Pascal Bruckner
LA EUFORIA PERPETUA
Sobre el deber de ser feliz
‘Traduccién de Encarna Castej6n
TusQueTsFac ee pple Se te feaice
sek grtim Inroduccion: La penitencla invisible «sss sseeesee 13
{ Primera parte: Elparaio até dondeqira quevaya 21
1. Lavida como eto y meni aes
2. La ead de oy gdp?» Ae USB
3. Lasagna dela blenaventuranea oss ssso ss 49
Segunda parte: El eino de os tibis ola invencion de
Tabanalidad ........ eel ars
eee orks Sob 4. Ladle yamarga eppeye delo pisos socisoss 78
ee 5. Losertreisos de larutna eas
6, Laverdader ida existe : 107
‘Tercera parte: La burguesia ola abyeccin del
bienestar 27
7 sai rsp pant do cot, dio
roelloere. “129
@ Laleletdad do unos edits acres 200000) 144
8, Sieldinero no hace elicad,dewodhanlal ---.- 186
Marron de sores ogra de ANSGAR,
Ocha! Sect Puan 2000 (Cuarta parte: ¢La infelicidad al margen de la ley? «171
Dene dela cue as Cott y Ramin Oe 10. Blerimen de site. 173
aes Edt, SA Bacetna | 11, kasabidura impose ssc sc ieeciescess 193
Conclusion. Eleroissan de Madame Verdurin a
Foca: Fee Rarons :
Tapes tre opel Fc Cs de Ppl dl arn, SA Nees : ey
Imprein: Ret Grae
Irmpres ntsINDICE DE RECUADROS
Sobre la frmula {Qué tl te van las cosas?» 3
Placeresirrefutables HST a as ares se
Los abonados ala mala suerte sos. ccscscsssceses 67
La transfiguracién de Ia rutina 9
La utopia del fun 94
Un terror delicioso 105
Las prisiones del calendario «...- 120
Los dos estados dela fiesta... 125
{La insipidez de los rucgos satisfechos « 11
eElgen del felicidad? .. : 7
‘Toda una vida de fracaso 154
Fitzgerald o lasalvacién por la iqueza .-.2....2. 2. 160
Lacaida delas estrellas = ....ceseec cscs 169
-Médicos y pacientes a
Elamor noes compasion vo0...0s00..
isto del budismo en Occidente? 208Introduccion
La penitencia invisibleEn 1738, el oven Mirabeau escribe una carta a su amigo
\Vauvenargues en la que le reprocha que viva al dfa, que no
convierta Ia felicidad en una meta fija: «Ay, amigo mio,
usted que piensa continuamente, usted que estudia y de
ccuyas ideas nada se halla fuera de aleance, y no se le ocurre
trazar un plan establecido con vistas alo que debe ser nues-
tro objetivo nico: la felicidad». ¥ Mirabeau enumera a's
‘seéptico corresponsal los principios que gufan su conduc-
ta: librarse de los prejuicios, preferir Ia alegrfa al mal
Jhumor, obedecer a sus inclinaciones sin dejar de depurar-
las.! Este entusiasmo juvenil puede hacernos ref. Hijo de
tuna época que pretendia inventar de nuevo al hombre y
ahuyentar la podredumbre del Antiguo Régimen, a Mirabeat
le preocupa su felicidad tanto como a otros que le precedie-
ron les preocupaba la salvacion de su alma.
‘gHemos eambiado tanto? Imaginemos a los Mirabeau
de hoy: chicas 0 chicas de todos los medios sociales, de
todos los pareceres, ansiosos por inaugurar na nueva era y
suprimir de un plumazo los escombros de un espantoso
siglo xx. Se lanzan a la existencia dvidos por ejercer sus
derechos y sobre todo por construir sus vidas tal como clos
las entienden, cada cual seguro de que la vida le reserva una
promesa de plenitud. Y a todos les habréin dicho desde la
‘mas tera edad: «Sed felices», porque ahora ya no se tienen
hijos para transmitirles unos valores o una herencia espiri-
‘ual, sino para multiplicar el nimero de personas realizadas
enel mundo.
18{Sed felices! Tras su apariencia amable, zhay exhorta-
‘ion més parad6jica, mas terrible? Se trata de un manda-
‘minto al que resulta muy difill sustraerse, porque carece
de objeto.