PAX

(Guion literario)

Un amanecer oscuro y denso… Sólo despertaba, una mañana más, ausencia de tiempo.

Entre las tumbas insípidas de este cementerio vi deambular al hombre que en sus ojos se vomitaban la
sátira de la muerte y el caos del delirio de la vida, su sonrisa delirante, su postura inclinada como atraído
por la putrefacción del suelo santo, el frenesí hacía retorcer su cuerpo y tiritaban sus músculos. Al fin!
Existencia interesante.

Seguía sus pasos trémulos, sus tropiezos con el tiempo gris, podía notar como nada en particular
llamaba su atención a parte de todo el movimiento ausente. Sus botas pisaban como un troll ebrio, su
pelo muerto se movía como ángeles siendo azotados de un lado a otro sin descanso, su tenida oscura y
agresiva, sus labios negros y su pulso eran un réquiem ácido. Sus manos delgadas y tensas tocaban el
gris y ardían. De pronto en frente de su ser se alzó totémica la palabra PAX. Fijó su mirada y los ángulos
se cruzaron y derritieron tiñéndolo todo de un rojo intenso.

Crucé la mente para poder seguir su caída.

Lo vi caer en un ahogante cuarto de rojizo encierro. El rojo caos carcomía su piel y su mente. Él ve lejana
Pax, como escrito en un parpadeante neón y es inalcanzable y desafiante, la desesperación aumenta. El
peso del inconsciente lo carcome. Chapotea en todas direcciones la roja maldición como lava, roca
ardiendo. Intenta tocar Pax pero ésta se difumina y ataca aún más. Esta vez sonrío y me atrae

Cansado y desesperado se tumba, su cabeza cae dando vuelta todo, de pronto ve acercarse corriendo la
figura de un infante de cabeza, una existencia pequeña y pálida. La inocencia quizás pienso, la pureza tal
vez o sólo era un eslabón más de éste cómico delirio, de cualquier manera el infante sonríe y Pax es
blanca y sólida.

Me trajo de vuelta al cementerio, él sentado frente a Pax, a su costado derecho… UN niño le sonríe
delirantemente y con sus ojos en el caos.