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Sociedad de
masas

Análisis de los
medios de
comunicación

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Sociedad de masas
En el mundo en que vivimos diversos parámetros y conductas se han
modificado debido principalmente al desarrollo de la tecnología.

Hoy por hoy, cada vez más es notoria la pérdida de fronteras, no de límites
nacionales, sino en el sentido de que se identifican cada vez más patrones
comunes entre los pueblos. Desde el punto de vista informativo esto es
notorio ya que a modo de ejemplo un hecho que sucede en España, al
instante puede ser conocido en Latinoamérica, sin que la distancia termine
siendo una traba.

Esto también se ve reflejado desde cuestiones de la moda, hasta lo que se


sufre a nivel mundial con las distintas pandemias que se presentan. Sólo
con mencionar el fenómenos de la Gripe A, donde su epicentro fue México
y en pocos días decenas y decenas de países se vieron afectados.
Indudablemente las comunicaciones y los viajes son algo común en
nuestros tiempos.

Uno de los aspectos a considerar es el consumismo masivo que las


sociedades están experimentando en nuestros días. Indudablemente esto
no pertenece sólo a una clase socioeconómica, sino en general a toda la
sociedad. Los productos son tomados no sólo por su función concreta sino
también como símbolos de posicionamiento social, donde el tener tal o
cual producto o tal o cual marca pueden lograr insertarme dentro del
grupo social al cual pertenezco o quiero pertenecer.

Si está breve situación descriptiva la llevamos al mundo de la


comunicación, esto se ve exacerbado de manera sorprendente. Cada día la
información se transforma en una mercancía de suntuoso valor, donde
estar informados indudablemente es un valor agregado para la situación
laboral o social en el que nos encontremos.

Un hito que marcó un antes y un después en el desarrollo de la humanidad


fue la invención de la imprenta, indudablemente es también una bisagra el
uso cada vez más masivo de tecnologías como Internet que permiten
reducir las distancias y estar constantemente comunicados con el “mundo
exterior”. Este contacto no sólo significa estar informado de las noticias o
poder entablar contactos que anteriormente sólo por carta o teléfono se
podían generar, sino que también nos transformamos en sujetos cautivos
de mensajes publicitarios masivos de diversos productos que nos hacen
ingresar a una vorágine que años atrás no era común.

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Internet nació en el año 1969 en Estados Unidos siendo adoptado por


investigadores y universitarios de aquel país. Algunos expresan que en la
actualidad ha modificado las comunicaciones (cuestión que
indudablemente es verdad) pero es necesario tener en cuenta que esta
Red no es un medio de comunicación sino más bien un soporte de ellos.

También es de destacar que Internet no sólo ha modificado las


comunicaciones sino también ha sido un notorio hito en la actividad
comercial. La economía se ha visto modificada y por lo tanto los
comportamientos económicos también. Y no es necesario dar ejemplos de
grandes compañías, sino más bien concretamente en un hogar, un usuario
(de Internet) que tenga una tarjeta de crédito puede comprar productos en
China, Japón o cualquier país del mundo y en días se le entrega sin haber
pasado por ningún tipo de intermediario. Indudablemente, desde estos
pequeños detalles hasta cómo se han modificados las conductas de los
agentes de bolsa por ejemplo, entre otras cuestiones, marcan que Internet
a modificado la conducta social.

Bajo este contexto, esta nueva sociedad de masas ha generado cambios


radicales si la comparamos con décadas anteriores. Concretamente como
nos explica Denis Mc Quail se da un fenómeno con los siguientes atributos:

 Internacionalización.
 Informatización.
 Individualización
 Cultura posmoderna.

La internacionalización se refiere concretamente a que los Estados –


Nación por un lado son menos autónomos y se encuentran más expuestos
a las tendencias mundiales. Por otro lado, las empresas multinacionales
crecen exponencialmente y a decir verdad los medios de comunicación no
son ajenos a este proceso.

La informatización es uno de los elementos claves en este cambio de la


sociedad de masas. Como mencionamos anteriormente la información
pasa a ser una de las mercancías más preciadas y ésta, junto con el
acercamiento de las distancias (por la pérdida de fronteras), se da
básicamente por el uso cada día más masivos de Internet. Esta red es
sinónimo de informatización, tanto a nivel de los hogares como así
también en esferas industriales, empresarias y gubernamentales.

La individualización, concierne principalmente a que los vínculos colectivos


se vuelven más débiles existiendo menos solidaridad social, más
poblaciones del conocido Tercer mundo con servicios básicos y esenciales
privados y un desinterés o presunto desinterés por parte de quienes más

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tienen (más allá de las actuaciones de grandes Organismos Internacionales


como ACNUR, UNICEF, MÉDICOS SIN FRONTERAS, entre otros, criticados
por algunos afirmando que responden a intereses políticos o económicos y
muy defendidos por otros por su acción social).

Auge de la cultura pos moderna, implica la concentración de cualidades


distintas a las que en otras épocas se vivieron: así, se distinguen formas
culturales efímeras, superficiales, más atractivas para los sentidos que para
la razón. La cultura pos moderna particularmente es volátil y hedonista.

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Medios masivos
de comunicación

Análisis de los
medios de
comunicación

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Medios Masivos de
Comunicación
Definición de los medios de comunicación
Indudablemente los tiempos que vivimos están signados de una
característica particular que, a diferencia de épocas anteriores, marcan el
eje de la dinámica cotidiana: esta característica son las comunicaciones.
Estamos en la era de las comunicaciones.

Cuando se hace mención de lo que fue el Imperio Romano, generalmente


se termina concluyendo que uno de los factores por el cual este Imperio
fue derrocado son las carencias comunicacionales, debido a las distancias y
la falta de desarrollo tecnológico al respecto.

Hoy por hoy, si lo comparamos con aquellas épocas, podemos decir que el
cambio es rotundo. Estamos a sólo un clic para comunicarnos con Europa,
América y hasta oriente. Las comunicaciones se han adaptado y
desarrollado de tal manera que sobre un suceso que ocurra en París, por
ejemplo, en un mismo momento se está enterando el parisino que está a
metros del lugar del hecho ocurrido y también una persona que vive en
algún país lejano. En definitiva, las comunicaciones se dan a escala mundial
y en forma globalizada.

Toda esta introducción nos sirve para dimensionar la dinámica de la


comunicación hoy en día y enmarcar el contexto general en el cual los
medios de comunicación están inmersos.

Indudablemente no es necesario acudir a ningún especialista para darnos


cuenta que los medios de comunicación forman parte cotidiana de
nuestras vidas. Eso es, me permito afirmar, inevitable. Lo importante es
empezar a conocer cuál es la dinámica de los medios y más aún, qué son
los medios de comunicación.

Al respecto, nos es muy clara la definición que nos brinda Adriana Amado
Suárez: “los medios de comunicación son las tecnologías de la
comunicación como la televisión o la red de Internet, pero también son los
valores culturales y las representaciones sociales que ponen en circulación,
y que tienen que ver con el funcionamiento de una sociedad.”1

1
Amado Suárez, Adriana. “Prensa y comunicación”. Pág. 2. Ed. Macchi. Año 2003. Buenos
Aires.

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Esta definición nos lleva a inferir que un medio de comunicación no sólo es,
por ejemplo, la radio que escuchamos generalmente, sino más bien que un
medio de comunicación además de ser una tecnología es algo cultural, algo
propio del círculo social en el cual uno se mueve. Este concepto es muy
relevante ya que como comunicadores institucionales, como relacionista
público o como periodistas debemos ser conscientes que siempre se
comunica y por cualquier medio, no necesariamente se llega al público que
uno quiere dirigirse a través de la radio, sino también a través de diversos
instrumentos que de por sí solos son medios de comunicación.

Por otro lado, también nos aclara al respecto Miguel Pérez Gaudio en su
obra “El periodismo idea”, cuando se refiere a que los medios masivos de
comunicación social deben definirse por cada uno de sus términos:

Son medios, instrumentos públicos de intermediación profesional y


nomines en sí mismo. Los medios instrumentales son el recurso; el servicio
a la sociedad es la meta y el objetivo de sus funciones.

Son masivos por el alcance potencial ilimitado con que se instalan en la


sociedad, sin hacer distinción entre grupos, estratos y culturas.

Son de comunicaciones porque cumplen la misión de difundir.

Son sociales porque las comunicaciones cuando son públicas descartan (en
teoría me permito afirmar) que los intereses y fines se impongan a los de la
sociedad.

Es necesario también comprender que los medios de comunicación y la


prensa en general no sólo informan sino que influye en la opinión pública y
se ha transformado en el escenario necesario donde lo que ocurre ahí
marca la realidad.

Carlos Fayt en su libro “La omnipotencia de la prensa”2 nos señala una cita
a Domingo Faustino Sarmiento sumamente interesante y de por sí
premonitoria. Sarmiento en los días 15 y 29 de mayo de 1942 en el diario
“El Nacional”, escribía sobre el periodismo: “El diario es para los pueblos
modernos lo que era el foro para los romanos. La prensa ha sustituido a la
tribuna y al púlpito; la escritura a la palabra, y la oración que el orador
ateniense acompañaba con la magia de la gesticulación, para mover las
pasiones de algunos millares de auditores, se pronuncia hoy ante millares
de pueblos que la miran escrita, ya que por la distancia no pueden
escucharla.”

2
Fayt, Carlos. “La omnipotencia de la prensa”. Pág. 50. Editorial La Ley. Año 2005. 2da
edición. Buenos Aires.

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Es de destacar que la prensa que en el siglo XVIII era un mero proveedor de


información, se fue transformando en un verdadero instrumento de
formación de opinión pública.

Bajo este contexto, podemos afirmar que los medios de comunicación son
medios de Poder.

Importancia de los medios como agentes sociales


En muchas oportunidades, hemos escuchado hablar del “Cuarto Poder”
refiriéndose a la prensa y caracterizándola como el último Poder en la
clásica división de Poderes estatales (Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial).
Esta denominación encontraba sus fundamentos en que ante la
descredibilidad que la sociedad tiene en las instituciones republicanas,
acuden a la prensa para elevar sus quejas y necesidades. Es así que los
ciudadanos denuncian en los medios que la justicia es lenta o que un
gobierno no hace tal o cual política pública, o que tal ley no es legítima.

Fayt también nos muestra cómo surgió este concepto de “cuarto poder”:
Edmun Burke, una de las figuras de pensamiento político en Inglaterra del
siglo XVIII, se atribuye este concepto de “cuarto poder”. Cuenta que en sus
escritos del año 1790, sobre la revolución francesa, en uno de los debates
de la Cámara de los Comunes, hablándoles a los periodistas se refirió:
“Vosotros sois el cuarto poder”.

Figura 1

Es sumamente interesante la reflexión que Ignacio Ramonet hace en su


libro “La Tiranía de la comunicación”, respecto del Poder de los Medios: él
los descontextualiza de los Poderes estatales y manifiesta que en la
actualidad existen tres poderes reales: El Poder económico, el Poder
político y el Poder mediático.

Ahora bien, más allá de en qué Poder o qué escalón ocupa el Poder de los
medios, es necesario ser conscientes de a qué nos referimos cuando
hablamos de poder. Indefectiblemente el Poder se encuentra concatenado
con la influencia:

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“El Poder es una relación en la cual una persona, un grupo o una fuerza,
una institución o una norma condicionan el comportamiento de otra u
otras, con independencia de su voluntad y resistencia.”3

Jorge Carpizo nos explica que se distinguen diversos tipos de Poderes: El


Poder político, el paternal, el económico, el ideológico y el asociativo.

En el caso de los medios de comunicación, es fuerte la presencia de poder


ideológico. Éste se caracteriza principalmente porque a través de la
elaboración y proyección de conocimientos, imágenes, símbolos, valores,
normas de cultura y ciencia en general ejerce la coacción psíquica y logra
que la sociedad, el grupo o la persona actúen en una forma determinada.

El Poder ideológico se manifiesta primordialmente a través de:

a) Las religiones.
b) Las escuelas.
c) Los medios de comunicación masiva.
d) Los escritores, intelectuales y científicos.

En definitiva, como nos explica Carpiso: “...los medios de comunicación son


un poder porque poseen los instrumentos y los mecanismos que les dan la
posibilidad de imponerse, que condicionan o pueden condicionar la
conducta de los otros poderes, organizaciones o individuos con
independencia de su voluntad y de su resistencia...”4

Ahora bien, toda esta explicación tiene su por qué y es justamente tanto la
descredibilidad en las instituciones como así también cierta falencia de la
gestión gubernamental, lo que hace de los medios de comunicación ser
verdaderos agentes sociales, donde el ciudadano acude a ellos como
manera de obtención de servicios o en definitiva como una forma de
hacerse escuchar y elevar las respectivas quejas.

Es decir, de esta descripción se desprende la idea que los medios de


comunicación dependen directamente de la sociedad de su actividad
pública y privada, del poder económico y ciudadano.

De allí surgen dos posturas o visiones, como bien señala Denis Mc Quail,
que se tienen en lo que respecta a la relación entre los medios de
comunicación y la sociedad:

3
Carpizo, Jorge. “Los medios de comunicación masiva y el estado de derecho”.
http://info.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/boletin/cont/96/art/art2.pdf
4 IBIDEM.

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 Las teorías mediacéntricas.


 Las teorías sociocéntricas.

Las primeras consideran a los medios de comunicación como agentes


esenciales de cambio social, mientras que las segundas indican que los
medios son reflejos de las fuerzas políticas y económicas, por lo que una
teoría mediática sería sólo un elemento de una teoría social mayor.

También se encuentran posturas diferentes entre quienes pertenecen al


ámbito de la cultura y quienes sitúan el eje en elementos materiales;
conjugando cada uno de ellos con las teorías mencionadas se logra
comprender un abanico interesante de enfoques para analizar la relación
entre los medios de comunicación y la sociedad.

Seguimos basándonos en lo que Denis Mc Quail nos señala como


dimensiones de los medios de comunicación y encontramos (integrando las
teorías y enfoques mencionados) los siguientes:

1) Enfoque media culturalista: Concede la mayor importancia al


contenido y a la recepción de los mensajes mediáticos teniendo en
cuenta la influencia del entorno individual inmediato.
2) Enfoque media materialista: Considera los aspectos políticos –
económicos de los medios de comunicación.
3) Enfoque socio culturalista: Hace hincapié en la influencia de los
factores sociales en la recepción y producción mediática.
4) Enfoque socio materialista: Considera que los medios son un reflejo
de las circunstancias económicas y materiales de una sociedad.

Para finalizar este punto de análisis, es interesante transcribir fragmento


de un escrito realizado por Paul F. Lazarsfeld5:

“Los medios masivos de comunicación confieren status a


acontecimientos públicos, personas, organizaciones y
movimientos sociales.

Tanto la experiencia común como las investigaciones


atestiguan que la reputación social de personas o
programáticas sociales se elevan cuando logran atención
favorable en los medios masivos de comunicación.

En muchos sectores, por ejemplo, se considera importante


que el Times dé apoyo a un candidato político o a un

5
Muraro, Heriberto (comp.). La comunicación de masas, Centro Editor de América Latina,
Buenos Aires, 1977. Link: Http://www.nombrefalso.com.ar/hacepdf.php?pag=94&pdf=si

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programa público; se interpreta este apoyo como una


inequívoca ventaja para el candidato o el programa. ¿Por
qué?

Los medios masivos de comunicación otorgan prestigio y


realzan la autoridad de individuos y grupos legitimizando su
status. Ser reconocido por la prensa, la radio, las revistas o
los noticieros atestigua que se ha triunfado, que se es lo
bastante importante como para haber sido distinguido entre
las vastas masas anónimas, que la conducta y las opiniones
de alguien son tan importantes que exigen la atención del
público.”

Se puede presenciar muy vívidamente cómo opera esta función


conferidora de status en la pauta publicitaria según la cual "personas
destacadas" recomiendan un producto. En vastos círculos de la población
(aunque no dentro de ciertas capas sociales selectas), tales
recomendaciones no sólo subrayan el prestigio del producto sino que
también reflejan prestigio en la persona que formula esas
recomendaciones. Anuncian públicamente que el grande y poderoso
mundo del comercio lo considera poseedor de un status lo bastante alto
como para que su opinión importe a mucha gente. En una palabra: su
recomendación testimonia su propio status.

Funciones de lo mediático
Los medios de comunicación, en la actualidad y salvo algunas excepciones,
están conformados como verdaderas empresas (que en muchas
oportunidades aglutinan distintos medios de comunicación) y, por lo tanto,
para comprender el sistema mediático es necesario entender esta
dinámica.

En virtud de este contexto, más los explicitados en párrafos anteriores, no


podemos dejar de mencionar a Adriana Amado Suárez quien nos señala
acerca del ámbito de lo mediático:

 Los medios masivos conforman un complejo entramado de intercambios


sociales.
 Cada medio da un recorte de la realidad.
 Debe considerarse que las personas se informan no sólo por los
informativos de los medios sino por toda expresión que sale difundida
en ellos.

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De esta manera podemos describir concretamente la situación actual de


los medios de comunicación. Es de destacar que cuando se habla de
recorte de la realidad, indudablemente ya nos estamos adelantando en
una discusión que cotidianamente aparece. ¿Los medios construyen o
reflejan la realidad?

Esta discusión se da en un marco más general, donde se pone en tela de


juicio si existe la objetividad periodística o en realidad éste es un estado al
que nunca se puede llegar, ya que siempre hay factores subjetivos: desde
la opinión que emite un periodista sobre tal o cual fenómeno, hasta el ojo
de aquel camarógrafo que elige hacia qué “apuntar” con la cámara para ser
luego difundido.

Bajo este contexto, cabe preguntarse cómo abordan los medios a la


realidad y si la “verdad” que ellos nos transmiten se condice con lo que
realmente ocurre.

Debemos tener en claro que la inmediatez es una de las cualidades de


funcionamiento de esta “verdad”, donde lo que está pasando casi deja de
ser noticia, y se focaliza en lo que pasará mañana. En este vertiginoso
contexto, los medios de comunicación, muchas veces y, a modo de
ejemplo, en vez de informar las resoluciones judiciales, “opinan” sobre
ellas generando alternativas del proceso judicial, contradiciéndose así,
muchas veces la “Verdad mediática”, de la “jurídica” y de la “real”. El
problema aquí es que legitimidad tendrá la “verdad jurídica” si no coincide
con la opinión pública.

La formación de la “verdad periodística” se caracteriza porque desde su


nacimiento nunca está basada, o mejor dicho difícilmente lo está, por la
presencia directa del periodista sobre los hechos, sino que se va
construyendo sobre testimonios o en algunas oportunidades documentos
escritos.

Bajo este marco, nos permitimos abordar ahora las diferentes funciones de
lo mediático para comprender así como nosotros tenemos los contactos
cotidianos con los medios de comunicación.

Denis McQuail, nos indica que Wright, en el año 1960 desarrolló un


esquema para describir los efectos mediáticos y que el entretenimiento
estaba señalado como cuarta función clave. En base a ello se puede
distinguir:

Información:

 Brindar información sobre acontecimientos y situaciones de la sociedad.

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 Señalar relaciones de poder.


 Facilitar la innovación, la adaptación y el progreso.

Correlación:

 Explicar, interpretar y comentar el significado de los acontecimientos.


 Socializar.
 Coordinar actividades aisladas.
 Crear consenso.
 Establecer órdenes de prioridad.

Continuidad:

 Expresar la cultura dominante y reconocer las subculturas y nuevos


desarrollos culturales.
 Forjar y mantener el carácter común de los valores.

Entretenimiento:

 Proporcionar entretenimiento, diversión y medios de relajación.


 Reducir la tensión social.

Movilización:

 Hacer campaña por objetivos sociales en los ámbitos de la política, la


guerra, el desarrollo económico, el trabajo y en algunas oportunidades
la religión.

Características discursivas de los principales medios de


comunicación
Unos de los temas relevantes para abordar en el análisis de los medios de
comunicación, sin lugar a dudas, es la forma en lo que se emiten los
mensajes y cómo se los interpreta.

Indudablemente existen diversas posiciones o posturas al respecto, pero


hemos de destacar el denominado “Enfoque en la recepción” que el autor
ya mencionado Mc Quail plantea en su libro “Introducción a la teoría de la
comunicación de masas”.

Este enfoque consiste en ubicar en el receptor la atribución y la


elaboración de significados derivados de los media. Los mensajes
mediáticos se caracterizan por ser abiertos e interpretados de acuerdo a la
cultura y contexto en el que se encuentran insertos sus receptores.

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Stuart Hall formuló una teoría crítica en el año 1980 desde la cual afirmaba
que los comunicadores eligen codificar mensajes con fines ideológicos e
institucionales y manipulan el lenguaje y los medios de comunicación para
llegar a estos fines. Por otro lado, los receptores no están obligados a
aceptar los mensajes tal como fueron enviados, sino que pueden resistirse
a lo emitido generando interpretaciones y lecturas distintas de acuerdo a
su experiencia.

El tercer aspecto a considerar, es que la comunicación se origina en las


instituciones mediáticas, cuyas estructuras de significados habituales
estarán muy probablemente en conformidad con las estructuras de Poder
dominante.

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Información.
Subinformación.
Desinformación.
Sobreinformación

Análisis de los
medios de
comunicación

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Información. Subinformación.
Desinformación.
Sobreinformación
Ahora bien, si este marco descripto lo llevamos concretamente a la
temática que abordamos con este escrito (mass media), es preciso
describir cómo las comunicaciones y la información se ve modificada por
el desarrollo de las nuevas tecnologías y cómo se enmarcan dentro de la
“Sociedad de masas”.

Como dijimos anteriormente, la Información se convierte en mercancía,


pero como cada vez hay más medios de comunicación con fácil acceso
(medios de comunicación formales como así también los informales –
blogs, páginas web, foros, entre otros); esta mercancía muchas veces es
tan abundante que lo que termina haciendo es confundir al consumidor.
En virtud de ello y tomando conceptos que nos brinda Adriana Amado
Suárez, es que podemos distinguir entre:

Información: Definida como el proceso de conocimiento, personal o


público que da a conocer datos, hechos, actividades, a través del lenguajes
y que en el caso de la información periodística se expresa a través de los
medios de comunicación.

Se puede indicar que una de las principales diferencias entre la información


y la comunicación es que en esta última se emiten datos (en este caso
informaciones) pero se ven respuestas del receptor a través de feedback o
retroalimentación.

Subinformación: Cuando la información es insuficiente nos encontramos


antes el proceso de subinformación.

Desinformación: Cuando, periodísticamente hablando, nos encontramos


frente a noticias falsas o que incurren en engaño.

Finalmente, la sobreinformación es el concepto clave en este mundo


moderno donde la comunicación masiva y la sociedad de masas se impone
frente al desarrollo tecnológico. Esta sobreinformación se da por la
excesiva difusión de información que en muchas oportunidades hasta es
absolutamente innecesaria. Justamente este proceso se vive
cotidianamente en este mundo globalizado donde las personas se

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transforma en sujetos muchas veces pasivos que son abordados por un sin
número de mensajes que en definitiva terminan mal informando o
generando actitudes de desinformación dentro de un contexto confuso y
dinámico.

Figura 1

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Periodismo, noticia y
noticiabilidad

Stella Martini

Extractado de MARTINI, Stella Periodismo, noticia y noticiabilidad, Norma, Buenos Aires, 2000.

2. Acontecimiento y noticia

La noticia es el suceso

El pasaje del acontecimiento a la categoría de noticia es la cuestión clave en la descripción e interpretación


de la información massmediatizada.

El poder de los medios impulsa a los individuos y a las instituciones a buscar prensa cuando consideran que
lo que tienen para decir o lo que les pasa constituye un suceso, tiene la calidad de noticia. Todos los días, en
las redacciones periodísticas se desecha información que, de haber llegado al estatuto de noticia habría sido
considerada y comentada como tal (Gomis: 1991). Los fines de semana, los diarios suelen ofrecer noticias
con una carga más baja de noticiabilidad que la de aquellas publicadas en los otros días (muchos
acontecimientos vueltos noticia un domingo no alcanzarían ese estatuto otro día de la semana). Algunos
noticieros televisivos usan eslóganes "en síntesis, esto es lo importante" (dice el de la medianoche en el
Canal 13 de Buenos Aires), o "así es como está el mundo" (afirma el cierre del Panorama mundial de la CNN
en español) que legitiman su oferta como "real". La pregunta es por qué algo que pasa es identificado corno
un suceso público, por qué "lo que pasa es lo que sucede (o sucedió)" y es noticia.

Naturaleza del acontecimiento

El acontecimiento significa una ruptura en cualquier ámbito, privado o público, que se destaca sobre un
fondo uniforme y constituye una diferencia, y se define por los efectos en el tiempo y en el espacio en los
que ocurre. Sólo cobra sentido en una serie, y en relación con los sujetos sociales (Rodrigo Alsina, 1996;
82), por ello su reconocimiento es una operación situada y dinámica. En el periodismo, el acontecimiento
forma parte de una triangulación que incluye al público y a las fuentes (que producen y/o permiten el acceso
al acontecimiento).

Hay diversas clases de acontecimientos, y de noticias. Los procesos de globalización de las economías y de
mundialización de las culturas afectan a las clasificaciones y jerarquizaciones (Ford: 1999; Garcia Canclini:

Stella Martini. Periodismo, noticia y noticiabilidad - Página 1/24


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1999; Ortiz: 1997; White, Little & Smith: 1997), y las agendas públicas se han reformulado en términos de
región o de globo, pero también en términos de segmentos de intereses y necesidades menores pero
igualmente significativos y antes no identificables. Por eso, establecer si un acontecimiento pertenece al
ámbito local, nacional o global no es un tema menor.

En la actualidad, se asiste a la formación de "bloques de informaciones que no son clasificables o


explicables como noticias sólo locales o sólo internacionales", y a los que se puede calificar de
transnacionales (Colombo, 1997: 14), fenómenos como el sida, el narcotráfico, las amenazas al medio
ambiente, las migraciones poblacionales o los conflictos fundamentalistas, por ejemplo. Un acontecimiento
como el atentado a la sede de la mutual israelita de la AMIA, ocurrido en la Ciudad de Buenos Aires en
marzo de 1994, es por contexto de ocurrencia (y por contactos locales en la preparación del atentado) un
hecho nacional, pero por las causas y los efectos que produjo, un acontecimiento internacional, o siguiendo
la tipificación que hace Colombo, transnacional: instala como escenario de un conflicto de Medio Oriente, a
una región geográficamente distante y a una sociedad aparentemente alejada de ese conflicto, en los
efectos entran en juego problemas nacionales e internacionales (con características que exceden el lugar de
ocurrencia del atentado) y las agendas de seguridad se transnacionalizan. La conmoción operó sobre la
sociedad argentina, también en la sociedad israelí, y repercutió en las agendas de seguridad de Brasil,
Europa y los Estados Unidos, en términos de afianzamiento del tema en las agendas mundiales. Más allá de
la complejidad de los efectos, la noticia apareció en las secciones de "Política nacional" de los diarios y
televisores argentinos, y en las de "Política internacional" de los medios de otros países y en la CNN.

La selección y clasificación de los acontecimientos que serán noticia se apoya en los ejes
información-sociedad, en términos de necesidades y expectativas, y de reconocimiento-realidad, en términos
de verosímiles que constituyen la realidad cotidiana, y tiene que ver con los valores de noticiabilidad de los
que se carga en cada situación y en cada medio en particular.

Qué es una noticia

La noticia es la divulgación de un suceso (definición que abarca a todo tipo de noticias), y en muchos
manuales sobre teoría del periodismo aparece como la construcción de lo que sucedió, y por lo general
asociada a la práctica de la noticia de veinticuatro horas propia de la prensa gráfica. Hace unos años, Ted
Turner la definió como "lo que está sucediendo", eslogan de la cadena de noticias por cable que creara, la
CNN (Cable Network News), precursora de las transmisiones noticiosas globales.

Acordando con Escudero, se puede definir la noticia como 'la particular construcción del discurso de la
información que narra eventos factuales generalmente públicos" (1996: 73). Como "imagen del presente
social' (Gomis, 1991: 1 l), es el relato de un suceso que implica o afecta a individuos de la sociedad. Si se
toman en cuenta los valores que rigen la noticiabilidad, la noticia puede ser definida como la construcción
periodística de un acontecimiento cuya novedad, imprevisibilidad y efectos futuros sobre la sociedad lo
ubican públicamente para su reconocimiento. Van Dijk le agrega la marca de "categoría ambigua", y la
explica como "la nueva información tal como la proporcionan los medios y tal como la expresan los informes
periodísticos" (1990: 17).

El soporte que difunde la noticia es también una variable a la hora de su definición. La noticia en los diarios

Stella Martini. Periodismo, noticia y noticiabilidad - Página 2/24


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responde a la definición tradicional, que nació con las primeras formas de la prensa periódica: la frecuencia
diaria hace a la noticia la construcción relatada de hechos que han sucedido en las últimas veinticuatro
horas. La noticia televisiva está presionada por los efectos de la inmediatez, y de la transmisión en directo.
Por eso en televisión, la noticia es también el presente de lo que está sucediendo.

Los sistemas clasificatorios de las noticias

Los medios ordenan las noticias según formas clasificatorias diversas que constituyen las distintas secciones
, fijas en los diarios, más flexibles en los noticieros televisivos. Las clasificaciones se hacen según los
ámbitos de ocurrencia de los acontecimientos, y responden a veces a un interés común, como política
nacional o información sobre la sociedad, otras, a un interés sectorial, como economía, cuyo discurso y
lenguaje más especializados se dirigen a un público con una competencia y un interés puntuales en ese
ámbito.

Al ordenar los materiales según criterios tipificados, las secciones de los medios arman recorridos de
lecturas posibles, y construyen versiones de una clasificación de la realidad, responden a la vigencia de
determinadas agendas de problemas y al contrato de lectura que el medio mantiene con su público.

Las secciones de los diarios

Las secciones de los diarios remiten al sistema clasificatorio de la modernidad con espacios que responden
a los ámbitos de las actividades de las instituciones públicas, casi coinciden con las áreas en que se
organiza la tarea gubernamental, privilegian los campos de la política (nacional e internacional) y la
economía. Las noticias que tematizan problemas de la sociedad, la salud, la educación, el medio ambiente,
etcétera, suelen incluirse en "información general" o "sociedad". Puede pensarse que es un tipo de sección
demasiado generalista, donde se publica todo aquello que no refiere a los ámbitos político-administrativo o
económico, sin embargo, se ha ido convirtiendo en una zona de información cada vez más jerarquizado en
el momento de la lectura y por tanto de la producción. El crecimiento de esta zona ilustra la movilidad de los
sistemas clasificatorios, fenómeno que se observa también diacrónicamente, y que tiene como efecto una
reacomodación de las agendas del medio. justamente, la sección que incluye las agendas sobre la sociedad
ha crecido en los últimos años en detrimento de las secciones de política, donde ha desaparecido la crónica
parlamentaria. Se trata del efecto de varios fenómenos rnacroestructurales, pérdida de credibilidad de los
sistemas políticos y caída de los grandes relatos explicadores de la realidad; reformulación del
Estado-nación con la desaparición de su función protectora del bienestar; creciente protagonismo de la
sociedad civil y aparición de nuevas agendas de problemas tanto globales corno locales. Las zonas de
interés general incluyen problemáticas "cercanas", en términos geográficos y de interés, y de fuerte impacto
en la vida cotidiana. Es una forma de clasificar todo aquello que interesaría más de cerca al individuo común,
por fuera de las agendas programáticas de las instituciones del Estado- y del mundo empresarial.
Construidas a modo de ventana abierta a la realidad común, se apoyan en retóricas narrativizadas, incluyen
la casuística, y las llamadas notas "de interés humano" y "de color", y resultan quizás más creíbles para el
público, porque le permiten el anclaje en la experiencia propia.

El protagonismo y la autonomía de este tipo de secciones ofrecen, con todo, algunos problemas relativos a

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la construcción y ordenamiento de la información, hay noticias que se mueven de una sección a otra
(muchas noticias sobre el delito o sobre educación aparecen a veces en "información general", otras, ocupan
secciones propias), y no siempre la jerarquización (el énfasis recibido) que se hace de la información
responde al lugar que los temas ocupan en las agendas públicas, sino a la variable conmoción o escándalo
que hace a un hecho más noticiable. En esta sección, la categoría identidad ciudadana suele aparecer
fragmentada y ambigua en términos de participación. Son noticias que enfatizan los temas con el "color" y
variadas dosis de sensacionalismo, y reducen la participación ciudadana a reclamos y denuncias, y que, al
acentuar el padecimiento y el recorte de los derechos ciudadanos, o bien olvidan el ámbito de los deberes
implícitos en todo derecho, o bien cristalizan una imagen de ciudadano victimizado, al margen de la actividad
pública. No se trata de adjudicar a las noticias -a los medios- las responsabilidades por la grave situación
actual, sino de enfrentarlos con las jerarquizaciones y retóricas que se articulan en los discursos a través de
los cuales se produce el reconocimiento de la actualidad.

Justamente, la ampliación de esta zona, que traduce parte de las transformaciones políticas y sociales
contemporáneas, exige al periodista una lectura mucho más experta de "la calle" y también de los diversos
medios, y una mirada al conjunto de las agendas temáticas, para evitar la construcción de una imagen
recortada o parcial de lo que está sucediendo.

Hay ciertos temas que, como se señaló antes, ya constituyen agendas públicas y buscan su lugar en la
organización que los medios hacen de la realidad. Pero ya que atraviesan diferentes ámbitos (político, social,
económico, o local, nacional, internacional), como los conflictos interculturales, las migraciones forzadas, las
pretensiones de universalismo de los procesos globales y de los fundamentalismos, resultan un problema a
la hora de su clasificación. Hasta el momento, los diarios resuelven el problema remitiéndose al lugar
geográfico de ocurrencia de los sucesos, así les quitan gran parte de su carga de inscripción en el nivel
macroestructural de ocurrencia real.

Los desplazamientos en la jerarquía de ciertas secciones y la necesidad de la renovación de sistemas


clasificatorios tradicionales y de la disposición de otros que den cabida a agendas públicas nuevas ubican el
tema de las clasificaciones en un lugar de urgencia en el debate sobre la noticia, ya que no sólo implican a
las mismas formas del trabajo de construcción de la noticia (los valores de noticiabilidad de un hecho) sino
también a las formas de percepción y reconocimiento de los individuos.

Las clasificaciones en televisión

En la televisión las clasificaciones son flexibles, pueden abrirse a etiquetas nuevas, o modificarse por la
importancia de temas de "último momento" o de aquellos que, por su relevancia o gravedad, se imponen en
el primer bloque, o por la dominancia de alguna serie de noticias. Hay una tendencia a explicitar las
clasificaciones generales, anunciando las noticias "políticas", "económicas", o "policiales", pero también
aparecen bajo el rótulo del caso particular que desarrollan, "guerra en los Balcanes", "inundaciones" o "el
caso Elián" (el niño cubano que sobrevivió al hundimiento de la balsa que lo trasladaba a Miami, donde se
convirtió en objeto de disputa política). Esta modalidad de ordenar la información intenta atraer la atención
del público, y funciona también como título destacado (permite a la audiencia ubicarse fácilmente en la
agenda propuesta).

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Las nuevas tendencias sociales en las agendas de los medios

Un medio moderno se caracteriza no sólo por sus servicios a la opinión pública en términos de construir la
información de "rutina", sino también por la introducción de nuevas problemáticas y tendencias que aparecen
en las sociedades. La lectura de nuevas tendencias depende de la capacidad del periodismo para interpretar
la diversidad de acontecimientos que se producen en el mundo y la aceleración de las transformaciones. A
veces son datos estructurales los que plantean la posibilidad de un nuevo fenómeno social, como los datos
sobre desempleo, que permiten no sólo prever conflictos sociales sino también cambios socioculturales.
Otras veces, un acontecimiento se transforma en un tema que se instala en la agenda del medio y constituye
una serie, como el de las migraciones pobres o el del desempleo en los sectores más jóvenes de la
población. Un acontecimiento en apariencias imprevisible exige hipótesis o explicaciones particulares, como
los casos de violencia armada en las escuelas o de corrupción que cruzan empresas transnacionales con
gobiernos nacionales (como el caso IBM-Banco Nación, en la Argentina).

Las nuevas tendencias o nuevos problemas (new issues) en las agendas públicas se constituyen en temas
que se resisten a los encasillamientos tradicionales. Algunos comienzan a constituir zonas fijas en la agenda
de los diarios (cuerpo principal o suplementos) y de la televisión (los canales temáticos), y de la sociedad
(así sucede con el conjunto formado por la ciudad, la seguridad, el tránsito, la calidad de vida, la ecología, o
también con el de género, feminismo, acoso sexual, aborto, planificación familiar). Esto se corresponde con
nuevas necesidades de la opinión pública.

Los supuestos en la noticia

Usualmente, las noticias de mayor gravitación en la sociedad constituyen series que se retoman cuando se
producen nuevos hechos, o se incluyen en agendas ya reconocidas. Este fenómeno favorece la clasificación
rápida de un nuevo acontecimiento y facilita su presentación al público, ya que se lo supone conocido por el
público. Y también permite la habilitación de los supuestos que se manejan en el momento de construir la
noticia. Los supuestos remiten a la información recibida con anterioridad por el público, que estaría
archivada en su memoria y sobre la que no sería necesario volver. El recurso a los supuestos se apoya en el
imperativo de la brevedad y en la preocupación por evitar la redundancia. En la dificultad de establecer el
estado real de esta información almacenada, la tendencia general en los medios es evitar supuestos,
aunque tampoco se elige dar información muy obvia. Se suele suponer que una noticia que se inscribe en
una serie reciente o una agenda temática habitual reactiva fácilmente información previa que colabora en su
interpretación. Sin embargo, hay niveles de supuestos que los medios tendrían que corregir o discutir (no
todos los individuos saben, por ejemplo, qué es un proyecto de ley y cuál es su mecánica de acción, y las
noticias sobre el tema suelen omitir las aclaraciones). La pregunta pertinente en este caso es si se debe
suponer que el lector tiene una educación cívica adecuada para leer correctamente tales temas o si el medio
tiene que recordar o explicar estos procedimientos.

Se pueden identificar diferentes niveles de saberes que los medios atribuyen a la competencia de sus
públicos: supuestos informativos, que tienen que ver con hechos ya difundidos relacionados con el presente
informativo, y por los que se informa sobre algo sin explicar qué fue lo que provocó la acción que se relata.
Los supuestos informativos son quizás los que ofrecen menores posibilidades de error, se pueden establecer

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fácilmente, porque se derivan de la importancia de la agenda que incluye a la noticia o de la cercanía del
hecho nuevo con la serie. Hay también supuestos históricos, conocimientos que refieren a hechos del
pasado, que se relacionan con la información del presente. Trabajar desde ellos implica un riesgo alto
porque si no están correctamente fundados pueden recortar el sentido de la información construida (dar por
supuesto un conocimiento que refiere a hechos ocurridos más de veinte años atrás puede provocar la
parcialización del sentido de la noticia actual).

Los supuestos interpretativos apelan al lugar del lector como interpretador de la noticia, y anulan el eje de
construcción, propio del discurso periodístico: la información televisiva da por supuesto, muchas veces, que
la imagen es elocuente y no merece una interpretación por parte del medio. Los supuestos de relación dejan
por sentado que el lector hará las relaciones que el texto considera pertinentes, aunque la información
suministrada pueda no ser suficiente para ello. En estos casos, quizás los más frecuentes, los medios suelen
desvincular los procesos del nivel macroestructural donde encuentran su sentido completo.

El estudio de la noticiabilidad

El trabajo con la gran masa informativa a la que acceden diariamente los medios se inicia con la verificación
de la adecuación de los acontecimientos a los criterios de noticiabilidad. Una teoría sobre la noticia trabaja
en la identificación de esos criterios y las formas de su aplicación en el armado cotidiano de las ofertas
informativas. La tarea incluye la entrada en el campo de las rutinas que se ponen en práctica en la
construcción de la noticia, y la consideración de que cualquier definición de noticia y de las cualidades que
hacen a un hecho noticiable cobran sentido en el marco de una cultura y de un momento histórico, y en
relación con el contrato de lectura de un medio con su público.

Un estudio de la noticia, centrado en los criterios de noticiabilidad, incluye, necesariamente, varios niveles
que remiten a los procesos de definición, producción, y consumo de la misma: el nivel de los productos, el de
los productores, y el de la recepción (Ford y Martini: 1997). Tiene como objetivo analizar las diferencias que
pueden darse entre las concepciones y los sentidos sobre la noticia y los criterios de noticiabilidad en los
públicos y en los productores de las noticias, y los que aparecen en los productos en el circuito de
comunicación. El abordaje de los productos es primero: da las pautas de análisis.

En la noticia se estudian las formas en que se legitima y naturaliza como discurso ante la opinión pública, los
criterios de noticiabilidad a los que responde, y bajo qué clasificación aparece, los sentidos posibles
construidos, y la conexión con las series de representaciones que circulan en la sociedad.

En el nivel de los productores, se trabaja sobre la concepción de la noticia que dirige su labor; los criterios
implícitos y explícitos de selección y jerarquización que aplican y los sistemas de construcción de la noticia
que manejan, el acceso y verificación de las fuentes y los efectos de la vinculación con el poder; y el
imaginario con respecto al público, a la realidad y a su tarea en el espacio público, y los sistemas de análisis
y desarrollo de tendencias (new issues) que aplican.

En el nivel de los públicos, hay que entender a qué llaman noticia y el interés que tienen por ella, el lugar que
ocupa en su vida cotidiana; cómo la leen, y qué relación establecen entre la jerarquización que plantean los
medios y la que ellos hacen de la realidad y, finalmente, la articulación entre los niveles de comprensión de

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la noticia, la propia experiencia y los imaginarios que sustentan.

En el análisis del producto puede no aparecer alguna información que provea la construcción de sentido que
hacen receptores y productores. Aunque tales desvíos no suelen ser importantes, son datos que ajustan las
conclusiones del estudio, y permiten a los medios mejorar la oferta en términos de la noticia como un
servicio de interés público (Ford y Martini: 1997).

4. El estudio de la noticiabilidad

Los estudios sobre el proceso productivo

Los estudios sobre la construcción de la noticia señalan el paso de las teorías centradas en el mensaje
periodístico y en sus efectos sobre los públicos al de las investigaciones que colocan corno objeto el proceso
de producción y la labor de los emisores. En la actualidad, el resultado de las investigaciones ofrece
formulaciones teóricas en dos direcciones: la sociología de las profesiones, dedicada al análisis de los
emisores en su inserción en la profesión y en su relación con la sociedad; y "los estudios que analizan la
lógica de los procesos con la que se produce la comunicación de masas y el tipo de organización del trabajo
en el que tiene lugar la «construcción» de los mensajes" (Wolf, 1991: 204).

El estudio de los procesos productivos que hacen al pasaje del acontecimiento a la noticia incluye dos
etapas, cronológicamente diferenciadas en las investigaciones: la primera centrada exclusivamente en la
selección de la información, proceso que se denomina gatekeeping (cuidado del acceso), y la actual, que
abarca el proceso productivo completo, identificada como newsmaking (construcción de la noticia).

Los primeros estudios basados en el gatekeeping

Hacia 1950, David White decidió aplicar al estudio de la práctica productiva periodística el concepto de
gatekeeping, acuñado por Kurt Lewin en 1947 en el campo de la psicología. El concepto de gatekeeping
(cuidado de la puerta o del acceso) investiga la manera irregular en que las informaciones circulan y se
encuentran sometidas a instancias que las demoran o "traban" en algún punto de la cadena comunicacional,
y la fluidez con que circulan luego aquellas que consiguen pasar la barrera. Estos lugares de demora o
nudos que actúan como barrera y filtro en la circulación de la información serían los gatekeepers o porteros.
En el campo del periodismo, White "utilizó el concepto para estudiar el desarrollo de la afluencia de noticias
a los canales organizativos de los aparatos de información, y sobre todo para determinar los puntos que
funcionan como «porterías», que determinan si la información pasa o es descartada" (Wolf, 1991: 205).
Primera etapa en los estudios sobre la producción de la noticia, la investigación sobre el gatekeeping se
centró en la relación entre los contenidos publicados en los diarios y el proceso de filtrado de la información.
Estableció, básicamente, dos hipótesis: los acontecimientos no acceden a la categoría noticia porque no
reúnen las condiciones para serlo (no tienen relevancia), y porque son más de lo mismo (son redundantes,
ya hay o hubo otros similares). Con lo que se deduce que los criterios de noticiabilidad sobre los que se

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trabajó en esa etapa fueron la novedad y la importancia de un hecho, aunque muchas veces los editores y
gatekeepers entrevistados aludían a problemas relativos a la disponibilidad de espacio para la publicación.
Las investigaciones explicaron los resultados de la selección a partir de los efectos y la presión que la
institución periodística imponía a sus empleados, y que se traducía en una distorsión voluntaria de la
información.

La tarea del gatekeeper, evitar que se filtre la información indeseada (por la institución o por el poder), ha
sido considerada una actividad que manipula y recorta la libertad de información. Si bien en una primera
etapa las investigaciones incluyeron sólo a los individuos que cuidaban el acceso de la información, más
adelantase trabajó sobre el sistema productivo en su conjunto, en su funcionamiento como gatekeeper, y se
estableció que la tarea de selección es un "proceso jerárquicamente ordenado y vinculado a una extensa red
de feed back"(Wolf, 1991: 206). Shoemaker explica que, en 1965, Gieber había criticado "los estudios sobre
el gatekeeper que usan el nivel individual de análisis, sugiriendo que las decisiones de la tarea de
gatekeeping están bajo la influencia no sólo de los valores del gatekeeper sino también de los valores de la
sala de redacción y de la audiencia (niveles de las rutinas y social/institucional)" (1991: 32).

Sustentado en la sociología funcionalista, los trabajos se propusieron analizar la producción en los medios
según las formas de control que reciben y las funciones de control social que ejercen.

El modelo de investigación centrado en la tarea de gatekeeping resulta incompleto y teóricamente


esquemático (su localización en las funciones), con todo, es necesario reconocer que aportó una perspectiva
de análisis hasta el momento relegada, la de los productores, e instaló el concepto de selección, axial para
determinar el sentido de los procesos productivos de la noticia. Las investigaciones no explicaron todas las
etapas y modos del proceso productivo, y no tuvieron en cuenta a la sociedad como caja de resonancia, en
términos de intereses y expectativas, sino que identificaban como referente de la selección al grupo de
trabajo, a las normas institucionales, y a las fuentes. Las críticas más fuertes que se hicieron a esta
propuesta se sintetizan en la exclusión del resto de las fases del proceso de construcción de la noticia, que
permitirían entender los "desvíos" de la información publicada y la relación de la noticia con la sociedad, y en
la perspectiva científica, predominantemente funcionalista.

La construcción de la noticia o newsmaking

Las hipótesis de una distorsión consciente de la información resultó insuficiente para explicar todas las
formas de producción de la noticia, y las investigaciones fueron planteando la viabilidad del pasaje al
reconocimiento de que en todo trabajo periodístico se produce además una "distorsión involuntaria"
directamente relacionada con lo que se denominan rutinas de producción y con los valores e imaginarios
periodísticos, que se comparten entre colegas y con las instituciones. Las noticias serían el producto de la
selección y el control y de las formas de procesamiento que responden a "instrucciones" (más o menos
explicitadas) de la empresa y a actitudes y valores consensuados o al menos aceptados (la distorsión
consciente) y de la articulación de prejuicios, valores compartidos con el medio y con la sociedad,
representaciones del propio trabajo y que están implícitos (la distorsión inconsciente o involuntaria).

Esta nueva etapa de las investigaciones, que recibe el nombre de estudios sobre el newsmaking o
construcción de la noticia, permite avanzar en el estudio de las formas de producción de la noticia, suprime

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la simplificación de las explicaciones de una tarea compleja, y permite herramientas útiles para analizar la
relación entre la imagen de la realidad social que construyen los medios, la organización y producción
rutinaria de los aparatos periodísticos y los sentidos sociales.

La elaboración teórica que da cuenta del newsmaking es fruto de profundos trabajos de investigación
etnográfica, con técnicas de observación participante, que incluyen la descripción, interpretación y
sistematización de la tarea periodística en el interior de los propios medios y de los cuales se pueden
mencionar entre muchos otros, los realizados por Schlesinger (1978) sobre la BBC de Londres, Gans (1979)
sobre las revistas Newsweek y Time, y las cadenas televisivas CBS y NBC, ambos a fines de 1970, o Gomis
(1991) sobre el diario El País, de Madrid, a fines de los años '80. Tales investigaciones han sido altamente
significativas según Tuchman porque "estudiaron las organizaciones noticiosas corno instituciones
complejas", se sustentaron en una focalización política y aportaron a "una cuestión epistemológicamente
clave: cómo las empresas de noticias llegan a «conocer» lo que «conocen»" (1991: 84). Los estudios sobre
el newsmaking parecen colaborar de un modo más eficiente (en términos epistemológicos y pragmáticos) al
estudio de la noticia.

Las rutinas de producción

El trabajo periodístico se desarrolla en tiempo real. Su objeto, la construcción de la información de interés


público, responde idealmente a la agenda de veinticuatro horas, que se relaciona con la agenda diaria de las
actividades de la sociedad y permite la definición de la noticia como relato de lo que sucedió. A la presión del
tiempo se une la complejidad de la propia práctica (búsqueda de la información, acceso y verificación de las
fuentes, investigación y consultas de archivo, entrevistas y cobertura de acontecimientos ya planeados o
imprevistos y que obligan a la presencia del periodista en el lugar de los hechos, y finalmente interpretación
del conjunto de datos para redactar la noticia). Se trata de un trabajo cuyos tiempos resultan siempre
insuficientes, y necesita por eso mismo una organización y una coordinación afinadas basadas en practicas
rutinarias, con la flexibilidad necesaria para ocuparse de sucesos extraordinarios, imprevisibles o
extemporáneos. Al hablar de rutinas de producción no sólo se incluyen las formas organizativas del trabajo
cotidiano, sino también una forma de pensar la realidad, una visión del mundo. Los acuerdos sobre ella (si
los hay) favorecen la resolución de los problemas que plantea la producción de la noticia. Esta naturalización
de un discurso sobre el mundo se basa en un acuerdo o un consenso (real o aparente) acerca de la realidad,
de los imaginarios sobre la sociedad y sobre el propio trabajo y de los valores, que hace a la selección y
clasificación de la información y a las maneras en que se la interpreta y se construyen las agendas y las
noticias. En el documental Tinta roja, sobre el trabajo de producción de la noticia en la sección "Policía" del
diario porteño Crónica, esta visión del mundo consensuada parece evidente, y se traduce en los comentarios
de los periodistas cuando explican su labor. Todos ellos parecen sinceros al explicar, desde una perspectiva
entre reformista y paternalista (también cínica y hasta resignada), el crimen pasional y la victimización
sufrida por los sectores populares como efectos de la pobreza y la injusticia ("acá trabajamos los crímenes
con cuchillo «tramontina»", afirma una de las periodistas en alusión a un tipo de cuchillo de mesa común y
barato, y para indicar que son los crímenes de la pobreza). Esta visión del mundo coincide con la contractual
del diario que utiliza "la matriz simbólico-dramática" de la que habla Sunkel (1992: 73 y ss), donde los
sectores populares no aparecen representados desde el conflicto político y la lucha de clases, sino desde los
espacios cotidianos en temas tradicionales de la cultura popular.

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Incidencia del gatekeeping en la construcción de la noticia

Las investigaciones sobre la construcción de la noticia abarcan fundamentalmente las formas en que se
organizan y se producen las noticias y su relación con la cultura profesional. Se puede concordar con
Tuchman (1977) cuando plantea que, ante la enorme cantidad de acontecimientos que aparecen día a día,
los medios tienen que poder trabajar de manera eficaz para lograr que las noticias construidas sean
reconocidas como tales, reciban un tratamiento formal común a todas, y respondan a una planificación
adecuada del trabajo.

Más allá de que los estudios sobre el gatekeeping tal como se plantearon originalmente hayan sido
superados por hipótesis más completas de investigación, la tarea de selección de la información sigue
siendo objeto de estudio, porque es una de las etapas primeras de lo que se denomina newsmaking, o
construcción de las noticias. Por lo tanto, se considera que el newsmaking exige y articula dos instancias, la
selección de la información, a través del reconocimiento de los valores que hacen noticiable a un
acontecimiento, y su conexión con las fuentes, y la verificación, ampliación, contextualización e
interpretación de esa información, es decir la forma en que esos valores que marcan el hecho elegido son
procesados en la noticia. Se trata de instancias interconectadas: la clasificación y jerarquización que se hace
del material publicable (o emitible) y las modalidades de la enunciación que organizan la noticia como
discurso están en directa relación con los criterios de noticiabilidad.

Se debe insistir en que ya no se trata de rastrear e identificar los lugares que funcionan como "cuellos de
botella" en donde cierta información queda atascada y por tanto desechada de las agendas temáticas de un
medio, sino de distinguir en el conjunto de la tarea productiva los valores que hacen noticiable un
acontecimiento y el significado que tales valores adquieren (y el modo como aparecen rutinizados y
naturalizados) en una sala de redacción, en interrelación con las expectativas y las series interpretativas de
la sociedad y los estados de la opinión pública.

Shoemaker establece que todo estudio sobre la tarea de selección de la información debe atender a tres
niveles (mínimos): el individual, que incluye "los valores y modelos de autoridad e influencia" que pesan
sobre aquel que elige; el de las rutinas de trabajo, donde se estudian "los puntos de decisión y los
estándares" que permiten observar, y el nivel organizacional-institucional extramediático, que remite a la
circulación del "flujo de noticias a través de las organizaciones" (1991: 33).

Al analizar a los gatckeepers individualmente, se deben considerar los aspectos cognitivos implicados (las
formas por las que esos individuos evalúan e interpretan los mensajes); las conductas que traducen las
decisiones prácticas (incluyen la aplicación consciente de reglas) y se relacionan con la cualidad de
consumidor en que la situación coloca al gatekeeper. Debe decidir qué es noticia y qué no, pero en la
decisión está "comprando" ciertos mensajes, para luego a su vez "venderlos" como adecuados y confiables
(Shoernaker, 1991: 39-40). En este nivel se consideran también las características personales, las
concepciones del papel del periodista, competencias, sistemas de valores y experiencias. Las diferentes
ideas acerca del papel del periodista en la sociedad plantean la posibilidad de que el galekeeper se
considere neutral con respecto a la información, y supuestamente recurra a los valores y reglas establecidos
por el medio, y se aleje de su propia subjetividad, o a la posibilidad de que se involucro con la información
para promoverla, cuando considere que un terna es relevante y poseedor de una carga fuerte de impacto

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sobre la sociedad. Las decisiones pueden favorecer la publicidad de un fenómeno que se insinúa como una
tendencia, o de hechos que finalmente no tienen la relevancia planteada originalmente o incluso de hechos
inventados total o parcialmente por las fuentes.

El nivel de análisis de las rutinas comunicacionales se ocupa de la organización en formas de trabajo


instauradas y puestas en práctica habitualmente, como ya se señaló. "Comunes a todo tipo de organización
laboral" (Shoernaker, 1991: 50), se distinguen por su operatividad y permiten una tipificación de las noticias
que Tuchman organiza como noticias blandas, noticias duras, noticias breves, noticias que se desarrollan y
noticias que se continúan (en Shoemaker, 1991: 50).

Con todo, los valores que se otorgan rutinariamente a los acontecimientos para su pasaje a la categoría de
noticias se relacionan también con los juicios de otros medios y de otros periodistas.

En el nivel de las instituciones extramediáticas se analizan los valores y creencias sustentados por el
conjunto de instituciones de la sociedad y por la opinión pública en general. Se consideran tanto la
valorización como el poder de las fuentes, las expectativas de los públicos, y las presiones de las lógicas del
mercado, gobierno, instituciones y otros medios de comunicación.

La descripción de los estadios implícitos en el estudio de la construcción de la noticia y en las tareas de


gatekeeper permite verificar que los criterios de noticiabilidad estructuran la selección y la construcción de
las noticias, las agendas y hasta las tapas de los diarios o los avances informativos en la televisión, y las
modalidades en que se ofrece la noticia.

En un medio, la tarea de gatekeeper es compartida por varios y diversos individuos: desde el conjunto que la
organización de la tarea establece para tal fin, a cargo de la mayor parte de ese trabajo, y los editores de las
diferentes secciones que deciden de entre el conjunto que el medio pone a su disposición, hasta los
periodistas que, de manera individual, buscan o proponen o favorecen la inclusión de un tema o un hecho
como noticiable, por fuera de las rutinas de selección establecidas, y hasta las fuentes. Estas se constituyen
en los primeros gatekeeper, ya que al decidir qué quieren que se haga público y qué no, y en el caso de las
agencias, al enviar la información en crudo, están haciendo una selección previa de los acontecimientos. Por
eso mismo, entre las rutinas de selección de los materiales noticiables la función de la negociación está casi
siempre presente.

La etapa y la tarea de selección de la información ha estado siempre en cuestión, y se ha constituido en el


centro de las disputas sobre la manipulación de la información. Desde perspectivas ideológicas diferentes,
se ha planteado tanto que el periodista tiene que, como "abogado" de la sociedad, pelear por imponer los
temas y problemas que señalan los desequilibrios y las raíces de los conflictos sociales, como moverse
según su grado de profesionalidad, que incluiría la capacidad de ser "objetivo".

Los criterios de noticiabilidad

El objeto de estudio central lo constituyen los criterios de noticiabilidad, de cuya aplicación resulta que miles
de acontecimientos pasan a ser cientos de noticias. En la práctica, los criterios de noticiabilidad permiten al
periodismo identificar la densidad significativa de los acontecimientos.

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El pasaje de la categoría acontecimiento a la categoría noticia es el resultado de un trabajo en producción


cuyo primer paso consiste en la aplicación discrecional de los criterios de noticiabilidad establecidos por el
medio. Tales criterios tienen su anclaje en la cultura de la sociedad y se relacionan con los sistemas
clasificatorios y las agendas temáticas habituales del medio, se encuadran en la política editorial sustentada,
y remiten a una concepción determinada de la práctica profesional.

Los criterios que hacen un hecho noticiable suelen ofrecer matices de una sociedad a otra, e incluso,
parcialmente, de un medio a otro. No se trata de un proceso rígidamente establecido, hay, como ya se
señaló, márgenes de flexibilidad que permiten el reajuste, relacionados con la naturaleza negociada de los
procesos de información, tanto desde los emisores corno desde los receptores. Aunque se acepte que en un
medio simplemente se aplican reglas prácticas, implícitas en la rutina del trabajo periodístico, hay que
reconocer que esas reglas refieren a valores que se adjudican a los hechos, y que se discuten en el medio
en el momento de fijar la agenda y las maneras en que la información va a ser construida. Según Lalinde
Posada, "la noticiabilidad como tal no responde a patrones rígidos sino que es fruto de una negociación..."
(1991: 134). Se trata de una negociación que implica varios niveles y en la que operan las relaciones entre el
medio, los periodistas y la opinión pública. Si bien los criterios que hacen a la noticiabilidad de un
acontecimiento pueden estar sujetos a desacuerdo en un principio, el medio tiene que poder organizar de
manera tal sus rutinas productivas como para que las diferencias puedan ser salvadas con rapidez.

Los criterios de noticiabilidad constituyen un conjunto de condiciones y valores que se atribuyen a los
acontecimientos, que tienen que ver con órdenes diversos. Es necesario insistir una vez más en el hecho de
que los criterios de noticiabilidad no son meros enunciados teóricos sino formulaciones pragmáticas,
modalidades organizativas del trabajo cotidiano. Por eso mismo tienen que ser claros y distintos, útiles en el
proceso de producción corriente y en los momentos críticos, cuando aparecen acontecimientos
extraordinarios o en situaciones de conmoción pública, cuya publicidad no puede eludir los plazos
habituales. Colombo refiere un dato que proviene de una "nota pegada en la pared, entre los avisos y las
notas de redacción de un telediaro de la ABC-TV:«homicidio, arma blanca, arma de fuego, agresión con palo
o armas anormales, estrangulamiento, suicidio»..." como "lista de prioridades" (Colombo, 1997: 182), que
son criterios prácticos para seleccionar entre la información sobre muertes y crímenes.

Para la elaboración de estos criterios, los medios evalúan el valor de la noticia como información práctica,
como impacto emocional y como formadora de la opinión pública. Estos rasgos apuntan a la concepción de
la noticia como un servicio público, que construye los datos que necesita la sociedad en su vida cotidiana; a
la conmoción y también a la empatía entre la construcción periodística y el público, que hace a la noticia más
cercana y creíble, y al papel jerarquizador de los medios en relación con los asuntos públicos.

Un hecho se vuelve noticia por el efecto y su función social, entendiendo por efecto las huellas que dejan las
noticias, en comentarios, conversaciones y debate y en la producción de otros hechos, y como función
social, por el valor de la información sobre la vida de los individuos. Por eso, el hecho que repercute más es
más noticia, lo mismo que el hecho que repercute en más hechos también lo es.

Los valores-noticia resumen criterios que actúan relacionados, algunos se aplican de modo general a todo
tipo de información y otros son propios de secciones determinadas o áreas temáticas específicas. Su
aplicación afecta el nivel de las agendas temáticas de los medios y también el nivel de las agendas
atributivas. No remiten sólo a qué es más noticia sino también a cómo se enfatizan aspectos del hecho

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atendiendo a los valores de los que está investido. Un hecho calificado corno relevante por su incidencia en
la vida nacional probablemente sea tapa de los diarios, tenga varias páginas de cobertura, se desagregue en
notas centrales y recuadros y hasta infografías, y se retome como tema en la sección de opinión o en las
columnas editoriales.

Tal como se señala Wolf, los valores-noticia "actúan difusamente, hasta transformarse en criterios de
relevancia aplicados implícitamente por los mismos lectores" (1991: 223).

De naturaleza dinámica, como no podría ser de otra forma, los criterios de noticiabilidad varían en el tiempo
y según las transformaciones socioculturales (McQuail: 1998; Sohr: 1998; Wolf. 1991; Rodrigo Alsina: 1996;
Gans: 1980).

Identificación de los criterios habituales de noticiabilidad

Es posible organizar y clasificar los criterios de noticiabilidad según variables diferentes, que se conciben
como valores, atribuidas a los acontecimientos. Los valores-noticia, "componentes de la noticiabilidad" (Wolf,
1991: 222) de un acontecimiento, son las cualidades significativas que construyen su relevancia. La
relevancia opera en el conjunto de periodistas de un medio, en el medio como empresa y en la sociedad.
Las noticias carecen de valor "si no se ocupan de los temas significativos de la actualidad y de lo que
realmente sucede", por eso la relevancia se constituye en "el término clave para evaluar la calidad de la
selección de las noticias" (McQuail, 1998: 291). El punto de partida para la investigación es cómo se verifica
la relevancia de un hecho.

La cuestión de la relevancia o cualidades de noticiabilidad que operan en el pasaje del acontecimiento a la


noticia exige formas de verificación de su adecuación a las necesidades de información de una sociedad,
independientemente del trabajo de verificación y corrección realizado en el mismo medio.

Un acontecimiento es noticia por su valor informativo, que incluye importancia y gravedad de lo que se
informa, y si concierne a una parte notable de la población en un margen de tiempo corto o largo, pero de
modo profundo, ya que la noticia establece un lazo con un sector amplio de la población que se siente
implicado o afectado, identificado o interesado. En este sentido la noticia puede referirse tanto a grandes
colectivos sociales (nación, conjunto de naciones, regiones), como a personajes representativos o
jerarquizados por diversas razones, o a individuos comunes.

Para sistematizar los diferentes criterios que operan en la noticiabilidad se puede recurrir a dos variables
básicas, el efecto del acontecimiento sobre la sociedad y sobre otros medios en términos de
transformaciones, y la cualidad del acontecimiento en términos de trabajo periodístico y de percepción por
los sujetos sociales.

Según los efectos que un acontecimiento puede tener sobre la sociedad, los valores-noticia más importantes
son:

• novedad
• originalidad, imprevisibilidad e ineditismo

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• evolución futura de los acontecimientos


• importancia y gravedad
• proximidad geográfica del hecho a la sociedad
• magnitud por la cantidad de personas o lugares implicados
• jerarquía de los personajes implicados
• inclusión de desplazamientos

La novedad es la marca que define la noticia porque es "índice de la variación en el sistema", que implica la
existencia del hecho como ruptura (Rodrigo Alsina, 1996: 98). la calidad de novedoso parece no necesitar
aclaración, sin embargo como gran parte de las noticias que son tapa diariamente en los diarios constituyen
series (se continúan durante varios días o semanas, porque tematizan problemas graves o abiertos, que
requieren de un desarrollo, producen otros hechos conexos, como son los casos de medidas de gobierno,
delitos, juicios o catástrofes naturales) cada día la serie debe ser alimentada con información nueva, si no
desaparece corno tal. Estas noticias sobre temas serializados deben marcar un cambio con respecto a la
noticia anterior.

La originalidad, la imprevisibilidad y el ineditismo refuerzan la marca de novedad de un hecho, permiten su


énfasis, apelan a la curiosidad que pueda despertar, y a la inquietud que provoca. Un hecho original es más
noticia porque es más novedad. Los hechos imprevisibles operan con fuerza en los imaginarios sociales,
propician el surgimiento de significaciones asociadas a la inseguridad y la amenaza. Las explosiones, las
catástrofes, los desastres, los golpes de Estado y los crímenes son altamente noticiables, constituyen el
término imprevisto de procesos inesperados y representan la alarma en la sociedad (son una amenaza a la
estabilidad). Suponen la irrupción de lo desconocido en los medios: se traducen en noticias que circulan
rápidamente y movilizan a la sociedad. Los acontecimientos marcados por la imprevisibilidad no
desaparecen fácilmente de las agendas mediáticas, la conmoción que provocan probablemente se resuelva
en nuevos acontecimientos (como medidas para paliar la situación o para corregirla) que se constituyen en
serie, y la información periodística puede permitir una cierta sensación de tranquilidad ya que posibilita que
el público reorganice la percepción de la realidad y sus actividades habituales.

La evolución futura de los acontecimientos marca la significatividad que el acontecimiento adquiere respecto
de las expectativas en la sociedad, ya sea que se trate de un hecho que debe resolverse, o que tenga un
desarrollo secuencial (se esperan las consecuencias posibles), para lo cual se constituye en una serie que
se relaciona con otros hechos-noticia que se seguirán (característico de catástrofes, conflictos sociales
agudos, corrupción, juicios públicos o crímenes espectaculares) y cuyas derivaciones pueden ser
imprevistas, difíciles de prever o simplemente previsibles.

La posibilidad de permitir la evolución futura de la información se relaciona también con la base de la


práctica periodística: una noticia es más noticia si se puede seguir construyendo información a partir de ella
durante varios días. Y no sólo porque permite el despliegue sobre diversas zonas del campo de la realidad,
sino también porque facilita el trabajo sobre un tema ya tratado, es un acontecimiento conocido, para cuyo
acceso se ha establecido un conjunto determinado de fuentes y una manera de encararlo.

En el mismo sentido, se puede pensar en la incidencia que un acontecimiento tiene sobre las agendas
públicas, ya sean éstas locales, o sectoriales, sobre las agendas nacionales o internacionales, y sobre otras

Stella Martini. Periodismo, noticia y noticiabilidad - Página 14/24


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agendas conectadas con el tema.

El grado de importancia y de gravedad de un acontecimiento se mide en varios niveles, y el central es la


incidencia sobre la vida de la sociedad, en términos presentes o futuros, y en términos relativos de
conmoción. Aquí se incluyen las formas de articulación con el impacto sobre la nación y sobre el interés
nacional, o sobre el interés local. Las noticias nacionales pesan más que las internacionales (en principio), a
menos que las internacionales refieran a hechos que comprometen la nación (guerras, embargos,
catástrofes ecológicas, amenazas globales). Las locales son más relevantes que las nacionales cuando
afectan a un gran número de personas, y tienen consecuencias sobre el futuro de una comunidad
(elecciones a intendente, impuesto local, incremento del delito, epidemias). Si bien últimamente ha ido
aumentado la preferencia por la información local, resultado probable de un estado de crisis que obliga a
preocuparse por lo inmediato y cercano, y que presenta los problemas macroestructurales como distantes y
en los que la participación resulta difícil, siempre la noticia local ha resultado más interesante para el público
porque construye el sentido de su cotidianeidad.

Se trata de un valor que se explicita a través de otros valores como la cantidad y la jerarquía de las personas
implicadas en el hecho, la proximidad de ocurrencia, y las consecuencias implicadas.

La proximidad geográfica de un acontecimiento se conecta con los centros de interés del público. Cuanto
más cerca del público ocurre el hecho, más noticiable resulta: la cercanía instala lo siniestro (un crimen
ocurrido a dos cuadras de la casa de un individuo le causa un impacto más grande que otro ocurrido en una
localidad distante), y dice que el peligro está al acecho en el terreno conocido y transitado habitualmente. La
proximidad se enlaza con el efecto sobre lo local y, en el caso de la información televisiva, las imágenes
golpean por el reconocimiento posible. Este valor se asocia con la cantidad de las personas implicadas. Por
eso se suele decir que un accidente con una víctima fatal en la propia ciudad es más noticia que otro con
cien víctimas a miles de kilómetros, el reverso, para que sea noticia un suceso ocurrido remotamente la
cantidad de víctimas o de personas afectadas debe ser grande.

La magnitud por la cantidad de personas o lugares implicados se conecta con la potencial implicación del
público al que la noticia va dirigida, e implica su gravedad (en términos cualitativos propios del hecho y en
términos de los efectos sobre la sociedad, la nación, etc.). Un hecho es más noticia si afecta a muchas
personas o ámbitos geográficos (por los efectos de una medida económica, la noticia es más relevante si da
cuenta de un nuevo impuesto que afecta a toda la población, o un accidente es más noticiable si produce un
elevado número de víctimas fatales). El modelo de diario popular sensacionalista se maneja habitualmente
con el grado de noticiabilidad que remite a la cantidad de personas implicadas y la proximidad geográfica del
acontecimiento, con lo que ratifica un contrato en términos de cercanía.

La jerarquía de los personajes implicados en un acontecimiento apela a las apariciones o la presencia


pública de personajes conocidos que son siempre noticia. Ellos significan la presencia del comentario en la
información, porque entra en juego la popularidad, garantía de la repercusión de la aparición. Pero también
adquieren valor de noticiabilidad los hechos protagonizados por personajes comunes, que pueden referir a
colectivos o grupos cercanos al interés o la simpatía del público. Así sucede con hechos con la participación
de niños, ancianos, o grupos de voluntarios, por ejemplo. Muchas veces, algunos personajes comunes
adquieren publicidad y se instalan corno nuevos actores en el espacio público: se trata por lo general de
hechos que provocan un sentimiento de empatía con los personajes o las situaciones implicadas, o que

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irrumpen con el dato grave e imprevisible, o que permiten al periodista la nota de interés humano o de color.

La inclusión de desplazamientos resulta significativa, tanto si son conjuntos de personas (una manifestación,
una procesión religiosa) o individuos públicos reconocidos (viajes de un presidente o de un artista famoso).
Se trata de movimientos o agrupaciones significativas, cambios de lugar o de posición, y trayectorias que
permiten efectos diversos sobre la sociedad (Gomis: 1991). Son útiles para la práctica periodística porque
son hechos anunciados, previstos, con una organización detrás, y resultan más fácilmente abordables, y son
muy adecuados para la televisión, por su carácter visible, notorio y espectacular. Presentan las ventajas que
se prolongan en el tiempo, y permiten la instalación de series (no muy extensas), provocan resultados casi
inmediatos, forman parte de las rutinas informativas y de lo que podría llamarse la "normalidad informativa".

Según las cualidades que el acontecimiento presenta en relación con los procesos productivos, los criterios
más importantes son:

La comprensión e inteligibilidad de un acontecimiento impiden la confusión. Cuando un hecho no es


comprensible, el periodismo suele descartarlo o esperar a la obtención de mayor información a través de
fuentes alternativas. Un acontecimiento comprensible por lo general permite mostrar resultados, Gomis
(1991) agrega que los resultados constituyen el rasgo ideal de una noticia, porque de esta manera, un hecho
se define como tal, es público y tiene repercusiones en el futuro. Este tipo de hechos dan respetabilidad a los
diarios, y corresponden a los modelos informativo-interpretativo de la prensa gráfica (algo que puede ser
informado de manera clara y comprensible).

La credibilidad construye un dato confiable, mientras que un hecho de escasa credibilidad enfrenta al
periodismo a la posibilidad de violar sus normas tácitas de concisión y brevedad, ya que lo obliga a realizar
complejas operaciones de explicitación y legitimación. Explica Sohr que "la credibilidad de una noticia a
menudo está más ligada a la fuente que la emite que a la verosimilitud del acontecimiento" (1998: 89), por lo
que un suceso poco verosímil puede legitimarse si la fuente goza de reconocimiento público.

La brevedad se relaciona con las cualidades anotadas antes, y consiste en la posibilidad de construir una
noticia en pocas líneas o al menos de manera directa.

La periodicidad facilita la labor periodística. Como se señaló en un capítulo anterior, los hechos que son
habituales y tienen una aparición periódica en los medios son más fáciles de construir y también de
interpretar por el público que los consume. Se inscriben en una serie o en una agenda que no necesita
mayor explicitación, se puede apelar a los conocimientos supuestos, y permite recurrir a interpretaciones de
especialistas o de figuras públicas, en suma, posibilitan una cobertura sustentada en lo conocido y dominada
por la función del periodista como denunciante de una serie de hechos o como consejero de la población.

La periodicidad permite formular series acumulativas o noticias cíclicas, y en un extremo de este tipo de
construcciones encuentran su anclaje las denominadas "leyendas urbanas", que son "narraciones de hechos
a los que falta tanto una fuente como una verificación, pero que son muy ricas en detalles" y se sitúan cerca
de series de acontecimientos que preocupan, apasionan y se comprueban, y que instalan creencias a cuyo
alrededor "se forman vastas oleadas de pánico colectivo, denuncias, procesos..." (Colombo, 1997: 196-197).

La exclusividad o la primicia es uno de los grandes desafíos del periodismo, no sólo permite el éxito que

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significa la captura de la novedad antes que otros lo hagan, sino que implica la capacidad para contactar
fuentes legítimas y privilegiadas y para leer de manera productiva los hechos en la realidad. Cuando un
acontecimiento que fue comunicado como primicia exclusiva de un medio se instala en la agenda de todos
los medios, obtiene su reconocimiento, ese medio lo usa para promocionarse públicamente, y validar su
trabajo habitual.

La noticia como resultado de una ideología de la información refiere, según Wolf, a una concepción de la
información entendida como lo más novedoso, pero también lo más conmocionante y terrible. El criterio
implica que para un medio "son noticiables en primer lugar los acontecimientos que constituyen y
representan una infracción, una desviación, una ruptura del habitual curso de las cosas" (1991: 253) y que
hace que lo más negativo sea más noticia. Remite al dicho de que las malas noticias son las buenas noticias
(bad news is good news), porque permiten la construcción en términos de color o de sensacionalismo.

A modo de síntesis, es necesario recordar que estos valores suelen funcionar en conjunto, y que no todos
ellos son imprescindibles para que un acontecimiento se transforme en noticia. Ciertos acontecimientos,
como algunos actos de gobierno reúnen los valores fundamentales de noticiabilidad y no necesitan ni
siquiera pasar (en las mismas salas de redacción) por la etapa de selección de manera explícita: el
reconocimiento de que deben ser publicados facilita el trabajo periodístico, la selección está implícita en las
rutinas de trabajo (son novedad, tienen valor informativo, afectan a la sociedad en su conjunto e incluyen a
personajes jerarquizaclos públicamente), en todo caso se elige dónde ubicarlos y cómo presentarlos, para
los cual también se acude a los valores-noticia que representan.

La validación interna de la selección

Los periodistas consideran que su labor es acertada si coinciden en su selección de los hechos con la
selección realizada por otros medios: si varios medios marcan un hecho como noticia, hay acierto, el hecho
tiene la jerarquía noticiosa adjudicada. Tienden también a pensar que han acertado si los hechos que se
transformaron en noticia repercuten en otros hechos, tienen continuidad en una serie noticiosa o en otras
noticias como opiniones. En pocas palabras, una noticia que aparece en más medios es más noticia que
aquella que aparece sólo en uno, salvo en el caso de una noticia exclusiva, una primicia. Y cuanto más
coincidan los medios en la selección de la misma información, mayor será su efecto sobre la opinión pública
(Gomis: 199l).

En síntesis, un medio acierta cuando publica una noticia que será publicada en el día por otro medio; cuando
destaca una noticia que será comentada y destacada por otros medios; o cuando destaca una noticia que se
convertirá en serie. Y se equivoca cuando destaca una noticia que no será comentada ni siquiera por ese
mismo medio; cuando destaca una noticia que no tendrá consecuencias; cuando omite una noticia que será
comentada por otros y se instala como serie.

El alcance de la noticiabilidad

El estudio de los procesos de producción de las noticias pone en escena la organización interna del trabajo
de los medios. El énfasis con que el periodismo destaca los valores-noticia, la inclusión en la tapa, titulares

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grandes, recuadros o infografías, en el caso de la prensa gráfica, o los avances que interrumpen un
programa, los gestos y la acentuación que utiliza el presentador de las noticias en la televisión o la música
que anticipa la primicia o la catástrofe, permiten la legitimación del proceso de selección y construcción del
discurso periodístico. El periodista y el medio metacomunican a su público su capacidad de reconocer lo que
es importante y de interés, lo que alcanza relevancia para la sociedad, y su competencia para ponerlo a su
disposición.

Con todo, no permite dirimir la cuestión de por qué y cómo desaparecen las noticias del espacio de los
medios. Hay dos grandes tipos de noticias, las que informan puntualmente de un hecho y su función social
se agota en el mismo acto de la comunicación, y las que se instituyen a modo de serie y se publican durante
un cierto tiempo y luego desaparecen. Las primeras pueden ser inicio de serie pero su sentido como relato
de hechos no depende de esa serialización, aun cuando se abra a posibles y eventuales futuras noticias.
Una noticia sobre el resultado de elecciones para formar un gobierno se cierra en el mismo cierre de la
noticia, no instala un suspenso, aunque quede abierta a las consecuencias futuras y permita muchos hechos
conexos al acto eleccionario. Las segundas, en cambio, hablan de un acontecimiento que necesita de más
noticias sucesivas para obtener un sentido completo, para que la historia tenga su cierre. Se incluyen en
este orden las noticias sobre crímenes, conflictos sociales, ciertos actos de gobierno o interpelaciones
judiciales que en algún momento desaparecen del espacio mediático, y por tanto casi seguramente de la
realidad social, sin que se haya llegado a la etapa de resolución o explicación definitiva. Nunca se sabe si el
caso (el misterio) se resolvió o no, por eso son historias que quedan truncas y fragmentan el conocimiento y
la percepción del mundo de lo real. A partir de la afirmación de que "no todas las muertes son «naturales»",
Colombo advierte sobre los riesgos de una práctica que ofrece tantas noticias "suspendidas" o "mutiladas"
como "cíclicas" (aquellas que reaparecen cada tanto en los medios y que son abordadas como un hecho
nuevo, nunca antes acaecido) (1997: 81) y que pierden así su carga de sentido que les posibilita la
adscripción a una serie.

Posiblemente, se puedan usar los criterios que hacen a la noticiabilidad de un hecho para entender en una
primera instancia que las noticias muertas tematizaban problemas o casos cuyo interés había bajado
notoriamente ya que no se producían nuevos hechos articuladores. Con todo, trabajar exclusivamente desde
la perspectiva de la originalidad y la conmoción lleva a descuidar los procesos de cognición de los públicos y
su necesidad de articular con sentido los datos sobre la realidad social. Las historias que no se cierran no
cierran en el sentido de los individuos, instalan la sensación de una realidad atravesada por la fragmentación
y la inconsistencia. Pero fundamentalmente colaboran a la naturalización de una participación reducida e
incompleta de la ciudadanía en los asuntos de interés público.

El trabajo periodístico elabora datos, información bajo el formato de noticias, y es justamente la calidad de
noticia la que permite establecer el circuito de comunicación con y entre la sociedad. A partir de este
reconocimiento, la construcción de las noticias debería considerarse un trabajo sobre los valores y los
significados marcado por la cohesión y la coherencia.

5. Modalidades discursivas de la noticia

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La noticia, construcción de la realidad

La noticia periodística es una construcción de la realidad (Verón, 1981), que "existe en función de que la
comunicación permite disponer de un mecanismo de relación (de interacción) entre los individuos" (Saperas,
1987: 148). Esta definición se constituye en punto de partida del análisis discursivo de la noticia, y desarma
la hipótesis de la objetividad periodística. Si "los periodistas tienen un rol socialmente legitimado e
institucionalizado para construir la realidad social como realidad política y socialmente relevante" (Rodrigo
Alsina, 1996: 30), es natural que realicen operaciones para reafirmarlo.

La definición de la noticia como construcción de la realidad social implica que la comunicación no es un


proceso lineal, y que incluye de modo necesario la labor de los públicos en su interacción con los mensajes
de los medios. Este proceso "de producción, circulación y reconocimiento" (Rodrigo Alsina, 1996: 3 1)
implica también el consenso que la sociedad otorga a los medios como soporte comunicacional que
construye y difunde sentido sobre el mundo. A partir de este reconocimiento, se puede hablar de otra figura,
que reúne a públicos y textos periodísticos, el contrato de lectura (Verón: 1983), o contrato mediático
(Escudero: 1997). Los periodistas prefieren hablar, en términos de intención de discurso, de target o perfil de
su receptor.

En el nivel del discurso, se articulan las categorías del enunciador, que da cuenta del relato informativo, el
enunciado, el mensaje, y el enunciatario, destinatario del mensaje. El texto se constituye en el lugar de
pasaje que soporta la circulación social de los significados, trabaja en diversos niveles, a modo de red, y "es
capaz de producir una variedad de significados de acuerdo con la experiencia sociocultural del lector"
(O'Sullivan et al. 1994: 317). La noticia periodística, que es un tipo genérico de texto que da cuenta
"cotidianamente (de) lo que ocurre en el mundo" (Verón, 1987: 111), cobra sentido en la sociedad porque se
aceptan como "reales" los acontecimientos que construye. Según Verón, "algún discurso ha engendrado en
nosotros la creencia y en él hemos depositado nuestra confianza. La confianza se apoya en el siguiente
mecanismo: el discurso en el que creemos es aquel cuyas descripciones postulamos como las más
próximas a las descripciones que nosotros hubiéramos hecho del acontecimiento si hubiéramos tenido de
éste una «experiencia real»" (1987: V). El sentido de credibilidad de un discurso periodístico se cruza con
otras series de verosímiles culturalmente compartidas que permiten su legitimación.

Discurso periodístico: el verosímil construido

La noticia es un discurso verosímil. Todo texto verosímil se define por su negación, es lo que parece real, lo
que "sin ser verdadero, sería el discurso que se asemeja a lo real" (Kristeva.1970: 65). Atravesada por la
variable temporal, la verosimilitud de un texto depende de los significados de verdad en una cultura
determinada, y de las reglas del género. Por su efecto, se produce la coincidencia de un texto particular con
otro texto que se constituye en el cruce entre la opinión pública y las representaciones sociales. El sentido
verosímil, que simula preocuparse por lo objetivo, se interesa por construir y mantener la relación con sus
lectores a través de un discurso reconocido. Categoría que apela a una identidad de juicios sobre el texto
entre el autor y el lector, o al menos aspira a lograrla, "... opera sobre numerosos registros ideológicos y
formales: religiosos, políticos y aún científicos" (Genot. 1970: 50). Se origina en el efecto de similitud, que
conecta cada noticia con una agenda de noticias ya leídas e interpretadas como verosímiles, con el

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imaginario del lector y con la historia misma de la comunidad a la que él pertenece. La organización de las
agendas temáticas y clasificatorias, las retóricas exigidas a cada tipo de noticias, y los valores que hacen a
un hecho noticiable remiten pues al propósito de mostrar algo como verdadero.

La verosimilitud en el discurso periodístico está sujeta a variaciones relativas a la historia y a la cultura. La


serialización de la información contribuye a su reconocimiento como verosímil: el proceso que naturaliza un
tipo de hechos los instala como más reales.

Sin reconocimiento hay sanción extratextual: cuando el enunciatario experimenta extrañeza ante una noticia
que interpreta como inverosímil se produce una falta de confianza que puede extenderse al contrato de
lectura mismo. Un sistema de preceptos se apoya en realizaciones anteriores más que en leyes abstractas,
por eso, una puesta en acto del género implica justificaciones relacionadas con las competencias supuestas
en el enunciatario, y de esta manera el texto se conecta, en términos de sentido, con sus lectores.

El contrato de lectura

El contrato de lectura permite el estudio de la producción y circulación de los mensajes en términos de


densidad significativa. Formulado inicialmente para el estudio de la prensa gráfica, el concepto puede ser
trasladado al estudio del discurso televisivo, pero su complejidad obliga a realizar acotaciones
diferenciadoras. El contrato de lectura, un lazo en el tiempo entre un medio y su receptor (Verón: 1988?), es
especialmente enunciativo: implica las modalidades de decir un texto. Se lo puede explicar como un acuerdo
estrictamente delimitado por cómo un texto periodístico construye la información, y cómo se significa como
verosímil.

Las modalidades que se usan y reconocen como adecuadas y legítimas para decir la noticia responden a
una visión del mundo, por lo que el contrato se sustenta en una coincidencia (en diferentes grados)
ideológica.

El contrato en la prensa gráfica

En el caso de los diarios, el contrato incluye desde el nombre, el formato y la tipografía, la presentación en la
tapa, la diagramación y la ilustración; el nivel de lengua, el recurso a la deixis, las metáforas y
comparaciones, los destacados, y los sistemas clasificatorios de las noticias en agendas temáticas
diferentes. Se asume que el lector incluye en sus hábitos de consumo y en sus expectativas la lectura de las
noticias construidas de una manera determinada.

La noción de contrato enfatiza sobre las condiciones de "construcción del lazo que une en el tiempo un
medio y sus consumidores" ... y que debe conservarse, mejorarse y evolucionar, ya que su objetivo es
"construir y preservar los hábitos de consumo" (Verón. 1991: 168). Se trata de una relación delicada, que
puede romperse si se alteran las cláusulas del acuerdo, si el diario cambia parcial o totalmente sus
modalidades de decir. Con todo, es un lazo más estable en la gráfica que en la televisión.

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Modalidades de decir la noticia en la prensa gráfica

En los diarios, las modalidades de decir responden a las diferentes agendas temáticas y clasificatorias, que
organizan el significado de la lectura de las noticias. Según Wanta, los diarios pueden demostrar "el
significado que le otorgan a una historia determinada a través del énfasis y la significatividad. Los lectores,
por ejemplo, saben que las noticias largas son más importantes que las cortas. De manera similar, los
lectores entienden que hay otros factores que indican la importancia relativa de las noticias: noticias con
fotografías versus noticias sin fotografías; amplios titulares versus pequeños titulares; primera plana versus
contratapa; la parte superior de la página versus la parte inferior" (1997: 144).

El uso de los códigos lingüísticos es uno de los elementos más significativos en las modalidades de
enunciación de los diarios. El nivel estándar de la lengua garantiza una comunicación fluida, a veces se
incluyen dichos, giros idiomáticos y metáforas vigentes en la comunicación cotidiana, o jergas o dialectos
peculiares (en el caso de los diarios de lectorado popular son más habituales).

El discurso periodístico aparece como impersonal, "debido a que no lo produce y expresa un único individuo,
sino organizaciones institucionalizadas" (Van Dijk, 1990: 113), y porque remite al verosímil de la objetividad.
La primera persona sólo aparece en las menciones a las fuentes, en una forma de estilo referido.

Las deixis contextualizan y dan sensación de "verdad". La deixis espacio-temporal permite la crónica y
remite al mundo real a través de la explicitación del lugar y la datación. La deixis socio-cultural, constituida
por las referencias a personajes públicos, lugares de moda, libros o teorías, formas de vestir y moverse de
los acto- res de las notas, aporta al efecto de reconocimiento, y posibilita el verosímil porque es la realidad
que "todos conocemos" (presentar a un personaje público en la privacidad de su despacho, con los detalles
de su vestimenta o lo que tiene sobre el escritorio, o a un personaje común en tareas habituales acentúa la
cercanía y aumenta la credibilidad).

El material ilustrativo (fotografías, gráficos, dibujos) se constituye cada vez más en el punto de anclaje para
la atención del lector. Las fotografías adquieren un valor significante en la construcción del verosímil: lo que
no alcanzan a describir las palabras lo muestran las imágenes, y agregan la fuerza del testimonio, el "haber
estado allí" (que la cámara televisiva pone en escena de manera efectista). Ha cobrado importancia el
epígrafe de la foto, ya que allí se fija, luego de los titulares, la atención del lector. Las fotos también tienen
valor de agenda, de énfasis: las notas acompañadas de material fotográfico jerarquiza el tema como
relevante.'

A este conjunto se agrega la significación de las infografías, que ya son una forma discursiva habitual en los
medios últimamente. Su valor es completar la in- formación brindada por el texto escrito o sintetizarla, y
ponen al lector en contacto con la información de una manera directa.

Los estilos en la noticia gráfica

El texto periodístico no hace uso de un único estilo, sino que cruza formas informativas, narrativas y
argumentativas. Los estilos responden a los tipos de agenda y a las secciones (clasificaciones) y también a

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los criterios de noticiabilidad implicados en una noticia,

Un texto informativo da el relato de los hechos, evita descripciones secundarias y secuencias laterales, y
recurre a estrategias de legitimación, corno la referencia a las fuentes oficiales o jerarquizadas, que permiten
al lector el anclaje de la credibilidad. Puede incluir otros discursos a través del estilo directo o la
reconstrucción de declaraciones de los actores involucrados en los hechos y que reafirman el efecto de
realidad.

La forma narrativa es una manera de acercarse más al lector. En este momento se asiste a una cierta
narrativización de las noticias más duras, favorecida por la fuerza narrativa de la imagen televisiva y también
por un crecimiento de las narraciones particulares. A diferencia del estilo informativo, la narración apela a las
anécdotas, secuencias laterales, descripciones, y notas de color. El uso del estilo narrativo, más propio de
las noticias sobre la vida cotidiana y el delito, incluye la descripción que contribuye a la verosimilitud, y que
subraya la fuerza del referente.

El texto argumentativo busca persuadir, y apelar a la capacidad de razonamiento del lector, e intenta
convencer (la argumentación racional) o conmover (la argumentación emocional). Esta última es típica del
periodismo de corte sensacionalista, y aparece como una tendencia fuerte en secciones de información
general de los diarios serios.

Como registro propio de las secciones de opinión y de las columnas, el estilo argumentativo suele cruzarse
con los estilos informativo y narrativo.

En realidad, es difícil identificar un estilo único en las noticias de la prensa gráfica. La necesidad de un
acercamiento mayor a los lectores ha ido produciendo transformaciones significativas en las modalidades
estilísticas de los diarios. La pureza de las formas de decir en una nota no siempre es posible, los textos rara
vez son exclusivamente informativos, narrativas o argumentativos, por lo general, cruzan estilos.

La televisión: una relación contractual compleja

El contrato de lectura de los programas de información periodística en la televisión (noticieros, reportes de


noticias, programas de opinión y debate) depende de su especificidad, la imagen y el sonido en el eje de la
instantaneidad. Es una construcción marcada por la fugacidad. La televisión reúne variadas ofertas de
género y diferentes modalidades de decir, y de consumo. La singularidad del diario es la de ser básicamente
un medio informativo, la televisión es un medio de entretenimiento, hecho que desarma el concepto de
contrato de lectura en su formulación original, y obliga a identificar los rasgos propios.

Si se considera la oferta de la televisión por aire, una televisión generalista, se constata que la información
periodística constituye casi un género "menor" (en términos cuantitativos) en el conjunto de la programación.
El contrato entre noticia y audiencia se inscribe en la posibilidad de la televisión de llegar a una gran
cantidad de público, sin un costo adicional. El rasgo que diferencia el contrato de lectura del medio televisivo
del de la gráfica es justamente el carácter masivo de la televisión.

Resulta difícil plantear que el contrato entre audiencia y texto informativo se inscribe en la relación entre esa

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audiencia y el canal que emite la información (incluso la segmentación de las audiencias dificulta la
identificación de contratos con una determinada emisora). Se puede asumir que los contratos son parciales:
se basan en un género, un programa determinado, un estilo dentro de un género, un segmento horario, o en
la figura protagónica (presentador o periodista). La segmentación horaria, en cierta medida remite al
ordenamiento en secciones en la prensa gráfica: las emisoras jerarquizan géneros y modalidades según los
segmentos horarios. El número de emisoras y la superposición de programas que son apuestas fuertes en
un mismo horario, en especial en horario central (prime time), dificulta también el establecimiento de una
categorización de los contratos.

la realidad construida en el noticiero ofrece diferentes grados de ruptura (acontecimientos), y diferentes


valores de noticiabilidad que rearman de manera constan- te el contrato con los textos informativos. Cada
noticiero, en la Argentina, propone desde su propio segmento horario, contratos diferentes: los noticieros
vespertinos (7 de la tarde) cubren temas de "interés general" y acuden a la "nota de color" como modalidad
estilística privilegiada, y los noticieros de la noche (20 horas y medianoche) se centran en las agendas
políticas y económicas fundamentalmente.

Estrategias de construcción de la noticia en televisión

Las propuestas contractuales de los noticieros televisivos se basan en la seriedad, en mostrar los resultados
de la investigación periodística, sinónimo de compromiso con la audiencia y garantías de veracidad y
objetividad (el verosímil construido), de servicio (el público necesita estar informado), y de transparencia (la
cámara "no miente"). Como la televisión trabaja en tiempo real, la primera apuesta se sustenta en las
modalidades que hacen al efecto de instantaneidad a través del directo. Así se construye el periodista
arquetípico, que está "en el lugar de los hechos", observa, interpela, y transmite sus impresiones tanto con
palabras como con gestos. Y dispone de la cámara, que viabiliza la primicia. Se articulan los efectos de la "
objetividad" con la capacidad de la hiperinformación -sobreabundancia de noticias-, que asegura el
panorama del mundo entero. La televisión "dice" mostrar todo y a tiempo. El directo, que muchas veces
elude una interpretación de las imágenes exhibidas, "valora el acontecimiento pero no la información...
transforma al público en periodista, lo cual tampoco parece ser el ideal" (Wolton, 1992: 173), porque la
noticia es la construcción singular que el periodismo hace sobre un hecho.

La imagen reúne el escenario con los personajes (actores del hecho), los testimonios y hasta las
consecuencias. La cámara es testigo y lleva la escena hasta la audiencia, que puede escuchar de labios del
actor social el relato o la propuesta. Cuando se trata de movimientos de gente (desplazamientos,
catástrofes) la cámara permite la presencia -virtual- en el lugar. A través de la cámara se establece también
un símil de relación de conversación con la audiencia donde la mirada del presentador de las noticias es
fundamental, y se liga al uso del "usted" como forma pronominal exclusiva que caracteriza a casi todas las
formas discursivas que presentan las noticias, y que personaliza a la audiencia.

En el texto hablado, el sonido permite la prosodia (acentuación especial sobre sílabas o palabras, el tono y
las modulaciones de la voz). Al igual que en la prensa gráfica, la noticia televisiva hace uso del lenguaje
estándar de una manera sistemática, para los temas en general, y el mantenimiento de sociolectos más
específicos para algunos aspectos de la realidad (la información económica, por ejemplo). La brevedad de la
noticia en televisión obliga a recurrir a fórmulas o giros lingüísticos, que en la coincidencia con los códigos

Stella Martini. Periodismo, noticia y noticiabilidad - Página 23/24


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del público, permiten la información rápida. El discurso se completa con la comunicación gestual, las formas
del guiño cómplice, la sonrisa o el gesto adusto. Como refuerzo de la cercanía con la audiencia se recurre a
formas de interpelación del tipo "como es de público conocimiento" o "como los vecinos de tal zona
conocen".

En la clasificación de las noticias, más flexible que la de los diarios, operan el tono de la voz, las inflexiones
exclamativas, la seriedad o la sonrisa (la información política no se dice sonriendo, salvo en casos que rocen
situaciones amables o que pueden ser satirizadas; la información sobre rescates, premios o situaciones
cotidianas agradables incluyen el gesto distendido, la sonrisa aprobatorio). El equilibrio entre los diferentes
tonos con que se dicen las noticias es un efecto buscado en la construcción del contrato con la audiencia.

La información es espectáculo

En el contrato se incluyen formas propias del espectáculo, por eso la pareja de presentadores (hombre y
mujer) resulta frecuente, y sus roles se construyen como una suerte de estereotipo de género y de
relaciones entre los dos sexos, el hombre pone la nota de reflexión y la mujer habla desde el supuesto
"sentido común" femenino. La pareja comenta la noticia (en forma de conversación) y enfatiza el cómo en la
agenda. El espectáculo incluye un escenario que a la vez quiere ser la "cocina" de las noticias: las pantallas,
la redacción, las computadoras, los teléfonos (explican cómo se trabaja), junto con la explicación de cómo se
comunican desde el canal con los enviados que aparecen en vivo, las dificultades a veces con el satélite. El
sonido del directo, el jadeo del periodista que corre tras el acontecimiento, los gritos, los llantos o las voces
airadas en un hecho determinado son parte central del espectáculo, junto con los riesgos de la práctica en la
transmisión en vivo (confirmación de que la audiencia "ve" la realidad), como los efectos de los gases
lacrimógenos, los golpes, el frío o la lluvia sufridos por el periodista. En suma, la información televisiva es
una información abiertamente espectacularizada que requiere de las marcas propias de la dramatización, un
escenario, actores-personajes, un conflicto, la construcción de un clima adecuado a través de índices
precisos.

La multiplicidad de las estrategias del texto televisivo permite asumir que la intención es instalar no sólo el
qué sino también el cómo en la agenda.

Stella Martini. Periodismo, noticia y noticiabilidad - Página 24/24


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Comunicación de masas, gusto


popular y acción social organizada

Paul F. Lazarsfeld y Robert K. Merton

Publicado en MURARO, Heriberto (comp.). La comunicación de masas, Centro Editor de América Latina,
Buenos Aires, 1977.

Los problemas que ocupan la atención de los hombres cambian, y no al azar, sino en gran medida de
acuerdo con las modificadas exigencias de la sociedad y la economía. Como lo indican multitud de recientes
conferencias, libros y artículos, la función de la radio, la letra impresa y el film en la sociedad ha pasado a
ser un problema que interesa a muchos y origina la preocupación de algunos. Este vuelco en el interés
publico parece ser el producto de diversas tendencias sociales.

Preocupación social por los medios masivos de comunicación

A muchos alarma la ubicuidad y el poderío potencial de los medios masivos de comunicación. Pero hay otra
base, probablemente más realista, para la generalizada preocupación por la función social de los medios
masivos de comunicación; una base que se vincula con los cambiantes tipos de control social ejercitados por
poderosos grupos de interés en la sociedad. De manera creciente, los principales grupos de poder, entre los
cuales la finanza organizada ocupa el sitio más espectacular, han pasado a adoptar técnicas para manipular
al público masivo mediante la propaganda en lugar de utilizar medios más directos de control. La industria ya
no obliga a niños de ocho años a atender una máquina durante catorce horas diarias; emprende complejos
programas de "relaciones públicas". Coloca grandes y llamativos anuncios en los periódicos del país;
auspicia numerosos programas radiales; aconsejada por asesores de relaciones publicas, organiza
concursos con premios, establece fundaciones benéficas y respalda causas meritorias. El poderío
económico parece haber reducido la explotación directa pasando a un tipo más sutil de explotación
psicol6gica, logrado en gran medida por la diseminación de propaganda a través de los medios masivos de
comunicación.

Este cambio en la estructura del control social merece un examen minucioso. Las sociedades complejas
están sometidas a muchas formas distintas de control organizado. Hitler, por ejemplo, hizo suyas las más
visibles y directas: violencia organizada y coerción masiva. En Estados Unidos, la coerción directa se ha
minimizado. Si alguien no adopta las convicciones y actitudes defendidas por algún grupo de poder -por
ejemplo, la Asociación Nacional de Industriales-, no se lo puede eliminar ni encerrar en un campo de
concentración. Quienes desean controlar las opiniones y convicciones de nuestra sociedad recurren menos
a la fuerza física y más a la persuasión de masas. El programa radial y el anuncio institucional actúan en
lugar de la intimidación y la coerción. La manifiesta preocupación por las funciones de los medios masivos

Paul F. Lazarsfeld y Robert K. Merton. Comunicación de masas, gusto popular y acción social organizada - Página 1/16
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de comunicación se basa, en parte, en la observación válida de que estos han tomado la tarea de adaptar el
público masivo al status quo social y económico.

Otra fuente de preocupación generalizada por la función social de los medios masivos de comunicación
aparece en sus presuntos efectos sobre la cultura popular y los gustos estéticos de sus públicos. Se aduce
que, en la medida en que la magnitud de dichos públicos ha aumentado, el nivel del gusto estético se ha
deteriorado. Y se teme que los medios masivos de comunicación deliberadamente provean a estos gustos
vulgarizados, contribuyendo así a un mayor deterioro.

Probablemente estos constituyen los tres elementos orgánicamente vinculados de nuestra gran
preocupación por los medios masivos de comunicación. Muchos temen, en primer lugar, su ubicuidad y
poderío potencial. Ya dijimos que éste es algo así como un miedo indiscriminado a un fantasmón abstracto,
miedo que deriva de la inseguridad en la posición social y en valores débilmente sostenidos. La propaganda
parece amenazante.

En segundo lugar, existe preocupaci6n por los actuales efectos de los medios masivos de comunicación en
sus enormes públicos, en particular la posibilidad de que el continuo embate de dichos medios pueda
conducir a la renuncia incondicional de las facultades críticas y a un irreflexivo inconformismo.

Por ultimo, existe el peligro de que estos instrumentos de comunicación masiva, tecnólogicamente
avanzados, constituyan un cauce fundamental para el deterioro de los gustos estéticos y de los cánones de
cultura popular. Y también hemos dicho que existe una base sustancial para la preocupación por estos
efectos sociales inmediatos de los medios masivos de comunicación.

Reseñar el estado actual del conocimiento concreto acerca de la funci6n social de los medios masivos de
comunicación y sus efectos sobre la comunidad norteamericana contemporánea es una tarea ingrata, ya que
es notablemente escaso el conocimiento verificado de este tipo. No puede hacerse mucho más que explorar
la índole de los problemas mediarte métodos que, en el trascurso de muchas décadas, proporcionaran en
definitiva el conocimiento que buscamos. Aunque este preámbulo no es nada alentador, ofrece un contexto
necesario para evaluar las conclusiones investigativas y tentativas de quienes nos interesamos
profesionalmente por el estudio de los medios masivos de comunicaci6n. Un somero examen sugerirá lo que
sabemos, lo que necesitamos saber, y ubicará las cuestiones estratégicas que requieren mayor estudio.

Indagar los efectos de los medios masivos de comunicación en la sociedad es abordar un problema mal
definido. Resulta útil distinguir tres facetas del problema y examinar cada una por turno. Averigüemos
entonces, en primer lugar, qué sabemos sobre los efectos de la existencia de estos medios masivos de
comunicación en nuestra sociedad. En segundo lugar, deberemos examinar los efectos de la particular
estructura de propiedad y operación de los medios masivos de comunicaci6n en Estados Unidos, una
estructura que difiere apreciablemente de la que se encuentra en otras partes. Y por último, consideraremos
ese aspecto del problema que atañe más directamente a los métodos y tácticas que gobiernan el uso de
estos medios para fines sociales definidos: nuestro conocimiento acerca de los efectos de los contenidos
particulares diseminados a través de los medios masivos de comunicaci6n.

Paul F. Lazarsfeld y Robert K. Merton. Comunicación de masas, gusto popular y acción social organizada - Página 2/16
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Función social de la maquinaria de los medios masivos de


comunicación

¿Qué función puede asignarse a los medios masivos de comunicación en virtud del hecho de que existen?
¿Que implicaciones tienen un Hollywood, una Radio City, una empresa Time-Life-Fortune para nuestra
sociedad? Estos interrogantes, por supuesto, sólo pueden ser analizados en términos especulativos y
aproximados, ya que no es posible ninguna experimentación ni estudio comparativo riguroso. Las
comparaciones con otras sociedades carentes de estos medios masivos de comunicación serían demasiado
toscas para rendir resultados decisivos, y las comparaciones con una época anterior en la sociedad
norteamericana implicarían también afirmaciones generales en lugar de demostraciones precisas. En un
caso así, es claramente aconsejable ser conciso. Y las opiniones deben ser moderadas por la cautela.
Nuestro juicio provisorio es que la función social cumplida por la existencia misma de los medios masivos de
comunicación ha sido comúnmente sobreestimada. ¿En qué se basa este juicio?

Es evidente que los medios masivos de comunicación llegan a públicos enormes. Aproximadamente setenta
millones de norteamericanos concurren cada semana al cine; nuestra circulación diaria de periódicos es de
unos cuarenta y seis millones; unos treinta y cuatro millones de hogares norteamericanos están equipados
con radio, y en dichos hogares el norteamericano medio escucha radio durante unas tres horas diarias.
Estas son cifras formidables. Pero se trata simplemente de cifras sobre aprovisionamiento y consumo, no de
cifras que registren el efecto de los medios rnasivos de comunicación. Atañen únicamente a lo que la gente
hace, no al impacto social y psicológico de los medios masivos de comunicación. Saber cuántas horas
mantiene alguien la radio encendida no da ningún indicio sobre el efecto que en él ejerce lo que oye. El
conocimiento de datos sobre consumo en el campo de los medios masivos de comunicaci6n esta todavia
muy lejos de una demostraci6n de su efecto neto sobre la conducta, la actitud y los puntos de vista.

Como se indicó hace un instante, no podemos recurrir a experimentos comparando la sociedad


norteamericana contemporánea con y sin medios masivos de comunicación. Pero, aunque provisoriamente,
podemos comparar su efecto social con el del automóvil, digamos. No es improbable que la invención del
automóvil y su evolución hasta convertirse en un artículo de propiedad masiva ha tenido un efecto
significativamente mayor sobre la sociedad que la invención de la radio y su evolución hasta convertirse en
un medio de comunicación masiva. Ténganse en cuenta los complejos sociales a los que se ha incorporado
el automóvil. Su mera existencia ha ejercido presión para que haya caminos muy perfeccionados, con los
cuales la rnovilidad ha aumentado enormemente. La forma de las aglomeraciones metropolitanas fue
significativamente afectada por el automóvil. Y cabe decir que las invenciones que amplían el radio de
movimiento y acción ejercen una influencia mayor sobre la perspectiva social y los hábitos cotidianos que las
invenciones que proporcionan directivas a las ideas... ideas que pueden ser evitadas alejándose de ellas,
eludiéndolas, resistiéndolas, y trasformadas, asimilándolas.

Aceptado, por el momento, que los medios masivos de comunicaci6n cumplen una funci6n relativamente
secundaria en cuanto a conformar nuestra sociedad, ¿por qué son objeto de tanta preocupaci6n y crítica
populares? ¿Por qué tantas personas se afanan por los "problemas" de la radio, el cine y la prensa y tan
pocas por los problemas, digamos, del automóvil y el avión? Además de las fuentes de esta preocupación
que señalamos anteriormente, existe una base psicológica inconsciente que deriva de un contexto

Paul F. Lazarsfeld y Robert K. Merton. Comunicación de masas, gusto popular y acción social organizada - Página 3/16
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sociohist6rico.

Muchos hacen blanco de crítica hostil a los medios masivos de comunicación porque se sienten burlados por
el desarrollo de los acontecimientos.

Quizá los cambios sociales atribuibles a los "movimientos reformadores" sean lentos y tenues, pero lo cierto
es que son acumulativos. Los hechos visibles son bastante conocidos. La semana laboral de sesenta horas
ha sido remplazada por la de cuarenta horas; se ha limitado gradualmente el trabajo infantil; con todas sus
deficiencias, la educaci6n universal gratuita se fue institucionalizando gradualmente. Estos y otros avances
registran una serie de victorias de los reformadores. Y ahora la gente tiene más tiempo libre. Tiene,
ostensiblemente, mayor acceso a la herencia cultural Y, ¿qué uso hace de este tiempo no hipotecado, tan
trabajosamente obtenido para ella? Escucha la radio y va al cine. Estos medios masivos de comunicación
parecen haber burlado a los reformadores, en cierto modo, el fruto de sus victorias. La lucha por la libertad,
el tiempo libre, la educación popular y la seguridad social fue conducida en la esperanza de que, una vez
liberada de yugos opresivos, la gente aprovecharía los grandes productos culturales de nuestra sociedad:
Shakespeare o Beethoven, o acaso Kant. En cambio, va en busca de Faith Baldwin, Johnny Mercer o Edgar
Guest.

Muchos se sienten estafados en su recompensa. Esto se parece a la primera experiencia de un joven en el


dificultoso ámbito del amor primerizo. Hondamente cautivado por los encantos de su amada, ahorra su
asignaci6n durante semanas hasta que logra regalarle una hermosa pulsera. A ella le resulta "simplemente
divina"... tanto que sin más ni más hace una cita con otro muchacho para lucir su nueva chuchería.(¡!?)
Nuestras luchas sociales han tenido un desenlace similar. Hay quienes lucharon durante generaciones para
dar más tiempo libre a la gente, que ahora lo dedica a la Columbia Broadcasting System y no a la
Universidad de Columbia.

Por poco que esta sensación de haber sido traicionados pueda explicar las actitudes vigentes hacia los
medios masivos de comunicación, puede señalarse una vez más que quizá la mera presencia de estos no
afecte nuestra sociedad tan profundamente como se supone en general.

Algunas funciones sociales de los medios

Continuando con nuestro examen de la funci6n social que se puede atribuir a los medios masivos de
comunicación en virtud de su "mera existencia", hacemos temporaria abstracci6n de la estructura social en
que se sitúan. No tenemos en cuenta, por ejemplo, los diversos efectos de los medios masivos de
comunicación bajo distintos sistemas de propiedad y control, un importante factor estructural que será
analizado posteriormente.

Sin duda alguna, los medios masivos de comunicaci6n sirven muchas funciones sociales que merecen ser
objeto de una sostenida investigaci6n. De dichas funciones, tenemos ocasión de advertir sólo tres.

Funcíón conferidora de status

Paul F. Lazarsfeld y Robert K. Merton. Comunicación de masas, gusto popular y acción social organizada - Página 4/16
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Los medios masivos de comunicación confieren status a acontecimientos públicos, personas, organizaciones
y movimientos sociales.

Tanto la experiencia común como las investigaciones atestiguan que la reputación social de personas o
programáticas sociales se elevan cuando logran atención favorable en los medios masivos de comunicación.
En muchos sectores, por ejemplo, se considera importante que el Tímes de apoyo a un candidato político o
a un programa público; se interpreta este apoyo como una inequívoca ventaja para el candidato o el
programa. ¿Por qué?

Los medios masivos de comunicación otorgan prestigio y realzan la autoridad de individuos y grupos
legitimizando su status. Ser reconocido por la prensa, la radio, las revistas o los noticieros atestigua que se
ha triunfado, que se es lo bastante importante como para haber sido distinguido entre las vastas masas
anónimas, que la conducta y las opiniones de alguien son tan importantes que exigen la atenci6n del público.
Se puede presenciar muy vívidamente cómo opera esta funci6n conferidora de status en la pauta publicitaria
según la cual "personas destacadas" recomiendan un producto. En vastos círculos de la población (aunque
no dentro de ciertas capas sociales selectas), tales recomendaciones no sóio subrayan el prestigio del
producto sino que también reflejan prestigio en la persona que formula esas recomendaciones. Anuncian
públicamente que el grande y poderoso mundo del comercio lo considera poseedor de un status lo bastante
alto como para que su opinión importe a mucha gente. En una palabra: su recomendaci6n testimonia su
propio status.

La encarnación ideal, aunque doméstica, de esta pauta circular de prestigio, aparece en la serie Lord Calvert
de avisos que giran alrededor de "Hombres distinguidos". La firma comercial y el comercializado fiador del
mérito del producto inician una serie interminable de alabanzas recíprocas. De hecho, un hombre distinguido
congratula a un distinguido whisky, el cual, a través del fabricante, congratula al hombre distinguido por serlo
tanto que se lo busca para que recomiende la distinci6n del producto. Es posible que el funcionamiento de
esta sociedad de mutua admiración sea tan i1ógico como eficaz. Es evidente que los públicos de los medios
masivos de comunicación suscriben la creencia circular: "Si alguien es realmente importante, estará en el
centro de la atenci6n masiva, y si alguien está en el centro de la atención masiva, no cabe duda de que
realmente debe ser importante".

Esta función conferidora de status se incorpora así a la acci6n social organizada legitimando programas,
personas y grupos elegidos que reciben el apoyo de los medios masivos de comunicaci6n. Tendremos
ocasión de señalar el funcionamiento detallado de esta funci6n al referirnos a las condiciones que permiten
la máxima utilización de los medios masivos de comunicaci6n para fines sociales designados. Por el
momento. habiendo examinado la función conferidora de status, consideremos otra: la imposición de normas
sociales a través de los medios masivos de comunicaci6n.

Imposición de normas sociales

Frases hechas como "el poder de la prensa" (y de otros medios masivos de comunicación) o "el resplandor
de la publicidad", se refieren presumiblemente a esta funci6n. Es posible que los medios masivos de
comunicaci6n estimulen la acción social organizada "denunciando" situaciones que contradicen la moralidad
pública, pero no se debe presuponer prematuramente que esta pauta consiste simplemente en dar a

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conocer con amplitud estas desviaciones. A este respecto tenemos algo que aprender de las observaciones
de Malinowski entre sus queridos habitantes de las Islas Trobriand. Allí, según informa no se efectúa
ninguna acción organizada con respecto a una conducta desviada de una norma social a menos que haya
un anuncio público de esa desviación. No se trata simplemente de poner a los individuos del grupo al
corriente de los hechos en cuestión. Es posible que muchos hayan estado privadamente al tanto de estas
desviaciones (por ejemplo, incesto entre los trobriandeses, como corrupción política o financiera,
prostitución, juegos de azar entre nosotros), pero que no hayan reclamado acción publica. Pero cuando las
desviaciones de conducta se hacen simultáneamente públicas para todos, esto pone en movimiento
tensiones entre lo "privadamente tolerable" y lo "públicamente reconocible".

El mecanismo de la denuncia pública parecería funcionar aproximadamente de la manera siguiente. Muchas


normas sociales resucitan inconvenientes para individuos de la sociedad. Actúan contra la gratificaci6n de
aspiraciones e impulsos. Como las normas pueden resultar gravosas para muchos, hay cierta indulgencia al
aplicarlas, tanto a uno mismo como a otros. Por eso surge la conducta desviada y la tolerancia pública de
estas desviaciones. Pero esto puede continuar sólo mientras no se esté en situación de tener que tomar
posición en público a favor o en contra de las normas. La publicidad, la compulsiva admisión por miembros
del grupo de que estas desviaciones han tenido lugar, requiere que cada individuo tome tal posición. Debe
alinearse entre los inconformistas, proclamando así su repudio de las normas grupales y afirmando así que
él también está fuera del marco moral, o bien, cualesquiera que sean sus predilecciones privadas, debe
acatar apoyando la norma. La publicidad cierra la brecha entre "actitudes privadas" y "moralidad pública".

La publicidad ejerce presión para una moralidad única y no dual impidiendo que se eluda la cuesti6n de
modo permanente. Suscita reafirmación pública y aplicación (aun esporádica) de la norma.

En una sociedad de masas, esta función de denuncia pública está institucionalizada en los medios
masivos de comunicación. Los diarios, la radio y las revistas denuncian a la vista del público desviaciones
bien conocidas y por lo general esta denuncia obliga a cierto grado acción pública contra lo que se ha
tolerado en privado. Los medios masivos de comunicación pueden, por ejemplo, introducir serias tensiones
en la "discriminación racial cortés" llamando la atención del público hacia estas prácticas que contradicen las
normas de no discriminación. A veces los medios masivos de comunicaci6n pueden organizar las
actividades de denuncia convirtiéndolas en una "cruzada".

Estudiando las cruzadas emprendidas por los medios masivos de comunicación se podría avanzar mucho en
el sentido de dar respuesta a interrogantes fundamentales acerca de la relación de dichos medios con la
acción social organizada Es esencial saber, por ejemplo, en qué medida la cruzada proporciona un centro
organizativo para individuos que, en otros aspectos, no están organizados. Es posible que la cruzada obre
de modo distinto entre los diversos sectores de la poblaci6n. En algunos casos, quizá su efecto fundamental
no sea tanto suscitar una ciudadanía indiferente como alarmar a los acusados, conduciéndolos a medidas
extremas que, a su vez, los malquistan con el electorado. La publicidad puede inquietar tanto al trasgresor,
que lo obligue a huír, así ocurrió por ejemplo, con algunos de los principales secuaces de la pandilla Tweed
al ser denunciados por el New York Times. Es posible también que los principales culpables de la corrupción
teman la cruzada debido solamente al efecto que prevén sobre el electorado. Por eso, con una evaluaci6n
asombrosamente realista de la conducta de su electorado en cuanto a las comunicaciones, el jefe Tweed
comentó irritado, refiriéndose a las mordaces caricaturas de Thomas Nast en Harper's Weekly:"Me importan
un bledo esos artículos periodísticos: mis votantes no saben leer, pero no pueden dejar de ver esos malditos

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dibujos" .

Tal vez la cruzada inf1uya en el público de manera indirecta. Es posible que centre la atención de una
ciudadanía hasta entonces aletargada -que se ha vuelto indiferente a través de la familiaridad con la
corrupción reinante- en algunas cuestiones simplificadas dramáticamente. Como señaló una vez Lawrence
Lowell refiriéndose en general a estos problemas, las complejidades suelen inhibir la acción de masas. Las
disyuntivas públicas deben ser definidas en alternativas sencillas, en términos bien contrastados para que
sea posible la acción pública organizada. Y esta presentaci6n de alternativas sencillas sea una de las
principales funciones de la cruzada. Es posible que abarque también otros mecanismos. Aunque el gobierno
municipal no sea totalmente limpio, rara vez es totalmente corrupto. Generalmente hay algunos miembros
escrupulosos de la administración y la sindicatura entreverados con sus colegas faltos de principios. La
cruzada puede fortalecer a los elementos probos del gobierno, obligar a pronunciarse a los indiferentes y
debilitar a los corruptos. Por último, es muy posible que una cruzada victoriosa ejemplifique un proceso
circular autosostenido en el cual, la preocupación de los medios masivos de comunicación por el interés
público coincide con su propio interés. Quizá la cruzada triunfante aumente el poderío y el prestigio del
medio masivo de comunicación, volviéndolo con ello a su vez más formidable en posteriores cruzadas, que
si logran éxito, pueden impulsar más aún su poderío y prestigio.

Cualquiera que sea la respuesta a estos interrogantes, es evidente que los medios masivos de comunicaci6n
sirven para reafirmar normas sociales denunciando a la vista del publico las desviaciones respecto de dichas
normas. Estudiando la gama particular de normas así reafirmadas se obtendría un claro índice de la medida
en la cual estos medios encaran problemas periféricos o centrales de la estructura de nuestra sociedad.

La disfunción narcotizante

Evidentemente, tanto la función conferidora de status como la reafirmadora de normas sociales son bien
reconocidas por quienes manejan los medios masivos de comunicación. Como otros mecanismos sociales y
psicológicos, estas funciones se prestan a diversas formas de aplicación. Conocer estas funciones es poder,
y el poder puede ser utilizado para intereses especiales o para el interés general.

Otra consecuencia social de los medios masivos de comunicación ha quedado inadvertida en gran medida,
a1 menos ha merecido pocos comentarios exp1ícitos, y no ha sido puesta sistemáticamente en uso para
favorecer obje tivos planificados. Se la puede llamar la disfunción narcotizante de los medios masivos de
comunicación. Se la denomina disfuncional en vez de funcional, basándose en la presunción de que no
corresponde al interés de la moderna sociedad compleja tener grandes masas de la población políticamente
apáticas e inertes. ¿Como actúa este mecanismo no planificado?

Algunos estudios dispersos han indicado que los norteamericanos dedican un tiempo cada vez mayor a los
productos de los medios masivos de comunicación Con nítidas variaciones en distintas regiones y entre
diversas capas sociales, lo que vierten los medios masivos de comunicaci6n presumiblemente permite al
norteamericano del siglo XX mantenerse al día con el mundo. Se sugiere, sin embargo, la posibilidad de que
este vasto aprovisionamiento de comunicación no suscite sino una preocupaci6n superficial sobre los
problemas de la sociedad, y de que tras esta superficialidad se oculte con frecuencia una apatía de masas.

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Es posible que recibir este aluvión de información sirva para narcotizar y no para estimular al lector u oyente
medio. Leyendo y escuchando durante lapsos crecientes, dispone de cada vez menos tiempo para la acción
organizada, El individuo lee descripciones de problemas y disyuntivas, y es posible incluso que analice
líneas de acción alternativas. Pero esta conexión algo intelectualizada, algo remota, con la acción social
organizada no es activada. E1 ciudadano interesado e informado puede felicitarse por la magnitud de sus
intereses e intormaci6n, omitiendo advertir que se ha abstenido de decidir y actuar. En resumen: interpreta
su contacto secundario con el mundo de la realidad política , el hecho de leer, escuchar y pensar, como una
actuación delegada. Llega a confundir el saber sobre problemas del momento con el hacer algo respecto de
ellos. Su conciencia social queda inmaculadamente limpia. Está preocupado. Está informado. Y tiene toda
clase de ideas en cuanto a lo que se debería hacer, pero una vez que ha consumido su cena, una vez que
ha escuchado sus programas radiales favoritos y una vez que ha leído su segundo diario del día, es
realmente hora de acostarse.

A este peculiar respecto, se puede incluir a las comunicaciones masivas entre los narcóticos sociales más
respetables y eficaces. Quizá sean tan plenamente eficaces que impidan al adicto reconocer su propio mal.

Es evidente que los medios masivos de comunicación han elevado el nivel de información de vastas
poblaciones. No obstante, y al margen de la intención, es posible que las crecientes dosis de
comunicaciones masivas estén transformando inadvertidamente las energías de los hombres, de
participación activa en saber pasivo.

La existencia de esta distinción narcotizante es indudable, pero aun falta determinar en que medida opera.
Investigar este problema sigue siendo una de las muchas tareas que aún se presentan al estudioso de las
comunicaciones masivas.

Estructura de la propiedad y control de los «mass-media»

Hasta aquí hemos considerado los medios masivos de comunicación haciendo abstracción de su
incorporación a una determinada estructura social y económica. Pero es evidente que los efectos sociales de
los medios masivos de comunicación varían con el sistema de propiedad y control. Por eso, examinar los
efectos sociales de los medios masivos de comunicación norteamericanos es abordar únicamente los
efectos de aquellos como empresas de propiedad privada, administradas en función de la ganancia. Es bien
sabido que esta circunstancia no es inherente a la índole tecnológica de los medios masivos de
comunicación. En Inglaterra, por ejemplo-sin mencionar a Rusia- la radio es, en todos los aspectos y para
todas las finalidades, propiedad del gobierno, que la controla y maneja.

La estructura del control es totalmente distinta en Estados Unidos. Su característica principal deriva de esta
circunstancia: salvo en cuanto al cine y los libros, no es el lector de revistas, el oyente de radio ni, en gran
medida, el lector de diarios quien mantiene a la empresa, sino el anunciador. Las grandes empresas
financian la producción y distribución de los medios masivos de comunicación. Y al margen de toda
intención, quien paga a la orquesta es generalmente el que impone el repertorio.

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Conformismo social

Dado que los medios masivos de comunicación son sustentados por grandes empresas comerciales
inscriptas en el sistema social y económico vigente, dichos medios contribuyen al mantenimiento de ese
sistema. Esta contribución no aparece únicamente en la eficaz publicitación del producto ofrecido por el
patrocinador. Se desprende, más bien, de la típica presencia en los relatos de las revistas, programas de
radio y columnas periodísticas, de algún elemento de confirmación, algún elemento de aprobación de la
actual estructura de la sociedad. Y esta permanente reafirmación subraya el deber de aceptar.

En la medida en que los medios de comunicaci6n de masas han tenido una influencia sobre su público, ésta
ha surgido no sólo de lo que se dice, sino, más importante, de lo que no se dice. Es que éstos medios no
sólo afirman permanentemente el status quo sino que, en igual medida, omiten suscitar cuestiones
esenciales sobre la estructura de la sociedad. Con ello, guiando hacia el conformismo y proporcionando muy
poca base para alguna evaluaci6n critica de la sociedad, los medios masivos de comunicación con patrocinio
comercial traban de modo indirecto, pero eficaz, el só1ido desarrollo de una perspectiva auténticamente
crítica.

Afirmar lo que antecede no implica desconocer los artículos periodísticos o programas radiales
ocasionalmente críticos. Pero estas excepciones son tan escasas, que se pierden en el torrente arrollador de
materiales conformistas. El doctor Lyman Bryson, por ejemplo, ha venido emitiendo un programa semanal
donde evalúa crítica y racionalmente problemas sociales en general, y la instituci6n de la radio en particular.
Pero estos quince minutos en que el señor Bryson aborda tales cuestiones por una sola cadena constituye
una gota infinitésimamente pequeña en el torrente semanal de materiales provenientes de cuatro grandes
cadenas, de unas quinientas setenta estaciones no adheridas, de centenares de revistas y de Hollywood.

Dado que nuestros medios masivos de comunicación con patrocinio comercial promueven una fidelidad en
gran medida irreflexiva a nuestra estructura social, no se puede confiar en que obren a favor de cambios, asi
sean pequeños en dicha estructura. Es posible enumerar algunos acontecimientos que indican lo contrario,
pero que al ser examinados con atención resultan ser ilusorios. Es posible que un grupo comunitario como la
Asociación de Padres y Maestros solicite al productor de una serie radial que introduzca en el programa el
tema de las actitudes de tolerancia racial. Si el productor piensa que ese tema no es peligroso, que no
disgustará a ningún sector sustancial de su público, quizás acepte, pero al primer indicio de que es un tema
peligroso, que puede alejar a clientes potenciales se negará o no tardará en abandonar el experimento. Los
medios masivos de comunicaci6n renuncian invariablemente a los objetivos sociales cuando éstos chocan
con los beneficios econ6micos. Los símbolos secundarios de opiniones "progresistas" son de escasa
importancia, ya que sólo se los incluye por concesión de los patrocinadores, y únicamente a condición de
que sean lo bastante aceptables como para no alejar a ninguna parte apreciable del público. La presi6n
económica redunda en conformismo por omisión de las cuestiones delicadas.

Impacto sobre el gusto popular

Paul F. Lazarsfeld y Robert K. Merton. Comunicación de masas, gusto popular y acción social organizada - Página 9/16
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Como la mayor parte de nuestra radio, películas, revistas y una parte considerable de nuestros libros y
periódicos están dedicados al "entretenimiento", deberemos examinar el impacto de los medios masivos de
comunicaci6n sobre el gusto popular.

Si preguntáramos al norteamericano medio con alguna pretensión de refinamiento literario y estético si las
comunicaciones de masas han tenido algún efecto sobre el gusto popular, respondería sin duda con una
resonante afirmación. Más aun: citando abundantes casos, insistirla en que los gustos estéticos e
intelectuales han sido depravados por la irrupción de productos triviales provenientes de las imprentas, de
las estaciones de radio y de los estudios de cine. En las columnas de critica abundan estas quejas.

En cierto sentido, esto no requiere mayor análisis. No puede haber dudas de que las mujeres que se pasan
todos los días tres o cuatro horas absortas en unas doce "radionovelas" consecutivas, todas salidas del
mismo tenebroso molde, exhiben una espantosa falta de criterio estético. Tampoco modifican esta impresi6n
los contenidos de las revistas sensacionalistas o elegantes, ni la deprimente abundancia de películas
trilladas colmadas de héroes, heroínas y villanos que se mueven en una atmósfera falsa, de sexo, pecado y
éxito.

No obstante, si no situamos estas pautas en términos históricos y sociológicos, podemos encontramos


confusamente empeñados en condenar sin comprender, en una critica que es sana, pero en gran medida
irrelevante. ¿Cuál es la condici6n histórica de este nivel notoriamente bajo del gusto popular? ¿Son los
míseros restos de criterios que antes fueron significativamente más altos, algo relativamente nuevo en el
mundo de los valores, en gran medida desvinculado de los niveles más altos desde los cuales se aduce que
ha caldo, o un mal sustituto que impide el desarrollo de criterios más elevados y la expresión de una elevada
finalidad estética?

Si hay que examinar los gustos estéticos en su marco social, debemos admitir que el público real de las
artes se ha modificado hist6ricamente. Hace algunos siglos, este público se limitaba principalmente a una
elite aristocrática selecta. Eran relativamente pocos los que sabían leer y escribir. Y muy pocos poseían
recursos para comprar líbros, concurrir a los teatros y trasladarse a los centros artísticos urbanos. Apenas
una fracci6n reducida, posiblemente no mas del uno o dos por ciento, componía el real publico de arte. Estos
pocos afortunados cultivaban sus gustos estéticos y su demanda selectiva dejó su sello en forma de
cánones artistícos relativamente altos.

Con la vasta difusi6n de la educación popular y con el surgimiento de nuevas tecnologías de comunicación
masiva se desarrolló un mercado enormemente ampliado para las artes. Algunas formas de música, teatro y
literatura llegan ahora prácticamente a todos en nuestra sociedad. A eso se debe, por supuesto, que
hablemos de medios masivos de comunicación y de arte de masas. Y los grandes públicos de los medios
masivos de comunicación, aunque en general saben leer y escribir, no son muy refinados. Más o menos la
mitad de la poblaci6n, a decir verdad, ha interrumpido su educaci6n formal al egresar de la escuela primaria.

Con el ascenso de la educación popular se ha producido una aparente declinación en el gusto popular.
Grandes cantidades de personas han adquirido lo que podría llamarse "instrucci6n formal", o sea la
capacidad de leer, de captar sentidos burdos y superficiales y una correlativa incapacidad para la plena
comprensión de lo que leen. Ha surgido en suma, una marcada brecha entre instrucción y comprensión. La
gente lee más, pero comprende menos. Más personas leen, pero son proporcionalmente menos los que

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asimilan críticamente aquello que leen.

Nuestra formulación del problema ya debe estar clara. Es engañoso hablar simplemente de la decadencia de
los gustos estéticos. Es probable que los públicos de masas incluyan una mayor cantidad de personas con
criterios estéticos refinados, pero éstas se pierden entre las grandes masas que constituyan el nuevo público
ineducado de las artes. Mientras que ayer la elite constituía prácticamente todo el público, hoy es una
pequeña parte del todo.

En consecuencia, se ha rebajado el nivel promedio de valores y gustos estéticos de los públicos, aunque sin
duda los gustos de algunos sectores de la población se haya elevado y la cantidad total de personas que
reciben contenidos de comunicación haya aumentado mucho.

Pero este análisis no responde directamente a la pregunta acerca de los efectos de los medios masivos de
comunicación sobre el gusto del público, un interrogante tan complejo como inexplorado. Sólo una
investigación disciplinada puede darle respuesta. Habría que saber, por ejemplo, si los medios masivos de
comunicación han despojado a la elite intelectual y artística de las formas artísticas que, de lo contrario,
habrían sido accesibles para ella. Y esto requiere examinar la presión ejercida por el público de masas sobre
los individuos creativos para que abastezcan los gustos masivos. En todas las épocas hubo escribas a
sueldo. Pero seria tmportante saber si la electrificación de las artes proporciona energía para una proporción
significativamente mayor de luces literarias mortecinas. Y sobre todo, seria esencial determinar si los medios
masivos de comunicación y los gustos de masas están inevitablemente ligados en un circulo vicioso de
valores deteriorados, o si una acción adecuada de quienes dirigen los medios rnasivos de comunicación
podría iniciar un circulo virtuoso de perfeccionamiento acumulativo del gusto en sus públicos. Más
concretamente: ¿quienes manejan los medios masivos de comunicación comercializados se hallan
atrapados en una situación en la que, al margen de sus preferencias privadas, no pueden elevar
radicalmente el nivel estético de sus productos ?

Cabe señalar, de paso, que mucho queda por aprender respecto de los niveles adecuados para el arte de
masas. Es posible que valores correspondientes a formas artísticas producidas por un pequeño grupo de
talentos creativos para un público reducido y selectivo no sean aplicables a formas artísticas producidas por
una industria gigantesca para la población en general. Los comienzos de investigación sobre este problema
son lo bastante sugestivos como para justificar su estudio ulterior.

Los experimentos esporádicos -y, en consecuencia, inconcluyentes- de elevación de los niveles han
tropezado con la profunda resistencia de los públicos de masas. A veces, estaciones y cadenas radiales han
intentado suplantar una radionovela por un programa de música artística, o por piezas breves con el análisis
de problemas de interés público. En general, las personas a quienes se supone beneficiadas por esta
reforma de programas se han negado simplemente a dejarse benaficiar. Dejan de escuchar. El público
disminuye. Algunas investigaciones han indicado, por ejemplo, que los programas radiales de música
artística tienden a preservar y no a crear interés en dicha música, y que los intereses que surgen son
típicamente superficiales. Casi todos los oyentes de estos programas ya habían adquirido previamente
interés por la música artística; los pocos cuyo interés se inicia con estos programas son atraídos por
composiciones melódicas y pasan a pensar en la música artística exclusivamente en términos de
Chaikovski, Rimski-Korsakov o Dvorak.

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Es probable que las soluciones propuestas para estos problemas nazcan más de la fe que del conocimiento.
Mejorar los gustos de las masas mediante el mejoramiento de los productos artísticos de rnasas no es una
cuestión tan sencilla como nos gustaría creer. Es posible, por supuesto, que no se haya hecho un intento
concluyente. Mediante un triunfo de la imaginación sobre la actual organización de los medios masivos de
comunicación, se puede concebir una rigurosa censura, de modo que no se permitiera imprimir, emitir ni
filmar nada salvo lo mejor que se ha pensado y dicho en el mundo . Queda sujeto a la especulación si un
cambio radical en el suministro de arte de masas transformaría con el tiempo los gustos del publico masivo.
Hacen falta décadas de experimentación e investigación. Por ahora es notable lo poco que sabemos acerca
de los métodos encaminados a mejorar los gustos estéticos, y sabemos que algunos de los métodos
sugeridos son ineficaces. Conocemos muy bien los fracasos. Si esta discusión se reabriera en 1976, tal vez
podamos informar con igual seguridad que conocemos logros positivos.

A esta altura de la exposición, podemos detenernos para observar el camino recorrido. Como introducción,
consideramos las fuentes aparentes de generalizada preocupación por el lugar que ocupan los medios
masivos de comunicación en nuestra sociedad. A partir de allí examinamos primero la función social
atribuíble a la mera existencia de los medios masivos de comunicación: su función conferidora de status, su
función en cuanto a inducir a la aplicación de normas sociales y su disfunción narcotizante. En segundo
lugar, señalamos las restricciones impuestas por una estructura comercial de propiedad y control, a los
medios masivos de comunicación como órganos de critica social y como portadores de altos niveles
estéticos. Pasamos ahora al tercero y último aspecto de la función social de los medios masivos de
comunicación: las posibilidades de utilizarlos para avanzar hacia tipos designados de objetivos sociales.

Propaganda para objetivos sociales

Acaso esta última cuestión tenga un interés mas directo que las ya analizadas. Representa para nosotros
algo así como un reto, ya que ofrece los medios para resolver la manifiesta paradoja a la cual nos referimos
con anterioridad: la aparente paradoja que surge al afirmar que se ha exagerado la significación de la mera
existencia de los medios masivos de comunicación, y los múltiples indicios de que éstos en verdad ejercen
influencias sobre sus públicos.

¿Cuáles son las condiciones para el uso efectivo de los medios masivos de comunicación en lo que podría
llamarse "propaganda para objetivos sociales": la promoción, digamos, de relaciones raciales no
discriminatorias, o de reformas educacionales, o de actitudes positivas hacia el movimiento obrero
organizado? Las investigaciones indican que deben satisfacerse por lo menos una de tres condiciones para
que esta propaganda resulte eficaz. Estas condiciones pueden ser brevemente designadas como: (1 )
monopolización. (2) canalización más que cambio de los valores básicos, y (3) contacto directo
complementario. Cada una de estas condiciones merece cierto análisis.

Monopolización

Esta situación surge cuando hay en los medios masivos de comunicación poca o ninguna oposición a la

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difusión de valores, programas o imágenes públicas. O sea que la monopolización de los medios masivos de
comunicación tiene lugar sin la presencia de contrapropaganda.

En este sentido limitado, la monopolización de los medios masivos de comunicación aparece en diversas
circunstancias. Es inherente, por supuesto, a la estructura política de la sociedad autoritaria, donde el
acceso a los medios masivos de comunicación se halla totalmente cerrado para quienes se oponen a la
ideología oficial. Hay pruebas que sugieren que este monopolio jugó algún papel en el control por parte de
los nazis sobre el pueblo alemán.

Pero otros sistemas sociales se aproximan a esta misma situación. Durante la guerra, por ejemplo, nuestro
gobierno utilizo la radio, con algún éxito, para fomentar y mantener la identiflcación con el esfuerzo bélico. La
efectividad de estos intentos de fortalecer la moral se debió en gran medida a la ausencia prácticamente
total de contrapropaganda.

Surgen situaciones similares en el mundo de la propaganda comercializada. Los medios masivos de


comunicación crean ídolos populares. Las imágenes públicas de la interprete de radio Kate Smith, por
ejemplo, la describen como una mujer con una inigualable comprensión de las demás mujeres
norteamericanas, que simpatiza hondamente con los hombres y mujeres comunes, que es guía y mentora
espiritual, una patriota cuyas opiniones sobre la cosa pública deben ser tomadas en serio. Ligadas con las
principales virtudes norteamericanas, las imágenes públicas de Kate Smith no están sujetas en modo alguno
a una contrapropaganda. No es que no tenga competidores en el mercado de la publicidad radial, sino que
ninguno de ellos se dedica sistemáticamente a cuestionar lo dicho por ella. En consecuencia, millones de
mujeres norteamericanas pueden visualizar a una intérprete radial soltera, cuyos ingresos anuales se
cuentan en seis cifras, como una madre laboriosa que sabe la receta para administrar la vida con quinientos
dólares por año.

Esta imagen de un ídolo popular tendría mucho menos vigencia si estuviera sometida a contrapropaganda.
Tal neutralización tiene lugar, por ejemplo, como resultado de campañas preelectorales hechas por
republicanos y demócratas. Un estudio reciente ha demostrado que, por lo general, la propaganda emitida
por cada uno de estos partidos neutraliza el efecto de la propaganda del otro. Si ambos partidos renunciaran
totalmente a hacer proselitismo a través de los medios masivos de comunicación, es muy probable que el
efecto neto sería reproducir la actual distribución de votos.

Esta pauta general ha sido descrita por Kenneth Burke en su obra Attitudes Toward History:" los hombres de
negocios compiten entre sí procurando alabar su propia mercancía más persuasivamente que sus rivales,
rnientras que los políticos Compiten difamando al oponente. Todo sumado se obtiene un total general de
alabanza total en los negocios y un total general de difamación absoluta en la política".

En la medida en que las propagandas políticas contrapuestas en los medios masivos de comunicación se
equilibran, el efecto total es imperceptible. Sin embargo, la virtual monopolizaci6n de los medios masivos de
comunicación para determinados objetivos sociales producirá efectos discernibles sobre los públicos.

Canalización

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Las creencias reinantes en el enorme poderío de las comunicaciones de masas evidencian derivar de casos
exitosos de propaganda monopólica, o de la publicidad. Pero saltar de la eficacia de la publicidad a presumir
la eficacia de una propaganda apuntada hacia actitudes hondamente arraigadas y conductas que se
relacionan con el ego es tan injustificado como peligroso. La publicidad se dirige típicamente hacia la
canalización de pautas de conducta o actitudes preexistentes. Rara vez procura inculcar nuevas
actitudes o crear pautas de conducta significativamente nuevas. "La publicidad da ganancias" porque
generalmente remite a una situación psicológica sencilla. Para norteamericanos que se han socializado en el
uso de un cepillo de dientes, tiene relativamente poca importancia qué marca de cepillo utilizan. Una vez que
se ha establecido la pauta general de conducta o la actitud genérica, se la puede canalizar en una u otra
dirección. La resistencia es poca. Pero la propaganda de masas encuentra siempre una situaci6n más
compleja. Tal vez procura objetivos que se contraponen a actitudes muy arraigadas. Tal vez procure
modificar y no canalizar sistemas de valores vigentes. Y es posible que los éxitos de la publicidad no hagan
más que poner de relieve los fracasos de la propaganda. Gran parte de la propaganda actual encaminada a
abolir tenaces prejuicios étnicos y raciales, por ejemplo, parece haber tenido poca eficacia.

Por consiguiente los medios masivos de comunicación han sido utilizados con eficacia para canalizar
actitudes básicas, pero hay pocos indicios de que hayan servido para cambiarlas.

Complementación

Una propaganda de masas de índole no monopólica ni canalizadora puede, no obstante, resultar eficaz si
confluye con una tercera situación: su complementación mediante contactos directos.

Hay un caso ilustrativo de la interacción entre medios masivos de comunicación e influencias directas. Una
vez examinado, el aparente éxito propagandístico logrado hace unos años por el padre Coughlin no
demuestra resultar primordialmente del contexto propagandístico de sus charlas radiales. Fue producto, en
cambio, de estas charlas propagandísticas centralizadas y, además, de vastas organizaciones locales que
tomaron medidas para que sus miembros lo escucharan, y luego participaran en discusiones acerca de las
opiniones sociales por él expresadas. Esta combinación de un aprovisionamiento central: de propaganda
(las arengas de Coughlin por una cadena nacional, la distribución coordinada de periódicos y folletos) y
discusiones cara a cara entre grupos relativamente pequeños; este entretejido de apoyos recíprocos a través
de los medios masivos de comunicaci6n y de las relaciones personales redundó en un éxito espectacular.

Algunos estudiosos de los movimientos de masas han llegado a rechazar la opinión de que la mera
propaganda en si y de por si crea o mantiene un movimiento. El nazismo no alcanz6 su breve momento de
hegemonía apoderándose de los medios masivos de comunicaci6n. Estos cumplieron una función ancilar,
complementando el uso de la violencia organizada, la distribuci6n organizada de recompensas a la docilidad
y los centros organizados de adoctrinamiento local. La Uni6n Soviética utiliza también amplia y notablemente
los medios masivos de comunicaci6n para adoctrinar a enormes poblaciones en la ideología adecuada. Pero
los organizadores del adoctrinamiento tuvieron buen cuidado de que los medios masivos de comunicaci6n
no actuaron solos. "Rincones rojos", "cabañas de lectura" y "estaciones de audición" constituían sitios de
reunión donde grupos de ciudadanos recibían juntos lo que ofrecían los medios masivos de comunicación.
Las cincuenta mil salas y clubes de lectura nacidos alrededor de 1933 permitían a la elite ideológica local
repasar con los sectores de base el contenido de lo que leían. También la relativa escasez de radios en las

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casas privadas contribuía a que se escuchara en grupo y se discutiera en grupo lo que se había oído.

En estos casos, la maquinaria para la persuasi6n de masas incluía contacto directo en el marco de
organizaciones locales como apéndice de los medios masivos de comunicación. La reacción individual y
privada a los materiales ofrecidos por los canales de comunicación de masas era considerada insuficiente
para transformar la mera recepci6n de propaganda en propaganda eficaz. En una sociedad como la nuestra,
donde las tendencias a la burocratizaci6n no se han vuelto aún tan penetrantes o, por lo menos, no han
cristalizado todavía tan claramente, se ha comprobado que los medios masivos de comunicación alcanzan
su mayor efectividad en conjunción con centros locales de contacto directo organizado.

Varios factores contribuyen a la mayor eficacia de esta conjunción de medios masivos de comunicación y
contacto personal directo. Es muy evidente que las discusiones locales sirvan para reforzar el contenido de
la propaganda de masas. Tal confirmación mutua produce un "efecto de afianzamiento". En segundo lugar,
los medios de comunicación centrales reducen la tarea del organizador local, y en un movimiento popular no
hace falta que los niveles de capacidad de los subalternos sean tan rigurosos. Los subalternos no tienen que
explicar por si mismos el contenido propagandístico, sino sólo conducir a los conversos potenciales hasta la
radio donde se expone la doctrina. En tercer lugar, la aparición de un representante del movimiento en una
cadena nacional, o su mención en la prensa nacional, sirven para simbolizar la legitimidad e importancia del
movimiento. No es una iniciativa sin fuerza ni consecuencias. Como ya vimos, los medios masivos de
comunicación confieren status. Y el status del movimento nacional se refleja, a su vez, en el status de las
células locales, consolidando así las decisiones provisorias de sus miembros. En este ordenamiento
interrelacionado, el organizador local garantiza un público para el orador nacional, y éste convalida el status
del organizador local.

Este breve resumen de las situaciones en que los medios masivos de comunicación logran su máximo
efecto propagandístico puede resolver la aparente contradicción que se planteó al comienzo de nuestro
análisis. Los medios masivos de comunicación alcanzan su máxima eficacia cuando actúan en una situación
de virtual "monopolio psicológico" o cuando el objetivo es canalizar y no modificar actitudes básicas, o
cuando actúan en conjunción con contactos directos.

Pero estas tres condiciones pocas veces son satisfechas al mismo tiempo en la propaganda de objetivos
sociales En la medida en que la monopolización de la atenci6n es poco habitual, las propagandas
contrapuestas tienen libre juego en una democracia. Y en general, las cuestiones sociales básicas implican
más que una mera canalización de actitudes básicas preexistentes; exigen, en cambio, cambios sustanciales
de actitud y conducta. Finalmente, y la razón es evidente, la estrecha colaboración entre medios masivos de
comunicación y centros localmente organizados para el contacto directo pocas veces ha sido lograda por
grupos que bregan por un cambio social planificado. Esos programas son costosos, y son precisamente
esos grupos los que pocas veces tienen los vastos recursos necesarios para abordar programas tan caros.
Los grupos avanzados. situados en los márgenes de la estructura de poder no cuentan habitualmente con
los vastos recursos financieros que poseen los grupos satisfechos, ubicados en el centro.

Como resultado de esta triple situación, la función actual de los medios masivos de comunicación se limita
en gran medida a preocupaciones sociales periféricas y por ende no exhiben el grado de poderío social que
se les atribuye habitualmente.

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Por igual motivo, y en vista de la actual organización comercial de propiedad y control de los medios masivos
de comunicación, éstos han contribuido a consolidar la estructura de nuestra sociedad. Las finanzas
organizadas están cerca de tener, si, un virtual "monopolio psicologico" sobre los medios masivos de
comunicación. Los anuncios radiales y avisos periodísticos se basan, por supuesto, en un sistema al que se
ha denominado empresa libre, además, el mundo del comercio se interesa primordialmente por canalizar y
no por modificar radicalmente actitudes básicas: sólo procura crear preferencias por una marca de producto
en lugar de otra. Los contactos directos con aquellos que se han socializado en nuestra cultura sirven
primordialmente para reforzar las pautas culturales vigentes.

Así, las condiciones mismas que determinan la máxima eficacia de los medios masivos de comunicación
obran por la censervación de la estructura social y cultural vigente y no por su cambio.

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La prensa

Análisis de los
Medios de
Comunicación

1
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La prensa
En esta unidad realizaremos un recorrido por los medios de comunicación
tradicionales: radio, cine, radio y televisión. Desarrollaremos cada uno de
ellos a partir de cuatro lecturas resumidas de los diferentes documentos
compilados en paneoclip para abordar su historia: condiciones socio-
técnicas o tecnológicas de su aparición, desarrollo y transformaciones. Las
cuatro lecturas son obligatorias para entender su trayectoria hasta llegar al
análisis actual de los medios.

Dra. María J. Villa

El invento más importante para la posterior aparición de los medios masivos


de comunicación fue la imprenta, atribuida a Juan G. Gutemberg a mediados
del 1400. Este sistema fue la base de la impresión tipográfica, condición que
permitió la posterior aparición y florecimiento de la comunicación masiva.

Es importante que situemos el nacimiento de la imprenta como parte de un


proceso que se venía desarrollando en Europa desde hacía un par de siglos
antes. Por ejemplo, los árabes ya habían introducido el papel a través de
España e Italia. También se supone que a mediados del siglo XIV el papel
había alcanzado la franca occidental de Alemania. Al mismo tiempo,
comenzó un importante despegue económico con el nacimiento de la
industria metalúrgica moderna.

En China se conocía un sistema de impresión desde varios siglos antes, pero


fueron Gutemberg y Fust quienes perfeccionaron el sistema creando
caracteres móviles de metal. Este invento revolucionó toda la técnica de
impresión, ya que permitió reproducir en serie textos e imágenes en forma
rápida y más económica. En 1448, Gutemberg y Fust imprimieron la Biblia
latina de 42 líneas por página, una obra maestra del arte tipográfico.

Esta nueva técnica se extendió por toda Europa. En 1498 se contaba con
alrededor de 110 imprentas.

2
60

El libro

Debido a su naturaleza material, la evolución del libro está estrechamente


ligada al progreso de las técnicas de impresión. Los primeros libros imitaban
la apariencia de los manuscritos, con detalles elaborados a mano, como las
letras iniciales o los bordes coloreados y muy trabajados. La aparición del
libro:

Hizo posible nuevas formas de lectura, más rápidas y más


individuales y nuevas formas de utilizar los libros para que se
abriera la puerta a nuevos reinos de enriquecimiento
intelectual que, a la vez, ampliaron el abismo entre la
literatura cultivada y la cultura oral o semi oral de la gran
mayoría. (Williams, 1992, p. 24).

Poco a poco el libro se convirtió en objeto de ganancias y facilitó la


alfabetización, ya que se volvió cada más económico, lo que permitió que no
solo una elite pudiera tener acceso al saber y, por lo tanto, al poder.

Desarrollo de la prensa. Los periódicos

Dos siglos después de la aparición de la imprenta, comenzó a publicarse en


Francia el primer periódico de difusión de noticias con tirada regular. Se trata
de La Gacette, que aparecía semanalmente, contaba con 8 páginas y con una
tirada de 1200 ejemplares. Para hacer posible la salida de periódicos como
este y otros tantos similares, existían en toda Europa los anunciantes que
financiaban los proyectos editoriales. Los periódicos de todo ese primer
período, no solo eran producidos y financiados, sino igualmente concebido,
escrito y realizado por un solo hombre. Esto último no significa que no
tuviera quien colaborara con él, sino que era concebido por sus propias ideas
y distribuido en su comunidad. Es por ello que los primeros periódicos y
posteriores diarios se consideraban tribunas de debates.

3
61

El diario

Pasará casi un siglo desde la aparición de los periódicos, el primer periódico


fue La Gazette en Francia (1631) y casi un siglo después aparece el primer
diario (o sea de tirada diaria). Algunos historiadores afirman que el primer
diario del mundo fue de habla inglesa y que apareció en 1702: el Daily
Courant. Su editora fue una mujer, Elizabeth Mallet, que disimulaba su sexo
poniendo solo las iniciales de su nombre. El Daily Courabnt era una hoja de
pequeño tamaño, impresa en una sola cara, que incluía información sacada
de periódicos holandeses y franceses. Este primer diario tuvo una evolución
muy rápida: al poco tiempo de nacer cambió de manos, pasó a las de Samuel
Buckey, quien rápidamente comenzó a imprimir en dos caras y luego en
cuatro y en seis. Posteriormente, incluyó avisos.

A partir de aquí, la historia de la prensa de diario se desarrolló a lo largo y


ancho del mundo. El proceso se afianzó en el siglo XIX. A mediados del siglo,
el desarrollo técnico perfeccionó la prensa masiva. Se hizo realidad el
telégrafo y, aunque no es en sí mismo un medio masivo de comunicación,
constituyó un recurso importante para que la prensa diaria pudiera acceder
a la información que se originaba en puntos muy distintos. Para el
afianzamiento de la prensa, también influyeron factores económicos y el
aumento de la alfabetización.

A mediados del siglo XIX, la prensa ya estaba al alcance de todos los sectores
sociales. Los ejemplares eran económicos y ya no se dirigían a una
aristocracia adinerada e instruida, sino a un público masivo y heterogéneo.
La calidad de impresión mejoró cada vez más y se comenzaron a incorporar
las ilustraciones.

Los primeros diarios eran concebidos, producidos y distribuidos por un solo


hombre, eso quiere decir que llevaban la impronta opinativa de quien
escribía.

4
62

El folletín y la novela popular

En 1830, varios aspectos convergen para facilitar la aparición de un nuevo


fenómeno: lo que se ha dado llamar novela de folletín, novela por entregas
o novela popular.

Además, se intensifica en Europa, especialmente en Francia, el auge de la


literatura social. La literatura deja de ser exclusiva de un sector privilegiado
y, favorecida por la democratización que imperaba en todos los ámbitos y
por la ampliación de la franja de alfabetizados, pasa a convertirse en una
industria al servicio de los periódicos, que se regían por la ley de la oferta y
la demanda.

Novelas que hoy están consagradas en la literatura clásica comenzaron


como folletines o novelas por entregas en los periódicos. Tal es el caso de
escritores como Alejandro Dumas (Los tres mosqueteros, El Conde de
Montecristo) o Eugenio Sue (Los misterios de París, El Judío errante).

En el Río de la Plata, la novela romántica se difundió rápidamente y a


mediados del siglo XIX ya se había impuesto de manera rotunda la
publicación del folletín. Un claro ejemplo es Juan Moreira, de Eduardo
Gutiérrez. A comienzos del siglo XX, los diarios, además de los conocidos
folletines, comenzaron a publicar la llamada novela semanal. Muchas de
ellas no se presentaban en episodios, sino que comenzaban y terminaban en
una sola entrega, pero el suspenso igual se creaba al anunciar los números
futuros con avances del argumento, lo que dejaba sembrada la intriga.

La prensa amarilla

En Estados Unidos, el fenómeno del folletín fue diferente. Se difundían los


cuentos de Edgar Alan Poe, cuentos de suspenso con el formato de magazín.
Los dueños de los diarios comprobaron que el policial y el suspenso vendían
ejemplares, por lo que vieron la necesidad de desplazar a la opinión por la
información. Es así como nació el nuevo periodismo de la mano de los colosos
que hicieron fortunas con la venta de periódicos. El cuento comenzó una era
floreciente, ligado al desarrollo de los magazines y de la mano de Edgar Alan
Poe. La novela y el cuento policial y de terror aparecieron casi paralelamente
con el desarrollo de una nueva prensa sensacionalista.

En 1880, los periódicos norteamericanos tenían una buena aceptación en las


distintas capas de la sociedad. Pero la permanencia de esta aceptación

5
63

dependía fundamentalmente de la venta de ejemplares, razón por la cual se


agudizó la competitividad. Los propietarios de los diarios más importantes
de Estados Unidos se lanzaron en una guerra feroz por captar lectores,
dejando de lado aspectos éticos del ejercicio de la profesión.

Esta etapa fue conocida posteriormente como prensa amarilla. Este nombre
hacía alusión a un personaje llamado yellow kid, quien se encargaba de los
chimes de la clase política y la artística. El periodismo amarillo se
caracterizaba por no reparar en la ética ni en la responsabilidad profesional.
De hecho, todos los temas eran plausibles de ser convertidos en
melodramas, aun a costa de falsear la realidad.

Concentración económica de los periódicos


Con esta nueva manera de pensar el periodismo, se produjo una gran
concentración y aparecieron los llamados colosos del periodismo en Estados
Unidos, es decir, grandes monopolios económicos de la información (por
ejemplo, el New York Herald, de Bennet). Se definió así un nuevo
periodismo: la información desplaza a la discusión y a la reflexión.

Uno de los colosos, Pulitzer, compró en 1883 el New York World y en 10 años
lo llevó de 50 000 a 700 000 ejemplares. El contenido de sus medios tiende
a campañas reformistas pero también a una mezcla de noticias
sensacionalistas con posturas de defensa del bien público. Hearst, quien
llegó a dominar 38 periódicos y 12 revistas con una tirada de 12 000 000 de
ejemplares, a través de la utilización de cualquier recurso para ganar
lectores, también adquirió gran poder. Esta concentración económica de los
periódicos nació con Pulitzer, Hearst y otros como Mc Rae (creador en 1907
de la United Press).

Con la concentración monopólica de la prensa y la organización industrial,


se acentuó la estandarización y lo individual quedó reducido a algunos
columnistas. Además, se produjo la consolidación de las agencias de noticias
que controlan la información y así el periodismo pasó a tener un dominio
total sobre la opinión pública. También debemos señalar la importancia del
desarrollo del papel de fotografía y las nuevas técnicas de diagramación.

Agencias de noticias
Debido a la distancia entre el lugar en el que ocurren los acontecimientos y
el costo que implicaba para cada diario tener corresponsales en todo el
mundo, se crearon las agencias de noticias, que son empresas (privadas,

6
64

estatales o mixtas) cuya función es relevar y receptar información a través


de corresponsales, colaboradores o enviados espaciales, almacenarla,
procesarla en sus oficinas y distribuirla entre sus abonados, que pagan un
precio por dicho servicio.

l Las agencias de noticias más importantes son: Associated Press (AP)


y United Press Internacional (UPI), ambas con sede en Estados
Unidos, Agence France Press (AFP), EFE (Nombre de fantasía)
perteneciente a España, Agenzia Nazionale Stampa Associata (ANSA)
Italia; Deutsche Press Agentur (DPA) Alemania; Telam perteneciente
al sistema federal de comunicación de Argentina.

l Es importante mencionar que las agencias de noticias, sobre todo las


de origen norteamericano, han tenido un papel determinante en las
políticas internas de los países latinoamericanos.

La prensa en Argentina
El primer periódico argentino es el Telégrafo Mercantil, Rural, Económico e
Historiográfico del Río de la Plata. Comenzó a aparecer en 1801 y duró hasta
1802, ya que fue clausurado por orden del virrey a raíz de un artículo donde
se criticaba el abandono del Gobierno y la corrupción de las costumbres.

El 7 de junio de 1810, a muy poco tiempo de la Revolución de Mayo, aparece


la Gazeta de Buenos Aires, fundada por Mariano Moreno, en ese momento
secretario de la Primera Junta de Gobierno. Era un órgano oficial que
aparecía semanalmente. Los fundamentos de la Gazeta aparecen en el
primer número. La idea de tener un gobierno de puertas abiertas, siempre
dispuesto a la crítica y a las sugerencias. Los patriotas querían dar cuenta de
sus actos de gobierno al pueblo que les había confiado su destino; y sobre
todo, deseaban extender la Revolución y asegurar la independencia. El
objetivo principal de la Gazeta de Buenos Ayres fue difundir ideas de
soberanía, igualdad y libertad, fomentar el comercio y arraigar costumbres.

Justamente las ideas libertarias de La Gazeta lo llevaron a Mariano Moreno


a su muerte. A él lo sucedió el deán Gregorio Funes, cuya posición no fue tan
severa y firme como la de Moreno, sino más moderada y controlada por la
Iglesia.

Después de 1820 y hasta la caída de Rosas, nacieron y murieron cientos de


periódicos. Fue una etapa de luchas ideológicas encarnadas en los
problemas de la religión y el avance de los partidos de los ganaderos

7
65

terratenientes y saladeristas porteños. Con Rosas en el Gobierno, se decretó


la suspensión de varios periódicos opositores, se negó la libertad de
imprenta y se sometió a la prensa a un férreo control oficial.

Los grandes diarios

En 1852, después de la caída de Rosas, apareció en Buenos Aires El Nacional,


editado por Bartolomé Mitre y Domingo Sarmiento. Paralelamente en
Paraná, Urquiza fundó El Nacional Argentino. Comenzó así una etapa en las
que las grandes figuras de la política, exiliadas durante periodo de Rosas, se
lanzaron a la competencia periodística, lo que desembocó en la creación de
los grandes diarios argentinos, varios de ellos todavía vigentes.

Tal es el caso de La Nación. Después de dejar la presidencia de la república,


Mitre compró La Nación Argentina, de que en ese momento le pertenecía a
Gutiérrez, y fundó La Nación, cuyo primer número salió el 4 de enero de
1870 con el lema La Nación será una tribuna de doctrina, que aún sale en
diario actual, al igual que siempre fue dirigida por diferentes generaciones
del apellido Mitre. Desde sus inicios fue un diario conservador, la voz de los
terratenientes argentinos, pero también se caracterizó por contar con la
participación de importantes periodistas.

De la mano de Natalio Botana nació en 1913 el diario Crítica, el más original


y revolucionario de los diarios argentinos que tuvo una gran tirada. No solo
innovó en la diagramación, agregando secciones, titulando con verbos
conjugados e incorporando ilustraciones y fotografías, sino también en la
forma de presentar la noticia. Escribieron en Crítica destacados literatos
como Roberto Arlt, Jorge Luis Borges, González Tuñón, etcétera. Allí
apareció también por primera vez la historieta de Paturuzú.

Noticias Gráficas fue el gran competidor de Crítica. Fue fundado en la década


del 30 por Jorge Mitre. Hacía un buen uso de las ilustraciones y notas de
fondo.

El 10 de marzo de 1905 apareció por primera vez La Razón, un diario popular


al estilo de Crítica pero menos sensacionalista. De hecho, le disputaba la
tarde al diario de Botana y tuvo la mejor tirada en la década de los 60, ya
que salían varias ediciones cubriendo las noticias de toda la tarde.

8
66

En los años 60 apareció Crónica, con la intención de disputar la venta a


Crítica y La Razón. Fue un diario popular y amarillista.

En 1945 y de la mano de Roberto Noble, político peronista que había pasado


por el partido socialista y había escrito en La Nación, apareció Clarín. Según
Noble, el diario fue creado para despertar a la ciudad dormida. Hoy
conforma una empresa multimedia, la más importante del país.

En la década de los 70, Jacobo Timermann ideó un diario diferente a los que
circulaban por el país, sobre el modelo de Le Monde, y se llamó La Opinión.
Su característica principal fue desplazar a la información por la opinión con
largas columnas de pensamiento crítico y sin ilustraciones. Fue sancionado
por la última dictadura militar.

En 1987 apareció un matutino diferente que rompió con los esquemas


tradicionales: Página/12. Surgió como un diario diferente que se atrevía a
hacer los que otros no hacían. En la forma, es un tabloide alargado, en la
diagramación, atrae con su primera plana en la que se confunden los límites
entre el diario y la revista, y lo asombroso fueron sus titulaciones.

Cronología de los principales diarios cordobeses


En 1894, se creó el primer diario de Córdoba, Los Principios, dirigido por el
presbítero José Yañez. Después de la Primera Guerra Mundial se hizo cargo
Antonio Nores hasta que dejó de publicarse en 1982. Este diario perteneció
a la Acción Católica. La hemeroteca que conserva sus ejemplares está en el
Arzobispado de Córdoba.

En 1904, apareció La Voz del Interior como un diario independiente. Su


fundador fue Silvestre Remonda. Actualmente pertenece al Grupo Clarín y
la familia Remonda tiene una pequeña participación.

En 1928, apareció el vespertino Córdoba. Luego de diferentes dificultades,


cierre y reintento de aparición, dejó de publicarse definitivamente en 1991.

En 1977, se creó Tiempo de Córdoba, fue el primero en Córdoba publicado


en offset como semanario los días domingo. Luego, salió diariamente hasta
su cierre definitivo en 1983.

En 1984, se publica El País, vespertino que dura muy poco y cierra ese mismo
año.

9
67

En 1992, Página/12 abrió una redacción en Córdoba, para agregar al diario


nacional información local, que funcionó hasta 1994.

Hoy, en Córdoba, en soporte papel perduran La Voz del Interior y su segundo


diario, Hoy día Córdoba, y La mañana de Córdoba que imprime solo los días
lunes (los demás días aparece solo en versión digital).

10
68

Referencias
Barbier, Frédéric y Bertho Lavenir, Caterine (1999). Historia de los medios.
De Diderot a Internet. Colihue. Buenos Aires. Argentina.

Loyola, María Ines. (1996). La Prensa. En Compilado Paneoclip


1996.Roberto Von Sprecher editor. Universidad Nacional de Córdoba,
Argentina.

Williams, Raymond. (1992). Historia de la Comunicación. Vol II De la


Imprenta a nuestros días. Comunicación Bosch. Barcelona España.

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69

Cine

Análisis de los
Medios de
Comunicación

1
70

Cine
Un nuevo sistema de comunicación social: el cine
En esta segunda unidad, seguiremos haciendo un paneo por los medios de
comunicación tradicionales en su devenir histórico, contexto de creación,
desarrollo y evolución. Ya vimos los medios gráficos, ahora aparece un nuevo
medio: el cine.

El cine se constituyó en el arte por excelencia del siglo XX. Industria,


comercio y espectáculo, además de arte, son algunas de las principales
dimensiones del cine.

El cine siempre es narrativo en una de sus múltiples dimensiones, aunque


dentro de alguna corriente se pretendía que no lo fuera. Es también una
técnica de difusión, un medio de información, parte de la socialización del
hombre de estos dos siglos con sus normas y valores implícitos y explícitos.
Arte y espectáculo, fábrica de mitos, documento histórico de la época y de
la sociedad en las que nace.

Como ocurrió con todos los medios de comunicación, en el cine fueron


necesarios diferentes hallazgos científicos vinculados con la mecánica y la
óptica: la estroboscopia o persistencia de las imágenes en la retina es un
fenómeno fisiológico natural. Si una imagen luminosa llega al ojo, dicho
órgano conserva la impresión de la imagen en su retina hasta una décima de
segundo después de desaparecer la imagen inicial.

A continuación, se describen algunos de los antecedentes del cine. Uno de


ellos fue la fotografía. La primera fotografía fue tomada por Niepce en 1827.
Por su parte, Daguerre perfeccionó la técnica y redujo el tiempo de
exposición (creó lo que se conoció como daguerrotipos). Otro antecedente
‒aunque se trata más de una nota de color que de un verdadero hallazgo
científico‒ fue una apuesta del gentleman Muybridge en 1873, al
descomponer el movimiento del galope de un caballo. Para ello, recurrió a
una serie numerosa de cámaras fotográficas ubicadas en los lugares por
donde iba a pasar el caballo, más un cronometrado sistema para que los
disparadores de las cámaras se activaran automáticamente coincidiendo
con el paso del animal. A través de este mecanismo, logró comprobar que
en algún momento de la carrera el caballo tenía las cuatro patas en el aire.

2
71

Mientras tanto, Emile Reynaud creó un aparato llamado zootropo con un


tambor de espejos. Se trató de un teatro óptico que utilizaba cintas de papel
perforadas reflejadas por la luz en una pantalla. A través de este sistema que
realizaron las primeras presentaciones de dibujos animados en 1892.

Pero el antecedente más importante para el futuro del cine fue la creación
de Edison de la película de 35 mm, con cuatro pares de perforaciones por
imagen para su arrastre mecánico, que eran flexibles, manejables,
resistentes y transparentes (las que aún se usan en la mayoría de las
películas actuales y en las fotografías de las cámaras analógicas). Con esa
película, Edison creó un aparato llamado kinestocopio, en el que se debía
acercar los ojos a un visor. La duración del entretenimiento no pasaba de 30
segundos y podía repetirse al insertar una moneda.

A pesar de todos estos experimentos, aún faltaba la proyección en pantalla


y, por lo tanto, la recepción masiva del cine. Los hermanos Lumière, que
tenían una fábrica de cámaras, construyeron un primer aparato sencillo y
práctico: cámara y aparato de proyección a la vez, capaz de registrar
fotográficamente imágenes en movimiento y reproducirlas, con buenos
resultados, mediante la proyección sobre una pantalla. Se considera,
entonces, que el cine fue inventado con la primera proyección de los
hermanos Lumière en el cinematógrafo en 1895. Las películas de los Lumière
eran de poca duración, constaban de una sola toma y representaban escenas
de la vida cotidiana. Las más importantes fueron: El desayuno de los bebés,
La salida de los obreros de la fábrica Lumière en Lion, El arribo del tren y el
primer gag cómico del cine, El regador regado.

George Meliès era un hombre de teatro y amante de la magia que cuando


ve las películas de los hermanos Lumière, comienza a filmar también. La más
conocida fue El viaje a la luna. Lo que el realiza, en realidad, se llama teatro
filmado, pero aporta el guion, los actores, el vestuario y la escenografía. Su
triple invención estaba compuesta por la puesta en escena, el cine narrativo
y el cine concebido como espectáculo popular.

En Estados Unidos, David Griffith superó la única toma de los Lumière y el


teatro filmado de Meliès. Con un lenguaje cinematográfico complejizado,
rodó en 1915 El nacimiento de una nación, un filme de tres horas de duración
que fue exhibido durante 15 años. Esta fue la primera superproducción
norteamericana y por su enfoque terriblemente racista suscitó grandes
controversias. Allí el cine demostró su poder de propaganda política, como

3
72

también su capacidad de llegar a multitudes y sus posibilidades como gran


industria.

Por otra parte, el cine de Griffith significó una relevante innovación artística
ya que se utilizó por primera vez el montaje ‒verdadera esencia del cine‒
que permite alternar los planos, el conjunto de los detalles, y lograr un
contrapunto dramático entre unas tomas y otras. También introdujo el
montaje de acciones paralelas, lo que va a ser clave para manejar el
suspenso en la narrativa fílmica.

El lenguaje cinematográfico

Los elementos del lenguaje cinematográfico son múltiples. Cada corriente


estética o comercial ha privilegiado unos elementos sobre otros y en
diversos momentos se han impuesto ciertas formas de narrar con la rigidez
de una ley, por la imitación de los estereotipos o por la imposición de los
propietarios de las productoras.

El primer plano es lo que diferencia al cine del teatro, ya que crea proximidad
y permite lograr el mayor nivel de tragedia con la menor cantidad de medios.

El encuadre revela el punto de vista. Mediante la elección del encuadre se


impone la identificación de la mirada sobre la escena; así el realizador les
otorga un determinado sentido a sus personajes.

El montaje

El montaje, también llamado las tijeras poéticas, es lo que le da ritmo al


filme. Se denominó tijeras poéticas a los realizadores soviéticos como
Pudovkin y Eisenstein. La característica primordial del montaje para
Eisenstein es el conflicto. Te proponemos que veas en Internet El acorazado
de Potenkin, de Eisenstein, para entender el concepto.

El montaje tiene funciones diacrónicas y narrativas. Cuando hablamos, lo


hacemos sobre una linealidad de elementos que están dados en un orden
temporal. Eso significa que al expresar una idea verbalmente, decimos una
palabra y luego otra. En la cinematografía, la contigüidad de los elementos
es temporal y espacial. El montaje, entonces, no solo sirve para articular
distintos puntos de vista ópticos del espacio, sino también para construir la
temporalidad de la narración cinematográfica. Presentamos un ejemplo
para que entiendas: se realiza una toma del aula donde estamos dando
clases; en la próxima toma, estamos discutiendo la clase en otro espacio,

4
73

como por ejemplo, el bar. El montaje nos permite darle continuidad a la


escena sin contar todo el recorrido realizado.

Los primeros tiempos del cine: diferentes corrientes

El expresionismo alemán

El expresionismo intenta expresar un mundo interior desconocido según las


formas que se incorporan al mundo real. Se presenta un universo interno
que se muestra totalmente ajeno al dominio de la voluntad. Algunas
corrientes expresan un sentido fatídico e inconformista. La mayoría de las
producciones que se realizaron fueron de la productora Universum Film AG
(UFA).

La obra emblemática del expresionismo fue El Gabinete del Dr. Caligari de


Robert Wine (1919). Fue una parábola fantástica sobre un doctor nefasto
que, a través de órdenes hipnóticas a un médium, realizaba atroces
crímenes. La intención era denunciar la criminal actuación del Estado alemán
que utilizó a sus súbitos durante la guerra como el satánico Caligari usaba a
su subordinado.

Del expresionismo surgieron figuras emblemáticas para el cine mundial. Una


de ellas fue Fritz Lang, cuyo filme cúlmine fue Metrópolis (1926), película
expresionista de ciencia ficción, notable tanto en lo narrativo como en el uso
de efectos especiales impensados para la época, donde no había tecnología
específica para tal fin. Metrópolis describe una ciudad del futuro, donde sus
habitantes se dividen rígidamente: los de arriba, señores e intelectuales, y
los de abajo, esclavos que sostienen los mecanismos para que los otros
puedan vivir.

Aquí estamos nombrando solo algunas películas del legado que dejó el
expresionismo alemán a la historia del cine. Puedes ver algunas escenas en
Internet.

El cine soviético

Caracterizado por el extraordinario uso del montaje, el cine soviético contó


historias importantes que acompañaron y apoyaron la revolución de 1917.

El mayor genio del modelo soviético fue Sergei Eisenstein, quien en su


primer largometraje, La Huelga (1924), montó escenas sobre matanzas de
obreros en la época zarista con imágenes de animales degollados en un
matadero. En El acorazado de Potemkin (1925) realizó el denominado

5
74

montaje intelectual, respetando el desarrollo lógico de la acción sobre un


episodio de la revolución de 1905. Los protagonistas eran colectivos, como
el pueblo o los represores. Esta película es considerada una de las obras
maestras de la historia del cine. Se trata de un filme que se exhibió en todo
el mundo y le otorgó gran prestigio al cine soviético. Otras de sus obras
fueron Lo viejo y lo nuevo y Octubre.

También debemos tener en cuenta en esta corriente a Pudovkin, quien fue


actor, guionista, escenógrafo y se convirtió en uno de los grandes
realizadores del cine soviético. Se diferenció de Eisenstein, ya que sus
protagonistas no eran colectivos, sino que su tema preferido fue la toma de
conciencia individual y la lucha popular. Sus principales películas fueron La
madre (1926), El fin de San Petersburgo (1927) y Tempestad sobre Asia
(1928).

Francia

En Francia, cabe destacar en los comienzos del cine a Pathe, quien formó en
1914 el 80% de la producción mundial de proyectores de cine. Otra persona
destacable fue Zecca, el director de los estudios Pathe. Su habilidad consistió
en darle al público lo que le pedía en el sentido de que adaptaba las obras,
dándole un carácter popular. Su primer éxito fue La historia de un crimen
(1901), que se destacó por su escenografía. A partir de 1906 comenzó una
transformación de los géneros, los dramas realistas se desplazaron hacia un
sentido más social, al tiempo que apareció el erotismo cinematográfico en
los llamados asuntos picarescos de carácter social. En 1908 tuvo lugar la
primera proyección de Asesinato de Guisa. Esta obra tuvo gran éxito entre
los intelectuales de París y algunos consideraron que, con obras como esta,
el cine había alcanzado la categoría de arte.

La vanguardia y el cine en Francia

Después de la Primera Guerra Mundial, la producción cinematográfica


francesa se paralizó. Algunos intelectuales franceses se interesaron por el
cine como el caso de Delluc y apareció la crítica cinematográfica. En algunos
filmes de Delluc se aprecian características impresionistas. En los autores de
esta escuela se potenció la capacidad expresiva de las imágenes donde, a
partir de las atmósferas creadas, se obtienen símbolos y se lograr efectos
plásticos similares a los de la pintura.

6
75

Jean Epstein, otro importante realizador de esta época, insistió en realizar


un cine psicológico y de introspección. Adaptó La posada roja de Balzac y
llegó a plantear, en sus obras, un lenguaje de los objetos.

La evolución de esta vanguardia fue abriendo camino a otros grandes


autores del cine francés de los años 30 como Jean Vigo, Rene Clair y Marcel
Caná.

El cine sonoro

A mediados de la década del 20, el cine ya se había instalado como actividad


recreativa, pero estaba compitiendo con la reciente aparición de la radio. La
Warner Brothers de Estados Unidos se ocupó del invento que venía
desarrollando Bell Laboratories: el cine sonoro. La primera película donde
apareció el sonido fue Don Juan (1926), filme que mostró varios efectos
sonoros, pero sin diálogos. En 1927 el cine mudo comenzó su paso con la
película El cantante de jazz, con Al Johnson como protagonista con su rostro
pintado de negro.

Después de la Primera Guerra Mundial, las salas de cine comenzaron a


aumentar su tamaño, pero las grabaciones acústicas y los fonógrafos de
aquella época carecían del volumen necesario, por lo que tuvieron que
luchar con serios problemas técnicos.

El neorrealismo italiano

Luego de la Segunda Guerra Mundial, surgió en la devastada y empobrecida


Italia un movimiento cinematográfico llamado neorrealismo. Se caracterizó
por su sencillez en la temática y en la estética. Abordó temas cotidianos de
las clases populares italianas con un estilo casi documental. Las películas se
filmaban en exteriores, con numerosas personas que no eran artistas, y
aunque no tenían una ideología específica, era clara la opción por los pobres
y desposeídos de sus directores. Su estética era austera, coherente con la
opción por el pueblo y con los mínimos elementos que tenían para filmar.

Algunas de las películas que fueron referentes de este cine son Ladrón de
bicicletas de Victorio de Sica y Roma ciudad abierta de Rossellini. Otro de sus
directores fundamentales fue Lucino Visconti.

Industria cinematográfica

La Primera Guerra Mundial paralizó la producción cinematográfica europea,


lo que permitió que la industria norteamericana pudiera desarrollarse y

7
76

tornarse hegemónica. Lograr esa posición privilegiada requirió invertir


mucho dinero en las producciones cinematográficas y la construcción de
grandes estudios con sus países y ciudades de cartón. Esas inversiones
provocaron que los financistas tuvieran control sobre lo comercial y lo
artístico.

En cuanto a los sistemas comerciales, se creó el block booking: la


contratación por lotes de películas, dentro de los cuales había uno o dos
títulos de cabecera y el resto eran de regular o bajo costo. Por otro lado, el
bling blocking es la contratación por distribuidores y exhibidores a ciegas,
sin posibilidad de opinión o selección.

Parte de estas reglas de juego está el género (románticas, policiales,


western, etc.). Desde el cine mudo, los filmes de Griffith, Chaplin e Eisenstein
eran valorados por los críticos por el prestigio de sus realizadores. Esta
concepción de cine de autor sirvió durante un tiempo. Luego, los mensajes
generados por las nuevas industrias culturales sufrieron un fuerte proceso
de estandarización. Así comenzó la etapa del star-system, es decir, la
producción en serie, la división del trabajo y los gigantes estudios como
factorías del modelo Hollywood, que se mantiene hasta nuestros días, salvo
algunas excepciones de cine independiente.

Es posible hablar de tres actividades estratégicas involucradas en el mercado


de la industria del cine: la producción, la distribución y la exhibición. En el
mercado capitalista, Estados Unidos domina las tres actividades. Aunque
este país no es el que más produce cine, ya que en primer lugar se encuentra
la India, tiene el control de sectores claves del mercado mundial.

El cine en Argentina

La historia del cine en Argentina se desarrolló casi simultáneamente a la de


los países europeos y Estados Unidos. Muy poco tiempo después de la
proyección de los hermanos Lumière, en el teatro Odeón de Buenos Aires,
se proyectó la llegada del tren. En esos últimos años del siglo XIX, la actividad
cinematográfica se limitaba a la reproducción de obras que venían sobre
todo de Francia. Recién en 1987 se recibieron las primeras cámaras en
Buenos Aires para realizar filmaciones y fue el fotógrafo Eugenio Py el que
creó la primera obra argentina: un corto de 17 metros de película llamado
La bandera argentina. Su estructura era muy simple: solo se veía flamear la
enseña patria en un mástil de la Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno.

8
77

Durante todo ese periodo inicial fueron comunes las filmaciones sobre
desfiles militares, actos religiosos o grandes sepelios. Una de estas fue sobre
las honras fúnebres de Mitre (1906). Es en este periodo que encontramos la
primera película argentina considerada como tal, llamada El fusilamiento de
Dorrego (1909), de Mario Gallo. Entre otros títulos de Gallo, quien hacía
teatro filmado, podemos encontrar a Juan Moreira y a una película que se
acercaba bastante al largometraje, titulada Tierra baja.

En esta inicial del cine en Argentina, se fue avanzando lentamente en la


constitución de un lenguaje y de la técnica para la producción. Aparecieron
los primeros largometrajes. En 1914, se produjo Amalia, basada sobre la
novela de José Mármol. Nobleza Gaucha (1915), de Eduardo Martínez de la
Pera y Ernesto Gunche, fue realmente una obra cinematográfica que recibió
buenas críticas y tuvo gran éxito.

En la década del `30, la industria del cine comenzaba a afianzarse, surgieron


directores y actores. Coincidió con la incorporación del cine sonoro que le
hizo muy bien a la industria cinematográfica argentina y el público masivo
comenzó a llenar las salas. El cine había invadido todos los ámbitos, tanto
que el periodismo comenzó a ocuparse de la crítica en la revista Caras y
Caretas y en el diario Crítica.

El cine también quiso conquistar a la clase media alta que no se sentía


identificada con temas populares, por eso la industria argentina aprendió las
lecciones de Hollywood e hizo hincapié primero en la estrella, luego en los
vestuarios y decorados, en tercer lugar en los recursos técnicos y por último
en el director y el autor. Aparecieron así figuras como Luis Sandrini, Mirtha
Legrand y Amelia Benze, entre otras.

Aunque se aleja del tema común de la mayoría de las historias, de esa época
data La Guerra Gaucha, de Lucas Demare. Se trata de un clásico de nuestra
cinematografía. Es una muestra de una obra histórica y épica. La película fue
importante, no solo por lo artístico, sino porque a partir de ella se consolidó
la productora Cooperativa Artistas Argentinos Asociados (AAA).

El cine argentino tuvo una época de oro en los años 60 a la que se le llamó
la nueva ola, en semejanza con la nouvelle vague francesa, y que dio grandes
producciones (hoy clásicos del cine nacional) como La casa del ángel, de
Leopoldo Torre Nilson; Los jóvenes viejos de Rodolfo Kuhn y las perlas del
cine de Leonardo Fabio: El Aniseto y la Francisca, Crónica de un niño solo y
El dependiente.

9
78

Luego de la última dictadura militar (periodo en el que las películas eran solo
de entretenimiento y pasatistas, sin ningún valor artístico), surgió un cine
con mucha conciencia, que hablaba del pasado cercano. Entre ellas,
podemos mencionar La historia oficial, que ganó el Oscar a la mejor película
extranjera.

A mediados de la década de los 90 se desarrolló una corriente que se dio a


conocer como nuevo cine argentino, configurada en estrecha relación con el
contexto de un país con problemas económicos y sociales. Esto se plasmó
en filmes que expresaban los males que afectaban a la sociedad argentina
en la representación de una colectividad devastada por la crisis político-
institucional, el desempleo y la discriminación reinante. A esta corriente
corresponden filmes como Pizza, birra y faso, de Pablo Trapero, y Bolivia, de
Adrián Caetano.

10
79

Referencias
Vidal, Elizabeth. (1996). Un nuevo sistema de comunicación social. En
Compilado Paneoclip 1996.Roberto Von Sprecher editor. Universidad
Nacional de Córdoba, Argentina.

Couselo, Jorge Miguel. (1984). Historia del cine argentino. Centro Editor de
América Latina. Buenos Aires, Argentina.

Gubern, Román. (1982). Historia del Cine Vol. 1 y 2. Editorial Lumen.


Barcelona, España.

11
80

La radio

Análisis de los
Medios de
Comunicación

1
81

La radio
Hoy nos preguntamos por qué en un mundo plagado de imágenes sigue
existiendo la radio como medio masivo de comunicación. Las razones son
varias:

 Es unisensorial, es decir que solo se necesita un sentido, el oído, para


captar la señal radiofónica, y eso nos permite hacer varias cosas a la
vez.
 Es instantáneo: si queremos trasmitir una noticia por radio lo
podemos hacer con mínimos requisitos. Con un celular hoy nos
alcanza para comunicarnos con la emisora y transmitir desde el lugar
de los hechos.
 Es el medio más barato.
 Es el medio más creíble, porque tenemos las voces de los
protagonistas de los hechos.
 Produce empatía con el oyente. porque del otro lado del receptor de
radio está la voz (los diferentes matices y la emoción que trasmite) y
el cuerpo de aquel que nos habla.
 Porque está cerca del receptor: a través de la radio podemos
organizar nuestro día, saber qué temperatura hará, qué calles están
cortadas, etcétera.
 Porque permite segmentar los públicos a través de las frecuencias
(AM o FM), de las diferentes emisoras, de los distintos horarios de
transmisión.
 Porque su mensaje está constituido por componentes que permiten
imaginar, evocar, situar: la palabra, la música, los efectos sonoros y
los silencios.
Cuán importante será la radio cuando hablamos de un medio informativo, y
especialmente por la mañana, que la televisión salió a competir con ella. Si
recorremos los diferentes canales de aire en ese horario, veremos
programas muy similares a los de la radio, donde los conductores sentados
alrededor de una mesa imparten las noticias, con el valor adicional de
intercalar algunas imágenes, ya que el medio lo permite.

Oscar Bosetti (1994) propone pensar en las diferentes condiciones de la


radio:

2
82

Tabla 1

Positivas Negativas
 Instantaneidad.  Falta de percepción visual
 Inmediatez. entre el emisor y el receptor.
 Simultaneidad.  Condicionamiento temporal
 Rapidez. de la decodificación del
 Sugestión. mensaje radiofónico.
 Gran alcance.  Peligro de fatiga.
 Bajo costo.  Peligro de distracción.
 Acceso directo a los  Dependencia.
hogares.  Fugacidad.
 Poder de sugestión.
 Empatía.
 Comunicación afectiva.

Fuente: adaptado de Bosetti, 1994.

Entre dichas condiciones, también propone un equilibrio del lenguaje


radiofónico y sus potencialidades:

o Ser atractivo y capaz de interesar la atención del escucha


sin exigirle a éste un esfuerzo excesivo de concentración.
o Utilizar creativamente el poder de sugestión del medio,
estimulando la imaginación y suscitando imágenes
auditivas capaces de referenciarse en un símil visual.
o Construir un abanico de recursos expresivos que no se
remitan exclusivamente al uso de la palabra articulada
(componente lingüístico) sino que también contengan los
eslabones propios del componente paralingüístico: la
música, los efectos sonoros y los silencios.
o Desarrollar una comunicación afectiva que convoque a la
sensibilidad y la participación emotiva de los perceptores.
o Ofrecer a los oyentes, estrategias de identificación que
desarrollen la capacidad empática de la radiodifusión, haciendo
que la audiencia se sienta protagonista del programa en
cuestión. (Bosetti, 1994, p. 66).

Para alcanzar este objetivo, resulta necesario partir de las necesidades


socioculturales de los destinatarios y responder a los interrogantes y
enigmas que estos se formulan.

3
83

Rincón (2006) define a la radio:

Somos orales, anónimos e individuales. Somos silencios,


música, voces, sonidos, ruidos. Somos espontaneidad y flujos.
Somos participación desde lo que mejor sabemos hacer para
expresamos: hablar. Somos acontecimiento oral. Nuestra
sociedad de los medios es, sobre todo un ambiente sonoro,
de hablas de conversaciones. Y eso es la radio.
(Pág.155)

La radio en Internet

No es radio en sentido tradicional, es más que radio es sonido


contextualizado con imagen e información escrita, además de
la emisión estricta de la programación convencional que
oferta cada una de las cadenas radiofónicas (…) Por eso en
Internet descubrimos dos prestaciones sonoras: por un lado,
la radio tal como la conocemos, y por otro, una serie de
informaciones escritas apoyadas por imágenes y
enriquecidas con material sonoro (Rodero, 2005, Pág.
123/24).

Internet impone nuevos hábitos de consumo y brinda opciones diferentes a


usuarios con comportamientos e intereses distintos a los que tiene la
audiencia radiofónica. El usuario de internet busca rapidez e inmediatez en
la información ofrecida.

Por este motivo, internet se transforma en un espacio ideal para la “oferta


de contenidos personalizados o contenidos “a la carta””. (Bosetti, 1994)

La audiencia de radio siempre es menor a la que tiene internet ya que debido


a una limitación técnica se restringe la zona de cobertura mientras que
internet se amplía globalmente.

Escuchar radio por internet no es nuevo, sino que la novedad radica en la


creciente masividad y en la velocidad de la migración de oyentes de aire a la
web. El comportamiento de la escucha online es similar al de los oyentes FM,

4
84

es decir un fuerte consumo de lunes a viernes, alguna performance menor


los fines de semana.

En la actualidad, hay emisoras que sólo transmiten sus programas a través


de internet y no lo hacen por FM o AM. Generalmente, son radios que no
tienen contenidos equiparables a las tradicionales, sino que apuntan a lo
temático y a la música segmentada por tipo o época.

Si bien la radio tradicional sigue estando vigente, el centro de consumo se


trasladó a las tabletas, computadoras o celulares. El hábito de escuchar radio
mientras se realiza otra actividad. Se transforma y suma nuevas alternativas
a internet.

Historia de la radio
El origen histórico de la radiodifusión se remonta a finales del siglo XIX.
Mientras el maquinismo terminaba de transformar estructuralmente las
sociedades europeas y en nuestro país, los ferrocarriles de propiedad inglesa
creaban pueblos, Alexander Graham Bell en Estados Unidos lograba trasmitir
por primera vez la voz humana a distancia. Con la invención del teléfono
quedó registrado el primer paso en la historia de las tecnologías destinadas
a la comunicación no presencial.

Pero quien dio el paso inicial de la evolución tecnológica que desembocará


en la radiodifusión fue el escocés James Maxwell, el que predijo
teóricamente la existencia de ondas electromagnéticas. La demostración
empírica estuvo a cargo de Heinrich Hertz, quien creó un artefacto capaz de
generarlas y captarlas. Es por ello que las ondas de radio y televisión se
llaman ondas hertzianas.

Pocos años más tarde, el joven italiano Guillermo Marconi realizó la primera
aplicación efectiva de los descubrimientos de Maxwell y Hertz. En 1896, en
presencia del Ministro de Correos, envió a una distancia de tres kilómetros
una señal telegráfica en código morse.

Apoyado por este bagaje de conocimientos, le tocó al canadiense Reginard


Fossenden trasmitir por primera vez la voz humana a través de un sistema
de alternadores. El enlace tuvo como protagonistas a los barcos que
navegaban en la costa de Nueva Inglaterra (EE. UU.) en la noche del 24 de
diciembre de 1996. Como regalo de nochebuena los marineros escucharon
asombrados la voz de varias personas y hasta los acordes de un violín.

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85

“Fue Sarnoff, un empleado de la fábrica Marconi, el que envió un


memorándum fundamental para el futuro de la radiofonía. “He concebido -
escribía Sarnoff- un plan de desarrollo que convertiría a la radio en un
“artículo para el hogar” en el mismo sentido que pueden serlo un piano o un
fonógrafo. La idea es llevar música al hogar por transmisión inalámbrica (…)
Por ejemplo podría instalarse un transmisor radiotelefónico con un alcance
de 40 a 80 km, en un punto fijo donde se produzca música. El receptor puede
ser diseñado como una simple “caja de música con radio” y adaptado para
que posea diferentes longitudes de onda, entre las que pueda alternarse con
un simple giro o apretando un botón. La caja de música de la radio puede
ser entrega con amplificadores y con un altavoz, todo ello debidamente
acondicionado en una caja…” (Cristiano, 1996, P.246)

Si bien la pionera misiva de Sarnoff no tuvo impacto inmediato, menos de


cuatro años pasaron hasta el surgimiento de la primera emisora radial de la
que la historia tiene registro: la KDKA de Pittsburgh (EE. UU.), que transmitió
regularmente desde fines de la década de 1910. Desde entonces la
radiodifusión experimentó un desarrollo vertiginoso. En Estados Unidos
aparecieron la Columbia Broadcasting System (CBS) y la National
Broadcasting Company (NBC).

Acompañando este proceso, se fue produciendo un rápido crecimiento en


el número de receptores para el público. El auge de la radiodifusión trajo
aparejado un fuerte incentivo para la experimentación y la invención, que
tuvo como consecuencia un sinnúmero de perfeccionamientos. La marcha
nunca se ha detenido, pero mientras duró la denominada edad de oro de la
radio (1930-1940) los nuevos descubrimientos significaron no solo avances
tecnológicos, sino profundas transformaciones en los usos sociales y los
contenidos del medio. El principal avance fue la invención de la frecuencia
modulada (FM) y de los transmisores.

El reemplazo de la vieja válvula por los transistores terminó con la era del
consumo radial en familia y abrió paso al consumo individual, a la posibilidad
de trasladar el aparato de un lugar a otro y al uso de la radio en los
automóviles.

Durante los años de posguerra, se va configurando un nuevo perfil de


programación, en el cual la noche deja de ser un momento central del
consumo (que pasa a concentrarse en la mañana y la tarde) y los contenidos
informativos y de seguimiento de la cotidianeidad comienzan a ocupar un
espacio protagónico. Con algunas transformaciones y variantes, este perfil

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86

se mantiene hasta nuestros días, especialmente en las emisoras de amplitud


modulada (AM).

La experiencia más significativa del uso de la radio con fines


propagandísticos se dio en la época de la Segunda Guerra Mundial cuando
el Tercer Reich hitleriano recomendó su uso a Joseph Goebbels a partir de la
irrupción del nazismo al poder en 1933. La importancia de la radio en la
concientización de las masas alemanas y de los sucesivos países ocupados
por el régimen nazi puso a los ojos del mundo la potencialidad del nuevo
instrumento para influir en los sentimientos y en las opiniones colectivas.

Hubo un caso, sin duda menos dramático que el anterior pero sí


dramatizado, que incentivó las miradas sobre el poder de la radio. En la
noche del 30 de octubre de 1938, la CBS emitió la adaptación de la novela
La guerra de los mundos de H. G. Wells, realizada por Orson Welles, quien
ganaría fama a partir de este episodio. La utilización correcta de todos los
códigos radiofónicos (narración desde estudio, consulta a expertos y
reportajes en las calles) hizo que la gente entrara en pánico, ya que creyó
que la invasión extraterrestre era real.

Con respecto a los modos de explotación del medio radiofónico, podemos


considerar tres grandes modelos: el privado, el estatal y el mixto. Del
primero se ha rescatado, históricamente, su distanciamiento del control
estatal sobre los contenidos difundidos; como contrapartida, se ha llamado
la atención sobre la tendencia a la concentración del poder comunicacional
en pocas manos. El segundo modelo, el estatal, ha sido exaltado en nombre
de la supuesta pureza que supone su no sometimiento a la lógica comercial
(lo que permitiría una elevación cultural y estética del material difundido).

El modelo comercial norteamericano es, hoy por hoy, la matriz básica de la


radiodifusión en la mayor parte del mundo. Rápidamente la publicidad se
constituyó como una fuente segura de ingresos para las transmisiones
radiofónicas.

A finales de la década de 1920, casi todas las personas podían comprar un


receptor a un precio razonable. Desde los años 50 en adelante se desarrollan
procesos de sucesivas y rápidas aceleraciones. Hoy podemos escuchar radio
tanto de la manera tradicional, con transistores, como de manera digital a
través de Internet.

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87

La radio en Argentina
Hacia 1923, nada más que cuatro años después del surgimiento de la
primera emisora del mundo, ya podía hablarse en Argentina de la locura de
la radio. La trasmisión inaugural se había realizado el 27 de agosto de 1920.
En esa célebre ocasión el otorrinolaringólogo Enrique Susini y un grupo de
colaboradores emitieron desde la azotea del Teatro Coliseo la
representación de la ópera Persifal, de Richard Wagner, por lo que se les
llamó “los locos de la azotea”. Ellos no imaginaban que el nuevo
divertimento tecnológico se convertiría en poco tiempo en el mayor
competidor de la prensa gráfica.

Después de aquella primera transmisión, el desarrollo de la radiodifusión en


Argentina fue tan vertiginoso como en los países pioneros. Más allá de sus
comienzos románticos y signados por el particular ensueño de la tecnología,
la radio argentina fue adquiriendo una identidad específica, inspirada en el
modelo norteamericano: orientada al divertimento popular y basada en la
explotación comercial privada.

En el imperio del modelo de show comercial se sustenta el fenómeno más


relevante de la edad de oro de la radio: el radioteatro, antecedente de las
actuales telenovelas, es una fortuita combinación de teatro, cine y novela
literaria tradicional con una raigambre en el folletín. Además, tenía cautivos
a los oyentes para continuar la historia. Para los sectores populares, el
radioteatro y, más globalmente, la radio de las décadas de 1930 y 1940
acompañaron la incorporación de la nueva sociedad caracterizada por la
urbanización progresiva y la creciente masificación.

El tiempo del radioteatro es el de la consolidación de las grandes cadenas,


constituidas por una emisora madre de Capital Federal, con múltiples
repetidoras en las provincias.

Mientras el radioteatro acaparaba la atención de grandes masas de la


población, la radio pasaba a ser también un agente más de los procesos
políticos, realidad que se acentuaría a lo largo del convulsionado proceso
institucional iniciado con el golpe de Estado de 1930. Esos procesos políticos
sufridos en nuestro país, signados por diferentes dictaduras, afectaron a la
radiodifusión y su programación.

Con el retorno de la democracia, luego del último golpe militar, la


radiodifusión ingresó a una nueva etapa. Al igual que los otros medios, la
radio posterior a 1983 fue un ámbito propicio para el redescubrimiento de

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88

voces silenciadas a lo largo de la dictadura y el surgimiento de algunos


exponentes, especialmente en el campo de la información y el periodismo
político.

En la actualidad, conviven, en un sistema mixto, radios privadas, la cadena


de radiodifusión argentina a la que pertenecen las radios nacionales en todo
el país, algunas radios mixtas, como es el caso de Radio Universidad en
Córdoba, y también radios populares y comunitarias.

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Referencias
Bosetti, O. (1994). Radiofonías. Palabras y sonidos de largo alcance. Buenos
Aires: Ed. Colihue

Cristiano, J. (1996). “La radio” en Compilado Paneoclip 1996.Roberto Von


Sprecher editor. Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

Rodero Antón, E. (2005) “La radio en interne” en Producción radiofónica.


Cátedra. Madrid, España.

Rincón, O. (2006): Narrativas mediáticas. Gedisa editorial. Barcelona,


España.

10
90

<

La
televisión

Análisis de los
Medios de
Comunicación

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91

La televisión
Es importante conocer algunas características tecnológicas de la televisión
que nos permitirán distinguirla de los demás sistemas de comunicación en
general y de los audiovisuales en particular, como cine, video, etcétera. Con
estos últimos solo comparte el doble código verbal-sonoro y visual, ya que
sus modos de producción, circulación y consumo son totalmente diferentes.
Por ejemplo, el cine se ha consagrado, fundamentalmente, a la producción
de relatos de ficción y a su difusión en lugares públicos, mientras que la
televisión se ha transformado en el gran productor de la actualidad pública,
de los acontecimientos como realidad en constante devenir, y su difusión se
concentra en el ámbito privado, cotidiano y familiar.

Lipfert (1945, 1992) define a la televisión como “una máquina captadora y


transmisora en el lugar del suceso, un receptor radiotelevisivo en donde
debe ser recogida la imagen y, entre transmisor y receptor, la combinación
eléctrica alámbrica o inalámbrica” (p. 11).

La historia de la televisión resulta indisociable de la historia de otro medio


electrónico de telecomunicación, la radio, ya que ambas utilizan las ondas
hertzianas. Por lo tanto, podemos considerar como primer antecedente para
la aparición de la televisión a la radiofonía.

Desde principios del siglo XX, sucedieron una serie de inventos que dieron
como resultado el desarrollo de la tecnología televisiva.

En 1907, el científico ruso Rezing patentó el primer receptor de televisión de


haz electrónico y en 1911 diseñó un sistema a través del cual se podía
transmitir la imagen a distancia. En las primeras décadas del siglo, y sobre
todo en los años 20, proliferaron las investigaciones en torno a lo que luego
sería la televisión. A finales de la década de los 20, se efectuaron las primeras
transmisiones experimentales.

En los años 30 se realizaron las primeras transmisiones regulares en las


principales potencias: en 1932 la British Broadcasting Corporation (BBC) de
Londres realizó las primeras transmisiones regulares; en 1934, la Unión
Soviética; en 1935, Alemania; y en 1936, se inauguró en la torre Eiffel la
emisora televisiva más potente del mundo en esa época. Durante esos
primeros años de televisión, el medio no trascendió popularmente.

2
92

A finales de los años 30 y principios de los 40, comenzó a realizarse la


explotación comercial del medio, hecho que crecerá de manera vertiginosa
hasta nuestros días. El gran impulso del desarrollo del medio televisivo se
vio momentáneamente interrumpido durante la Segunda Guerra Mundial,
sobre todo en Europa, y se reanudó con mayor vigor a partir de 1945.

Desde los inicios de los sistemas televisivos, se delinearon diferentes


modelos:

 El modelo norteamericano: deja la explotación de las ondas en manos de


la competencia entre particulares, ya que concibe a la televisión,
fundamentalmente, como un negocio como cualquier otro. En este
sistema el Estado debe limitarse a controlar que se cumpla con lo
indicado, al igual que a cualquier comercio. Este modelo de competencia
es de alta teledensidad.
 El modelo europeo: en este modelo las ondas audiovisuales (de radio y
televisión) debían permanecer como patrimonio exclusivo de la
soberanía de los Estados nacionales y ser explotadas por entidades
públicas (pero no necesariamente estatales, sino también de diferentes
sectores de la sociedad civil). Este modelo, a diferencia del anterior, es de
baja teledensidad. En la actualizad, debido a la lógica del mercado propia
del modelo norteamericano, el modelo europeo se ha ampliado.
 Por último, reconocemos el modelo soviético ‒hoy inexistente‒, que se
caracterizaba por exigir que las ondas estuvieran al servicio del Estado, lo
que lo convertía en un simple vehículo de propaganda política.

La televisión y los avances tecnológicos

Los enlaces entre diferentes estaciones televisivas pueden realizarse, desde


el punto de vista tecnológico, de tres maneras: por cables coaxiales, por
microondas o por satélites.

El satélite es un medio de enlace ubicado en una órbita espacial a 36 000 km


de altura de la superficie terrestre (es geoestacionario, es decir que está
siempre a la altura del Ecuador, ya que se mueve al mismo tiempo que la
Tierra) y permite hacer transmisiones en directo y simultáneo entre
estaciones ubicadas a miles de kilómetros, desde y hasta cualquier punto de
la superficie del globo, siempre que se posea la instalación técnica necesaria
para recibir sus señales (una antena parabólica). El satélite vino a sustituir y

3
93

a perfeccionar las telecomunicaciones internacionales que antes se


realizaban por onda corta o por cable submarino, fundamentalmente.

Los satélites de comunicación comenzaron a utilizarse en el mundo con fines


civiles a principios de los años 60, pero a Argentina llegaron a fines de esta
década cuando se creó la Estación Terrena Balcarce (1969). Durante los años
60 se necesitaban equipamientos muy costosos en las estaciones terrenas
para que las señales fueran recibidas con calidad óptima. Gracias a la
evolución de la tecnología, esto se fue simplificando y se abarataron los
costos, tanto que hoy es común tener una antena satelital a nivel familiar
(por ejemplo, la señal de DirecTV).

La asociación que administra las comunicaciones satelitales a nivel


internacional es Intelsat. Nuestro país es miembro de Intelsat y alquila
cuatro transpondedores que permiten la transmisión de señales: telefonía,
audio, televisión y banco de datos.

En Argentina, el uso de las antenas satelitales y el transporte de ondas era


monopolio del Estado, según lo dispuesto por la Ley de Telecomunicaciones
de 1972. 1

Debido a la gran accesibilidad de las antenas por parte de los particulares y


ante la falta de una nueva ley, el Gobierno nacional en 1986 decretó la
autorización de la tenencia de antenas parabólicas a centros de distribución
de señales (estaciones de radio, canales de televisión y empresas
multimedia) para fines de investigación y desarrollo. Recién en 1988 se
decretó la tenencia de antenas parabólicas domésticas por parte de
cualquier particular (sin embargo, estas están comercializadas por empresas
como DirecTV).

La televisión por cable


La historia de la televisión por cable como hecho tecnológico es casi tan vieja
como la televisión por aire, pero su constitución como sistema de
comunicación masiva es más reciente. Debido a los altos costos y a la
complejidad tecnológica, la televisión por cable no se extendió socialmente
hasta la década de los 70 en Europa y Estados Unidos.

1 Ley 19.798. Ley Nacional de Telecomunicaciones. Poder Ejecutivo.


https://www.palermo.edu/derecho/centros/pdf/Regulaciones/ArgentinaLey19.798deTelecomunica
ciones.pdf.

4
94

En nuestro país, los primeros sistemas de cable como meros repetidores de


las señales de los canales de televisión abierta datan de principios de los 60;
recién en 1982 sufrieron una expansión. A partir de 1987, los mismos,
adquirieron la característica fundamental que distingue hoy a estos canales:
comenzaron a transmitir un abanico de opciones de programación destinada
a públicos específicos y segmentados. Este proceso significó el paso del
broadcasting (propio de la televisión abierta dirigida a públicos masivos y
heterogéneos) al narrowcasting (propio de la televisión por cable que
fragmenta a sus públicos en segmentos como sexo, edad, ocupación,
intereses, gustos y preferencias, etc.).

El crecimiento del sistema de televisión por cable ha sido vertiginoso en


nuestro país. De hecho, a fines del siglo XX Argentina era el país con más
suscripciones a televisión por cable de todo Latinoamérica. Este éxito del
cable en la Argentina puede tener que ver con la oferta abundante que
proponen las empresas a costos relativamente bajos.

Ahora bien, ¿qué hacen los telespectadores con tanta oferta? Las estrategias
de recepción inducidas por el cable y el control remoto parecen haber
modificado los hábitos de consumo: zapping, zipping, flipping, grazing y
planning. Aunque nosotros solemos decirle zapping a cualquiera de estas
prácticas, cada una tiene una característica particular.

El zapping propiamente dicho, acto de cambiar de canal


cuando llega la tanda publicitaria que corta un programa. El
zapping, que consiste en acelerar el pasaje de un programa
que el individuo ha grabado en videocasete, con el fin de
“saltar” los spots publicitarios. El flipping, que cambia de
programa durante una emisión, sin que ese cambio tenga
ninguna relación con la tanda publicitaria. Y por último el
grazing, que es una ida y vuelta permanente entre dos o más
programas y que traduce la voluntad de seguir varias
emisiones simultáneamente.

Por último, el planning consiste en la posibilidad de seleccionar con


anticipación lo más interesante de la oferta televisiva por aire y por cable de
cada semana.

5
95

La televisión en Argentina: un recorrido histórico


La historia de la televisión no puede disociarse de la historia del medio de
comunicación masivo que la precedió: la radio. Esto lo demuestra el hecho
de que los primeros pasos de la prehistoria de la televisión en Argentina los
dio el radioaficionado Ignacio Gómez Aguirre, quien logró trasmitir imágenes
fijas en su casa. Las tecnologías asociadas a la comunicación ocupan un lugar
importante en el imaginario tecnológico de una sociedad en la que la radio
ya era un hecho y la televisión aún un sueño lejano.

En 1942 se realizó la primera demostración oficial de televisión en nuestro


país. Las primeras demostraciones se realizaron con carácter experimental
hasta la década de los 50, debido a la falta de inversión en la materia y la
inexistencia de una industria avanzada. Se recurrió entonces a la industria
electrónica norteamericana. Así es como en 1950, Jaime Yankelevich, un
pionero de la radiofonía, viajó a Estados Unidos para comprar equipamiento
necesario para instalar un canal de televisión en Argentina. El 17 de octubre
de 1951, se iniciaron las transmisiones de canal 7, y la primera imagen
transmitida fue el discurso de Perón y Evita desde el balcón de la Casa de
Gobierno.

Los años iniciales: la década de los 50


Durante la década de los 50, el canal 7 de la ciudad de Buenos Aires fue el
único canal que operó en el país y, si bien estaba bajo el control del Estado
(el mismo que hoy transmite la Televisión Pública), su financiamiento tuvo,
desde el comienzo, origen publicitario.

Durante esta primera década de televisión argentina, las programaciones


fueron muy precarias: ocupaban pocas horas diarias y de manera
relativamente inestable. Todavía no existían géneros ni un lenguaje
específicamente televisivo: los programas les copiaban al teatro y a la radio
y no existía lo que hoy se conoce como producción. Por esa época llegaron
las primeras series norteamericanas: Yo quiero a Lucy, Lassie entre otras. En
1954, comenzó a emitirse el primer noticiero televisivo y en 1956 empezó su
larga trayectoria el reconocido programa Odol pregunta por cien mil pesos,
pionero en los programas de concursos.

Segunda etapa: la década de los 60


Los años 60 fueron la década de la irrupción y el desarrollo de la televisión
privada en la Argentina. En 1960, se crearon los tres primeros canales

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96

privados del país: los canales 13 y 9 de la Capital Federal y el 12 de Córdoba.


En 1961, comenzaron a transmitir el canal 11 de Buenos Aires y,
paralelamente, el 8 de Mar del Plata y el 7 de Mendoza. A mediados de esa
década funcionaban, además de los cuatro canales porteños, alrededor de
20 canales en el interior del país, mientras que el único canal estatal era el
7, cuya programación en esa época tuvo un carácter cultural en el sentido
clásico del término.

Si bien el desarrollo del sistema televisivo fue importante durante los 60, la
programación estaba concentrada en pocas manos y en el interior los
canales eras subsidiarios de los canales capitalinos. Los canales del interior
se convertían en repetidoras de los de la capital, pero pagaban por ese
material y lo comercializaban a través de la publicidad.

“Los canales del interior se convertían en repetidoras de los


capitalinos pero pagaban por ese material que comercializaban. A partir de
allí, la publicidad era controlada por estos canales y ese aporte económico
quedaba dentro de la ciudad del interior a la que pertenecía el canal. El
ingreso publicitario dejaba de entrar en una sola emisora de origen para
distribuirse entre muchas otras; este capital iba permitiendo que se formaran
conglomerados locales económicamente importantes que a la vez se iban
expandiendo a otros medios de difusión” (Landi: 1992, P163/4)

En cuanto a la producción, esta fue una etapa de crecimiento y


consolidación. Comenzaron a aparecer géneros específicos como, por
ejemplo, el humorístico con personajes como Olmedo, Biondi, Minguito,
entre otros. También crecieron los programas musicales. Por intereses
comerciales de las discográficas, aparecieron programas de gran éxito como
El club del clan, en este caso para jóvenes de la década del `60 y que lanzaron
músicos como Palito Ortega, Violeta Rivas, Chico Novarro, Jonny Tedesco
entre otros.

Se realizó también la primera transmisión en directo desde el extranjero, en


1969, canal 11 emitió el partido entre Estudiantes de la Plata y Nacional por
la Copa Libertadora de América, desde el estadio Centenario de Montevideo.

También aparecieron los primeros noticieros modernos de la televisión


argentina, de frecuencia diaria (de lunes a viernes), con una duración que
fluctuaba entre 30 y 60 minutos y con cierta producción propia. Así comenzó
a librarse la guerra del rating entre los canales capitalinos. Durante el tramo
final de los años 60 se destacaron los almuerzos televisivos de Mirtha
Legrand.

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Tercera etapa: los años 70


Durante la primera mitad de la década de los 70 hubo un auge de los
programas periodísticos: los informativos siguieron compitiendo con tres
ediciones diarias por canal y aparecieron varios programas políticos, entre
los que se destacó Tiempo Nuevo, de Bernardo Neustadt.

Esta también es una década de gran éxito de los teleteatros. Las


programaciones televisivas se consolidaron y establecieron la lógica de
horarios, formatos y géneros más o menos dominantes hasta hoy. A los
géneros ya mencionados se agregaron en un lugar destacado los programas
ómnibus. Un hito fue Sábados circulares, conducido por Pipo Mansera.

La última dictadura militar (1976-1983) tuvo una política estatista y mantuvo


un férreo control sobre los contenidos emitidos (censura previa, prohibición
de programas, persecuciones ideológicas, etc.,). Los cuatro canales de la
Capital Federal (los más importantes del país) se repartieron entre el
Gobierno y cada una de las fuerzas armadas: canal 7 estaba controlado por
la Presidencia de la Nación; canal 9, por el Ejército; canal 11, por la Fuerza
Aérea; y canal 13, por la Marina. A partir del golpe militar de 1976, la
televisión argentina se empobreció en sus contenidos y estuvo marcada por
las listas negras y el clima de persecución ideológica: no hubo mayores
novedades ni producciones con alguna cuota de imaginación. Mucho
deporte, especialmente Futbol y mucho control ideológico sobre los
espacios informativos.

En este periodo fue introducida la televisión a color para la transmisión del


Campeonato Mundial de Futbol de 1978. Canal 7 se transformó, entonces,
en ATC (Argentina Televisora Color) con la incorporación de una enorme y
carísima tecnología en la que invirtió la dictadura, debido a los objetivos
políticos que perseguía con la realización del Mundial. De todas maneras, la
tecnología a color solo sirvió para que el resto del mundo viera el Mundial,
ya que, a Argentina, dado que no había aparatos de televisión a color, recién
llegó en 1980.

Esta etapa también está signada por la Guerra de Malvinas (1982), la


televisión tuvo una importancia fundamental en la información que
difundía, haciendo creer a millones de argentinos que se estaba ganando la
guerra cuando eso no era cierto. Un hito importante en ese contexto fue el
programa 24 horas por Malvinas conducido por Cacho Fontana y Pinky
(famosos conductores del momento) que el 28 de mayo de 1982 y durante

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24 horas llamaban a la solidaridad al pueblo que donó a través de llamados


de teléfonos, muchísimo dinero y joyas, que se dudó llegaron a los soldados
en Malvinas.

Los 80 y los 90
La vuelta a la democracia supuso un lento camino hacia las privatizaciones,
fundamentalmente en el gobierno menemista. En ese periodo se formaron
varias empresas multimedia. El diario Clarín se convirtió en el multimedio
más poderoso del país (concentra, además del diario, a la mayoría de los
diarios del interior del país, como La Voz del Interior, y es dueño de Canal 13,
Radio Mitre, Papel Prensa y la agencia de noticias DYN).

Con la llegada del color, la programación no cambió con respecto a lo que se


veía en blanco y negro. En 1982 la televisión estaba signada por la guerra de
Malvinas. En efecto, controlada por el Gobierno militar, la televisión
exacerbó el nacionalismo, promovió la actitud belicista y convalidó con
desinformación lo que los militares pretendían. Después de la derrota de
Malvinas, la dictadura militar entró en crisis y se abrió la etapa de transición
democrática que se extendió hasta la asunción de Alfonsín en 1983.

Durante este periodo se produce el auge de los ciclos testimoniales, en los


que se ponían en escena, en capítulos unitarios, problemas sociales más o
menos candentes con la participación de actores serios, muchos de los
cuales habían sido prohibidos en los años anteriores. Durante este período
tuvieron altos ratings los programas políticos, entre los que se destacó
Tiempo Nuevo.

Durante los primeros años del Gobierno alfonsinista, se amplió esta apertura
hacia los programas serios en televisión, sobre todo en el canal oficial, que
se destacaba por una programación cultural.

En 1986 aparecieron algunos programas novedosos para la televisión


argentina como Yo fui testigo, que trataba sobre temas de la historia
contemporánea argentina, Semanario insólito y La noticia rebelde, que
discutía sobre la realidad con ironía.

Sobre todo a partir de 1987, tuvieron alto rating los programas de juegos y
concursos, especialmente el programa de Susana Giménez.

A fines de los 80 y los 90 pueden detectarse las siguientes características en


la evolución de la programación:

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99

1) Las comedias blancas parecen haberse constituido en ejes de


programación, tales como Amigos son los amigos y ¡Grande, pa!,
entre otras.
2) El auge de los programas cómicos, en general de muy buen nivel,
como El mundo de Antonio Gasalla y Peor es nada.
3) Las telecomedias ocupan una franja considerable en la programación
y tienen altos niveles de rating.
4) Los programas para adolescentes producidos por Cris Morena como
Jugate conmigo o Video Match con Marcelo Tinelli.
5) Las telenovelas nacionales y extranjeras ocupan también un lugar
preponderante en las programaciones y se exportan muchas de ellas
a otros países latinoamericanos y europeos.
6) El avance tecnológico es liderado por Canal 13, que es el primero en
transmitir con efecto tridimensional, en producir en formato full
digital y en hacer una transmisión vía satélite en directo desde
Antártida.
7) América 2 les da un espacio a los artistas provenientes del
underground porteño con De la cabeza y Cha cha cha.
8) Otro aspecto importante de las programaciones es la constante
dramatización de los padecimientos de la gente en los programas
periodísticos de todo tipo: los talk shows consisten en llevar gente al
estudio para que exprese sus problemas. Este género todavía
perdura en la televisión actual.

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100

Referencias
Landi, Oscar. (1992). Medios. Transformación cultural y política. Colección
comunicación y cultural. Ed. Legasa. Buenos Aires, Argentina.

Lipfert, K. (1992). La televisión. Segunda edición, Espasa Calpe Argentina S.A.


Buenos Aires, Argentina.

Ley 19.798. Ley Nacional de Telecomunicaciones. Poder


Ejecutivo.Recuperado de
https://www.palermo.edu/derecho/centros/pdf/Regulaciones/ArgentinaLe
y19.798deTelecomunicaciones.pdf.

Olivera, Guillermo (1996): La televisión: antecedentes, invención y


desarrollo. En Compilado Paneoclip 1996.Roberto Von Sprecher editor.
Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

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101

El discurso televisivo
DRA. MARIA J. VILLA

La televisión es “ver de lejos”, permite a infinidad de receptores presencial el “espectáculo”


desde cualquier lugar y distancia, en el espacio público y privado y en el mismo momento de ser
producido. Hermana del cine y de la radio, combina imágenes y sonidos y se constituye en un
espacio complejo de significaciones dentro de un escenario privilegiado del discurso social
circundante.

La televisión combina los diferentes códigos y construye su discurso a través de un mecanismo


de significación articulando tres dimensiones: icónica, indicial y simbólica. Estas características
le abrieron a la televisión el camino ilimitado en el campo de la información y la comunicación.
Así, la televisión, sobre la base de la visibilidad y la ilusión de realidad, se erige en una institución
social con un amplio espectro de posibilidades discursivas y representativas que configuran
espacios de saber y de poder.

Las representaciones icónicas (desde las pinturas rupestres hasta las imágenes de síntesis
logradas con las últimas tecnologías) persiguen la búsqueda de la ilusión de realidad, esta lógica
figurativa llega a su punto culminante en la televisión. Dice Diego Levis (1999, p.48)

“La capacidad de la televisión para mostrar aquello que pasa mientras está pasando, ha
contribuido a hacer del televisor una ventana a través de la cual millones de personas en todo el
mundo se asoman a la vida (o creen hacerlo) … Una realidad construida de interpretaciones y no
de experiencias, en la cual la lógica de lo visible relega a lo vivido. Donde lo visible está hecho de
ocultaciones, luces y sombras detrás de una pantalla, mampara opaca que no permite ver lo que
hay detrás…”

En general la televisión, especialmente en los noticieros, utiliza la perspectiva del impresionismo


y la negación del discurso lingüístico analítico y parsimonioso; los tiempos acotados del espacio
televisivo llevan a construir un lenguaje aseverativo, con niveles muy bajos de matices y la
búsqueda del impacto a través de los opuestos: bueno-malo, rico-pobre, etc., pero casi siempre
opacando la posibilidad de reflexión. Los acontecimientos noticias son presentado como
autosufientes, sin explicarse en relación a otros acontecimientos, a través de la yuxtaposición
de imágenes fragmentadas.

Salvador Giner (1992), reflexiona al respecto y dice:

“No es cierto que una imagen valga más que mil palabras (…) Hay que preguntarse si los
imperativos del formato mediático (titulares, ritmos, caleidoscopios, fragmentación de
imágenes, impresionismo, inflación de palabras, sensacionalismo y cosmética de la
presentación) permiten realmente que mejore la conciencia ética de las gentes. Es decir, si
fomentan o no su altruismo, su inclinación por reflexionar sobre principios y consecuencias antes
de actuar” (1992, P. 8).

El espacio discursivo, más allá de los mecanismos del soporte, está representado por los sujetos
que se hacen cargo del acto de enunciación televisiva y que podemos clasificar coco:

1. Presentadores o conductores que encarnan la figura del anfitrión, el que hace las
preguntas, el que da la palabra, el que hace la reflexión final.
102

2. Los sujetos anónimos cuya identidad se desconoce o se olvida fácilmente porque no


interesa demasiado. Estos forman parte de la estrategia del “testimonio” cuya “verdad”
es puesta a la luz mediante las operaciones de visibilidad.
3. Las figuras públicas, de fácil reconocimiento que sostienen y legitiman la discursividad
televisiva.

Esta clasificación deje a un lado los programas de fantasía o ficción -según la denominación dada
por Eco (1986), que no se verifican con la realidad y por lo tanto eluden el problema de la
veracidad. Hoy ya no se puede hablar taxativamente de límites entre realidad y ficción en la
televisión, la veracidad es ambigua, huelgan los ejemplos de los reality shows y los talk show
presentados como parte de la realidad mediatizada y sospechados acerca de su autenticidad.

Giovanni Sartori sostiene que “la TV puede mentir y falsear la verdad como cualquier otro medio,
sin embargo, la “fuerza de la veracidad” inherente a la imagen hace la mentira más eficaz y por
lo tanto más peligrosa” (1998, P.99).

Hoy a nadie le extraña que la televisión sea el espacio para las peleas entre matrimonios o
vecinos, para juicios de escala menor con Juez incluido, hasta de intentos de suicidios en vivo y
en directo. Hoy la televisión se constituye en frontera entre la vida cotidiana de algunos
(hacedores del espectáculo) y los “otros”, los que observan desde el otro lado de la pantalla.

¿hace esto más creíble y confiable a la televisión? ¿Qué ocurre con esa credibilidad cuando se
erige en mediadora de la opinión pública para decidir el futuro de un país (campañas electorales,
debates políticos, denuncias de corrupción, etc.)?

Eco (1986) sostiene que una serie de nuevas “realidades” comienzan a aparecer y a re-definir
los efectos de verdad y de verosimilitud que lo rodean. La televisión actual genera
modificaciones en las estrategias discursivas de los enunciadores televisivos y crea nuevos
parámetros y nuevas prioridades. Una de ellas en lo que Eco (1986) denomina
autoreferencialidad de la televisión, esta se volvió su propio tema y es corriente que se parodie
a sí misma.

Ahora bien, a pesar de la fragmentariedad, el acceso masivo a los dispositivos comunicativos


que la televisión proporciona, la convierte en una vidriera necesaria para que los sujetos
públicos (políticos, gente del espectáculo, etc.) sean reconocidos y escuchados, y así se
convierten en necesarios “mediadores” de la enunciación televisiva.

Los medios masivos en general y la televisión en particular, han bloqueado el espacio público y
modificado la vida política sometida a la espectacularización, al punto que podríamos decir que
no hay política sin medios. El político busca una identidad estratégica a través de múltiples
presentaciones de sí mismo en una relación dialéctica con los intereses de los presentadores,
pues la instalación de los políticos en la televisión está estrechamente vinculada a las
características propias de la práctica periodística.

Tanto en la señal de aire como en la de cable, hay un número significativo de programas de


mediación política, categorizados como de opinión o de análisis. La mayoría de ellos -con algunas
variantes-, se conforman con un periodista presentador, un grupo de periodistas de apoyo (en
general, especialistas en algún tema) e invitados, figuras públicas o anónimas, en un cruce de
voces que desembocan en un cierre, ajustado por los tiempos televisivos, donde el anfitrión
recoge, selecciona y utiliza para presentar su punto de vista sobre el tema tratado.
103

Dentro de las variantes tenemos aquellos, que realizan (no excluyente en los anteriores)
investigaciones a través de cámaras ocultas y testimonios “in situ”, como nuevas maneras de la
visibilidad televisiva que favorecen a la emoción del receptor.

“En general, la cultura de la imagen creada por la primacía de lo visible es portadora de


mensajes “candentes” que agitan nuestras emociones, encienden nuestros sentimientos, excitan
nuestros sentidos y, en definitiva, nos apasionan. Apasionarse es implicarse, hacer participar,
crear sinergias “simpáticas...” (Sartori, 1998, P.115).

Los programas de opinión política en televisión

Son aquellos que se llaman a sí mismos de tal manera, por lo general ubicados en espacios
genéricos que provienen del periodismo impreso o de la radio pero también definidos en los
mismos programas y en los anuncios o avances de la televisión misma.

Si bien los rasgos que aparecen tienen su origen en los dispositivos de la prensa gráfica, al pasar
al régimen televisivo, han creado un estilo propio. El paso de la escritura a la oralidad-visibilidad
comprende un desplazamiento, aunque conserva la función y el sustrato temático del soporte
anterior, se híbrida en las condiciones de producción y de recepción. Se asocia al funcionamiento
comunicativo del medio (fugacidad, instantaneidad), a los hábitos de recepción y al sistema de
expectativas.

Las instancias de diálogo en estos tipos de programas se dan tanto en set televisivo entre los
enunciadores como con el “otro no-visible” que está del otro lado del televisor, cuando el
presentador mira a la cámara y establece un contrato de caución, de confianza. Esta fase to fase
con otro imaginario refuerza la perspectiva de intercambio comunicacional.

Dentro de todo programa que se designa como de análisis o de opinión, se produce un espacio
editorial. Las estrategias discusivas en el editorial televisivo se relacionan con el lugar desde el
cual el sujeto de la enunciación se instaura, como representante depositario de un poder-saber.

La construcción de los destinatarios del discurso de opinión en televisión comprende tanto al


destinatario-televidente como a un destinatario-adverso, conformado por los otros
enunciadores igualmente posicionados en el mismo género -en otros canales o con posiciones
disímiles-, con los que se compite. Esto se puede ver claramente en la televisión de hoy.
104

Bibliografía

Eco, Umberto. (1986). La estrategia de la ilusión. De Bolsillo, Penguin Random House Grupo
editorial. España.

Giner, Salvador. (1992). La inocencia mediática. Notas sobre una fantasía. En Revista TELOS
Cuadernos de comunicación, tecnología y sociedad Nro. 31.

Levis, Diego. (1999). La pantalla oblicua. Colección SIGNOS. La Crujía. Buenos Aires, Argentina.

Sartori, Giovanni. (1998). Homo videns. La sociedad teledirigida. TAURUS Pensamiento.


Madrid, España.
105

La red Internet:
¿nuevo medio de
comunicación?

Análisis de los
medios de
comunicación

1
106

La red Internet: ¿nuevo medio


de comunicación?
Dentro de los medios audiovisuales, también se distingue Internet. Esta
“Red Global” indudablemente ha cambiado el paradigma de las
comunicaciones, pudiendo acercar las fronteras y facilitando en costo y
tiempo las comunicaciones.

Para poder contextualizar la utilización de Internet a nivel mundial,


podemos señalar uno de los tantos estudios estadísticos1 que a nivel
internacional se difunden. Concretamente “Internet World Stats”, en el
año 2008, presentó diversos datos en relación al uso de Internet.

De este modo, se puede afirmar en base al mencionado estudio, que


aproximadamente (en América Latina) la cantidad de usuarios de la red
representa al 22 % de la población mundial, siendo aproximadamente
122.8 millones de personas.

Si profundizamos esta información de acuerdo a diversos países nos damos


con los siguientes porcentajes:

Tabla 1

País Porcentaje de usuarios de Internet


Brasil 22,0%
México 21,8%
Argentina 39,7%
Colombia 22,8%
Perú 25,5%
Chile 43,2%
Uruguay 31,8%
“Internet World Stats”. Link: http://www.internetworldstats.com/stats2.htm (2009)

De esta manera podemos ver como Chile, Argentina y Uruguay encabezan


los países en Latinoamérica con más porcentajes de usuarios de Internet en
relación a la cantidad poblacional respectiva.

2
107

Figura 1

Imaginemos un hecho noticioso que ocurre en Ciudad del Cabo (Sudáfrica)


por ejemplo. En el mismo momento que está sucediendo, el vecino de
cuadras al lugar donde ocurre el acontecimiento se puede estar
anoticiando al mismo tiempo que una persona que se encuentre en
Toronto (Canadá) o Córdoba, (Argentina).

Es decir, como tecnología de transmisión ha generado un cambio radical en


las comunicaciones, pero también como base o sustento de medios de
comunicación. Es importante destacar que Internet no es un medio de
comunicación, sino más bien un soporte de estos medios de comunicación.

Por ello, basándonos en la autora Amado Suárez, Internet debe


diferenciarse de acuerdo a su función:

 Sitios publicados en la World Wide Web.


 Sistemas de correos electrónicos.
 Grupos de usuarios. (Servicios de noticias, foros, Chat, entre otros).
 Tecnología para transferencia de archivos.

3
108

De lo analógico a lo digital.
El futuro de la enseñanza de la composición

Daniel Cassany*

Comunicación y desarrollo1

El lenguaje verbal es uno de los elementos asociados al proceso de hominización.


Si bien el material genético de humanos y simios tiene muchas más coincidencias
que diferencias, suele aceptarse que el habla (desarrollada hace entre 150.000 y
75.000 millones de años) constituye uno de los instrumentos fundamentales de
construcción de las comunidades humanas. Según los antropólogos, si no
habláramos quizá todavía viviríamos en clanes familiares o en pequeñas tribus,
como los chimpancés, porque el diálogo y la conversación sirven, entre otras
cosas, para repartir el trabajo, coordinar esfuerzos y estructurar las personas en
organizaciones complejas (empresas, ciudades, estados) que permiten conseguir
objetivos inalcanzables para un individuo aislado.

La técnica es otro de los motores del desarrollo. La invención de la


escritura hace 3.000 años ensanchó las prestaciones del habla y supuso avances
incuestionables en el devenir humano. Con la grafía el habla se cosifica,
despersonaliza, descontextualiza, objetiviza, entre otras facultades (Cassany,
1999: 42), lo cual posibilita el desarrollo de géneros comunicativos nuevos: la
correspondencia, el inventario de hechos, la descripción objetiva, etc. Algunos de
los cimientos más significativos de nuestra civilización clavan sus raíces en la
escritura: el nacimiento y la expansión del comercio, la consolidación de la
democracia como sistema político, o la construcción del paradigma técnico-
científico como explicación más plausible y unánime de la realidad (con su
empirismo, búsqueda de objetividad y precisión, razonamiento lógico). Del
mismo modo, el desarrollo en el siglo xx de las tecnologías del habla (telégrafo,
telefonía, etc.) y de los medios de comunicación de masas (radio, periodismo,
televisión, etc.) tuvo una influencia indiscutible en los procesos de interacción
(intercambio, colonización cultural, dominación política, etc.) y globalización de
las distintas comunidades humanas.

En los albores del siglo XXI estamos asistiendo –si es posible de modo
todavía más acelerado– a una enésima expansión de la capacidad comunicativa
humana. Me refiero a la expansión del soporte digital del lenguaje
(computadoras, pantallas, teclados, internet, etc.) como complemento o
sustituto del soporte analógico tradicional (sonidos, ondas hercianas, papel,
libros, etc.). En apenas dos décadas (la primera computadora personal saltó al
mercado en 1982), los sistemas de representación y transmisión de información

*
Daniel Cassany es doctor en Ciencias de la Educación y profesor de Análisis del Discurso de la
Universitat Pompeu Fabra (Barcelona, España). Ha publicado varios artículos y libros sobre
didáctica de la lengua, comunicación escrita y análisis del discurso. E-mail de contacto:
daniel.cassany@trad.upf.es. Sitio personal: http://www.upf.es/dtf/personal/danielcass/index.htm.
1
Debo y agradezco a Sebastián Bonilla, Cristina Gelpí y Jaume Palau numerosos comentarios sobre
versiones previas de este artículo, que me ayudaron a desarrollar ideas y corregir errores. Una
versión reducida de este texto se publicará en la revista del CETEX (Centro de Estudios Textuales)
del Instituto Pedagógico El Libertador de Maturín (Venezuela), como actas de las jornadas
“Didáctica del texto escrito”, celebradas en junio del 2000 en aquella ciudad. La presente versión
expande, detalla y documenta las ideas principales del texto.
109

por dígitos (soporte o entorno digital) se han generalizado y hoy son tan
habituales como los analógicos, que representan y transmiten datos con
elementos físicos, compuestos por átomos: sea el habla (voz, sonido, labios) o la
escritura (papel, libro, máquina de escribir). El día a día se ha llenado de correos
electrónicos o e-mails, charlas on line o chats y webs o sitios en la red (internet),
al mismo tiempo que se multiplica el uso de los celulares y que decae el volumen
de cartas y faxes.

En los países más desarrollados, la tecnología digital ha sustituido de


modo casi completo a la analógica en los ámbitos de producción del discurso
escrito (correspondencia personal, comercial y empresarial, textos académicos y
científicos, publicaciones editoriales) y su transmisión (correo electrónico,
internet); sólo en su recepción sigue manteniéndose vivo el soporte analógico
(papel, libro, revista), si bien también han aumentado los formatos de
comunicación on line. Quizá nunca desaparezcan determinados documentos
como certificados, testamentos o contratos con firmas manuscritas, porque
ofrecen prestaciones irremplazables –¡aunque en España ya exista legislación
sobre sus correspondientes digitales!–. Pero hoy es incuestionable la supremacía
de lo digital, y si a lo largo de nuestra historia un cambio de tecnología
comunicativa supuso evolución en las formas de vida, ¿qué nos puede deparar lo
digital?, ¿cómo cambiará nuestra sociedad, país, ciudad, etc.?, ¿qué
implicaciones tendrá el salto de una tecnología tan física, como la analógica, a
otra de mucho más mental, como la digital? Y a la escuela: ¿qué le espera?, ¿qué
cambios debe adoptar para adaptarse a este nuevo contexto?2 Ésta es mi
reflexión breve y provisional sobre el impacto que esta nueva expansión
tecnológica va a tener en el ámbito de la enseñanza de la composición. Sin
voluntad futuróloga ni afán proselitista, esbozaré algunos cambios que se están
generando, así como sus consecuencias en la organización social y en la
enseñanza.

2
A título de ejemplo, un estudio sociológico reciente (Nie y Erbring, 2000) apunta, entre otros
datos, que el uso de la tecnología digital (comunicaciones, compras, búsqueda de ocio e
información en internet) crece a medida que los usuarios se familiarizan con el medio y que
provoca que disminuya el seguimiento de los medios de comunicación más tradicionales o incluso
el contacto con el entorno social.
110

De lo analógico a lo digital

Aunque este cambio afecte tanto al habla como a la escritura, nos centraremos
aquí en la segunda, contrastando sus principales características:

Entorno analógico Entorno digital

Ámbito pragmático
1. Interlocutores: comunidad de habla 1. Interlocutores: comunidades virtuales
(local, nacional, idiomática). (tribus virtuales). Diversidad cultural.
Monoculturalidad. 2. Acceso ilimitado.
2. Acceso limitado a destinatarios y
recursos enciclopédicos. 3. Mundo virtual y ubicuo.
3. Mundo presencial con coordenadas 4. Canales visual y auditivo. Hiper o
físicas. multimedia.
4. Canal visual. Lenguaje gráfico. 5. Interacción simultánea, transmisión
instantánea.
5. Interacción diferida, transmisión lenta, 6. Bajo coste.
etcétera.
6. Alto coste.

Ámbito discursivo 7.Hipertextualidad. Diversidad de


itinerarios.
7. Linealidad. Itinerario único. 8.Intertextualidad proactiva explícita:
8. Intertextualidad retroactiva. Texto enlaces. Texto abierto.
cerrado. 9.Géneros nuevos: e-mail, chat, web.

9. Géneros tradicionales: carta, informe, 10.Fraseología específica, sintagmas


invitación, libro. aislados.
10. Elaboración oracional.

Ámbito del proceso de composición


11.Procesamiento eficaz: ingeniería
11.Procesamiento lento. lingüística.
12.Descarga cognitiva. Énfasis en lo
12.Sobrecarga cognitiva. estratégico.
13.Énfasis en los recursos autodirigidos.
13.Aprendizaje heterodirigido.

En lo pragmático, el soporte digital favorece la creación de comunidades


o tribus virtuales (núm. 1), de personas que comparten rasgos particulares y que
se conectan, interactúan y se desarrollan como grupo a través del entorno
digital. En el mundo presencial analógico, las comunidades suelen coincidir con
límites político-administrativos (ciudad, provincia, nación o estado) y lingüísticos
(idioma, dialecto) –conformando las conocidas comunidades de habla–. Los
miembros de estas comunidades suelen compartir rasgos variopintos, además de
los discursos: una ubicación geográfica, una nacionalidad, una ideología, la
pertenencia a una clase social, etc., lo cual destaca su carácter monocultural. La
dinámica comunicativa de estos grupos es relativamente lenta, porque la
posibilidad de crear y propagar discursos se reduce al ámbito personal
(correspondencia privada) y está limitada por el control político (normas de
moralidad, limitación de campañas electorales y panfletos políticos) y los costes
económicos.

En cambio, lo digital posibilita el desarrollo de comunidades basadas en


cualquier tipo de propósito o actividad, más allá de las “fronteras” tradicionales.
Así, un anciano que viva con un hígado trasplantado –y que quiera conversar con
111

personas en su misma situación–, una lesbiana que busque compañeras o un


joven racista que quiera formar una banda establecen contactos a través de la
red, crean su propio espacio (una lista o grupo de discusión, un club), conversan,
intercambian objetos digitales (fotos, discursos, programas) y desarrollan su
particular cultura, al margen de la procedencia de sus miembros. Personas de
todo el mundo que difícilmente se habrían conocido por canales analógicos,
llegan a conformar una comunidad discursiva –en el sentido de que el objeto
básico de intercambio y unión es el discurso–, que llena parte de sus vidas y que
inevitablemente influye en el resto de las comunidades.

La facilidad con que se desarrollan dichas comunidades depende de las


prestaciones que ofrece lo digital: bajo coste de producción y transmisión de
discursos; acceso ilimitado, directo y privado a un número ingente de
destinatarios y recursos (núm. 2); privacidad y posibilidad de construirse
“imágenes” virtuales –faces– según los intereses personales (uso de nicks o
sobrenombres, personalidades ficticias, fotos retocadas, etc.; núm. 3). Respecto
al coste (núm.6), mientras el uso de recursos informáticos y el acceso a la red se
generaliza (lugar de trabajo, casa, cibercafés) y abarata, la publicación analógica
de revistas y libros o el envío de circulares por correo postal aumenta de precio.
Además, el coste ecológico que puede tener el uso de papel (tala de árboles,
procesamiento de la masa de papel, etc.) resulta ofensivo con la supuesta
“limpieza” de la tecnología informática.

Por otra parte, la diversidad de canales y códigos comunicativos que


incluye el medio digital (núm. 4), así como su gran velocidad de transmisión
(núm. 5), que permite grados casi simultáneos de interactividad, son las causas
del notable dinamismo que presentan dichas comunidades, que nacen, crecen y
mueren o evolucionan a un ritmo mucho más alto que las presenciales. Respecto
a la integración de códigos, cabe destacar que lo digital integra todo tipo de
lenguajes y formatos (habla, escritura, imagen estática y en movimiento,
infografía, reproducción virtual, etc.), con lo que se convierte en un poderosísimo
sistema multimedia de representación y comunicación de datos –como mínimo
en comparación con los limitados recursos tipográficos del escrito–.

En lo discursivo, el soporte digital rompe definitivamente la linealidad del


discurso y organiza el contenido textual de manera hiper e intertextual. Si bien la
escritura ya liberó al usuario de la obligación de ceñirse al hilo discursivo (la
linealidad del habla, núm. 7), permitiéndole saltar adelante y atrás a su antojo
en la prosa, sólo pudo desarrollar la hipertextualidad de manera casi anecdótica
en algunos géneros literarios –como las novelas interactivas para adolescentes o
las experimentales como Rayuela de Julio Cortázar–. En cambio, el entorno
digital utiliza el hipertexto como estructura básica: el escrito lineal y
unidireccional se rompe en diversidad de fragmentos autónomos que se conectan
entre sí con enlaces (links) o llamadas que permiten saltar ágilmente de uno a
otro, en cualquier dirección –como una araña que se desplaza a través de una
telaraña o de una red–. Además, hechos como el tamaño relativamente reducido
de la pantalla (que constituye la unidad visual digital, como la página lo es en el
entorno analógico) o el interés de fomentar la interactividad (de que el lector
pueda decidir qué fragmentos quiere leer y en qué orden) inducen a los autores
a preferir los fragmentos breves de texto a los extensos.
112

El hipertexto genera cambios relevantes en el procesamiento verbal.


Prescindiendo de los aspectos técnicos (uso de programas y lenguajes
informáticos) y desde la óptica de la producción, el autor debe atender a
exigencias lingüísticas nuevas (atomización del discurso en unidades pequeñas y
autónomas, organización jerárquica e interconectada de las mismas, búsqueda
de enlaces adecuados y títulos de enlace comprensibles, etc.), al mismo tiempo
que prescinde de las asociadas a la linealidad (ordenación del contenido en un
único hilo argumental, establecimiento de una progresión de lectura: de lo
conocido a lo nuevo, de lo básico a lo complejo, etc.). Puesto que se suele
manejar una gran cantidad de datos, dispuesta a través de numerosas páginas y
enlaces, el autor debe poder calcular con precisión las necesidades de su
hipotético lector, para facilitarle accesos directos y eficaces a los objetivos
perseguidos. Si además resulta que no existe ningún prototipo de lector, sino
una infinidad de individualidades con grados diferentes de conocimiento previo,
que se acercan al hipertexto con intereses y propósitos diversos, el autor debe
prever varios itinerarios de lectura para atender a esta diversidad.

Desde la óptica de la recepción, el lector deja de conducir por una


carretera única, para pasar a circular por un entramado complejo de vías, en
cuyos cruces debe tomar decisiones de a dónde ir y por qué lugar. Este hecho le
exige desempeñar un papel más activo en el proceso de lectura: debe ser
consciente de sus propósitos (¿qué datos busco?, ¿qué enlace elijo?), debe
evaluar de manera continuada su nivel de comprensión (¿qué entendí y qué no?)
y buscar los caminos para llenar las lagunas identificadas (¿dónde puedo
encontrar lo que me falta?). Los errores en la identificación de objetivos o en la
selección de enlaces provocan pérdidas de tiempo e información, además de un
grado variable de fracaso en la lectura: el lector se pierde en un mar de datos y
enlaces sin interés, incapaz de encontrar lo que busca. (Para una discusión
detallada sobre las diferencias entre lectura de textos analógicos e hipertextos,
ver Dillon, 2000).

Si los enlaces internos (intratextuales) entre componentes de un mismo


discurso son el fundamento del hipertexto, los enlaces externos entre textos
diferentes nos introducen en el ámbito de la intertextualidad (núm. 8). Un
documento analógico indica también con citas directas e indirectas y referencias
bibliográficas, los préstamos y las conexiones que mantiene con otros textos,
pero las características y los objetivos de dichas interrelaciones difieren de las de
los enlaces digitales. En libros y artículos impresos, las referencias son
retroactivas porque remiten solo a documentos elaborados en el pasado (o, como
máximo, en prensa) y tienen el propósito de reconocer la autoría de ideas o
palabras, o de remitir a informaciones, autoridades o hechos que constituyen un
argumento para el discurso que se está elaborando. Se presupone sutilmente así
que el resto del contenido, el que carece de referencias, es responsabilidad del
autor del discurso, o sea creación propia, original, lo cual postula además que
existe una unidad textual delimitada (con límites precisos, como mínimo físicos)
con un autor individual.

Al contrario, los enlaces de documentos digitales son proactivos ya que


sólo se refieren a sitios web del presente –o del futuro, puesto que las webs se
actualizan periódicamente–, y tienen por objetivo ofrecer al usuario acceso
inmediato a más información. La elección de enlaces no se basa en el
reconocimiento de citaciones o voces diversas ni en la construcción de una
113

argumentación, sino en el interés y la utilidad que puedan tener para el lector. Al


mostrar y utilizar de manera explícita las relaciones intertextuales que mantienen
los discursos entre sí, el usuario salta de un lugar a otro de la red, de un discurso
a otro, en busca de sus propósitos –casi sin darse cuenta y sin saber si cambió o
no de web-discurso–, y se desvanecen los conceptos de límite o unidad textual,
de contextualización espacio-temporal, de autoría e incluso –en parte– de
originalidad. De hecho, cuantos más enlaces intra e intertextuales incluya el
documento virtual más relaciones diversas entre datos permite para adaptarse a
los propósitos del usuario. Emerge así a la superficie la consabida polifonía e
intertextualidad bajtiniana, que permanecía oscura o escondida en el documento
analógico: redactores y lectores somos más conscientes de la naturaleza social
del discurso y de la función de simple peldaño de una escalera que realiza un
texto o un autor en el entramado discursivo de una comunidad. Y es que ìla web
no es otra cosa que un documento gigantesco de unos cuantos centenares de
millones de páginas, producidas por millones de autores y almacenadas en
centenares de miles de computadoras de todo el mundoî (Xavier Alamán citado
por Palau. 1998) o un docuverso, un universo de documentos (Mengual, 2000).

En conjunto, con la estructura hiper e intertextual el escrito se convierte


en un objeto comunicativo más abierto (que admite actualizaciones
continuadas), versátil (permite diversidad de itinerarios), interconectado
(relacionado con el resto de recursos enciclopédicos de la red) y significativo
(multiplica sus posibilidades interpretativas).

Por otra parte, el entorno digital ha creado nuevos géneros (e-mail, chat,
sitio web) y formatos discursivos (interfaz o interface de pantalla, etc.; núm. 9),
que poco a poco van estandarizando sus usos lingüísticos, con estructura,
registro y fraseología particulares (núm. 10). En el plano estructural, por
ejemplo, es corriente que un e-mail arranque con un informal Hola, X, y termine
con el nombre del autor y un membrete con sus datos (apellidos, cargo,
direcciones, etc.), separado con cenefas gráficas –al revés que una carta
tradicional, que lo lleva al principio–. Otros rasgos son que el mensaje puede
incluir fragmentos copiados literalmente de otro e-mail (marcados con el signo >
al principio de cada línea y con la indicación X escribió: al inicio) e incluso
documentos (o attachment) en formatos variados (texto, foto, vídeo, dibujo,
etc.). Del mismo modo, es habitual que la página de superficie de una web
incluya el menú y los submenús o índices de la misma para guiar al navegante,
así como los iconos con los enlaces para acceder a las páginas interiores; o que
la rutina conversacional del chat exija saludar informalmente a los interlocutores
cuando se entra a la habitación (room) y despedirse cuando se sale, ¡aunque
sean desconocidos e invisibles!

En el plano léxico, los términos semiespecializados usados en el párrafo


anterior en inglés (chat, attachment, interface) y español (menú, habitación,
navegante, icono, enlace, página de superficie, entrar, salir, etc.) son una buena
muestra del vocabulario específico de estos nuevos géneros. También son
frecuentes las abreviaturas, por ejemplo Re: por respuesta en el descriptor
temático (o subject) de e-mails, pixs por pictures o fotos, aka o a. k. a. por also
known as (también conocido como), o FAQ por frequent asked questions
(preguntas más frecuentes). Finalmente, en el plano sintáctico, los límites
reducidos de la pantalla informática y de los campos o espacios donde debe
escribirse (mensajes, denominaciones de iconos, menús, etc.) favorece el uso de
114

sintagmas nominales aislados (como títulos o etiquetas), a diferencia de la


elaboración de oraciones completas típica de la documentación analógica.

Respecto al proceso de composición, las distintas aplicaciones


informáticas inciden de modo sustancial en la tarea de escribir. Nadie duda hoy
de que, con procesador de texto, verificador ortográfico y gramatical, revisor
estilístico –legibilidad, grado de formalidad–, diccionario de sinónimos o asistente
para la redacción y traducción de documentos preestablecidos (programas de
ingeniería lingüística; núm. 11), un autor consigue escritos mejores y más
elaborados con menos esfuerzo y tiempo: la escritura analógica tiene un
procesamiento más lento y muchos menos recursos o apoyos. Si bien el nuevo
verificador equivale al cuaderno de ortografía, el libro de gramática y el
diccionario a los CD en línea, o las teclas de copiar y pegar a las tijeras, el
pegamento y la goma de borrar, el entorno digital integra todos estos recursos
en la computadora, con el fin de que el autor pueda usarlos simultáneamente y
de modo casi automático.

Desde otro punto de vista, en un entorno analógico el autor debe resolver


sólo con sus recursos mentales “naturales” (memoria de trabajo, memoria a
largo plazo, procesos de análisis, revisión, generación de ideas, inferencia, etc.)
el amplio espectro de exigencias lingüísticas que impone la elaboración de
cualquier escrito: desde la construcción de un significado hasta la corrección
tipográfica. La investigación sobre la composición de expertos y aprendices ha
mostrado que los primeros se caracterizan por haber automatizado hasta un
nivel subconsciente los aspectos más superficiales de la composición (copia o
transcripción, ortografía, etc.), de modo que dedican sus recursos cognitivos a
las cuestiones de fondo (elaboración del significado, análisis de la situación
retórica, etc.). En cambio, los aprendices, con escasa automatización, sufren a
menudo el fenómeno conocido como sobrecarga cognitiva (núm. 12), por el que
su memoria de trabajo no alcanza para todas las exigencias de composición al
quedar prematuramente sobresaturada; los errores o las imperfecciones del
texto –que el propio autor puede reconocer en otro momento– se explican así
como datos que la memoria no pudo procesar durante la composición al estar
copada con exceso de demandas. En este sentido, la tecnología digital permite
que el autor “descargue” su memoria saturada, asignando a la máquina la parte
más mecánica de la composición, según sus intereses, y que reserve para su
propia mente los aspectos estratégicos.

Finalmente, el entorno digital ofrece sistemas aparentemente más eficaces


de autoformación para que los individuos puedan usar de modo autónomo el
sistema (núm. 13). Muchos programas poseen varios niveles de utilización
(funciones básicas y avanzadas, para principiantes o expertos), sofisticados
menús de ayuda o recorridos iniciales de visita o familiarización; los juegos
informáticos suelen tener varios niveles de dificultad, y ningún jugador puede
saltar de nivel sin haber adquirido la habilidad y el conocimiento necesarios para
hacerlo; el mismo hipertexto facilita que la información se suministre a cada
usuario según sus necesidades, de manera autodirigida. Este conjunto de
mecanismos facilita que el lector-autor digital pueda aprender de manera
notablemente autónoma, a diferencia del aprendizaje de la escritura analógica,
que exige más interacción presencial con expertos. Una buena prueba de ello es
el buen dominio del entorno digital que tienen muchos adolescentes al llegar a la
escuela, muy superior en muchos casos al de sus docentes.
115

En resumen, el advenimiento del entorno digital en el uso de la escritura


está cambiando de manera profunda las prácticas comunicativas en los planos
pragmático, discursivo y procesual. Internet facilita el surgimiento de
comunidades sociales particulares, al margen de los grupos administrativos y
lingüísticos habituales, que rompen el tradicional aislamiento monocultural.
Surgen géneros discursivos nuevos, con estructura, registro y fraseología
particulares, y la computadora está cambiando el perfil cognitivo de los
escritores, que descargan las tareas más mecánicas en la máquina para
concentrarse en la estrategia comunicativa. Un nuevo orden escrito emerge al
ritmo que se impone lo digital.

En el aula

La primera consecuencia que podemos sacar del análisis anterior es la necesidad


de añadir un nuevo ámbito al concepto de alfabetización: el digital. Como
muestra el cuadro, podemos distinguir tres ámbitos concéntricos: la
alfabetización tradicional, centrada en la capacidad de usar la correspondencia
habla-escritura; la alfabetización funcional, centrada en las capacidades
comunicativas de usar la lectura y la escritura de modo eficaz (comprender ideas
generales y secundarias, discriminar datos relevantes e irrelevantes, hacer
inferencias, etc.) en el mundo letrado analógico, y la alfabetización digital,
centrada en las capacidades específicas que impone el soporte digital en el uso
de la escritura, esbozadas más arriba.

Nadie a estas alturas discute la conveniencia de incluir enseñanzas


digitales (computación, internet, etc.) en el currículum escolar, pero sí resulta
más controvertida la manera de hacerlo. En muchos casos, lo digital entra en la
escuela como un instrumento tecnológico, no como un fin en sí mismo: es una
asignatura complementaria de “tecnología”, independiente del resto del
currículum. El centro dispone de un aula de informática o computación, que
visitan periódicamente los distintos grupos de alumnos para recibir instrucción
aislada, práctica y rudimentaria, sobre cómo usar las máquinas.

Pero si entendemos el entorno digital –tal como lo hemos presentado–


como una extensión de las potencialidades del lenguaje, creo que debe enfocarse
su enseñanza de un modo más profundo. Puesto que la escritura digital empieza
a ser ya tan importante como la analógica –y su futuro es incuestionable–, la
alfabetización tendría que dar prioridad o equivalencia a lo digital respecto a lo
analógico. La clase de lengua escrita tendría que hacerse en buena parte con
computadoras. Y si el lenguaje escrito es el instrumento fundamental de las
asignaturas científicas, también resulta relevante que las ciencias naturales y
116

experimentales usen tecnología digital para el desarrollo de sus contenidos. Si


cualquier maestro es maestro de lengua, si saber física significa poder hablar y
escribir de física, es indudable que el maestro de física tiene que poder usar la
computadora con sus alumnos en clase.

En concreto, destaco los siguientes puntos, relacionados con el equilibrio


entre lo analógico y lo digital en el aula:

• Comunidades discursivas. La enseñanza de la composición topó


tradicionalmente con la dificultad de encontrar contextos de escritura auténticos
para el aprendiz e interlocutores reales diferentes del docente. En un entorno
analógico, las respuestas posibles a este reto se limitan a los intercambios dentro
del centro (entre alumnos o grupos de nivel diferente), con la comunidad escolar
(escribir a padres, a hermanos) o a través de algunos canales preestablecidos
(periódicos de escuela, la correspondencia con amigos o penfriends). Pero el
entorno digital abre un abanico amplísimo de posibilidades: e-mails y listas de
distribución, chats de discusión de temas de interés, participación en programas
internacionales de intercambio de datos, etc. Estas opciones resultan sobretodo
relevantes para los centros más aislados (escuelas únicas, rurales, pueblos
alejados, etcétera).

En esta línea cabe destacar iniciativas como las de muchos Writing Centres
o Labs, de universidades y colleges norteamericanos, que han desarrollado webs
y tutoriales en línea muy exhaustivos e interesantes (véase por ejemplo el Online
Writing Lab, de Purdue University). También resulta curioso y esperanzador el
Calibrated Peer Review (CPR)™, un entorno virtual de escritura y revisión entre
pares, en la línea de los revisores de revistas científicas. También es interesante
la revista virtual Kairos, especializada en escritura digital y sistemas en línea de
enseñanza-aprendizaje de la comunicación escrita.

• Usos analógicos. La escritura analógica sigue teniendo vida y utilidad en


un mundo eminentemente digital, como género manuscrito particular (tarjetas
para regalos, dedicatorias, cheques, notas), como producto final de recepción
(lectura de libros, cartas, etc.) y como herramienta complementaria para algunas
subtareas de la composición digital (anotar las ideas sobre papel antes de
introducirlas en la computadora, hacer esquemas gráficos sobre papel, revisar un
borrador sobre una impresión, etc.). El tratamiento didáctico de la escritura
tendría que seguir esta línea, poniendo énfasis en la complementariedad de
ambos soportes.

• Destrezas manuales y técnicas. La irrupción del paradigma digital exige


incluir en el programa educativo las destrezas manuales y técnicas implicadas en
el uso de la computadora (manejo del teclado, dactilografía, mantenimiento de la
computadora, condiciones de seguridad, acceso a internet, al lector de CD, etc.)
y de los programas más básicos (e-mail, edición de hipertextos, etc.). En niveles
superiores, pueden enseñarse opciones avanzadas como la creación de macros
para autocorregir los errores ortotipográficos reiterativos o el uso de programas
de esquemas y dibujo. Tampoco pueden olvidarse las cuestiones éticas: prestar
atención a los elementos destructivos (virus, gusanos, caballos de Troya, etc.),
respeto a la intimidad y limitación del correo masivo, usos lícitos de la red y del
anonimato, etc. La inclusión de estos aspectos de ningún modo supone la
eliminación de los equivalentes analógicos (caligrafía, organización de la página,
117

etc.), igual que la llegada de la calculadora al aula no significó el abandono de la


enseñanza de las operaciones básicas de cálculo. El aprendiz debe dominar la
tecnología analógica con la misma destreza que la digital.

• Computadoras y gramática. El uso de industrias de la lengua


(verificadores ortográficos, correctores estilísticos, diccionarios on line, etc.)
exige un replanteamiento de la educación gramatical relacionada con el uso de la
escritura. Tan ingenuo resulta cerrar los ojos a este hecho –y seguir enseñando
sintaxis y morfología como antes–, como presuponer que la máquina resuelve
todas las dificultades de manera instantánea. El alumno debe aprender a usar
estos nuevos formatos de manera adecuada; por ejemplo, debe conocer los
límites del verificador gramatical (cuestiones que no incluye, ultracorrecciones),
debe tener criterios para elegir el sinónimo apropiado para cada contexto (según
la acepción semántica, el registro, el género discursivo), debe poder elegir entre
las distintas opciones que ofrece un corrector de estilo (extensión de la frase,
nivel de formalidad). Todas estas cuestiones exigen tener conocimientos
lingüísticos relevantes sobre la estructura del idioma y el uso de la escritura en
cada contexto; pierden interés los aspectos más mecánicos y superficiales
(reglas de ortografía, conjugaciones verbales), que resuelve automáticamente la
máquina.

En definitiva, la llegada del entorno digital también está provocando


cambios importantes en el ámbito educativo. Enseñar a escribir hoy de ninguna
manera puede ser igual a como era hace tan solo treinta años, cuando no
existían computadoras personales, ni internet ni e-mails –y cuando lo más
sofisticado era una máquina eléctrica de escribir–. Si queremos que la didáctica
de la escritura siga respondiendo a los usos sociales, externos a la escuela, y que
el alumno aprenda en el aula lo que necesita saber hacer en la comunidad, no
podemos olvidar este cambio tan trascendental.

Bibliografía

Calibrated Peer Review (CPR) tm http://cpr.molsci.ucla.edu:8800/cpr info)


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118

D O S S I E R

Solicitado: 18-06-08 / Recibido: 04-02-09


● Mariano Cebrián Herreros Aceptado: 27-02-09 / Publicado: 01-10-09
Madrid (España) DOI:10.3916/c33-2009-02-001

Comunicación interactiva en
los cibermedios
Interactive Communication in the Cybermedia

RESUMEN
Internet ha incorporado los medios de comunicación tradicionales y ha originado otros, así como
unas redes sociales hasta crear otro ámbito informativo englobado bajo la denominación de
cibermedios, los cuales introducen otras formas de comunicación basadas en los procesos de
interactividad, el desarrollo de nuevas relaciones entre los usuarios, otras mediaciones técnico-
comunicativas, los cambios en la concepción de la información, las transformaciones en los
modelos narrativos y expresivos con una expansión de las posibilidades de navegación e hiper-
textualidad, las sinergias entre la ciberprensa, la ciberradio la cibertelevisión y las redes sociales
y un nuevo universo espacio-temporal. Este trabajo, resultado de una investigación sobre estos
aspectos, analiza estas mutaciones de los cibermedios y de sus diversas variantes y las sistematiza
para aportar nuevas dimensiones a la construcción teórica del emergente modelo de comunica-
ción interactiva.

ABSTRACT
Internet embeds both conventional mass media and its own cybermedia with a social network
that introduces a new communication process based on interactivity, new ways of relating users,
different technical and communicative mediations, a new information outlook and changes in
the narrative and expressive models together with an expansion of the possibilities of navigation
and hypertextuality, creating synergies between the cyberpress, cyberradio, cybertelevision and
the social network within a new space-time globality. This article –drawn from research work
in these fields– analyses the changes that have affected the cybermedia in their different varia-
tions, and systematizes these phenomena in order to provide new dimensions for the theoretical
construction of the emerging interactive model of communication.

PALABRAS CLAVE / KEYWORDS


Cibermedios, comunicación interactiva, ciberprensa, ciberradio, cibertelevisión, redes sociales.
Cybermedia, interactive communication, cyberpress, cyberradio, cybertelevision, social net-
works.

❖ Dr. Mariano Cebrián Herreros es catedrático de


Información Audiovisual de la Facultad de Ciencias
de la Información de la Universidad Complutense de
Madrid (marceb@ccinf.ucm.es).

Comunicar, nº 33, v. XVII, 2009, Revista Científica de Educomunicación; ISSN: 1134-3478; páginas 15-24
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1. Introducción bio entre ellos independientemente de las empresas


Comunicar, 33, XVII, 2009

La inmensa mayoría de los medios tradicionales que controlan los medios tradicionales y los ci-
–prensa, radio y televisión– se han instalado en la pla- bermedios.
taforma Internet y han ido incorporando las aportacio- La evolución de los cibermedios ha llevado a su
nes específicas de ésta. Junto a ellos han nacido otros presencia en las plataformas de la telefonía móvil (Va-
dentro de la Red. A su vez Internet ha ido acogiendo cas, 2007). No es sustitución sino ampliación a otra
algunos aspectos de los medios tradicionales, especial- modalidad comunicativa y que conduce a hablar de
mente los contenidos informativos. Se ha creado una cibermedios móviles.
simbiosis que está dando origen a los cibermedios, en b) Estudios anteriores. La investigación sobre In-
los cuales se generan otras formas de comunicación ternet y ciberperiodismo se inició a los pocos años del
cada vez más interactivas, lejanas de la comunicación nacimiento de ambos, y ha seguido ampliando sus
unidireccional1. campos y objetos de investigación a medida que han
La originalidad de los cibermedios es que todos se ido expandiéndose, aunque no con la misma rapidez.
hallan en la misma plataforma, Internet, en sus diver- Los estudios sobre ciberperiodismo se enmarcan
sos sistemas de difusión y distribución: cable, satélite, en el campo más amplio de las investigaciones genera-
ondas hertzianas y su correspondiente web. Esto per- les sobre Internet (López García, 2005) y en otras que
mite pasar de uno a otro con un clic, trabajar simultá- giran en torno a la sociedad de la información (Cas-
neamente con varios o establecer unas sinergias que tells, 1997; 1998a; 1998b), en los estudios de los con-
no podían hacer los medios tradicionales, ni siquiera tenidos digitales que han tenido en el Grupo Gaptel
los pertenecientes al mismo grupo de comunicación. (2006) uno de los desarrollos más extensos, además
a) Concepción de los cibermedios. Se entiende de sus trabajos sobre Internet y la telefonía móvil
por «cibermedio» el proceso que va de un productor- (www.red.es).
emisor de contenidos y servicios informativos median- Dentro del campo específico de los cibermedios se
te estrategias y técnicas periodísticas especificas y ade- observa una evolución desde los estudios sobre el cam-
cuadas a las exigencias de la plataforma Internet y con bio de la concepción de la información (Cebrián,
la potencialidad incorporada por ésta como el uso inte- 2000; 2005; Parra & Álvarez, 2004; Meso, 2006), el
grado de varios sistemas expresivos: escrito, gráfico, diseño y organización de contenidos en la prensa (Díaz
icónico, auditivo, audiovisual y multimedia, hasta llegar Noci, 2003; Salaverría, 2005a) y en los medios audio-
a unos usuarios que pueden seguir, manejar o producir visuales en Internet, hasta las diversas expansiones de
otras informaciones y entablar diálogo o intercambiar- ésta: cibermedios (Salaverría, 2005b), ciberradio (Ce-
se los papeles con el emisor. Se parte, pues, de una brián, 2008a), blogs (Cerezo, 2006; Rojas, 2007; Ló-
concepción de los cibermedios como procesos dife- pez García & Otero, 2007; Cebríán & Flores, 2007;
rentes a los de los medios de comunicación tradiciona- Flores, 2008), redes P2P (Aragüés, 2007), Web 2.0 o
les. No obstante, no se plantean como radicalmente redes sociales (Fumero & otros, 2007), podcasting
opuestos, sino que se establecen diversas vinculacio- (Marcelo & Martín, 2007).
nes entre unos y otros. La investigación anterior se ha focalizado mucho
Pueden diferenciarse tres modalidades de ciber- en prensa y escasamente en medios audiovisuales y
medios: a) Cibermedios matriciales: son los presentes mucho más en la evolución, diseño, contenidos y tra-
en Internet cuyo origen se inicia previamente en papel tamientos que en otras dimensiones. La presente apor-
como la prensa o mediante difusión electrónica como tación se centra en las nuevas formas de comunicación
la radio y la televisión. Desarrollan una evolución des- interactiva y sus delimitaciones, así como en los mode-
de su matriz hasta la plena adecuación a Internet; b) los de servicios que aparecen en las webs de los ciber-
Cibermedios nativos: son los nacidos dentro de In- medios.
ternet sin referencia matricial alguna. Sin embargo, en c) Hipótesis y objetivos. Se parte de la hipótesis de
la concepción de la primera etapa se aprecia un pre- que Internet, al introducir tantas transformaciones co-
dominio de la mentalidad de los medios tradicionales y municativas, está generando unos cibermedios en los
pasan por un proceso de mestizaje hasta que poco a que surgen otros modelos de comunicación basados
poco van adquiriendo sus características específicas; c) en procesos interactivos, otras modalidades informati-
Cibermedios sociales: es un paso adelante en las vas, otros modos de narrar los datos, los hechos, las
comunicaciones en Red; representan la comunicación ideas y opiniones, otros recursos expresivos que supe-
directa entre miembros de la sociedad civil, grupos de ran la integración audio-escrito-visual de los medios
personas afines que establecen un diálogo o intercam- anteriores hasta constituir un lenguaje multimedia. Los

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medios tradicionales han incorporado algunas formas tea un análisis de conjunto. Se ha creado un protocolo

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de participación de sus seguidores, ¿amplían los ciber- en el que aparece una selección de cibermedios espa-
medios esta capacidad? De ser así, ¿qué variantes se ñoles de ámbito estatal, autonómico y local y de ciber-
generan? medios extranjeros congregados en cuatro grupos: ci-
Si se constata todo lo anterior, ¿cuáles son las rela- berperiódicos, ciberradios, cibertelevisiones y redes
ciones de los cibermedios con los medios tradiciona- sociales2. La selección se ha realizado no tanto para
les? ¿Existe plena divergencia comunicativa entre am- efectuar comparaciones cuantitativas sobre el número
bas modalidades? Es más, dentro de los cibermedios de veces que se repite un fenómeno, cuanto para
¿se produce un distanciamiento o, por el contrario, se apreciar las diferencias cualitativas y la aportación de
aprecia una aproximación entre ellos? ¿Puede hablar- servicios. Tampoco se entra en el análisis de conteni-
se de un nuevo universo espacio-temporal diferente o dos, sino en las formas de comunicación.
se mantiene la concepción de espacio y tiempo de los Para el análisis de estos cibermedios se ha estable-
medios tradicionales? cido un conjunto de variables y subvariables3 sobre
Como consecuencia de estos planteamientos, el aspectos concernientes a la hipótesis y objetivos con el
objetivo general de la investigación es examinar los fin de observar los que aparecen en unos medios y no
cibermedios desde la perspectiva de las nuevas formas en otros y apreciar cómo se desarrollan en cada uno
de la comunicación en sus dimensiones informativas de ellos. Esto permitirá aportar un conocimiento sobre
interactivas y conseguir nuevas aportaciones para la las aplicaciones e innovaciones periodísticas que intro-
construcción de un modelo
global de comunicación inte-
ractiva que recoja y explique
los cambios introducidos por Los cibermedios alteran los modelos comunicativos al incor-
los cibermedios. Para ello no es
suficiente con centrarse sólo en
porar plenamente los procesos de interactividad de los emi-
la prensa, sino que es impres- sores con los usuarios. La interactividad se instala como un
cindible abarcar los medios au- proceso multidimensional que va desde los aspectos de las
diovisuales para conseguir una
visión de conjunto y lograr un mediaciones tecnológicas hasta la expresión multimedia. Con
modelo que abarque la globali- la interactividad, los cibermedios y los usuarios modifican sus
dad de los cambios y de las re-
laciones de sus componentes.
relaciones. Se amplía la concepción de la información perio-
Los objetivos particulares dística tradicional con el valor añadido de otras dimensiones
se centran en detectar las va- pegadas a los asuntos individuales y de grupos.
riantes específicas en cada ci-
bermedio desde las relaciones
entre emisores y usuarios, las
mediaciones técnico-comunicativas, la modificación ducen las webs, así como los modelos de interactivi-
de la concepción de la información y de sus tratamien- dad, hipertextualidad y navegación. El trabajo de
tos narrativos hasta descubrir el nuevo universo en el campo se efectuó durante el mes de octubre de 2008.
que se mueven. En esta parte de la investigación sólo se recogen algu-
nos resultados concernientes al objetivo general y a
2. Metodología otros particulares. La variedad de estas situaciones es
Para el desarrollo de la investigación se ha ensaya- tan amplia que ha sido necesaria una sistematización.
do una metodología específica basada en la observa- No interesan ya tanto los fenómenos aislados, sino la
ción de los procesos concretos de algunos cibermedios categorización de modalidades que están generándose
representativos. Se han examinado las diversas mani- y cuyo reto para el investigador es el establecimiento
festaciones informativas y los servicios que ofrecen las de modelos conceptuales que expliquen los fenóme-
respectivas webs con el objeto de detectar su variedad nos en su conjunto y en su complejidad.
y sus aportaciones a la construcción del modelo comu-
nicativo interactivo. Aunque en la investigación total, 3. Resultados y discusión
los datos se segregan por cada medio analizado, sin Se ha apreciado que los cibermedios alteran los
embargo en la parte que se ofrece ahora sólo se plan- modelos comunicativos al incorporar plenamente los

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procesos de interactividad de los emisores con los planteados para fomentar el diálogo entre los usuarios
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usuarios. La interactividad se instala como un proceso (Bausch & otros, 2002).


multidimensional que va desde los aspectos de las me- • Encuestas de temas de actualidad del día o
diaciones tecnológicas hasta la expresión multimedia. atemporales.
Con la interactividad los cibermedios y los usuarios • Contacto con el cibermedio sobre cuestiones
modifican sus relaciones. Se amplía la concepción de que conciernan a los usuarios mediante el ofrecimien-
la información periodística tradicional con el valor aña- to de una dirección.
dido de otras dimensiones pegadas a los asuntos indi- • Buzón de consultas, sugerencias y propuestas.
viduales y de grupos. Se incorporan otros modos de • Comentarios de usuarios sobre las noticias y las
narración y de expresividad. Estos componentes apa- opiniones de columnistas.
recen en un universo en el que se transforman los • Envío de documentos de textos, fotografías, ví-
espacios y tiempos para configurar otros virtuales den- deos, audios por los usuarios.
tro del contexto interno de Internet y del externo en el • Reenvío de noticias o de recomendaciones a
que se ubican los usuarios4. A continuación se ofrece otros usuarios.
una sistematización de algunos resultados obtenidos Junto a los cibermedios aparecen también las
con su correspondiente discusión sobre su alcance y redes sociales dedicadas en unos casos al entreteni-
algunas ausencias. Hay unos resultados comunes a miento y en otros a la información con unas conside-
todos los cibermedios y otros específicos de la ciber- raciones diferentes mediante la explotación de un mo-
prensa, ciberradio, cibertelevisión y redes sociales. delo de comunicación interactiva interpersonal.

3.1. Formas de participación e interactividad: mo- 3.2. Emisor-receptor: Emerec


delos comunicativos de los cibermedios Los cibermedios siguen erigiéndose en los grandes
En los cibermedios se pasa de un modelo lineal a emisores de la información. Empresa y profesionales
otros interactivos en los que los usuarios juegan unos seleccionan, valoran, tratan, organizan y suben sus
papeles muy activos. Hay participación e interactivi- productos a la Red. Mantienen el esquema del modelo
dad. Los medios tradicionales se han abierto a nuevas tradicional de comunicación. Sin embargo, se abren
formas de participación de sus seguidores como las también a procesos interactivos en los que se otorga
cartas al director en la prensa, presencia del público en otro papel a sus seguidores mediante la incorporación
los estudios con manifestaciones de sus opiniones, lla- de comentarios, selección y valoración de las noticias,
madas telefónicas y contestadores automáticos en la aunque sin posibilidad de alterar lo expuesto por el
radio y televisión, y otras relaciones con los defensores cibermedio. Son opciones que se dan a los usuarios y
de lectores, oyentes y telespectadores (Maciá, 2006). que se incluyen en la web para que otros usuarios las
Pero en estos casos siempre permanece el criterio de observen y puedan añadir otros comentarios y otra
selección y valoración del medio. Las participaciones ordenación de noticias.
de los usuarios son consideradas como otras informa- Los usuarios también pueden convertirse en pro-
ciones que se eligen en función de los criterios edito- ductores de mensajes y subirlos a la web de un ciber-
riales del medio. No existe una participación directa ni medio. Son los usuarios quienes interactúan a partir de
intervención en la información. Los cibermedios im- un diseño establecido previamente. El usuario desa-
pulsan la participación interactiva mediante diversas rrolla la interactividad con la tecnología de manera au-
modalidades: tomática, con los contenidos informativos: recepción-
• Correo electrónico, tanto de mera comunica- añadidos-debates o con otros usuarios como sucede
ción de correspondencia como de opiniones en torno en las redes sociales. Aparece un actor comunicativo
a los temas abordados por el cibermedio particular. conocido comercialmente con el vocablo «prosumi-
• Chats o conversaciones y opiniones en torno a dor», un acrónimo nacido de la unión de productor-
una información concreta o un tema propuesto por el consumidor, o como viene desarrollando Jean Clou-
cibermedio. tier (2001) con la denominación de «emerec»: un ser
• Foros dirigidos por alguien del cibermedio, emisor-receptor.
abiertos a todos los seguidores, y dedicados a diversos Para un mayor desarrollo de estos planteamientos
campos temáticos. Cada cibermedio ofrece varios fo- se requiere ampliar el campo de la investigación de las
ros hasta constituir una plataforma de foros. organizaciones empresariales y profesionales a los ci-
• Blogs propuestos anónimamente por el ciberme- bermedios, sus relaciones con los medios matriciales o
dio o bien por alguno de sus profesionales e incluso con los del grupo de comunicación, así como una ex-

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tensión de los estudios sobre los comportamientos rea- respectivos medios tradicionales, sino la habilidad en el

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les de los usuarios en los procesos de recepción, usos, manejo previo y continuado de la tecnología. Para una
asimilación, interactividad y producción. mayor claridad los medios aportan recursos para estos
desarrollos, así como las explicaciones de los pasos
3.3. Mediaciones digitales-perceptivas que hay que efectuar para aplicarlos adecuadamente.
Los cibermedios se generan por la convergencia
tecnológica digital. Todos se integran en el lenguaje di- 3.4. Cambio en la concepción y práctica informati-
gital para el tratamiento por las máquinas, pero para la vas
percepción y seguimiento de los usuarios aparecen Los cibermedios generan una nueva concepción
con sus correspondientes representaciones simbólicas: de la información la cual supera la acepción restringida
escritas, sonoras, visuales, audiovisuales que son los del periodismo tradicional. Abren los contenidos a
modos como el ser humano puede percibirlas. Todos otros campos en los que se junta lo relevante con lo
los cibermedios convergen en la digitalización, pero cotidiano, lo de interés general con lo de intereses de
divergen en su representación de la información. grupos e incluso individuales, lo veraz con el engaño.
Aparecen también cambios en las formas de acce- Los cibermedios incorporan otros contenidos relacio-
so y usabilidad (Varios, 2003). Los cibermedios poten- nados directa o indirectamente con la información.
cian la usabilidad con ayudas u orientaciones para el Suelen agruparlos por secciones, en parte coinciden-
uso correcto de sus webs, se abren a la opción de idio- tes con las de los medios tradicionales y en parte dife-
mas, incorporan traductores automáticos y permiten la rentes por la tendencia a otorgar mayor papel a cam-
bajada de programas informáticos. pos informativos especializados e incluso distantes, al
La mediación clave en los cibermedios es la de la incluir contenidos de entretenimiento, juegos, compra-
interactividad en sus diversas dimensiones. Unas son ventas, etc.
tecnológicas, propiciadas por unas infraestructuras en Los cibermedios establecen vínculos de unas noti-
permanente innovación que organizan las redes de cias con otras o de unos datos con otros y, en suma,
difusión y los tratamientos automáticos de la informa- una asociación de contenidos que amplían e interrela-
ción (Herbert, 2000); pero los equipos que deben cionan cada información. Es algo que aporta el dise-
emplearse van más allá de lo instrumental para erigirse ñador, pero son los usuarios quienes individualmente
en mediadores que conforman los procesos comunica- optan por unos, por otros o por ninguno de los ofreci-
tivos y establecen diversos sistemas de control median- dos para establecer por su cuenta otras vinculaciones
te los diseñadores de software, las empresas operado- mediante búsquedas personales de otras relaciones. Es
ras y los servidores, además de las mediaciones del un universo virtual en el que cabe todo y que replan-
propio cibermedio. Otras hacen referencia a la explo- tea nuevas cuestiones a la teoría de la comunicación y
tación de la tecnología para la elaboración de la infor- del periodismo. Se rompe con la división por seccio-
mación mediante la escritura, los sonidos y las imáge- nes. Cada noticia adquiere un sentido particular inclu-
nes. Todas ellas tratan de pasar de la comunicación so aislado. También se modifica la concepción estruc-
por redes a la comunicación en red de los usuarios con tural de la pirámide invertida y adquieren relevancia
sus ramificaciones posibles para el intercambio de otros elementos para que sea el usuario el que elija el
mensajes. No se trata de la consideración de la tecno- aspecto que le interese. La incorporación de navega-
logía como el concepto tradicional de canal, sino de dores como Explorer o Firefox, de buscadores como
unas mediaciones que deben tenerse en cuenta por las Google o Yahoo! y otros específicos del propio ciber-
transformaciones que originan en el proceso de la co- medio fomentan, mediante el perfil pertinente de cada
municación, en los contenidos y en los tratamientos. pregunta, la búsqueda de otras informaciones. Se
En definitiva, es el paso a la interactividad como mo- aprecia una incitación a la aportación de comentarios
delo conceptual. La implantación plena de la interac- sobre determinadas noticias. Es la presencia de opi-
tividad en estas mediaciones transforma también los nión de los seguidores e incluso de otros aspectos, su-
modelos de comunicación empleados en interactivos. gerencias y debate. Las noticias se mantienen mientras
Los cibermedios son incomprensibles sin la actividad están en vigencia durante unos minutos, horas o días,
interactiva físico-semántica que cada usuario tiene que pero con una modificación de datos a medida que se
desarrollar. La entrada y recorrido por ellos requieren van obteniendo.
el uso de herramientas de hardware y de software y Los medios tradicionales actúan como un iceberg.
unas habilidades que exigen un aprendizaje previo. De la inmensa cantidad de hechos de la sociedad sólo
No es la simple lectura, audición o visionado de los eligen unos cuantos según la capacidad y especificidad

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de cada uno y es lo que aflora al público, mientras el ca el narrador y las sugerencias de enlaces que éste le
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resto queda oculto. Existe una información de superfi- propone con otras asociaciones y consultas que crea
cie y otra de fondo, desconocida, que es la que permi- por su cuenta. Además de esta capacidad de interrela-
te tomar las decisiones relevantes a quienes disponen cionar unos contenidos y tratamientos con otros, el
de ella. Los cibermedios amplían esa potencialidad de usuario toma las rutas que desee; actúa con diversas
oferta de información, pero también queda oculta otra opciones de navegación y explora otros recorridos
parte copiosa ya que los buscadores no la detectan. La según sus necesidades e intereses. No hay un segui-
dificultad existe no en el interés de algunos por prote-
miento único sino que varía de unos usuarios a otros e
gerla, sino por los obstáculos técnicos para conseguir-incluso el mismo usuario ensaya caminos diferentes en
la. Por un lado, aparecen tantos miles de respuestas cada uno de sus recorridos. Es una narración abierta y
por cada consulta en diversidad de idiomas, incluso en gran parte compartida por los usuarios. El produc-
con escrituras muy diferentes, que se requieren días tor de mensajes aporta unas líneas de seguimiento y los
usuarios pueden seguirlas o
emprender otras. Existen, co-
mo en los chats, en los foros y
Los ciberperiódicos se aproximan a los medios audiovisuales en los blogs narraciones simul-
táneas e interpuestas entre via-
con incorporación de los sistemas expresivos de éstos. La rios participantes hasta llegar a
ciberradio y la cibertelevisión también intentan integrar los la confusión sobre quién es el
sistemas de los demás. A pesar de los deseos de introduc- que interviene. En las redes so-
ciales se alcanzan relatos y de-
ción de diversidad de recursos en todos los cibermedios bates entre múltiples intervi-
hasta llegar a la máxima aproximación entre las webs de los nientes. Se organiza una «con-
creación» o una cooperativa
medios impresos y las de los medios audiovisuales; sin narrativa.
embargo, no se ha llegado a una integración de todos ellos Aparecen también modifi-
en un planteamiento plenamente audiovisual y multimedia caciones en el sistema expresi-
vo. De los sistemas aislados se
en el que cada sistema expresivo cumpla una función llega a la integración de todos
combinatoria específica. en un conjunto. Se ha implan-
tado un lenguaje multimedia
que supera la integración de los
sistemas expresivos audiovisua-
para observarlas. Por otro lado, los buscadores actua- les para adquirir una dimensión más amplia con otras
les sólo captan una parte mínima de la información aportaciones específicas que no aparecen en los
ubicada en Internet. El resto queda oculta y sólo con medios tradicionales como sucede con la navegación,
tratamientos muy especiales de los buscadores puede hipertextualidad e interactividad. Es tanta ya la profu-
ampliarse, se genera otro tipo de iceberg. sión de variantes de éstas que para su comprensión es
imprescindible el análisis de los diversos modelos:
3.5. Innovaciones en los modelos narrativos y • Modelos de navegación o búsquedas. Los ciber-
expresivos medios trabajan con buscadores ajenos como el Goo-
Con los cibermedios nacen nuevas modalidades gle, Yahoo! y otros; y buscadores propios para la de-
de exposición y narración de datos (uso de estadísticas tección de la información almacenada exclusivamente
gráficas en forma de columna o en círculo), de hechos dentro de la propia web. En varios casos hay buscado-
(incluso en directo en el caso de acontecimientos im- res internos que exhiben los resultados de búsquedas
portantes), de ideas y opiniones (foros, chats, comen- en el exterior, pero mantienen al usuario dentro de su
tarios). Todos los cibermedios presentan una gran va- propia dirección; de este modo se consigue retener al
riedad de recursos expresivos (Scolari, 2004). consultor. Hay otros que permiten las búsquedas ex-
Se pasa de la narración lineal escrita o audiovisual ternas con la posibilidad de que el usuario se quede en
a otra multimedia e interactiva. La interactividad co- ellas y pueda hacer otros recorridos lejanos de la web
municativa se relaciona con la capacidad hipertextual del cibermedio por la que se introdujo. Nacen tam-
e hipermedial de los usuarios para asociar lo que indi- bién otras variables de navegación como la lineal o de

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secuencialidad sin opción de vuelta, la de opciones media recogen los documentos sonoros y videográfi-

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para que el usuario pueda elegir entre ellas, la jerar- cos emitidos por sus otros medios tradicionales consi-
quizada a partir de una matriz, o la vuelta al inicio o al guiendo de este modo una multiexplotación de sus
final de cada página o información. productos. Las webs de los cibermedios audiovisuales
• Modelos de hipertextualidad. Se basan en los van incorporando más ofertas de audio y de vídeo sub-
diversos recursos de enlaces mediante palabras, iconos virtiendo la situación paradójica anterior en la que se
o colores y para diversas opciones: enlaces por noticias ceñían a la información escrita y apenas presentaban
o páginas, para ampliación de la actualidad y de docu- documentos audiovisuales. Ahora, además de presen-
mentación (acceso a archivos propios y ajenos), enla- tar en directo o en diferido con variedad de opciones
ces con palabras del texto, en los titulares o al final de la programación radiofónica o televisiva de su matriz,
noticias para ver más dentro de la web o de webs aje- incorporan otras informaciones y servicios paralelos o
nas. También en este caso pueden establecerse enla- independientes de ellas. Incluso varias webs audiovi-
ces internos con los diversos medios del grupo de suales exhiben documentos no emitidos por la emisora
comunicación o de enlaces externos para acceder a matriz.
otras informaciones; estos enlaces son muy escasos ya Los ciberperiódicos adquieren plena autonomía
que propician el riesgo de que el usuario se vaya de la respecto de su matriz impresa. Crean otras estructuras
propia web. expositivas que pasan de la secuencialidad de páginas
• Modelos de interactividad. El concepto de inte- y contigüidad de informaciones en la misma página a
ractividad, desde la perspectiva de la expresión, es la interactividad, hipertextualidad y navegación especí-
muy socorrido por el marketing para designar cual- ficas de cada uno de ellos. Entre estas innovaciones
quier operación con las máquinas mediante preguntas- expositivas sobresale la de la narración escrita de los
respuestas o con la información. Pero se ha expandido hechos en directo con su correspondiente datación de
tanto que es necesario diferenciar dos grandes ejes de hora y minuto. Los ciberperiódicos son los que más in-
modelos. Uno, denominado conductista, que lleva a cluyen algún motor de búsqueda propio o ajeno y en
los usuarios a los puntos que desea el diseñador o ellos algunos casos ambas opciones.
mismos; el diseño le va llevando paso a paso, pero sin No obstante, se observan múltiples modalidades
margen para recrear otras posibilidades. Otro, deno- de sinergias y de referencias recíprocas entre ellos.
minado constructivista, que apoya cualquier acción Desde los periódicos se remite a la web para ampliar
imaginativa de los usuarios para la producción de in- la información, oferta de documentos, apertura de de-
formación y exhibición en la Red. Dentro de cada uno bates, etc. y desde la web se promueve el periódico
aparecen diversas modalidades. Entre ambos existen señalándolo como fuente o ampliación. Los ciberpe-
otros intermedios o combinados en los que se ejercen riódicos incrementan las ofertas de audios y vídeos
procesos de conducción por el diseñador y refuerzos como una sección, como documentos independientes
de diseños propios del usuario para conseguir el obje- pero complementarios junto a la correspondiente noti-
tivo deseado. cia, como noticia propia y un archivo más o menos
duradero según la capacidad de almacenamiento del
3.6. Especificidades, convergencias y sinergias servidor o la vigencia de su interés. Las fotografías se
entre los cibermedios han convertido en elemento tan importante como la
Existe un mayor desarrollo de servicios en los ci- escritura. Apenas quedan noticias que no vayan acom-
bermedios con matriz previa que en los cibermedios pañadas de una fotografía del hecho, de los protago-
nativos debido a que trabajan con presupuestos supe- nistas o de los reporteros, en unos casos como solu-
riores. Se aprecia un enorme auge de los cibermedios ción única de la noticia con su correspondiente pie o
sociales como los blogs. Se comprueba también la comentario y en otros como valor añadido de la infor-
existencia de una transversalidad de convergencias y mación y como parte de un archivo o galería de imá-
sinergias de los medios tradicionales con los ciberme- genes. Se modifica también la relación con los segui-
dios. Existe una convergencia técnico-comunicativa y dores. La mayoría de los ciberperiódicos mantienen
una integración de los medios tradicionales con los una sección de solicitud a los usuarios de noticias, de
«nativos» en Internet. Y se establecen diversas siner- fotos, de audios y de vídeos. Se abren a la incorpora-
gias de unos con otros, además de las que se producen ción de comentarios que quedan recogidos inmediata-
dentro de los cibermedios de base expresiva diferente mente después de cada noticia. Varios ciberperiódicos
como entre la ciberprensa, ciberradio y cibertelevisión. incorporan la opción de votación de los usuarios sobre
Los ciberperiódicos pertenecientes a grupos multi- la importancia que tienen para ellos los contenidos

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hasta establecer una jerarquización de los mismos con simultáneo de la programación por el televisor y del
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independencia de la valoración ofrecida por el ciber- chat y del foro por ordenador. Sobresale el envío de
medio. Se da entrada a los blogs dirigidos por profesio- mensajes a los programas y las llamadas telefónicas de
nales u otras personalidades de prestigio. participación en concursos; el canal promueve las lla-
La ciberradio mantiene la oferta de la programa- madas y selecciona algunos mensajes, mientras que la
ción de la emisora matriz correspondiente sin modifi- web va ofreciendo resultados cuantitativos de apoyo a
cación alguna y en plena sincronía, pero ha introduci- unos concursantes o a un tema planteado. Esta vincu-
do otras innovaciones que le otorgan una diferencia lación vía teléfono fijo o móvil no ha pasado todavía a
clara respecto de la radio tradicional. Presenta un ac- las posibilidades que ofrecen las webcam personales
ceso en tiempo asincrónico por programas, por entre- para la participación presencial de los usuarios ni en el
vistas, por comentarios y otros contenidos relevantes. canal ni en el cibermedio. Tampoco se ha dado el paso
Cada vez aparecen mayores vinculaciones con iTunes al videopodcasting. En algunas webs aparecen blogs
para la descarga de documentos sonoros, especial- conducidos por algunos profesionales o dejados como
mente musicales. Se incorporan chats y foros vincula- plataforma para los diálogos y debates entre los segui-
dos a los programas importantes, sin embargo, apenas dores del canal, pero queda pendiente la incorpora-
se observa la incorporación de la IPVoz. Algo similar ción de los videoblogs como sería lo más lógico. Tam-
sucede con la red P2P para el intercambio de docu- poco se introducen las redes P2P para el intercambio
mentos que suele funcionar independientemente de de documentos audiovisuales entre los usuarios de la
las webs radiofónicas. Por el contrario, ya está incor- web.
porada profusamente la RSS o sindicación para las Las plataformas de redes sociales, generadas por
aplicaciones del podcasting para cuyos usos la ciberra- las innovaciones de la Web 2.0 (Jones, 2003), fomen-
dio aporta instrucciones o aclaraciones, ofertas de tan el diálogo e intercambio de mensajes con múltiples
contenidos agrupados por temas o por programas a los encadenamientos entre los participantes. Algunos ci-
que pueden suscribirse los oyentes. Ya se van introdu- bermedios se dedican ya exclusivamente a difundir do-
ciendo algunos blogs, pero no se ha pasado la frontera cumentos sonoros, música fundamentalmente, docu-
de la experimentación de los audioblogs. Radio Na- mentos visuales como fotografías o documentos au-
cional de España da acceso libre a su archivo sonoro. diovisuales como los vídeos producidos por personas
La Cadena Ser mantiene un medidor, denominado particulares o pequeños grupos no profesionales. En
pulsómetro, para realizar encuestas automáticas en un este sentido YouTube, MySpace, Facebook y otras re-
tiempo determinado según las llamadas telefónicas de des sociales representan una tendencia a la comunica-
sus seguidores. ción interactiva social (Cebrián, 2008b) con produc-
Las webs de los canales televisivos apenas han ciones realizadas por la propia sociedad civil y a las
incorporado el acceso a la programación ni en tiempo que acuden los medios y cibermedios como fuentes in-
sincrónico, ni asincrónico. Se quedan en la informa- formativas sonoras, visuales y audiovisuales.
ción sobre la programación, programas concretos y La penetración de los cibermedios en la telefonía
comentarios propagandísticos en torno a alguno de los móvil abre otra innovación mayor que requiere nuevas
componentes de las fichas técnicas. No obstante, se investigaciones para apreciar los cambios que esta pla-
aprecian ya algunas ofertas en directo mediante la tec- taforma incorpora y cuáles son los elementos específi-
nología videostreaming y que da origen a la denomina- cos que añade (Castells y otros, 2006). Desde la tele-
da IPTV (televisión con protocolo de Internet) espe- fonía móvil puede accederse a los cibermedios. No
cialmente para los usuarios que disponen de accesos son, por tanto, dos plataformas opuestas, sino que en-
con banda ancha de ADSL. La cibertelevisión se va tre ambas se establecen diversas sinergias: desde los
cargando de vídeos o producciones aisladas, sin se- cibermedios fijos a la telefonía móvil y desde los ciber-
cuencialidad programática y se abre a nuevas concep- medios móviles hacia los fijos. Uno de los objetivos de
ciones conocidas ya como plataformas sociales de fo- las empresas operadoras es precisamente explotar al
tos y de vídeos como YouTube, MySpace, Facebook y máximo estas opciones. A su vez la telefonía móvil
otras. También se ha dado el salto a la presencia en aporta otros contenidos y servicios que no aparecen
otras plataformas como Antena 3 en YouTube. Queda en los cibermedios fijos como los SMS y los MMS.
pendiente la oferta por fragmentaciones de la progra- Estas constataciones conducen a otra en la que se
mación y programas y accesos de los usuarios a las aprecia una convergencia de los medios pertenecien-
mismas. Se han incorporado los chats y foros vincula- tes al mismo grupo de comunicación que lleva a la cre-
dos a los programas con grandes éxitos de seguimiento ación en algunos casos de redacciones comunes.

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Existen intentos desde hace más de una década de nados vídeos de noticias y otras informaciones y servi-

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crear una redacción multimedia e incluso de preparar cios paralelos.
profesionales multimedia capaces de adaptar las noti- Pero lo relevante de los cibermedios es extender
cias a las peculiaridades de cada una de las modalida- sus peculiaridades a otras dimensiones externas al ubi-
des de medios. Es más, las primeras incorporaciones carse en Internet. Rompen con los espacios físicos de
de los medios tradicionales a Internet se llevaron a ca- difusión y distribución de los medios tradicionales para
bo por las mismas redacciones del medio matriz. Sin instalarse en un espacio universal. El hecho de que
embargo, pronto se apreció que aquello no funciona- desde España se haya podido acceder en esta investi-
ba y se dio el salto a la creación de redacciones espe- gación a los cibermedios extranjeros del mismo modo
cíficas para los cibermedios. La vuelta en la actualidad que a los españoles es un cambio radical respecto de
a este planteamiento, como la fusión de la redacción los planteamientos anteriores. Esta universalidad esta-
de «El País» y «elpais.com», se observa más como una blece otras vinculaciones. Mediante un clic se pasa de
necesidad económica para sobrevivir a la crisis que un cibermedio local a otro internacional. Ambos se
como un desarrollo natural de los cibermedios. Una universalizan y dejan que los usuarios de cualquier pa-
cosa es la unificación de la línea editorial y de criterios rte del mundo puedan entrar en uno o en otro gene-
informativos de selección y valoración y otra es la uni- rando una sociedad interconectada, aunque cultural-
ficación de los tratamientos. mente desconectada, como ha resaltado Contreras
(2008). También cambian los tiempos. Los ciberme-
3.7. Espacialidad y temporalidad dios no entienden de husos horarios, puede accederse
Los cibermedios entran en tiempos y espacios dife- a ellos en cualquier momento; no obstante, en la ela-
rentes a los de los medios tradicionales. El espacio pa- boración de la información, para evitar confusiones, se
ra la prensa tradicional es un componente clave de la mantiene la fijación del horario de cada país; de hecho
valoración y tratamiento de la información al tratarse en las webs de los cibermedios aparece una datación
de páginas fijas; su concepción del tiempo narrativo es por día, hora y minuto del lugar en el que se ha elabo-
periódica según la cadencia de publicación: diario, rado o desde dónde se ofrece.
semanal, mensual. En la ciberprensa aparece también
el espacio enmarcado por el tamaño de una pantalla, 4. Conclusiones
pero con un gran dinamismo de movimiento y de ex- Está produciéndose un cambio en la concepción
tensiones; emergen las estructuras plegables para que de la información de masas a otra para cubrir necesi-
el usuario ejecute diversas opciones de elección, se dades de pequeños grupos y personales. No se trata
ofrecen distintos niveles de lectura: sólo titulares y en- de sustituciones, sino de acumulaciones de unas infor-
tradillas, desarrollos breves, profundización mediante maciones con otras para ampliar la oferta a la diversi-
exposiciones extensas o ampliación aún mayor de los dad de internautas que se introduzcan en la web del
desarrollos con vínculos asociados a otras informacio- cibermedio.
nes, análisis y contextos. Los ciberperiódicos rompen La reiterada innovación de los diseños de las webs
la periodicidad y trabajan con una actualización conti- manifiesta una voluntad de cambio, de nuevos desa-
nua, además de dejar constancia en su archivo de lo rrollos que cuajan cada vez más en una identidad ci-
que mantenga mayor permanencia o valor testimonial bermediática que va alejando los ciberrmedios de los
para el futuro. En la ciberradio desaparece el espacio medios tradicionales. No obstante, la crisis económica
como en la radio tradicional, pero aparecen otras mo- y financiera actual deja algunas incógnitas sobre su
dalidades temporales al pasar de la emisión en tiempo evolución.
real a otras ofertas asincrónicas expuestas durante ma- Se han incrementado las modalidades de partici-
yor o menor tiempo y en algunos casos se llega incluso pación aunque aparecen más como prestigio y moda
a incorporar determinados documentos sonoros en su que como intervención real en la información. Los ci-
archivo. La televisión tradicional dispone del espacio bermedios relegan la presencia de estas participacio-
de la pantalla en la que se componen los elementos de nes a lugares secundarios de la web.
la realidad registrada, lo mismo que sucede en la ciber- Los ciberperiódicos se aproximan a los medios au-
televisión difundida por Internet, pero en este caso se diovisuales con incorporación de los sistemas expresi-
dispone de otro espacio como el de la web para repre- vos de éstos. La ciberradio y la cibertelevisión también
sentar otras informaciones. La cibertelevisión añade a intentan integrar los sistemas de los demás. A pesar de
la concepción sincrónica de la emisión en directo las los deseos de introducción de diversidad de recursos
posibilidades asincrónicas al dejar en su web determi- en todos los cibermedios hasta llegar a la máxima apro-

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ximación entre las webs de los medios impresos y las CEBRIÁN HERREROS, M. (2008a). La radio en Internet. De la cibe-
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de los medios audiovisuales; sin embargo, no se ha lle- rradio a las redes sociales y la radio móvil. Buenos Aires: La Crujía.
CEBRIÁN HERREROS, M. (2008b). La web 2.0 como red social de
gado a una integración de todos ellos en un plantea- comunicación e información. Estudios sobre el Mensaje Periodís-
miento plenamente audiovisual y multimedia en el que tico, 14; 345-361.
cada sistema expresivo cumpla una función combina- CEBRIÁN HERREROS, M. (2005). Información multimedia. Madrid:
toria específica. Pearson.
Aparecen otras formas de comunicación al mar- CEBRIÁN HERREROS, M. (2000). La información en red. Sphera Pú-
blica, 0; 9-28.
gen de los cibermedios empresariales. Se trata de la CEBRIÁN HERREROS, M. & FLORES, J. (Eds.) (2007). Blogs y perio-
explosión de las redes sociales como los blogs de per- dismo en Internet. Madrid: Fragua.
sonas particulares o de grupos de la sociedad civil. Sin CEREZO, J.M. (Dir.) (2006). La blogosfera hispana: pioneros de la
embargo, apenas superan la fase de ofertas escritas y cultura digital. Madrid: Fundación France Telecom España.
no alcanzan desarrollo otras modalidades como los CLOUTIER, J. (2001). Petit traité de communication. Emerec à
l´heure des technologies numériques. Montréal: Carte Blanche.
audioblogs, fotoblogs, videoblogs. CONTRERAS, F.R. (2008). Sociedad interconectada, cultura desco-
Quedan muchos campos por investigar. El desa- nectada. Madrid: Biblioteca Nueva.
rrollo de los cibermedios va más acelerado que la in- DIAZ NOCI, J. & SALAVERRÍA, R. (Coords.) (2003). Manual de re-
vestigación. Es preciso desarrollar otras metodologías y dacción ciberperiodística. Barcelona: Ariel.
técnicas para observar los fenómenos mientras se pro- ESPINOSA, P. (Dir.) (2005). Semiótica de los mass-media. Discurso
de la comunicación visual. México: Universidad Autónoma de Nue-
ducen las innovaciones. Por una parte, son necesarias vo León.
nuevas modalidades de medición cuantitativa de fenó- FLORES, J.; CEBRIÁN HERREROS, M. & ESTEVE (Eds.) (2008). Bloga-
menos tan complejos y, por otra parte, de las peculia- laxia y periodismo en la Red. Estudios, análisis y reflexiones. Ma-
ridades cualitativas de los cambios. Unas y otras debe- drid: Fragua.
rán ir creando los cimientos de una investigación apli- FUMERO, A.; ROCA, G. & SÁEZ VACAS, F. (2007). Web 2.0. Madrid:
Fundación Orange.
cada junto a la básica. GAPTEL (2006). Contenidos digitales. Nuevos modelos de distri-
bución. Vídeo, música, videojuegos, mercado, regulación, tecnolo-
Notas gía. Madrid: Red.es.
1 Este artículo forma parte de los resultados de una investigación HERBERT, J. (2000). Journalism in the Digital Age: Theory and
más amplia financiada en concurso competitivo por el Ministerio de Practise for Broadcast, Print and On-line Media. Oxford: Focal
Educación y Ciencia dentro del plan I+D+i (SEJ2007-67138) con Press.
el título «Cybermedia: innovaciones, procesos y nuevos desarrollos JONES, S.G. (Ed.) (2003). Cibersociedad 2.0. Barcelona: UOC.
del periodismo en Internet, telefonía móvil y otras tecnologías del LÓPEZ GARCÍA, G. (2005). Modelos de comunicación en Internet.
conocimiento». Valencia: Tirant lo Blanch.
2 El número total de cibermedios examinados ha sido de 50 entre LÓPEZ GARCÍA, X. & OTERO, M. (2007). Bitácoras. La consolida-
españoles y extranjeros y entre prensa, radio, televisión y redes so- ción de la voz del ciudadano. A Coruña: Netbiblo.
ciales. MACIÁ, C. (2006). La figura del defensor del lector, del oyente y del
3 Para las cuestiones comunes a todos los cibermedios se ha traba- telespectador. Madrid: Universitas.
jado con 146 variables y subvariables, para los ciberperiódicos con MARCELO, J.F. & MARTIN, E. (2007). Podcasting. Madrid: Anaya.
57, para la ciberradio con 32 y para la cibertelevisión con 31. MESO, K. (2006). Introducción al ciberperiodismo. Breve acerca-
4 En un trabajo anterior se ofrecieron unas bases para una teoría miento al estudio del periodismo en Internet. Bilbao: Universidad
global del modelo comunicativo interactivo. Ahora se refuerzan con del País Vasco, Leioa.
los resultados obtenidos de la investigación sobre el modelo utilizado PARRA, D. & ALVAREZ, J. (2004). Ciberperiodismo. Madrid: Síntesis.
en concreto por los cibermedios (Espinosa, 2005: 173-207). ROJAS, O.; ALONSO, J.; ANTÚNEZ, J.L. ORIHUELA, J.L.; & VARELA,
J. (2007). Blogs. La conversación en Internet que está revolucio-
nando medios, empresas y a ciudadanos. Madrid: ESIC.
Referencias SALAVERRÍA, R. (2005a). Redacción periodística en Internet. Pam-
ARAGÜÉS, A. (2007). P2P. Madrid: Anaya Multimedia. plona: Eunsa.
BAUSCH, P.; HAUGHEY, M. & HOURIHAN, M. (2002). Weblog. Pu- SALAVERRÍA, R. (Coord.) (2005b)). Cibermedios. El impacto de In-
blishing. Online with Weblogs. Indianapolis: Wiley Publishing Inc, ternet en los medios de comunicación en España. Sevilla: Comuni-
CASTELLS, M. (1997). La era de la información. Economía, socie- cación Social.
dad y cultura, v. 1: La sociedad red. Madrid: Alianza; v. 2: El po- SCOLARI, C. (2004). Hacer clic. Hacia una sociosemiótica de las
der de identidad. Madrid: Alianza, 1998a; v. 3: Fin de milenio. Ma- interacciones digitales. Barcelona: Gedisa.
drid: Alianza, 1998b. VACAS, F. (2007). Teléfonos móviles. La nueva ventana para la co-
CASTELLS, M.; FERNÁNDEZ-ARDÉVOL, M.; LINCHAUN QIU, J. & SEY, municación integral. Madrid: Creaciones Copyright.
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bal. Barcelona: Ariel-Fundación Telefónica. bao: Kodeag.org.

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Estudios sobre el Mensaje Periodístico ISSN: 1134-1629


2001, n.° 7: 71-78

Convivencia de la prensa escrita y la prensa


“on line” en su transición hacia el modelo
de comunicación multimedia

Dra. M.ª ÁNGELES CABRERA GONZÁLEZ


Profesora de Periodismo
Universidad de Málaga

RESUMEN
Los últimos avances tecnológicos han originado el nacimiento de un nuevo medio,
con un lenguaje propio y con unas características de comunicación y contenidos diferen-
tes a los medios tradicionales (prensa, radio y televisión). Este nuevo medio que deno-
minamos on line, convive con los medios de comunicación tradicionales de una manera
que, hoy por hoy, podemos considerar provisional o, incluso, experimental. La juventud
de los medios presentes en la red les hace todavía, dependientes de los medios conven-
cionales, debido a la mayor experiencia de estos últimos en el mundo y en los sistemas
de la comunicación. Esta relación de dependencia con respecto a los medios tradiciona-
les se produce, sobre todo, en lo que se refiere a la dotación de contenidos informativos,
de personal cualificado y de una estructura organizativa determinada. Por tanto, el momen-
to actual, nos sitúa en una etapa de patente transición, donde todavía están pendientes la
definición de algunas de las competencias de cada uno de los medios, así como la deli-
mitación de sus formas propias de expresión dentro del nuevo escenario comunicacional.
PALABRAS CLAVE: prensa, Internet, prensa digital, evolución de la prensa digi-
tal, tendencias de la prensa digital, comunicación multimedia.

ABSTRACT
COEXISTENCE OF THE PRESS WRITTEN AND THE PRESS ONLINE IN ITS
TRANSITION TOWARDS THE COMMUNICATION MODEL MULTIMEDIA
Latest technological advances have originated the birth of new media, with an own
language and characteristics of communication and contents different from traditional

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129

M.ª Ángeles Cabrera González Convivencia de la prensa escrita y la prensa “on line” en su transición...

mass media (press, radio and television). This new media that we denominated online,
coexist with the traditional mass media of a way that, at the present time, we can consi-
der provisional or, even, experimental. The youth of the media presents in the network
still does to them, employees of conventional means, due to the greater experience of
these last ones in the world and the systems of the communication. This relation of depen-
dency with respect to traditional media takes place, mainly, in which it talks about the
dowry of informative contents, qualified personnel and a determined organizational struc-
ture. Therefore, the present moment, locates to us in a point of clear transition, where
still they are pending the definition of some of the competitions of each one of media,
as well as the boundary or delimitations of its own forms of expression within the new
communicational scene.

KEY WORDS: Newspaper, Internet, Digital press, Evolution of the digital press, ten-
dencies of the digital press, communication multimedia.

La última revolución tecnológica acaecida en el mundo de la comunicación


ha enriquecido el escenario mediático con la aparición de un nuevo medio que
podemos denominar on line, y que tiene su máxima expresión en Internet. Este
nuevo medio, se ha convertido en la plataforma donde la prensa se ha hecho pre-
sente mediante la publicación digital de sus ediciones. La coexistencia de la pren-
sa en el medio o soporte tradicional (papel), y en el medio online exige una refle-
xión acerca de las condiciones en que se produce esta convivencia, el estado actual
de la cuestión y su proyección hacia el futuro inmediato.
El análisis de estas cuestiones conduce al encuentro de una respuesta relati-
va al tema que se plantea en este congreso, es decir, a la vigencia del periodismo
en el entorno digital multimedia. Sin embargo, se suma a esta cuestión otras múl-
tiples preguntas acerca del modo en que debe trabajarse la información y el men-
saje periodístico en cada uno de tipos de prensa que tratamos, o la interrelación
o retroalimentación entre ambos, o cuáles son las exigencias que el nuevo medio
impone al quehacer periodístico. Pero de todo ello, se podrá hablar en las siguien-
tes líneas si nos atenemos al esquema inicial de la exposición mediante el cual se
explicará el medio online y sus características definitorias, se expondrán datos
sobre la presencia actual de la prensa papel en el nuevo soporte digital, así como
el modo en que se produce esta presencia.

LA SUPERVIVENCIA DE LA PRENSA, UNA REALIDAD PALPABLE

En relación con la vigencia de la prensa escrita en el entorno digital, resulta


incuestionable su supervivencia frente al nuevo medio. Es más, actualmente, la
Estudios sobre el Mensaje Periodístico 72
2001, n.° 7: 71-78
130

M.ª Ángeles Cabrera González Convivencia de la prensa escrita y la prensa “on line” en su transición...

prensa tradicional mantiene su pulso con insospechada fortaleza. Como afirma el


profesor Díaz Nosty, ni en su día la radio, ni décadas más tarde la televisión, ni
siquiera, ahora Internet hacen visible el “goodbye Gutenberg” que anunciaron
algunos profetas de la comunicación hace dos décadas. No obstante, siguen exis-
tiendo recelos y temores acerca de la resistencia del medio ante los nuevos retos
de la comunicación. Esta actitud de duda coincide con el alza del periodismo como
actividad, ya que éste no está vinculado únicamente al soporte físico del papel.
Por este motivo, conviene profundizar en la aportación que la prensa escrita pue-
de ofrecer a la actividad informativa en el momento actual. Hoy se abren múlti-
ples horizontes para las empresas especializadas en el tratamiento diario de la
información, y en este campo la experiencia de la prensa sigue siendo decisiva.
Desde el punto de vista de los resultados económicos, la prensa vive uno de
sus mejores momentos. Los tres últimos ejercicios han resultado, para la mayo-
ría de los diarios, los mejores de su historia. De nuevo, vuelve a comprobarse que
la aparición de nuevos medios no significa necesariamente la muerte de los ya
existentes, pero, lógicamente, introduce modificaciones en los consumos, en la
inversión publicitaria y en los valores de identidad sobre los que se asienta cada
medio. Es, precisamente en este último punto, donde la prensa no acaba de ver
claro su futuro, a pesar de su rentabilidad actual. Por este motivo, procedemos a
la explicación de los rasgos definitorios del medio on line sin los cuales, no resul-
ta posible comprender su repercusión en la prensa escrita.

LA IDIOSINCRASIA DEL MEDIO “ON LINE”

La aparición de los medios digitales y el uso de las redes de comunicación


han supuesto el nacimiento de un nuevo medio de información, con un lenguaje
propio y con unas características de comunicación y contenidos diferentes a cual-
quiera de los medios tradicionales (prensa, radio y televisión). Junto al cambio
en el modo de representar y distribuir la información, se han roto las barreras del
tiempo y del espacio que atenazan a la prensa bajo el soporte papel. La prensa on
line presenta ventajas de inmediatez y ubicuidad a las que no puede llegar un pro-
ducto físico como el periódico tradicional, que requiere ser transportado, distri-
buido y adquirido en un punto de venta concreto. Según algunos expertos, la dis-
tribución electrónica sustituirá al modo actual de comercialización de la
información impresa. Sin embargo, esta realidad no tiene por qué hacer temer por
el futuro de la empresa periodística, ya que gracias a la reconversión tecnológi-
ca que los diarios impresos han experimentado en los últimos años, es perfecta-
mente posible responder a una demanda de distribución electrónica desde las
actuales redacciones de los periódicos.
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M.ª Ángeles Cabrera González Convivencia de la prensa escrita y la prensa “on line” en su transición...

Hoy por hoy, la informatización de las redacciones ha hecho de éstas verda-


deros nodos de tránsito y recepción de información. El tratamiento, empaqueta-
do y representación de la información se realiza mediante procedimientos basa-
dos en la informática. De la misma forma en que se envían las páginas a las plantas
impresoras, a las rotativas, puede dirigirse la información hacia las redes de dis-
tribución y consumo digitales, como ocurre ya con las ediciones en línea que
vemos en Internet. Las características de multimedialidad que ofrece el soporte
digital pueden ser igualmente aprovechadas por los diarios impresos en su edi-
ción en línea. Los periódicos con sistemas redaccionales capaces de producir
amalgamas multimedia –textos, imágenes fijas o en movimiento, y sonidos– se
alejaron hace años de la era del plomo, convirtiéndose en un producto más acce-
sible, dinámico y de mayor flexibilidad, también en relación con los propios con-
tenidos. Cualquier versión en línea u on line del diario se caracteriza por un nivel
de interactividad con el lector, de personalización de contenidos y de complitud
de los mismos mediante los enlaces e hipertextos, que supera las ofertas infor-
mativas y de servicios que hasta ahora ha ofrecido la prensa impresa.

LA PRENSA, A LA CABEZA DE LA CARRERA DIGITAL

Con relación a los demás medios convencionales –radio y televisión–, la pren-


sa ha aventajado a éstos en su presencia y protagonismo dentro de la red, donde
goza de cierta primacía. No obstante, a pesar de la mayor experiencia de la pren-
sa en Internet, hoy la radio empieza una nueva etapa dentro de la dinámica digi-
tal y lo mismo podríamos decir de la televisión, lo que supondrá un esfuerzo aña-
dido a la prensa por mejorar su presencia en Internet, apostando por la mejora y
ampliación de sus contenidos y servicios. La penetración definitiva de la radio y
la televisión en la red harán más necesaria la apuesta por un modelo de presen-
tación multimedia de los contenidos informativos, hacia el que tiende la prensa
en línea actual.
A la cada vez mayor presencia de las cabeceras de diarios en Internet hay que
sumar la experiencia adquirida en la transmisión de informaciones a través de este
medio. La mayoría de los diarios impresos tienen su referente en edición digital,
al menos así se puede afirmar de países como Estados Unidos, Canadá e inclu-
so, España. En total son unos cuatro mil periódicos de todo el mundo los que están
presentes en Internet. Estas cifras desvelan la convivencia actual de dos versio-
nes de un mismo diario en dos soportes diferentes (papel y digital). Esa convi-
vencia, que podríamos considerar amistosa y complementaria, exige la diferen-
ciación en el tratamiento de los contenidos para uno y otro medio, así como la
adaptación paulatina de la prensa impresa a las características del medio on line.
Estudios sobre el Mensaje Periodístico 74
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M.ª Ángeles Cabrera González Convivencia de la prensa escrita y la prensa “on line” en su transición...

El modo en que la prensa papel ha estado presente en Internet ha respondido a


diferentes modelos desde sus inicios hasta la actualidad. De esta forma ha pasa-
do del modelo basado en la reproducción facsimilar, al modelo adaptado al nue-
vo medio, de éste al modelo digital y, en estos momentos, se dirige al modelo que
podríamos denominar multimedia.

EVOLUCIÓN DE LA PRENSA EN INTERNET

El modelo “facsimilar”, y más primitivo de los mencionados, se distingue de


los demás por su reproducción del periódico papel mediante la técnica del esca-
neo de las páginas del diario y su conversión al formato PDF. Sin duda, se trata
de un modelo estático y de poca utilidad de cara al lector que en manera alguna,
aprovecha las posibilidades de interactividad que ofrece el nuevo medio.
Frente al modelo facsimilar, nos encontramos con el “adaptado”, donde se
integran, aunque de manera sencilla y poco elaborada, algunas de las caracterís-
ticas propias del medio on line, como el uso de hipertextos o enlaces. La princi-
pal diferencia de éste modelo con el anterior es que el periódico en papel que se
ajusta al modelo adaptado tiene una presentación y tratamiento visual totalmen-
te diferentes a la versión impresa. No obstante, sus rasgos definitorios son el exce-
sivo abuso del texto y la simplicidad del diseño.
Por otro lado, podemos hablar del modelo digital como el de mayor implan-
tación en la actualidad. Este modelo de prensa en línea responde al intento de dise-
ño de un periódico que nada tiene que ver desde el punto de vista visual con su
versión en papel; de manera, que se diseña expresamente para el medio digital y
trata de aprovechar al máximo las cualidades del medio on line. Los periódicos
que se ajustan a este modelo son más interactivos, visuales, y ofrecen servicios
y contenidos diferentes a los del periódico en papel. De esta forma, la edición en
línea del periódico se convierte realmente en un complemento de la versión im-
presa.
Pero el modelo digital, del que acabamos de hablar, está empezando –y lle-
gará– a ser superado por el que podríamos denominar multimedia, en el que se
intenta hacer del periódico en línea un medio totalmente diferente al periódico
en papel, tanto desde el punto de vista visual, como de los contenidos. Su prin-
cipal característica es el máximo aprovechamiento de las posibilidades de inte-
ractividad y multimedialidad del nuevo medio, mediante las cuales, se puede ofre-
cer la información en distintos formatos (sonido, imagen fija o en movimiento, y
texto). Se espera que este modelo sirva para aumentar las posibilidades de elec-
ción de los contenidos por parte del usuario o receptor de la información, así como
75 Estudios sobre el Mensaje Periodístico
2001, n.° 7: 71-78
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M.ª Ángeles Cabrera González Convivencia de la prensa escrita y la prensa “on line” en su transición...

la oferta de un gran número de servicios en sentido vertical (más bien especia-


lizados) para distinguirse de los portales horizontales con los que nada tiene que
ver.

ESTADO ACTUAL DE LA PRENSA “ON LINE”

Pero pese a las expectativas, la juventud de la prensa en línea nos lleva a afir-
mar que se encuentra todavía en pleno proceso de maduración, de manera, que
las versiones digitales actuales responden, en la mayoría de los casos, a un mode-
lo experimental. Esta es la razón por la que todavía nos encontramos en una eta-
pa de transición hacia el nuevo medio y de adaptación a las posibilidades expre-
sivas que el mismo ofrece.
La aceptación de la situación actual como etapa transitoria de la prensa en
línea, da razón de la necesaria dependencia de ésta de los medios tradicionales,
en concreto, de la prensa escrita. Resulta innegable la necesidad de coexistencia
del medio on line con la prensa convencional por varios motivos, entre los que
podemos señalar: la necesidad de una infraestructura organizativa que todavía no
existe de modo independiente en la edición digital, la falta de contenidos infor-
mativos suficientemente elaborados, y la urgente demanda de profesionales cua-
lificados. Todas estas carencias son, de momento, subsanadas desde las edicio-
nes en papel de los diarios; lo cual no significa que necesariamente tenga que
suceder siempre así. También tenemos experiencia del nacimiento de publica-
ciones diarias con contenidos similares a los periódicos que han visto la luz en
el medio digital sin tener referente en el soporte papel. Éste sería el caso de La
Estrella Digital o de Libertad Digital en nuestro país, o el pionero de Nando en
Estados Unidos.
El modo en que la prensa está presente en dos soportes diferentes a la vez, ha
supuesto una influencia recíproca en cada una de las versiones que se traduce en
cambios tanto internos (organización de las redacciones) como externos (diseño
de los contenidos, elaboración y selección de los mismos). La prensa en su con-
tinua y dinámica adaptación tecnológica ha evolucionado desde antes de la apa-
rición de Internet, por lo que su transformación actual no es más que un paso más
en su constante modificación de códigos y de lenguajes –tipografía, diseño, color,
grafismos, etc.–. De hecho, los nuevos valores visuales de la prensa han sido deter-
minantes, en gran medida, en la creación de la imagen del primer Internet, el que
conocemos hoy y el que evolucionará, con seguridad, en los próximos años hacia
soluciones más acordes con las posibilidades y la evolución del soporte digital.
No obstante, si en relación con el aspecto visual, se puede afirmar que la expe-
riencia del diseño en prensa ha inspirado y sigue inspirando los criterios visua-
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M.ª Ángeles Cabrera González Convivencia de la prensa escrita y la prensa “on line” en su transición...

les de la prensa en el nuevo medio, nos encontramos con otra cuestión pendien-
te de resolver en relación con los contenidos. En este sentido, la prensa ha sali-
do al paso ofreciendo a Internet, y así lo sigue haciendo en la mayoría de los casos,
los mismos contenidos que trabaja para su versión impresa. Sin embargo, el nue-
vo medio exige tanto al soporte papel como al digital, la búsqueda de contenidos
propios y diferenciadores que contribuyan a la resolución de la crisis de identi-
dad que, desde tiempo atrás, atraviesa la profesión.

UNA SOLUCIÓN MULTIMEDIA VÁLIDA PARA LA PRENSA


DEL FUTURO

A partir de lo ya expuesto, cabe esperar que la definición y aplicación prác-


tica del modelo multimedia de información general a través de Internet se con-
vierta en la solución práctica a la delimitación de las competencias de cada uno
de los medios, así como de sus formas propias de expresión dentro del nuevo esce-
nario comunicacional.
Como conclusión, podemos afirmar que la convergencia tecnológica aproxi-
ma los espacios naturales de los medios y los dota de un alto grado de conecti-
vidad entre sí. Sin embargo, esa homogeneización de los lenguajes y de los sopor-
tes, característica de la era digital, no significa necesariamente la reducción de la
personalidad de cada medio. Es más, la proyección mercantil de los grupos mul-
timedia obliga a establecer espacios complementarios, donde cada medio esté
dotado de un alto grado de especificidad, especialización y autonomía. Esa iden-
tidad está cada vez más relacionada con la naturaleza de los contenidos y los públi-
cos, con los tiempos de consumo, con un replanteamiento general de la oferta y
la demanda del sistema de medios en la nueva economía digital.

BIBLIOGRAFÍA

Esta comunicación recoge una serie de reflexiones que ya en parte están pre-
sentes en otros artículos y publicaciones que la autora ha venido realizando en
los últimos años, todos ellos basados en el estudio e investigación de la evolu-
ción y tendencias de la prensa desde la aparición de Internet.

CABRERA GONZÁLEZ, M.ª Ángeles (1998): Evolución y tendencias en la configu-


ración gráfica de la prensa “on line”. Tesis doctoral. SPICUM. Málaga (Ser-
vicio de Publicaciones de la Universidad de Málaga).
77 Estudios sobre el Mensaje Periodístico
2001, n.° 7: 71-78
135

M.ª Ángeles Cabrera González Convivencia de la prensa escrita y la prensa “on line” en su transición...

— (1999): “Estado actual del diseño de periódicos en Internet”. Documentos, n.°


10. Sevilla, abril/mayo.
— (2000): “Retos en el diseño de periódicos en Internet”. Revista Latina, enero.
— (2000): La prensa “online”. Los periódicos en la WWW. Barcelona, CIMS.

Otros autores

DÍAZ NOCI, J., y MESO AYERDI, K (1999): Periodismo en Internet. Modelos de


prensa digital. Bilbao, Servicio editorial de la Universidad del País Vasco.
DÍAZ NOSTY, Bernardo (2000): “La prensa escribe su futuro”, en suplemento Sur
2000 del diario Sur, publicado el 3 de octubre.
PRADO, Emili (2000): “El lenguaje multimedia. Una nueva forma de comunica-
ción”, en Actas del Congreso Comunicar no século XXI. Universidad de San-
tiago de Compostela.

(COMUNICACIÓN n.° 1, 17 de noviembre de 2000)

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COMUNICACIÓN Y PODER. “La Tiranía de la Comunicación” de Ignacio


Ramonet.
Alejandro Alvarez Novell1

Resumen
La presente reseña del texto “La Tiranía de la Comunicación” de Ignacio Ramonet,
busca -pasado ya 10 años de su primera edición- hacer una revisión de sus principales
aportaciones, la importancia de los conceptos y enunciados que contiene y su vigencia
actual. Editado en 1998, es una de las obras más conocidas y que más ha circulado de
Ramonet. Presenta un marcado carácter descriptivo y declamativo de un conjunto de
imperantes vinculados a la comunicación, en el que nocivamente las sociedades se van
embarcando. En el aborda el problema de la superabundancia de la información que se
transforma en mercancía y las repercusiones que esto entraña: la mutación de la
definición de información ligada hoy a la ecuación “ver es comprender”, que a su vez
pone en cuestión el principio de actualidad, la exigencia de la veracidad y el ejercicio
del periodismo. Critica a la comunicación como “pacificadora universal”, que
reemplaza al paradigma del “progreso” y que se presenta como capaz de solucionar
todos los conflictos del mundo. Ignacio Ramonet es de reconocido prestigio mundial
por su rol cómo director, durante 18 años, de Le Monde Diplomatique y del
bimensual Manière de voir. Es doctor en Semiología e Historia de la Cultura por la
École des Hautes Études en Sciences Sociales de París y catedrático de Teoría de la
Comunicación en la Universidad Denis-Diderot. Especialista en geopolítica y estrategia
internacional y consultor de la ONU, ha estado en todas las apuestas de la lucha a favor
de los pueblos y países marginados. Con este trabajo exploratorio sobre la obra de
Ramonet, a una década de su aparición, pretendemos revalorizar su capacidad de
análisis crítico, reflexivo y propositivo frente a los fenómenos sociales, de los cuales el
autor da acabada cuenta en su momento, aun cuando para el común de los ciudadanos,
dichos fenómenos no existen o pasan totalmente desapercibidos. En un intento osado de
condensación, pero a la postre del trabajo que junto a la Dra. María J. Villa
compartimos en la Cátedra de Análisis de los Medios de Comunicación2, a modo de
conclusión, presentamos sus aportes en cinco paradigmas que hoy atraviesan nuestra
cotidiana realidad.

Palabras clave
Comunicación, Poder, Ramonet, Medios de Comunicación

Abstract
This review of the text "The Tyranny of the Communication " by Ignacio Ramonet,
look-past and 10 years after its first edition to revise his main contributions, the
importance of the concepts and statements it contains and its contemporary
relevance. Published in 1998, is one of the best known works and that has circulated
Ramonet. Presents a strong descriptive character and reciting a set of prevailing linked
to communication, in which societies are harmfully shipped. In addressing the problem
of the overabundance of information becomes a commodity and the implications that
this entails: mutation of the definition of information linked today to the equation
"seeing is understanding", which in turn calls into question the principle current, the
requirement of truth and journalism. Criticizes the media as "universal peacemaker",
which replaces the paradigm of "progress" and that appears to be capable of resolving
all conflicts in the world. Ignacio Ramonet is world renowned for his role as director for
18 years, Le Monde Diplomatique and the bimonthly manière de voir. He holds a PhD

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in Semiology and History of Culture from the École des Hautes Études en Sciences
Sociales in Paris and Professor of Communication Theory at the University Denis-
Diderot. Specialist in geopolitics and international strategy and consultant to the UN,
has been all wagers from the struggle for marginalized peoples and countries. This
exploratory work on the work of Ramonet, a decade of onset, we intend to upgrade their
capacity for critical analysis, thoughtful and purposeful in front of social phenomena, of
which the author gives has finished at the time, even for ordinary citizens, these
phenomena do not exist or go completely unnoticed. In a daring attempt to
condensation, but in the end the work with PhD. Mary J. Villa share in the Department
of Analysis of Media, in conclusion, we present their views in five paradigms which are
currently undergoing our everyday reality.

Keywords
Communication, Power, Ramonet, Media

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1. La Tiranía de la Comunicación

“Una lucha contra la tiranía, la tiranía de los mercados, de las concentraciones, de la


comunicación, del imperio, en suma una lucha contra la tiranía del pensamiento
único”. Ignacio Ramonet

La Tiranía de la Comunicación, editado en 1998, es uno de los textos más conocidos y


que más ha circulado de la obra de Ignacio Ramonet. Allí aborda el problema de la
superabundancia de la información que se transforma en mercancía y las repercusiones
que esto entraña: la mutación de la definición de información ligada hoy a la ecuación
“ver es comprender”, que a su vez pone en cuestión el principio de actualidad, la
exigencia de la veracidad y el ejercicio del periodismo. Critica a la comunicación como
“pacificadora universal”, que reemplaza al paradigma del “progreso” y que se presenta
como capaz de solucionar todos los conflictos del mundo.

Su gran preocupación se plantea en torno a la fuerza que recobran, paradójicamente, las


censuras y las manipulaciones en un contexto de aparente triunfo de la democracia y la
libertad sobre los regímenes autoritarios.

Los medios, renovados y seductores “opios de los pueblos” entretienen a los ciudadanos
“vendiéndoles el mejor de los mundos” y despojándoles de toda reivindicación o acción
cívica. A ellos, impregnados de los avances tecnológicos, el autor les adjudicará a lo
largo de la obra, un papel ideológico de primer orden, en una “nueva era de la
alienación, la cultura global y los mensajes a escala planetaria”.

Pareciera ser que la comunicación –al igual que sucedió con el recupero de las
democracias en Latinoamérica en los años ochenta- la promesa de felicidad en la
familia, la escuela, la empresa o el Estado lo inunda todo. Cuanta más comunicación
haya, se nos dice, más armoniosa será nuestra sociedad y más felices seremos. De allí,
dice Ramonet, la proliferación ilimitada de instrumentos a su servicio, de los que
internet (ya para los 90), constituye la culminación total, global y triunfal.

Con un marcado espíritu crítico y reflexivo, pero en un apego casi inevitable a los
hechos de la realidad que dan cuenta de los fenómenos, Ramonet pone en cuestión todo

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el tiempo, que la comunicación ha sobrepasado su estado óptimo, su punto culminante,


para entrar en una fase en la que todas sus cualidades se transforman en defectos y todas
sus virtudes en vicios.

Advierte de manera frontal y clara, que estamos ante una “tiranía totalitaria e
imperialista de una comunicación total”, que ejerce una auténtica opresión sobre los
ciudadanos… abdicando a su función liberadora que ejerció durante mucho tiempo. La
comunicación es hoy una obligación absoluta que inunda todos los aspectos de la vida
social, política, económica y cultural.

1.1. Los ejes del debate

El texto que propone Ramonet se estructura en los siguientes diez apartados:


“Comunicación contra información” (pág. 7); “Prensa, poderes y democracia” (pág. 29);
“Ser periodista hoy” (pág. 45); “La televisión necrófila” (pág. 69); “Ideología del
telediario” (pág. 83); “Mitos y desvaríos de la media” (pág. 121); “La batalla Norte-Sur
en la información” (pág. 141); “Conflictos bélicos y manipulación de las mentes” (pág.
169); “La era de la sospecha” (pág. 189); y finalmente “Nuevos imperios mediáticos”
(pág. 205). Si bien en la mayoría del texto, Ramonet optará por desarrollar en extenso la
realidad de la Televisión, quizás el escenario predominante de la Tiranía; también
dedica algunos capítulos para una contextualización general y el planeamiento de
algunos conceptos claves.

A continuación presentamos de manera sintética, alguno de los aspectos de mayor


relevancia y actualidad.

Comunicación contra información

Cómo punto de partida, Ramonet señala que existen tres dimensiones diferentes de la
información, marcando un antes y un después:
- Información muy escasa versus superabundante.
- Ritmo parsimonioso y lento versus extremadamente rápida.
- Servicio Público versus mercantilización.

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A su vez, las posibilidades tecnológicas y la proliferación mediática ha dado lugar a los


llamados “periodistas ciudadanos”, aquellos que pueden informarse por sí misma (auto
información). En este sentido, Ramonet nos interpela ante tanta variación de la
información y su tratamiento, si se justifica la necesidad de amoldar continuamente el
rol del periodista.

Prensa, poderes y democracia

Respecto del poder de los medios, Ramonet se encarga de descontextualizarlo de los


poderes estatales; y manifiesta que en la actualidad existen tres poderes reales: el
económico, el político y el mediático; siendo este último el que ocupa el segundo lugar
después del poder económico.

En este marco, deja entrever una idea que luego desarrollara en extenso en años
posteriores, y que tiene que ver con la constitución de un “quinto poder”, el cual debería
estar formado por el ciudadano que controlan el equilibrio informativo a través de
experiencias de veedurías u observatorio de medios.

Otro de los conceptos que resulta clave en este apartado, es el de “la censura”. Ramonet
habla de un cambio de concepción, ya que la misma no funciona por ocultamiento o
escases, sino que opera por demasía, acumulación o asfixia.

El Ser periodista hoy

Antes, el periodista era un mediador entre el acontecimiento y el ciudadano, pero el


ciudadano no dejaba de ser ajeno nunca al acontecimiento. Con lo cual la relación era
del tipo triangular. Hoy, los medios (la televisión, fundamentalmente) en un modelo
lineal, se interpone entre el acontecimiento y el ciudadano.

Otro punto polémico que Ramonet plantea en este apartado es la relación de los
periodistas y las relaciones púbicas; fundamentalmente en los referentes a la veracidad
de las fuentes de información. A su vez, sucede que el fenómeno de la auto información
pareciera prevalecer, como una plena convicción de que la mejor manera de informarse
es siendo testigo de los acontecimientos.

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Desde luego que esto rompe las normas con las que se reconstruye un acontecimiento,
sumado a los criterios de instantaneidad y masificación, condición más ligada a la
rentabilidad comercial, que a la verdad.

Al respecto Ramonet sugiere: “los medios de Comunicacion deben desarrollar, cada vez
más, análisis sobre su propio funcionamiento, aunque sólo sea para que sepamos cómo
funcionan y para recordar que no están a salvo de la inspección, de la introspección y de
la crítica” (Pág. 68)

1.2. La televisión

La televisión necrófila

Bajo este concepto, el autor intenta describir lo que sucede cuando, partieron de
premisas falsas, se expresan claramente diversas informaciones emitidas por televisión a
través de imágenes y que luego hacen establecer diferentes interpretaciones. Su objetivo
es hacernos consientes de esta situación de modo tal que sirva para comprender la
dinámica televisiva y su realidad.

Hace relativamente poco tiempo, informar no sólo era la descripción de un hecho, un


acontecimiento, sino también aportar un conjunto de parámetros contextuales que
permitieran al lector comprender su significado. Esta situación se ve completamente
modificada con la inserción masiva de la televisión y concretamente con el directo y la
transmisión en tiempo real. De esta manera, ahora informar es enseñar la historia sobre
la marcha y para hacer comprender su significado ya no es necesario escribir líneas
aclaratorias, sino simplemente con una imagen se pretende hacer entender el mensaje y
toda su correspondiente contextualización. El objetivo prioritario para el telespectador
es su satisfacción, ya no es lo central comprender la importancia de un acontecimiento
sino presenciarlo con sus propios ojos y, a decir verdad, la televisión es el medio de
comunicación ideal para que esto suceda.

En este sentido, la hegemonía de la televisión ha producido:


- Informar no es comprender los acontecimientos, sino verlos. Es “enseñar la
historia sobre la marcha”, hacer asistir al acontecimiento.

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- Lo actual, la actualidad es todo aquello que puede ser transmitido por


televisión.
- Real Time: la optimización es la instantaneidad, poder asistir a los hechos en
tiempo real.
- La mimetización, significa que la veracidad de un hecho está dada no porque
responda a criterios objetivos, rigurosos y verificados, sino porque otros medios repiten
las mismas afirmaciones.

Los telediarios

En el apartado “La ideología del telediario”, Ramonet describe un conjunto de


conceptos y situaciones que caracterizan este género periodístico, al que llama “el rey
de los programas”; y que tanta relevancia ha cobrado. Entre ellos destaca la invención
del video y el triunfo de las leyes del espectáculo, el entretenimiento y la
preponderancia de la imagen; el tratamiento de la información como un “show-
business”; el uso de la dramatización; el rol fundamental del presentador/estrella como
narrador omnisciente; los nuevos parámetros para la construcción de la credibilidad y la
relación con la verdad (a través de las historias) y de la pertenencia a grandes cadenas
(CNN); los grandes temas: el Sur y la dicotomía infierno/paraíso (la víctima, el salvador
y el dignatario), las crisis y la modificación en el orden de las cosas.

Además, realiza un recorrido histórico del desarrollo de los Telediarios cómo género
que podemos resumir en los siguientes puntos:
- Nacen como género en EEUU en 1941. En los comienzos parecía un diario
leído, con incorporación de imágenes.
- Modelo hollywoodiense o espectacularización del mundo. Su objetivo es
provocar emociones: angustia, dolor, euforia, horror, sorpresa en una exacta
dosificación de tensiones, dramas, de esperanzas y consuelos.
- Fugaz y fragmentado: no puede rebasar los 30´.
- Tiene que ser breve, sencillo pero espectacular, didáctico y atractivo.
A su vez, respecto de la credibilidad de los telediarios, Ramonet nos dice:
- En el noticiero cinematográfico, las imágenes eran comentadas por una voz en
off anónima.

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- Desde principios de los ´60 en EEUU, se organizan en torno a un presentador


único que mantiene la coherencia del informativo. Es un narrador omnisciente y sobre
él pesa la credibilidad.

Mitos de la media

Muchas veces la “verdad” que se vislumbra a través de la televisión no necesariamente


corresponde a la realidad. Esta verdad posee como característica la rapidez y el
dinamismo en su construcción, pretendiendo abarcar todo el espectro social y
agotándose hasta lo efímero en un abrir y cerrar de ojos. Y más allá de una y otra de
estas “pretensiones de verdad”, subyace la “verdad real”: La Verdad con mayúscula,
que es simplemente lo que en la realidad aconteció, y que excede a las miradas que
hablan sobre ella y procuran contenerla bajo sus argumentos, se ha vuelto cada vez más,
prescindente.

Conflictos bélicos y manipulación de las mentes

En este apartado, Ramonet ejemplifica cómo los distintos conflíctos bélicos han sufrido
o han utilizado a los medios de comunicación de masa, en sus estrategias de
información/ manipulación. Entre ellos señala:
- Crimea (1854-1856): uso de la fotografía.
- México (1911-1920): A través del cine, constituye la primera guerra filmada en
directo.
- 1ra. Guerra Mundial (1914-1918): importancia de la prensa y la fotografía.
- 2da. Guerra Mundial (1939-1945): radio y noticieros cinematográficos.
- Guerra de Corea (1950-1953): televisión.
- Guerra de Vietnam (1962-1975): La primera guerra televisada pero no en
directo. Ruptura entre el Gobierno y la opinión pública.
- Guerra de Malvinas (1982): Los medios de comunicación ingleses la presentan
como un conflicto fácil. La televisión argentina la muestra como “si estuviéramos
ganando”.
- El modelo de las Malvinas se va a aplicar en Granada (1983) y Panamá (1989).

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Nuevos imperios mediáticos

Finalmente, en este capítulo, Ramonet reflexiona respecto a las diversas alianzas


empresariales que generan imperios monopólicos mediáticos de gran envergadura.
Indudablemente este fenómeno ratifica el poder que tienen los medios de comunicación
en la sociedad. De esta manera, en la actualidad (y esto se da en numerosos países)
empresarios que ni siquiera se encuentran en el “rubro” de medios de comunicación
quieren adquirir acciones de estas empresas mediáticas. Así, somos testigos como
banqueros, multinacionales, o empresas de gran facturación pretenden adquirir canales
de televisión, radios y diarios tanto de las capitales como así también del interior de los
países.
Algunos analistas de este fenómeno también vinculan a estos grupos empresarios con
sectores políticos y los identifican por su intención por llegar a tener presencia
mediática para de esta manera incidir en la sociedad.

2. Ignacio Ramonet: “En defensa de la Palabra”

Con ese título, en septiembre del 2007, en la Escuela de Ciencias de la Información de


la Universidad Nacional de Córdoba, la Profesora María Inés Loyola3 presentaba a
quien en ese momento sería distinguido con el título Doctor Honoris Causa de esa Casa
de Altos Estudios. Loyola decía al respecto:
“A riesgo de ser simplista, hay un eje que atraviesa toda la compleja y profusa obra de
Ramonet: su preocupación por la defensa de la palabra. Preservar la palabra es preservar
el disenso, la diferencia, la capacidad de elección, y también la posibilidad de la
negación. Esto que aparece como una frase simple, es en realidad una proposición
compleja y profunda. La preservación de la palabra implica la consideración del otro
como sujeto humano complejo. Es la palabra la que muestra todo el contenido de la
diversidad de las culturas y de los modos de vida de los pueblos. Este imperio moral de
preservar la palabra implica una lucha constante en pos del reconocimiento del otro y en
contra de todos los totalitarismos que pretenden anularlo” (2009, pág. 57).

Ignacio Ramonet es un intelectual comprometido que no sólo identifica y critica los


problemas que afronta el mundo, y sobre todo los países periféricos, productos de la
fase actual del capitalismo, sino que también propone respuestas y acciones que, desde

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el campo popular permitan enfrentar las consecuencias de las políticas neoliberales. En


él, pensamiento y acción van de la mano.

Nació en 1943 en Rondela, Pontevedra, España, en el seno de una familia republicana.


Su madre, una luchadora social y su padre, un combatiente de la guerra de España. A
ellos les dedica uno de sus últimos libros: Guerras del Siglo XXI. Cuando tenía sólo dos
años se radica junto a su familia en Tánger, Marruecos. Son los años del franquismo, de
la Segunda Guerra Mundial, del fascismo instalado en Europa. Cuenta que fue educado
en una escuela francesa, en un ambiente cosmopolita, con diversas lenguas y religiones.
Sin duda desde muy joven absorbe las problemáticas de las identidades culturales y de
las minorías. Con los años su preocupación se torna evidente y se muestra en cada una
de sus intervenciones. En los años 70 se radica en París. Allí será alumno de Roland
Barthes y de Cristian Metz. Se doctora en Semiología e Historia de la Cultura en la
Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales. Paralelamente comienza su actividad
como periodista en Cahier du Cinema y también en Liberatión.

Comenzó a colaborar en Le Monde y Le Monde Diplomatique en 1973, recién llegado a


París, con una columna sobre Cine. Desde 1997 hasta el 2008 dirigió Le Monde
Diplomatique, el mensuario que, según sus palabras, “se permite pensar lo que nadie se
atreve a pensar y se propone preguntas y dudas ante el discurso hegemónico”. También
es responsable de la publicación Maniere de Voir.

Académico, periodista, analista de los medios, y experto en geopolítica. Además de su


cátedra de Teoría de la Comunicación en la Universidad Denis Diderot, París VII, ha
sido profesor invitado en numerosas universidades de todo el mundo. Es experto-
consultante en Naciones Unidas y ha sido distinguido con numerosos premios y
distinciones.

La Tiranía de la Comunicación forma parte de un repertorio de libros entre los que


también podemos mencionar: La Golosina visual; Como nos venden la moto, en
coautoría con Noam Chomsky; El pensamiento único; Un Mundo sin rumbo; Internet, el
mundo que viene; Propagandas silenciosas; La Post-Televisión; Rebeldes, dioses y
excluidos, en coautoría con Mariano Aguirre e innumerables artículos periodísticos en

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publicaciones de distintos países. También trabajó y publicó junto a su amigo, el


escritor y periodista español, Ramón Chao.

Un comentario aparte merece sus conversaciones con Fidel y con el Subcomandante


Marcos. El género no tiene fronteras. A medida que el lector avanza en el texto advierte
cómo la entrevista va dejando paso al relato para dar cuenta de una vida o de una acción
política.

Su idea acerca del “pensamiento único” muestra su preocupación por el destino del ser
humano y por la defensa de la palabra. La vigencia hegemónica del neoliberalismo
suprime toda posible opción y anula la crítica, reitera preceptos con pretensión universal
y ubica a los mercados financieros por encima de las democracias. Aquí el lugar de los
medios de comunicación se torna clave: la repetición constante equivale a demostración.
Como casi proféticamente lo decía George Orwell, en su novela “1984” cuando
presenta la creación de una neolengua cuyo vocabulario disminuye día a día y limita el
alcance del pensamiento. En este proceso, las tecnologías de la comunicación tienen un
papel central.

En sus respuestas al “pensamiento único”, Ramonet promueve la creación del Foro


Social de Porto Alegre, un movimiento antiglobalización que surge como contrapartida
al Foro Económico Mundial de Davos y que propone construir un marco teórico y
práctico para discutir y actuar en torno a problemas tales como el medio ambiente, las
desigualdades sociales y la preocupación por los derechos humanos. Lejos de la
retórica, la propuesta del Foro ha sido ir más allá de la protesta y de las manifestaciones
para ubicarse en el planteo de alternativas posibles y creíbles tendientes a delinear un
orden mundial alternativo, en el que resulta crucial el papel del intelectual que ya no
puede limitarse a observar y a describir.

Su respuesta a la concentración de los medios de Comunicación se traduce en una


propuesta de creación del Observatorio Internacional de Medios (Media Watch Global),
un arma cívica, pacífica, para uso de los ciudadanos y para oponerse a los superpoderes
de los medios; “una fuerza moral que amonesta desde la ética” a través de sus informes
y estudios. Pensado como contrapeso necesario a la concentración y consecuente poder
de los medios de comunicación, en los que hoy prevalece sólo el mercado, este Foro

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está integrado por periodistas, universitarios, consumidores de los medios y ciudadanos


libres. Según sus palabras: un contra-poder, un arma nueva, para este siglo nuevo.

Insiste en la necesidad de constituir un quinto poder para que los pueblos puedan hacer
frente a la mercantilización de la información y a la concentración de los medios y
exigir mayor ética para que los periodistas puedan desarrollar su práctica profesional en
función de sus “conciencias y no de los intereses de los grupos que los emplean”.

También en esa interacción permanente entre pensamiento y acción, es el fundador de la


organización no gubernamental ATTAC, la Asociación para gravar las transacciones
financieras especulativas y destinarlas a financiar la deuda de los países más pobres.

A lo largo de toda la obra de Ramonet resulta destacable y sorprendente su capacidad


imaginativa para pensar soluciones posibles y aplicables en un mundo plagado de
desigualdades: “hay que pensar en construir un futuro diferente”, insiste. En este punto
reclama que lo que se planteaba ayer como utopía hoy debe ser transformado en
objetivos políticos concretos para este siglo XXI.

3. Importancia de la obra: los cinco paradigmas

Hay un concepto que Ramonet reitera constantemente y resulta clave:


“La información, en el marco de las democracias, fue un recurso de los ciudadanos
frente a los abusos del poder. Los medios de comunicación y los periodistas siempre
consideraron como un deber denunciar esos atropellos, discriminaciones y abusos. Por
ello, durante mucho tiempo, se habló del “cuarto poder”, y se consideraba que la prensa
y los periodistas, en tanto que “cuarto poder”, constituían, en realidad, un contra-poder.
El “cuarto-poder” era, en definitiva, gracias a los medios de información, el poder del
que disponían los ciudadanos para criticar, rebatir, oponerse en un marco democrático, a
decisiones legales que podían ser inicuas, injustas y hasta criminales contra algunos
ciudadanos inocentes”.

Sin duda, este supuesto se ha roto y es quizás el principal argumento que da lugar al
texto de La Tiranía de la Comunicación, y sin duda su vigencia hasta estos días. A
medida que se aceleraba la globalización liberal, ese “cuarto poder” iba perdiendo su

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función de contra-poder. En el contexto geoeconómico y geopolítico que significa la


globalización, se produjo una importante transformación de los medios de
comunicación de masas. En el corazón mismo de la estructura industrial y de la
propiedad económica de los medios. Globalmente, hoy día, los medios de comunicación
(emisoras de radio, prensa escrita, canales de televisión, Internet) pertenecen, cada vez
más, a grandes grupos mediáticos que tienen también una vocación global, una vocación
mundial.

Ramonet intenta mostrarnos que estamos ante una “revolución digital” en la que las
empresas mediáticas agrupan ahora, no sólo a los medios de comunicación tradicionales
(prensa, radio y televisión) sino también a todo lo que podríamos llamar el sector de la
cultura de masas, de la comunicación y de la información. La globalización es también
la globalización de los medios de comunicación y de información y estos megagrupos
ya no se plantean como objetivo cívico el de ser un “cuarto poder” para corregir los
disfuncionamientos de la democracia y perfeccionar así este sistema político. Ni desean
ser un “cuarto poder” ni tampoco se proponen actuar como un contra-poder.

Además, Ramonet deja claro como los medios son utilizados hoy como un arma de
combate en la nueva guerra ideológica. Pero también que la información, por su
explosión, por su multiplicación, por su sobre-abundancia, se encuentra hoy literalmente
contaminada, envenenada por toda clase de mentiras, emponzoñada por los rumores, por
las distorsiones y por las manipulaciones. De ahí que los ciudadanos tengan una
necesidad urgente de recurrir a un referente que les garantice o que les asegure que la
información que el ciudadano va a consumir es una información válida, seria, segura,
verídica, verdadera.

Históricamente la información ha sido muy escasa. En las dictaduras no hay una


información fiable, de calidad, pero hoy, en los países democráticos, la información se
ha multiplicado, ha estallado, desborda por todas partes. El círculo, sin embargo no se
cierra aquí sino que los intereses económicos y políticos dentro de los monopolios
multimediáticos producen sanciones sobre los contenidos que se emiten y los que se
clausuran. La censura como dice Ramonet, ya no significa “prohibir” sino actuar por
“asfixia”, o sea aquello que no se quiere decir queda oculta por la sobre-información y
la mimetización mediática (todos los medios lo repiten).

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En síntesis y como un intento osado de condensación, pero a la postre del trabajo que
junto a la Dra. María J. Villa compartimos en la Cátedra de Análisis de los Medios de
Comunicación4, quizá podamos sintetizar los aportes de Ramonet en el texto que nos
ocupa, enunciando cinco paradigmas que hasta hoy atraviesan nuestra cotidiana
realidad.
1) La información se ha vuelto mercancía en desmedro de su misión fundamental
de aclarar y enriquecer el debate democrático.
2) Estamos frente a una excesiva espectacularización de los acontecimientos.
3) Los que predomina es la sobreinformación, que no significa siempre, buena
información.
4) Lo que caracteriza al mensaje es la apelación constante a la hiper emoción.
5) La televisión hoy ocupa el lugar dominante de los medios y expande su modelo.

Para Ramonet las “utopías positivas” están en las respuestas ciudadanas. Según sus
palabras, se necesitan “soñadores que piensen y pensadores que sueñen” para poder
reemplazar, mediante una nueva arquitectura de conceptos, la ideología liberal.

Sabemos que se trata de un deber moral pensar y trabajar por un orden social más justo,
conociendo que es posible modificar las decisiones que se toman y hasta transformar las
instituciones.

La Tiranía de la Comunicación es un aporte a la reflexión y a la crítica de las


problemáticas cruciales del campo de la comunicación y la política y que ayudan a
estimular el pensamiento.

4. Bibliografía

Herrera Damas, S. (2006): “El porqué de los observatorios de medios latinoamericanos”


en Revista Latina de Comunicación Social, 61. Recuperado el 10 de noviembre de 2010
de: http://www.ull.es/publicaciones/latina/200621HerreraS.htm.htm

Ramonet, I. (1998): La Tiranía de la comunicación. 3AA-Col. Temas de debate. Ed.


Versal. Madrid-España.

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Ramonet, I. (2002): El poder mediático. Ciberlegenda, 7. Recuperado el 14 de


noviembre del 2010 de: http://www.uff.br/mestcii/ramonet1.htm

Villa, M. y Morales, S. (2007): “Comunicación y Poder: Movimientos Sociales y


Medios en la consolidación de las democracias. Conferencias y Paneles. Septiembre
2009. RAIC. Córdoba-Argentina.

1
Universidad Nacional de Córdoba (Argentina). aalvareznobell@gmail.com. Máster en Gestión
Estratégica e Innovación en Comunicación (Universidad de Málaga, España, 2010). Licenciado en
Comunicación Social con especialidad en Comunicación Institucional (Universidad Nacional de Córdoba,
Argentina. 2005). Docente universitario (Universidad Empresarial Siglo 21, Argentina). Investigador e
integrante de la Red Académica Iberoamericana de Comunicación (RAIC), la Sociedad Latina de
Comunicación Social, el Consejo Profesional de Relaciones Públicas de la República Argentina y el
Instituto de Investigación en Relaciones Públicas (España). Fue editor responsable de la sección
“Observatorio de Medios” de la Revista LATINA de Comunicación Social (España), de quien hoy es
miembro del Comité Editorial. Dirige el proyecto “Pangea” de Publicación Científica de RAIC.
Actualmente es Secretario de Planificación y Gestión Institucional de la Escuela de Ciencias de la
Información de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina). Consultor en Comunicación, Imagen e
Identidad Mediática. Anteriormente se desempeño como Director de Operaciones de Infoxel
(www.infoxel.com) para Buenos Aires, Rosario, Mendoza y Córdoba (Argentina) y Asesor Senior en
análisis de medios, AD, mediasponsoring e imagen mediática para marcas de primera línea.
2
Universidad Empresarial Siglo 21, Córdoba. Argentina
3
Vice Directora de la Escuela de Ciencias de la Información de la Universidad Nacional de Córdoba
(Argentina). 2005-2008
4
Universidad Empresarial Siglo 21, Córdoba. Argentina

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151

Más información pública, más democracia


Tras una larga y deplorable demora, nuestro país cuenta con una ley que brinda a los
ciudadanos una poderosa herramienta de control de gestión

Después de 15 años de demoras injustificables, nuestro país cuenta con una ley que obliga
a los tres poderes del Estado, al Ministerio Público, a partidos políticos y a gremios,
universidades y empresas que reciban aportes públicos a dar la información que les
requiera todo ciudadano y en un plazo acotado.

Esta norma de acceso a la información estatal importa un avance clave en materia de


protección y garantía en el ejercicio de un derecho humano fundamental de la vida
democrática. Transparentar los actos de gobierno no es una concesión que se les hace a
los ciudadanos, sino un deber. El ciudadano es el dueño de la información que el Estado
produce y debe guardar debidamente para ser ofrecida en caso de que le sea reclamada.

Llegar a algo tan necesario no fue fácil en nuestro país. Año tras año durante la última
década y media, fracasaron todos los intentos de obtener una ley de este tipo.
Mezquindades políticas, obstáculos de lo más creativos para evitar supervisiones y un
deliberado desinterés de parte de legisladores y gobernantes en ser controlados nos
privaron durante todo este tiempo de contar con una herramienta básica de la
democracia. De no haber sido por el enorme impulso que dieron al tema organizaciones
de la sociedad civil, la espera hubiera sido aún mayor.

Valga como ejemplo el caso judicial que se convirtió en un hito de esta lucha por la
sanción de una ley nacional en la materia. Nos referimos a la acción de amparo
interpuesta en 2012 por la Asociación por los Derechos Civiles (ADC) contra el Estado
nacional para que el PAMI informara sobre la distribución de la publicidad oficial. El caso
llegó hasta la Corte Suprema, que ordenó proveer esa información, resolviendo en favor
del derecho de los ciudadanos de acceder a ella. El antecedente del decreto de 2003
suscripto por el entonces presidente Néstor Kirchner sobre acceso a la información
pública era limitado y rara vez los funcionarios lo cumplían. Así, moría en sus escritorios la
mayoría de los pedidos.

La ley sancionada anteayer en la Cámara de Diputados por 182 votos positivos frente a 16
negativos (provenientes estos últimos de los bloques de izquierda, del socialismo y de
Libres del Sur) ordena plazos muy precisos para que los órganos del Estado cumplan con
su deber de informar: deben hacerlo dentro de 15 días de recibido el pedido y cuentan
con una prórroga excepcional de un período idéntico. No más. Entre las excepciones a la
entrega de esos datos figuran la información reservada, confidencial o secreta por razones
de defensa o de política exterior; la que pudiese poner en peligro el sistema financiero, y
los secretos de ese sector, los científicos e industriales cuya revelación pudiese dañar el
152

nivel de competitividad.

Los diputados decidieron insistir en la versión que esa cámara había sancionado en mayo
pasado, por lo que fueron descartadas las modificaciones propuestas por el Senado,
lamentablemente entre ellas, la que también obligaba a informar a las sociedades
anónimas con participación estatal mayoritaria, como el caso de YPF.

Más allá de algunas observaciones que puedan realizársele, la norma representa un


avance indiscutido.

Resulta paradójico que el kirchnerismo en el Congreso la haya votado ahora


favorablemente cuando durante 12 años y medio hizo lo imposible por esconder
información y obstaculizar el tratamiento de esta ley.

Entre los puntos por destacar de la flamante norma figuran los siguientes:

 Regula el derecho de los ciudadanos a conocer la información pública.

 Establece que quien hace el pedido no necesita identificarse ni fundamentar su


solicitud, ya que es su pleno derecho conocer el funcionamiento de los organismos
púbicos.

 Estipula que la entrega de la información debe hacerse en formatos digitales


abiertos, permitiendo que sean usados y distribuidos libremente por cualquier
persona.

 Crea órganos de control de transparencia al tiempo que obliga a implementar


políticas activas de modo de mantener actualizada la información clave para el
control de la gestión estatal.

Este último punto es determinante, pues para que haya un verdadero acceso debe existir
un proceso previo: que la información se produzca y se guarde, y uno posterior: que se
utilice.

Resta ahora la reglamentación por parte del Poder Ejecutivo, la que debe contemplar la
promoción de la cultura de la transparencia en las instituciones públicas. De nada sirve
una ley si los funcionarios no se convencen de que esa información no les pertenece, sino
que es propiedad de los ciudadanos. Cabe recordar que, a pesar de que el derecho a la
información está reconocido por nuestra Constitución, no era cumplido. Hoy contamos
con una ley nacional que deja a nuestro país fuera del pequeño grupo de naciones que
siguen negándose a transparentar sus actos de gobierno, entre ellas, Venezuela, Bolivia y
153

Cuba.

Habernos dado una norma en ese sentido es un gran paso, pero apenas el primero de un
largo camino que garantice la efectiva vigencia del derecho, brindando una herramienta
robusta para que la transparencia y la rendición de cuentas sea la regla y no la excepción.
154

Fuente
La Nación (16 de septiembre de 2016). Más información pública, más democracia. La Nación.
Recuperado de: http://www.lanacion.com.ar/1938275-mas-informacion-publica-mas-democracia
155

Medios y Poder

Análisis de los
medios de
comunicación

1
156

Medios y Poder
Comunicación e información
En este punto del programa, nuestro aporte será brindar los conceptos
claves de acceso a la información para así poder definir luego la necesidad
de comunicación que debe haber.

En muchas oportunidades hemos escuchado o leído acerca de la


información pública estatal y hasta seguramente hemos sido testigos de
grandes debates que abordaron este tema, deliberando sobre qué se
puede comunicar y qué no se puede. Al respecto, no se debe dejar de
mencionar algo esencial y crucial para este análisis: salvo las excepciones
establecidas por ley, toda información estatal es pública y la misma le
corresponde a los tres Poderes del Estado, Ejecutivo, Legislativo y judicial.

En virtud de lo mencionado, y siendo conscientes de la imperiosa


necesidad de comunicar los actos públicos y hacer de la información
pública un valor de fácil acceso, podemos contribuir a evitar o minimizar
los diversos grados de sospechas que poseen las instituciones, no
quedando afuera de ello los Poderes Legislativos:

La información pública, en términos generales, es todo “aquel mensaje


cuyo contenido es de incumbencia de todos los ciudadanos, y por ello, en
principio, debe ser conocida por todos. El derecho protege aquí la
publicidad y la libre circulación de la información, a fin
de que sea accesible a todos en forma efectiva”1.

Según Ekmekdjian, se entiende por publicidad al “deber de comunicar los


actos de gobierno a la opinión pública, para que los ciudadanos tengan la
posibilidad de tomar conocimiento de aquellos, de su contenido, de su
gestación y concreción, y ejercer el control del poder que les compete”2.

La preocupación por el acceso a la información pública no sólo se presenta


en nuestro país, sino que existe, a nivel Internacional. Una normativa que
regula el tema en cuestión y demuestra la importancia del acceso a la
información es la Declaración de UNESCO de 1978, la cual afirma que:

1
Dolores Lavalle Cobo - Marta B. Rovere, Cornelia Schmidt-Liermann. Proyecto de
investigación: Derecho y Acceso a la Información en Argentina. Fundación Konrad
Adenauer. Año 2002. Link:
http://www.kas.org.ar/Doc/Docum/Medios%20y%20politica/trabfinal.pdf
2
Ekmekdjian, Miguel Ángel, Tratado de Derecho Constitucional, Tomo I, Pág. 151,
Editorial Depalma, Buenos Aires, Argentina, 1994.

2
157

"La información es un componente fundamental de la democracia y


constituye un derecho del hombre, de carácter primordial en la medida en
que el derecho a la información valoriza y permite el ejercicio de todos los
demás derechos".

En tal sentido, la Declaración de Principios sobre la Libertad de Expresión


de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos establece que
“garantizando el derecho de acceso a la información en poder del Estado
se conseguirá una mayor transparencia de los actos del gobierno
afianzando las instituciones democráticas.” A su vez, respecto al derecho
de acceso a la información, en su principio cuarto, la Declaración establece:
“El acceso a la información en poder del Estado es un derecho fundamental
de los individuos.

Los Estados están obligados a garantizar el ejercicio de este derecho. Este


principio sólo admite limitaciones excepcionales que deben estar
establecidas previamente por la ley para el caso que exista un peligro real e
inminente que amenace la seguridad nacional en sociedades
democráticas.”

Cabe destacar que la publicidad de la labor legislativa se encuentra


regulada por diversos artículos e incisos contenidos en la Constitución
Nacional y en los respectivos Reglamentos Internos.

“La Ley Suprema (C.N.) establece el procedimiento de formación de las


leyes, mientras que los Reglamentos, regulan, entre otras cosas, el modo
en que se han de desarrollar las sesiones en cada Cámara, votación y
comisiones”.3

La Constitución Nacional, en el capítulo dedicado a la Formación de las


Leyes, establece el procedimiento a seguir para la sanción de una ley (arts.
77 a 84). Esta sección se relaciona con el principio de legalidad sentado
en el artículo 19 de la Constitución Nacional, el cual establece que
“ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la
ley, ni privado de lo que ella no prohíbe”. Es claro que si los individuos no
toman conocimiento de las normas, difícilmente puedan cumplir con lo
ordenado en ellas.

3
Dolores Lavalle Cobo - Marta B. Rovere, Cornelia Schmidt-Liermann. Proyecto de
Investigación: Derecho y Acceso a la Información en Argentina. Fundación Konrad
Adenauer. Año 2002. Link:
http://www.kas.org.ar/Doc/Docum/Medios%20y%20politica/trabfinal.pdf

3
158

Prensa, poderes
y democracia

Análisis de los
medios de
comunicación

1
159

Prensa, poderes y democracia


Para analizar esta temática, abordaremos la relación entre la prensa y cada
uno de los Poderes del Estado, empezando por el Poder Ejecutivo.

El Poder Ejecutivo

La Comunicación de políticas públicas tiene años de desarrollo pero cabe


destacar que en estos últimos tiempos se ha ido profesionalizando y
tomando como un campo de acción concreto en la disciplina.

La difusión de políticas públicas se vincula con la comunicación de las


actividades gubernamentales ejecutadas o proyectadas concluyendo con la
evaluación de las actividades comunicadas.

Graglia nos indica que dentro de la comunicación de las actividades


ejecutadas o proyectadas, encontramos una subdimensión comunicacional
correspondiente a la información administrativa y la divulgación masiva.

Por otro lado, al momento de realizar la correspondiente evaluación de las


actividades comunicadas, aparecen las subdimensiones de análisis y
corrección.

Ahora bien, la difusión de políticas públicas también presenta fallas, como


nos muestra el autor Emilio Graglia, que a continuación se señalan:

El secretismo:

El secretismo implica la no difusión de lo que el gobierno ha decidido o ha


realizado. Se transforma en lo contrario a la transparencia y concretamente
puede producirse por:

 Falta de comunicación de actividades proyectadas o ejecutadas.


 Falta de evaluación de las actividades comunicadas.

Muchas políticas públicas fracasan por fallas en la difusión debido a la falta


de comunicación interna o por no haber realizado una correcta gestión de
prensa.

Demagogia:

En esta segunda falla, a diferencia de la primera, se difunde lo que el


gobierno no ha planificado o realizado.

2
160

De esta manera las necesidades seguirán insatisfechas si se difunden


proyectos que el gobierno no ha decidido o dirigido.
Gobernar transparentemente significa difundir sin demagogia y sin
secretismo.

Tipos de mensajes en las políticas públicas

Para la comunicación de las políticas públicas se pueden brindar distintos


tipos de mensajes a la sociedad, de una manera planificada y dirigida a
diferentes “targets” definidos.

 Mensaje informativo: Este tipo de mensaje, al momento de difundir una


política pública, apunta a que la sociedad o parte de ella se entere
acerca de la política, acción o decisión gubernamental, con los datos que
se puedan informar.

 Mensaje pedagógico: El fin último de este tipo de mensaje es enseñar


acerca de cierto tema que es crucial para la sociedad.

 Mensaje persuasivo: Apunta a que se entienda la política pública pero


con un mensaje que lleve a la reflexión “convenciendo” de cierta
manera acerca de tal o cual postura.

 Mensaje imperativo: Mensaje por el cual al ciudadano se le da una


orden. Ejemplo: “Use casco”, mensaje generalmente utilizado en el
marco de políticas públicas de prevención de accidentología vial.

Finalmente, un aspecto interesante para analizar es la llamada


comunicación contable en las políticas públicas.

Este tipo de comunicación busca mostrar una política por medio de cifras o
números que generan impacto al receptor. A modo de ejemplo podemos
citar aquellos mensajes donde se mencionan los miles de muertos en las
rutas argentinas. O también, la cantidad de Obra Pública realizada por un
gobierno:

Poder Legislativo:

En el presente escrito abordaremos la incumbencia de los “Asuntos de


gobierno” en los ámbitos parlamentarios, desde una mirada del
“Relacionista Público” que se desempeña en los respectivos Poderes
Legislativos.

Es de crucial importancia la labor que realizan estos profesionales, como


por ejemplo, quienes se desempeñan como gestores de prensa (y en este

3
161

caso nos referimos a profesionales capacitados de la disciplina y no


“prenseros” del ambiente político, distinguiendo a estos últimos como
simples mediadores que intentan “operar” sobre un periodista para
obtener alguna publicación).

Nos preguntamos en una primera instancia, por qué o en dónde radica la


importancia de estos agentes y al instante podemos analizar que un
profesional que se desempeñe en la comunicación gubernamental de un
Poder Legislativo, se transforma cotidianamente en una fuente de
información fidedigna para el periodista; donde si se trabaja
planificadamente, más allá del posicionamiento de la persona o institución
para quien se presta funciones, se logra difundir una información veraz
llevando así a informar correctamente a quienes deben comunicar a través
de los medios la actividad estatal, más allá que luego ellos lo hagan
también de ese modo (entendiendo que la ética profesional los llevará a
actuar de esa manera).

En virtud de todo lo mencionado anteriormente, ingresaremos en detalle


en lo que respecta a la gestión de prensa y comunicación parlamentaria, ya
que hemos podido contextualizar particularmente el ámbito de acción.

Un relacionista público puede tener la función de “Agente de Prensa”


desde adentro de las instituciones públicas, de los tres Poderes del Estado,
en este caso el Poder Legislativo y, me permito afirmar, tiene grandes
similitudes con el periodismo político.

Ya nos lo define Jorge Halperin5:

“El periodismo político es aquella especialidad dentro del


periodismo que produce información, análisis y opiniones
sobre la marcha del sistema político, considerando como tal
desde el Poder Ejecutivo y todas las Instituciones de
gobierno – los tres Poderes, ministerios y áreas de gobierno
– y de representación – partidos políticos, dirigentes,
corporaciones, asociaciones -. Hasta las más diversas
manifestaciones del poder y las manifestaciones del poder y
las expresiones políticas que conciernen a la sociedad civil.”1

Para tomar la esencia de la función del “Agente de Prensa” tenemos que


abordar su rol y responsabilidad generando por un lado las condiciones
más óptimas de difusión de información, haciendo la mayor accesibilidad
posible de los datos el eje de trabajo cotidiano.

1
Halperin, Jorge. “Noticias del Poder”. Pág. 44. Editorial Aguilar. Buenos Aires. Año 2007.

4
162

Es por ello, que consideramos competente hablar de “comunicador


político”, desde la función que un comunicador tiene como “Agente de
Prensa” en su función dentro de las Instituciones Públicas del país.

Por otro lado subyace también la imperiosa necesidad que un “Agente de


Prensa” tiene en posicionar el producto, evento o servicio para el
Organismo o empresa que trabaje. Si consideramos particularmente la
gestión de prensa en los ámbitos legislativos, esta función de
posicionamiento no debe perderse, pero debe ser entendida
institucionalmente, donde desde la Oficina de Prensa se planifique la
imagen a proyectar de la Institución evitando caer en prensa partidaria del
partido político mayoritario (cuestión que ocurre generalmente).

Por todo lo expuesto, el gran desafío es transformar las Oficinas de Prensa


Parlamentarias en verdaderas Direcciones de Comunicación.

Poder Judicial:

En los tiempos en que vivimos se ha colocado a la “justicia” en la


observación y el análisis de diversos sectores de nuestra sociedad.

El tema de la credibilidad en la justicia se torna problema cuando una


comunidad determinada carece de confianza en el sistema judicial.

La diferencia entre un juez y cualquier otro tipo de funcionario público es la


absoluta necesidad de su independencia y de imparcialidad, ejes esenciales
para una correcta administración de justicia, y es principalmente en estos
temas en donde la crisis de desconfianza en el Poder Judicial se acentúa.

Podemos resumir que la descredibilidad en la “justicia” se da


principalmente por varios factores tales como, la designación de los jueces.
Si bien se está trabajando en el orden federal y provincial con la creación
de instituciones como el Consejo de la Magistratura o el Jury de
Enjuiciamiento, todavía es un tema candente que debe ser tratado. Por
otro lado, el proceso judicial está visto como un proceso lento. El proceso
“justo”, se da cuando las resoluciones se dictan en un tiempo razonable, es
decir, que se dé la solución a un conflicto y se dicte su definitiva sentencia
en un tiempo razonable. Una justicia lenta no es justicia, pero que el
proceso sea muy rápido no conlleva necesariamente a que el proceso sea
justo. En la actualidad, y lo vemos a través de los medios de comunicación,
se resuelven causas de hace 8, 9 y más años, lo que no brinda un marco
mínimo de credibilidad para el Poder Judicial. Además, y por último, “los
oídos y ojos” del juez, en alguna medida son tanto los fiscales con la ayuda
del personal policial como los peritos judiciales, por lo cual, se debe tener

5
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una policía a la altura de las circunstancias, evitando que se frustre un


proceso judicial debido a una actuación defectuosa de la actividad policial.

Podemos decir, de esta manera, que las exigencias para la credibilidad


serían:

 Una dirigencia política consciente de tener un Poder Judicial de excelso


nivel moral, intelectual y tecnológico comprometido en el dictado de la
legislación adecuada para la consecución de los mencionados fines.
 La voluntad política de hacer respetar el Poder Judicial debe ser cuestión
de Estado más que programa de gobierno.
 Magistrados y funcionarios idóneos e independientes.

Con respecto a la idoneidad, no deberá asimilarse la selección de


Magistrados y Funcionarios con el concurso universitario, aunque dichas
actividades sean complementarias. Esta afirmación es válida porque el
razonamiento del juez es deliberativo, estableciendo hechos que unos
afirman y otros niegan para encontrar la norma jurídica que debe aplicar.
En definitiva, no siempre el mejor curriculum vitae, ni el mejor examen,
identifican al mejor candidato. La verdad es que la preocupación por lo
justo y concreto así como la conducta del Magistrado sólo se aprecian en el
ejercicio de su función.

Por otro lado, la independencia del juez está emparentada con el dominio
de los miedos y las ambiciones y no con las aspiraciones. La templaza
deberá estar presente para que el juez se tenga por lo que realmente es.
Por lo tanto, y para resumir, el juez es independiente cuando está libre de
miedos, de ambiciones, de presiones y por el contrario, cuando está
totalmente cautivo de la ley.

 Policía insospechable.

El momento de recolección de pruebas es la instrucción de la causa y de


suma relevancia a la hora de una investigación. Los fiscales y el personal
policial actúan como “los oídos y ojos del juez”, por lo que implementar
capacitación permanente a dicho personal debe ser un objetivo constante,
si es que se quiere que “tales oídos y ojos del juez” escuchen bien y vean
mejor.

 Óptimas relaciones entre prensa y justicia.

 Un efectivo control de gestión: donde se verifique el cumplimiento en


tiempo y forma de los deberes en la prestación del servicio de justicia.

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164

 El ejercicio de la Abogacía como función social: donde los abogados


tengan conciencia de su rol social, es decir, la Abogacía con respaldo
ético.

La sociedad pretende un abogado con una profunda conciencia de la


misión social que debe cumplir. Confiado en los principios que defiende y
convencido que su actitud diligente y su buena fe procesal permitirán una
justicia con menos demoras, que ayudará a la credibilidad del sistema y
hará posible que el bien que ella implica esté al alcance de quienes la
soliciten.

La Libertad de Prensa, derecho a informar y ser informados.


Teoría de la Real Malicia.

Como primera medida resulta útil e importante explicar algunos conceptos


como el de libertad de Prensa, derecho de informar y ser informados, junto
a la Teoría de la Real Malicia, ya que hacen al tema que estamos
abordando y puede llegar a ilustrarnos, aún más, la realidad.

En los Estados democráticos modernos, la Libertad de Prensa y la Libertad


de Expresión son consideradas derechos muy importantes.

La Convención Europea de Derechos Humanos define en su artículo 10 a la


Libertad de Expresión:

“Toda persona tiene derecho a la Libertad de Expresión. Este


derecho comprende la Libertad de Opinión y la Libertad de
recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda
haber injerencia de autoridades públicas y sin consideración
de fronteras….”.

“El ejercicio de estas Libertades, que entrañan deberes y


responsabilidades, podrá ser sometido a ciertas
formalidades, concesiones, restricciones o sanciones
previstas por la Ley, que constituyen medidas necesarias en
una sociedad democrática para la Seguridad Nacional, la
Integridad territorial o la seguridad pública, la defensa del
orden y la prevención del delito, la protección de la salud o
de la moral, la protección de la reputación o de los derechos
ajenos, para impedir la divulgación de informaciones
confidenciales o para garantizar la autoridad y la
imparcialidad del Poder Judicial.”

7
165

A su vez, por otro lado, el artículo 14 de la Constitución Nacional sostiene


que:

“Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes


derechos conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio,
a saber…..; de publicar sus ideas por la prensa sin censura
previa.”

Además, el tema que estamos tratando aparece también en


el artículo 13 inciso 1 del Pacto de San José de Costa Rica, (y
que en nuestro país goza de jerarquía constitucional luego
de la Reforma a la Constitución Nacional de 1994, con la
incorporación del Art. 75), cuando sostiene:

“Toda persona tiene derecho a la Libertad de pensamiento y


de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar,
recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin
consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o
en forma impresa o artística o por cualquier otro
procedimiento de su elección.”

Este artículo, junto a los anteriormente escritos, nos muestran como la


Libertad de Prensa y de expresión son derechos de todas las personas,
aunque estos derechos no son absolutos sino relativos. Esto es debido a los
abusos y delitos que se puedan llegar a cometer a través de éstos, por lo
que deben ser adecuadamente reglamentados.

Con relación a la teoría de la “Real Malicia”, básica para el juzgamiento a


los medios de comunicación, se puede decir que es una protección legal
para los periodistas, por la cual se debe probar que hubo mala fe si los
profesionales de los medios difaman a una persona. En el pronunciamiento
“New York Times, Vs Sullivan”, el juez William Brenand resume la Real
Malicia como2: “Ni el error del hecho, ni el contenido difamatorio son
suficientes para privar de la protección constitucional a las críticas que se
formulen a la conducta de los funcionarios públicos. Su prueba se admitirá
cuando se demuestre que el periodista actuó con conocimiento que era
falso o con una temeraria despreocupación acerca de su verdad o
falsedad.”

2
Pronunciamiento “New York Times, Vs Sullivan”. Corte Suprema de los Estados Unidos.
Año 1964. Link:
http://www.iidh.ed.cr/comunidades/libertadexpresion/docs/le_otroseeuu/csusanytimes.
html

8
166

Gestión de Prensa y el desarrollo de nuevas tecnología para la


difusión

En lo que respecta a esta área, indudablemente se necesita proyectar una


estructura mínima necesaria para la correcta labor de los profesionales.

En virtud de ello debemos considerar la comunicación de la actividad


propiamente dicha (en este caso la actividad judicial) y por otro lado el
aspecto de la Justicia como Institución.

En el libro de mi autoría “Justicia, Periodismo y Sociedad, una relación


controvertida”, ya se ha manifestado de lo esencial que consideramos la
figura de un Vocero Judicial para el Tribunal Superior de Justicia. Es
necesario establecer y planificar mensajes únicos no contradictorios donde
el Poder Judicial se convierta en una confiable fuente de información
oficial, respondiendo de alguna manera, rápidamente evitando el
surgimiento de rumores establecidos por otras fuentes involucradas en un
juicio por ejemplo.

En lo que respecta a lo institucional, el desarrollo de nuevas tecnologías es


vital para una correcta planificación comunicacional. Si hoy los medios de
comunicación ya están desarrollando canales o radios virtuales, nos
preguntamos por qué no el Poder Judicial puede trabajar en este sentido.

Además de la utilización de la Página Web para brindar información escrita,


es necesario considerar la posibilidad de “colgar”, como se conoce en la
jerga, el agregar información a un Portal de Internet, videos institucionales
y audios digitales. Ej. Discursos expresados en diversos eventos realizados
o hasta diversas decisiones judiciales que son del interés periodístico y por
lo tango general.

Figura 1

Si bien puede sonar muy ambicioso, debemos mencionar que esto ya se


realiza en ámbitos judiciales, pero además es “moneda corriente” ver en

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portales de Internet tanto de los otros Poderes Estatales, como de


Despachos Gubernamentales; por lo que podemos afirmar que el Poder
Judicial puede adoptar sin ningún tipo de inconveniente este tipo de
desarrollo comunicacional, que además de eficaz no es de gran costo.

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