You are on page 1of 64
VATAVULNON TWNAGHYD ‘8861 f4"BuOPNId 0 “ZAAINYY SOLSIA ‘¢861 (0 ‘ynead OSNOTY S667 29 sued oFp29 oqeursasy “oper 1omyavo ALNAIGNAdACNT WNVINNH VGIA Vl VaLNOD SOLITAG 20009 200N1 e9ueH4 / 609880 ened 99079 \puDIG oT AURAL : eDURIEA | UeEDIENE 99 so p18 sand 4 e701, | om, ‘e2s0ue14 99009 TOUR. UORIag JOIHY 9 sonyap aun ayueyd epea ey 9 UZ “OWRW OsISMEID [op zw 34 iagues na 982: QUINTANO RIPOLLES, Ai fo, NEI XI, 1962; IRDPC 1992; ROMEO CASABONA, Los trasplantes de deans, Barslona idad médico-sanitaria y sda, AP 1995; al mis preverinten TALON MARTINEZ, 35 penal de 1995, en Homendje a Casabs, Valencia 1997; MAPELLI CAFFARENA, En Valencia 1997 1985); MORALES PRATS, Las formas de fur ta vida inogndad 000% PEREZ VALER( el Derecho pen Madrid 2004: SANZ MORAN, Presupuesios para la reforma de fos desde el nacimiento hasta la muerte. a) El momento en que comienza la vida delitos contra Ia vida humana independiente induccién o cooperaci6n al suicidio) se oftecen datos suficientes para resolver este problema, pues sn a la muerte de «otro», ‘campo para determinar terceros, y, finalmente, otros requieren la total separacién det c! materno. : Realmente, no estamos aqui ante un problema cieatifico que se Iver con eriterios puramente biolégicos, sino ante un pro- fico que hay que resolver con criterios puramente juridicos datos biolSgicas. De lo que se trata es de di idea ourstus aise ua Dyfus asn9n WB ns ap sauozes sm aq “oasoqUEIed 1 “OIpIOMUOY J9p UoLDeaLIEND wI=L we 9 ovodurel arag “ower spur sowasedna ‘oypaniso un 9 woo vi -09 & upioonput one ap sanrase> “upp anb seus unas 9 onb rye ep ‘oruoIpuad Nap Sof ueodas as anh [9 Ud | OFML 1 £ sopepl ‘sms sopor opuatp. -uaudwoa ‘ano sod asquwoy un ap owanut vj v atuoTeambs onduse apn ues Un U2 yeued oftpo5 [2 uD RapdD as «oxproIMoy siquyed FY OdIOTIWOH bf "Sosa soiso 9p miony ‘anb <2 yeauou or vanueydsen ns anmaaya £0 ouERip [ap uprauaigo ey © z9pod0ud v wees anb so] 2p SOWRIp ueos suomur vy uanbimMss® and (Pa ant) sooipau Son $0] © (eyiorendsanompmes epesnd sod 2 urap 280 -upiBIx9 "wats euosiod DUM v oarORLH apsIEFa9p Bx |>p (uoLUIMd “opEsI “uozeios) jets ows un ap snunidsmn j2 seztTPAI sapod ap so.29ja © ana|geise 2§ souRuD Sox anb muoNa UD 9sI9U9) 2qop “sopowd sopoi 3a “(cra Loxauy & > £ COT ‘UP asuean) exo m nun 9 «sruomndsanoypse> S9AUN 9829 Jap UOIIUUMELOD BP» CUM NHOMUL EL “SsooIpatu S2OuRAR S01 ‘9p yeat aurenu ey 09 1 road sol 8 sous -pay9 soma exed 281x9 [1419 O84p9D [9p OE “UR J> anb us pias uu ay vinSy Pus) opioeu ya anb 200 88 oaodurea “oaq] apsap ods) apt ‘on Seppo Jemuog 98 opuena afuns anb 2 2nb 5 OU UNP Ppva m] opuEND RaRSH 95 Rt 1p 0d nua sie 9 gaocusin a: my anb rt seuotse] owoa ‘spus sod voznpoad 98 upisindya of «raugsoan sod oued 2p ose jun ugpt6a fap auod j9 eozNpoId as uorsIndxo vIs9 sen onb omaayipur opuois ‘rummy Bpin vy ap ouaWout ono K oun pepunjo us 2 19 ooqup 9 $9 amb “ousoreus ‘eurdsg us squads dap vurwny Bpla 9 38 ‘El que por imprudencia grave causare gado, como reo de homicidio imprudente, con la pena de prisién de ABN, Fed, pp. 197 5). Tipo objetivo El objeto material sobre el que recac directamente la accién y el sujeto pasivo en el delito de grupo, es el hombre vivo fisicamente considerado, mientras que el bien juridico protegido es la vida humana como valor ideal. Sujetos, activo y pasivo, pueden serlo cualquier persona, sin més limitaciones que las que provienen del concurso de leyes. Asi, si el empleen los previs to de asesinato. Es post vo tenga una pesicibn eto pasivo— fundada en un deber legal de un riesgo para la Vida mediante una que son tas fuentes de la posicién de s decir, del deber de evitar el resultado, que reconoce expre- 39 samente el art. 11, La ley 0 el contrato (asuncidn de deberes) deter rminan en cada caso quién es la persona juridicamente tuar para impedir la muerte de alguien, La relacién paren todo la derivada del parentesco consanguineo o matrimonial. ser fuente suficiente para admitir Ia comisién por omisién de elitos: pero precisamente [a referencia a de garante en estos casos, dificulta extender la responsabilidad en alos casos de relacién de convivencia de hecho no sancionada juridicamente, que habra que fundamen presupuestos, sobre la base de otras fuentes, 0 i ‘eas0s de parejas de hecho, basdndose en los preceptos que dentro del Cédigo penal cquiparan al cényuge a ta persona a quien se halle ligado de forma estable por ansloga relacién de afectividad (cfr. art jén de garante también puede fundamentarse en la pres- a. También cabe por supuesto para el bien juridicamente protegido mediante una accién u omisin precedente, la (cfr, sin embargo art, 195,3, Especialmente problemiticas son los casos en los que 3e produce la muerte a consecucrcia de unas lesiones que, en principio, no hubieram bas- Para resolver estos casos el Tribunal Supremo desarollé a medindos de los as sents del sign pacada la feof dela consecuencia natural (STS tun vf s9 ou opnauion stuoueanatge ontsp 19 “o1ofUENXD OPES Bp 2}ef “PUOLO: F] 2p O1DPSIIH “opmisa 8p ay9F) sy 9 ER} ‘SDE so ue sepIpuasdIOs seVOstad Se] 3p RUN So yeoo nbs sod eres g # amteus opUDxcu9 Uotnb yres syuoupENs :euosied ey Ue: OM jo sTEAZ|eAM Sy “OP [9p sursoeis Pa! ap prntnyos ny & oiueww1D0U09 9 =FEXD oTop Ta (e satpuadape ayesSida tm soutesqpap nour o> (r usprudan oprorwog yop ostagns un amb spt <= [Pp 1229095) COB, ap sae seueigoad Sepa waar opratiny 9 ua UL A vy NO2TT 28694) aIRBIE oxfersao 29 Ir 2] u> onhuny’ (papauugiua os 9p ma rs ouaje ayaeonnss 3p oun ompense aso som ayy as ou ag “(erouapruduut 40d op “owapnadun vanafgns upioeindusy ap eunoy siueaayar ¥2s ‘Sous 9] sod “anb) srepiogn uaqap “sauoioipuos 19 | ap eYoa vv auuOINOD peprrEsMe> m) ap seuT f2NS8) 22a TUM ‘Sonto!yWOD sPUI SOSED So") “PrOUDprIdiUE sod opesnes uaraigny 28 ‘sous jp ‘oab soxnarfap sopeyjnser Sojjenbe ‘asmndunr wupod ojgs ood 0] ap ouquiy ja ua eA sond “nynqute 28 salute anb ryouenodusr round [9p fevoue3 opou 19 BUST P| prpuiaes Lope 2 hacerse det Hlamado doius generatis: et sujeto, tras haber estrangulado a su victima y en la creencia de que Ia ha matado, la tira victima, que s6lo estaba desvanecida, muere despefiada, Sin embargo, Parece en este caso ms justo apreviar un solo delito consumado, pues, cen definitiva, existe dolo de matar y la muerte se produce, de un modo 'u otto, ya diferencia de lo que sucede en la aberratio ictus no se pone cen peligro ni sc lesiona a otra persona. Pero sobre todo porque con la aplicacién de las reglas del concurso se podria castigar més Ievemente” La figura del dolus generalis no ¢s aplicable si, desde el principio, no hubo dolo de matar, sino impruden- cia, y Ia muerte se produjo al querer encubrir las consecuencias del acto imprudente (STS 14 noviembre 1980). ) La imprudencia en el homicidio, como en los demas Como es sabido, para que se dé esta forma de imputaciéa de es precisa la res nando, por tanto, el deber pueden producir la muer jetiva y subjetiva, de Ia muerte con un elemento c rroduccién del resultado muerte en ccién imprudentemente realizada, bastard In presencia de estos tres elementos para iprudente a través de los preceptos que en el subjetiva del homici- reniendo en cuenta que habrd tantos delitos de tados de muerte se hayan producido, aunque los ¢] uo sepronposd sranp -euronb s9] 9p vlauanaastoa ow :366 1 2GM90 SI SL 9809. udu, oxpyequsoy JP uo> ossnou0> ua reAUa ‘osde] un opigey By ssuape 1s oper augos *nyouopmadwu sod oxprs1woN ap oayap oanoadsas ja { eprumsuo uoISay visa anua jap! osmouDD duro yaquy ou “(owwdip un zed upisay ap soseo soundye ug -upyd “naroygoud unBuyu rmosaid ou 9uousnou9ay anb "uouanjos 53 css ze “dd “po {OF "3003 2oynyy 49 Yous” jeued O1p9D Je UO UpHIPNAS ef aI SS 1g “dd “oing mA ‘ocmo] VEEP sod MpRUSWOD “FR—F OZIBKI LSS pique “yD 28S PRE “SZ6L yfsa4 [9 & optperse yep susntu ef aonpoud 28 ‘n “sesoqap so Teuopuarapso}aad o1pprwoy opeuey jap eUID|qord | mae 007 44 idury owaqumaodauog en ap “wouaprucdu repeat vo a nsaz ruuuye apuodsar 26 1§ Iouendesto9 Bia opFanpeud aUAMW op nurexa greparoud “(onnatgo od i auueisng sose> Sousa $9 s2098 seYoma anb OF |0) Panelgo 98 ou jeud O51p93 [9 Wy ap of (al uprs0dk vy 21905 © vod snd opranuoisp ssfzyeud Pond 1qord 2182 ap) nv aiqnindust so wasp 2p uorouaTUy UIs sepesne> ‘Seun 2p Plouonsosuoa ¥ opuens wang vise wp ag, 46 Por scparado. Ci. pre es posible determinar la pena de © se debe calcula la grave fedos modos, en ningin caso puede hablarse, como se hace co ot ins, de concurso real, pues, coma indica Suva Stensz en coment STS de 9 de febrero de 1984 (1985, p. 202, not pluralidad Ge hechos caractersioa del toncusso Causas de justificacién portancia en el homicidio ta legitima defensa y el cumplimiento de un deber, oficio nto de In victima no tiene efecto justificante alguno, determina la calificaciéa sobre ia base del art, 143, interesante es el problema del lencia por parte de la autoridad o sus agentes cuando, produce la muerte de algtin ciudadano. La gravedad de este hecho ha Ilevado a la doctrina y a fa jurisprudencia a sefialar unos limites con la idea de evitar todo exceso 0 desviaci6n de poder. Estos limites son, nnecesidad racional de la violencia y su adecuacién roporcional al hecho, Aunque algtin sector doctrinal y jurisprudencial entiende que también es necesaria Ia agresi luna casi identidad con la legitima defensa, generalmente se considera hoy que no es necesario este requisito para justificar cl ejercicio de la violencia por la autoridad, Pero, en todo caso, las acciones vi de la autoridad tienen que ser necesarias para restablecer el perturbado y slo estardn justiticadas en la medida en que sean nece Sarias. Falta la necesidad de la violencia cuando no es preciso acudi 4 lla para restablecer e! orden porque, por ejemplo, la sola presencia de la autoridad ya es suficiente para ello, Fin la violencia debe ser proporcionada al hecho que la nnadamente un hecho no es s cruel, innecesario y perjudi ha estimado muchas veet Jurisprudencia (véanse, por ej., SSTS 2 1a que no puede atribuirse, isiva ni derogadora del Cédigo >. 373. Cir, también STS 16 mayo y comentario de Zvcaupia Esptvak). Los casos de error sobre los presupucstos objetivos 0 sobre los ccho a usar la violencia deben cen las demas causas de justificacién, “in errénea de los presupuestos del uso de armas dentro de Jos limites del riesgo permitido y de lo que dadas las circunstancias se puede entender como razonable, debe considerarse que entra dentro del ambito de 1a causa de justificacién (véanse Munoz Cosoe, 1992; xy Requeio Cowne). Segin el art. 5.24 de la Ley Organica 2/1986, de 19 de marzo, de Fuereas y Cuerpos de Seguri retioro o! apartado anterior» (sd ‘oportunidad y proporcionalidad en aleances), ‘Tentativa y actos preparatorios Respecto a este tema se plantean en ef homicidio fundamentalmen- tentativa punible y ta de ién entre rentativa de homicidio y de- lito consumado de lesiones. En orden a la delimitacién entre acto preparatorio impune y tenta- tiva punible se tiende a ampliar, por razones x mbito de la punibilidad de la tentativa a ca ato) que «los procesados, despues de concertarse entre si 8 otro parte de a cantidad convenida por la muerte de acechan a éste durante varios di “auuaipuaose 408 © “pepLAnsnye 9p: stad 0 aBndugyD OPES s04Py 0 4198) UMHoyA t] A OIpLoTMoY Jap AdINw Jo an1uD sopeiUased souOrIT|as Se] sopesauaé s atwioquo> ap b] U9 uspious somuearatie st (owutsose) 6g Z su U oVedseyy su sepor saqqvoride wos oxdioutsd wo “sort qnuadnstr parts j2 uoloaypeoap »| & zanSeuque (svBorp sev U9 idiwoour aiuouTxe aud agra upg UIE, 98 an so} UD S0st UO: 2p span & {> WO [pIswas9 OW oysiMbas ‘ue j2 Hoo woyDeaL aunoy ue ap eal tuo amb oy aod ”2q9 “opt ayquoride pins sys of oper sose> seganit op vrouersunasto euniye ofeg opezijear o «ibucrsed oxpioruioy, dss upistAatd vundulu [eusd O81p9.9 [> UD aIsIX9 ON [2 ered eas Heay;pou! seIUESUNAL i38 ‘opewuaiut 0 cou 0 waznposd 9s up ap ose] aaaig un ua st “(NL omnusdeo afr 39) ‘sundry apanb pesca o uad v| papuodiuy 9s pial & 661 auquielou yo) oveutsase anb vuad so on -nsu09 § sogeus 9p buad SIS S ‘2p osunou0a tor vy an copuroyide essonjosel ap ragey aub 82 sn] A oxpronuoy 2p wat oF ‘erqanid r} 9p uproea “opuo} J2 uo “en o} “olan Yop uoTOUaNUE vl ap soaipearput ayuousnsote & soeiuouis{duioo os so rousep oteidag young, Terouo8 ud “(8661 oI! $2 £ GGT o10U9 47 “7861 O-zeU Z1 “ZR6t 5S £ F S26] SIqMIOIAON OT SIS “HAD “CUO B| ap ouopUEyE © pny ‘opionposd op siqejed) o£ (Sonrsarfie so13e Soy ap UOIoPIatta #8 0 sez 3p Fovna} plow" Hf emo scpuy S01 ap uaa asa reo ors op oad wound Sor uo my dooney fl abe “thie wr une) erp 0 bree sod 1 Sep sus pH ¥ ood (at § ct soe 49) wood a “otososoud of mutes und eu gon ed aque) Tp] “ue [2 auods; : ooo ueuoouny ant dng Tounauy 13 “ono pad ry Uy seu0Is9| 109 sopeBase> 428 wopand soypay soys> op si anb s2 wrunsip e802) wuunays vy & sevem Pied eu Jo zeIdtuOD ap 19 4 © PURI ns ap ture uN seDes 2p o4roM [9 UD sENEU ap cuNEye OAR -noefe 01 requuo UIs ‘aistxa ow onb ‘peo eA ap owUnd Jo opsop 103 onb “eI F pip {9p so1ne Top uetd TPP esta 2p owund ja apsap ‘asiesapssuon wopand Sopeun sose> so] ap sounsje anbume ‘oss 40g “pepyye2ay ap oldrauud [9p oansroduu tod osuauafa op cudwals 96 agap onsioap 91 ‘orsint yur & “ox odlaasep ey ® A zone Jop unjd ye aape 3 & ouoresedaud opine aq “ore “epuny vj 9p vysvans ja ‘eyeeims J 2p FUN }9 Yoo seyundn Jo Hos OtproRUOY Te oO Ue SOSOPNP SPU sOsED SOME) wed euosi0d Run @ amosnq 2p o4994 [9 UD of 2 BIgey ow onb guap “18109 (61 9P o1DUe ap g =p ‘OFIQUID WIE “eseLOpapamE sop fs 9162 8p 50 descendiente o hermano por naturaleza o adopeién del ofensor o de st. ccGnyuge 0 conviviente) pueden constituir, segin ol art. 23, tanto una pero sin llegar, como suc tun delito auténomo de ps nado det nuevo Cédigo pen: consecuencia de la accién realizada especialmente peligrosos © revelando Con el nombre especifico de asesinato apercee ya en ef Cédigo penal de 1822 una figura de delito similar a la tpificada en el art. 139 del actual Cédigo penal. Dice ast este precepto Ser castigado con la pena de prsién de quineo a veinte afos, como reo de asesinato, el que matare a otro coneurriende alguna de Jas oircunstancias siguientes: Con alevosia or precio, recompensa o promesa. 28 Con ensaflamiento, aumentando deliberada ¢ inhumanamente el ‘olor dol ofendid. més gue la muerte de otra ‘mencionadas en el art, 139. ral se desprende que basta la concurrencia de una de ellas para elevar la muerte de una persona a la categorfa de asesinato. Pero esto no quiere decir que el asesinato sea un mero homicidio cualifica- do. En realidad, el asesinato es un delito distinto, independiente y 1 homicidio. HistGricamente el asesinato ha tenido siem- auonomia que no s6lo se reflejaba claramente en el Cédigo penal de 1870 que to recogia en un capitulo distinto al del homicidio, sino en ef marco penal que se te asignaba (que podia Leger a la pena de muerte) y que todavia en algunos Cédigos penales, como el alemén, es la prisi6n perpetua, A partir del Codigo penal de 1932, el asesinato s1 fos contra la vida humana independiente, con excepcisn del infanticidio. Pero esto no quiere decir que por eso perdiera su autonomia. La redacci 3 Cédigo del 70 y, ‘al que se habia privado también con una pena distinta de su autonomta sist (reclusién mayor a muerte) (ects de via ling! del bomicidi. Sin embargo, ef Cédigo penal de 1995 parece haber pretendido darle un caracter de homicidio cuatificado, confirmado por el empleo cn la ribrica del Titulo I de la expresin «Del homicidio y sus for- mas». Elio, no obstante, no es un argumento decisivo a fa hora d& descntrafiar la verdadera naturaleza del asesinato; también la coopera- o est tpificada bajo Ia misma ribrica en el lo y no por eso se discute su cardcter autnomo frente al in realidad, son otras las razones, dogmiticas y politco- lease para resolver este problema (s contra la vida, véanse Saxz MORAN, 2000, pp. 675 ss) ‘eel que concurra més de una de infra y ar. 140), La dscusidn parlamentara de este precepto tuorons0f0 vy 9p o1wawout ro4nbren9 up rooaz0de spond wISOADTE eT ‘mprysanorde jpesoide vy & mozoues e] “31guIOARy orafns {9 enb vos ryseq ‘fersadse upiseanowr cunSu “oan epsep ‘1a1nbo4 OU PIS wreadsa ouur 1 sod opt “dd “sow, fruavarer) wieo & wars opaory apand ou eoisiy pepmige soseur ns sod onb ré “suuonp senuSIUN OpumLE fe vyEUI Jofnu vL OP geo ease anb uamoqu semstunUDy Son ‘esaidios tod 0 uptown v ayant ef esonaye aidua 9p ‘oprpucyo [9 42984 epand anb esuayep 1p sod epraoqoid opis ‘serttanuinp 2p ost Py] owas op us neUIsest ap SopROTTES a1ueMIELNeSeI00 328 anb BiOKTe waVAN, ye BP BUOYS e| seIINDW EAE SOULDYEUL So sod ppionpoid optoru upi9ay un ap euantw) orproneey 25 (Op 2) [euad oF4po3 soLo Jo Us anb sose> soy ‘vor>erendzen pay opunas [9 O19 nos atqysod sose wo Amy ooodvwri ‘auned eno seg “1p 20d ‘ow uproentis Fun YO estUaNouD as anb OU -2082 0 moamip wepuan anb Seuuso} 0 Sopous woyduia ng Hu vproaxaxd yemBose © squat au uoIonDaLa HsesE OWOD “soptpadusy jour “SOUIN ap ayzanw g “ouapnudsunl ppesaiies Run UNsEg “Uajopur sa19s ap swan ey ue asmuNs9 apand Is 9p [9 $9 BroEASUND ose pe onadsoy, \uoo somep 5) 9p eianb -rono a1s\led ajaedna je openo eysaKaye ABy eI 'Ze “UB ie Ie OO1q ‘6E1 “Le [> e1ed opyPA so uIquen onb upronngap “ZZ “we Jap oraumd orouny fa us mPUYep uaa ‘oWeUISOse Te aqUaWURIDOUIP UNI9a}R anb 42004 0 EA 98 19S ‘OHIa Jog “Zz "UE JOP 4s & 19 SbloueIsuna.i Sey oveursase. ND SEPDUEISUNDJID SE] 9p O1PNYSD aAoag Bp ua sesopeay {Et 2 [2 09 pmo sj sune wetinoo anb 54 inaria haya cambiado sustan la misma situacion de indefensién (el que una desarmadi a Ia que se va a matar por la espalda se Yuelva, trascendencia alos efectos de seguir considerando que exis- sia). Por las mismas razones, tampoco se convierte ticemente en alevosa la muerte producida por una puiialada en {a espalda, o al rematar al contendiente caido en el suclo, en el trans- curso de una pelea en la que ambos contendientes acnéan en igualdad de condiciones. La alevosia no exige ningtn tipo de premeditaciGn preparacion ¥ puede surgir en el mismo momento en que se ejecuta el hecho (el Sujeto aprovecha que su enemigo le da ta espalda). En algunos casos, €l medio empleado para ejecutar la muerte puede ya de por si cons. titi alevosfa (por ej, el veneno), por eso se ha prescindido en la nueva regulacién del asesinato de la circunstancia de «por medio de inundacién, incendio, veneno 0 explosivo», supuestos que pueden incluirse dentro dei concepto de alevosia(respecto a la premeditacién, véase Muscz Cox agravantes de disfraz y abuso de confianza y superioridad, lo que no uiere decir que siempre que se den estas ageavantes se dé también la agravantes similares, La segunda circunstancia del art. 139 se corresponde con ta ter- cera del art. 22, aunque en ef art. 139 se sustituye la expresién ame- dor de esta circunstancia. No basta, por consiguiente, que el sujeto que mata reciba po ue es preciso que lo haya hecho sobre la base de jurisprudenciay la doctina dominantes el prec nsa o promesa han de tener un cardeter econémico. Esta por lo menos, la presencia de dos personas: ja que la que Jo recibe. Es compatible con las denis del art. 139, fo. Propuesta de reinterpretacién. Referido en el ac. circunstang = Ensanan cia en el asesinato es, por inhumanamente> e! dolor del ofendide, es decir, que se aumenten sus, necesario para la ejecucién del delito. La doctrina y ta jurisprudencia solamente cuan- ima sea del aumento del dolor. Ciertamente, fa mayor‘a de las formas en las que se puede matar @ una persona suponen dolor o sufrimiento,fisico 0 psiquico, para la victima, por lo que el sentido de la agravacion que el ensafiamiento representa debe basarse en que cefectivamente el sujeto quiera matar, sino hacer sufrir 4 la victima, por ejemplo, estrictamente neceserio para conseguir su propésito homi ‘muchas veces no se puede decir que la tortura sea realmente innece- saria desde el punto de vista del pian concebido por torturado, sea imnecesaria desde ringin punto de ni subjetivo, ya que para obtener la informacion o el dinero no hal ‘tro procedimiento més eficaz que Ste. Sin embargo, a pesar de la deliberado del sufri apticable en los casos en los que el aumento antes de proceder a matarla, no se emplea con imo sidico gratuito, sino con otfos propéstos, para cuya conse- ica o psiquicamente, hasta alcanzar el fin perseguido (en este sentido Gomez Rivero, 2000, p. 57) 9p ore: 2p pjos van ‘opuaisinay ‘98 onb eiseg {€1 "UE yep yeIeM sous jap spuasdsap 2s ow) (aproedronind :ngfia asrpa) owusese ye stusuI -sanp atquayide vaoduue $9 funssoquy sores op 19 -uauinauo: 2p oindoo je omadsar 9 ‘ue je ue oxsandsip 7] “99 "ue ‘nb of sod “zz “Ue [9p seoLigues sorumstass soquataya Uos §E| “HE [op SeISUeISU ‘ani apopuz}oip oondey ap sosvdsip woo up snbojoa 9s 4 apnusap as amb 2 “Yorpesmen ¥ < nu © 3p sugnivo =P ¥ 9P SLS FL ‘owarurersue op wnI0y ‘run owo> opeispisuos 498 spond “eala yuse euosiad y] sear epea aitap wuusoy ap aoey 26 opuons “ayanur mj eaDdoxd msey souOIsaIsR is fenb ap epnp agro ou Je sod apis as ou 0} epradjo® o wpejeunde oquowoleajes opt senuonn ¢ vaumun) aun ey ‘sepy -21 “owsonasd P oe 8 25 4d guye “oxy, ore [> aps9p oypay 289 era of anncep ey Sums 12 reuse and opensonaas fe > osorupig “cIBUSOST ap OUTED [2 10 3p opipataad 108 2p © sepeynd sp orsuant: 96 “eulamuw Bf Poznpoud as aNb ap salue ‘epuren susune anb [Op APY OU OsBD aIsa UP anb ef jaoto9 [ap SepIN]IXD UpISa “wiUDUOW sod HPS SOUOIII" Sv] “IBABPED {9 YOO oIUAMLUEUESYa 2p SOE SO] 58 asesinato, se ap iro de ese marco se up! agravantes y atenuantes genéricas conforme al régimen general to en el art. 66. Si se dan dos circ muerte de una persona ejecutada c como agravante especifica que obliga a recurtr al m: 140 (20 a 25 atios) y dentro de este mareo se computan conforme & fas reglas generales de determinacién de la pena del art. 66 las circuns- tancias apravantes 0 atenuantes genéricas que concurran (es decir, deberd imponerse la penta del art. 140 en la mitad superior si concurre una agravante genérica —motivos racistas, por ¢j.—z porn compen- sarse racionalmente circunstancias agravantes genéricas con circuns- tancias atenuantes —por ¢}., los motivos racistas con el arrebato * obcecacisn—; se debers imponer Ja: pena del art, 140 en la mitad inferior si concurre sélo una circunstancia atenuante o Ia inferior en uno o dos grados si concurren una o varias atenuantes muy cualifica- das © dos 0 mis de las circunstancias atenuantes y no concurre nin- guna agravante, o una eximente incompleta). La cuestién se complica ‘ms cuando se dan las tres circunstancias del art. 139, aunque creo que se convierte en agravante genérica y sigue el régimen general del art. 66 (véase infra: participacién), Elementos comunes con el homici de alguna de tas eircunstan: del asesinato. Pero ambos dad en el bien juridi sivo, el objeto incompatible con la imprudencia, empleando un medio objetivam 59 indimiento y la muerte de var ida al resultado prima de seguro, provecando su personas, que, como consecuencia necesariament pretendido, puede ser imputada a titulo de dol (aunque sea de segundo grado o de consecuencias necesarias). Lo mismo sucede con el atentado terrorista en el que mueren varias personas a consecuencia de la explosidn de una bomba en unos grandes almacenes en el mo- mento de mayor afluencia de pablico (cfr, sin embargo, art, $72 © infra). Naturalmente, en estos casos el desconocimiento por pi los autores de la identidad o del nimero exacto de las victimas no impide la calificacién de dolo directo y, por tanto, de asesinato, en Ia medida en que el resultado ictal es globalmente aceptado. Més com- plejo es el problema cuando el resultado letal aparece como alestorio, aungue el autor del hecho se lo haya representado como probable y, 1 pesar de ello, haya aceptado el riesgo de su produccién. Pignsese en el incendio de una casa habitada (art, 351), 0 en el descarrilamiento de un tren leno de pasajeros (art. 346). Las posibles muertes que en ‘casos de este tipo se pueden producir pueden ser imputables, sin duda cia, ¢ incluso a dolo eventual. La cuestién es la de use, en caso de que se demuestre el dolo eventual, ‘que tienden cla- -Lempleo de esos medios. 9 apand oypey ja ose sobyena ua anhiod ‘6 ropuodsay PISOAaIE P| UR -uotuipunsus ep as anb “ojdiuafa sod “uadoud: ua ugedionied 2p sap ood 02 ‘opvatiteno o1eusose apuodsad Spiaue3sunsita sop $e] uxp as anh yep zone j2 us uauinouo9 an ug ‘guLUNouoo oURAUED o| 9p send ‘omtorumaueste UD “ojdutefa tod “warty 1b sages uagap oxtuIsest un U9 Par od [op sonuausnja b S07] "vem anb Jo ua AIS9 9p OUISA OpMUaS UB LOM JB UD AHUEMDUOD WOAEP 6E| ‘seiopeoygrqena sefoueisunnit> sy por augos uraep as 1 2] op o wors20n0ud vf ap summit Se 19 anh =p 09> 19 03 fodni8 un emuo> oxpous < n valor tun apsop sefeum 316] SGWOIAP GI SLS) ed ‘ARI SuUTII0 § S{S) FstAaid e1sInbis sr] ap run opuend oyrursase sod ‘nase 38. jemquaaa ojop [9 wZont 8 OU JS A “SODLION stn oud ox sunaat> Sef B opia}su Oop f2 asa 218 o1zadsat [omudKa OIOp [> OIBUISORE od tiopisuon Css egy “dd “Sg6I) YAAMVAY FraMEP “TOU [ep sowiwsop soy ua s ‘Mt also voznpoud rqfed x] anb 9p oF 2 © promete la recompensa; por otro, la que acepts tal oferta. y decide, sobre la base de ésts, realizar directamente el hecho. Ambos son res” ponsables de asesinato, ya que el que offece la recompense es siempre panicipe en el hecho cometido por ef que la recibe. La intervene ‘del que paga u ofrece Ia recompensa en el hecho realizado por et ot puede ser calificada de participacién por induccidn en el asesinato 0 de cooperacién necesaria; pero la cifcunstancia como tal (es decir, ‘cuando se dan las tes circunstancias del asesinato y el precio, recom. Pensa o promesa actie en consecuenci como una agravaite genética) slo afects, por ser de indole personal, al que mata por precio, recor ppensa o promesa (de ota opinién algin sector jurisprudencial que Considera que el precio, como agravante genérica, es también directa- mente aplicable al que ofrece la recompensa, eft. STS 7 jul CAPITULO IT Inducci6n y cooperacién al suicidio, Especial consideracién de la eutanasia Sobre te swan acerior al Cio penal de 1995, ALONSO Bibliogral MARTIN. GOMEZ, Aproxima ‘TBIUC egridad al sucedio degradame, CPC 1095; BARSERO SANUS, BI sucidio: prablemética y valorasin, 1966; BERISTAIN IPINA, Prolegénienos para [a criminoldgica sobre ef derecho a eulmina ia) en H BLANCO LEIRA, mnasia, Cie 1990, bre dearvoll de la personalidad y delios con . CPC 1991: COBO DEL ionadas con elo fen Homenaje a Sainz egal dela exta 20 de Compostela 1977; GIMBERNAT ‘en Ensayos penales, Santiago de yh smeared so SET ZaNONYS ¥ NUS ‘sONz PUPHI >HF6q afeuog] ap o1so4d na 8 eatsand 9 2p popup b1 ONNASY VAS “goog pein ojove sewers “OGIO NINAVE ANY AOINWHL epminig e2asu08 wor Sopa ws309 soup? 507 “WNOBWS¥D OANOM “1000 touang “sageg afeawon us mad ips Jop spf ud Jo cand asa) 9 oo) we tauosay ‘o iuuy 0739 nrpne 3p uptoesndsogy ons 2 “haway YaaiOVIN "36 BAOMINYT apes ey mien sotsg, °ss-10aP4 Zald '9561 puny ipusiog ‘WONWAY Z¥IG 2) 24gos ouceadns jours 2p VASA “e661 PINAR ‘9qESTD F afruEWIOR UD “P e210f 2p 1 °1SRONOG OVI eafoaowon ue nenpadscad& rgigstay aes cupid ro 59 aigns ns) PHINYS WAS 281p39 tana ap wiraioudoan Sowa] 73 “ows j9 S861 OANA 1 aieuonmpy ua jouidr> 42200) > los demas a que lo maten, primer caso, el legislador ha considerado con razén que no puede se consuma no puede castigar a un mu consuma carece de sentido, desde el punto de ¥¥ especial, imponer una sancién a quien ha demostrado con su intento el escaso interés que tiene en los asuntos terrenales. Pero en el segun- do caso, es decir, cuando en la toma de decisién del s\ oenla ejecucisn del mismo intervienen terveras personas, et legislador no ha uerido que la im; beneficie a personas distintss del suicida y ha tipificado en el art. 143 del Cédigo penal una serie de conductas de participacién en el suicidio que, de otra manera, proba- blemente hubieran quedado impunes sobre la base del principio de la accesoriedad de a participacién. Presupuesto 143 es que el suicidio sea un acto auténomo y deper rato) en autoria mediata, ya que el suicida no seria més que el instru- ‘mento de su propia muerte. Parece, sin embargo, excesivo considerar ue todo suicidio es producto de una enferme libertad del suicida hasta el punto de conv ficilmente manipulable por un tercero. El si ‘ional de respuesta a los problemas de la vida, un acto supre- 1 Si en el ek ibertad una persona adulta idarse, las formas de participacién y favorecimiento doloso or por parte de terceros en esa decisi medic: c presamente. La diferencia fi ‘que tipfican otros delitos contra fa vida es precisamente que la muerte cs realizada sobre si mismo por quien no quiere vivir mds 0, en el caso de la cooperacién ejecutiva, por un tercero con consentimiento de quien no quiere vivir més, que es quien, en definitiva, decide su des- {ino final. El art. 143, como el art, 409 del anterior Codigo penal, lador de tratar auténoma- ls distintas formas de par- io ajeno, pero no hasta el punto de con- siderar irrelevantes penalmente estas conductas que, estar muy préximas al auténtico hemicidio, e inc aunque también es verdad que otras veces no son més que ‘610 pueden castigarse en la ¥ de lege ferenda se forimalan propuestas dé despenalizacion, e incluso algén autor como JaKoas sostiene que debe covsiderarse im- pane 1a ayuda cjecutiva al suicidio, siempre que éste sea un acto razonable de una persona autGnoma y responsable, pero esto no siem- pre es asf y desde luego hay grandes diferencias entre respetar la voluntad de un anciano plenamente licido aquejado de una enferme- dad en fase terminal 0 que le produce graves padecimientos y respetar Ja voluntad de morir de un joven ante su primer fracaso amor0so 0 tras, haber suspendido un examen. La trascendencia social que tendria una E soy oman, ow un s9 vepeouasep 10197] vi ‘Sop 8 ns Fo UpFSONpUl sod u>IUL JB UDAEADIGOS SOP Sol IS K stuoistasndns fe 10 seysnur anb so u3 omptomns atop» opruin juowpploadsa “ugraoy ] wade anb jap aquEzes [ap ‘o>ipous 89 2159 1s uptousod p) amuuyge exed aqueioygns aseq ‘oUiajuD ovunsasd yop Upta vy ao 38 pypouLiggu ef ap UOI2I_] BL UOD sond “(gps “419 Uo 30d uorsnUoD U9 oxprome yp uo} isn spond 2s js oaad tomnussese @ oF be se]qvy ago ou tu y “2onpasd a oinej0 up anb “oxp4 opuemunsaid < js v] opustsquoa pp Pej urs 'sa20]0p solqusoy woo sosaur soun ue gzjsour an 298 ‘ojdwafs snd -><0n saaud os onb vj ap uoronms pun eqwawRionay a19 as opuyns atUEIpoW OYPIDINS Je Uo!SeDOAOd ap a8RD [> $2 >} ‘oyouIsase © OUPIOH uoinn so ojgeindusur un e uoloanpus epor ou “om 40d “x “TOKOMpAy ap sour 69 so4gay epigag bun $9 anb aop \duuofa 20d “2jopuyp “uorns| pan -oide 2s opuena eyerpeut ui St 0 oxpiowuoy aysin9 stu “Pens -onems2xe 0 Joine osapepIaA uN OLE ]9P oluwop je 39us1 ye “and sofonpen jsp mysup> OHSU UN 28 ‘2uskutuuiarepomne ap Zedeout e's anb muouew jer ap “amuayssuan 4 21g SEP 9p PrIUNTOA “Eps B] 3 canalgo odty 0470 o11en> 3p uprsuE Ap euad e| LOO 1980 9188 ONO 6p OIBIOINS B EazMpU AND I> ‘8 Lop “He 13 Olds ‘IV NOIDONGNT pod 38 suo) 2p ensp PP worse ysod PY C1 24d 3p opus -oweulsser “ps0 "yep sao sat +34] 9189 9p soamnaafe soroe e uprsesado0o 0 up unde Kray erode poxd as onb soj ua sose9 oj ® aI9s peplt omnsaL vase ‘OZzequis UIs “ajgeasep aoered om 2 ‘9p ound un apse seisa soumdu euelop 9p "anb nppouad ap salyo wor. PULRDOP 101908 O19 aN, ‘plows Jap ayonus 403 opPrmNso4 10 Tipo subjetivo nisin dolosa. Slo existe induccién al suici- haya sido intenctonalmente i muerte. El doto del inductor debe referirse, por tant prueba mas de que éste no es una condicién objetiva de penalidad), Sélo es posible COOPERACION AL SUICIDIO Dice el art. 149.2: «Se imponda la pena do prision de dos a cinco afios al que coopere con actos necesarios al sucidia de una perso. as Tipo objetivo La accion consiste en realizar actos de cooperacién al suicidio, res a los que 16n del hecho con un acto sin el cual no se habria este modo, quedan fuera det smbito del i6n entre cooperacién necesaria y complicidad, una de ones més arbitrarias y dificiles de cuantas conoce la D rmatica juridico-penal y la mera com nueva regu ‘cooperacién al suicidio con actos necesarios, se hace preciso dar algtin criterio que permita la distinci6n. La cuestiGn no puede resolverse, sin ‘embargo, de un modo abstracto, sin tener en cuenta las peculiaridades del caso concreto, las condiciones del suicida, las relaciones con el ‘cooperador, el nivel de conocimientos que éste tenga, etc. Dar una pistola 0 un veneno sera generalmente una cooperaciGn necesaria, ero indicar meramente donde puede conseguirse, complicidad, el art, 143.2 hay que incluir también la realizacién de actos ivos del plan que no sean actos de matar, como preparar el ida para que el suicida la beba, ete.: pero sya un acto de ejecucién de Ia muerte entrarta jas veneno, verterlo en todo aquello que const también especiales deberes de custodia del sujeto que no impide el suicidio respecto a los medios empleados por el suicida para darse muerte y sobre el comportamiento del suicida mismo, sobre todo cuando éste es un enfermo mental o una persona aquejada de una fuerte de-_ presién y el que no impide su suicidio y no interviene para evitarlo, pudiendo hacerlo, es la persona encargada de vigilarla o tr \deber de socorro (art. 195), ya que al no haber sido creada previamen- te la situacién de peligro por el que omite cl socorro, la omisién de Socorro no es la causa de! mismo (en este sentido, Gomez RIVERO, pp. 906 y 916 ss.) En la préctica, snen 1a obligacién de controlar y vi tendencias suicidas y negligentemente dejan a su alcance productos \6xicos o armas de fuego. Pero la calificacién correcta sera en estos ‘casos la de homicidio por imprudencia, siempre que se den los requi- sitos de esta forma de imputacién, : La STS de 8 de julio de 1985 apic6 también la alificacisa de homicidio or imprudencia en un caso en el que el amigo de Ia chica con le que coovivia permaneci toda una noche “(@ufer 499) uoroonpuy e| onb aad soko wos vpesuse> ‘oxpioins ye wanndafe uproesodood nun ap amin 2 and “{RO}ONpUE G] ap oYsay| [2 UD MPRUNSQnNs sepanb sod aumdut round 290 4h T1488 wERPUOD TuIN Tse ‘orpIOINS |B BUESSI0U UOLeIadoos *P ka Loo uo!ooNpU ap Up!D9v BUN ap eIoUDLINSUED ap exe ts, (L£61 AIqwa!xcu CL SIs 42) upzsRiadood g} ap rromeucdan BI @P elouetouo> vue) anb o> mseR uploeiadoos e] ap papssazau af ® ojnedsos anbune ‘ny 2}se w zeyysme sarenb § wuossad taro ¥1 9P asseand 2p pewunjor r] zeo0v09 ap ey anno 2p op ~80aU senae Uo9 visdooa anb ta -esofop uorsitu09 ey a}q5 oanafgns odiy ‘qeiow pepe worsy9 atnea 3 Sao some sn uatquem > opt “Md “yuo 9 8p SUER ap awiouru Qs5tjed 9p ost Uo ' ‘msow pep Pr ourainys souaoiec, PN “cpuriopsuos ‘guy 9p wd 'NOPY | 40d sepedupr sepipau soap poptevoron ots.ses 2b “ogg =p otant ap re sp\sqone & 0 Yead S07 9p ‘on2p oomuser {1 Bau, eum ep osm “res;putaiat © dare fs siusumbes usp 0 pn ep aapiod ap see our OF “canes SP wungn Rp cI ‘suadaid 2+ ne fang ‘rwerssun9 w opiplad ey Uupromeoume ef eundaud amb gurnaos sist ‘© oprey neu 219 ypond 121 3p eda ono suse eo “Pa “Js cians un ees) Zev sp ensa 2 18 OW bo anbuod “isHoisuonut 9p ce anbune osqou eiaquries opemisiop un eowgsos anos ‘ms feaucjueinadiny Pp oe foe oon 335 off uotemysina m eaainbar oi a fo 20d) entounmin 3p sod Wp tod anbune “1.29 om Pou 2086 cn spond anb 0939 ou “SoysInbad so} URp 26 15 90d “0 sna 17 anh ap ound (p sey ase ap sasunied 19 u> ums any sooty spate apna 9p 5 corny sox “eu eaanoua a an uo soa1pou sojuonupspss ap ozy204 10p & aaguanyy ap soSpany soy ap wg ze apisuod jorsadeg vbsinaxg 4 COOPERACION EJECUTIVA AL SUICIDIO El ant 148.8 castiga con la pena de prision de seis a diez afos «s| (a cooperacién Vegara hasta el punto de ejecutar ia muerte Et hecho tipico de este tercer supuesto es también una cooperacién, pero de indole ejecutiva. Es decir, no sélo se coopera, sino que se Hleva esta cooperacién hasta el punto de ejecutar la muerte del que no quiere vivir mas. Pero no por ello debe decirse que estamos aqui ante una especie de «homicidio consentido», como sostiene Diez Rirou.és (en Comentarios I, p. 221), y gue el que ejecuta la muerte es el autor principal de] delito. El verdadero autor en sentido material sigue sien- do el que no quiere vivir mas, que es el que tiene el dominio del hecho wu organiza su propia muerte, aunque ésta sea ejecutada por otra per- sona. El que produce la muerte es un mero participe en esa decisié: acién Hegue al punto de ejecutar materialment fo, seftala con razén Jakous que este supuesto no este supuesto de partici que los otros dos, pero, 14s no es Lo mismo ni por supuesto tan grave como matar en contra de su voluntad. Por otra parte, en la cooperacién al suicidio pueden venir en consideracién muchas veces 1 piadosas y humanitarias, como la de acortar os sufrimientos y dolores de quien sabe que va a morir pronto, que no pueden valorarse ‘misma manera cuando se mata a alguien prescindiendo de su vi © incluso en contra de su voluntad, Precisamente por eso, en e! apar- tado 4 del art. 143 se tienen en cuenta e ivaciones para atenuar Ja pena, algo que seria impensable en el homicidio o el asesinato, iera que sea la opinién que se tenga sobre tes de ia cutanasia y la ayuda a morir (ctr. infra), siempre hhabra una diferencia valorativa fundamental entre matar a alguien en contra de su voluntad y matarlo con su consentimiento. intad Tipo objetivo La accién consiste en que la cooperacién egue hasta el punto de sejecutar la ida del que quiere mori ( jue requiere es que el acto que provoc Ia muerte Comentarios I, p. 222) Tipo subjetivo dems supuestos es necesario el dolo, referido tanto ‘misma, como al conocimiento de la voluntad seria y decidida del suicida, ESPECIAL CONSIDERACION DE LA EUTANASIA Y difciles de soportar, sera castgado con la pena inferior en uno 0 dos grados a las seriladas on los ndmeros 2 y 3 de este articulo». Este precepto es la respuesta que el Codigo penal de 1995 ha dado al problema espinoso, candente y actual de la Usmada eutanasia Au ia respuesta no es la que muchos demandaban (véanse, por las enmiendas del Grupo parlamentario de Lzquierda Unida y su discusién en Lorez Gasnupo/ Garcia Aesx) y desde Iuego se queda por debajo de tas regulaciones adoptadas en otros paises (una buena informaciGn al respecto en VaRios, 1996; también en Roxin/ Maxtovans/ up pomp 1 ose pHpERE pp rua 09390 mb souenanies 9 1 "6961 Pepe ‘xt suauanagadoxdooand jo usney oun ap ois» anb “spy seus ‘Soy ap prpanea ny seusype unai9 £9 4 “emsgD ONVHES Ky)“ seat SHNBUIOD ‘SAIN US Sasa IN TaWOEEY. ‘Gog °C SOLEMIAW “ONRAOV a oxvanas Me “axEy con puranowrs “ge “doy Zz U2 "SA ‘acy “oypou janes fog sopreyeos seisondhs 39] Utognusie 9] 371981 2s onb su0daid esr9 op wy 99 “s UD "Za #4 “Bt MH sOUEINAN “OTLTRNOF ZanaHgeN uo "onenavg 2040 66“ ‘nah esIvANOD 294) PHBA 2p foIOL Sp 25 an esunnd 98 2H 249 orgs 2f 280) ap vsta 3p onund Yo apap ‘a say Woe auodoad a nosg 8) 2p ous t8 o0ge ANNA 13 ZIQNWRAG *136) reuad worse 29,6 sunivauio ua ‘AY ‘W86I “T] CoUBouow IAG “1 ‘0861 “E OmpHRONOU ONC HP 104 Va¥'d OLOWMY £651 29 potad 0 canon 23407 anvor. A ans 304 “Dil VAN “OOVAKT ARLYN J) oLsogy “Safeurunss-oontod 4 sayesuas souo!esap|suo,) reuosid js ted ows “wrood [a nred owe sepue {359 ap seuasinep sidope eaulnd anb ojvefyposoud un mm O1TNLavo ana demu niuscapiei eats one ene on el ALNATGNadaG pier tidrttle cette YNVINOH VIA VT VAINOD SOLITAC sup & "buss 9 9p py olseruew e ‘Bano wsvurana ap soesondns os 2 indicacén eugenésica. n Homenaje a ermine ECHEVARRIA MAYO, Enfermeda vista Esparila de Tnvesitgaiones Socal 8 de un proceso soci-pottice, Madrid 1992; HUERTA con resultado muerte 0 lesiones graves, Madrid 1977: eb 9. Criterios para ta reforma del dlito de aborto, CPC 1979; e1 ¥ poltico-criminates de Homenaje a Redeiguez Devesa I, Madrid la despenaizacion det Espana, EPC 1985/1986; LAURENZO COPELLO. 0 del aborto rerapéuico, en La evolucién del Derecho en 119925 el mismo, Reflexiones cobre PENA, Indicaciones y cau generates, en Homenaje 4 Beristtn, MARTINEZ MORAN 1978 y en Derecho comparado: REDUC monogitico 2, “hiwos diez aos, Ja pena de muerte, en Derecho Penal y Consitacign, Madrid. 1982; RODRIGUEZ RAMOS, La pena de ihabilitacion especial en el aborto, 00 Puig Jurapradencia 1986, Az sopeurde so] ap nuad ry “so ‘ouuzyuo 9p wooanbout org “(88 Szb “dd "5002 * 109 ‘oBrequia wig “aL: uoromnsuo3 -pduioow 83 ins ‘on * dus 0 souepiused spus 794 3OF0 ws Bey of 12 9 “ajopurpnse By anb sel ua luna eam sin poder valerse por ‘solégioas its element Naturalmente, ningun problema ée responsabilidad penal hay cuan- do el tratamiento se omite porque ya ha sobrevenido la muerte cere- bral, 0 cuando el tratamiento médico se hace sélo para mitigar Ios dolores sin acortar sensiblemente la vida del paciente (ortotanasia, también llamada eutanasia activa indirecta). Igualmente queda fuera tipicidad le cooperacién no necesaria, Io que plantea tende por cooperacién necesaria, Sin ‘embargo, la induccién al suicidio de quien se encuentra en las circuns- tancias deseritas en el apartado 4 sigue siendo punible en toda su cextensién, Io que parece correcto para evitar cualquier influencia de tercero en una decisién que s6lo corresponde tomar al paciente que se cencuentre en dichas circunstancias FI problema de la eutanasia dista, pues, mucho de haber sido bien ¥ detinitivamente resueito con lo que se dice en el apartado 4 del art. 143. En el fondo de la discusién en tomo a la eutanasia late més que nada la preocupacién de que se pueda Hevar a cabo de manera ‘aluaIpued sR puod ap aus Cun jeuDd OFIpe [ep TT LL [9 U2 UaB00ar 28 «oLi0g” Jaq» axqua feet ong PP, SHIVNINLAD-OO1LITOd XA SHIVAANAD SINOLIVAAGISNOD ‘oq YoU ap Pen ra “csouwsiod 2p uuoyas #7 us “Dus 280 ‘WNOVSYD ONO? sp 60g 2p SAINSIONM VANS /Z3NOZYTA WI ce € ou0aY "ZaNWD NIV "ZN 1D 72 2G05 +8 86 adecuada planificacién familiar, la participacién de Ia mujer en la vida social en condicioues similares a las del hombre, los problemas socia- les y econémicos que plantea una familia numerosa y la cada vez. més fuerte conciencia de la mujer de sus propios derechos y autonomia, yhan debilitado 1a prohibicién penal del aborto hasta el punto de, inclu- mna, convertirla en una norma obsoleta verda- icional. Frente a los 300.000 abortos ilegales mma sentencia condenatoria aislada y alguna de la STS de 20 de diciembre de cde espafiola realizado te regulaciGn, Tras las el socialista, con el respaldo de una mayoria parlamentaria absoluta, redact6 un Proyecto de reforma en el que se acogian expresamente las indicaciones terapéutica, ética y eugenésiea. Dicho Proyecto fue pugnado por el Grupo Popular que, una vez aprobado por las Cot present6 un recurso de iucionalidad (BOE 13 diciembre 1983) ue en aquella época determinaba la suspensién de la entrada en vigor dde la Ley impugnads. El Tribunal Constitucional declaré en sentencia de 11 Ge abril de 1985 que et citado Proyecto era «disconforme con la Constitucién, no en razén de los supuestos en que declara no pu- nible ef aborto, sino por incumplir en su regulaciOn exigencies cons- titucionales derivadas del art. 15 de la Constitucién. Sin entrar ahora en si el Tribunal Constitucional se excedi6 en sus atribuciones al declarar inconstitucional una Ley no en razén de su contenido, sino de determinadas on carencias que podfa re- comendar subs’ dejaba clara la aborto en las ids amplias, El Tribunal Const onal indicd, ademés, que la vida . 87 humana dependiente es un bien jurfiico que el Estado debe proteger, lar de ningdn derecho subjetivo; que La ica det feto no tiene por qué dispensarse exclusiva- fen ningtin caso puede conside- sin excepeiones; y, aque los derechos a la vida, In salud, la libertad y Ia di ‘mujer son también derechos fundamentales que igualmente deben ser protegidos por el Estado. Con este aval, que algunos entendieron precisamente como lo con- trario, répidamente se reformals el Proyeeto originario que, con diver- ‘sas matizaciones, se convirtié en Derecho 1985, de 5 de julio, que introducfa en et con el contenido al que después se aludira (fr. infra: causas de jus- tificacién). ‘Orden fue interpretada tan restrictivamente en algunos casos que préc- ticamente se bloque6 la entrada en vigor del nuevo art. 417 bis. Unas del aborto por encima del plazo permitido legalmente; stiera indicacién terapéutica algun, din- dose el caso de que en algiin centro hospitalario se denegaba lo que ‘con Io que las mujeres se vefan obligadas a ir de en un especticulo verdaderamente lamentable y Ante esta situacién, el Gobierno promulgé el Real Decreto 2409/ 1986, de 21 de noviembre, sobre centros sanitarios acreditados y dic- \menes preceptivos para la prictica legal de la interrupciéa voluntaria dol embarazo, en el que se facilitan enormemente los trémites burocré- ticos, se prescinde de las Comisiones y, sobre todo, se diferencia entre abortos que no impliquen alto riesgo y abortos de alto riesgo, siendo para el primer caso verdaderamente facil Ia realizaci6n del aborto una ‘vez emitidos los dictémenes preceptivos tanto en el aborto terapéutico, como en el eugenésico (cft. ats. 1 y 6 del Real Decreto) de la Ley de Prot ante fa Sala Contencioso-a« tras diversas peripecias de indole orgénica y procedim fosou un ah sou 08 2p vinuoysis wap Ssuenap tos an nts ozeid jap uonsona ey “auarpuadap epi vf ap ozuarU "y9) Upezeanquid e) 9p, 09 SasaisaUt Sono “spLUapE eusd-ootpuinf vanwiow vidoad P anb [einos peprtear ey =p sew oyaay 9p “was sazoodaox9 svs9 odD0X9 St] OATS “2h ue “ued oysaisg [9p of ‘Sappsaua’ sauoroes9pisuod sm3s9 Ses] lap “seydure couse o s onb 1q ‘omamow ns ue 2 opeooacud ouoge ope ‘augos 2989 epend o1awiout 1 ap agordso nun vas stoop ms uo wprepace © stuosiad seno eS aeuoge & sofa eun e uspioap anb satuEronoe seu spond 25 “986 /60KE ep ranenstumipe Bau P| oD sopraus od Cun “eIUoUY ‘atnb 9s rpusiaud vapond ot anb ousd 108) £ seUITIDOD UoD ani eaens (2p 810 ip We 1? open 40g 1a ogno ® vast as 9 ear onvaraud un anb spt [op uoraezteuadsap vy enuoD wyor own |2 88 opmoados mEEY o]Qs m9 antawoquainde anb 07 “ereVeUs Bla OyDe1aq. Fs owOD ;ponb “gg6L 9p oXea op loysuadsns vy opuroonex ‘ossngat 88 © dea imphantacin del as de la fecundacidn. A favor de campo de accion de os medios smteonspis, ty nla pen ee de quer inde Es ésta unt cuestin que probablemente no se va a resolver nunc Peso lo que shay que resolver son los confitos sociales que en tomo a exte hace respecio 4 la dist ep upromnasosd vy ap saynja0s & st Mut SeIDUDHIDaSLON St] a2q08» (sajeBa} soqumuasaudas sms « ‘Sanndnout 2 selouaus ap ose uo) softs of 2s anb afixo og6i/6ore MaDOq [OY 1S ia8o1d [oP OWLITILTUDSUOD 19 1 0BS2U od 108 BIOUDIS ‘ouvsagau so ose unfulu ug “«aqueysad 2p O88» UM ap au © apuarduios ap zedvout ususmanjosge nas [2 aenunuos ap zedeout P) ap peswnjon ee sa ofejduos sepy “(99 Fz91 Ue 9 oupaiap un ap sien 28 sand "s=t0M muon o PpeZHOIND Jes anb suaN OU UsHED st ise amb selafmw ap osea yo ua anbunn “sejeHey sonseuasaidar sns sod opey said 298 oqo) i2sw09 [9 SOSb2 SOI¥D UD ab sRUINSA ANB yg ‘nb oj 4od ‘seaedeotn 2 sasousur us ovoge ap ose us olusiuanuastoo I onadsas 221p 95 9 Lif Be) souerso8 vy wed sau sod viouadim ap osea us» spurosaud apond oo aise acy “epeznsequuo afm ej ap osaudye a1 Yasuo), is So} usp 28 anb onesoa0u ns Bpo1 uonaxidsap so 9 anh raed ‘osag “«swarnbysd 0 seoIs] st ap opiounsaud & ee ‘pi pf we an yemise oysouo] tua ‘onb a] 10d “cet 2p jeued ofp -odsiq,e| uo ovis aivouesasdxs wu OU) BE 28 “eh al 19 tod epeidope 52 IN] “0294 [9p Upia sean ‘saqueniodut snf eaed (¢°yz UR) idure woroeiendioguy 1228 s2isere9 $9 “vpvzpivquia ‘ossyfua ap osv9 ug “uounomend eusdsip "nD wo apaons ood vesnd “ugjomprue B| ap 01 Jod ‘0 opoyeu vpls ey ay 2% inf usig 0x0 49) nf uptooaiaud 2p orsigo 0s ypuadop run 9p woLonjos vy uorDEoYNSNf ap seme und 59 id 52 O98 Jolnus widoud ef 40d optonpoid ouogR [9 UZ osnalgns odiy tw 94 iguiendo segtin se trate de abor liquen alto riesgo para yjer embarazada y no supe -manas de gestacién (art (0 de abortos con alto riesgo 0 con més de doce semanas de riendo mayores medios ¢ instalaciones para los del Real Decreto se establece que los centros Pena y Det. Rio ¥ Parvo), Requisitos especificos de cada indicacion 1") Aborto terapéutico Dice el art. 417 ‘Que sea necesario para evitar un grave pekgro para la vida o la lus fsica o psiquica de la embarazada y asi conto en un dictamen on anterloridad ala intorvencién pot un mécico de la espe- dstinto de aquét por quien o bajo cuya ital ‘correspondent La necesidad del aborto debe medirse en funcién de las circunstan cias del caso concreto, no en abstracto. Ast, es posible que una deter- minada enfermedad no haga recomendable el aborto en una mujer joven, pero sf en una mayor de 40 afios. También debe tenerse en ‘cuenta ef eriterio de ta mujer embarazada, tan decisivo en esto o mis que el propio criterio médico. Seria absurdo que a unta mujer aguejada de una cardiopatia grave o de una depresién profunda se le negars cl detecho a abortar por estimar et médico que no es necesario el abort. terapéutica estrictamente interpretada se restringiria a s y casi de Iaboratorio, que es probablemente lo que algu> ro, {quién soporta las consecuencias del error médi- co? Deberia elaborarse aqui un criterio de «in dubio pro muliere» dejando que sea la mujer quien decida, una vez informada de la gra- ‘edad del caso. De todos modes, la necesidad del aborto debe medirse en términos de probabilidad y no de seguridad absoluta. Decidir en casos de duda sobre la existencia del presupuesto objetivo de esta 95 1 propio riesgo inherente a todo embarazo y consecue mente al parto. Las dificultades para encontrar un baremo objet tampoco hay que exagerarlas hasta pricticamente inviable. Desde el «riesgo vital del que habla el Inciso del art. 417 bis, 18, que permite prescndir incluso del consen-, timiento de [2 embarazuda y del previo dictamen médico, hasta la _snfermedad relativamente leve bay. desde luego, un amplio margen en el que no sdlo el médico, sino también la mujer tiene que decidir qué es realmente grave, La regulaciéa legal objetiviza esta indicaciéa hasta el punto de que la hace depender del citeio médico (dictamen ‘mitido con anterioridad), Pero es evidente que éste no puede ser tan Vinculante que se imponga por encima de la voluntad de la mujer, tanto mis cuanto la ciencia médica no es una ciencia exacta y el las més terpretaciones. Lo importante en esta indicacién debe ser, télogo de enfer- icaci6n, Por via de © psiquicas, que ejemplo pueden, sin embargo, seflala graves, graves enfermedades de pulm ‘malignos, depresiones graves con tendene! séanse De Vicente Remesat, Diez Rrpor és, Comentarios ala legislacién penal IX, pp. 152 ss. Peuna Gonziter/ Savcunz-Casas: y SuAREZ RopRIGUE! Ruat 2) Aborto ético Ant 417 bis, 1,25 jarazo sea consecuencia de un hecho constituine de lacion del artcule 428, siempre que al aborto se pract- zafnur vy aed epioynjosge esnoxa ey Lv YPESVASHDG_ A SNBSYONA 2 -y Yow osmAy “S9 top anund e sepeindwoo “ugionisa® ap su Se 9p 2 $2 UOIOVOIPUT tasa UD CLOG fa ‘tororgiyaud ap 40219 owWoD md 1a 1 "ue pp ¢ openede y2 wo fandutoa so] a4gos rspuaine oNogy GC 6 ap vy ep omstabar 1g Jouaiue sopeuorouau J opeisaud 19s oyop ouoge i ud seus onb rage an 98 -osuoo vas ozIBQUID Jo» anb ap wiouadixe DP VBI A 718i “HO HA, Li sur n owondnsaid ep stasos apond 4 ns ap opaesnge #9 OpO? uD “se 2yqean (Sour 200p ap souau wuosiad uoD 0 “up!orual epal PT eibodta OpuEsepIsuO> 4 ‘LL UE ‘opeounusp opis ssaigny ovoey opeuo;suoW Jp onb A uppeiseS ap seuewas sesauud ea0p Se1 ap Outuep an 96 98 explicable en el aborto eagentsico, pero no en el tera todo caso, sin perjuicio de que en interés de la propia salud de la embarazada se exijan los requisitos formales que, ademés, desarolla el Real Decreto 2409/1986, siguen siendo aplicables los principios generales del estado de necesidad (art. 20,59, que, obviamente, no ha Sido derogado por el ar. 417 bis (en este mismo sentido, Diez Rrouts, ‘Comentarios a la legislacin penal IX, pp. 118 ss). Por eso, cuando se den los presupuestos materiales de alguna de las indicaciones, el aborto puede quedar justificado por aplicacién directa del estado’ de necesidad, sin perjuicio de que se pueda exigir responsabilidad al ‘médico por otros conceptos (impericia profesional, intrusismo, ete) Pignsese, por jet 0 y, en desprenderse 1a opinién legislador sea la de cas- administrative. tigar como delito de aborte un simple Tentativa cl castigo de ta ter ‘0 imposible o tentativa absolutamente inidénea de aborto, no punible conforme al art. 16, Modalidades de aborto Las diversas modalidades de aborto recogidas en el Cédigo penal pueden reducirse a tes: el aborto doloso ocasionado por tercero (con 0 sin consentimiento de la mujer), el aborio doloso ocasionado por Ia cembarazada misma y el aborto ocasionado imprudentemiente por tercero. A) Aborto doloso realizado por un tercero Se distingue segin se realice con o sin consentimiento de la emba- razada, a) Sin consentimiento (art, 144) imiento de la embarazada no justifica por si Aungue el cor da relevancia para mismo la realizacién de un aborto, el legislador Ja pena que corresponde al terc 144 castiga con iin de cuatro a ocho ailos ¢ inhi '6n especial para sanitaria, o para prestar servicios de toda . ientos 0 consultorios ginecol6gicos, pi-_ bilicos o privados, por tiempo de tres a diez aiios, al que produzca ef cia, amenaza o engafo (art. 144,2). En estos casos, 1a partici la mujer es totalmente impune, ya que no es més que un mero instru- mento. Si el tercero cree erréneamente que la mujer consiente no seré castigado por este del en el art. 145,1 b) Con consentimiento (art. 145,1) Se trata de un caso de coautoria entre el tercero y Ia embarazada. La conducta del tercero que realiza el aborto no es de mera participa- cién, sino de auténtica autoréa; lo mismo ocurre con la conducta de La embarazada que consiente. Sin embargo, a ésta la castiga el art. 145,2 ‘con menor pena (prisién de seis meses aun aio © multa de seis a Yeinticuatro meses) que al tercero que produce el aborto (prisién de uno a tres afios ¢ inhabilitacion especial para ejercer cualquier profe- ientos 0 consultorios ginecolégicos, ptiblicos o privados, por tiempo de uno a seis afos). Sin embargo, si la conducta del tercero es to realizado por la embarazacda (induc- ' necesaria, complicidad), el marco penal aplicable serd el del art. 145,2. rea) J9{mu 8 23908 Bua ap IONPUOD LT Bp LoLsezTEaL e] ap omaWwoUL f9 UE soTUDLL 12u09 se[sueistnan> sey sod 4g "ypezeseqa ‘nb o} @ sofnus vy anb aqus o1afns f9 opuena “ouogn Sw=pruduay peplepou As ua o1ay je s=045a] 2p ‘tj tC Oat UUM OUST [> UO aAbonOsT 0“ gy ame so axdurars, uopraduue uorsoe v] 2nU9 poy igpnsdtw ef 2p pepaat har owsoge ap ajqiund poprepout wise ‘uorsoyoud vy 2p o1siaust | sud ap vuad v] ap spr opeaonord 455 949 OOGE [> ust e] ap e:oUaND OF ep oajdwue Jo uo se jeu ‘SoarUoge SouWpuAnas SoIsaJ> YO SOIUDURED|PSUE 2p wotndussaud) ound [2p owuouow Jo Ud 0 oZeeqWE [2 anmeNp eprayeoa eoyppt uorouaZaIUT EUR ep OsInD [a ue aRronpaud wapond fou isnpuos wun 9p upIqUM vIoUandeS ol ords0010 388 9p sous) & epeuad yi9s aU EpezEIEquie ©7 ‘SoUe Seu! e oun {9 op01100 un sod &Je9 0 onu0 ‘ugISs}ax4 Bap ol 0050 vovoeyqaUU! 2p PUad e| owSWLASE EupUORW! #8 FeUdIs6j0:0 EID sJeprucu sod opnawea Isnf 9p sesMeD 2 ‘epipnye saree souormoiput se] ap sousandnseud No] uep 36 arueure -nelgo axed “ouoge ms eaznpoid Jota ony “owuauunzisur 0102 areo.ai un ap asuysios anand epezraRquID -vyeipow eioqne my sjqisod sq ‘ouoge oidoud ns 462 copuend anb rusia er] s2 cued ey -ouoge jap ‘opiials “ousoge ns esn29 safes erdosd v| anh [> 09 0 v sous oj9s inbr o1sd ‘5185 sp ew 0 oye UN F Sesew SI98 ap UNSSC €p BUEd e) UCD ep eeBRSEO F188 “OUOTE ns AlefNpo.d anb sslnWl ET z'ShL "UE i@ 200) epezesequis vf 10d opionposd osojop o1oqy (af 102 sujeto actué asumniendo este resultado, podria apreciarse dolo eve ible (dotoso 0 ‘mujer embarazada. Le induccién 0 coope- io (art. 143) de una embarazada puede también entrar en coucurso con participaciéa en abort doloso producide por la ‘embarazada (art. 145,2) DELITOS CONTRA LA SALUD Y LA INTEGRIDAD CORPORAL CAPITULO IV [ARROYO ZAPATERO, La proteccién penal dela seguridad en el rabajo, Masind 1981; BAJO FERNANDEZ, La inervencén médica coniz fa v0 ‘Observaciones acerca de las lesiones en el Derecho penal espaol y com parado, RGLI 1971; COBO DEL ROSAL, El ariculo 426 del C&digo penal ‘el problema del consenzininto en las leriones en el C6digo penal, ADP prude La relevanciaJuridice-penal del consenimiento del paciente en Imiento médico'quirirgico, CPC 182; MAIADA PLANELLES, EI prob epirasg ns Ph od exgo.agy 19 10 ¥GIS BP Dr ap soungosg ‘uss (9 “Tg6T eUO|OHEG “o}ONDG SOIPNIS] uD “osuehp ou) PE Syeda NORA “e661 aD ‘oHeNouN 50) 3 ony opus “266 PUBL 108 “AL psd ¥ souerwaueD Ho YAIGUE) 1661 4 ‘epdeow 6°) 7 469 1F "VOONINO AC VATE 2380) 2082 FY SA SANWILE “G6 12 “a61/6861 2p 202804 “nod ope ser purisdo sypou 8 ups>eays9/9 “Savor 27 *ZANORAUON ZIGNVNR (066) S07 PT “OMY 2p FZ aP ‘6961/6 OF od suusfos NY ap Fgndsap 19d 53909 $0 ud 5080p $0 “ZaNLLNEN ITE ‘66 Ae OO ay oma 27 "4 "VLE ZVI "8661 10 PHS 1% wprrWsn Zb61 2D ‘(PAE oyna) yneod or f C61 PUPEIY*) “On "ARN touad uoraet2oy #1 esouE Wg 9 2H. unt 507 204 sa 87 od 6p igvom 003 83 °OISVTE TSON T3A "46 fC) "321 jp bse ap orn ps spsap pn 9 dso Datpuaygaud ws «S940 st“ ope 9p tauoronjas ean £ bye ty sp Oust fo 9 FORA PENDIOH 2p nop 13 see f9"NGBE “TPE THSIGED Nf 0919d 9 Pind nee sot ap orpaiap 2 w09 wp Grp -sivaqnoa Grtanwas “see. aa cory 2p 52 mp cosowooP vated me if uo rape CIC Opoueh OIPMPHT WV LEANEENON WRAY “6861 PUPEAYT 982q1ZanTUpOT Y aeusAAOHE HO PePIUNS

8 212 SRLLYAYZ O4:TIWOINE CHOL STE snp! AP sos 90) > Mees ONVIONAIVA VAYD /W13B1) OAOWAY “a5! HUOIdLIES "HDH2) 2p ISHN ZONA /SVHAK SVT 3 OXORAY ‘S461 (AD EHD pepsi > eps m) ean Doig wma sosouout 9 ofogeay IP [ Heise CourogD ‘861 DUPENE "2 108 nas otxeiote 1 ua soputor003 sauoysy #0 “i 2p exsaioag }» sad 0] cp 50) 0 ea 13 'SSLNOW ZHAVAS ‘THEI ACY tnt 9) 9 ‘sopill 2p sunydies 0105 “ER61 eHO}DIEG I] eVOUA-roIRg afeu>uOH! UD “O86L 2? ror 106 Limieno de! pactente¢ impradencia médica, en La impeudercia, CD! 1995; MUNAGORRILAGULA, Las vilencias en ef émbitofanlar, RDPC 1994 MUNoz cr dades deportivas: algunas cues PABLOS, Regusitosy sigjeado del consentimieto en la eer pena. de unidades de sangre por- PEREZ, ALONSO, &f Las ia de detox conira las personas, Revista del Foro Cana 1992; QUINTERO OLIVARES, £: de tesiones a port de la ADP 1989 (también eo PY nim, REIG, Los delites contra ta vida y a inegridad Proyecto de Ley Orgdmica del Codigo penal (1972), ROPC 1992; REY HUIDOBRO, La imprudencia médica en ef ambito del Derecho ena. en Homsnsje a Casas Bargueio, Cérdoba 1996, ROMED Derecho ante los tasplantes de dganas, ROD 199%; e1 respon penal det med AP 1995; TAFUR LOPEZ DE LEMUS, E! delta de lesiones:concepto de primera asistencia facuitariva y det VAAMONDE LEMOS) VAAMONDE MARTIN, de los trasplantes de drganos 1989, PY nugn. especial XU, 1990. el Cdigo penal de 1995- ARROYO ZAPATERO, La supre elite de propeacién de enfermedades yet debare BERDUGO eine aos después, en Homenaje a Barbero, Cuenca 2 Criterios para fa BERNAL VALLS, Las lesiones:ewestiones get Juris dl Minister 1999; BLANCO CORDERO, Relevancia pe 4e fa omen 0 del exceso de informacicn médica 0 terapéutica, AP 1997. CAZORLA, (Giz), Protein pe 1997, DIEZ. RIPOLLES, Las FLETCHER, Las vitimas ante el jurado, ead, de Medina Ariza y Matz union, Val (9 02 8d eyo UALS [2B UpraRdiomed 2p pepmgisod ouw09 “oNdaae ‘pes Hf & opens uk 2p uaxtzp 28 anb v2 Eppa, ‘os enb (prpnEo}9p vy cwos) seauzodso sopennssa sPuDpH "erg 2p ovdzoug9 |p aled SScutu So} 9p UpIseANA! © songoHE fod owo> ipnies 2p w2usere)pmpsuss3yu9 | aod cque 3K 2p ou [2 ower uo OBIpp; [2 uD efyas 9s pres 2p oxdsouN> = SSWoIS 9p CHD JP pePITE e| ap ruansd tig 49) yoo 98 emu “TPAD uaa e396 ap aygncacens rea 2njout 20h “erinbud aig 00s un 9 soup SoS us 1fSixd ap Fiat as ans uo pnts wy apuonue 288 “eed "Z¥a1) MEEK a ruodion o1quisius 0 oUPiup up o!peq.iMut vy $9 OpIFLAp wie anbere [9 ‘oots1y arDadse [P O19 a1aH|aL 28 yeiodios pepuaiur e7 -pepouazue ey so oprsunp wis & anbew a ‘(On1spy adm pyr asegr “seonbysd s2uorsa] se; 23q0s) voxnl Bf ouIOd e>Isy vy oWR $2 O5IpO:D [9 arayer as anb & pies Ey (a omdeo pufut ase9s) Bn] ONO up aruouserdo ueatpN 98 O195 | suofsa] soy SopIDeu WA 9p oIUAUE O POISIE pHs RI yrAodLoD pep ua a] ‘oquea sod “wos sopiSayaud soopunt sausty “seuwsiod Sel 2p mes B] 8 O yruodion pepyRoruy vy w tuNUIRDSHEp wes pi our oq od joaepas widaxd wt ap apuaid “sap 08 ef oun “sa ypdinuuid wapsnioesea nén> seIoMpUOD Ap AHS un “esouoysay $0] Ag)» auquiou [> ofee “uaRo9as 6 IT] OMA, [9 60 : mA 1p euesBomjaig M| 98094 OsNASE fe sepeInoute seuONad ennge CISUBONN A848 9g soa0ad & puad ayaaing 9p osaitu0" a pouad vais ar od 9 eysond 07 sul no La actual regulacion procede en parte de la reforma del anterior produjo en 1989 y que modifies en p nando algunos de los defectos més Gobre la misma véase 7? ed,, pp. penal de 1995 contene unto blsco yun concep general de lesior nes (art, M7, 1, con i comespondiente de participacién en rifia 154) y el de empleo de violencia sobre sesor, objeto los actos de participacié cconspiracién y proposicién para cometer los detitos de Jesiones (art. 151) y de la 152 y 621), se introduce una nueva formula en consentimiento del lesionado (ant. 155), que, como cuestién comtin a todos los tipos de lesiones, estudiaremos al este capitulo, pasando después a analizar algunos casos problem: (como la esteritizacién de defici taria a actividades peligrosas) y el tratamiento médico, con el consentimiento y con la problematica espectfica de los delitos de lesiones, LESIONES TIPO BASICO El tipo biisico del delito de lesiones, previsto en el art. 14% ccastiga al que «causare a otro una lesién que menoscabe su integ) dad corporal o su salud fisica 0 mentats. La accién puede Hevarse @ cabo, como también se dice expresa- mente en este apartado, «por cualquier medio o procedimiento», es mn decir, tanto pot accién en sentido estrict haya pos ‘como, en Ios 8508 ert que . Sobre todo en las lesiones causadas por imprudenci terios que fundamentan una img 2 Jo dicho en el capitulo Excurso: el concepto de lesién psiquica. La lesi6n pstquica comp dato colateral ha sido confirmada por Al, por en el asunto Payne vs. Ten senera establecida en cia. 69.16" y 7 del Codigo penal, sto gue ademis ‘98 onb epnée vj so visusysise eT “soptoqeamnbo “oBon] apsop “Uos ou soxdaouan sop Sorse ‘soqsetouiazeyfp opezio} 190ued apand anbuny ‘oorS.nuinb © oompgur ewarueien & viouasise erotmad annus ‘sand L19 ‘pry wun a4msuoa saouoru9 "A ‘ooiBanuinb © o>xpgut cwuat Zep oy 99 eons uo opsu=t 2nb BIgeH SP ap sea) ser» auuojues & popyjesnt> ap orsuNte ouejé un uD sousLs my sod spur eyeaysase un owes SUM! 33 mI9jRa 2;g}Od $2 Ou Cu “OUSISE st 2 soU01s 2 OVP 21 9p etouaoeysy 9] EpENSOWP rd vos ey anooade w 2 fp awstpueisace> ze run anb step azath ou ore enune su - 24qpqond 52 dnb "aoyootsd siusurtand 225 ‘ruripau openpasce apeab anb ‘oi oud ov0P un GUIS "VUSIUE Upp CSD Hy 3 Tpp ersusuos ms sia 25 orb © opeqaid 08 opep 2 12 2nb StL EAD MAH upITESED ap os amqoad anb SUD spu oN Yt ‘1s 036 a sapts0oo eyed sguape opuaitixe ope) an esapisun9 Ox1a} OpEYANAY 9p pepeseis A pep. eh 3p eetemgox! sapmasoup snd ound “ueoop ene aun oursudg UNL rap wiouass r] 9qg0 9] auped p anh 2 wean ns op creunann pp Hote Sap momeoo ossaya um cusnesing sm anb ours soe ran anib mn a opetuay at gus Done 9 rsd © e8ojoard ang)? sip sme ap ono! eqoudsywope an usualy a52 ap cam 1 2p on unSuua eproapand ‘so ap ogra am anb aptupe OWE)? eusd adtpo fp Pepe ps stead eyasy op saan [3p cue sp sym é sgndeop Jjouait SPuBpe cpurosn| ‘PEPE sp SOUe 11 2p ouPusay vs ap rveTox! tu ayped [9 sjuouautptaeo.anb eyenbad eulu an op. 3P 6 =P S15 MU9 pou sp cise san sesoxcud =p euua) wis sp onda Uy rig lagoon nun ap sypusnossuus owen msauseah)sonpond af an & se ojo sE.sp 2 sgndsap sonpest 2s onb ‘oa sunoyus JUD IBW}ON wIdeIo ads un 99 ‘ed "outs sodas pepusBaiuy ny #4953) spam 2p om2p f ve aan > an 2) apsop jeuad Bing onend owog cr rr us Pero si To seria Ia misma prescripeién para tratar ona infeccién 22 detectada, For supuesto que también pueden tener la conceptuacisn de tratamiento las m i ‘médica de una u otra forma con- iento psiquidtrico, incluyendo | ina cura de sueflo 0 un reposo | as que una medicacién para | Ja prescripeién de un tran- | luc de nervios no dejaria de | ser, sin embargo, una primera asistencia fact | Iguales problemas plantea | Tesién, tedricamente correcta, Psicoanalitico, absotuto pueden ser tan necesarios asistencia inmediara. Una primera venciGn de varios profesionales de sucesivamente, incluso sin relacién entre que sea preciso hacer un andlisis cl fen los casos en los que asistencia 0 queriendo confirmar el diagnéstico realizado en de por su cuenta a otros profesionales de la medicina. Tambi calificarse de primera producirse Ia lesi or cuanto C10 (por ej, posterior); ura, Ja pres ‘muchas intervenciones quirirgicas vara la al pa En esta materia e inevie jnmediatamente después de a esi amplio abit judicial, aunque siempre asesoado medion, ta Iesién-no aparece hasta més tard. Otros datos que objetivan los erteios legals son Ia a Es, pes el tratamiento médicoo qurtgico el verdadero elemento iad del tatamiento y su preserpcion al entre el dlito y a fata. Por las razones ya dichas deben : oncepto de iatamiento fos casos en los qu el personal Esta necesidad © debe interven ante una sntomatoo sid Porque cl lesionado no acude al médico ien porque la sintomatologia de sional, Ello depende muchas veces ural ¥ del contexto en gue se proxiuzce la lesiGn, pero no del concepto de lesién casos, como la rotura de un Geo 0 Ia provececién de una enfermedad, en los que el sujeto pefiere "mo © ponerse en manos de un curandero, ya que en huestro contexto son fesiones que requieren tratamiento médico o quinirgico. Fe general, In dbesins y ta jurispradoncia (vase, pore. § nen exigiendo desde fa re ro a partir de ahi, todo lo que exija una acti- odo lo que ya desde el primer momento | exige un plan terapéu como tra cuando el tratamiento consis mente preventiva, sino curativa. Asi, por ejemy ‘unos antibiéticos para prevenir una infeceién no tuna medicacién que no sea pura- prescripcién de ‘a todavia trata- “EPL “Ue Jap owond cad ap ozoid 38 ‘ofnposd as seyjey so] ap wun 1s PuRBuTU oaLap 28 ou anb sx] ap ‘se>rsyy sottaw of sod ua oper dust |P sasrZny ua sopryswos opis saqny © ‘seioyaue $39 pnt sou ‘ou uspand soypoy soy anb wuans us auan as lun uo soyoay soqti ap eqanid ry {owoa!) ¥lourIsuos vious ef UD seyaasd ua vseq 9s ou anb 1k “07 ‘aqap anb sod *«ojae ap yousd 2p ound souout oj sod "usr, Kru apuanina os nb o ooypatu oquorureven uasomnba1 riots yw anb souoHsay Stun sesmea 3p 0 soyest sojeut 0 sodjod soun ap esed ou afft> euusi jadeuod “ses9q09SIp wa TAL. yoo) i 9 upIopnys PML -ujsiv0d so} seaaa suyanut anb se] Ue sauo! 109 “(pupaneid wsv9s9 ap 496 apend nb) oppsttios oy2ay fe c1ury 59 ou IPuad UoloIRaY tt ap oxsandnsaud Li opened 2 janponur soxdaoaid sono ua Paro doaaad fg 0009 59 8 £19 o}no}LP ja ua BLOS=p UP|ODe B} soneR anEND OpeP}Ra) Of "OUP Un op ozerd je ua ‘en yo opeGuseo P25 FUEK BUISIL 2| UOQ» ts 209p oxdavaid onan amb 0} s3u0183] 2p onap wT mnund Je opundes oyeasrd un opspeut. cy 1 9p osR9 uo wud w] seaRaFi ap prouad KIO on vuojan B| & PoWUNBIG) 27] PT peprennqey, 19409 ET wepey eum 2 an wuuod anb gp ue [ep 18 pep -uspuat vuustta ef ua X oumy ap euDyeU UD sono! vpoqemed vuuog ap “sugquiondes 2p 6 2p ‘¢00 yond wf 2950 eb ostt LET He pp z opeuede 1 oul we TIPOS CUALIFICADOS ‘Son los contenidos en los arts. 148, 149 y 150. En tales articulos se tienen en cuenta, para imponer una pena mas grave que la fijada 0 basco, tanto 1a gravedad del medio emplead ‘como la mayor gravedad del resultado (arts. 149 y 150). A) POR EL MEDIO EMPLEADO, LA FORMA DE COMISION O LA CUALIDAD DE LA ViCTIMA ‘Segin ol art, 148: «Las lestones previstas en el apartado 1 del art in sor castigadas con la pena de prision de dos 2 3°. Sila vietima Tuore menor de doce aftos o incapaz>. Estas cualificaciones no aumentan autométicamente la pena det in delito de lesiones, pues cl propio por tant ‘en las cualificaciones por la mayor gravedad arts. 149 y 150, funcionardn, en su caso, como agravantes genéricas. a) Por Ia peligrosidad de! medio * permite imponer Ia pena de prisién de dos a cinco fagresién se hubieren utilizado armas, instrumentos, 119 ‘objetos, medios, métodos o formas concretamente peligrosas para la vida 0 salud, fisica 0 psiquica, det lesionadon. La raz6n de ser de esta agravacién cs Ia peligrosidad objetiva del medio empleado en la lest pues, esta agravacién, siempre que el ente de la peligrosidad objetiva (wconcreta- ‘mente peligrosas») del medio utilizado. b) Por el empleo de ensafiamiento El niimefo 2" del art. 148 establece la misma cuslificacién de la pena para la lesién prevista en el spartado rmediado ensanamientov. Por tal hay que figuran la agravante genérica en el art. 22, © funcionario pablico) en relaci6n con las circunstancias ali previstas, se aplicaré el art. 148,2® con a agravante de prevalimiento del cardcter piiblico, salvo que resulte mayor pena apreciando un concurso entre 1 4 y el delito bésico de lesiones 0, en su caso, el tipo cualificado de lesiones que comesponda, siempre que no sea el propio art. 148,28 (véase infra capitulo VID. Por lo denis, la presencia de esta cuaifi- caciOn exclaye Ia aplicacién de la agravante genérica, que, sin embar- go, es aplicable como tal en las cualificaciones previstas en los atts. 149 y 150, 0 em la falta det art. 617,1 ©) Por la cualidad de la victima El art. 148,3° permite imponer la pena antes citsda «si fuere menor de doce afios o incapaz». Como ya se ha avertido ue et echo gone una mayor pligrosed de cn yes exod perouaso wu cuanus 2s jedioutid ow oURBIO n OIROTUE Jog “2°8 uR @ PIES A189 “ghT “UE [2 Ld SoIsjaard So] OS So 1s anb ua rpypous e) 2 2 ou ora 1 ONO RIED 109 25 SIMALLIELUION,“1q -vonde so o19s gp] “ue J2P uo!DeayyNND w- -poprUHIOJAP 40d apuaiun frap ap e104 “upysajoud ‘oxas “pepa 7's OF ‘y1 opeurde (ea rasp anb ef “pupa lueig caquistut un 9p jeUOTOURY FL OLED nb brotepnidsiant np ‘ronuoreue epipiad ‘nb vy woo rund my op pupanr: rojua aati aa orquiarw © ourai9 un ap ugizezInu O epypuKl P| oUOD *Saiqis29A—Hn Se “poyes wy 2p o va‘sy prpUdorM e| ap soans > GT “HE alse uo sopeuo!ouaU sopmnsay so] “=zede0U) 0 s0UaW ep SILI e OpENOApE eUNISO OF Z=nf [8 “SOVE 0 ¥ oMenO Op cdulan 20d owUOqUIECa O epIENB 'e am ‘pEISOI0d euIed 2} op omrelO 9p euad 2 exQeayce eras "zAdEDU) 0 4 21 B 5195 9p Uoysud ap eued 1 Yoo opet ‘hs op Bueinbjeno Ue jeuLed up‘e—anW Eun “ap) oop 49 40d ef 2oSew ws onb U9 epEpaus B| Ua “SOUOISe| ap OTOP 1a. aiqesundsar je ajqvoydie musd e) ap pmpanesd sojvus wun uprgune 3 “luueiop apand oqeosoucw a1sa ap pepaes3 souaUr a 40SnuL B|“phyes {| ap © jerodioa prpuorur vf 2p ognosouON Ua axluioIS 2 seucHsaT 9p oMlap 12 ua opmIENsas Ja “saIuE oY>tN somaY, RX OOD “anbuNY OGVIINS3Y Tad GVGUNA V1 YOd (F oz 122 que tenerse en cuenta tas ci ‘as personales de la victima: asi, por ej., una cojera evidente es, objetivamente, una deformidad grave: luna pequefia cicatriz em la cara puede ser grave en el caso de una «anodelo fotografica, y grave en una persona dedicada a otro tipo de actividades. Las posibilidades de reparacién de la deformidad ‘eon una intervencidn de cirugia estética deben también ser tenidas en cuenta en orden 4 determinar la gravedad de la deformidad: desde Juego, una deformidad que quede bien reparada con una sencilla ope- 16n de cirugia estética debe ser valorada como menos grave que otra en La que esa pos rho exista 0 sea mas dificil de realizar, Especial consideracion del elemento subjetivo 10 en Ios cualificados se tipfican iprudente de estos hechos se castiga los elementos de Ia imputacién a titulo de impruder gencia debida, imputaciSn objetiva del resultado, et apreciar esta forma menos grave de imputacién, Lo que no se puede admitir en ningin caso es que el dolo se exija sélo respecto a Ta accié de causar ut , bastando para imputar el resultado la conexién causal entre éste y 1a accién, pues sto infringiria claramente el principio de culpabilidad o tratarfa por el mismo rasero las distintas formas de imputacién subjetiva. Si la pura responsabilidad objetiva viene vedada por los arts, 5 y 10 del CAdigo ppenal, también debe estar vedada por el mismo principio que inspira ‘ceptos (el de culpabilidad), ademas de por la idea de propor ccionalidad, la equiparacign entre produccién dolosa e imprudente de consecuencia del empleo de los medios px ms fi impacar jo de dolo, en Ja medida en que el nte de su peligrosidad. Igualmente, se requicre para 148,3° que el sujeto sepa que la victima es menor de doce alos o incapaz, 2. La imprudencia se castiga como delito, cuando es «grave», con la pena de prision de tres a seis meses si se tratare de las lesiones del att 147,1; con la pena de prision de uno a tres aiios si se tratare de las lesiones del art. 149; y con la pena de prisién de seis meses a dos afios si se tratare de las Iesiones del artieulo 150 (efr. art. 152,1). La imprudencia grave respecto a las lesiones castigadas en el apartado 2 del ar. 147 y cualquier otra lesién constitutiva de delito produeida por. imprudencia «leve> se cast y3 Respecto a hayan sido come! vehiculo a moter, ‘oun arma de fuego se impondréasimis ‘conducirvchicuios a motor y ciclomotores Y porte de armas por un perfodo de uno a de privacién del deret recho a conducir oa tener 0 portar armas ppor tiempo de tres meses a un afio, cuando el hecho se hubiere come- tun vehiculo a motor o un arma. La falta s6lo es perseguible mediante denuncia de la persona agraviada o de su representante Jegal fr. art. 621.4, 5 y 6). Por lo demés, tanto en la imprudencia consti- ‘como de una falta, son aplicables las reglas y pPrincipios generales que informan esta fonma de imputacién subjetiva del delito en los casos en los que esté especialmente castigada (cfr. art. 12 y lo dicho respecto a! homicidio por imprudencia supra capitulo T y al tratamiento médico en este mismo. capitulo; también Feud Sancuez). ie R61 AP RULIOJAL P| UD JOUSIUE joaepar mano vod enbuny OYE S011 B SasaU! S86 sp adwor Jod ojuauGOD® © BprENd "AIRE eISelod Buted | ep o1mozele js eved jeoadse uoDeUIGEYUL ~edeou! © sovew 19p seusiul je opensepe ousnss o} PUNQUL O Zen! Fe ‘opuens ‘ow00 ISB "SOUP £2) B OUN 9p SeUUIE 9p aUEN K 2Ou—u—) BL “osu9 opo Ua “Seip Og ® LE 6p PepIUMI0D ‘581 3p uowsud 2p ja) 8 and 1B Seu 1u09 =| Opow ap aso ® we? Jew 0 e7eado5 0 © oomnbisd geo ‘2usule 0 “vgIS9] ojresneD uss oxo ‘o6ipo3 2488 us 0118p ow90 copUYEp OU LISA} 2 SSOUBUI OAD B EIBSNES CWNONIPE00I0 0 oIpoU JeINbyENd J0d enb 2» n YOSTADY ‘TV SVEVTIONIA SVNOSYAd VUINOD VIONTION Ad OFTEN und 2 Duty en ua seu sv] arom sod “9: voroude sesau $2 8 Si86 ap ext © ‘oe un v sosaw soa 9p voisud op eued e} uoD ey B| ua uOze ne sod sopebiiseo pies ‘seuesiod su] 20 pepubloiut o ROI e| 016900 scl tue ueduod an sous esopugtowose "ss jevenynuiny ‘oMap so -auprorsodoud ry § vorseadste> vu S01 u9 opsyaaud ‘swsojop sauorse] ep atuarpuodsauio> omsp |3p ef & oun Ga Jons9fut euod uy wo URRNSTD 98 TET "UP [> Uy, embaod “reuse 99 paw ua on ep 3 ver

You might also like