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Copia de Manual de Derecho Internacional Publico Americano I
Copia de Manual de Derecho Internacional Publico Americano I
A pesar del poco éxito que arrojó la iniciativa de México la idea de convocar
semejante asamblea siempre persistía. Ya en 1842, el Presidente de Colombia —
entonces Nueva Granada— General P. H. Herrau insistía en una resolución
especial sobre la "gran utilidad para toda la América española de reunir una
asamblea general, donde estarían representadas todas las repúblicas que la
componían, a fin de fijar, decidir y sancionar los principios de "derecho
internacional que, en el futuro, irían a regirles".3
En el preámbulo del Tratado del 20 de abril de 1836, suscrito entre Perú y Bolivia,
sobre la delimitación de sus fronteras, fueron empleados los términos "Derecho
Internacional Americano" y Derecho Internacional Sudamericano".5 Se encuentra
el mismo término en la Primera Conferencia Panamericana, celebrada en
Washington en 1889-1890, en la que se expresa que el "arbitraje es un principio
de Derecho Internacional Americano".6
De lo arriba expuesto se desprende que los países de América han expresado desde
su independencia, de manera sistemática, en documentos de carácter internacional,
—Congresos, Conferencias, Convenciones, etc.— la concepción de un derecho
propio a ese continente; la existencia de un Derecho Internacional Americano que,
como veremos, ha sido objeto de muchas polémicas y discusiones.
Parece que es Juan Bautista Alberdis, Jurista argentino, quien encabeza la lista de
autores latinoamericanos que han concebido un derecho internacional americano,
y a quien se suele llamar "verdadero fundador del derecho internacional
americano".
Un poco más tarde son publicadas las obras de un jurista y diplomático de la misma
nacionalidad que Alberdis, Vicente Quezada —1830-1913— quien habla de un
derecho internacional americano, al referirse a ciertos principios como "Uti
Possidetis".
En 1833, Carlos Calvo, también jurista argentino, publicó la obra "El Derecho
Internacional Teórico y Práctico". Esa obra fue objeto de una crítica de parte de su
compatriota Amancio Alcorta, basándose en el hecho de que Calvo no había hecho
mención en su libro, de la existencia de un derecho internacional americano. Calvo
da a Alcorta una respuesta que niega la existencia de ese derecho, al entender que
la universalidad del derecho internacional no permite concebir un orden jurídico
del mismo género, propio o exclusivo de un continente.
Entre los autores de esta misma época que concibieron un derecho internacional
americano, es necesario nombrar al francés M. Pradier Fodére, quien fue profesor
de derecho de gentes, en la Universidad de San Marcos, Lima —Perú—, y quien
publica en 1888 la obra "Tratado de derecho internacional público, europeo y
americano", y a M.A. Seijas, Venezolano, quien escribió la Obra "Derecho
Internacional Hispano Americano Público y Privado".
Sin embargo, esos dos últimos autores citados más arriba se han limitado a estudiar
ciertos casos concretos de la política internacional que han tenido lugar en
América, sin tener la menor idea de establecer para el Nuevo Mundo, Doctrinas
Jurídicas especiales.
En realidad es Alejandro Álvarez quien ha merecido ser llamado padre del Derecho
Internacional Americano. La mayoría de los internacionalistas latinoamericanos
están de acuerdo en que se le conceda ese título. Así por ejemplo, Diego Uribe
Vargas, en su obra "Panamericanismo Democrático", escribe: "Cuando se trata de
analizar las diversas actitudes doctrinarías respecto al derecho internacional
americano, en primer lugar surge el nombre de Alejandro Álvarez, quien ha sido
el sistematizado de sus más importantes principios", y a seguida agrega: "Es a
Alejandro Álvarez a quien le corresponde el mérito de haber hecho la primera
sistematización de los principios del Derecho Internacional Americano, dando una
armonía de concepción a ese deseo común de todos los pueblos del continente".
Juan Carlos Puig, en su obra "Los Principios del derecho internacional americano",
escribe que, antes de Alejandro Álvarez se había hablado con profusión de
principios americanos, mas sin haber reflexionado seriamente sobre las conse-
cuencias que implicaba una plena aceptación de la teoría, ni más ni menos que la
consagración del particularismo en derecho internacional.
En sus trabajos ulteriores, tales como: "Latin American and International Law" —
The American Journal of International Law, Vol. 3, pp. 269-353, april, 1909—;
"De la necesidad de una nueva concepción del derecho" —Anales de la Univer-
sidad República de Chile, tomo CXLVI, pp. 175-198, 1920—; "Le Droit
International Noveau", —París, 1959, pp. 89-135-152—; así como en otras,
Alejandro Álvarez mantiene su teoría de la existencia de un Derecho Internacional
Americano.
Álvarez considera que ciertos principios de aplicación americana han nacido como
repudio a los principios o sistemas políticos admitidos en Europa, que al parecer
lucían contrarios a la independencia y al desarrollo de los países de América. Estos
principios se pueden reducir a los siguientes:
1. Principio de auto determinación
2. Principio de No-intervención
3. Principio de No-colonización.8
Según Alejandro Álvarez "todas esas ideas encontraron una fórmula nítida en el
Mensaje del Presidente Monroe".9
A continuación, Alejandro Álvarez enumera otros principios nacidos en América
con posterioridad, y entre los cuales figuran:
a. Ningún Estado puede vender una parte de su territorio a otros Estados extra
continentales;
b. Ningún Estado extra-continental puede ocupar al mismo tiempo una parte
cualquiera del Continente Americano;
c. La igualdad entre nacionales y extranjeros es totalmente igual para la
adquisición y disfrute de los derechos civiles;
d. No hay minoría en América;
e. El principio Uti Passidetis Juris de 1810 rige la delimitación de las fronteras
entre los Estados latinoamericanos;
f. Toda defensa hecha a un Estado americano por un Estado extra continental es
considerada como una ofensa hacia los Estados del Nuevo Mundo.
La mayoría de esos autores, al negar la existencia de tal derecho, parten del hecho
de que sostener la existencia de un derecho internacional americano implica crear
un nuevo derecho, antagónico y opuesto al derecho internacional universal; idea
que jamás formó parte de las proposiciones del jurista chileno, quien precisa lo
siguiente: "La discusión reposaba, en gran medida, sobre un mal entendido. Se
creía que yo sostenía que existe en América un derecho internacional com-
pletamente diferente del que domina en Europa: ahora bien, yo mismo condené esa
concepción en la obra Derecho Internacional Americano. Lo que yo afirmé es el
hecho de que existen, en el Nuevo Mundo, instituciones, principios, problemas,
doctrinas, convenciones, costumbres y prácticas que son propias a los Estados del
continente americano, y ello constituye, en su conjunto, el derecho internacional
americano".16
a. Rechazo de Principios
Los Estados del Nuevo Mundo, al defender el principio citado más arriba no
podían dejar de rechazar el "derecho" de intervención, base de la política exterior
del Viejo Mundo, ni el derecho de conquista, según el cual los Estados de Europa
podían adquirir mediante la ocupación, cualquier territorio del Continente
Americano. El primero de esos dos "derechos" encontró su reflejo en la llamada
Santa Alianza —26-9-1815— firmada por los monarcas de Rusia, Prusia y Austria
y a los cuales se unió la mayoría de las monarquías del Continente Europeo y la
cual tenía como propósito proteger el poder monárquico contra las tendencias
revolucionarias donde estas surgieron...
"Los territorios americanos por la libre e independiente condición que han sido
adquiridos, no deben ser en lo adelante considerados como sujetos a una
colonización de parte de una potencia europea". "Es imposible que las potencias
aliadas extiendan su sistema político a cualquier parte de uno y otro continente sin
amenazar nuestra paz y seguridad; nadie puede creer que nuestros hermanos
sureños, si son abandonados a sí mismos, puedan adoptar ese sistema por propia
voluntad. Es igualmente imposible, por consiguiente, que nosotros admitamos con
indiferencia una intervención de cualquier clase".
Como hemos visto más arriba, los Estados de América, al entrar en las relaciones
internacionales como Estados independientes, rechazaron ciertos principios de
carácter internacional hasta entonces considerados como legítimos por las
potencias europeas y, por consiguiente, han cedido; lugar a otros principios que
vendrían a sustituirlos.
1. Esos principios que aparecen como sustitutos de aquellos que han sido
rechazados.
En primer lugar nos referimos al principio Uti Possiditis de 1810. Resultó que, al
momento de la emancipación, los límites entre los nuevos Estados no estaban muy
precisos, dado que la metrópolis cambiaba según los límites administrativos de sus
colonias. Esta y otras causas ocasionaban por consiguiente, un elemento de
confusión a la cuestión de la verdadera extensión de cada colonia. Los Estados
sucesores de la Corona española no pudieron, en consecuencia establecer sus
fronteras sino de una manera aproximada.
Esos nuevos Estados aplicaron de una manera casi invariable, en sus constituciones
y en tratados celebrados entre ellos, el criterio de proclamar como fronteras
políticas de cada Estado las divisiones administrativas de la metrópolis que
existían al momento cuando estalló el movimiento general de liberación y que. en
realidad, estaban reconocidas por todos los Estados.
Así por ejemplo, la Constitución de Venezuela del 1830, dentro de su artículo V
proclama: "El Territorio de Venezuela comprende todo lo que hasta los cambios
políticos de 1810 se llamaba capitanía general de Venezuela".18
Por otra parte el artículo XXXIX del Tratado de Paz entre Argentina y Chile del
30 de agosto de 1855 indicaba: "Las dos partes aceptan en calidad de sus fronteras
territoriales aquellas que ellas poseían hasta el momento de la liberación del poder
español en 1810".20
En la Constitución de Costa Rica de 1848 se indica que "Las fronteras del territorio
de la República son las fronteras del uti possidetis". Otros tratados, tales como el
Acuerdo de Paz entre Perú y Chile del 26 de abril de 1823, el Tratado de 1881
entre Argentina y Chile, de Lima de 1848, el Tratado entre Colombia y México de
1823, etc... Contienen las mismas ideas enunciadas anteriormente.21
Como lo hemos visto, el Uti possidetis llegó a ser reconocido como un principio
de derecho de carácter internacional durante la época a la cual nos referimos en
este capítulo; naturalmente, ese principio ha perdido hoy día su actualidad, mas
como bien dijo Juan Carlos Puig "no se puede subestimar el hecho que éste pudo
ser invocado legítimamente con el carácter de una regla auxiliar de aplicación en
ausencia de una posesión in actu".
Las razones que obligaron a los nuevos Estados Americanos a aplicar ese principio
pueden explicarse por los siguientes factores.
1. Los nativos del país fueron los "criollos", fuerza motriz en el movimiento
liberador y que de hecho realizaron la independencia. Los parientes o cercanos, así
como los extranjeros, militares o civiles no fueron considerados como tales, a
menos que hubieran contribuido al movimiento de emancipación. Es por esa razón
que los criollos llegaron a ser de manera natural los nacionales por excelencia de
los países que ellos habían liberado.
Al clasificar esos problemas como típicamente americanos, se parte del hecho que
fue en ese continente —América del Sur— donde estos se repitieron con la mayor
frecuencia y donde por consiguiente ellos se hicieron característicos y han
merecido un estudio aparte, sin pretender de manera alguna negar que los mismos
pudieran presentarse en el futuro en otra región o en otro continente. Los
problemas a los que nos referimos surgieron a causa de tres factores principales:
Las guerras civiles que estallaron a menudo en América Latina, crearon una
cantidad de problemas de Derecho Internacional, entre los cuales merecen una
atención particular aquellos ligados con:
1. El reconocimiento de beligerantes.
2. Los deberes y derechos de los Estados neutros.
3. La responsabilidad de los Estados por causa de esas guerras civiles.
El gobierno de Perú emitió un decreto en virtud del cual declaraba que el crucero
Huáscar no gozaba en lo adelante do la protección del pabellón nacional, y por
consiguiente podía ser legítimamente apresado por todo buque encargado de la
protección de los intereses de la nación.
En el caso fue la marina inglesa que apresó el buque, más luego, el Foreign Office
—Cancillería Inglesa— declaró que: "el deber de las autoridades navales inglesas
era observar una estricta neutralidad en los asuntos internos de dicha república".»
El caso Huáscar generó una nueva serie de problemas entre el gobierno inglés y el
gobierno peruano, debido a la declaración ya citada del gobierno inglés y los daños
causados por la marina inglesa durante el intento de captura del Huáscar.
En materia de responsabilidad generada por guerras civiles es que se refleja con
mayor claridad la política imperialista de los países de Europa y de los Estados
Unidos hacia los Estados latinos de América, los cuales imputaban responsabilidad
a estos últimos por los "daños" causados a sus nacionales a causa de perturbaciones
internas y de guerras civiles, y que, bajo ese pretexto, emprendieron numerosas
veces métodos de represalia y de intervenciones en esos países.
Los Estados Unidos tuvieron una controversia con Nueva Granada por los daños
causados a ciudadanos norteamericanos como resultado de una sublevación en
Panamá; caso que también se sometió al arbitraje por la Convención del 10 de
septiembre del 1857. La controversia de Francia y Argentina por daños causados
a nacionales de este último país, debido a guerras civiles; sometido al arbitraje por
la Convención del 21 de agosto del 1958, etc.
Tomamos esta fecha como límite, pues, es después de ese momento que finaliza la
política de aislamiento de América del Norte hacia las Repúblicas de América del
Sur; la política de las dos Américas llega a ser más íntima y comienza la etapa del
panamericanismo. Por otra parte, las relaciones de los países de América Latina
con Europa, se desarrollan aún más que durante los períodos precedentes, en
particular con Inglaterra y Alemania. Los Estados latinoamericanos toman parte,
al lado de los Estados europeos, en los más importantes congresos y conferencias
internacionales, dando a esos eventos, por su participación, un carácter más
general, mundial.25
En cuanto a los problemas que surgieron entre los Estados Latinos entre sí, éstos
tienen su origen en las mismas causas que los del período precedente; es decir, las
guerras civiles que generan la cuestión del asilo en embajadas y consulados; los
litigios fronterizos, etc. Los conflictos principales son: entre Colombia y Costa
Rica, entre Brasil y Argentina, entre Chile y Argentina, entre Haití y República
Dominicana, entre Bolivia, Argentina y Chile, entre Bolivia, Brasil y Perú por el
territorio de Aire, entre Estados Unidos y México por cuestiones ligadas con el
desplazamiento de las aguas del Río Grande y Colorado, entre Honduras y
Nicaragua, entre Honduras y El Salvador, entre Guatemala y Honduras, entre
Costa Rica y Nicaragua.
Los mencionados últimos cinco conflictos, fueron resueltos por medio de
comisiones mixtas. Entre los conflictos que surgieron más tarde, el más importante
fue el conflicto entre Bolivia y Paraguay relativo a una parte del territorio del
Chaco y que condujo a la guerra del 1932-1935 entre esos dos países. En 1938 fue
firmado el Acuerdo de Paz y Amistad, en virtud del cual Paraguay recibió más de
dos terceras partes de dicho territorio.
Las reclamaciones diplomáticas y las guerras civiles dieron origen a las doctrinas
de carácter latinoamericano, algunas de las cuales analizaremos detalladamente en
otros capítulos. Nos referimos específicamente a las Doctrinas Drago y Tobar; la
primera fue formulada en ocasión de la acción coercitiva contra Venezuela en
1902, y cuyo propósito consistió en eliminar la intervención armada motivada por
el pago de la deuda externa.
La doctrina Tobar fue formulada con el propósito de impedir las guerras civiles,
negando el reconocimiento a los gobiernos nacidos de una "revolución".