la historia del flamenco
introduccion
lois scantes primitivosU na de las expresiones més singulares, sino la mds singular, de todas las que se
manifiestan en el panorama de la mtisica espafiola es, jsin duda algunal, el Arte
Flamenco. Sin embargo son muchos los que ignoran cuando y de qué manera nacié
este arte musical andaluz. El flamenco, lejos de ser musica tradicional, es decir,
perteneciente al enorme corpus del folclore musical espafiol en general y andaluz en
particular, es esencialmente la reinterpretacin artistica de la tradicién musical anda-
luza, una suerte de arte musical y danzario que se nutre de los numerosos sedimen-
tos que fueron dejando a lo largo del tiempo las més variadas culturas que histéri-
camente convivieron en las provincias del sur peninsular, una especie de romanti-
cismo musical andaluz. Andalucia, como cuna del flamenco, vio como a to largo de
su historia llegaron y se asentaron en sus campos y puertos gran numero de pue-
blos con un origen cultural variadisimo. Desde la remota cultura tartésica e ibérica,
pasando por la colonizacién fenicia y romana, hasta la llegada de los arabes y judios
sefarditas y los asentamientos gitanos ya en el siglo XV. A esto hay que afadir el
magnetismo que tuvo Andalucia la baja, principalmente Sevilla y Cadiz, para los
europeos y todos aquellos que se sintieron atraidos por las riquezas que llegaban de!
Nuevo Mundo. Y debido a la singularidad de la cultura andaluza se forjé el caldo de
cultivo ideal para que naciese, mediado el siglo XIX, una mUsica denominada fla-
menco.
Escaneado con CamScannerSoore el origen de la denominacién flamenco se han
esgrimido todo tipo de teorfas. Unas lo hacen descen-
diente del arabe, otras del sefardita o del calé y otras lo
telacionan con las aves del mismo nombre, por su acti-
tud garbosa similar a la de un bailaor, 0 con los proce-
dentes de Flandes (los flamencos) que vinieron a repoblar
gran parte de la Andalucia reconquistada. Lo cierto es que hacia 1860 flamenco era
sindnimo de gitano y gitano podia ser gitano o agitanado, que ambas posturas eran
consideradas flamencas. Por otra parte encontramos en las crénicas las denomina-
ciones de género andaluz o gitanesco para referirse a lo flamenco. La moda de agi-
tanarlo todo que reind en la Espafia de la segunda mitad del siglo XIX es providen-
cial para el desarrollo del cante, el toque y el baile, y mas alla de teorias sobre los
origenes de la palabra flamenco (esa especie de toreo musical) lo que mas nos inte-
resa es el origen de las msicas que como tal lo definen.
Los primeros datos sobre un tipo de musica emparentada con el flamenco se
remontan, sin embargo, a un siglo antes, mediados del XVIII, cuando el ambien-
te tonadillero, entre sainetes y romanceros, y el desarrollo cada vez mas patente
de una escuela nacional de baile, entre otros elementos, sirven como sustrato que
Escaneado con CamScannerha de propiciar la creacién de los géneros flamencos con Ia llegada del siglo
XIX. El Arte Flamenco como tal se manifiesta en los teatros y los cafés can-
tantes de Cadiz, Sevilla y Jerez, principalmente, cuando un selecto grupo de
| cantaores, guitarristas y bailaores, de ambos sexos, advierten
la excelente acogida que el pUblico dispensa a esta clase de
musica. Por entonces la musica francesa y principalmente la
italiana campaban a sus anchas en toda la geografia espafiola
y, por eso, el andaluz, consciente de su madurez artistica, en
lo musical y lo bailable, reacciona ante esa “invasién” y a par-
tir de los cantos que conservaron los gitanos de mil razas distintas que vivie-
ron y viven en Andalucia, cantos que sincretizaron con los toques de la mas
exquisita tradicién guitarristica espafiola y con los bailes de la escuela espa-
fiola de palillos, crea una forma de interpretar la musica andaluza “por lo
jondo” que aglutina y refleja, como ninguna otra forma de musica conocida
hasta entonces, la inmensa cultura musical de Andalucia. En estos cantos
supieron identificar las distintas fuentes que nutrieron su cultura milenaria,
abarcando en sus variantes estilisticas el sentir de todo un pueblo, las penas y
las alegrias, el canto profundo y la danza provocadora. En unos pocos afios,
ante el éxito obtenido por este nuevo tipo de misica, los artistas propician la
Escaneado con CamScannercristalizaci6n de determinados génoros o palos que dfa a dia se ven enriqueci-
dos con todo lujo de variantes,
La historiograffa flamenca ha diseflado numerosas teorfas sobre los origenes
de este singular arte andaluz. La mas extendida nos habla de una época hermé-
tica, en la que los gitanos andaluces cantaban sus letras, reservandolas al
ambiente intimo y familiar. Esta teoria, careciendo de un soporte documental fia-
ble, ha dado paso en los tiltimos afios a nuevas perspectivas que proponen un
origen teatral del flamenco. En esta época teatral es en la que se configuran poco
a poco los géneros que hoy conocemos como flamencos. Todo esto ocurre a
partir de la segunda mitad del siglo XIX y tiene sus mas rotundos valedores en
cantaores como El Planeta, aquel gaditano que fue considerado rey de los dos
polos, o su alumno predilecto conocido como El Fillo de Puerto Real y, sobre
todo, el gran Silverio, de apellido Franconetti, patriarca indiscutible de los pri-
meros balbuceos del cante.
Silverio, hijo de italiano y andaluza, fue testigo de una época en la que los arti-
fices del cante no ejercian en su mayoria como profesionales hasta que, a su
vuelta tras unos afios por América, comienza a cantar en Sevilla en un café can-
tante regentado por él mismo, interpretando con gran éxito un tipo de cantos
Escaneado con CamScannerque acabaran llamandose flamencos. Los géneros que surgen por entonces,
aparte de los eminentemente bailables, son las llamadas seguidillas del senti-
miento, la soled, la cafia, las malaguefias y las guajiras. Por otra parte los géne-
tos festeros, cantifias, jaleos o tangos gozan a su vez de una calurosa acogida
al ser interpretados con acento flamenco, desprendiéndose de su originaria
cadencia popular. El recién nacido flamenco convivia con el teatro lirico, géne-
ro que incluia entre sus nimeros cada vez con mas frecuencia cantos de rai-
gambre popular, intercambiando elementos musicales constantemente. El tango
zarzuelero, por ejemplo, proporciona compas y cadencia al flamenco, y éste
hace lo propio con el tango teatral. Un constante intercambio entre la escena y
la taberna que mantuvo y mantiene vivo un tipo de musica y de baile que, lejos
de iniciarse en las cuevas a la luz de una hoguera, fue alumbrada por las lam-
paras de teatro y se mostré orgullosa siempre de una variadisima riqueza de
estirpe andaluza.
la generaci6n de Silverio han llegado hasta nosotros nombres que debieron
tener una gran importancia por lo que de ellos se comenta en las crénicas. La escue-
la gaditana con nombres como los de Enrique Ortega, Curro Dulce, Paquirri el
Guanté o Enrique el Mellizo, la escuela jerezana con Manuel Molina, Paco de la Luz
Escaneado con CamScanner0 el Loco Mateo, la escuela trianera con los Cagancho,
Ramédn el Ollero 0 los Pelaos. Otros nombres que fueron sin
duda sana competencia al grandioso arte de Silverio fueron
los de El Nitri, El Canario, Tio José el Granaino o El Chato de
Jerez. Las mujeres jugaron a su vez un papel fundamental en
el desarrollo del primer flamenco, con nombres como La Rubia de Cadiz, Dolores La
Parrala, La Serneta, La Africa 0 Anilla la de Ronda, entre otras. Los artistas son cada
vez mas solicitados, y en la regién oriental bafiada por el Mediterraneo andaluz,
Malaga, Granada, Almeria, incluso las zonas mineras de Murcia, se apuntan a la fie-
bre flamenca y cada dia van en aumento los artistas que apuestan por este nuevo
arte, creando sin pausa un rico repertorio.
Asi cuando nace el siglo XX estan basicamente disefiados los resortes sobre los
que se sostiene el arte flamenco. Nombres como Fosforito, Juan Breva y Antonio
Chacén participaran activamente en el desarrollo del arte andaluz propagando su
fama por todos los rincones de la peninsula. Antonio Chacon, inspirado creador jere-
Zano, sienta las bases de numerosos cantes que por entonces se encuentran disper-
sos, modelando, a partir de los distintos fandangos de las provincias orientales, can-
tes como la granaina y la taranta, fandangos locales que se inundan de melismas (a
Escaneado con CamScannercada sflaba le corresponde mas de una nota) flamencos y de jondura pasando a for-
mar parte de los palos mas interpretados por los artistas. Cantaores como Manuel
Torre o Pastora Pavon, “La Nifia de los Peines”, otorgan carta de naturaleza a los tan-
gos flamencos y todas sus variantes, cantaores que beben en el rico manantial de los
genios gaditanos, de los cantaores de Jerez, de la escuela trianera, marcando las
pautas sobre las que se ha de desarrollar el flamenco.
Gon la llegada del nuevo siglo nace una nueva forma de acercamiento del fla-
menco al publico a través de grandes espectaculos que reunian
aun notable nimero de artistas. Esta época fue conocida como
la Opera flamenca, y tuvo un protagonista indiscutible: Pepe
Marchena, quien en los afios 20 aparece en el panorama fla-
Menco influyendo notablemente en el desarrollo del cante. Su , \.
singular forma de interpretar a lo flamenco otorga acentos a
renovados a esta expresién musical andaluza, haciendo las delicias de un publico
que se agolpa a las puertas de los teatros y plazas de toros para escuchar el arte
de este genio del siglo XX. Su cante tenfa un marcado acento ‘agachonado’, y por
consiguiente poco gitano pero a su vez rotundamente flamenco, que trae como
feaccién el gusto por lo puramente gitano personalizado en el arte de otro fla-
Escaneado con CamScannermenco universal: Manolo Caracol, quien influira notablemente en el desarrollo
musical del flamenco contando con numerosos incondicionales de su maestria
cantaora. El cante vive en la época de Franco un desarrollo marcadamente folclo-
rista y con predominio de la escuela marchenera, sin embargo el contrapunto de
artistas como Antonio Mairena influiran de forma notable en la posterior evolu-
cién de las formas del cante.
Con la llegada de los afios sesenta, y como respuesta a la revoluci6n juvenil que
invadia todo el mundo occidental, dos personalidades marcan las pautas de una
Nueva forma de interpretar el flamenco que, sin desprenderse de los principios
que marca la escoldstica flamenca, aportan nuevos caminos que los jévenes no
dudaran en seguir: Camarén de la Isla y Paco de Lucia, cante y guitarra renova-
dos que supondran la internacionalizacion de un arte que en sus origenes fue
andaluz y es hoy patrimonio de toda la humanidad, y que desde Nueva York a
dapén, tiene incondicionales admiradores en todo el mundo. La renovacién que
proponen Paco y Camarén tiene como contrapunto el arte de un cantaor enciclo-
pédico que, siendo gran conocedor de los estilos mas variados, tiene un papel
fundamental en el desarrollo de las propuestas mas vanguardistas: el cantaor gra-
nadino Enrique Morente.
Escaneado con CamScannerla evolucién del cante corre paralela a aquella vivida por la guitarra. El instrumen-
to espajiol por antonomasia vive en los primeros ajios del flamenco un desarrollo
inusitado que los guitarristas andaluces sabran aprovechar, creando el soporte musi-
cal idéneo a ese nuevo tipo de musica. Es la época en la que Julian Arcas, creador a
caballo entre la escuela clasica y la flamenca, o el maestro Patifio, acompafiante
habitual de Silverio, marcan las directrices técnicas sobre las que se ha de desarro-
llar la complicada técnica de la guitarra flamenca. Mas tarde llegaran geniales intér-
pretes como Ramén Montoya, Paco de Lucena, Juan Gandulla ‘Habichuela’, Nifio
Ricardo, Sabicas, Esteban de Sanliicar 0 Melchor de Marchena. La guitarra vivird
desde entonces un protagonismo cada vez mas acentuado manteniendo el equilibrio
expresivo tanto de las formas cantables como en las bailables, hasta independizarse
y adquirir el rango de instrumento de concierto.
No podemos dejar de mencionar en este breve recorrido por la historia del fla-
Mmenco el fenémeno del baile. Lo flamenco se manifiesta posiblemente por vez pri-
mera en su forma bailable, antes incluso que el cante o el toque. Una singular forma
de bailar los aires andaluces que inundaban los teatros de la época forjé la estética
que hoy conocemos como flamenca en’personalidades como La Macarrona, Concha
La Carbonera, Pepa de Oro, La Malena, La Mejorana, Antonia Mercé La Argentina,
Escaneado con CamScannerFaico, Antonio de Bilbao, El Estampio, Vicente Escudero, La Argentinita y su hermana
Pilar Lopez, por citar algunos personajes fundamentales. El baile vivid entonces un
desarrollo teatral que se vio renovado por el arte de Antonio Gades, manteniendo la este-
la actual con artistas de la talla de Mario Maya, El Giiito 0 Manolete. A su vez el baile de
mujer en particular y el flamenco en general se vio revolucionado por una artista perso-
nalisima que inocul6 al baile una trascendental forma de interpretacién: Carmen Amaya.
Aly, a punto de comenzar el siglo XXI, en general el cante vive a la sombra del
gran creador de la Isla, Camar6n, asi como la guitarra se desarrolla bajo los princi-
pios que impone Paco de Lucia. No obstante, entre fusiones y confusiones, el arte
flamenco admite nuevas formas conservando el espiritu que lo
engendré, la respuesta andaluza y espafiola a las musicas fora-
neas, como emblema de un pueblo antiguo y sabio en lo musical
como pocos existen en el mundo, creando un idioma universal
que a todos agrada porque todos participan en su elaboraci6n.
Lejos de teorias raciales que intentan reducir lo flamenco a unos pocos, se impone
la plena participaci6n de todos los que por estas tierras pasaron sedimentando lo
més granado de sus tradiciones, que fueron recogidas, elaboradas y regaladas al
mundo entero para disfrute colectivo y gloria del arte de la musica y la danza.
Escaneado con CamScanner| E arte flamenco, como ya hemos apuntado en la resefia historica, se nutre de fuen-
tes muy variadas entre las que destaca el repertorio de romances y las tonds, marti-
netes, deblas, y otros cantes “a palo seco” (sin acompafiamiento de guitarra); por
ello hemos querido incluir en esta primera entrega la descripcin de estos géneros.
La albored, con ecos de romance y de arcaico disefio, aparece también incluida en
este primer cuaderno dedicado a los origenes. Cabrian otros muchos géneros pero
hemos creido conveniente agruparlos en proximas entregas a fin de dar mayor cohe-
renicia a cada uno de los capitulos por separado.
”. LOS ROMANCES
E amplisimo repertorio de romances que se conserva en Espajia, transmitido en
su mayor parte de forma oral, de padres a hijos, ha evolucionado considerablemen-
te desde sus origenes medievales, arribando a nuestros dias, en unos casos con
formas muy distintas a las versiones originales y, en otros muchos, con cierto espi-
Escaneado con CamScannerritu de conservacion y con un perfil, en apariencia, arcaico. Las tonadas de roman-
ce, es decir las melodifas sobre las que se cantan los romances, son adaptadas segén
lazona, como demuestra el hecho de que podamos encontrar el mismo romance con
muy distintas melodfas, Los andaluces conservaron una parte nada desdefiable de
aquel repertorio y con el nacimiento del arte flamenco los romances sirvieron de efi-
caz soporte literario a las primeras versiones flamencas, a cargo principalmente de
los gitanos de la baja Andalucia. El romance flamenco se conoce también como
corridos, corridas, carrerillas 0 deciduras y ha adoptado en algunos casos, dentro de
la estética flamenca, la guitarra como instrumento acompafiante. Romances como el
de Gerineldo, el Conde Sol 0 Bernardo del Carpio figuran como los més cultiva-
dos por los cantaores flamencos. El romance se interpreta “a palo seco” (sin acom-
pafiamiento de guitarra) o bien sobre un ritmo de soled bailable acompafiado de gui-
tarra, tal y como se hace en algunas alboreds. A su vez no podemos dejar de men-
cionar las nanas flamencas como género receptor de un buen numero de romances,
asi como el polo llamado Tobalo. El antecedente morisco parece tener, en opinién de
los estudiosos, una notable importancia a la hora de averiguar la fuente de las ver-
siones flamencas. Por otra parte es opinién generalizada que de los romances del
repertorio flamenco derivaron las tonas, consideradas por muchos como los géne-
ros basicos del cante. Lo mas probable es que gran parte de la mtisica de antiguos
- é
Escaneado con CamScannerromances andaluces se haya disuelto en las tonds, martinetes y seguiriyas, hecho
que enfatiza la importancia que ha tenido el romancero para el nacimiento de gran
parte del llamado cante jondo.
LAS TONAS
[La tond es la forma andaluza de decir tonada y Con este nombre se conocen unos
tipos especificos de tonadas con especiales caracteristicas que en cierta forma defi-
nen los principios estéticos de lo melddico en el cante flamenco. La estética de las
tonas responde mas 0 menos a lo que conocemos como cante jondo y de esa forma
de cantar han derivado gran parte de los palos flamencos en lo relativo al cante en
general y a la creacién melddica en particular. Las tonas se cantan “a palo seco” (sin
acompafiamiento de guitarra), y tienen probablemente su origen en aquellas versio-
nes de romances andaluces que cantaran legendarios patriarcas del cante a finales
del siglo XVIII y principios del XIX, tales como el Tio Rivas, Blas Barea, Tio Luis el
Cautivo, El Planeta y otros. Gran parte de ese repertorio se ha perdido. Sin embargo
lo mas probable es que se diluyera en los distintos géneros flamencos nutriendo a
estos de elementos melédicos que hoy podriamos rastrear en soleares, seguiriyas,
Escaneado con CamScanneretc. Blas Vega, autor del libro Las Tonds, cree que se comenzaron a cantar hacia
1770, corroborando la referencia de una publicacién sevillana de mediados del XIX
llamada La Enciclopedia, donde se sefiala que “en los cafés ya no se cantan ordina-
riamente las deblas, tonas y livianas que tan en boga estuvieron el siglo pasado”.
Jerez y Triana son consideradas los focos mas importantes de tonds y, en opinion de
Blas Vega, el sabor arcaico fue mantenido por la escuela trianera, mientras que en
Jerez y Cadiz, hacia 1830, comienza el proceso de disolucién de las tonas y naci-
Mmiento de las importantes escuelas seguiriyeras. Segtin una leyenda gitana existian
33 tonds, tantas como los afios de Jesucristo. Otra tradicién reduce el numero a 31.
Antonio Machado y Alvarez Deméfilo nos dice, en 1881, que fueron 26. Para Silverio
Franconetti y Antonio Chac6n fueron 19 las tonas. El ndmero se reduce a7 y, por fin,
hoy queda el numero de tonas en 3: la grande, la chica y la del Cristo. Blas Vega ha
localizado un total de 34 tonas de las que nos ha apuntado el nombre del autor en
cada caso. Algunas estén recogidas en la Coleccién de Cantes Flamencos que
Demofilo publicé en 1881 y que le fueron transmitidas por Juanelo. Deméfilo apun-
ta, ya en 1881, que la tond y la liviana son cantes para ser escuchados y que no son
bailables, y su interpretacion la considera con mas mérito incluso que la del cante
por seguiriyas. El otro gran maestro del cante, Antonio Chacén, parece ser que cono-
cié las tonds a través de Manuel Molina cuyo repertorio de tonas era, por lo visto,
oh
Escaneado con CamScannermuy ampli. Hasta la publicacién, en 1956 de la Antologia del Cante Flamenco de
Hispavox no se habfan vuelto apenas a escuchar tonas, hecho que explica el desco-
nocimiento general de este repertorio. El estilo mas antiguo es la tond grande, de
dificil interpretacién, y se atribuye a Tio Luis el de la Juliana\La tond chica, mas corta
en sus tercios (versos melddicos) que la anterior, parece ser mas tardia. Las tonds
se interpretan en general sobre un compas aparentemente libre, sin embargo
podemos apreciar una serie de acentuaciones ritmicas que siempre se encontrarén
en funcién de la fuerza emotiva del texto. Su melodia suele ser silébica, con pocos
melismas y ornamentos, lo que convierte a las tons en un cante sobrio y profundo
ala vez. Se cantan sobre una copla de cuatro versos octosilabos (romance) y se sue-
len rematar (concluir el cante) con una terceta emparentada con la que se usa en el
cante por seguiriyas.
| EL MARTINETE
Seghe
Otro de los palos que encuadramos dentro del grupo de géneros Ilamados “can-
tes a palo seco”, es decir sin acompafiamiento instrumental, es el martinete. Su ori-
gen es incierto, aunque la mayoria de los estudiosos coinciden en sefialar las fra-
Escaneado con CamScannerguas, lugar donde de una forma habitual solfan trabajar los gitanos andaluces, como
el lugar donde se comenzaron a gestar este tipo de cantes. Los fuelles gemelos que
se utilizan en las fraguas se llaman igualmente martinetes, asi como el martillo o
pildn que se utiliza en las herrerfas, hechos que de alguna manera avalan el origen
del nombre de este género flamenco. El martinete es considerado una modalidad de
las tonas, siendo incluso habitual referirse a los martinetes para designar los distin-
tos tipos de tonds. Existe un cante llamado carcelera que es considerado como una
variante del martinete, opinion acreditada por el hecho de que en el concurso de
Cante Jondo celebrado en Granada en 1922 se incluyen los martinetes junto con las
carceleras. Otra modalidad que podemos escuchar es la llamada saeta por martine-
te. El martinete se suele acompajiar golpeando un metal con un martillo o bien sobre
una mesa, la tapa de la guitarra o con los pitos (chasquido de los dedos), y siempre
sobre la clave métrica de las seguiriyas.
En opinién de algunos autores los martinetes no son mas que improvisaciones
debido a la libertad interpretativa que los caracteriza, hecho sin confirmar. No obs-
tante lo seguro es que para cantar por martinetes es necesario que el cantaor posea
grandes facultades, debido a lo extenso de alguno de sus tercios (versos melddicos)
y el amplio rango melddico sobre el que se interpretan. El elemento diferenciador
Escaneado con CamScannerprincipal de los martinetes se encuentra en la tonalidad mayor sobre la que se canta,
a diferencia del modo dérico propio de todos los cantes a palo seco. En opinién de
Garcia Matos, existen dos especies de martinete: el natural (con antecedentes en
cantos de ronda extremefios) y el redoblado. La estrofa sobre la que se cantan los
martinetes es una cuarteta octosilaba (romance) y se realiza sin repeticién de ningdn
verso en el martinete natural y con repeticiones en el redoblado. Deméfilo anoté en
su obra Coleccién de Cantes Flamencos 49 coplas de martinete que se caracterizan
por el contenido triste de sus coplas, existiendo sin embargo algunas otras de carac-
ter anecdético. En cuanto a la adaptacion escénica del baile por martinete se la debe-
Mos al bailaor Antonio Ruiz Soler, “Antonio El Bailarin”.
LA DEBLA
Lua debla es otro de los géneros flamencos perteneciente al grupo de los llamados
cantes a palo seco, es decir sin acompafiamiento de guitarra. Entre las variadas teo-
rias que sobre el origen de la debla se han planteado, algunos autores exponen que
la versién que hoy conocemos no es mas que una recreacién de la que pudo ser la
Escaneado con CamScannerdebla original, Blas Vega opina que la debla era la tond del mitico cantaor de finales
del XVIII Blas Barea, basando su criterio en la relacién etimoldgica del nombre que
recibe este cante: debla - de Bid - de Blas. También apoya esta teoria el hecho de que
el macho (copla breve con la que se cierran algunos can-
tes flamencos) en su ultimo verso lleva las palabras debla
barea o deblica barea. Por otra parte Antonio Machado
Demofilo y, anteriormente, el viajero inglés George Borrow,
apuntaron la idea de que debla es sindnimo de diosa y que
los gitanos quisieron otorgarle a este género el titulo
supremo de los estilos flamencos. En opinién de Margarita
Torrione, debla procede del sanscrito deva que significa deidad, y en romani (lengua
de los gitanos) viene a significar “ay Dios”, como tipo de exclamacién lastimera, con-
cluyendo que debla podria significar entonces “ay Dios grande” o bien “ay lastima
grande”. Otras teorias sobre el origen del género sefialan que debla significa “mira-
la” y se declamaba al final del cante como indicando “ahi la tienes”.
Avora bien, la debla que hoy conocemos se trata en realidad de una tona popula-
rizada hacia 1940 por Tomas Pavon y que después interpreto Antonio Mairena, sin
conocerse la relacién que guardaban estas versiones con la debla original. Algunos
ae.
Escaneado con CamScannerconsideran que la debla de Tomas Pavén es un martinete de Triana al que le afiadié
los “ayes” tan caracteristicos de la debla. Blas Vega a su vez apunta otra versién de
la debla conocida en Triana, a finales del XIX, @ interpretada en el XX por los
Cagancho, Pepe de la Matrona y Caracol El Viejo. En cuanto a la versién de Tomés
Pavon puede decirse que sus tercios (versos melédicos) son ligados y su cardcter
muy triste, precedido de un tono de salida breve sobre la nota fundamental. La copla
es de cuatro versos octosilabos y se suele repetir a lo largo del cante.
LA SAETA
Coke
Dentro de los cantes que se realizan a palo seco (sin acompafiamiento de guitarra)
se encuentran también las saetas. Aunque la tradicién de cantar en Andalucia a los
pasos de Semana Santa en sefial de fervor, plegaria o agradecimiento se remonta
varios siglos atrds, la versi6n flamenca, aunque estrictamente no cabria dentro de los
cantes primigenios, si hemos querido incluirla en este primer capitulo a fin de situar-
la junto a otros cantes que, desde un punto de vista estilistico en lo musical, se
encuentran més cercanos. La saeta flamenca se interpreta durante la Semana Santa
como canto invocador a los pasos de la Virgen y el Cristo durante las procesiones.
eF
Escaneado con CamScannerEl género de la sacta propiamente dicho es conocido desde
1691, apareciendo documentada en Sevilla entre los frailes
del convento de Nuestro Padre San Francisco. En 1803 el
Diccionario de la Academia recoge varias saetas como un
: Conjunto de coplas sentenciosas y morales que entonan los
misioneros. Algunos autores creen que tiene su origen en algdn canto sinanogal y
que los judios conversos las entonaban para dar muestras de cristiandad. No obs-
tante no sera hasta mediado el siglo XIX cuando nace la costumbre de cantar las sae-
tas populares durante las procesiones. Se comienza entonces a cultivar la saeta entre
los cantaores andaluces y surgen entonces diferentes estilos que atin hoy se cantan.
Entre éstas destacamos la saeta cordobesa vieja, la cuartelera de Puente Genil, la
samaritana de Castro del Rio.
La saeta flamenca propiamente dicha se comienza a cultivar a principios del siglo
XX y se basa en el aflamencamiento de saetas populares sobre coplas de cuatro ver-
sos octosilabos. Se cantan por siguiriyas y por martinetes, destacando algunos tipos
como la saeta por seguiriyas, por martinete, por carcelera, o la saeta malaguefia.
Numerosos autores creen que nace en Sevilla, impulsada por el fervor de las cofra-
dias de Semana Santa, dando comienzo a una rivalidad entre ellas que se sentian
Escaneado con CamScannerobligadas a mejorar su versién. Se suele apuntar a Enrique el Mellizo como pione-
ro de estos cantes. Hipdlito Rossy sostiene en cambio que fue Manuel Centeno el
creador de la saeta flamenca y su versidn es la que en la actualidad goza de mayor
prestigio entre los cantaores. Es una saeta llena de ornamentos y que a partir de
1920 se comienza a llamar saeta artistica. Con su versién, Centeno consiguié apar-
tar a los no profesionales del cante que solian interpretar la antigua saeta, obligan-
doles a cantar la moderna y dificil saeta flamenca. También ha sido una de las sae-
tas mas cantadas aquella creada por El Gloria. Algunos estudiosos atribuyen la
autoria de la saeta moderna, por una parte, a Antonio Chacon y, por otra, a Manuel
Torre. La copla es de cuatro versos octosilabos (romance) con cinco fragmentos
cadenciales (tercios) y con ritmo libre, repitiéndose el tercer verso; otras estrofas
son de cinco versos.
LA ALBOREA
La alboreé es un género flamenco basado en las canciones que realizan los
gitanos andaluces en sus ceremonias de boda. La denominacién procede de
alborada, apareciendo también bajo el nombre de arbold o albola. Esta conside-
Escaneado con CamScanner
frada por los gitanos como patrimonio exclusivo de su raza y su ritual no per-
mite que sea interpretada fuera del contexto de la boda, ya que supondria una
profanacién de algo para ellos sagrado. El origen de la albored flamenca es
incierto, como ocurre con la gran mayoria de los palos flamencos, aunque es
posible que se encuentre en alguna tonada extraida del romancero espajfiol.
Gon la eclosién del flamenco, mediado el siglo XIX, las comunidades gitanas
probablemente aflamencaron sus cantos de boda interpretandolos sobre el
compas de una soled ligera 0 una soled por bulerias, asi como por jaleos o tan-
gos, surgiendo asi este cante. La albored se cultiva en casi todas las comarcas
cantaoras de Andalucia. Un tipo singular de albored es aquella que realizan los
gitanos del Sacromonte granadino que, junto a la cachucha y la mosca (bailes
miméticos que simbolizan los tres momentos de la boda gitana), se encuentran
agrupados bajo el nombre de zambra granadina, dominando en ellos un disefio
meldédico preferentemente silabico (donde a cada silaba le corresponde una
nota). La albored de Andalucia occidental, por el contrario, tiene un disefio
melédico melismatico (donde a cada silaba le corresponde mas de una nota)
emparentado con los cantes por soled. De este tipo de alborea podemos dife-
renciar las de Cadiz y Los Puertos (con aire de soled bailable romanceada), de
oS
Escaneado con CamScannerlas de Jerez, Lebrija y Utrera (soled o soled por bulerfas con acentos de roman-
ce) y las de Ecija (conocidas como bulerfas de estuche). La albored se realiza
en la mafana de la boda y suele estar dedicada a los novios, padrinos y padres
de !a novia. La copla es por lo general de cuatro versos heptasilabos y un estri-
billo de tres versos a modo de crénica cantada de la noche de bodas, aunque
también se utilizan seguidillas de cuatro versos 0 cuartetas. En la albored baila-
ble predomina lo coreografico sobre el canto, resultando un baile sencillo sin
taconeo, con pasos cortos. Debido al caracter intimo de la albored flamenca, las
interpretaciones en pUblico y las grabaciones de este cante son en general poco
frecuentes.
la historia del flamenco
nor
Se
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