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La vida y el tiempo

La vida es un camino,

POESÍA que avanza sin cesar,


y el tiempo es el guía,
que nos lleva a donde ir.

LA VIDA Y LA MUERTE
La vida es un regalo, que debemos aprovechar
para amar, para crear, A veces el camino es duro,

para dejar huella en el mundo. y el tiempo parece volar,


pero si avanzamos juntos,
La muerte es un misterio, podemos llegar muy lejos.
un camino que todos debemos tomar,
pero aunque sea el final de nuestro tiempo aquí, Así que no desperdicies el
nuestra memoria y nuestras acciones tiempo,

vivirán por siempre en los corazones vive cada momento con pasión,

de quienes nos quisieron y nos recordarán porque la vida es corta,


y el tiempo siempre pasa.
Asistencia de Gerencia
CETPRO CREAR La vida y la muerte
ALFREDO MACHACA
La vida es un regalo,
Lista de poemas sobre la vida
un tesoro valioso y breve,
que debemos aprovechar Así que vivamos nuestras vidas
al máximo,
para amar, para crear,
con pasión y gratitud,
para dejar huella en el mundo.
y cuando llegue el momento,
aceptemos la muerte con
La muerte es un misterio, valentía y paz,
un camino que todos debemos sabiendo que nuestra vida tuvo
tomar, un propósito y un lugar en este mundo.
pero aunque sea el final de
nuestro tiempo aquí,
nuestra memoria y nuestras
acciones La vida y el amor
vivirán por siempre en los La vida es un camino
corazones
que se abre ante nosotros
de quienes nos quisieron y nos
recordarán. con sus altibajos y sus sorpresas
que a veces nos hacen reir

La vida y la muerte son dos y otras veces llorar


caras de la misma moneda,
dos lados de la misma historia, Pero el amor es el motor
que juntos forman un todo, que nos impulsa a seguir
un ciclo interminable de adelante
existencia.
con fuerza y determinación La vida es un misterio
Aun cuando todo parezca que siempre está en evolución
perdido
un camino lleno de altibajos
El amor nos da la esperanza
que a veces es difícil de seguir
de encontrar la felicidad

Es una mezcla de alegrías y


tristezas
El amor es un regalo de momentos brillantes y
oscuros
que nos hace ver el mundo
de decisiones difíciles y caminos
con otros ojos inciertos
Nos hace sentir vivos
y nos llena de alegría Pero a pesar de todas sus
incógnitas

Así que no temas la vida es un regalo precioso

al caminar por la vida que debe ser apreciado y


valorado
siempre lleva el amor contigo
cada día, cada momento
y verás como todo se vuelve
más luminoso
y tus días más llenos de luz. Así que vive la vida al máximo
sigue tus sueños y tus pasiones

La vida es un misterio y no tengas miedo de arriesgarte


porque al final, la vida es una Abracemos cada momento con
aventura gratitud,
que vale la pena vivir. y disfrutemos cada día que Dios
nos dar.

Que nuestros corazones estén


La vida es un regalo siempre llenos,
La vida es un regalo, de amor y de alegría pura.
un tesoro que debemos valorar. Que la vida sea un canto de
Es un camino lleno de alegría, alabanza,

que debemos seguir con fervor. a la maravillosa creación de


nuestro Señor.

La felicidad es una elección,


que podemos hacer cada día.
“Carpe Diem”, de Walt Whitman
Es una sonrisa en nuestros
rostros, No dejes que termine el día sin
haber crecido un poco,
que brilla como el sol en mayo.

sin haber sido un poco más feliz,


No dejemos que el miedo o la
tristeza,
nos roben la alegría de vivir. sin haber alimentado tus sueños.
No te dejes vencer por el Nos derriba, nos lastima, nos
desaliento. convierte en protagonistas de nuestra
propia historia…

No permitas que nadie te quite el


derecho de expresarte que es casi un Pero no dejes nunca de soñar,
deber.

porque solo a través de sus


No abandones tus ansias de sueños puede ser libre el hombre.
hacer de tu vida algo extraordinario…

No caigas en el peor error, el


No dejes de creer que las silencio.
palabras, la risa y la poesía

La mayoría vive en un silencio


sí pueden cambiar el mundo… espantoso.

Somos seres, humanos, llenos No te resignes…


de pasión.

No traiciones tus creencias.


La vida es desierto y también es Todos necesitamos aceptación,
oasis.

pero no podemos remar en


contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un
infierno.
Desperté y vi que la vida era
servicio.
Disfruta el pánico que provoca
tener la vida por delante…
Serví y descubrí que en el
servicio se encuentra la alegría.
Vívela intensamente, sin
mediocridades.
¡Qué forma tan breve y tan
poética de subrayar
Piensa que en ti está el futuro y
en enfrentar tu tarea con orgullo,
impulso y sin miedo. la importancia del servicio!

Aprende de quienes pueden “Ética”, de Yalal ad-Din


enseñarte… Muhammad Rumi
El Día de la Resurrección, Dios
preguntará,
No permitas que la vida te pase
por encima sin que la vivas…
“Durante esta estancia que te di
en la tierra,
“Dormí y soñé que…”, de
Rabindranath Tagore
Dormí y soñé que la vida era ¿qué has producido para Mí?
alegría.
¿Con qué trabajo llegaste al fin para arar el campo de las obras
de tu vida? buenas,

¿En aras de qué comida ¿cuándo comenzaron a actuar


consumiste tu fuerza? por sí mismos?”.

¿En qué gastaste el brillo de tus “Ítaca”, de Constantino Kavafis


ojos?
Cuando emprendas tu viaje a
Ítaca
¿En qué disipaste tus cinco
sentidos?
pide que el camino sea largo,

Usaste tus ojos, tus oídos y tu


intelecto lleno de aventuras, lleno de
experiencias.

y las sustancias celestiales sin


adulterar, No temas a los lestrigones ni a
los cíclopes

¿y qué compraste de la tierra?


ni al colérico Poseidón,

Te di manos y pies como pala y


pico seres tales jamás hallarás en tu
camino,
si tu pensar es elevado, si en que llegues –¡con qué placer
selecta y alegría!–

es la emoción que toca tu a puertos nunca vistos antes.


espíritu y tu cuerpo.

Detente en los emporios de


Ni a los lestrigones ni a los Fenicia
cíclopes

y hazte con hermosas


ni al salvaje Poseidón mercancías,
encontrarás,

nácar y coral, ámbar y ébano


si no los llevas dentro de tu
alma,
y toda suerte de perfumes
sensuales,
si no los yergue tu alma ante ti.

cuantos más abundantes


Pide que el camino sea largo. perfumes sensuales puedas.

Que muchas sean las mañanas Ve a muchas ciudades egipcias


de verano
a aprender, a aprender de sus
sabios.
Sin ella no habrías emprendido
el camino.
Ten siempre a Ítaca en tu mente.
Pero no tiene ya nada que darte.
Llegar allí es tu destino.
Aunque la halles pobre, Ítaca no
te ha engañado.
Mas no apresures nunca el viaje.

Así, sabio como te has vuelto,


Mejor que dure muchos años con tanta experiencia,

y atracar, viejo ya, en la isla, entenderás ya qué significan las


Ítacas.

enriquecido de cuanto ganaste


en el camino “No te rindas”, de Mario
Benedetti

sin aguantar a que Ítaca te No te rindas, aún estás a tiempo


enriquezca.

de alcanzar y comenzar de
Ítaca te brindó tan hermoso nuevo,
viaje.
aceptar tus sombras, enterrar aunque el miedo muerda,
tus miedos,

aunque el sol se esconda y se


liberar el lastre, retomar el vuelo. calle el viento,

No te rindas que la vida es eso, aún hay fuego en tu alma,

continuar el viaje, aún hay vida en tus sueños,

perseguir tus sueños, porque la vida es tuya y tuyo


también el deseo,

destrabar el tiempo,
porque lo has querido y porque
yo te quiero.
correr los escombros, y destapar
el cielo.
Porque existe el vino y el amor,
es cierto,
No te rindas, por favor, no
cedas,
porque no hay heridas que no
cure el tiempo,
aunque el frío queme,
abrir las puertas, quitar los aunque el frío queme,
cerrojos,

aunque el miedo muerda,


abandonar las murallas que te
protegieron.
aunque el sol se ponga y se
calle el viento,
Vivir la vida y aceptar el reto,

aún hay fuego en tu alma,


recuperar la risa, ensayar el
canto,
aún hay vida en tus sueños,

bajar la guardia y extender las


manos, porque cada día es un comienzo
nuevo,

desplegar las alas e intentar de


nuevo, porque esta es la hora y el mejor
momento,

celebrar la vida y retomar los


cielos. porque no estás sola, porque yo
te quiero.

No te rindas, por favor, no


cedas, “Oda a la vida”, de Pablo Neruda
La noche entera
sobre mis hombros.
con un hacha
Oh vida, copa clara,
me ha golpeado el dolor,
de pronto
pero el sueño
te llenas
pasó lavando como un agua
oscura
de agua sucia,

piedras ensangrentadas.
de vino muerto,

Hoy de nuevo estoy vivo.


de agonía, de pérdidas,

De nuevo
de sobrecogedoras telarañas,

te levanto,
y muchos creen

vida,
que ese color de infierno
guardarás para siempre. De un solo golpe nacen las
palomas.

No es cierto.
Se establece la luz sobre la
tierra.
Pasa una noche lenta,

Vida, los pobres


pasa un solo minuto

poetas
y todo cambia.

te creyeron amarga,
Se llena

no salieron contigo
de transparencia

de la cama
la copa de la vida.

con el viento del mundo.


El trabajo espacioso

Recibieron los golpes


nos espera.
sin buscarte, y entre los senos tienes

se barrenaron olor a menta.

un agujero negro Vida,

y fueron sumergiéndose eres

en el luto una máquina plena,

de un pozo solitario. felicidad, sonido

No es verdad, vida, de tormenta, ternura

eres de aceite delicado.

bella Vida,

como la que yo amo eres como una viña:


atesoras la luz y la repartes que no adopte ni halague

transformada en racimo. a la desdicha,

El que de ti reniega que la rechace dándole

que espere forma de muro,

un minuto, una noche, como a la piedra los


picapedreros,

un año corto o largo,


que corte la desdicha

que salga
y se haga con ella

de su soledad mentirosa,
pantalones.

que indague y luche, junte


La vida nos espera

sus manos a otras manos,


a todos
Sería más tonto de lo que he
sido,
los que amamos

de hecho tomaría muy pocas


el salvaje cosas con seriedad.

olor a mar y menta Sería menos higiénico.

que tiene entre los senos. Correría más riesgos,

“Instantes”, poema atribuido a haría más viajes,


Jorge Luis Borges, de Don Herold o
Nadine Stair
Si pudiera vivir nuevamente mi contemplaría más atardeceres,
vida,

subiría más montañas, nadaría


en la próxima trataría de más ríos.
cometer más errores.

Iría a más lugares adonde nunca


No intentaría ser tan perfecto, he ido,
me relajaría más.

comería más helados y menos


habas,
solo de momentos; no te pierdas
el ahora.
tendría más problemas reales y
menos imaginarios.
Yo era uno de esos que nunca
Yo fui una de esas personas que
vivió sensata
iba a ninguna parte sin un
termómetro,
y prolíficamente cada minuto de
su vida;
una bolsa de agua caliente,

claro que tuve momentos de


alegría. un paraguas y un paracaídas;

Pero si pudiera volver atrás si pudiera volver a vivir, viajaría


trataría más liviano.

de tener solamente buenos Si pudiera volver a vivir


momentos.

comenzaría a andar descalzo a


Por si no lo saben, de eso está principios
hecha la vida,
de la primavera
La vida es
y seguiría descalzo hasta
concluir el otoño.
una gota de rocío

Daría más vueltas en calesita,


al amanecer;

contemplaría más amaneceres,


que se desvanece

y jugaría con más niños,


en el cielo

si tuviera otra vez vida por


delante. al mediodía.

Pero ya ven, tengo 85 años… Cae en lluvia

y sé que me estoy muriendo. al atardecer;

“¿Qué es la vida?”, de Patricio para fundirse


Aguilar
¿Qué es la vida? con el mar
al anochecer. que el hombre que vive, sueña

9. “La vida es sueño”, fragmento, lo que es, hasta despertar.


de Pedro Calderón de la Barca
Es verdad, pues: reprimamos
Sueña el rey que es rey, y vive

esta fiera condición,


con este engaño mandando,

esta furia, esta ambición,


disponiendo y gobernando;

por si alguna vez soñamos.


y este aplauso, que recibe

Y sí haremos, pues estamos


prestado, en el viento escribe

en mundo tan singular,


y en cenizas le convierte

que el vivir solo es soñar;


la muerte (¡desdicha fuerte!):

y la experiencia me enseña,
¡que hay quien intente reinar
viendo que ha de despertar todos sueñan lo que son,

en el sueño de la muerte! aunque ninguno lo entiende.

Sueña el rico en su riqueza, Yo sueño que estoy aquí,

que más cuidados le ofrece; destas prisiones cargado;

sueña el pobre que padece y soñé que en otro estado

su miseria y su pobreza; más lisonjero me vi.

sueña el que a medrar empieza, ¿Qué es la vida? Un frenesí.

sueña el que afana y pretende, ¿Qué es la vida? Una ilusión,

sueña el que agravia y ofende, una sombra, una ficción,

y en el mundo, en conclusión, y el mayor bien es pequeño;


que toda la vida es sueño, ¿Qué vale más? ¿Examinar
nuestra conciencia sentados en una
taberna
y los sueños, sueños son.

o prosternarnos en una mezquita


“Rubayiat”, fragmento, de Omar con el alma ausente?
Khayyam
I No me preocupa saber si
tenemos un Dios

Todos saben que jamás


murmuré una oración. ni el destino que nos reserva.

Todos saben también que jamás III


traté de disimular mis defectos.

Sé compasivo con los


Ignoro si existen una Justicia y bebedores. No olvides que tú tienes
una Misericordia. otros defectos.

Si las hay, estoy en paz, porque Si quieres alcanzar la paz y la


siempre fui sincero. serenidad,

II
piensa en los desheredados de Puesto que ignoras lo que te
la vida y en los pobres que viven en el reserva el mañana, esfuérzate por ser
infortunio. feliz hoy.

Entonces te sentirás feliz. Toma un cántaro de vino,


siéntate a la luz de la luna

IV
y bebe pensando en que
mañana
Procede en forma tal que tu
prójimo no se sienta humillado con tu
sabiduría. quizá la luna te busque
inútilmente.

Domínate, domínate. Jamás te


abandones a la ira. VI

Si quieres conquistar la paz De cuando en cuando los


definitiva, hombres leen el Corán, el libro por
excelencia.

sonríe al Destino que se ensaña


contigo y nunca te ensañes con nadie. ¿Pero quién es el que a diario se
deleita con su lectura?

V
En el borde de todos los cálices
colmados de vino,
Confórmate en este mundo con
pocos amigos.
triunfa cincelada una secreta
verdad que debemos saborear.
No busques propiciar la simpatía
que alguien te inspiró
VII
Antes de estrechar la mano de
un hombre,
Nuestro tesoro es el vino y
nuestro palacio la taberna.
piensa si ella no ha de golpearte
un día.
La sed y la embriaguez son
nuestras fieles compañeras.
IX
Ignoramos el miedo porque
sabemos que nuestras almas, nuestros
corazones, nuestros cálices Antaño, este jarrón era un pobre
enamorado

y nuestras vestes manchadas,


nada tienen que temer del polvo, del que sufría ante la indiferencia de
agua ni del fuego. una mujer.

VIII El asa del borde era el brazo


que ceñía el cuello de su No importa cuál… ¡No soy
bienamada. exigente!

X En verdad, al mejor lo
encontraré

¡Cuán pobre el corazón que no


sabe amar, tan amargo como la vida.

que no puede embriagarse de XII


amor! Si no amas,

Sabes que no tienes poder


¿cómo te explicas la luz sobre tu destino.
cegadora del sol

¿Por qué esa incertidumbre del


y la más leve claridad que trae la mañana ha de causarte miedo?
luna?

Si eres sabio, goza del momento


XI presente.

Toda mi juventud retoña hoy. ¿El porvenir? ¿Qué te puede


¡Sírveme vino! traer el porvenir?
Si pudo cosecharlo del árbol de
la Ciencia,
XIII

sabe que los días pasados y los


He aquí la estación inefable, la días por venir
estación de la esperanza,

en nada se distinguen del


la estación en que las almas alucinante primer día de la Creación.
sedientas de otras almas buscan una
quietud perfumada.
XV
Cada flor, ¿es acaso la blanca
mano de Moisés?
Más allá de los límites de la
Tierra, más allá del límite Infinito,
Cada brisa, ¿es acaso el tibio
aliento de Jesús?
buscaba yo el Cielo y el Infierno.

XIV
Pero una voz severa me advirtió:

No anda seguro por el Sendero


el hombre que no ha recogido el fruto “El Cielo y el Infierno están en
de la verdad. ti”.

XVI
Nada me aflige ya. ¡Levántate ¡Tan seductora es la caricia del
para ofrecerme vino! Presente!

Tu boca esta noche, es la más XVIII


bella rosa del mundo… ¡Escancia vino!

¿Insistiré aún en colmar de


¡Que sea carmín como tus piedras el Océano?
mejillas y haga leves movimientos

Solo desprecio siento por los


como ligeros son tus bucles! libertinos y los devotos. Khayyám:

XVII ¿Quién puede afirmarte que irás


al Cielo o al Infierno? Ante todo: ¿Qué
entenderemos por tales palabras?
La brisa de la primavera refresca
el cuerpo de las rosas.
¿Conoces a alguien que haya
visitado estas regiones misteriosas?
Y en la sombra azulada del
jardín, acaricia también el cuerpo de mi
amada. XIX

A pesar de la plenitud que ¡Aunque bebedor, ignoro quién


gozamos, olvido nuestro pasado. te modeló, ánfora inmensa!
El que ayer murió y el que
mañana no ha nacido.
Solo sé que eres capaz de
contener tres medidas de vino y que un
día
XXI

la Muerte te romperá. Entonces


me preguntaré largo tiempo por qué ¿Cuándo nací? ¿Cuándo
fuiste creada, moriré?

por qué fuiste feliz y porqué no Nadie recuerda el día de su


eres más que polvo. nacimiento ni es capaz de prever el de
su muerte.

XX
¡Ven dócil, bien amada!

Fugaces son nuestros días y


huyen Quiero olvidar en la embriaguez
el dolor de nuestra ignorancia.

como el agua de los ríos y los


vientos del desierto. XXII

Empero, dos días me dejan Khayyám, cosiendo las tiendas


indiferentes: de la sabiduría,
cayó en la hoguera del Dolor y
fue convertido en cenizas.
En los monasterios, las
sinagogas y las mezquitas
El ángel Azrael separó las
cuerdas de su tienda.
hallan refugio los débiles
temerosos del Infierno.
La Muerte le ofrendó su gloria
por una canción.
Pero el hombre que ha
experimentado el poder de Dios,
XXIII
no cultiva en su corazón las
malas semillas del miedo y de la
¿Por qué te angustia, Khayyám, súplica.
el excesivo pecar?

XXV
Inútil es tu tristeza.

Suelo ir a sentarme en
¿Qué hay después de la primavera, a la riba de un campo
Muerte? florecido.

La Nada o la Misericordia. Cuando una esbelta doncella me


ofrece su cáliz de vino,

XXIV
no pienso para nada en mi Demos por supuesto que hayas
salud. resuelto el enigma de la Creación.
Pero, ¿conoces tu destino?

En verdad, valdría menos que


un perro si tuviese tan grosera Demos por supuesto que hayas
preocupación. despojado de todas sus vestes a la
verdad, pero,

XXVI
¿conoces tu destino? Demos por
supuesto que hayas sido feliz durante
El mundo inabarcable: Un grano cien años
de polvo en el espacio.

y que cien otros te esperen


Toda la ciencia del hombre: Las todavía. Pero, ¿conoces tu destino?
palabras.

XXVIII
Los pueblos, las bestias y las
flores de siete climas son sombras.
Convéncete bien de esto: Un día
tu alma dejará el cuerpo
La Nada es el fruto de tu
constante meditación.
y serás arrastrado tras un velo
fluctuante entre el mundo y lo
XXVII incognoscible.
Mientras esperas, ¡sé feliz!
¡Instrúyeme tú, Khayyám, que
tanto has estudiado!”.
No sabes cuál es tu origen e
ignoras cuál es tu destino.
Al pronunciar la primera letra del
alfabeto, me replicó el corazón:
XXIX

“Ahora ya sé, Uno es la primera


Los mayores sabios y filósofos cifra del número que nunca tiene fin”.

caminaron en las tinieblas de la XXXI


ignorancia.

Nadie puede comprender lo


Con todo fueron la lumbre de su inefable.
época.

Nadie es capaz de ver lo que se


Pero, ¿qué hicieron? Pronunciar oculta detrás de lo aparente.
algunas frases y luego dormitar.

Todas nuestras moradas son


XXX provisionales, salvo la última:

Me dijo el corazón: “Quiero La morada de la tierra. ¡Bebe


conocer, quiero aprender. vino! ¡Basta de inútiles palabras!
XXXII Con ánimo valiente, acepta el
dolor sin la esperanza de un remedio
inexistente.
La vida no es más que un juego
monótono
Sonríe ante la desgracia y no le
pidas a nadie que te sonría: perderás el
en el que con certeza tiempo.
encontrarás dos premios:

XXXIV
El dolor y la muerte. ¡Feliz el
niño que murió al poco de nacer!
Gira la rueda de la fortuna sin
reparar en los pronósticos de los
¡Más feliz aún aquel que no tocó sabios.
el mundo!

Renuncia a la vanidad de contar


XXXIII los astros y medita mejor sobre esta
certeza:

En la feria que atraviesas, no


procures encontrar algún amigo. Has de morir, no volverás a
soñar y los gusanos del sepulcro

Tampoco busques sólido


refugio. o los perros vagabundos
devorarán lo que quede de tu cuerpo.
Labios como rubíes, guedejas
embalsamadas:
XXXV

¿Qué número alcanzasteis en la


Cuando tuve sueño, la Sabiduría tierra?
me dijo:

XXXVII
Las rosas de la Felicidad no
perfuman el sueño de nadie.
Imposible observar el cielo.
¡Llevo en los ojos un cendal de
En vez de abandonarte a este lágrimas!
hermano de la Muerte, ¡bebe vino!

Gráciles chispas son las


¡Tienes la eternidad para dormir! hogueras del Infierno

XXXVI frente a las llamas que me


consumen.

El Creador del mundo y las


estrellas se excedió cuando determinó, El Paraíso para mí, no es más
que un instante de paz.

que el dolor habría de existir


entre los hombres. XXXVIII
Sueño sobre la tierra, sueño y cien Bahrâms con el amor
bajo la tierra, soñaron, para despertar todos con
dolor y en llanto!

cuerpos que yacen.


XL

Por doquiera es la nada.


Desierto de la nada. El viento sur secó la rosa a la
que el ruiseñor cantaba sus alabanzas.

Seres que llegan. Seres que se


extinguen. ¿Debemos llorar por su muerte o
por nuestra supervivencia?

XXXIX
Cuando la Muerte seque
nuestras faces,
Viejo mundo cruzado al galope

otras rosas lucirán sus gracias.


por el caballo blanco del día y el
caballo negro de la Noche:
XLI

¡Eres el lúgubre palacio donde


cien Djemchids soñaron con la gloria Renuncia a la recompensa que
merecías. Sé feliz.
No te lamentes por nada. No XLIII
anheles nada.

¡Bebe vino! Lograrás la vida


Lo que te ha de suceder, eterna.

escrito está en el Libro que El vino es el único capaz de


hojea al azar el viento de la Eternidad. restituirte la juventud.

XLII ¡Divina estación de las rosas, del


vino y de los buenos amigos!

Cuando oigo que divagan acerca


de los gozos reservados a los elegidos, ¡Goza del instante fugitivo de tu
vida!

me limito a exclamar: “Yo solo


confío en el vino. XLIV

¡Moneda constante y nada de ¡Bebe vino!


promesas!

Largo será el tiempo que habrás


El ruido del tambor, solo a la de dormir
distancia se hace agradable…”.
bajo tierra sin compañía de ¡Cuídate de no estropear la
mujer y sin amigo. arcilla con que fue amasado Adán!

Oye este secreto: los tulipanes Adivino sobre tu torno la mano


secos ya no resucitan. de Féridun y el corazón de Khosrou.

XLV ¿Qué pretendes hacer?

En voz baja dijo la arcilla XLVII

al alfarero que la amasaba: El tulipán extrae su púrpura

“No olvides que alguna vez fui de la sangre de un emperador


como tú. muerto.

¡No me maltrates!”. Y la violeta nace del lunar

XLVI que adornaba las facciones de


un adolescente.

Alfarero, si eres prudente,


XLVIII
Hace infinidad de siglos que se Quizá nació de las cenizas de
suceden crepúsculos y auroras. hermosos rostros donde triunfó el brillo
de rojos tulipanes.

Hace infinidad de siglos que los


astros trazan su ronda. L

Amasa la tierra con cuidado, Vi ayer a un alfarero trabajando.


acaso el terrón que vas a aplastar

Modelaba los flancos y las asas


fue antaño el ojo lánguido de un de un cántaro.
adolescente.

El barro amasado eran


XLIX

cráneos de sultanes y manos de


Acaso brotan de los labios mendigos.
yertos de una mujer

LI
las raíces del narciso tembloroso
al borde del arroyo.
El bien y el mal luchan por
obtener la primacía en este mundo.
¡Roza con leve pie el césped
que hunden tus pasos!
El cielo no es responsable de la LIII
gloria o la desgracia que el destino nos
depara.
¡Actúa con prudencia, viajero!

Ni le agradezcas ni le acuses.
Peligroso es el camino que
transitas y afilada la daga del Destino.
Está lejos tanto de tus goces
como de tus penas.
No te hartes con las almendras
dulces.
LII

Contienen veneno.
Si sembraste en tu corazón la
semilla del Amor,
LIV

no fue inútil tu vida.


Un jardín, una cimbreante
doncella, un cántaro de vino,
Tampoco si intentaste escuchar
la voz de Dios.
mi deseo y mi amargura:

Y menos aún, si con sonrisa


ligera ofrendaste al placer tu cáliz. He aquí mi Paraíso y mi Infierno.
Pero ¿quién ha recorrido el Cielo El menor toque es fatal a la rosa
o el Infierno? demasiado vivaz.

LV Bebe vino y contempla la luna;


trata, si puedes,

Tú, cuyas mejillas eclipsan a la


eglantina de los campos; de evocar las muertas
civilizaciones que alumbró en su
apogeo.
tú, cuyo rostro finge un ídolo
chino:
LVII

¿Sabes acaso que tu mirar


aterciopelado trocó Escucha lo que la sabiduría te
repite día tras día:

al rey de Babilonia en alfil que


huye de la reina? La vida es breve.

LVI En nada eres semejante a las


plantas

La vida continúa. ¿Qué queda


de Balk y de Bagdad? que retoñan luego de podadas.
“Malas manos tomaron tu vida”, al recibir tu cuerpo de niño
de Gabriela Mistral dolorido.
Del nicho helado en que los
hombres te pusieron,
Luego iré espolvoreando tierra y
polvo de rosas,
te bajaré a la tierra humilde y
soleada.
y en la azulada y leve polvoreda
de luna,
Que he de dormirme en ella los
hombres no supieron,
los despojos livianos irán
quedando presos.
y que hemos de soñar sobre la
misma almohada.
Me alejaré cantando mis
venganzas hermosas,
Te acostaré en la tierra soleada
con una
¡porque a ese hondor recóndito
la mano de ninguna
dulcedumbre de madre para el
hijo dormido,
bajará a disputarme tu puñado
de huesos!
y la tierra ha de hacerse
suavidades de cuna
II
Este largo cansancio se hará
mayor un día,
Solo entonces sabrás el por qué
no madura
y el alma dirá al cuerpo que no
quiere seguir
para las hondas huesas tu carne
todavía,
arrastrando su masa por la
rosada vía,
tuviste que bajar, sin fatiga, a
dormir.
por donde van los hombres,
contentos de vivir…
Se hará luz en la zona de los
sinos, oscura:
Sentirás que a tu lado cavan
briosamente,
sabrás que en nuestra alianza
signo de astros había
que otra dormida llega a la
quieta ciudad.
y, roto el pacto enorme, tenías
que morir…
Esperaré que me hayan cubierto
totalmente…
III

¡y después hablaremos por una


eternidad! Malas manos tomaron tu vida
desde el día
¡No le puedo gritar, no le puedo
seguir!
en que, a una señal de astros,
dejara su plantel
Su barca empuja un negro
viento de tempestad.
nevado de azucenas. En gozo
florecía.
Retórnalo a mis brazos o le
siegas en flor”.
Malas manos entraron
trágicamente en él…
Se detuvo la barca rosa de su
vivir…
Y yo dije al Señor: “Por las
sendas mortales
¿Que no sé del amor, que no
tuve piedad?
le llevan. ¡Sombra amada que
no saben guiar!
¡Tú, que vas a juzgarme, lo
comprendes, Señor!
¡Arráncalo, Señor, a esas manos
fatales
“La vida es sueño”, de Vicente
Huidobro
o le hundes en el largo sueño
que sabes dar! Los ojos andan de día en día
Las princesas posan de rama en
rama
con las alas rotas como
corbatas.
como la sangre de los enanos
La sangre cae de rama en rama
que cae igual que todas sobre
las hojas
de ojo en ojo y de voz en voz.

cuando llega su hora de noche


en noche. La sangre cae como corbatas

Las hojas muertas quieren no puede huir saltando como los


hablar enanos

son gemelas de voz dolorida cuando las princesas pasan

son la sangre de las princesas hacia sus astros doloridos.

y los ojos de rama en rama Como las alas de las hojas

que caen igual que los astros como los ojos de las olas
viejos
como las hojas de los ojos
“Aprenderás”, de William
Shakespeare
como las olas de las alas.
Después de algún tiempo
aprenderás la diferencia entre dar la
Las horas caen de minuto en mano y socorrer a un alma…
minuto

Y aprenderás que amar no


como la sangre significa apoyarse, y que compañía no
siempre significa seguridad…

que quiere hablar.


Comenzarás a aprender que los
besos no son contratos, ni regalos, ni
“Eternidad”, de William Blake promesas…

Quien a sí encadenare una


alegría Comenzarás a aceptar tus
derrotas con la cabeza erguida y la
mirada al frente,
malogrará la vida alada.

con la gracia de un adulto y no


Pero quien la alegría besare en con la tristeza de un niño…
su aleteo

Y aprenderás a construir hoy


vive en el alba de la eternidad. todos tus caminos,
Aprenderás que las verdaderas
amistades continúan creciendo a pesar
porque el terreno de mañana es de las distancias…
incierto para los proyectos y el futuro
tiene la costumbre de caer en el vacío.
Y que no importa qué es lo que
tienes, sino a quién tienes en la vida…
Después de un tiempo
aprenderás que el sol quema si te
expones demasiado…
Y que los buenos amigos son la
familia que nos permitimos elegir…
Aceptarás que incluso las
personas buenas podrían herirte
alguna vez y necesitarás perdonarlas… Aprenderás que no tenemos que
cambiar de amigos, si estamos
dispuestos a aceptar que los amigos
cambian…
Aprenderás que hablar puede
aliviar los dolores del alma…
Te darás cuenta que puedes
pasar buenos momentos con tu mejor
Descubrirás que lleva años amigo haciendo cualquier cosa o nada,
construir confianza y apenas unos
segundos destruirla,
solo por el placer de disfrutar su
compañía…
y que tú también podrás hacer
cosas de las que te arrepentirás el
resto de la vida…
Descubrirás que muchas veces Descubrirás que se lleva mucho
tomas a la ligera a las personas que tiempo para llegar a ser la persona que
más te importan, quieres ser,

y por eso siempre debemos y que el tiempo es corto.


decir a esas personas que las
amamos, porque nunca
Aprenderás que no importa a
dónde llegaste, si no a dónde te diriges
estaremos seguros de cuándo
será la ultima vez que las veamos…
y si no lo sabes cualquier lugar
sirve…
Aprenderás que las
circunstancias y el ambiente que nos
rodea tienen influencia sobre nosotros, Aprenderás que si no controlas
tus actos,

pero nosotros somos los únicos


responsables de lo que hacemos… ellos te controlarán y que ser
flexible no significa ser débil o no tener
personalidad,
Comenzarás a aprender que no
nos debemos comparar con los demás,
porque no importa cuán delicada
y frágil sea una situación:
salvo cuando queramos imitarlos
para mejorar…
siempre existen dos lados.
Aprenderás que nunca se debe
decir a un niño que sus sueños son
Aprenderás que héroes son las tonterías,
personas que hicieron lo que era
necesario, enfrentando las
consecuencias…
porque pocas cosas son tan
humillantes y sería una tragedia si lo
creyese porque
Aprenderás que la paciencia
requiere mucha práctica.
le estarás quitando la
esperanza…
Descubrirás que algunas veces,
la persona que esperas que te patee
cuando te caes,
Aprenderás que cuando sientes
rabia, tienes derecho a
tal vez sea una de las pocas que
te ayuden a levantarte.
tenerla, pero eso no te da el
derecho de ser cruel…
Madurar tiene más que ver con
lo que has aprendido de las
experiencias, que con los años vividos. Descubrirás que solo porque
alguien no te ama de la forma que
quieres,
Aprenderás que hay mucho más
de tus padres en ti de lo que supones.
no significa que no te ame con
todo lo que puede,
porque hay personas que nos Aprenderás que el tiempo no es
aman, pero que no saben cómo algo que pueda volver hacia atrás,
demostrarlo…

por lo tanto, debes cultivar tu


No siempre es suficiente ser propio jardín y decorar tu alma,
perdonado por alguien,

en vez de esperar que alguien te


algunas veces tendrás que traiga flores.
aprender a perdonarte a ti mismo…

Entonces, y solo entonces,


Aprenderás que con la misma sabrás realmente lo que puedes
severidad con que juzgas, soportar;

también serás juzgado y en que eres fuerte y que podrás ir


algún momento condenado… mucho más lejos de lo que pensabas
cuando creías que no se podía más.

Aprenderás que no importa en


cuántos pedazos tu corazón se partió, Es que realmente la vida vale
cuando tienes el valor de ¡enfrentarla!

el mundo no se detiene para que


lo arregles… “Muere la vida y vivo yo sin
vida”, de Lope de Vega
Muere la vida, y vivo yo sin vida,
¿tiene tu Dios abierto el lado
izquierdo,
ofendiendo la vida de mi muerte,

y no te vuelves un copioso río?


sangre divina de las venas
vierte,
Morir por él será divino acuerdo,
y mi diamante su dureza olvida.
mas eres tú mi vida, Cristo mío,
Está la majestad de Dios tendida
y como no la tengo, no la pierdo.
en una dura cruz, y yo de suerte
“Vientos del pueblo”, de Miguel
Hernández
que soy de sus dolores el más
fuerte, Vientos del pueblo me llevan,

y de su cuerpo la mayor herida. vientos del pueblo me arrastran,

¡Oh, duro corazón de mármol me esparcen el corazón


frío!,

y me aventan la garganta.
Los bueyes doblan la frente,
y cordilleras de toros
impotentemente mansa,
con el orgullo en el asta.
delante de los castigos:
Nunca medraron los bueyes
los leones la levantan
en los páramos de España.
y al mismo tiempo castigan
¿Quién habló de echar un yugo
con su clamorosa zarpa.
sobre el cuello de esta raza?
No soy de un pueblo de bueyes,
¿Quién ha puesto al huracán
que soy de un pueblo que
embargan
jamás ni yugos ni trabas,

yacimientos de leones,
ni quién al rayo detuvo

desfiladeros de águilas
prisionero en una jaula?
Asturianos de braveza, extremeños de centeno,

vascos de piedra blindada, gallegos de lluvia y calma,

valencianos de alegría catalanes de firmeza,

y castellanos de alma, aragoneses de casta,

labrados como la tierra murcianos de dinamita

y airosos como las alas; frutalmente propagada,

andaluces de relámpagos, leoneses, navarros, dueños

nacidos entre guitarras del hambre, el sudor y el hacha,

y forjados en los yunques reyes de la minería,

torrenciales de las lágrimas; señores de la labranza,


hombres que entre las raíces, Los bueyes mueren vestidos

como raíces gallardas, de humildad y olor de cuadra;

vais de la vida a la muerte, las águilas, los leones

vais de la nada a la nada: y los toros de arrogancia,

yugos os quieren poner y detrás de ellos, el cielo

gentes de la hierba mala, ni se enturbia ni se acaba.

yugos que habéis de dejar La agonía de los bueyes

rotos sobre sus espaldas. tiene pequeña la cara,

Crepúsculo de los bueyes la del animal varón

está despuntando el alba. toda la creación agranda.


Si me muero, que me muera “Coplas a la muerte de su
padre”, de Jorge Manrique
Recuerde el alma dormida,
con la cabeza muy alta.

avive el seso y despierte


Muerto y veinte veces muerto,

contemplando
la boca contra la grama,

cómo se pasa la vida,


tendré apretados los dientes

cómo se viene la muerte


y decidida la barba.

tan callando;
Cantando espero a la muerte,

cuán presto se va el plazer,


que hay ruiseñores que cantan

cómo, después de acordado,


encima de los fusiles

da dolor;
y en medio de las batallas.
cómo, a nuestro parescer, Non se engañe nadie, no,

cualquiera tiempo passado pensando que ha de durar

fue mejor. lo que espera

II más que duró lo que vio,

Y pues vemos lo presente pues que todo ha de pasar

cómo en un punto s’es ido por tal manera.

y acabado, III

si juzgamos sabiamente, Nuestras vidas son los ríos

daremos lo non venido que van a dar en la mar,

por passado. qu’es el morir;


allí van los señoríos Dexo las invocaciones

derechos a se acabar de los famosos poetas

y consumir; y oradores;

allí los ríos caudales, no curo de sus ficciones,

allí, los otros, medianos que traen yerbas secretas

y más chicos, sus sabores.

allegados, son iguales A aquel solo m’encomiendo,

los que viven por sus manos A aquel solo invoco yo

y los ricos. de verdad,

IV que en este mundo viviendo,


el mundo non conosció andamos mientra vivimos,

su deidad. e llegamos

V al tiempo que feneçemos;

Este mundo es el camino assí que cuando morimos,

para el otro, qu’es morada descansamos.

sin pesar; VI

mas cumple tener buen tino Este mundo bueno fue

para andar esta jornada si bien usásemos dél

sin errar. como debemos,

Partimos cuando nascemos, porque, segund nuestra fe,


es para ganar aquél tornar la cara fermosa

que atendemos. corporal,

Aun aquel fijo de Dios como podemos hazer

para sobirnos al cielo el ánima glorïosa

descendió angelical,

a nescer acá entre nos, ¡qué diligencia tan viva

y a vivir en este suelo toviéramos toda hora

do murió. y tan presta,

VII en componer la cativa,

Si fuesse en nuestro poder dexándonos la señora


descompuesta! que contecen,

VIII dellas, por su calidad,

Ved de cuán poco valor en los más altos estados

son las cosas tras que andamos desfallescen.

y corremos, IX

que, en este mundo traidor, Dezidme: La hermosura,

aun primero que muramos la gentil frescura y tez

las perdemos. de la cara,

Dellas deshaze la edad, la color y la blancura,

dellas casos desastrados cuando viene la vejez,


¿cuál se para? tan crescida,

Las mañas y ligereza ¡por cuántas vías y modos

y la fuerça corporal se pierde su grand alteza

de juventud, en esta vida!

todo se torna graveza Unos, por poco valer,

cuando llega el arrabal por cuán baxos y abatidos

de senetud. que los tienen;

X otros que, por non tener,

Pues la sangre de los godos, con oficios non devidos

y el linaje y la nobleza se mantienen.


XI la cual non puede ser una

Los estados y riqueza, ni ser estable ni queda

que nos dexen a deshora en una cosa.

¿quién lo duda?, XII

non les pidamos firmeza, Pero digo c’acompañen

pues que son d’una señora y lleguen fasta la fuessa

que se muda: con su dueño:

que bienes son de Fortuna por esso no nos engañen,

que revuelven con su rueda pues se va la vida apriessa

presurosa, como sueño,


y los deleites d’acá no son sino corredores,

son, en que nos deleitamos, y la muerte, la çelada

temporales, en que caemos.

y los tormentos d’allá, Non mirando a nuestro daño,

que por ellos esperamos, corremos a rienda suelta

eternales. sin parar;

XIII cuando vemos el engaño

Los plazeres e dulçores y queremos dar la vuelta

desta vida trabajada no hay lugar.

que tenemos, XIV


Esos reyes poderosos como a los pobres pastores

que vemos por escripturas de ganados.

ya passadas XV

con casos tristes, llorosos, Dexemos a los troyanos,

fueron sus buenas venturas que sus males non los vimos,

trastornadas; ni sus glorias;

assí, que no hay cosa fuerte, dexemos a los romanos,

que a papas y emperadores aunque oímos y leímos

y prelados, sus vitorias;

assí los trata la muerte non curemos de saber


lo d’aquel siglo passado qué de tanta invención

qué fue d’ello; como traxieron?

vengamos a lo d’ayer, Las justas y los torneos,

que también es olvidado paramentos, bordaduras

como aquello. y cimeras,

XVI ¿fueron sino devaneos,

¿Qué se hizo el rey don Joan? qué fueron sino verduras

Los infantes d’Aragón de las heras?

¿qué se hizieron? XVII

¿Qué fue de tanto galán, ¿Qué se hizieron las damas,


sus tocados e vestidos, que traían?

sus olores? XVIII

¿Qué se hizieron las llamas Pues el otro, su heredero

de los fuegos encendidos don Enrique, ¡qué poderes

d’amadores? alcançaba!

¿Qué se hizo aquel trovar, ¡Cuánd blando, cuánd halaguero

las músicas acordadas el mundo con sus plazeres

que tañían? se le daba!

¿Qué se hizo aquel dançar, Mas verás cuánd enemigo,

aquellas ropas chapadas cuánd contrario, cuánd cruel


se le mostró; del tesoro,

habiéndole sido amigo, los jaezes, los caballos

¡cuánd poco duró con él de sus gentes e atavíos

lo que le dio! tan sobrados

XIX ¿dónde iremos a buscallos?;

Las dávidas desmedidas, ¿qué fueron sino rocíos

los edeficios reales de los prados?

llenos d’oro, XX

las vaxillas tan febridas Pues su hermano el innocente

los enriques e reales qu’en su vida sucesor


se llamó, XXI

¡qué corte tan excellente Pues aquel grand Condestable,

tuvo, e cuánto grand señor maestre que conoscimos

le siguió! tan privado,

Mas, como fuesse mortal, non cumple que dél se hable,

metióle la Muerte luego sino sólo que lo vimos

en su fragua. degollado.

¡Oh jüicio divinal!, Sus infinitos tesoros,

cuando más ardía el fuego, sus villas y sus lugares,

echaste agua. su mandar,


¿qué le fueron sino lloros?, aquella prosperidad

¿qué fueron sino pesares qu’en tan alto fue subida

al dexar? y ensalzada,

XXII ¿qué fue sino claridad

Pues los otros dos hermanos, que cuando más encendida

maestres tan prosperados fue amatada?

como reyes, XXIII

c’a los grandes e medianos Tantos duques excelentes,

truxeron tan sojuzgados tantos marqueses y condes

a sus leyes; y varones


como vimos tan potentes, Las huestes inumerables,

dí, Muerte, ¿dó los escondes, los pendones, estandartes

y traspones? y banderas,

Y sus muy claras hazañas los castillos impugnables,

que hizieron en las guerras los muros y balüartes

y en las pazes, y barreras,

cuando tú, cruda, t’ensañas, la cava honda, chapada,

con tu fuerça, las atierras o cualquier otro reparo,

e desfazes. ¿qué aprovecha?

XXIV Cuando tú vienes airada,


todo lo passas de claro non cumple que los alabe,

con tu flecha. pues los vieron;

XXV ni los quiero hazer caros,

Aquel de buenos abrigos, pues qu’el mundo todo sabe

amado, por virtuoso, cuáles fueron.

de la gente, XXVI

el maestre don Rodrigo Amigo de sus amigos,

Manrique, tanto famoso ¡qué señor para criados

y tan valiente; y parientes!

sus hechos grandes y claros ¡Qué enemigo d’enemigos!


¡Qué maestro d’esforçados Julio César en vencer

y valientes! y batallar;

¡Qué seso para discretos! en la virtud, Africano;

¡Qué gracia para donosos! Aníbal en el saber

¡Qué razón! y trabajar;

¡Qué benino a los sujetos! en la bondad, un Trajano;

¡A los bravos y dañosos, Tito en liberalidad

qué león! con alegría;

XXVII en su braço, Aureliano;

En ventura, Otavïano, Marco Atilio en la verdad


que prometía. de la guerra;

XXVIII un Constantino en la fe,

Antoño Pío en clemencia; Camilo en el grand amor

Marco Aurelio en igualdad de su tierra.

del semblante; XXIX

Adriano en la elocuencia; Non dexó grandes tesoros,

Teodosio en humanidad ni alcançó muchas riquezas

y buen talante. ni vaxillas;

Aurelio Alexandre fue mas fizo guerra a los moros

en desciplina y rigor ganando sus fortalezas


y sus villas; ¿cómo s’hubo?

y en las lides que venció, Quedando desamparado,

cuántos moros y cavallos con hermanos e criados

se perdieron; se sostuvo.

y en este oficio ganó Después que fechos famosos

las rentas y los vasallos fizo en esta misma guerra

que le dieron. que hazía,

XXX fizo tratos tan honrosos

Pues por su honra y estado, que le dieron aun más tierra

en otros tiempos passados que tenía.


XXXI alcançó la dignidad

Estas sus viejas estorias de la grand Caballería

que con su braço pintó dell Espada.

en juventud, XXXII

con otras nuevas vitorias Y sus villas y sus tierras,

agora las renovó ocupadas de tiranos

en senetud. las halló;

Por su gran abilidad, mas por çercos y por guerras

por méritos y ancianía y por fuerça de sus manos

bien gastada, las cobró.


Pues nuestro rey natural, después de tan bien servida

si de las obras que obró la corona de su rey

fue servido, verdadero;

dígalo el de Portugal, después de tanta hazaña

y, en Castilla, quien siguió a que non puede bastar

su partido. cuenta cierta,

XXXIII en la su villa d’Ocaña

Después de puesta la vida vino la Muerte a llamar

tantas vezes por su ley a su puerta,

al tablero; XXXIV
diziendo: “Buen caballero, para sofrir esta afruenta

dexad el mundo engañoso que os llama”.

y su halago; XXXV

vuestro corazón d’azero “Non se os haga tan amarga

muestre su esfuerço famoso la batalla temerosa

en este trago; qu’esperáis,

y pues de vida y salud pues otra vida más larga

fezistes tan poca cuenta de la fama glorïosa

por la fama; acá dexáis.

esfuércese la virtud Aunqu’esta vida d’honor


tampoco no es eternal donde moran los pecados

ni verdadera; infernales;

mas, con todo, es muy mejor mas los buenos religiosos

que la otra temporal, gánanlo con oraciones

peresçedera”. y con lloros;

XXXVI los caballeros famosos,

“El vivir qu’es perdurable con trabajos y aflicciones

non se gana con estados contra moros”.

mundanales, XXXVII

ni con vida delectable “Y pues vos, claro varón,


tanta sangre derramastes ganaréis”.

de paganos, [Responde el Maestre:]

esperad el galardón XXXVIII

que en este mundo ganastes “Non gastemos tiempo ya

por las manos; en esta vida mesquina

y con esta confiança por tal modo,

y con la fe tan entera que mi voluntad está

que tenéis, conforme con la divina

partid con buena esperança, para todo;

qu’estotra vida tercera y consiento en mi morir


con voluntad plazentera, tú, que a tu divinidad

clara y pura, juntaste cosa tan vil

que querer hombre vivir como es el ombre;

cuando Dios quiere que muera, tú, que tan grandes tormentos

es locura”. sofriste sin resistencia

[Del maestre a Jesús] en tu persona,

XXXIX non por mis merescimientos,

“Tú, que por nuestra maldad, mas por tu sola clemencia

tomaste forma servil me perdona”.

e baxo nombre; XL
Assí, con tal entender, dexónos harto consuelo

todos sentidos humanos su memoria”.

olvidados, “Rima LI”, de Gustavo Adolfo


Bécquer
De lo poco de vida que me resta
cercado de su mujer

diera con gusto los mejores


y de sus hijos y hermanos años,

y criados, por saber lo que a otros

dio el alma a quien ge la dio de mí has hablado.

(el cual la ponga en el cielo Y esta vida mortal, y de la eterna

en su gloria), lo que me toque, si me toca


algo,

que aunque la vida perdió,


por saber lo que a solas
se anuncia un reino nuevo, feliz
sibila sueña
de mí has pensado.

y en la caja pandórica de que


“Salutación del optimista”, de tantas desgracias surgieron
Rubén Darío
Ínclitas razas ubérrimas, sangre
de Hispania fecunda, encontramos de súbito,
talismática, pura, riente,

espíritus fraternos, luminosas


almas, ¡salve! cual pudiera decirla en su verso
Virgilio divino,

Porque llega el momento en que


habrán de cantar nuevos himnos la divina reina de luz, ¡la celeste
Esperanza!

lenguas de gloria. Un vasto


rumor llena los ámbitos; Pálidas indolencias,
desconfianzas fatales que a tumba

mágicas ondas de vida van


renaciendo de pronto; o a perpetuo presidio,
condenasteis al noble entusiasmo,

retrocede el olvido, retrocede


engañada la muerte;
ya veréis el salir del sol en un
triunfo de liras,
o que la tea empuñan o la daga
suicida.
mientras dos continentes,
abonados de huesos gloriosos,
Siéntense sordos ímpetus en las
entrañas del mundo,
del Hércules antiguo la gran
sombra soberbia evocando,
la inminencia de algo fatal hoy
conmueve la Tierra;
digan al orbe: la alta virtud
resucita,
fuertes colosos caen, se
desbandan bicéfalas águilas,
que a la hispana progenie hizo
dueña de los siglos.
y algo se inicia como vasto
social cataclismo
Abominad la boca que predice
desgracias eternas,
sobre la faz del orbe. ¿Quién
dirá que las savias dormidas
abominad los ojos que ven solo
zodiacos funestos,
no despierten entonces en el
tronco del roble gigante
abominad las manos que
apedrean las ruinas ilustres,
bajo el cual se exprimió la ubre
de la loba romana?
tiene su coro de vástagos, altos,
robustos y fuertes.
¿Quién será el pusilánime que al
vigor español niegue músculos
Únanse, brillen, secúndense,
tantos vigores dispersos;
y que al alma española juzgase
áptera y ciega y tullida?
formen todos un solo haz de
energía ecuménica.
No es Babilonia ni Nínive
enterrada en olvido y en polvo,
Sangre de Hispania fecunda,
sólidas, ínclitas razas,
ni entre momias y piedras que
habita el sepulcro,
muestren los dones pretéritos
que fueron antaño su triunfo.
la nación generosa, coronada de
orgullo inmarchito,
Vuelva el antiguo entusiasmo,
vuelva el espíritu ardiente
que hacia el lado del alba fija las
miradas ansiosas,
que regará lenguas de fuego en
esa epifanía.
ni la que tras los mares en que
yace sepulta la Atlántida,
Juntas las testas ancianas
ceñidas de líricos lauros
ven llegar el momento en que
habrán de cantar nuevos himnos.
y las cabezas jóvenes que la alta
Minerva decora,
La latina estirpe verá la gran
alba futura,
así los manes heroicos de los
primitivos abuelos,
en un trueno de música gloriosa,
millones de labios
de los egregios padres que
abrieron el surco prístino,
saludarán la espléndida luz que
vendrá del Oriente,
sientan los soplos agrarios de
primaverales retornos
Oriente augusto en donde todo
lo cambia y renueva
y el rumor de espigas que inició
la labor triptolémica.
la eternidad de Dios, la actividad
infinita.
Un continente y otro renovando
las viejas prosapias,
Y así sea Esperanza la visión
permanente en nosotros,
en espíritu unidos, en espíritu y
ansias y lengua,
¡Ínclitas razas ubérrimas, sangre
de Hispania fecunda!
De pie sobre las hojas amarillas,

“Canto de otoño”, de José Martí


En la mano fatal la flor del
Bien; ya lo sé!: -la Muerte está sueño,
sentada

La negra toca en alas rematada,


A mis umbrales: cautelosa viene,

Ávido el rostro, -trémulo la miro


Porque sus llantos y su amor no
apronten
Cada tarde aguardándome a mi
puerta.
En mi defensa, cuando lejos
viven
En mi hijo pienso, y de la dama
oscura
Padres e hijo. -Al retornar
ceñudo
Huyo sin fuerzas devorado el
pecho
De mi estéril labor, triste y
oscura,
De un frenético amor! Mujer más
bella
Con que a mi casa del invierno
abrigo-,
No hay que la muerte! Por un Oh, vida, adiós: -quien va a
beso suyo morir, va muerto.

Bosques espesos de laureles Oh, duelos con la sombra: oh,


varios, pobladores

Y las adelfas del amor, y el gozo Ocultos del espacio: oh


formidables

De remembrarme mis niñeces


diera! Gigantes que a los vivos
azorados

…Pienso en aquel a quien mi


amor culpable Mueren, dirigen, postran,
precipitan!

trajo a vivir, -y, sollozando,


esquivo Oh, cónclave de jueces, blandos
solo

de mi amada los brazos: -mas


ya gozo A la virtud, que nube tenebrosa,

de la aurora perenne el bien En grueso manto de oro


seguro. recogidos,
Y duros como peña, aguardan y de las fortalezas eminentes
torvos

que al amor de los hombres


A que al volver de la batalla levantaron!
rindan

¡Esta es la dama, el Rey, la


–como el frutal sus frutos– patria, el premio

de sus obras de paz los apetecido, la arrogante mora


hombres cuenta,

que a su brusco señor cautiva


de sus divinas alas!… de los espera
nuevos

llorando en la desierta espera


árboles que sembraron, de las barbacana!:
tristes

este el santo Salem, este el


lágrimas que enjugaron, de las Sepulcro
fosas

de los hombres modernos: -No


que a los tigres y vívoras se vierta
abrieron,
más sangre que la propia! No se
bata
¡Ved que no acaba el drama de
la vida
sino al que odia el amor! Únjase
presto
en esta parte oscura! ¡Ved que
luego
soldados del amor los hombres
todos!:
tras la losa de mármol o la
blanda
la tierra entera marcha a la
conquista
cortina de humo y césped se
reanuda
de este Rey y señor, que guarda
el cielo!
el drama portentoso! ¡Y ved, oh
viles,
…Viles: el que es traidor a sus
deberes,
que los buenos, los tristes, los
burlados,
muere como traidor, del golpe
propio
serán een la otra parte
burladores!
de su arma ociosa el pecho
atravesado!
Otros de lirio y sangre se el peso eché del infortunio al
alimenten: hombro:

¡Yo no! ¡Yo no! Los lóbregos porque el que en huelga y


espacios regocijo vive

rasgué desde mi infancia con los Y huye el dolor, y esquiva las


tristes sabrosas

penetradores ojos: el misterio penas de la virtud, irá confuso

en una hora feliz de sueño del frío y torvo juez a la


acaso sentencia,

de los jueces así, y amé la vida cual soldado cobarde que en


herrumbre

porque del doloroso mal me


salva dejó las nobles armas; ¡y los
jueces

de volverla a vivir. Alegremente


no en su dosel lo ampararán, no
en brazos
lo encumbrarán, mas lo echarán tarde de otoño, y silenciosa
altivos puede

a odiar, a amar y a batallar de irme tejiendo con helados copos


nuevo

mi manto funeral.
en la fogosa y sofocante arena!

No di al olvido
¡Oh! ¿Qué mortal que se asomó
a la vida
las armas del amor: no de otra
púrpura
vivir de nuevo quiere? …

vestí que de mi sangre.


Puede ansiosa

Abre los brazos, listo estoy,


la Muerte, pues, de pie en las madre Muerte:
hojas secas,

al juez me lleva!
esperarme a mi umbral con cada
turbia
Hijo!… Qué imagen miro? ¿Qué
llorosa
visión rompe la sombra, y no ha de morir hasta que la
blandamente ardua lucha

como con luz de estrella la rico de todas armas lance al hijo!


ilumina? –

Hijo!… ¿qué me demandan tus Ven, oh mi hijuelo, y que tus alas


abiertos blancas

brazos? ¿A qué descubres tu de los abrazos de la muerte


afligido oscura

pecho? ¿Por qué me muestran y de su manto funeral me libren!


tus desnudos

“El puente”, de Manuel Benítez


pies, aún no heridos, y las Carrasco
blancas manos
¡Qué mansa pena me da!

vuelves a mí?
El puente siempre se queda y el
agua siempre se va.
Cesa! calla! reposa! Vive: el
padre
I sobre una arena salada.

El río es andar, andar El puente es como clavar

hacia lo desconocido; voluntad y fundamento;

ir entre orillas vencido ser piedra en vilo en el viento,

y por vencido, llorar. ver pasar y no pasar.

El río es pasar, pasar El puente es como

y ver todo de pasada; cruzar aguas que van de


vencida;

nacer en la madrugada
es darle la despedida

de un manantial transparente
a la vida y a la muerte

y morirse tristemente
y quedarse firme y fuerte
sobre la muerte y la vida. y esto que tienes de río.

Espejo tienen y hechura II

mi espíritu y mi flaqueza, ¡Qué mansa pena me da!

en este puente, firmeza, El puente siempre se queda y el


agua siempre se va.

y en este río, amargura.


Tristemente para los dos, amor
mío,
En esta doble pintura

en el amor, uno es puente y otro,


mírate, corazón mío, río.

para luego alzar con brío Bajo un puente de suspiros agua


de nuestro querer;

y llorar amargamente,
el puente sigue tendido, el agua
no ha de volver.
esto que tienes de puente
¿Sabes tú, acaso, amor mío,
Qué dolor olvidarse
quién de los dos es el puente,
quién, el río?
de haber querido.

Si fui yo río, qué pena


III

de no ser puente, amor mío;


Ruinas de mi claridad,

si fui yo puente, qué pena de


que se me fuera el río. derrumbado en mi memoria
tengo un puente de cristal.

Agua del desengaño,


Yo era como un agua clara
cantando a todo cantar,
puente de olvido;
y sin que me diera cuenta
pasando a todo pasar.
ya casi ni me acuerdo

El puente de mi inocencia se me
que te he querido. iba quedando atrás;

Puente de olvido.
un día volví los ojos, ¿pero no sabía el puente

¡qué pena!, y no lo vi más. que yo te quería… ?

IV y seguramente que no lo sabía;

Y seguramente, de haberlo sabido…

y seguramente no se hubiera roto el puente.

que no lo sabía; ¡Pero este maldito puente…!

de haberlo sabido… ¿Pero es que no lo sabía?

no se hubiera roto el puente. Pero no sabía el puente

Ay… pero este puente… que yo lo quise pasar

¿pero es que no lo sabía…? tan solo por verte;


y seguramente Dios lo ve desde su puente

que no lo sabía; y lo llama: eternidad.

de haberlo sabido… VI

no se hubiera roto el puente. Difícil conformidad:

V el puente dice del río:

¡Qué miedo me da pensar! ¡quién se pudiera marchar!

y mientras se van los ríos y el río dice del puente:

qué miedo me da pensar ¡quién se pudiera quedar!

que hay un gran río que pasa VII

pero que nunca se va. Agua, paso por la vida;


piedra, huella de su paso; de los puentes que se quedan,

río, terrible fracaso; de las aguas que se van.

puente, esperanza cumplida. “A un poeta muerto”, de Luis


Cernuda
Así como en la roca nunca
En esta doble partida vemos

procura, corazón mío, La clara flor abrirse,

ganarle al agua con brío Entre un pueblo hosco y duro

esto que tienes de puente, No brilla hermosamente

y que pase buenamente El fresco y alto ornato de la vida.

esto que tienes de río. Por esto te mataron, porque eras

y aquí termino el cantar Verdor en nuestra tierra árida


Y azul en nuestro oscuro aire. Con algún don ilustre

Leve es la parte de la vida Aquí, donde los hombres

Que como dioses rescatan los En su miseria solo saben


poetas.

El insulto, la mofa, el recelo


El odio y destrucción perduran profundo
siempre

Ante aquel que ilumina las


Sordamente en la entraña palabras opacas

Toda hiel sempiterna del Por el oculto fuego originario.


español terrible,

La sal de nuestro mundo eras,


Que acecha lo cimero

Vivo estabas como un rayo de


Con su piedra en la mano. sol,

Triste sino nacer Y ya es tan solo tu recuerdo


Quien yerra y pasa, acariciando
Porque tú estás con ella,
El muro de los cuerpos
Pasado el arco de tu vasto
imperio,
Con el dejo de las adormideras

Poblándola de pájaros y hojas


Que nuestros predecesores
ingirieron
Con tu gracia y tu juventud
incomparables.
A orillas del olvido.

Aquí la primavera luce ahora.


Si tu ángel acude a la memoria,

Mira los radiantes mancebos


Sombras son estos hombres

Que vivo tanto amaste


Que aún palpitan tras las
malezas de la tierra;
Efímeros pasar junto al fulgor del
mar.
La muerte se diría

Más viva que la vida


Desnudos cuerpos bellos que se
llevan
Mas un inmenso afán oculto
advierte
Tras de sí los deseos
Que su ignoto aguijón tan solo
puede
Con su exquisita forma, y solo
encierran
Aplacarse en nosotros con la
muerte,
Amargo zumo, que no alberga
su espíritu
Como el afán del agua,
Un destello de amor ni de alto
pensamiento.
A quien no basta esculpirse en
las olas,
Igual todo prosigue,
Sino perderse anónima
Como entonces, tan mágico,
En los limbos del mar.
Que parece imposible
Pero antes no sabías
La sombra en que has caído.
La realidad más honda de este Que un día servilmente te
mundo: halagaran.

El odio, el triste odio de los Para el poeta la muerte es la


hombres, victoria;

Que en ti señalar quiso Un viento demoníaco le impulsa


por la vida,

Por el acero horrible su victoria,


Y si una fuerza ciega

Con tu angustia postrera


Sin comprensión de amor

Bajo la luz tranquila de Granada,


Transforma por un crimen

Distante entre cipreses y


laureles, A ti, cantor, en héroe,

Y entre tus propias gentes Contempla en cambio, hermano,

Y por las mismas manos Cómo entre la tristeza y el


desdén
En donde el eco como la gloria
humana ruede,
Un poder más magnánimo
permite a tus amigos
Como ella de remoto,
En un rincón pudrirse
libremente.
Ajeno como ella y tan estéril.

Tenga tu sombra paz,


Halle tu gran afán enajenado

Busque otros valles,


El puro amor de un dios
adolescente
Un río donde del viento
Entre el verdor de las rosas
eternas;
Se lleve los sonidos entre juncos

Porque esta ansia divina,


Y lirios y el encanto perdida aquí en la tierra,

Tan viejo de las aguas Tras de tanto dolor y dejamiento,


elocuentes,

Con su propia grandeza nos


advierte
pie desnudo sobre el camino,
De alguna mente creadora
inmensa,
dedos que ensayan el primer
amor,
Que concibe al poeta cual
lengua de su gloria
sábanas tibias sobre el cuerpo
solitario;
Y luego le consuela a través de
la muerte.
Como fugaz deseo:

Como leve sonido:


seda brillante en la luz,

hoja que roza un vidrio,


esbelto adolescente entrevisto,

agua que acaricia unas guijas,


lágrimas por ser más que un
hombre;
lluvia que besa una frente
juvenil;
Como esta vida que no es mía

Como rápida caricia:


y sin embargo es la mía,
como este afán sin nombre
resume ese azulado afán que se
levanta
que no me pertenece y sin
embargo soy yo;
hasta las estrellas futuras,
Como todo aquello que de cerca
o de lejos
hecho escala de olas

me roza, me besa, me hiere,


por donde pies divinos
descienden al abismo,
tu presencia está conmigo fuera
y dentro,
también tu forma misma,

es mi vida misma y no es mi
vida, ángel, demonio, sueño de un
amor soñado,

así como una hoja y otra hoja


resume en mí un afán que en
otro tiempo levantaba
son la apariencia del viento que
las lleva.
hasta las nubes sus olas
melancólicas.
Como una vela sobre el mar
Sintiendo todavía los pulsos de
ese afán,
“Vida”, de Alfonsina Storni
Mis nervios están locos, en las
yo, el más enamorado, venas

en las orillas del amor, la sangre hierve, líquido de


fuego

sin que una luz me vea


salta a mis labios donde finge
luego
definitivamente muerto o vivo,

la alegría de todas las verbenas.


contemplo sus olas y quisiera
anegarme,
Tengo deseos de reír; las penas

deseando perdidamente
que de donar a voluntad no
alego,
descender, como los ángeles
aquellos por la escala de espuma,
hoy conmigo no juegan y yo
juego
hasta el fondo del mismo amor
que ningún hombre ha visto.
con la tristeza azul de que están
llenas.
¡Aquí de los antaños que he
vivido!
El mundo late; toda su armonía
La Fortuna mis tiempos ha
mordido;
la siento tan vibrante que hago
mía
las Horas mi locura las esconde.
cuando escancio en su trova de
hechicera.
¡Que sin poder saber cómo ni a
dónde
Es que abrí la ventana hace un
momento
la salud y la edad se hayan
huido!
y en las alas finísimas del viento
Falta la vida, asiste lo vivido,
me ha traído su sol la primavera.
y no hay calamidad que no me
ronde.
“¡Ah de la vida!”, de Francisco
de Quevedo
“¡Ah de la vida!”… ¿Nadie me Ayer se fue; mañana no ha
responde? llegado;
hoy se está yendo sin parar un la vida es un sueño, hazla
punto: realidad.

soy un fue, y un será, y un es La vida es un reto, afróntalo;


cansado.

la vida es un juego, juégalo,


En el hoy y mañana y ayer, junto

la vida es preciosa, cuídala;


pañales y mortaja, y he quedado

la vida es riqueza, consérvala;


presentes sucesiones de difunto.

la vida es un misterio,
25. “La vida”, de la Madre descúbrelo.
Teresa de Calcuta
La vida es una oportunidad,
aprovéchala, La vida es una promesa,
cúmplela;

la vida es belleza, admírala,


la vida es amor, gózalo;

la vida es una bendición,


disfrútala, la vida es dolor, supéralo;
la vida es un himno, cántalo;

la vida es un combate, acéptalo.

La vida es aventura, vívela;

la vida es una tragedia,


enfréntala;

la vida es suerte, merécela;

la vida es vida, defiéndela.

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