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Revista Latinoamericana de Psicología

ISSN: 0120-0534
direccion.rlp@konradlorenz.edu.co
Fundación Universitaria Konrad Lorenz
Colombia

Brozek, Josef
Inadecuado consumo de alimentos: historia de la investigación sobre sus efectos conductuales en
sujetos humanos
Revista Latinoamericana de Psicología, vol. 26, núm. 3, 1994, pp. 381-401
Fundación Universitaria Konrad Lorenz
Bogotá, Colombia

Available in: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80526301

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RE V/STA LATINOAMERICANA DE PS/COLOG/A
/994 VOLUMEN 26 N°3 38/-401

INADECUADO CONSUMO DE ALIMENTOS:


HISTORIA DE LA INVESTIGACION SOBRE
SUS EFECTOS CONDUCTUALES EN
SUJETOS HUMANOSl

JOSEF BROZEK *
Lehigh University, Bethlehem, PA. USA

Malnutrition is a rnultifaceted biological stress. Here we shall be concerned with the


behavioral effects of prolonged inadequacy of food intake, not of the deficits of specific
nutrients (such as iron, iodine or sorne ofthe vitamins). Motor and intellective functions
as well as personality rnay be affected. Research performed during the first part ofthe 20th
century will be considered briefly, beginning with an experimental study on adults carried
out in Boston in 191711918. Extensive experimental studies were undertaken at the
University of Minnesota in the 194Os. In the second half of the century research, utilizing
c1inical observations as well as psychornetric rnethods, was focused on rnalnutrition in
children, mostly in Latin America. US scientists shared in these investigations both as
individuals and as rnembers of research tearns. Sorne of the work performed by native
investigators received US financial support. Studies carried out in the USA areconsidered
in the final section of the reporto

Key words: Food intake, rnalnutrition, children, Latin America, U.S.A., motor
functions, intellectual functions, personality.

Traducido al español por Manuel Andrés Pérez


* Dirección: Josef Brozek, 265 E. Market Street, Bethlehern, PA 18018, USA
382 BROZEK

INTRODUCCION

A largo plazo, la falta de alimentos adecuados constituye un verdadero


insulto biológico. Cuando es severa, puede tener un impacto penetrante en los
sistemas y funciones del cuerpo incluyendo el comportamiento y, posiblemente,
llegar a ser letal.

Si bien hay muchas revisiones parciales de la literatura relevante, no existe


una relación general de la historia de la investigación alrededor del mundo sobre
desnutrición y comportamiento. Un volumen de artículos compilados con
introducciones y comentarios (Brozek, 1985) es lo más semejante. Brozek y
Vaes (1961) revisaron estudios experimentales en un rango amplio de déficits
dietarios sobre el comportamiento animal y humano. Aquí consideraremos
únicamente la investigación en humanos concerniente a la desnutrición y la
desnutrición generalizada (energética y proteínica). La intención inicial era
cubrir todo el .siglo XX pero las limitaciones de espacio obligaron a que el
cubrimiento de la primera mitad de siglo se redujera a unos pocos párrafos y
referencias.

LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX

Los estudios experimentales en adultos jóvenes voluntarios llevados a cabo


en el Laboratorio de Nutrición Carnegie en Boston incluyeron una restricción
moderada de alimentos (Benedict, Miles, Roth y Smith, 1919). Walter R. Miles,
más tarde profesor de psicología de la Universidad de Stanford, estaba a cargo
del programa de evaluación psicológica.

En Alemania, Smiley Blanton (1919), un psicólogo que servía como Capi tán
en el Cuerpo Médico de la Armada de Ocupación de los Estados Unidos, estudió
niños desnutridos. Al mismo tiempo en Petrogrado (Rusia) dos asociados de I.P.
Pavlov estudiaron los efectos de déficits severos de alimentos en sus sujetos
cuadrúpedos; muchos años más tarde, estos estudios aparecieron en inglés con
algunas observaciones sobre sus efectos sobre el comportamiento humano
(Brozek, 1987). Los efectos psicológicos de la hambruna rusa de 1918 a 1921
fueron descritos en detalle por Pitirim Sorokin (1975), después profesor de
sociología de Harvard.

En la década de los cuarentas, se realizaron estudios experimentales exten-


sivos con estudiantes de medicina, soldados y especialmente con objetores de
conciencia en el Laboratorio de Higiene Fisiológica de la Escuela de Salud
Pública de la Universidad de Minnesota (Brozek, 1964). Los estudios incluyeron
los efectos comportamentales de las vitaminas, principalmente las del complejo
B (Brozek, 1957 y 1965) Y los resultados de los déficits alimenticios (Brozek,
CONSUMO INADECUADO DE ALIMENTOS 383

1966). La parte central de este trabajo fue un estudio multidisciplinario de los


efectos de seis meses de restricción alimenticia severa y la rehabilitación
nutricional posterior. El trabajo fue presentado en una gran monografía de dos
volúmenes (Keys, Brozek, Henschel, Mickelsen y Taylor, 1950), complemen-
tada con una serie de artículos en revistas acerca del análisis de ítems en las
escalas psiconeuróticas del MMPI (Brozek y Keele Erickson, 1948), la "neurosis
experimental" (Schiele y Brozek, 1948), observaciones del comportamiento
(Franklin, Schiele, Brozek y Keys, 1948), la prueba P-P de Rosenzweig (Franklin
y Brozek, 1949), percepción y asociación (Brozek, Guetzkow y Baldwin, 1951)
Y la prueba de Rorschach (Kjenaas y Brozek, 1952). Los estudios vinieron a
cerrarse en los primeros años cincuentas con experimentos sobre raciones de
supervivencia (Brozek y Taylor, 1958).

LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX:

INTRODUCCION

El escenario general cambió profundamente por un giro hacia los estudios


de los aspectos psicológicos de la desnutrición severa (clínica) en los niños.

Históricamente, la nueva fase en la investigación sobre la desnutrición y el


comportamiento fue anunciada por la incorporación de un estudio psicológico
sistemático en el Pabellón de Nutrición del Hospital Infantil de Ciudad de
México (Gómez, Velasco, Alzaga, Ramos Galván, Cravioto y Frenk, 1954, en
Brozek, 1985). Varias de las personas recién nombradas me sirvieron como
guías durante una visita que hice en 1957 al Pabellón de Nutrición, en el cual se
trataron niños severamente desnutridos. Lamentablemente en ese tiempo no
supe del artículo que ellos publicaron en 1954, en el que se describieron en detalle
las manifestaciones comportamentales del primer, segundo y tercer grado de
desnutrición, con base en observaciones clínicas meticulosas. Las tres categorías
se refieren a los pesos corporales que representan: 75-80%, 60-74% Ymenos del
60% por debajo del peso estándar para la edad. Una traducción al inglés de las
partes importantes del artículo apareció en prensa muchos años más tarde
(Brozek, 1985, pp. 90-95). En el artículo se mencionó que la Escala de Desarrollo
de Gesell (siglas en inglés: G. D. S.) se usó, pero no se ofrecieron o discutieron
datos específicos.

Dada la gran preocupación mundial, se generalizó la aplicación de la Escala


de Desarrollo de Gesell a los niños que sufrían de "Kwashiorkor" (una variedad
de la deficiencia severa energética-proteínica) a partir de la publicación de un
artículo escrito por un joven psicólogo francés, Marcelle Geber, con la colabo-
ración de R. F. A. Dean, un médico nutricionista inglés (1956). En Kampala,
384 BROZEK

Uganda, ellos estudiaron niños que se recuperaban de la desnutrición clínica. La


Escala de Gesell se usó en tres ocasiones a través del período de recuperación.
Los resultados se discutieron detenidamente pero no se reportaron los datos de
base. Parece que los primeros datos fueron ofrecidos en 1959 por B. Robles, R.
Ramos Galván y J. Cravioto, Esos datos se reprodujeron más tarde en un informe
en inglés (Cravioto y Robles, 1963) y fueron reimpresos, en parte, por Brozek
(1985, pp. 124-127).

El informe de 1956 de Geber y Dean se registró en el Annual Review 01


Psychology (Brozek, 1958) en la sección de nutrición (p. 80) de un capítulo sobre
psicología fisiológica. Como se documentó en la misma serie (Brozek, 1978a),
durante los veinte años siguientes, la literatura sobre desnutrición y comporta-
miento se desarrolló bastante. Debe notarse que la mayor parte del capítulo de
1978 se dedicó a los estudios sobre las manifestaciones psicológicas de la
desnutrición crónica (subclínica) y aguda (clínica) en los niños. La última
revisión (Brofek, 1990) se enfocó en la personalidad.

El análisis de la distribución de las referencias citadas, realizado por Galler


(1987), revela que el período entre 1970 y 1974 fue el más productivo. Además,
las actas de la Conferencia Internacional sobre Efectos Comportamentales de los
Déficits Energéticos y Proteínicos de 1977 (Brozek, 1979a) proporciona un
retrato detallado y representativo de la escena internacional al final de la década
de los setentas. De esas actas, dos comunicaciones que se referían a los estudios
en los Estados Unidos se reseñarán más adelante. En la sección final "Looking
into the Future" ("Una mirada al futuro") (pp. 297-366) todos los autores que
colaboraron son estadounidenses.

Podemos apreciar un resumen general, citando a Galler (1987, pp. 170-180):


"La mayoría de los estudios longitudinales enniños originarios de países en vías
de desarrollo informan de un C.l y desempeño escolar reducidos en grupos que
sufrieron previamente de desnutrición. Varios estudios también reportaron
comportamientos anormales en el aula de clases, específicamente desórdenes
por déficit de atención".

Métodos Comportamentales en el Contexto de la Desnutrición

El tópico "desnutrición y comportamiento" tiene tres dimensiones:


Nutricional, ambiental y comportamental (Brozek, 1985, pp. 1-19). "Nutrición"
se refiere a los alimentos consumidos y a la evaluación biomédica de su
contribución al organismo. Una dimensión crítica y novedosa de la metodología
constituye el conjunto de las variables ambientales (Brozek, 1985, pp. 8-13).
Pero la presente sección se limitará a la tercera dimensión, es decir, la evaluación
del comportamiento (ver también a Pollitt, 1984).
CONSUMO INADECUADO DE ALIMENTOS 385
En una conferencia llevada a cabo en 1969, Cravioto y DeLicardie (1975a)
hablaron sobre el desarrollo neurointegrativo. En los primeros años setentas,
Klein, Lester, Yarbrough y Habicht (1972) consideraron los problemas inheren-
tes a la evaluación transcultural del desarrollo cognoscitivo, y Cobos (1972)
examinó algunos aspectos conceptuales concernientes a la desnutrición y el
retardo mental. Ricciuti (1973) consideró la medición de las dimensiones
funcionalmente más relevantes que probablemente reciben la influencia de la
desnutrición.

El volumen editado por Brozek y Schürch (1984) contiene una gran sección
(pp. 103-336) acerca de la evaluación de la función nutricional. En la sección
introductoria de este volumen, Ricciuti y Brozek (1984) presentan algunas
cuestiones generales sobre medición, con especial atención a la confiabilidad y
la validez de las medidas. Los demás capítulos cubren las funciones mentales,
el desempeño motor y la electrofisiología. Barrett (1984), por su parte, describe
los métodos para el estudio de la competencia socio-emocional infantil (ver
también a Barrett y Frank, 1987, pp. 202-207).

ESTUDIOS EN VARIOS PAISES

En este apartado se presentarán los estudios de tres grupos de investigadores:


en primer lugar los estadounidenses, luego los equipos multinacionales y
finalmente el grupo constituido por los investigadores nativos cuyos trabajos han
sido financiados en parte por fundaciones norteamericanas.

Investigadores Estadounidenses

l. Los Estudios Pioneros en Lima, Perú

R. H. Ricciuti, un psicólogo experimental de la Universidad de Fordham


doctorado en 1949 y especializado en estudios del desarrollo humano en la
Universidad de Cornell, desarrolló un procedimiento-para evaluar el desarrollo
cognitivo infantil mediante el uso de tareas que denominó "de clasificación de
objetos" (Ricciuti, 1965). El procedimiento fue aplicado en Lima, Perú, a niños
que habían sido hospitalizados por marasmo nutricional severo (Brockman,
1966; Brockman y Ricciuti, 1970; ver Ricciuti, 1970, p. 243). El índice de
desempeño de estos niños estuvo por debajo del grupo de control.

Para el grupo de control se seleccionaron niños de los barrios bajos de Lima


con estatura superior a los desnutridos, asumiendo que tales niños no tenían un
antecedente de desnutrición. En un artículo posterior, Pollitt y Ricciuti (1969)
comentaron acerca de la limitada validez de la estatura como criterio del estado
nutricional, señalando que si bien la estatura podría reflejar la historia nutricional
386 BROZEK

del niño, también otros factores biológicos y sociales pueden afectar el desarro-
llo. Anteriormente, Pollitt y Granoff (1967) estudiaron tanto el desarrollo mental
como el motor de los niños peruanos tratados por desnutrición severa.

2. Estudios en Jamaica

En una de sus publicaciones, Richardson (1979) se basó en 10 comunicacio-


nes que contenían datos obtenidos por él mismo y sus colegas a partir de una
muestra de niños jamaiquinos que habían experimentado desnutrición durante
los primeros dos años de vida y estaban en ese momento estudiando en la escuela.
Las comunicaciones se remontan a los primeros años setentas. (Richardson,
1972; Richardson, Birch, Grable y Yoder, 1972).

Tales estudios tuvieron su antecedente en un trabajo llevado a cabo en


Aberdeen, Escocia, que trataba en las relaciones entre clase social y habilidad
mental; aunque en la sección final (Richardson, 1968, p. 359), relacionó el papel
de los factores sociales con respecto a la desnutrición.

Los editores de las memorias en las cuales se incluyó el capítulo referido


comentaron con tono aprobatorio: "Richardson ... deja tan claro como un cristal
que a fin de demostrar que la desnutrición en niños pequeños es una causa del
desempeño pobre en varias pruebas de inteligencia, es necesario demostrar un
efecto distinto del causado por condiciones sociales. Y también él adelanta la
opinión informada de que esto aún está por hacerse" (Scrimshaw y Gordon,
1968, p. 361). .

3. Niños Asiáticos Desnutridos y sus Madres

P. M. Graves una psicólogaclínica perteneciente a la EscuelaJohns Hopkins


de Higiene y Salud Pública, en Baltimore (E.U.), estudió los efectos de la
desnutrición crónica moderada (subnutrición) en dos sitios: Bengala Occidental
y el Valle Katmandú en Nepal. El estudio se enfocó en las actividades de juego
libre de los niños en un ambiente estandarizado y en la interacción madre-hijo
(ver Graves, 1979, donde se citan informes anteriores).

En ambas áreas geográficas los puntajes de los niños desnutridos fueron más
bajos que aquellos de los controles "bien nutridos" para todos los "comporta-
mientos de apego". La autora vio la reducción en la distancia de interacción y la
disminución del comportamiento exploratorio como particularmente importan-
tes. Ella escribió (p. 105): "Es probable que la reducida confianza de los niños
desnutridos, reflejada en un modo distanciado de comunicación, pueda reducir
también la necesidad de usar símbolos representacionales tales como palabras.
Esto podría llevar a un subdesarrollo de las habilidades verbales y bien podría
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contribuir al bajo desempeño en las medidas de desarrollo cognoscitivo tales


como las pruebas de inteligencia".

4. Investigaciones en la Isla de Barbados

Janina R. Galler, una psiquiatra investigadora de la Escuela de Medicina de


la Uni versidad de Boston, en cooperación con sus colegas, emprendió un estudio
extenso de niños de escuela (N= 129) en la Isla de Barbados. Los niños, de 5 a
11 años al comienzo del estudio, habían sufrido de desnutrición energética y
proteínica de tipo marásmico en su primer año de vida. El trabajo se describe con
cierto detalle en la revisión de Galler (1984, pp. 10 1-107) donde se referencian
5 publicaciones originales.

Las medidas cognoscitivas y comportamentales mostraron reducciones


notables en el CI y en el desempeño escolar. Para nuestra sorpresa, Galler reportó
que los hallazgos estaban presentes aún si el análisis controlaba las diferencias
en los factores socio-económicos y las características del hogar. ¿Indica esto una
relativa homogeneidad de las condiciones ambientales?

5. El Estudio sobre Suplementación en Taiwan

Los resultados de este estudio, llevado a cabo por Bacon Chow de la


Universidad Johns Hopkins, fueron analizados póstumamente por Joos, Pollitt,
Mueller y Albright (1983). Joos y Pollitt (1984) compararon el estudio de
Taiwan con otros tres estudios sobre suplementación. En Taiwan, se arregló un
grupo experimental (sometido a suplemento) y un grupo de control. El suple-
mento consistía en un líquido que consumieron las madres durante el último
trimestre del embarazo y durante la lactancia. Diariamente, el líquido proporcio-
naba 600 calorías y 30 gm de proteína. Cuando los niños alcanzaban los 8 meses
de edad, se les aplicaron las Escalas Bailey de Desarrollo Infantil.

No se presentaron diferencias en el tratamiento cuando se analizaron los


puntajes originales de las pruebas. Después, cuando las escalas se modificaron
al eliminar todos los ítems con baja variabilidad de respuesta y el análisis se
repitió, los puntajes de pruebas mentales del grupo de tratamiento y de control
fueron idénticos. Sin embargo, hubo una pequeña diferencia, de significancia
estadística marginal, a favor de los hijos de las madres suplementadas en la media
de los puntajes de pruebas motoras.
388 BROZEK

Equipos Multinacionales de Investigadores

Varios científicos estadounidenses participaron en diversos proyectos rea-


lizados en América Latina. El número de sus publicaciones es grande y la
presente relación debe ser altamente selectiva.

l. El peripatético H. G. Birch

En 1973, cuando H. G. Birch ya había fallecido, se le podía encontrar en toda


elaboración o discusión de investigaciones sobre desnutrición y comportamien-
to. Birch fue miembro del Departamento de Pediatría del Colegio de Medicina
Albert Einstein (Bronx, Nueva York) y fue co-autor de un libro sobre niños
limitados físicos (Birch y Gussow, 1970). Hacia 1965 ya había comentado sobre
las necesidades y oportunidades de investigación en esta área, con especial
referencia a Latinoamérica (Birch, 1966).

La principal contribuci6n metodol6gica que hizo a sus colegas latinoame-


ricanos fue un procedimiento de test (Birch y Lefford, 1963) diseñado para medir
la habilidad de los niños para integrar la información presentada a través de
diferentes modalidades sensoriales. El procedimiento se usó con niños
guatemaltecos que vivían en un área en la que la desnutrici6n cr6nica estaba
ampliamente expandida (Cravioto, DeLicardie y Birch, 1966); después, la
metodología se.aplicó en México (ver Cravioto y DeLicardie, 1975b. pp. 46-72).
Birch igualmente estuvo involucrado en los estudios de Jamaica (Birch y
Richardson, 1972; Richardson, Birch y Hertzig, 1973).

Como lo pudo atestiguar S. A. Richardson (1968, p. 348), previamente a las


investigaciones en el Hemisferio Occidental, Birch particip6 en los estudios
sobre la relación entre clase social y habilidad mental realizados en Aberdeen,
Escocia.

2. C. G. Graham

El efecto de la desnutrición sobre el progreso en la escuela fue estudiado por


C. G. Graham (1979), profesor de pediatría de la Universidad Johns Hopkins,
con lacolaboraci6n de B. T. Adrianzen, miembro del Instituto de Investigación
Nutricional Miraflores (Lima, Perú). El estudio fue financiado por instituciones
norteamericanas: una concesión de los Institutos Nacionales de Salud (US NIH)
y un contrato de investigación con la Agencia para el Desarrollo Internacional
del Departamento de Estado.

Los niños que participaron habían sido tratados por desnutrici6n severa en
el Hospital Británico-Americano de Lima. Ellos fueron comparados con sus
CONSUMO INADECUADO DE ALIMENTOS 389

hermanos, mayores y menores, que no sufrieron de desnutrición en sus primeros


años de vida. El N fue de 110 para los niños que sufrieron desnutrición y 188 para
el grupo de control de hermanos. A los 12 años de edad los grupos no se
diferenciaron significativamente en cuanto al grado escolar. En esta muestra, la
experiencia de la desnutrición clínica en la infancia no exacerbó la deprivación
severa, propia de su ambiente.

3. Harrison McKay y Arlene McKay

Harrison McKay, asociado con la Universidad del Noroeste (Northwestern


University, Estados Unidos) y su esposa, Arlene McKay, jugaron un papel
crítico en las investigaciones, incluyendo dos estudios piloto, realizadas en la
Estación de Investigación de Ecología Humana de Cali (Colombia), las cuales
comenzaron en 1970. La estación era dirigida por el médico colombiano
Leonardo Sinisterra.

El estudio longitudinal final, complejo en su diseño,comenzó en febrero de


1971. McKay, McKay y Sinisterra (1973) describieron tanto los tratamientos
como los resultados previos (pre-escolares) y posteriores (escolares). A su vez,
McKay, Sinisterra, McKay, Gómez y Lloreda (1978) presentaron las respuestas
de los niños pre-escolares desnutridos y los tratamientos (refuerzo escolar,
suplementos nutricionales y cuidados de salud) aplicados en diferentes combi-
naciones y proporcionados en distintos lapsos de tiempo.

Los hallazgos (Sinisterra, McKay, Gómez y Korgi, 1979 p. 233) pueden


resumirse como sigue:

a) Los efectos de los períodos de tratamiento (éstos últimos variaban de 1


a 4 años) eran acumulativos ..Al final del período pre-escolar (87 meses), el grupo
que recibió 4 años de tratamiento combinado tuvo el más alto nivel de desempeño
intelectual.

b) Los mayores cambios en la velocidad del desarrollo cognoscitivo ocu-


rrieron durante los primeros períodos de tratamiento. Entre más temprano
comenzaba el tratamiento en la vida del niño más ganancia alcanzaba.

e) Con el paso de los años de tratamiento, más allá del período inicial, la
brecha entre el grupo de referencia de alto estrato socio-económico (no tratado)
y el grupo de tratamiento, de bajo estrato socio-económico, había crecido.

¿Qué sucedió cuando el tratamiento se detuvo? Las medidas tomadas


cuando los niños estaban entre los 98 y los 112 meses indicaron que:
390 BRüZEK

a) Para los grupos tratados durante los años de pre-escolar el desempeño en


el WISC (Wechsler Intelligence Scale for Children) tendía a disminuir y la
diferencia con respecto al grupo de alto estrato se incrementó dramáticamente.
Sin embargo, la caída en el nivel de desempeño cognoscitivo no tenía la misma
magnitud para todas las subpruebas; la reducción era notable en Vocabulario e
Información.

b) Cuando el desempeño escolar se usó como criterio, los efectos de la


intervención pre-escolar a nivel tradicional y educativo casi desaparecieron.

Teniendo en cuenta tales resultados transitorios de mejoría y sus altos


costos, Sinisterra (1987, p. 229) llegó a la desalentadora conclusión de que no era
justificable promover un programa de cobertura nacional.

4. Robert E. Klein y sus Colaboradores Norteamericanos

En un gran estudio llevado a cabo en Guatemala, la figura clave fue Robert


E. Klein, un psicólogo asociado con la Universidad de Syracuse. El fue co-autor
del plan de investigación, formulado en 1969 (Canosa, Solomon y Klein, 1972).
El estudio fue el proyecto central de la División de Desarrollo Humano del
Instituto de Nutrición de América Central y Panamá (siglas: INCAP). Canosa,
un médico pediatra, fue el primer director del proyecto, retomó a España y Klein
pasó a encabezar el proyecto.

Un primer informe de esta investigación acerca de los métodos tuvo tres co-
autores estadounidenses (Klein, Habicht y Yarbrough, 1973). La investigación
fue financiada principalmente por concesiones del Instituto Nacional de Salud
Infantil y Desarrollo Humano de los Estados Unidos. La literatura que generó
este proyecto es muy grande, sin embargo, para nuestro pesar, no hemos visto un
informe final comprensivo.

El estudio fue realizado en 4 poblaciones localizadas en un área de habla


castellana de Guatemala. El estudio abarcó cerca de 1.000 niños. En dos
poblaciones se ofrecieron suplementos alimenticios líquidos a las madres
durante el embarazo y la lactancia ya los niños durante sus primeros años de vida.
En otras dos poblaciones "control" se ofreció una bebida baja en calorías y sin
proteínas. Para los propósitos de análisis, el consumo del suplemento, usado
como variable independiente, se expresó en términos de calorías. Los niños
fueron examinados anualmente desde el tercer hasta el séptimo año de vida,
usando una batería de 22 pruebas.

Las calorías suplementarias ingeridas por la madre y el niño hasta el tiempo


de la prueba incidieron en un cambio para los niños de 4.7 a 6.3 por ciento de la
CONSUMO INADECUADO DE ALIMENTOS 391

varianza en el resultado de la prueba compuesta; para las niñas el rango fue más
amplio (de lA a 7 por ciento).

5. Ampliaciones del Estudio de Guatemala

El trabajo de Klein y sus colegas se expandió gracias a un grupo de estudio


sobre la red de alimentación, salud, educación, fertilidad y producción agrícola,
compuesto por miembros del equipo del Proyecto Berkeley sobre Educación y
Nutrición (Balderston, Wilson, Freire y Simonen, 1981).

Adicionalmente, D. E. Barrett complementó los estudios del INCAP me-


diante un innovador examen del funcionamiento social y emocional del niño en
edad escolar (Barrett, Radke-Yarrow y Klein, 1982; Barrett y Radke-Yarrow,
1985). El estudio implicó un notable cambio en el enfoque: de competencias
cognoscitivas a sociales. El trabajo se describe en detalle en el libro de Barrett
y Frank (1987, pp. 195-269).

Los descubrimientos pueden ser resumidos así: "Los niños que habían
recibido un nivel alto de suplementación estaban más involucrados con sus
semejantes, mostraban un afecto más positivo, eran menos ansiosos ... Mostraron
más exploración de ambientes nuevos, más persistencia en tareas frustrantes,
más interés en el juego competitivo y mejor control motor en el juego de control
de impulsos". (Barrett, 1984, pp. 298-299).

Fue un placer para mí, en el otoño de 1976, facilitar los contactos iniciales
de Barrett con Robert E. Klein y escribir, una década más tarde, el prólogo de un
libro que en gran parte trata sobre el trabajo de Barrett en Guatemala (Brozek,
1987).

6. El Grupo de Bogotá

La historia institucional del estudio de Bogotá sobre los efectos de la


suplementación y estimulación temprana sobre el desarrollo infantil es compleja
y la participación del personal norteamericano fue menor que en el estudio de
Guatemala. El proyecto se radicó en el Instituto Colombiano de Bienestar
Familiar (ICBF), y contó con la colaboración de la Universidad de Harvard
(Departamento de Nutrición, Escuela de Salud Pública de Harvard, Boston).
Inicialmente la Universidad de Comell tuvo participación en el proyecto, el cual
se llamó al comienzo el Estudio Harvard-Comell-ICBF. En la década de los
setentas el título-fue cambiado por Proyecto de Investigación ICBF-Harvard-
Giessen pues la Universidad de Comell fue reemplazada por la Universidad de
Giessen en Alemania. El estudio contó con fondos del Instituto Nacional de
Salud Infantil y Desarrollo Humano de Estados Unidos y, en la fase final, de la
392 BROZEK

Fundación Ford y de la Fundación para la Investigación y la Enseñanza


(Departamento de Nutrición, Escuela de Salud Pública de Harvard).

Francisco Cobos, un psiquiatra colombiano, fue el primer director del


proyecto; había sido designado por el Departamento de Nutrición de la Univer-
sidad de Harvard. Fue el autor principal de un artículo metodológico sobre la
evaluación del -desarrollo cognoscitivo (Cobos y Guevara, 1973) con base en la
teoría piagetiana. El artículo se presentó en una conferencia ofrecida en 1970 en
Mayagüez, Puerto Rico. Un año más tarde, hablando en Londres en un simposio
patrocinado por las Fundaciones Ciba y Nestlé, Cobos se enfocó en las escalas
diseñadas por una psicóloga británica, R. Griffith. Los procedimientos de prueba
de Griffith se usaron en el estudio de Bogotá aún después de que Cobos se retiró
del proyecto.

El proyecto de investigación de Bogotá sobre desnutrición y desarrollo


mental desembocó en un estudio longitudinal de niños de familias de bajos
recursos. El diseño requirió de seis grupos que variaban en cuanto al tiempo en
el que las intervenciones comenzaban y la forma en que la suplementación
nutricional y la estimulación psicológica se combinaban (Mora, Clement,
Christiansen, Ortiz, Vuori y Wagner, 1979, p. 256).

Mora, Herrera, Sellers y Ortiz (1981 ) reportaron datos sobre los efectos de
las intervenciones sobre el desempeño cognoscitivo de los niños a los 36 meses
de edad, el punto final de la fase de tratamiento en el estudio, cuando se aplicaba
una extensa batería de pruebas. De estas pruebas, tres se seleccionaron para un
informe provisional: análisis perceptual (prueba de figuras incrustadas), memo-
ria de corto plazo y lenguaje (habilidad para nombrar objetos comunes). El
promedio de los puntajes cognoscitivos de los grupos tratados tendió a ser más
alto que aquellos de los controles, pero los efectos estadísticamente significati-
vos sólo pudieron ser demostrados en la prueba de percepción (para
suplementación a un nivel de .05; para estimulación al .025; y para lenguaje al
.(01).

Investigaciones de Científicos Nativos Facilitadas por Fundaciones Norte-


americanas

En México, dos conjuntos de estudios realizados por científicos mexicanos


recibieron apoyo financiero sustancial de instituciones norteamericanas:

1) Las extensas investigaciones de Cravioto y DeLicardie acerca de las


secuelas comportarnentales de la desnutrición clínica recibieron la ayuda de la
Fundación de Nutrición de los Estados U nidos y la Fundación para el Desarrollo
Infantil, antigua Asociación para la Ayuda de Niños Lisiados (Cravioto y
DeLicardie, 1975b, p. 3).
CONSUMO INADECUADO DE ALIMENTOS 393

Los sujetos fueron niños nacidos en una comunidad rural pobre entre ello
de marzo de 1966 y el 28 de febrero de 1967. De los 334 niños, 22 desarrollaron
desnutrición severa durante los primeros cinco años del estudio (Brozek, 1979b,
cita 7 artículos relacionados con esta investigación, enfantizando en los sobre-
vivientes de la desnutrición clínica).

Hacia los tres años (1.080 días), la puntuación media de los sujetos en
desarrollo del lenguaje, expresado en días, fue de 657, es decir, significativamente
por debajo de 947, la media del grupo control. En la prueba de adquisici6n de
conceptos bipolares (p. e.largo-corto), las puntuaciones medias fueron 6.1 Vs.
13.4 a los 38 meses y 17.2 Vs. 20.1 a los 58 meses. Al mismo tiempo, mientras
los aspectos del macroambiente se mostraban similares, los sujetos mostraban
puntuaciones significativamente más bajas que los controles en el Inventario de
Estimulación Casera de Caldwell.

2) De 1969 a 1975, los estudios longitudinales de A. Chávez y C. Martínez


sobre desnutrición y suplementaci6n alimenticia (1982), con un componente
comportamental impresionante (1979), fueron financiados en gran parte por
concesiones de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos.

Los investigadores seleccionaron 17 unidades madre-niño, las cuales reci-


bieron suplementos nutricionales, mientras que 17 unidades de control continua-
ban viviendo bajo condiciones nutricionales típicas de una comunidad rural
pobre. Las diferencias en muchas facetas de comportamiento se documentaron
con base en las observaciones sistemáticas de Celia Martínez en las casas de los
niños -una empresa verdaderamente heroica-.

El informe de los resultados de una extensión del estudio cuando los niños
estaban en primer grado (Chávez y Martínez, 1981) es una lectura fascinante. Por
lo menos 6 de los 17 niños no tratados fueron incapaces de pasar el primer grado,
mientras que todos los niños suplementados sí pudieron hacerlo. En segundo
lugar, los niños suplementados obtuvieron un menor desempeño en la variedad
de pruebas escolares estándar.

No obstante, la información más interesante y novedosa se obtuvo al


observar, por medio de un periscopio, el comportamiento real de los niños en el
aula de clase. Los niños pobremente nutridos gastaban más tiempo llorando y
durmiendo. Los niños tratados durante los años pre-escolares miraban al maestro
más frecuentemente, obedecían las instrucciones y hacían preguntas; en síntesis,
participaban más activamente en el proceso de aprendizaje.
394 BROZEK

INVESTIGACIONES EN LOS ESTADOS UNIDOS

Los Niños Desnutridos en Colorado

Chase y Martín (1970) estudiaron niños nacidos en el Hospital General de


Denver (Colorado). Los sujetos fueron recibidos en el Hospital por desnutrición,
mientras que otro grupo de control se conformó con niños sin déficits alimenti-
cios. Los controles fueron igualados con los sujetos en características biológicas
(edad, peso en el nacimiento, raza y sexo), así como por posición social, evaluada
por la Escala de Funcionamiento Familiar y Social del Condado de San Mateo
(Chope y Blackford, 1964). La interacción entre los niños y sus padres se tomó
en cuenta (Caldwell, 1967) pero no se encontró diferencia significativa entre los
dos grupos. A los tres años y medio después de la admisión de los niños en el
Hospital, se evaluó el desarrollo mediante el Examen de Desarrollo de Yale
Revisado.

En los niños con experiencia temprana de desnutrición, el nivel promedio de


funcionamiento intelectual fue más bajo que en el grupo control, con Cocientes
de Desarrollo de 82 y 99 respectivamente. Es notable que la diferencia entre los
dos grupos se presentó en todas las cinco subpruebas (motricidad gruesa,
motricidad fina, adaptación, lenguaje y socialización).

El efecto de la desnutrición fue más grande (promedio de Cociente de


Desarrollo: 70) en los niños que fueron recibidos en el Hospital después de los
cuatro meses de edad y de quienes se presume un tiempo mayor de desnutrición
sin tratamiento. Esto sugiere que la duración de la desnutrición durante el primer
año de vida puede ser un factor crítico.

Desnutrición Secundaria a Enfermedades Orgánicas

En los Estados Unidos, este problema se examinó inicialmente en Boston


(Lloyd-Still, Hurwitz, Wolffy Schwachman, 1974); los detalles fueron presen-
tados en forma tabular por Lloyd-Still (1976 p. 119) Y Galler (1984, pp. 82 Y 94).
El grupo examinado estaba conformado de 26 niños norteamericanos que
sufrieron desnutrición secundaria a fibrosis cística, atresia del íleon (porción del
intestino delgado) o diarrea severa, en el curso de los primeros seis meses de vida.

Se encontró en ellos un nivel de desempeño más bajo que el del grupo de


control, conformado por sus hermanos, según la Escala Merrill-Palmer, aplicada
durante los primeros cinco años de vida. Sin embargo, cuando los niños fueron
examinados a edades mayores (de 5 a 22 años) usando el WISC (Escala de
Inteligencia Wechsler para Niños) o el WAIS (Escala de Inteligencia Wechsler
para Adultos) dependiendo de la edad, no hubo diferencias significativas entre
CONSUMO INADECUADO DE ALIMENTOS 395

los sujetos y los controles (Beerdslee, Wolff, Hurwitz, Parikh y Schwachman,


1982). En el desempeño escolar se encontraron resultados similares.

En un estudio paralelo, Klein, Forbes y Nader (1975) estudiaron 50 niños


norteamericanos que padecieron desnutrición antes de los dos meses de edad.
Hubo dos grupos control integrados por 44 hermanos y 50 niños bien nutridos.
En el seguimiento (a partir de los 5 años, hasta los 14) no se detectó una reducción
en el Cociente de Inteligencia de los niños desnutridos, aunque en aquellos
severamente desnutridos se encontraron déficits en atención y memoria a largo
plazo.

Rehabilitación Mediante Adopción

Winick (1979) demostró que la ubicación a temprana edad (antes de los dos
años) de niñas coreanas des válidas dentro de familias norteamericanas de clase
media, resultaba positivo para el desarrollo físico y mental de las mismas. Al
ingresar a la agencia de adopción, las niñas se clasificaron en tres grupos:
desnutridas, moderadamente nutridas y bien nutridas.

Cuando las niñas estaban en la escuela elemental, se examinó su desempeño


escolar y se midió su inteligencia. El promedio del Cociente de Inteligencia de
las niñas desnutridas fue de 102, aceptable para las normas norteamericanas. El
grupo de bien nutridas se ubicó mejor, con un promedio de C. 1. de 112. El C. 1.
de las niñas moderadamente nutridas alcanzó un nivel intermedio. De manera
similar, en el logro escolar, las niñas adoptadas alcanzaban o excedían el
promedio de los niños norteamericanos.

Efectos de la Desnutrición Intrauterina

El estudio de Hill, Verniaud, Rettig, Zion y Vorderman (1979) incluyó 33


niños blancos nacidos en Estados Unidos, quienes manifestaron desnutrición
intrauterina inferida por bajo peso al nacer y evaluada clínicamente con base en
la falta de grasa subcutánea. Trece niños bien nutridos sirvieron cómo controles.

Los padres se hallaban en estratos socio-económicos medio y alto. Durante


un período de seguimiento de 14 años se hicieron evaluaciones psicométricas en
seis ocasiones, usando pruebas apropiadas para la edad. Los psicólogos que
administaron la prueba no conocían el estado nutricional de los niños en el
momento del nacimiento. El peso promedio al nacer fue de 2.466 gm Y3.419 gm
respectivamente.

Entre los 3 y los 36 meses, los Cocientes de Desarrollo de los niños


permanecían consistentemente por debajo del nivel de los controles. A las edades
396 BROZEK

de 4, 5, 6 Y 8 años se presentaron diferencias similares en los Cocientes de


Inteligencia (tanto en la prueba completa como en las subescalas verbal y de
desempeño). Entre los 12 y los 14 años el C. 1. promedio, según la prueba
completa fue de 104 Y para los controles de 121. La diferencia fue estadísticamente
significativa al nivel del 1%.

Estudios de Suplementación

Una extensa investigación realizada en Nueva York sobre los efectos de la


suplementación alimenticia se presentó en la monografía de Rush, Stein y Susser
(1980) y se resumió en la revisión deRush(1984,p. 138). El estudio incluyó dos
niveles de suplementación, calórica y proteínica, probados en una población
negra de bajos recursos. Los niños de madres que recibían suplementos ricos en
proteínas reportaron episodios significativamente mayores de juego y se
habituaban más rápidamente ante un estímulo visual.

Rush (1984, pp. 136-137) presentó también un estudio efectuado en Louisiana


sobre los efectos comportamentales del Programa Especial para Madres, Bebés
y Niños (Hicks, Langham y Takenaka, 1982). Se informó que la suplementación
temprana tenía efectos cognoscitivos positi vos e incidía en un mejor desempeño
en el primer grado.

Rush calificó la magnitud de las mejoras como "atípicamente grande".


Según su opinión, parece más sensato considerar que es tal Programa el que
necesita repetición, elaboración y extensión que la misma evaluación de resul-
tados cognoscitivos y comportamentales.

COMENTARIO FINAL

Estamos al final de un apresurado viaje a través del siglo XX. En cierto modo
es una lástima. Hubo algunos tópicos que apenas fueron tocados, tales como la
plétora de revisiones bibliográficas, y otros fueron enteramente omitidos como
larelación sistemática de simposios y conferencias o los aspectos organizacionales
de la investigación sobre desnutrición y comportamiento. Este artículo contiene
muchos detalles anecdóticos pero no hay suficiente información biográfica e
historia institucional. Hacen falta estudios al respecto y casi toda la investigación
de archivos está por hacerse.

Es necesario dedicar algunas palabras a los medios de publicación. Por


muchos años no hubo revistas especializadas en estudios sobre nutrición (y
desnutrición) y comportamiento. Consecuentemente, los artículos se dispersa-
ron bastante y muchas de las comunicaciones aparecieron en memorias de
eventos (Thomas, 1972). El contenido de las conferencias relevantes ofrecidas
CONSUMO INADECUADO DE ALIMENTOS 397

entre 1964 Y 1974 fue registrado y analizado por Brozek (1978b), incluyendo un
índice alfabético de sus tópicos.

Intencionalmente, la presente relación de investigaciones sobre el consumo


inadecuado de alimentos y comportamiento abarca la limitada cantidad de
trabajos realizados en los Estados U nidos, así como las actividades de científicos
norteamericanos fuera de su país, individualmente o como participantes de
equipos multinacionales de investigación. También se incluyó el trabajo de
investigadores mexicanos financiado por entidades norteamericanas.

Sin embargo, el énfasis en la participación estadounidenses no debe


ensombrecer el trabajo llevado a cabo de manera independiente en América
Latina, Africa (Brozek, 1980), las Antillas, Asia y la Región Pacífica, especial-
mente en Indonesia y Filipinas. Las memorias de la Conferencia Internacional
sobre Déficits Proteínicos y Energéticos (Brozek, 1979a) documentó no sólo la
investigación en roedores (pp. 5-41) Yprimates subhumanos (pp. 43-93) sino que
también incluyó contribuciones sobre investigaciones en humanos, provenien-
tes de Costa de Marfil, Uganda, India, Jamaica y Chile, ninguna de ellas referida
en este artículo. Claramente, la investigación sobre desnutrición y comporta-
miento ha sido una empresa de carácter mundial y su historia completa se
mantiene todavía inédita.

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