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Resumen Final Analisis de Los Medios
Resumen Final Analisis de Los Medios
Sociedad de
masas
Análisis de los
medios de
comunicación
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Sociedad de masas
En el mundo en que vivimos diversos parámetros y conductas se han
modificado debido principalmente al desarrollo de la tecnología.
Hoy por hoy, cada vez más es notoria la pérdida de fronteras, no de límites
nacionales, sino en el sentido de que se identifican cada vez más patrones
comunes entre los pueblos. Desde el punto de vista informativo esto es
notorio ya que a modo de ejemplo un hecho que sucede en España, al
instante puede ser conocido en Latinoamérica, sin que la distancia termine
siendo una traba.
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Internacionalización.
Informatización.
Individualización
Cultura posmoderna.
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Medios masivos
de comunicación
Análisis de los
medios de
comunicación
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Medios Masivos de
Comunicación
Definición de los medios de comunicación
Indudablemente los tiempos que vivimos están signados de una
característica particular que, a diferencia de épocas anteriores, marcan el
eje de la dinámica cotidiana: esta característica son las comunicaciones.
Estamos en la era de las comunicaciones.
Hoy por hoy, si lo comparamos con aquellas épocas, podemos decir que el
cambio es rotundo. Estamos a sólo un clic para comunicarnos con Europa,
América y hasta oriente. Las comunicaciones se han adaptado y
desarrollado de tal manera que sobre un suceso que ocurra en París, por
ejemplo, en un mismo momento se está enterando el parisino que está a
metros del lugar del hecho ocurrido y también una persona que vive en
algún país lejano. En definitiva, las comunicaciones se dan a escala mundial
y en forma globalizada.
Al respecto, nos es muy clara la definición que nos brinda Adriana Amado
Suárez: “los medios de comunicación son las tecnologías de la
comunicación como la televisión o la red de Internet, pero también son los
valores culturales y las representaciones sociales que ponen en circulación,
y que tienen que ver con el funcionamiento de una sociedad.”1
1
Amado Suárez, Adriana. “Prensa y comunicación”. Pág. 2. Ed. Macchi. Año 2003. Buenos
Aires.
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Esta definición nos lleva a inferir que un medio de comunicación no sólo es,
por ejemplo, la radio que escuchamos generalmente, sino más bien que un
medio de comunicación además de ser una tecnología es algo cultural, algo
propio del círculo social en el cual uno se mueve. Este concepto es muy
relevante ya que como comunicadores institucionales, como relacionista
público o como periodistas debemos ser conscientes que siempre se
comunica y por cualquier medio, no necesariamente se llega al público que
uno quiere dirigirse a través de la radio, sino también a través de diversos
instrumentos que de por sí solos son medios de comunicación.
Por otro lado, también nos aclara al respecto Miguel Pérez Gaudio en su
obra “El periodismo idea”, cuando se refiere a que los medios masivos de
comunicación social deben definirse por cada uno de sus términos:
Son sociales porque las comunicaciones cuando son públicas descartan (en
teoría me permito afirmar) que los intereses y fines se impongan a los de la
sociedad.
Carlos Fayt en su libro “La omnipotencia de la prensa”2 nos señala una cita
a Domingo Faustino Sarmiento sumamente interesante y de por sí
premonitoria. Sarmiento en los días 15 y 29 de mayo de 1942 en el diario
“El Nacional”, escribía sobre el periodismo: “El diario es para los pueblos
modernos lo que era el foro para los romanos. La prensa ha sustituido a la
tribuna y al púlpito; la escritura a la palabra, y la oración que el orador
ateniense acompañaba con la magia de la gesticulación, para mover las
pasiones de algunos millares de auditores, se pronuncia hoy ante millares
de pueblos que la miran escrita, ya que por la distancia no pueden
escucharla.”
2
Fayt, Carlos. “La omnipotencia de la prensa”. Pág. 50. Editorial La Ley. Año 2005. 2da
edición. Buenos Aires.
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Bajo este contexto, podemos afirmar que los medios de comunicación son
medios de Poder.
Fayt también nos muestra cómo surgió este concepto de “cuarto poder”:
Edmun Burke, una de las figuras de pensamiento político en Inglaterra del
siglo XVIII, se atribuye este concepto de “cuarto poder”. Cuenta que en sus
escritos del año 1790, sobre la revolución francesa, en uno de los debates
de la Cámara de los Comunes, hablándoles a los periodistas se refirió:
“Vosotros sois el cuarto poder”.
Figura 1
Ahora bien, más allá de en qué Poder o qué escalón ocupa el Poder de los
medios, es necesario ser conscientes de a qué nos referimos cuando
hablamos de poder. Indefectiblemente el Poder se encuentra concatenado
con la influencia:
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“El Poder es una relación en la cual una persona, un grupo o una fuerza,
una institución o una norma condicionan el comportamiento de otra u
otras, con independencia de su voluntad y resistencia.”3
a) Las religiones.
b) Las escuelas.
c) Los medios de comunicación masiva.
d) Los escritores, intelectuales y científicos.
Ahora bien, toda esta explicación tiene su por qué y es justamente tanto la
descredibilidad en las instituciones como así también cierta falencia de la
gestión gubernamental, lo que hace de los medios de comunicación ser
verdaderos agentes sociales, donde el ciudadano acude a ellos como
manera de obtención de servicios o en definitiva como una forma de
hacerse escuchar y elevar las respectivas quejas.
De allí surgen dos posturas o visiones, como bien señala Denis Mc Quail,
que se tienen en lo que respecta a la relación entre los medios de
comunicación y la sociedad:
3
Carpizo, Jorge. “Los medios de comunicación masiva y el estado de derecho”.
http://info.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/boletin/cont/96/art/art2.pdf
4 IBIDEM.
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5
Muraro, Heriberto (comp.). La comunicación de masas, Centro Editor de América Latina,
Buenos Aires, 1977. Link: Http://www.nombrefalso.com.ar/hacepdf.php?pag=94&pdf=si
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Funciones de lo mediático
Los medios de comunicación, en la actualidad y salvo algunas excepciones,
están conformados como verdaderas empresas (que en muchas
oportunidades aglutinan distintos medios de comunicación) y, por lo tanto,
para comprender el sistema mediático es necesario entender esta
dinámica.
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Bajo este marco, nos permitimos abordar ahora las diferentes funciones de
lo mediático para comprender así como nosotros tenemos los contactos
cotidianos con los medios de comunicación.
Información:
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Correlación:
Continuidad:
Entretenimiento:
Movilización:
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Stuart Hall formuló una teoría crítica en el año 1980 desde la cual afirmaba
que los comunicadores eligen codificar mensajes con fines ideológicos e
institucionales y manipulan el lenguaje y los medios de comunicación para
llegar a estos fines. Por otro lado, los receptores no están obligados a
aceptar los mensajes tal como fueron enviados, sino que pueden resistirse
a lo emitido generando interpretaciones y lecturas distintas de acuerdo a
su experiencia.
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Información.
Subinformación.
Desinformación.
Sobreinformación
Análisis de los
medios de
comunicación
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Información. Subinformación.
Desinformación.
Sobreinformación
Ahora bien, si este marco descripto lo llevamos concretamente a la
temática que abordamos con este escrito (mass media), es preciso
describir cómo las comunicaciones y la información se ve modificada por
el desarrollo de las nuevas tecnologías y cómo se enmarcan dentro de la
“Sociedad de masas”.
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transforma en sujetos muchas veces pasivos que son abordados por un sin
número de mensajes que en definitiva terminan mal informando o
generando actitudes de desinformación dentro de un contexto confuso y
dinámico.
Figura 1
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Periodismo, noticia y
noticiabilidad
Stella Martini
Extractado de MARTINI, Stella Periodismo, noticia y noticiabilidad, Norma, Buenos Aires, 2000.
2. Acontecimiento y noticia
La noticia es el suceso
El poder de los medios impulsa a los individuos y a las instituciones a buscar prensa cuando consideran que
lo que tienen para decir o lo que les pasa constituye un suceso, tiene la calidad de noticia. Todos los días, en
las redacciones periodísticas se desecha información que, de haber llegado al estatuto de noticia habría sido
considerada y comentada como tal (Gomis: 1991). Los fines de semana, los diarios suelen ofrecer noticias
con una carga más baja de noticiabilidad que la de aquellas publicadas en los otros días (muchos
acontecimientos vueltos noticia un domingo no alcanzarían ese estatuto otro día de la semana). Algunos
noticieros televisivos usan eslóganes "en síntesis, esto es lo importante" (dice el de la medianoche en el
Canal 13 de Buenos Aires), o "así es como está el mundo" (afirma el cierre del Panorama mundial de la CNN
en español) que legitiman su oferta como "real". La pregunta es por qué algo que pasa es identificado corno
un suceso público, por qué "lo que pasa es lo que sucede (o sucedió)" y es noticia.
El acontecimiento significa una ruptura en cualquier ámbito, privado o público, que se destaca sobre un
fondo uniforme y constituye una diferencia, y se define por los efectos en el tiempo y en el espacio en los
que ocurre. Sólo cobra sentido en una serie, y en relación con los sujetos sociales (Rodrigo Alsina, 1996;
82), por ello su reconocimiento es una operación situada y dinámica. En el periodismo, el acontecimiento
forma parte de una triangulación que incluye al público y a las fuentes (que producen y/o permiten el acceso
al acontecimiento).
Hay diversas clases de acontecimientos, y de noticias. Los procesos de globalización de las economías y de
mundialización de las culturas afectan a las clasificaciones y jerarquizaciones (Ford: 1999; Garcia Canclini:
1999; Ortiz: 1997; White, Little & Smith: 1997), y las agendas públicas se han reformulado en términos de
región o de globo, pero también en términos de segmentos de intereses y necesidades menores pero
igualmente significativos y antes no identificables. Por eso, establecer si un acontecimiento pertenece al
ámbito local, nacional o global no es un tema menor.
La selección y clasificación de los acontecimientos que serán noticia se apoya en los ejes
información-sociedad, en términos de necesidades y expectativas, y de reconocimiento-realidad, en términos
de verosímiles que constituyen la realidad cotidiana, y tiene que ver con los valores de noticiabilidad de los
que se carga en cada situación y en cada medio en particular.
La noticia es la divulgación de un suceso (definición que abarca a todo tipo de noticias), y en muchos
manuales sobre teoría del periodismo aparece como la construcción de lo que sucedió, y por lo general
asociada a la práctica de la noticia de veinticuatro horas propia de la prensa gráfica. Hace unos años, Ted
Turner la definió como "lo que está sucediendo", eslogan de la cadena de noticias por cable que creara, la
CNN (Cable Network News), precursora de las transmisiones noticiosas globales.
Acordando con Escudero, se puede definir la noticia como 'la particular construcción del discurso de la
información que narra eventos factuales generalmente públicos" (1996: 73). Como "imagen del presente
social' (Gomis, 1991: 1 l), es el relato de un suceso que implica o afecta a individuos de la sociedad. Si se
toman en cuenta los valores que rigen la noticiabilidad, la noticia puede ser definida como la construcción
periodística de un acontecimiento cuya novedad, imprevisibilidad y efectos futuros sobre la sociedad lo
ubican públicamente para su reconocimiento. Van Dijk le agrega la marca de "categoría ambigua", y la
explica como "la nueva información tal como la proporcionan los medios y tal como la expresan los informes
periodísticos" (1990: 17).
El soporte que difunde la noticia es también una variable a la hora de su definición. La noticia en los diarios
responde a la definición tradicional, que nació con las primeras formas de la prensa periódica: la frecuencia
diaria hace a la noticia la construcción relatada de hechos que han sucedido en las últimas veinticuatro
horas. La noticia televisiva está presionada por los efectos de la inmediatez, y de la transmisión en directo.
Por eso en televisión, la noticia es también el presente de lo que está sucediendo.
Los medios ordenan las noticias según formas clasificatorias diversas que constituyen las distintas secciones
, fijas en los diarios, más flexibles en los noticieros televisivos. Las clasificaciones se hacen según los
ámbitos de ocurrencia de los acontecimientos, y responden a veces a un interés común, como política
nacional o información sobre la sociedad, otras, a un interés sectorial, como economía, cuyo discurso y
lenguaje más especializados se dirigen a un público con una competencia y un interés puntuales en ese
ámbito.
Al ordenar los materiales según criterios tipificados, las secciones de los medios arman recorridos de
lecturas posibles, y construyen versiones de una clasificación de la realidad, responden a la vigencia de
determinadas agendas de problemas y al contrato de lectura que el medio mantiene con su público.
Las secciones de los diarios remiten al sistema clasificatorio de la modernidad con espacios que responden
a los ámbitos de las actividades de las instituciones públicas, casi coinciden con las áreas en que se
organiza la tarea gubernamental, privilegian los campos de la política (nacional e internacional) y la
economía. Las noticias que tematizan problemas de la sociedad, la salud, la educación, el medio ambiente,
etcétera, suelen incluirse en "información general" o "sociedad". Puede pensarse que es un tipo de sección
demasiado generalista, donde se publica todo aquello que no refiere a los ámbitos político-administrativo o
económico, sin embargo, se ha ido convirtiendo en una zona de información cada vez más jerarquizado en
el momento de la lectura y por tanto de la producción. El crecimiento de esta zona ilustra la movilidad de los
sistemas clasificatorios, fenómeno que se observa también diacrónicamente, y que tiene como efecto una
reacomodación de las agendas del medio. justamente, la sección que incluye las agendas sobre la sociedad
ha crecido en los últimos años en detrimento de las secciones de política, donde ha desaparecido la crónica
parlamentaria. Se trata del efecto de varios fenómenos rnacroestructurales, pérdida de credibilidad de los
sistemas políticos y caída de los grandes relatos explicadores de la realidad; reformulación del
Estado-nación con la desaparición de su función protectora del bienestar; creciente protagonismo de la
sociedad civil y aparición de nuevas agendas de problemas tanto globales corno locales. Las zonas de
interés general incluyen problemáticas "cercanas", en términos geográficos y de interés, y de fuerte impacto
en la vida cotidiana. Es una forma de clasificar todo aquello que interesaría más de cerca al individuo común,
por fuera de las agendas programáticas de las instituciones del Estado- y del mundo empresarial.
Construidas a modo de ventana abierta a la realidad común, se apoyan en retóricas narrativizadas, incluyen
la casuística, y las llamadas notas "de interés humano" y "de color", y resultan quizás más creíbles para el
público, porque le permiten el anclaje en la experiencia propia.
El protagonismo y la autonomía de este tipo de secciones ofrecen, con todo, algunos problemas relativos a
la construcción y ordenamiento de la información, hay noticias que se mueven de una sección a otra
(muchas noticias sobre el delito o sobre educación aparecen a veces en "información general", otras, ocupan
secciones propias), y no siempre la jerarquización (el énfasis recibido) que se hace de la información
responde al lugar que los temas ocupan en las agendas públicas, sino a la variable conmoción o escándalo
que hace a un hecho más noticiable. En esta sección, la categoría identidad ciudadana suele aparecer
fragmentada y ambigua en términos de participación. Son noticias que enfatizan los temas con el "color" y
variadas dosis de sensacionalismo, y reducen la participación ciudadana a reclamos y denuncias, y que, al
acentuar el padecimiento y el recorte de los derechos ciudadanos, o bien olvidan el ámbito de los deberes
implícitos en todo derecho, o bien cristalizan una imagen de ciudadano victimizado, al margen de la actividad
pública. No se trata de adjudicar a las noticias -a los medios- las responsabilidades por la grave situación
actual, sino de enfrentarlos con las jerarquizaciones y retóricas que se articulan en los discursos a través de
los cuales se produce el reconocimiento de la actualidad.
Justamente, la ampliación de esta zona, que traduce parte de las transformaciones políticas y sociales
contemporáneas, exige al periodista una lectura mucho más experta de "la calle" y también de los diversos
medios, y una mirada al conjunto de las agendas temáticas, para evitar la construcción de una imagen
recortada o parcial de lo que está sucediendo.
Hay ciertos temas que, como se señaló antes, ya constituyen agendas públicas y buscan su lugar en la
organización que los medios hacen de la realidad. Pero ya que atraviesan diferentes ámbitos (político, social,
económico, o local, nacional, internacional), como los conflictos interculturales, las migraciones forzadas, las
pretensiones de universalismo de los procesos globales y de los fundamentalismos, resultan un problema a
la hora de su clasificación. Hasta el momento, los diarios resuelven el problema remitiéndose al lugar
geográfico de ocurrencia de los sucesos, así les quitan gran parte de su carga de inscripción en el nivel
macroestructural de ocurrencia real.
En la televisión las clasificaciones son flexibles, pueden abrirse a etiquetas nuevas, o modificarse por la
importancia de temas de "último momento" o de aquellos que, por su relevancia o gravedad, se imponen en
el primer bloque, o por la dominancia de alguna serie de noticias. Hay una tendencia a explicitar las
clasificaciones generales, anunciando las noticias "políticas", "económicas", o "policiales", pero también
aparecen bajo el rótulo del caso particular que desarrollan, "guerra en los Balcanes", "inundaciones" o "el
caso Elián" (el niño cubano que sobrevivió al hundimiento de la balsa que lo trasladaba a Miami, donde se
convirtió en objeto de disputa política). Esta modalidad de ordenar la información intenta atraer la atención
del público, y funciona también como título destacado (permite a la audiencia ubicarse fácilmente en la
agenda propuesta).
Un medio moderno se caracteriza no sólo por sus servicios a la opinión pública en términos de construir la
información de "rutina", sino también por la introducción de nuevas problemáticas y tendencias que aparecen
en las sociedades. La lectura de nuevas tendencias depende de la capacidad del periodismo para interpretar
la diversidad de acontecimientos que se producen en el mundo y la aceleración de las transformaciones. A
veces son datos estructurales los que plantean la posibilidad de un nuevo fenómeno social, como los datos
sobre desempleo, que permiten no sólo prever conflictos sociales sino también cambios socioculturales.
Otras veces, un acontecimiento se transforma en un tema que se instala en la agenda del medio y constituye
una serie, como el de las migraciones pobres o el del desempleo en los sectores más jóvenes de la
población. Un acontecimiento en apariencias imprevisible exige hipótesis o explicaciones particulares, como
los casos de violencia armada en las escuelas o de corrupción que cruzan empresas transnacionales con
gobiernos nacionales (como el caso IBM-Banco Nación, en la Argentina).
Las nuevas tendencias o nuevos problemas (new issues) en las agendas públicas se constituyen en temas
que se resisten a los encasillamientos tradicionales. Algunos comienzan a constituir zonas fijas en la agenda
de los diarios (cuerpo principal o suplementos) y de la televisión (los canales temáticos), y de la sociedad
(así sucede con el conjunto formado por la ciudad, la seguridad, el tránsito, la calidad de vida, la ecología, o
también con el de género, feminismo, acoso sexual, aborto, planificación familiar). Esto se corresponde con
nuevas necesidades de la opinión pública.
Usualmente, las noticias de mayor gravitación en la sociedad constituyen series que se retoman cuando se
producen nuevos hechos, o se incluyen en agendas ya reconocidas. Este fenómeno favorece la clasificación
rápida de un nuevo acontecimiento y facilita su presentación al público, ya que se lo supone conocido por el
público. Y también permite la habilitación de los supuestos que se manejan en el momento de construir la
noticia. Los supuestos remiten a la información recibida con anterioridad por el público, que estaría
archivada en su memoria y sobre la que no sería necesario volver. El recurso a los supuestos se apoya en el
imperativo de la brevedad y en la preocupación por evitar la redundancia. En la dificultad de establecer el
estado real de esta información almacenada, la tendencia general en los medios es evitar supuestos,
aunque tampoco se elige dar información muy obvia. Se suele suponer que una noticia que se inscribe en
una serie reciente o una agenda temática habitual reactiva fácilmente información previa que colabora en su
interpretación. Sin embargo, hay niveles de supuestos que los medios tendrían que corregir o discutir (no
todos los individuos saben, por ejemplo, qué es un proyecto de ley y cuál es su mecánica de acción, y las
noticias sobre el tema suelen omitir las aclaraciones). La pregunta pertinente en este caso es si se debe
suponer que el lector tiene una educación cívica adecuada para leer correctamente tales temas o si el medio
tiene que recordar o explicar estos procedimientos.
Se pueden identificar diferentes niveles de saberes que los medios atribuyen a la competencia de sus
públicos: supuestos informativos, que tienen que ver con hechos ya difundidos relacionados con el presente
informativo, y por los que se informa sobre algo sin explicar qué fue lo que provocó la acción que se relata.
Los supuestos informativos son quizás los que ofrecen menores posibilidades de error, se pueden establecer
fácilmente, porque se derivan de la importancia de la agenda que incluye a la noticia o de la cercanía del
hecho nuevo con la serie. Hay también supuestos históricos, conocimientos que refieren a hechos del
pasado, que se relacionan con la información del presente. Trabajar desde ellos implica un riesgo alto
porque si no están correctamente fundados pueden recortar el sentido de la información construida (dar por
supuesto un conocimiento que refiere a hechos ocurridos más de veinte años atrás puede provocar la
parcialización del sentido de la noticia actual).
Los supuestos interpretativos apelan al lugar del lector como interpretador de la noticia, y anulan el eje de
construcción, propio del discurso periodístico: la información televisiva da por supuesto, muchas veces, que
la imagen es elocuente y no merece una interpretación por parte del medio. Los supuestos de relación dejan
por sentado que el lector hará las relaciones que el texto considera pertinentes, aunque la información
suministrada pueda no ser suficiente para ello. En estos casos, quizás los más frecuentes, los medios suelen
desvincular los procesos del nivel macroestructural donde encuentran su sentido completo.
El estudio de la noticiabilidad
El trabajo con la gran masa informativa a la que acceden diariamente los medios se inicia con la verificación
de la adecuación de los acontecimientos a los criterios de noticiabilidad. Una teoría sobre la noticia trabaja
en la identificación de esos criterios y las formas de su aplicación en el armado cotidiano de las ofertas
informativas. La tarea incluye la entrada en el campo de las rutinas que se ponen en práctica en la
construcción de la noticia, y la consideración de que cualquier definición de noticia y de las cualidades que
hacen a un hecho noticiable cobran sentido en el marco de una cultura y de un momento histórico, y en
relación con el contrato de lectura de un medio con su público.
Un estudio de la noticia, centrado en los criterios de noticiabilidad, incluye, necesariamente, varios niveles
que remiten a los procesos de definición, producción, y consumo de la misma: el nivel de los productos, el de
los productores, y el de la recepción (Ford y Martini: 1997). Tiene como objetivo analizar las diferencias que
pueden darse entre las concepciones y los sentidos sobre la noticia y los criterios de noticiabilidad en los
públicos y en los productores de las noticias, y los que aparecen en los productos en el circuito de
comunicación. El abordaje de los productos es primero: da las pautas de análisis.
En la noticia se estudian las formas en que se legitima y naturaliza como discurso ante la opinión pública, los
criterios de noticiabilidad a los que responde, y bajo qué clasificación aparece, los sentidos posibles
construidos, y la conexión con las series de representaciones que circulan en la sociedad.
En el nivel de los productores, se trabaja sobre la concepción de la noticia que dirige su labor; los criterios
implícitos y explícitos de selección y jerarquización que aplican y los sistemas de construcción de la noticia
que manejan, el acceso y verificación de las fuentes y los efectos de la vinculación con el poder; y el
imaginario con respecto al público, a la realidad y a su tarea en el espacio público, y los sistemas de análisis
y desarrollo de tendencias (new issues) que aplican.
En el nivel de los públicos, hay que entender a qué llaman noticia y el interés que tienen por ella, el lugar que
ocupa en su vida cotidiana; cómo la leen, y qué relación establecen entre la jerarquización que plantean los
medios y la que ellos hacen de la realidad y, finalmente, la articulación entre los niveles de comprensión de
En el análisis del producto puede no aparecer alguna información que provea la construcción de sentido que
hacen receptores y productores. Aunque tales desvíos no suelen ser importantes, son datos que ajustan las
conclusiones del estudio, y permiten a los medios mejorar la oferta en términos de la noticia como un
servicio de interés público (Ford y Martini: 1997).
4. El estudio de la noticiabilidad
Los estudios sobre la construcción de la noticia señalan el paso de las teorías centradas en el mensaje
periodístico y en sus efectos sobre los públicos al de las investigaciones que colocan corno objeto el proceso
de producción y la labor de los emisores. En la actualidad, el resultado de las investigaciones ofrece
formulaciones teóricas en dos direcciones: la sociología de las profesiones, dedicada al análisis de los
emisores en su inserción en la profesión y en su relación con la sociedad; y "los estudios que analizan la
lógica de los procesos con la que se produce la comunicación de masas y el tipo de organización del trabajo
en el que tiene lugar la «construcción» de los mensajes" (Wolf, 1991: 204).
El estudio de los procesos productivos que hacen al pasaje del acontecimiento a la noticia incluye dos
etapas, cronológicamente diferenciadas en las investigaciones: la primera centrada exclusivamente en la
selección de la información, proceso que se denomina gatekeeping (cuidado del acceso), y la actual, que
abarca el proceso productivo completo, identificada como newsmaking (construcción de la noticia).
Hacia 1950, David White decidió aplicar al estudio de la práctica productiva periodística el concepto de
gatekeeping, acuñado por Kurt Lewin en 1947 en el campo de la psicología. El concepto de gatekeeping
(cuidado de la puerta o del acceso) investiga la manera irregular en que las informaciones circulan y se
encuentran sometidas a instancias que las demoran o "traban" en algún punto de la cadena comunicacional,
y la fluidez con que circulan luego aquellas que consiguen pasar la barrera. Estos lugares de demora o
nudos que actúan como barrera y filtro en la circulación de la información serían los gatekeepers o porteros.
En el campo del periodismo, White "utilizó el concepto para estudiar el desarrollo de la afluencia de noticias
a los canales organizativos de los aparatos de información, y sobre todo para determinar los puntos que
funcionan como «porterías», que determinan si la información pasa o es descartada" (Wolf, 1991: 205).
Primera etapa en los estudios sobre la producción de la noticia, la investigación sobre el gatekeeping se
centró en la relación entre los contenidos publicados en los diarios y el proceso de filtrado de la información.
Estableció, básicamente, dos hipótesis: los acontecimientos no acceden a la categoría noticia porque no
reúnen las condiciones para serlo (no tienen relevancia), y porque son más de lo mismo (son redundantes,
ya hay o hubo otros similares). Con lo que se deduce que los criterios de noticiabilidad sobre los que se
trabajó en esa etapa fueron la novedad y la importancia de un hecho, aunque muchas veces los editores y
gatekeepers entrevistados aludían a problemas relativos a la disponibilidad de espacio para la publicación.
Las investigaciones explicaron los resultados de la selección a partir de los efectos y la presión que la
institución periodística imponía a sus empleados, y que se traducía en una distorsión voluntaria de la
información.
La tarea del gatekeeper, evitar que se filtre la información indeseada (por la institución o por el poder), ha
sido considerada una actividad que manipula y recorta la libertad de información. Si bien en una primera
etapa las investigaciones incluyeron sólo a los individuos que cuidaban el acceso de la información, más
adelantase trabajó sobre el sistema productivo en su conjunto, en su funcionamiento como gatekeeper, y se
estableció que la tarea de selección es un "proceso jerárquicamente ordenado y vinculado a una extensa red
de feed back"(Wolf, 1991: 206). Shoemaker explica que, en 1965, Gieber había criticado "los estudios sobre
el gatekeeper que usan el nivel individual de análisis, sugiriendo que las decisiones de la tarea de
gatekeeping están bajo la influencia no sólo de los valores del gatekeeper sino también de los valores de la
sala de redacción y de la audiencia (niveles de las rutinas y social/institucional)" (1991: 32).
Sustentado en la sociología funcionalista, los trabajos se propusieron analizar la producción en los medios
según las formas de control que reciben y las funciones de control social que ejercen.
Las hipótesis de una distorsión consciente de la información resultó insuficiente para explicar todas las
formas de producción de la noticia, y las investigaciones fueron planteando la viabilidad del pasaje al
reconocimiento de que en todo trabajo periodístico se produce además una "distorsión involuntaria"
directamente relacionada con lo que se denominan rutinas de producción y con los valores e imaginarios
periodísticos, que se comparten entre colegas y con las instituciones. Las noticias serían el producto de la
selección y el control y de las formas de procesamiento que responden a "instrucciones" (más o menos
explicitadas) de la empresa y a actitudes y valores consensuados o al menos aceptados (la distorsión
consciente) y de la articulación de prejuicios, valores compartidos con el medio y con la sociedad,
representaciones del propio trabajo y que están implícitos (la distorsión inconsciente o involuntaria).
Esta nueva etapa de las investigaciones, que recibe el nombre de estudios sobre el newsmaking o
construcción de la noticia, permite avanzar en el estudio de las formas de producción de la noticia, suprime
la simplificación de las explicaciones de una tarea compleja, y permite herramientas útiles para analizar la
relación entre la imagen de la realidad social que construyen los medios, la organización y producción
rutinaria de los aparatos periodísticos y los sentidos sociales.
La elaboración teórica que da cuenta del newsmaking es fruto de profundos trabajos de investigación
etnográfica, con técnicas de observación participante, que incluyen la descripción, interpretación y
sistematización de la tarea periodística en el interior de los propios medios y de los cuales se pueden
mencionar entre muchos otros, los realizados por Schlesinger (1978) sobre la BBC de Londres, Gans (1979)
sobre las revistas Newsweek y Time, y las cadenas televisivas CBS y NBC, ambos a fines de 1970, o Gomis
(1991) sobre el diario El País, de Madrid, a fines de los años '80. Tales investigaciones han sido altamente
significativas según Tuchman porque "estudiaron las organizaciones noticiosas corno instituciones
complejas", se sustentaron en una focalización política y aportaron a "una cuestión epistemológicamente
clave: cómo las empresas de noticias llegan a «conocer» lo que «conocen»" (1991: 84). Los estudios sobre
el newsmaking parecen colaborar de un modo más eficiente (en términos epistemológicos y pragmáticos) al
estudio de la noticia.
Las investigaciones sobre la construcción de la noticia abarcan fundamentalmente las formas en que se
organizan y se producen las noticias y su relación con la cultura profesional. Se puede concordar con
Tuchman (1977) cuando plantea que, ante la enorme cantidad de acontecimientos que aparecen día a día,
los medios tienen que poder trabajar de manera eficaz para lograr que las noticias construidas sean
reconocidas como tales, reciban un tratamiento formal común a todas, y respondan a una planificación
adecuada del trabajo.
Más allá de que los estudios sobre el gatekeeping tal como se plantearon originalmente hayan sido
superados por hipótesis más completas de investigación, la tarea de selección de la información sigue
siendo objeto de estudio, porque es una de las etapas primeras de lo que se denomina newsmaking, o
construcción de las noticias. Por lo tanto, se considera que el newsmaking exige y articula dos instancias, la
selección de la información, a través del reconocimiento de los valores que hacen noticiable a un
acontecimiento, y su conexión con las fuentes, y la verificación, ampliación, contextualización e
interpretación de esa información, es decir la forma en que esos valores que marcan el hecho elegido son
procesados en la noticia. Se trata de instancias interconectadas: la clasificación y jerarquización que se hace
del material publicable (o emitible) y las modalidades de la enunciación que organizan la noticia como
discurso están en directa relación con los criterios de noticiabilidad.
Se debe insistir en que ya no se trata de rastrear e identificar los lugares que funcionan como "cuellos de
botella" en donde cierta información queda atascada y por tanto desechada de las agendas temáticas de un
medio, sino de distinguir en el conjunto de la tarea productiva los valores que hacen noticiable un
acontecimiento y el significado que tales valores adquieren (y el modo como aparecen rutinizados y
naturalizados) en una sala de redacción, en interrelación con las expectativas y las series interpretativas de
la sociedad y los estados de la opinión pública.
Shoemaker establece que todo estudio sobre la tarea de selección de la información debe atender a tres
niveles (mínimos): el individual, que incluye "los valores y modelos de autoridad e influencia" que pesan
sobre aquel que elige; el de las rutinas de trabajo, donde se estudian "los puntos de decisión y los
estándares" que permiten observar, y el nivel organizacional-institucional extramediático, que remite a la
circulación del "flujo de noticias a través de las organizaciones" (1991: 33).
Al analizar a los gatckeepers individualmente, se deben considerar los aspectos cognitivos implicados (las
formas por las que esos individuos evalúan e interpretan los mensajes); las conductas que traducen las
decisiones prácticas (incluyen la aplicación consciente de reglas) y se relacionan con la cualidad de
consumidor en que la situación coloca al gatekeeper. Debe decidir qué es noticia y qué no, pero en la
decisión está "comprando" ciertos mensajes, para luego a su vez "venderlos" como adecuados y confiables
(Shoernaker, 1991: 39-40). En este nivel se consideran también las características personales, las
concepciones del papel del periodista, competencias, sistemas de valores y experiencias. Las diferentes
ideas acerca del papel del periodista en la sociedad plantean la posibilidad de que el galekeeper se
considere neutral con respecto a la información, y supuestamente recurra a los valores y reglas establecidos
por el medio, y se aleje de su propia subjetividad, o a la posibilidad de que se involucro con la información
para promoverla, cuando considere que un terna es relevante y poseedor de una carga fuerte de impacto
sobre la sociedad. Las decisiones pueden favorecer la publicidad de un fenómeno que se insinúa como una
tendencia, o de hechos que finalmente no tienen la relevancia planteada originalmente o incluso de hechos
inventados total o parcialmente por las fuentes.
Con todo, los valores que se otorgan rutinariamente a los acontecimientos para su pasaje a la categoría de
noticias se relacionan también con los juicios de otros medios y de otros periodistas.
En el nivel de las instituciones extramediáticas se analizan los valores y creencias sustentados por el
conjunto de instituciones de la sociedad y por la opinión pública en general. Se consideran tanto la
valorización como el poder de las fuentes, las expectativas de los públicos, y las presiones de las lógicas del
mercado, gobierno, instituciones y otros medios de comunicación.
En un medio, la tarea de gatekeeper es compartida por varios y diversos individuos: desde el conjunto que la
organización de la tarea establece para tal fin, a cargo de la mayor parte de ese trabajo, y los editores de las
diferentes secciones que deciden de entre el conjunto que el medio pone a su disposición, hasta los
periodistas que, de manera individual, buscan o proponen o favorecen la inclusión de un tema o un hecho
como noticiable, por fuera de las rutinas de selección establecidas, y hasta las fuentes. Estas se constituyen
en los primeros gatekeeper, ya que al decidir qué quieren que se haga público y qué no, y en el caso de las
agencias, al enviar la información en crudo, están haciendo una selección previa de los acontecimientos. Por
eso mismo, entre las rutinas de selección de los materiales noticiables la función de la negociación está casi
siempre presente.
El objeto de estudio central lo constituyen los criterios de noticiabilidad, de cuya aplicación resulta que miles
de acontecimientos pasan a ser cientos de noticias. En la práctica, los criterios de noticiabilidad permiten al
periodismo identificar la densidad significativa de los acontecimientos.
Los criterios que hacen un hecho noticiable suelen ofrecer matices de una sociedad a otra, e incluso,
parcialmente, de un medio a otro. No se trata de un proceso rígidamente establecido, hay, como ya se
señaló, márgenes de flexibilidad que permiten el reajuste, relacionados con la naturaleza negociada de los
procesos de información, tanto desde los emisores corno desde los receptores. Aunque se acepte que en un
medio simplemente se aplican reglas prácticas, implícitas en la rutina del trabajo periodístico, hay que
reconocer que esas reglas refieren a valores que se adjudican a los hechos, y que se discuten en el medio
en el momento de fijar la agenda y las maneras en que la información va a ser construida. Según Lalinde
Posada, "la noticiabilidad como tal no responde a patrones rígidos sino que es fruto de una negociación..."
(1991: 134). Se trata de una negociación que implica varios niveles y en la que operan las relaciones entre el
medio, los periodistas y la opinión pública. Si bien los criterios que hacen a la noticiabilidad de un
acontecimiento pueden estar sujetos a desacuerdo en un principio, el medio tiene que poder organizar de
manera tal sus rutinas productivas como para que las diferencias puedan ser salvadas con rapidez.
Los criterios de noticiabilidad constituyen un conjunto de condiciones y valores que se atribuyen a los
acontecimientos, que tienen que ver con órdenes diversos. Es necesario insistir una vez más en el hecho de
que los criterios de noticiabilidad no son meros enunciados teóricos sino formulaciones pragmáticas,
modalidades organizativas del trabajo cotidiano. Por eso mismo tienen que ser claros y distintos, útiles en el
proceso de producción corriente y en los momentos críticos, cuando aparecen acontecimientos
extraordinarios o en situaciones de conmoción pública, cuya publicidad no puede eludir los plazos
habituales. Colombo refiere un dato que proviene de una "nota pegada en la pared, entre los avisos y las
notas de redacción de un telediaro de la ABC-TV:«homicidio, arma blanca, arma de fuego, agresión con palo
o armas anormales, estrangulamiento, suicidio»..." como "lista de prioridades" (Colombo, 1997: 182), que
son criterios prácticos para seleccionar entre la información sobre muertes y crímenes.
Para la elaboración de estos criterios, los medios evalúan el valor de la noticia como información práctica,
como impacto emocional y como formadora de la opinión pública. Estos rasgos apuntan a la concepción de
la noticia como un servicio público, que construye los datos que necesita la sociedad en su vida cotidiana; a
la conmoción y también a la empatía entre la construcción periodística y el público, que hace a la noticia más
cercana y creíble, y al papel jerarquizador de los medios en relación con los asuntos públicos.
Un hecho se vuelve noticia por el efecto y su función social, entendiendo por efecto las huellas que dejan las
noticias, en comentarios, conversaciones y debate y en la producción de otros hechos, y como función
social, por el valor de la información sobre la vida de los individuos. Por eso, el hecho que repercute más es
más noticia, lo mismo que el hecho que repercute en más hechos también lo es.
Los valores-noticia resumen criterios que actúan relacionados, algunos se aplican de modo general a todo
tipo de información y otros son propios de secciones determinadas o áreas temáticas específicas. Su
aplicación afecta el nivel de las agendas temáticas de los medios y también el nivel de las agendas
atributivas. No remiten sólo a qué es más noticia sino también a cómo se enfatizan aspectos del hecho
atendiendo a los valores de los que está investido. Un hecho calificado corno relevante por su incidencia en
la vida nacional probablemente sea tapa de los diarios, tenga varias páginas de cobertura, se desagregue en
notas centrales y recuadros y hasta infografías, y se retome como tema en la sección de opinión o en las
columnas editoriales.
Tal como se señala Wolf, los valores-noticia "actúan difusamente, hasta transformarse en criterios de
relevancia aplicados implícitamente por los mismos lectores" (1991: 223).
De naturaleza dinámica, como no podría ser de otra forma, los criterios de noticiabilidad varían en el tiempo
y según las transformaciones socioculturales (McQuail: 1998; Sohr: 1998; Wolf. 1991; Rodrigo Alsina: 1996;
Gans: 1980).
Es posible organizar y clasificar los criterios de noticiabilidad según variables diferentes, que se conciben
como valores, atribuidas a los acontecimientos. Los valores-noticia, "componentes de la noticiabilidad" (Wolf,
1991: 222) de un acontecimiento, son las cualidades significativas que construyen su relevancia. La
relevancia opera en el conjunto de periodistas de un medio, en el medio como empresa y en la sociedad.
Las noticias carecen de valor "si no se ocupan de los temas significativos de la actualidad y de lo que
realmente sucede", por eso la relevancia se constituye en "el término clave para evaluar la calidad de la
selección de las noticias" (McQuail, 1998: 291). El punto de partida para la investigación es cómo se verifica
la relevancia de un hecho.
Un acontecimiento es noticia por su valor informativo, que incluye importancia y gravedad de lo que se
informa, y si concierne a una parte notable de la población en un margen de tiempo corto o largo, pero de
modo profundo, ya que la noticia establece un lazo con un sector amplio de la población que se siente
implicado o afectado, identificado o interesado. En este sentido la noticia puede referirse tanto a grandes
colectivos sociales (nación, conjunto de naciones, regiones), como a personajes representativos o
jerarquizados por diversas razones, o a individuos comunes.
Para sistematizar los diferentes criterios que operan en la noticiabilidad se puede recurrir a dos variables
básicas, el efecto del acontecimiento sobre la sociedad y sobre otros medios en términos de
transformaciones, y la cualidad del acontecimiento en términos de trabajo periodístico y de percepción por
los sujetos sociales.
Según los efectos que un acontecimiento puede tener sobre la sociedad, los valores-noticia más importantes
son:
• novedad
• originalidad, imprevisibilidad e ineditismo
La novedad es la marca que define la noticia porque es "índice de la variación en el sistema", que implica la
existencia del hecho como ruptura (Rodrigo Alsina, 1996: 98). la calidad de novedoso parece no necesitar
aclaración, sin embargo como gran parte de las noticias que son tapa diariamente en los diarios constituyen
series (se continúan durante varios días o semanas, porque tematizan problemas graves o abiertos, que
requieren de un desarrollo, producen otros hechos conexos, como son los casos de medidas de gobierno,
delitos, juicios o catástrofes naturales) cada día la serie debe ser alimentada con información nueva, si no
desaparece corno tal. Estas noticias sobre temas serializados deben marcar un cambio con respecto a la
noticia anterior.
La evolución futura de los acontecimientos marca la significatividad que el acontecimiento adquiere respecto
de las expectativas en la sociedad, ya sea que se trate de un hecho que debe resolverse, o que tenga un
desarrollo secuencial (se esperan las consecuencias posibles), para lo cual se constituye en una serie que
se relaciona con otros hechos-noticia que se seguirán (característico de catástrofes, conflictos sociales
agudos, corrupción, juicios públicos o crímenes espectaculares) y cuyas derivaciones pueden ser
imprevistas, difíciles de prever o simplemente previsibles.
En el mismo sentido, se puede pensar en la incidencia que un acontecimiento tiene sobre las agendas
públicas, ya sean éstas locales, o sectoriales, sobre las agendas nacionales o internacionales, y sobre otras
Se trata de un valor que se explicita a través de otros valores como la cantidad y la jerarquía de las personas
implicadas en el hecho, la proximidad de ocurrencia, y las consecuencias implicadas.
La proximidad geográfica de un acontecimiento se conecta con los centros de interés del público. Cuanto
más cerca del público ocurre el hecho, más noticiable resulta: la cercanía instala lo siniestro (un crimen
ocurrido a dos cuadras de la casa de un individuo le causa un impacto más grande que otro ocurrido en una
localidad distante), y dice que el peligro está al acecho en el terreno conocido y transitado habitualmente. La
proximidad se enlaza con el efecto sobre lo local y, en el caso de la información televisiva, las imágenes
golpean por el reconocimiento posible. Este valor se asocia con la cantidad de las personas implicadas. Por
eso se suele decir que un accidente con una víctima fatal en la propia ciudad es más noticia que otro con
cien víctimas a miles de kilómetros, el reverso, para que sea noticia un suceso ocurrido remotamente la
cantidad de víctimas o de personas afectadas debe ser grande.
La magnitud por la cantidad de personas o lugares implicados se conecta con la potencial implicación del
público al que la noticia va dirigida, e implica su gravedad (en términos cualitativos propios del hecho y en
términos de los efectos sobre la sociedad, la nación, etc.). Un hecho es más noticia si afecta a muchas
personas o ámbitos geográficos (por los efectos de una medida económica, la noticia es más relevante si da
cuenta de un nuevo impuesto que afecta a toda la población, o un accidente es más noticiable si produce un
elevado número de víctimas fatales). El modelo de diario popular sensacionalista se maneja habitualmente
con el grado de noticiabilidad que remite a la cantidad de personas implicadas y la proximidad geográfica del
acontecimiento, con lo que ratifica un contrato en términos de cercanía.
irrumpen con el dato grave e imprevisible, o que permiten al periodista la nota de interés humano o de color.
La inclusión de desplazamientos resulta significativa, tanto si son conjuntos de personas (una manifestación,
una procesión religiosa) o individuos públicos reconocidos (viajes de un presidente o de un artista famoso).
Se trata de movimientos o agrupaciones significativas, cambios de lugar o de posición, y trayectorias que
permiten efectos diversos sobre la sociedad (Gomis: 1991). Son útiles para la práctica periodística porque
son hechos anunciados, previstos, con una organización detrás, y resultan más fácilmente abordables, y son
muy adecuados para la televisión, por su carácter visible, notorio y espectacular. Presentan las ventajas que
se prolongan en el tiempo, y permiten la instalación de series (no muy extensas), provocan resultados casi
inmediatos, forman parte de las rutinas informativas y de lo que podría llamarse la "normalidad informativa".
Según las cualidades que el acontecimiento presenta en relación con los procesos productivos, los criterios
más importantes son:
La credibilidad construye un dato confiable, mientras que un hecho de escasa credibilidad enfrenta al
periodismo a la posibilidad de violar sus normas tácitas de concisión y brevedad, ya que lo obliga a realizar
complejas operaciones de explicitación y legitimación. Explica Sohr que "la credibilidad de una noticia a
menudo está más ligada a la fuente que la emite que a la verosimilitud del acontecimiento" (1998: 89), por lo
que un suceso poco verosímil puede legitimarse si la fuente goza de reconocimiento público.
La brevedad se relaciona con las cualidades anotadas antes, y consiste en la posibilidad de construir una
noticia en pocas líneas o al menos de manera directa.
La periodicidad facilita la labor periodística. Como se señaló en un capítulo anterior, los hechos que son
habituales y tienen una aparición periódica en los medios son más fáciles de construir y también de
interpretar por el público que los consume. Se inscriben en una serie o en una agenda que no necesita
mayor explicitación, se puede apelar a los conocimientos supuestos, y permite recurrir a interpretaciones de
especialistas o de figuras públicas, en suma, posibilitan una cobertura sustentada en lo conocido y dominada
por la función del periodista como denunciante de una serie de hechos o como consejero de la población.
La periodicidad permite formular series acumulativas o noticias cíclicas, y en un extremo de este tipo de
construcciones encuentran su anclaje las denominadas "leyendas urbanas", que son "narraciones de hechos
a los que falta tanto una fuente como una verificación, pero que son muy ricas en detalles" y se sitúan cerca
de series de acontecimientos que preocupan, apasionan y se comprueban, y que instalan creencias a cuyo
alrededor "se forman vastas oleadas de pánico colectivo, denuncias, procesos..." (Colombo, 1997: 196-197).
La exclusividad o la primicia es uno de los grandes desafíos del periodismo, no sólo permite el éxito que
significa la captura de la novedad antes que otros lo hagan, sino que implica la capacidad para contactar
fuentes legítimas y privilegiadas y para leer de manera productiva los hechos en la realidad. Cuando un
acontecimiento que fue comunicado como primicia exclusiva de un medio se instala en la agenda de todos
los medios, obtiene su reconocimiento, ese medio lo usa para promocionarse públicamente, y validar su
trabajo habitual.
La noticia como resultado de una ideología de la información refiere, según Wolf, a una concepción de la
información entendida como lo más novedoso, pero también lo más conmocionante y terrible. El criterio
implica que para un medio "son noticiables en primer lugar los acontecimientos que constituyen y
representan una infracción, una desviación, una ruptura del habitual curso de las cosas" (1991: 253) y que
hace que lo más negativo sea más noticia. Remite al dicho de que las malas noticias son las buenas noticias
(bad news is good news), porque permiten la construcción en términos de color o de sensacionalismo.
A modo de síntesis, es necesario recordar que estos valores suelen funcionar en conjunto, y que no todos
ellos son imprescindibles para que un acontecimiento se transforme en noticia. Ciertos acontecimientos,
como algunos actos de gobierno reúnen los valores fundamentales de noticiabilidad y no necesitan ni
siquiera pasar (en las mismas salas de redacción) por la etapa de selección de manera explícita: el
reconocimiento de que deben ser publicados facilita el trabajo periodístico, la selección está implícita en las
rutinas de trabajo (son novedad, tienen valor informativo, afectan a la sociedad en su conjunto e incluyen a
personajes jerarquizaclos públicamente), en todo caso se elige dónde ubicarlos y cómo presentarlos, para
los cual también se acude a los valores-noticia que representan.
Los periodistas consideran que su labor es acertada si coinciden en su selección de los hechos con la
selección realizada por otros medios: si varios medios marcan un hecho como noticia, hay acierto, el hecho
tiene la jerarquía noticiosa adjudicada. Tienden también a pensar que han acertado si los hechos que se
transformaron en noticia repercuten en otros hechos, tienen continuidad en una serie noticiosa o en otras
noticias como opiniones. En pocas palabras, una noticia que aparece en más medios es más noticia que
aquella que aparece sólo en uno, salvo en el caso de una noticia exclusiva, una primicia. Y cuanto más
coincidan los medios en la selección de la misma información, mayor será su efecto sobre la opinión pública
(Gomis: 199l).
En síntesis, un medio acierta cuando publica una noticia que será publicada en el día por otro medio; cuando
destaca una noticia que será comentada y destacada por otros medios; o cuando destaca una noticia que se
convertirá en serie. Y se equivoca cuando destaca una noticia que no será comentada ni siquiera por ese
mismo medio; cuando destaca una noticia que no tendrá consecuencias; cuando omite una noticia que será
comentada por otros y se instala como serie.
El alcance de la noticiabilidad
El estudio de los procesos de producción de las noticias pone en escena la organización interna del trabajo
de los medios. El énfasis con que el periodismo destaca los valores-noticia, la inclusión en la tapa, titulares
grandes, recuadros o infografías, en el caso de la prensa gráfica, o los avances que interrumpen un
programa, los gestos y la acentuación que utiliza el presentador de las noticias en la televisión o la música
que anticipa la primicia o la catástrofe, permiten la legitimación del proceso de selección y construcción del
discurso periodístico. El periodista y el medio metacomunican a su público su capacidad de reconocer lo que
es importante y de interés, lo que alcanza relevancia para la sociedad, y su competencia para ponerlo a su
disposición.
Con todo, no permite dirimir la cuestión de por qué y cómo desaparecen las noticias del espacio de los
medios. Hay dos grandes tipos de noticias, las que informan puntualmente de un hecho y su función social
se agota en el mismo acto de la comunicación, y las que se instituyen a modo de serie y se publican durante
un cierto tiempo y luego desaparecen. Las primeras pueden ser inicio de serie pero su sentido como relato
de hechos no depende de esa serialización, aun cuando se abra a posibles y eventuales futuras noticias.
Una noticia sobre el resultado de elecciones para formar un gobierno se cierra en el mismo cierre de la
noticia, no instala un suspenso, aunque quede abierta a las consecuencias futuras y permita muchos hechos
conexos al acto eleccionario. Las segundas, en cambio, hablan de un acontecimiento que necesita de más
noticias sucesivas para obtener un sentido completo, para que la historia tenga su cierre. Se incluyen en
este orden las noticias sobre crímenes, conflictos sociales, ciertos actos de gobierno o interpelaciones
judiciales que en algún momento desaparecen del espacio mediático, y por tanto casi seguramente de la
realidad social, sin que se haya llegado a la etapa de resolución o explicación definitiva. Nunca se sabe si el
caso (el misterio) se resolvió o no, por eso son historias que quedan truncas y fragmentan el conocimiento y
la percepción del mundo de lo real. A partir de la afirmación de que "no todas las muertes son «naturales»",
Colombo advierte sobre los riesgos de una práctica que ofrece tantas noticias "suspendidas" o "mutiladas"
como "cíclicas" (aquellas que reaparecen cada tanto en los medios y que son abordadas como un hecho
nuevo, nunca antes acaecido) (1997: 81) y que pierden así su carga de sentido que les posibilita la
adscripción a una serie.
Posiblemente, se puedan usar los criterios que hacen a la noticiabilidad de un hecho para entender en una
primera instancia que las noticias muertas tematizaban problemas o casos cuyo interés había bajado
notoriamente ya que no se producían nuevos hechos articuladores. Con todo, trabajar exclusivamente desde
la perspectiva de la originalidad y la conmoción lleva a descuidar los procesos de cognición de los públicos y
su necesidad de articular con sentido los datos sobre la realidad social. Las historias que no se cierran no
cierran en el sentido de los individuos, instalan la sensación de una realidad atravesada por la fragmentación
y la inconsistencia. Pero fundamentalmente colaboran a la naturalización de una participación reducida e
incompleta de la ciudadanía en los asuntos de interés público.
El trabajo periodístico elabora datos, información bajo el formato de noticias, y es justamente la calidad de
noticia la que permite establecer el circuito de comunicación con y entre la sociedad. A partir de este
reconocimiento, la construcción de las noticias debería considerarse un trabajo sobre los valores y los
significados marcado por la cohesión y la coherencia.
La noticia periodística es una construcción de la realidad (Verón, 1981), que "existe en función de que la
comunicación permite disponer de un mecanismo de relación (de interacción) entre los individuos" (Saperas,
1987: 148). Esta definición se constituye en punto de partida del análisis discursivo de la noticia, y desarma
la hipótesis de la objetividad periodística. Si "los periodistas tienen un rol socialmente legitimado e
institucionalizado para construir la realidad social como realidad política y socialmente relevante" (Rodrigo
Alsina, 1996: 30), es natural que realicen operaciones para reafirmarlo.
En el nivel del discurso, se articulan las categorías del enunciador, que da cuenta del relato informativo, el
enunciado, el mensaje, y el enunciatario, destinatario del mensaje. El texto se constituye en el lugar de
pasaje que soporta la circulación social de los significados, trabaja en diversos niveles, a modo de red, y "es
capaz de producir una variedad de significados de acuerdo con la experiencia sociocultural del lector"
(O'Sullivan et al. 1994: 317). La noticia periodística, que es un tipo genérico de texto que da cuenta
"cotidianamente (de) lo que ocurre en el mundo" (Verón, 1987: 111), cobra sentido en la sociedad porque se
aceptan como "reales" los acontecimientos que construye. Según Verón, "algún discurso ha engendrado en
nosotros la creencia y en él hemos depositado nuestra confianza. La confianza se apoya en el siguiente
mecanismo: el discurso en el que creemos es aquel cuyas descripciones postulamos como las más
próximas a las descripciones que nosotros hubiéramos hecho del acontecimiento si hubiéramos tenido de
éste una «experiencia real»" (1987: V). El sentido de credibilidad de un discurso periodístico se cruza con
otras series de verosímiles culturalmente compartidas que permiten su legitimación.
La noticia es un discurso verosímil. Todo texto verosímil se define por su negación, es lo que parece real, lo
que "sin ser verdadero, sería el discurso que se asemeja a lo real" (Kristeva.1970: 65). Atravesada por la
variable temporal, la verosimilitud de un texto depende de los significados de verdad en una cultura
determinada, y de las reglas del género. Por su efecto, se produce la coincidencia de un texto particular con
otro texto que se constituye en el cruce entre la opinión pública y las representaciones sociales. El sentido
verosímil, que simula preocuparse por lo objetivo, se interesa por construir y mantener la relación con sus
lectores a través de un discurso reconocido. Categoría que apela a una identidad de juicios sobre el texto
entre el autor y el lector, o al menos aspira a lograrla, "... opera sobre numerosos registros ideológicos y
formales: religiosos, políticos y aún científicos" (Genot. 1970: 50). Se origina en el efecto de similitud, que
conecta cada noticia con una agenda de noticias ya leídas e interpretadas como verosímiles, con el
imaginario del lector y con la historia misma de la comunidad a la que él pertenece. La organización de las
agendas temáticas y clasificatorias, las retóricas exigidas a cada tipo de noticias, y los valores que hacen a
un hecho noticiable remiten pues al propósito de mostrar algo como verdadero.
Sin reconocimiento hay sanción extratextual: cuando el enunciatario experimenta extrañeza ante una noticia
que interpreta como inverosímil se produce una falta de confianza que puede extenderse al contrato de
lectura mismo. Un sistema de preceptos se apoya en realizaciones anteriores más que en leyes abstractas,
por eso, una puesta en acto del género implica justificaciones relacionadas con las competencias supuestas
en el enunciatario, y de esta manera el texto se conecta, en términos de sentido, con sus lectores.
El contrato de lectura
Las modalidades que se usan y reconocen como adecuadas y legítimas para decir la noticia responden a
una visión del mundo, por lo que el contrato se sustenta en una coincidencia (en diferentes grados)
ideológica.
En el caso de los diarios, el contrato incluye desde el nombre, el formato y la tipografía, la presentación en la
tapa, la diagramación y la ilustración; el nivel de lengua, el recurso a la deixis, las metáforas y
comparaciones, los destacados, y los sistemas clasificatorios de las noticias en agendas temáticas
diferentes. Se asume que el lector incluye en sus hábitos de consumo y en sus expectativas la lectura de las
noticias construidas de una manera determinada.
La noción de contrato enfatiza sobre las condiciones de "construcción del lazo que une en el tiempo un
medio y sus consumidores" ... y que debe conservarse, mejorarse y evolucionar, ya que su objetivo es
"construir y preservar los hábitos de consumo" (Verón. 1991: 168). Se trata de una relación delicada, que
puede romperse si se alteran las cláusulas del acuerdo, si el diario cambia parcial o totalmente sus
modalidades de decir. Con todo, es un lazo más estable en la gráfica que en la televisión.
En los diarios, las modalidades de decir responden a las diferentes agendas temáticas y clasificatorias, que
organizan el significado de la lectura de las noticias. Según Wanta, los diarios pueden demostrar "el
significado que le otorgan a una historia determinada a través del énfasis y la significatividad. Los lectores,
por ejemplo, saben que las noticias largas son más importantes que las cortas. De manera similar, los
lectores entienden que hay otros factores que indican la importancia relativa de las noticias: noticias con
fotografías versus noticias sin fotografías; amplios titulares versus pequeños titulares; primera plana versus
contratapa; la parte superior de la página versus la parte inferior" (1997: 144).
El uso de los códigos lingüísticos es uno de los elementos más significativos en las modalidades de
enunciación de los diarios. El nivel estándar de la lengua garantiza una comunicación fluida, a veces se
incluyen dichos, giros idiomáticos y metáforas vigentes en la comunicación cotidiana, o jergas o dialectos
peculiares (en el caso de los diarios de lectorado popular son más habituales).
El discurso periodístico aparece como impersonal, "debido a que no lo produce y expresa un único individuo,
sino organizaciones institucionalizadas" (Van Dijk, 1990: 113), y porque remite al verosímil de la objetividad.
La primera persona sólo aparece en las menciones a las fuentes, en una forma de estilo referido.
Las deixis contextualizan y dan sensación de "verdad". La deixis espacio-temporal permite la crónica y
remite al mundo real a través de la explicitación del lugar y la datación. La deixis socio-cultural, constituida
por las referencias a personajes públicos, lugares de moda, libros o teorías, formas de vestir y moverse de
los acto- res de las notas, aporta al efecto de reconocimiento, y posibilita el verosímil porque es la realidad
que "todos conocemos" (presentar a un personaje público en la privacidad de su despacho, con los detalles
de su vestimenta o lo que tiene sobre el escritorio, o a un personaje común en tareas habituales acentúa la
cercanía y aumenta la credibilidad).
El material ilustrativo (fotografías, gráficos, dibujos) se constituye cada vez más en el punto de anclaje para
la atención del lector. Las fotografías adquieren un valor significante en la construcción del verosímil: lo que
no alcanzan a describir las palabras lo muestran las imágenes, y agregan la fuerza del testimonio, el "haber
estado allí" (que la cámara televisiva pone en escena de manera efectista). Ha cobrado importancia el
epígrafe de la foto, ya que allí se fija, luego de los titulares, la atención del lector. Las fotos también tienen
valor de agenda, de énfasis: las notas acompañadas de material fotográfico jerarquiza el tema como
relevante.'
A este conjunto se agrega la significación de las infografías, que ya son una forma discursiva habitual en los
medios últimamente. Su valor es completar la in- formación brindada por el texto escrito o sintetizarla, y
ponen al lector en contacto con la información de una manera directa.
El texto periodístico no hace uso de un único estilo, sino que cruza formas informativas, narrativas y
argumentativas. Los estilos responden a los tipos de agenda y a las secciones (clasificaciones) y también a
Un texto informativo da el relato de los hechos, evita descripciones secundarias y secuencias laterales, y
recurre a estrategias de legitimación, corno la referencia a las fuentes oficiales o jerarquizadas, que permiten
al lector el anclaje de la credibilidad. Puede incluir otros discursos a través del estilo directo o la
reconstrucción de declaraciones de los actores involucrados en los hechos y que reafirman el efecto de
realidad.
La forma narrativa es una manera de acercarse más al lector. En este momento se asiste a una cierta
narrativización de las noticias más duras, favorecida por la fuerza narrativa de la imagen televisiva y también
por un crecimiento de las narraciones particulares. A diferencia del estilo informativo, la narración apela a las
anécdotas, secuencias laterales, descripciones, y notas de color. El uso del estilo narrativo, más propio de
las noticias sobre la vida cotidiana y el delito, incluye la descripción que contribuye a la verosimilitud, y que
subraya la fuerza del referente.
El texto argumentativo busca persuadir, y apelar a la capacidad de razonamiento del lector, e intenta
convencer (la argumentación racional) o conmover (la argumentación emocional). Esta última es típica del
periodismo de corte sensacionalista, y aparece como una tendencia fuerte en secciones de información
general de los diarios serios.
Como registro propio de las secciones de opinión y de las columnas, el estilo argumentativo suele cruzarse
con los estilos informativo y narrativo.
En realidad, es difícil identificar un estilo único en las noticias de la prensa gráfica. La necesidad de un
acercamiento mayor a los lectores ha ido produciendo transformaciones significativas en las modalidades
estilísticas de los diarios. La pureza de las formas de decir en una nota no siempre es posible, los textos rara
vez son exclusivamente informativos, narrativas o argumentativos, por lo general, cruzan estilos.
Si se considera la oferta de la televisión por aire, una televisión generalista, se constata que la información
periodística constituye casi un género "menor" (en términos cuantitativos) en el conjunto de la programación.
El contrato entre noticia y audiencia se inscribe en la posibilidad de la televisión de llegar a una gran
cantidad de público, sin un costo adicional. El rasgo que diferencia el contrato de lectura del medio televisivo
del de la gráfica es justamente el carácter masivo de la televisión.
Resulta difícil plantear que el contrato entre audiencia y texto informativo se inscribe en la relación entre esa
audiencia y el canal que emite la información (incluso la segmentación de las audiencias dificulta la
identificación de contratos con una determinada emisora). Se puede asumir que los contratos son parciales:
se basan en un género, un programa determinado, un estilo dentro de un género, un segmento horario, o en
la figura protagónica (presentador o periodista). La segmentación horaria, en cierta medida remite al
ordenamiento en secciones en la prensa gráfica: las emisoras jerarquizan géneros y modalidades según los
segmentos horarios. El número de emisoras y la superposición de programas que son apuestas fuertes en
un mismo horario, en especial en horario central (prime time), dificulta también el establecimiento de una
categorización de los contratos.
Las propuestas contractuales de los noticieros televisivos se basan en la seriedad, en mostrar los resultados
de la investigación periodística, sinónimo de compromiso con la audiencia y garantías de veracidad y
objetividad (el verosímil construido), de servicio (el público necesita estar informado), y de transparencia (la
cámara "no miente"). Como la televisión trabaja en tiempo real, la primera apuesta se sustenta en las
modalidades que hacen al efecto de instantaneidad a través del directo. Así se construye el periodista
arquetípico, que está "en el lugar de los hechos", observa, interpela, y transmite sus impresiones tanto con
palabras como con gestos. Y dispone de la cámara, que viabiliza la primicia. Se articulan los efectos de la "
objetividad" con la capacidad de la hiperinformación -sobreabundancia de noticias-, que asegura el
panorama del mundo entero. La televisión "dice" mostrar todo y a tiempo. El directo, que muchas veces
elude una interpretación de las imágenes exhibidas, "valora el acontecimiento pero no la información...
transforma al público en periodista, lo cual tampoco parece ser el ideal" (Wolton, 1992: 173), porque la
noticia es la construcción singular que el periodismo hace sobre un hecho.
La imagen reúne el escenario con los personajes (actores del hecho), los testimonios y hasta las
consecuencias. La cámara es testigo y lleva la escena hasta la audiencia, que puede escuchar de labios del
actor social el relato o la propuesta. Cuando se trata de movimientos de gente (desplazamientos,
catástrofes) la cámara permite la presencia -virtual- en el lugar. A través de la cámara se establece también
un símil de relación de conversación con la audiencia donde la mirada del presentador de las noticias es
fundamental, y se liga al uso del "usted" como forma pronominal exclusiva que caracteriza a casi todas las
formas discursivas que presentan las noticias, y que personaliza a la audiencia.
En el texto hablado, el sonido permite la prosodia (acentuación especial sobre sílabas o palabras, el tono y
las modulaciones de la voz). Al igual que en la prensa gráfica, la noticia televisiva hace uso del lenguaje
estándar de una manera sistemática, para los temas en general, y el mantenimiento de sociolectos más
específicos para algunos aspectos de la realidad (la información económica, por ejemplo). La brevedad de la
noticia en televisión obliga a recurrir a fórmulas o giros lingüísticos, que en la coincidencia con los códigos
del público, permiten la información rápida. El discurso se completa con la comunicación gestual, las formas
del guiño cómplice, la sonrisa o el gesto adusto. Como refuerzo de la cercanía con la audiencia se recurre a
formas de interpelación del tipo "como es de público conocimiento" o "como los vecinos de tal zona
conocen".
En la clasificación de las noticias, más flexible que la de los diarios, operan el tono de la voz, las inflexiones
exclamativas, la seriedad o la sonrisa (la información política no se dice sonriendo, salvo en casos que rocen
situaciones amables o que pueden ser satirizadas; la información sobre rescates, premios o situaciones
cotidianas agradables incluyen el gesto distendido, la sonrisa aprobatorio). El equilibrio entre los diferentes
tonos con que se dicen las noticias es un efecto buscado en la construcción del contrato con la audiencia.
La información es espectáculo
En el contrato se incluyen formas propias del espectáculo, por eso la pareja de presentadores (hombre y
mujer) resulta frecuente, y sus roles se construyen como una suerte de estereotipo de género y de
relaciones entre los dos sexos, el hombre pone la nota de reflexión y la mujer habla desde el supuesto
"sentido común" femenino. La pareja comenta la noticia (en forma de conversación) y enfatiza el cómo en la
agenda. El espectáculo incluye un escenario que a la vez quiere ser la "cocina" de las noticias: las pantallas,
la redacción, las computadoras, los teléfonos (explican cómo se trabaja), junto con la explicación de cómo se
comunican desde el canal con los enviados que aparecen en vivo, las dificultades a veces con el satélite. El
sonido del directo, el jadeo del periodista que corre tras el acontecimiento, los gritos, los llantos o las voces
airadas en un hecho determinado son parte central del espectáculo, junto con los riesgos de la práctica en la
transmisión en vivo (confirmación de que la audiencia "ve" la realidad), como los efectos de los gases
lacrimógenos, los golpes, el frío o la lluvia sufridos por el periodista. En suma, la información televisiva es
una información abiertamente espectacularizada que requiere de las marcas propias de la dramatización, un
escenario, actores-personajes, un conflicto, la construcción de un clima adecuado a través de índices
precisos.
La multiplicidad de las estrategias del texto televisivo permite asumir que la intención es instalar no sólo el
qué sino también el cómo en la agenda.
Publicado en MURARO, Heriberto (comp.). La comunicación de masas, Centro Editor de América Latina,
Buenos Aires, 1977.
Los problemas que ocupan la atención de los hombres cambian, y no al azar, sino en gran medida de
acuerdo con las modificadas exigencias de la sociedad y la economía. Como lo indican multitud de recientes
conferencias, libros y artículos, la función de la radio, la letra impresa y el film en la sociedad ha pasado a
ser un problema que interesa a muchos y origina la preocupación de algunos. Este vuelco en el interés
publico parece ser el producto de diversas tendencias sociales.
A muchos alarma la ubicuidad y el poderío potencial de los medios masivos de comunicación. Pero hay otra
base, probablemente más realista, para la generalizada preocupación por la función social de los medios
masivos de comunicación; una base que se vincula con los cambiantes tipos de control social ejercitados por
poderosos grupos de interés en la sociedad. De manera creciente, los principales grupos de poder, entre los
cuales la finanza organizada ocupa el sitio más espectacular, han pasado a adoptar técnicas para manipular
al público masivo mediante la propaganda en lugar de utilizar medios más directos de control. La industria ya
no obliga a niños de ocho años a atender una máquina durante catorce horas diarias; emprende complejos
programas de "relaciones públicas". Coloca grandes y llamativos anuncios en los periódicos del país;
auspicia numerosos programas radiales; aconsejada por asesores de relaciones publicas, organiza
concursos con premios, establece fundaciones benéficas y respalda causas meritorias. El poderío
económico parece haber reducido la explotación directa pasando a un tipo más sutil de explotación
psicol6gica, logrado en gran medida por la diseminación de propaganda a través de los medios masivos de
comunicación.
Este cambio en la estructura del control social merece un examen minucioso. Las sociedades complejas
están sometidas a muchas formas distintas de control organizado. Hitler, por ejemplo, hizo suyas las más
visibles y directas: violencia organizada y coerción masiva. En Estados Unidos, la coerción directa se ha
minimizado. Si alguien no adopta las convicciones y actitudes defendidas por algún grupo de poder -por
ejemplo, la Asociación Nacional de Industriales-, no se lo puede eliminar ni encerrar en un campo de
concentración. Quienes desean controlar las opiniones y convicciones de nuestra sociedad recurren menos
a la fuerza física y más a la persuasión de masas. El programa radial y el anuncio institucional actúan en
lugar de la intimidación y la coerción. La manifiesta preocupación por las funciones de los medios masivos
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de comunicación se basa, en parte, en la observación válida de que estos han tomado la tarea de adaptar el
público masivo al status quo social y económico.
Otra fuente de preocupación generalizada por la función social de los medios masivos de comunicación
aparece en sus presuntos efectos sobre la cultura popular y los gustos estéticos de sus públicos. Se aduce
que, en la medida en que la magnitud de dichos públicos ha aumentado, el nivel del gusto estético se ha
deteriorado. Y se teme que los medios masivos de comunicación deliberadamente provean a estos gustos
vulgarizados, contribuyendo así a un mayor deterioro.
Probablemente estos constituyen los tres elementos orgánicamente vinculados de nuestra gran
preocupación por los medios masivos de comunicación. Muchos temen, en primer lugar, su ubicuidad y
poderío potencial. Ya dijimos que éste es algo así como un miedo indiscriminado a un fantasmón abstracto,
miedo que deriva de la inseguridad en la posición social y en valores débilmente sostenidos. La propaganda
parece amenazante.
En segundo lugar, existe preocupaci6n por los actuales efectos de los medios masivos de comunicación en
sus enormes públicos, en particular la posibilidad de que el continuo embate de dichos medios pueda
conducir a la renuncia incondicional de las facultades críticas y a un irreflexivo inconformismo.
Por ultimo, existe el peligro de que estos instrumentos de comunicación masiva, tecnólogicamente
avanzados, constituyan un cauce fundamental para el deterioro de los gustos estéticos y de los cánones de
cultura popular. Y también hemos dicho que existe una base sustancial para la preocupación por estos
efectos sociales inmediatos de los medios masivos de comunicación.
Reseñar el estado actual del conocimiento concreto acerca de la funci6n social de los medios masivos de
comunicación y sus efectos sobre la comunidad norteamericana contemporánea es una tarea ingrata, ya que
es notablemente escaso el conocimiento verificado de este tipo. No puede hacerse mucho más que explorar
la índole de los problemas mediarte métodos que, en el trascurso de muchas décadas, proporcionaran en
definitiva el conocimiento que buscamos. Aunque este preámbulo no es nada alentador, ofrece un contexto
necesario para evaluar las conclusiones investigativas y tentativas de quienes nos interesamos
profesionalmente por el estudio de los medios masivos de comunicaci6n. Un somero examen sugerirá lo que
sabemos, lo que necesitamos saber, y ubicará las cuestiones estratégicas que requieren mayor estudio.
Indagar los efectos de los medios masivos de comunicación en la sociedad es abordar un problema mal
definido. Resulta útil distinguir tres facetas del problema y examinar cada una por turno. Averigüemos
entonces, en primer lugar, qué sabemos sobre los efectos de la existencia de estos medios masivos de
comunicación en nuestra sociedad. En segundo lugar, deberemos examinar los efectos de la particular
estructura de propiedad y operación de los medios masivos de comunicaci6n en Estados Unidos, una
estructura que difiere apreciablemente de la que se encuentra en otras partes. Y por último, consideraremos
ese aspecto del problema que atañe más directamente a los métodos y tácticas que gobiernan el uso de
estos medios para fines sociales definidos: nuestro conocimiento acerca de los efectos de los contenidos
particulares diseminados a través de los medios masivos de comunicaci6n.
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¿Qué función puede asignarse a los medios masivos de comunicación en virtud del hecho de que existen?
¿Que implicaciones tienen un Hollywood, una Radio City, una empresa Time-Life-Fortune para nuestra
sociedad? Estos interrogantes, por supuesto, sólo pueden ser analizados en términos especulativos y
aproximados, ya que no es posible ninguna experimentación ni estudio comparativo riguroso. Las
comparaciones con otras sociedades carentes de estos medios masivos de comunicación serían demasiado
toscas para rendir resultados decisivos, y las comparaciones con una época anterior en la sociedad
norteamericana implicarían también afirmaciones generales en lugar de demostraciones precisas. En un
caso así, es claramente aconsejable ser conciso. Y las opiniones deben ser moderadas por la cautela.
Nuestro juicio provisorio es que la función social cumplida por la existencia misma de los medios masivos de
comunicación ha sido comúnmente sobreestimada. ¿En qué se basa este juicio?
Es evidente que los medios masivos de comunicación llegan a públicos enormes. Aproximadamente setenta
millones de norteamericanos concurren cada semana al cine; nuestra circulación diaria de periódicos es de
unos cuarenta y seis millones; unos treinta y cuatro millones de hogares norteamericanos están equipados
con radio, y en dichos hogares el norteamericano medio escucha radio durante unas tres horas diarias.
Estas son cifras formidables. Pero se trata simplemente de cifras sobre aprovisionamiento y consumo, no de
cifras que registren el efecto de los medios rnasivos de comunicación. Atañen únicamente a lo que la gente
hace, no al impacto social y psicológico de los medios masivos de comunicación. Saber cuántas horas
mantiene alguien la radio encendida no da ningún indicio sobre el efecto que en él ejerce lo que oye. El
conocimiento de datos sobre consumo en el campo de los medios masivos de comunicaci6n esta todavia
muy lejos de una demostraci6n de su efecto neto sobre la conducta, la actitud y los puntos de vista.
Aceptado, por el momento, que los medios masivos de comunicaci6n cumplen una funci6n relativamente
secundaria en cuanto a conformar nuestra sociedad, ¿por qué son objeto de tanta preocupaci6n y crítica
populares? ¿Por qué tantas personas se afanan por los "problemas" de la radio, el cine y la prensa y tan
pocas por los problemas, digamos, del automóvil y el avión? Además de las fuentes de esta preocupación
que señalamos anteriormente, existe una base psicológica inconsciente que deriva de un contexto
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sociohist6rico.
Muchos hacen blanco de crítica hostil a los medios masivos de comunicación porque se sienten burlados por
el desarrollo de los acontecimientos.
Quizá los cambios sociales atribuibles a los "movimientos reformadores" sean lentos y tenues, pero lo cierto
es que son acumulativos. Los hechos visibles son bastante conocidos. La semana laboral de sesenta horas
ha sido remplazada por la de cuarenta horas; se ha limitado gradualmente el trabajo infantil; con todas sus
deficiencias, la educaci6n universal gratuita se fue institucionalizando gradualmente. Estos y otros avances
registran una serie de victorias de los reformadores. Y ahora la gente tiene más tiempo libre. Tiene,
ostensiblemente, mayor acceso a la herencia cultural Y, ¿qué uso hace de este tiempo no hipotecado, tan
trabajosamente obtenido para ella? Escucha la radio y va al cine. Estos medios masivos de comunicación
parecen haber burlado a los reformadores, en cierto modo, el fruto de sus victorias. La lucha por la libertad,
el tiempo libre, la educación popular y la seguridad social fue conducida en la esperanza de que, una vez
liberada de yugos opresivos, la gente aprovecharía los grandes productos culturales de nuestra sociedad:
Shakespeare o Beethoven, o acaso Kant. En cambio, va en busca de Faith Baldwin, Johnny Mercer o Edgar
Guest.
Por poco que esta sensación de haber sido traicionados pueda explicar las actitudes vigentes hacia los
medios masivos de comunicación, puede señalarse una vez más que quizá la mera presencia de estos no
afecte nuestra sociedad tan profundamente como se supone en general.
Continuando con nuestro examen de la funci6n social que se puede atribuir a los medios masivos de
comunicación en virtud de su "mera existencia", hacemos temporaria abstracci6n de la estructura social en
que se sitúan. No tenemos en cuenta, por ejemplo, los diversos efectos de los medios masivos de
comunicación bajo distintos sistemas de propiedad y control, un importante factor estructural que será
analizado posteriormente.
Sin duda alguna, los medios masivos de comunicaci6n sirven muchas funciones sociales que merecen ser
objeto de una sostenida investigaci6n. De dichas funciones, tenemos ocasión de advertir sólo tres.
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Los medios masivos de comunicación confieren status a acontecimientos públicos, personas, organizaciones
y movimientos sociales.
Tanto la experiencia común como las investigaciones atestiguan que la reputación social de personas o
programáticas sociales se elevan cuando logran atención favorable en los medios masivos de comunicación.
En muchos sectores, por ejemplo, se considera importante que el Tímes de apoyo a un candidato político o
a un programa público; se interpreta este apoyo como una inequívoca ventaja para el candidato o el
programa. ¿Por qué?
Los medios masivos de comunicación otorgan prestigio y realzan la autoridad de individuos y grupos
legitimizando su status. Ser reconocido por la prensa, la radio, las revistas o los noticieros atestigua que se
ha triunfado, que se es lo bastante importante como para haber sido distinguido entre las vastas masas
anónimas, que la conducta y las opiniones de alguien son tan importantes que exigen la atenci6n del público.
Se puede presenciar muy vívidamente cómo opera esta funci6n conferidora de status en la pauta publicitaria
según la cual "personas destacadas" recomiendan un producto. En vastos círculos de la población (aunque
no dentro de ciertas capas sociales selectas), tales recomendaciones no sóio subrayan el prestigio del
producto sino que también reflejan prestigio en la persona que formula esas recomendaciones. Anuncian
públicamente que el grande y poderoso mundo del comercio lo considera poseedor de un status lo bastante
alto como para que su opinión importe a mucha gente. En una palabra: su recomendaci6n testimonia su
propio status.
La encarnación ideal, aunque doméstica, de esta pauta circular de prestigio, aparece en la serie Lord Calvert
de avisos que giran alrededor de "Hombres distinguidos". La firma comercial y el comercializado fiador del
mérito del producto inician una serie interminable de alabanzas recíprocas. De hecho, un hombre distinguido
congratula a un distinguido whisky, el cual, a través del fabricante, congratula al hombre distinguido por serlo
tanto que se lo busca para que recomiende la distinci6n del producto. Es posible que el funcionamiento de
esta sociedad de mutua admiración sea tan i1ógico como eficaz. Es evidente que los públicos de los medios
masivos de comunicación suscriben la creencia circular: "Si alguien es realmente importante, estará en el
centro de la atenci6n masiva, y si alguien está en el centro de la atención masiva, no cabe duda de que
realmente debe ser importante".
Esta función conferidora de status se incorpora así a la acci6n social organizada legitimando programas,
personas y grupos elegidos que reciben el apoyo de los medios masivos de comunicaci6n. Tendremos
ocasión de señalar el funcionamiento detallado de esta funci6n al referirnos a las condiciones que permiten
la máxima utilización de los medios masivos de comunicaci6n para fines sociales designados. Por el
momento. habiendo examinado la función conferidora de status, consideremos otra: la imposición de normas
sociales a través de los medios masivos de comunicaci6n.
Frases hechas como "el poder de la prensa" (y de otros medios masivos de comunicación) o "el resplandor
de la publicidad", se refieren presumiblemente a esta funci6n. Es posible que los medios masivos de
comunicaci6n estimulen la acción social organizada "denunciando" situaciones que contradicen la moralidad
pública, pero no se debe presuponer prematuramente que esta pauta consiste simplemente en dar a
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conocer con amplitud estas desviaciones. A este respecto tenemos algo que aprender de las observaciones
de Malinowski entre sus queridos habitantes de las Islas Trobriand. Allí, según informa no se efectúa
ninguna acción organizada con respecto a una conducta desviada de una norma social a menos que haya
un anuncio público de esa desviación. No se trata simplemente de poner a los individuos del grupo al
corriente de los hechos en cuestión. Es posible que muchos hayan estado privadamente al tanto de estas
desviaciones (por ejemplo, incesto entre los trobriandeses, como corrupción política o financiera,
prostitución, juegos de azar entre nosotros), pero que no hayan reclamado acción publica. Pero cuando las
desviaciones de conducta se hacen simultáneamente públicas para todos, esto pone en movimiento
tensiones entre lo "privadamente tolerable" y lo "públicamente reconocible".
La publicidad ejerce presión para una moralidad única y no dual impidiendo que se eluda la cuesti6n de
modo permanente. Suscita reafirmación pública y aplicación (aun esporádica) de la norma.
En una sociedad de masas, esta función de denuncia pública está institucionalizada en los medios
masivos de comunicación. Los diarios, la radio y las revistas denuncian a la vista del público desviaciones
bien conocidas y por lo general esta denuncia obliga a cierto grado acción pública contra lo que se ha
tolerado en privado. Los medios masivos de comunicación pueden, por ejemplo, introducir serias tensiones
en la "discriminación racial cortés" llamando la atención del público hacia estas prácticas que contradicen las
normas de no discriminación. A veces los medios masivos de comunicaci6n pueden organizar las
actividades de denuncia convirtiéndolas en una "cruzada".
Estudiando las cruzadas emprendidas por los medios masivos de comunicación se podría avanzar mucho en
el sentido de dar respuesta a interrogantes fundamentales acerca de la relación de dichos medios con la
acción social organizada Es esencial saber, por ejemplo, en qué medida la cruzada proporciona un centro
organizativo para individuos que, en otros aspectos, no están organizados. Es posible que la cruzada obre
de modo distinto entre los diversos sectores de la poblaci6n. En algunos casos, quizá su efecto fundamental
no sea tanto suscitar una ciudadanía indiferente como alarmar a los acusados, conduciéndolos a medidas
extremas que, a su vez, los malquistan con el electorado. La publicidad puede inquietar tanto al trasgresor,
que lo obligue a huír, así ocurrió por ejemplo, con algunos de los principales secuaces de la pandilla Tweed
al ser denunciados por el New York Times. Es posible también que los principales culpables de la corrupción
teman la cruzada debido solamente al efecto que prevén sobre el electorado. Por eso, con una evaluaci6n
asombrosamente realista de la conducta de su electorado en cuanto a las comunicaciones, el jefe Tweed
comentó irritado, refiriéndose a las mordaces caricaturas de Thomas Nast en Harper's Weekly:"Me importan
un bledo esos artículos periodísticos: mis votantes no saben leer, pero no pueden dejar de ver esos malditos
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dibujos" .
Tal vez la cruzada inf1uya en el público de manera indirecta. Es posible que centre la atención de una
ciudadanía hasta entonces aletargada -que se ha vuelto indiferente a través de la familiaridad con la
corrupción reinante- en algunas cuestiones simplificadas dramáticamente. Como señaló una vez Lawrence
Lowell refiriéndose en general a estos problemas, las complejidades suelen inhibir la acción de masas. Las
disyuntivas públicas deben ser definidas en alternativas sencillas, en términos bien contrastados para que
sea posible la acción pública organizada. Y esta presentaci6n de alternativas sencillas sea una de las
principales funciones de la cruzada. Es posible que abarque también otros mecanismos. Aunque el gobierno
municipal no sea totalmente limpio, rara vez es totalmente corrupto. Generalmente hay algunos miembros
escrupulosos de la administración y la sindicatura entreverados con sus colegas faltos de principios. La
cruzada puede fortalecer a los elementos probos del gobierno, obligar a pronunciarse a los indiferentes y
debilitar a los corruptos. Por último, es muy posible que una cruzada victoriosa ejemplifique un proceso
circular autosostenido en el cual, la preocupación de los medios masivos de comunicación por el interés
público coincide con su propio interés. Quizá la cruzada triunfante aumente el poderío y el prestigio del
medio masivo de comunicación, volviéndolo con ello a su vez más formidable en posteriores cruzadas, que
si logran éxito, pueden impulsar más aún su poderío y prestigio.
Cualquiera que sea la respuesta a estos interrogantes, es evidente que los medios masivos de comunicaci6n
sirven para reafirmar normas sociales denunciando a la vista del publico las desviaciones respecto de dichas
normas. Estudiando la gama particular de normas así reafirmadas se obtendría un claro índice de la medida
en la cual estos medios encaran problemas periféricos o centrales de la estructura de nuestra sociedad.
La disfunción narcotizante
Evidentemente, tanto la función conferidora de status como la reafirmadora de normas sociales son bien
reconocidas por quienes manejan los medios masivos de comunicación. Como otros mecanismos sociales y
psicológicos, estas funciones se prestan a diversas formas de aplicación. Conocer estas funciones es poder,
y el poder puede ser utilizado para intereses especiales o para el interés general.
Otra consecuencia social de los medios masivos de comunicación ha quedado inadvertida en gran medida,
a1 menos ha merecido pocos comentarios exp1ícitos, y no ha sido puesta sistemáticamente en uso para
favorecer obje tivos planificados. Se la puede llamar la disfunción narcotizante de los medios masivos de
comunicación. Se la denomina disfuncional en vez de funcional, basándose en la presunción de que no
corresponde al interés de la moderna sociedad compleja tener grandes masas de la población políticamente
apáticas e inertes. ¿Como actúa este mecanismo no planificado?
Algunos estudios dispersos han indicado que los norteamericanos dedican un tiempo cada vez mayor a los
productos de los medios masivos de comunicación Con nítidas variaciones en distintas regiones y entre
diversas capas sociales, lo que vierten los medios masivos de comunicaci6n presumiblemente permite al
norteamericano del siglo XX mantenerse al día con el mundo. Se sugiere, sin embargo, la posibilidad de que
este vasto aprovisionamiento de comunicación no suscite sino una preocupaci6n superficial sobre los
problemas de la sociedad, y de que tras esta superficialidad se oculte con frecuencia una apatía de masas.
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Es posible que recibir este aluvión de información sirva para narcotizar y no para estimular al lector u oyente
medio. Leyendo y escuchando durante lapsos crecientes, dispone de cada vez menos tiempo para la acción
organizada, El individuo lee descripciones de problemas y disyuntivas, y es posible incluso que analice
líneas de acción alternativas. Pero esta conexión algo intelectualizada, algo remota, con la acción social
organizada no es activada. E1 ciudadano interesado e informado puede felicitarse por la magnitud de sus
intereses e intormaci6n, omitiendo advertir que se ha abstenido de decidir y actuar. En resumen: interpreta
su contacto secundario con el mundo de la realidad política , el hecho de leer, escuchar y pensar, como una
actuación delegada. Llega a confundir el saber sobre problemas del momento con el hacer algo respecto de
ellos. Su conciencia social queda inmaculadamente limpia. Está preocupado. Está informado. Y tiene toda
clase de ideas en cuanto a lo que se debería hacer, pero una vez que ha consumido su cena, una vez que
ha escuchado sus programas radiales favoritos y una vez que ha leído su segundo diario del día, es
realmente hora de acostarse.
A este peculiar respecto, se puede incluir a las comunicaciones masivas entre los narcóticos sociales más
respetables y eficaces. Quizá sean tan plenamente eficaces que impidan al adicto reconocer su propio mal.
Es evidente que los medios masivos de comunicación han elevado el nivel de información de vastas
poblaciones. No obstante, y al margen de la intención, es posible que las crecientes dosis de
comunicaciones masivas estén transformando inadvertidamente las energías de los hombres, de
participación activa en saber pasivo.
La existencia de esta distinción narcotizante es indudable, pero aun falta determinar en que medida opera.
Investigar este problema sigue siendo una de las muchas tareas que aún se presentan al estudioso de las
comunicaciones masivas.
Hasta aquí hemos considerado los medios masivos de comunicación haciendo abstracción de su
incorporación a una determinada estructura social y económica. Pero es evidente que los efectos sociales de
los medios masivos de comunicación varían con el sistema de propiedad y control. Por eso, examinar los
efectos sociales de los medios masivos de comunicación norteamericanos es abordar únicamente los
efectos de aquellos como empresas de propiedad privada, administradas en función de la ganancia. Es bien
sabido que esta circunstancia no es inherente a la índole tecnológica de los medios masivos de
comunicación. En Inglaterra, por ejemplo-sin mencionar a Rusia- la radio es, en todos los aspectos y para
todas las finalidades, propiedad del gobierno, que la controla y maneja.
La estructura del control es totalmente distinta en Estados Unidos. Su característica principal deriva de esta
circunstancia: salvo en cuanto al cine y los libros, no es el lector de revistas, el oyente de radio ni, en gran
medida, el lector de diarios quien mantiene a la empresa, sino el anunciador. Las grandes empresas
financian la producción y distribución de los medios masivos de comunicación. Y al margen de toda
intención, quien paga a la orquesta es generalmente el que impone el repertorio.
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Conformismo social
Dado que los medios masivos de comunicación son sustentados por grandes empresas comerciales
inscriptas en el sistema social y económico vigente, dichos medios contribuyen al mantenimiento de ese
sistema. Esta contribución no aparece únicamente en la eficaz publicitación del producto ofrecido por el
patrocinador. Se desprende, más bien, de la típica presencia en los relatos de las revistas, programas de
radio y columnas periodísticas, de algún elemento de confirmación, algún elemento de aprobación de la
actual estructura de la sociedad. Y esta permanente reafirmación subraya el deber de aceptar.
En la medida en que los medios de comunicaci6n de masas han tenido una influencia sobre su público, ésta
ha surgido no sólo de lo que se dice, sino, más importante, de lo que no se dice. Es que éstos medios no
sólo afirman permanentemente el status quo sino que, en igual medida, omiten suscitar cuestiones
esenciales sobre la estructura de la sociedad. Con ello, guiando hacia el conformismo y proporcionando muy
poca base para alguna evaluaci6n critica de la sociedad, los medios masivos de comunicación con patrocinio
comercial traban de modo indirecto, pero eficaz, el só1ido desarrollo de una perspectiva auténticamente
crítica.
Afirmar lo que antecede no implica desconocer los artículos periodísticos o programas radiales
ocasionalmente críticos. Pero estas excepciones son tan escasas, que se pierden en el torrente arrollador de
materiales conformistas. El doctor Lyman Bryson, por ejemplo, ha venido emitiendo un programa semanal
donde evalúa crítica y racionalmente problemas sociales en general, y la instituci6n de la radio en particular.
Pero estos quince minutos en que el señor Bryson aborda tales cuestiones por una sola cadena constituye
una gota infinitésimamente pequeña en el torrente semanal de materiales provenientes de cuatro grandes
cadenas, de unas quinientas setenta estaciones no adheridas, de centenares de revistas y de Hollywood.
Dado que nuestros medios masivos de comunicación con patrocinio comercial promueven una fidelidad en
gran medida irreflexiva a nuestra estructura social, no se puede confiar en que obren a favor de cambios, asi
sean pequeños en dicha estructura. Es posible enumerar algunos acontecimientos que indican lo contrario,
pero que al ser examinados con atención resultan ser ilusorios. Es posible que un grupo comunitario como la
Asociación de Padres y Maestros solicite al productor de una serie radial que introduzca en el programa el
tema de las actitudes de tolerancia racial. Si el productor piensa que ese tema no es peligroso, que no
disgustará a ningún sector sustancial de su público, quizás acepte, pero al primer indicio de que es un tema
peligroso, que puede alejar a clientes potenciales se negará o no tardará en abandonar el experimento. Los
medios masivos de comunicaci6n renuncian invariablemente a los objetivos sociales cuando éstos chocan
con los beneficios econ6micos. Los símbolos secundarios de opiniones "progresistas" son de escasa
importancia, ya que sólo se los incluye por concesión de los patrocinadores, y únicamente a condición de
que sean lo bastante aceptables como para no alejar a ninguna parte apreciable del público. La presi6n
económica redunda en conformismo por omisión de las cuestiones delicadas.
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Como la mayor parte de nuestra radio, películas, revistas y una parte considerable de nuestros libros y
periódicos están dedicados al "entretenimiento", deberemos examinar el impacto de los medios masivos de
comunicaci6n sobre el gusto popular.
Si preguntáramos al norteamericano medio con alguna pretensión de refinamiento literario y estético si las
comunicaciones de masas han tenido algún efecto sobre el gusto popular, respondería sin duda con una
resonante afirmación. Más aun: citando abundantes casos, insistirla en que los gustos estéticos e
intelectuales han sido depravados por la irrupción de productos triviales provenientes de las imprentas, de
las estaciones de radio y de los estudios de cine. En las columnas de critica abundan estas quejas.
En cierto sentido, esto no requiere mayor análisis. No puede haber dudas de que las mujeres que se pasan
todos los días tres o cuatro horas absortas en unas doce "radionovelas" consecutivas, todas salidas del
mismo tenebroso molde, exhiben una espantosa falta de criterio estético. Tampoco modifican esta impresi6n
los contenidos de las revistas sensacionalistas o elegantes, ni la deprimente abundancia de películas
trilladas colmadas de héroes, heroínas y villanos que se mueven en una atmósfera falsa, de sexo, pecado y
éxito.
Si hay que examinar los gustos estéticos en su marco social, debemos admitir que el público real de las
artes se ha modificado hist6ricamente. Hace algunos siglos, este público se limitaba principalmente a una
elite aristocrática selecta. Eran relativamente pocos los que sabían leer y escribir. Y muy pocos poseían
recursos para comprar líbros, concurrir a los teatros y trasladarse a los centros artísticos urbanos. Apenas
una fracci6n reducida, posiblemente no mas del uno o dos por ciento, componía el real publico de arte. Estos
pocos afortunados cultivaban sus gustos estéticos y su demanda selectiva dejó su sello en forma de
cánones artistícos relativamente altos.
Con la vasta difusi6n de la educación popular y con el surgimiento de nuevas tecnologías de comunicación
masiva se desarrolló un mercado enormemente ampliado para las artes. Algunas formas de música, teatro y
literatura llegan ahora prácticamente a todos en nuestra sociedad. A eso se debe, por supuesto, que
hablemos de medios masivos de comunicación y de arte de masas. Y los grandes públicos de los medios
masivos de comunicación, aunque en general saben leer y escribir, no son muy refinados. Más o menos la
mitad de la poblaci6n, a decir verdad, ha interrumpido su educaci6n formal al egresar de la escuela primaria.
Con el ascenso de la educación popular se ha producido una aparente declinación en el gusto popular.
Grandes cantidades de personas han adquirido lo que podría llamarse "instrucci6n formal", o sea la
capacidad de leer, de captar sentidos burdos y superficiales y una correlativa incapacidad para la plena
comprensión de lo que leen. Ha surgido en suma, una marcada brecha entre instrucción y comprensión. La
gente lee más, pero comprende menos. Más personas leen, pero son proporcionalmente menos los que
Paul F. Lazarsfeld y Robert K. Merton. Comunicación de masas, gusto popular y acción social organizada - Página 10/16
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Nuestra formulación del problema ya debe estar clara. Es engañoso hablar simplemente de la decadencia de
los gustos estéticos. Es probable que los públicos de masas incluyan una mayor cantidad de personas con
criterios estéticos refinados, pero éstas se pierden entre las grandes masas que constituyan el nuevo público
ineducado de las artes. Mientras que ayer la elite constituía prácticamente todo el público, hoy es una
pequeña parte del todo.
En consecuencia, se ha rebajado el nivel promedio de valores y gustos estéticos de los públicos, aunque sin
duda los gustos de algunos sectores de la población se haya elevado y la cantidad total de personas que
reciben contenidos de comunicación haya aumentado mucho.
Pero este análisis no responde directamente a la pregunta acerca de los efectos de los medios masivos de
comunicación sobre el gusto del público, un interrogante tan complejo como inexplorado. Sólo una
investigación disciplinada puede darle respuesta. Habría que saber, por ejemplo, si los medios masivos de
comunicación han despojado a la elite intelectual y artística de las formas artísticas que, de lo contrario,
habrían sido accesibles para ella. Y esto requiere examinar la presión ejercida por el público de masas sobre
los individuos creativos para que abastezcan los gustos masivos. En todas las épocas hubo escribas a
sueldo. Pero seria tmportante saber si la electrificación de las artes proporciona energía para una proporción
significativamente mayor de luces literarias mortecinas. Y sobre todo, seria esencial determinar si los medios
masivos de comunicación y los gustos de masas están inevitablemente ligados en un circulo vicioso de
valores deteriorados, o si una acción adecuada de quienes dirigen los medios rnasivos de comunicación
podría iniciar un circulo virtuoso de perfeccionamiento acumulativo del gusto en sus públicos. Más
concretamente: ¿quienes manejan los medios masivos de comunicación comercializados se hallan
atrapados en una situación en la que, al margen de sus preferencias privadas, no pueden elevar
radicalmente el nivel estético de sus productos ?
Cabe señalar, de paso, que mucho queda por aprender respecto de los niveles adecuados para el arte de
masas. Es posible que valores correspondientes a formas artísticas producidas por un pequeño grupo de
talentos creativos para un público reducido y selectivo no sean aplicables a formas artísticas producidas por
una industria gigantesca para la población en general. Los comienzos de investigación sobre este problema
son lo bastante sugestivos como para justificar su estudio ulterior.
Los experimentos esporádicos -y, en consecuencia, inconcluyentes- de elevación de los niveles han
tropezado con la profunda resistencia de los públicos de masas. A veces, estaciones y cadenas radiales han
intentado suplantar una radionovela por un programa de música artística, o por piezas breves con el análisis
de problemas de interés público. En general, las personas a quienes se supone beneficiadas por esta
reforma de programas se han negado simplemente a dejarse benaficiar. Dejan de escuchar. El público
disminuye. Algunas investigaciones han indicado, por ejemplo, que los programas radiales de música
artística tienden a preservar y no a crear interés en dicha música, y que los intereses que surgen son
típicamente superficiales. Casi todos los oyentes de estos programas ya habían adquirido previamente
interés por la música artística; los pocos cuyo interés se inicia con estos programas son atraídos por
composiciones melódicas y pasan a pensar en la música artística exclusivamente en términos de
Chaikovski, Rimski-Korsakov o Dvorak.
Paul F. Lazarsfeld y Robert K. Merton. Comunicación de masas, gusto popular y acción social organizada - Página 11/16
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Es probable que las soluciones propuestas para estos problemas nazcan más de la fe que del conocimiento.
Mejorar los gustos de las masas mediante el mejoramiento de los productos artísticos de rnasas no es una
cuestión tan sencilla como nos gustaría creer. Es posible, por supuesto, que no se haya hecho un intento
concluyente. Mediante un triunfo de la imaginación sobre la actual organización de los medios masivos de
comunicación, se puede concebir una rigurosa censura, de modo que no se permitiera imprimir, emitir ni
filmar nada salvo lo mejor que se ha pensado y dicho en el mundo . Queda sujeto a la especulación si un
cambio radical en el suministro de arte de masas transformaría con el tiempo los gustos del publico masivo.
Hacen falta décadas de experimentación e investigación. Por ahora es notable lo poco que sabemos acerca
de los métodos encaminados a mejorar los gustos estéticos, y sabemos que algunos de los métodos
sugeridos son ineficaces. Conocemos muy bien los fracasos. Si esta discusión se reabriera en 1976, tal vez
podamos informar con igual seguridad que conocemos logros positivos.
A esta altura de la exposición, podemos detenernos para observar el camino recorrido. Como introducción,
consideramos las fuentes aparentes de generalizada preocupación por el lugar que ocupan los medios
masivos de comunicación en nuestra sociedad. A partir de allí examinamos primero la función social
atribuíble a la mera existencia de los medios masivos de comunicación: su función conferidora de status, su
función en cuanto a inducir a la aplicación de normas sociales y su disfunción narcotizante. En segundo
lugar, señalamos las restricciones impuestas por una estructura comercial de propiedad y control, a los
medios masivos de comunicación como órganos de critica social y como portadores de altos niveles
estéticos. Pasamos ahora al tercero y último aspecto de la función social de los medios masivos de
comunicación: las posibilidades de utilizarlos para avanzar hacia tipos designados de objetivos sociales.
Acaso esta última cuestión tenga un interés mas directo que las ya analizadas. Representa para nosotros
algo así como un reto, ya que ofrece los medios para resolver la manifiesta paradoja a la cual nos referimos
con anterioridad: la aparente paradoja que surge al afirmar que se ha exagerado la significación de la mera
existencia de los medios masivos de comunicación, y los múltiples indicios de que éstos en verdad ejercen
influencias sobre sus públicos.
¿Cuáles son las condiciones para el uso efectivo de los medios masivos de comunicación en lo que podría
llamarse "propaganda para objetivos sociales": la promoción, digamos, de relaciones raciales no
discriminatorias, o de reformas educacionales, o de actitudes positivas hacia el movimiento obrero
organizado? Las investigaciones indican que deben satisfacerse por lo menos una de tres condiciones para
que esta propaganda resulte eficaz. Estas condiciones pueden ser brevemente designadas como: (1 )
monopolización. (2) canalización más que cambio de los valores básicos, y (3) contacto directo
complementario. Cada una de estas condiciones merece cierto análisis.
Monopolización
Esta situación surge cuando hay en los medios masivos de comunicación poca o ninguna oposición a la
Paul F. Lazarsfeld y Robert K. Merton. Comunicación de masas, gusto popular y acción social organizada - Página 12/16
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difusión de valores, programas o imágenes públicas. O sea que la monopolización de los medios masivos de
comunicación tiene lugar sin la presencia de contrapropaganda.
En este sentido limitado, la monopolización de los medios masivos de comunicación aparece en diversas
circunstancias. Es inherente, por supuesto, a la estructura política de la sociedad autoritaria, donde el
acceso a los medios masivos de comunicación se halla totalmente cerrado para quienes se oponen a la
ideología oficial. Hay pruebas que sugieren que este monopolio jugó algún papel en el control por parte de
los nazis sobre el pueblo alemán.
Pero otros sistemas sociales se aproximan a esta misma situación. Durante la guerra, por ejemplo, nuestro
gobierno utilizo la radio, con algún éxito, para fomentar y mantener la identiflcación con el esfuerzo bélico. La
efectividad de estos intentos de fortalecer la moral se debió en gran medida a la ausencia prácticamente
total de contrapropaganda.
Esta imagen de un ídolo popular tendría mucho menos vigencia si estuviera sometida a contrapropaganda.
Tal neutralización tiene lugar, por ejemplo, como resultado de campañas preelectorales hechas por
republicanos y demócratas. Un estudio reciente ha demostrado que, por lo general, la propaganda emitida
por cada uno de estos partidos neutraliza el efecto de la propaganda del otro. Si ambos partidos renunciaran
totalmente a hacer proselitismo a través de los medios masivos de comunicación, es muy probable que el
efecto neto sería reproducir la actual distribución de votos.
Esta pauta general ha sido descrita por Kenneth Burke en su obra Attitudes Toward History:" los hombres de
negocios compiten entre sí procurando alabar su propia mercancía más persuasivamente que sus rivales,
rnientras que los políticos Compiten difamando al oponente. Todo sumado se obtiene un total general de
alabanza total en los negocios y un total general de difamación absoluta en la política".
En la medida en que las propagandas políticas contrapuestas en los medios masivos de comunicación se
equilibran, el efecto total es imperceptible. Sin embargo, la virtual monopolizaci6n de los medios masivos de
comunicación para determinados objetivos sociales producirá efectos discernibles sobre los públicos.
Canalización
Paul F. Lazarsfeld y Robert K. Merton. Comunicación de masas, gusto popular y acción social organizada - Página 13/16
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Las creencias reinantes en el enorme poderío de las comunicaciones de masas evidencian derivar de casos
exitosos de propaganda monopólica, o de la publicidad. Pero saltar de la eficacia de la publicidad a presumir
la eficacia de una propaganda apuntada hacia actitudes hondamente arraigadas y conductas que se
relacionan con el ego es tan injustificado como peligroso. La publicidad se dirige típicamente hacia la
canalización de pautas de conducta o actitudes preexistentes. Rara vez procura inculcar nuevas
actitudes o crear pautas de conducta significativamente nuevas. "La publicidad da ganancias" porque
generalmente remite a una situación psicológica sencilla. Para norteamericanos que se han socializado en el
uso de un cepillo de dientes, tiene relativamente poca importancia qué marca de cepillo utilizan. Una vez que
se ha establecido la pauta general de conducta o la actitud genérica, se la puede canalizar en una u otra
dirección. La resistencia es poca. Pero la propaganda de masas encuentra siempre una situaci6n más
compleja. Tal vez procura objetivos que se contraponen a actitudes muy arraigadas. Tal vez procure
modificar y no canalizar sistemas de valores vigentes. Y es posible que los éxitos de la publicidad no hagan
más que poner de relieve los fracasos de la propaganda. Gran parte de la propaganda actual encaminada a
abolir tenaces prejuicios étnicos y raciales, por ejemplo, parece haber tenido poca eficacia.
Por consiguiente los medios masivos de comunicación han sido utilizados con eficacia para canalizar
actitudes básicas, pero hay pocos indicios de que hayan servido para cambiarlas.
Complementación
Una propaganda de masas de índole no monopólica ni canalizadora puede, no obstante, resultar eficaz si
confluye con una tercera situación: su complementación mediante contactos directos.
Hay un caso ilustrativo de la interacción entre medios masivos de comunicación e influencias directas. Una
vez examinado, el aparente éxito propagandístico logrado hace unos años por el padre Coughlin no
demuestra resultar primordialmente del contexto propagandístico de sus charlas radiales. Fue producto, en
cambio, de estas charlas propagandísticas centralizadas y, además, de vastas organizaciones locales que
tomaron medidas para que sus miembros lo escucharan, y luego participaran en discusiones acerca de las
opiniones sociales por él expresadas. Esta combinación de un aprovisionamiento central: de propaganda
(las arengas de Coughlin por una cadena nacional, la distribución coordinada de periódicos y folletos) y
discusiones cara a cara entre grupos relativamente pequeños; este entretejido de apoyos recíprocos a través
de los medios masivos de comunicaci6n y de las relaciones personales redundó en un éxito espectacular.
Algunos estudiosos de los movimientos de masas han llegado a rechazar la opinión de que la mera
propaganda en si y de por si crea o mantiene un movimiento. El nazismo no alcanz6 su breve momento de
hegemonía apoderándose de los medios masivos de comunicaci6n. Estos cumplieron una función ancilar,
complementando el uso de la violencia organizada, la distribuci6n organizada de recompensas a la docilidad
y los centros organizados de adoctrinamiento local. La Uni6n Soviética utiliza también amplia y notablemente
los medios masivos de comunicaci6n para adoctrinar a enormes poblaciones en la ideología adecuada. Pero
los organizadores del adoctrinamiento tuvieron buen cuidado de que los medios masivos de comunicaci6n
no actuaron solos. "Rincones rojos", "cabañas de lectura" y "estaciones de audición" constituían sitios de
reunión donde grupos de ciudadanos recibían juntos lo que ofrecían los medios masivos de comunicación.
Las cincuenta mil salas y clubes de lectura nacidos alrededor de 1933 permitían a la elite ideológica local
repasar con los sectores de base el contenido de lo que leían. También la relativa escasez de radios en las
Paul F. Lazarsfeld y Robert K. Merton. Comunicación de masas, gusto popular y acción social organizada - Página 14/16
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casas privadas contribuía a que se escuchara en grupo y se discutiera en grupo lo que se había oído.
En estos casos, la maquinaria para la persuasi6n de masas incluía contacto directo en el marco de
organizaciones locales como apéndice de los medios masivos de comunicación. La reacción individual y
privada a los materiales ofrecidos por los canales de comunicación de masas era considerada insuficiente
para transformar la mera recepci6n de propaganda en propaganda eficaz. En una sociedad como la nuestra,
donde las tendencias a la burocratizaci6n no se han vuelto aún tan penetrantes o, por lo menos, no han
cristalizado todavía tan claramente, se ha comprobado que los medios masivos de comunicación alcanzan
su mayor efectividad en conjunción con centros locales de contacto directo organizado.
Varios factores contribuyen a la mayor eficacia de esta conjunción de medios masivos de comunicación y
contacto personal directo. Es muy evidente que las discusiones locales sirvan para reforzar el contenido de
la propaganda de masas. Tal confirmación mutua produce un "efecto de afianzamiento". En segundo lugar,
los medios de comunicación centrales reducen la tarea del organizador local, y en un movimiento popular no
hace falta que los niveles de capacidad de los subalternos sean tan rigurosos. Los subalternos no tienen que
explicar por si mismos el contenido propagandístico, sino sólo conducir a los conversos potenciales hasta la
radio donde se expone la doctrina. En tercer lugar, la aparición de un representante del movimiento en una
cadena nacional, o su mención en la prensa nacional, sirven para simbolizar la legitimidad e importancia del
movimiento. No es una iniciativa sin fuerza ni consecuencias. Como ya vimos, los medios masivos de
comunicación confieren status. Y el status del movimento nacional se refleja, a su vez, en el status de las
células locales, consolidando así las decisiones provisorias de sus miembros. En este ordenamiento
interrelacionado, el organizador local garantiza un público para el orador nacional, y éste convalida el status
del organizador local.
Este breve resumen de las situaciones en que los medios masivos de comunicación logran su máximo
efecto propagandístico puede resolver la aparente contradicción que se planteó al comienzo de nuestro
análisis. Los medios masivos de comunicación alcanzan su máxima eficacia cuando actúan en una situación
de virtual "monopolio psicológico" o cuando el objetivo es canalizar y no modificar actitudes básicas, o
cuando actúan en conjunción con contactos directos.
Pero estas tres condiciones pocas veces son satisfechas al mismo tiempo en la propaganda de objetivos
sociales En la medida en que la monopolización de la atenci6n es poco habitual, las propagandas
contrapuestas tienen libre juego en una democracia. Y en general, las cuestiones sociales básicas implican
más que una mera canalización de actitudes básicas preexistentes; exigen, en cambio, cambios sustanciales
de actitud y conducta. Finalmente, y la razón es evidente, la estrecha colaboración entre medios masivos de
comunicación y centros localmente organizados para el contacto directo pocas veces ha sido lograda por
grupos que bregan por un cambio social planificado. Esos programas son costosos, y son precisamente
esos grupos los que pocas veces tienen los vastos recursos necesarios para abordar programas tan caros.
Los grupos avanzados. situados en los márgenes de la estructura de poder no cuentan habitualmente con
los vastos recursos financieros que poseen los grupos satisfechos, ubicados en el centro.
Como resultado de esta triple situación, la función actual de los medios masivos de comunicación se limita
en gran medida a preocupaciones sociales periféricas y por ende no exhiben el grado de poderío social que
se les atribuye habitualmente.
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Por igual motivo, y en vista de la actual organización comercial de propiedad y control de los medios masivos
de comunicación, éstos han contribuido a consolidar la estructura de nuestra sociedad. Las finanzas
organizadas están cerca de tener, si, un virtual "monopolio psicologico" sobre los medios masivos de
comunicación. Los anuncios radiales y avisos periodísticos se basan, por supuesto, en un sistema al que se
ha denominado empresa libre, además, el mundo del comercio se interesa primordialmente por canalizar y
no por modificar radicalmente actitudes básicas: sólo procura crear preferencias por una marca de producto
en lugar de otra. Los contactos directos con aquellos que se han socializado en nuestra cultura sirven
primordialmente para reforzar las pautas culturales vigentes.
Así, las condiciones mismas que determinan la máxima eficacia de los medios masivos de comunicación
obran por la censervación de la estructura social y cultural vigente y no por su cambio.
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La prensa
Análisis de los
Medios de
Comunicación
1
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La prensa
En esta unidad realizaremos un recorrido por los medios de comunicación
tradicionales: radio, cine, radio y televisión. Desarrollaremos cada uno de
ellos a partir de cuatro lecturas resumidas de los diferentes documentos
compilados en paneoclip para abordar su historia: condiciones socio-
técnicas o tecnológicas de su aparición, desarrollo y transformaciones. Las
cuatro lecturas son obligatorias para entender su trayectoria hasta llegar al
análisis actual de los medios.
Esta nueva técnica se extendió por toda Europa. En 1498 se contaba con
alrededor de 110 imprentas.
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El libro
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El diario
A mediados del siglo XIX, la prensa ya estaba al alcance de todos los sectores
sociales. Los ejemplares eran económicos y ya no se dirigían a una
aristocracia adinerada e instruida, sino a un público masivo y heterogéneo.
La calidad de impresión mejoró cada vez más y se comenzaron a incorporar
las ilustraciones.
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La prensa amarilla
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Esta etapa fue conocida posteriormente como prensa amarilla. Este nombre
hacía alusión a un personaje llamado yellow kid, quien se encargaba de los
chimes de la clase política y la artística. El periodismo amarillo se
caracterizaba por no reparar en la ética ni en la responsabilidad profesional.
De hecho, todos los temas eran plausibles de ser convertidos en
melodramas, aun a costa de falsear la realidad.
Uno de los colosos, Pulitzer, compró en 1883 el New York World y en 10 años
lo llevó de 50 000 a 700 000 ejemplares. El contenido de sus medios tiende
a campañas reformistas pero también a una mezcla de noticias
sensacionalistas con posturas de defensa del bien público. Hearst, quien
llegó a dominar 38 periódicos y 12 revistas con una tirada de 12 000 000 de
ejemplares, a través de la utilización de cualquier recurso para ganar
lectores, también adquirió gran poder. Esta concentración económica de los
periódicos nació con Pulitzer, Hearst y otros como Mc Rae (creador en 1907
de la United Press).
Agencias de noticias
Debido a la distancia entre el lugar en el que ocurren los acontecimientos y
el costo que implicaba para cada diario tener corresponsales en todo el
mundo, se crearon las agencias de noticias, que son empresas (privadas,
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64
La prensa en Argentina
El primer periódico argentino es el Telégrafo Mercantil, Rural, Económico e
Historiográfico del Río de la Plata. Comenzó a aparecer en 1801 y duró hasta
1802, ya que fue clausurado por orden del virrey a raíz de un artículo donde
se criticaba el abandono del Gobierno y la corrupción de las costumbres.
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65
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En la década de los 70, Jacobo Timermann ideó un diario diferente a los que
circulaban por el país, sobre el modelo de Le Monde, y se llamó La Opinión.
Su característica principal fue desplazar a la información por la opinión con
largas columnas de pensamiento crítico y sin ilustraciones. Fue sancionado
por la última dictadura militar.
En 1984, se publica El País, vespertino que dura muy poco y cierra ese mismo
año.
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Referencias
Barbier, Frédéric y Bertho Lavenir, Caterine (1999). Historia de los medios.
De Diderot a Internet. Colihue. Buenos Aires. Argentina.
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69
Cine
Análisis de los
Medios de
Comunicación
1
70
Cine
Un nuevo sistema de comunicación social: el cine
En esta segunda unidad, seguiremos haciendo un paneo por los medios de
comunicación tradicionales en su devenir histórico, contexto de creación,
desarrollo y evolución. Ya vimos los medios gráficos, ahora aparece un nuevo
medio: el cine.
2
71
Pero el antecedente más importante para el futuro del cine fue la creación
de Edison de la película de 35 mm, con cuatro pares de perforaciones por
imagen para su arrastre mecánico, que eran flexibles, manejables,
resistentes y transparentes (las que aún se usan en la mayoría de las
películas actuales y en las fotografías de las cámaras analógicas). Con esa
película, Edison creó un aparato llamado kinestocopio, en el que se debía
acercar los ojos a un visor. La duración del entretenimiento no pasaba de 30
segundos y podía repetirse al insertar una moneda.
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72
Por otra parte, el cine de Griffith significó una relevante innovación artística
ya que se utilizó por primera vez el montaje ‒verdadera esencia del cine‒
que permite alternar los planos, el conjunto de los detalles, y lograr un
contrapunto dramático entre unas tomas y otras. También introdujo el
montaje de acciones paralelas, lo que va a ser clave para manejar el
suspenso en la narrativa fílmica.
El lenguaje cinematográfico
El primer plano es lo que diferencia al cine del teatro, ya que crea proximidad
y permite lograr el mayor nivel de tragedia con la menor cantidad de medios.
El montaje
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El expresionismo alemán
Aquí estamos nombrando solo algunas películas del legado que dejó el
expresionismo alemán a la historia del cine. Puedes ver algunas escenas en
Internet.
El cine soviético
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Francia
En Francia, cabe destacar en los comienzos del cine a Pathe, quien formó en
1914 el 80% de la producción mundial de proyectores de cine. Otra persona
destacable fue Zecca, el director de los estudios Pathe. Su habilidad consistió
en darle al público lo que le pedía en el sentido de que adaptaba las obras,
dándole un carácter popular. Su primer éxito fue La historia de un crimen
(1901), que se destacó por su escenografía. A partir de 1906 comenzó una
transformación de los géneros, los dramas realistas se desplazaron hacia un
sentido más social, al tiempo que apareció el erotismo cinematográfico en
los llamados asuntos picarescos de carácter social. En 1908 tuvo lugar la
primera proyección de Asesinato de Guisa. Esta obra tuvo gran éxito entre
los intelectuales de París y algunos consideraron que, con obras como esta,
el cine había alcanzado la categoría de arte.
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El cine sonoro
El neorrealismo italiano
Algunas de las películas que fueron referentes de este cine son Ladrón de
bicicletas de Victorio de Sica y Roma ciudad abierta de Rossellini. Otro de sus
directores fundamentales fue Lucino Visconti.
Industria cinematográfica
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El cine en Argentina
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Durante todo ese periodo inicial fueron comunes las filmaciones sobre
desfiles militares, actos religiosos o grandes sepelios. Una de estas fue sobre
las honras fúnebres de Mitre (1906). Es en este periodo que encontramos la
primera película argentina considerada como tal, llamada El fusilamiento de
Dorrego (1909), de Mario Gallo. Entre otros títulos de Gallo, quien hacía
teatro filmado, podemos encontrar a Juan Moreira y a una película que se
acercaba bastante al largometraje, titulada Tierra baja.
Aunque se aleja del tema común de la mayoría de las historias, de esa época
data La Guerra Gaucha, de Lucas Demare. Se trata de un clásico de nuestra
cinematografía. Es una muestra de una obra histórica y épica. La película fue
importante, no solo por lo artístico, sino porque a partir de ella se consolidó
la productora Cooperativa Artistas Argentinos Asociados (AAA).
El cine argentino tuvo una época de oro en los años 60 a la que se le llamó
la nueva ola, en semejanza con la nouvelle vague francesa, y que dio grandes
producciones (hoy clásicos del cine nacional) como La casa del ángel, de
Leopoldo Torre Nilson; Los jóvenes viejos de Rodolfo Kuhn y las perlas del
cine de Leonardo Fabio: El Aniseto y la Francisca, Crónica de un niño solo y
El dependiente.
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78
Luego de la última dictadura militar (periodo en el que las películas eran solo
de entretenimiento y pasatistas, sin ningún valor artístico), surgió un cine
con mucha conciencia, que hablaba del pasado cercano. Entre ellas,
podemos mencionar La historia oficial, que ganó el Oscar a la mejor película
extranjera.
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Referencias
Vidal, Elizabeth. (1996). Un nuevo sistema de comunicación social. En
Compilado Paneoclip 1996.Roberto Von Sprecher editor. Universidad
Nacional de Córdoba, Argentina.
Couselo, Jorge Miguel. (1984). Historia del cine argentino. Centro Editor de
América Latina. Buenos Aires, Argentina.
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80
La radio
Análisis de los
Medios de
Comunicación
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La radio
Hoy nos preguntamos por qué en un mundo plagado de imágenes sigue
existiendo la radio como medio masivo de comunicación. Las razones son
varias:
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82
Tabla 1
Positivas Negativas
Instantaneidad. Falta de percepción visual
Inmediatez. entre el emisor y el receptor.
Simultaneidad. Condicionamiento temporal
Rapidez. de la decodificación del
Sugestión. mensaje radiofónico.
Gran alcance. Peligro de fatiga.
Bajo costo. Peligro de distracción.
Acceso directo a los Dependencia.
hogares. Fugacidad.
Poder de sugestión.
Empatía.
Comunicación afectiva.
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La radio en Internet
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Historia de la radio
El origen histórico de la radiodifusión se remonta a finales del siglo XIX.
Mientras el maquinismo terminaba de transformar estructuralmente las
sociedades europeas y en nuestro país, los ferrocarriles de propiedad inglesa
creaban pueblos, Alexander Graham Bell en Estados Unidos lograba trasmitir
por primera vez la voz humana a distancia. Con la invención del teléfono
quedó registrado el primer paso en la historia de las tecnologías destinadas
a la comunicación no presencial.
Pocos años más tarde, el joven italiano Guillermo Marconi realizó la primera
aplicación efectiva de los descubrimientos de Maxwell y Hertz. En 1896, en
presencia del Ministro de Correos, envió a una distancia de tres kilómetros
una señal telegráfica en código morse.
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El reemplazo de la vieja válvula por los transistores terminó con la era del
consumo radial en familia y abrió paso al consumo individual, a la posibilidad
de trasladar el aparato de un lugar a otro y al uso de la radio en los
automóviles.
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La radio en Argentina
Hacia 1923, nada más que cuatro años después del surgimiento de la
primera emisora del mundo, ya podía hablarse en Argentina de la locura de
la radio. La trasmisión inaugural se había realizado el 27 de agosto de 1920.
En esa célebre ocasión el otorrinolaringólogo Enrique Susini y un grupo de
colaboradores emitieron desde la azotea del Teatro Coliseo la
representación de la ópera Persifal, de Richard Wagner, por lo que se les
llamó “los locos de la azotea”. Ellos no imaginaban que el nuevo
divertimento tecnológico se convertiría en poco tiempo en el mayor
competidor de la prensa gráfica.
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Referencias
Bosetti, O. (1994). Radiofonías. Palabras y sonidos de largo alcance. Buenos
Aires: Ed. Colihue
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La
televisión
Análisis de los
Medios de
Comunicación
1
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La televisión
Es importante conocer algunas características tecnológicas de la televisión
que nos permitirán distinguirla de los demás sistemas de comunicación en
general y de los audiovisuales en particular, como cine, video, etcétera. Con
estos últimos solo comparte el doble código verbal-sonoro y visual, ya que
sus modos de producción, circulación y consumo son totalmente diferentes.
Por ejemplo, el cine se ha consagrado, fundamentalmente, a la producción
de relatos de ficción y a su difusión en lugares públicos, mientras que la
televisión se ha transformado en el gran productor de la actualidad pública,
de los acontecimientos como realidad en constante devenir, y su difusión se
concentra en el ámbito privado, cotidiano y familiar.
Desde principios del siglo XX, sucedieron una serie de inventos que dieron
como resultado el desarrollo de la tecnología televisiva.
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Ahora bien, ¿qué hacen los telespectadores con tanta oferta? Las estrategias
de recepción inducidas por el cable y el control remoto parecen haber
modificado los hábitos de consumo: zapping, zipping, flipping, grazing y
planning. Aunque nosotros solemos decirle zapping a cualquiera de estas
prácticas, cada una tiene una característica particular.
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Si bien el desarrollo del sistema televisivo fue importante durante los 60, la
programación estaba concentrada en pocas manos y en el interior los
canales eras subsidiarios de los canales capitalinos. Los canales del interior
se convertían en repetidoras de los de la capital, pero pagaban por ese
material y lo comercializaban a través de la publicidad.
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Los 80 y los 90
La vuelta a la democracia supuso un lento camino hacia las privatizaciones,
fundamentalmente en el gobierno menemista. En ese periodo se formaron
varias empresas multimedia. El diario Clarín se convirtió en el multimedio
más poderoso del país (concentra, además del diario, a la mayoría de los
diarios del interior del país, como La Voz del Interior, y es dueño de Canal 13,
Radio Mitre, Papel Prensa y la agencia de noticias DYN).
Durante los primeros años del Gobierno alfonsinista, se amplió esta apertura
hacia los programas serios en televisión, sobre todo en el canal oficial, que
se destacaba por una programación cultural.
Sobre todo a partir de 1987, tuvieron alto rating los programas de juegos y
concursos, especialmente el programa de Susana Giménez.
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Referencias
Landi, Oscar. (1992). Medios. Transformación cultural y política. Colección
comunicación y cultural. Ed. Legasa. Buenos Aires, Argentina.
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El discurso televisivo
DRA. MARIA J. VILLA
Las representaciones icónicas (desde las pinturas rupestres hasta las imágenes de síntesis
logradas con las últimas tecnologías) persiguen la búsqueda de la ilusión de realidad, esta lógica
figurativa llega a su punto culminante en la televisión. Dice Diego Levis (1999, p.48)
“La capacidad de la televisión para mostrar aquello que pasa mientras está pasando, ha
contribuido a hacer del televisor una ventana a través de la cual millones de personas en todo el
mundo se asoman a la vida (o creen hacerlo) … Una realidad construida de interpretaciones y no
de experiencias, en la cual la lógica de lo visible relega a lo vivido. Donde lo visible está hecho de
ocultaciones, luces y sombras detrás de una pantalla, mampara opaca que no permite ver lo que
hay detrás…”
“No es cierto que una imagen valga más que mil palabras (…) Hay que preguntarse si los
imperativos del formato mediático (titulares, ritmos, caleidoscopios, fragmentación de
imágenes, impresionismo, inflación de palabras, sensacionalismo y cosmética de la
presentación) permiten realmente que mejore la conciencia ética de las gentes. Es decir, si
fomentan o no su altruismo, su inclinación por reflexionar sobre principios y consecuencias antes
de actuar” (1992, P. 8).
El espacio discursivo, más allá de los mecanismos del soporte, está representado por los sujetos
que se hacen cargo del acto de enunciación televisiva y que podemos clasificar coco:
1. Presentadores o conductores que encarnan la figura del anfitrión, el que hace las
preguntas, el que da la palabra, el que hace la reflexión final.
102
Esta clasificación deje a un lado los programas de fantasía o ficción -según la denominación dada
por Eco (1986), que no se verifican con la realidad y por lo tanto eluden el problema de la
veracidad. Hoy ya no se puede hablar taxativamente de límites entre realidad y ficción en la
televisión, la veracidad es ambigua, huelgan los ejemplos de los reality shows y los talk show
presentados como parte de la realidad mediatizada y sospechados acerca de su autenticidad.
Giovanni Sartori sostiene que “la TV puede mentir y falsear la verdad como cualquier otro medio,
sin embargo, la “fuerza de la veracidad” inherente a la imagen hace la mentira más eficaz y por
lo tanto más peligrosa” (1998, P.99).
Hoy a nadie le extraña que la televisión sea el espacio para las peleas entre matrimonios o
vecinos, para juicios de escala menor con Juez incluido, hasta de intentos de suicidios en vivo y
en directo. Hoy la televisión se constituye en frontera entre la vida cotidiana de algunos
(hacedores del espectáculo) y los “otros”, los que observan desde el otro lado de la pantalla.
¿hace esto más creíble y confiable a la televisión? ¿Qué ocurre con esa credibilidad cuando se
erige en mediadora de la opinión pública para decidir el futuro de un país (campañas electorales,
debates políticos, denuncias de corrupción, etc.)?
Eco (1986) sostiene que una serie de nuevas “realidades” comienzan a aparecer y a re-definir
los efectos de verdad y de verosimilitud que lo rodean. La televisión actual genera
modificaciones en las estrategias discursivas de los enunciadores televisivos y crea nuevos
parámetros y nuevas prioridades. Una de ellas en lo que Eco (1986) denomina
autoreferencialidad de la televisión, esta se volvió su propio tema y es corriente que se parodie
a sí misma.
Los medios masivos en general y la televisión en particular, han bloqueado el espacio público y
modificado la vida política sometida a la espectacularización, al punto que podríamos decir que
no hay política sin medios. El político busca una identidad estratégica a través de múltiples
presentaciones de sí mismo en una relación dialéctica con los intereses de los presentadores,
pues la instalación de los políticos en la televisión está estrechamente vinculada a las
características propias de la práctica periodística.
Dentro de las variantes tenemos aquellos, que realizan (no excluyente en los anteriores)
investigaciones a través de cámaras ocultas y testimonios “in situ”, como nuevas maneras de la
visibilidad televisiva que favorecen a la emoción del receptor.
Son aquellos que se llaman a sí mismos de tal manera, por lo general ubicados en espacios
genéricos que provienen del periodismo impreso o de la radio pero también definidos en los
mismos programas y en los anuncios o avances de la televisión misma.
Si bien los rasgos que aparecen tienen su origen en los dispositivos de la prensa gráfica, al pasar
al régimen televisivo, han creado un estilo propio. El paso de la escritura a la oralidad-visibilidad
comprende un desplazamiento, aunque conserva la función y el sustrato temático del soporte
anterior, se híbrida en las condiciones de producción y de recepción. Se asocia al funcionamiento
comunicativo del medio (fugacidad, instantaneidad), a los hábitos de recepción y al sistema de
expectativas.
Las instancias de diálogo en estos tipos de programas se dan tanto en set televisivo entre los
enunciadores como con el “otro no-visible” que está del otro lado del televisor, cuando el
presentador mira a la cámara y establece un contrato de caución, de confianza. Esta fase to fase
con otro imaginario refuerza la perspectiva de intercambio comunicacional.
Dentro de todo programa que se designa como de análisis o de opinión, se produce un espacio
editorial. Las estrategias discusivas en el editorial televisivo se relacionan con el lugar desde el
cual el sujeto de la enunciación se instaura, como representante depositario de un poder-saber.
Bibliografía
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La red Internet:
¿nuevo medio de
comunicación?
Análisis de los
medios de
comunicación
1
106
Tabla 1
2
107
Figura 1
3
108
De lo analógico a lo digital.
El futuro de la enseñanza de la composición
Daniel Cassany*
Comunicación y desarrollo1
En los albores del siglo XXI estamos asistiendo –si es posible de modo
todavía más acelerado– a una enésima expansión de la capacidad comunicativa
humana. Me refiero a la expansión del soporte digital del lenguaje
(computadoras, pantallas, teclados, internet, etc.) como complemento o
sustituto del soporte analógico tradicional (sonidos, ondas hercianas, papel,
libros, etc.). En apenas dos décadas (la primera computadora personal saltó al
mercado en 1982), los sistemas de representación y transmisión de información
*
Daniel Cassany es doctor en Ciencias de la Educación y profesor de Análisis del Discurso de la
Universitat Pompeu Fabra (Barcelona, España). Ha publicado varios artículos y libros sobre
didáctica de la lengua, comunicación escrita y análisis del discurso. E-mail de contacto:
daniel.cassany@trad.upf.es. Sitio personal: http://www.upf.es/dtf/personal/danielcass/index.htm.
1
Debo y agradezco a Sebastián Bonilla, Cristina Gelpí y Jaume Palau numerosos comentarios sobre
versiones previas de este artículo, que me ayudaron a desarrollar ideas y corregir errores. Una
versión reducida de este texto se publicará en la revista del CETEX (Centro de Estudios Textuales)
del Instituto Pedagógico El Libertador de Maturín (Venezuela), como actas de las jornadas
“Didáctica del texto escrito”, celebradas en junio del 2000 en aquella ciudad. La presente versión
expande, detalla y documenta las ideas principales del texto.
109
por dígitos (soporte o entorno digital) se han generalizado y hoy son tan
habituales como los analógicos, que representan y transmiten datos con
elementos físicos, compuestos por átomos: sea el habla (voz, sonido, labios) o la
escritura (papel, libro, máquina de escribir). El día a día se ha llenado de correos
electrónicos o e-mails, charlas on line o chats y webs o sitios en la red (internet),
al mismo tiempo que se multiplica el uso de los celulares y que decae el volumen
de cartas y faxes.
2
A título de ejemplo, un estudio sociológico reciente (Nie y Erbring, 2000) apunta, entre otros
datos, que el uso de la tecnología digital (comunicaciones, compras, búsqueda de ocio e
información en internet) crece a medida que los usuarios se familiarizan con el medio y que
provoca que disminuya el seguimiento de los medios de comunicación más tradicionales o incluso
el contacto con el entorno social.
110
De lo analógico a lo digital
Aunque este cambio afecte tanto al habla como a la escritura, nos centraremos
aquí en la segunda, contrastando sus principales características:
Ámbito pragmático
1. Interlocutores: comunidad de habla 1. Interlocutores: comunidades virtuales
(local, nacional, idiomática). (tribus virtuales). Diversidad cultural.
Monoculturalidad. 2. Acceso ilimitado.
2. Acceso limitado a destinatarios y
recursos enciclopédicos. 3. Mundo virtual y ubicuo.
3. Mundo presencial con coordenadas 4. Canales visual y auditivo. Hiper o
físicas. multimedia.
4. Canal visual. Lenguaje gráfico. 5. Interacción simultánea, transmisión
instantánea.
5. Interacción diferida, transmisión lenta, 6. Bajo coste.
etcétera.
6. Alto coste.
Por otra parte, el entorno digital ha creado nuevos géneros (e-mail, chat,
sitio web) y formatos discursivos (interfaz o interface de pantalla, etc.; núm. 9),
que poco a poco van estandarizando sus usos lingüísticos, con estructura,
registro y fraseología particulares (núm. 10). En el plano estructural, por
ejemplo, es corriente que un e-mail arranque con un informal Hola, X, y termine
con el nombre del autor y un membrete con sus datos (apellidos, cargo,
direcciones, etc.), separado con cenefas gráficas –al revés que una carta
tradicional, que lo lleva al principio–. Otros rasgos son que el mensaje puede
incluir fragmentos copiados literalmente de otro e-mail (marcados con el signo >
al principio de cada línea y con la indicación X escribió: al inicio) e incluso
documentos (o attachment) en formatos variados (texto, foto, vídeo, dibujo,
etc.). Del mismo modo, es habitual que la página de superficie de una web
incluya el menú y los submenús o índices de la misma para guiar al navegante,
así como los iconos con los enlaces para acceder a las páginas interiores; o que
la rutina conversacional del chat exija saludar informalmente a los interlocutores
cuando se entra a la habitación (room) y despedirse cuando se sale, ¡aunque
sean desconocidos e invisibles!
En el aula
En esta línea cabe destacar iniciativas como las de muchos Writing Centres
o Labs, de universidades y colleges norteamericanos, que han desarrollado webs
y tutoriales en línea muy exhaustivos e interesantes (véase por ejemplo el Online
Writing Lab, de Purdue University). También resulta curioso y esperanzador el
Calibrated Peer Review (CPR)™, un entorno virtual de escritura y revisión entre
pares, en la línea de los revisores de revistas científicas. También es interesante
la revista virtual Kairos, especializada en escritura digital y sistemas en línea de
enseñanza-aprendizaje de la comunicación escrita.
Bibliografía
D O S S I E R
Comunicación interactiva en
los cibermedios
Interactive Communication in the Cybermedia
RESUMEN
Internet ha incorporado los medios de comunicación tradicionales y ha originado otros, así como
unas redes sociales hasta crear otro ámbito informativo englobado bajo la denominación de
cibermedios, los cuales introducen otras formas de comunicación basadas en los procesos de
interactividad, el desarrollo de nuevas relaciones entre los usuarios, otras mediaciones técnico-
comunicativas, los cambios en la concepción de la información, las transformaciones en los
modelos narrativos y expresivos con una expansión de las posibilidades de navegación e hiper-
textualidad, las sinergias entre la ciberprensa, la ciberradio la cibertelevisión y las redes sociales
y un nuevo universo espacio-temporal. Este trabajo, resultado de una investigación sobre estos
aspectos, analiza estas mutaciones de los cibermedios y de sus diversas variantes y las sistematiza
para aportar nuevas dimensiones a la construcción teórica del emergente modelo de comunica-
ción interactiva.
ABSTRACT
Internet embeds both conventional mass media and its own cybermedia with a social network
that introduces a new communication process based on interactivity, new ways of relating users,
different technical and communicative mediations, a new information outlook and changes in
the narrative and expressive models together with an expansion of the possibilities of navigation
and hypertextuality, creating synergies between the cyberpress, cyberradio, cybertelevision and
the social network within a new space-time globality. This article –drawn from research work
in these fields– analyses the changes that have affected the cybermedia in their different varia-
tions, and systematizes these phenomena in order to provide new dimensions for the theoretical
construction of the emerging interactive model of communication.
Comunicar, nº 33, v. XVII, 2009, Revista Científica de Educomunicación; ISSN: 1134-3478; páginas 15-24
16 119
La inmensa mayoría de los medios tradicionales que controlan los medios tradicionales y los ci-
–prensa, radio y televisión– se han instalado en la pla- bermedios.
taforma Internet y han ido incorporando las aportacio- La evolución de los cibermedios ha llevado a su
nes específicas de ésta. Junto a ellos han nacido otros presencia en las plataformas de la telefonía móvil (Va-
dentro de la Red. A su vez Internet ha ido acogiendo cas, 2007). No es sustitución sino ampliación a otra
algunos aspectos de los medios tradicionales, especial- modalidad comunicativa y que conduce a hablar de
mente los contenidos informativos. Se ha creado una cibermedios móviles.
simbiosis que está dando origen a los cibermedios, en b) Estudios anteriores. La investigación sobre In-
los cuales se generan otras formas de comunicación ternet y ciberperiodismo se inició a los pocos años del
cada vez más interactivas, lejanas de la comunicación nacimiento de ambos, y ha seguido ampliando sus
unidireccional1. campos y objetos de investigación a medida que han
La originalidad de los cibermedios es que todos se ido expandiéndose, aunque no con la misma rapidez.
hallan en la misma plataforma, Internet, en sus diver- Los estudios sobre ciberperiodismo se enmarcan
sos sistemas de difusión y distribución: cable, satélite, en el campo más amplio de las investigaciones genera-
ondas hertzianas y su correspondiente web. Esto per- les sobre Internet (López García, 2005) y en otras que
mite pasar de uno a otro con un clic, trabajar simultá- giran en torno a la sociedad de la información (Cas-
neamente con varios o establecer unas sinergias que tells, 1997; 1998a; 1998b), en los estudios de los con-
no podían hacer los medios tradicionales, ni siquiera tenidos digitales que han tenido en el Grupo Gaptel
los pertenecientes al mismo grupo de comunicación. (2006) uno de los desarrollos más extensos, además
a) Concepción de los cibermedios. Se entiende de sus trabajos sobre Internet y la telefonía móvil
por «cibermedio» el proceso que va de un productor- (www.red.es).
emisor de contenidos y servicios informativos median- Dentro del campo específico de los cibermedios se
te estrategias y técnicas periodísticas especificas y ade- observa una evolución desde los estudios sobre el cam-
cuadas a las exigencias de la plataforma Internet y con bio de la concepción de la información (Cebrián,
la potencialidad incorporada por ésta como el uso inte- 2000; 2005; Parra & Álvarez, 2004; Meso, 2006), el
grado de varios sistemas expresivos: escrito, gráfico, diseño y organización de contenidos en la prensa (Díaz
icónico, auditivo, audiovisual y multimedia, hasta llegar Noci, 2003; Salaverría, 2005a) y en los medios audio-
a unos usuarios que pueden seguir, manejar o producir visuales en Internet, hasta las diversas expansiones de
otras informaciones y entablar diálogo o intercambiar- ésta: cibermedios (Salaverría, 2005b), ciberradio (Ce-
se los papeles con el emisor. Se parte, pues, de una brián, 2008a), blogs (Cerezo, 2006; Rojas, 2007; Ló-
concepción de los cibermedios como procesos dife- pez García & Otero, 2007; Cebríán & Flores, 2007;
rentes a los de los medios de comunicación tradiciona- Flores, 2008), redes P2P (Aragüés, 2007), Web 2.0 o
les. No obstante, no se plantean como radicalmente redes sociales (Fumero & otros, 2007), podcasting
opuestos, sino que se establecen diversas vinculacio- (Marcelo & Martín, 2007).
nes entre unos y otros. La investigación anterior se ha focalizado mucho
Pueden diferenciarse tres modalidades de ciber- en prensa y escasamente en medios audiovisuales y
medios: a) Cibermedios matriciales: son los presentes mucho más en la evolución, diseño, contenidos y tra-
en Internet cuyo origen se inicia previamente en papel tamientos que en otras dimensiones. La presente apor-
como la prensa o mediante difusión electrónica como tación se centra en las nuevas formas de comunicación
la radio y la televisión. Desarrollan una evolución des- interactiva y sus delimitaciones, así como en los mode-
de su matriz hasta la plena adecuación a Internet; b) los de servicios que aparecen en las webs de los ciber-
Cibermedios nativos: son los nacidos dentro de In- medios.
ternet sin referencia matricial alguna. Sin embargo, en c) Hipótesis y objetivos. Se parte de la hipótesis de
la concepción de la primera etapa se aprecia un pre- que Internet, al introducir tantas transformaciones co-
dominio de la mentalidad de los medios tradicionales y municativas, está generando unos cibermedios en los
pasan por un proceso de mestizaje hasta que poco a que surgen otros modelos de comunicación basados
poco van adquiriendo sus características específicas; c) en procesos interactivos, otras modalidades informati-
Cibermedios sociales: es un paso adelante en las vas, otros modos de narrar los datos, los hechos, las
comunicaciones en Red; representan la comunicación ideas y opiniones, otros recursos expresivos que supe-
directa entre miembros de la sociedad civil, grupos de ran la integración audio-escrito-visual de los medios
personas afines que establecen un diálogo o intercam- anteriores hasta constituir un lenguaje multimedia. Los
medios tradicionales han incorporado algunas formas tea un análisis de conjunto. Se ha creado un protocolo
procesos de interactividad de los emisores con los planteados para fomentar el diálogo entre los usuarios
Comunicar, 33, XVII, 2009
tensión de los estudios sobre los comportamientos rea- respectivos medios tradicionales, sino la habilidad en el
de cada uno y es lo que aflora al público, mientras el ca el narrador y las sugerencias de enlaces que éste le
Comunicar, 33, XVII, 2009
resto queda oculto. Existe una información de superfi- propone con otras asociaciones y consultas que crea
cie y otra de fondo, desconocida, que es la que permi- por su cuenta. Además de esta capacidad de interrela-
te tomar las decisiones relevantes a quienes disponen cionar unos contenidos y tratamientos con otros, el
de ella. Los cibermedios amplían esa potencialidad de usuario toma las rutas que desee; actúa con diversas
oferta de información, pero también queda oculta otra opciones de navegación y explora otros recorridos
parte copiosa ya que los buscadores no la detectan. La según sus necesidades e intereses. No hay un segui-
dificultad existe no en el interés de algunos por prote-
miento único sino que varía de unos usuarios a otros e
gerla, sino por los obstáculos técnicos para conseguir-incluso el mismo usuario ensaya caminos diferentes en
la. Por un lado, aparecen tantos miles de respuestas cada uno de sus recorridos. Es una narración abierta y
por cada consulta en diversidad de idiomas, incluso en gran parte compartida por los usuarios. El produc-
con escrituras muy diferentes, que se requieren días tor de mensajes aporta unas líneas de seguimiento y los
usuarios pueden seguirlas o
emprender otras. Existen, co-
mo en los chats, en los foros y
Los ciberperiódicos se aproximan a los medios audiovisuales en los blogs narraciones simul-
táneas e interpuestas entre via-
con incorporación de los sistemas expresivos de éstos. La rios participantes hasta llegar a
ciberradio y la cibertelevisión también intentan integrar los la confusión sobre quién es el
sistemas de los demás. A pesar de los deseos de introduc- que interviene. En las redes so-
ciales se alcanzan relatos y de-
ción de diversidad de recursos en todos los cibermedios bates entre múltiples intervi-
hasta llegar a la máxima aproximación entre las webs de los nientes. Se organiza una «con-
creación» o una cooperativa
medios impresos y las de los medios audiovisuales; sin narrativa.
embargo, no se ha llegado a una integración de todos ellos Aparecen también modifi-
en un planteamiento plenamente audiovisual y multimedia caciones en el sistema expresi-
vo. De los sistemas aislados se
en el que cada sistema expresivo cumpla una función llega a la integración de todos
combinatoria específica. en un conjunto. Se ha implan-
tado un lenguaje multimedia
que supera la integración de los
sistemas expresivos audiovisua-
para observarlas. Por otro lado, los buscadores actua- les para adquirir una dimensión más amplia con otras
les sólo captan una parte mínima de la información aportaciones específicas que no aparecen en los
ubicada en Internet. El resto queda oculta y sólo con medios tradicionales como sucede con la navegación,
tratamientos muy especiales de los buscadores puede hipertextualidad e interactividad. Es tanta ya la profu-
ampliarse, se genera otro tipo de iceberg. sión de variantes de éstas que para su comprensión es
imprescindible el análisis de los diversos modelos:
3.5. Innovaciones en los modelos narrativos y • Modelos de navegación o búsquedas. Los ciber-
expresivos medios trabajan con buscadores ajenos como el Goo-
Con los cibermedios nacen nuevas modalidades gle, Yahoo! y otros; y buscadores propios para la de-
de exposición y narración de datos (uso de estadísticas tección de la información almacenada exclusivamente
gráficas en forma de columna o en círculo), de hechos dentro de la propia web. En varios casos hay buscado-
(incluso en directo en el caso de acontecimientos im- res internos que exhiben los resultados de búsquedas
portantes), de ideas y opiniones (foros, chats, comen- en el exterior, pero mantienen al usuario dentro de su
tarios). Todos los cibermedios presentan una gran va- propia dirección; de este modo se consigue retener al
riedad de recursos expresivos (Scolari, 2004). consultor. Hay otros que permiten las búsquedas ex-
Se pasa de la narración lineal escrita o audiovisual ternas con la posibilidad de que el usuario se quede en
a otra multimedia e interactiva. La interactividad co- ellas y pueda hacer otros recorridos lejanos de la web
municativa se relaciona con la capacidad hipertextual del cibermedio por la que se introdujo. Nacen tam-
e hipermedial de los usuarios para asociar lo que indi- bién otras variables de navegación como la lineal o de
secuencialidad sin opción de vuelta, la de opciones media recogen los documentos sonoros y videográfi-
hasta establecer una jerarquización de los mismos con simultáneo de la programación por el televisor y del
Comunicar, 33, XVII, 2009
independencia de la valoración ofrecida por el ciber- chat y del foro por ordenador. Sobresale el envío de
medio. Se da entrada a los blogs dirigidos por profesio- mensajes a los programas y las llamadas telefónicas de
nales u otras personalidades de prestigio. participación en concursos; el canal promueve las lla-
La ciberradio mantiene la oferta de la programa- madas y selecciona algunos mensajes, mientras que la
ción de la emisora matriz correspondiente sin modifi- web va ofreciendo resultados cuantitativos de apoyo a
cación alguna y en plena sincronía, pero ha introduci- unos concursantes o a un tema planteado. Esta vincu-
do otras innovaciones que le otorgan una diferencia lación vía teléfono fijo o móvil no ha pasado todavía a
clara respecto de la radio tradicional. Presenta un ac- las posibilidades que ofrecen las webcam personales
ceso en tiempo asincrónico por programas, por entre- para la participación presencial de los usuarios ni en el
vistas, por comentarios y otros contenidos relevantes. canal ni en el cibermedio. Tampoco se ha dado el paso
Cada vez aparecen mayores vinculaciones con iTunes al videopodcasting. En algunas webs aparecen blogs
para la descarga de documentos sonoros, especial- conducidos por algunos profesionales o dejados como
mente musicales. Se incorporan chats y foros vincula- plataforma para los diálogos y debates entre los segui-
dos a los programas importantes, sin embargo, apenas dores del canal, pero queda pendiente la incorpora-
se observa la incorporación de la IPVoz. Algo similar ción de los videoblogs como sería lo más lógico. Tam-
sucede con la red P2P para el intercambio de docu- poco se introducen las redes P2P para el intercambio
mentos que suele funcionar independientemente de de documentos audiovisuales entre los usuarios de la
las webs radiofónicas. Por el contrario, ya está incor- web.
porada profusamente la RSS o sindicación para las Las plataformas de redes sociales, generadas por
aplicaciones del podcasting para cuyos usos la ciberra- las innovaciones de la Web 2.0 (Jones, 2003), fomen-
dio aporta instrucciones o aclaraciones, ofertas de tan el diálogo e intercambio de mensajes con múltiples
contenidos agrupados por temas o por programas a los encadenamientos entre los participantes. Algunos ci-
que pueden suscribirse los oyentes. Ya se van introdu- bermedios se dedican ya exclusivamente a difundir do-
ciendo algunos blogs, pero no se ha pasado la frontera cumentos sonoros, música fundamentalmente, docu-
de la experimentación de los audioblogs. Radio Na- mentos visuales como fotografías o documentos au-
cional de España da acceso libre a su archivo sonoro. diovisuales como los vídeos producidos por personas
La Cadena Ser mantiene un medidor, denominado particulares o pequeños grupos no profesionales. En
pulsómetro, para realizar encuestas automáticas en un este sentido YouTube, MySpace, Facebook y otras re-
tiempo determinado según las llamadas telefónicas de des sociales representan una tendencia a la comunica-
sus seguidores. ción interactiva social (Cebrián, 2008b) con produc-
Las webs de los canales televisivos apenas han ciones realizadas por la propia sociedad civil y a las
incorporado el acceso a la programación ni en tiempo que acuden los medios y cibermedios como fuentes in-
sincrónico, ni asincrónico. Se quedan en la informa- formativas sonoras, visuales y audiovisuales.
ción sobre la programación, programas concretos y La penetración de los cibermedios en la telefonía
comentarios propagandísticos en torno a alguno de los móvil abre otra innovación mayor que requiere nuevas
componentes de las fichas técnicas. No obstante, se investigaciones para apreciar los cambios que esta pla-
aprecian ya algunas ofertas en directo mediante la tec- taforma incorpora y cuáles son los elementos específi-
nología videostreaming y que da origen a la denomina- cos que añade (Castells y otros, 2006). Desde la tele-
da IPTV (televisión con protocolo de Internet) espe- fonía móvil puede accederse a los cibermedios. No
cialmente para los usuarios que disponen de accesos son, por tanto, dos plataformas opuestas, sino que en-
con banda ancha de ADSL. La cibertelevisión se va tre ambas se establecen diversas sinergias: desde los
cargando de vídeos o producciones aisladas, sin se- cibermedios fijos a la telefonía móvil y desde los ciber-
cuencialidad programática y se abre a nuevas concep- medios móviles hacia los fijos. Uno de los objetivos de
ciones conocidas ya como plataformas sociales de fo- las empresas operadoras es precisamente explotar al
tos y de vídeos como YouTube, MySpace, Facebook y máximo estas opciones. A su vez la telefonía móvil
otras. También se ha dado el salto a la presencia en aporta otros contenidos y servicios que no aparecen
otras plataformas como Antena 3 en YouTube. Queda en los cibermedios fijos como los SMS y los MMS.
pendiente la oferta por fragmentaciones de la progra- Estas constataciones conducen a otra en la que se
mación y programas y accesos de los usuarios a las aprecia una convergencia de los medios pertenecien-
mismas. Se han incorporado los chats y foros vincula- tes al mismo grupo de comunicación que lleva a la cre-
dos a los programas con grandes éxitos de seguimiento ación en algunos casos de redacciones comunes.
Existen intentos desde hace más de una década de nados vídeos de noticias y otras informaciones y servi-
ximación entre las webs de los medios impresos y las CEBRIÁN HERREROS, M. (2008a). La radio en Internet. De la cibe-
Comunicar, 33, XVII, 2009
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57, para la ciberradio con 32 y para la cibertelevisión con 31. MESO, K. (2006). Introducción al ciberperiodismo. Breve acerca-
4 En un trabajo anterior se ofrecieron unas bases para una teoría miento al estudio del periodismo en Internet. Bilbao: Universidad
global del modelo comunicativo interactivo. Ahora se refuerzan con del País Vasco, Leioa.
los resultados obtenidos de la investigación sobre el modelo utilizado PARRA, D. & ALVAREZ, J. (2004). Ciberperiodismo. Madrid: Síntesis.
en concreto por los cibermedios (Espinosa, 2005: 173-207). ROJAS, O.; ALONSO, J.; ANTÚNEZ, J.L. ORIHUELA, J.L.; & VARELA,
J. (2007). Blogs. La conversación en Internet que está revolucio-
nando medios, empresas y a ciudadanos. Madrid: ESIC.
Referencias SALAVERRÍA, R. (2005a). Redacción periodística en Internet. Pam-
ARAGÜÉS, A. (2007). P2P. Madrid: Anaya Multimedia. plona: Eunsa.
BAUSCH, P.; HAUGHEY, M. & HOURIHAN, M. (2002). Weblog. Pu- SALAVERRÍA, R. (Coord.) (2005b)). Cibermedios. El impacto de In-
blishing. Online with Weblogs. Indianapolis: Wiley Publishing Inc, ternet en los medios de comunicación en España. Sevilla: Comuni-
CASTELLS, M. (1997). La era de la información. Economía, socie- cación Social.
dad y cultura, v. 1: La sociedad red. Madrid: Alianza; v. 2: El po- SCOLARI, C. (2004). Hacer clic. Hacia una sociosemiótica de las
der de identidad. Madrid: Alianza, 1998a; v. 3: Fin de milenio. Ma- interacciones digitales. Barcelona: Gedisa.
drid: Alianza, 1998b. VACAS, F. (2007). Teléfonos móviles. La nueva ventana para la co-
CASTELLS, M.; FERNÁNDEZ-ARDÉVOL, M.; LINCHAUN QIU, J. & SEY, municación integral. Madrid: Creaciones Copyright.
A. (2006). Comunicación móvil y sociedad. Una perspectiva glo- VARIOS (2003). Usabilidad, interactividad y arquitectura web. Bil-
bal. Barcelona: Ariel-Fundación Telefónica. bao: Kodeag.org.
RESUMEN
Los últimos avances tecnológicos han originado el nacimiento de un nuevo medio,
con un lenguaje propio y con unas características de comunicación y contenidos diferen-
tes a los medios tradicionales (prensa, radio y televisión). Este nuevo medio que deno-
minamos on line, convive con los medios de comunicación tradicionales de una manera
que, hoy por hoy, podemos considerar provisional o, incluso, experimental. La juventud
de los medios presentes en la red les hace todavía, dependientes de los medios conven-
cionales, debido a la mayor experiencia de estos últimos en el mundo y en los sistemas
de la comunicación. Esta relación de dependencia con respecto a los medios tradiciona-
les se produce, sobre todo, en lo que se refiere a la dotación de contenidos informativos,
de personal cualificado y de una estructura organizativa determinada. Por tanto, el momen-
to actual, nos sitúa en una etapa de patente transición, donde todavía están pendientes la
definición de algunas de las competencias de cada uno de los medios, así como la deli-
mitación de sus formas propias de expresión dentro del nuevo escenario comunicacional.
PALABRAS CLAVE: prensa, Internet, prensa digital, evolución de la prensa digi-
tal, tendencias de la prensa digital, comunicación multimedia.
ABSTRACT
COEXISTENCE OF THE PRESS WRITTEN AND THE PRESS ONLINE IN ITS
TRANSITION TOWARDS THE COMMUNICATION MODEL MULTIMEDIA
Latest technological advances have originated the birth of new media, with an own
language and characteristics of communication and contents different from traditional
71
129
M.ª Ángeles Cabrera González Convivencia de la prensa escrita y la prensa “on line” en su transición...
mass media (press, radio and television). This new media that we denominated online,
coexist with the traditional mass media of a way that, at the present time, we can consi-
der provisional or, even, experimental. The youth of the media presents in the network
still does to them, employees of conventional means, due to the greater experience of
these last ones in the world and the systems of the communication. This relation of depen-
dency with respect to traditional media takes place, mainly, in which it talks about the
dowry of informative contents, qualified personnel and a determined organizational struc-
ture. Therefore, the present moment, locates to us in a point of clear transition, where
still they are pending the definition of some of the competitions of each one of media,
as well as the boundary or delimitations of its own forms of expression within the new
communicational scene.
KEY WORDS: Newspaper, Internet, Digital press, Evolution of the digital press, ten-
dencies of the digital press, communication multimedia.
M.ª Ángeles Cabrera González Convivencia de la prensa escrita y la prensa “on line” en su transición...
M.ª Ángeles Cabrera González Convivencia de la prensa escrita y la prensa “on line” en su transición...
M.ª Ángeles Cabrera González Convivencia de la prensa escrita y la prensa “on line” en su transición...
M.ª Ángeles Cabrera González Convivencia de la prensa escrita y la prensa “on line” en su transición...
Pero pese a las expectativas, la juventud de la prensa en línea nos lleva a afir-
mar que se encuentra todavía en pleno proceso de maduración, de manera, que
las versiones digitales actuales responden, en la mayoría de los casos, a un mode-
lo experimental. Esta es la razón por la que todavía nos encontramos en una eta-
pa de transición hacia el nuevo medio y de adaptación a las posibilidades expre-
sivas que el mismo ofrece.
La aceptación de la situación actual como etapa transitoria de la prensa en
línea, da razón de la necesaria dependencia de ésta de los medios tradicionales,
en concreto, de la prensa escrita. Resulta innegable la necesidad de coexistencia
del medio on line con la prensa convencional por varios motivos, entre los que
podemos señalar: la necesidad de una infraestructura organizativa que todavía no
existe de modo independiente en la edición digital, la falta de contenidos infor-
mativos suficientemente elaborados, y la urgente demanda de profesionales cua-
lificados. Todas estas carencias son, de momento, subsanadas desde las edicio-
nes en papel de los diarios; lo cual no significa que necesariamente tenga que
suceder siempre así. También tenemos experiencia del nacimiento de publica-
ciones diarias con contenidos similares a los periódicos que han visto la luz en
el medio digital sin tener referente en el soporte papel. Éste sería el caso de La
Estrella Digital o de Libertad Digital en nuestro país, o el pionero de Nando en
Estados Unidos.
El modo en que la prensa está presente en dos soportes diferentes a la vez, ha
supuesto una influencia recíproca en cada una de las versiones que se traduce en
cambios tanto internos (organización de las redacciones) como externos (diseño
de los contenidos, elaboración y selección de los mismos). La prensa en su con-
tinua y dinámica adaptación tecnológica ha evolucionado desde antes de la apa-
rición de Internet, por lo que su transformación actual no es más que un paso más
en su constante modificación de códigos y de lenguajes –tipografía, diseño, color,
grafismos, etc.–. De hecho, los nuevos valores visuales de la prensa han sido deter-
minantes, en gran medida, en la creación de la imagen del primer Internet, el que
conocemos hoy y el que evolucionará, con seguridad, en los próximos años hacia
soluciones más acordes con las posibilidades y la evolución del soporte digital.
No obstante, si en relación con el aspecto visual, se puede afirmar que la expe-
riencia del diseño en prensa ha inspirado y sigue inspirando los criterios visua-
Estudios sobre el Mensaje Periodístico 76
2001, n.° 7: 71-78
134
M.ª Ángeles Cabrera González Convivencia de la prensa escrita y la prensa “on line” en su transición...
les de la prensa en el nuevo medio, nos encontramos con otra cuestión pendien-
te de resolver en relación con los contenidos. En este sentido, la prensa ha sali-
do al paso ofreciendo a Internet, y así lo sigue haciendo en la mayoría de los casos,
los mismos contenidos que trabaja para su versión impresa. Sin embargo, el nue-
vo medio exige tanto al soporte papel como al digital, la búsqueda de contenidos
propios y diferenciadores que contribuyan a la resolución de la crisis de identi-
dad que, desde tiempo atrás, atraviesa la profesión.
BIBLIOGRAFÍA
Esta comunicación recoge una serie de reflexiones que ya en parte están pre-
sentes en otros artículos y publicaciones que la autora ha venido realizando en
los últimos años, todos ellos basados en el estudio e investigación de la evolu-
ción y tendencias de la prensa desde la aparición de Internet.
M.ª Ángeles Cabrera González Convivencia de la prensa escrita y la prensa “on line” en su transición...
Otros autores
Resumen
La presente reseña del texto “La Tiranía de la Comunicación” de Ignacio Ramonet,
busca -pasado ya 10 años de su primera edición- hacer una revisión de sus principales
aportaciones, la importancia de los conceptos y enunciados que contiene y su vigencia
actual. Editado en 1998, es una de las obras más conocidas y que más ha circulado de
Ramonet. Presenta un marcado carácter descriptivo y declamativo de un conjunto de
imperantes vinculados a la comunicación, en el que nocivamente las sociedades se van
embarcando. En el aborda el problema de la superabundancia de la información que se
transforma en mercancía y las repercusiones que esto entraña: la mutación de la
definición de información ligada hoy a la ecuación “ver es comprender”, que a su vez
pone en cuestión el principio de actualidad, la exigencia de la veracidad y el ejercicio
del periodismo. Critica a la comunicación como “pacificadora universal”, que
reemplaza al paradigma del “progreso” y que se presenta como capaz de solucionar
todos los conflictos del mundo. Ignacio Ramonet es de reconocido prestigio mundial
por su rol cómo director, durante 18 años, de Le Monde Diplomatique y del
bimensual Manière de voir. Es doctor en Semiología e Historia de la Cultura por la
École des Hautes Études en Sciences Sociales de París y catedrático de Teoría de la
Comunicación en la Universidad Denis-Diderot. Especialista en geopolítica y estrategia
internacional y consultor de la ONU, ha estado en todas las apuestas de la lucha a favor
de los pueblos y países marginados. Con este trabajo exploratorio sobre la obra de
Ramonet, a una década de su aparición, pretendemos revalorizar su capacidad de
análisis crítico, reflexivo y propositivo frente a los fenómenos sociales, de los cuales el
autor da acabada cuenta en su momento, aun cuando para el común de los ciudadanos,
dichos fenómenos no existen o pasan totalmente desapercibidos. En un intento osado de
condensación, pero a la postre del trabajo que junto a la Dra. María J. Villa
compartimos en la Cátedra de Análisis de los Medios de Comunicación2, a modo de
conclusión, presentamos sus aportes en cinco paradigmas que hoy atraviesan nuestra
cotidiana realidad.
Palabras clave
Comunicación, Poder, Ramonet, Medios de Comunicación
Abstract
This review of the text "The Tyranny of the Communication " by Ignacio Ramonet,
look-past and 10 years after its first edition to revise his main contributions, the
importance of the concepts and statements it contains and its contemporary
relevance. Published in 1998, is one of the best known works and that has circulated
Ramonet. Presents a strong descriptive character and reciting a set of prevailing linked
to communication, in which societies are harmfully shipped. In addressing the problem
of the overabundance of information becomes a commodity and the implications that
this entails: mutation of the definition of information linked today to the equation
"seeing is understanding", which in turn calls into question the principle current, the
requirement of truth and journalism. Criticizes the media as "universal peacemaker",
which replaces the paradigm of "progress" and that appears to be capable of resolving
all conflicts in the world. Ignacio Ramonet is world renowned for his role as director for
18 years, Le Monde Diplomatique and the bimonthly manière de voir. He holds a PhD
in Semiology and History of Culture from the École des Hautes Études en Sciences
Sociales in Paris and Professor of Communication Theory at the University Denis-
Diderot. Specialist in geopolitics and international strategy and consultant to the UN,
has been all wagers from the struggle for marginalized peoples and countries. This
exploratory work on the work of Ramonet, a decade of onset, we intend to upgrade their
capacity for critical analysis, thoughtful and purposeful in front of social phenomena, of
which the author gives has finished at the time, even for ordinary citizens, these
phenomena do not exist or go completely unnoticed. In a daring attempt to
condensation, but in the end the work with PhD. Mary J. Villa share in the Department
of Analysis of Media, in conclusion, we present their views in five paradigms which are
currently undergoing our everyday reality.
Keywords
Communication, Power, Ramonet, Media
1. La Tiranía de la Comunicación
Los medios, renovados y seductores “opios de los pueblos” entretienen a los ciudadanos
“vendiéndoles el mejor de los mundos” y despojándoles de toda reivindicación o acción
cívica. A ellos, impregnados de los avances tecnológicos, el autor les adjudicará a lo
largo de la obra, un papel ideológico de primer orden, en una “nueva era de la
alienación, la cultura global y los mensajes a escala planetaria”.
Pareciera ser que la comunicación –al igual que sucedió con el recupero de las
democracias en Latinoamérica en los años ochenta- la promesa de felicidad en la
familia, la escuela, la empresa o el Estado lo inunda todo. Cuanta más comunicación
haya, se nos dice, más armoniosa será nuestra sociedad y más felices seremos. De allí,
dice Ramonet, la proliferación ilimitada de instrumentos a su servicio, de los que
internet (ya para los 90), constituye la culminación total, global y triunfal.
Con un marcado espíritu crítico y reflexivo, pero en un apego casi inevitable a los
hechos de la realidad que dan cuenta de los fenómenos, Ramonet pone en cuestión todo
Advierte de manera frontal y clara, que estamos ante una “tiranía totalitaria e
imperialista de una comunicación total”, que ejerce una auténtica opresión sobre los
ciudadanos… abdicando a su función liberadora que ejerció durante mucho tiempo. La
comunicación es hoy una obligación absoluta que inunda todos los aspectos de la vida
social, política, económica y cultural.
Cómo punto de partida, Ramonet señala que existen tres dimensiones diferentes de la
información, marcando un antes y un después:
- Información muy escasa versus superabundante.
- Ritmo parsimonioso y lento versus extremadamente rápida.
- Servicio Público versus mercantilización.
En este marco, deja entrever una idea que luego desarrollara en extenso en años
posteriores, y que tiene que ver con la constitución de un “quinto poder”, el cual debería
estar formado por el ciudadano que controlan el equilibrio informativo a través de
experiencias de veedurías u observatorio de medios.
Otro de los conceptos que resulta clave en este apartado, es el de “la censura”. Ramonet
habla de un cambio de concepción, ya que la misma no funciona por ocultamiento o
escases, sino que opera por demasía, acumulación o asfixia.
Otro punto polémico que Ramonet plantea en este apartado es la relación de los
periodistas y las relaciones púbicas; fundamentalmente en los referentes a la veracidad
de las fuentes de información. A su vez, sucede que el fenómeno de la auto información
pareciera prevalecer, como una plena convicción de que la mejor manera de informarse
es siendo testigo de los acontecimientos.
Desde luego que esto rompe las normas con las que se reconstruye un acontecimiento,
sumado a los criterios de instantaneidad y masificación, condición más ligada a la
rentabilidad comercial, que a la verdad.
Al respecto Ramonet sugiere: “los medios de Comunicacion deben desarrollar, cada vez
más, análisis sobre su propio funcionamiento, aunque sólo sea para que sepamos cómo
funcionan y para recordar que no están a salvo de la inspección, de la introspección y de
la crítica” (Pág. 68)
1.2. La televisión
La televisión necrófila
Bajo este concepto, el autor intenta describir lo que sucede cuando, partieron de
premisas falsas, se expresan claramente diversas informaciones emitidas por televisión a
través de imágenes y que luego hacen establecer diferentes interpretaciones. Su objetivo
es hacernos consientes de esta situación de modo tal que sirva para comprender la
dinámica televisiva y su realidad.
Los telediarios
Además, realiza un recorrido histórico del desarrollo de los Telediarios cómo género
que podemos resumir en los siguientes puntos:
- Nacen como género en EEUU en 1941. En los comienzos parecía un diario
leído, con incorporación de imágenes.
- Modelo hollywoodiense o espectacularización del mundo. Su objetivo es
provocar emociones: angustia, dolor, euforia, horror, sorpresa en una exacta
dosificación de tensiones, dramas, de esperanzas y consuelos.
- Fugaz y fragmentado: no puede rebasar los 30´.
- Tiene que ser breve, sencillo pero espectacular, didáctico y atractivo.
A su vez, respecto de la credibilidad de los telediarios, Ramonet nos dice:
- En el noticiero cinematográfico, las imágenes eran comentadas por una voz en
off anónima.
Mitos de la media
En este apartado, Ramonet ejemplifica cómo los distintos conflíctos bélicos han sufrido
o han utilizado a los medios de comunicación de masa, en sus estrategias de
información/ manipulación. Entre ellos señala:
- Crimea (1854-1856): uso de la fotografía.
- México (1911-1920): A través del cine, constituye la primera guerra filmada en
directo.
- 1ra. Guerra Mundial (1914-1918): importancia de la prensa y la fotografía.
- 2da. Guerra Mundial (1939-1945): radio y noticieros cinematográficos.
- Guerra de Corea (1950-1953): televisión.
- Guerra de Vietnam (1962-1975): La primera guerra televisada pero no en
directo. Ruptura entre el Gobierno y la opinión pública.
- Guerra de Malvinas (1982): Los medios de comunicación ingleses la presentan
como un conflicto fácil. La televisión argentina la muestra como “si estuviéramos
ganando”.
- El modelo de las Malvinas se va a aplicar en Granada (1983) y Panamá (1989).
Su idea acerca del “pensamiento único” muestra su preocupación por el destino del ser
humano y por la defensa de la palabra. La vigencia hegemónica del neoliberalismo
suprime toda posible opción y anula la crítica, reitera preceptos con pretensión universal
y ubica a los mercados financieros por encima de las democracias. Aquí el lugar de los
medios de comunicación se torna clave: la repetición constante equivale a demostración.
Como casi proféticamente lo decía George Orwell, en su novela “1984” cuando
presenta la creación de una neolengua cuyo vocabulario disminuye día a día y limita el
alcance del pensamiento. En este proceso, las tecnologías de la comunicación tienen un
papel central.
Insiste en la necesidad de constituir un quinto poder para que los pueblos puedan hacer
frente a la mercantilización de la información y a la concentración de los medios y
exigir mayor ética para que los periodistas puedan desarrollar su práctica profesional en
función de sus “conciencias y no de los intereses de los grupos que los emplean”.
Sin duda, este supuesto se ha roto y es quizás el principal argumento que da lugar al
texto de La Tiranía de la Comunicación, y sin duda su vigencia hasta estos días. A
medida que se aceleraba la globalización liberal, ese “cuarto poder” iba perdiendo su
Ramonet intenta mostrarnos que estamos ante una “revolución digital” en la que las
empresas mediáticas agrupan ahora, no sólo a los medios de comunicación tradicionales
(prensa, radio y televisión) sino también a todo lo que podríamos llamar el sector de la
cultura de masas, de la comunicación y de la información. La globalización es también
la globalización de los medios de comunicación y de información y estos megagrupos
ya no se plantean como objetivo cívico el de ser un “cuarto poder” para corregir los
disfuncionamientos de la democracia y perfeccionar así este sistema político. Ni desean
ser un “cuarto poder” ni tampoco se proponen actuar como un contra-poder.
Además, Ramonet deja claro como los medios son utilizados hoy como un arma de
combate en la nueva guerra ideológica. Pero también que la información, por su
explosión, por su multiplicación, por su sobre-abundancia, se encuentra hoy literalmente
contaminada, envenenada por toda clase de mentiras, emponzoñada por los rumores, por
las distorsiones y por las manipulaciones. De ahí que los ciudadanos tengan una
necesidad urgente de recurrir a un referente que les garantice o que les asegure que la
información que el ciudadano va a consumir es una información válida, seria, segura,
verídica, verdadera.
En síntesis y como un intento osado de condensación, pero a la postre del trabajo que
junto a la Dra. María J. Villa compartimos en la Cátedra de Análisis de los Medios de
Comunicación4, quizá podamos sintetizar los aportes de Ramonet en el texto que nos
ocupa, enunciando cinco paradigmas que hasta hoy atraviesan nuestra cotidiana
realidad.
1) La información se ha vuelto mercancía en desmedro de su misión fundamental
de aclarar y enriquecer el debate democrático.
2) Estamos frente a una excesiva espectacularización de los acontecimientos.
3) Los que predomina es la sobreinformación, que no significa siempre, buena
información.
4) Lo que caracteriza al mensaje es la apelación constante a la hiper emoción.
5) La televisión hoy ocupa el lugar dominante de los medios y expande su modelo.
Para Ramonet las “utopías positivas” están en las respuestas ciudadanas. Según sus
palabras, se necesitan “soñadores que piensen y pensadores que sueñen” para poder
reemplazar, mediante una nueva arquitectura de conceptos, la ideología liberal.
Sabemos que se trata de un deber moral pensar y trabajar por un orden social más justo,
conociendo que es posible modificar las decisiones que se toman y hasta transformar las
instituciones.
4. Bibliografía
1
Universidad Nacional de Córdoba (Argentina). aalvareznobell@gmail.com. Máster en Gestión
Estratégica e Innovación en Comunicación (Universidad de Málaga, España, 2010). Licenciado en
Comunicación Social con especialidad en Comunicación Institucional (Universidad Nacional de Córdoba,
Argentina. 2005). Docente universitario (Universidad Empresarial Siglo 21, Argentina). Investigador e
integrante de la Red Académica Iberoamericana de Comunicación (RAIC), la Sociedad Latina de
Comunicación Social, el Consejo Profesional de Relaciones Públicas de la República Argentina y el
Instituto de Investigación en Relaciones Públicas (España). Fue editor responsable de la sección
“Observatorio de Medios” de la Revista LATINA de Comunicación Social (España), de quien hoy es
miembro del Comité Editorial. Dirige el proyecto “Pangea” de Publicación Científica de RAIC.
Actualmente es Secretario de Planificación y Gestión Institucional de la Escuela de Ciencias de la
Información de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina). Consultor en Comunicación, Imagen e
Identidad Mediática. Anteriormente se desempeño como Director de Operaciones de Infoxel
(www.infoxel.com) para Buenos Aires, Rosario, Mendoza y Córdoba (Argentina) y Asesor Senior en
análisis de medios, AD, mediasponsoring e imagen mediática para marcas de primera línea.
2
Universidad Empresarial Siglo 21, Córdoba. Argentina
3
Vice Directora de la Escuela de Ciencias de la Información de la Universidad Nacional de Córdoba
(Argentina). 2005-2008
4
Universidad Empresarial Siglo 21, Córdoba. Argentina
Después de 15 años de demoras injustificables, nuestro país cuenta con una ley que obliga
a los tres poderes del Estado, al Ministerio Público, a partidos políticos y a gremios,
universidades y empresas que reciban aportes públicos a dar la información que les
requiera todo ciudadano y en un plazo acotado.
Llegar a algo tan necesario no fue fácil en nuestro país. Año tras año durante la última
década y media, fracasaron todos los intentos de obtener una ley de este tipo.
Mezquindades políticas, obstáculos de lo más creativos para evitar supervisiones y un
deliberado desinterés de parte de legisladores y gobernantes en ser controlados nos
privaron durante todo este tiempo de contar con una herramienta básica de la
democracia. De no haber sido por el enorme impulso que dieron al tema organizaciones
de la sociedad civil, la espera hubiera sido aún mayor.
Valga como ejemplo el caso judicial que se convirtió en un hito de esta lucha por la
sanción de una ley nacional en la materia. Nos referimos a la acción de amparo
interpuesta en 2012 por la Asociación por los Derechos Civiles (ADC) contra el Estado
nacional para que el PAMI informara sobre la distribución de la publicidad oficial. El caso
llegó hasta la Corte Suprema, que ordenó proveer esa información, resolviendo en favor
del derecho de los ciudadanos de acceder a ella. El antecedente del decreto de 2003
suscripto por el entonces presidente Néstor Kirchner sobre acceso a la información
pública era limitado y rara vez los funcionarios lo cumplían. Así, moría en sus escritorios la
mayoría de los pedidos.
La ley sancionada anteayer en la Cámara de Diputados por 182 votos positivos frente a 16
negativos (provenientes estos últimos de los bloques de izquierda, del socialismo y de
Libres del Sur) ordena plazos muy precisos para que los órganos del Estado cumplan con
su deber de informar: deben hacerlo dentro de 15 días de recibido el pedido y cuentan
con una prórroga excepcional de un período idéntico. No más. Entre las excepciones a la
entrega de esos datos figuran la información reservada, confidencial o secreta por razones
de defensa o de política exterior; la que pudiese poner en peligro el sistema financiero, y
los secretos de ese sector, los científicos e industriales cuya revelación pudiese dañar el
152
nivel de competitividad.
Los diputados decidieron insistir en la versión que esa cámara había sancionado en mayo
pasado, por lo que fueron descartadas las modificaciones propuestas por el Senado,
lamentablemente entre ellas, la que también obligaba a informar a las sociedades
anónimas con participación estatal mayoritaria, como el caso de YPF.
Entre los puntos por destacar de la flamante norma figuran los siguientes:
Este último punto es determinante, pues para que haya un verdadero acceso debe existir
un proceso previo: que la información se produzca y se guarde, y uno posterior: que se
utilice.
Resta ahora la reglamentación por parte del Poder Ejecutivo, la que debe contemplar la
promoción de la cultura de la transparencia en las instituciones públicas. De nada sirve
una ley si los funcionarios no se convencen de que esa información no les pertenece, sino
que es propiedad de los ciudadanos. Cabe recordar que, a pesar de que el derecho a la
información está reconocido por nuestra Constitución, no era cumplido. Hoy contamos
con una ley nacional que deja a nuestro país fuera del pequeño grupo de naciones que
siguen negándose a transparentar sus actos de gobierno, entre ellas, Venezuela, Bolivia y
153
Cuba.
Habernos dado una norma en ese sentido es un gran paso, pero apenas el primero de un
largo camino que garantice la efectiva vigencia del derecho, brindando una herramienta
robusta para que la transparencia y la rendición de cuentas sea la regla y no la excepción.
154
Fuente
La Nación (16 de septiembre de 2016). Más información pública, más democracia. La Nación.
Recuperado de: http://www.lanacion.com.ar/1938275-mas-informacion-publica-mas-democracia
155
Medios y Poder
Análisis de los
medios de
comunicación
1
156
Medios y Poder
Comunicación e información
En este punto del programa, nuestro aporte será brindar los conceptos
claves de acceso a la información para así poder definir luego la necesidad
de comunicación que debe haber.
1
Dolores Lavalle Cobo - Marta B. Rovere, Cornelia Schmidt-Liermann. Proyecto de
investigación: Derecho y Acceso a la Información en Argentina. Fundación Konrad
Adenauer. Año 2002. Link:
http://www.kas.org.ar/Doc/Docum/Medios%20y%20politica/trabfinal.pdf
2
Ekmekdjian, Miguel Ángel, Tratado de Derecho Constitucional, Tomo I, Pág. 151,
Editorial Depalma, Buenos Aires, Argentina, 1994.
2
157
3
Dolores Lavalle Cobo - Marta B. Rovere, Cornelia Schmidt-Liermann. Proyecto de
Investigación: Derecho y Acceso a la Información en Argentina. Fundación Konrad
Adenauer. Año 2002. Link:
http://www.kas.org.ar/Doc/Docum/Medios%20y%20politica/trabfinal.pdf
3
158
Prensa, poderes
y democracia
Análisis de los
medios de
comunicación
1
159
El Poder Ejecutivo
El secretismo:
Demagogia:
2
160
Este tipo de comunicación busca mostrar una política por medio de cifras o
números que generan impacto al receptor. A modo de ejemplo podemos
citar aquellos mensajes donde se mencionan los miles de muertos en las
rutas argentinas. O también, la cantidad de Obra Pública realizada por un
gobierno:
Poder Legislativo:
3
161
1
Halperin, Jorge. “Noticias del Poder”. Pág. 44. Editorial Aguilar. Buenos Aires. Año 2007.
4
162
Poder Judicial:
5
163
Por otro lado, la independencia del juez está emparentada con el dominio
de los miedos y las ambiciones y no con las aspiraciones. La templaza
deberá estar presente para que el juez se tenga por lo que realmente es.
Por lo tanto, y para resumir, el juez es independiente cuando está libre de
miedos, de ambiciones, de presiones y por el contrario, cuando está
totalmente cautivo de la ley.
Policía insospechable.
6
164
7
165
2
Pronunciamiento “New York Times, Vs Sullivan”. Corte Suprema de los Estados Unidos.
Año 1964. Link:
http://www.iidh.ed.cr/comunidades/libertadexpresion/docs/le_otroseeuu/csusanytimes.
html
8
166
Figura 1
9
167
10