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Silva Sánchez, La Expansión
Silva Sánchez, La Expansión
2. Otros, sin llegar a proponer una radical reducción o, si se quiere, posibilista acerca de la mediclir t-'rr r¡rr,',
del Derecho penal a la protección de la vida, la sa,lud, desde un Derecho penal con vocación racion¿rliz¿rrlorr r.
la libertad y el patrimonio, sí parecen sugerir que la han de acogerse las demandas sociales de protccci()n
mayor parte del fenómeno expansivo clel Derecho penal precisamente "penal". En 1o que sigue, se exponen los
habría de ser, sin más, reconducido al Derecfro á¿ml_ rasgos esenciales.
nistrativo sancionador360. En rearidad, todo ro expuesto
a 1o largo de las páginas anteriores podria interpietarse 3. El punto de partida que adopto es la direct¿r
como una aJgumentación orientada en este sentido. y relación existente entre las garantías que incorpora un
así sería si nos mantuviéramos en un plano abstracto_ determinado sistema de imputación y la gravedad de
teórico, sin referencias sociales, espaciales y temporales las sanciones que rest-iltan de su aplicación. Bn efecto,
concretas. Pero resulta -y conviene no oividarl,c para estimo posible sostener la idea de que la conf"guraciórt
interpretar lo que sigue en sus exactos términos_ que, de los diuersos slslemas jurídicos de irnputación del
hecho al sujeto, así como la de las garantías generctles
en el momento actual, el Derecho penal vigente t, de cada sistema, tienen una clara depertdencía de las
mayoría de los países de nuestro entorno propicia "r, la consecuertcias jurídicas del mismo, su configuración g
conminación con penas de prisión de gravedad media su teleologí4362. Expresado de otro modo: ni en todo e1
en supuestos de hecho *administrativizados", con reglas sistema jurídico debe haber las mismas garantíáS363,
de imputación de rigidez decreciente y en el marco* de ni en todo el sistema del Derecho sancionatorio tiene
principios político-criminales flexibiiizados. y la tenden-
cia es a proseguir en esta línea, en términos corregidos
y aumentados. En este contexto, debe admitirsJ que
penal, Reuista cltilenct de Derecho, vol. 26, 7999, pp.7B3 y ss., 787,
proponer 1a "devolución" al Derecho administrativo de inclicando que "...el núcleo de la propucsta sc halla inevitablemente
conclicionaclo por una conjetura política, 1a cle que no será posible
todo el "nuevo" Derecho penai es, sin duda, una pos_ interponer una limitación más enórgica a la cxpansión 'moclerniza-
tura loable desde perspectivas academicistas. pero que clora' mediante el lbrtalecimicnto dc otras instanci¿rs de protccción,
elude afrontar ias razones por las que se ha producido rcspecto de las cualcs el Derecho penai no debiera perder su ca-
esa inflación penal así como busóar solucilnes que, r¿icter subsi<.liario".
3Ó2
atendiéndolas, muestren la máxima racionalidacl posi_ ¡" moclo general, a propósito del Derecho penal, Moccr,r, 11
ble. De ahí que 1o que sigue se sitúe, ciertament" .o., Diritto pen.ale trct essere e ualore, Nerpoli, 7992, p. 19: "En elccto,
alguna resignación361, en una propuesta más realista cs precisamcnte porque con la pena se pucrle incidir en dercchos
funcl¿rmentales clel indivicluo por 1o que se dedica un cuidaclo par
ticular a la clchnición de los presupucstos c1e su aplicación, scrr
en lase generai ,\' abstracta -la previsión lcgisiativa , sca en lhsc
360
c..o entencler (lue es esto ro clue, en la rinea <1e 1a croctri.a incliviclual y concreta -c1 juicio individual-". Cti. también S< rrrrr.z,
traciicional, zicai;a proponicnclo GouEz T.u'r,r-r, "consirleraciones
cn en Rt,rcr¡r'.rlz (Hrsg.), Die Wirklichkeit, p. 121, poniendo cle rclir",,r'
torno al c¿rmpo límitc entre el De¡echo aclministrativo sancion¿rdor cómo la sustitución cle las sanciones más graves por alternirtivirs
y e1 I)erccho penal", Actualíclarl penol, t.20OO 1, pp. (r9 ss., puede conlle\¡ar un ab¿rndono dc 1a "cultura jurídico pcn¿rl rlc l;r
-t 87.
Tomo 1a paiabra c1cl juicio <1ue mi posición 1e mcrece a imputzrción".
ceNcrr> Mcr.rii, "Dogmática 36il Esto sc manifiesta con gran clariclad en 1as rcglas (lc v;rlor:r
-v política criminal en una teorÍa tuncional
de1 delito", en J,rrio.s/cANCl{), El sisre¡¡ra ción cle 1a prucba en el L)erccho norteamericano. A erste r<'s¡rcclo rir',r'
.fiutciottaristrt der DerecÍto
1:etrcLl, Lima,2O00, pp. 17 -y ss., 17, nota l. I)ró.rimo, v.rn Wrezr;r_, cn l)erecho penal la lórmu1¿,r, más garantisla, ltetlotrrl rt rt,tt:;t¡nttl¡1,'
('n slr recensión a l¿r primera errición crc La ex¡ttt.rtsiti¡t rlor-tbf, que rcquiere untr plena convicción clc'l Tril¡t¡r'r;rl nrrs;rllrr rl,'
rler l)eret.rto
168 JESÚS N4ARÍA SILVA SÁNCHEZ I-A I'XPANSION DEL DERECHO ]'I.]NAI
por qué haber las mismas garantías364, ni siquiera en mente 1as penas de muerte y corporales, y ttuttt lto.y
todo el sistema sancionatorio penal tienen por qué una pena tal íntimamente vinculada al ser y no rtl
exigirse las mismas garantías; pues las consecuencias estar o al tener- de la persona como es ia privativrr
jurídicas son sustancialmente diversas (también en el de libertad366. Sentado esto, también puede procedersc
seno de1 propio sistema del Derecho penal en senti_ a rnatizar otra cuestión: seguramente, ei problema no
do estricto) tut. E.r esta línea, la minuciosidad propia es tanto la expansión del Derecho penal en general,
de la dogmática del delito así como la rigidez á" lo" sino específicamente la expansión del Derecho penal
principios de garantía tradicionalmente vigentes en de la pena privativa de libertad367. Es esta última la
Derecho penal se ha11arían en relación con el hecho que debe realmente ser contenida368.
de que sus consecuencias jurídicas fueron tradicional_
366 A propósito cle los alegatos en pro r1e la r''uelta a1 "buen
tocla clucla r¿rzonablc. Irn c'l ¡rroccs. civil, cn cambio, basta con la y viejo" Derecho penal 1iberal, 1o inclica con precisión LúLrt-;nssr:t'r,
preponcle:rartce o.l- t.ht: eui¡l¿7¡,¡', csto cs, con Lrna ma-\.or probabili_ "Zurück zum guten alten, liberalen, anstánrligen Kernstraliccht'?",
ciad de cluc las r.os¿rs hayan srclo de un cleterminaclo moi1o. trn e1 en Bórr.rNc;nr¡/LAUTMANN (Hrsg.), Vorn. GtLtetq das trcch slefs drzs Bóse
Derecho civil de los purtitiue dann.ges, por su parte, ias reglas son sch.afJ1. Krirttitrctluissenschafiliclrc Essays zu Ehren uott flerl;eft. Jáger,
vacilantes, como por otro lado se corresponde con la pecu-iiaridacl F-rarrkfr.rrt, 1993, pp. 268 r.'ss., pp.27I y 272. En concreto, scñala
de la institución. este autor que la pretensión de t¿r1 retorno constituye una utopía;
36a
E1 traba¡o esencial en España sobre este pllnto es <ie Cro Mor.rrut, pues el Derecho penzrl clue se pretcnde habría clc tcner 1as propiecla-
"Garantías ¡r sanciones (Argumentos contra la tesis cre la identidaá cles positivas clel Derecho penal de tiempos pretéritos (determinación,
cle garantías cntre 1as sanciones punitivas),,, R/\p 14O, mayo_agosto imputación individual), pero ninguna cle sus características negativas
1996, pp. 131 y ss., en especiai 141 y ss. ya antes próximo a=esta (cn particular, ia extremer dureza cle las sanciones). Concluyenclo que
línea, DonrNr, Il detitto contrauettzionalá, Uilar"ro, 1993, pp. 36)._362, e1 Dcrecho penal que por algunos se propone hoy no es siquiera
distinguiendo, sin embargo, básicamente entre cleritos ie lesión v concebible, pues la "autolimitación" dcl Derecho penal clásico era el
peligro concreto, y delitos cle peligro abstracto. Rcspecto de estos contr¿lpunto 1ógico cle la clureza :r' autorital-ismo de aclué1. En contra
últimos propone el recurso a sanciones no privativas de libertad, ni del punto cie vrsta acogrdo en el texto se muestra Ztiñl(il RoDRi(luEZ,
siquiera pecunianas. Sobre la iclca cle 1a niccsaria ,,clifercnciación,, -L3rrses pczrn ttn tttodelo de intprLtaciórt cle respon.sabilidad petrcll ct lct.s
intcrna c1e un sistema penal mo<1erno, cfr. tambien Do¡¡lNr. ,,La riform:r personas.jurídico.s, Pamp1ona,2OO0, p. 2O4, para cluien las garzrntías
rlella legislazione pcnale complementare: il suo significato ,constitucnte' espe'ciales no tiencn que ver con 1:r privación de libert¿lrl, sitro con la
per 1a rilorma del coclice", en DoN^rr (ecl.), La nfinn.t. clelkt legíslazíone voluntacl de limitar e1 lt.ts prtnier¿cli en tod¿rs sus m¿rnilestacioncs; en
penale complententct.re. Studi di Diritt.o cottpoiato, padova, iOOO, pp. tai sentirlo, entiencle (p. 2O2) que deben ¿rsimilarse las gar:u-r1ías clcl
3. y s:., 52 y ss., 56 y ss. Entre 1os clásicos se halla esta irtea, pá.
Derecho pcnal y de1 l)erecho adrninrstr¿rtivo s¿ttrcionaclor.
ejemplo, en voN BaH, Gesc/rlchfe..., ctf., pp. 350,351. 367 l'roximo, Eusl;nl, "Dibattiti sulle tcorie dcll:r pen:r c 'mcclia
365
No entienclo el senticlo cle la objecion c1e cl'rur¡;z T.r'r.lr, ',con-
zione"', en Prcotr (ec1.), la t¡terliaziotte nel sislerr¿o petrct.le tn.inon.le,
sideraciones...", cit., pp. 84-85, relativa a que está injustificaclo ser
Pirclova, 1998, pp. 61 y ss., 78 y 79: "l'ertto restctttdo I'ori.erLtatLer¿to
"restrictivo cn 1o más necesitado o
en lo_menos". De 1o que se trata, sin -"..."áo. de pena y expar-rsivo itteso a. lin'Litare I'area clel petuthnetúe sigmfl:oÍiuo, essettziale, ttt.
más, es de que i.r,.ri.lo h.y tt.auia, nort appare ta.rLto lct r¡tLestiorrc cli pnrrcipio se t¿rcnd.etennínoto
que- determinar si alguien ha comctido un delito -mu1, grave, cle
modo que la pena a imponer es, asimismo, muy grave, cl senticlo ill.ecit.o sia. o nLeno ittc¡tradrablle ttell' orl¡itrt permlística, bensi il fatto
común conduce a hilar más fino en la subsuncióñ, 1a imputacirir-r ch.e lutghi dall'essere clilotr¿tcL uetlgo circosc:rittrt íl pitt pctssibil.e l.ct
y la pr-ueba que si se trata de una inlracción leve conminacla con cortltit.aziotLe clella pertt clele:nt.iu¡¿...". Resaltaclo en e1 original.
una multa. Y respecto a esto, que ,,es', así, en absoluto result¿r 36E G,,r,,., 'l'olrr.r.o, "Consideraciones...", cit., p. 83, olrjcta qr:e
irrazonablc sostencr tambicn que ,,cleba ser,' asr. herl- penas t¿11r gravcs o miis que la privativa de libert¿rc1 (lzrs inhzr
T
Hassemer: "P'¿ra combatir las formas modernas de cau por penai sigue teniendo, en cf'c<'to, r'r'lr
e1 Derecho
sación de daños, debería pensarse en la construcción ta_1as reievantes, no vinculadas necesariamenlc :r l:r
de un sistema jurídico, que tenga elementos absolu clureza iáctica de la sancién. Frente al Derechri cir,,il
tamente penales (poenale\, pero qlle esté orientado en compensatorio, e1 Derecho penal aporta la dimensirjrr
términos estrictamente preventivos y, en todo caso, sancionatoria, así como \a foerza del mecanisnto
renuncie al reproche personal y a la imposición de pirblico de persecución de infracciones; algo que ie
penas privativas de libertad. Una clase de Derecho de atribuye una dimensión comunicativa superior, inclu
intervención así configurada podría integrar formas de so de modo independiente a la conexión ético-social
imputación colectiva" 373. tradicionalmente inherente a todos sus ilícitos37s.
Frente a1 Derecho administrativo, y por tanto den
6. En mi opir"rión, con todo, y aparentemente a tro de1 ámbito de lo sancionatorio, el Derecho penal
diferencia de la propuesta del "Derecho de la inter- aporta su mayor neutraiidacl respecto a la polílica,
vención", no habría ninguna dificultad para admitir asi como la imparcialiclad propia cle 1o jurisdiccional.
ese modelo de menor intensidad garantística dentro tr11o hace más clifícil para e1 infractor 1a utilización
de1 Derecho penal, siempre y cuando -eso sí- las de 1as téctricas de neutralización dcl juicio de desvalor
sanciones previstas para ios rlícitos correspondientes (reproches de parciaiidad, politizacionl de que aqr_rél
no fueran de prisión?''i+. La opción po1ítico-jurídica se sirve con frecuencia frente a la actividad sancio-
nadora de las Adrninistraciones púb1icas37ó.
jurírlicas, cfi. tambión, con cita cie reiteradas sentenci¿rs del Tribunal
Constitucionzrl alemzin, 'llulr..r"r.,ri..rrrr, VerfrLsstntgsrecltt tutcl. Strafrec'Ltt,
I Ieiclelberg, 199 1, p. 46. pena: "Leqt ¡¡t.cttt itt cJ¿.ese Sar¿/t-lion. uiel a.rt ()ewicltt, tuird cler Kreis
373 H,,..r,ru.n, "Person, Wclt uncl Ve¡antrvortlichkeit. Prole- cles Stro-fL;rtretL enqer: uedtittttt t¡tcLtt sie zutrt Itloflert Rerr:lúseitryriff
gomena ciner L,ehre von der Zurechnting im S1r¿rfrccht", en u)e.Jerr eines l.-citlu<'.rltttltens, kann n¡on sr'e ¿i¿¡¿'h reí.cltliclt eitsc.t-
Fest.scltrift fitr Giinter Bernrrutrt, Fl¿,rtlen Baclcn, 1.997, pp. 175 v zetr ciitz iirutl¡tir¡t¿ r¿¡rlersr'/¿¡:i¿&:f sicl¿ dout. tticlú ntehr tLtes¿:tttlir:lt
ss., 188. Convicnc suirr¿r]'¿,rr cllle, p¿tra Hassemer, el Dcrccho rle t.tot¡ t:ine.r scl¿lichte¡¿ Gt:lclltrtlle. Wer Klorheit íilt<:r cli.e Grenzett dr:r
inten'encion h¿rbrÍ¿r cle rccoger preccptos clLrÉr, en iit actri:rliclar1, Sl.raJltcLrk<:it ltctl:r:tt tuill. ntuB sit:lt derrte:tttsprecltettcl zttttúchst klor
se ha11an cn cl L)erecho pena1, No sc tratar, pues, clc amplizir 1zr u¡errla:tL lilter cltrs, Lt)GS er rrtit Stra-l'e t¡erl¡inclet uit:.l.leiclt.t. antclt
intervención punitivzr clei Estaclo, sino cle rec.lucirl¡r. Una preten ue r bir tc.ir:rt nt t.f)".
r
sión quc es comun er mi propucsl¿r. Lltros autorcs, cn camltto '37: p¡ este plinlo, e1 juicro poclría variar si en nLlcstro srstcm¿r
(creo que es el caso tlc Nf,qn-ii¡t.;z-13Lr.rÁH, DereclLo pt:tLrtl econótni.r-o. cxisircr¿r Lin L)c'rccl'rtl civil dc ptutitíue: r.latrutrles, pucs está claro clne
l'G, V:rlcnci:r, 1998. p.29) pareccn acogcr la iclea cier l)crercho cie los rk:r-iomin¿rtlos;.rr.tlries tiencn una fun<:irin sancronatori¿r-preventi\¡¿I.
intervención pcro para ilícitos clue tociavía ¿rhora est¿in lucr¿r del A Ia vcz, p¿irece r¡r:e los misrnos cumplen una función cle incentir.¿rr
Dcrccho pen:rl. Lo c¡-ie clctermil-]a (lue el contcniclo de su posicrón lar pcrsccr-rción privacl:r clc los hechos dañosos, al pcrmitir.1a,ob1ención
resulte ¿,Lbsolutamente divcrsc. dc importantlrs mont¿tntcs cle' ciinero mlLs ¿rll¿r c1e ltr compensacion rlt'l
374 Cf.., próximo ¿r l¿rs icleas cluer sul;vitcen a cste punto 11:rrlo, con los cir-re..-nTrc otr¿ls <:osas, hncer ll-cnte a los importlrnlr's
rle
vrsta, FHrscri, ",{n rlen (irenzcn clcs Str¿lfrechts", cn Beitrage, zur cc.rslcs ¡1e 1¿r ¡ie i-cns¿r ¡uríclica rlc ios propios intercses.
7.2. Contra la consolidación de un único los "hechos" -previo a la distinción entre los rnis¡nos, ir
"Derecho penal modenTo" la imposición de consecuencias jurídicas, y a la decisiorr
1. Lo anterior pretende sentar la premisa mayor sobre el regimen aplicable- puede y debe discutir-sc,
de una 1ínea de pensamiento opuesta a la tendencia obviamente, como ocurre siempre que están en juegct
que conduce a la plena "modernización" dei Derecho valoraciones sociaies. Sin embargo, una vez traspasadcr
penal37e. Una modernizactón caracterizada -no se o1- el fi1tro anterior, resulta más que clara la necesidad de
vide- por 1a expansión y por la flexibilizacjón de los disLinguir los diversos regímenes en función de cuales
principios político-criminales y reglas de imputación sean las consecuencias jurídicas que se decida imponer,
también en el Derecho penal de las penas priuatiuas pese a su comun carácter jurídico-penal.
de libertad. No se trata de volver a i-rn Derecho penal
liberal que nunca existió en 1os términos en que ahora 2. En efecto, seguramente es necesario reiterar que
se representa, pero tampoco de aceptar sin reparos el ei Derecho penal, dentro de su unidad sustancial,
proceso de desnaturalización de1 sistema de garantías contiene dos grandes bloques de ilícitos. El primero, el
del Derecho penal. Oponerse a 1a "modernización", de los conminados con penas de prisión. Ei segundo,
por 1o demás, en absoluto equivale a propugnar un el de los que se vinculan a otro género de sanciones.
"Derecho penal de c1ases"380 en el que el ladrón con- Sentado esto, no parece que exista raz,ón alguna para
vencional siga sulriendo una pena, mientras que e1 que el Derecho penal de la pena de prisión deba alejarse
delincuente económico o ecológico quedaría al margen del modelo liberal en cuanto a reglas de imputación
de1 Derecho pena1. Concretamente, una oposición a y garantías poiítico-criminales. La gran trascendencia
1a "modernizaciótt" íntegra del Derecho penal no tie- de la sanción más bien abona la tesis contraria. Aho-
ne por qué ser merecedora del reproche de atavismo ra bien, también es cierto, como se ha indicado, que
que dirige Schünemann a quienes sitúan 1os delitos la demanda social de protección a través del Derecho
contra el patrimonio en e1 núcieo duro del Derecho penal probablemente no se vería resuelta de un modo
pena1, mientras que pretenden remitir los hechos lesi- funcional con un Derecho penal reducido a su núcleo
vos del medio ambiente "en Lrn momento de constante duro. La ordenada respuesta a ia demanda punitiva
sobreexplotación de 1os recursos naturales" a1 ámbito de debe, pues, seguramente resolverse a través de una
1as infracciones administrativas38 l. Segun entiendo, no ampliación de1 Derecho penal en orden a la protección
se trata de distinguir -ni me parece que nadie 1o haya de intereses que no pertenecían a su ámbito clásico
pretendido- segun sujetos, sino segun hechos y seglln de aplicación. A su vez, es más que probable que ta1
consecuencias jurídicas. Sobre el significado relativo de expansión flexibilice reglas de imputación y principios
de garantía; pues, dada 1a naluraleza de los intereses
379 objeto de protección, dicha tutela sería prácticamente
El tcrmino "moclernización" se utiliza aquí en e1 senticlo cle
Le restr;ottsrtbiliclacl..., cit., pp. 22 ,y ss.
FL,rssr.vr.;rr/Mr.;ñoz Coi'rLru,
imposible en e1 marco de reglas y principios clásicos.
380 CL. Roxrr.r, Slra.frectú AT, I,3" eci., p. 21, n" marg.30. Todo e11o no se cuestiona sustancialmente, siempre
381 Sc,,ü"n.r,nrur',r, "Consicleraciones críticas...", cit., p. 23. Clr. que tenga h-rgar en e1 marco general de 1o necesario
también en este scnticlo, M.urxuccr/Dor.crNr, R/DPP, 1999, pp. 814 en términos de prevención de integración y de man-
tenimiento del máximo nivel de garantías posiblc cn
7
178 .'ESUS IVIARIA SILVA SÁNCHEZ LA EXPANSION DEL DERtrC}{O I'I,]NAI, 1,,,1
cada caso. Sí se pretende subrayar, en cambio, que de 1o criminal y en el que se impusieran pcn¿rsi nr.r,.
esa ampliación del Derecho penal -de la que se parte próximas a las sanciones administrativas (privativ¿rs tlc
como dato constatado- no puecle bosar xt requerida derechos, multas, sanciones que recaen sobre persolr¿rs
fuerua comunicatit.)o. en la imposicíón de penas priuati- jurídicas) se flexibilizaran los criterios de imputación .y
uas de libertad. 1as garantías político-criminaies. La característica esclt
cial de dicho sector seguiría siendo la judicialización (v
7.3. ¿Derecho penal de dos uelocidades? Un- punto
la consiguiente máxima imparcialidad), a \a vez que el
mantenimiento de1 significado "penal" de los injustos y
de paftida: eI ttantenirniento de garantías
de las sanciones, sin que éstas, con todo, tuvieran la
anlifrcadas e/¿ caso cle conminación repercusión personal de la pena de prisión38a.
con penas priuatiucts cle libeftad
controlada de las regias de imputación (así, respon- bles en términos ético-sociales. En este puntt) l'1o t;tlrt
sabilidad penal de las personas jurídicas, ampliación negar ta<ativamente la posibilidad de que la dist¿rnt irr
de los criterios de la autoría o de la comisión por de ilícitos y sanciones vaya produciendo tambien Lurir
omisión, de 1os requisitos de vencibilidad de1 error, mayor facilidad de neutralizacion de la imputaci<in
etc.) como también de los principios po1ítico-criminales
penal en los casos ajenos a1 núcleo. Pero e11o es un¿l
(por ejemplo, el principio de legalidad, e1 mar-rdato de hipótesis de futuro con la que no cabe descalificar ur-l
presente en e1 que 7a fwerza comunicativa de1 Derecho
determinación387 o el principio de culpabilidad). Tales
principios son susceptibles, en efecto, de una acogida penal, aunque no 1leve aparejada la pena de prisión,
gradual y, al igual que sucede hoy entre el Derecho parece firme.
penal y el Derecho administrativo sancionador, no 4. Para resumir, puede afirmarse que, en la medida
tendrían por qtié ser integrados en idéntica medida en que ia sanción sea de prisión, una pura conside-
en los dos niveles cle Derecho penal, con o sin penas ración de proporcionalídad requeriría que la conducta
de prisión.
así sancionada tuviera una significativa repercusión en
/3. Ainoru bien, sentado 1o anterior, debe insistirse términos de afectación o lesividad individual1' a Ia vez,
procedería -precisamente por 1o dicho- mantener un
en que, hoy por hoy, también los nllevos delitos so-
cio-económicos tienen asignacias en nuestros cuerpos claro sistema de imputación individual (personal). Ahora
legales penas de prisión (y tto precisamente leves); bien, en la medida en que la sanción no sea de prisión,
asimismo, que resulta una incógnita el pronosticar sino privativa de derechos o pecuniaria, parece que no
la fwerza comunicativa (de definición y estigmatiza- habría que exigir tan estricta afectación personal; y la
ción) de un submodelo de Derecho penal en e1 que imputación tampoco tendría que ser tan abiertamente
personal. La ausencia de penas "corporales" permitiría
se excluyan las penas de prisión. En relación con io
primero, debe signifi.carse que, en tanto en cuanto los flexibilizar el modelo de imputación38S. Con todo, para
delitos socio-económicos tengan asignadas penas de dotar de sentido a este nivel sí sería importante qr,re la
prisión, no cabe sino estimarlos incursos en el núc1eo sanción se impusiera por una instancia judicial penal,
duro del Derecho penal y rechazar en línea de principio de modo que retuviera (en la medida de lo posible) 1os
analquier intento de flexibilizar en este ámbito reglas elementos de estigmatización social y de capacidad
sirnbó1ico comunicativa propios de1 Derecho penal.
de imputación o principios de garantía. En cuanto a
1o segundo, probablemente sea 1o cierto que 1a ftterza
definitoria de1 Derecho penal proviene de su clásica
incidencia personal, y no sólo patrimonial, así como de 388 lin senticlo similar, EusEnr, "Dibattiti...", cit., pp. 61 y ss.,
1a asociación de sus i1ícitos a los hechos más reprocha- 79: "...¡tuó esserér che ragiorti di ga.ronzirt c1.el cit.t1yl.it¡o recepite
itt ntoclo patlit:olanrrcnte iúertso nelle procedure tipiclrc clel .sisl¿'
nt.a pertrúe, rtonché esige:n-z,e di speziole anúonornía e intparzírtlilir
dell'org1a:to deputato a gitLclicare in deterrninrtte maf.erie o, irr r1t'
'ut Qr" estos principios aclmiten una gracluzrüdacl lo pone dc rtere, esigertze cli preueruione generale, rendano oppoth.ul(t. ttt¡t ltt'
relieve la diferente taxativiclacl cie unos .v otros tipos penaies, el in. aree estrcutee r¡l stlo nucleo originario- la cornpetenztt tlt'l tli¡illo
diverso alcance c1e l¡rs remisioncs normativas, cl m¿tvor o menor (e dello rrtaglistrct.ttLrct) perwl.e".
recurso a elementos valorativos, etcetera.
T
-I
82 JESUS MARIA SILVA SÁNCHtrZ
Esto es ya más discutible, si tenemos en cuenta la déficit a través de su conducta" Las caraclet'ístit'rrr; tlcl
existencia, al menos, de fenómenos como la delin, Derecho penal de enemigos serían entonccs. sit'ttt¡'t,'
cuencia patrimonial profesional, 1a delincuencia sexual segun Jakobs, la amplia anticipación de la protcc('i()rr
violenta y reiterada, o fenómenos como la criminalidad penal, esto es, e1 cambio de perspectiva del hecho llir
organizada y el terrorismo, que amenazan con socavar sado a uno venidero; la ausencia de una reducción clt'
1os fundamentos últimos de la sociedad constituida en pena correspondiente a ta1 anticipación; el tránsito cltr
Estado. Sin negar que la "tercera velocidad', del Derecho 1a legislación jurídico-penal a 1a legislación de lucha,
penal describe un ámbito que debería ser deseablemente y e1 socavamiento de garantías procesales3e3.
reducido a 1a mínima expresión, aquí se acogerá con
reservas 1a opinión de que la existencia de un espacio 4. Ahora bien, si 1o característico del "enemigo" es
de Derecho penal de privación de libertad con reglas el abandono duradero de1 Derecho y la ausencia de la
de imputación y procesales menos estrictas que las mínima seguridad cognitiva en su conducta, entonces
del Derecho penal cle 1a primera velocidad es, segura- parecería que el modo de afrontario sería el recurso
mente, en algunos ámbitos excepcionales y por tiempo a medios de aseguramiento cognitivo que no tendrían
limitado, inevitable. la naturaleza de penas. El tránsito de1 "ciudadano"
a1 "enemigo" se iría produciendo mediante la reinci-
3. La cuestión anterior guarda una estrecha relación dencia, la habitualidad, 1a profesionalidad delictiva y,
con el denominado, desde la difusión de esta termino- fina-lmente, la integración en organizaciones delictivas
1ogía por Jakobs, "Derecho penal de1 enemigo" (Feincl- estr-ucturadas. Y en este tránsito, más allá del signi-
strafrecltt)3el, eüe se contrapone a_l de los ciudadanos ficado de cada hecho delictivo concreto, se manifesta-
(Bürgerstrafrecht)3e2. Si nos atenemos a la definición de rÍa una dimensión fáctica de peligrosidad3ea, a 1a que
este autor, el enemigo es un individuo que, mediante habría que hacer frente de un modo expeditivo. El
sLr comportamiento, su ocupación profesional o, princi Derecho del enemigo -cabría pensar- sería, entonces,
palmente, mediante su vinculación a una organizactón, ante todo e1 Derecho de 1as medidas de seguridad
ha abandonado e1 Derecho de modo supuestamente
duradero y no só1o de manera incidental. En todo caso,
es alguien que no garantiza la mínima seguridad cog- 393 Cl- . el
nitiva de su comportamiento personal y manifi.esta este manuscnto cle J¡tiotrs, "Die Strafrechtsrvisscnsch¿rft vor-
clen llerauslirrclerungcn cler Gcgenrvart". Asimismo, la clescrrpcitin r'
las obser-vaciones críticas de Scnurlz, "Die cleutsche Str¡rliechtsrvis
391 Cfl'. slr scnschall vor cler .Jahrt¿rusenchvencie. Bericht von ciner Tagung rtrltl
arlículo "Crimin¿rliz¿tción en e1 estaclio prel,io a 1a Anmerkungen zurl 'Feinclstrafrechf"', ZStW, 112 (2000), pp. 65i3 t
lcsion cle un bicn juríclico" 1985 (trad. peñaranda), en Eslruclios, ss., 659 1- ss.
pp. 293 y ss., 298, donde va caractcriza el Dcrecho penal cle ene, 39a Cf. . Dr.:NCr.r.-rr. "GeIáhrlichl<eitsvermutung st¿ttt ''['¿rtst']rtllrl,'
migos como uno cluc optimtza ia protección cle bienes jurídicos,
micntr-as que e1 clc ciuclacl¿rnos r-rptimiza las esl'cr:rs ck: libcrt¿rci. -'lcnclenzen clcr neueren Straliechtsentrvicklung-", S-¿y, iqBs. I)t). .l():)
coment¿rrios a clicho texto en Kriu¡rÁL,sr.-rr, cefahrcht.trcl nls slrctJtcLt,
v ss., sui¡rav¿rnclo cstc ¿rspecrto, e identificanclo conslgttit'llI1'!)l( lII('
Feirrclstrrr.frec:hÍ v Ge,fu.Ltrlicl'tkeit.sstrctfrecl¡t: "...r:s gelú rtrt'ltl itt t't lt't
F-rankfurt, 1989, pp. 177 y ss.
Liúe u.m. c.Iie Altttcl.ung eirter uonuerf trtren Sozia.lscltu(let¡:;t)('tut:;tt lttttt'¡
392 De..cho penal
cle ciuclacl¿rnos, al que. en el planteamiento sorr¿1r:rr¿ tt;n uorbeurle:rt¿le Al¿-ss¿'ltcltrLrtrl cler Gt:fitltrt'trt¡trtlit', tlt, ,l, t
ac¡uí propuesto, pertenccen la primcra y la seguntla r.elocicl¿rcl. so ct.l.-s ge.fti.hrli.ch. rl.eJbtierte h'lettsclt clarsleLlt" (¡r. -2tr l).
T
aplicables a imputables peligrosos 3e5. E1lo, aunque cia"3s7, siendo expresión de una especie dc "l)t'tt'' lr"
tales medidas se mostraran en ocasiones bajo la de guerra'3eB en el que la sociedad, ante la gritvt'<lrrrl
apariencia formal de penas. Expresado de otro mo- de La situación excepcional de conflicto' renunci¿r tlt'
do, no habría un Derecho penal, en sentido estricto, modo cualificado a soportar 1os costes de la libcrtiril
de enemigos. de acción.
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Torlo cl Derecho penal es un ma1, pero aciní, por las espe- I Cli. por todos MAnrÍNr.z-Bu¡Án Pi;Hl,z,
"Reflexiones sobre 1a expan
ciaies características clei f'cnómeno, clebería ¡"esait¿rrse esta climén,
sión c1e1 l)erecho penal en Europ:l con especial rcl-erencia ¿r1 ¿imlrito
sion de "ma1".
o0' Cli. [,a perenne enrcrge.nza. ']'etrclenzrz cconómico: la teoría de1 "big crunch" v la selección de bicnes.jrir.írlit.o
auioritatie nel sls/en.¿r¿ penalcs", en MrH Purc;/Coucov RrLi,rst.rLO (dirs.), tn ¡tolíticrt t.tit¡¡inrtl t,n
¡tetvile,2" e<1., Napoli, 1997, passirn. Europa, Ilarcclona, 200.1, pp. 91 v ss., 96 y 97.