moral, puesto que la religiOn y sus principales manifestaciones (Dios, inmortalidad y felicidad eternas) no son sino postu- lados necesarios de los imperativos morales. Aun nivel distinto se coloca el existencialista danés S. Kierkegaard cuando nos habla de los tres estadios en el camino de la vida: el estadio estético, en el que nos guia~ mos por sensaciones de placer o de displacer; el estadio Gtico, en el que nos dirigimos por imperativos morales uni- versales, impersonales y altruistas;y el estadio religioso en el que uno se guia por la fe, por la entrega incondicional a Dios, y cuyo prototipo es Abraham, el Caballero de la fe, {que esta incluso dispuesto a sacrificar a su hijo Isaac. En la actualidad, lo mds comin es reconocer una cier- ta subordinacién factica (de hecho) de la ética a la religion, y sostener en teoria (y sin que esto contradiga lo anterior) ja autonomia e independencia de la ética frente a la religién. La razén de esta autonomia ya fue explicada: la vranoucciw ata Erica a ética se funda en la raz6n; la religién se basa en la fe. Razor. y fe no son ni tienen por qué ser excluyentes, pero si son distintas. En definitiva, la postura actual mas comin es defender la independencia y autonomia de la ética, pero abierta a la trascendencia, a la religidn y a la fe. Distinguir los diversos planos no equivale a negarlos. V. EL METODO DE LA ETICA Para que nuestra exposicin sobre este topico sea més clara, vamos a distinguir el método de la ética en cuanto saber tedrico y el método de la ética en cuanto es, ademas, un saber practico. ‘A. ELMETODO DE LA ETICA COMO SABER TEORICO Basicamente la mente humana procede de dos mane- ras para la elaboracidn del saber: por induccién o por deduc- cién, En el primer caso, se pasa de la cobservacién de los hechos particulares a la formulacion de leyes v pri ‘universales. En el segundo caso, el proceso es mas bien inverso: las leyes 0 principios universales se aplican a casos particulares. La ética, como disciplina filoséfica que es, combina y utiliza ambos métodos: el inductivo y el deductive. En rea~ lidad, el fendémeno moral ha existido siempre, con anterio- ridad a cualquier especulaci6n filoséfica, La ética, para no caer en el vacio, deberd comenzar, pues, por servirse del método inductivo: observar y examinar escrupulosamente Jas costumbres, las mores humanas, conocer el fendmeno moral y los datos de la conciencia moral para tratar de interpretarlos y descubrir su significacidn. En este sentido, la ética utiliza un método empirico, inductivo. Pero no puede quedarse ahi, pues como ya advertia Kant, la ética no versa sobre cémo son y actuan los hombres, sino sobre xs Ayroone Manas Lone2 como deben set y actuar. Y, segiin Kant, entre “el ser” “deber ser” hay un salto, un fats, algo asi como una is tancia infranqueable: la experiencia nos da hechos, no valo- tes; el ser, no el deber ser. Y el deber ser no puede deducirse del ser. Cuando se intenta hacer tal cosa -deducir el deber ser del ser~ se cae en lo que desde E, Moore en adelante se ha llamado “falacia naturalista”, Nos explicamos: se llama falacia naturalista al intento de concluir que porque una cosa 0 una accién sea natural (o conforme a la naturaleza) por ello mismo ser también buena desde el punto de vista moral. Por ejemplo, es natural que el hombre viva con- forme la razén, pero de ahi, segtin E. Moore, no se seguiria sin més que su accién sea moralmente buena. En otras pa- labras, la moral no es un hecho natural: se sittia en otra dimensién. De ahi que la ética, para poder determinar cémo deben ser las acciones debe partir de algiin postula- do, imperativo categérico o principio te6rico préctico (por ejemplo: “obra de tal modo que trates siempre a los hom- bres como fines y no como medios”; “hay que hacer el bien y evitar el mal”; “trata a los demés como quisieras que te traten ati”, etc.) admitido por todos, para aplicarlo después, por deduccién, a los casos y situaciones particulares. B. EL METODO DE LA ETICA COMO SABER PRACTICO El método para aprender y ensefiar la ética se compli- ca enormemente si tenemos en cuenta, ademas, que la élica es una disciplina tebrico-practica. Es decir, los principios y normas éticas no s6lo deben elaborarse y justificarse teéri- camente, sino que -y esto es indispensable en nuestro caso Bor sera ia un ster prctico™ deen aplicarse a apr 3) vic liaria. i eaneaca el problema es si eso se puede con- erropvecen a ua Erica Fl tema no es baladi y constituye el fondo de lo que suele llamarse en la actualidad la crisis de la moralidad 0 de los valores morales. Reducido a términos muy simples, el problema es el siguiente: jcémo se pueden enseiar y transmitir los valores morales? Histéricamente se han dado diversas soluciones a este interrogante. Una respuesta famosa es la de Sécrates, el fundador de la ética. Bésicamente dice lo siguiente: La vir- tud o las virtudes son un saber y, logicamente, como todo saber, se puede ensefiar. Encaminado en esta direccién, el coptimismo y racionalismo socratico prosigue: nadie obra el mal voluntariamente, sino que, cuando el hombre actia incorrectamente, lo hace por ignorancia. Las consecuencias de esta postura son abvias: al que obra mal no hay que ¢as- tigarlo ~pues no lo ha hecho ‘yoluntariamente- sino que hay que ensefiarle para que aprenda a obrar el bien y a saber identificarlo. En otras palabras, en lugar de carceles, presidios y penas capitales para sancionar a los malhe- chores, lo que se necesita son buenos maestros de virtud, buenas escuelas, colegios y universidades que formen co- rrectamente a las juventudes para que aprendan a obrar bien y evitar, de esta manera, que, por ignorancia se aparten del recto camino. A esta postura del tébano ate- ‘niense se la ha calificado certeramente y de una forma un tanto despectiva como aptimismo socrétco.Y es cierto que la tesis socratica respira optimismo por los cuatro costados: al hombre se le puede educar moralmente, al hombre se le puede mejorar Y esta formacién y progreso morales se con- siguen, fundamentalmente, a través de una correcta ensefianza, a través de una buena educacién. Se admita abiertamente 0 no, en este postulado o intuicién socratica escansa todo el sistema pedagégico occidental: en éste se parte siempre del supuesto de que la principal manera de ‘mejorar a una sociedad es a través de una buena educaci6n. Aorrosro Mansa Love De hl importancia que se le daa éta en I actualiad es la tinica esperanza de mejorar la raza humana. Otra forma extrema de responder al inter sobre cémo enseRa los valores cord admit say ana. mente que las virtudes y los valores no se pueden ensefiar ni transmit. Cada cual los adguirtia de una forma tnica personal, misteriosa e intransferible. Y en contra del opti- asm sotto se po traer a clan a famosa fase {el poeta latino Ovidio Naséni “Veo el bien y lo aprucbo, y sin embargo hago el mal’. O aguella ota frase de san ablo: “No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero”. Es decir, el hombre actia mal con plena conciencia J, a veces, no puede realizar el bien, por mucho que se esfuerce. Estos testimonios, mas bien pesimistas, parecen ajustarse mejor ala elidad yaa experiencia universal del {Qué pensar de todo esto? Para comencar, habri interpreta correctamente la postura Seed ad giversarla ni simplificarla. En concreto, habria quie recordar que la enseftanza de la virtud, tal como la concebia ‘Socrates, no era puramente tedrica, sino més bien préctica; habria que tener en cuenta también que para los griegos lo bueno era inseparable de lo bello, etc, Habria que traer también a colacién la sabia acotacién de Arist6teles al opt mismo soctitico, Sdcrates, viene a decir Aristoteles, tendria razén al afirmar que nadie obra mal voluntariamente, si el hombre fuera sélo y exclusivamente logos, raz6n; pero el hombre es también inseparablemente pathos, pasidn, instin- to, animalidad, etc,, que, a veces, se opone al dictamen sereno de la razén. Y por eso precisamente hay problema moral: porque el hombre no es una pieza monolitica’ sino un ser muy complejo, compuesto, por asi decir, por diver- sos estratos e instancias que, a veces, luchan entre si. ermeuccien sta Erica “ ‘Ms en concreto habria que decir: la ética, en cuanto es tun saber tedtico, sistematico, racional, etc. se puede ensefiar y asimilar teéricamente como cualquier otro saber. ‘Ahora bien, esto no implica que el sujeto que domina a la perfeccién la teorfa ética la vaya a poner en préctica, Por ejemplo, el patron de una empresa puede saber perfecta- mente lo que es la justicia y a qué le obliga ésta en lo que se tefiere a los salarios que deberia dar a sus trabajadores; sin embargo, a la hora de la verdad, paga unos sueldos de hhambre, a pesar de que el negocio tiene ganancias fabulosas. En este sentido, una recta conducta no se puede aprender sélo a través de hermosas teorfas, sino que es mas +ien el resultado de un adiestramiento, no de una reflexion 0 elaboracién teérica. En el fondo es lo mismo que sostenia hhace ya muchos siglos, Aristoteles: las virtudes (que nosotros Ilamarfamos hoy valores morales) son habitos ‘buenos y, como todo habito, la tinica manera de adquirirlos ea base de repeticion de actos. Igual que un atleta domi- na el arte de la natacién a base de adiestramiento, de entre- amientos constantes, as{ también el ser humano llegaré a ser justo a base de realizar y repetir actos de justicia. Un habito, una virtud, no se adquiere con un solo acto. Arist6teles gusta citar un proverbio griego: “una golondti- ‘na no hace verano”. De modo semejante, porque una vez ‘maté un perro, no por eso me convertiré ya para siempre en mataperos. En nuestro caso, y para concluir, la ética en cuanto dis- ciplina tedrica se puede aprender a través de explicaciones y razonamientos tedrico-especulativos. Pero en cuanto es ‘ademés un saber practico, el sujeto, para incorporar a su vida los valores éticos, necesita adiestramiento, entre- namiento, habituacién, repeticién de actos que diria iAristoteles. De at la importancia de los buenos ejemplos y Ja funcién insustituible del grupo familiar en la formacién ética. 2 Avro Mansises Lone VI. ETICA PERSONAL Y ETICA SOCIAL La ética se puede dividir de m la \uchas maneras. Tal Ba serportante sea la que encabeza este pardgrafo y a ce relacién al ser humano como persona individual y como integrante de la i como intgrante de I sociedad. Postrinmnte se expt Suele también hablarse de una ética tara sore los principos generals del shana qué son yen qu consistn ns valores morals criti de eel bien y el malel acto i y la responsabilidad, ee. También se suelo og ae Pes especie aplicaia esos prncpis y normas generals situacién, a la coyuntura concreta, alas coordenades fitereyinea ae en que de hecho se encuentra el hom- bre. Asf tendriamos la élica familiar, la 6tica econdmica, | ética social, la ética profesional, etc. A ésta iltima la dedi. caremos, a continuacién, un apartado especial, : En realidad, y hay que insistir en l ello, no hay ma smal greet terrioge sla princi morals. For gempl, "dc avid es f ites malo” es un principio ético univer Sin embargo, su apicacin ala préctica en contextos a rentes puede dar lugar a problematicas distintas, Io que su vez, genera éicas_profeionaes milipls, que lenen como objeto, jstamente, analiza ess situaiones tas, Por empl sen el principio moral aiid el acusa dio y su abogado defensor zest obligados a confesarlaculpabilidad er woe elee ipabilidad en el caso de thamente aque! sea cusble? EI médica abe dec a a cruda verdad de que sus dias estan contadi atin con el riesgo de que se derrumbe totalmente la ae tora que le queda y su limos dias sean mis trigicos y 2 gNo seria mas h i eNom as humana una mentira piadosa 0 Inrroovecon aus rca é 8 La distincién més importante, deciamos, es la que femos hacer entre la ética personal y la social. Vamos a Fnalizar este punto con algtin detalle. De entrada podemos ya afitmar que la ética es necesaria y simulténeamente per- Sonal y social, porque también el hombre es un ente per- sonal y social. Es cuestidn de énfasis, pero también aqui se pueden dar ~y se han dado- exageraciones en un sentido y en otto, Asi, se ha sostenido, que el hombre es s6lo un ser social. Se descuida, asi, la dimensién individual y personal del hombre. Llevando las cosas al extremo, el individuo no tendria exigencias propias, ni anhelos, ni preocupaciones personales. Seria mas bien el hombre masa cuya perfeccion Consiste en danzar al ritmo que le marque la sociedad. Seria cel don Vicente que se encamina a donde va la gente. Si, por tl contratio, se defiende que el hombre es un ser funda- mentalmente individual, personal, tinico, etc., también aqui pueden deslizarse errores importantes: se descuida la ‘dimensidn social, los problemas sociales, los compromisos con los semejantes y, en el extremo, se caerfa en un indi- vidualismo feroz, en la ley de la selva. Aristoteles dijo, hablando precisamente de cuestiones morales, que “Ia virtud consiste en un justo medio entre dos extremos viciosos”. En nuestro caso, ese justo medio consistitfa en concebir al hombre equidistante entre un individualismo a ultranza y un socialismo despersona~ lizante. ‘A, EL HOMBRE COMO SER INDIVIDUAL Para comenzar, mi cuerpo me es insustituible y mi cuerpo es mi punto de vista sobre el mundo. Y no puedo salirme de mi cuerpo para adoptar una perspectiva mas Objetiva e imparcial. Mi cédigo genético, mis huellas digit tales son tinicas, intransferibles e inconfundibles. Las sociedades, sobre todo las més avanzadas, son parteras y Averogno Manas Lom promotoras de individualidades. Incluso fa deci {ue los individuos so lo nic rea, lo nico Seo ideas o los conceptos universales* (vg, la humanidad, la raza aria, la sociedad occidental, etc.) son simplemente generalizaciones, abstracciones de la mente humana, y, en Cuanto tales, no tienen existencia real. En este sentido, la ética es primariamente individual o personal. Preferimos hablar de una ética personal, porque el término “indivi- dual” tiene hoy una connotacion peyorativa. En efecto, es cada hombre, quien, en cada situacién, en cada momento de su vida ha de proyectar, eles v decidir lo que va a hacer. Las rormas, modelo putas de comportamieno a las que ajustamos nuestra conducta, han de ser libremente aceptadas por cada uno de nosotros para que nuestro obrar tenga valor moral. En definitiva, todas nuestras elecciones, acciones y proyectos han de pasar por el tamiz y el dicta- men de nuestra conciencia moral, que es, a no dudatlo, eminentemente personal: lo més sagrado e intimo de cada uno de nosotros. As{ Bertrand Russell esté en lo cierto cuando afirma que en To que se reir a cuestiones de jole moral, los progresos “..se han debido_principal- mente a hombres solifarios cuyos pensamientos y emo- ciones no estaban subordinados al rebafio.” (B. Russell, Autoridad e individuo, Fondo de Cultura Econémica, México, 1973, pég.112). No tienen, pues, razén los que le niegan a la ética la dimensién personal. B. EL HOMBRE COMO SER SOCIAL Nadie, creemos, va a negar tal dimensién al hombre. El viejo Aristételes ensefié que “..el hombre es, por natu- raleza, un animal politico” (Es politic no en el sentido de que se dedica a vivir y a medrar con la politica, sino en el sentido de social, vale decir, abitante de la polis) y que solo un dios 0 una’ bestia pueden vivir solitarios, como un 11 picacho. La historia, una vez mas, Je ha dado Se Sune istoricos de los Mlamados nifios-lobos de Ia India y del Aveiron francés, del mii de Ia jungla rece mente descubierto en la Costa de Marfil oe at ee donadas en las selvas por sus progenitores, que milagrost= mente lograron sobrevivir, pero que se comportaban Ii teralmente como bestias, sin saber hablar, ni 7 ere tos, etc. prueban fehacientemente que el hombre, al a gen de un contexto humano no accede 2 Ta catego Fhumano. Mas cerca de nosotros, Carlos ‘Marx, en una frase de sabor hegeliano, sostenia también, “..1a esencia humana to es algo abstracto, inherente al individuo aslado; eh F° lidad es el conjunto de las relaciones sociales oe larx: Tesis sobre Feuerbach, Cultura Popular, México, 1978, Pa 207-228). A través del lenguoje -un producto socid hombre accede al mundo de la cultura, y ésta hace el hombre un ser humano. Concretamente, desde este punt de vista la ética sera social. ‘Deciamos,unas lineas mas Gee ba, que el hombre debe ajustarse a unas normas previ mente dadas, La pregunta clave os gde dénde le viene ‘esas normas? Obviamente, la respuesta es: de {a socie ee Puede que yo, si soy innovador y creador genial invente una norma. Pero, y valga la redundancia, no es lo — Las normas vienen, estan dadas por la oe ea 7 sociedad en que vivo. Cuando nact, ya estaban ahi Jas nor ‘mas para orientarme y encauzarme, Exagerando a Pp ceo el socidlogo francés Emile Durkheim ha dicho: “N _ wy ‘nada moral ni inmoral que no tenga un origen soa En un sentido parecido, escribe Carlos Marx: ‘No es am ciencia la que determina el ser social, sino el ser Leip - Gque determina la conciencia” ("Conciencia” equivate aqui a concepciones: morales). De Ortega y Gasset es ot a * ea metifora:”..e] agua se abre tn cauce y luego cl cau oprime al rio”. ‘Asi también, la cultura nos abre un — Y Tuego nos encauza y encamina por él En definitiva, la aon Manesscs LOPE tica es constitutivamente social porque el hombre también Jo es; porque las normas sociales tienen un origen social; porque lo que llamamos pomposamente conciencia moral no es otra cosa que el destilado, la introyeccién e interio- rizacién del tribunal moral de la comunidad o sociedad en que vivo. Concluyendo: no hay dos éticas, una personal y otra social. Es la misma ética que es, inseparablemente, perso- nal y social, exactamente como el hombre. Son dos caras de la misma realidad o de la misma moneda. Séerates, el fun- dador de la ética, vivié draméticamente ambas dimen- siones de la misma: por una parte se neg a ser infiel a su conciencia y a renunciar a la misién encomendada por stu dios (dimensién personal); por otra parte, tampoco quiso juebrantar las leyes atenienses que le condenaron a muerte (limensién social) y por eso bebi la ceuta. En algunos momentos de la historia ha prevalecido una ética eminentemente personal (es el caso, por ejemplo, de la ética kantiana, existencialista, etc). En otros momen- tus se ha privilegiado a la élica social (tal es el caso del marxismo-leninismo). En la postmodernidad vuelve a pre- dominar una ética de matriz intimista e individualista. Lo ideal, como ya lo decia Aristételes, seria encontrar un punto de equilibrio ~aunque fuera inestable-, entre ambas dimensiones. Por ejemplo, dentro del liberalismo y del neoliberalismo ha prevalecido y prevalece una ética emi- nentemente individualista: cada cual debe ocuparse de si mismo y de sus propios asuntos e intereses sin importarle demasiado lo que les ocurra a los demés. En los pafses socialistas, antes de su reciente colapso, las reglas de con- ducta las ponfa autoritariamente el Estado, que no permitia asus ciudadanos la menor critica o desviacién de esas nor- mas colectivas. Lo ideal seria un punto medio: una ética de la responsabilidad que tenga en cuenta las consecuencias sociales de nuestros actos, pero que no nos deje inermes & Ivrwoouccr awa Erect " indefensos ante las decisiones dictatoriales y eventual- mente arbitrarias del Estado. VILLA PROFESION Y LA ETICA PROFESIONAL Lo que suele lamarse ética profesional no es sino la aplicacién de los principios éticos fundamentales a una determinada profesin. En otras palabras, se trata de lo que también se denomina deontologia, ética aplicada, 0 moral casuista en el sentido en que se examinan los diversos casos morales que se pueden presentat en diversos contextos sociales, laborales o profesionales. Por eso, parece oportuno, antes de hablar de la ética profesional, esclarecer el concepto de profesion. En princi- pio, parece muy sencillo definirla, pero, a la hora de la ver- dad no parece fécil distinguir la profesién de cualquier otra actividad, oficio, area o trabajo que desarrolle e! homb ya se sabe que un término que signifique mucho no signifi- ca nada; 0 como decia la logica tradicional: cuanto mas extensito es un término es, a la vez, menos comprensivo. Provisionalmente podemos tomar prestada de J. Gon- zAlez Dobles la siguiente definicién de profesidn: es un tipo de “actividad laboral que la persona desempena al servicio de los demas, de manera permanente, dentro de un medio ‘econémico y social determinado” en aras de una remu- neracién (J. Gonzalez, Reflexiones éticas, Universidad Na- ional, Heredia, 1982, pag.86). Brevemente, los elementos implicados en la definicion de profesién serian los siguientes. En primer lugar, la profesién es una tarea determina- da que tealiza un hombre especialmente preparado para ello. En este sentido la profesion es una consecuencia de la #« Avrowro Masa Lovee retain 0, sise prefiere, de la division social del tra- En segundo lugar, a profesién implica una cierta per- manencia en su desempetio, No se cambia fécilmente de profesién -como si sucede en otros oficios-, pues es el re- sultado de una larga y laboriosa preparacién y casi como que compromete a uno de por vida. En tercer lugar, la profesién cumple una funcién, un servicio social, que es buscado, solicitado y pagado. Una manera facil de saber si una profesién es valiosa 0 intitil es comprobar en el mercado laboral si los servicios ofrecidos son efectivamente valorados y solicitados. En cuarto lugar, una profesién sdlo tiene sentido en un medio social determinado. Las profesiones cambian ~aparecen y desaparecen-, en las distintas épocas histéri- cas, No tendria mucho sentido pretender ejercer como nico de computacién en una sociedad donde, para comen- zar, se desconocen la escritura y la electricidad. En quinto lugar, y aunque algunos autores consideran este elemento como totalmente secundario, la profesién se gjerce en vistas de obtener una congrua remuneracién. Pues el profesional también es una persona de carne y hueso que necesita comer para vivir. En nuestro caso, la remuneracién del profesional suele recibir el nombre de honorarios. Curiosa e irénicamente tal término deriva de que antiguamente los profesionales ~debido a tener asegu- Tada su subsistencia por otros medios- no aceptaban como recompensa a sus servicios el vil metal oel pago en especie, sino que recibian simplemente “honores” por parte de la comunidad. ;Oh tiempos aquellos!, que diria el poeta. Irmoovccsay au Ee e ‘A. TRABAJO Y PROFESION Deciamos que la profesién es un caso o un resultado de Ia progresiva division del trabajo. Sin embargo, es todavia usual distinguir entre profesi6n, por una parte, y oficios o trabajos manuales, por otra. Como base de esta distincion se sobreentiende que la profesion es -0 deberia ger- fruto de una eleccién 0 vocacién particular; que es resultado de una larga y penosa preparacién universitaria, que unainstitucién acacémica superior garantiza la idonei- | dad y preparacién del profesional; que, como consecuencia de todo ello, es justo que el profesional reciba una remu- reracién econémica superior a la que reciben los traba- jadores no-profesionales. Todo esto es cierto, pero si se apu- an un poco estos criterios se veria que cada vez resultan més borrosas y més elisticas las fronteras que separan, pongamos por caso, a un electricista, aun mecanico de pre- Ersion, a un tecnico en electrénica y a un ingeniero eléctri- 60. Es mas interesante examinar qué hay a la base, qué hay detras de esa distincién entre profesiones y oficios. La | respuesta es muy sencilla. Tas esa distincién se oculta toda tuna concepcidn antropolégica y toda una valoracion del | trabajo humano. Concretamente, y aunque hoy, debido a las grandes transformaciones historicas ocurridas, nos resulte un tanto dificil percibirlo, tras esa distincién se esconde y se revela la division de la sociedad en clases antaggnicas de amos y esclavos. Asi, de hecho, se estruc tur la sociedad greco-romana y, en menor grado, la cris- tiano-medieval, relacionadas ambas con nuestras culturas y sociedades, nos guste o no. En Grecia y Roma Ia sociedad Se divide en dos clases: por una parte, la aristocracia —los ‘amos, los sefiores- dedicada a la politica, a la ‘milicia, a las actividades intelectuales y artisticas. Estos aristocratas ‘natos son los verdaderos ciudadanos, los auténticos hom- ‘bres, los hombre libres, liberi, y las tareas u ocupaciones que | = Aovroso Manca LOPE cllos desempefian -reservadas y exclusivas~ se llaman, samente actividades o profesiones liberals (enténdase: propias de hombres libres, literalmente). Se sobrentiende cue estas “nobles” tareas dignifican, engrandecen, enno- Elecen al hombre. En una palabra: lo elevan y lo hacen mas humano. ___ Por otra parte, estan los esclavos o los siervos ~por certo numéricamente mayoritarios- que se dedican a los duros trabajos manuales 0 corporales. Estas actividades -agricultura, ganaderia, artesania- son francamente espernibles y no merecen ninguna consideracién. Aristoteles sentenciaba que ningin hombre que se dedicara al trabajo manual podia ser virtuoso. Cicerén cbunda en la misma idea cuando escribe: “los que se dedi- can a la mercancia son tenidos por viles...y todos los arte- sanos ejercen una actividad despreciable” (Cicerén: De Officiis, | 42). Las tareas que realizan estos siervos -servi- son precisamente eso: tareas 0 trabajos serviles (entiéndase: propias de siervos, literalmente). Estos trabajos, al con- trario de los propios de hombres libres, rebajan, embrute- cen al hombre. Por eso justamente son propios de esclavos, alos que se niega categoria humana. : Evidentemente, ninguna persona medianamente culta y en su sano juicio, aceptaria hoy ese clasismo* aberrante que negaba cardcter humano a una gran parte de la poblacién- y esa concepcién tan pesimista y despectiva del trabajo manual. Han tenido lugar una serie de revoluciones ‘page la francesa, Ja rusa) y de cambios profundos en. forma de concebir al hombre y al trabajo humano, que hacen practicamente imposible fal actitud. Pero, por més que nos pese, no han desaparecido del todo las antiguas consideraciones negativas del trabajo manual. A grandes rasgos, lo que hoy llamamos oficios, trabajos manuales, etc,, corresponderian a lo que nuestros ancestras deno- swrronccow a ua Bick minaban trabajos serviles. Y Io que todavia se llaman pro- fesiones liberales (como por ejemplo, la abogacfa, la medi- cina, la ensefanza, etc.) corresponde a lo que los antiguos designaban de idéntica manera. En nuestro inconsciente “individual o colectivo- persiste la idea de que hay cierto tipo de trabajos -por muy titles y necesarios que sean, como por ejemplo recoger la basura de las calles que, en realidad, degradan a la persona que los ejecuta, mientras que otras tareas -como por ejemplo ser rector de una uni- versidad-elevan y dignifican al ser humano. En otras pa- labras, no ha desaparecido la concepcién elitista de la sociedad y la infravaloracién del trabajo corporal. B. DIMENSION ETICA DE LA PROFESION Hemos dicho que la ética profesional es la aplicacion de los principios y valores éticos fundamentales a una determinada profesién. Por eso se habla de una ética pro- fesional médica, ética profesional juridica,ética profesional — pedagdgica, etc. Normalmente se considera que un profesional satis- face adecuadamente las exigencias éticas de su profesi6n si ‘observa cuidadosamente las normas contenidas en el codi- go de ética del colegio profesional respectivo. Estas nor- ‘mas, por lo general, se reducen a lo siguiente: guardar _ fidelidad a la instituci6n o al patrén que suministra traba- jo; ser respetuosos con los superiores; evitar la competencia desleal entre los colegas; no cobrar por debajo de ciertas tarifas minimas; mantenerse al dia en lo que respecta a los conocimientos propios de la profesién; no aprovecharse de la situacién de superioridad para engafiar o manipular a los clientes; guardar el secreto profesional; defender los intereses -sobre todo econémicos- de los profesionales colegiados, etc. En pocas palabras, uno cumple con las nor- ‘mas de la ética profesional si es un buen profesional. Avvromo Mansa Lovee PI Todo ello esta -o puede estar- bien, pero no basta. Por principio, deberia ir una reflexién o un cuestionamiento sobre la propia profesién como tal. Se ha dicho que no hay ninguna ciencia éticamente neutral, ni siquiera la matematica. Es conocida la anécdota del maestro espafiol, rabiosamente anticlerical, que preguntaba: Manolito, tii tienes cuatro manzanas y viene el cura y te quita dos man- zanas, ;cudntas manzanas te quedan? Por si no esta claro: Manolito sacaba dos conclusiones: primera, cuatro menos dos son dos; segunda, los curas se dedican a robar impune- mente a los nifios. Con mayor razén, no hay ninguna pro- fesiGn éticamente neutral. La pregunta clave seria: mi pro- fesién cumple una funcién social benéfica? Dicho de otra manera, ; al servicio de quién esta mi profesién? gde toda la sociedad, de la mayoria o de una pequeria élite? En este sentido no bastaria con que los profesionales, en cuanto tales, individualmente, sean competentes y cumplan con- cienzudamente sus deberes si sus servicios los ponen a dis- posicién solamente de quien puede y esta dispuesto a Pagarles los altos honorarios que exigen. Por ejemplo, un ‘meédico que cura bien slo a quien le paga bien y se desen- tiende de la mayoria de la poblacién que no tiene acceso por no poder pagar~ a los servicios médicos, no satisface en manera alguna exigencias fundamentales de lo que deberia ser una ética, no ya del profesional sino de la pro- fesion médica en cuanto tal. Por eso deciamos que a la reflexiGn sobre los deberes individuales del profesional debe anteceder un cuestionamiento global de la profesién en cuanto tal. También, y para terminar, habria que tener en cuenta que muchas profesiones tienen que ver con cosas, con obje- 10s -puentes, carros, casas, etc., aunque estos finalmente se ordenen al hombre- mientras que otras profesiones tienen que ver y relacionarse directamente con hombres: edu- adores, psicélogos, médicos, etc. En este tiltimo caso son rmopuecr ata Ernct 8 Zz iis evidentes las implicaciones éticas de la profesién: los Resumen de capitulo sujetos 0 individuos no son cosas y exigen ser tratadas como personas. La ética es una disciplina racional y normativa que puede ser entendida de dos maneras: como moral vivida, gercida, practicada (Ethica utens). En este sentido, es el conjunto de reglas, normas, mandatos, tabties y prohibi- ciones que regulan y guian la conducta y el comportamien- to humanos dentro de una determinada colectividad histérica. ‘También puede entenderse como saber teérico (Ethica docens). En este sentido, se trata de una teorizacién critica con respecto a la moral vivida. Enel primer sentido, la ética ha existido junto a todas las culturas y civilizaciones; en el segundo sentido, comien- za en Grecia, alrededor del S.VI antes de Cristo con los sofistas y reconocida como disciplina especificamente filosética con Sécrates. La ética no existe quimicamente pura, sino que se inscribe en una larga tradicién cultural a la par de la cien- cia, el arte y a religion. La ética, asimismo, se distingue por ser eminente- mente normativa: no sélo describe cOmo son los actos ‘humanos sino también cémo deberfan ser. El objeto mate- tial de la ética es precisamente la conducta de los indivi- duos, mientras que su objeto formal es concretamente esa dimensién del deber ser, la rectitud, la correccién, el ajus- ereeouccow au Erica 8 tamiento de los actos a una norma previa, al dictamen de la conciencia personal. La ética esta en estrecha relacién con otros saberes cul- turales como la antropologia, el derecho y la religién. Sin embargo, ciertas caracteristicas le dan su condiciGn de dis- ciplina aut6noma: el utilizar la raz6n frente a la fe, en el caso de la religién, y su interioridad frente a la exterioridad del derecho, por citar un ejemplo). El método de la ética, en cuanto disciplina teérica, oscila entre el inductivo, que parte de observaciones par- ticulares y sefiala reglas generales, y el deductivo, que opera en sentido contrario, parte de formulas generales y Jas aplica a casos particulares. En cuanto disciplina practi- ca, la ética utiliza el método de la habituacién o adies- tramiento. La ética, siendo una y no varias, tiene dos dimen- siones distintas pero complementarias: la ética personal, all ser el individuo un ente personal; y la ética social, porque el hombre no existe aislado sino en un contexto social. ‘También las profesiones tienen una dimension ética, que va orientada en el sentido de respeto a los colegas, de guardar fidelidad a la instituci6n, etc. Todas las profesiones tendrfan que cumplir una funcion social, es decir, existir en beneficio no sélo del individuo que la practica sino tam- bien de la colectividad, por lo que el buen o mal uso que de ellas se haga sera una cuestién eminentemente ética. = Ejercicios de autoevaluacion La ética historicamente se ha entendido de dos maner eCulles son? Refigrase brevemente a ellas. ce Exponga algunas diferencias entre Ia filosoiay las ciencias Senale y explique algunas caracteristicas fundamen Sepaley explique algunas caractristicas fundamentales del Sefale algunas semejanzas y diferencias de Ia éti espocto a otras discipline (derecho, religion, antropslogia) Refigrase brevemente a los, métodos que utiliza la. tic {us entendemos por métocio induct ductive seus entendemos por mtoo Indactes mtd deduce 2Qué piensa usted de la afirmacién socratica de que la virtud Se puede enseniar y de que el mal solo se realifa por igno- Fania? Razone suvespusta, nt” “MA Por eor qué se distingue la ética personal y la ética social?, Bit ga entre ética profesional y ética de la profesién Dé Explique las caracteristicas del saber fil el Ehtifeg leashes ee syioie aged er SABER FILOSOFICO Postula la libertad Objeto particular pcre reeeeee eeec meee ee ee gece ceaEE Cen Causas proximas ‘Método inductivo y experimental fi ee ee rer ace ee CPL eC 10. Explique el siguiente esquema sobre la divisién de la ética: A. GENERAL Juridica Docente _ Avroso Manuasea Lovee Bibliografia basica ARANGUREN, J.L. Etica. Madrid: Revista de Occidente, 1958, CORTINA, A. Erion sin Religion. Madrid: Tecnos, 1990, FROMM, E. Etica y Psicoandlisis. México: Fondo de Cultura Econémica, 195/ GONZALEZ, J. Reflexiones Eticas. Heredia:EUNA, 1983. GUTIERREZ, R. Introducci6n a la Etica. Méxica D. F:: Esfinge, JOLIVET, R. Moral. Buenos Aires: Carlos Lohlé, 1968. LARRANETA.R. La Preocupucion Etica. Salamanca: San Esteban, 86. MARITAIN, J. Las Nociones Preliminares de Filosofia moral. Buenos ‘Aires: Club de Lectores, 1966. MENENDEZ, A. Etica Profesional. México: Herrero, 1967. SANABRIA, J.R. Lica, México D.F:Poria, 1978. ‘SIMON, R. Moral. Barcelona:Herder, 1968. Iwmanecca ua Enc or CAPITULO II DIMENSIONES EtIcas DEL OBRAR HUMANO ITTES Y CONDICIONAMIENTOS. LA CONCIENCIA MORAL. oBjETIVos Al finalizar ef estudio del presente capitulo el estusiante ser caper de: Distinguir las principales caracteristicas de un acto humano. Reconocer cuales pueden ser los impedimentos mas importantes del acto humano. Explicar los criterios o factores fundamentales que determinan la moralidad de los actos humanos, Analizar qué es la libertad en general y sus diversas clases en particular. Exponer algunos argumentos racionales a favor de la existencia de la libertad. Reconocer los limites y multiples condicionamientos de los actos humanos Explicar las principales teorias sobre la naturaleza y el origen de la conciencia moral. Decidir en qué sentido o sentidos puede ser verdad que Dios habla a través de la concioncia, |, NATURALEZA HUMANA Y ACTOS HUMANOS Estrictamente hablando, no hay bebés buenos ni bebés malos. Pero si hay adultos buenos 0 malos, ;Cémo se opera este cambio? Obviamente por la vida, por la conducta, por los actos de las personas. A éstas, a las personas, las califi- camos de buenas 0 malas, morales o inmorales, por los actos que van realizando en el transcurso de sus vidas, Evidentemente esos actos o acciones no brotan de la nada, Provienen radicalmente de un sujeto que llamamos per- sona. Aunque inmediatamente s6lo veamos a una mano que dispara un revélver contra un nifto, el sujeto de esa accién no es Ja mano, sino una voluntad que mueve la mano y, mas radicalmente, una persona donde se asienta esa voluntad. En la terminologia escolar solia decirse que “las acciones provienen de las personas’. Algunas corrientes modernas -el existencialismo, el marxismo, el historicismo, etc sostienen que el hombre no tiene naturaleza, sino historia. Pero si algo prueba esa misma historia es que la forma de ser del hombre ~incluso su capacidad craneal y su coeficiente intelectual- no ha Variado sustancialmenie desde que aparecié el homo sapiens sobre la faz de la tierra. Tampoco han variado fundamen. Irrmcoveea au Bice talmente sus aspiraciones basicas al bien, ala verdad y ala belleza, aunque si han variado las maneras de concebir el bien, la verdad y la belleza. Por eso se puede seguir hablan- do de una naturaleza humana* comin -que atraviesa toda la historia humana- de donde brotan, como de un hontanar profundo, los actos humanos. Incluso puede afirmarse que Jo que los existencialistas (por ejemplo J.P. Sartre) llaman condicién humana es simplemente lo que siempre se ha lla- mado naturaleza humana. Por lo mismo se puede hablar también -o al menos aspirar- de una ética humana que respete y recoja las aspiraciones basicas de esa humanidad o naturaleza humana. | ACTO HUMANO, ACTO VOLUNTARIO Y ACTO MORAL Para que se dé un acto moral en el sentido de bueno 0 de malo) se requiere que se dé previamente un acto humano. El acto humano es el asiento o el soporte del valor moral. Pues bien, qué se entiende por acto humano? Estrictamente se entiende por tal una accién que se realiza: a) con deliberacién de la razén y b) con determinacion de la voluntad. Es decir, el acto humano, para ser tal, implica conocimiento y voluntariedad de lo que se hace. Estas dos condiciones deben darse simulténeamente. Si falta una de ellas -sea el conocimiento, sea la voluntad- no se da pro- piamente un acto humano. A fortiori (con mayor raz6n), tampoco se dara si faltan las dos condiciones. En este sen- tido, acto humano equivale a acto voluntario, acto libre, acto imputable, acto moral. aap eaprsnesqestn sonatas pr un ats ven xed SH RTne toon ln Aron Manas Lonez Alla ética s6lo le interesan los actos humanos, es decir, los actos libres, morales, voluntarios ¢ imputables, No le interesan ni considera los actos meramente naturales o fi- siol6gicos (como la digestidn), los fisicamente forzados 0 coaccionados totalmente, los no-imputables (los que reali- zan los enfermos mentales graves, los nifios pequefios, etc.). Todos estos actos no son morales ni inmorales, sino literalmente amorales, es decir, al margen de la moralidad. El acto moral supone, pues, el acto humano 0 el acto Voluntario que implica proceder desde la interioridad y con conocimiento del fin al que se ordena la accién que se realiza, ‘A. LOS IMPEDIMENTOS DEL ACTO VOLUNTARIO. Raramente existe una voluntariedad total en la rea- lizacion de un acto humano, Pueden darse tna serie de acciones o situaciones que, en casos extremos, anulan total- mente la voluntariedad del acto y que, en otros casos, la disminuyen en mayor o en menor grado. Entre estos impedimentos suelen citarse la ignorancia, las pasiones, la violencia, etc. Los explicamos brevemente. 1. Laignorancia Moralmente se entiende como tal la carencia de un conocimiento que podia y debia tenerse. En derecho se supone el conocimiento de las leyes y nadie puede alegar desconocimiento de las mismas para eximirse de su cumplimiento. En moral la situaciGn no es idén- tica y dependiendo del tipo de ignorancia con que se actiie, puede modificar la moralidad del acto. Concretamente se suelen distinguir la ignorancia antecedente, consiguiente, vencible e invencible. La ignorancia antecedente (la que precede al acto volun- fario y es causa de que se actie de tal o cual manera) Iyrmooccea a ea Enc @ talmente sus aspiraciones basicas al bien, a la verdad y ala belleza, aunque si han variado las maneras de concebir el bien, la verdad y la belleza, Por eso se puede seguir hablan- do de una naturaleza humana* comin -que atraviesa toda la historia humana- de donde brotan, como de un hontanar profundo, los actos humanos. Incluso puede afirmarse que lo que los existencialistas (por ejemplo J.P. Sartre) llaman condicién humana es simplemente lo que siempre se ha lla- ‘mado naturaleza humana. Por lo mismo se puede hablar también -0 al menos aspirar~ de una ética humana que respete y recoja las aspiraciones basicas de esa humanidad onaturaleza humana. Il. AcTO HUMANO, ACTO VOLUNTARIO Y ACTO MORAL Para que se dé un acto moral (en el sentido de bueno 0 de malo) se requiere que se dé previamente un acto humano. El acto humano es el asiento o el soporte del valor moral. Pues bien, gqué se entiende por acto humano? Estrictamente se entiende por tal una accién que se realiza: a) con deliberacién de la razén y b) con determinacién de la voluntad Es decir, el acto humano, para ser tal, implica conocimiento y voluntariedad de lo que se hace. Estas dos condiciones deben darse simulténeamente. Si falta una de ellas -sea el conocimiento, sea la voluntad- no se da pro- piamente un acto humano. A fortiori (con mayor raz6n), tampoco se dard si faltan las dos condiciones. En este sen- tido, acto humano equivale a acto voluntario, acto libre, acto imputable, acto moral. © Tag palabras expresiones que estin acompaadas por un artersc vienenexpheadas alia dl ibe en un Glosaric. iB Aron Mavasscs Lovez Ala ética s6lo le interesan los actos humanos, es decir, Jos actos libres, morales, voluntarios ¢ imputables. No le interesan ni considera los actos meramente naturales 0 fi- siolégicos (como la digestién), los fisicamente forzados 0 coaccionados totalmente, los no-imputables (los que reali- zan los enfermos mentales graves, los nifios pequefios, etc.). Todos estos actos no son morales ni inmorales, sino literalmente amorales, es decir, al margen de la moralidad. El acto moral supone, pues, el acto humano o el acto voluntario que implica proceder desde la interioridad y con conocimiento del fin al que se ordena la accién que se realiza. A. LOS IMPEDIMENTOS DEL ACTO VOLUNTARIO Raramente existe una voluntariedad total en la rea- lizacién de un acto humano, Pueden darse una serie de acciones o situaciones que, en casos extremos, anulan total- mente la voluntariedad del acto y que, en otros casos, la disminuyen en mayor o en menor grado. Entre estos impedimentos suelen citarse la ignorancia, las pasiones, la violencia, etc. Los explicamos brevemente. 1. Laignorancia Moralmente se entiende como tal la carencia de un conocimiento que podia y debia tenerse. En derecho se supone el conocimiento de las leyes y nadie puede alegar desconocimiento de las mismas para eximirse de su cumplimiento. En moral la situacion no es idén- tica y dependiendo del tipo de ignorancia con que se actiie, puede modificar la moralidad del acto. Concretamente se suelen distinguir la ignorancia antecedente, consiguiente, vencible e invencible. La ignorancia antecedente (la que precede al acto volun- fario y es causa de que se actie de tal o cual manera) Iyroovcerd aes Ec o anula la voluntariedad. Por ejemplo a alguien que va de viaje a Miami le dicen que lleve un paquete que contiene, segdin aseguran, puros habanos. Pero resulta que, en realidad, tal paquete contenia cocafna. En este caso [a ignorancia exime de la culpa. La ignorancia consiguiente (la que sigue al acto voluntario) supone una negligencia deliberada en averiguar la verdad, por tanto, no anula la voluntariedad del acto, aunque Ta puede disminuir. Por ejemplo, el médico que dana _ o mata al enfermo por no haberse tomado la molestia Qrestudiar 0 conover mejor su enfermedad. La igno- | rancia ingencible (Ia que, dadas las circunstancias, 0 | puede ser vencida 0 superada por el sujeto que la padece) exime de la responsabilidad moral. La igno- | fancia vencible (Ia que se puede eliminar o vencer con tuna diligencia razonable por parte del sujeto) tam- poco anula la voluntariedad y responsabilidad, | aunque las puede atenuar. | Las pasiones | Se entiende por pasi6n un movimiento de la sensibili- dad ante un bien o mal sensibles, lo cual produce una cierta conmocién en el organismo, Como ejemplos: pueden citarse la ira 0 c6lera, el miedo, la concupis Cencia (tendencia al goce sensual, ete). Como principio general hay que sostener que las pasiones no anulan la voluntariedad del acto realiza- Go bajo los efectos de la pasién. Mas bien, en cierto sentido, aumentan la voluntariedad, ya que un acto cuanto més pasional o apasionado sea, procede con mas fuerza, con mas impetu de la interioridad. Pero, en otro sentido, pueden disminuir la voluntariedad en cuanto que la pasién, a medida que es més intensa, puede atenuar o, en casos muy extremos, anular el fonocimiento del acto que se esté realizando. Ast, une Awrosne Manse Lora persona muy encolerizada, en estado de emocién violen- fa, que dicen los abogados puede realizar actos ~sin percatarse plenamente de ellos ~que inmediatamente después va a lamentar. Sin embargo, y mientras no se demuestre lo contrario, hay que partir siempre del supuesto de que una persona adulta, normal y sana, puede y debe controlar sus pasiones. De otra manera, siempre habria una coartada demasiado facil para jus- tifcar toda clase de desmanes. Ast, por ejemplo, el violador, podria aducir que, ante la belleza destum- brante de la quinceaftera que se cruz6 en su camino, la pasion le cogs... Ottos ejemplos y situaciones muy polémicas pueden ser las acciones realizadas bajo los efectos de la drogadiccién, ete La violencia Se entiende portal la fuerza coaccién, fisica o moral, ejercida sobre una persona para obligarla a hacer lo que no quiere o no hacer lo que quiere. Es claro, por lo dicho anteriormente, que el acto realizado por fuerza 0 por coaccién, por lo general no es voluntario, ya que no procede de la interioridad, sino que es impuesto desde fuera contra la voluntad del sujeto. Logicamen- te, sera mas 0 menos involuntario segiin la violencia sea mayor 0 menor. El lector deberé tener presente que, segiin ya advertia Aristételes, en cuestiones morales no cabe una precisiGn y exactitud como, por ejemplo, en las matematicas. B. DIVISION DEL ACTO VOLUNTARIO Hay muchos tipos de actos voluntarios y no todos lo son en el mismo grado, como tampoco el oro tiene siempre los mismos quilates. Iymeouccew a ta Brea Se habla de un acto voluntario positivo cuando fue efectivamente puesto, realizado. De voluntario negativo cuando no se realizé pero, dadas las circunstancias y com- promisos previos, deberia haberse realizado. Por ejemplo, el profesor que no da la clase que se le habia asignado. Tal vez més importante, desde el punto de vista ‘moral, sea la distincién entre acto voluntario directo e indi- recto. El primero se da cuando se busca ¢ intenta, por si mismo, e efecto que producir tal acto (por ejemplo la salud que restaurard la intervenci6n quirargica) El segun- do se llama al acto que produce un efecto que no es quer do por sf mismo sino como consecuencia, aunque sea nece- saria, de lo directamente querido, por ejemplo la muerte del embrién como consecuencia de la intervencién quirir- gica en el tejido canceroso del ttero. En este caso lo que se quiere directamente es la salud de la mujer, pero de alguna manera se quiere también, aunque sea indirectamente, la muerte del embrién. En la vida diaria abundan los casos en que un mismo acto puede tener tiene de hecho- dos efectos: el intentado directamente y el que acaece indirectamente. Cuando los: dos efectos son buenos no hay ningtin problema. Pero las dificultades se presentan cuando ~como en el ejemplo ante- rior- al realizar una accidn, se siguen un efecto bueno y otro malo. El problema concreto consiste en si éticamente! se puede realizar una accién de la que se sabe de antemano) que tendré consecuencias buenas y malas simulténea- mente. Esta cuestidn la han discutido por siglos los mora: listas y no han Ilegado a conclusiones claras y aceptads universalmente. En aras de la brevedad se puede decir k siguiente: Eticamente se puede realizar una accién de la que sabe que se va a seguir un doble efecto -bueno y cuando, por una parte, el fin perseguido por el agente propiamente el efecto bueno; el efecto malo en realidad no Se quiere, sino que se acepta o tolera porque no hay mane- ta de evitarlo, En otras palabras, la intencionalidad se dirige hacia la consecuencia buena. Por otra parte, se rTequiere también una causa proporcionada a la gravedad de los males que se van a seguir. Y tanto més grave debe ser Ja causa cuanto mayores sean los males que se seguiran. Por ejemplo: hay razdn proporcionadamente grave para sactificar un embrién si es el tinico medio de salvar la vida de la madre. Pero no hay raz6n proporcionadamente grave cuando, para apresar a un asesino hay que disparar contra diez personas inocentes. C. CRITERIOS DE LA MORALIDAD DE LOS ACTOS HUMANOS Partimos del supuesto (que se explicitaré posterior- mente) de que la moralidad -positiva o negativa~ del acto humano esté determinada por la conformidad o discon- formidad de tal acto con la razén. Partiendo de ahi vamos a analizar los criterios, los elementos o los factores que, ett relacién con la raz6n, constituyen la moralidad. Estos crite- Hos, que tradicionalmente se Han “las fuentes dela moralidad”, son el objeto, as circunstancias y la intenci mora i 8 y la intencio- 1. Elobjeto La moralidad de un acto esté dada primariamente por el objeto del mismo y se lama objeto del acto aquello a lo que se dirige un acto por si mismo, por su propia naturaleza. Por ejemplo, el objeto de disparar a boca- jarro contra una persona es distinto del objeto de acariciar a esa misma persona. A esta moralidad, por provenir del objeto, se la llama también moralidad objetioa. Aqui se considera el acto humano en su aspec- to material, fisico, objetivo. Se atiende sobre todo al contenido del acto. En otras palabras, se tiene en cuen- Aseropveci ata Erce x

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