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Colonización de América

1. Difrieri, H. A., Sabaris, L.S. y Saibene, C. (1971). “Geografía Universal Iustrada. Volumen
Segundo”. Ed. Anesa‐Noguer‐Rizzoli. Bs. As. (Argentina). pp. 222 – 522.
Qué pasaba en América antes de la llegada Colón
Los viajes de Cristóbal Colón pusieron en contacto a las culturas que habitaban el
continente americano con la cultura europea. Hasta ese momento, estas culturas se
habían desarrollado en forma aislada, sin siquiera sospechar su existencia mutua.

El territorio hoy conocido como América era habitado por una gran cantidad de pueblos.
Algunos, como los mayas, aztecas e incas, habían llegado a constituir grandes imperios.
Los mayas, por ejemplo, desarrollaron cálculos para medir con exactitud el tiempo y los
movimientos de los planetas. También manejaban un sistema de escritura. Los incas,
por su parte, construyeron una impresionante red de caminos y carreteras en Los
Andes, que comunicaban con rapidez los diferentes puntos del imperio.

Además de los grandes imperios existían muchísimos pueblos con otro tipo de
organización social. Vivían en aldeas o poblados y practicaban la recolección de frutos
silvestres, la caza o la pesca.

Cómo guardaban sus memorias


Los hombres que habitaban el territorio americano guardaban la memoria de sus
pueblos de diversos modos.

Los aztecas
Los aztecas, utilizaban códices para guardar sus recuerdos escritos. Los historiadores
los estudiaron para conocer en detalle muchos aspectos de la vida de esta civilización.

Los códices eran realizados por los sacerdotes y solamente ellos tenían acceso a estos
libros. Sin embargo hay muy poca información sobre los autores. De hecho no se sabe
si pintaban en los templos o lo hacían en sus casas. Las crónicas hablan de que existían
grandes depósitos de libros, donde se guardaban los documentos del imperio.
Como nadie excepto los sacerdotes tenían accesos a los códices, los reyes y nobles
indígenas consultaban a los sabios acerca del contenido de los libros pintados.
Los primeros sacerdotes católicos que llegaron a América sospechaban que los dibujos
que aparecían en los códices encerraban supersticiones. Por eso ordenaron quemarlos.
Después, muchos españoles curiosos por conocer los secretos que encerraban los
códices se lamentaron de que los hubieran destruido de ese modo.

Los incas

Habían desarrollado un sistema de control de las cuentas del Estado a través de los
quipus (del quechua khipu). Los quipus eran cordeles, que solían estar hechos de
algodón o lana a base de pelo de llama o alpaca, estos se coloreaban y se anudaban.
Una vez hecho los hilos se codificaban en valores numéricos siguiendo un sistema
posicional de base decimal. Esta herramienta permitía llevar registros y la contabilidad.
Por ejemplo, con un quipu se podía conocer cuántos granos de maíz se almacenaban,
cuántos soldados había en el imperio, cuántas personas nacían o morían. Había un
funcionario encargado de descifrar estos mensajes que se llamaba quipucamayor.

En su libro Nueva crónica y buen gobierno, Guamán Poma de Ayala reflejó muchas de


las actividades que realizaba el pueblo inca. Sus dibujos son posteriores a la conquista.
Miralos con atención y pensá qué representa cada uno.

 
Contador mayor o tesorero, estaba a cargo de los quipus del reino.

 
Pueblos cazadores y recolectores

Si bien estos pueblos no tuvieron una cultura escrita, su historia se narra a través de los
objetos encontrados en excavaciones arqueológicas, como los tejidos en telares, que
permiten conocer algunos secretos de estas culturas.

 
Tejidos realizados en telares.

La Conquista
El dibujante Oski representó con minuciosidad y mucho humor algunas escenas que
muestran a los indígenas y a los conquistadores, inspiradas en cartas y documentos
históricos. Esas ilustraciones se encuentran en su libro Vera Historia de Indias.
«Aquellos indios se llegaron a la barca, y la gente de ella, cristiana, salió en
tierra; comenzáronles a comprar los arcos y flechas y las otras armas, porque el
Almirante así lo había ordenado; vendidos los arcos, no quisieron dar más, antes
se aparejaron para arremeter a los cristianos y prenderlos, sospechando, por
ventura, que de industria los cristianos les compraban las armas para después
dar en ellos.

Viéndolos venir denodados, los españoles, que pocos desean ser mártires, que no
dormían, dan con ímpetu en ellos, y alcanzó uno de ellos a un indio una gran
cuchillada en las nalgas, y a otro, por los pechos, una saetada [...]. Y esta fué la
primera pelea que hobo en todas las Indias, y donde hobo derramada sangre de
indios, y es de creer que murió el de la saetada, y aun el de las nalgas
desgarradas no quedaría muy sano.» Tomado de: Fray Bartolomé de las
Casas. Historia de las Indias.

«Los heridos no sabían qué hacer para curarse, sino dar gemidos de dolor de las
llagas, que hombre hubo entre ellos que entre él y su caballo tenían veinte y tres
heridas, del las grandes y del las chicas. Proveyó les Dios en esta necesidad, que
entre otros indios vieron venir a uno cargado con una petaca lleva de velas de
sexo y ellos mismos lo derritieron en dos cascos de hierro que sus amos
acertaron a llevar, y trajeron del estiércol del ganado de aquella tierra [...] y
hecho polvo lo mes clavaban con el sebo, y así caliente, cuanto se podía sufrir, lo
echaban en las heridas y las llenaban, por hondas que estuviesen, y con lo mismo
curaron sus caballos [...].» Tomado de: Garcilaso de la Vega, Historia General del
Perú.

«Estos Querandís son tan ligeros, que alcanzan un venado por pies, pelean con arcos y
flechas, y con unas pelotas de piedra, redondas [...] y tan grandes como el puño, con
una cuerda atada que las guía, las cuales tiran tan certero, que no hierran a cosa que
tiran.» Fragmento de una carta escrita el 10 de julio de 1528 por Luis Ramírez, soldado
de la expedición de Gaboto al Río de la Plata. El original está en la Biblioteca del
Escorial.
Dibujar el mundo

 
Cartógrafos europeos luego al descubrimiento de América.

Los viajes de descubrimiento que cobraron gran impulso durante el siglo XV se basaron
en los conocimientos acumulados por grupos o individuos desde tiempos inmemoriales.
Muchos aportaron su granito de arena: desde los filósofos griegos hasta los
comerciantes medievales, pasando por los geógrafos de Alejandría, los romanos
conquistadores y los viajeros de todas las épocas.

Cada uno imaginó el mundo a su modo. Los egipcios decían que la Tierra era un huevo
sostenido por una serpiente que le daba calor. Los griegos, desde el siglo V antes de
Cristo, sostenían que la Tierra era un globo.

Cada pueblo con sus ideas sintió la necesidad de representar la superficie terrestre a
través de ilustraciones y mapas. A medida que se producían nuevos descubrimientos se
iban dibujando nuevos mapas.

Estos mapas antiguos que se ven a continuación muestran cómo se imaginaban la


superficie terrestre en otros tiempos.

Carta Universal de Juan de la Cosa, segunda mitad del siglo XV.


 

Mapa de Toscanelli, segunda mitad del siglo XV.

Mapa de Alberto Cantino fechado en 1502.

 Mapa de Abraham Ortelius, segunda mitad del siglo XVI.


Consecuencias de la conquista de América
La conquista de América cambió para siempre la vida de la gente de su época y generó
historias personales muy particulares. Acá te contamos algunas.

La Malinche

Algunas mujeres indígenas fueron entregadas a los conquistadores españoles como


«prendas de paz», ofrendas que los pueblos locales regalaban a los recién llegados. Una
de ellas fue Malintzin o Malinche, figura polémica en la historia de la conquista de
México.

Malinche le ofició de intérprete de la lengua náhuatl al conquistador Hernán Cortés. Los


cronistas españoles la describían como «de buen parecer, entrometida y desenvuelta».
Malinche, como muchas otras indígenas, amó al conquistador español y tuvo un hijo con
él. Se dice que de alguna manera colaboró con la conquista, ya que les facilitaba a los
españoles información acerca de dónde había minas, agua o caminos. O bien les
avisaba quiénes estaban preparando una rebelión contra ellos. Brindaba información a
los españoles que les permitían controlar a los indígenas y conquistar el territorio.

Entrevista de Hernán Cortés y los embajadores de Moctezuma, lienzo de Tlaxcala,


lámina 27.

Bibliografía
Para docentes

 Tandeter, E. y otros. (2000). La sociedad colonial. Tomo II. Buenos Aires:


Sudamericana.
 Parry, J. (1971). Europa y la expansión del mundo, México: Fondo de Cultura
Económica.
 Cabeza de Vaca, Alvar  Núñez.  (1957).  Naufragios y comentarios. Madrid:
Espasa Calpe.

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