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36. CONCILIO DE TOLEDO X,VI
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porque reuniéndoos 'en esta anhelada asam-
blea, obedecisteis con toda' devoción a nues-
'uros preceptos y. habéis dado ocasión a las
ansiadas alegrías del mutuo encuentro, y
yo, delante de todos vosotros y suplicando
por medio de vuesteas preces que se me
conceda a mí la clemencia divina, pido a
la asamblea de vuestra santidad con crís-
tiana devoción de corazón, para que toda
vez que gobernáis con exquisita vigilancia la
Iglesia santa católica, me ayudéis en mis
deseos y me otorgués vuestro precioso auxi-
lio por los méritos de vuestro pontificado
en el gobierno de los pueblos, y aportéis
el refuerzo de vuestros consejos, para que
pueda, confiado en la ayuda de vuestra san-
tidad, seguir reínando ien paz y gobernar
con piadosa y discreta moderación a la na-
ción que me ha sido encomendada. Deseo
también que vosotros seáis tales en este
santo concilio que la gracia del Espíritu
Santo, iluminando vuestros corazones, se
halle en medio de vosotros para que bajo
su dirección mantengáis y guardéis cuanto
pueda contribuir a que el auxilio divino
mc favorezca a mí, que más que nadie me
siento inclinado hacia el mal, y a todo el
pueblo die mis dominios.
Pienso que no desconocen vuestras pater-
nidades cuántos males azotan cada día a la
tlerra por la indignación divina, y cuántos
azotes y crímenes de los infieles la des-
brozan. Pero porque oreemos sin duda al-
guna recibir lo que hemos merecido por la
trasgeesíón de los mandatos de Dios, según
dice el Señor por el profeta, «por esto Ilo-
raa-á la fiera-a, y será afligido todo el que
habita en ella», es oportunc que por medio
de vosobros, que sois según el dicho divino
<da sal de la tíerea» , sea ésta socorrida.
Por lo cual exhoeto a la venerable asamblea
de vuestra santidad para que ante todo sea
proclamada por la voces de vuestra reunión
la ortodoxia de la fe sin mancilla, que ex-
tendida por todo el orbe de la tierea se da
a conocer por las verdaderas creencias, y
proclamada se la mantenga fielmente, y
mantenida se conserve sin mancha en lo
más profundo de vuestro corazón.
Además, porque hemos llegado a saber
que en muchas basílicas de Dios, fundadas
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praestolata adgregatíonis vestrae concur-
su praeceptionis nostrae oraculís devotis-
sime paruit, et alternae visionis exoptata
gaudia commodavit. Igítur vobís coram
positivis vestris precíbus supernarn mlhí
clementiam suffragarí efflagítans uni-
versitatem j sanctitudinis vestrae chris-
tiana mentis devotíone convenio, ut quia
eeclesíae sanctae catholicae digna specu-
latione orestatis votis meis fautores sitis
vestrique pontificatus merltls in regen-
dis populis praestantiora mihí subsídía
praeparetis, et consiliorum nutrimenta
salubria afferatís ; quo valeam sanctimo-
niae vestrae amminiculo fuI tus et regnan.
di gressus in pace perficere et gentem
rnihi subdítam pio ac discreto modera-
mine regere. Namet tales vos in hoc
sancto concilio adesse praecepto quo gra-
tia Spiritus Sancti corda vestra inradians
in medio sit vestrorum, ut ipso docente
id teneatis atque servetis, unde et mihi,
qui prae ómnibus multis sum críminibus
deditus et cuncto populo regiminis mei
respectio divina semper opituletur,
Quantis denique malís indignante Deo
terra cotidie vapulet quantisque plagís
vel perfidorum sceleribus contabescat,
paternitati vestrae non reor esse incogni-
ta. Sed quia indubie credímus quoj d]
transgressionem mandatorum Dei digna
factis recipimus, dicente Domino per
prophetam: Propter hoc Iugebít terra et
infirmabitur omnis qui habitat in ea;
opportunum satis est, ut per vos qui di-
vinae vocis praeconio sal terrae estis
salvationís obtíneat opem, Un de ven e-
rabilem sanctítatis vestrae universitatem
exhortor, ut inprimis almae fidei recti-
tudo quae per veram credulítatem in om-
ni terrarum j orbe difussa expanditur,
vestrae conlationis eloquiis praeconetur,
praedicata veraciter teneatur , retenta in
arcano vestri pectoris inlibata servetur.
Deinde quia comperimus, quod multae
Dei baselicae in dispersis locis vestrarum
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36. CONCILIO DE TOLEDO XVI
en lugares aislados de vuestras diócesis, y
a las que corresponde tener un presbítero,
no se ofrecen asiduamente sacrificios en
ellas al Señor, y quedan abandonadas y
sin tejado, se sabe acabarán por derrum-
barse ; anotad especialmente en los cánones,
que toda iglesia,aunque sea muy pobre,
con tal que pueda tener diez siervos', debe
ser administrada por un rector propio ; por
lo demás, si tuvíere menos de diez, será
ab:ibuida a otra iglesia, pues cuando mu-
chas basílicas, como hemos dicho, son en-
comendadas a un mismo rector, suele ocu-
rrir que continúan sin proveer y aparece
muy difícil la práctica de los debidos cultos
sagrados.
Lo cual no solamente constituye una
culpa de los obispos de Díos, sino que tam-
bién da ocasión a los judíos infieles de que
lo ridiculioen, diciendo que de nada ha ser-
vido que se les haya prohíbído y destruido
las sinagogas, cuando ven que las iglesias
de los cristianos se hallan en peor estado.
y acerca de la reparaclón de las mismas,
ha de proveer también vuestea asamblea,
parra que cada obispo cuide de eestauearlas
conforme a los cánones ~ cargo de las ter-
cias de las iglesias diocesanas, y sí el obis-
po no quisiere aceptar las mismas tercias,
deberá preocuparse que el presbítero de la
iglesia destruida repare con ellas la basíli-
ca que le ha sido encomendada: insertando
en el canon la pena conveniente, con la
que debe ser castigado cualquier obispo
descuidado si no cumpliere lo que está pres-
orbto para la renovación de los templos de
Dios. Pues también vuesbras honoríficíen-
cias cuidará~- de lpa'omulga,r que ningún
obispo, paca pago de los tributos reales,
toque los bienes de las iglesias de la dió-
cesis, ni se atreva a exigir de ellas ningu-
nas aportaciones o contribuciones, sino que
contribuirá al tesoro real con los acostum-
brados obsequios tributarios de las fincas de
su sede, y no se atreva a dar nada de los bie-
nes de las iglesias de la diócesis como esti-
pendio para alguien; y si lo hícíere tenga
entendido que queda excomulgado durante
dos meses.
Entretanto debéis procurar vosotros prin-
cipalmente que donde quiera que halléis
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parochiarum constitutae durn ad unius
respiciunt ordinationem presbyteri nec
assidua in eis sacrtficia Domino deliban-
tur, et destitutae remanent atque sine
tectis vel [semirutae 1 fore noscuntur
specialiter in canonibus adnotetis, ut
unaquaque eglesia, quarnvís pauperrí-
ma, quae vel decem mancipia habere
potest , sui debeat cura gubernart culto-
ris ; caeterum si minus habuerit, ad alte-
rius ecclesíae presbyterum pertinebit.
Nam dum ex omnibus plurimae baseli-
cae, ut praemisimus, unius sollicitudine
rediguntur, solum est quia et víduatae
persístunt, et difficile sacris cultibus ordo
debitus exhíbetur,
Quod non tantum sacerdotibus Dei in
culpa est, verum etiam et infidelibus iu-
deais ridiculum affert, qui dicunt nihil
praestítísse ínterdíctas sibi ac destructas
fuisse synagogas, cum cernat peiores
christianorum effectas esse baselicas. Pro
quarum etíam reparatione a vestra uni-
versitate censendum est ut eas unusquis-
que episcopus de tertiis parrochialium
baselicarum canonice restaurandas invi-
gílet : qui si tertías ipsas consequi nolue-
rit , cura sui gerendum est, ut presbyter
destructae ecclesiae exinde comissam
síbí baselicam reparet : evidentem censu-
rae modum apponentes in canone, quali-
ter debeat incuriosus quisque episcopus
condemp/ jnari, si praescriptum pro re-
novandis Dei templis ordinem neglexe-
rit adimplere. Nam et hoc honorificentia
vestra prornulgari curabit, ut nemo epís-
coporum pro regiís inquisitionibus exhi-
bendis parrochialium ecclesiarum iura
contingat nec quascumque exinde inqui-
si[ti"\ones aut evectiones exigere audeat,
sed de praediis suarum sedium regio cul-
mini solita perquisitionum obsequia de-
ferat, níhilque de rebus earundem par-
roehíalium ecclesiarum causa stipendií
cuiuspiam dare praesumat: quod si fe-
cerit, duorum mensium spatio excomu-
nicari se noverit.
Interea id praecipue a vobis procuran-
dum est, ut ubicumque idolatria vel di-