Diploma de Actualizacién ,
“Educacién, Sistema Educativo y Practicas Sociales"
Diploma de Actualizacién
"Inglés como Lengua Extranjera”
: Seminario
Exito y fracaso escolar: una mirada sociolégica de
los procesos de escolarizacion de fin de siglo
i |
Documento de trabajo elaborado por el equipo docente y los
alumnos del seminario
Sede Chivilcoy
Equipo Docente
Sede Chivilcoy
Prof. Claudia Bracchi
| Prof. Federico Ferrero
' ASistencia Técnica: Prof. Inés Gabbai
Sede San Nicolés
Lic. Patricia Salti
Asistencia Técnica: Lic. Victoria Gonzalez
Profesora invitada: Lic. y Prof. Carina V. Kaplan
Secretaria de Transferencia y Desarrollo, Facultad de Filosofia y Letras -UBA
Secretaria Lic. Silvia Llomovate
Area de Formacién en Saberes y Practicas Laborales
Coordinadora Lic. Gabriela Kantarovich
Centro para la Educacién y Difusién de la Cultura
Responsable Prof. Zulma Alonso
Julio 2003La escuela en perspectiva historica:
categorias y sujetos de la modernidad
FAMILIA, INFANCIA, ESCUELA, TRABAJO.
Prof. Claudia Bracchi
Prof. Inés Gabbai
Prof. Federico Ferrero
JULIO 2003La escuela en perspectiva histérica:
Categotias y sujetos de la modernidad FAMILIA, INFANCIA,
' ESCUELA, TRABAJO.
a Introduccién
Este documento de trabajo representa una de las actividades desarrolladas en el marco
del seminario. Esta formado por un primer apartado, en el que se desarrolla el marco
tedrico correspondiente.al segundo encuentro donde se. abordaron los siguientes ejes
tematicos: la historicidad y contingencia de Ja forma escolar de educacién, la
emergencia moderna de Jos actores escolares: familia e — infancia, la funcién
disciplinadora del dispositivo escolar: nuevos modos. de produccién del orden, la
relacién escuela y. trabajo: fa contribucién de la escuela en la socializaci6n de la fuerza
de trabajo acorde a las necesidades del modelo de produccién capitalistala.
En el segundo apartado se detalla Ja actividad “taller de fotos” en la que los
participantes del seminario trabajaron las imagenes a_ partir de la bibliografia
propuesta para ese encuentro. Dicha actividad dio como resultado las diferentes
producciones que por la calidad de las mismas motivaron a la concrecién de este
documento.
La escuela come dispositivo de disciplinamiento
a La “maquinaria” escolar moderna
Estamos tan habituados a asimilar la educacién con la escolaridad que solemos
perder de vista, y con frecuencia, el hecho de que la institucién escolar tal cual hoy la
conocemos, es el resultado de un. proceso de construccién social e histérica. Con esto
queremos decir que, bajo su pretendida “naturalidad” y aparente “eternidad”, la
escuela esconde un denso aunque efimero historial de luchas, batallas, imposiciones y
resistencias.
Es posible ubicar los primeros vestigios de la institucién escolar en el tiempo y
espacio delineados por la modernidad. Ahora bien, una primera cuestion a especificar
es el significado con que se define aqui a la modernidad, dadas las confusiones y
controversias que genera el uso de este concepto. En términos generales entendemos
por modernidad al conjunto de cambios intelectuales, sociales, politicos’ y econdmicost
que se originaron entre los siglos XVI y XVII, y que continwan (0 no) hasta el presente ‘
(Hobsbawm, 1997). '
La modemidad se define, en cierto sentido, por el paso de un orden social '
basado en la religién y percibido como “dado”, a un orden social interpretado y |
comprendido como “construido por los hombres”, y por lo tanto, visto como’ |
contingente y arbitrario. Conistituye, a su vez, el pasaje de una sociedad adscriptiva a i
una esencialmente meritocratica (Hobsbawm,1997 ; Tiramonti, 1998). ii
Diversos autores (Bendix, 1974; Foucault, 1986, 1993) concuerdan en afirmar
que el nuevo modelo de dominacién racional-legal que se instaura con la;modernidad,
cuenta con inherentes dificultades para legitimarse. En tanto que basado.en un orden
social secularizado, la amenaza permanente de crisis de legitimidad es un dato
estructural de este nuevo orden. Asi, justificar la desigualdad requerira en mas, dela
extensién de una institucién que ~ como fa escuela - construya legitimidad a la vez que
contribuya a perpetuar el nuevo orden de las cosas. i
La escuela es entonces un elemento indispensable en la construcci6n del tipo
societal que Manuel Garretén (1999) ha denominado “sociedad industrial con Estado :
Nacional”. En este tipo de sociedades, la escuela logré dirimir el conflicto social a |
través de la asignacién presuntamente meritocratica de las plazas y ‘lugares dentro de |
la jerarquia ocupacional y social. Dicho de otra manera, fa instituci6n escolar moderna
contribuy6 a diluir el potencial conflicto que la desigualdad secular ¢onlleva, al |! |
establecer una “carrera abierta al talento” (Hobsbawm, 1997) mediante la cual se: ‘
determinaron, en adelante, las posiciones sociales. a
ca El proceso de “tallado”. a ;
aa ee itt
Tomando como punto de partida la descripcién. que Varela y Alvarez Ural!
(4991) realizan de la escuela, y en particular, su definicién como “maquina de educar",|
nos proponemos en adelante desandar el camino recorrido por la escuela moderna , ;
estableciendo la génesis de los mecanismos mediante Jos cuales se fueron edificando,
sus ejes estructurantes. Esto implica revisar y desnaturalizar el proceso mediante el’ «
cual se fueron “tallando”, meticulosamente, las “piezas” de esta maquinaria. i}
La operacién de “naturalizacién” del aparato escolar, es decir, el proceso por el!
cual se nos presenta ann algo jnatural y evidente por'si mismo, no es neutral sino}
arbitrario. La propia institucionalizacién de la escuela requiere de ‘ciertos mecanismos'.tendientes a mantener escondida, oculta, su verdadera funcidn (Bourdieu, 1990, 1997;
* Varela, Alvarez Uria, 1991).
De este modo, al ser la escuela tan natural como la vida misma, su critica 0
rechazo es impensable e irracional. En este sentido, y como el socidlogo Pierre
Bourdieu ‘afirma, estamos ante un paraddjico proceso en el cual la escuela afiade a sus
funciones, la de denegacién. La escuela se caracteriza ea, por'ser una institucién que
hace lo que hace (legitima - y en cierta medida contribuye a reproducir - un orden
social injusto) de manera tal que tiende a demostrar que no lo hace (Bourdieu, 1990,
1997). ;
Asi, la ilusion de eternidad y universalidad de la escuela opaca la visién de su
construccién y de su funcién histérica: la socializacién del nifio obrero y, a partir de
ella, la integracién social en condicién de subordinacién de grandes cantidades de
poblacidn (Varela, Alvarez Uria, 1991).
En sintesis, es posible rastrear y delimitar ciertas condiciones de aparicién de la
escuela moderna.’ Esto quiere decir que existe ‘una respuesta a los interrogantes —
herejes y blasfenios ~ tales como: écémo se construyd histéricamente el espacio
escolar? écémo 5p configuraron los sujetos, actores e instituciones de la maquinaria
pedagdgica moderna, y a qué sectores sociales beneficié y beneficia esta Ultima? o lo
que es igual, tobmo se instituyé al docente, al alumno, al espacio escolar y a los
métodos de ensefianza modernos?
Son; estos mismos elementos que estructuran y delimitan la matriz escolar - las
piezas y engranajes de orden moderno — quienes nos hacen decir lo que decimos y
pensar lo que pepsamos, como docentes y educadores, cuando de la escuela se trata;
marcando asf el limite de lo posible de ser pensado. *
Veremos ‘a continuacién cémo fueron configurandose algunos de los caracteres
esenciales, dela propuesta escolar moderna.' Estos son: Ja infancia como sujeto
privegiodo de la educacién, el espacio escolar como claustro, y la familia como
garante de la asistencia de los alumnos a la escuela (para algunos autores Salianza
escuela familia", Finalmente, nos referiremos ;en particular a una de las funciones
eseficiales de la maquinaria escolar moderna: el disciplinamiento del cuerpo obrero ‘con
vistas a su inscripci6n en el trabajo industrial capitalista.
|1) Definicién del estatuto dela infancia
Al igual que la escuela, él nifio no es eterno. La infancia no es un dato de la
naturaleza sino mas bien una construccién social e histérica. Diversos autores (Varela,
Alvarez Uria; 1991; Ramirez, Boli, 1999) vinculan la aparicién del infante con las
estrategias y operaciones que la Iglesia catélica lleva adelante a partir'de los siglos XV
y XVI. Dichas operaciones no sélo tenfan como objetivo evitar la pérdida de poder
frente a los monarcas de los emergentes Estados territoriales absolutos, sino también,
y principalmente, contribuir a afrontar con éxito los movimientos : secesionistas y
disidentes que la Reforma protestante habia inaugurado (Varela, Alvarez Uria, 1991).
i Estos autores afirman que a partir del siglo XVI Europa se convierte en tierra de
misién para los dos bloques religiosos en pugna — catdlico y protestante. En este
- marco los individuos de tierna edad se convierten en un blanco privilegiado para el
adoctrinamiento: “los j6venes de hoy seran los catdlicos o protestantes del’ mafiana”.
Se constituye asf un “catecumenado” (el que se instruye) privilegiado: “la infancla”
(Varela, Alvarez Uria, 1991). Sin embargo, veremos que esta primera delimitacién del
infante se halla atin muy lejos - aunque recupera aspectos centrales - de la definicién
moderna. :
Ahora bien, dado que como ya hemos adelantado la neath sera también un
elemento clave para consolidar una sociedad dividida en clases 0 estamentos, se
instituyen en este momento diferentes infancias: la angélica y nobilisima del principe,
la infancia de calidad, la de los hijos de las clases distinguidas, y la Infancia ruda del
pueblo (Varela, Alvarez Uria, 1991). Los eclesidsticos prestaran atencién sobre las. dos
primeras basicamente. i
éQué propiedades cardcterizan a esta nueva etapa de la vida? Ravelais,
Erasmo, Lutero y Calvino, confieren a Ja infancia caracteristicas tales como:
maleabilidad, debilidad (que justifica su tutela), rudeza (que hace necesaria su
civilizacién), y flaqueza de juicio (que exige desarrollar la razén para diferenciarse de
las bestias). Se configura asi la nifiez, en el dmbito tedrico y abstracto, como una etapa
idénea para ser troquelada, marcada, a Ja vez que se justifica la necesidad de su
gobierno especifico (lo que dara lugar a la emergencia de un dispositivo ‘también
especifico como !a escuela) (Varela, Alvarez Urfa, 1991). '
Ahora bien, la infancia es y ha sido objeto de reflexi6n por otros grupos de
investigadores, tanto historiadores como pedagogos. Nos interesa en este punto,
destacar algunas reflexiones que forman parte de uno de los trabajos fundacionales enel estudio de la infancia, mencionado y hasta criticado — tal vez con razén - por
investigaciones posteriores. Nos referimos al trabajo pionero de Phillipe Aries, “La
infancia y la vida familiar en el Antiguo Régimen” (1960). Antes de precisar las criticas
que ha rdcibido esta produccién inaugural, es menester en primera instancia sintetizar
algunos aportes del mismo.
Aries indaga cémo cambia la actitud de los adultos hacia los nifios en el curso
de la historia, a la vez que subraya la gradualidad de este proceso. Define asf una
primer etapa que se corresponde con el periodo histérico anterior a los siglo XIII 0
XIV, en la que nuestros actuales sentimientos de infancia no existian en la cultura
occidental; y, otra segunda etapa, entre los siglos XVI y XVIII en que se lleva a cabo
una transicién progresiva hacia los sentimientos modernos de infancia (Narodowski,
1999(a)). Esto quiere decir que durante gran parte de {a historia los nifios no eran ni
queridos ni odiados en los términos que esos sentimientos se expresan en el presente.
Compartfan coh los adultos las actividades Itidicas, educacionales y productivas. Y no
se diferenciaban mayormente de los adultos ni por la ropa que portaban, ni por los
trabajos. que realizaban, ni por lo que decian 0 callaban (Narodowski, 1999(a)).
Mas alld de las criticas que sufrié el trabajo de Aries, tal vez por su caracter
inicial, existe un cierto acuerdo entre los historiadores de la infancia respecto de -
algunas evidencias: la infancia es un fendmeno histérico y no meramente natural, y las
caracteristicas ide la infancia occidental son: la heteronomia, la dependencia, y la troca
de obediencia con el adulto a cambio de proteccién (Narodowski, 1999(a)).
Otros trabajos sobre la infancia, provenientes del campo de la pedagogia
(Narodowski, 1999(a), 1999(b); Narodowki, Baquero, 1994) afirman que la infancia es
el punto de partida y el punto de llegada de la pedagogfa, la condicién sine qua non
del discurso pedagdgico moderno. Para Narodowski (1999(a)) la infancia es el hecho.
natural sobre el cual la pedagogia construye al concepto que le es propio: el alumno.
El alumno serfa por tanto, para este autor, el resultado de la segregacién del concepto
de nifio y bu ubicacidn en el espacio escolar. En esta reinsercién o reubicacidn, el
alumno conservard las caracteristicas del nifio. Por ello ta condicién de afumnidad
supone en cierta medida una infantilizacién, es decir, la ubicacién en el“ ‘como si” del
infante, aunque no se trate de nifios desde el punto de vista etario (Narodowski,
1999(a)).
Finalmente, importa destacar por el tema que nos ocupa que es la desigualdad
educativa, que en la construccién de la infancia como sujeto operan procesos
diferenciadores, mediante los cuales se construyen infancias cualitativamentediferentes, de calidad diversa. Como bien subrayan Varela y Alvarez Uria (1991), existe
asf la constitucién de una infancia de calidad que forma parte,de un programa politico
de dominacién. La infancia que se construye en el colegio y la familia es la infancia que
se prepara para gobernar..La infancia popular no se realiza en escuelas hasta el siglo
XIX sino en hospicios, hospitales, En los sectores populares no hay sentimiento de
infancia (ni de familia) hasta bien entrado el siglo XIX, siendo la escuela obligatoria
uno de los instrumentos constitutivos de esa infancla “de segunda”, regulada por la
intervencién estatal (Varela, Alvarez Uria, 1991).
2) Emergencia de un dispositivo institucional: el espacio escolar como
instancia de encierro. ‘ 1 i
Otro elemento fundamental en la constitucidn de ta matriz escolar moderna es
la determinacién de un espacio particular para los procesos escolares, caracterizado
por fa clausura. A partir del siglo XVII, la escuela se impone como forma de educacién.
El nlfio deja de estar mezclado ‘con los adultos y es confinado al encierro. Comienza un
proceso de encierro del cuerpo infantil (semejante para la época inicial al que se les
realizaba a las prostitutas, pobres y locos) que se extiende hasta nuestros dias y que
llamamos, precisamente, escolarizacion (Varela, Alvarez Uria, 1991). |
El espacio cerrado “por excelencia” en esta época, el convento, va a construirse
en la forma paradigmatica de gobierno de Ia infancia. Lo que servia para transformar y
moralizar al novicio sera ahora utilizado para la totalidad de Ia infancia (Varela, Alvarez
Uria, 1991; Donzelot, 1991).
No obstante, y en virtud de la mayor 0 menor calidad de la haturaleza de los
educandos determinada por su posicién en la piramide social, el proceso de
escolarizacién tendra importantes diferencias en términos de las disciplinas, la mayor 0
menor flexibilidad de los espacios. Se dulcificaran, en fin, ‘los destinos de algunos
usuarios: los colegios de los jesuitas poco tienen que ver con fas instituciones de
recogida de los nifios pobres. Escuelas rudas y colegios de nobles se corresponden asi
con naturalezas de bronce y plata u oro respectivamente (Varela, Alvarez Uria, 1991).
Existen por tanto, una amplia gama de formas de aislamiento! que en Ultimo
término, reenvian a diferencias de percepcién y valoraci6n social. La maxima represién
(disciplinamiento) y un minimo de saber se corresponden con los destinatarios de
menor nobleza: los pobres (deben aprender a conformares con, poco, siendo
adiestrados para oficios mecanicos, formados en habitos higiénicos, y moralizados). Eladiestramiento para los oficios, }a moralizacién, y la fabricacién de sUbditos virtuosos,
son los pilares sobre los cuales se asienta la politica de recogida de pobres. Una ética
rentabilizadora ee trabajo y de mantenimiento del orden comienza a sustituir a las
viejas caridades (Varela, Alvarez Uria, 1991).
Ahora bien écual es Ia utilidad del espacio cerrado de la escuela, y qué impacto
tlene en'la personalidad de los infantes? Para Foucault y Donzelot, el encierro es una
actividad productiva. Ahora bien équé produce? En su ensayo sobre Espacio cerrado,
trabajo y moralizacién, Donzelot (1991) indaga la racionalidad que subyace a las
transfor maciones del espacio cerrado, el cual se constituye, durante el Antiguo
Régimen, como un espacio esencialmente religioso. El autor describe minuciosamente
el proceso de mutacién del espacio cerrado que tiene como corolario su secularizacién:
‘A comienzos del siglo XIX el internamiento esta por tanto
destinado a fines puramente seculares. En todos sitios, y pese a sus
diversas variantes, se encuentra una idéntica estructura: el espacio
cerrado; una forma privilegiada de tratamiento: el trabajo; una misma
funcién esencial: fa moralizaci6n.
De esta manera, el enclaustramiento adquiere un nuevo y contrapuesto
significado hacia el siglo XIX. Estamos ante el pasaje desde un encierro con fines de
exclusién; (visible en la figura del asilo para ciegos, leprosarios, etc.) hacia el encierro
cuyo fin es la inclusion (escuelas, fdbricas, cuarteles,' carceles) sefialado por Foucault
(1986, 1999). El encierro por inclusi6n se caracteriza por ser moralizador,
domesticador, encauzador de conductas. Estamos ya, en condiciones de comenzar a
delimitar uno! de los objetivos fundacionales de los sistemas educativos: /a construccién
de subjelividades apropiadas a los requerimientos de la época, entre ellos, las del
aparato productivo.
Para Foucault, fa consolidacién del modelo capitalista de acumulacién requiere
de instituir un espacio cerrado como la escuela para adaptar el cuerpo de los
individuos. En su anilisis, afirma que la preocupacién central de las clases industriales
del siglo XIX era la fijacién de los obreros al aparato de produccidn:
1
*...) el problema que se plantea entonces es el de fijar a los
obreros al aparato de produccidn, de incardinarlos o desplazarlos alli donde
se los necesita, de someterlos a un ritmo fijo, de imponerles la constancia yla regularidad que dicho ritmo implica, en suma, constituirlos en fuerza de
trabajo. De ahi proviene.toda una legislacin creadora de nuevos delitos
(obligacién de poseercartilla, ley sobre despacho de bebidas, ‘prohibicién
de loterias) asi como toda una serie de medidas que sin ser totalmente
coactivas introducen una domesticacién del comportamiento (la caja da
ahorros, la promocién del matrimonio y, més tarde, las ciudades: obreras)
(...) de aqui en fin toda una gigantesca campafia de moralizacién obrera.'@
De este modo, lo que atraviesa esta época es en parte un problema relativo al
cuerpo y la materialidad: una cuestion de fisica. El problema al que se enfrentan las
‘sociedades de este tiempo no es sino una cuestién de nueva materialidad adoptada
por el aparato productivo, un ‘nuevo tipo de contacto entre éste y quienes lo hacen
funcionar, y por tanto, de establecimiento de nuevas exigencias impuestas a los
obreros ( un cuerpo obrera concentrado, aplicado, ajustado al tiempo de fa
produccién) en tanto fuerzas productivas (Foucault, 1993). La campafia de
moralizacién obrera a la que refiere este autor requeriré para su realizacién, entre
otros elementos, de la disposicién de un espacio fisico destinado a tal fin: ef aula de
clase.
3) La familia moderna y la alianza con la escuela i i
5 i |
Analizar la constitucién de la familia como categoria o Institucién de la
modernidad es, sin lugar a dudas, una tarea que excede las posibilidades| de esta
teorizacin sobre la escuela moderna. Es por ello que en este apartado nos
circunscribiremos al andlisis de algunos vinculos de fa familia con la institucién escolar.
En este mismo sentido, mas alla de las transformaciones que tienen lugar enel
seno de la familia durante la modernidad en relacién con el reconocimiento y
descubrimiento de la infancia - se detienen y penalizan los infanticidios; se define la
asexualidad del infante; la “esposa” se transforma en “madre”, comienza a déarsele el
pecho a los bebes, etc — (Varela, Alvarez Uria, 1991), nos interesa destacar el
particular vinculo de la familia con el proceso de escolarizacién de esta “infancia
redescubierta”.
Donzelot, J. (1991) p. 38
2 Foucault, M. (1993) La vida de los hombre infames, Pp. 64Partimos asi de la pregunta que se formula Narodowski (1999(a)): écémo fue
posible trasladar el - ahora reconocido como - cuerpo infantil desde el ambito familiar
al espacio de encierro escolar? A modo de respuesta tentativa argumentamos que esto
se logré a partir de un contrato entre las familias y las escuelas que, segun los autores,
toma el nombre de consenso escuela-familia 0 alianza escuela-familia.
la existentia de esta alianza o contrato es nuestro tercer y ultimo elemento con
que "hemos de catacterizar la matriz escolar moderna. éQue sentido tiene esta alianza?
Bueno, quiere decir que, sin importar el contenido de los discursos modernos sobre la
escuela, ya sean anarquistas 0 nacionalistas, higienistas 0 patridticos, todos suponen la
existencia de un contrato entre la familia y la escuela jPor medio del cual es posible
llevar adelante el proceso de escolarizacién.
La alianza’ permite el desplazamiento del ‘cuerpo infantil entre dos ambitos bien
definidos: el espacio familiar y el escolar (Narodowski, 1999(a), 1999(b)). Permite, en
fin, que los nifios vayan a la escuela. Dicha alianza implica de alguna manera la
desprivatizacién de Ja educacién de los nifios, al proclamarse como fundamental la
necesidad de que el educador no sea el padre y sino otro adulto: e/ maestro.
El pasaje del cuerpo infantil a la Orbita escolar se justifica por una razon
‘superior: un criterio de “utilidad” que radica, segiin el pedagogo Comenius, en tres
cuestiones, a saber:
a) Jos nifios aprenden mejor junto a otros nifios a ie del método de
instruccién simultdnea;
b) la educacién queda en manos de un especialista (que es quien detenta el
condcimiento de un método racional para la educacién);
¢) divisién social del trabajo (Narodowski, 1999 (b))
El traspaso de la educacién escolar a la educacién familiar brinda los primeros
fundamentos para legitimar la existencia de un cuerpo profesional: /a corporacion de
los \edtcadores. Ya no alcanza la accidn del padre para educar correctamente a sus
hijos, dicen los pedagogos, ahora son los especialistas quienes con métodos racionales
podran levar adelante la tarea en forma ordenada (Narodowski, 1999(a), 1999(b)).
La! transferencia de {a educacién infantil a la esfera publica y,
consecuentemente, el traspaso del cuerpo desde la casa hacia la escuela, requiere en
los hechos. de una alianza entre los adultos involucrados: e/ maestro y e/ padre; un
contrato tacito cuyas cldusulas veremos a continuacién. Por ahora, se subraya el hecho
de que el! padre debe autoexcluirse de la educacién del hijo, a la cual tiene derechonaturalmente” (Narodowski, 1999(a)). Esta abdicacién del padre a favor del maestro
se justifica por la division social del trabajo. Asi el nifio (hijo) pasa a ser alumno
(discfpulo) a partir de esta renuncia. t |
éCudles son los derechos y obligaciones de este contrato? En lo que respecta a
los padres, éstos deben poner a la infancia a disposicién de la institucién escolar. Es
decir, entregar el cuerpo dé sus hijos para que se conviertan en alumnos.
Histéricamente esta operacién no fue sencilla, a causa por un lado de la resistencia de
los nifios a abandonar sus actividades Itidicas y someterse al imperio de una ‘institucién
completamente extrafla que imponia una nueva “autoridad adulta”. Por otro lado, la
alianza debié ser impuesta a los padres en la medida en que la escolarizacién restaba
brazos para el trabajo productivo y produce perjuicios econdmicos: el hifio’ es
alimentado en su casa y no contribuye a producir el sustento (Narodoski, 1999(a),
1999(b)).
Como contrapartida a estas obligaciones, el derecho paterno en el contrato de
escolarizacién consistia en que) sus hijos recibieran una mejor educacién de la que él
mismo podia brindarle (por: tiernpo disponible y por falta del supuesto saber
especifico). Esto quiere decir que la alianza se sostiene siempre y cuando el alumno se
encuentre en mejores condiciones para aprender que el nifio; la escuela sea mas apta
para el aprendizaje que el hogar; y el maestro desarrolle la tarea educativa con
técnicas superiores a las del padre. '
Se utilizaron dos elementos para conseguir finalmente establecer la alianza: la
ley de obligatoriedad escolar-' que fue el mas importante.- y la ideologia del “progreso
indefinido” a partir de la escuela, /a promision.
a La institucién escolar y la funcién de disciplinamiento.
Hasta aqui nos hemos referido a tres elementos que definen y delimitan — entre
otros - a la escuela moderna. Pasaremos ahora a ocuparnos de una segunda cuestién
que no es de ninguna manera independiente de la primera: la funcién disciplinadora
del dispositivo escolar que hemos caracterizado. é
Es necesario subrayar que cuando hablamos de funcién disciplinadora de la
escuela, nos estamos refiriendo principalmente a la contribucién’ del aparato o
“maquinaria” escolar que hemos definido hasta ahora, en la socializacién de una fuerza
de trabajo acorde con los requerimientos del modelo de produccién | industrial
capitalista. i iAlgunas cuestiones han sido adelantadas al momento de hablar de ciertas
‘virtudes” o utilidades del espacio cerrado secularizado para lograr el buen
encauzamiento de las conductas, la moralizacion y la domesticacién de los individuos.
Ahora bien, para hablar del rol de la escuela en el disciplinamiento de la fuerza
) de trabajo industrial, debemos partir de algunas definiciones preliminares. En este
sentido, es. necesario aclarar qué entendemos por disciplina. Diremos en primer lugar
que quién mejor ha explicado el vinculo entre disciplinas, instituciones, y trabajo en el
capitalismo es Michel Foucault: Por ello, el andlisis que exponemos a continuacidn tiene
como base su trabajo, sus producciones y abordajes.
Una de las primeras cuestiones para dimensionar ‘correctamente el aporte de
' Foucault es aclarar qué son las disciplinas y qué es el poder disciplinario (0 poder que
utiliza las disciplinas). La mera definicién de estos conceptos y de algunos elementos
del contexto social e histérico en que comienzan a extenderse las disciplinas resolveran
gran parte de nuestro anélisis sobre cual es el lugar de la escuela en la socializacién
para el trabajo capitalista.
Primera cuestién entonces: équé es el Rarer disciplinario? Foucault muestra de
forma muy precisa cémo el tiempo y el espacio se organizarén en el siglo XVIII
mediante el ejercicio de un nuevo tipo de poder que denomina poder disciplinario. Este
poder parte del principio de que es mas rentable domesticar, normalizar, y hacer mas
“productivos” a los individuos, que segregarlos 0 eliminarlos; en otras palabras, es mas
rentable vigilar que castigar (Varela, 1990).
Este poder - analitico, capilar, celular, que se forja en el detalle - comienza a
fortalecerse en ef interior de instituciones tales como la ‘escuela 0 las prisiones, y se
consolida ¥ extiende con las disciplinas, a las cuales nos referiremos a continuacién. Es
un poder productivo, en tanto que produce determinados efectos sobre los cuerpos a
los que se aplica. ‘El poder ‘disciplinario busca producir un cuerpo ddcil, un cuerpo
objeto y blanco del ejercicio del poder,
éCudl es lel contexto social, politico y econémico: en que se desarrollan estas
tecnologias de poder? éCuando surgen las disciplinas?, En la vida de los hombre
infames, Foucault afirma que la sociedad europea del siglo XIX, que habia sustituido la
religién por el Estado, se convertfa en el primer ejemplo de una civilizacién de la
vigilancia. Como veremos, eS éste el periodo de surgimiento de las sociedades
pandpticas. 2A qué necesidades respondia esta transformacién?
Ponemos a consideracién algunos elementos. Por Un lado, el ejemplo de la
Revolucién Francesa y otros movirnientos que se desarrollaron en la Ultima mitad delsiglo XVII, habian dado una muestra de que el aparato politico de una Nacién estaba
al alcance de las revueltas populares (Foucault, 1993). Por otra parte, y
fundamentalmente, el desarrollo’ de la) Industria colocé masiva y directamente al
aparato de produccién en contacto con los encargados de hacerlo funcionar. Los
talleres artesanales, las manufacturas de maquinaria limitada y relativamente simple,
no.constitufan un gran atractivo para las depredaciones 0 destrucciones globales. El
maquinismo, por el contrario, con la organizacidn de sus grandes: fabricas y sus stocks
de materias primas; la internacionalizacién del mercado y la aparicién de, grandes
centros de distribucién de mercancias, expusieron las riquezas al alcance de ataques
incesantes. :
> Estos ataques sin embargo, no provenian por lo general del exterior del aparato
de produccién (mendigos y vagabundos), sino de su interior, es decir, precisamente de
aquellos quienes debian manipular’esa riqueza para hacerla productiva. A: partir de
hechos tales como la depredacién cotidiana de los productos almacenados y hasta de
grandes destrozos de las maquinas con ‘que producian, los obreros se convertian en un
permanente peligro que amenazaba la riqueza invertida en el aparato de produccién
(Foucault, 1993). |
Pero fundamentalmente, el mayor peligro para. este creciente aparato
productivo lo constitufan los i/egalismos referidos al propio cuerpo del obrero, y al
modo en que éste era utilizado en los aparatos de produccidn. Salarios insuficientes,
descualificacién del trabajo por Ja maquina, desmesurados horarios de trabajo, un gran
numero de crisis regionales y locales, prohibicién de asociaciones, mecanismos de
endeudamiento: todo esto conducia al obrero al absentismo, la emigracin y la vida
irregular (Foucault, 1993). 1 a
De esta manera, el problema que se plantea entonces como central a
comienzos del siglo XIX, es la fijacién de los obreros al aparato de | produccién, el
problema de cémo emplazarios alli donde se los solicita, de someterlos a un ritmo fijo,
de imponerles la constancia y {a regularidad que dicho ritmo implica, en definitiva, de
convertirlos en fuerza de trabajo (Foucault, 1993). i
Es a partir de alli que proviene toda una serie de medidas que sin ser
totalmente coercitivas introducen una domesticacién de! comportamiento (la caja da
ahorros, la promocién del matrimonio, y mas tarde la ciudad obrera), y toda una
legislacién creadora de nuevos delitos (ley sobre despacho de bebidas, prohibicién de
loterfas), en fin, toda una gigantesca campafia de moralizacién obrera. |! Lo descripto hasta aqui, representa el contexto de generalizacién y masificacién
i de la institucién escolar, y de las disciplinas que en ella convergen. éCémo se
‘relaclonan estos cambios oon las formas de poder?, Segiin Foucault, a partir de fines
'\del siglo XVIII comienzan a superponerse dos tipos de ‘tecnologias de poder:
\
« — disciplinarias (tecnologias individualizantes e individualizadoras, centradas
en los cuerpos de Jos individuos y destinadas a vigilarlos, controlarlos y
adiestrarlos con el,objeto de hacerlos déciles y atiles), y
» reguladoras de la vida (bio-poder) (cuyo objeto no es tanto regular los
cuerpos individuales sino regular el cuerpo social, las poblaciones). Ambas
se articulan de manera que se refuerzan optimizando la vida individual y
social, ‘maximizando y extrayendo la fuerza de los individuos y las
colectividades (Ball, 1991).
' Ambas ponen en marcha procesos de racionalizacién y economia, y técnicas de
! un ‘poder pocg visible, microfisico (Ball, 1991). Estas tecnologfas implican la formacién
, de nuevas instituciones y saberes: por un lado, destinados a la gestién de la vida
‘ publica’ (como la estadistica, fa higiene), y por el otro, saberes destinados a
| jerarquizar, clasificar, y vigilar y adiestrar los cuerpos (la criminologia, la pedagogia, fa
| clinica, la ciencia médica) (Ball, 1991) Estos saberes, se expresan entonces como
‘| conocimiento de las poblaciones, y de los individuos sometidos al poder (disciplinas)(
. | Caruso, Dussel 1999) |
De este andlisis se desprende que lo que atraviesa esta época es un problema
relativo al cuerpo y Ja materialidad, una cuestion de fisica. El problema al que se
enfrentan las: sociedades del siglo XIX no es sino una nueva cuestién de materialidad
adoptada por el aparato productivo, un nuevo tipo de contacto entre éste y quienes lo
hacen funcionar, y ‘por tanto nuevas exigencias impuestas a los obreros (un cuerpo
obrero, concentrado, aplicado, ajustado al tiempo de la produccién) en tanto fuerzas
productivas.
it La historla que comienza en el siglo XIX no es por tanto una historia de las
ideas oes sino una Aistoria del cuerpo. Sera preciso enunciar entonces la presencia
i 4 de una fisica del poder, el ejercicio de un poder sobre los cuerpos que tlene como
\ funcién principal no su represién sino la produccién de determinadas conductas y
;, _Maneras, un poder esencialmente productivo, que se encarna en los cuerpos, y que sé
|) hace ala vez invisible (Foucault, 1993).
dUstedes se preguntaran qué tiene que ver da fo que hemos mencionado
respecto de la teoria foucaultiana del poder con Jas instituciones escolares, es decir,con las escuelas? Tal vez, si hemos sido mas 0 menos precisos puedan haber llegado a
ver, hasta ahora, que la escuela es una institucidn en la que confluyen, como, en tantas
otras - tales como los hospitales, 0 carceles- las disciplinas y regulaciones propias de
esta microfisica del poder que hemos mencionado, y que responde a lag necesidades
de un contexto econédmico y socio-politico en el que se consolidan las, instituciones
sociales burguesas y el Estado centralizado (Ferrero, Stagno, 2002). i |
Proponemos ahora, examinar la'forma escolar de educacién que se consolida
en el siglo XIX: sus disposiciones reglamentarias y normativas, la forma en que se
organizan sus espacios y funciones, como elementos a partir de los cuales se plasman.
y ejerce sobre los cuerpos estas nuevas tecnologias de poder, es decir, como técnicas
y disposiciones a partir de las cuales el poder penetra en el aula de clase.
Hacia fines del siglo XIX tuvo lugar un creciente proceso de homogeneizacisn y
centralizacién de las formas de educar, asumiendo el Estado Nacional, la funcién de
dirigir y controlar la educacién. écémo se dispuso a partir de este momento el espacio
escolar? La disposicién espacial ‘del aula de clase se presenta como una cuseirictla en
la que cada alumno ocupa un lugar y sélo un lugar, Estos lugares son equivalentes 2
intercambiables. De esta manera se da la posibilidad de unificar los cuerpos en un
mismo espacio a la vez que individualizarlos. El espacio se completa, con el lugar del
docente, el cual debe ensefiar a todos como si fueran uno (ese uno es el alumno
“normal”) y a cada uno como si fuesen todos. Este modelo leva implicita la idea de
que es posible homogeneizar a todos los cuerpos, a la ver que individualizarlos,
haciéndolos visibles y susceptibles de ser vigilados (Narodowski, 1999(a)).
El diagrama de relaciones sociales dulicas se deriva del concepto foucaultiano
de vigilancia. El proceso de vigilancia escolar implica, como otros, la produccién de
discursos acerca de los individuos sometidos a la vigilancia, y la produccién de ciertas
formas de verdad, Esto quiere decir que, a partir de la aplicacion de estas, nuevas
tecnologfas de poder sobre el cuerpo de los individuos, la escuela produce, nuevos
saberes, nuevos discursos sobre los escolares. Estos saberes no tendran sino como
utilidad el desarrollo de nuevas técnicas y dispositivos utilizados para su pacciény, su
normalizacién. La escuela es asi tanto un lugar de transmisién de saberes como de,
produccién de saberes, siendo esta doble operacién la esencia misma de la relaci6n
entre saber y poder (Foucault, 1986; Ball, 1991). ‘
La escuela se transforma de esta manera en una institucién central en la
reproduccién de una sociedad de la vigilancia, en mecanismo de regulaci6n ynormalizacién; y en un medio de formacién y transformacién de los cuerpos en funcién
de ciertas normas (Ferrero, Stagno, 2002).
a Algunas consideraciones finales '
Este recorrido histérico nos permitié adentrarnos en la funcién disciplinadora de la
escuela y asi, recuperar y analizar las categorias de la modernidad posibilitando la
comprensién de los procesos de escolarizacion y de esta manera poder construir
herramientas conceptuales que favorezcan el abordaje de los efectos simbdlicos de
clertos discursos sociales naturalizados.
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