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PSICOLOGÍA DE LA SALUD:
ESTRÉS, AFRONTAMIENTO Y
BIENESTAR
Conceptos Clave del Capítulo 11
MODULO 34
¿De qué manera la psicología de la salud es la unión entre medicina y psicología?
¿Qué es el estrés, cómo nos afecta y cómo podemos afrontarlo mejor?
Estrés y Afrontamiento
MODULO 35
¿Cómo influyen los factores psicológicos en problemas relacionados con la salud como
las enfermedades coronarias, el cáncer y el tabaquismo?
Aplicación de la psicología en el siglo XXI: el miedo extremo: un vínculo entre el estrés y las
enfermedades coronarias Tabaquismo
MODULO 36
¿Cómo influyen nuestras interacciones con los médicos en nuestra salud y
acatamiento del tratamiento médico?
¿Qué genera una sensación de bienestar?
Además de tomar dos cursos preuniversitarios, cumplir con sus materias de química,
matemáticas y optativas, servía en el consejo escolar organizando proyectos de servicio
comunitario, tomaba una clase de diversidad cultural en una universidad de la comunidad para
obtener créditos universitarios, participaba en el grupo de concientización de la escuela sobre
problemas relacionados con el alcohol, hacía trabajo voluntario, tomaba lecciones de tenis y
tenía un trabajo de medio tiempo.
Tampoco había descansado lo suficiente este verano; había pasado la mayor parte del
tiempo preparándose para la universidad. Tomó una clase de verano en la escuela, se ofreció
como voluntario, trabajaba en la oficina de su papá y llenó partes del formulario de admisión
común para las 10 o más universidades a las que mandó su solicitud de ingreso (Jayson, 2006).
Nos es difícil entender por qué Alex Capp desea experimentar menos estrés. Para las personas
como él —y que probablemente incluya a la mayoría de nosotros—, la intensidad de
desempeñar diversos papeles genera la sensación de que nunca se tiene el tiempo suficiente y,
en algunos casos, se cobra la factura en términos del bienestar físico y psicológico.
El estrés y las formas de afrontarlo son temas de interés medulares desde hace mucho
tiempo para los psicólogos. Sin embargo, en los últimos años, el interés se amplió conforme la
psicología consideró el estrés en el contexto mucho más amplio de un subcampo más reciente
de la psicología: la psicología de la salud. En la psicología de la salud se investigan los factores
psicológicos relacionados con el buen estado físico y las enfermedades, lo que incluye
prevención, diagnóstico y tratamiento de problemas médicos. Los psicólogos de la salud
investigan la influencia que ejercen factores psicológicos como el estrés en las enfermedades.
Examinan los principios psicológicos de los tratamientos de afecciones y enfermedades, y
también se interesan en aspectos preventivos: cómo evitar problemas de salud, como
enfermedades cardiacas y estrés, por medio de un comportamiento más saludable.
Los psicólogos de la salud reconocen que los factores psicológicos, como los
pensamientos, las emociones y la capacidad para manejar el estrés, influyen en la buena salud
física y la capacidad para afrontar las enfermedades. Han prestado particular atención al
sistema inmunitario, el complejo de órganos, glándulas y células que constituyen nuestra línea
de defensa natural contra las enfermedades.
De hecho, los psicólogos de la salud se hallan entre los principales investigadores de un
campo cada vez mayor llamado psiconeuroinmunología, o PNI, el cual estudia la relación
entre los factores psicológicos, el sistema inmunitario y el cerebro. La PNI ha generado
descubrimientos como la existencia de una asociación entre el estado emocional y el éxito del
sistema inmunitario contra las enfermedades (Dickerson et al., 2004; Kemeny, 2007).
En suma, los psicólogos de la salud conciben la mente y el cuerpo como dos partes del
conjunto del sistema humano que no pueden considerarse en forma independiente. Esta
visión más reciente señala una separación marcada respecto de ideas anteriores. Antes, las
enfermedades se percibían como un fenómeno puramente biológico, y los factores
psicológicos eran de poco interés para la mayoría de los trabajadores de la salud. A principios
del siglo XX, las principales causas de la muerte eran las infecciones de corto plazo de las que
uno se recuperaba rápido o moría. Ahora, sin embargo, las principales causas de muerte, como
las enfermedades cardiacas, el cáncer, y la diabetes, son afecciones crónicas que a menudo no
pueden curarse y se prolongan durante años, lo que plantea problemas psicológicos
significativos (Bishop, 2005; Rotan y Ospina-Krammerer, 2007).
En los tres módulos siguientes, analizaremos las influencias que ejercen los factores
psicológicos en la salud. Nos enfocaremos primero en las causas y consecuencias del estrés, así
como en las formas de afrontarlo. Luego exploraremos los aspectos psicológicos de varios
problemas de salud importantes, como las enfermedades cardiacas, el cáncer y los problemas
derivados del tabaquismo. Por último, examinaremos las influencias que ejercen las
interacciones entre paciente y médico en nuestra salud y veremos algunas sugerencias para
aumentar el acatamiento de las recomendaciones conductuales que mejoran su bienestar.
Conceptos clave
¿De qué manera la psicología de la salud es la unión entre medicina y psicología?
El estrés es algo muy personal. Aunque cierto tipo de sucesos, como la muerte de un ser
querido o la participación en un combate militar, son universalmente estresantes, hay otras
situaciones que pueden ser o no estresantes para determinadas personas.
Por ejemplo, piense en el salto en bungee. Para algunas personas saltar desde un
puente sujetas a una cuerda elástica delgada es algo muy estresante. Sin embargo, hay quien
considera esa actividad algo que representa un reto y diversión. Que el salto en bungee sea o
no estresante depende en parte, entonces, de las percepciones que el individuo tenga de la
actividad.
Para que un suceso se considere estresante, debe percibirse como algo amenazador o
desafiante y carecerse de los recursos para enfrentarlo con eficacia. En consecuencia, el mismo
suceso puede resultar estresante unas veces y otras no provocar una reacción estresante en
absoluto. Un joven puede experimentar estrés cuando una chica se niega a salir con él, si
atribuye la negación a su falta de atractivo o de mérito. Pero si la atribuye a algún factor no
relacionado con su autoestima, como un compromiso contraído antes de la mujer que invitó a
salir, la experiencia de la negación quizá no genere estrés. Por tanto, la interpretación que
haga la persona de los sucesos desempeña una función muy importante en la determinación
de lo estresante (Folkman y Moskowitz, 2000; Giacobbi, hijo, et al., 2004; Friborg et al., 2007).
ALERTA DE estudio: Recuerde las tres categorías de factores de estrés: cataclismos, factores de
estrés personales y factores de estrés cotidianos, cada uno de los cuales produce diferentes
niveles de estrés
¿Qué clase de sucesos suelen percibirse como estresantes? Hay tres clases generales:
cataclismos, sucesos personales y eventos cotidianos.
Los cataclismos pueden ser fuertes factores de estrés que ocurren en forma súbita y
por lo común afectan a muchas personas al mismo tiempo. Desastres como tornados y
accidentes aéreos, lo mismo que ataques terroristas, son ejemplos de este tipo de eventos que
afectan simultáneamente a cientos o miles de personas.
Entre los síntomas del trastorno por estrés postraumático también se hallan
aturdimiento emocional, dificultades para dormir, problemas interpersonales, alcoholismo y
drogadicción y, en algunos casos, suicidio. Por ejemplo, el índice de suicidio de los veteranos
de la Guerra de Vietnam es 25% superior al de la población general (McKeever y Huff, 2003;
Dohrenwend et al., 2006; Pole, 2007).
Alrededor de 16% de los soldados que regresan de Irak manifiestan síntomas de TEPT.
Además, quienes han experimentado abuso infantil o violación, los rescatistas que enfrentan
situaciones abrumadoras y las víctimas de desastres naturales repentinos o accidentes que
producen sensaciones de impotencia y consternación pueden padecer el mismo trastorno
(Ozer y Weiss, 2004; Hoge y Castro, 2006; Friedman, 2006).
Los ataques terroristas producen niveles elevados del TEPT. Por ejemplo, en general
11% de los habitantes de la ciudad de Nueva York sufrieron alguna forma de TEPT después de
los ataques del 11 de septiembre. Pero la respuesta varió en forma significativa en función de
la proximidad de los ataques, como se ilustra en la figura 1; cuanto más cerca vivía alguien de
la zona cero, mayor era la probabilidad de que experimentara el TEPT (Susser, Herman y
Aaron, 2002).
Trastorno por estrés postraumático (TEPT): fenómeno en el que las víctimas de catástrofes, o
fuertes factores de estrés personales, experimentan efectos duraderos, como sentir de nuevo
el suceso a través de remembranzas súbitas o sueños vívidos
FIGURA 1 Cuanto más cerca vivían las personas del ataque terrorista al World Trade Center, mayor era el índice del
trastorno por estrés postraumático. (Fuente: Suser, Herman y Aaron, 2002.)
La otra cara de la moneda en relación con las complicaciones cotidianas son las
exaltaciones, sucesos positivos menores que hacen que uno se sienta bien, aunque sólo sea
temporalmente. Como se señala en la figura 2, las exaltaciones pueden ocurrir, por ejemplo, al
relacionarse bien con un compañero o cuando nuestro entorno nos resulta agradable. Lo que
es especialmente interesante de las exaltaciones es que se asocian con la salud psicológica en
sentido opuesto a las complicaciones cotidianas: cuanto mayor sea la cantidad de exaltaciones
que se experimentan, menores son los síntomas psicológicos que se informan después
(Chamberlain y Zika, 1990; Roberts, 1995; Ravindran et al., 2002; Jain et al., 2007)
FIGURA 2 Complicaciones cotidianas y exaltaciones más comunes (complicaciones: Chamberlain y Zika, 1990;
exaltaciones: Kanner et al., 1981). ¿Cuántas de éstas forman parte de su vida y cómo las afronta?
Con todo, la exposición continua al estrés se traduce en una disminución del nivel
general de funcionamiento biológico del cuerpo debido a la secreción constante de hormonas
relacionadas con el estrés. Con el tiempo, las reacciones estresantes producen un deterioro de
tejidos corporales, como los vasos sanguíneos y el corazón. A la larga nos volvemos más
susceptibles a las enfermedades, pues mengua nuestra capacidad para combatir las
infecciones (Kemeny, 2003; Brydon et al., 2004; Dean-Borenstein, 2007).
Además, por el estrés suele derivarse o empeorar toda clase de problemas físicos
conocidos como trastornos psicofisiológicos. Otrora conocidos como trastornos
psicosomáticos (término en desuso porque se suponía que los trastornos eran de algún modo
irreales), los trastornos psicofisiológicos son problemas médicos reales en los que interactúan
dificultades psicológicas, emocionales y físicas. Los trastornos psicofisiológicos más comunes
van desde problemas mayores, como hipertensión, hasta dificultades por lo común menos
graves, como cefaleas, dolores de espalda, erupciones cutáneas, indigestión, cansancio y
estreñimiento. El estrés se relaciona incluso con el resfriado común (Cohen, et al., 2003;
Andrasik, 2006).
En el plano psicológico, los niveles elevados de estrés impiden que las personas
afronten la vida de manera adecuada; su visión del entorno se enturbia (por ejemplo, una
crítica menor hecha por un amigo se sale de toda proporción). Además, en el nivel más
elevado del estrés, las respuestas emocionales pueden ser tan extremas que las personas
pierden la capacidad de actuar en absoluto, así como la de enfrentar nuevos factores de
estrés.
En resumen, el estrés nos afecta de muchas formas. Puede aumentar el riesgo de que
nos enfermemos, generar directamente una enfermedad, hacer que disminuya nuestra
capacidad para recuperarnos de una enfermedad y menguar nuestra capacidad de afrontar
situaciones estresantes en el futuro.
Como se aprecia en la figura 4, el modelo tiene tres fases. La primera etapa —de
alarma y movilización— ocurre cuando se cobra conciencia de la presencia de un factor de
estrés. En un plano biológico, se activa el sistema nervioso simpático, lo que ayuda a afrontar
inicialmente el factor de estrés.
Sin embargo, si persiste el factor de estrés, se pasa a la segunda etapa de respuesta del
modelo, la resistencia. Durante esta etapa, el cuerpo se prepara para combatir el factor de
estrés. Durante la etapa de resistencia, se afronta el factor de estrés con diferentes medios, a
veces con éxito, pero a costa de cierto grado de bienestar físico y psicológico. Por ejemplo, un
estudiante que enfrenta el estrés de reprobar varios cursos podría pasar largas horas
estudiando, con lo que buscaría afrontar el estrés.
Aunque el modelo SAG ejerció una influencia sustancial en nuestra comprensión del
estrés, la teoría de Selye no ha estado exenta de críticas. Por ejemplo, la teoría propone que,
sin importar el factor de estrés, la reacción biológica es similar, pero algunos psicólogos de la
salud no están de acuerdo. Consideran que la respuesta biológica se subordina en concreto a
la forma en que se valore el suceso estresante. Por ejemplo, si se percibe que un factor de
estrés es desagradable, pero no inusual, la respuesta biológica puede ser diferente de percibir
otro sólo como algo desagradable, fuera de lo común e inesperado. Esta aproximación generó
más atención en la psiconeuroinmunología (Taylor et al., 2000; Gaab, Rohleder, Nater y Ehlert,
2005).
Síndrome de adaptación general (SAG): teoría de Selye según la cual la respuesta a un factor
de estrés consta de tres etapas: alarma y movilización, resistencia y agotamiento.
PSICONEUROINMUNOLOGÍA Y ESTRÉS
Los psicólogos de la salud contemporáneos que se especializan en la psiconeuroinmunología
(PNI) han adoptado un modelo más amplio sobre el estrés; al concentrarse en los resultados
de éste, han identificado tres principales consecuencias (véase figura 5).
¿Por qué es tan perjudicial el estrés para el sistema inmunitario? Una razón es que
puede estimular en exceso al sistema inmunitario. En lugar de combatir bacterias, virus u otros
agentes externos invasores, puede empezar a atacar al cuerpo mismo, y dañar el tejido sano.
Cuando esto sucede, puede producir trastornos como artritis y reacciones alérgicas.
Comportamientos perjudiciales
- Aumento del consumo de tabaco, de alcohol
Estrés - Desnutricion
- Problema para dormir
- Amuentar del consumo de drogas
FIGURA 5 Los tres principales tipos de consecuencias derivadas del estrés: efectos fisiológicos directos,
comportamientos perjudiciales y conductas relacionadas con la salud indirecta. (Fuente: Adaptado de Baum, 1994.)
Los esfuerzos por controlar, reducir o aprender a tolerar las amenazas que conducen al
estrés se conocen como afrontamiento. Habitualmente nos servimos de ciertas respuestas de
afrontamiento para enfrentar el estrés. La mayor parte del tiempo no somos conscientes de
estas respuestas, así como tal vez tampoco lo seamos de los factores de estrés menores
cotidianos que se acumulan hasta niveles muy nocivos (Wrzesniewski y Chylinska, 2007).
También tenemos otros medios más directos y posiblemente más positivos de afrontar
el estrés, los cuales corresponden a dos principales categorías (Folkman y Moskowitz, 2000,
2004):
Algunas formas de afrontamiento son menos exitosas. Una de las modalidades menos
eficaces de afrontamiento es el afrontamiento por evitación. En el afrontamiento por
evitación, la persona puede recurrir a pensamientos ilusorios para reducir el estrés o emplear
rutas de escape más directas, como el consumo de drogas, alcohol y alimentos en exceso. Un
ejemplo de pensamiento ilusorio para evitar una prueba sería decirse “tal vez nieve tan fuerte
mañana que se cancele la prueba”. Otra posibilidad es que la persona se emborrache para
evitar un problema. De cualquier modo, el afrontamiento por evitación suele generar una
posposición del afrontamiento de la situación estresante, y esto hace que el problema a
menudo empeore (Roesch et al., 2005; Hutchinson, Baldwin y Oh, 2006).
Afrontamiento: esfuerzos por controlar, reducir o aprender a tolerar las amenazas que
conducen al estrés.
DESESPERANZA APRENDIDA
¿Alguna vez ha experimentado una situación intolerable que sencillamente no puede resolver
y en la que al final se rinde y acepta las cosas como son? Este ejemplo ilustra una de las
posibles consecuencias de estar en un entorno en el que no es posible controlar una situación,
un estado que produce desesperanza aprendida. La desesperanza aprendida ocurre cuando se
llega a la conclusión de que no es posible controlar los estímulos desagradables o aversivos;
una visión del mundo que se arraiga tanto que el individuo deja de esforzarse por remediar las
circunstancias aversivas, aunque éstas ejerzan en realidad cierta influencia en la situación
(Seligman, 1975, 2007; Aujoulat, Luminet y Deccache, 2007).
Las víctimas de la desesperanza aprendida llegan a la conclusión de que no hay un
vínculo entre las respuestas que dan y los resultados que suceden. Las personas experimentan
más síntomas físicos y depresión cuando perciben que tienen poco o ningún control que
cuando sienten una sensación de control sobre una situación (Chou, 2005; Bjornstad, 2006).
Entre los que afrontan el estrés en forma más exitosa se hallan los que poseen
resistencia, característica de la personalidad asociada con un índice menor de afecciones
relacionadas con el estrés. La resistencia consiste en tres componentes (Baumgartner, 2002;
Maddi, 2007):
Para quienes enfrentan las dificultades más profundas, como la muerte de un ser
querido o una lesión permanente, como una parálisis después de un accidente, un elemento
clave en su recuperación psicológica es su grado de resistencia. La resistencia es la capacidad
de soportar, superar y prosperar de verdad después de una profunda adversidad (Bonanno,
2004; Norlander et al., 2005; Jackson, 2006).
Las personas resistentes por lo general son de trato fácil y de naturaleza bondadosa, y
cuentan con buenas habilidades sociales. Suelen ser independientes y sienten que controlan su
propio destino, incluso cuando la suerte los hace enfrentar un golpe devastador. En suma,
trabajan con lo que tienen y aplican su mejor esfuerzo en toda situación en la que se
encuentren (Humphreys, 2003; Spencer, 2003; Deshields et al., 2005; Friborg, Barlaug,
Martinussen, Rosenvinge y Hjemdal, 2005).
Resistencia: característica de la personalidad asociada con un índice menor de afecciones
relacionadas con el estrés, consistente en tres componentes: compromiso, desafío y control
El apoyo social y emocional entre las personas sirve para que enfrenten el estrés de
varias maneras. Por ejemplo, dicho apoyo le demuestra a una persona que es un miembro
importante y valorado de una red social. Asimismo, los demás ofrecen información y consejo
sobre las formas apropiadas de enfrentar el estrés (Day y Livingstone, 2003; Lindorff, 2005).
Por último, quienes forman parte de una red de apoyo social proporcionan bienes y
servicios adecuados que ayudan a los demás en situaciones estresantes; por ejemplo, cuando
le ofrecen hospedaje temporal a una persona a quien se le quemó su casa, o cuando ayudan a
un estudiante a estudiar para un examen debido a que experimenta estrés por su mal
desempeño académico (Natvig, Albrektsen y Ovamstrom, 2003; Takizawa et al., 2007).
EVALUACIÓN
1. El __________ se define como una respuesta a sucesos amenazadores o difíciles.
2. Relacione la parte del SAG con su definición
a. Alarma y movilización
b. Agotamiento
c. Resistencia
i. Disminuye la capacidad para adaptarse al estrés; aparecen síntomas.
ii. Activación del sistema nervioso simpático.
iii. Se emplean diversas estrategias para afrontar un factor de estrés.
3. Los factores de estrés que afectan a una persona y producen una reacción inmediata
importante se conocen como:
a. Factores de estrés personales
b. Factores de estrés psíquicos
c. Factores de estrés relacionados con los cataclismos
d. Factores de estrés cotidianos
4. Quienes tienen la característica de personalidad llamada __________ al parecer están
en mejores posibilidades de combatir adecuadamente los factores de estrés.
RECONSIDERACIÓN
1. ¿Por qué los cataclismos son menos estresantes a la larga que otros tipos de factores
de estrés? ¿La razón se relaciona con el fenómeno del afrontamiento conocido como
apoyo social? ¿Cómo?
2. Desde la óptica de un trabajador social: ¿cómo ayudaría usted a la gente a afrontar y
evitar el estrés en su vida diaria? ¿Cómo alentaría a las personas a que crearan redes
de apoyo social?
1. Estrés
2. a-ii), b-i), c-iii)
3. a)
4. resistencia
TÉRMINOS BÁSICOS
afrontamiento, p. 424
apoyo social, p. 426
cataclismos, p. 418
desesperanza aprendida, p. 425
estrés, p. 417
factores de estrés cotidianos (complicaciones de la vida diaria), p. 419
factores de estrés personales, p. 418
psicología de la salud, p. 416
psiconeuroinmunología (PNI), p. 416
resistencia, p. 425
síndrome de adaptación general (SAG), p. 421
trastorno por estrés postraumático (TEPT), p. 418
trastornos psicofisiológicos, p. 421
Una vez a la semana se reúnen para platicar, llorar y, en ocasiones, reír juntas. “¿El
dolor es peor aún por las mañanas?”, le pregunta Margaret a Kate hoy.
Kate, mujer pequeña y grácil, cercana a los cincuenta, mueve la cabeza para negar. “Es
malo todo el tiempo”, dice con voz cruda, con preocupación y cansancio. En una
comprensión tácita de la situación, asienten las ocho mujeres, sentadas en un amplio
círculo de sillas dentro de una habitación pequeña y escasamente amueblada en el
Centro Médico de la Universidad de Stanford. Lo saben. A todas ellas se les diagnosticó
cáncer de mama recurrente...
Se reúnen aquí todos los miércoles por la tarde para platicar y escucharse. Es su
oportunidad de analizar sus temores y hallar algo de consuelo, en un momento en el
que no se sienten solas. Y, en un sentido que nadie puede explicar, tal vez esto sea lo
que las mantenga con vida (Jaret, 1992, p. 87).
Hace apenas unas dos décadas, la mayoría de los psicólogos y prestadores de servicios
médicos se habrían burlado de la noción de que un grupo de discusión pudiera mejorar las
oportunidades de supervivencia de un paciente con cáncer. Sin embargo, en la actualidad tales
métodos gozan de una mayor aceptación.
Hay cada vez hay más evidencias que señalan que los factores psicológicos ejercen una
influencia sustancial en los principales problemas de salud que otrora se consideraban en
términos puramente fisiológicos y en el sentido cotidiano de la salud, el bienestar y la felicidad.
Consideraremos los componentes psicológicos de tres importantes problemas de salud —
afecciones cardiacas, cáncer y tabaquismo—, y luego analizaremos la naturaleza del bienestar
y la felicidad.
Conceptos clave
¿Cómo influyen los factores psicológicos en problemas relacionados con la salud como
las enfermedades coronarias, el cáncer y el tabaquismo?
Tim sabía que no iba a ser su día cuando se quedó atrapado en el tránsito detrás de un
camión de carga que se desplazaba con lentitud. ¿Cómo puede tardarse tanto este
chofer? ¿No tiene nada importante que hacer? Las cosas no le salieron mejor a Tim al
llegar al campus y descubrir que la biblioteca no contaba con los libros que necesitaba.
Casi podía sentir cómo le subía la presión.
—Necesito ese material para terminar mi trabajo —pensaba.
—De hecho — reflexionó Tim—, siento como si compitiera con todos, sin importar lo
que haga
¿Alguna vez se ha impacientado usted, como Tim, al quedar atrapado detrás de un vehículo
lento, sentido ira y frustración por no hallar el material que necesitaba en la biblioteca o
experimentado una sensación de competencia con sus compañeros de clases?
La hostilidad es el componente clave del patrón conductual tipo A que se relaciona con
la cardiopatía. Aunque la competitividad, la impaciencia y las sensaciones de compulsión
pueden generar estrés y potencialmente otros problemas de salud y emocionales, no se
vinculan con enfermedades coronarias en la forma en que se relaciona la hostilidad (Williams
et al., 2000; Boyle et al., 2005; Ohira et al., 2007)
¿Por qué la hostilidad es tan tóxica? La razón clave es que la hostilidad produce una
excitación fisiológica excesiva en situaciones estresantes. Esa excitación, a su vez, genera una
mayor producción de las hormonas epinefrina y norepinefrina, lo mismo que aumentos en el
ritmo cardiaco y la presión sanguínea. Esta respuesta fisiológica exagerada produce en última
instancia una mayor incidencia de enfermedades coronarias (Eaker et al., 2004; Demaree y
Everhart, 2004; Myrtek, 2007).
Es importante tener presente que no todos los que manifiestan comportamientos tipo
A están destinados a padecer enfermedades coronarias. Por una parte, no se ha establecido
una asociación firme entre los comportamientos tipo A y estos padecimientos en el caso de las
mujeres; casi todos los hallazgos han sido en varones, no en mujeres, en parte porque hasta
hace poco, la mayoría de las investigaciones se realizaban en hombres. Además, otros tipos de
emociones negativas, amén de la hostilidad que se halla en el comportamiento tipo A, parecen
relacionarse con los ataques cardiacos. Por ejemplo, el psicólogo Johan Denollet ha
descubierto evidencias de que el comportamiento que él llama tipo D (del inglés distressed) —
por “aflicción”— se relaciona con las enfermedades coronarias. Desde su perspectiva, la
inseguridad, ansiedad y negatividad que manifiestan las personas tipo D las pone en riesgo
constante de sufrir ataques cardiacos (Denollet y Brutsaert, 1998; Denollet, 2005; Schiffer et
al., 2005). (Para que conozca más sobre los vínculos entre los factores psicológicos y las
enfermedades coronarias, véase recuadro de Aplicación de la psicología en el siglo XXI).
Patrón conductual tipo B: conjunto de conductas caracterizado por una forma de ser
cooperativa, paciente y no competitiva.
Si bien los procesos asociados con la propagación del cáncer son básicamente
fisiológicos, se acumulan evidencias que señalan que las respuestas emocionales de los
pacientes con cáncer pueden tener un efecto crucial en el curso de la afección. Por ejemplo, en
un experimento se descubrió que los individuos con un espíritu de lucha tienen más
probabilidades de recuperarse que los individuos que sufren en forma pesimista y se resignan
ante la muerte (Pettingale et al., 1985). En el estudio se analizaron los índices de supervivencia
de mujeres que sufrieron la extirpación de un seno debido al cáncer.
Puede llamarlo efecto Northridge, por el fuerte terremoto que ocurrió cerca de Los
Ángeles a las 4:30 de una mañana de enero de 1994. Al cabo de una hora, y durante el
resto del día, los médicos que auxiliaban a personas aplastadas o atrapadas dentro de
edificios enfrentaron una segunda oleada de muertes por ataques cardiacos entre las
personas que habían sobrevivido ilesas al temblor. En los meses siguientes, algunos
investigadores de dos universidades examinaron los expedientes de los jueces de
instrucción del condado de Los Ángeles y descubrieron un aumento asombroso en las
muertes cardiovasculares, de 15.6 en un día promedio a 51 el día del terremoto.
Resultó que la mayoría de estas personas tenía antecedentes de enfermedades
coronarias o factores de riesgo como presión sanguínea elevada. Pero los fallecidos no
fueron rescatados ni desenterrados de los escombros. ¿Por qué murieron?
(Underwood, 2005, p. 49)
Los cardiólogos han concentrado buena parte de su atención en los principales factores
fisiológicos de la cardiopatía, entre los que se hallan el tabaquismo, la obesidad, la presión
sanguínea elevada, los niveles elevados de colesterol en la sangre, la diabetes y la falta de
ejercicio. Pero un conjunto de investigaciones cada vez mayor confirma de manera
convincente que el estrés psicológico puede ser tan perjudicial para el corazón como muchas
de estas fuentes de tensión fisiológica (Matthews, 2005; JanickiDeverts et al., 2007).
Los supervivientes de los desastres naturales están en mayor riesgo de sufrir enfermedades
coronarias posteriormente. ¿Por qué?
Si se considera que las tensiones de la vida moderna no se evitan con facilidad, esta
investigación puede parecer angustiante. Pero ¡guarde la calma! Otras investigaciones señalan
que las actividades que reducen el estrés pueden ejercer un efecto protector. En un estudio,
algunos estudiantes que estaban a punto de tener una experiencia estresante pasaron unos
cuantos minutos pensando en un amigo que los apoyara; sus reacciones al estrés posteriores
eran menos pronunciadas que las de un grupo de control. En otro estudio, los participantes
que pasaron 15 minutos riéndose con una película divertida tenían las arterias relajadas y un
mejor flujo sanguíneo hasta 45 minutos después, en buena medida como si hubieran pasado
tiempo ejercitándose (Blor et al., 2004; Miller, 2005).
Por otra parte, hay investigaciones que contradicen la noción de que las actitudes y
emociones de los pacientes influyen en el curso del cáncer. Por ejemplo, algunos hallazgos
demuestran que si bien un espíritu de lucha genera un mejor afrontamiento, el índice de
supervivencia en el largo plazo no es mejor que el de los pacientes con una actitud menos
positiva (Watson et al., 1999).
Pese a estas evidencias contrarias, los psicólogos de la salud consideran que las
emociones de los pacientes pueden determinar al menos en parte el curso de su enfermedad.
En el caso del cáncer, es posible que las respuestas emocionales positivas ayuden a generar
células “asesinas” especializadas que controlan el tamaño y la propagación de los tumores
cancerosos. Por el contrario, las emociones negativas pueden suprimir la capacidad de las
células de combatir los tumores (Schedlowski y Tewes, 1999; Noy, 2006).
Sin embargo, cada vez es más claro que ciertos tipos de psicoterapia tienen el
potencial de prolongar la vida de los pacientes con cáncer. Por ejemplo, los resultados de un
estudio demostraron que las mujeres con cáncer de mama que recibieron tratamiento
psicológico vivieron por lo menos un año y medio más, y experimentaron menos ansiedad y
dolor, que las mujeres que no participaron en la psicoterapia. En las investigaciones sobre
pacientes con otros problemas de salud, como enfermedades cardiacas, también se descubrió
que la psicoterapia puede aportar beneficios, tanto psicológicos como médicos (Spiegel, 1993,
1996b; Galavotti et al., 1997; Frasure-Smith, Lesperance y Talajic, 2000).
FIGURA 1 Relación entre la respuesta psicológica de las mujeres al cáncer de mama tres meses después de la cirugía
y supervivencia 10 años después de la operación (Pettingale et al., 1985). ¿Qué repercusiones tienen estos hallazgos
en el tratamiento de las personas con cáncer?
Tabaquismo
¿Entraría usted en algún comercio a comprar un artículo con una etiqueta en la que se le
advierte que su consumo puede matarlo? Aunque la mayoría de la gente quizá responda que
no, millones de personas lo hacen a diario: una cajetilla de cigarrillos. Además, lo hacen pese a
las evidencias claras y muy difundidas de que el consumo de tabaco se relaciona con cáncer,
ataques cardiacos, apoplejías, bronquitis, enfisema y otras enfermedades graves. El
tabaquismo es la mayor causa de muerte evitable en Estados Unidos; una de cada cinco
muertes en ese país se debe al tabaquismo. En el mundo, cerca de 5 millones de personas
mueren cada año por los efectos del consumo de tabaco (Ezzati, 2005).
Aunque está prohibido fumar cada vez en más lugares, sigue siendo un problema social
sustancial
Entre los medios más eficaces para terminar con el hábito del consumo de tabaco se
hallan fármacos que reemplazan la nicotina de los cigarrillos. Sea a manera de goma de
mascar, parches, rociadores nasales o inhaladores, estos productos suministran una dosis de
nicotina que reduce la dependencia de cigarrillos. Otro método son los fármacos Zyban y
Chantrix, que en lugar de reemplazar la nicotina, reducen el placer de fumar y eliminan los
síntomas de abstinencia que experimentan los fumadores cuando tratan de dejarlo (Dalsgaro
et al., 2004; Garwood y Potts, 2007; Shiffman, 2007).
También pueden ser eficaces las estrategias conductuales que analizan el tabaquismo
como un hábito aprendido y se concentran en modificar la respuesta al consumo del tabaco.
Inicialmente, se informan índices de “cura” de 60%, y un año después del tratamiento más de
la mitad de quienes abandonaron el hábito no reincidieron. La orientación psicológica, ya sea
en forma individual o en grupo, también aumenta el índice de éxito en el rompimiento con el
hábito. El mejor tratamiento parece una combinación de reemplazo de nicotina y orientación
psicológica. ¿Qué es lo que no funciona? Tratar de dejar el hábito sin ayuda: sólo 5% de los
fumadores que superan el síndrome de abstinencia por su cuenta tienen éxito (Noble, 1999;
Rock, 1999; Woodruff, Conway y Edwards, 2007).
En el largo plazo, los medios más eficaces para reducir el tabaquismo tal vez sean los
cambios de las normas sociales y las actitudes hacia el hábito. Por ejemplo, muchas ciudades y
pueblos han hecho que el consumo de tabaco en lugares públicos sea ilegal, y las legislaciones
que prohíben el consumo de tabaco en lugares como salones de clases y edificios
universitarios —con apoyo de una marcada opinión popular— se aprueban cada vez con
mayor frecuencia (Hamilton, Biener y Brennan, 2007).
Aunque está prohibido fumar cada vez en más lugares, sigue siendo un problema social
sustancial.
FIGURA 7 Aunque el tabaquismo entre los adolescentes es menor que hace 20 años, una cantidad significativa aún
informa que fuma regularmente. ¿Qué factores explicarían el elevado consumo continuo del tabaco entre los
adolescentes, pese al aumento de las campañas publicitarias contra el tabaquismo? (Fuente: Monitoring the Future
Study, 2006.)
EXPLORACIÓN DE LA DIVERSIDAD (Buhoneros de la muerte: el fomento
del tabaquismo en todo el mundo)
Un Jeep decorado con el logotipo de Camel se estaciona cerca de un bachillerato en
Buenos Aires y una mujer empieza a regalar cigarrillos a chicos de 15 y 16 años de edad
durante su receso. En una sala de videojuegos en Taipéi se esparcen cigarrillos
americanos de forma gratuita sobre cada consola de juego. En una discoteca llena de
estudiantes de bachillerato hay paquetes de Salem gratuitos en cada mesa.
(Ecenbarger, 1993, p. 50)
Debido a las limitaciones legales al consumo del tabaco en Estados Unidos, los
fabricantes han volteado a otras partes del mundo, donde perciben un mercado fértil de gente
que aún no fuma. Aunque a menudo deben vender los cigarrillos a menor precio que en
Estados Unidos, la cantidad potencial de fumadores aún brinda rentabilidad financiera para las
compañías tabacaleras. Estados Unidos es ahora el mayor exportador mundial de cigarrillos
(Bartecchi, MacKenzie y Schrier, 1995; Brown, 2001).
En algunos países hay niños de apenas seis años que fuman con regularidad.
RECAPITULACIÓN/EVALUACIÓN/RECONSIDERACIÓN
RECAPITULACIÓN
¿Cómo influyen los factores psicológicos en problemas relacionados con la salud, como
enfermedades coronarias, cáncer y tabaquismo?
La hostilidad, un componente clave del patrón conductual tipo A, se relaciona con las
enfermedades coronarias. El patrón conductual tipo A es un conjunto de conductas
que se caracterizan por hostilidad, competitividad, impaciencia y compulsión. (p. 429)
Cada vez más evidencias indican que las actitudes y las respuestas emocionales de las
personas influyen en el curso del cáncer a través de vínculos con el sistema
inmunitario. (p. 430)
El tabaquismo, la principal causa evitable de problemas de salud, es difícil de
abandonar, aun cuando la mayoría de los fumadores son conscientes de las peligrosas
consecuencias de fumar. (p. 432)
EVALUACIÓN
1. El comportamiento tipo __________ se caracteriza por la cooperación y el trato fácil;
personalidades de comportamiento tipo __________ se caracterizan por la hostilidad y
la competitividad.
2. Se sabe que el patrón conductual tipo A es la causa directa de los ataques cardiacos.
¿Cierto o falso?
3. La actitud y las emociones de un paciente con cáncer puede influir en su sistema
__________, para ayudar o dificultar su lucha contra la enfermedad.
4. Con el consumo de tabaco se regulan los niveles de nicotina y los estados emocionales
de los fumadores. ¿Cierto o falso?
RECONSIDERACIÓN
1. ¿Hay peligro de “culpar a la víctima” cuando afirmamos que el curso del cáncer puede
mejorar si la persona que lo padece alberga actitudes u opiniones positivas, sobre todo
cuando consideramos a personas con cáncer que no se están recuperando? Explique
su respuesta.
2. Desde la óptica de un prestador de servicios de salud: ¿qué tipo de consejo le daría
usted a sus pacientes sobre las conexiones que existen entre personalidad y
enfermedad? Por ejemplo, ¿exhortaría a las personas tipo A a que se volvieran “menos
tipo A” para que disminuyeran su riesgo de cardiopatía?
1. b), a)
2. falso; el comportamiento tipo A se relaciona con una incidencia más elevada de
enfermedades coronarias, pero no por fuerza las ocasiona directamente
3. inmunitario
4. cierto
TÉRMINOS BÁSICOS
patrón conductual tipo A, p. 43
patrón conductual tipo B, p. 430
Cuando Stuart Grinspoon advirtió al principio la pequeña protuberancia que le creció
en el brazo, supuso que sólo se trataba de una contusión por el contacto que sufrió en
el juego de futbol la semana anterior. Pero al pensarlo más, consideró posibilidades
más serias y decidió que lo mejor era una revisión en el servicio médico de la
universidad. Pero la visita no fue muy satisfactoria. Stuart, una persona tímida, se
avergonzaba al hablar de su condición médica. Peor aún, después de responder una
serie de preguntas, no entendía siquiera el diagnóstico del médico y sentía tanta
vergüenza que no pidió que se lo aclarara.
Muchos de nosotros compartimos las actitudes de Stuart Grinspoon hacia la atención médica.
Nos acercamos a los médicos del mismo modo en que lo hacemos a los mecánicos. Cuando
algo anda mal con el auto, queremos que el mecánico determine cuál es el problema y luego lo
arregle. Del mismo modo, cuando algo no funciona bien en nuestro cuerpo, queremos un
diagnóstico del problema y luego una solución (de preferencia rápida).
Con todo, en este método se pasa por alto que —a diferencia de la reparación de un
auto— una buena atención médica exige tomar en cuenta factores psicológicos. Los psicólogos
de la salud pretenden determinar los factores relacionados con el fomento de un buen estado
de salud y, en forma más amplia, de una sensación de bienestar y felicidad. Veamos más de
cerca dos ámbitos que se abordarán: generar acatamiento de las recomendaciones
relacionadas con la salud e identificar los factores que determinan el bienestar y la felicidad.
Conceptos clave
¿Cómo influyen nuestras interacciones con los médicos en nuestra salud y acatamiento del
tratamiento médico?
Los pacientes también son creativos: adaptan el tratamiento que les prescribe el
médico según su propio juicio y experiencia. En muchos casos, la falta de conocimientos
médicos de los pacientes es perjudicial (Taylor, 1995; Hamani et al., 2007).
¿Qué pueden hacer los pacientes para mejorar la comunicación con los médicos y
otros prestadores de servicios de salud? Veamos ahora algunas recomendaciones
proporcionadas por la doctora Holly Atkinson (Atkinson, 2003):
Además, la sinceridad es útil. Los pacientes por lo general prefieren estar bien
informados —aunque las noticias sean malas—, y su grado de satisfacción con la atención
médica se relaciona con la capacidad de los médicos para transmitir debida y exactamente la
naturaleza de los problemas y tratamientos médicos (Haley, Clair y Saulsberry, 1992; Zuger,
2005).
La forma del mensaje también genera respuestas más positivas a la información
relacionada con la salud. Los mensajes planteados positivamente señalan que un cambio de
comportamiento generará un beneficio, al destacar las virtudes de llevar a cabo una conducta
saludable. Por ejemplo, indicar que el cáncer de piel es curable si se detecta en forma
oportuna, y que se pueden reducir las posibilidades de desarrollar la enfermedad con un
bloqueador solar, plantea la información en forma positiva. Por el contrario, los mensajes
planteados negativamente subrayan lo que se puede perder si no lleva a cabo cierta conducta.
Por ejemplo, se puede decir que si no utiliza bloqueador solar hay más probabilidades de
desarrollar un cáncer de piel, que puede resultar fatal si no se detecta en forma oportuna:
ejemplo de formulación negativa.
¿Qué tipo de mensaje es más eficaz? Según los psicólogos Alex Rothman y Peter
Salovey, eso depende del tipo de comportamiento de salud que se desee. Los mensajes
planteados positivamente son mejores para motivar el comportamiento preventivo. Sin
embargo, los mensajes planteados en forma negativa son mejores para generar una conducta
que conduzca a la detección de una enfermedad (Rothman y Salovey, 1997; Apanovich,
McCarthy y Salovey, 2003; McCaul, Johnson y Rothmman, 2003; Lee y Aaker, 2004)
Bienestar y felicidad
¿Qué constituye una buena vida?
Ésta es una pregunta que se han planteado filósofos y teólogos durante siglos, y ahora
se concentran en ella los psicólogos de la salud. Lo hacen al investigar el bienestar subjetivo,
las evaluaciones que hace la persona de su vida en términos de sus pensamientos y
emociones. Visto así, el bienestar subjetivo indica qué tan felices son los individuos (Diener,
Lucas y Oishi, 2002; Dolan y White, 2007; Tsaousis et al., 2007).
Las personas felices tienen una autoestima elevada. Sobre todo en las sociedades
occidentales, que destacan la importancia de la individualidad, quienes son felices se
agradan a sí mismos. Se perciben como personas más inteligentes y con más
posibilidades de llevarse bien con los demás que la persona promedio. De hecho,
suelen tener ilusiones positivas u opiniones moderadamente infladas de sí mismas
como personas buenas, competentes y deseables (Taylor et al., 2000; Boyd-Wilson,
McClure y Walkey, 2004).
Las personas felices tienen una sensación firme de control. Sienten que controlan
mejor los sucesos de su vida, a diferencia de quienes creen que son títeres de los
demás y experimentan desesperanza aprendida.
Los individuos felices son optimistas. Su optimismo les permite perseverar en sus
actividades y en última instancia lograr más. Además, su salud es mejor (Peterson,
2000).
Las personas felices gustan de estar rodeadas de otras personas. Suelen ser
extravertidas y contar con una red de apoyo formada por relaciones estrechas.
Tal vez lo más importante sea que la mayoría de las personas son al menos
moderadamente felices casi todo el tiempo. En encuestas nacionales e internacionales, ciertas
personas que viven en muy diversas circunstancias informan que son felices. Además, los
avatares de la vida que cabría esperar produjeran un elevado nivel de felicidad, como ganarse
la lotería, quizá no lo harían a usted mucho más feliz de lo que ya es, como veremos a
continuación.
Tal vez no. Por lo menos ésa es la conclusión de las investigaciones realizadas por los
psicólogos de la salud sobre el bienestar subjetivo. Dichas investigaciones demuestran que si
bien ganarse la lotería genera una oleada inicial de felicidad, el nivel de felicidad de los
ganadores al cabo de un año parece volver a lo que era antes. El fenómeno inverso ocurre en
quienes padecieron lesiones graves en accidentes: pese a la disminución inicial de la felicidad,
en la mayor parte de los casos las víctimas regresan a sus niveles anteriores de felicidad con el
paso del tiempo (Diener y Biswas, Diener, 2002; Nissle y Bschor, 2002; Spinella y Lester, 2006).
¿Por qué el nivel de bienestar subjetivo es tan estable? Una explicación es que las
personas tienen un “punto fijo” de felicidad general, un marcador que determina el tono de la
propia vida. Aunque algún suceso particular eleve o deprima en forma temporal el estado de
ánimo (por ejemplo, un ascenso sorpresivo o la pérdida del empleo), al final se regresa al nivel
general de felicidad.
Si bien no queda claro con certeza cómo se establecen desde un inicio los puntos fijos
de felicidad, algunas evidencias señalan que los factores genéticos determinan al menos en
parte ese punto fijo. En concreto, resulta que los gemelos idénticos que crecieron en
circunstancias marcadamente distintas tienen niveles muy similares de felicidad (Kahneman,
Diener y Schwarz, 1998; Diener, Lucas y Scollon, 2006).
Algunos resultados similares se encuentran cuando se les pide a los individuos que se
comparen con los demás. Por ejemplo, cuando se les pregunta: “de las siguientes personas,
¿cuál considera usted que es la más dichosa?”, los entrevistados respondieron “Oprah
Winfrey” (23%), “Bill Gates” (7%), “el Papa” (12%), y “usted” (49%); 6% dijo que no sabía (Black
y McCafferty, 1998).
FIGURA 9 La mayoría en Estados Unidos se califica como feliz, mientras que sólo una pequeña minoría indica que
“no son muy felices”. (Fuente: Myers, 2000, p. 57, extraída de Social Indicators of Well-Being: Americans Perceptions
of Life Quality (pp. 207 y 306). ). F. M. Andrews y S. B. Withey, 1976, Nueva York, Plenum, Copyright 1976 de
Plenum.)
Pocas diferencias existen entre los miembros de los diferentes grupos demográficos.
Hombres y mujeres por igual manifiestan que son felices, y los afroamericanos tienen sólo un
poco menos probabilidades de calificarse como “muy felices” en relación con los
estadounidenses de origen europeo. Además, la felicidad difícilmente es exclusiva de la cultura
estadounidense. Incluso algunos países que están lejos de la prosperidad económica tienen, en
conjunto, ciudadanos felices (Myers y Diener, 1996; Diener y Clifton, 2002; Suh, 2002; Suhail y
Chaudhry, 2004).
RECAPITULACIÓN
¿Cómo influyen las interacciones con los médicos en nuestra salud y acatamiento de sus
tratamientos?
Aunque los pacientes a menudo desean que los médicos basen su diagnóstico sólo en
un examen físico, es igualmente importante comunicarles sus problemas. (p. 437)
Los pacientes pueden encontrar difícil comunicarse en forma abierta con su médico
debido a su elevado prestigio social y a la naturaleza técnica de la información médica.
(p. 438)
El bienestar subjetivo, indicador de la felicidad, es más alto en los individuos con una
elevada autoestima, una sensación de control sobre su vida, optimismo y una red de
apoyo formada por relaciones estrechas. (p. 440)
EVALUACIÓN
1. ¿En cuál de los siguientes problemas relacionados con la atención médica es más
probable que se enfoquen los psicólogos de la salud?
a. Prestadores de servicios de salud incompetentes
b. Aumento de los costos de la atención médica
c. Comunicación ineficaz entre médico y paciente
d. Escasez de financiamiento para las investigaciones médicas
2. ¿Si deseara usted que la gente se limpiara los dientes con hilo dental para prevenir las
inflamaciones de las encías, el mejor método sería
a. Recurrir a un mensaje planteado negativamente
b. Recurrir a un mensaje planteado positivamente
c. Hacer que un dentista comunicara un mensaje alentador sobre los placeres de
limpiarse los dientes con hilo dental
d. Proporcionar hilo dental gratis
3. Al ganar la lotería es probable que:
a. Se produzca un aumento inmediato y de largo plazo del nivel de bienestar
b. Se produzca un aumento inmediato, pero no prolongado, del nivel de
bienestar
c. Se produzca a la larga una disminución de bienestar
d. Se genere a la larga un aumento de la codicia
RECONSIDERACIÓN
1. ¿Considera usted que el estrés desempeña una función importante en las dificultades
de comunicación entre médicos y pacientes? ¿Por qué?
2. Desde la óptica de un prestador de servicios de salud: ¿cómo trataría usted de
comunicarse mejor con sus pacientes? ¿Cómo variarían sus técnicas dependiendo de
los antecedentes, el género, la edad y la cultura del paciente?