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MEDIATICA ESTUDIOS CULTURALES, IDENTIDAD Y POLITICA ENTRE LO MODERNO Y LO POSMODERNO Douglas Kellner AKAL / Estudios Visuales AKAL ESTUDIOS VISUALES 7 Disefio interior y cubierta: RAG Titulo original: Media Culture. Cultural Studies, Identity and Politics between the Modern and the Postmodern © Douglas Kellner, 1995 Traduccién autorizada de la edicién en lengua inglesa publicada por Routledge, miembro de Taylor & Francis Group. © Ediciones Akal, S. A., 2011 para lengua espafiola Sector Foresta, 1 28760 Tres Cantos Madrid - Espaiia Tel.: 918 061 996 Fax: 918 044 028, www.tkel.com ISBN: 978-84-460-2300-5 Depésito legal: M-35.441-2011 Impreso en Cofis, 8. A. Méstoles (Madrid) Reservados todos os derechos. De acuerdo alo ten clan 20 del Cpe Penal pain ore con penas de multa y privacisn de libertad auienes in Ia preceptiva autorizacidn reproduzcan, plagien, distribu, Yan o comuniquen publcamente, en telo a en pane ‘obra literaria, artistica 0 cientifica, fi oe ientifica, jada en cualquier . Douglas Kellner CULTURA MEDIATICA Estudios culturales, identidad y politica entre lo moderno y lo posmoderno Traduccién Amaya Bozal akal Para The Velvet Hammer NOTA EDITORIAL En el presente libro, se han respetado las indicaciones temporales del tipo «actualmente» y similares relacionadas con el momento en que se publicé la edicién inglesa. Por otra parte, se ha tratado de poner al dia las referencias bibliogrificas que estaban en prensa cuando la edicién original vio la luz; en aquellos casos en que no se ha podido confirmar que realmente hayan lcgado a publicarse, se ha dejado el término en prensa». INTRODUCCION En la nueva cultura de los medios, imagenes, sonidos y espectaculos ayudan a tejer el entramado de la vida cotidiana, dominando el tiempo disponible, dando forma a visiones politicas y comportamientos sociales, proporcionando materiales a partir de los cuales forjar nuestras verdaderas identidades. La radio, la televisi6n, el cine y otros productos de las industrias culturales ofrecen modelos de lo que significa masculino 0 femenino, éxito 0 fracaso, poder o debilidad. La cultura de los medios también pro- porciona los materiales a partir de los cuales muchas personas construyen su senti- miento de clase, etnia o raza, de nacionalidad, sexualidad, «nosotros» y «ellos». La cultura de los medios ayuda a formar la visidn dominante del mundo y los valores mas profundos: define lo que se considera bueno 0 malo, positivo 0 negativo, moral 0 per- nicioso. Las historias ¢ imagenes mediéticas proporcionan los simbolos, mitos y fuen- tes que ayudan a constituir una cultura comiin a la mayorfa de los individuos en mu- chas partes del mundo actual, La cultura de los medios nos ofrece materiales para crear identidades, con las que los individuos se insertan en las sociedades tecnocapitalistas contemporéneas y con las que se est4 produciendo una nueva forma de cultura global. La cultura de los medios consiste en la radio y la reproduccién de sonido (élbumes, compact discs, cintas y los instrumentos para su difusién, como radios, radiocasetes, etc,); el cine y sus formas de distribucién (obras teatrales, alquiler de cintas de video, programas de televisién); los medios de edicién, que van desde periddicos hasta revis- tas, y la televisiOn, que es el centro de la cultura mediética. La cultura de los medios es una cultura de la imagen y, a menudo, desarrolla la vista y el sonido. Los diversos me- dios -radio, cine, televisién, musica y medios impresos como revistas, periédicos y cémics- dan primacia a la vista o al sonido, o mezclan ambos sentidos, desarrollando también un amplio espectro de emociones, sentimientos e ideas. La cultura de los me- dios es una cultura industrial, organizada en torno al modelo de produccién en masa, y esta hecha para grandes audiencias, segiin diversos tipos (géneros), siguiendo formu. las, cédigos y reglas convencionales. Por tanto, es una forma de cultura comercial y sus productos son mercancias que tratan de atraer el beneficio privado, producidas por 8 CULTURA MEDIATICA multinacionales gigantescas interesadas en la acumulacién de capital. La cultura de los medios pretende llegar a un gran publico, pot lo que debe recurrir a temas ¢ intereses cotidianos, es extremadamente tépica y nos oftece los jeroglificos de la vida social contemporanea. La cultura de los medios también es una cultura de alta tecnologia, que desarrolla las tecnologfas mas avanzadas, Es un sector vibrante de la economia, uno de los secto- tes con mayores beneficios y que esta adquiriendo cada vez més importancia global. La cultura mediética es, por tanto, una forma de tecnocultura, que fusiona cultura y tec- nologia en formas y configuraciones nuevas, produciendo nuevos tipos de sociedades donde los medios y la tecnologia se convierten en principios organizadores. Los especticulos de la cultura de los medios demuestran quién tiene el poder y quién no, a quién se le permite ejercer la fuerza y violencia y a quién no. Dramatizan y legitiman el poder de las fuerzas en lucha y muestran a los pobres que, si caen en el conformismo, corren el riesgo de ser encarcelados o morir. Por tanto, para todos aquellos que nacen y mueren en una sociedad mediatica y de consumo, es importante aprender a entender, interpreta y ctiticar sus significados y mensajes. En la cultura medidtica contempordnea, Jos medios de informacién dominantes y el entretenimiento son una fuente de pedagogia cultural, profunda y a menudo malentendida: contribuyen a ensefiarnos cémo compor- tarse, qué pensar, sentir, creer, temer y desear ~y qué no-. En consecuencia, la obtencién de una alfabetizacién meditica critica es un recurso importante para aquellos individuos y ciudadanos que estin aprendiendo a debatirse con un entorno cultural tan seductor. Si aprendemos a leer, criticar y resistir la manipulacién de los medios, podremos ayudar a los individuos a obtener poder en relacién con los medios y la cultura dominante. Esto puede reforzar la soberanfa individual vis-d-vis de la cultura mediatica y conceder a los individuos més poder sobre su entomno cultural, asi como la alfabetizacién necesaria para producir nuevas formas de cultura. Cultura mediatica y sociedad Los siguientes estudios nos ayudardn a conocer mejor la cultura de los medios, y su- gieren diversas formas para poder entenderla, utilizarla y apreciarla. Quiero proporcio- nar a cada lector los recursos necesarios para aprender a estudiar, analizar, interpretar y ctiticar los textos de la cultura de los medios y entender sus efectos. Examinaré algunas de las formas en que la cultura mediatica interfiere en las luchas politicas y sociales, ayu- dando a dar forma a la vida cotidiana, influyendo en c6mo piensa y se comporta la gente, cémo se ven a si mismos y a los demas, y cémo construyen sus identidades. Segtin esto, los siguientes estudios explorardn algunas vias por las que la cultura de los medios ofrece formas de dominacién ideolégica que ayudan a reproducir las relaciones habituales de poder, al tiempo que también proporciona recursos para la construccién de identidades y la adquisicién de poder, resistencia y lucha. Afirmo que la cultura meditica es un te- reno contestatario que los grupos sociales clave y las ideologfas politicas contrapuestas luchan por dominar, que los individuos viven estas luchas a través de las imagenes, dis- cursos, mitos y espectaculos de la cultura de los medios. InTRODUCCION 9 La cultura, en el sentido mas amplio de la palabra, es una forma de actividad de gran participacién donde la gente crea su propia sociedad e identidades. La cultura forma a los individuos, haciendo que surja su potencial, sus capacidades de oratoria, accién y creatividad, y consiguiendo que se desarrollen. La cultura de los medios tam- bien se incluye en estos procesos y, de hecho, es algo nuevo en la aventura humana, Los individuos pasan una enorme cantidad de tiempo escuchando la radio, viendo la tele- visidn, yendo al cine, escuchando masica, yendo de compras, leyendo revistas y prensa, participando en estas y otras formas de la cultura mediética, De hecho, la cultura de los medios ha conseguido dominar Ia vida cotidiana, sirviendo tanto como primer plano ubicuo y, muy a menudo, como el contexto tan seductor de nuestra atenci6n y activi- dad, que para muchos esta minando la potencialidad y creatividad humana. Este libro investigara algunas de las consecuencias que sufren una sociedad y cultu- ra colonizadas por la cultura de los medios, Demostrard la naturaleza y efectos de la profunda influencia que esta forma de cultura ejerce en muchos aspectos de nuestra vida diaria. Un tema fundamental de este libro tiene que ver con el modo en que las diversas formas de cultura mediatica inducen a los individuos a identificarse con ideo- logias, posturas y representaciones sociales y politicas dominantes. En general, no se trata de un sistema de adoctrinamiento ideol6gico rigido que induzca cierto consen- timiento en las sociedades capitalistas existentes sino, mas bien, de los placeres de los medios y la cultura de consumo, El entretenimiento de los medios a menudo es extrema- damente placentero, y utiliza la vista, el sonido y el espectaculo para seducit al pablico, consiguiendo que se identifique con determinadas opiniones, actitudes, sentimientos y posturas: la cultura de consumo ofrece un espectro chispeante de bienes y servicios que inducen a los individuos a participar en un sistema de gratificacién comercial. La cultura mediética y de consumo trabajan mano a mano para generar un pensamien- to y comportamiento que se conforme con los valores, instituciones, creencias y pri ticas existentes. De hecho, el publico puede resistirse a los significados y mensajes dominantes, crear sus propias lecturas y apropiaciones de la cultura de produccién en masa, y utili- zar su cultura como fuente para adquirir poder ¢ inventar sus propios significados, identidades y formas de vida. Mas atin, la cultura de los medios proporciona en si mis- ma algunos recursos que los individuos pueden apropiarse 0 rechazar al formar sus propias identidades frente a los modelos dominantes. La cultura de los medios induce a los individuos a conformarse con la organizacién de la sociedad establecida, pero también ofrece recursos que pueden conferir poder a los individuos frente a esa socie- dad. Explorar estas funciones y efectos contradictorios seré uno de los objetivos del presente libro. La cultura de los medios es extremadamente compleja y, en cierta medida, ha resis- tido a cualquier teorizacién general adecuada (aunque ha habido muchos intentos), Gran parte de las teorias gencrales, como indicaré en este libro, parecen unilaterales y ciegas a los aspectos més importantes de la cultura mediatica. La mayorfa de las teorias sobre la manipulacién y dominacién de los medios, que fueron tan populares en la década de los sesenta y parte de la década de los setenta, asumian que los medios eran fuerzas muy poderosas de control social, que imponian una ideologia monolitica domi 10 CULTURA MEDIATICA nante sobre sus victimas. Al reaccionar contra este modelo, muchos tedricos de los Uiltimos afios han enfatizado el poder de las audiencias para resistir a la manipulacién mediética, para crear sus propios significados y usos, enriqueciéndose con los materia- les de su cultura. Como veremos en los siguientes estudios, estas y otras teorias habi- tuales de los medios son unilaterales, limitadas y deberian dar paso a aproximaciones més comprensivas y multidimensionales, que teoricen sobre los efectos contradictorios de la cultura de los medios. Desde mi punto de vista, las teorias de los medios y la cultura se han desarrollado de forma inmejorable en estudios especificos de fenémenos concretos, contextualizn- dolos en las vicisitudes de la sociedad e historia contemporaneas. De hecho, cuestionar Ja cultura mediatica contemporénea de forma critica supone desarrollar estudios sobre cémo las industrias culturales producen artefactos especificos que reproducen los dis- cursos sociales insertados en los conflictos y luchas claves de hoy dia. Esto supone analizar textos populares como las peliculas de Rocky 0 Rambo, la miisica rap, las series policiacas de televisién o la publicidad, los telediatios 0 debates de los medios, y cémo todo ello articula posturas ideol6gicas especificas y ayuda a reproducir las formas do- minantes de poder social, sirviendo a los intereses de dominaci6n social o de resisten- cia a las formas de cultura y sociedad dominantes -o teniendo efectos contradictorios. Asi, en los siguientes estudios trataré de demostrar cémo algunos de los textos cul- turales més populares de hoy dia estan involucrados en luchas politicas y culturales cotidianas. El estudio de la cultura popular de los medios se ha etiquetado general- mente como «estudios culturales», y en este libro proporcionaré algunos modelos de estudios culturales de los medios que serén criticos, multiculturales y multilaterales; unos estudios culturales criticos que conceptualizan la sociedad como terreno de do- minacion y resistencia, comprometidos con una critica a la dominacién ya como la cultura mediética se dedica a reproducir las relaciones de dominacién y opresin; unos estudios culturales criticos interesados en el avance del proyecto democratico, que conceptualizan cémo la cultura de los medios puede ser un impedimento tremendo para democratizar la sociedad, aunque también puede ser una aliada, guiada por la causa de la libertad y la democracia, La cultura de los medios puede ser un impedi- mento para la democracia en la medida en que reproduce discursos reaccionarios, promociona el racismo, sexismo, discriminacién por edad, clasismo y otras formas de prejuicios. Pero la cultura de los medios también puede representar los intereses de los grupos oprimidos si ataca el racismo, el sexismo 0, al menos, acaba con ellos mediante representaciones mas positivas de la raza y el género. Por tanto, estoy interesado en la politica de la cultura y desarrollaré un modelo espe- cifico de estudios culturales de los medios que abordaré el debate sobre cémo estudiar mejor la cultura y la sociedad para poder apreciar plenamente la produccién, naturaleza y efectos de la cultura mediatica. Mi andlisis también emplearé la teorta social para con- textualizar, interpretar y analizar de forma apropiada la naturaleza y efectos de la cultura de los medios, Estoy convencido de que no se pueden abordar los estudios culturales sin tener en cuenta la teoria social, pues necesitamos entender las estructuras y dinamica de una sociedad dada para entender e interpretar su cultura. También asumo que los textos culturales de los medios no son meros vehiculos de ideologia dominante, ni entreteni- | INTRODUCCION Il miento puro ¢ inocente. Mas bien, son un artefacto complejo que encarna discursos po- liticos y sociales, cuyo anilisis ¢ interpretacién requieren métodos de lectura y critica que articulen su insercién en la economia politica, las relaciones sociales y el entomno politico en el que son producidos, circulan y son recibidos. Los siguientes estudios llevan a cabo este andlisis total de la cultura de los medios y utilizaran fuentes histéricas, teoria social, investigaciones sobre comunicacién y los estudios culturales para dilucidar algunos de los significados y efectos de las formas de cultura popular. Dichos ejemplos van desde peliculas que reproducen 0 contestan a las ideologias conservadoras durante la época de Reagan, a la cultura afro-americana de las peliculas de Spike Lee o la miisica rap, las imagenes y sonidos de Madonna. Tam- bién analizaré series de televisién populares como Miami Vice, la MTV, la publicidad y el espectaculo mediético conocido como «la guerra del Golfo», los aterradores mun- dos futuristas de la ficcidn ciberpunk y la teoria de la posmodernidad de Baudrillard. ‘Asumo que sociedad y cultura son terrenos en conflicto, y que los artefactos cultu- rales son producidos y tienen sus efectos en un contexto determinado, Estoy conven- cido de que el anilisis de la cultura de los medios dentro de su matriz. de produccién y recepciGn ayuda a iluminar sus artefactos y sus posibles efectos y usos, asi como las directrices y tendencias dentro de un contexto sociopoliticos mas amplio. Puesto que las formas de cultura producidas por los enormes conglomerados de los medios y el entretenimiento son un aspecto inmediato y persuasivo de la vida contemporénea y, puesto que la cultura medistica esté constituida y es constitutiva al mismo tiempo de una dindmica politica y social més general, seré un punto de vista excelente arrojar algo de luz sobre la naturaleza de la sociedad. politica y vida cotidiana contemporaneas. De hecho, afirmaré que entender el cine popular de Hollywood, Madonna y la MTV (Mu- sic Television), la misica rap y el cine negro contemporaneo, los telediarios y los pro- gramas de entretenimiento puede ayudarnos a comprender la sociedad contemporé- nea. Es decir, entender por qué determinados artefactos son populares puede iluminar el entorno social en el que surgen y circulan y, por tanto, proporcionar cierta visién de Jo que ocurre en las sociedades y culturas contemporaneas. Me centraré en la cultura de los medios de Estados Unidos ya que, como la cultura estadounidense se est4 exportando cada vez mas a todo el mundo, su estudié arrojaré luz sobre las formas dominantes de consumo globalizado y la cultura meditica mun- dial. La cultura de los medios estadounidense esta invadiendo las culturas de todo el mundo, produciendo nuevas formas de popularidad global. Fenémenos de la cultura medistica como las peliculas de Rambo o Rocky, Madonna y Michael Jackson, la MTV yl rap, la CNN y los telediarios norteamericanos, la publicidad americana y sus mer- cancfas, las diversas televisiones, miisicas y peliculas americanas, asi como otros aspec- tos de la cultura mediitica, son populares en todo e! mundo, por lo que los estudios aqui seleccionados seran de interés global y no meramente regional. Estos estudios fueron concebidos y comenzaron durante un momento histérico especifico, el del triunfo del conservadurismo en EEUU y la mayoria de las democra- cias occidentales. Siendo asi, en el capitulo inicial sobre las guerras tedricas y culturales de los tiltimos afios, plantearé mi concepcién del tipo de estudios y teoria social nece- sarios para entender nuestra cultura de los medios contemporinea. En el capitulo 2 12 CULTURA MEDIATICA examinaré la politica e ideologia del cine de Hollywood en la época de Reagan, demos. trando que el cine popular reprodujo los discursos conservadores hegeménicos de la época. Este estudio amplia y expande el método de interpretacién cinematografica desarrollado politicamente por Michael Ryan y yo mismo en nuestro libro de 1988, Camera Politica, y aplica algunos estudios concretos del cine contemporaneo de Hol- lywood, al tiempo que perfila un modelo multicultural de estudios culturales y un es- tudio de los medios culturales. Afirmo que necesitamos unos estudios culturales que critiquen las intersecciones de clase, género, sexo, raza y otros determinantes clave de Ja cultura y la identidad, para conceptualizar més plenamente las dimensiones cultura- les de los textos culturales y entender todo el espectro de sus efectos. Accontinuacién, en el capitulo 3, indico la necesidad de interpretar la cultura de los medios frente a su germen ideolégico, para desentrafiar momentos criticos y subversi- vos, y analizar cémo los proyectos ideolégicos de los textos culturales a menudo fraca- san. También explico el concepto de critica diagnéstica que utiliza la cultura mediatica para diagnosticar tendencias y directrices sociales, leyendo en los textos las fantasias, miedos, esperanzas y deseos que éstos articulan. Es una critica diagnéstica que tam- bién analizaré cémo la cultura de los medios proporciona los recursos para producir identidades y avances, tanto en la politica reaccionaria como en la progresista —0 pro- porcionar textos y efectos ambiguos que se pueden entender de diversas formas. En la parte 2, analizaré algunos textos concretos de criticas diagnésticas que inter- pelan a las representaciones dominantes de clase, raza, género, sexualidad, juventud y Politica contemporaneas. En el capitulo 4, ilustro el concepto de critica diagnéstica a través de una lectura de la pelicula Poltergeist que, en mi opinién, articula los miedos de la clase media ante la movilidad descendente, la pérdida del hogar, la disolucién de la familia y otras amenazas por parte de otras clases y razas en forma cinematogriica. Después, desarrollaré varias lecturas de la pelicula Slacker y la serie de la MTV Beavis and Butt-Head para proporcionar un diagnéstico de la grave situacién de la juventud desencantada actual. Sien el capitulo 2 muestro cémo el cine de Hollywood traducfa los discursos poli- ticos dominantes de la era de la hegemonja conservadora desde 1980 en la década de los noventa, el capitulo 4 muestra cémo los deseos, ansiedades e inseguridades de la gente corriente también encuentran su expresién en la cultura mediética, permitiendo la representacién de tendencias de crisis tras la fachada ideolégica de una sociedad de consumo felia y segura. Por tanto, abordar la politica dela cultura de los medios supo- ne realizar desde una critica ideolégica ala forma en que los textos populares enearnan los discursos politicos dominantes respecto a los grandes temas y conflictos politicos cotidianos hasta el anzlisis de las tensiones y ansiedades relativas a la clase, raza, ro, juventud, asi como los suefios y ansiedades de la gente corriente. En el capitulo 5 esbozaré un modelo de estudios culturales multiperspectivos € ilustraré este concepto con un estudio detallado del director de cine Spike Lee, que es un ejemplo inmejorable de exploracién cinematografica de los temas clave de raza, género y clase en el momento contemporéneo. Basindome en el feminismo negro y tuna critica politica de su cine, examinaré la obra de Lee y las contribuciones y limita- ciones de su estilo, textos y politicas. Contrastando las peliculas de Lee con la musica géne- INTRODUCCION 13 rap de Public Enemy, Ice-T, Ice Cube, Sister Souljah y demas, sugeriré algunos tipos de textos culturales socialmente criticos que se producen hoy dia, y cémo los negros radicales estan atravesando los limites previamente establecidos de la cultura domi- nante para articular sus experiencias de opresidn, rabia y rebelién Durante la era Reagan-Bush, la televisién crecié en importancia cultural y politica mediante especticulos politicos y la oportunidad de una foto diaria producidos por la Administracién Reagan y el espectaculo de la «guerra del Golfo», que analizaré en el capitulo 6. Después de Reagan, siguié el régimen de Bush y sus esfuerzos durante la «guerra del Golfo» para establecer un «Nuevo Orden Mundial», En el capitulo 2, analizaba cémo ciertas peliculas de Hollywood produjeron imagenes que podian servit para inducir cierto consentimiento a la guerra EEUU/Iraq de comienzos de la década de los noventa. En el capitulo 6, mostraré como pueden utilizarse las herramientas de los estudios culturales para criticar la produccién de la «guerra del Golfo», proporcio- nar una lectura critica del texto y ayudar a explicar su efecto en la audiencia, asi como el motivo de su apoyo masivo ala guerra. En la pasada década, la cultura de los medios ha desempefiado un papel cada vez mas importante en las elecciones politicas, en las batallas politicas cotidianas y en la legitimacién del sistema politico. Acontecimientos medisticos globales como la guerra del Golfo demostraron la eficacia del sistema armamentistico estadounidense y la he- gemonia de su poder militar, al tiempo que algunos espectaculos como el funeral de Richard Nixon, televisado en 1994, demostraban el poder de la presidencia. El funeral de Estado de Nixon también dio lugar al mito de que cualquiera podia lograr la presi- dencia, pues la camara cortaba frecuentemente la ceremonia dando paso a la modesta casa natal de Nixon. Mas atin, durante esta época aparecieron nuevas formas de entretenimiento televisivo por lo que, en el capitulo 7, analizaré algunos de los momentos clave de la cultura televi- siva de la década de los ochenta, entre ellos, Miami Vice y otros programas New Look, a menudo etiquetados como «posmodemos». El auge de la MTV revolucioné la industria de la mésica, dando lugar a nuevas estrellas multimedia como Madonna y Michael Jack- son, También exploraré algunas de las formas en que la publicidad proporciona modelos de género e identificacién y cémo inducen a comprar productos especificos. Sila imagen desempeiié un papel central en la politica de la época, pronto jugaria un papel fundamental en la cultura mediatica del periodo y en la vida cotidiana, donde la imagen, aspecto y estilo de cada uno se convirtieron en algo cada vez més importante para la constitucidn de la identidad individual, En este contexto, en la parte 3 proporcio- naré determinadas lecturas de Miami Vice, la MTV, la publicidad y Madonna siguiendo la idea de que fueron ejemplos inmejorables a la hora de producir el cambio hacia lo que se ha identificado como una nueva cultura posmoderna y unas nuevas identidades pos- modernas, También trataré de aclarar los discursos de la posmodernidad, indicando sus sos y abusos. Baséndome en la politica de representacién de la cultura contemporanea, analizaré la construccién, las estrategias ret6ricas y efectos de algunos artefactos clave de la cultura de los medios contemporsnea, argumentando que muchos textos de nuestra cultura medidtica comparten estrategias estéticas modernas y posmodernas y, por tanto, se len mejor como algo a medio camino entre lo modemo y lo posmoderno. 14 CULTURA MEDIATICA Este asunto nos conduce a la reflexién sobre el papel de la imagen y la moda en la construccién de la identidad, asi como al papel de la miisica popular, de Jas estrellas mediéticas y a promocién de nuestra cultura contemporanea. En el capitulo 8 argu- mentaré que los cambios de imagen ¢ identidad de Madonna articulan la transforma- cién de valores y politica de la época. Afirmo que sus contradicciones captan aspec- tos conflictivos del momento cultural y que el «fenémeno Madonna» es sintomatico de ciertas tendencias clave de la época por lo que interpretar sus textos, y Madonna es un texto en si misma, puede arrojar cierta luz sobre algunos elementos de su momento presente, Afirmaré que Madonna es un fenémeno de su propia produccién, promo- cién y estrategias de mercado y que, por tanto, necesitamos centrarnos en la economia politica de la cultura para interpretar apropiadamente el «fenémeno Madonna». En «Topografiando el presente desde el futuro: de Baudrillard al ciberpunk» (capi- tulo 9), exploraré la ficcién ciberpunk y la teorfa posmoderna como artefactos de la cultura mediatica que, a su vez, proporcionan visiones ficticio-tedricas de una sociedad cada vez mas dominada por los medios y la informacion. Al centrarme en las semejan- zas entre el anilisis social de Baudrillard y las novelas de William Gibson, interpretaré a ambos como intentos de topografiar nuestro momento presente, que se desliza cons- tantemente hacia el futuro. A través de una lectura detallada de Newromante, afirmaré que tanto Baudrillard como Gibson proporcionan visiones del futuro que sirven para iluminar el presente. Este andlisis sugiere que Baudrillard se interpreta mejor como Giencia ficcién distépica, y que el ciberpunk también puede interpretarse como una nueva forma de teoria social que topografia las consecuencias de la sociedad medistica y de la informacién répida de la era del tecnocapitalismo. En la conclusién, indicaré algunas de las tareas que les queda por hacer a los estu- dios culturales y algunos otros temas que los estudios culturales deberfan abordar en el futuro. Mis estudios proponen, en tiltima instancia, una sintesis de los logros de la teoria social, la critica cultural y la pedagogia de los medios, para arrojar cierta luz so- bre nuestra sociedad, cultura y politica contemporneas. Combinando filosofia, teoria social, critica cultural y andlisis politico, presentaré algunas perspectivas sobre la socie- dad, la cultura y los métodos de critica cultural, haciendo algunas proposiciones para Ia reconstruccién de los estudios culturales y la teoria critica social. De hecho, los si- guientes textos no fueron escritos exclusivamente para un ptiblico académico, Aunque responden a los debates académicos sobre el método y terreno apropiados para la teorfa social y la critica cultural, también desarrollo temas politicos y culturales que hoy dia resultan sugerentes, y trato de escribir para una audiencia popular. Aspiro a explicar claramente los términos tedricos complejos cuando aparecen en mi argumen- tacién, y a ilustrar ampliamente mis posturas metodol6gicas y tedricas clave. Estudios culturales y teorfa social Como ya he sefialado, creo que los estudios culturales se entienden mejor en el contexto de la teoria critica social; en el capitulo 1 y las siguientes secciones indicaré cémo la teoria critica de la Escuela de Frankfurt proporciona perspectivas titiles so- InTRoDUCCION 15 bre la sociedad contemporanea y algunas armas utiles para criticar los estudios cul- turales. Pero también sefialaré las limitaciones de la Escuela de Frankfurt y cémo las perspectivas sobre la cultura y sociedad de los estudios culturales briténicos a menu- do corrigen de algiin modo las posturas de éstos (aunque también creo que algunos aspectos del anilisis de la Escuela de Frankfurt corrigen de algtin modo las limitacio- nes de los estudios culturales briténicos). Mas ain, comparto las contribuciones del feminismo y los proyectos multiculturales que abordan una exploracién del género, la sexualidad, raza, etnia, lo fordneo y la marginalidad, que comenzaron a proliferar en la década de los sesenta, Ademés, investigaré la importancia para los estudios culturales de las innovaciones tedricas de las teorias posmodernas de Foucault, Bau- drillard, Jameson y demas, tratando de analizar algunos de los aspectos mas sobresa- lientes del presente momento, como la sociedad de consumo y de los medios; la nueva informatica, las comunicaciones y tecnologias de la informacién; nuevas for- mas de moda y cultura; nuevas formas de poder y conocimiento y nuevos modelos de subjetividad e identidad. De hecho, el momento presente esté marcado por debates mucho mas candentes relacionados con otra cuesti6n: evivimos todavia en la era moderna o nos hemos tras- ladado a una era posmoderna? Algunos de los que abogaban por el cambio posmoder- no afirman que estamos viviendo un momento nuevo y totalmente original, que requie- re teorias y politicas nuevas. El tedrico francés Jean Baudrillard hizo una de las propuestas més influyentes sobre el giro y la ruptura radical con las formas previas de sociedad, cultura, politica y teoria. A lo largo del libro, analizaré la idea de que estamos viviendo en una nueva era hist6rica de «posmodernidad» y discutiré la relevancia de la teoria posmoderna para un estudio de la sociedad y la cultura. En mi opini6n, aunque hay parte de la teoria posmoderna que aporta algunos ele- mentos nuevos ¢ importantes a nuestra cultura y sociedad, la idea relativa a una nueva ruptura posmoderna en la historia y la sociedad es exagerada. Examinaré en varios estudios el uso y abuso de la teoria posmoderna y la afirmacién de que algunas for- mas de cultura medidtica como Madonna, Miami Vice, el rap o la MTV, asi como otras formas de cultura mediatica, son « Este panorama de la sociedad de ocio y consumo puede que sea ideoldgico. Estudios recientes muestran que Ja cantidad de horas dedicadas al trabajo en Estados Unidos es enorme; véase el estudio de Schorr en The Overwor ‘hed American (1992). Pero hay tendencias tecnolégicas que podrian conducir a una disminucién de la longitud de la jornada lboral. Véanse Gore (1982 y 1985) y un articulo del New York Times (24 de noviembre de 1993: Al) donde se decia que existia un movimiento serio en Europa para limita el trabajo a cuatro dias ala semana, + Véanse Kellner y Ryan (1988) para un estudio del contenido de las representaciones de las peliculas de Hollywood de mediados de la décacla de los sesenta y mediados de los ochenta, y Kellner (1990a) para un estudio del terreno tan controvertido de la television estadounidense. Sobre el «giro a la derecha» en Estados Unidos, -véase Ferguson y Rogers (1986). Sobre el triunfo del thatcherismo en Inglaterra, véanse Hall y Jacques (1983) Hall (1990). 26 CULTURA MEDIATICA grandes medios y las grandes fortunas, que ejercian un control extraordinario sobre los politicos de los dos partidos importantes). Por otro lado, el propio Clinton presenté un programa cada vez mas conservador y, en cierto sentido, el «reaganismo» conserva su etiqueta de «sentido comtin politico» y discurso dominante de la época. Més atin, en Jos Estados Unidos, la televisi6n y la radio continuaban dominadas por voces conser- vadoras, con los mismos grupos de presién y publicaciones de la antigua derecha, que proporcionaba a expertos para pontificar sobre el estado de la nacién, al tiempo gue nuevos brutos reaccionarios como Rush Limbaugh también obtenfan poder me- diatico y cultural’. El cine de Hollywood atacaba regularmente a las mujeres y al femi- nismo, celebrando las formas més grotescas de machismo y poder masculino desenfre- nados®. «La paranoia masculina blanca» era evidente en todo el ambito cultural, desde Jos cémicos a las tertulias de la radio, mientras que la ofensiva cultural conservadora se enfurecia sin que nadie la combatiese. Guerras culturales similares se propagaban con furia por toda Europa. En el Reino Unido, se atacaba la hegemonia conservadora de los regimenes de Thatcher y Mayor, y el poder conservador disminufa, pero los medios y la cultura todavia revelaban ten- dencias fuertemente conservadores. En Francia, el gobierno socialista de Miterrand fue vencido de forma decisiva en 1993 por las fuerzas conservadoras, y los gobiernos socialdemécratas de Holanda, Dinamarca y Suecia también han sufrido extrafias de- rrotas en los iltimos afios. Los intentos para unificar Europa politica y econémicamen- te se ven contrarrestados por los brotes nacionalistas, que van de Escandinavia a Euro- pa del Este, y las fuerzas pro y anticuropeas parecen divididas. En el mundo arabe, el fundamentalismo militante est en marcha contra los regimenes seculares y occidenta- lizados, mientras que, en el antiguo mundo comunista, las luchas entre fuerzas nacio- nales, étnicas, religiosas y politicas han explotado en guerras sucias. La miseria y la opresién continiian campando a sus anchas en las tegiones més subdesarrolladas del mundo y la tierra parece mas desgraciada que nunca Pero también habia tendencias compensatorias, Los movimientos sociales progresis- tas de las décadas de los sesenta y los setenta todavia estaban vivos y gozaban de buena de salud, luchando por los detechos humanos, las libertades civiles de los oprimidos, la paz, la justicia y la ecologia. Una organizacién més humana de la sociedad era visible en muchas partes del mundo, De hecho, la misma inestabilidad, flujo e incertidumbre del momento creaban salidas para un futuro mas positivo y posibilidades para la creacidn de un mundo mejor a partir de las pesadillas cotidianas. Por otro lado, la inclinacién hacia Ja micropolitica y/o politica de identidad fragmentaba a los movimientos progresistas ¥ cegaba a muchos ante la necesidad de mantener vinculos e interconexiones con los opo- sitores o aquellos que emprendian luchas conttahegeménicas, * Véanse Alterman (1992) y el iimero de Newsweek del 29 de marzo de 1993 sobre «White male paranoia», como evidencia de los shink tanks y los expertos conservadores ala hora de dar forma ala opinion publics as como de a ofensiva conservadora continua en las tetulias de la radio, la televisién y otros mbitos ealtarales § Jeffords (1996) afrma que la cultura y politica estadounidense manifestaron cieras tendencias a a ate, masculinizacién de América» tras la derrota militar estadounidense en Vietn: F; Ise am, y Faludi (1991) int (a la nueva cultura masculina como una «reaccién» contra el feminismo. see 26 CULTURA MEDIATICA grandes medios y las grandes fortunas, que ejercian un control extraordinario sobre los politicos de los dos partidos importantes), Por otro lado, el propio Clinton presenté un programa cada vez mas conservador y, en cierto sentido, el «teaganismo» conserva su etiqueta de «sentido comin politico» y discurso dominante de la época. Mas ain, en los Estados Unidos, la televisi6n y la radio continuaban dominadas por voces conser- vadoras, con los mismos grupos de presin y publicaciones de la antigua derecha, que proporcionaba a expertos para pontificar sobre el estado de la nacién, al tiempo que nuevos brutos reaccionarios como Rush Limbaugh también obtenian poder me- diatico y cultural’. El cine de Hollywood atacaba regularmente a las mujeres y al femi- nismo, celebrando las formas més grotescas de machismo y poder masculino desenfre- nados®, «La paranoia masculina blanca» era evidente en todo el ambito cultural, desde los cémicos a las tertulias de la radio, mientras que la ofensiva cultural conservadora se enfurecia sin que nadie la combatiese. Guerras culturales similares se propagaban con furia por toda Europa. En el Reino Unido, se atacaba la hegemonja conservadora de los regimenes de Thatcher y Mayor, y el poder conservador disminufa, pero los medios y la cultura todavia revelaban ten- dencias fuertemente conservadores. En Francia, el gobierno socialista de Miterrand fue vencido de forma decisiva en 1993 por las fuerzas conservadoras, y los gobiernos socialdemécratas de Holanda, Dinamarca y Suecia también han sufrido extrafias de- rrotas en los tiltimos afios. Los intentos para unificar Europa politica y econémicamen- te se ven contrarrestados por los brotes nacionalistas, que van de Escandinavia a Euro- pa del Este, y las fuerzas pro y antieuropeas parecen divididas. En el mundo arabe, el fundamentalismo militante esté en marcha contra los regimenes seculares y occidenta- lizados, mientras que, en el antiguo mundo comunista, las luchas entre fuerzas nacio- nales, étnicas, religiosas y politicas han explotado en guerras sucias. La miseria y la opresién contintian campando a sus anchas en las regiones mas subdesarrolladas del mundo y la tierra parece mas desgraciada que nunca. Pero también habia tendencias compensatorias. Los movimientos sociales progresis- tas de las décadas de los sesenta y los setenta todavia estaban vivos y gozaban de buena de salud, luchando por los derechos humanos, las libertades civiles de los oprimidos, la paz, la justicia y la ecologia. Una organizacién mas humana de la sociedad era visible en muchas partes de! mundo. De hecho, la misma inestabilidad, flujo e incertidumbre del momento creaban salidas para un futuro més positivo y posibilidades para la creacién de un mundo mejor a partir de las pesadillas cotidianas. Por otro lado, la inclinacién hacia la micropolitica y/o politica de identidad fragmentaba a los movimientos progresistas y cegaba a muchos ante la necesidad de mantener vinculos e interconexiones con los opo- sitores o aquellos que emprendian luchas contrahegeménicas. 5 Véanse Alterman (1992) y el ntimero de Newsweek del 29 de marzo de 1993 sobre «White male paranoia», como evidencia de los think tanks y los expertos conservadores a la hora de dar forma a la opinién piblica, ‘asi como de la ofensiva conservadora continua en las tertulias de la radio, la televisién y otros ambitos culturales. 6 Jeffords (1996) afirma que la cultura y politica estadounidense manifestaron ciertas tendencias a la «re- masculinizacién de América» tras la derrota militar estadounidense en Vietnam, y Faludi (1991) interpreta la nueva cultura masculina como una «reaccién» contra el feminismo. GvERKAS TEORICAS ¥ ESTUDIOS CULTURALES 27 En este contexto, es de vital importancia entender el papel de la cultura en un amplio espectro de luchas sociales cotidianas, tendencias y desarrollos. En los diversos estudios que componen este libro, presentaré la conviccién de que nuestras situaciones cotidianas locales, nacionales y globales se articulan en los textos de la cultura mediatica, que es un terreno contestado de por si, pues los grupos sociales en competencia tratan de utilizarlo para promover sus discursos, programas ¢ ideologias, y en si mismo reproduce discursos politicos en conflicto, a menudo de manera contradictoria, No sdlo las noticias y la infor- macién sino también el entretenimiento y la ficcién articulan los conflictos, miedos, espe- ranzas y suefios de individuos y grupos enfrentados a un mundo turbulento e incierto. Las luchas concretas de cada sociedad estan representadas en los textos de la cultura mediética, especialmente en los medios comerciales de las industrias culturales, que pro- ducen textos que deben apelar a los intereses de la gente si quieren ser populates y bene- ficiosos. La cultura nunca ha sido tan importante y nunca antes ha existido tanta necesi- dad de un escrutinio serio de la cultura contemporénea. En consecuencia, para entender lo que ocurre en nuestra sociedad y nuestra vida cotidiana, necesitamos ciertas perspectivas tedricas sobre la cultura mediatica y las teorfas sociales, que nos ayudardn a encontrar sentido a los cambios y conflictos de la época presente. A lo largo de este libro, delinearé las perspectivas tedricas que encuentro mis atiles mientras investigo las vicisitudes de la sociedad y cultura con- tempordneas’. Pero los logros de la teoria estan relacionados con las matrices histé- ricas que las forman y estructuran y que, a su vez, tratan de iluminar, Por tanto, es- bozaré la aparicién y los efectos de algunas teorias contemporaneas de las que haré uso en esta obra. Guerras teéricas Las Gltimas décadas, de intensa lucha cultural, social y politica desde los afios se- senta, también vieron el auge de muchas teorias y anilisis nuevos de la cultura y la so- ciedad, Parece que las luchas tumultuosas de la época hubieran buscado expresi6n y réplica en el ambito de la teoria. Las pasiones y energfas politicas parecian estar subli- madas en el discurso te6rico y se apropiaban de nuevas teorias con esa intensidad que marcé la asimilaciGn y difusin de ideas y practicas politicas radicales en la década de Jos sesenta, Por primera vez, la proliferacién de nuevos discursos teéricos adopts la forma de una fiebre tedrica, donde cada discurso nuevo, o nuevamente descubierto, producia una excitacién febril, como si un nuevo virus teérico entrara y poseyera total- 1 Frente a aquellos que estin «contra la teoriaw (ic, Rorty e¢ a.) y convencidos de que las teorias son iiles para iluminar nuestro mundo social, reflexionaré alo largo de este libro sobre la naturalezay funcién dle las teorias sociales, pues no hay consenso 0 no es evidente de qué tworias sociales se trata, qué hacen y les su valor y limi- taciones. Las perspectivas e6ricas que esbozaré quiza scun las que mayor influencia hayan recibido de la teoria critica de la Escuela de Frankfurt (véanse Kellner, 1989a, y Bronner y Kellner, 1989) y la teoria posmodema (véanse Kellner 1989b y 1989¢, y Best y Kellner, 1919), aunque también me centraré sobremanera en el feminismo yyla teoria multicultural, en un esfuerzo por desarrllar algunas perspectivas teéricas que iluminen nuestro mo: mento presente GUERRAS TEORICAS Y ESTUDIOS CULTURALES 29 mente a su huésped. Entonces, la proliferacion de esta fiebre te6rica adopté la forma de una serie de guerras teéricas entre los discursos teéricos en competencia, a menudo reduciendo la teoria al dominio de la moda. La fiebre tedrica aparecié en Francia en la década de los sesenta con la proliferacién de nuevos discursos que emanaban del giro te6rico posestructuralista. Al rechazar las teorfas totalizadoras, universalizadoras y cientificas del estructuralismo, la semistica, el psicoanilisis, marxismo y otros «discurso maestros», que habian producido las fiebres y guertas tedricas de una época anterior, la revolucin posestructuralista contemplé la proliferacién de nuevas teorias del lenguaje, el sujeto, la politica y la cultura. De hecho, basdndose en las mismas teorfas cuyas extravagantes pretensiones tanto rechazaban, el movimiento posestructuralista proporcioné una nueva sintesis de marxismo, psicoan- lisis, semistica y feminismo, que explot6 en una riqueza de discursos tedricos que circularon por todo el mundo. En los Estados Unidos, donde reinaban algunas formas de lo que Herbet Marcuse denominé «pensamiento unidimensional», durante la década de los cincuenta y a co- mienzos de los sesenta, el marxismo y el feminismo fueron las primeras formas de fie- bre tedrica que circularon, Las experiencias de la guerra del Vietnam en los sesenta hicieron que muchos de la Nueva Izquierda y del movimiento antibélico viraran hacia Ia teoria marxista, que habia sido taba durante la Guerra Fria y sepultada bajo tierra®. Proliferaba el discurso marxista y una sorprendente variedad de teotias neomarxistas fueron importadas desde Europa y el Tercer Mundo hasta Estados Unidos, producien- do un amplio espectro de nuevas teorias radicales. El feminismo se convirtié répidamente en parte de nuevos discursos teéricos por todo el mundo. A comienzos de los sesenta, las mujeres comenzaron a rebelarse contra Jo que consideraban las practicas opresivas de las sociedades patriarcales contempora- reas y contra sus camaradas masculinos de los movimientos radicales. La primera ola de feminismo de los sesenta descubri6 clasicos como El segundo sexo, de Simone de Beauvoir, la historia de una mujer rica, asi como la importancia de la experiencia y la cultura de las mujeres para el proyecto radical’, Se dieron muchos matrimonios entre marxismo y feminismo, a menudo poco felices, mientras que otras variedades de la teoria feminista encontraron herramientas importantes en el psicoanilisis para analizar la opresion y experiencias de las mujeres, y para propiciar la reconstruccién de temas més educativos, sentimentales y amorosos. De hecho, como sucedié con el marxismo, aparecié un amplio espectro de teorias feministas, que a menudo se enfrentaban entre siy con los discursos masculinos. ® Véase Howard y Klare (1972). En Europa, por el contratio, el marxismo era parte del discurso intelectual habitual, aunque sola estar monopolizado por los partidos marxistas. Sobre el impacto del marxismo en un am: plio espectro de dmbitos académicos en los Estados Unidos, véase Ollman y Vernoff (1982). En el caso de Gran Bretafa, véanse Anderson (1980) y Davies (1995) » Sobre las oleadas sucesivas de feminismo que parecieron en un principio en Estados Unidos durante la década de los afios sesenta véase el anlisis de Wills (1984); sobre el feminismo en Estados Unidos en la década de 1990, véanse Faludi (1991) y Brenner (1993). Sobre el poco feliz matrimonio entre marxismo y ferinismo, véase Hartman (1981). Para un ejemplo de feminismo psicoanalitico, véase Mitchell (1974). Para el feminismo en Gran Bretaiia, véase Barreto (1980). 30 CULTURA MEDIATICA fi ; ropia voz y en Estados Unidos Los grupos previamente marginados buscaron su propia s i es " ivo-americanos, mexicano-america. aparecieron nuevos discursos afroamericanos, nati i emai nos, asidtico-americanos, asi como otros discursos y estudios minoritarios. Los estu- dios gays y lésbicos cuestionaron la sexualidad y proporcionaron ae aes de género, sexualidad, cultura y sociedad. Te6ricos cuyo origen nacional eta trecuen- temente de paises colonizados generaban nuevos estudios subalternos, atacando ala colonizacién occidental, mientras que los estudios sobre el «tema poscolonial» y las voces de naciones recién aparecidas producian algunas innovaciones teoricas excitan- tes y expandian sobremanera el terreno de los discursos criticos. Acumulativamente, estos discursos han contribuido a algunas de las criticas culturales y de la teoria social més excitantes de los tltimos aiios, y en los siguientes estudios me basaré en estos nue- vos discursos contrapuestos. Aunque el tumulto de los sesenta dio paso a la década de los setenta, mucho més tranquila, la explosién de teorias continué y las guerras tedricas se intensificaron". Teéricos del Tercer Mundo y los Estados Unidos se apropiaron de los discursos euro- peos, y los discursos de raza, clase, etnia, preferencia sexual y nacionalidad desafiaron alos discursos tedricos a analizar fenémenos previamente ignorados o soterrados. Las guerras irrumpieron (y persisten) entre la clase privilegiada y aquellos que privilegia- ban cosas como la raza o el género. Finalmente, se instalé una tregua, y se llegé al acuerdo de que todos estos determinantes de la identidad social, asi como la estructu- racién de categorias sociales, eran de importancia fundamental para la vida social, el anilisis cultural y la subjetividad individual. Hacia la década de los ochenta, los nuevos discursos teéricos globales proporciona- ron lenguajes para comunicarse por encima de las fronteras, pero también difundieron la globalizacion de las fiebres y guerras tedricas. Las fiebres tedricas continuaron pro- liferando y, desde Berkeley a Bombay, de Austin a Londres, aparecieron nuevas sintesis de marxismo, feminismo, psicoandlisis, posestructuralismo y teorfas posmodernas, mientras que se hacian propuestas para un nuevo discurso tedrico que se basaba en las nuevas teorias criticas, produciendo discursos tedricos cada vez mas complejos y enre- vesados. Las guerras teéricas se intensificaron entre discursos que buscaban hegemo- nia y dominacién. Cada nueva teoria era proclamada por sus acdlitos como una super- teoria, como la clave de la cultura, la sociedad y el sujeto. Los descubrimientos de pensadores como Roland Barthes, Jacques Lacan, Michel Foucault, Louis Althusser, Jean Baudrillard, Jean-Francois Lyotard, Jacques Derrida y otras estrellas de la «nueva Teoria Francesa» eran recibidos con entusiasmo por sus seguidores, que tomaban cada nueva teoria como la obra finalmente descubierta que abritia el camino a la salvacién tedrica y politica. "© John Fiske adscribe curiosamente a importacin y popularidad de teorias europeas en Estados Unidos ¥ én cualquier caso con un reaganismo que exponia la falsedad del consenso liberal y la realidad de las divisiones desigualdades de clase, que supuestamente representaban a la América pragmatica como susceptible de las tcorias europeas y subrayaba el conficto, las desigualdades y la lucha (1993: 40). Pero, de hecho, tal como sugiere mi ensayo, la importacién de lus teorias europeas comenzé en los aiios sesenta y se intensificé en los setenta y los ochenta, bien antes de que el reayanismo expusiera las mentiras del cansenso liberal GUERRAS TEORICAS ¥ ESTUDIOS CULTURALES 31 Durante los ochenta del pasado siglo, varias tendencias de la teoria posestructura- lista francesa mutaron a la teorfa posmoderna (véanse la genealogia en Best y Kellner, 1991, y la discusién de la p. 40). En cierto sentido, la teoria posmoderna exhibe las pasiones de la década de los sesenta, sublimadas en el discurso tedrico. La fisura 0 ruptura tan deseadas en los sesenta, una ruptura descrita entonces en el discurso de la revolucién, se proyectaba en la propia historia o en dominios més limitados de la so- ciedad y la cultura. De hecho, las fisuras y rupturas apocalipticas adoptadas en los se- senta como metas de la lucha politica ahora son descritas en alguna teoria posmoderna como rupturas que ocurren como resultado de las nuevas tecnologias, sin el esfuerzo de la lucha revolucionaria, emulando, efectivamente, los antiguos discursos del deter- minismo tecnolégico. ‘Mas atin, algunos de los discursos de la posmodernidad también presentan las mat- cas de la derrota en el intervalo de la década de los sesenta. Las proclamas posmoder- nas relativas a la fragmentacién del sujeto y las dudas relativas a la eficacia de la prac- tica politica son, en parte, efectos de la experiencia de fragmentaci6n del « movimiento» politico de la época, asi como de la desintegracién de politicas y temas revolucionarios. EI nihilismo posmoderno enuncia la experiencia de la dertota, del desacuerdo, del desagrado ante los fracasos de los movimientos de los afios sesenta en busca de una vida social y cultural de transformacién més radical. De hecho, hay una versién mas Positiva de la teorfa posmoderna que traslada algunas de las tendencias y victorias progresistas de los sesenta a un discurso teorico y una prictica cultural, Lo que Hal Foster (1983) ha denominado «posmodernismo de la resistencia» trata de desarrollar practicas teéricas y culturales en oposicién, dentro del momento presente, a los ele- mentos y practicas més opresivas de la cultura y la sociedad contemporaneas. Hacia la década de los noventa, muchos de los nuevos discursos tedricos se postu- laron bajo la rbrica del «multiculturalismo». Esta postura afirmaba la disparidad y la diferencia, asi como la importancia de atender a los grupos matginados, minoritarios y en oposicién, y a las voces previamente excluidas del didlogo cultural. El multicultura- lismo provocé nuevas guerras culturales, en la medida en que los conservadores defen- dieron la cultura occidental, con sus modelos de unos machos superiores (en su mayo- ria) europeos, frente a la ofensiva multicultural. En contra del multiculturalismo, los conservadores (re)afirmaron el monoculturalismo, que conducia a una nueva ronda de intensas guerras tedricas y culturales, que todavia se desarrollan encarnizadamente. Como hemos afirmado, cada nuevo producto de la teoria cultural se presentaba como solucién a los dilemas habituales de la teoria y la politica, y las proclamas extra- vagantes de la naturaleza revolucionaria de cada discurso teérico se reciclaban eterna- mente. Sin embargo, en esta coyuntura, parece muy cuestionable buscar un Santo Grial tedrico nuevo que desentraiie los secretos del Ser, la cultura y la sociedad. Quiza sea mejor, siguiendo a Foucault, concebir las teorias como instrumentos, como las he- tramientas de un juego de bricolaje o, por usar una metéfora anterior, como armas para disparar contra blancos determinados!". Las «teorias» son, entre otras cosas, formas de 4 Las metiforas a menudo son extremadamente reveladoras y el giro desde concebir las teorias como «armas de crticw» hasta concebirlas como «herramientas de una caja de bricolaje» marca un cambio de la teoria revolu- 32 CuLTURA MEDIATICA especificos y que también tienen su enfoque. El término «teorfay por lo que una de las funciones fendémenos y acontecimientos, ver, épticas; son perspectivas que iluminan fenémenos ciertos puntos muertos y limitaciones que restringen deriva de la raiz.griega theoria que privilegia el mirar, dela teoria es ayudar a las personas a mirar e interpretar SY Por tanto, las teorias son formas de ver que proporcionan entendimiento y modos de interpretacién que centran la atencién en fenémenos especificos, en sus vinculos 0 en el sistema social en su conjunto. : La teoria posestructuralista nos ha hecho conscientes de que las teorfas son cons. tructos, productos de discursos sociales, practicas instituciones especificos y, de hecho, no trascienden sus campos sociales. Las teorias tradicionales que pretenden proporcionar una base de verdad 0 conocimiento universal trascendente de las con- diciones sociales, 0 una metateorfa que proporcione una verdad que trascienda los intereses de las teorias particulares, han sido ampliamente rechazadas, al igual que las teorias positivistas que afirman que la ciencia proporciona un modo privilegiado de verdad al que toda teoria deberia aspirar. Contra el positivismo, se afirma general- mente que no hay nada parecido a la percepcién inmaculada que mirar, interpretar explicar, etc. Todo ello esta mediado por discursos teéricos, ¢ inmerso en asunciones tedricas. De hecho, en esta concepcién tedrica mas modesta, las teorfas se consideran herra- mientas que nos ayudan a ver, a operar y a agrupar campos sociales especificos, sefia- Jando fenémenos sobresalientes, haciendo conexiones, interpretando, criticando y quizé explicando y prediciendo estados de asuntos especificos. Las teorias proporcio- nan recursos para hablar de experiencias comunes, discursos, practicas, instituciones y relaciones sociales. También sefialan conflictos y problemas, o proporcionan fuentes para discutitlos y buscar soluciones, Las teorias, por tanto, iluminan realidades sociales y ayudan a los individuos a que su mundo tenga sentido. Las teorfas usan conceptos, imagenes, simbolos, argumentos y narraciones para hacer su trabajo. La metateoria contemporanea (i. ¢., teoria sobre la teoria) anota frecuentemente que las teorfas tienen componentes literarios; cuentan historias, utilizan la retérica y los simbolos y, al igual que los textos literarios, ayudan a encontrar sentido a nuestra vida'?. De hecho, las teorfas también tienen componentes cognitivos que, a partir de conceptos tedricos, abstraen los elementos comunes de su dominio, por ejemplo, cuando las teorfas sociales criticas analizan las estructuras del capitalismo, el patriarcado 0 la clase social. Por tanto, las teorias sociales son mecanismos heuristicos para interpretar y encon trar sentido a la vida social. Iluminan el contexto de la accién social y guian a la gente en sus interacciones sociales de todos los dias. Las teorfas sociales a menudo proporcio- nan el gran cuadro que nos permite a los individuos contextualizar nuestra experiencia dentro de un campo més amplio de relaciones ¢ instituciones sociales. Las teorfas s0-

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